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PROGRAMA EUROPEO POCTEFA (FEDER) PROYECTO « LAZOS – LIENS – LOTURAK » El acompañamiento educativo de las familias en el ámbito judicial El « trabajo » con las familias en la protección de la Infancia Bernard DENIMAL y coll. JUIN 2011 Asociación Navarra Nuevo Futuro – HeziZerb Elkartea – IRSE Alava APSAP – ARIT Toxicomanies - SEAPB

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PROGRAMA EUROPEO POCTEFA (FEDER)

PROYECTO « LAZOS – LIENS – LOTURAK »

El acompañamiento educativo de las familias en el ámbito judicial El « trabajo » con las familias en la protección de la Infancia

Bernard DENIMAL y coll. JUIN 2011

Asociación Navarra Nuevo Futuro – HeziZerb Elkartea – IRSE Alava

APSAP – ARIT Toxicomanies - SEAPB

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SUMARIO

Capítulo I: Presentación de las actividades de la S.E.A.P.B.

El dispositivo de Protección de la Infancia en Francia

I- El sector de Protección de la Infancia-Juventud de la S.E.A.P.B. P 3

II- El dispositivo de Protección de la Infancia en Francia P 5

I-1 La función del Juez de Menores. P 7

Capítulo II: Las modalidades del acompañamiento educativo de las familias

I- El « trabajo » con las familias P 11

I-1 Definiciones P 11

I-1-1 El acompañamiento educativo de las familias P 11

I-1-2 La noción de familia P 12

II- Modalidades de intervención operacional P 13

II-1 La obligación P 13

II-2 De la obligación a la colaboración P 14

II-2-1 El primer encuentro P 15

II-2-2 El acompañamiento de las familias durante la separación P 17

II-2-3 Las modaliadades de entrevista de las familias P 19

II-2-4 El genograma P 21

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II-3 La intermediación y el Lugar de Acogida Padre(s) Niño(s) P 22

II-4 La separación al final de la misión, el fin del acompañamiento P 25

Capítulo I

I- Presentación de las actividades de la S.E.A.P.B.

II- El dispositivo de Protección de la Infancia en Francia

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Preámbulo

Este informe es fruto del trabajo de un grupo compuesto por jefes de servicio y por el director del Sector de Protección de la Infancia y la Juventud (Sección P. E. J.). Pretende ser el reflejo de las prácticas profesionales elaboradas y desarrolladas desde hace numerosos años dentro de los diferentes servicios e instituciones que tienen por misión acoger y proteger niños adolescentes, confiados por los magistrados, dentro del ámbito de la protección de la infancia o de la infancia delincuente.

El acompañamiento educativo de estos menores (o jóvenes mayores de edad), pretende tomar en consideración la globalidad de sus personas y familias.

Antes de presentar las modalidades de intervención, es necesario presentar la Sección de Protección de la Infancia-Juventud de la S.E.A.P.B. así como el contexto general de la protección de la infancia en Francia.

I- La sección de Protección de la Infancia-Juventud de la S.E.A.P.B.

De la sección P.E.J. derivan 13 actividades o estructuras organizadas en cuatro dispositivos:

La célula investigación diagnóstico evaluación (CIDE) El dispositivo de acogida de niños y adolescentes. El dispositivo de actividades de día. El dispositivo de medio abierto.

La CIDE tiene una triple función: garantizar la coherencia y la pertinencia de la trayectoria de los jóvenes confiados a la Sección, ser un apoyo para los equipos en el análisis de las situaciones cuando surjan dificultades en el acompañamiento educativo, mantener una visión cuya perspectiva sean las necesidades que observe y de su evolución. El dispositivo de acogida comprende cinco estructuras:

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1) la« Maison d’Enfants du Val d’Adour »,situada en un entorno rural, acoge los jóvenes y niños y las hermandades a partir de 6 años (38 chicos y chicas distribuidos en 3 casas) ;

2) la « Villa Mirasol »acoge 17 adolescentes chicas en el centro de la ciudad de Bayona ;

3) el« Foyer Lanerat »acoge 18 adolescentes chicos en la ciudad de Bayona ;

4) el Servicio de Acogida de Urgencia acoge 6 adolescentes chicas y chicos ; estásituado en la ciudad de Bayona ;

5) el Servicio Educativo y Social de Acompañamiento a los mayores de edad propone un alojamiento individual en estudio, o colectivo (apartamento) a 25 chicas y chicos de 17 a 21 años, con un acompañamiento educativo intenso y graduado, orientado hacia la toma de autonomía.

El dispositivo de actividades de día comprende 4 actividades que se dirigen a los adolescentes chicas y chicos de 12 a 18 años hasta incluso de 21:

1) el « Servicio de Mobilización Preprofesional » (20 plazas) para los jóvenes en dificultad con la escolarización y el ámbito escolar, o en rechazo del mismo, pero que desean orientarse hacia la vida activa ;

2) el « Servicio Educativo y Escolar Social » (25 plazas) para jóvenes que conservan el gusto por el aprendizaje escolar pero que no pueden seguir una escolarización tradicional en razón de sus propios problemas(inestabilidad, fobia, trastornos de la personalidad…);

3) el « Servicio Espacio Acción Proyecto » (8 plazas) acoge jóvenes en dificultades para relacionarse en un entorno ordinario y con la incapacidad de inscribirse en un proyecto pero que se encuentran sin embargo en búsqueda de unión con los adultos ;

4) el « Servicio Acogida, Acompañamiento para Adolescentes » (25 plazas) acoge a jóvenes en ruptura, lejos de los adultos, a los que es necesario ir a buscar allá donde se encuentren y con los que debe entablarse una relación que permita crear una nueva dinámica.

El dispositivo de medio abierto es llamado de este modo porque se dirige a menores (de 0 a 18 años) que en principio son mantenidos en su domicilio familiar pero benefician de una medida de protección o de investigación judicial. Este dispositivo desempeña tres tipos de misiones:

1) la asistencia educativa en medio abierto(protección del menor, ayuda y consejo a los padres)

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2) la encuesta social (verificación de las condiciones de vida y de educación, reconstitución de la trayectoria de vida de los padres y del niño)

3) la investigación y orientación educativa (similar a la encuesta pero con el añadido de una profundización en la personalidad del menor y eventualmente en cada uno de los padres)

Estas dos últimas misiones son de corta duración y tienen como objetivo aportar al juez el máximo de elementos posible de la situación con el fin de que el tome una decisión fundamentada. Volveremos sobre estos aspectos en la descripción sobre la protección de la infancia que se proporciona a continuación.

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II- El dispositivo de la protección de la infancia en Francia.

La protección de la infancia es, desde la ley de reforma 2007-293 del 5 de marzo de 2007, dirigida en cada departamento (equivalente a la Diputación) por el Presidente del Consejo general. Salvo existencia de una situación de extrema gravedad que requiera la intervención judicial inmediata, son los servicios del Consejo general los que recogen el conjunto de las « informaciones preocupantes »1 relativas a la situación de un menor. Para ello, el Presidente del Consejo general tiene la misión, desde la reforma, de constituir una célula de recogida y tratamiento de las informaciones preocupantes que centralice los datos, proceda a las evaluaciones y determine si procede, o no, recurrir a la autoridad judicial (en las Pirineos Atlánticos, es la célula Departamental Infancia en Peligro). En efecto, desde el 5 de marzo de 2007, en la protección de la infancia se otorga prioridad a la prevención y a la contractualización de las medidas de acompañamiento educativo desarrolladas por los servicios sociales del departamento. Sólo puede recurrirse a la autoridad judicial (Procurador de la República) subsidiariamente y bajo existencia de una de las condiciones siguientes:

Los servicios sociales del Consejo general no han podido proceder a la evaluación de la situación ;

Las medidas de acompañamiento puestas en marcha por los servicios sociales no han podido remediar el peligro de la situación ;

Los padres han rechazado la intervención de los servicios sociales.

