EL AMIGO QUE PUSO EN MARCHA LA PERDONANZA

Y NOTICIAS QUE SE SUCEDIERON EN 1296

FRANCISCO SUÁREZ SALGUERO

~ 1 ~

Francisco Suárez Salguero ha compuesto estos escritos esmerándose en ofrecer

la crónica cronológica que el lector podrá aprovechar y disfrutar. Lo ha hecho

valiéndose de cuantas fuentes que ha tenido a mano o por medio de la red in-

formática. Agradece las aportaciones a cuantas personas le documentaron a tra-

vés de cualquier medio, teniendo en cuenta que actúa como editor en el caso de

algún texto conseguido por las vías mencionadas. Y para no causar ningún per-

juicio, ni propio ni ajeno, queda prohibida la reproducción total o parcial de este

libro, así como su tratamiento o transmisión informática, no debiendo utilizarse

ni manipularse su contenido por ningún registro o medio que no sea legal, ni se

reproduzcan indebidamente dichos contenidos, ni por fotografía ni por fotocopia,

etc.

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A MODO DE PRÓLOGO O PÓRTICO

COMENZÓ EN DOMINGO Y FUE BISIESTO EL AÑO 1296

Tal vez fuera lo de menos que este año 1296 comenzara en domingo y fuese bisiesto,

pero ¿por qué habría de estar de más constatarlo? De otra parte, sí merece constatarse

que promulgara en este año el Papa Bonifacio VIII una bula de las que hacen historia, la

Clericis laicos, siendo igualmente el año de la muerte del Papa San Celestino V, un Pa-

pa que también hizo historia, entre otras cosas por su abdicación, tras la cual, como bien

sabemos, vino el pontificado de Bonifacio VIII. Y no deja de ser memorable que el

Papa San Celestino V hubiera instituido la tradicional y jubilar perdonanza de L’Aquila

durante su breve pontificado.

Resultó también de mucho desbarajuste político en España el año 1296, cuando en

León fue proclamado el infante Juan de Castilla (el de Tarifa) rey de León, Sevilla y

Galicia. Posteriormente, en Sahagún (León) fue proclamado el infante Alfonso de la

Cerda rey de Castilla, Toledo, Córdoba y Jaén. Estuvo cada uno en la ceremonia del

otro y en ambas estuvo también el infante Pedro de Aragón, hermano del rey aragonés

Jaime II. Hubo mortandad en la desatada peste que va cundiendo en estos tiempos, sien-

do víctima de la misma, entre mucha gente, el mencionado Pedro de Aragón, fallecido

en Tordehumos (Valladolid), a 25 de agosto.

El rey Jaime II de Aragón estuvo apenado por la muerte de su hermano Pedro, pero

contento por haber sido padre. Su mujer, Blanca de Anjou, con 16 años de edad, parió al

primogénito, Jaime de Aragón y de Anjou, el 29 de septiembre. De él sabremos en su

momento que renunciará a sus derechos, tras su matrimonio con Leonor de Castilla,

para ingresar en la Orden de San Juan de Jerusalén, pues era muy monástico y pío en

extremo por así decir. Pero no nos adelantemos, porque de momento no es más que un

bebito recién nacido en este año 1296, el 29 de septiembre.

En la gran nación que hoy conocemos como la India, que empezó o fue siendo desde

tiempos medievales el sultanato de Delhi, sucediéndose varias dinastías entre los años

1206 y 1526, resultó, a 3 de octubre de este año 1296, que fue proclamado sultán Alau-

dín, segundo y muy destacado gobernante de la islámica dinastía Kahlji, reinando hasta

1316, año de su muerte, causada por hidropesía.

La historia política de Alaudín tuvo que ver con un tío suyo, Jalal-ud-din, su prede-

cesor en el sultanato, quien le designó como gobernador de Kara, en la zona del Gan-

ges. Alaudín asesinó a este tío suyo cuando su viuda designó sucesor y heredero del sul-

tanato a su hijo menor. Alaudin se puso en marcha desde Kara a Delhi, ansioso de po-

der, entrando en la ciudad con la cabeza de Jalal en una piqueta, proclamándose en

aquella capital rey de Delhi. Luego tardó sólo unos meses en derrotar a los mongoles

cerca de Jalandhar (hacia el norte de la India), asegurando así su estabilidad en el trono.

~ 4 ~

El reinado de Alaudín se caracterizó por mucha crueldad y entre delirios de grandeza.

Empezó haciendo muchos prisioneros, cegando, torturando y asesinando a numerosos

nobles que consideró tener que eliminar, matando incluso a familias enteras. Puede que

volvamos a notificar acerca del sultán Alaudín al menos en 1316, cuando sea su muerte.

Murieron en este año 1296 personajes históricos como Taghachar (conspirador mon-

gol del que ya ofrecimos noticia tiempo atrás), Guillermo Durando (eclesiástico litur-

gista francés que llegó a obispo) y Andrea dei Mozzi (polémico obispo florentino), de

quien se dijo que era un hombre vicioso y tonto, “deshonestísimo y de poco sentido”.

Dante le había conocido y no tuvo reparo en llevarlo literariamente al Infierno de La Di-

vina Comedia, metido concretamente en el círculo de los sodomitas (Canto XV, versos

110-115).

~ 5 ~

AÑO 1296

~ 6 ~

REINO DE CASTILLA

INTENTOS DE INVASIÓN DESDE EL REINO DE PORTUGAL

Hubo en este año 1296 serios y peligrosos intentos de invasión sobre el reino de Cas-

tilla por parte del reino de Portugal. De hecho, tras recibir al infante Juan de Castilla1

como aliado a su servicio, el rey Dionisio I de Portugal la emprendió contra Castilla

desde el mismo mes de enero. Se apoderó de Castelo Rodrigo (donde confirmó los fue-

ros de que gozaba el lugar desde que se los concedió el rey Alfonso IX de León)2 y

también se apoderó de otros lugares a los que proporcionó fueros.3

Entre algunos hechos destacados en la guerra portuguesa contra León y Castilla, pode-

mos contar que el rey Dionisio I de Portugal propuso a la reina regente María de Molina

que diera su reconocimiento a Juan de Castilla como rey de Galicia. Pero María de Mo-

lina no accedió a dicha propuesta, negándose a tal solicitud. Pasó luego que el infante

Juan se apoderó de Astudillo, Paredes de Nava y Dueñas,4 y su hijo Alfonso tomó Man-

silla.5

Señalemos en resumen que el rey Dionisio I de Portugal, con su aliado (mercenario) el

infante Juan de Castilla, e igualmente siendo aliado (mercenario) Juan Núñez II de La-

ra,6 pretendió en este año 1296 poner en serio aprieto y asedio a la muy cortesana ciu-

1 Conocido como el de Tarifa, que muere en 1319, siendo hasta entonces cuando nos ocupamos de su

biografía, de los hechos que la conforman.

2 Castelo Rodrigo es un encantador e histórico lugar (hacia el noreste de Portugal) que se reconquistó a

los musulmanes en el siglo XI y fue del reino de León, siendo elevado a categoría de concejo por el rey

Alfonso IX (1188-1230). Hay constancia histórica de que en 1282 ya era señor de Castelo Rodrigo el

infante Pedro de Castilla, muerto en 1283 (hijo de Alfonso X y de su esposa Violante de Aragón). Este

infante, como bien sabemos, ostentó también otros varios señoríos, repartidos actualmente entre España y

Portugal. Todos esos señoríos pasaron a ser del rey Sancho IV de Castilla y León tras la muerte del in-

fante Pedro. En este año 1296, como se está contando, el rey Dionisio I de Portugal, declarado en guerra

contra Fernando IV de Castilla y León, se apoderó con facilidad de las tierras (hoy portuguesas) de

Alfaiates, Sabugal y Castelo Rodrigo. Estas tierras son dignas de verse en un grato recorrido.

Con la firma del tratado de Alcañices (Zamora), en 1297, entre los reinos de Castilla-León y Portugal,

quedará establecido que Alfaiates, Sabugal y Catelo Rodrigo pertenecieran a Portugal, al igual que las

villas y fortalezas de Vilar Maior, Castelo Bom, Almeida, Castelo Melhor y Monforte de Rio Livre, si-

tuadas en la comarca portuguesa de Riba-Coa.

3 Véanse mencionados dichos lugares en la nota anterior.

4 Tres poblaciones situadas actualmente en la provincia de Palencia.

5 Mansilla de las Mulas (León).

6 Cuya muerte será en 1315. Ya haremos entonces, o según proceda, nuestras consideraciones.

~ 7 ~

dad de Valladolid, pero el intento de acometida al respecto no traspasó la ciudad de Si-

mancas.7 Temiendo que pudiera quedar aislado o inmovilizado en tierras castellanas,

Dionisio optó por retirarse, renunciando al conflicto con Castilla y regresando a Portu-

gal. Pudo percatarse de cómo es mejor y más conveniente una paz a tiempo que una

guerra enconada.

7 Provincia de Valladolid, a unos 13 kilómetros de la capital.

~ 8 ~

REINO DE ARAGÓN

CONVENIO DE BORDALBA ENTRE ARAGÓN Y CASTILLA

Si antes hemos considerado un serio intento de guerra contra Castilla por parte de Por-

tugal, ahora consideramos lo mismo, también contra Castilla, por parte de Aragón. Así

contamos que, buscando apoyarse mutuamente, se vieron entre sí el rey Jaime II de Ara-

gón y el infante Alfonso de la Cerda, a 21 de enero de este año 1296, en el fronterizo

castillo de Bordalba.8 Allí acordaron un convenio mutuo contra el rey Fernando IV de

Castilla, en situación de precariedad política por su minoría de edad. Como bien sabe-

mos, estamos aún en la difícil y perpetuada situación sucesoria en la Corona de Castilla.

La pretensión del infante Alfonso era reivindicativa: lograr el título y el reconocimiento

de hecho como rey castellano-leonés, por herencia y sucesión que consideraba legítima

desde la voluntad testamentaria de su abuelo el rey Alfonso X. Por su parte, Jaime II de

Aragón, desviada su atención de Sicilia y aprovechando la mencionada precariedad po-

lítica de Fernando IV, en una situación ciertamente muy convulsa, se fue viendo del to-

do proclive sobre todo a tomar para sí el reino de Murcia. A esto accedía por completo

el infante Alfonso de la Cerda en el convenio o pacto de Bordalba, haciéndose pasar por

un igual en cuanto monarca respecto a Jaime II, dando por hecho que habría de reinar.

Se acordaba también en Bordalba que al infante Juan de Castilla9 le correspondieran los

reinos de León, Galicia y Sevilla, de la misma manera que al infante Pedro de Aragón10

se le dieran Cuenca, Moya y Cañete.11

En su campaña de conquista y dominación, Jai-

me II de Aragón se apoderó en este año del reino de Murcia, logrando hacerse sucesiva-

mente de castillos, ciudades y poblaciones.12

8 En la actual provincia de Zaragoza, siendo entonces un castillo fronterizo entre Aragón y Castilla. Hoy

en día sólo quedan restos arqueológico de lo que fue el mencionado castillo, aunque se aprecia algo su

construcción.

9 A quien recordamos, una vez más, como el de Tarifa.

10

Hermano del monarca aragonés.

11

Todo ello provincia de Cuenca.

12

Ir a epílogo I, donde puede leerse y considerarse, aunque algo sucintamente, la siguiente aportación de

Ángel Luis Molina, de la Universidad de Murcia: “El reino de Murcia durante la dominación aragonesa

(1296-1305)”. Anales de la Universidad de Alicante: Historia medieval, ISSN 0212-2480, Nº 11, 1996-

1997 (Ejemplar dedicado a: Actas del Congreso Internacional “Jaime II, 700 años después” / coord. por

Juan Antonio Barrio, José Vicente Cabezuelo, Juan Francisco Jiménez, pp. 265-272).

