EL AVATAR DE LA AUTONOMÍA COMO PARTE DE...
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EL AVATAR DE LA AUTONOMÍA COMO PARTE DE LAS TRADICIONES, USOS Y COSTUMBRES DE LA UAEMEX
Alfredo Díaz y Serna
Cronista de la Facultad de Ciencias de la Conducta
La globalización ha trastocado creencias, representaciones, valores, actitudes
y comportamientos. Estos gradientes conforman la identidad, son parte de
ella; la definen pero también la circunscriben.
La globalidad impacta y penetra en todas direcciones, niveles y
profundidades. Sensibilidades que circunscriben al hombre, grupos,
instituciones, colectivos y sociedad; ubicados en sentidos de vida, valores y
creencias en crisis, tanto en lo individual como en lo institucional;
observados en el hedonismo exacerbado, nuevas perversiones,
neonarcicismo, y en la ética aplicada.
La riqueza y la complejidad son características de la identidad. Los hombres
se transmutan en la interacción con ella y en ella de manera colectiva. Los
valores creados colectivamente se inscriben en creencias, representaciones,
actitudes y comportamientos, en su efectuación dan cuenta de la identidad
mediante sus grupos de referencia.
La expresión de los valores y símbolos inherentes a la identidad, al ser
creaciones colectivas están dispuestas en los modos de sentir, comprender,
actuar en el mundo y en formas y estilos de vida compartidas expresadas en
los grupos de pertenencia de una institución.
El problema de identidad nos remite a la cultura, entendida como un todo
integrado y en parte compartido, una totalidad en la que se encuentran
articuladas en diferentes dimensiones de la vida social que hacen posible la
identificación, la comunicación y la interacción entre los integrantes de una
institución como la UAEM.
Frente al problema de la identidad por la que pasa nuestra universidad,
presenta muchas aristas en una continua transformación. Realidad construida
que se refleja a manera de un espejo en el cual se fulguran diferencias ante
nosotros, mueven a quienes no se mueven; estremecen las ideas, las
costumbres, las tradiciones, los valores y los símbolos. Todos ellos como
proceso cultural caracterizados por su transitoriedad, aparición permanencia
y el irse diluyendo poco a poco pero inexorablemente.
El cambio aparece; es una constante, el cambio en los valores y símbolos
también es inmutable. La dimensión ética y las instituciones son trastocadas
continuamente para reinstalar nuevos valores y otros símbolos.
Las tradiciones y costumbres universitarias presumiblemente autónomas son
mayoritariamente reflejo de lo externo. Los valores y los símbolos de la
universidad encarnan el sentido de pertenencia, de una exigencia no hablada
de participación que anude sentimientos, pensamientos y acciones para su
permanencia, sin dejar de considerar que son cambiantes.
Hay la tendencia a perpetuar los logros alcanzados con dolorosa y gozosa
participación. Sin embargo no es posible, los valores están en un continuo
cambio, se transforman ante sí y frente al otro, no pueden permanecer
quietos, pierden sentido y se hacen anacrónicos.
La universidad preocupada por no permanecer quieta, sube al tren de la
movilidad en todos sus órdenes, sus símbolos y valores. Anclaje,
encadenamiento y resignación constante de su propia identidad. Camina con
pasos lentos pero seguros. Pretende alcanzar derroteros que hablen de su
magnificencia en cada paso, en cada traspié; en cada salto, es consciente de
ir delante para preservar su identidad.
En el quehacer universitario la construcción de la identidad sostenida en su
ideario y vocación de servicio, enciende los umbrales de la conciencia en sus
quehaceres sustantivos. No sólo se trata de un sentimiento de pertenencia, es
además orgullo y compromiso con relevancia social y generar creatividad y
goce del conocimiento.
¿Qué esfuerzo, qué tenacidad es necesaria para tal propósito para ubicarse
en sentimiento, razón y actividad de los universitarios? para el logro de este
propósito la Universidad Autónoma del Estado de México cuenta con sus
valores y símbolos que la distinguen en sus costumbres y tradiciones , como
medios para reforzar la identidad a sus propios integrantes y su proyección
hacia el contexto, estatal, nacional e internacional.
Los tradicionales símbolos y valores que sustentan la identidad universitaria
de la UAEM se constituyen en una urdimbre de sentidos, zurcidos en los
íconos que la representan y que promueven su identidad. Símbolos como el
escudo, himno, bandera universitaria, lema, colores, edificio, aula magna,
efigies de Minerva y Atenea, monumento a los maestros, mural síntesis, árbol
de la mora, y el monumento a la autonomía.
