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Antonio, Pérez Largacha. Egipto en la época de las Pirámides. El Reino Antiguo. Madrid, Alianza editorial, 1998. La Geografía Dedicar el primer capítulo de un libro sobre el Antiguo Egipto en tiempos de las pirámides al estudio del medio geográfico puede extrañar a algunos y defraudar a otros, pero el conocimiento del mismo para la comprensión de las civilizaciones antiguas, y de la egipcia en particular, es muy importante. No pretendemos ser deterministas, proporcionando la imagen de que la civilización faraónica debe ser explicada, valorada y entendida en todas sus manifestaciones a partir de su relación con el Nilo, su crecida anual o los desiertos circundantes, pero los egipcios elaboraron su religión, tanto en lo referido a los dioses como en la concepción del mundo o en sus creencias en el más allá, a partir del conocimiento y dominio que tuvieron del medio geográfico en cada momento histórico, especialmente en sus albores. Posteriormente trasladaron su pensamiento y “filosofía” a la arquitectura de sus templos, a su concepción de la tumba como una morada eterna, a sus representaciones artísticas, a su literatura y, en cierta medida, a la concepción que de la realeza y el Estado desarrollaron. Un rápido repaso a la historiografía, desde la misma Antigüedad hasta nuestros días, permite comprobar cómo la incidencia del medio geográfico ha estado presente en las diferentes descripciones e historias que del antiguo Egipto se han realizado, pero siempre desde el punto de vista económico e hidráulico, y no desde su incidencia en la mentalidad, como veremos al analizar la concepción del mundo o las propias prácticas funerarias. Los egipcios se consideraban un pueblo bendecido por los dioses a causa de la crecida anual del Nilo, que posibilitaba su prosperidad agrícola en medio del desierto, y pensaban que los demás pueblos dependían de un Nilo celeste que, con sus lluvias, fertilizaba los campos. Pero éstas nunca eran predecibles, como sus dioses, al contrario que las divinidades egipcias, que siempre propiciaban la llegada de las aguas, escasas o no, pero suficientes para alimentar a la población. Fueron los griegos, y especialmente Heródoto, con su conocida afirmación sobre el milagro que

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Antonio, Prez Largacha. Egipto en la poca de las Pirmides. El Reino Antiguo. Madrid, Alianza editorial, 1998.

La GeografaDedicar el primer captulo de un libro sobre el Antiguo Egipto en tiempos de las pirmides al estudio del medio geogrfico puede extraar a algunos y defraudar a otros, pero el conocimiento del mismo para la comprensin de las civilizaciones antiguas, y de la egipcia en particular, es muy importante. No pretendemos ser deterministas, proporcionando la imagen de que la civilizacin faranica debe ser explicada, valorada y entendida en todas sus manifestaciones a partir de su relacin con el Nilo, su crecida anual o los desiertos circundantes, pero los egipcios elaboraron su religin, tanto en lo referido a los dioses como en la concepcin del mundo o en sus creencias en el ms all, a partir del conocimiento y dominio que tuvieron del medio geogrfico en cada momento histrico, especialmente en sus albores. Posteriormente trasladaron su pensamiento y filosofa a la arquitectura de sus templos, a su concepcin de la tumba como una morada eterna, a sus representaciones artsticas, a su literatura y, en cierta medida, a la concepcin que de la realeza y el Estado desarrollaron.

Un rpido repaso a la historiografa, desde la misma Antigedad hasta nuestros das, permite comprobar cmo la incidencia del medio geogrfico ha estado presente en las diferentes descripciones e historias que del antiguo Egipto se han realizado, pero siempre desde el punto de vista econmico e hidrulico, y no desde su incidencia en la mentalidad, como veremos al analizar la concepcin del mundo o las propias prcticas funerarias.

Los egipcios se consideraban un pueblo bendecido por los dioses a causa de la crecida anual del Nilo, que posibilitaba su prosperidad agrcola en medio del desierto, y pensaban que los dems pueblos dependan de un Nilo celeste que, con sus lluvias, fertilizaba los campos. Pero stas nunca eran predecibles, como sus dioses, al contrario que las divinidades egipcias, que siempre propiciaban la llegada de las aguas, escasas o no, pero suficientes para alimentar a la poblacin.

Fueron los griegos, y especialmente Herdoto, con su conocida afirmacin sobre el milagro que supona el Nilo en una tierra inhspita y desrtica los que ms contribuyeron al mito de la geografa egipcia, convirtindose en un dogma que toda persona occidental tiene presente cuando habla o piensa en Egipto. Este determinismo geogrfico de Hrodoto, y del mundo griego en general, tiene su origen en su creencia de que la prosperidad de una sociedad, al igual que sus costumbres, sean stas respetables o no, estn en ntima relacin con el clima, afirmado Tucdides que la pobreza del tica la haca poco apetecible para ser invadida. Determinismo geogrfico al describir una sociedad y su forma de gobierno que encontramos en Rousseau que, en Del contrato social, expresa: el despotismo conviene a los pases clidos, la barbarie a los pases fros y la buena constitucin a las regiones intermedias.

Estemos de acuerdo o no con estas afirmaciones, son las mismas las que han ido configurando desde la Antigedad la visin occidental de Egipto en concreto, y de Oriente en general. Es cierto que la crecida del Nilo se consideraba benfica, salvadora, pero se olvida que el mismo ro que aportaba el limo fertilizante a los campos poda acarrear su destruccin, y con ello la pobreza y la aparicin de hambrunas.

Ese contraste entre la vida y la muerte, la riqueza o la miseria, est presente en la vida cotidiana de los egipcios y en el propio nombre que dieron a su tierra, Kemet, tierra negra, en contraposicin con el desierto, Deshret, tierra roja. Es esta dualidad la que nos acerca al pensamiento egipcio, que, como en muchas otras culturas, antiguas o modernas, se nos presenta dominado por la dualidad y el enfrentamiento de conceptos.

Pero antes de continuar describiendo el medio geogrfico debemos hacer una observacin, posiblemente obvia pero muchas veces olvidada y no siempre valorada en su justa medida. Cuando se describe un medio geogrfico suelen elaborarse unos tpicos, unas generalizaciones que acaban determinando nuestra visin y descripcin de un pueblo, cultura o civilizacin. En nuestros das lo hacemos al hablar de los americanos o de los rabes, y los europeos lo hacen al referirse al sol de Espaa. Ello provoca un alejamiento de la realidad y la difusin de unos estereotipos, como en el caso del Antiguo Egipto: una civilizacin que dependa del Nilo y rodeada de desiertos inhspitos, lo que es cierto; pero es una definicin que lleva implcita la concepcin de Egipto como una unidad geogrfica, considerando que un ro como el Nilo, con sus ms de 1,000 Km. de longitud, discurre siempre de forma uniforme a lo largo de su recorrido.