~ 9 ~

Pasó también, a 25 de agosto de este año 1296, en el lugar castellano de Tordehu-

mos,13

que murió el infante Pedro de Aragón y Sicilia,14

con 21 años de edad, afectado

de peste, habiendo sido lugarteniente15

de Cataluña desde 1285, durante el reinado de su

hermano el rey Alfonso III de Aragón (muerto en 1291).16

A 28 de agosto de 1291contrajo matrimonio con Guillerma de Montcada, hija de

Gastón VII de Bearn y de Mata o Matilde de Marsan, siendo Guillerma dueña de un in-

menso patrimonio latifundista (con más de trescientas caballerías).17

Como no hubo

descendencia, pasaron bienes en cantidad a la Corona de Aragón y allí se mantienen.18

13

Histórico lugar en la provincia de Valladolid.

14

Hijo menor de Pedro III de Aragón y de su esposa Constanza II de Sicilia.

15

Algo así como virrey, pero no por estos tiempos sino mucho más adelante.

16

Los restos de este infante Pedro se dan hoy en día por desaparecidos, habiendo sufrido muchas vicisi-

tudes y contratiempos históricos su sepultura, donde quiera que estuviera (algo a investigar y en lo que

aquí no entramos).

17

Anteriormente había estado prometida, aunque fueron rotos los compromisos, con Alfonso Manuel

(muerto en 1275), nieto de Fernando III el Santo, al ser hijo del infante Manuel de Castilla (muerto en

1283); igualmente estuvo prometida con el infante Sancho de Castilla, otro nieto de Fernando III, luego

rey Sancho IV (muerto en 1295), hijo de Alfonso X el Sabio.

18

Guillerma fue en su tiempo la ricahembra más poderosa del reino de Aragón.

~ 10 ~

LA SANTA SEDE – ROMA

EL PAPA BONIFACIO VIII PROMULGÓ LA BULA CLERICIS LAICOS

“Clericis laicos infestos oppido tradit antiquitas”.19

Así principia la bula20

que pro-

mulgó el Papa Bonifacio VIII en fecha 25 de febrero de este año 1296, intentando el

pontífice que llegue a su fin el prolongado conflicto que mantiene en guerra a los reinos

de Inglaterra y Francia. Pretendiendo eso, Bonifacio VIII envió dos legados suyos con

la indicación de lograr y proclamar (con la bula) una tregua que terminara con las hosti-

lidades (al menos temporalmente), de manera que pudiera comenzar o renovarse una

bien encaminada negociación con la ayuda de los mismos legados. Sin embargo, los

enviados del Papa al llegar a sus destinos correspondientes, prefiriendo actual por las

buenas, no comunicaron el mensaje de su respectiva embajada, pues consideraron mejor

esperar a que se produjera una tregua de mutuo acuerdo y no que resultara de manera

impuesta o como supervisada, ordenada por la bula.

Esta pretendida intervención del Papa se debe a que, para costear su guerra, los reyes

de Inglaterra y de Francia llevan mucho tiempo gravando impuestos que han de pagar,

entre otros, los eclesiásticos en todos sus estamentos e instituciones. Así pues, la moti-

vación tanto disciplinar como económica produjo que Bonifacio VIII emitiera su bula

Clericis laicos, destinada de manera señalada a Inglaterra y Francia, pero con decretal

dirigido a todas las autoridades políticas de la Cristiandad.

Bonifacio VIII comienza su bula Clericis laicos recordando que ya es sabido desde

antiguo cómo los laicos siempre han sido hostiles a los clérigos, siguiendo siendo de

actualidad que los reyes de estos tiempos21

se entrometen en los asuntos que son de

exclusiva competencia eclesiástica y gravan con pesadas cargas, por doquier en sus te-

rritorios, a los eclesiásticos. Cuenta además la bula que los eclesiásticos, temiendo ser

atacados y hasta vejados por sus gobernantes, se someten a ellos, sin conocimiento o

permiso de la Santa Sede, accediendo a muchas pretensiones civiles, a costa o a expen-

sas del patrimonio propiedad de la Iglesia.

En Clericis laicos recuerda el Papa a los príncipes y soberanos que, según los cánones

conciliares (Letrán III y IV),22

no pueden disponer de los bienes eclesiásticos sin el pre-

vio permiso del romano pontífice. Siegue la bula exponiendo que las autoridades tempo-

19

“Es una antigua tradición que los laicos sean absolutamente contrarios a los clérigos”.

20

A citar con sus dos primeras palabras latinas, según es habitual en la documentación pontificia o del

Magisterio eclesiástico.

21

Entre los siglos XIII-XIV.

22

Años 1179 y 1215 respectivamente.

~ 11 ~

rales tienen prohibido, bajo pena de excomunión, cobrar o exigir impuestos del clero, si

el Papa no lo autoriza. La pena de excomunión y deposición –según se señala en la bu-

la– alcanza también a los clérigos en caso de aceptar el pago de tributos o amoldarse a

ellos. Los laicos que colaborasen en el cobro de tales impuestos también han de quedar

excomulgados.

Pasaba, en agosto de este año 1296, que el Papa Bonifacio VIII solicitaba aún a su le-

gado en Francia que publicara la bula o que al menos diera noticias de que ya había

cumplido sus órdenes.

Como reacción ante Clericis laicos, el rey Felipe IV de Francia23

prohibió que ningún

diezmo o dinero fuera enviado a Roma e impidió la publicación de la bula. También el

rey Eduardo I de Inglaterra24

puso sus trabas respecto al cumplimiento de la bula.25

Este

rey además perpetró un feroz ataque y masacre en la ciudad escocesa de Berwick, a fi-

nales de marzo de este año, como notificamos en ese su momento.

Hemos de poder interpretar que el Papa se propasó, que si Bonifacio VIII se hubiera

limitado o ceñido a prohibir más concisamente todo impuesto o gravamen sobre los

eclesiásticos, su bula no habría sido rechazada con tanta vehemencia. Pero afirmaba que

cualquier tasa que se quisiera imponer al clero tendría que ser previamente aprobada por

el Papa, arrogándose de este modo el derecho a legitimar cualquier impuesto, o produ-

ciendo muy vivamente esta impresión, rebasando así las facultades del reconocido poder

espiritual pontificio, adentrándose indebidamente en el ámbito político de lo temporal.

Se hacían necesarias nuevas consideraciones.26

Tengamos en cuenta que Bonifacio VIII es hombre decidido y muy capaz, bien prepa-

rado en cuestiones jurídicas o de derecho, experto en cuestiones diplomáticas y políti-

cas, sabedor de los intereses que hay en juego y barajan los poderosos.

23

Reinante entre los años 1285-1314.

24

Reinante entre los años 1272-1307.

25

Lo que condujo a que en 1297, el arzobispo Robert Winchelsey de Canterbury excomulgara al monar-

ca.

26

Así se progresó hacia un acuerdo de compromiso entre el rey francés y el pontífice, acuerdo que se

plasmó por parte de Bonifacio VIII con la nueva bula Romana mater Ecclesia (1297) suspendiendo

temporalmente la aplicación de Clericis laicos y proporcionándose de ésta una interpretación más suave.

Sin embargo, el Papa afirmó y pidió, en línea de principio, que la bula Clericis laicos se incluyera en la

colección canónica de decretales que se conoce como Liber Sextus (año 1298).

Otros reinos, como el de la Corona de Aragón, regido por Jaime II, pidieron al Papa interpretaciones de

la bula al modo acordado con Francia. Y puede decirse que en todos los demás reinos europeos se fue

aplicando la bula sin demasiadas dificultades y según fue posible en cada lugar.

Volveremos sobre estos asuntos en los años venideros.

~ 12 ~

REINO DE POLONIA

ASESINATO DE PREMISLAO II

Ha de pasar a la historia el rey Premislao II de Polonia como el primer monarca de

este reino con título y carácter propiamente hereditario.27

Como ahora contamos, resu-

miendo brevemente su biografía, Premislao II fue asesinado el día 8 de febrero de este

año 1296, con 39 años de edad, habiendo reinado tan sólo desde 1295. Había sido duque

de Cracovia y gran duque de Polonia desde 1290, pero también antes, por escalonadas

alianzas, como enseguida contamos resumidamente.

Era hijo de Premislao I, duque de la Gran Polonia,28

y de Isabel de Breslavia, que era

hija de Enrique II de Silesia.29

Antes de 1277 ya era duque de Poznan, siendo luego tras

la muerte de su piadoso tío Boleslao en 1279 duque de la Gran Polonia. En 1282 man-

tuvo un encuentro secreto con Mestwin II, duque de Pomerelia30

y fue cogobernante con

él. En 1287, su alianza se había extendido al duque Boguslao de Pomerania Occidental,

ampliando territorio en la costa báltica. En 1294 se convirtió en el gobernante sucesor

de estos amplios dominios en Gdansk.31

De acuerdo con la última voluntad de Enrique IV de Breslavia, muerto en 1290, he-

redó en ese año las provincias de Cracovia y Sandomierz, que formaban o constituían la

conocida como Pequeña Polonia (que es propiamente el entorno de Cracovia), pero es-

tas provincias las cedió pronto Presmislao II de Wenceslao II de Bohemia,32

quien ahora

le sucede también como rey de Polonia, por no contarse con descendencia directa.33

Podemos resumir diciendo que, como muy destacado gobernante polaco durante su vi-

da, habiendo llegado a ser el poseedor de la insignia real de Cracovia, a modo de consti-

tuirse Polonia en reino con pleno reconocimiento, Premislao II tuvo el apoyo eclesiás-

27

Polonia fue reino a partir de su elección. Premislao II no reinó durante mucho tiempo, pero el reino de

Polonia se perpetuó en cinco siglos después.

28

Región histórica que deriva en reino cuando va llegando a su término el siglo XIII.

29

De sobrenombre el Piadoso. Muerto en 1241.

30

Región histórica situada al norte de la actual Polonia.

31

Histórica e importante ciudad portuaria polaca, como bien sabemos.

32

Que muere en 1305.

33

Habiéndose casado Premislao II en tres sucesivas ocasiones, con Ludgarda de Mecklenburgo (1273), la

princesa Richeza de Suecia (1285) y Margarita de Brandenburgo (1293).

~ 13 ~

tico tan favorable a una fortalecida unificación de Polonia. En 1295 fue coronado rey de

Polonia por el arzobispo de Gniezno y cinco obispos más.

Tal como encabezábamos esta noticia, pasó en este año 1296 que a Premislao II lo se-

cuestraron varios hombres del margrave de Brandeburgo, a quienes ayudaron miembros

de algunas familias nobles, de Nalecz y Zaremba. Fue asesinado el 8 de febrero de este

año 1296 en Rogozno, siendo el ejecutor de su muerte, a traición,34

Jakub Kaszuba.

Premislao II de Polonia

34

Supuestamente y según diversos indicios históricos o conjeturas.

~ 14 ~

Ciudad portuaria de BERWICK (REINO DE ESCOCIA)

VIOLENTO ATAQUE Y MASACRE

POR PARTE DEL REY EDUARDO I DE INGLATERRA

Fueron tremendos, a 30 de marzo de este año 1296, el ataque y masacre por parte del

rey Eduardo I de Inglaterra en la ciudad escocesa de Berwick,35

tal como ahora resumi-

damente contamos.

