EL ARTE DE SOSTENER LA SOMBRILLACmo demonios lo hace? -Me pregunt- mientras sostena la ma. Tena apenas diez minutos de cargarla y ya no poda ms, mientras que la mujer de adelante no la haba soltado ni cambiado de mano para sostenerla. Desde que la sac puse atencin a cmo lo haca y me di cuenta de algo, es todo un arte.Aquella mujer sac parsimoniosamente la sombrilla de su bolso-muy grande por cierto- la tom con las dos manos tersas y bien cuidadas, con uas de acrlico, puso la mano derecha en la base de la sombrilla de goma y con textura- seguramente para asegurar un buen agarre; con su mano izquierda accion el mecanismo prodigioso de apretar el pequeo botn que expande el material de plstico. Puso este artefacto sobre su cabeza y automticamente le proporcion una sombra refrescante. Volvi a acomodar sus dedos uno por uno sobre el mango de la sombrilla, primero el meique, posteriormente el anular, el medio, el ndice y al ltimo el pulgar, abrazando el mango como si se le fuera la vida en l. Teniendo ya bien agarrada la sombrilla, inclin un poco la mueca de su mano hacia el frente; haciendo primero un pequeo aleteo con el codo, peg ste a su costado y, me pareci que lo apoy en sus pequeas, pero no discretas lonjas que tena en la cintura, para tener una base para su codo.El secreto es no mover la mano, mantener la mueca inclinada y, por ningn motivo, escchenlo bien, por ningn motivo, despegar el codo del costado. Se pas toda la marcha sosteniendo su sombrilla con la misma mano, y vaya que dur bastante aquella marcha. Es asombroso. Yo tena ya mi mano entumida y adolorida. Luis mi compaero, me dijo que si quera, l poda sostener la sombrilla. Le dije que s. Probablemente pens- algn da pueda hacer lo que hizo aquella mujer. No dej de mirarla, admito que intent nuevamente sostener la sombrilla, pero no pude hacerlo durante mucho tiempo, de lo que si qued convencido en ese momento es que: es todo un arte sostener una sombrilla.