Es cierto que suele hablarse del Alto Egipto y el Bajo Egipto, basndose en la diferenciacin entre la llanura aluvial-el Alto Egipto- y el Delta- el Bajo Egipto-, presente en la propia titulatura de los faraones: Rey del Alto y Bajo Egipto, lo que en s mismo est simbolizando que gobernaba sobre dos entidades territoriales diferentes, tanto por sus costumbres , su clima, su hbitat y su fauna como por su economa, religiosidad y actitud ante la vida; pero lo que se olvida es que en esas mismas unidades geogrficas existen diferencias internas importantes.

El Alto Egipto, Ta Shema (ta= tierra, shema= estrecho), se extiende desde Aswan a Menfis, es ms homogneo que el Delta y su economa est centrada en la agricultura, siendo precisamente en su capacidad agrcola en donde pueden apreciarse sus principales diferencias internas.

Los nomos ms meridionales, nombre griego con el que se designa a las provincias, son los ms pobres de Egipto debido a que la franja de la llanura aluvial es muy estrecha, al discurrir el Nilo muy encajonado, limitando las labores agrcolas. Por ello esta regin es la ms susceptible a las modificaciones, bruscas o no, en el nivel de crecidas o a cambios climticos. Ello explica que sea de esta regin de donde procede la mayora de los textos relativos a la existencia de hambrunas, como la estela del hambre atribuida a Djoser (III dinasta), o aquellos que, a partir de la V dinasta, y debido a un descenso en el nivel de las crecidas de hasta un 40%, nos hablan de los esfuerzos que hacen los monarcas para garantizar el sustento de la poblacin, llegando a suplantar al Faran en esta obligacin.

Ello explica que la importancia de algunos nomos del Alto Egipto no venga determinada tanto por sus posibilidades agrcolas como por su localizacin en nudos comerciales. La regin ms frtil del Alto Egipto est entre Coptos y Abidos, siendo significativo que en estos centros se localicen los principales centros de culto a Osiris, dios de la fertilidad en Abidos, y a Min, dios itiflico en Coptos. El resto del Alto Egipto, tambin conocido como el Egipto Medio, tiene ciertas similitudes con la llanura aluvial mesopotmica, como una nula inclinacin del terreno que favorece la extensin de las aguas durante la crecida, haciendo ms difcil su control y explotacin, por lo que requiere una mayor infraestructura hidrulica que el resto del pas, sin olvidar que a la altura de Asiut discurre el Bahr Yusuf, un brazo del Nilo que fluye paralelo al curso principal y que dificulta an ms el control de las aguas. sta es la razn por la que el desarrollo de esta regin est vinculado a momentos y circunstancias concretos, como cuando Ajenatn eligi el-Amarna como su capital, o a proyectos agrcolas como los desarrollados por los Tolomeos.

En esta regin se encuentra el lago del Fayum, el lago Moeris de los clsicos, que ofreca importantes posibilidades para la prctica de la caza y de la pesca, siendo por ello uno de los lugares elegidos para la existencia de harenes o palacios de descanso, especialmente a partir del Reino Medio, ya que durante el Reino Antiguo esta regin permaneci prcticamente inhspita.

Lgicamente, estas diferencias internas se reflejan en la riqueza e importancia de los monarcas y de las necrpolis provinciales. Provincias como Elefantina tienen una importante necrpolis, pero sta puede ponerse ms en relacin con su importancia estratgica que con sus recursos econmicos, mientras que en los nomos ms ricos agrcolamente se conservan tumbas ms grandes, aunque lo normal es que las provincias ms al sur, las menos ricas, tengan las necrpolis ms pobres.

En lneas generales, el Alto Egipto estaba, utilizando los trminos de Carneiro, circunscrito social y econmicamente. La vida se centraba en un estrecho margen de tierra, con pocas posibilidades de diversificacin econmica, y sus contactos se limitaban a unas poblaciones marginales que poco o nada podan aportar culturalmente. Ello se refleja en una menor evolucin de la sociedad, mucho ms conservadora en sus ideas, siendo la regin de donde a lo largo de la historia de Egipto surgirn los movimientos de reunificacin y en poca tolemaica las llamadas revueltas nacionalistas.

Respecto al Bajo Egipto, Ta-mehu, la tierra del papiro, su geografa actual poco se parece a la existente en poca faranica, debido a que las deposiciones aluviales del ro han ido extendiendo sus lmites. Por ello centros como Buto, que fue un nudo importante de comunicacin martima con la costa sirio-palestina, se encuentra en la actualidad unos 50 km. al interior.

Potencialmente, esta regin es la ms rica agrcolamente, pero tambin hay que considerar las limitaciones que para la agricultura implica un delta, con numerosas reas pantanosas y la necesidad de una mayor infraestructura hidrulica, explicando esto la importancia de la ganadera. No hemos de olvidar que en el Delta oriental se localiza la bblica tierra de Goshen, donde los patriarcas acudan a obtener los pastos necesarios para sus rebaos. Por otra parte, su fauna ofreca unas posibilidades inexistentes en el resto del pas al ser una regin de migracin de numerosas aves y constituir un lugar ideal para las caceras de reyes y nobles.

Una de sus limitaciones era la de los asentamientos, que deban efectuarse en lugares elevados, gerizas, para protegerlos de las aguas, propiciando un hbitat mucho ms disperso, menos urbano, lo que explica que los principales centros del Bajo Egipto se localizaran en los mrgenes del Delta. A este problema se une el de las comunicaciones. Mientras que en el Alto Egipto el Nilo constituye una va de comunicacin natural, en el Delta viajar en una lnea recta plantea muchos problemas por la existencia de canales.

Otro problema era las enfermedades. En todas las sociedades antiguas encontramos referencias a los peligros que supona vivir en reas pantanosas debido a la propagacin de epidemias, aconsejando Vitrubio que las ciudades evitaran estas regiones.

Igualmente en el Bajo Egipto, aun teniendo un hbitat y unos problemas similares, tambin se observan diferencias internas. En las Instrucciones de Merikare (XII dinasta) se dice que el Delta occidental no presenta problemas, que el Delta central debe ser reorganizado, pero que el verdadero peligro radica en el Delta oriental. Esta diferenciacin entre el Delta oriental y occidental manifiesta una dinmica cultural de Egipto. A travs del primero se comunicaba Egipto con el exterior, partiendo las expediciones comerciales o militares hacia Siria-Palestina, donde existan importantes centros urbanos y polticos con los que se poda comerciar y que, ocasionalmente, podan amenazar los intereses egipcios.

