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    icothemaiversidad de [email protected]

    SN (Versin impresa): 0214-9915SN (Versin en lnea): 1886-144XPAA

    2001Jose Luis Sangrador

    RESEA DE "EL AMOR DESDE LA PSICOLOGA SOCIAL: NI TAN LIBRES, NI TANRACIONALES" DE CARLOS YELA

    Psicothema, ao/vol. 13, nmero 002Universidad de Oviedo

    Oviedo, Espaapp. 335-336

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    http://redalyc.uaemex.mx

    mailto:[email protected]://redalyc.uaemex.mx/http://redalyc.uaemex.mx/http://redalyc.uaemex.mx/mailto:[email protected]
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    El Amor desde la Psicologa Social:

    ni tan libres, ni tan racionales

    Carlos Yela

    Madrid, Pirmide, 2000, 282 pginas, P.V.P.: 2.500 ptas.

    El libro que tengo el gusto de recensar se inscribe en el marcode recientes investigaciones llevadas a cabo por varios miembros

    del Departamento de Psicologa Social de la Facultad de Psicolo-

    ga de la Universidad Complutense de Madrid. La presente obra

    constituye, ya de entrada, una excelente muestra de aspectos nodemasiado habituales en los tratamientos al uso de la temtica

    amorosa, como son la constante defensa de un fuerte andamiaje te-

    rico; el apoyo de las tesis defendidas por el autor en datos de in-vestigaciones relevantes, as como la genuina interdisciplinareidad

    que destilan estas pginas. Tales caractersticas resultan especial-

    mente necesarias (aunque infrecuentes) en un rea como el com-

    portamiento amoroso, tan propenso a discursos gratuitos, especu-

    lativos, vacuos o frvolos, as como a todo tipo de reduccionismos

    (a lo biolgico, a lo sociolgico, a lo psicolgico, etc.).La propuesta del autor resulta, pues, ambiciosa, y ms an en

    un tema tan escurridizo, sobre el que poetas, cineastas, nove-

    listas, dramaturgos, filsofos, clrigos, etc. han emitido todo tipo

    de opiniones. Por lo dems, no parece fcil para una sola persona

    acometer una empresa tan exhaustiva: la asimilacin de la ingen-te informacin proveniente de la Biologa, la Sociologa, la An-tropologa, la Psicologa, la Psicologa social, etc. constituye sin

    duda una labor de muchos aos. Sin embargo, Carlos Yela hace

    gala de unos amplios conocimientos de estas materias, manejan-

    do con soltura y espontaneidad reas o perspectivas tan distintas

    desde una innegable madurez intelectual , siendo capaz de combi-

    nar adems (rara avis en los mbitos acadmicos) un indudable ri-

    gor cientfico con un discurso claro y asequible para pblicos noe speci a lista s.

    Y qu decir, a estas alturas, del tema en s? Frente a la recu-

    rrente acusacin de irrelevancia social contra buena parte de las

    teorizaciones o investigaciones psicolgicas, el fenmeno amoro-

    so constituye, sin la menor duda, una de las tres o cuatro reas de

    mayor relevancia social en el mbito de la Psicologa y/o la Psi-cologa Social.

    Desde el punto de vista sustantivo parece innecesario, pues, re-

    saltar su gran importancia, tanto a nivel social (dado que el amor

    es la razn confesada para el matrimonio, institucin familiar b-

    sica de la estructura social en nuestra cultura), como a nivel per-

    sonal. En este ltimo sentido, en efecto, el amor es uno de los fe-

    nmenos que ms parece impulsar los comportamientos humanos.Por amor se cometen desde las acciones ms sublimes hasta las

    ms reprobables, y en el amor radica el origen de los ms vehe-

    mentes sentimientos: desde la euforia, la felicidad, y el sentido de

    la vida, al desengao, la frustracin, la ira, el sufrimiento y la de-

    sesperacin por citar slo algunos extremos.Todo lo anterior justificara sin duda un adecuado tratamiento

    de esta temtica por la propia Psicologa Social. Sin embargo, s-

    lo desde hace pocas dcadas, y vencidos ya en parte los antiguos

    recelos ante el anlisis cientfico del amor, la Psicologa Social ha

    comenzado a enfrentarse a ella con asiduidad. Mientras, la propia

    Psicologa ortodoxa parece ms reacia a hacerlo, y raramente lle-

    ga a captar la esencia del fenmeno amoroso, quizs en parte en-

    corsetada por su minusvaloracin del mundo afectivo frente a

    comportamientos (conductismo), creencias (cognitivismo), o am-

    bas cosas (corrientes cognitivo-conductuales). As las cosas, el

    texto del profesor Yela, claramente insertado en esa recuperacin

    de la temtica afectiva para la Psicologa Social, es probablemen-

    te el mejor, y desde luego el ms riguroso, publicado hasta la fe-

    cha por un autor espaol. Lo cual es tanto mrito suyo como de-

    mrito de otros, dada la prctica inexistencia en nuestro idioma de

    textos cientficos al respecto, habindonos limitado, por lo gene-

    ral, a las traducciones de obras extranjeras o a ensayos especulati-

    vos y por lo general previamente sesgados en un sentido u otro.