Se recurrirá a la justicia dentro del marco de los artículos 375, y siguientes, relativos al niño en peligro. Estos artículos figuran en el capítulo de la Autoridad parental de esta manera reformada por la ley del 4 de marzo de 2002.

Art 371:« El niño, a cualquier edad, debe honor y respeto a su padre y a su madre » Art 371-1: « La autoridad parental es un conjunto de derechos y deberes que tienen por finalidad el interés del niño. Ésta pertenece al padre y a la madre hasta la mayoría de edad o emancipación del niño para proteger su

1 Estos son los términos retenidos por la ley para designar una situación de peligro o de riesgo para un menor

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seguridad, salud y moralidad, para asegurar su educación y permitir su desarrollo dentro del respeto debido a su persona. Los padres implican al niño en las decisiones que le conciernen en función de su edad y de su grado de madurez » He aquí muy brevemente recordado el marco legal de la Autoridad parental. Para lo concerniente a la protección de la infancia, a continuación, los artículos de referencia del Código Civil: Art 375 : « Si la salud, la seguridad o la moralidad de un menor no emancipado se encuentran en peligro, o si las condiciones de su educación y de su desarrollo físico, afectivo, intelectual y social, están gravemente comprometidas, pueden serordenadas por la justicia medidas de asistencia educativa, a instancias del padre y de la madre conjuntamente o de uno de los dos(L nº87-570 del 22 de julio 1987), de la persona o del servicio al cual el niño ha sido confiado, del tutor del propio menor o del ministerio público. El juez podrá tomar el caso, sin la previa apealción del Procurador de la República, de forma excepcional, por existencia de causas especiales que lo justifiquen. Las medidad de asistencia educativa pueden ser ordenadas al mismo tiempo para niños dependientes de la misma autoridad parental. (L n°86-17 del 6 enero de 1986, art 51) La decisión fija la duración de la medida sin que ésta pueda, cuando se trate de una medida educativa ejercida por un servicio o una institución, exceder dos años. La medida podrá ser renovada por una decisión justificada. Sin embargo, cuando los padres presenten dificultades relacionales y educativas graves, severas y crónicas, evaluadas como tales en el estado actual de los conocimientos, afectando durablemente a sus competencias en el ejercicio de su responsbilidad parental, una medida de acogida ejercida por un servicio o una institución puede ser ordenada, por una duración superior, con el fin de permitir al niño el beneficio de una continuidad relacional, afectiva y geográfica en su entorno de vida desde que se ha adaptado a sus necesidades inmediatas y venideras »2

Art 375-1: « El juez de menores tiene competencia, bajo apelación, en todo aquello que concierne la asistencia educativa. Debe esforzarse seimpre en obtener la adhesión de la familia a la medida prevista »

2 El texto en azul representa todo aquello que ha sido modificado por la Ley de Reforma de la protección de la infancia.

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Art 375-2: « Siempre que sea posible, el menor debe ser mantenido en su entorno habitual. En este caso el juez designa bien una persona cualificada, bien un servicio de observación, de educación o de reeducación en medio abierto otorgándole la misión de aportar ayuda y consejo a la familia, con el fin de superar las dificultades materiales o morales que encuentre. Esta persona o este servicio está encargado de seguir el desarrollo del niño, de hacer un informe al juez periódicamente. El juez puede, asimismo, subordinar el mantenimiento del niño en su entorno al cumplimiento obligaciones particulares, como acudir regularmente a un centro sanitario o educativo, ordinario u especializado, o ejercer una actividad profesional » Art 375-3: « Si es necesario apartar al niño de su entorno habitual, el juez puede decidir confiarlo:

1° al otro progenitor detentor de la autoridad parental o en cuya vivienda el niño no tenga su residencia habitual.

2° a otro miembro de la familia o a un tercero digno de confianza. 3° al servicio departemental de ayuda social a la infancia »3

4° a un servicio o a un centro habilitado para la acogida de menores durante el día, o siguiendo cualquier otra modalidad de hacerse cargo de él. 5° a un servicio o a un centro sanitario o educativo, ordinario o

especializado. Art 375-4 : «En los casos específicos 1°, 2°, 4°, 5° del artículo precedente, el juez puede encargar, ya sea a una persona cualificada, ya sea a un servicio de observación, educación o de reeducación en medio abierto, de aportar ayuda y consejo (L n°87-570 del 22 julio de 1987) a la persona o al servicio al que el niño ha sido confiado, así como a la familia, y de seguir el desarrollo del niño » Art 375-7: «El padre y la madre del niño que beneficie de una medida de asistencia educativa continuaran a ejercer todos los atributos de la autoridad parental que no sean irreconciliables con dicha medida. Ellos no pueden, durante la duración de ésta, emancipar al niño sin la autorización de un Juez de Menores.

3 Este párrafo no es nuevo sino que ha sido remontado al tercer lugar en el orden de prioridades por la ley de 2007-293

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Sin prejuicio del artículo 373-4, y de las disposiciones particulares que autoricen a un tercero a cumplir un acto inusual sin el acuerdo de los detentores de la autoridad parental, el juez de menores puede, excepcionalmente, y en cualquier caso cuando el interésde niño lo justifique, autorizar a la persona, el servicio o el centro a quien haya sido confiado el niño a ejercer un acto propio de la autoridad parental en caso de un rechazo abusivo y desmesurado, por parte del detentor de la autoridad parental, de las medidas tomadas por el juez y necesarias para el niño, o en caso de negligencia de los detentores de la autoridad parental, encargando al demandante la aportación de la prueba que muestre la necesidad de esta medida.

En aplicación del artículo 371-5, el lugar de acogida del niño debe buscarse en el interés de este y con el fin de facilitar el ejercicio del derecho de visita y de alojamiento del o los padres y el mantenimiento de los lazos con sus hermanos y hermanas.

Si ha sido necesario confiar al niño a una persona o a un centro, sus padrés conservarán el derecho de correspondencia así como el derecho de visita y alojamiento. El juez fijará la modalidad de los mismos y podrá, si el interés del niño lo exige, decidir que el ejercicio de estos derechos, o de uno de ellos, sea provisionalmente suspendido. Puede igualmente decidir que el derecho de visita del o de los padres sólo sea ejercido en presencia de un tercero designado por el centro o el servicio al que el niño haya sido confiado.

Si la situación del niño lo permite, el juez fijará la naturaleza y la frecuencia de los derechos de visita y de alojamiento y puede decidir que estas condiciones sean determinadas conjuntamente entre los titulares de la autoridad parental y la persona, el servicio o el centro al que haya sido confiado el niño, mediante un documento que les será trasmitido. Se apelará a la intervención del juez (permaneciendo como válida la decisión que este tome) en caso de desacuerdo.

El juez puede decidir las modalidades de acogida del niño en consideración del interés del mismo. Si el interés del niño lo necesitase, o en caso de peligro, el juez podrá decidir el anonimato del lugar de acogida. »

Para todo lo concerniente al ámbito penal, es conveniente referirse a la ordenanza de febrero 45, relativa a los menores delincuentes, y especialmente a los siguientes artículos:

Artículo 1

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Los menores a los que haya sido imputada una infracción calificada de crimen o delito no serán deferidos a las jurisdicciones penales de derecho común, y sólo serán justiciables por los Tribunales de Menores o por “la cour d’assises”4 de menores.