Esta diferenciacin geogrfica entre el Alto y el Bajo Egipto explica los diferentes restos arqueolgicos que de la civilizacin egipcia conocemos. Los templos, tumbas y principales asentamientos conocidos estn en el Alto Egipto, mientras que en el Bajo Egipto apenas conocemos sus necrpolis o asentamientos. Esta diferenciacin en la informacin es muy importante, ya que el Bajo Egipto es una regin abierta al Mediterrneo, que desde la Antigedad fue un centro de intercambio cultural, de ideas y de personas, siendo por ello una regin mucho ms receptiva, donde penetraban antes las ideas e influencias exteriores, sin poder olvidar que la capital de Egipto siempre estuvo cerca o en el mismo Delta.

Pero a pesar de sus diferencias internas, Egipto depende del Nilo econmicamente, no slo para su agricultura y ganadera sino tambin para la obtencin de los materiales de construccin como el adobe, o de escritura, como el papiro; y a pesar de los peligros y limitaciones del ro, lo que deba experimentar un egipcio mirando a su alrededor era un sentimiento de seguridad, de proteccin ante un medio geogrfico hostil, encarnado principalmente en el desierto que amenazaba con extenderse a costa de la llanura aluvial. Por ello los egipcios concibieron su tierra como aquella donde los dioses haban instaurado el orden, mientras que lo que les rodeaba perteneca al caos. No debemos olvidar que la vuelta al desierto es presentada en todas las culturas como algo hostil, peligroso como una amenaza constante.

Por tanto, Egipto no es una unidad geogrfica, como no lo es Mesopotamia o Grecia, y existen regiones muy diferentes, con problemas y recursos muy concretos que inciden en distintos tipos de sociedad, en actividades y actitudes econmicas diversas y en una cultura material diferente. Establecer y entender estas distinciones es importante, ya que en cualquier sociedad existen divergencias econmicas, polticas, estratgicas, militares, humanas o culturales entre aquellas poblaciones que, aun perteneciendo a una misma unidad poltica o tnica, desarrollan su actividad cerca de la costa o en el interior, se relacionan ms con el exterior o no, etc. Con ello no queremos decir que Egipto deba ser dividido en regiones, pero s que existen diferencias. Un ejemplo puede ser lo que senta un egipcio del Delta, con un mejor conocimiento del exterior, viviendo en una regin ms abierta en todos los sentidos, en contraposicin a un egipcio del sur, cuya movilidad era muy limitada y cuyos contactos se reducan, en el mejor de los casos, a poblaciones desrticas y africanas que estaban lejos de tener la tradicin cultural de Siria-Palestina.

Pero a pesar de no ser una unidad, lo cierto es que Egipto presenta signos ms homogneos que el otro gran foco cultural del Prximo Oriente, Mesopotamia, lo que, tiene su incidencia en la mentalidad, la ideologa o el propio desarrollo intelectual.

Pero lo cierto es que los egipcios, as como sus vecinos, cayeron en el mismo error que nosotros, concibindose como una unidad, aunque tambin hay que valorar y entender el carcter genrico de los textos. Sus vecinos pensaban que el oro era ms abundante que el polvo o que las cosechas siempre estuvieron garantizadas, y ello a pesar de que el oro era escaso en Egipto y lo deba obtener en Nubia o en el desierto oriental y de que las hambrunas podan manifestarse en cualquier momento, como refleja la bblica historia de Jos.

ste es precisamente uno de los aspectos que menos atencin ha recibido en la investigacin: la carencia de materias primas. Es cierto que al referirse al nacimiento de la civilizacin en Sumer o en Egipto se seala precisamente su riqueza agrcola y su pobreza en otros materiales, debiendo obtener los mismos en el exterior. Pero mientras que en la historia de Mesopotamia la creacin de rutas comerciales y el establecimiento de las colonias han estado siempre presentes en la investigacin, pocos planteamientos se han realizado en lo referido al antiguo Egipto, limitndose la investigacin a sealar que Egipto explotaba sus regiones limtrofes, en especial Nubia.

Otra de las visiones globales es la de que en Egipto no acontecieron desastres naturales, a excepcin de las malas crecidas. Esta es una visin simplista que olvida la realidad cotidiana del campesino de cualquier sociedad y momento histrico; desde plagas de langosta hasta la muerte del ganado por la contaminacin de las aguas, el campo sufre continuas amenazas que permiten a algunos investigadores interpretar las plagas enviadas por Yahv a Egipto como desastres naturales que peridicamente sacudan al pas.

En Egipto la lnea de separacin entre Kemet y Deshret es clara, y aun cuando dentro de Kemet pudieran existir diferencias, el Nilo, iteru, ofrece un hilo conductor y un sentido de unidad. Por otra parte, las cadenas montaosas que corren paralelas al Nilo estn alejadas y ofrecen escasas posibilidades econmicas, mientras que, en Mesopotamia, los Zagros o Taurus posibilitan la vida y el trnsito de los pueblos. El Nilo no recibe afluentes como el Kahbur o el Balihk, en el caso del Tigris, que permiten el desarrollo humano fuera de su llanura aluvial. Entre el Nilo y el desierto no existe una franja de tierra aprovechable para pastos o una agricultura de subsistencia. Es decir, Mesopotamia se ubica en un cruce de caminos de pueblos en busca de una tierra prometida y existe una variedad climtica y de hbitat, mientras que Egipto depende del Nilo.

Un aspecto muy importante para comprender la concepcin egipcia es la incidencia que tuvieron los dos elementos que dominan su geografa: el Nilo y el sol. Los dos nacen, viven y mueren, el primero todos los aos y el segundo diariamente, proporcionando a los egipcios una visin cclica de la vida propia de las sociedades antiguas hasta el triunfo del cristianismo.

Por lo tanto, la geografa de Egipto determina su visin del mundo, definindolo desde lo que conoce, lo que origina unas visiones etnocentristas: los ros que fluan al revs, pensando que el nico que discurra directamente, de sur a norte, era el Nilo, o su divisin del pas en el Alto y Bajo Egipto, realizada a partir del curso del Nilo, de sur a norte y al revs de la lgica definiendo el Nio tambin los puntos cardinales, como entre los actuales campesinos egipcios. Por ello no nos puede resultar extrao que el Nilo fuera una divinidad menor, ya que la divinidad relacionada con el Nilo, Hapy, encarnaba los aspectos frtiles de las aguas, no las aguas en s.