Siendo el puerto de Berwick uno de los más prósperos de toda Europa en el siglo XIII

que avanza a su final, ingresando en impuestos y aranceles una cuarta parte de todos los

ingresos del reino de Escocia, el rey Eduardo I de Inglaterra se propuso destruirlo, pre-

cisamente por implicación de la guerra anglo-francesa. Se registra así que, a 30 de mar-

zo de este año 1296, el rey Eduardo I de Inglaterra, alarmado y del todo alterado por la

firma de un tratado entre escoceses y franceses, prendió fuego a la ciudad de Berwick,

atacándola con brutal violencia, matando en cruel masacre a todos sus habitantes, en ci-

fra de ocho mil, sin que se salvara nadie, pues ni siquiera hubo piedad de los que se re-

fugiaron en las iglesias o en las dependencias hospitalarias y benéficas. Esto contribuyó

mucho a que se exacerbe el nacionalismo escocés en relación al reino de Inglaterra.36

De momento, como podemos ver a continuación, hubo batalla en guerra declarada de

Inglaterra contra Escocia, librándose dicha batalla en Dunbar (Escocia).37

35

Se trata de la actual ciudad inglesa de Berwick-upon-Tweed, la ciudad más septentrional de Inglate-

rra, situada en el condado de Northumberland, junto a la desembocadura del río Tweed.

Por su posición fronteriza entre Inglaterra y Escocia, Berwick cambió de manos entre los dos reinos

varias veces durante la Edad Media. En 1482 quedó definitivamente integrada en el reino de Inglaterra.

Hoy en día existen dos ducados con una semejante denominación, siendo uno inglés, propiamente el

original creado en 1688 por el rey Jacobo II de Inglaterra, y siendo el otro (más nuevo o reciente) escocés

y creado por Ley Sálica a favor de la duquesa española Cayetana de Alba (muerta en 1802). Los res-

pectivos ducados son: Berwick-upon-Tweed y Berwick-on-Tweed.

36

De lo cual seguiremos teniendo más episodios, relacionados sobre todo con las malas maneras de los

ingleses. Ya lo iremos viendo y considerando, siendo uno de los ejemplos el de William Wallace en 1305.

37

Resultando victoria decisiva y favorable para el reino de Inglaterra.

~ 15 ~

REINO DE INGLATERRA

LA INVASIÓN DE ESCOCIA Y SU DERROTA EN DUNBAR

El reino de Escocia se le iba de sus manos al rey Eduardo I de Inglaterra, por lo cual,

sintiendo provocada su furia, este monarca planeó y ordenó en este año 1296 su brutal

invasión del reino escocés, vecino por el norte, a fin de aniquilarlo como tal y asumirlo

o anexionarlo como dominio propiamente inglés. Destacó en este sentido, a 27 de abril,

la batalla que hubo en las cercanías de Dunbar, donde enfrentados los ingleses a los es-

coceses fueron vencedores los primeros y derrotados los segundos. El motivo que desa-

tó esta guerra o seria contienda, de tensión latente desde mucho tiempo atrás, fue que

Juan de Balliol, rey de Escocia, era cada vez más aliado, por pactos y tratados en toda

regla, con el reino de Francia.

Recordemos que, tras la muerte del rey Alejandro III de Escocia en 1286, heredó el

trono escocés la jovencísima Margarita, nieta de Alejando, reinando como Margarita I

hasta 1290, cuando murió, con tan sólo 7 años de edad. Se frustró así el deseo del rey

Eduardo I de Inglaterra concibiendo casar a Margarita con su hijo el príncipe Eduardo,38

un año menor que Margarita, para así obtener la unión-anexión de los dos reinos. Pero

como bien sabemos se disputaron el trono de Escocia los dos linajes más destacados de

la aristocracia escocesa: los Balliol y los Bruce. Hubo continuas contiendas compitiendo

entre sí las dos familias, hasta que Juan de Balliol consiguió hacerse con el trono de Es-

cocia, contando con la interesada ayuda del rey Eduardo I de Inglaterra. Resultó en-

tonces que el reino de Escocia estuvo sometido al reino de Inglaterra, como un vasallo

del mismo. Y esto fue lo que apreció roto el monarca inglés, viendo el decantarse del

monarca escocés respecto al monarca francés. Pasó que, en 1295, Escocia negoció un

tratado de paz con Francia, lo que entrañó que Juan de Balliol negara su ejército a los

ingleses para luchar contra los franceses. Fue por esto por lo que Eduardo I de Inglaterra

decidió actuar por la fuerza, ordenando la invasión del reino de Escocia para su anexión

y ocupación inglesa. Así, el inmenso ejército inglés39

avasalló sin problemas al ejército

inferior y de más simples tropas con que contaban los escoceses. Como ya vimos, sa-

quearon, incendiaron y masacraron del todo en Berwick, a lo que siguió, como en estos

momentos contamos, la batalla en Dunbar,40

donde ambos bandos se aprestaron al com-

bate en feroz enfrentamiento.

38

El futuro Eduardo II de Inglaterra.

39

Compuesto por unos 25.000 ó 30.000 infantes y 5.000 jinetes.

40

En la costa sureste de Escocia.

~ 16 ~

Los ingleses dejaron la mayoría de las tropas en el castillo de Dunbar y con una parte

de los soldados se fueron a combatir contra los escoceses, yendo al mando del conde de

Surrey.41

Para llegar hasta ellos, los ingleses tenían que atravesar un barranco cuyas la-

deras escarpadas habían sido incendiadas por los escoceses. Los ingleses superaron el

obstáculo sin apenas dificultades o problemas, aunque tuvieron que romper las filas para

traspasar aquella zona tan impedida. Por su parte, los escoceses pensaron que los ingle-

ses, como habían roto las filas, intentaban huir y que serían flaco enemigo, que podrían

abatir por ser débil y estar desunido, si atacaban de inmediato. Así lo hicieron, equivo-

cadamente. Llevados por sus ansias de guerra, los escoceses se precipitaron errónea-

mente. Cuando se hallaron cerca de los ingleses, éstos ya se habían organizado, bien

agrupados en filas. Los ingleses se enfrentaron a los escoceses sin mostrar piedad al-

guna, matando, aniquilando, aplastando al enemigo escocés. Hubo intento de huida por

parte de los escoceses, pero no pudieron, aunque unos pocos acabaron escondiéndose en

el bosque de Selkirk. Al darse por concluida la batalla y hacerse el recuento de las bajas

en vida humanas, pudo apreciarse la dimensión de la victoria inglesa. Yacían unos

10.000 escoceses muertos, siendo rematados muchos heridos, omitiéndose cualquier

otra actuación al respecto, de momento, salvo el hecho de buscar a Juan de Balliol.

Después de la batalla, el rey Eduardo I sigue invadiendo Escocia y anda buscando al

rey Juan, dando del todo la sensación de que Inglaterra ya se ha hecho del todo con el

control absoluto sobre el reino de Escocia. Ya iremos viendo el sucederse o desenvol-

verse de los acontecimientos.

41

Condado del sureste en Inglaterra.

~ 17 ~

VILLAS COSTERAS DE LA CORONA DE CASTILLA

EN EL MAR CANTÁBRICO

SE FORMA UNA HERMANDAD DE MARINA

La población costera perteneciente a la Corona de Castilla junto al mar Cantábrico vi-

no evolucionando, como no podía ser de otra manera, desde finales del siglo XII hasta

los años que ahora se recorren al término del siglo XIII. Recordemos que durante el rei-

nado de Alfonso VIII (1158-1214) los únicos puertos marítimos disponibles por parte

de Castilla eran los cantábricos. Viajando por esas tierras, Alfonso VIII fue otorgando

diversos fueros y concediendo ventajas comerciales por esos dominios y poblaciones,

que iban urdiendo su tejido urbano, desarrollándose en prosperidad y progreso, con

exenciones y libertades, para proyectar el comercio castellano hacia las rutas comer-

ciales y mercantiles marítimas. Se beneficiaron ya entonces de todo ello Castro Urdiales

(en 1163), Santander (en 1187), Laredo (en 1200) y San Vicente de la Barquera (en

1210). Obtuvieron rango de villas las cuatro poblaciones mencionadas, incrementándose

e incentivándose así en ellas la densidad poblacional y la economía. Los fueros que reci-

bieron se asemejaban del todo a los de Sahagún42

y Logroño.43

Con la fundación de es-

tas villas, las únicas del reino de Castilla desde la segunda mitad del siglo XII y hasta

1200, anexionada Guipúzcoa y el Duranguesado vizcaíno, la realeza castellana se ase-

guraba el control de un bien atendido litoral adyacente a tierras muy controladas por no-

bles y abades.44

Todas las villas se fundaron sobre poblaciones ya existentes con ante-

rioridad, como núcleos urbanos habitados hasta el siglo VI.45

Como sabemos y bien

42

En la provincia de León.

43

En La Rioja.

44

Como efectos directos, las nuevas villas tuvieron su impacto urbanístico en Cantabria, paralizado du-

rante siglos, desplazando también los reyes castellanos su atención hacia la comarca de La Montaña, no

ciñéndose ya sólo a las fronteras de la Reconquista. Destaquemos que entre los siglos IX y XI el litoral

estuvo peligrosamente amenazado e invadido tanto por incursiones vikingas como musulmanas.

45

Santander cuenta con restos romanos contrastados y Castro Urdiales los tiene romanos y prerromanos.

Documental y arqueológicamente, las poblaciones se desvanecieron viniendo totalmente a menos o desa-

pareciendo entre los siglos VI y XI, tiempos en los que aparecieron las aldeas monásticas ligadas a esos

dos lugares, partiendo de ellos Alfonso VIII durante su reinado en el siglo XII.

~ 18 ~

podemos recordar, las cuatro villas cántabras se hicieron célebres en 1248, porque sus

barcos fueron mayoría en la flota con que el rey Fernando III conquistó Sevilla. Espe-

cial felicitación mereció Santander, uno de cuyos barcos contribuyó a romper las cade-

nas del puente de Triana. El rey Fernando dio blasón a la villa, obligando a Sevilla a que

le pagara una cantidad periódica de maravedíes, incluyendo la reconstrucción de su co-

legiata.46

Las cuatro villas cántabras se unieron a Vitoria y a varios puertos vascos, siendo el 4

de mayo de este año 1296, formando en conjunto y con sede en Castro Urdiales, la Her-

mandad de las Villas de la Marina de Castilla con Vitoria, al objeto de mantener muy

eficaces y progresivas relaciones comerciales con las ciudades portuarias más impor-

tantes de Europa, aventajando en ello, de ser posible,47

a las demás hermandades con-

cejiles o de negocio que fueron surgiendo en Castilla desde 1295, como ya destacába-

mos en su momento. Se integraron en esta Hermandad los puertos de San Vicente de la

Barquera, Santander, Laredo, Castro Urdiales, Bermeo,48

Guetaria,49

San Sebastián,

Fuenterrabía50

y la ya mencionada Vitoria. Ya iremos viendo en adelante el desenvol-

verse de esta institucional iniciativa, tratándose de una federación de puertos, exponen-

tes del poder naval y marítimo perteneciente al reino de Castilla. La Hermandad man-

tiene su autonomía en el ejercicio de sus relaciones comerciales internacionales, incluso

con poderío decisorio en los enfrentamientos bélicos con franceses e ingleses, algo tan

en boga en estos tiempos.

La finalidad u objetivos de la Hermandad consiste en la capacidad organizativa para

defender los propios intereses y hacer valer sus derechos y libertades frente al rey, de

modo que mantengan y conserven sus beneficiarios los derechos y exenciones que ha-

bían ganado por su participación en la Reconquista por tierras de Andalucía. Además, la

Hermandad es una herramienta o instrumento para evitar conflictos entre los puertos

cantábricos y en sus relaciones comerciales con Francia, Inglaterra y Flandes. Los prin-

cipales puntos o claves de actuación para conseguirlo son: 1) Mantener los privilegios

de cada una de las villas. 2) Respetar los acuerdos internacionales de Castilla. 3) Buscar

soluciones en lugar neutral a los conflictos que se presenten entre las villas de la Her-

mandad. 4) Defenderse mutuamente comprometiéndose a tomar represalias contra quien

ataque a uno de sus miembros y a pagar entre todos los daños injustos que se puedan

causar por defender los derechos pactados.

46

La actual catedral de Santander. Y la gesta de Sevilla queda reflejada en la heráldica propia de San-

tander como en el escudo de Cantabria. Igualmente habrán de registrarse más gestas cántabras a lo largo

de nuestra historia.