Aquellos a los que haya sido imputada una infracción leve, o una multa policial serán deferidos a las jurisdicciones de menores en las condiciones previstas por el artículo 20-1.

Artículo 2

El Tribunal de Menores y la cour d’assises de menores pronunciaran, siguendo los casos, las medidas de protección, asistencia, vigilancia y educación que se consideren apropiadas.

Ellos podrán, asimismo, cuando las circunstancias y la personalidad de los menores lo exijan, ya sea pronunciar una sanción educativa contrariamente a los menores de diez a dieciocho años, conforme a las disposiciones del artículo 15-1, ya sea pronunciar una pena contraria a los menores de trece a dieciocho años teniendo en cuenta la atenuación de su responsabilidad penal, conforme a las disposiciones de los artículos 20-2 al 20-9.

El Tribunal de Menores sólo puede pronunciar una pena de encarcelamiento, suspendida dependiendo del complimiento de unas condiciones concretas, tras haber justificado la decisión de la misma.

Artículo 3

El Tribunal de Menores o “la cour d’assises” tiene competencias sobre el lugar de la infracción, la residencia del menor o de sus padres o tutor, sobre lugar donde el menor haya sido encontrado o del lugar donde haya sido desplazado, sea de forma provisional o definitiva.

II-1 La función del Juez de Menores

El Juez de Menores, elegido a su vez por el Procurador de la república, quien previamente ha verificado la existencia de una de las tres condiciones antes enunciadas, tiene dos posibilidades durante el primer tiempo de la apertura del dossier de asistencia educativa:

O bien considera que no dispone de los elementos que le permitan tomar una decisión fundamentada y ordena una

4 En Francia, la cour d’assises (audiencia), tiene competencias sobre el derecho penal.

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medida de investigación con el fin de obtener todos los elementos decisivos;

O bien disponde de los elementos decisivos y se pronuncia por una medida de protección.

En el primer caso, designará un servicio público o asociativo al que demandará evaluar la situación y elaborar proposiciones resolutorias, dentro de un plazo máximo de seis meses. En efecto, en el derecho francés, la ley, dentro del respeto al denominado debate contradictorio (el justiciable prepara sus argumentos, ya sea sólo o con su abogado, aportando elementos al dossier y durante las audiencias), fija en seis meses máximo el plazo dentro del cual el juez debe tomar una decisión sobre el fondo.

En el segundo caso, es el magistrado quien toma toda decisión, ya sea de clasificar el dossier porque considere que no se cumplen las condiciones del artículo 375, ya sea la protección del niño. Dispone entonces de las posibilidades enunciadas en los artículos 375-2, 375-3 y 375-4, a saber, desde una protección simple con el mantenimiento del domicilio, hasta la retirada del niño y su desplazamiento.

La particularidad del Juez de Menores en Francia es que posee al mismo tiempo competencias en los ámbitos civil y penal. Un mismo menor puede por tanto beneficiarse de una medida de protección porque sea considerado en peligro (el es una « víctima ») y puede ser presentado ante el mismo juez tras haber cometido un delito (el es entonces « autor »). El marco penal para los menores, aunque fuertemente endurecido a partir de los últimos años5, continua sin embargo privilegiando lo educativo sobre lo represivo, de ahí el interés del dispositivo específico de la justicia francesa de menores. Es necesario, no obstante, saber que el debate sobra la separación entre lo penal y lo civil es de actualiadad desde los últimos años y por la orientación hacia la seguridad de las políticas públicas.

Acabamos de describir el marco jurídico y reglamentario de la protección de la infancia, es conveniente definir ahora aquello que denominamos como « el trabajo con las familias ».

5 La ordenanza de 45 que constituye el marco legar para los menores delincuentes ha sido modificada más de una decena de veces en los últimos años.

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Capítulo II

I- El « trabajo » con las familias

II- Las modalidades de acompañamiento educativo de las familias dentro del marco judicial

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I- El « trabajo » con las familias

La metodología que aquí nos interesa es aplicada en el ámbito de la protección de la infancia en el seno de las diferentes actividades que acabamos de describir. Algunas definiciones se revelan necesarias para comprender de qué hablamos cuando evocamos la noción de « trabajo con las familias », o incluso cuando empleamos el término de « familia »

I-1 Definiciones

Comenzaremos por definir aquello que denominamos normalmente « el trabajo con las familias » y del cual la designación exacta debería ser « el acompañamiento educativo de las familias ». Estas denominaciones serán empleadas, una u otra, de forma indiferente en el texto.

I-1-1 El acompañamiento educativo de las familias.

« El trabajo con las familias » es una expresión cuyo origen se encuentra principalmente en dos de los aspectos de la misión de protección confiada a un servicio o centro habilitado.

En dirección a la familia : el servicio o el centro tiene como misión proteger al niño y, para ello, los trabajadores sociales, psicólogos y médicos (aunque no se cuenta con un psicólogo infantil en todos los centros y servicios, en caso necesario, hacemos llamamiento a un profesional externo) son animados a movilizar la reflexión de los padres sobre el ejercicio de sus responsabilidades parentales, de la forma más frecuente, bajo la forma de entrevistas individuales y familiares ; se trata de « poner en funcionamiento el pensamiento » de los padres sobre estas cuestiones (el ejercicio de parentesco, el funcionamiento familiar, los valores familiares, los fenómenos entre las generaciones) pero igualmente de movilizar la reflexión del niño sobre su funcionamiento personal y en el seno de la familia y el entorno, sobre el lugar que ocupa en la familia, entre los hermanos, etc. (evidentemente, en función de su edad). El trabajo de acompañamiento educativo se inscribe también dentro de un recorrido muy concreto realizado con las familias y/o el menor (inscripción a las ayudas locales sociales y familiares, a Pôle Emploi6, ir al encuentro de los profesores). El objetivo del acompañamiento es por tanto pasar de una función de « hacer en lugar de » a la función de « hacer con » (la persona).

6 En Francia, el servicio de búsqueda de empleo.

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Por parte del servicio o del centro: el ejercicio de sus misiones y particularmente hacer reflexionar a los padres y al niño exige, por parte de los profesionales del equipo, un importante trabajo interdisciplinar en términos de concertación, de comprensión y de evaluación de la situación, de elaboración de modalidades de intervención.

He aquí, por tanto, pese a no ser totalmente completa, explicada esta noción de « trabajo con las familias », sinónimo para estas últimas como para los profesionales de un « esfuerzo », bien es cierto diferente, pero un esfuerzo a la vez de elaboración, ampliación y de distanciación para encaminarse al final hacia la resolución de la problemática existente.