J. M. WALKER, Antiguas civilizaciones de Mesopotamia, Madrid, Edimat Libros, 2002, pp. 33-42, 131-133 y 135-139.

MESOPOTAMIA: CIENCIA Y LITERATURA

Durante muchos aos egiptlogos y orientalistas polemizaron acerca de la preeminencia de la invencin de la escritura. Sin embargo, el perfeccionamiento de los mtodos fsico-qumicos de datacin y el descubrimiento de rudimentarios sistemas contables (calculi o bullae, parecidos a los bacos) han acabado por otorgar la primaca al Oriente Prximo; por otra parte, en Egipto, a diferencia de Mesopotamia, no parece haber existido una fase precursora de la escritura. La aparicin de los primitivos sistemas de contabilidad puede estimarse en unos ocho mil aos a.C., y la de la escritura pictogrfica sumeria (Uruk, Baja Mesopotamia), en unos tres mil trescientos.En las excavaciones realizadas en las ciudades de Summer se hallaron multitud de tablillas de arcilla ms o menos conservadas- grabadas con signos pictogrficos; las ms antiguas (como las de Ebla, Museo de Alepo) eran circulares y algo convexas, lo que podra ser un rasgo morfolgico heredado de las bullae esfricas; posteriormente, fueron hacindose planas, por admitir ms texto y facilitar su conservacin y clasificacin.Los sumerios inventaron la tcnica de escribir en tablillas de arcilla sobre las que grababan los signos ya fuera con estiletes o con punzones de caa, aguzada en los primero tiempos y ms tarde cortada con la punta roma, con la cual los caracteres se grababan a golpecitos, produciendo las conocidas incisiones en forma de cua; de ah su denominacin de escritura cuneiforme. Finalmente, ya escritas, las introducan en un horno, con lo que quedaba concluido el proceso de obtencin de un documento escrito, ya que el barro cocido es como un ladrillo y resiste bien como lo demuestran los hallazgos- el paso del tiempo.El primer estadio pictogrfico fue lineal, formado por rectas y curvas, segn lo que se pretendiese representar. Los dibujos, aunque muy esquematizados, tendan al naturalismo.Escribir mediante dibujos comportaba muy serios inconvenientes; resultaba, por ejemplo, imposible expresar los tiempos de los verbos o cosas no visibles. Para resolverlos se trat de recurrir a una serie de signos que permitiesen escribir todo aquello que fuera imposible de dibujar, lo que ya supona un notable adelanto. As, en sumerio la palabra flecha es ti; pero al ser igual que la utilizada para vida, y el correspondiente signo deba utilizarse para ambos vocablos, se crearon grandes confusiones, que exigieron la creacin de signos determinativos, colocados al comienzo o final de cada palabra, y dado que su nica misin era aclarar y precisar el concepto expresado, no se lean (tal sera el caso del trmino metro, que en castellano puede significar medida de longitud o ferrocarril elevado o subterrneo). Con el tiempo, ante la necesidad de simplificar, lograr mayor precisin y escribir los nombres propios, estos signos fueron evolucionando y normalizndose para permitir su representacin (ya debe hablarse menos de dibujo) aproximadamente iguales, perdiendo definitivamente cualquier parecido con el pictograma original.Hacia el 2800 a.C. cambi la direccin de la escritura que pas de ser vertical a ser horizontal, leyndose de izquierda a derecha, medida que evitaba pudiera borrarse accidentalmente cualquier escrito reciente. En las inscripciones en piedra, al no presentar tal inconveniente, sigui escribindose verticalmente y se lea de derecha a izquierda. Al principio, y esto supona una molestia adicional, los signos numricos se impriman con sellos; posteriormente se fueron escribiendo con la parte roma del punzn o clamo, aunque se utilizaban trazos curvos.Por supuesto, en tan extensos territorios, no todos hablaban idnticas lenguas, aun como ocurre en nuestros das- cuando escribiesen con iguales signos. Este problema queda resuelto en gran parte, mediante diccionarios o vocabularios, que, llegados a nuestros das, han contribuido a la traduccin de tales textos, por lo que ni la escritura cuneiforme ni las lenguas muertas mesopotmicas presentan dificultades insalvables.La lengua sumeria es de tipo aglutinante, como el turco, el finlands, el hngaro, el caucasiano y otros idiomas uraloaltaicos, los dravidianos, algunos africanos y los malayo-polinsicos, que se caracterizan por constar de una palabra raz, que expresa un concepto, y una serie de partculas, que indican las relaciones que afectan a la idea de la raz; stas se yuxtaponen, pero no modifican la raz.La raz sumeria es indeterminada y puede estar relacionada con el verbo, sustantivo o adjetivo, aun cuando algunas de stas se hayan especializado en determinadas funciones. []Se expresaban en dialectos distintos, segn la condicin del hablante; los hombres no utilizaban vocablos propios de las mujeres y viceversa. Por otra parte, las expresiones coloquiales no eran como los textos literarios; adems, existan jergas relacionadas con profesiones u oficios determinados, en los que cabe distinguir variaciones locales, a travs de las distancias y el tiempo. De igual manera que tom elementos de otras lenguas, el acadio, por ejemplo, influy sobre otras, como la babilnica (de la que pasaron algunas palabras al arameo, hebreo y rabe). Acerca de la pronunciacin no se sabe gran cosa, por lo cual las interpretaciones actuales son figuradas.Su literatura fue la primera escrita de la humanidad. Hacia el 2500 a.C. el dominio de la escritura utilizada inicialmente para las necesidades comerciales y administrativas- condujo a la consignacin por escrito de textos compuestos con los refinamientos de la fantasa el adorno. A finales del tercer milenio a.C. se fundaron las Edubba (o Casas de la Escritura), donde los alumnos aprendan este arte copiando diferentes obras literarias.Al principio las escuelas sumerias proporcionaban una enseanza utilitaria, en caminada a la formacin de amanuenses, indispensables para las empresas mercantiles y la funcin pblica, especialmente con vistas a su empleo en palacios y templos. Por los trabajos escolares y otros testimonio, por cierto abundantes, sabemos que la enseanza en estos establecimientos constaba de dos secciones principales: la que proporcionaba una instruccin cientfica y mnemotcnica, y la que lo daba de carcter ms literario y creador.Tal como ocurra en el Egipto faranico, las escuelas constituan una de tantas dependencias de los templos, pero a diferencia de aquel pas- con el tiempo se transformaron en institucin seglar y, en gran parte, sus programas eran ms bien laicos. En ellas se formaban eruditos y cientficos, instruidos en todas las formas de saber de la poca.La enseanza no era ni general ni obligatoria. La mayor parte de los estudiantes procedan de familias acomodadas, ya que los pobres difcilmente podan soportar los gastos y la prdida de tiempo que los estudios comportaban. En 1946 el asirilogo alemn Nikolaus Schneider pudo comprobar tras el examen de los nombres aparecidos en diversas tablillas- que los estudiantes eran hijos de los ciudadanos ms ricos de las ciudades, que solan suceder a sus padres en sus cargos (S. N. Kramer: 1985, 41).En general, el estilo de la literatura sumeria es montono, aunque la temtica es variada y algunos de sus motivos literarios han tenido posteriormente gran trascendencia. Todas las obras son annimas, y sus ttulos solan formarse con la primera o primeras palabras de cada composicin. El material llegado hasta nuestros das es abundantsimo, la mayor parte est compuesto por inventarios, notas de entregas, recibos, documentos de compraventa, contratos matrimoniales, testamentos y sentencias judiciales. El resto es literatura propiamente dicha: mitos, relatos picos, himnos, poemas tristes, literatura sapiencial, gnero epistolar, ensayos, etctera.Su producto literario ms caracterstico fue el poema pico cuyas ms notables producciones son la Epopeya de la Creacin y Epopeya de Gilgamesh, de capital importancia para el mejor conocimiento de las concepciones mticas y cosmognicas de aquellas regiones del Asia Menor en la antigedad. El seor hacia el pas de los vivos volvi su espritu./ El Seor Gilgamesh, hacia el Pas de los Vivos/Volvi su espritu,/ Y dijo a su servidor Enkidu:/ Oh, Enkidu, el ladrillo y el sello/ No han trado an el trmino fatal./ Yo quisiera elevar mi nombre, / En aquellos sitios donde otros nombres no han sido elevados, / Yo quisiera elevar mi nombre,/En aquellos sitios donde no han sido elevados otros nombres,/ Yo quisiera elevar los nombres de los dioses (Kramer: 1985,195).En realidad, las hazaas de Gilgamesh son el tema de varios poemas, inicialmente, hasta que los acadios los combinaron en uno solo, coherente y extenso. Otros hroes picos fueron Enmerkar y Lugulbanda, cuyos hechos tambin fueron traducidos al acadio.Otras de las ms interesantes composiciones de la poca es el llamado Dilogo del Pesimismo, en el que un amo y su esclavo convienen en que verdaderamente nada importa en la vida; todo es ftil, de donde se sigue que la muerte es preferible a la vida. Tambin destacan los Ensayos de emer-sal (emer-sal es un dialecto), estructurados como apstrofes a otras personas o descripcin de situaciones de las que se infieren ciertas consecuencias. El esclavo llega con frecuencia a amo, la sirviente a ama./ Tengas lo que tengas, /sea lo que sea con lo que antes no hayas tenido que enfrentarte,/ pudiera ser que tuvieras que enfrentar en el curso del destino (Gmez Tabanera, Daz Esteban, Blanco Freijeiro, 1985, 115).Los Himnos, de los que se han encontrado unos cien, poseen desigual extensin y estaban compuestos para alabanza de dioses, reyes y templos; algunos son de extraordinaria belleza. Sin Enlil, el Gran Monte,/ Ninguna ciudad sera construida, ningn establecimiento fundado;/Ningn establo sera construido, ningn aprisco instalado;/ Ningn rey sera exaltado, no nacera ni un solo gran sacerdote (Kramer: 1985, 115).El gnero epistolar, que tiene su origen en Summer, alcanz gran desarrollo. La carta es laque lleva el mensaje y es por tanto- natural que en ella se escriba A Fulano de Tal. O A Mengando de Cual hablo siguiendo a continuacin el contenido de la misma. A Shamashchasir hablo. He aqu lo que dice Hammurab: Igmilsin me ha informado de lo que sigue He inspeccionado los jardines que han sido confiados a Apligaum y Sinmagir. En estos jardines, los rboles han sido derribados y nadie los cuida Se trata de un fragmento de un mensaje real a Shamashchasir, gobernador de Babbilonia del Sur, en Larsa (Historama: (I), 30).Ya en etapa tarda encuentran aceptacin los llamados escritos sapienciales, que se convertiran en elemento duradero de la literatura semita e influiran sobre otras, como la egipcia. Quien edifica como un seor, vive como un esclavo;/ Quien edifica como un esclavo, vive como un seor, o Tu puedes tener un amo, t puedes tener un rey;/ pero al que tienes que temer es al recaudador (Kramer, 1985, 145). En cuanto a la fbula sumeria, sta no se hallaba muy lejos de la de Esopo, ya que el aplogo compuesto por una corta narracin, seguida de la correspondiente moraleja- era conocido en Summer un milenio antes del nacimiento del famoso fabulista frigio (siglo VII a. C.).Los sumerios establecieron hace cinco mil aos el primer calendario conocido, basado en el mes lunar (o lunacin), con meses de algo ms de veintinueve das; los das estaban divididos en horas y stas en minutos. Para stos el da comenzaba al amanecer, aunque lo haca a medianoche para sus astrnomos. Por tanto, el ao formado por doce meses de veintinueve o treinta das, alternativamente- era demasiado corto, y al cabo de ocho aos, cuando el calendario era marzo an estaba comenzando el invierno. Para que ste siguiera siendo vlido, cada cierto tiempo los sacerdotes deban aadir undecimotercer mes.Si ciertamente carecieron los sumerios de un saber cientfico en el actual sentido del trmino, poseyeron importantes conocimientos que fueron recogidos por civilizaciones posteriores. Sus matemticos saban usar los quebrados y su sistema numrico era sexagesimal y duodecimal, segn el cual dividimos las horas, los minutos y los grados de la circunferencia. Sin embargo, los matemticos de Ebla utilizaban habitualmente uno de base decimal; en cualquier caso, el paso de uno a otro no presentaba dificultades.Adems de las fracciones, estaban familiarizados con las ecuaciones de segundo grado y las races cuadradas y cbicas; pero el desconocimiento del valor del cero les supona una gran limitacin.

