EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

14
9 INVESTIGACIÓN E ntre los diferentes elementos arquitectónicos que forman parte del rico patrimonio históri- co de Segorbe, el Acueducto es, sin duda, uno de los más importantes y a la vez menos cono- cidos a pesar de que las alusiones a esta añeja obra han sido constantes a lo largo de los años, atribu- yéndole invariablemente un origen romano que hoy por hoy, atendiendo a los restos arquitectóni- cos que se conservan visibles, es insostenible (CORTES, 1838; AGUILAR, 1890). Construido para el aprovisionamiento de agua potable a la población transportándola desde el manantial de La Esperanza (distante aproximada- mente 4 Km.) hasta la zona más elevada del casco urbano, el Acueducto ha sufrido a lo largo del tiem- po, como veremos, numerosas agresiones que han desfigurado notablemente su configuración original. A pesar de ello su estado de conservación, tras las últimas restauraciones consistentes en el derribo de algunas de las edificaciones adosadas y el remoza- miento de una parte de la estructura, es aceptable. Es, además, la única obra de arquitectura civil gótica conservada en la ciudad. El “cauce del agua de beber”: trazado y característi- cas principales Por causa de esta falta de estudios que señalábamos anteriormente, el trazado original de la conducción desde su origen es aún incierto en su mayor parte. Podemos suponer, a la luz de los res- tos conservados de antiguas canalizaciones, que desde el manantial mantenía un recorrido similar al que sigue la actual acequia de la Esperanza, recien- temente estudiado, en lo que respecta a la época islámica y a la red de riego de esta acequia, por Ramón Martí y Sergi Selma (MARTÍ, SELMA, 1995). Para estos autores la red de riego generada a partir del manantial de la Esperanza tendría su origen en época andalusí (en torno al siglo X), momento en el que se desarrollaría un gran sistema hidráulico alrededor de la madina de Subrub cuyo eje sería la acequia que, con una longitud superior a los 4 kilómetros, llegaba hasta la ciudad “...manteniendo una cota de desnivel progresiva que permite la cir- culación del agua por gravedad”. Las prospeccio- nes realizadas en todo el trayecto de la acequia confirman que este sería muy similar al actual, manteniendo su recorrido desde el manantial hasta llegar a la población por la vertiente meridional del monte de San Blas. Una vez aquí se dividía en dos brazos, dirigiéndose uno de ellos hacia la actual balsa de Capuchinos mientras que el otro, indican estos autores, penetraba en el interior de la pobla- ción rodeando San Blas para dirigirse hacia el Cerro de Sopeña y entrar dentro del recinto de las mura- llas. Sin embargo, conocemos referencias escri- tas, no confirmadas hasta ahora por el hallazgo de algún resto significativo, que parecen incidir en la existencia de una bifurcación previa a la anterior- mente señalada al menos en lo que respecta a la canalización del agua utilizada para el consumo humano. Según se desprende de estas fuentes, cuando la acequia llegaba a la ladera de San Blas el agua era canalizada bordeando su falda norte, por el camino de la Tebaida para, siguiendo el trazado más corto, enlazar con el Acueducto al principio de la calle Muralla. Efectivamente, a mediados del siglo XIX un informante anónimo, argumentando sobre el curso del cauce del agua de beber en un artículo de la publicación periódica El Celtíbero EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - V. Palomar Macián- (Museo Municipal de Segorbe)

Transcript of EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

Page 1: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

9I N V E S T I G A C I Ó N

Entre los diferentes elementos arquitectónicosque forman parte del rico patrimonio históri-co de Segorbe, el Acueducto es, sin duda,

uno de los más importantes y a la vez menos cono-cidos a pesar de que las alusiones a esta añeja obrahan sido constantes a lo largo de los años, atribu-yéndole invariablemente un origen romano quehoy por hoy, atendiendo a los restos arquitectóni-cos que se conservan visibles, es insostenible(CORTES, 1838; AGUILAR, 1890).

Construido para el aprovisionamiento deagua potable a la población transportándola desde elmanantial de La Esperanza (distante aproximada-mente 4 Km.) hasta la zona más elevada del cascourbano, el Acueducto ha sufrido a lo largo del tiem-po, como veremos, numerosas agresiones que handesfigurado notablemente su configuración original.A pesar de ello su estado de conservación, tras lasúltimas restauraciones consistentes en el derribo dealgunas de las edificaciones adosadas y el remoza-miento de una parte de la estructura, es aceptable.Es, además, la única obra de arquitectura civil gótica

conservada en la ciudad.