47

Como así fue.

48

Vizcaya.

49

Guipúzcoa.

50

Fuenterrabía o la actual Hondarribia guipuzcoana.

~ 19 ~

CASTILLO DE FUMONE (ESTADOS PONTIFICIOS)

MURIÓ EL PAPA EMÉRITO-DIMISIONARIO CELESTINO V

A 19 de mayo de este año 1296 murió el Papa emérito-dimisionario, ya octogenario,

Celestino V,51

recluido contra su voluntad en el castillo de Fumone, habiendo sido el

Papa número 192 en la sucesión de San Pedro, entre los meses de julio y diciembre de

1294. Ampliamos ahora un poco esta noticia.

Inclinado a la vida religiosa monástica, se hizo benedictino en 1232 hasta recalar en la

vida eremítica (año 1239) en una cueva que se halla en el monte Morrone (o Murrone),

donde permaneció durante cinco ascéticos años, en completa soledad y aislamiento.52

Seguidamente se trasladó, en compañía de otros dos ermitaños, a otra cueva similar a la

primera situada en la montaña de Maiella, región de los Abruzos, en el centro geográ-

fico de Italia. Allí fundaron la rama benedictina que se conoce como Orden de los Ce-

lestinos,53

que fue aprobada por el Papa Urbano IV (1261-1264) en 1264.

Como bien podemos recordar, Pietro fue elegido Papa por el colegio cardenalicio al

término del cónclave o largo proceso de elección que hubo entre los años 1292-1294,

tras la muerte del Papa Nicolás IV (1288-1292). Fue una elección de “compromiso”,

atípica y por aclamación, de alguien que no era cardenal, aunque tenía la ordenación

sacerdotal. Pero Pietro, ya entrado en años, era inexperto en cuestiones de gobierno y

asuntos eclesiásticos de calado o complicados. Muy a su pesar, resistiéndose primero a

aceptar la elección, acabó asumiendo el cometido pontificio y renunciando a su retiro

eremítico.

51

Nacido en Molise (Italia meridional, hacia el mar Adriático) allá por los años 1209-1215, habiéndose

llamado Pietro (Pedro), siendo el undécimo hijo de sus padres, Angelo y María. Habiendo sido canoni-

zado, se celebra en el santoral de la Iglesia como San Celestino V, el 19 de mayo. Fue canonizado el 5 de

mayo de 1313 por el Papa Clemente V (1305-1314), atendiendo a la solicitud que le hiciera el rey Felipe

IV de Francia y debido a la mucha devoción popular que suscitó en todo momento su figura. Con todo, el

Papa no lo canonizó como mártir, ni fue destacada su condición de víctima, como quería resaltar el rey

francés, teniendo en cuenta que este monarca quería dañar lo más posible a su enemigo el Papa Bonifacio

VIII. Además, el Papa Clemente V canonizó a Celestino V como Pietro del Morrone, quedando en claro

que Bonifacio VIII era su legítimo sucesor. En 1317 fueron llevados los restos de San Celestino V a

L’Aquila, teniendo su enterramiento en la basílica de Santa María de Collemaggio.

52

Con fama de hombre santo.

53

Hasta que se extinguió en 1810. Llamarse Celestino tiene el significado de tender al Cielo, a las cosas

espirituales, a las realidades eternas.

~ 20 ~

Pietro adoptó el nombre de Celestino V, pasando luego, tras su coronación en la ciu-

dad de L’Aquila, territorio del reino de Nápoles en poder de los Anjou,54

que rechazó

los símbolos o insignias del poder imperial y dio de lado a los planteamientos escolás-

ticos, considerando todo ello alejado y contrario a la sensibilidad del pueblo sencillo.

Quiso gobernar adoptando la humilde sencillez y simplicidad de Jesucristo nuestro

Señor. Con todo, instaló su sede pontificia en aquellos dominios del reino napolitano y

no propiamente en los Estados Pontificios, menos aún en Roma. La entrada inaugural de

su pontificado tuvo lugar en Nápoles, mediante una escenografía evangélica, yendo

montado sobre una borriquita, a modo de Domingo de Ramos, siendo llevado el animal

por bridas en manos del rey Carlos II de Anjou,55

quien además de estar al frente del

reino de Nápoles estaba ya también al frente de la Iglesia.

Bien sabemos que el pontificado de Celestino V fue breve, de pocos meses, siendo

una de sus decisiones instituir el jubileo anual de la perdonanza en la ciudad de L’Aqui-

la, cada final de agosto en la basílica de Santa María de Collemaggio de esta ciudad. En

lo organizativo eclesial nombró 12 cardenales, siendo de ellos 7 franceses y 5 italianos

(ninguno romano), y además 5 de ellos eran monjes, poniéndose así de relieve un deseo

del Papa por renovar la Curia pontificia según los postulados espirituales de Joaquín de

Fiore,56

pues Celestino V dejaba entrever en su visión de las cosas que la Iglesia se en-

contrara en su edad de ser gobernada por el carisma monástico.57

Fue rápido el surgir de enemigos o miembros opuestos al Papa en el seno de la Curia

pontificia, pues les resultaban difíciles de asumir las pretendidas reformas. Como ya vi-

mos o considerábamos en su momento, Celestino se veía desbordado y realmente inca-

paz, sin poder aglutinar a quienes hubieran tenido que colaborar con él y obedecerle.

Ciertamente no le hacían caso. Pensó entonces en algo bastante extraño: la posibilidad

de delegar el gobierno de la Iglesia en tres cardenales, a lo que el cardenal Matteo Rosso

Orsini58

le hizo una preclara observación: que “la esposa de Cristo nunca se ha casado

con tres maridos”. Celestino abandonó entonces aquel peregrino o raro pensamiento. Y

se dio a pensar en otra cosa: en renunciar o abdicar de manera legítima como Papa.

Nada en su vida anterior había preparado a Pietro del Morrone para el gobierno ponti-

ficio de la Iglesia, dándose cuenta de que había muchos cabos sueltos en su gestión de la

Santa Sede; entendió que corría el riesgo de ser manejado por hombres más poderosos y

54

De quienes ya sabemos sobradamente las historias.

55

Carlos II el Cojo, que muere en 1309.

56

Muerto en 1202, dejando mucha influencia en la espiritualidad bajomedieval, como bien sabemos o

podemos recordar.

57

Celestino V favoreció muy destacadamente el movimiento de los franciscanos espirituales, liderados

por Angelo Clareno y Pietro de Macerata, permitiéndoles vivir según la Regla estricta y el testamento de

San Francisco, separándose de la Orden de los Frailes o Hermanos Menores y sujetándose directamente a

la obediencia del Papa.

58

De mucho influjo e importancia. Muere en 1305.

~ 21 ~

políticamente más capaces que él, por lo cual, tras cinco meses y nueve días como pon-

tífice, renunció voluntariamente a su cargo el 13 de diciembre de 1294. Por escrito dio

básicamente las siguientes razones: por enfermedad, por falta de conocimientos y para

retornar a su añorada vida de ermitaño. Diez días después de la renuncia de Celestino,

ya en fechas propia o inminentemente navideñas, se reunió el cónclave, el mismo que en

un solo día de deliberaciones eligió como nuevo Papa al cardenal Benedetto Gaetani,

quien tomó el nombre de Bonifacio VIII.

El Papa Bonifacio VIII trasladó inmediatamente la sede pontificia a Roma, dándole

órdenes a Celestino de que le acompañara, dejándose de retomar la vida eremítica en las

montañas. Bonifacio VIII quiso evitar que el pueblo napolitano, contrario a su elección,

siguiera considerando Papa a Celestino, con lo que habría un serio y cismático proble-

ma. Celestino marchó con Bonifacio muy contrariado, realmente forzado, tanto que du-

rante aquel traslado pudo escapar y llegar a su refugio del monte Morrone, aquella cue-

va y ermita primordial para él. Allí sufrió mucho acoso y fue muy reconvenido por parte

de Bonifacio VIII, tanto que Celestino se puso en fuga, huyendo a Grecia, sin conseguir

su objetivo. Fue detenido por el camino y llevado a juicio, acabando preso, severamente

recluido, en la torre del castillo de Fumone, cerca de Anagni, permaneciendo allí confi-

nado durante diez meses, hasta su muerte, el día 19 de mayo de este año 1296.59

59

Muriendo tal vez con pena y resignación, pero no asesinado o sufriendo violencia, como algunas no-

ticias o crónicas legendarias insinúan siempre, aunque exista alguna enigmática sombra al respecto en la

historia.

El origen del castillo de Fumone, situado en la provincia italiana de Frosinone, se remonta a legendarios

tiempos oscuros, siendo lugar estratégico y de vigilancia. Precisamente está relacionado el nombre de

Fumone con la práctica comunicativa mediante señales de humo, precaviendo sobre la llegada o las

invasiones de enemigos procedentes del sur de Italia dirigiéndose a Roma.

En 1121 fue encarcelado en el castillo de Fumone el antipapa Gregorio VIII, Mauricio Bordino, que

murió en 1137 (o algo después), rodeado de misterio, como lo está su sepultura. Nadie pudo conquistar y

ocupar el castillo en los convulsos tiempos medievales, siendo difícil mantener su dominio por la Santa

Sede, hasta que Gregorio IX (1227-1241) lo consiguió, pacíficamente y mediante un buen desembolso

económico a los poderes imperiales germánico.

Por su importancia estratégica, el castillo de Fumone, como todas las fortalezas o castellanías de la

Iglesia, fue asignada por la Santa Sede y la decisión pontificia, en contrato periódico de enfiteusis a po-

derosas familias romanas. El enfiteuta, considerado y conocido como custodio, ostentó generalmente el

dominio de Fumone en señorío, encargado del mantenimiento y la defensa.

En el castillo de Fumone murió el Papa San Celestino V, de ochenta y tantos años de edad acercándose

a los noventa, completamente lúcido. Los cardenales electores que le llevaron al solio pontificio pensarían

tal vez que habría de resultar ingenuo y manipulable, pero actuó en todo momento con plena determi-

nación y libertad, aun con sus dudas y errores, como pasa a todo el mundo, siendo una de sus decisiones

la de llenar el monasterio benedictino de Montecasino de monjes celestinos. Pero este Papa fue de alma

pura, auténtico, genuino, evangélico…, lo que provocó precisamente la aversión de la Curia romana hacia

su persona. Murió en la santidad que le había caracterizado, aunque no fuera capaz de gobernar la Iglesia

según los cánones o postulados de su tiempo, o de todos los tiempos, porque lo eclesiástico se mundaniza

y lo mundano echa mano más de una vez a lo eclesiástico. Tras morir el Papa Celestino V, se transformó

el castillo de Fumone. De ser solamente un recinto militar pasó a ser también y sobre todo un centro

espiritual de importancia. Iremos viendo el sucederse de la historia respecto a Fumone.

~ 22 ~

El Papa San Celestino V

Sus restos

~ 23 ~

ABADÍA DE WESTMINSTER (REINO DE INGLATERRA)

SEPULTURA DEL NOBLE CABALLERO GUILLERMO DE VALENCE

Guillermo60

de Valence,61

muerto el 16 de mayo de este año 1296, recibió sepultura

en la benedictina y londinense abadía de Westminster. Fue muy reconocido noble y ca-

ballero francés, nacido Guillaume de Lusignan, que destacó en Inglaterra al servicio del

rey Enrique III (1216-1272),62

estando muy implicado en la conocida Segunda Guerra

de los Barones (1264-1267), siendo mucho su apoyo también a favor del entonces prín-

cipe Eduardo (actual rey Eduardo I)63

contra los rebeldes que encabezó Simón de Mont-

fort (muerto en 1265 siendo VI conde de Leicester). William de Valence tiene en su

historial haber sido el primer conde de Pembroke (Gales).64

De su procedencia familiar ampliamos diciendo que era un hijo de Isabel de Angule-

ma65

y de Hugo X de Lusignan,66

medio hermano, por tanto, de Enrique III y tío de su

hijo Eduardo. En 1246, cuando la conquista francesa de Poitou, hubo mucho descalabro

en la familia de Lusignan, a partir de lo cual William y dos de sus hermanos (Guy y

Aymer) aceptaron la invitación del rey Enrique III de Inglaterra para trasladarse hacia él

y a su servicio, ocurriendo esto en 1247. Recibieron buenos cargos y posiciones.