I-1-2 La noción de familia

Las estructuras familiares han cambiado porfundamente en los últimos decenios, este hecho, necesariamente, afecta a las familias al lado de las cuales trabajamos. Cada vez hay más familias monoparentales y/o recompuetas, a veces multi recompuestas7, la cuestión de la filiación, o al menos la del lugar qu el niño (aquella que se le atribuye y aquella que él mismo se otroga) tiene dentro de está constelación en movimiento, se presenta para numerosos menores. Muchos de entre ellos tienen « padres » y « madres » sucesivos (figuras paternales y maternales, sería más apropiado), biológicos y que « cumplen la función de sustituto maternal y paternal »; en todo caso, personas con las cuales las relaciones están cargadas de emotividad, ya sea de forma positiva o negativa. Nosotros debemos, evidentemente, tomar en consideración esta realidad existente respecto a los niños y a las familias. Tener esto en consideración nos lleva a trabajar no solamente con los detentores de la autoridad parental sino también con el conjunto de los actores familiares que interrelacionan con el niño: abuelos, hermanos, padrastros/madrastas, medio hermanos o medio hermanas, resto de la familia…

De este modo, apoyamos nuestras intervenciones sobre el doble principio de coparentalidad y de reconocimiento del lugar del padrastro asi como de aquellos terceros destinados a ocuparse del niño,todo ello preservando el equilibrio entre objetivos a priori antagonistas : la preservación de los lazos de filiación y la necesidad de hacer más fácil ocuparse del niño cotidianamente.

7 El 80% de las familias bajo medida judicial son, efectivamente, recompuestas.

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La noción de familia se aleja por tanto de la representación tradicional que la limitaba al niño y a sus padres y hermanos. De hecho, constatamos que para una sola familia el número de interlocutores es bastante más importante que anteriomente. Por otro lado, observamos que las divergencias que separan a los detentores de la autoridad parental sobre todo lo concerniente no solamente a la educación de los niños sino a aquello que estimen como sus derechos (ejercicio de los derechos de visita y alojamiento, ejercicio de la autoridad parental conjuntamente) son frecuentemente masivos y enquistados (antagonismos, descalificaciones del otro progenitor, conglictos agudos, negación del otro progenitor).

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II- Modalidades de intervención operacional

Este capítulo está consagrado a la interveción llevada a cabo de manera concreta al lado de las familias. Presenta, por tanto, las prácticas profesionales utilizadas dentro de un contexto específico: la intervención educativa bajo decisión de la justicia, realizada sobre la base de un marco institucional elaborado y construido por equipos interdisciplinares.

II-1 La obligación

La primera dimensión a tener en consideración cuando el Juez de Menores ordena una medida de protección es la obligación que acaba de imponerse al menor y a sus padres. Hayan sido ellos, o no, los demandantes de la ayuda, no tienen elección sobre la decisión tomada. La decisión de la justicia les transforma en « justiciables », es decir en personas que debenrendir cuenta de sus actividades ante el juez. Según si la resolución es llevada sobre el fondo (medida de protección) o no (investigación), los derechos de las familias serán diferentes. Es importante que las familias lo comprendan y para ello que les sea explicado nuevamente8. En el caso de una resolución de justicia sobre el fondo (con el conocimiento las circunstancias existentes), la familia dispone de 15 días a partir de la notificación para interponer una apelación con o sin la ayuda de un abogado, pero por ello el recurso no es suspensivo. Esto significa que la intervención o el plazamiento es efectivo, de derecho, hasta la decisión del Tribunal de Apelación, que intervine varios meses después. En el caso de una misión de investigación y porque no se trata de una decisión de fondo, la familia no tiene la posibilidad de hacer una apelación, la decisión es ejecutoria con el fin, justamente, de que el magistrado pueda establecer una opinión de fondo, es decir, tomar buena conciencia de la situación existente.

Esta obilgación se vive de forma diferente según las personas: algunas positivizan la intervención del juez y consideran que se trata de una ayuda que les es aportada, otras vives esto como una intrusión más o menos insoportable en su vida privada. En todos los casos, las personas de encuentran a partir de entonces « sujetadas », es decir, sometidas por una parte a las decisiones del Juez de Menores y por otra a la evaluación de la institución que cumple con la misión de protección. La relación entre las familias y las instituciones (es decir, con los profesionales) es de hecho asimétrica,

8 Cuando la familia haya sido recibida en audiencia antes del pronunciamiento de la decisión, le es explicado su derecho de apelación. Frecuentemente, sin embargo, dentro de una misión de investigación y en vista de la urgencia, la familia no es convocada.

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desigual, pese a que tanto los unos como los otros se vean sometidos a la decisión del juez.

Sin embargo, si una forma de obligación se ejerce igualmente respecto a la institución encargada por el juez de poner en obra su decisión, esta no es de la misma naturaleza: se trata de profesionales y no de justiciables. La obligación existe principalemente a dos niveles para la institución y sus profesionales: cumplir con la misión en los términos que figuran en la ordenanza del juez, e imperativamente dar cuenta por escrito y durante las audiencias de intervención y de evolución de la situación de peligro inicial.

II-2 De la obligación a la colaboración.

Aquello que finalmente reúne a las familias y a los profesionales, además de la preocupación por el niño concernido, es su voluntad en principio compartida, aunque por motivos diferentes, de actuar de manera que la intervención judicial deje de ser necesaria y por tanto cese de forma más o menos rápida. El fin de la medida de protección significa, por tanto, que el niño está fuera de peligro, que su desarrollo ha dejado de encontrarse comprometido. Para las familias la obtención de este objetivo convierte en caduco su estatus de justiciables a través de la clasificación del dossier judicial de asistencia educativa y pone fin a la intrusión en su vida privada. Para los profesionales se trata, al proponer el final de tal medida, de demostrar su capacidad para remediar las disfunciones que han motivado la intervención judicial.

Este objetivo, normalmente compartido, constituye así una de las bases de la relación que la institución, a través de sus profesionales, va a intentar construir con las familias, úncio modo de superar la contradicción existente entre la obligación sufrida y la necesidad de colaboración de la familia con la institución. En efecto, la realidad y la experiencia del acompañamiento educativo demuestran que, sin la ayuda de la familia, los profesionales no pueden llegar ellos solos a ayudar al niño y a solucionar la problemática que se encuentra al origen de la decisión de protección.

Así, el desafío que debe recoger la institución es el de tener en consideración la obligación sufrida por las familias para llegar a establecer con ellas una relación de ayuda consentida y, más allá, una relación de confianza.

Para construir esta relación, la institución va a apoyarse en la necesidad para las dos partes de demostrar al magistrado que las disfuncionalidades que han motivado su decisión han desaparecido.

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Existen dos condiciones previas a la construcción de esta relación institución-familia para que evolucione en el sentido deseado: la garantía del ejercicio de los derechos de las familias y la profesionalidad de los componentes del servicio. Considerando el carácter judicial de la intervención y la relación asimétrica entre los profesionales y las familias, la realción de ayuda que la institución debe instaurar va a apoyarse fuertemente enlos derechos y obligaciones de las familias tal y como están recogidos por la ley y eventualmente por la ordenanza9 : derecho al respeto de la persona, derecho a la información, al consejo, a la expresión y a la toma en consideración, derechos y obligaciones unidos al ejercicio de la autoridad parental.

En este contexto y respecto a la evolución de lo que está en juego, se trata de un encuentro determinante ya que condiciona la manera en la cual el acompañamiento educativo podrá desarrollarse seguidamente, es el primer encuentro. Vamos a describir este proceso transversal a todas las actividades. Por esta razón, la denominación de « trabajador social » será frecuentemente empleada en lugar de aquella de « educador », pudiendo ser diferente la función que desempeñe en cada lugar, por ejemplo entre el medio abierto y el centro de menores.