El “cauce del agua de beber”: trazado y característi-

cas principales

Por causa de esta falta de estudios queseñalábamos anteriormente, el trazado original dela conducción desde su origen es aún incierto en sumayor parte. Podemos suponer, a la luz de los res-tos conservados de antiguas canalizaciones, quedesde el manantial mantenía un recorrido similar alque sigue la actual acequia de la Esperanza, recien-temente estudiado, en lo que respecta a la épocaislámica y a la red de riego de esta acequia, por

Ramón Martí y Sergi Selma (MARTÍ, SELMA, 1995).Para estos autores la red de riego generada a partirdel manantial de la Esperanza tendría su origen enépoca andalusí (en torno al siglo X), momento enel que se desarrollaría un gran sistema hidráulicoalrededor de la madina de Subrub cuyo eje sería laacequia que, con una longitud superior a los 4kilómetros, llegaba hasta la ciudad “...manteniendouna cota de desnivel progresiva que permite la cir-culación del agua por gravedad”. Las prospeccio-nes realizadas en todo el trayecto de la acequiaconfirman que este sería muy similar al actual,manteniendo su recorrido desde el manantial hastallegar a la población por la vertiente meridional delmonte de San Blas. Una vez aquí se dividía en dosbrazos, dirigiéndose uno de ellos hacia la actualbalsa de Capuchinos mientras que el otro, indicanestos autores, penetraba en el interior de la pobla-ción rodeando San Blas para dirigirse hacia el Cerrode Sopeña y entrar dentro del recinto de las mura-llas.

Sin embargo, conocemos referencias escri-tas, no confirmadas hasta ahora por el hallazgo dealgún resto significativo, que parecen incidir en laexistencia de una bifurcación previa a la anterior-mente señalada al menos en lo que respecta a lacanalización del agua utilizada para el consumohumano. Según se desprende de estas fuentes,cuando la acequia llegaba a la ladera de San Blas elagua era canalizada bordeando su falda norte, porel camino de la Tebaida para, siguiendo el trazado

más corto, enlazar con el Acueducto al principio dela calle Muralla. Efectivamente, a mediados delsiglo XIX un informante anónimo, argumentandosobre el curso del cauce del agua de beber en unartículo de la publicación periódica El Celtíbero

EL ACUEDUCTO DE SEGORBE

- V. Palomar Macián-(Museo Municipal de Segorbe)

Page 2: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

El Acueducto de Segorbe

INVESTIGACIÓN

relativa a las mejoras que a su juicio eran necesariasen la red de acequias de la ciudad (EL CELTIBERO,1849) señalaba que “...todavía se conservan ypatentizan en el tránsito de la Tevaida (sic)inmortales huellas o restos de lo que fue el acue-ducto de esta ciudad en tiempos que se llamaronde la barbarie, y que en esta parte son verdaderosespejos de su ilustración...”. Este trazado, por lodemás, explicaría la dirección que observamos enel rumbo del Acueducto en las fotografías de prin-cipios del siglo XX, en las que podemos comprobarcómo éste atraviesa en su inicio la calle Muralla(que salva con un arco rebajado, derribado comoveremos en el primer cuarto del siglo XX) en direc-ción a la Tebaida (fig. 1).

Posteriormente, probablemente con eldesarrollo del casco urbano hacia la ladera de SanBlas, la canalización varió su recorrido para mante-ner la dirección de la calle Altura, por la falda meri-

dional del monte, adoptando un trayecto coinci-dente con esta calle y la del Romano que perdurarácasi hasta nuestros días (fig. 2). Dicho canal, deno-minado reiteradamente en las fuentes documenta-les del siglo XIX como la acequia de beber habíasido detectado esporádicamente en algunas de las

obras realizadas en estas calles sin que hasta el pre-sente hubiera sido posible efectuar el estudio quepermitiese confirmar su trazado ni comprobar lascaracterísticas constructivas que habrían facilitadouna adscripción cronológica precisa. Sin embargo,algunos descubrimientos recientes nos han permiti-do indagar sobre estos aspectos

De hecho, las obras efectuadas hace pocosmeses en un solar ubicado entre las calles de SanRoque y del Romano han sacado a la luz un impor-tante tramo de la antigua galería (fig. 3). El estudiode sus características demuestran que la construc-ción se realizó mediante la excavación de una zanjaa cielo abierto de aproximadamente 2’5 metros deprofundidad que posteriormente se cubrió con unabóveda de mortero de cal y gravas para el que seutilizó como encofrado un entramado de cañas ocañizo cuyas huellas son perfectamente visibles enla obra (fig. 6). El resultado final es una galería de60 cms. de anchura y 1’60 metros de altura en cuyabase se construyó una acequia de 25 cms. de alturay 20 cms. de anchura con un trazado en el que seobserva una gran irregularidad. En uno de suslados se construyó un pequeño pasillo sobreeleva-do a 28 cms. de la base, de 17 cms. de anchura y

recubierto con ladrillos biz-cochados, que sería utiliza-do para facilitar el paso enlas tareas de limpieza de laacequia (figs. 4 y 5). A esterespecto es de interés lalocalización algunos metrosmás adelante, junto a lasescaleras que comunican lacalle de San Roque con ladel Romano, de un posibleacceso al interior de la gale-ría casi cegado en la actuali-dad.

Toda la basede la canalización seencuentra recubierta poruna densa capa de carbona-to cálcico producto del pasoconstante del agua a lolargo del tiempo. En cuantoa la longitud total de la gale-

Fig. 1 - Aspecto del Acueducto en la calle Muralla a principios del siglo XX. Se aprecia el tramoderribado que atraviesa transversalmente la calle en dirección a la Tebaida y el arco rebajadopor el que se accedía a la calle del Romano (foto Mengod).

