El calendario y sus orígenes.

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Álex Pérez, Bea Domínguez, Sonia Payeras y Clara Marínez

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Álex Pérez, Bea Domínguez, Sonia Payeras y Clara Marínez

1ºBatx

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Introducción…………………………………………………………………………………………………………………………… pág.3

El calendario y su historia…………………………………………………………………………………………………… Pág. 4-8

Biografía Julio César……………………………………………………………………………………………………………. Pág. 9-13

Calendario Juliano……………………………………………………………………………………………………………….. Pág. 14-18

Conclusión………………………………………………………………………………………………………………………………… Pág. 19

Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………………………… Pág. 20

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El nostre grup, format per Sonia Payeras, Beatriz Domínguez, Alex Pérez i Clara Martínez hem elegit el tema del calendari Julià, ( En astronomia, un any julià és una unitat de temps definida exactament com 365,25 dies o 31.557.660 segons. El nom prové del fet que es correspon amb la durada mitjana d'un any en el calendari julià, utilitzat antigament en els països occidentals.

Els anys julians s'utilitzen sobretot per conveniència en els elements orbitals dels cossos celestes quan donar un nombre de dies quedaria poc manejable (per exemple, és més intuitiu expressar el període orbital de Plutó com a 248 anys julians que com a 90.590 dies). És una unitat que es comprèn fàcilment de forma intuïtiva amb un valor molt proper a la durada real d'un any. L'any" utilitzat en la definició d'any llum és un any julià. L'any julià no s'ha de confondre amb el dià julià ni amb la data juliana, que també són utilitzades en astronomia. A pesar de la similitud de noms no hi ha cap connexió entre ells. Un any julià no són 365,25 "dies julians" sinó simplement 365,25 dies). Ja què és un tema vist a classe i ens va semblar abstant interessant per seguir investigant sobre ell, ja que aquesta reforma és la que permaneix actualment en els nostres calendaris.

A continuació explicarem l’estructura del nostre treball, el primer que posam és la història del calendari, després explicarem la biografia de Julià Cesar també “los antecedentes, elaboración calendario Juliano, desarollo y modificaciones. Per acabar....

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El calendario (del latín calenda) es una cuenta sistematizada del tiempo para la organización de las actividades humanas. Antiguamente estaba basado en los ciclos lunares. En la actualidad, los diversos calendarios tienen base en el ciclo que describe la Tierra alrededor del Sol y se denominan calendarios solares. El calendario sideral se basa en el movimiento de otros astros diferentes al Sol.

1. Etimología

El comienzo del año en la era romana era marzo, y se llamó de esa manera en honor a Marte, dios de la guerra; abril, fue llamado por Aperire, en latín "abrir", que significaba el renacimiento de la primavera; mayo, en honor a Maia, la diosa de la primavera; junio, en honor a Juno, esposa de Júpiter y diosa del matrimonio.

Luego, en los años de Julio César, Quinctilis se cambió por julio en su honor y un poco más tarde en los años del emperador Augusto se cambió Sextilis por agosto. Los meses de enero y febrero, como se explica más adelante, se añadieron después. Febrero fue llamado así en honor a Februa, el festival de la purificación, y enero por el dios Jano, dios de las puertas.

2. Historia

El primer año de la era romana, denominado el Año de Rómulo, consistía en diez o doce meses, según la bibliografía que se cite. Censorino, Plutarco y otros manifestaban que al principio el año tenía doce meses, pero debe darse más crédito a Gracano, Fulvio (Nobilior), Varro, Ovidio en varios pasajes de sus Fasti (i.27, 43, iii.99, 119, 151), Gelio (Noct. Att. iii.16), Macrobio (Saturn. i.12), Solino (Polyh. i), Servio (ad Georg. i.43), y otros, que mantenían que el primer año romano tenía solo diez meses.

El principio del año romano no era enero, como es en la actualidad; era en marzo, y llegaba hasta diciembre. Esto es confirmado por el hecho del encendido del fuego sagrado en el templo de Vesta, en el primer día del año, el primero de marzo. Los diez meses del calendario eran llamados Martius, Aprilis, Maius, Iunius, Quinctilis, Sextilis, September, October, Nouember, December. La duración de los meses era de treinta y un días para cuatro de ellos (Martius, Maius, Quinctilis y October) y treinta días para los demás, de tal manera que la duración de los meses quedaba en orden sucesivo: 31, 30; 31, 30; 31, 30, 30; 31, 30, 30; con la duración total del año de 304 días.

