Egos Y Apegos

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 Egos Y A pegos... Los Vicios Que Nos Aprisionan Mirar la historia de la humanidad, es mirar un panorama de guerras, de confictos, de sangre, surimiento y dolor, es mirar las maniestaciones de los sentimientos más bajos y oscuros del hombre, es ver las intrépidas luchas que el hombre ha emprendido por tener más, por atesorar más, por alcanzar más, por ir más lejos de lo que puede ir. Mirar la historia de la humanidad es ver la destrucción de un plano, el dao irreversible que hemos hecho sobre la naturaleza, es encontrarnos con las escenas más tristes en las que el hombre ha desconocido ha !ios, olvidando cual es su origen y cual es su misión como esp"ritu encarnado en este plano terrenal.  #ero, por qué pasó, que nos llevó a este punto tan triste e inhumano en el que hoy nos encontramos, en el que somos capaces de asesinar a una part"cula que se orma en el vientre de una madre, en el que somos capaces de presionar un botón y causar la muerte a miles de personas en cuestión de segundos, en el que los principios morales y la escala de valores personales, amiliares y sociales se hunden en las maraas del materialismo y en donde cada ser humano es sólo una isla en un océano de pre ocu paciones, vanidades , org ullo, confictos emocionales, necesidades corporales e ilusiones e"meras y vac"as. $ómo llegamos aqu" y por qué seguimos aqu", dando vueltas en un c"rculo vicioso que cada vez es más di"cil abandonar, en un ciclo de reencarnaciones y reencarnaciones, en una espiral e%istencial, que, aunque nos permite avanzar, a veces, tras las altas, los errores, la ignorancia y la debilidad de los armajes pasajeros, puede regresarnos nuevamente al ondo.  #ues bien, en la e%istencia de los egos y los apegos quizás se encuentre parte de la respuesta. &l ego es el amor e%cesivo y enermizo por nosotros mismos, de ah" que etimológicamente la palabra ego"smo se derive de ego. &l ego nos lleva a olvidarnos que el resto de la humanidad e%iste y nos coloca en el centro de un mundo donde sólo la complacencia de nuestros deseos es importante. &l ego encadena a quienes creen que tienen toda la razón por sus niveles de estudio y sus teor"as cient"'cas, pero que son incapaces de abrir su mente a nuevos puntos de vista, llegando incluso a negar lo obvio. 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SOBRE EL SER