Page 3: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

V. Palomar Macián

El Acueducto de Segorbe

Fig. 2 - Plano realizado por D.Nicolás de Ugarte para suProyecto de fortificación deSegorbe en 1875 en el que seindica el trazado de la acequiade la Esperanza desde elmanantial hasta la población(Servicio Histórico Militar).

Fig. 3 - Vista de la galería de la “ace-quia de beber” localizada recientemen-te entre las calles de San Roque y delRomano .

Fig. 4 - Corte transversal de la galería y del túnel deacceso.

Fig. 5 - Planta de la galería de la acequia debeber.

Fig. 6 - Detalle de uno de los agujerosabiertos en la bóveda de la galería paraextraer el agua. Se aprecia cómo fuecegado con grandes piedras al quedarinutilizado.

Page 4: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

ría conservada en este tramo, es de 30’5 metros(13’5 metros hacia la izquierda de la boca de accesoy 17 metros hacia la derecha), quedando a amboslados obstruida con rellenos originados por la cons-trucción de cimentaciones recientes que previsible-mente han seccionado el túnel en ambos extremos.

Hemos podido constatar que en el periodode uso de la acequia, las casas levantadas posterior-mente sobre la misma disponían de accesos deforma circular abiertos en la bóveda, que son visi-bles de trecho en trecho y permitirían la extracciónmanual de agua con la ayuda de cubos y cuerdas(fig. 7) Pero una vez abandonada la acequia al sersustituida por otra de nueva construcción, los hue-cos se tapiaron en su totalidad quedando tal vezolvidada su memoria. Sin embargo, una nueva intro-misión en este espacio se realizó más recientemente,con motivo de la Guerra Civil de 1936 - 1939, cuando

se abrieron desde las casas cercanas nuevas bocasque permitían el acceso a la galería, utilizada ahoracomo refugio para protegerse de los bombardeosque padeció la población a par-tir de 1937. Una de estas bocas,la abierta en la vivienda vecinaal solar que estudiamos, conti-nuaba algunos metros en lapared opuesta, aunque suconstrucción quedó inconclusapor causas indeterminadas. Enesta misma actuación se cons-truyó un pequeño muretetransversal a la acequia paraimpedir el paso del agua haciael refugio en el caso de queexistiesen filtraciones.

En definitiva, comodecíamos, este nuevo y valiosohallazgo hace posible adivinarel trazado de la acequia almenos desde la Calle Altura, encuyo principio se hacía ya sub-terránea para mantener la cotade las curvas de nivel. A la altu-ra de la calle Caridad (o Rochade Corrientes) se encontraba elpartidor de aguas o rollo de LaFranqueza, desde donde un

ramal descendía hacia un molino, el lavadero públi-co localizado junto a esta calle (el antiguo sobre elConvento de Capuchinos, después transformado enfábrica, y el más reciente edificado bajo la fábrica en1859) y hacia la balsa de riego de Capuchinos(construida en 1852 probablemente sobre una balsaanterior), mientras que el ramal principal del aguade beber discurría por la parte derecha de la calleFranco Ricart y la calle del Romano hasta enlazarcon el Lavadero público localizado al principio de lacalle Muralla. Desde aquí conectaba con elAcueducto que, salvando el desnivel entre estaladera y la torre del Botxí, continuaba siguiendo eltrazado de la muralla de la calle Argén hacia la Plazadel Ángel, desde donde se distribuiría hacia el inte-rior de la población.

En todo este recorrido se fueron abriendo alo largo de los años diferentes ramales que abaste-cerían de agua potable los nuevos arrabales extra-muros que se desarrollaron en la ladera de San Blasya desde el siglo XV, en torno a las partidas deAlaverda y Agua Limpia, tal y como queda patente

en la documentación conser-vada en el Archivo Municipal.

En cuanto a la cronología dela galería, las técnicas emplea-das en su construcción y lascaracterísticas ya menciona-das anteriormente nos indu-cen a concederle una fecha-ción medieval, en torno a lossiglos XIV - XV, coincidentecon la construcción (o recons-trucción) del Acueducto, sindescartar un origen anterior.

Ya en el siglo XIX, reseñaGonzalo Valero en susApuntaciones una importantereforma realizada en la canali-zación de las aguas potables.Señala este autor que el 15 deJunio de 1850 “...se echaronpor el nuevo cauce construi-do a expensas de la Ciudadlas aguas que desde el sitioque llamamos de la almido-nería o rollo de la Franquezapor el camino de las

INVESTIGACIÓN

El Acueducto de Segorbe

Fig. 7 - Detalle de la bóveda de la galería, construi-da con mortero de cal utilizando cañizo comoencofrado.

Page 5: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

V. Palomar Macián

El Acueducto de Segorbe

Cantarerías corre hasta el partidor que divide lasaguas en las de riego y potables poco antes de loque llamamos molinito del barniz o de las solsas”.Un año más tarde, en 1851 y con motivo de un pro-yecto de mejora de las fuentes públicas planteadopor el Consistorio segorbino, las actas municipalesmencionan la necesidad de esta actuación “...todavez que en el año pasado dio principio a la mejorade la conducción de agua potable de la misma,con la formación y conclusión de un grandepedazo de acequia nueva y cubierta”. Sería, pues,hacia estas fechas, cuando comienza a descartarseel antiguo trazado de la acequia para construir unanueva canalización paralela a la anterior que satisfi-ciese las mayores necesidades de la población.