II-2-1 El primer encuentro

Antes de este primer encuentro, si se trata de un ingreso en el centro de menores o en actividad de día, se han trasmitido a la institución de acogida elementos de información detallados concernientes a la situación familiar y a la razón de la decisión. En medio abierto, los elementos de información son aquellos de la ordenanza, sólo tras el primer encuentro el trabajador social o el jefe de servicio acudirá a consultar el dossier al tribunal con el fin de tomar conocimiento del máximo posible de información (toma de notas autorizada). Sobre la base de los datos recogidos y en función del análisis que ha sido realizado, los escenarios de la entrevista pueden ser estudiados caso por caso. Por ejemplo, si tenemos consciencia de un conflicto entre dos padres separados, evitaremos verlos juntos para no alimentar el conflicto. Según la situación y la edad del menor, el encuentro podrá ser descompuesto en dos tiempos: un tiempo con el menor y sus padre y depués un tiempo sin él. En otros casos donde existe un fragilidad psicológica, la intervención del psicólogo en el primer encuentro puede ser requerido a menos que se le

9 El juez puede decidir en su ordenanza por una parte fijar los derechos de visita y de alojamiento de los padres, y por otra pronunciar obligaciones particulares a respetar, como por ejemplo la frecuentación obligatoria de un centro de formación la obligación de cuidados psicológicos o psiquiátricos

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encomiende al niño mientras un educador y el jefe de servicio y/o el director se entrevistan con los padres.

El primer encuentro con el menor y con su familia reviste un carácter muy importante. Este se efectua, en el caso de un ingreso no urgente, algunos días antes de la acogida física del menor. Es un tiempo de preparación a la acogida y por tanto a la separación. Calificamos este primer intercambio de « entrevista de admisión ». En « actividad de día » el procedimiento es el mismo, sin embargo, en « medio abierto », el primer encuentro corresponde sistemáticamente al comienzo de la intervención. En estos dos últimos casos, en principio, no se presenta el desafío de la separación, ya que el menor vuelve con su familia cada noche. Este existe únicamente en el caso de que un joven sea admitido a la vez en una actividad de día y en un centro de menores, pero aún así no reviste igual importancia para las dos actividades : es el centro de menores el que representa el símbolo de la separación, no la actividad de día.

Este encuentro es dirigido por el director y/o el jefe de servicio con la familia, el trabajador social referente de la institución, a veces el psicólogo y sistemáticamente el trabajador social que acompañe todo el proceso (salvo en A.E.M.O.)10. Este encuentro es una condesación de informaciones y emociones cuya gestión se presenta de vital importancia para la continuación. Las emociones provienen de las propias circunstancias: la familia se enfrenta a los profesionales encargados de poner en marcha la decisión del juez, el encuentro entre las personas está entonces teñido de resentimientos mutuos. A este momento, la familia frecuentemente se ve sometida a las reacciones emocionales ya vividas en el momento de la decisión del juez (cólera, oposición, sentimiento de injusticia o por el contrario de alivio, estos sentimientos son normalmente ambigüos) por que son abordados, sobre la base de la ordenanza, los motivos que llevaron a tal decisión y por tanto las disfuncionalidades o dificultades a la vez familiares y personales. Las informaciones intercambiadas entonces son preciosas. Estas poseen los elementos que han arrastrado la decisión de protección, sobre el funcionamiento familiar y la historia del niño, de la familia, sobre la opinión y el posicionamiento de cada uno de los interesados.

La postura de los profesionales es voluntariamente humilde y marcada por una atenta escucha. Los profesionales deben abordar los elementos propios de la situacion sin edulcorar la realidad, pero tampoco deben mostrarse insistentes bajo el riesgo de estigmatizar o descalificar a los padres o al

10 Bien un trabajador social de los servicios del Consejo general, bien un trabajador social de A.E.M.O.

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menor. Es por ello que aquél que guía la entrevista deja un amplio lugar a que las personas se expresen. No hay, por un lado, aquellos que saben educar, y por otro, aquellos que no consiguen hacerlo: al contrario, es lo vivido y el análisis de los padres y del niño lo que nos importa; los padres saben mejor que los profesionales cómo es su hijo.

Las informaciones intercambiadas conciernen también el funcionamiento del servicio o del centro, los derechos y obligaciones de unos y otros, las reglas de la vida cotidiana. Estos documentos de información son remitidos a los padres y al menor: folleto de acogida, carta de derechos y libertades, reglamento de funcionamiento. Una visita de los lugares es efectuada de tal forma que la familia pueda imaginar a su hijo en aquel que se convierte su nuevo entorno de vida.

En resumen, los objetivos de este primer encuentro consisten en:

Enunciar los motivos de la decisión de protección respecto a la ordenanza del juez y comprender el posicionamiento de los actores familiares en relación a la decisión;

Comprender el funcionamiento familiar, los valores, el lugar de cada uno;

Presentrar muy claramente las modalidades de intervención y de acompañamiento educativo, el funcionamiento institucional, las reglas;

Definir, en el marco de un ingreso, los compromisos de cada uno en términos de transporte, vestuario, mantenimiento de la colada, dinero para gastos, seguimiento escolar, tiempos regulares de encuentro, regreso a la familia…

Definir los ejes prioritarios del proyecto personalizado de acompañamiento educativo;

Instaurar la medida de protección.

Este último punto merece algunas explicaciones. Instaurar la medida de proteccion consiste en situar la decisioón de protección en su dimensión institucional, judicial y legal. Es también situar la institución de acogida dentro de su articulación con eljuez y enunciar el marco institucional dentro del cual el menor es acogido y con el que la familia estará en relación. El marco institucional esta fijado por reglas de habilitación, por la inscripción y la contribución de la institución al dispositivo departamental de protección de la infacia, en definitiva por el proyecto asociativo y el proyecto de servicio, estando los dos relacionados. Esta es la explicación del continente y del contenido del acompañamiento educativo. La forma en la que los

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responsables y los profesionales encarnan y llevan el marco institucional condiciona el acompañamiento educativo y su eficacia. Tras la fase de admisión y de acogida llega el momento concreto del acompañamiento educativo que comienza, cuando se trata de un ingreso de estancia, por la separación entre el niño y los padres, momento aún importante. II-2-2- El acompañamiento de las familias en el marco de la separación La separación es frecuentemente difícil de vivir no solamente sobre el plano afectivo. El niño deja sus referencias habituales y debe construir otras. Los padres, la familia, habituados a un funcionamiento con la presencia del niño, deben igualmente componer e inventar durante su ausencia un nuevo funcionamiento. La separación, incluso la no dolorosa, viene a crear un desequilibrio en el sistema familiar, tanto, que es frecuententemente el comportamiento perturbador del niño el que permite al sistema familiar de crear un equilibrio (por ejemplo, mientras que los padres se concentren en las dificultades del niño, esto evita hablar de sus problemas de pareja y de pelearse por ello). La institución va a acompañar en esta fase delicada pero indispensable, pour una parte al niño y por otra a los padres. Este apoyo aportado a unos y otros es realizado esencialmente por dos actores distintos: el educador y el Jefe de servicio. Se trata de este modo de delimitar las zonas de acción de cada uno, aquella de los adultos y aquella del niño. Se muestra un verdadero interés en esta distinción ya que constatamos, en muchas situaciones, que los lugares ocupados en el seno de la familia son « perturbados», confusos, y este fenómeno participa en las disfunciones percibidas. Allí donde las fronteras son abolidas, es importante marcar fronteras generacionales y las diferencias de estatus entre adultos y niños. El día de la integración, el grupo que va a recibir al nuevo niño o joven es informado y animado a recibirle simpáticamente. Un niño o joven del grupo puede ser especialmente encargado de guiar al nuevo explicándole los lugares, las reglas etc. En función de aquello que la instutución conoce del niño o del joven, opta por el grupo que parezca el más adaptado, de igual modo que por el niño o joven con el que compartirá la habitación, en caso de deber hacerlo. Durante la reunión de grupo que tiene luegar cada semana, los niños y los jóvenes van, cada uno por turnos, a presentarse e intentar decir algo sobre la razón de su presencia, sus objetivos, todo ello con la intención de integrar al recién llegado, de compartir algo con él.