Más tarde, se instauró el año de Numa, con doce meses y 355 días. Este año fue creado alrededor del 700 a. C. por el segundo rey de Roma, Numa Pompilio. Censorino (c20) cuenta que al año de Rómulo se le adhirieron cincuenta y un días: “se les quitó un día a cada uno de los meses huecos antes nombrados, que entonces sumados hacían 57 días, de los cuales se formaron dos meses, Ianuarius con 29, y Februarius con 28 días. Así todos los meses eran de este modo plenos, y contenían un número impar de días, salvo Februarius, que era el único hueco, y por eso considerado más desafortunado que el resto.", quedando el año de la siguiente manera: Martius, 31 días; Aprilis, 29 días; Maius, 31 días; Iunius, 29 días; Quinctilis,

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31 días; Sextilis, 29 días; September, 29 días; October, 31 días; Nouember, 29 días; December, 29 días; Ianuarius, 29 días; y Februarius, 28 días.

Aún de esta manera el año quedaba corto once días respecto al año solar, por lo que Numa Pompilio ordenó que se le añadiera un mes cada dos años de 22 días en el segundo y sexto años, y de 23 días en el cuatro y octavo, haciendo un ciclo de ocho años. El mes intercalar era llamado Mercedonius (Plutarco, Numa, 19; Caes. 59). El año romano estaba basado en los ciclos lunares y, según Livio, la relación con los años solares se daba cada 19 años. Este ciclo fue introducido en el 432 a. C. y, aunque este conocimiento carecía de uso popular, era utilizado por los pontífices para los cultos de los dioses.

En 45 a. C. Julio César encargó al astrónomo alejandrino Sosígenes la elaboración de su calendario. Este fijó la duración del año en 365 días y seis horas, cálculo asombrosamente exacto dados los rudimentarios instrumentos de la época, ya que su margen de error fue sólo de 11 minutos y 9 segundos al año, es decir, menos de un segundo por día, pero con el fin de evitar complicaciones, se tomó de 365 días de duración, añadiendo diez días al año de 355 días. Censorino escribió el siguiente texto al respecto: “La confusión fue al final llevada tan lejos que C. César, el Pontifex Maximus, en su tercer consulado, con Lépido como colega, insertó entre noviembre y diciembre dos meses intercalares de 67 días, habiendo ya recibido el mes de febrero una intercalación de 23 días, e hizo así que el año completo consistiera en 445 días. Al mismo tiempo proveyó contra una repetición de errores similares al renunciar al mes intercalar, y al adaptar el año al curso solar. Para ello, a los 355 días del año previamente existente, añadió diez días, que distribuyó entre los siete meses que tenían 29 días, de tal forma que Enero, Sextilis y Diciembre recibieron dos cada uno, y los otros sólo uno; y estos días adicionales los colocó al final de cada mes, sin duda con el deseo de no mover los diversos festivales de aquellas posiciones en cada uno de los meses que durante tanto tiempo habían ocupado. Así, en el presente calendario, aunque hay siete meses de 31 días, los cuatro meses que originalmente poseían ese número aún son distinguibles al tener sus nonas en el quinto día del mes. Por último, en consideración por el cuarto de día que él consideraba que completaba el año, estableció la regla de que, al final de cada cuatro años, un único día debía ser intercalado donde el mes había sido anteriormente insertado, esto es, inmediatamente después de los Terminalia; ese día es ahora llamado el Bisextum.". Bissextum viene de bis-sexto. El 24 de febrero era llamado por los romanos "ante diem sextum Kalendas Martias"; en los años bisiestos, el día 25 era llamado "ante diem bis sextum Kalendas Martias" y no "ante diem quintum Kalendas Martias" como en los años normales. De ahí viene el nombre de Bisiesto ("bis sextum", esto es, dos veces sexto).

Julio César añadió un día a julio, mes de su nacimiento, para engrandecerse. Augusto hizo lo mismo con agosto, pues él no iba a ser menos que su antecesor. Ambos días fueron retirados de febrero, que pasó a tener 28. Ante la disminución de este mes con respecto a los otros, el día añadido de los años bisiestos se le concedió a él.