El Acueducto. Evolución histórica

La construcción a la que hacemos referen-cia es el último tramo del primitivo Acueducto, quese prolongaría desde la actual calle del Romanohasta la Plaza del Ángel siguiendo el trazado de lamuralla medieval. En su origen la obra constaba, yaentrando en el casco urbano, de cinco arcos apun-tados que salvaban el desnivel existente entre laselevaciones de San Blas y Sopeña, desde la calledel Romano hasta la torre del Botxí con una longi-tud cercana a los 70 metros (fig. 8). A partir de aquí,la acequia atravesaba la torre y continuaba por laparte superior de la muralla de la calle del Argén,en donde se conservan otros dos arcos desmonta-dos parcialmente y cegados en la actualidad, hasta

hacerse subterránea a la altura del huerto de lasmonjas (en el Monasterio de San Martín) y enlazarcon la plaza del Ángel, en la que probablemente selocalizaría un depósito de aguas desde el que sedistribuiría al resto de la población (fig. 9).

Tanto las dovelas de los arcos como elmuro se construyeron en sillería de piedra calizamuy frágil (toba) por lo que en la actualidad seencuentra muy erosionada, sobre todo en los inter-vanos, en algunos de los cuales se sustituyó en unmomento indeterminado por mampostería ordina-ria.

Aunque en su configuración actual es evi-dente el carácter gótico de la obra, no descartamosla existencia de una conducción anterior que habríacumplido la misma misión de abastecer de agua ala población y que podríamos retrotraer al menos ala época islámica, momento en el que nos encon-tramos con un núcleo urbano en expansión que yaen el siglo XIII habría llegado al límite marcado porlas murallas medievales.

En cualquier caso, las primeras noticiasdocumentales que conocemos relativas alAcueducto se remontan al año 1386. A esta fecha

nos remite la documentación conservada en unLibro de Cuentas custodiado en el ArchivoMunicipal de Segorbe, en el que se hace referenciaa la hobra del Puent de la Puerta de Teruel llevadaa cabo este año, haciendo constar los materialesutilizados (yeso y cal), los trabajos realizados (pre-paración de un horno de yeso para obtener el

Fig. 8 - Plano del Acueducto con los cinco arcos apuntados y localización exacta de las jambas realizadas en 1860 que supu-sieron el derribo parcial de dos de ellos (R. Martín Artíguez).

Page 6: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

INVESTIGACIÓN

material, acarreo del yeso hasta el lugar en el quese realizan las obras y consumación de las mismas),las personas que intervinieron (los cristianosDomingo Adelantado, Johan Pelegrín, PeroCarión, el hijo de Jaime Lechago, Ramón Guastón,Johan de las Caltas y Alamán Dezvilar, y losmusulmanes Mafomat Alviarí, quien provee la calnecesaria para componer la argamasa, su hijo y untal Jabarí) y las cantidades invertidas, que ascen-dieron a 188 sueldos y 6 dineros. El documento fue

estudiado en su momento por F. Gimeno Blay,quien redactó un pequeño resumen de su conteni-do. En él señala el autor que tanto el tipo de mate-riales empleados como las cantidades utilizadas oel escaso tiempo de actuación de los obreros pare-cen indicar que dichas obras consistieron más bienen un remozamiento, lucido o restauración dealguna de las partes del Acueducto que ya existiría,comenta, desde el siglo anterior. Según Gimeno,por lo tanto, su construcción habría tenido lugar enel siglo XIII. (GIMENO, 1983).

Una nueva noticia de gran interés la obte-nemos del Libro de Murs i Valls de Segorbe, tam-bién conservado en el Archivo Municipal. Confecha de 1446 se hace referencia a las obras realiza-

das en les arquades de la font que se facen por suprincipal dauant la torre nueua esmochada (sinduda la torre del Botxí que, aunque denominadaaún nueva, se encontraba ya por entonces esmo-chada y por lo tanto tendría cierta antigüedad). Lasobras necesitan, en este caso, de la participación deun piedra piquero (Johan de Lequeytio, alias deAspe, “...procurador del honrado en Rodrigo deMarquina, maestro de obra de la villa ...”) a quiense le asignan cients cinquanta reales de argent deValencia en paga prorata de la obra, confirmándo-nos la ejecución de trabajos de mayor envergadura,probablemente de las arcadas actualmente visibles.

Años después, a finales del siglo XV, se rea-

lizan en Segorbe una serie de construcciones quepodemos suponer afectaron al Acueducto, aunqueno tenemos constancia documental que nos aclarenla cuestión. Sabemos que en este siglo la ciudadhabía desbordado ya ampliamente el denominadorecinto medieval conformándose nuevos arrabaleshacia las faldas del Monte de San Blas.Concretamente, las fuentes documentales permitenconfirmar nuevas áreas de expansión urbana haciala Almunya del Señor, centrada en la Plaza delAgua Limpia, y hacia la partida de Alaverda que selocalizaría en torno a la calle actualmente denomi-nada de Alaverde.