La necesidad de medir los terrenos y calcular superficies y volmenes con fines estadsticos y fiscales- condujo a los sabios sumerios a un notable desarrollo de la geometra, aunque falten testimonios que permitan corroborar este extremo. En todo caso, aunque el desarrollo de la ciencia matemtica surgiese como fruto de una necesidad- afirman Camino Garca y Santana, acab permitiendo el planteamiento de problemas matemticos abstractos (Camino Garca y Santacana: 1991, 38).La notacin musical ms antigua que se conoce data de unos mil ochocientos aos antes de la era actual. Se trata de una escala heptatnica grabada en una tablilla, descifrada entre los aos 1966 y 1967 por el doctor Duchesne-Guillemin, procedente de un yacimiento en Nippur.En zoologa, botnica, qumica y medicina sobresalieron tambin los sumerios. En las tablillas de Ebla aparece un verdadero manual til para el estudio de los animales, que son clasificados en terrestres, acuticos y voladores, estableciendo as una autntica taxonoma. Distinguen, por ejemplo, hasta ciento un nombres de peces y tortugas, aunque no establecen diferencias entre las especies de agua dulce y salada. Clasificaron ciento cuarenta y dos aves, pese a que entre ellas incluyeron ciertos insectos voladores y algn animal mitolgico. En cuanto a los animales terrestres que dividieron en domsticos y salvajes-, se les conceda la mxima importancia.Se han hallado tambin largas listas de plantas con sus propiedades. La agricultura constitua la base principal de su economa por lo que mtodos y tcnicas estaban bastante desarrollados. Curiosamente, hasta 1950 no se exhum en los yacimientos de Nippur ningn manual de agricultura, aun cuando se dispona de fragmentos sueltos que permitieron su reconstruccin (fechado en el segundo milenio a.C.), dado su estado, Los cereales, sin embargo, no constituan la nica fuente de riqueza; tambin se practic la horticultura, y las huertas y jardines eran florecientes (remitimos a la carta enviada por Hammurab a un gobernador provincial pidiendo informes sobre el psimo estado de ciertos jardines). Como horticultores expertos que eran escribe Noah Kramer-, los sumerios utilizaban ya desde los tiempos ms remotos una tcnica que atestigua una vez ms la existencia en ellos de un gran espritu de inventiva. Para proteger sus huertos del viento y de un excesivo soleamiento, plantaban grandes rboles, cuyo follaje actuaba de pantalla y proyectaba una sombra protectora (Kramer: 1985, 95).Los textos sobre mineraloga y qumica presentaban una clarsima vertiente prctica: fabricacin de bebidas alcohlicas (especialmente cerveza), elaboracin de medicinas, tcnicas metalrgicas, etctera.La concepcin mesopotmica de la enfermedad era estrictamente religiosa, hasta el punto de que la misma palabra significaba pecado, clera de los dioses, castigo y enfermedad. Para diagnosticar se recurra, en primer trmino, a un interrogatorio ritual del paciente, mucho ms detenido que la confesin catlica, con el fin de averiguar la impureza moral que haba causado la dolencia. En un segundo lugar, se utilizaba muchas formas de adivinacin, entre los cuales cabe destacar la astrologa que procede de Mesopotamia- y la hepatoscopia; esta ltima consista en la bsqueda de seales en el hgado de animales sacrificados. En el tratamiento tenan tambin gran importancia mtodos mgico-religiosos, como exorcismos, plegarias, sacrificios a los dioses y penitencias. Todo ello no exclua el empleo de frmacos, sobre todo vegetales, de baos, masajes e intervenciones quirrgicas (Lpez Piero: 1990, 23 y 34).