En la misión de la UAEM se invocan con frecuencia los valores de libertad, la
búsqueda de la verdad, la justicia, democracia y compromiso social,
humanismo, preminencia de la cultura, igualdad, apertura corresponsabilidad
y autonomía.
Las tradiciones, usos y costumbres en la universidad tienen un largo pasado,
algunas heredadas del instituto científico y literario a la fecha: el informe
anual del rector sesiones de consejo ordinarias y extraordinarias
nombramiento e informe de directores universitarios y centros universitarios,
reuniones de consejo de directores, el canto del himno universitario en los
eventos de relevancia institucional, reconocimientos públicos y entrega de
doctorados honoris. Causa para personajes destacados: científicos, filósofos,
artistas, gobernadores en turno e intelectuales de obras destacadas y otros
personajes de diferentes campos .Ceremonias de toga miento para maestros
y doctores. Y otros como homenaje luctuoso .El festejo del día del maestro el
15 de mayo, los inicios de cursos en los planteles de preparatorias y
facultades de planteles y centros universitarios, clausura de fin de cursos,
ceremonia de entrega de carta de terminación de estudios. Y eventos
especiales deportivos, artísticos y culturales de distinta índole.
Por otra parte han ido desapareciendo las novatadas o perradas donde se
rapaban, pintaban y desfilaban aquellos que ingresaban por 1era vez en los
diferentes niveles a la universidad. Los paseos son actualmente sustituidos
en plataforma con tráiler y música de banda desfilando ruidosamente por la
ciudad cuando festejan el fin de cursos los alumnos. La desaparición
paulativa de la itinerante rondalla universitaria por las facultades.
Con respecto a los símbolos su movilidad es poca, solo sucedió al paso del
instituto científico literario al instituto científico literario autónomo, autónoma
a la universidad del estado de México a la actual universidad autónoma del
estado de México hubo que hacer unos ajustes principalmente en el escudo.
Los universitarios sentimos a la autonomía como parte central de nuestra
alma mater. Su logro solo fue alcanzado por una larga lucha y sus resultados
han fortalecido la identidad institucional en lo general permanecen quietos.
Con respecto a los valores y tradiciones usos y costumbres les a sido
necesario ajustado a las exigencia del cambio social. Estas no pueden
permanecer quietas ni estables siempre sujetas al devenir histórico. La
universidad así lo exige es ella misma cambia se enfrenta a la adversidad de
la globalización mundial lo que esta exige una homogeneización y
fragmentación cultural y desterritorializacion. Las distancias se acortan y las
tecnologías de la información y comunicación aceleran vertiginosamente el
cambio no solo individual, institucional sino social todo cambia todo se
mueve se transforma, cobra otros sentidos, distancias y compromisos.
Por tanto no es posible preservar sosiego cuando todo cambia. Los valores
se adaptan y su transformación tiene que ser puesta en tela de juicio para
que la universidad con ellos de respuesta a las políticas publicas que exigen
adecuar su misión, visión y ambición.
Solo el abordar todos y cada una de las tradiciones, usos, costumbres,
símbolos y valores es una larga tarea, con la autonomía se inicia este
abordamiento para poner en tela de juicio y valorar su importancia y
trascendencia; y dar respuesta a las presiones a la que se encuentra
sometida. La intención fundamental es su preservación. El conservarla luchar
con la ahínco para que ella pueda seguir.
Autonomía, término polisémico, que apunta hacia el interior del individuo y al
mismo tiempo al interior de la sociedad. Una relación dialéctico en
movimiento continuo para su resignificación. El desarrollo histórico social en
la UAEMEX cobra relevancia por el papel que le ha tocado desempeñar. La
autonomía es una de las características que la distingue, su presencia
contextual permite en ella encontrar una sólida identidad que ha costado
trabajo construirla.
Desde la autonomía se da respuesta a los nuevos valores y competencias, en
la demanda de nuevas exigencias del mercado del trabajo y su globalidad.
Los sujetos implícitos de la administración pública y de la universidad son
quienes imponen desde el nombre de la autonomía esquemas científicos y
culturales, tanto valores morales como imposiciones ideológicas. Todos ellos
se trastocan en placebos disfrazados en supuestas soluciones consensadas,
ajenas a la reacción de una identidad individual. Asimismo a valores éticos
cotidianos, éstos disimulados en peroratas las cuales eluden las acciones
que apuntan a la identidad de la UAEMEX, y de paso a su autonomía.