    Pero independientemente de los aspectos sustantivos o de con-

    tenido, el estilo expositivo del libro no resulta forzado, el discursofluye con naturalidad como la buena msica. Al tiempo, se trata de

    un discurso propio: la informacin recogida ha sido pasada por el

    tamiz personal del autor, y tras ser asimilada, Carlos Yela hace uso

    de ella con un cierto estilo o modo personal de expresar las ideas,

    rasgo distintivo de los buenos escritores, reconocibles precisa-

    mente por esas seas de identidad. Adems, escribe desde una po-

    sicin de respeto pero nunca de inferioridad, permitindose opinar

    sobre las diversas perspectivas o hiptesis, analizar sus puntos b-

    sicos, cuestionarlos en su caso, compararlos entre s, etc.

    No querra dar la impresin, en todo caso, de que el libro no tie-

    ne algn aspecto cuestionable, o de que no quedan preguntas sin

    responder. En ese sentido, quiz cabra reprochar al autor una ex-

    cesiva asepsia en el tratamiento del tema amoroso, que en su pre-

    tensin analtica y diseccionadora del fenmeno, le lleva a en-

    friar un tema tan caliente con el riesgo consiguiente (necesa-

    rio tal vez?) de incurrir en una asepsia cercana al naturalista o al

    zologo. En este sentido, uno de los captulos finales puede llegar

    a preocupar al lector, especialmente si est enamorado o en proce-

    so de llegar a ello, al enfrentarlo con los innumerables factores que

    amenazan a una relacin amorosa, diseccionados por Carlos Yelacon el bistur del cirujano, y tras cuya lectura podra quedar el lec-

    tor irremediablemente convencido de que lo realmente difcil es

    que una relacin perdure por algn tiempo, ante ese desolador pa-

    norama Tampoco las soluciones propuestas a los distintos pun-

    tos suavizan demasiado la cuestin, pues a menudo son, funda-

    mentalmente a mi juicio, un ejercicio de voluntarismo.

    En este sentido, resultara interesante constatar las connotacio-

    nes peyorativas del mismo trmino pasin (o la etiqueta apa-

    sionado, utilizada a menudo para describir un determinado tipo

    REVISION DE LIBROS

    Psicothema ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG

    2001. Vol. 13, n 2, pp. 335-336 Copyright 2001 Psicothema

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    de amor) tanto en el lenguaje cotidiano como psicolgico. Por pa-

    sin suele entenderse una inclinacin o tendencia que rompe el

    equilibrio psquico, desorganiza la vida afectiva, absorbe las acti-

    vidades mentales, etc. El pathos de los clsicos, recurdese, repre-sentaba, frente al ethos, una afeccin vehemente, impetuosa e in-

    moderada, independiente de la voluntad. Y qu decir del signifi-

    cado de la Pasin en la tradicin cristiana! Cmo conciliar,

    entonces, tales connotaciones negativas con algo supuestamentepositivo como es el amor hacia alguien? O es que, a la postre,

    la pasin amorosa no es tan saludable? El autor expone muy biencmo, junto con algunos datos que indican mayor satisfaccin vi-

    tal, mejor salud, etc. en los emparejados, existen tambin posibles

    efectos negativos, y de hecho se refiere expresamente a la cara

    oculta del amor o a la otra cara del amor Todo ello no impi-

    de, sin embargo, que los seres humanos persistan en la bsqueda

    de relaciones amorosas, incluso tras fracasos reiterativos.En otro orden de cosas, cabra tambin plantear, dentro de la

    natural prudencia aconsejable al introducirse en estas temticas sin

    ser un experto en ellas, que mientras resulta clara la relevancia del

    nivel de la especie para la explicacin de diferencias entre varones

    y mujeres (de hecho, la mayora de hiptesis evolutivas o socio-

    biolgicas se centran en tales diferencias), poco parece que puedaaportar para explicar diferencias intraespecficas dentro del colec-tivo de varones o de mujeres, con lo que su capacidad explicativa

    se ve seriamente limitada (como, por otra parte, el propio autor se

    ocupa de sealar al subrayar la importancia la necesidad de

    tener en cuenta todos los niveles de anlisis).

    Qu duda cabe que cabra cuestionar, en fin, hasta qu punto

    a la Psicologa o la Psicologa Social puede exigrsele dar una

    explicacin completa del fenmeno amoroso. Probablemente no,

    y tampoco al propio texto de Carlos Yela. Sin embargo, hay undato cierto: probablemente buena parte de los problemas y sufri-

    mientos generados por el amor y las relaciones de pareja arran-

    can de una deficiente informacin, ideas falsas, estereotipos ine-

    xactos, desconocimiento de la realidad del amor, creencias ina-decuadas, mitos romnticos, la propia inmadurez, la eterna con-

    fusin entre amor y deseo (aspectos todos ellos analizados enel texto), etc. En ese sentido, lo que s cabra exigir a la Psicolo-

    ga Social es el objetivo social de intentar ofrecer lucidez y

    comprensin sobre un fenmeno, por muy escurridizo e inescru-

    table que sea, de tanta relevancia vital, psicolgica y social: los

    costos personales y sociales de no hacerlo son, como vemos co-

    tidianamente, bastante grandes. Y a ello viene a colaborar sin du-da este excelente y rigoroso texto que es, al tiempo, til, dado el

    talante pedaggico del autor (probablemente heredado de su pa-

    dre, quien fuera inolvidable maestro de las primeras genera-

    ciones de psiclogos espaoles) que le lleva a concluir con esa

    propuesta aplicada presentada en la ltima parte de la obra

    (Los comentarios anteriores han sido tomados del prlogo de lao bra).

    Revisado por:

    Jose Luis Sangrador

    Universidad Complutense de Madrid