La imperfección del Calendario Juliano dio pie para que en el año 1582 el Papa Gregorio XIII encargara a Luis Lilio y al jesuita alemán Christopher Clavius la reforma que dará vida al conocido como Calendario Gregoriano

Esta reforma tuvo dos aspectos principales. Por una parte, dado que el equinoccio de primavera se había adelantado 10 días, se suprimieron estos para ajustar el ciclo de las estaciones. Este ajuste se llevó a cabo el jueves 4 de octubre de 1582, por lo que el día siguiente se consideró viernes 15 de octubre. Además para conseguir que este resultado pudiera mantenerse en el futuro, se acordó que los años bisiestos cuyas dos últimas cifras fueran ceros no fueran bisiestos, excepto si sus dos primeras son divisibles por cuatro. Así pues de los años 1600, 1700, 1800, 1900 y 2000, que en el calendario juliano son bisiestos, en el gregoriano lo

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son sólo el 1600 y el 2000, de modo que cada cuatro siglos quedan suprimidos tres días.

Este calendario fue poco a poco asumido por todos los países y es el mayoritariamente utilizado hoy en todo el mundo.

Actualmente el desfase que se produce es de aproximadamente 3 días cada 10.000 años, ya que el año gregoriano resulta más largo que el trópico.

En la actualidad coexisten unos cuarenta calendarios, que no tienen nada que ver unos con otros. Medir el tiempo ha sido siempre una de nuestras pasiones y nuestros errores nos han hecho festejar la llegada de la primavera en pleno invierno.

3. Tipos de calendario

3. 1. Calendarios de uso generalizado en el mundo

Calendario budista Calendario chino

Calendario gregoriano

Calendario hebreo, relacionado con el Anno Mundi (existe calendario hebreo antiguo y el usado actualmente calendario judío, creado por Hillel Ilin en 258, puesto en uso desde el siglo XI del calendario gregoriano)

Calendario hindú (denominación común del calendario civil de la India)

Calendario musulmán

Calendario persa

Calendario maya

Calendario azteca

3. 2. Calendarios festivos o recordatorios

Calendario Dominicano

3. 3. Calendarios de antiguas culturas

Calendario ático Calendario azteca (esta denominación se refiere a un conjunto sincronizado

de varios calendarios de los diferentes pueblos aztecas, aun es utilizado por algunos de los habitantes del área que ocuparon)

Calendario egipcio

Calendario helénico

Calendario hispánico

Calendario inca

Calendario irlandés

Calendario juliano

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Calendario romano

Calendario maya (esta denominación refiere a un conjunto sincronizado de varios calendarios de los diferentes pueblos mayas, aun es utilizado por algunos de sus habitantes)

Calendario ruso (juliano reformado)

3. 4. Calendarios experimentales

Calendario republicano francés (1792 - 1806) Calendario revolucionario soviético (1-X-1929 - 1940)

Calendario sueco (1-III-1700 - "30-II"-1711)

Calendario patafísico (8-IX-1873)

4. Propuestas a reforma de calendario

Desde tiempos antiguos, la vida de las sociedades se ha organizado básicamente en torno a dos ciclos temporales. Uno es el año, cuya duración de aproximadamente 365 días, viene dada por la astronomía y el otro, más breve, es el ciclo de siete días o semana, en cuya duración, pese a ser algo bastante más arbitrario están de acuerdo las culturas más relevantes del mundo contemporáneo. Otros dos ciclos también utilizados en las culturas presentes hoy en día, aunque de menor importancia son el mes o lunación y la estación o trimestre.

Debido a que el número días del año varía entre 365 y 366, y a que ninguna de estas dos cantidades es múltiplo de siete, la disposición de los días en el calendario varía año tras año. Técnicamente, nuestro calendario gregoriano es un ciclo, ordenado de una manera particular, de 14 calendarios diferentes.