En este contexto urbano se produce hacia1478 un enfrentamiento armado entre la ciudad y el

Duque D. Enrique de Aragón, el Infante Fortuna,al negarse Segorbe a aceptar la toma de posesióndel mismo provocando una situación extremada-

El Acueducto de Segorbe

Fig. 9 - Vista de la acequia del Acueducto en el tramo de murallauna vez pasada la torre del Botxí.

Page 7: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

V. Palomar Macián

mente delicada que ya ha sido estudiada pordiferentes autores (vid. MARTÍN, PALOMAR,1999). En estas circunstancias, es importantepara nuestros propósitos la determinación delConsejo segorbino que, considerando “...quetomado el arrabal, lo sería también la ciudad...”, acordó “...se hiciesse una muralla al arra-val ...”. La construcción de esta muralla sellevó a cabo, según Diago, “...en la partidallamada de Alaverda, es a saber, desde lasarcadas hasta el portal de Altura, por seraquella parte la más flaca” . La referencia,como decíamos, es interesante al constatar laexistencia de un núcleo urbano consolidadoen torno a las calles de Santo Domingo,Pontífice y Castellanos. Es lógico suponerque, coincidiendo con estas obras, se cegasenlos arcos del Acueducto para transformarlo enmuralla. Sin embargo, ya establecida la con-cordia entre las partes en septiembre de 1478,un nuevo mandato, esta vez del infante, orde-naba que “...se pussiessen por tierra losbaluartes que se habían hecho en tiempo de laguerra delante de los portales de esta ciudad ytodas las paredes hechas en el propio tiempoal derredor del arraval y de la morería, bol-viendo la ciudad a su primer estado...”.Aunque la ciudad acogió la orden con ciertorecelo, todo parece indicar que el mandato secumplió (MARTÍN, PALOMAR, 1999) (fig. 10)

Los años posteriores ofrecen escasainformación al respecto. Sabemos, no obstan-te, que ya desde el siglo XVI quedaba definiti-

vamente fijada la línea de fortificación en los murosdel Acueducto, en el que se localizaba el nuevoPortal de Teruel sucesor del medieval ubicadojunto a la torre de la Cárcel, que utilizaría comoacceso al interior del recinto urbano el arco central.Esta denominación se mantendrá en los siglossiguientes apareciendo así mencionado en laGuerra de Sucesión.

También sabemos que, ya entrado el siglo

XIX, durante la Primera Guerra Carlista (1833-40),

el Acueducto formaba el límite de una segundalínea de fortificación (la calificada como interior)manteniendo la misma denominación de Portal deTeruel. Hacia 1853 sigue designándose de este

modo, diferenciándolo de un Portal Exterior locali-zado al principio de la calle de La Esperanza, en laprimera línea de fortificación. Por lo demás, aestas fechas corresponde un plano de Segorbe enel que podemos observar cómo la línea delAcueducto permanece íntegra, atravesando el cami-no de Aragón. Es relevante constatar que ya porentonces había sido construida, adosada a la paredinterna del Acueducto, la edificación más cercanaal Cuartel de los Mesones (hoy Museo Municipal),mientras que este permanecía libre de edificios enel lado contrario del camino, en la calle Muralla(fig. 11)

En el año 1860 tiene lugar un nuevo episo-

El Acueducto de Segorbe

10 - Vista general del Acueducto. Al fondo, la torre del Botxí antes de su res-tauración en los años 70.

Page 8: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

INVESTIGACIÓN

dio que afectará directamente a esta antigua obra.Ante las necesidades impuestas con el paso por elinterior del casco urbano de Segorbe de la nuevacarretera general de Sagunto a Teruel en construc-

ción, se llevan a cabo importantes obras de remo-delación en la calle del Mercado (hoy calle Colón)con el propósito de ensancharla: se derriba unaconsiderable porción de los antiguos porches (ubi-cados a continuación de los que actualmente sub-sisten), se retrasa la línea de las fachadas en algu-nos tramos,.... El Acueducto se ve también afecta-do, y de forma traumática, por la nueva situación.El paso de la carretera obligará a derribar el tramocentral (un arco completo y parte de otro) queserán sustituidos por una obra nueva cuyos planosoriginales, firmados por José Bellín, se conservanen el Archivo Municipal (figs. 12, 13 y 14).

La obra a que hacemos referencia consistióen la edificación de dos jambas o soportes lateralesque debían sustentar los muros primitivos, realiza-das a base de ladrillos macizos y piedra de silleríaprocedente de la Cartuja de Vall de Cristo (compra-da en esas fechas por el Ayuntamiento para acome-ter diversas obras en la ciudad), de donde procede

también el arco conopial y la espléndida escalerahelicoidal colocada en uno de sus lados que, segúnconsta en las actas municipales del 15 de agosto de1860, servía originariamente para subir a las cárce-

les del monasterio y aquí seutilizaría para acceder a laparte superior delAcueducto, facilitando lastareas de limpieza (fig. 15).El paso del agua se efectua-ba a través de un canal dehierro construido en la fun-dición PrimitivaValenciana, en cuya partecentral se colocó al parecerun escudo de la ciudad.Indica Faus que las aguas“...comenzaron a correr el12 de febrero de 1861”(FAUS, 1983),.