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Egos Y Apegos... Los Vicios Que Nos AprisionanMirar la historia de la humanidad, es mirar un panorama de guerras, de conflictos, de sangre, sufrimiento y dolor, es mirar las manifestaciones de los sentimientos ms bajos y oscuros del hombre, es ver las intrpidas luchas que el hombre ha emprendido por tener ms, por atesorar ms, por alcanzar ms, por ir ms lejos de lo que puede ir. Mirar la historia de la humanidad es ver la destruccin de un plano, el dao irreversible que hemos hecho sobre la naturaleza, es encontrarnos con las escenas ms tristes en las que el hombre ha desconocido ha Dios, olvidando cual es su origen y cual es su misin como espritu encarnado en este plano terrenal.Pero, por qu pas, que nos llev a este punto tan triste e inhumano en el que hoy nos encontramos, en el que somos capaces de asesinar a una partcula que se forma en el vientre de una madre, en el que somos capaces de presionar un botn y causar la muerte a miles de personas en cuestin de segundos, en el que los principios morales y la escala de valores personales, familiares y sociales se hunden en las maraas del materialismo y en donde cada ser humano es slo una isla en un ocano de preocupaciones, vanidades, orgullo, conflictos emocionales, necesidades corporales e ilusiones efmeras y vacas. Cmo llegamos aqu y por qu seguimos aqu, dando vueltas en un crculo vicioso que cada vez es ms difcil abandonar, en un ciclo de reencarnaciones y reencarnaciones, en una espiral existencial, que, aunque nos permite avanzar, a veces, tras las faltas, los errores, la ignorancia y la debilidad de los armajes pasajeros, puede regresarnos nuevamente al fondo.Pues bien, en la existencia de los egos y los apegos quizs se encuentre parte de la respuesta. El ego es el amor excesivo y enfermizo por nosotros mismos, de ah que etimolgicamente la palabra egosmo se derive de ego. El ego nos lleva a olvidarnos que el resto de la humanidad existe y nos coloca en el centro de un mundo donde slo la complacencia de nuestros deseos es importante. El ego encadena a quienes creen que tienen toda la razn por sus niveles de estudio y sus teoras cientficas, pero que son incapaces de abrir su mente a nuevos puntos de vista, llegando incluso a negar lo obvio. Aun, hoy, hay personas que se sienten dueas del universo y que han llegado a negar que Dios existe Cmo es posible que nuestra vanidad sea tanta como para rechazar la existencia de quien todo lo creo, en perfeccin y en abundancia? Nuestro ego ms grande es el creer que todo lo sabemos, que podemos comprobarlo con clculos y teoras, que tenemos el derecho a manipular y explotar todo lo que existe en este plano y darnos el lujo de negar aquello a lo que no le encontramos respuesta o no logramos controlar de una forma absoluta. El orgullo, la vanidad, los celos, la pereza, la avaricia, son slo algunos de los egos que todo ser humano tiene, en mayor o menor medida, segn el grado de evolucin de su espritu.Los apegos por su parte se explican como aquello que se cree que le genera felicidad al yo, al ego mismo. La palabra "deseo", abarca deseos buenos, que son estmulos de accin, y deseos estriles, que a nada conducen y que son apegos. Si nos aferramos a los deseos, es seal de que hay apego. Ese deseo es apego, porque ponemos en l la seguridad, la certeza de la felicidad. Abandonar los apegos no significa apartarse del mundo material, pues el ser humano necesita de l para tener aquellas experiencias humanas que lo harn crecer y evolucionar, pero lo que nunca debe permitirse es que el bienestar y la felicidad dependan de los encantamientos y placeres terrenales. Lo correcto no es renunciar a todo aquello a lo que nos sentimos atados, es renunciar a la posesividad, a la ansiedad, a la tensin, a la depresin frente a la prdida de algo, pues la raz del sufrimiento es el apego y donde no hay apego, no hay miedo, pues los apegos nos encarcelan y siempre nos vuelven vulnerables. Tenemos miedo porque no sabemos quienes somos, donde estamos, para donde vamos, debido a nuestra desconexin espiritual; entonces buscamos la seguridad y la felicidad en aquellas cosas que cultural, social o afectivamente llenen aquellos vacos, asumimos, justamente, una falsa seguridad.Es as como los egos y los apegos frenan la evolucin de los espritus al mantenernos anclados en este plano terrenal. Debemos creer en la real necesidad de despojarnos de ellos para siempre y parar su dominio en nosotros. Debemos dejar de sentir la necesidad de defendernos de enemigos imaginarios, de siempre estar a la defensiva, pues en verdad nuestros egos son los nicos enemigos que nos impiden encontrar y tomar el verdadero camino de nuestra felicidad. Debemos entender que lo que hoy tenemos es pasajero, que lo nico que trasciende es nuestro espritu, que lo dems de la tierra es y en la tierra deber quedarse. Debemos entender que este es un trabajo que nadie puede hacer por nosotros, pues es nuestro propio proceso de aprendizaje.Cuando podamos entender que la fuerza de nuestro espritu es mayor que cualquier otra fuerza que quiera frenar su evolucin, cuando hagamos conciencia de que nuestro Padre adems de crearnos nos leg su fortaleza y su magia, cuando aceptemos y asimilemos que nuestro lugar no est aqu, sino en el infinito, en el espacio astral, cuando despertemos del encantamiento de la tierra y nos rehusemos a seguir su juego y podamos sentir el llamado de un Padre que clama a gritos nuestro regreso, entonces habr llegado el momento de dejar todo atrs, de derrotar los egos y los apegos que nos aprisionan y de asumir, de manera firme y segura, nuestra verdadera misin en la Tierra: evolucin espiritual.

"Tienen una inmensa potencia dentro de ustedes. Al igual que la luz que ilumina, su visin debe ser pura, sagrada y agradable. No manchen o contaminen la bendicin de la vista mirando objetos indeseables, o mirando con malos pensamientos. Una energa magntica circula en ustedes. Aunque esta energa est presente en todo el cuerpo, su presencia es evidente en la mano. De ah que las manos deben ser empleadas para buenos propsitos. Nunca deben ser utilizadas para daar a otros. Los odos escuchan los chismes, la calumnia y el mal hablar. El resultado es que el poder de la audicin se contamina. Tambin el poder de la palabra. Este poder se manifiesta en las ondas del sonido y tiene que ser usado con mucho cuidado. Las palabras que uno pronuncia deben ser examinadas para ver que no exciten, irriten o causen ira a los dems. Las malas palabras regresan a quien las pronunci con doble fuerza. De ah que el discurso debe ser suave y dulce." Sathya Sai Baba (Mis Queridos estudiantes, Volumen 5, Captulo 14 - 14 de enero de 1996).