Aquel favoritismo con los parientes reales era impopular entre miembros de la noble-

za inglesa, resultando de ello un descontento que culminaría en la Segunda Guerra de

los Barones. William no tuvo que esperar mucho para contar con sus enemigos en Ingla-

terra. Desde sus nuevas tierras en Gales del sur, intentó recuperar los derechos palatinos

60

William para los ingleses.

61

Por su lugar de nacimiento en la Francia actual, no lejos de Lusignan. La fecha de su nacimiento pudo

ser hacia finales de la década iniciada en 1220.

62

Rey de Inglaterra, señor de Irlanda y duque de Aquitania.

63

Entre los años 1272-1307.

64

Dando al conocido mar Céltico (de situación atlántica entre los países actuales de Irlanda, Reino Unido

y Francia).

65

Muerta en 1246, siendo viuda del rey Juan I de Inglaterra, el conocido Juan Sin Tierra, muerto en

1216.

66

Muerto en 1249, siendo también conde de La Marche.

~ 24 ~

vinculados al condado de Pembroke, sin limitarse sólo a ello, teniendo en cuenta que el

rey se prodigó bastante en tierras y honores para él, lo cual le granjeó más y más odio

por cuanto poder acaparaba. El principal enfrentamiento, relacionado con los problemas

en Gales, provino en relación a Simón de Montfort, rebelde a la cabeza de la guerra que

se desató. William se negó a cumplir con las provisiones de 1258 impuestas por el rey

en Oxford y se refugió en Winchester, en Wolvesey Castle,67

donde fue sitiado, obliga-

do a rendirse y tener que abandonar Inglaterra.

Aun así, en 1259 se reconciliaron formalmente William y Simón de Montfort, estando

en París, lo cual hizo que William retornase a Inglaterra en 1261, recuperando todo el

favor real. Por Enrique III luchó en aquella desastrosa batalla de Lewes (en mayo de

1264), tras la cual marchó de nuevo a Francia, mientras Simón de Montfort era bastante

dueño de Inglaterra. Aun así, en 1265 regresó de nuevo a Inglaterra, habiendo desem-

barcado en su condado de Pembroke, participando luego en el asedio de Gloucester y en

la victoria que supuso para el rey la batalla de Evesham (agosto de 1265). Después de

esta batalla, se le restablecieron a William todas sus propiedades y estuvo del todo cer-

cano al príncipe Eduardo,68

acompañándolo en su cruzada por tierras de Palestina y su

entorno, la que vino a considerarse novena cruzada, en 1271 y 1272.

Podemos recordar que desde sus dominios en Pembroke, William fue clave en las

campañas inglesas contra Llywelyn ap Gruffudd y Dafydd ap Gruffud cuando la guerra

de 1282 y 1283 que concluyó con la conquista inglesa de Gales. William negoció la ren-

dición de uno de los últimos castillos de Dafydd, el Castell-y-Bere, pactando las condi-

ciones con su castellano, Cynfrig ap Madog. Por último recordemos que viajó a Francia

en varias ocasiones, desempeñando tareas diplomáticas y negociadoras de todo tipo. Re-

presentó a Eduardo I de Inglaterra en las cuestiones sucesorias del reino de Escocia du-

rante los años 1291 y 1292.

La descendencia que tuvo William, con Joan de Munchensi, es la que sigue: Isabel,69

Joan,70

John (que murió en 1277), William (que murió en 1282), Aymer (quien ahora le

sucede),71

Margaret72

y Agnes.73

67

Castillo actualmente en ruinas que se encuentra al lado de la hermosa catedral de Winchester.

68

Futuro rey Eduardo I.

69

Muerta en 1305.

70

Muerta en 1306.

71

Muriendo en 1324.

72

Muerta muy joven y enterrada en la abadía de Westminster.

73

Muerta en fecha históricamente incierta.

~ 25 ~

Ilustraciones relativas a William de Valence

~ 26 ~

CASTILLO DE TARIEGO (REINO DE CASTILLA)

DONACIÓN AL CONCEJO DE PALENCIA

La regente María de Molina y el infante Enrique de Castilla, en calidad de tutores del

joven rey Fernando IV, donaron Tariego,74

señorío de villa y castillo, al concejo de Pa-

lencia, en fecha 30 de junio de este año 1296. Bien sabemos que este histórico lugar, por

donde transcurre el río Pisuerga, fue reconquistado a los musulmanes a finales del siglo

IX, repoblándose de cristianos a partir de entonces. Fue señor de Tariego el conde Pedro

González de Lara y en su momento fue uno de los varios castillos que Alfonso VIII de

Castilla entregó en arras a su esposa doña Leonor de Plantagenet.

Podemos recordar relativo a este lugar que en 1217 fue entorno que se vio involucrado

al morir accidentalmente en Palencia el joven rey Enrique I de Castilla, de breve reina-

do. Su tutor, Álvaro Núñez de Lara,75

intentó ocultar la noticia escondiendo el cadáver

en el castillo de Tariego. Ocurrió luego que intervino en aquel lío Berenguela de Casti-

lla, hermana de Enrique I y heredera de la Corona castellana, abdicando a favor de su

hijo el rey Fernando III, siendo reconocido como rey de León y de Castilla, sin que la

cosa fuera fácil en unos primeros momentos, aunque fue finalmente coronado en la lo-

calidad de Autillo de Campos.76

74

Tariego de Cerrato (provincia de Palencia, no lejos de la capital).

75

Muerto en 1218.

76

Provincia de Palencia.

~ 27 ~

CONDADO DE HOLANDA

ASESINADO EL CONDE FLORENCIO V

El conde Florencio V de Holanda77

fue asesinado –ahora lo contamos– en este año

1296, el 27 de junio, teniendo 42 años de edad.78

Fue conde de Holanda desde 1256,

siendo hijo del conde Guillermo II (que ostento también el título de rey de romanos79

) y

de Isabel de Brunswick.

Tenía sólo 2 años de edad, en 1256, cuando murió su padre, como bien podemos re-

cordar, en guerra contra los frisones.80

Durante su minoría de edad asumió la regencia

su tío paterno Florencio,81

el cual gobernó el condado desde que Guillermo II fue ele-

gido rey de romanos; también fue luego gobernado el condado, siendo Florencio aún

menor, por su tía paterna Adelaida,82

casada con Juan de Avesnes,83

aunque más tarde la

relevó Otón II de Güeldres.

Florencio fue declarado mayor de edad al cumplir 10 años, ocurriendo o sucediéndose

luego no pocas intrigas circunvecinas, si bien el conde llegó a la vida realmente adulta y

logró arduamente sus aciertos. Rigió el condado manteniéndolo en paz, modernizado en

su administración, favoreciendo el comercio, la vida artesanal y el interés de los cam-

pesinos, más que el de los nobles. Supo negociar y alcanzar diplomáticos y convenien-

tes pactos. Incentivó bien la justicia y el derecho, de modo que llegaran a todos. Pro-

yectó y emprendió muy bien el ganarle terrenos al mar, asentando tierras.

En 1272, lanzó una expedición contra los frisones con objeto de recuperar el cuerpo

de su padre, enterrado en la lejanía, queriendo él tener su cadáver cerca. No pudo lograr

77

Histórico y feudatario del Sacro Imperio Romano Germánico.

78

Siendo muy relevante en la literatura y en las crónicas de Holanda, considerado un héroe. Su muerte

fue urdida por el rey Eduardo I de Inglaterra y por Guido de Dampierre, conde de Flandes. Fue conocido

como “el dios de los campesinos” (der keerlen god), dicho así en torno burlón e insultante por los nobles.

Todavía habrá su repercusión acerca de este conde holandés cuando la guerra entre Holanda y España allá

durante los años 1568-1648.

79

Recordemos que éste era título de un posible o futurible emperador, previo que el Papa le reconociera

como tal y así fuese coronado.

80

De Frisia, costeros desde antiguo en el mar del Norte.

81

Muerto en 1258.

82

Muerta en 1284.

83

Muerto en 1257, el día 24 de diciembre, dejando una buena descendencia.

~ 28 ~

este objetivo entonces, entre otras cosas porque se le vino encima una revuelta de no-

bles, sobre todo en 1274, que hubo de sofocarse.

En 1282, atacó de nuevo a los frisones, venciéndolos y logrando recuperar el cuerpo o

los restos de su padre Guillermo. Después de una campaña en 1287 y 1288, Florencio

sometió del todo a los frisones. De otra parte, recibió Zelanda como préstamo desde el

Sacro Imperio, pero la nobleza local del lugar se alió en su contra, con el conde de Flan-

des, ocupando los dominios de Florencio en 1290 con mucho acoso. Florencio intentó

celebrar una cumbre o reunión para alcanzar conciliación, pero fue hecho prisionero en

Biervliet,84

siendo obligado a desistir de sus pretensiones negociadoras. Lo soltaron, pe-

ro no tardó él en reemprender su lucha, la cual no caía bien al rey Eduardo I de In-

glaterra, pues contrariaba sus intereses marítimos y comerciales. La cosa empeoró en

1292, cuando el conde Florencio reivindicó el trono escocés, en nombre de su bisa-

buela Ada (de Huntingdon), esposa de Florencio III de Holanda85

y hermana del rey

Guillermo I de Escocia.86

Como la casa real de Inglaterra iba por otros intereses, con sus

propias apetencias o candidaturas, Florencio estorbó al rey Eduardo I. Florencio se las

vio y se las deseó entre Inglaterra y Francia.

Con Eduardo I de Inglaterra, adueñándose del comercio de lanas, que se negociaba en

la holandesa Dordrecht, dicho comercio se trasladó centralmente a Malinas (ducado de

Brabante).87

En consecuencia, Florencio se alió en este año 1296 con el rey Felipe IV de

Francia, compartiendo contrincante enemistad con Inglaterra. El plan más concreto e in-

mediato de Florencio consistió en que Francia le ayudara contra Flandes. Y lo que pasó

fue que Gijsbrecht IV de Amstel y Herman de Woerden, con la ayuda de Inglaterra y

Flandes, pusieron en marcha una conspiración contra Florencio. Se organizó una cacería

para que la presa principal a cazar fuera el conde Florencio. Efectivamente, le dieron

captura siendo luego encarcelado en el castillo de Muiden,88

propiedad de Gijsbrecht.

Luego, rápidamente corrió por todas partes la noticia del encarcelamiento, de modo que

el pueblo holandés y su gran mayoría de campesinos se acercaron allí en tropel y ata-

cando. Gérard de Velzen, al frente de la conspiración y en la custodia del conde preso,

temeroso y lleno de pánico asesinó a Florencio, mientras el grupo de conjurados en la

conspiración se daban a la fuga urdiendo sus respectivas artimañas. Gérard de Velzen

fue capturado más tarde y ejecutado en Leiden. Los otros conspiradores se pusieron a

salvo en Brabante y Flandes, llegando también incluso a Prusia, convertida en colonia

de refugiados y cruzados holandeses retornados.

A Florencio V de Holanda le sucede en este año 1296 su hijo Juan I de Holanda, con

12 años de edad, habiendo sido su madre Beatriz de Flandes. Resulta muy difícil y com- 84

Un lugar zelandés, pesquero e interesante.

85

Muerto en 1190.

86

Muerto en 1214.

87

En la actual provincia de Amberes, región belga de Flandes.

