EL ADELANTO JUEVES 16-02-2012 - pag 18

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18 JUEVES 16 DE FEBRERO DE 2012 PROVINCIA MARJÉS / ISABEL RODRÍGUEZ MONLERAS La bajada del caudal del pantano ha devuelto este invierno una parte de la historia de Monleras, un pasado no tan lejano en el tiempo en el que se oía girar la rueda de los antiguos molinos, como el de Mariano, cuyos restos permane- cen sumergidos por las aguas a la espera de los caprichos de la cli- matología o de las necesidades de la presa. Tras años adormecidos, los restos del molino, “el último en estar funcionamiento en Monleras”, como recuerda su alcalde, Ángel Delgado, y el cual tomaba el agua para moler de la ribera del Villar, se han dejado ver para recordar que Monleras es tierra de molinos (se cuenta que su nombre proviene de molineras), llegando a contar, según recuerdan los más mayores, con hasta cinco aceñas en el Tor- mes, una decena de molinos en la ribera y otros cuatro en el arroyo. Restos cuyas piedras aún mar- can el dibujo y a los que acompa- ñan, y que también se han dejado ver con el descenso del caudal, los puentes, las lajas y el que se cono- cía como el cementerio de los bu- rros, lo que llamaban el muladar. Y es que el burro fue en tiempos uno de los animales domésticos que más se utilizó en las labores del campo y camino del molino para traer y llevar el grano. Lo que para los vecinos es un huésped que, temporalmente, les devuelve la visita, para el recién llegado a Monleras los restos que encontrará a su paso le regalarán, de entrada, una lección de arqui- tectura popular y de etnografía, porque en este espacio que pocas veces se deja contemplar se desem- peñó durante generaciones el ofi- cio del que Monleras hereda parte de su nombre, el de molinero, y el trabajo de moler el grano. Tierra de agricultores y gana- deros, los molinos desempeñaban un papel fundamental y, además, atestiguan el conocimiento que nuestros antepasados tenían de los sistemas hidráulicos. Como curio- sidad, y como recuerda el alcalde, algunos molinos tenían dos pie- dras, “una que giraba en el sen- tido de las agujas del reloj y otra a la inversa, para evitar que con las vibraciones al moler se descom- pensarán las piedras”. Hoy, las ace- ñas se encuentran bajo las aguas de pantano de Almendra, al igual que los molinos, desde el de Mariano, en funcionamiento hasta bien en- trada la década de los 60; el molino de Feliciano, aguas arriba; o el de Samuel, el único que se ha recons- truido en los últimos años. Los últimos en recorrer, y en retratar el paisaje antes de que se vuelva a sumergir, han sido los propios vecinos de la zona, los par- ticipantes de Monleras y Sardón de los Frailes en el taller de docu- mentación del programa De Mayor a Menor, los cuales, cámara en mano, han documentado este pedazo en piedra de la historia del río a su paso por el bajo Tormes y partiendo desde Monleras. xy La bajada del caudal descubre restos de los antiguos molinos de Monleras Sumergidos bajo el agua también quedan puentes y el llamado cementerio de burros Imagen del molino de Mariano, como se le conocía cuando dejó de funcionar, siendo el último cuya piedra dejó de moler en el municipio. FOTOS: MARJÉS Puentes y lajas a lo largo de la ribera para salvar las dos márgenes. Arquitectura popular REHABILITACIÓN Uno de los molinos que sí se ha recuperado y reconstruido en Monleras ha sido el conocido como el molino de Samuel, ubi- cado en la zona del paraje de La Riguerina y cuya origina- ria construcción data del siglo XVI. Un proyecto de recuperación como museo en el que los visi- tantes pueden ver cómo se mo- lía el grano utilizando el agua de la pesquera. La recuperación del molino, por iniciativa del Ayuntamiento, contó con la co- laboración vecinal a través de los trabajos comunitarios y de algunos de los campos interna- cionales de trabajo desarrolla- dos durante los últimos años. Los más mayores recuer- dan que los molinos eran una de las actividades más impor- tantes de Monleras. De ahí que resulte hasta lógico que su nom- bre tenga que ver con ellos. Y es que, según está documentado, más allá del siglo XII Monleras se conocía en la zona con el nom- bre de Molineras. Construido en el XVI, Samuel le dio su actual nombre AUDITORIO ABIERTO Monleras es, por herencia, tie- rra de molinos, pero también de pozas, fuentes y puentes, y cu- yas piedras, no siempre han acabado sepultadas bajo las aguas o convertidos en ruinas, sino que se han utilizado para crear nuevos espacios. Así, por ejemplo, uno de los lugares más emblemáticos de Monleras, el anfiteatro, ubicado junto al fron- tón, la iglesia y el Ayuntamiento, se construyó en gran parte con piedras rescatadas de unos de los puentes viejos, recuperándolas para darles un nuevo uso e in- tegrarlas en el conjunto. Desde que se comenzara a levantar en el año 1983, se ha converti- do en un auditorio abierto, un anfiteatro con su escenario y las gradas de piedra colocadas en semicírculo. Piedras del viejo puente para el anfiteatro

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AUDITORIOABIERTO Loqueparalosvecinosesun huéspedque,temporalmente,les devuelvelavisita,paraelrecién llegadoaMonleraslosrestosque REHABILITACIÓN MARJÉS/ISABELRODRÍGUEZ MONLERAS ImagendelmolinodeMariano,comoseleconocíacuandodejódefuncionar,siendoelúltimocuyapiedradejódemolerenelmunicipio. Puentesylajasalolargodelariberaparasalvarlasdosmárgenes. JUEVES16DEFEBRERODE2012 18 PROVINCIA FOTOS:MARJÉS