Por lo que respecta a la medicina sumeria cabra distinguir dos ramas: la denominada ashiputu, vinculada a la religin, y una prctica mdica, laica y precientfica, llamada asutu, ejercida por mdicos profesionales (o asu) cuyas nociones se basaban en estudios tericos y en la sintomatologa para tratar de diagnosticar y pronosticar detalladamente las enfermedades y su evolucin: si la nuca del enfermo gira sin cesar hacia la izquierda, si sus manos y piernas estn rgidos, si sus ojos estn cara al cielo muy abiertos, si le cae la baba de la boca, si sopla, si pierde el sentido o (), es una crisis del gran mal (Camino Garca y Santacana: 1991, 40), exactsima descripcin de la epilepsia, como vemos.Por los textos de la poca sabemos que eran conocidas enfermedades como la hidropesa, las hernias, la lepra, la sarna y otras dolencias de la piel, as como algunas de los pulmones, el aparato digestivo, etctera. Sin perjuicio de las frmulas mgicas como ya hemos visto-, los mdicos sumerios utilizaron remedios vegetales (races, tallos, frutos y hojas de distintas plantas, entre ellas el opio, originario de Asia Menor). Tambin usaban ciertos minerales (alumbre, sales y determinadas piedras molidas) y partes de animales, administrados todos ellos en forma de jarabes, inhalaciones, fumigaciones, cataplasmas, lavativas y supositorios.El manual de medicina ms antiguo que se conoce fue exhumado de las ruinas de Nippur en la primera mitad del siglo XX-, atribuyndosele una antigedad prxima a los cuatro mil aos (actualmente en el museo de la Universidad de Filadelfia), y aunque adolece de ciertas omisiones, comparado con otros posteriores, presenta el detalle interesante de que, a diferencia de otras tablillas, carece de hechizos y cualquier otra frmula mgica.Los remedios mencionados, probablemente posean escaso valor, tanto en cuanto los indicios apuntaban al hecho de que la medicina sumeria no recurra ni a la experimentacin ni a la comprobacin, por lo cual la seleccin de remedios no tendra sin duda- ms criterio que la confianza inmemorial en las propiedades de los productos con que eran elaboradas, lo que no quita la utilidad de muchas de stas.Haba tambin una especie de cirujanos-barberos (o mdicos sanadores, ms bien) de rango secundario, sometidos a la legislacin particularmente dura, a la que aludiremos al tratar del Cdigo de Hammurab, el texto legal ms antiguo que conoce, lo que constituye un ms que curioso ejemplo de un principio de medicina legal, gracias al cual nos ha sido posible hacernos una idea de las intervenciones que, con escasos medios, se vean precisados a realizar.