Un doble discurso acerca de la autonomía, despliega, al mismo tiempo, un
significado manifiesto y otro subyacente, aparente. El primero es explicito
normativamente conforme al derecho, tiene que ver con el pleno
reconocimiento y ejercicio de sus facultades. Mínimamente aborda distintas
esferas de acción, tales como económica. En éste punto tiene a bien llevar el
control y aprovechar los recursos con que cuenta: Planear y ejecutar los
proyectos que considere necesarios; recaudar sus propios impuestos y
recibir recursos económicos del estado y de la federación, y pueda
administrarlos según su conveniencia.
Con relación a los aspectos políticos que requieren participación colectiva se
manifiestan en la elección e y nombramiento de sus autoridades con base a
sus mecanismos normativos y por usas y costumbres; participar en la
elección de sus autoridades que incluye, tanto la facultad de votar, como la de
ser votados.
Otro aspecto más es el jurídico, éste tiene que ver con el concertar, acaparar
y modificar las normas sociales y jurídicas que rigen su vida comunitaria.
Practicar íntegramente sus facultades jurisdiccionales para juzgar las
infracciones a las normas institucionales por medio de sus autoridades
tradicionales, y de la voluntad que la comunidad manifieste en el marco
normativo, así como ejecutar las resoluciones correspondientes.
La autonomía en lo educativo, este quehacer trata acerca de los planes,
políticas, objetivos de enseñanza e investigación a realizar así como de la
participación del personal que conforma la comunidad académica.
Además de lo estipulado normativamente habría que considerar la
importancia de lo aparente, ésta mirada sigue una ruta distinta al principio de
la no-contradicción, la cual constituye una de las reglas fundamentales en el
marco de la racionalidad. La autonomía parece contradecirse lógicamente,
presenta inconsistencias no solo en el sentido científico y racional, sino
también en el sentido común.
La cuestión es decidir de qué manera ésta contradicción se fundamenta y
pueda ser entendida, no sólo en su alcance, profundidad y límites, sino de su
aplicación en lo cotidiano.
La autonomía se ha sostenido en la universidad contra viento y marea a pesar
de múltiples factores heteronómicos que la han acosado. Su contrario, la
heteronomía, incide imperativamente desde la globalización económica-
política y comunicativa contra ella. La UAEMEX en respuesta no solo ha
percibido y recibido esta incidencia, sino que, ha respondido con la oposición
por medio de normalizaciones, valores e intensiones de su identidad.
En particular se refiere a esa competencia cardinalmente humana; fundada en
su derecho a ser respetada en sus decisiones que arrogue sobre sí misma,
sin afectar a los otros. Ha hecho todo lo posible por salvaguardarla aunque
sea solamente en su nombre.
Constituye una forma concreta de ejercicio del derecho a la libre
determinación, con sus alcances y consecuencias que de ella se deriven.
Cinco aproximaciones amplían el ámbito de su ejercicio:
1°Su autodeterminación, implica el derecho que tiene a proclamar su
existencia y a ser reconocida como tal.
2°La facultad de determinar quiénes son los miembros que integran su
composición orgánica.
3°La autodelimitación, que conlleva el derecho a definir los propios límites
territoriales.
4°La autoorganización, que es el reconocimiento de procurarse a sí misma su
propio estatuto, dentro de un marco estatal.
5°Formarse en la autogestión, que expresa la facultad de una institución para
gestionar sus propios asuntos, es decir, para gobernarse y administrarse
libremente en el marco de su estatuto.
Un cierto desciframiento del término autonomía conlleva a analizar las fuerzas
públicas que lo cruzan, requiere de instauración epistemológica e ideológica
que constituyen el tejido de su fundamento. Esto permite una vez instaurada,
aquilatar estilos de liderazgo, dominio y subordinación consecuentes,
ocultos en los discursos que la aluden mediante arengas que encubren
intereses, prácticas específicas y resultados, mismos que en su
interpretación tienen que pasar por un tamiz autoritario que los justifica.
Desde ésta lectura de la autonomía implica distintas significaciones,
transversalmente cruzada desde la aplicabilidad formativa hasta el imaginario
social que le da o no sentido.
Su abordamiento data de siglos atrás, ha consistido en generar la
autorregulación normativa individuo-sociedad. Binomio asentado
fundamentalmente en el derecho del respeto en la toma de determinadas
competencias, impuestas por el Estado.
Por otra parte la libre determinación y soberanía indelegable que le impone al
Estado un modelo funcional en correspondencia a intereses económicos,
políticos, sociales, y culturales.