Con el inicio de laTercera Guerra Carlista en

1872 volvemos de nuevo aencontrar noticias quehacen referencia directa alAcueducto en relación a lasimportantes obras dedefensa que se acometen

por estas fechas en la población. Efectivamente, en1874 llega a Segorbe el Comandante de IngenierosD. Nicolás de Ugarte, quien se hará cargo de lasobras de fortificación necesarias para hacer frentede forma adecuada a la situación bélica que atrave-saba el país. Se fortifican con nuevas estructuras elantiguo monasterio franciscano de San Blas y elcerro de Sopeña, y se repara y fortalece el recintoamurallado.

Con respecto a la remodelación de las líne-as defensivas, se encuentra incluido en el Proyectoredactado por Ugarte un plano que reviste paranosotros cierto interés. Aunque las obras se centra-ron en la anteriormente denominada PrimeraLínea de defensa, observamos en el plano que laantigua Puerta de Teruel ubicada en el Acueductoes al parecer de nuevo objeto de algunas obras quepermitirían opcionalmente su cerramiento para con-formar una línea fortificada interior coincidente con

El Acueducto de Segorbe

Fig. 11 - Plano de Segorbe realizado en torno a 1850. El Acueducto se encuentra aún com-pleto y libre de edificaciones en la calle Muralla.

Page 9: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

V. Palomar Macián

El Acueducto de Segorbe

Fig. 12 - Plano de la reforma realizada en el Acueducto en 1860, firmado por JoséBellín. En la última línea del título aparece el nombre de Murviedro. ¿Es un error delautor o un cambio de la aplicación del proyecto? (Archivo Municipal de Segorbe).

Fig. 13 - Detalle de una de las jambas y sec-ción de la canalización de hierro (ArchivoMunicipal de Segorbe).

Fig. 14 - Detalle de la canalización de hierro proyectada por Bellín (ArchivoMunicipal de Segorbe).

Fig. 15 - Aspecto actual de uno de los lados, con elarco conopial y, en el interior, la escalera helicoidalprocedentes de la Cartuja.

Page 10: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

INVESTIGACIÓN

la Segunda Línea de defensa. Puesto que ya habíansido construidas las jambas antes mencionadas alpaso de la carretera general y colocado el canalónde hierro, podemos suponer que esta actuaciónsería de carácter provisional, utilizando elementosfácilmente removibles cuando las circunstancias asílo aconsejasen. También podemos observar en estemismo plano que continúan manteniéndose lascondiciones anteriores en cuanto a edificacionesadosadas a los muros, que siguen quedando exen-tos en la calle Muralla (fig. 16).

Mientras tanto, las aguas del manantial deLa Esperanza seguían circulando por el Acueductoy continuarán haciéndolo hasta entrado el siglo XX.Así se desprende de un acuerdo recogido en lasActas municipales; con fecha de 26 de marzo del

año 1900, el consistorio segorbino acuerda repararel muro del acueducto de la calle de la Muralladebido a que “... peligra su pronto derrumbamien-to por su estado de descomposición, ocasionadopor las filtraciones del acueducto de aguas pota-bles” (GUERRERO, 2000).

Atendiendo a la información que nos apor-ta Rafael Martín Artíguez, el momento en el que elAcueducto pierde definitivamente su misión deabastecer a la ciudad de aguas potables se situaríahacia el año 1913 cuando, según recoge el Heraldode Castellón con fecha 14 de Mayo de este año, seconstituye en Segorbe una sociedad anónimadenominada “La Esperanza” para el abastecimientode aguas potables a la población. Para ello, señalaR. Martín, “... se emitieron acciones de cien pesetas

El Acueducto de Segorbe

16 - Plano de Segorbe realizado por D. Nicolás de Ugarte para su proyecto de fortificación de Segorbe en 1875. El Acueducto ha sido ya refor-mado, apreciándose la realización de alguna obra de fortificación en el arco central. Continúa quedando libre de edificaciones en toda la longi-tud de la calle Muralla (Servicio Histórico Militar).

Page 11: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

V. Palomar Martín

por valor de cien mil y a los seis días se cubrieroncon un exceso de cuarenta y tres mil setecientas,que se prorratearán a la baja ...”. El proyecto yplanos fueron realizados por Emilio Meneses,“...pudiendo asegurarse que en breve plazo conta-rá Segorbe con un buen servicio de agua potablepor el sistema de tubos de acero asfaltado.”

Una nueva referencia la obtenemos algunosaños más tarde. Procede esta vez de las actas de laComisión Provincial de Monumentos Históricos yArtísticos de Castellón (OLUCHA, 1999) correspon-dientes al 30 de octubre de 1924, en las que se dacuenta de una denuncia contra un proyecto dederribo del Acueducto segorbino formulada por elentonces cronista oficial de la ciudad, D. CayetanoTorres Fornes, encomendando seguidamente uninforme al respecto. En la siguiente sesión, celebra-da el 7 de mayo de 1925, se lee el informe redacta-do por D. Cayetano en el que propone “....que sedeclaren todos ellos (se refiere al Acueducto, las

murallas y las torres) monumentos históricosnacionales...” acordando la Comisión, en conformi-dad con lo propuesto, elevar a la Superioridad lamoción correspondiente.