Este hecho, junto con la arbitraria duración de los meses (de 28 a 31 días) ha hecho que desde el siglo XIX se alzaran diversas voces proponiendo su reforma. Dejando de lado aquellas que pretendían variar la duración de las semanas, estas reformas pueden clasificarse atendiendo a su respuesta a tres cuestiones:

A. Qué hacer con el día sobrante (o dos días, en caso de año bisiesto):

1) La solución más natural, y la que consideraban las dos grandes propuestas de reforma del siglo XX, (el calendario mundial y el calendario fijo internacional), es añadir el día o días sobrantes como un día aparte de la semana, esto es, sin ser un lunes ni un martes ni un domingo. Esto generalmente se hace tras finalizar el último mes y el día bisiesto se añade en ocasiones a mitad de año.

Esta solución, topó con la oposición de las distintas religiones que verían interrumpido de esta manera el milenario ciclo de las semanas, haciendo fracasar las propuestas de reforma de mediados del siglo XX.

2) De igual manera que las casi seis horas sobrantes de cada año se van guardando para añadir un día más cada cuatro años, se pueden guardar treinta horas, es decir, un día y cuarto, y añadir una semana extra cada cinco o seis años. Esta opción tiene como desventaja que las fechas en las que ocurren los equinoccios y solsticios sufren una variación mayor de año en año. No obstante es la solución adoptada por algunos calendarios que

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combinan año y semana, como el calendario litúrgico cristiano o el calendario de la ISO8061.

B. Cómo agrupar las 52 semanas de que consta el "cuerpo" del año

Sería conveniente que la subdivisión del año en meses y trimestres cumpliera tres características: Que cada mes contuviera un número entero de semanas, que cada estación o cuarto de año contuviera un número entero de meses y que cada mes tenga el mismo número de días o casi el mismo. Sin embargo, no es posible construir un calendario con estas tres características simultáneamente, y hay que renunciar a alguna de ellas:

1) Si renunciamos a que el mes tenga un número entero de semanas, podemos dividir el año en cuatro trimestres de 91 días, es decir trece semanas, y cada uno de estos trimestres en tres meses de 31, 30 y 30 días. Esta es la idea principal del calendario mundial y es la que supone un cambio menor respecto de nuestro calendario actual.

2) Si renunciamos a que cada estación tenga un número entero de meses, es decir a que el número de meses sea múltiplo de cuatro, podemos construir un calendario con 13 meses de 4 semanas cada uno, es decir, 28 días. Esta solución es la base del calendario fijo internacional y fue propuesta ya a mediados del siglo XIX por Auguste Comte. Es la única en la que todos los meses tienen idéntica estructura. Sobre el nombre que recibiría el nuevo mes y el lugar del año donde se intercalaría hay una amplio abanico de propuestas: "Luna" o "Sol" intercalado entre Junio y Julio, "Colón" intercalado entre Noviembre y Diciembre, o recuperar el Mercedonio romano entre Febrero y Marzo.

3) Si renunciamos a que todos los meses tengan una duración igual o al menos aproximada, podemos dividir el año en cuatro trimestres de trece semanas, y cada uno de estos trimestres en tres meses de 4 o 5 semanas cada uno, es decir 28 o 35 días.

C. La semana (y por tanto el año) comienza por domingo o por lunes

Aunque ésta cuestión es de mucha menor relevancia que las anteriores, no está exenta de controversia. En la mayoría de países europeos y en la ISO8061 se considera como primer día el lunes. Para Estados Unidos y para las religiones cristiana y judía, el primer día es el domingo.

Cayo Julio César (Latín: Gaius Iulius Caesar; Roma, 13 de julio de 100 a. C. - Ibídem, 15 de marzo de 44 a. C.) fue uno de los más destacados líderes militar y político de la era tardorrepublicana. Nacido en el seno de la gens Iulia, en una familia patricia de escasa fortuna, estuvo emparentado con algunos de los hombres más influyentes de su época, como su tío Cayo Mario, quien influiría de manera determinante en su carrera política. En 84 a. C., a los 16 años, el popular Cinna lo