88

Uno de los castillos más célebres y conocidos en los Países Bajos.

~ 29 ~

plicado ahora el gobierno del condado, que sufre ataques, disturbios y acosos por do-

quier, habiendo además disputada regencia, tanto que no hay quien la ponga en pie, de

momento, pues Beatriz de Flandes murió. Iremos viendo en lo sucesivo el desenvol-

verse o desarrollo de los hechos.

El conde Florencio V de Holanda (según un grabado del siglo XVI)

~ 30 ~

REINO DE INGLATERRA

RECIBIDO Y SEPULTADO EN LA ABADÍA DE WESTMINSTER

EL CUERPO DIFUNTO DEL PRÍNCIPE EDMUNDO

El príncipe Edmundo de Inglaterra, conde de Lancaster (desde mediados de 1267),

segundo hijo varón del rey Enrique III de Inglaterra89

y de su esposa Leonor de Pro-

venza,90

hermano del reinante Eduardo I, murió en la aquitana Bayona,91

con 51 años de

edad, a 5 de junio de este 1296, siendo conocido también, por su indumentaria de cru-

zado, como Crouchback.

Fue nombrado conde de Chester en 1253, y al año siguiente el Papa Inocencio IV

(1243-1254) le confirió la Corona de Sicilia, cediendo el condado de Chester a su her-

mano Eduardo. Pero no llegó a tomar posesión efectiva del reino siciliano, que fue en-

seguida ocupado formalmente por el Hohenstaufen Conrado IV, que murió en ese mis-

mo año 1254, siendo de mucha vicisitud la sucesión siciliana de entonces, como bien

sabemos.

En compensación por el título condal enajenado a favor de su hermano, se le otorga-

ron otros territorios, que le fueron expropiados a la familia de Montfort, acusados de

traición a causa de las rebeliones que perpetraron, siendo dichos territorios, todos con-

dales, los de Leicester (desde el 25 de octubre de 1264), Derby (12 de julio de 1265) y

Lancaster, título por el que tanto se le conoció a partir de 1267, como ya antes señalá-

bamos.

En la abadía de Westminster, a 9 de abril de 1269, con 24 años de edad, se casó Ed-

mundo en primeras nupcias, con la condesa Aveline de Forez, una niña que tenía 10

años de edad, muerta en 1274 con 15 años recién cumplidos y sin descendencia. Pasa-

dos dos años, a 3 de febrero de 1276, se casó Edmundo en segundas nupcias, esta vez en

París, con la viuda Blanca de Artois, que había sido reina consorte de Navarra.92

De este

89

Muerto en 1272.

90

Muerta en 1291.

91

Al suroeste de Francia.

92

Nacida en 1248, será su muerte en 1302. Blanca de Artois fue suegra del rey Felipe IV de Francia, por

casamiento de su hija Juana con el monarca, lo que hizo que se uniera el reino de Navarra al de Francia,

durando esto hasta 1328.

~ 31 ~

matrimonio nació esta descendencia: Tomás (ahora conde de Lancaster),93

Enrique,94

María95

y Juan.96

Edmundo Plantagenet, conde de Lancaster

93

Nacido en 1280 y muerto en 1322, conde de Lancaster y Derby en 1296, conde de Lincoln y Salisbury

por su boda, en 1311, con la condesa Alicia de Lacy, siendo posteriormente anulado este matrimonio en

1318, luego que ella fuera raptada por el caballero Richard de St. Martin.

94

Nacido en 1281 y muerto en 1348. Fue sucesor de su hermano Tomás como conde de Lancaster y

Derby.

95

Tal vez nacida en 1284 y muerta muy joven.

96

Nacido en 1286 y muerto en 1327, señor de Beaufort y de Nogent Lartauld; casado con Alix de Join-

ville (muerta en 1336).

~ 32 ~

VITERBO (ESTADOS PONTIFICIOS)

MUERE CAMPANUS DE NOVARA

Registramos ahora en este Cronicón la muerte del conocido y elogiado maestro

Campanus de Novara,97

con 76 años de edad,98

siendo un ilustre científico, destacando

en matemáticas, astronomía (también astrología)99

y medicina, siendo famoso por su

trabajo acerca de los elementos de Euclides.100

Sirvió en capellanía a los Papas Urbano

IV (1261-1264), Adriano V (1276), Nicolás IV (1288-1292) y Bonifacio VIII. Fue re-

compensado con unos cuantiosos beneficios, acabando sus días siendo relativamente ri-

co.

97

Por haber nacido tal vez en esta ciudad italiana de Lombardía.

98

Probablemente.

99

Compuso la obra de astronomía Theorica Planetarum, describiendo geométricamente los movimientos

planetarios y la longitud de los mismos, incluyendo también instrucciones sobre la construcción de un

equatorium planetario, así como su descripción geométrica. Un cráter de la Luna lleva su nombre.

Intentó determinar los tiempos del movimiento retrógrado de cada planeta, estando los datos planetarios

basados en el Almagesto de Ptolomeo y en las Tablas Toledanas del astrónomo andalusí Azarquiel (muer-

to en 1087). Campanus dio instrucciones precisas acerca de la utilización de las tablas, e hizo detallados

cálculos de las distancias a los planetas y sus tamaños. Este trabajo se considera que es el primer cálculo

detallado del sistema astronómico ptolemaico, habiéndose escrito en el latín hablado de Occidente.

100

Ir a epílogo II.

~ 33 ~

EPÍLOGO I

EL REINO DE MURCIA DURANTE LA DOMINACIÓN ARAGONESA

(1296-1305)

(Por Ángel Luis Molina Molina, Universidad de Murcia)101

Durante los siglos XII y XIII el reino de Murcia fue territorio disputado por Castilla,

que busca una salida al Mediterráneo, y por Aragón, que trata de continuar su expansión

territorial hacia el sur y evitar ser rodeado por Castilla. Al tratado de Almizra (28 de

marzo de 1244) suscrito entre el infante Alfonso (antes de ser rey Alfonso X) y el rey

aragonés Jaime I, para el primero fue un éxito y para el segundo fue, en cierto sentido,

una decepción, en la medida que el reino de Murcia se encontraba definitivamente en el

ámbito geográfico castellano, obligando de esta forma a la Corona de Aragón a buscar

la compensación mediante su expansión por el Mediterráneo.

Jaime II trata de sacar el máximo provecho de las difíciles circunstancias políticas de

Castilla durante la minoridad de Fernando IV y de las pretensiones de don Alfonso de la

Cerda al trono castellano, para dar un giro radical a la política aragonesa en el sureste

peninsular.

Para algunos historiadores la conquista del reino de Murcia por Jaime II, al igual que

la anexión de Córcega y Cerdeña, forman parte del proyecto del monarca aragonés de

transformar el litoral mediterráneo occidental en una base firme y segura para sus em-

presas marítimas posteriores, es decir, formaría parte del imperialismo expansionista

peninsular y mediterráneo, de la Corona de Aragón en 1282.

El primer acto de hostilidad de Jaime II fue la devolución a Castilla de la infanta doña

Isabel102

con el pretexto de que el Papa no había otorgado las necesarias bulas de dis-

pensa. En agosto de 1295, enviaría a fray Domingo de Jaca y Simón Deezlor a la corte

castellana para anunciar la anulación del tratado de Monteagudo (firmado en 1291 entre

Jaime II y Sancho IV). La difícil situación interna de Castilla impidió dar una respuesta

adecuada a tan grande ofensa. [Aunque la hubo, se evidencia históricamente que no pu-

do ser del todo contundente].

A partir de este momento Jaime II se convirtió en patrocinador de la candidatura de

don Alfonso de la Cerda al trono castellano. Por este motivo don Alfonso confirmó a

Jaime II la donación de todo el reino de Murcia que había hecho en 1289 a su hermano

y antecesor en el trono Alfonso III. Inmediatamente después Jaime II tratará de hacer

101

En Anales de la Universidad de Alicante: Historia medieval, ISSN 0212-2480, Nº 11, 1996-

1997 (Ejemplar dedicado a: Actas del Congreso Internacional “Jaime II, 700 años después” / coord. por

Juan Antonio Barrio, José Vicente Cabezuelo, Juan Francisco Jiménez, pp. 265-272). Se transcribe aquí

sin las notas a pie de página, sobre todo las extensas, salvo las consideradas oportunas, resaltando que son

notas muy buenas y resultando excelente el trabajo efectuado por el autor de esta aportación, como bien

puede apreciarse. Obtenido desde https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/6831/1/HM_11_14.pdf

102

Hija de Sancho IV y María de Molina.

~ 34 ~

efectiva la ocupación de dicho reino, y con el hecho consumado de la conquista lograr

una ampliación territorial de Aragón. La crisis interna castellana –minoría de Fernando

IV– obligó a doña María de Molina a resignarse y dar por perdido el reino de Murcia, al

menos momentáneamente.

La Crónica de Fernando IV es muy sucinta a la hora de informarnos de la campaña

murciana: “E en este tiempo mesmo movió el rey de Aragón con su hueste, e fue al

reino de Murcia e por consejo de los de la tierra, que eran catalanes, dieronsele todas

las villas e los castillos, salvo ende Lorca, que moraban castellanos, e otro sí Alcalá e

Mula”; algunos detalles más nos proporcionan los cronistas Ramón Muntaner (1265-

1336) y Jerónimo Zurita (1512-1580). La concepción estratégica fue impecable, pues

mientras un ejército aragonés al mando del infante don Pedro penetraba en Castilla, el

propio Jaime II dirigía otro, apoyado por una flota, hacia el reino de Murcia. La primera

ciudad a la que puso cerco fue Alicante, cuyo imponente castillo se rindió a pesar de la

tenaz resistencia de su alcaide, Nicolás Pérez de Murcia, que prefirió morir en la lucha

antes que rendirse.103

Posteriormente el ejército aragonés se dirigió a Elche, que perte-

necía a don Juan Manuel.104

El asedio comenzó en junio de 1296 y se prolongó durante

el mes siguiente. Mientras se completaba el asedio, una parte del ejército se apoderó de

Elda, Novelda, Nomport, Aspe, Petrel, La Muela, Crevillente, Abanilla, Callosa y Guar-

damar.

El 27 de julio llegaron hasta don Jaime dos vasallos de don Juan Manuel –Gómez Fer-

nández y Alfonso García de Pampliega– solicitando una tregua en nombre de su señor, a

lo que el monarca accedió hasta que don Juan Manuel cumpliera 20 años.105

Anteriormente, en mayo, el concejo de Orihuela reconocía a Jaime II como a su rey. Y

en los meses siguientes se apoderaba, prácticamente, de todas las villas y castillos del

reino de Murcia, a excepción de Lorca, Alcalá y Mula, sin encontrar resistencia, ni por

parte de la población mudéjar, totalmente ajena a la contienda, ni de la población cris-

tiana, cuya densidad era todavía muy débil. En la repoblación habían participado catala-

nes y aragoneses, que, como cabe suponer, facilitaron considerablemente la reconquista.

El licenciado Francisco Cascales (1563-1642) escribía al respecto: “Tuvo gran facilidad

el Rey en el rendimiento de Murcia, porque los pobladores eran los más Catalanes y

103

Nicolás Pérez de Murcia (o Nicolás Peris) era alcaide del castillo alicantino de Santa Bárbara cuando

el rey Jaime II de Aragón con su ejército atacó duramente aquel recinto y la ciudad. El alcaide Nicolás

murió con las llaves del castillo en una mano y con la espada en la otra. Tras su muerte, Jaime II dio

orden de que su cadáver fuera echado a los perros y a las alimañas como castigo, considerando el mo-

narca que había cometido traición y felonía contra el juramento del tratado de Monteagudo (1291), que le

hubiera obligado a tenerle fidelidad y obediencia en la tenencia de aquel castillo.