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La primera noche, el niño o el joven es invitado a llamar a sus padres para decirles como ha pasado la jornada. Por su parte, desde el día siguiente, el Jefe de servicio llama igualmente a los padres para compartir con ellos de qué manera viven la separación. El objetivo de esto es dar seguridad, escuchar el sufrimiento de los padres frente al ingreso en el centro y de escuchar aquella del niño, pero separando la esfera del niño y la de sus padres. Cerca del niño, los educadores se muestran particularmente disponibles las primeras semanas del ingreso, es por ello que las vueltas con la familia son espaciadas durante este periodo con el fin de que la separación produzca sus primeros efectos. El educador efectua un trabajo de escucha, ayuda al niño a expresar lo que siente. Las diferentes y numerosas actividades que le son propuestas participan de este modo a llenar la falta suscitada por la separación. Por el lado de los padres, el Jefe de servicio se muestra también muy disponible a las llamadas telefónicas y a los encuentros. Es de esta manera que acompañamos a los padres progresivamente en la aceptación de la separación y la necesidad por cambiar aquello que no es conveniente. Así, poco a poco, con el paso del tiempo y los intercambios, va a construirse por una parte una relación de confianza con el niño, y por otra con los padres, relación que va a autorizar al niño o al joven a aprovechar su lugar de internamiento y las figuras adultas que cotidianamente se ocupen de él. En efecto, hasta que un mínimo de confianza no haya sido instaurada entre la institución y los padres, es complicado e incluso imposible para el niño de implicarse sin ser víctima de un conflicto de lealtad consus padres. En las situaciones en las que el acompañamiento educativo sea desarrollado durante la jornada o en medio abierto no ha de preocuparse en principio por la separación, salvo cuando los profesionales de estas actividades, previas al ingreso, se encuentren ellos mismos al origen de una demanda de internamiento. En este caso, ellos deben preparar al joven y a los padres ante la idea de separarse. A parte de esta diferencia, el camino para establecer una relación de confianza es idéntico a aquel que acaba de ser descrito. Este reclama tiempo, muchos intercambios, escucha y comprensión, el respeto de un marco institucional claro y al que cada uno pueda referirse, la delimitación de las esferas (familiares e institucionales, de los adultos y de los niños) y de las fronteras generacionales, de saber recurrir al juez de manera pertinente haciéndole estar presente en nuestro discurso y demandándole de zanjar un asunto cuando sea necesario.

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Para todas las situaciones sin excepción, queda por hacer vivir o mantener esta relación de confianza una vez ha sido instaurada con el fin de que pueda sobrepasar los desacuerdos y eventuales conflictos inevitables que surjan sobre la manera de ocuparse del niño o joven: conflictos entre los padres y la institución, entre el joven y la institución, entre los padres. Para mantener esta relación de confianza, varios soportes son utilizados: el proyecto personalizado que expone los objetivos y los medios convenidos para responder a la problemática observada (ver documento añadido en anexo), las entrevistas regulares destinadas a hacer un balance sobre la evolución de la situación, la información y la comunicación.

II-2-3 Las modalidades de entrevista con las familias

La entrevista es el útil principal en el trabajo de acompañamiento educativo. En efecto, es a partir de un encuentro que se producen los intercambios. La técnica de entrevista se inscribe sobre la base de los objetivos que se fijen. Cada entrevista debe tener un objetivo particular y necesita por tanto una preparación previa. Esta preparación se elabora a partir del contenido de la ordenanza del juez en la primera entrevisa o a partir del contenido de la entrevista precedente y del objetivo apuntado en el marco del proyecto personalizado. Así, la entrevista podrá orientarse en torno a posturas variadas y combinadas:

- La sugestión: trabajo de reflexión compartido con la familia en torno a un acto parental. Es la postura que más puede aproximarse a la misión de « protección y consejo a la parentalidad »

- La garantía: mantener un acto parental que responda a las necesidades del niño. Esta postura es sobre todo asimilable a la misión de « acompañamiento de la parentadilad »

- La ayuda concreta:acompañar física, moral y materialmente un acto parental. Aquí, nos encontramos sobre todo en el registro de la ayuda, ciertamente más importante que la postura de la garantía pero a menudo necesaria cuando se pretende un objetivo de « re-apropiación » de las funciones parentales por la propia familia.

- La conminación:plantear una obligación de acto parental y controlar su efectividad en relación con las necesidades del niño. Esta postura reenvía al marco judicial de la medida que debe garantizar el derecho de protección del menor.

El lugar de desarrollo de la entrevista es también una parte esencial de la práctica profesional

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- En el domicilio familiar: es ciertamente el territorio más « tranquilizador » para la familia. En su propio entorno, la instauración de la relación educativa necesaria para poder instaurar cambios resulta más facil(práctica de medio abierto)

- En el servicio y en la institución: es el territorio del trabajador social, del educador y de la institución. El objetivo pretendido reside más en el hecho que en el contenido y los objetivos propuestos en la entrevista revisten un carácter firme con un importante mensaje a hacer pasar o un evento puntual a solucionar (práctica actividad de día y alojamiento)

- En un lugar neutro:el más utilizado durante las entrevistas con el menor, la noción de neutralidad permite al niño no estar en el territorio familiar, donde puede sufrir presiones, ni en el territotio institucional que puede no favorizar la verbalización. Compartir actividades con el menor sostiene la relación educativa (comidas, actividades deportivas o culturales, paseos, etc.)-práctica de medio abierto-

Así, las entrevistas con las familias pueden tomar diferentes formas según la situación y la conficuración familiar, pero revisten dos formas principalmente: la entrevista individual y la entrevista familiar. Podemos privilegiar las entrevistas individuales con uno de los padres durante un tiempo con el fin de poner en funcionamiento un punto preciso del funcionamiento en la relación con su hijo o su posicionamiento al respecto del otro progenitor. En función del trabajo a efectuar, podemos orientar la persona hacia el psicólogo del centro o del servicio, o incluso convenir una co-intervención educador/psicólogo o bien jefe de servicio/psicólogo. A menudo se guía al padre hacia establecer pasarelas entre su propia historia y estado vital actual, a tomar conciencia de lo que el niño representa para él (aquello que haya podido proyectar sobre la concepción y la llegada de su hijo, las ambiciones, los deseos que tiene para él o, por el contrario, la ausencia de los mismos). Estas entrevistas son semi dirigidas, dejan lugar para escuchar la palabra de la persona circunscribiendo los temas abordados por medio de cuestiones al mismo tiempo abiertas y precisas. En otros momentos se consideran más adecuadas las entrevistas familiares para poner a trabajar de forma colectiva el funcionamiento del grupo familiar cuando hayamos evaluado que la problemática se encontraba en este nivel o bien que este trabajo constituye una etapa previa a un trabajo individualizado. Aquí se trata de hacer interactuar padres y niño(s) en una entrevista controlada por el profesional. De forma general, estas entrevistas son realizadas con dos profesionales. Las bases habituales para guiar la entrevista son aquellas de la teoría sistemática y se pide a las personas que