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nombro flamen dialis, cargo religioso del que fue relevado por Sila, con el cual tuvo conflictos a causa de su matrimonio con la hija de Cinna. Tras escapar de morir a manos de los sicarios del dictador, fue perdonado gracias a la intercesión de los parientes de su madre. Trasladado a Asia, combatió en la Tercera Guerra Mitridática como legatus de Marco Minucio Termo. Volvió a Roma a la muerte de Sila en 78 a. C., ejerciendo por un tiempo la abogacía. En 73 a. C. sucedió a su tío Cayo Aurelio Cotta como pontífice, y pronto entró en relación con los cónsules Pompeyo y Craso, cuya amicitia le permitiría lanzar su propia carrera política. En 70 a. C. César sirvió como cuestor en la provincia de Hispania y como edil curul en Roma. Durante el desempeño de esa magistratura ofreció unos espectáculos que fueron recordados durante mucho tiempo por el pueblo. En 63 a. C. fue elegido praetor urbanus al obtener más votos que el resto de candidatos a la pretura. Ese mismo año murió Quinto Cecilio Metelo Pío, Pontifex Maximus designado durante la dictadura de Sila, y, en las elecciones celebradas con objeto de sustituirle, venció César. Al término de su pretura sirvió como propretor en Hispania, donde lideró una breve campaña contra los lusitanos. En 59 a. C. fue elegido cónsul gracias al apoyo de sus dos aliados políticos, Pompeyo y Craso, los hombres con los que César formó el llamado Primer Triunvirato. Su colega durante el consulado, Bíbulo, se retiró a fin de entorpecer la labor de César que, sin embargo, logró sacar adelante una serie de medidas legales, entre las que destaca una ley agraria que regulaba el reparto de tierras entre los soldados veteranos.

Tras su consulado fue designado procónsul de las provincias de Galia Transalpina, Iliria y Galia Cisalpina; esta última tras la muerte de su gobernador, Céler. Su gobierno estuvo caracterizado por una política muy agresiva en la que sometió a la práctica totalidad de pueblos celtas en varias campañas. Este conflicto, conocido como la Guerra de las Galias, finalizó cuando el general republicano venció en la Batalla de Alesia a los últimos focos de oposición, liderados por un jefe arverno llamado Vercingétorix. Sus conquistas extendieron el dominio romano sobre los territorios que hoy integran Francia, Bélgica, Holanda y parte de Alemania. Fue el primer general romano en penetrar en los inexplorados territorios de Britania y Germania.

Mientras César terminaba de organizar la estructura administrativa de la nueva provincia que había anexionado a la República, sus enemigos políticos trataban en Roma de despojarle de su ejército y cargo utilizando el Senado, en el que eran mayoría. César, a sabiendas de que si entraba en la capital sería juzgado y

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exiliado, intentó presentarse al consulado in absentia, a lo que la mayoría de los senadores se negaron. Este y otros factores le impulsaron a desafiar las órdenes senatoriales y protagonizar el famoso cruce del Rubicón, donde al parecer pronunció la inmortal frase "Alea iacta est" (la suerte está echada) iniciando así un conflicto conocido como la Segunda Guerra Civil de la República de Roma, en el que se enfrentó a los optimates, que estaban liderados por su viejo aliado, Pompeyo. Su victoria, basada en las derrotas que infligió a los conservadores en Farsalia, Tapso y Munda, le hizo el amo de la República. El hecho de que estuviera en guerra con la mitad del mundo romano no evitó que se enfrentara a Farnaces II en Zela y a los enemigos de Cleopatra VII en Alejandría. A su regreso a Roma se hizo nombrar cónsul y dictator perpetuus —dictador vitalicio— e inició una serie de reformas económicas, urbanísticas y administrativas.

A pesar de que bajo su gobierno la República experimentó un breve periodo de gran prosperidad, algunos senadores vieron a César como un tirano que ambicionaba restaurar la monarquía. Con el objeto de eliminar la amenaza que suponía el dictador, un grupo de senadores formado por algunos de sus hombres de confianza como Bruto y Casio y antiguos lugartenientes como Trebonio y Décimo Bruto, urdieron una conspiración con el fin de eliminarlo. Dicho complot culminó cuando, en las idus de marzo, los conspiradores asesinaron a César en el Senado. Su muerte provocó el estallido de otra guerra civil, en la que los partidarios del régimen de César; Antonio, Octavio y Lépido, derrotaron en la doble Batalla de Filipos a sus asesinos, liderados por Bruto y Casio. Al término del conflicto, Octavio, Antonio y Lépido formaron el Segundo Triunvirato y se repartieron los territorios de la República, aunque, una vez apartado Lépido, finalmente volverían a enfrentarse en Actium, donde Octavio, heredero de César, venció a Marco Antonio.