El abordamiento de la autonomía puede ser realizado mediante el análisis de
la dinámica del diado conflicto-consenso
Queda corto, al presentar la problemática institucional en un ejercicio entre el
orden y la interacción social que regula ésta dicotomía. Al llevarse a cabo este
procedimiento, se realiza un reduccionismo en lo teórico-metodológico,
queda circunscrito a asumir una perspectiva funcionalista y pragmática, cuya
instrumentación se inclina en buscar y aplicar soluciones mediatas e
inmediatas, como medidas reguladoras a la hora de presentarse inestabilidad
estructural.
La autonomía en la UAEMEX ha tenido conflicto social desde su instauración,
consecución y preservación de la misma. Dos estrategias de abordamiento se
han observado a lo largo de su corta estancia. En la primera las acciones
propias del consenso social, han sido resultado de la organización de sus
miembros, cuyos elementos institucionales han funcionado en el
mantenimiento del equilibrio y estabilidad social de la universidad. Cuyo
derrotero como organización social consiste en alcanzar a corto plazo los
beneficios de la paz y moderación política que genera la autonomía. La
justificación de éste quehacer institucional procura mantener en su seno una
homeostasis general en sí y en cada uno de sus miembros que la instituyen y
son instituidos por la misma, generando proporción y consenso en la toma
de decisiones.
Otra forma de abordar los conflictos que genere la universidad con respecto a
la autonomía ha sido el énfasis en la discordia social, considerada como el
elemento motor que ha conformado el constante conflicto activo en la
institución, por tanto es un factor desencadenante de desestabilización
social. Las acciones por parte de la UAEMEX han generado respuestas
mediatas e inmediatas de acción instrumentales desde la justificación
institucional. Medidas necesarias para mantener el equilibrio y control social
al interior de la universidad, a cualquier costo. Desde el abordamiento del
conflicto generado por la autonomía desde esta perspectiva, se ha llevado a
cabo por intervención directa, al asumir el pacto social sostenido por la
convicción del orden y la estabilidad impuesta coactivamente como medida
preventiva y regulatoria.
Sin embargo, la dinámica forjada por el conflicto generado por la instauración
de la autonomía conllevó al cambio social de la aceptación de la misma que
permitió establecer le prerrogativa de constituirse como una constante donde
se integraron los elementos contradictorios que la produjeron y fundaron; lo
cual evidencia el supuesto de que el empleo de la coacción, su aplicación
ordenada ha permitido la regulación de la autonomía como parte fundamental
de la UAEMEX.
Sólo en los discursos la autonomía cobra su relevancia histórica, se habla
sólo en nombre de ella de manera referencial como algo que está y que no
está, que se encuentra relegada, deslizada, hacia el escaparate de los premios
y buenos recuerdos. El discurso sobre la autonomía encubre en promociones
y legitimaciones las dislocaciones y fragmentaciones generadas en su
interior exógena y endógenamente, su justificación y determinación
primordial se han presentado por la mundialización de la economía que han
dado sentido y dirección a los mensajes.
A pesar de poner en tela de juicio en un disimulo, al mismo tiempo ha
legitimado las dislocaciones y fragmentaciones de la vida social actual,
porque éste discurso ha negado el valor de los principios que, como la
democracia, la libertad y la justicia social, jugaron en otros tiempos un papel
central en la construcción de la modernidad y sus instituciones.
La explicitación de ese discurso ha negado el valor de las meta-narrativas que
antes sirvieron para construir las interpretaciones históricas que orientaron la
acción política y social en los procesos de formación de la democracia y del
Estado, y al caso, la autonomía. Ahora ya no es así, ya no son relevantes los
grandes discursos. Así pues en el discurso de la autonomía se encuentran
dicciones de la fragmentación social y la pérdida de las certezas generadas
por la modernidad. Aún se añora la ilusión del no conflicto y del diálogo que
eran discurridos con la esperanza.
Las identidades y diferencias que antes separaban a los individuos y a los
sectores de la sociedad moderna han dejado de existir o ya no son
determinantes. Entonces la autonomía se puede ver reflejada y afectada en la
confrontación de proyectos sociales y políticos hegemónicos representativos
de intereses contradictorios, donde su esencia como tal, ha desaparecido.
Sin embargo las diferencias que todavía existen, o las nuevas que han
surgido con respecto a los conflictos presentados por y en la autonomía son
marginales y pueden ser resueltas mediante el diálogo.
En la actualidad, debemos reconocer nuevamente que los jóvenes los
estudiantes son quienes encarnan la autonomía nuevamente.