ASIRIA Y BABILONIA: LAS LEYES

Aunque no se conoce bien la legislacin asiria, no es aventurado afirmar que deba tener poco que ver con la babilnica y las de otros Estados limtrofes, consideradas, tal vez, blandas o ajenas al modo de ser de este belicoso pueblo. Las leyes asirias (difcilmente se puede hablar de cdigo al no estar ordenadas, como en las de Ur-Namu entre los sumerios, o las de Hammurab entre los babilonios) se caracterizan por su dureza y por no tener en cuenta la condicin social del individuo. Con frecuencia tales leyes son muy detallistas, y ms que un cdigo en el actual sentido del trmino- parecen una relacin de sentencias dadas en sus respectivos juicios.Cabe hablar de un antiqusimo derecho consuetudinario como origen de la legislacin, y merecen citarse las compilaciones, que no cdigos, de Nuzi (siglo XV a. C.) y de Tiglatpileser I (siglo XI a.C.)Existan leyes relativas a los actos comerciales, contractuales y la propiedad de bienes muebles e inmuebles, animales y esclavos. Los kudurru, eran piedras gruesas y ovoidales, con representaciones de dioses y seres mitolgicos; inicialmente, se usaban como mojn para delimitar los terrenos pertenecientes al templo o a la clase sacerdotal, aunque, posteriormente, se convirtieron en meros instrumentos acreditativos de propiedades rsticas, que deban custodiarse, junto con otros documentos, en los templos.A diferencia de Summer o Babilonia, la situacin de la mujer era poco halagea, ya que ni siquiera podan decidir sobre su matrimonio que le era impuesto- y, una vez casada, deba cubrir su rostro con un velo (prohibido a sacerdotisas solteras, esclavas o prostitutas). Si era abandonada por el marido, no tena derecho a indemnizacin alguna, pudiendo ser reducida al estado servil, junto con sus hijos, para el pago de las deudas del marido. Si ste desapareca, estaba obligada a esperar su regreso al menos dos aos, al cabo de los cuales- segn las normas del levirato- poda casarse con uno de sus cuados. Mientras tanto, el Estado deba cuidar su mantenimiento, y si regresaba el esposo recobraba sus derechos sobre la mujer y los bienes, aunque no tena ninguno sobre los hijos habidos en su ausencia.Tampoco las mujeres podan dedicarse al comercio, ni sacar nada de la casa bajo pena de muerte- sin permiso del esposo. En caso de adulterio le estaba permitido al ofendido tomarse cumplida venganza, matando a los culpables. El aborto intencionado mereca tambin la pena capital. Aquellos que permitan ciertos delitos, bien por complicidad, bien por no perseguirlos o no denunciarlos, no salan mejor parados.Los castigos, aparte de la pena de muerte, ejecutada por los ms atroces medios, podan consistir en castracin, quemaduras con hierros al rojo o asfalto hirviente, mutilaciones, apaleamiento o trabajos forzados, etctera.[]Ya en los diferentes cdigos de leyes: el de Ur-Nammu (siglo XXI a.C.), el de Lipit-Ishtar (siglo XX a.C.) y los de Eshnunna o de Hammurab (siglo XVIII a.C.), especialmente este ltimo, se contienen disposiciones que permiten conocer bien el problema de la esclavitud en Babilonia.Estas leyes contienen referencias a los esclavos de las que se infiere, por el contenido de los documentos mercantiles, llegados hasta la actualidad, que su nmero no deba ser muy elevado relativas a su carcter de bienes vendibles, la propiedad de los amos, as como lo relativo a los hijos, contratos de compra-venta, robo o fuga de esclavos, marcas para distinguirles, castigos en casos de mal comportamiento, su posicin y valoracin social, etctera. Veamos ahora algunas curiosas disposiciones legales:Si la esclava de un hombre, comprndose a su duea, habla insolentemente (a l o a ella), se le llenar la boca con un cuarto de sal (Cdigo de Ur-Nammu).Si un hombre no tiene ttulos contra (otro) hombre, pero (no obstante) secuestra la esclava del (otro) hombre, retiene la secuestrada en su casa y causa su muerte, dar dos esclavas al propietario de la esclava como compensacin (Cdigo de Eshnunna).Si la mano del hijo de un seor o del esclavo de un particular, un seor ha adquirido o recibido en custodia plata u oro, un esclavo o una esclava, un buey o una oveja o un asno, o cualquier cosa que sea, sin testigos ni contrato, tal seor es un ladrn: (en estos casos) ser castigado con la muerte (Cdigo de Hammurab, artculo 7).Si un seor ha comprado un esclavo (o) una esclava y antes de que transcurra un mes una enfermedad se ha precipitado sobre l, lo devolver a su vendedor y el comprador recuperar la plata que haba pesado (Cdigo de Hammurab, artculo 278)En el caso de un seor que vendi una esclava cuando haba una reclamacin contra (ella) y ella fue llevada- el vendedor dar dinero al comprador de acuerdo con los trminos del contrato en toda su cuanta; si ella tena hijos, le dar a ella medio siclo (sic) de plata por cada uno (Legislacin neobabilnica. Siglos VII/VI a.C.) (Adolfo Domnguez: 1985, II y III).Al igual que suceda entre los asirios, se acceda a la servidumbre en calidad de prisionero de guerra, por la compra, por auto-venta o por no pagar alguna deuda (aunque en tal caso la ley garantizaba un mximo de tres aos, en la casa del acreedor, debiendo recobrar posteriormente la libertad y proteger su integridad fsica) y en algn caso como castigo a determinados delitos).El esclavo tiene personalidad jurdica y se le permite la posesin de bienes propios, y aun cuando pudieron tener alguna importancia en los trabajos domsticos o artesanales, no parece que lo tuvieran en los agrcolas, aunque s como auxiliares de los campesinos.Como en Summer y Asiria, la base de la vida econmica social era la agricultura. Los impuestos y bastantes adquisiciones seguan pagndose en especie. No resulta, por tanto, extrao que en esta actividad se dirigiesen los ms solcitos cuidados de la administracin. En Babilonia el terreno aluvial era muy frtil y apto para el cultivo de cereales. Prosperaba extraordinariamente la palmera, de la cual, adems de los dtiles, podan mediante la adecuada elaboracin- extraerse licores y fibras textiles. Expertos ganaderos, supieron crear un mtodo de cruzamiento e inseminacin artificial aplicable a numerosas razas vacunas y lanares, con el propsito de mejorarlas.La obra de Nabucodonosor hizo de Babilonia un autntico centro internacional para cualquier clase de actividad, ya fuera comercial, intelectual o religiosa. En los primeros momentos, sus rutas comerciales fueron casi las mismas que las de Assur; posteriormente fueron amplindose hasta la India, Afganistn, Jordania, Egipto, Persia, el Cucaso, Palestina, Lbano y algunos puertos del Mediterrneo. No obstante, estos largos y fatigosos viajes no estaban libres de toda clase de peligros. Haban mejorado los medios y las vas, pero no por ello resultaban menos