Desde la década de 1960 existe un monumento que se erigió donde mismo se cree que murió Nicolás

Peris, leyéndose la siguiente inscripción: “A la memoria de Nicolás Peris, Alcayde de este Castillo, que

murió en su defensa con las llaves en una mano y en la otra la espada durante su conquista por Jaime II

de Aragón en 1296”.

104

Nacido en 1282 y muerto en 1348.

105

Que habría de ser en 1302.

~ 35 ~

Aragoneses, y en tan poco tiempo como había pasado de la población acá no había

perdido la vasija el sabor de la que recibió primero”.106

Con su ayuda, el 2 de agosto,

Jaime II pudo entrar en Murcia, que se rindió sin presentar combate.

Inmediatamente dispuso guarniciones para asegurar la conquista y premió con seño-

ríos a quienes más se habían distinguido en la lucha, regresando luego a Valencia, don-

de ya estaba el 18 de agosto de 1296. Nuevamente volvió Jaime II al reino de Murcia,

pues el 3 de febrero de 1298, escribía al rey de Granada desde el castillo de Alhama,107

comunicándole que se había apoderado del mismo […]. La conquista del castillo de

Alhama, lograda tras largo asedio, sería una nueva base de avance hacia Lorca, la plaza

más apetecida por su fortaleza y posición en la frontera con el reino granadino.

La presencia de Jaime II en tierras murcianas tenía también otro objetivo: las enco-

miendas santiaguistas. En Elche, el 28 de febrero (de 1298) escribía al maestre don Juan

Osórez pidiéndole que diera orden a los comendadores de Aledo, Cieza y Ricote para

que le reconocieran como rey y señor, garantizándoles la posesión de sus encomiendas y

ofreciendo su protección. Hubo negativa santiaguista y entonces propuso una nueva fór-

mula más conciliadora, consistente en que las encomiendas del territorio murciano que-

daran dependientes del comendador de Montalbán,108

súbdito suyo, ante el temor, se-

gún manifestaba, de que pudieran perderse para él y para la Orden, porque “por des-

fayllimiento de guarda et de retenimiento, los ditos castiellos no se ayan de perder”,

propuesta que tampoco sería aceptada por el maestre de Santiago.

La tercera fase de la intervención de Jaime II en el territorio murciano tiene lugar en el

año 1300. De nuevo el objetivo era Lorca, sobre la que tenía puesto cerco y pudo lograr

un convenio con su alcaide, el de que si en un plazo determinado no era socorrido, en-

tregaría la fortaleza. La traición del alcaide Nuño Pérez impidió que la ayuda castellana,

organizada por doña María de Molina, fuera eficaz y obtuviera el resultado apetecido,

puesto que antes de que finalizara el plazo convenido, encontrándose ya las fuerzas cas-

tellanas en Alcaraz, se efectuó la entrega.

La presencia del ejército castellano fue suficiente para alejar a las tropas aragonesas,

con lo que se impidió que Mula y Alcalá siguieran el mismo camino que Lorca. La acti-

tud de los infantes don Enrique y don Juan, partidarios de llegar a un entendimiento con

Aragón, suspendió la continuidad de la campaña, cuando la posición de Jaime II era ya

de por sí difícil.

La alianza con Granada permitía e incitaba a que almogávares109

africanos ocasiona-

ran daños y robos en tierras de las encomiendas santiaguistas, modo indirecto de pre-

sionar hacia el reconocimiento de su soberanía, como pretendía Jaime II. En enero de

106

Cascales, F. (1775, 2ª ed.): Discursos históricos de la muy noble y muy leal ciudad de Murcia, Mur-

cia, p. 77.

107

Alhama de Murcia. El castillo resulta digno de ser conocido, recorriendo sus recintos.

108

Fue de mucha importancia la encomienda de Montalbán (Teruel) entre los años 1210-1327.

109

Generalmente procedentes de Cataluña y típicos combatientes en algaradas de la Corona de Aragón o

mercenarios al servicio de la misma, como resaltamos cuando viene al caso en este Cronicón.

~ 36 ~

1301, los vecinos de Aledo protestaban de los perjuicios recibidos, y esta política contra

los territorios de la Orden culminó con la ocupación de Cieza por la fuerza. La respuesta

fue rápida y poderosa. En abril, Juan Osórez, con 500 caballeros y 4.000 peones, sin

sorpresas ni marchas nocturnas, entraba en el reino de Murcia, encaminándose hacia

Cieza. Se hizo pública por todo el reino esta proximidad armada de la Orden de Santia-

go, y el 19 de abril el gobernador de Murcia convocaba a la defensa de Cieza, enviando

por su cuenta 30 ballesteros. La noche del día 22 era asaltada y ocupada, siendo apre-

sados sus jefes y los defensores que no habían muerto en el combate. Hubo intercambio

de cartas entre Jaime II y el maestre, pero la decisión de éste quedó bien clara: “Cieza,

punnamosla en cobrar, porque era nuestra”; por otra parte, manifestaba que no iría

contra él, “salvo si acaeçiese, que el cuerpo del rey don Fernando entrase en el reino

de Murcia, en la qual cosa, si acaeçiese, vos daremos a entender en como avemos ta-

lante de lo servir”; y le exigía la devolución del castillo de Negra.110

Por cuarta vez las posiciones encontradas entre unos y otros se pondrían de manifiesto

en 1303. Vasallos de la Orden, según queja de Jaime II, “an feyto et fazen cada día

muytas terrerías et daynos et agraviamientos a las nuestras gentes del dito regno et

viene ende por esto grand destorbo a nos et al dicto regno”, insistiendo en su propuesta

de que se hiciera cargo de las encomiendas murcianas al comendador de Montalbán y

las tuvieran “freyres natales nuestros”. Y si, por una parte, advertía que de continuar

así las cosas tendría que proceder de otra manera, por otra, ordenaba que se entregara el

castillo de Negra al comendador de Ricote, pero, al morir éste por entonces, hizo con-

cesión personal del castillo al comendador de Montalbán. El maestre no estuvo confor-

me y continuó insistiendo en su devolución, en tanto que gentes de la encomienda de

Aledo efectuaban correrías por tierras lorquinas, con robos como el de 80 yeguas y otros

animales.

Receloso de la actitud de Muhammad III (1302-1309), que tras la muerte de su padre

había firmado treguas por tres años con Castilla y licenciado a los africanos contratados

por Muhammad II (1273-1302), e igualmente receloso del maestre de Santiago, cada

vez más apremiante en su exigencia de la devolución de Negra, el rey de Aragón recu-

rrió al jefe magrebí Hamu ibn Abd al Haqq ibn Rahhu, con quien estaba concertado des-

de 1300. El acuerdo de 22 de diciembre de 1303 contenía las siguientes condiciones: en-

trega del castillo de Negra y los lugares de Ceutí y Lorquí, como base de acampada de

sus fuerzas; Ibn Rahhu los recibía “como vasallo de su señor”; entrega un hijo y tres de

los jefes de su hueste como rehenes; recibía la seguridad de poder contar con un buen

trato y amparo de los aragoneses, facilidad para adquirir provisiones y el quinto que co-

rrespondía al rey de las cabalgadas, mas los castillos o lugares que pudiera ganar.

Si Ibn Rahhu efectuó dos incursiones que le proporcionaron cuantioso botín, obte-

niendo unas 50.000 cabezas de ganado en tierras conquenses, aunque perdió parte y su-

frió inconvenientes y robos a su vuelta en lugares de don Juan Manuel; y otra al valle de

Purchena junto a freires templarios, lo que al tener que vivir sólo de lo que obtenía de

las cabalgadas hacía difícil su estancia, porque si el maestre del Temple elogiaba su va-

110

Torres, J. (1990): “Murcia: la conformación de un reino de frontera”, en Historia de España Menén-

dez Pidal, t. XIII-1, Madrid, Espasa-Calpe, 480-481.

~ 37 ~

lor y decisión, también ponía de relieve la pobreza y miseria de aquella hueste, mere-

cedora de mayor recompensa, que por su forma de vida era despreciada y odiada en

tierras murcianas. Por ello tuvo que sufrir robos y daños en la comarca de Negra, que

efectuaban mudéjares de las encomiendas santiaguistas de Aledo y Cieza.

De forma paralela, a lo largo de 1303, se advierte cómo se va abriendo paso la idea de

que es necesario poner fin a la tensión bélica que había caracterizado las relaciones en-

tre Castilla y Aragón desde 1295. Era manifiesto el cansancio general y el deseo de lle-

gar a un convenio aceptable para todos, ya que la situación no acababa de definirse y

menos aún en territorio murciano, cuya inestabilidad e inseguridad sólo podría resol-

verse con la paz general. Al mismo tiempo, inclinado Fernando IV a la línea política

que le aconsejaba el infante don Juan, buscaba igualmente la solución definitiva del pro-

blema de los infantes de la Cerda. Y para ello Jaime II formula la propuesta de que tres

jueces dieran una sentencia arbitral, aceptándose al rey de Portugal, don Dionís, perso-

naje hábil y tortuoso, para que formara un jurado que diera su sentencia en lo que afec-

taba al reino de Murcia, infantes de la Cerda y todas las cuestiones pendientes entre am-

bas partes.

A principios de marzo de 1304 en una entrevista en Calatayud entre Jaime II y el in-

fante don Juan, se acordó una reunión entre los reyes de Castilla, Aragón y Portugal,

que tendría lugar entre Ágreda (Soria) y Tarazona (Zaragoza), para intentar solucionar

las diferencias entre Fernando IV y Jaime II; y también se acuerda negociar una tregua

entre Castilla y Aragón que duraría al menos hasta el día 1 de mayo próximo.

En los meses siguientes se producirían diversos encuentros que desembocarían en el

compromiso del 20 de abril de 1304, en presencia del notario público de Tarazona, An-

drés Pérez de Corvera; por el que el infante don Juan, en nombre del rey de Castilla, y

don Alfonso de la Cerda, en el suyo propio, nombraron como árbitros de las diferencias

entre Fernando IV y don Alfonso de la Cerda a los reyes de Portugal y Aragón, res-

pectivamente, y se comprometieron a aceptar la sentencia que pronunciaran dentro de

un plazo que finalizaba el 15 de agosto. El mismo día y ante el mismo notario, a instan-

cias de Jaime II y de don Alfonso de la Cerda, se redactó el compromiso por el que

aceptaban como jueces árbitros de las diferencias entre Jaime II y Fernando IV a don

Dionís de Portugal, al infante don Juan y a don Jimeno de Luna, obispo de Zaragoza.

Para garantizar que Jaime II aceptaría la sentencia que se dictase entregó a dichos árbi-

tros como rehenes los castillos zaragozanos de Ariza, Berdejo, Somet, Borja y Malón.

Lo propio hizo Fernando IV, quien ofreció como rehenes los castillos de Alfaro, Cerve-

ra del río Alhama, Ocón (riojanos), San Esteban de Gormaz (Soria) y Atienza (Guada-

lajara).

La sentencia arbitral de Torrellas-Elche,111

en agosto de 1304, es la consecuencia na-

tural de la fortaleza alcanzada por la confederación aragonesa y, por otro lado, de la cri-

sis interna de Castilla tras la minoría de Fernando IV, así como el cambio de mentali-

dad, de actuación política y de objetivos concretos que se manifestaban después de las

grandes conquistas territoriales del siglo XIII.

111

Siendo Torrellas de la actual provincia de Zaragoza y Elche de la de Alicante.

~ 38 ~

Los jueces nombrados para resolver de forma conciliadora las diferencias entre las

Coronas de Castilla y Aragón se reunieron en Torrellas, a las faldas del Moncayo, y el

día 8 de agosto de 1304 dictaron su parcial decisión. La sentencia señalaba como perte-

necientes a Aragón las ciudades de Cartagena, Guardamar, Orihuela, Alicante, Elche,

Novelda y la jurisdicción de Villena, cuya propiedad mantendrá don Juan Manuel, lo

mismo que Elche. Y ordenaban a Jaime II entregar a Castilla Murcia, Molina Seca, Al-

cantarilla, Moratalla, Lorca, Alhama, etc.: “assi como taja la agua del Segura fasta el

regno de Valencia, entre el mas susano cavo del término de Villena, sacada la ciudad

de Murcia e Molina112

con sus términos” para Aragón y al oeste y al sur del Segura para

Castilla.