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18 JUEVES 16 DE FEBRERO DE 2012PROVINCIA

MARJÉS / ISABEL RODRÍGUEZMONLERAS

La bajada del caudal del pantanoha devuelto este invierno una partede la historia de Monleras, unpasado no tan lejano en el tiempoen el que se oía girar la rueda delos antiguos molinos, como el deMariano, cuyos restos permane-cen sumergidos por las aguas a laespera de los caprichos de la cli-matología o de las necesidades dela presa. Tras años adormecidos, losrestos del molino, “el último enestar funcionamiento en Monleras”,como recuerda su alcalde, ÁngelDelgado, y el cual tomaba el aguapara moler de la ribera del Villar,se han dejado ver para recordarque Monleras es tierra de molinos(se cuenta que su nombre provienede molineras), llegando a contar,según recuerdan los más mayores,con hasta cinco aceñas en el Tor-mes, una decena de molinos en laribera y otros cuatro en el arroyo.

Restos cuyas piedras aún mar-can el dibujo y a los que acompa-ñan, y que también se han dejadover con el descenso del caudal, lospuentes, las lajas y el que se cono-cía como el cementerio de los bu-rros, lo que llamaban el muladar.Y es que el burro fue en tiempos

uno de los animales domésticosque más se utilizó en las labores delcampo y camino del molino paratraer y llevar el grano.

Lo que para los vecinos es unhuésped que, temporalmente, lesdevuelve la visita, para el reciénllegado a Monleras los restos que

encontrará a su paso le regalarán,de entrada, una lección de arqui-tectura popular y de etnografía,porque en este espacio que pocasveces se deja contemplar se desem-peñó durante generaciones el ofi-cio del que Monleras hereda partede su nombre, el de molinero, y eltrabajo de moler el grano.

Tierra de agricultores y gana-deros, los molinos desempeñabanun papel fundamental y, además,atestiguan el conocimiento quenuestros antepasados tenían de lossistemas hidráulicos. Como curio-sidad, y como recuerda el alcalde,algunos molinos tenían dos pie-dras, “una que giraba en el sen-tido de las agujas del reloj y otra ala inversa, para evitar que con lasvibraciones al moler se descom-pensarán las piedras”. Hoy, las ace-ñas se encuentran bajo las aguas depantano de Almendra, al igual quelos molinos, desde el de Mariano,en funcionamiento hasta bien en-trada la década de los 60; el molinode Feliciano, aguas arriba; o el deSamuel, el único que se ha recons-truido en los últimos años.

Los últimos en recorrer, y enretratar el paisaje antes de que sevuelva a sumergir, han sido lospropios vecinos de la zona, los par-ticipantes de Monleras y Sardónde los Frailes en el taller de docu-mentación del programa De Mayora Menor, los cuales, cámara enmano, han documentado estepedazo en piedra de la historia delrío a su paso por el bajo Tormes ypartiendo desde Monleras. xy

La bajada del caudal descubre restosde los antiguos molinos de MonlerasSumergidos bajo elagua también quedanpuentes y el llamadocementerio de burros

Imagen del molino de Mariano, como se le conocía cuando dejó de funcionar, siendo el último cuya piedra dejó de moler en el municipio. FOTOS: MARJÉS

Puentes y lajas a lo largo de la ribera para salvar las dos márgenes.

Arquitectura popularREHABILITACIÓN

Uno de los molinos que sí se harecuperado y reconstruido enMonleras ha sido el conocidocomo el molino de Samuel, ubi-cado en la zona del paraje deLa Riguerina y cuya origina-riaconstruccióndatadelsigloXVI.Un proyecto de recuperacióncomo museo en el que los visi-tantes pueden ver cómo se mo-lía el grano utilizando el agua dela pesquera. La recuperacióndel molino, por iniciativa delAyuntamiento, contó con la co-laboración vecinal a través delos trabajos comunitarios y dealgunos de los campos interna-cionales de trabajo desarrolla-dos durante los últimos años.

Los más mayores recuer-dan que los molinos eran unade las actividades más impor-tantes de Monleras. De ahí queresulte hasta lógico que su nom-bre tenga que ver con ellos. Y esque, según está documentado,más allá del siglo XII Monlerasse conocíaen lazonaconelnom-bre de Molineras.

Construido en elXVI, Samuel le diosu actual nombre

AUDITORIO ABIERTO

Monleras es, por herencia, tie-rrademolinos,pero tambiéndepozas, fuentes y puentes, y cu-yas piedras, no siempre hanacabado sepultadas bajo lasaguas o convertidos en ruinas,sino que se han utilizado paracrear nuevos espacios. Así, porejemplo, uno de los lugares másemblemáticos de Monleras, elanfiteatro,ubicado juntoal fron-tón, la iglesiayelAyuntamiento,se construyó en gran parte conpiedras rescatadasdeunosde lospuentes viejos, recuperándolaspara darles un nuevo uso e in-tegrarlas en el conjunto. Desdeque se comenzara a levantaren el año 1983, se ha converti-do en un auditorio abierto, unanfiteatro con su escenario y lasgradas de piedra colocadas ensemicírculo.

Piedras del viejopuente para elanfiteatro