difciles: los vehculos mejoraron y las ruedas dotadas de radios- se hicieron ms ligeras.La gran extensin del comercio, especialmente el terrestre o caravanero, est atestiguada por abundantes textos y vestigios de la poca. Con arreglo al Cdigo de Hammurab y a las legislaciones posteriores, en caso de robo, los mercaderes no estaban obligados a reponer los gneros perdidos, pero s, en cambio, al pago del doble de la suma que en caso de trabajar con crditos- les hubiesen adelantado los banqueros si regresaban de su aventura comercial si haber obtenido ninguna ganancia.Los antiguos sumerios haban navegado ya, cuatro mil aos a.C., por el golfo Prsico y el mar Rojo. Sus panzudas embarcaciones, equipadas a la vez con velas y remos, se limitaron inicialmente a la navegacin de cabotaje, atrevindose poco despus a saltar de isla en isla. A juzgar por los datos que poseemos, se tratara de naves de alto bordo parcialmente cubiertas.Estas embarcaciones sirvieron de modelo para la construccin de los cargueros asirio-babilnicos en los que el armazn era exclusivamente de madera, teniendo el casco propiamente dicho recubierto con gruesas pieles curtidas. A pesar de su aparente fragilidad, con ellas emprendieron viajes de larga navegacin.Aparecieron entonces en el Asia Menor los primeros y florecientes puertos de trnsito o transbordo, constituyendo el punto de reunin de los mercaderes de los ms diversos y lejanos pases. Para poder llegar a sus reuniones en las fechas fijadas previamente se realizaron en Babilonia los primero itinerarios de comunicaciones terrestres y martimas.El trfico fluvial sigui teniendo tanto o ms inters que en las anteriores etapas; se utilizaron barcos de menor tamao y en especial las famosas Kufas, an en uso en el Tigris y el ufrates, muy parecidas a grandes cestos, que, adems de servir para la pesca, tenan gran capacidad de carga.En Babilonia existieron varias casas de banca. Algunos documentos citan los nombres de algunos banqueros, como los hermanos Murash-Shu y Egibi, quienes se contentaban con obtener beneficios del 20 por 100.Pese a la severidad de la ley, los deudores no estaban del todo desamparados, ya que, en determinados casos, se establecan moratorias en los pagos. Cuando alguien tenga una deuda con intereses rezaba el artculo 48 del Cdigo de Hammurab- y la sequa o las tormentas malogren sus sembrados, destruyendo las cosechas, o no haya crecido su trigo a causa de las inclemencias del tiempo, ese ao quedar dispensado de la entrega de grano a su acreedor, y tampoco habr de pagarle mayores interese por la demora (Coll: 1986, p. 204).Antes del reinado de Hammurab, la justicia haba sido administrada casi exclusivamente por unos sacerdotes conocidos como jueces de las puertas del templo, hasta que ese monarca, para evitar lo que l llamaba abuso divino, los sustituy por jueces y magistrados laicos. Esta drstica reforma estableci el dominio de la ley por toda Babilonia escribe Champdor- y su imperio, y dej muy claro para todos que el tiempo de los sobornos y de los favores haba terminado (Champdor: 1985, 58).Pese a la innegable dureza de los doscientos ochenta y dos artculos del citado Cdigo de Hammurab, ste que no llegaba a la de las leyes asirias- reconoca la plena personalidad jurdica de la mujer- que no era considerada ni esclava del hombre ni su inferior, sino su igual y gozaba de idnticos derechos legales-, que poda poseer y administrar, al margen de cualquier control, su patrimonio privado y dedicarse, incluso, al comercio. Estaba autorizada a promover pleitos y a testificar ante los tribunales de justicia.Los vnculos matrimoniales establecidos mediantes contrato regular- slo podan disolverse en muy contados casos (esterilidad o enfermedad grave, por ejemplo), a requerimiento de ambas parte, en igualdad de derechos. En caso de adulterio, los amantes deban ser condenados a muerte, pero, como se parta del principio de la presuncin de inocencia, las acusaciones deban ser probadas, lo cual no siempre era fcil. El matrimonio tena como fin principal la procreacin, a fin de que el hombre no se extinguiera. No estaba admitida la poligamia, pero en caso de esterilidad, la esposa poda conceder al marido una de sus esclavas para suministrar prole a la casa. Los hijos de la sierva, una vez reconocidos, eran manumitidos y tambin su madre quedaba libre a la muerte del amo.Las acusaciones deban ser debidamente probadas, ya que si un hombre inculpa a otro de homicidio sin poder comprobar lo que dice, debe ser muerto. Los contratos tenan que ser redactados con arreglo a unas normas- y firmados por testigos; si un hombre entregaba algn objeto valioso a otro para que se lo guardara sin testigos ni contrato escrito, y luego el otro negara haberlo recibido en el lugar donde es hizo el depsito, el caso no constituye materia litigante. Los delitos contra la propiedad y la seguridad se castigaban con especial rigurosidad. Si un hombre entra en una casa que no es la suya, forzando la puerta, debe ser muerto y enterrado delante del sitio donde se ha introducido, y no salan mejor librados ni el fraude ni la imprudencia temeraria. Si una mujer vendedora de vino ha hecho que el valor del vino sea menor que el del grano, hay causa contra la vendedora de vino, y, si se prueba el caso, la mujer ser arrojada al agua o, si un arquitecto construye una casa, pero su obra no es lo bastante resistente y luego resulta que la casa que l ha construido se derrumba, causando la muerte del propietario de la casa, el arquitecto ser condenado a muerte. La prctica de la medicina tambin quedaba regulada. Si un cirujano ha unido y consolidado un hueso roto a un seor, o le ha curado una distensin de un tendn al paciente dar al cirujano cinco siclos de palta. Por el contrario, si un cirujano realiza una operacin importante a un seor con una lanceta de bronce y causa la muerte a dicho seor, o abre la rbita de un seor y le destruye el ojo, se condena al cirujano a cortarle la mano. En cuanto a los esclavos, deban saber comportarse, ya que si un esclavo ha dicho a su propietario: t no (eres) mi propietario, su propietario probar que se trata (efectivamente) de su esclavo y le cortar la oreja (Enciclopedia Cdex (75), 57; Domnguez: 1985, II).Todo est reglamentado. La ley del talin sanciona heridas, injurias, homicidios, etctera, con penas que varan de acuerdo con la condicin social de la vctima; as, cuando un esclavo abofetea al hijo de un hombre libre, hay que cortarle una oreja. Pero, no obstante, tan brbaros y desproporcionados castigos no pueden evitar que se aprecie el cuidado con el que este Cdigo (y la posterior legislacin) protege la vida, la propiedad y las necesidades econmicas, como se deduce de una detenida lectura de su contenido.