Sin embargo, probablemente por estas mis-mas fechas se derribaba el primer tramo delAcueducto que cruzaba la Calle Muralla en sentidotransversal y en el que se abría un pequeño arcorebajado para dar paso hacia la calle del Romano.También en estos años se perforarán en el murodiversos huecos para dar luz o acceso a las casasadosadas, lo que parece indicar que las denunciasformuladas por D. Cayetano no surtieron el efectodeseado (figs. 17 y 18).

Los años siguientes no parecen haber afec-tado en gran medida al Acueducto, en el que no serealizan nuevas obras ni otras alteraciones impor-tantes. Pero en 1963 la canal de hierro se desplomapara no ser ya reconstruida (Figs. 19 y 20). Segúndiversos testimonios recogidos por R. Martín, la

El Acueducto de Segorbe

Fig. 17 - Aspecto del Acueducto en la calle Argén con el arco aúncegado en el que se abren numerosos vanos para dar luz a lavivienda adosada por la Plaza de los Mesones.

Fig. 18 - Vista del Acueducto en la calle Muralla, en la que se apre-cia la destrucción de parte del muro al edificar la vivienda adosadapor su interior.

Page 12: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

El Acueducto de Segorbe

INVESTIGACIÓN

caída se produjo a las tres de la tarde “... causandoel lógico estruendo y la alarma de los vecinos que,asustados, han salido de inmediato a la calle pen-sando en algún accidente de coches.”

Finalmente, en los años 1972-73 se lleva a

cabo por parte del Gobierno la restauración de lastorres del Botxí y de la Cárcel, acometiéndoseentonces la apertura de la arcada más próxima a latorre. En esta misma actuación se producía unadesafortunada intervención que hizo desaparecer laacequia que discurría por encima de esta arcada yatravesaba la torre del Botxí.

La recuperación del Acueducto

En el mes de Junio del 2000 comienza unanueva fase en la vida el Acueducto, cuando elConsistorio segorbino decide acometer, dentro deun ambicioso plan de recuperación del PatrimonioHistórico de la ciudad en el que se incluyen tam-bién diversos tramos de las murallas medievales,importantes actuaciones que supondrán la rehabili-tación de parte de sus paramentos y del área urba-na que la rodea.

Concretamente, las obras consisten en elderribo de las viviendas adosadas a uno de sus

Fig. 20 - Fragmento del canal colocado en el Acueducto en el año1860, recuperado durante los trabajos de restauración.

Fig. 19 - Aspecto del canal de hierro del Acueducto poco antes de desplomarse (fotografía propiedad de Rosa Sánchez López).

Page 13: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

lados (las más cercanas a la torre del Botxí y al edi-ficio del Museo Municipal) y la urbanización delsolar resultante, para posteriormente remozar lapropia estructura, muy afectada por la apertura denumerosos vanos y la instalación en el muro deapoyos y vigas de las viviendas, y reabrir una de lasarcadas que había sido cegada en las reformas rea-lizadas a lo largo del siglo XVI. Con ello Segorberecupera definitivamente, a la espera de nuevasactuaciones que permitan despejar por completo eltrazado del Acueducto con el tramo restante de lacalle Muralla, parte sustancial de uno de sus monu-mentos más emblemáticos.

BIBLIOGRAFÍA

AGUILAR, F. de Asís (1890): Noticias de Segorbe y su

Obispado. Por un sacerdote de la Diócesis. Imp. Romaní ySuay. Segorbe. Reed. por la Caja de Ahorros y M. de Segorbe.Segorbe, 1983CORTÉS Y LÓPEZ, Miguel (1836): Diccionario Geográfico-

Histórico de la España Antigua, Tarraconense, Bética yLusitania ... Imprenta Real. Madrid.EL CETIBERO (1849): Mejoras locales. Nº 10. Domingo 29 de

julio. Pág. 76.FAUS Y FAUS, J. (1983): Páginas de la Historia de Segorbe.

1850 - 1900. Caja de Ahorros de Segorbe. Segorbe.GUERRERO CAROT, PATXI (2000): Efemérides segorbinas

(Hace 100 años). Libro de Fiestas de Segorbe. Segorbe, 2000.GIMENO BLAY, F. (1983): La Obra del Puent de la Puerta de

Teruel (1386). Libro de Fiestas de Segorbe. Segorbe, 1983. MARTÍ, R. Y SELMA, S. (1997): La huerta de la Madina de

Subrub (Segorbe, Castelló). Boletín de Arqueología Medieval,9. Madrid, 1997.MARTÍN ARTÍGUEZ, R. Y PALOMAR MACIÁN, V. (1999):

Las fortificaciones de Segorbe a lo largo de la Historia.Ayuntamiento de Segorbe. Segorbe.OLUCHA MONTÍNS, F. (1999): Actes de la Comissió

Provincial de Monuments Histórics i Artístics de Castelló. 1900-1960. Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura. TomoLXXV. Enero-Junio 1999.