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intenten ponerse en la situación del otro, preguntando, por ejemplo « ¿qué cree que su cónyuge (compañero o compañera) diría de esta situación? » o dirigida al niño « ¿qué imaginas que tu padre diría de esta situación ?». Durante los encuentros familiares, podemos también simbolizar al padre o madre ausente determinando su posición mediante una silla vacía. El objetivo es llevar a unos y otros a abandonar sus posicionamientos y de sus representaciones asi como a reafirmar la existencia de ambos progenitores cuando la relación entre ellos esté de alguna forma o completamente bloqueada. Para lo concerniente a las actividades de día y de acogida estos dos tipos de entrevistas se desarrollan sistemáticamente en el ámbito del servicio o del centro, siendo el objetivo, una vez más, de disiociar los espacios, para diferenciar claramente el marco institucional del marco privado íntimo. En medio abierto, por el contrario, la gran mayoría de las entrevistas se desarrollan en el domicilio de las personas, esto se justifica por el carácter específico de la misión, consistente en proteger al menor dentro de su familia. El dominio de la situación puede ser difícil en estas condiciones. No es fácil, por ejemplo, situarse y poscicionara las personas como se desearía para guiar la discusión. La ventaja de estas entrevistas a domicilio es sin embargo innegable, dado que nos aportan preciosas indicaciones sobre la « plaza » de cada uno y por tanto sobre el funcionamiento familiar. Ya se desarrolle la entrevista en el salón o en torno a la mesa de la cocina, nosotros percibimos quien está en frente de quien, quién está al lado de quién, quién controla la entrada y la salida de la habitación, quien dirije la palabra, etc. Hay muchas indicaciones coherentes, o por el contrario contradictorias, con el discurso. En esta situación, como en las entrevistas realizadas en el seno de las instituciones, podemos invitar a las personas a cambiar su puesto para percibir de otra forma la situación, este cambio se produce ya sea de forma física o bien pidiendo a los actores de la situación de posicionarse provisionalmente en el lugar del otro en un ejercicio de comunicación intrafamiliar. II-2-4 El genograma Se trate de una u otra modalidad de entrevista, los profesionales utilizan regularmente el genograma cuando abordan la trayectoria vital del niño y de sus padres. Este soporte consiste en representar la composición familiar según un código gráfico bien establecido (un rectángulo para los hombres, un círculo para las mujeres, una barra entre los padres en caso de separación o de divorcio,

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etc); pese a algunas similitudes, no se trata de un árbol genealógico. Se emplea con los siguientes objetivos:

Comprender bien la composición familiar y sus diversas recomposiciones a través de tres generaciones (el niño, sus padres y sus abuelos)

Verificar cómo el niño (y sus padres) se sitúa(n) dentro de la filiación y en el seno de la constelación familiar; ayudar al niño a tener una referencia dentro de la misma.

Calificar las relaciones existentes entre los diferentes miembros y obtener así los elementos de la dinámica relacional o de la problemática familiar.

Darse cuenta de las disfuncionalidades, los elementos desconocidos o silenciados, las repeticiones generacionales, teniendo cuidado de no revelar un secreto de familia.

Ayudar al niño y a sus padres, gracias a este soporte visual, a tomar distancia e interrogarse.

En el anexo a este documento se adjunta un ejemplo de genograma.

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II-3 La intermediación y el Lugar de acogida Padre(s) Niño(s) (el L.A.P.E)

Hemos indicado precedentemente que la difucultad más expandida es el conflicto parental, problemática que no es sorprendente si se tiene en cuenta el muy elevado porcentaje de familias recompuestas y monoparentales con las que tratamos. En estas situaciones, el conflicto tiende a incrustarse, en vista de las posiciones radicales tomadas por uno u otro progenitor. Este conflicto parental desemboca frecuentemente en la ausecia de aquel progenitor que no vive con el niño, o en su descalificación. El trabajo esencial de los profesonales consistirá, ejerciendo como una tercera parte en la relación parental, en permitir al padre ausente o que no parte la cotidianeidad del niño, de existir realmente para éste, que no sea únicamente nombrado. Y que esté también presente para al progenitor que viva con el niño, cada vez que se aborde la situación familiar o, como acabamos de ver, a través del genograma. La ambición de este trabajo es sin embargo más importante: el objetivo es llegar progresivamente a que el padre ausente encuentre un (su) lugar al lado del niño. Según si el niño es acompañado en medio abierto o ingresa en un centro de menores, disponemos de dos útiles principales para realizar este objetivo: la intermediación y la L.A.P.E. La intermediación se diferencia de la mediación. Esta última tiene por objetivo encontrar un acuerdo, un compromiso entre dos personas opuestas por un conflicto. La intermediación, consiste en ejercer un papel de tercero entre los padres (en ausencia de encuentros o bien en el marco de encuentros guiados por un profesional), y esencialmente entre el progenitor ausente y su hijo. La relación entre el padre ausente (o que no está presente en el día a día) con el niño se haya fuertemente impactada por la ausencia y por el discurso descalificatorio del otro progenitor (sentimiento frecuente de abandono por parte del niño, sentimiento de exclusión por parte del padre, pero también idealización o rechazo). Un profesional debe entonces intervenir para facilitar la ranudación de los lazos y de la relación, para hacer más fluida la comunicación tranquilizando a cada uno de los actores, los más frecuentes padre (hombre) y niño(s). La intermediación, según la situación, se opera o bien en el marco de la sala de entrevistas de un servicio, o bien al exterior con el soporte de una actividad (compartir una comida, dar un paseo, visitar un lugar, etc.). Frecuentemente es este último entorno el preferido ya que tener, además de un tercero, profesional, un elemento de mediación entre las personas, constituye un elemento que facilita la relación. A los niños y adolescentes raramente les

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gustan las situaciones de diálogo « cara a cara ». El profesional es garantía del buen desarrollo del encuentro, al mismo tiempo en relación con el progenitor generalmente presente, con el niño o con el progenitor ausente. Para ello, toma un tiempo de preparación con el niño y con cada uno de los padres de forma aislada antes del encuentro y un tiempo de evalación tras este. La intermediación así ejercida trata principalmente las situaciones en las que los derechos de visita del progenitor ausente se encuentran limitados por el Juez de Menores. Estosmomentos de intermediación no excederán una jornada. Paralelamente a las situaciones de medio abierto, tenemos las situaciones de niños situados en centros de menores sobre los cuales estamos encargados de renovar una unión regular con el progenitor ausente, incluso de llegar ulteriormente a que el niño pueda ir a la casa de este progenitor ausente, o de sus padres, cuando esté instalado en el centro de menores, durante las vacaciones y los fines de semana. En este caso, además del trabajo de intermediación, está por realizar el aprendizaje a compartir la vida cotidiana. Para estos niños y sus padres, utilizamos un dispositivo experimental: el L.A.P.E. « Lugar de Acogida Padre(s) Niño(s) ». Se trata de un apartamento lo suficientemente grande como para permitir acoger a una familia entera dos o varios días. Está situado muy cerca del centro de menores al que se encuentra ligado el menor. El L.A.P.E. tiene esta función de permitit a un padre venir a encontrarse con su hijo dentro de condiciones seguras y de compartir tiempo con él al mismo tiempo en el ámbito del ocio y de la vida cotidiana con sus obligaciones (hacer la compra, preparar las comidas, mantenimiento del apartamento…). Los profesionales intervienen de otro modo que en el medio abierto. No se encuentran presentes de manera constante; sin embargo, su proximidad inmediata les permite intervenir sin demora en caso de problema. Al inicio de la estancia se realiza un encuentro que tiene como objetivo establecer el marco judicial y educativo, recordar los objetivos que cada uno persigue. Es entonces convenido el ritmo de los encuentros durante la estancia (cada día a una hora concreta, cada dos dias, según la situación y sus objetivos) así como la conducta a mantenir en caso de dificultad. Al final de la estancia, una evaluación es efectuada por los interesados. Para esclarecer aún más qué es el L.A.P.E., he aqui aportada una presentación sintética.