Merino Álvarez asegura113

que la nueva frontera coincidía por el noreste en la Hi-

tación de Wamba114

al obispado de Begastri;115

lo perdido por Castilla era íntegramente

la diocesis ilicitana. La inclusión de Cartagena en la parte aragonesa se debía más al

interés de Jaime II de poseer un puerto natural que acercara el comercio catalán a los

mercados del norte de África, al tiempo que eliminar las posibilidades que el Medite-

rráneo podía ofrecer a Castilla, que a los “errados conocimientos geográficos de la

época basados en Ptolomeo, quien había situado a Cartagena más al septentrión de

Alicante”, como supone Merino.

Los jueces árbitros no sólo se preocupan de fijar la frontera castellano-aragonesa, aun-

que de forma un tanto imprecisa, sino también de la situación de las personas afectadas

por el reparto. En cualquier caso podrían permanecer viviendo en los mismos lugares

con todos sus bienes. También se les reconocía absoluta libertad para cambiar de resi-

dencia si así lo preferían. Tanto Castilla como Aragón deberían dejar en libertad a todos

los cautivos hechos durante la guerra.

Jaime II y Fernando IV deberían otorgar y aprobar la sentencia arbitral en el plazo de

tres días, requisito que cumplieron…116

112

Molina de Segura (Murcia).

113

Merino Álvarez, A. (1981, 3ª ed.): Geografía histórica de la provincia de Murcia, Murcia, 75.

114

De geografía eclesiástica visigótica, como bien podemos recordar y que fue teniendo su repercusión

histórica.

115

En Cehegín (Murcia), de interesante arqueología.

116

Aquí se interrumpe la transcripción del autor Ángel Luis Molina, emplazándonos en este asunto para

la fecha correspondiente a los primeros años del siglo XIV, donde se encuadran los hechos y el texto de la

sentencia aludida y sobrentendida, dejándolo aquí en suspenso y para entonces.

~ 39 ~

EPÍLOGO II

EL TRATADO EUCLIDIANO DE LOS ELEMENTOS

Los Elementos de Euclides, o tratado matemático de geometría euclidiana, conforman

un conjunto de trece libros que compuso, hacia el año 300 a. de C., el famoso Euclides,

griego eminente que vivió en Alejandría (Egipto), conde desenvolvió su saber y docen-

cia. A través de los mencionados libros, el autor desarrolla y ofrece un avance definitivo

o muy a tener en cuenta acerca de la geometría bidimensional (el plano) y tridimensio-

nal (el espacio).

La obra de Euclides fue conocida en Oriente por los bizantinos, pero no la conocieron

los europeos o en Occidente hasta que, en 1120, la tradujo al latín desde una traducción

árabe el monje inglés Adelardo de Bath.117

Más tarde llegarían las ediciones impresas.

Campano de Novara tuvo acceso probablemente a la traducción de los Elementos hecha

por Adelardo y fue la edición de Campano de esta obra la primera que se imprimió en

Venecia en 1482 tras la invención de la imprenta. Esta obra se convirtió en el texto de

enseñanza de Euclides en las escuelas europeas occidentales de matemática hasta el si-

glo XVI.

Se considera que los Elementos de Euclides constituyen uno de los libros de texto más

divulgado en la historia y el segundo cuantificado, tras la Biblia, en ediciones publica-

das. Durante varios siglos, estando el quadrivium incluido en el temario de los estu-

diantes universitarios, se exigía el conocimiento de este texto euclidiano. Resulta que

también en la actualidad hay docentes que lo utilizan como introducción básica para

adentrarse en la geometría.

En los trece volúmenes que conforman el tratado de sus Elementos, Euclides recopila

gran parte del saber matemático de su época, como se recoge en el sistema axiomático

conocido como Postulados de Euclides, que conducen a la geometría euclidiana con

sencillez y lógica, según principios del todo fundamentales.

En el primer libro, desarrolla Euclides 48 proposiciones a partir de 23 definiciones

(como punto, línea y superficie), 5 postulados y 5 nociones comunes (axiomas). Entre

estas proposiciones se encuentra la primera demostración general conocida del teorema

de Pitágoras.

Las nociones comunes de los Elementos son:

1) Cosas iguales a una misma cosa son iguales entre sí.

2) Si se añaden iguales a iguales, los todos son iguales.

3) Si se sustraen iguales a iguales, los restos son iguales.

117

Muerto hacia mediados del siglo XII.

~ 40 ~

4) Las cosas que coinciden una con otra son iguales entre sí.

5) El todo es mayor que la parte.

Los postulados de los Elementos son:

1) Una línea recta puede ser dibujada uniendo dos puntos cualesquiera.

2) Un segmento de línea recta se puede extender indefinidamente en una línea rec-

ta.

3) Dado un segmento de línea recta, puede dibujarse un círculo con cualquier cen-

tro y distancia.

4) Todos los ángulos rectos son iguales entre sí.

5) Se dice, en cuanto al postulado de las paralelas, que si una línea recta corta a

otras dos, de tal manera que la suma de los dos ángulos interiores del mismo la-

do sea menor que dos rectos, las otras dos rectas se cortan, al prolongarlas, por el

lado en el que están los ángulos menores que dos rectos.

~ 41 ~

Este último postulado tiene un equivalente, que es el más usado en los libros de geo-

metría:

Por un punto exterior a una recta, se puede trazar una única paralela.

Cabe señalar que por este postulado sea euclidiana la geometría, de modo que se tie-

nen geometrías no euclidianas si se niega.

Los básicos principios expuestos reflejan el interés de Euclides por la geometría cons-

tructiva, al igual que los matemáticos griegos y helenísticos contemporáneos.

Considerando la obra de Euclides, sobre sus Elementos, digamos el contenido. A pe-

sar de tratarse de un trabajo sobre geometría, el libro incluye resultados que hoy se pue-

den clasificar dentro de la conocida como teoría de los números. Euclides decidió des-

cribir los resultados en teoría de números dentro de la geometría porque no pudo desa-

rrollar una aproximación constructiva a la aritmética.

El contenido de los libros es el siguiente (teniendo en cuenta vocabulario matemáti-

co):

Libros 1 al 4 tratan sobre geometría plana.

Libros 5 al 10 tratan sobre razones y proporciones.

Libros 11 al 13 tratan sobre geometría de los cuerpos sólidos.

He aquí los Elementos de Euclides (definiciones, libro 1):

1) Un punto es lo que no tiene partes.

2) Una línea es una longitud sin anchura.

3) Los extremos de una línea son puntos.

4) Una línea recta es aquella que yace por igual respecto de los puntos que están en

ella.

5) Una superficie es lo que sólo tiene longitud y anchura.

6) Los extremos de una superficie son líneas.

7) Una superficie plana es aquella que yace por igual respecto de las líneas que es-

tán en ella.

8) Un ángulo plano es la inclinación mutua de dos líneas que se encuentran una a

otra en un plano y no están en línea recta.

9) Cuando las líneas que comprenden el ángulo son rectas, el ángulo se llama recti-

líneo.

10) Cuando una recta levantada sobre otra recta forma ángulos adyacentes iguales

entre sí, cada uno de los ángulos iguales es recto y la levantada se llama perpen-

dicular a aquella sobre la que está.

11) Ángulo obtuso es el mayor que un recto.

~ 42 ~

12) Ángulo agudo es el menor que un recto.

13) Un límite es aquello que es extremo a algo.

14) Una figura es lo contenido por uno o varios límites.

15) Un círculo es una figura plana comprendida por una línea tal que todas las rec-

tas caen sobre ella desde un punto de los que están dentro de la figura y son

iguales entre sí.

16) El punto se llama el “centro” del círculo.

17) Un diámetro del círculo es una recta cualquiera trazada a través del centro y li-

mitado en ambos sentidos por la circunferencia del círculo, recta que también

divide el círculo en dos partes iguales.

18) Un semicírculo es la figura comprendida entre el diámetro y la circunferencia

por él cortada. Y el centro del semicírculo es el mismo que el del círculo.

19) Figuras rectilíneas son las comprendidas por rectas, triláteras las comprendidas

por 3, cuadriláteras las comprendidas por 4, multiláteras las comprendidas por

más de 4 rectas.

20) Entre las figuras triláteras, el triángulo equilátero es la que tiene los tres lados

iguales, triángulo isósceles la que tiene dos lados iguales, y el triángulo escaleno

la que tiene los tres lados desiguales.

21) Entre las figuras triláteras, triángulo rectángulo es la que tiene un ángulo recto,

obtusángulo la que tiene un ángulo obtuso, acutángulo la que tiene los tres án-

gulos agudos.

22) De entre las figuras cuadriláteras, resulta ser cuadrado la que es equilátera y rec-

tangular, rectángulo la que es rectangular pero no equilátera, rombo la que es

equilátera pero no rectangular, romboide la que tiene los ángulos y los lados

opuestos iguales entre sí, pero no es equilátera ni rectangular; y son trapecios las

demás figuras cuadriláteras.

23) Son rectas paralelas las que estando en el mismo plano y siendo prolongado in-

definidamente en ambos sentidos, no se encuentran una a otra en ninguno de

ellos.

Elementos de Euclides (postulados, libro 1):

1) Postúlese el trazar una línea recta desde un punto cualquiera hasta un punto

cualquiera.

2) Y el prolongar continuamente una recta finita en línea recta.

3) Y el describir un círculo con cualquier centro y distancia.

4) Y el ser todos los ángulos rectos iguales entre sí

5) Y que si una recta al incidir sobre 2 rectas hace los ángulos internos del mismo

lado menores que dos rectos, las dos rectas prolongadas indefinidamente se en-

contrarán en el lado en el que están los menores que dos rectos.

~ 43 ~

ÍNDICE

A modo de prólogo o pórtico

Comenzó en domingo y fue bisiesto el año 1296 …………………………. pág. 3

Reino de Castilla

Intentos de invasión desde el reino de Portugal …………………………… pág. 6

Reino de Aragón

Convenio de Bordalba entre Aragón y Castilla …………………………… pág. 8

La Santa Sede – Roma

El Papa Bonifacio VIII promulgó la bula Clericis laicos ………………… pág. 10

Reino de Polonia

Asesinato de Premislao II ………………………………………………….. pág. 12

Ciudad portuaria de Berwick (reino de Escocia)

Violento ataque y masacre por parte del rey Eduardo I de Inglaterra …….. pág. 14

Reino de Inglaterra

La invasión de Escocia y su derrota en Dunbar …………………………… pág. 15

Villas costeras de la Corona de Castilla en el Mar Cantábrico

Se forma una Hermandad de Marina ………………………………………. pág. 17

Castillo de Fumone (Estados Pontificios)

Murió el Papa emérito-dimisionario Celestino V …………………………. pág. 19

Abadía de Westminster (reino de Inglaterra)

Sepultura del noble caballero Guillermo de Valence ……………………… pág. 23

Castillo de Tariego (reino de Castilla)

Donación al concejo de Palencia …………………………………………… pág. 26

Condado de Holanda

Asesinado el conde Florencio V …………………………………………… pág. 27

Reino de Inglaterra

Recibido y sepultado en la abadía de Westminster el cuerpo difunto del

príncipe Edmundo …………………………………………………………... pág. 30

Viterbo (Estados Pontificios)

Muere Campanus de Novara ……………………………………………….. pág. 32

~ 44 ~

Epílogo I

El reino de Murcia durante la dominación aragonesa (1296-1305) ………. pág. 33

Epílogo II

El tratado euclidiano de los elementos …………………………………….. pág. 39

~ 45 ~