V. Palomar Macián

El Acueducto de Segorbe

FFooll.. 2244 rr..((......))IItteemm,, llaa ddiittaa jjoorrnnaaddaa ppaagguuii aa’’nn PPeerree JJoohhaannBBiivvaass,, ccuuyyaatt ddee MMiiqquueell CCaarrbboonneerroo ppeerr II jjoorr--nnaall qquuee eenn ddiieess ppaassaattss aauuiiaa oobbrraatt eenn llaaoobbrraa ddee aaddoobbaarr lloo ccaammii pprroopp lleess aarrqquuaaddeessddee llaa ffoonntt ee aauujjaass ddee mmeetteerr eenn llaa cceerrttiiffiiccaa--cciióónn ee oobblliiddaarreenn ssee lloo ee ddee mmaannaammeenntt ddeeJJoohhaann MMaarrqquuééss,, jjuurraatt,, ee llooss hhii ppaaggaattss IIIIssoouuss aall ddiitt CCaarrbboonneerroo ccuuyyaatt sseeuu..

FFooll.. 3300 vv..IItteemm,, ppooss eenn ddaattaa aa’’nn JJoohhaann ddee LLeeqquueeyyttiioo,,aalliiaass ddee AAssppee,, ppiieeddrraa ppiiqquueerroo,, pprrooccuurraaddoorrdd’’eenn RRooddrriiggoo ddee MMaarrqquuaa,, mmaaeessttrroo ddee oobbrraaddee llaa vviillllaa cciieennttss cciinnqquuaannttaa rreeaalleess ddee aarrggeennttddee VVaalleenncciiaa eenn ppaaggaa pprroorrrraattaa ddee llaa oobbrraa ddeellaass aarrqquuaaddaass ddee llaa ffuueenntt qquuee ssee ffaacceenn ppoorrssuu pprriinncciippaall ddaauuaanntt llaa ttoorrrree nnuueeuuaa sseeggoonnssccoonnssttaa ppeerr aallbbaarráá CCCCXXXXVV ssoouuss dd’’eenn RReemmóónnddee ll’’OOrrtt,, nnoottaarrii,, ssoottss lloo ddiitt iixxuuddaarriioo aaXXXXVVIIIIII ddee ffeebbrreerr ee ffuuee pprreesseenntt ppoorr tteessttiimmoo--nniioo eenn MMiigguueell VVaallllffaaggoonnaa ddaauuaallll ssccrriitt qquueessoottssccrriivviióó ddee ssuu mmaannoo eenn llaa ffoorrmmaa sseegg¸̧eenntt..CCoonnssttaa ddeell nnoottaarrii IIIIIIII ddiinneerrss..

IItteemm,, ppoossee eenn ddaattaa aa’’nn JJoohhaann ddee LLeeqquueeyyttiioo,,aalliiaass ddee AAssppee,, ppiieeddrraa ppiiqquueerroo mmaaeessttrroo ddeeoobbrraa ddee llaa vviillllaa,, pprrooccuurraaddoorr ddeell hhoonnrraaddooeenn RRooddrriiggoo ddee MMaarrqquuiinnaa,, mmaaeessttrroo ddee oobbrraaddee llaa vviillllaa,, aa uunnaa ppaarrtt cciieenntt cciinnqquuaannttaa ssuueell--ddooss ee aa oottrraa ppaarrtt LLXXXX ssuueellddooss VVII ddiinneerroossddee llooss LLXX ttrreess ssuueellddooss ppaarraa ppaaggaarr aa’’nnJJoohhaann BBoorrggaa ((FFooll 3311 rr..)) ddee cciieerrttoo ttrraappoo eellooss VVIIII ssuueellddooss VVII ddiinneerrooss ppaarraa ppaaggaarr aa’’nnRRaammoonn ddee ll’’OOrrtt,, nnoottaarriioo,, ddee uunnaa ccuuaarrttaa ddeeaaffiirrmmaammiieennttoo ssuuyyaa ee ttooddoo aauueessttoo eenn ppaaggaapprroorraattaa ddee llaa oobbrraa ddee llaass aarrqquuaaddaass ddee llaaffuueenntt qquuee ffaazzee ssuu pprriinncciippaall ddaauuaanntt llaa ttoorrrreennuueevvaa eessmmoocchhaaddaa sseeggoonnss ccoonnssttaa ppeerraallbbaarràà dd’’eenn RRaammóónn ll’’OOrrtt,, nnoottaarrii,, aa IIIIII ddeemmaarrççoo,, aall qquuaall ffuuee ppoorr tteessttiimmoonniioo eennRRooddrriiggoo RRooiiss ddee MMoorrooss,, ddoonnzzeell,, aabbiittaaddoorrddee SSooggoorrbbee,, qquuii ssee ssoottssccrriivviióó ddee ssuu mmaannoo..CCoossttaa ddeell nnoottaarriioo VV ddiinneerrooss..

1446 - Fragmentos del libro de cuentas de “murs i valls”.Archivo Municipal de Segorbe, sig 225.

Page 14: EL ACUEDUCTO DE SEGORBE - A-WEAR

INVESTIGACIÓN

El Acueducto de Segorbe

Fig. 21 - La Plaza de Los Mesones antes del derribo de las casas adosadas al Acueducto.

Fig. 22 - Vista del Acueducto en proceso de restauración una vez derribadas las viviendas que lo ocultaban.