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Lugar de Acogida Padre(s) Niño(s) – L.A.P.E. -

Finalidad: construir, restaurar o mantener el lazo padre(s)- niño(s) con el fin de favorecer la felicidad y el bienestar de un niño confiado al Centro de Menores del Valle de Adur (Maison d ’Enfants du Val d’Adour) y de las cuales la relación con su o sus padres constituye uno de los máximos elementos de la problemática

Implantación y organización: el L.A.P.E. es un apartamento de tipo 4 (3 habitaciones, 1 cocina, 1 salón/comedor, baños), práctico y acogedor, implantado en una ciudad en las inmediaciones del centro de menores, de tal forma que la intervención de los profesionales y las necesarias idas y venidas del niño y/o sus padres entre los dos centros sean facilitadas.

El L.A.P.E. funciona durante los fines de semana y las vacaciones escolares, a veces durante la semana según las necesidades. Los horarios de intervención son adaptados a cada situación según un margen de tiempo de 9h-19h. Las familias que no dispongan de un vehículo serán acompañadas al L.A.P.E. por los profesionales desde la estación de tren de Bayona o desde otro lugar en función de la distancia.

Los participantes: el funcionamiento del L.A.P.E. esta asegurado por un educador especializado (0.50 ETP11), el Jefe de servicio educativo (o el director en caso de ausencia de aquel) y el psicólogo, de los cuales la intervención en favor de la familia es directa (entrevistas) o indirecta (análisis, evaluación, elaboración de la intervención con otros profesionales)

¿A quién está destinado? El L.A.P.E. tiene por objetivo construir, restaurar o mantener la relacion padre-niño desde que haya sido dañada por la discontinuidad, la irregularidad, el apartamiento, el conflicto parental y/o una fragilidad parental de orden psicológico o bien patológico severo. Nosotros podemos, por tanto, calificar, por tanto a las personas que beneficien de este dispositivo de padres ausentes y/o en dificultad relacional importante con sus hijo(s).

Las prestaciones se organizan en dos modalidades, con o sin alojamiento, (siendo la necesidad más importante de alojamiento debida a razones de distancia, de falta de recursos, de inexistencia de alojamiento del progenitor); según dos funciones: « punto de reencuentro » y « espacio de trabajo de la parentalidad ». En los dos casos, se trata de permitir el reencuentro (en el sentido dinámico de ir al encuento del otro) entre padre e hijo. Este espacio-tiempo dedicado al reencuentro se haya 11 Equivalente a media jornada.

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mayoritariamente enmarcado en una decisión de la justicia (juez encargado de austos familiares, Juez de Menores) o del A.S.E. que establece un derecho de visita con o sin alojamiento. Este encuentro está intermediado y se desarrolla contenido en un marco protector. La acogida y la escucha son personalizadas para realizar un trabajo de construccióon o de restauración de los lazos. Los participantes se dedican a favorecer, siempre que sea posible, la libertad de acción y la responsabilización de los actores. Los encuentros se efectuan sobre la base de un protocolo contractualizado al final de dos visitas iniciales que permitan evaluar las necesidades y capacidades de cada uno (adulto y niño), establecer los objetivos y definir las modalidades: frecuancia, duración, qué profesional interviene y de qué manera. El espacio L.A.P.E. pretende facilitar la relación a través de la utilización de soportes múltiples: tareas de la vida cotidiana, preparación y compartición de meriendas y/o comidas, compras, juegos, elaboración de un programa de actividades, etc. La mediación de los participantes, a través de la participación de actividades y/o actividades formales, fluidifica la relación y pone en marcha el pensamiento de los diferentes actores sobre los problemas de relación en curso entre ellos. Un análisis formal tiene lugar con el (los) participante (s) al inicio (recordatorio del contexto y de los objetivos) y al final de la estancia o del tiempo de reencuentro (balance, evaluación) haya estado, o no, el participante presente durante todo el tiempo.

Los objetivos, de forma general, son permitir:

- a cada uno (padre y niño) poder reconocer su puesto y el puesto del otro en la constelación familiar y aprender a vivir con ello.

- Al niño situarse resituarse en su historia, sus orígenes.

- Al padre y/o la madre de volver a hacerse con la función parental.

- A los profesionales participantes apoyar las competencias parentales.

- Al niño y al padre compartir un tiempo importante en familia.

Hemos mencionado la importancia de sostener al niño y los padres en los momentos de separación relacionados con la puesta en marcha de un ingreso. Un momento también muy importante es el de la separación al final del ingreso. II-4 La separación al final del ingreso y el final del acompañamiento educativo de las familias

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Los problemas de la separación entre la institución, sus profesionales, el menor y los padres, en una menor medida, deben ser cuidadosamente analizados y anticipados algunos meses antes del término del periodo en el centro. Se habla suficientemente de la separación con antelación, en el marco de las entrevistas familiares y más frecuentemente de forma directa con el niño o joven. Entonces, son elaboradas estrategias para que niño y padre(s) compartan cada vez más tiempo juntos. Las vueltas con la familia son, cada vez que sea posible, aumentadas sensiblemente de tal forma que el ingreso pueda convertirse en secuencial, bajo reserva de la autorización del juez, es decir, que el niño vuelva con la familia no solamente los fines de semansa sino también ciertos días de la semana. Es una alternacia entre centro de menores/familia. Este periodo se acompaña de numerosos momentos de concertación entre los profesionales y la institución para proceder a la regulación de las relaciones. En efecto, del mismo modo que el ingreso produce en efecto un impacto sobre la dinámica familiar, el retorno total a la familia provoca asimismo reajustes del equilibrio familiar. Siempre dentro de la idea de preparar la separación con la institución y el retorno definitivo en familia, el niño o el joven es inscrito por la institución en la red social de su barrio (clubes deportivos, ludotecas, actividades del barrio). Además, se le inscribe, en función de su nivel y su edad, o bien al colegio o bien al instituto próximos a su domicilio dado que el ingreso había generado voluntariamente un cambio del lugar de escolaridad para facilitar la separación inicial. Tras el fin del periodo de ingreso, la institución conserva, según la situación, algunos contactos con el menor y sus padres. Estos contactos permiten una transición más fluida. Si el Juez de Menores decide el fin del ingreso considerando que la situación es aún frágil y necesita un apoyo, puede tomar la decisión de ordenara una medida de acción educativa a domicilio que tenga como función proteger al menor y ayudar y aconsejar a los padres. En actividad de día o en medio abierto, la fase de separación reviste importancia igualmente. De la misma forma que hemos tomado el tiempo de entablar una relación de confianza, debemos tomar el tiempo de distanciarnos, de preparar el “después de la intervención” en términos de relevo de nuestros cooperadores, de construcción de nuevas referencias por y para el joven y su familia. Como hacemos dentro del marco del ingreso, mantenemos algún tiempo el contacto, espaciándolo cada vez más para al final pararlo definitivamente.

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ANEXOS

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1- Ejemplo de genograma.

2- Folleto de bienvenida y reglamento de funcionamiento.

3- Proyecto personalizado y balance del proyecto personalizado.

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