Al margen de su carrera política y militar, César destacó como orador y escritor. Redactó, al menos, un tratado acerca de astronomía, otro acerca de la religión republicana romana, y un estudio sobre el latín, ninguno de los cuales ha sobrevivido hasta nuestros días. Las únicas obras que se conservan son sus Comentarios de la Guerra de las Galias y sus Comentarios de la Guerra Civil. Se conoce el desarrollo de su carrera como militar y gran parte de su vida a través de sus propias obras y de los escritos de autores como Suetonio, Plutarco, Veleyo Patérculo o Eutropio.

En 84 a. C., Cinna nombra al joven César (de 16 años), flamen dialis, el sacerdote de Júpiter, y lo casó con su hija Cornelia (Flaminia) tras haberse divorciado de su matrimonio con Cosutia, perteneciente a una rica familia de rango ecuestre. Ese mismo año y tras el asesinato de Cinna y las derrotas de Carbón y Mario el joven (hijo de Cayo Mario) a manos de Sila, el líder conservador entró en Roma. La situación de César era muy insegura pues estaba unido a través de varios lazos familiares al bando perdedor; no sólo era sobrino de Mario, sino que además estaba casado con la hija de Cinna. Sila trató de atraerlo a su bando como había

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hecho con varios de los seguidores de su enemigo; para probar su lealtad le ordenó divorciarse de su esposa, a lo que, para sorpresa del dictador, el joven se negó.16

Enfurecido, Sila ordenó a una banda de sicarios que lo capturaran y asesinaran, anuló su nombramiento como flamen dialis, y confiscó toda su fortuna. A César no le quedó otra salida que huir de Roma; viéndose obligado a cambiar de refugio cada noche, cayó enfermo al no estar acostumbrado a esta clase de vida. Una noche fue sorprendido por los sicarios de Sila, pero pudo salvarse al sobornarles con el dinero que se ofrecía por su cabeza, dos talentos de oro. Tras escapar de los hombres de Sila, permitió a su familia interceder por él ante el dictador. Su madre, sus tíos Marco, Cayo y Lucio, las vírgenes vestales y el yerno de Sila, Mamerco Emilio Lépido Liviano, lograron convencer al dictador que accedió a

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Julio César. Obra de Nicolas Coustou.

A su regreso a Roma, César prosiguió su carrera como abogado hasta ser elegido edil curul en el año 65 a. C., el primer cargo del cursus honorum que se desempeñaba dentro de Roma. Las funciones de un edil pueden ser equiparadas, en cierto modo, a las de un moderno Presidente de una Junta Municipal e incluían la regulación de las construcciones, del tránsito, del comercio y otros aspectos de la vida diaria, entre otras, las funciones de jefe de policía. Pero el cargo, el primer peldaño público para llegar a la magistratura suprema del consulado, podía ser también el último que se desempeñara, pues incluía la organización de los juegos en el Circo Máximo, lo que, debido a lo limitado del presupuesto público, exigía al edil la utilización de fondos personales. Esto fue especialmente verdad en el caso de César, que pretendía realizar unos juegos memorables para impulsar su carrera política. Y, de hecho, empleó todo su ingenio para conseguirlo, llegando a desviar el curso del Tíber e inundar el Circo para ofrecer una naumaquia (es decir, un combate entre barcos). Acabó el año con deudas del orden de varios cientos de talentos de oro.27

Sin embargo, su éxito como edil fue una ayuda importante para que, después de la muerte de Quinto Cecilio Metelo Pío en el año 63 a. C., César fuera elegido Pontifex Maximus,28 dignidad que dotaba al electo de enorme auctoritas y dignitas. El día de su elección había sospechas de un atentado contra él, lo que obligó a Julio César a decir a su madre: Madre, hoy verás a tu hijo muerto en el Foro o vistiendo la toga del sumo pontífice.

El cargo implicaba una casa nueva en el Foro, la Domus Publica, la presidencia del Colegio de Pontífices y una cierta preeminencia en la vida religiosa

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de Roma, así como la asunción de los deberes y derechos del paterfamilias sobre las Vírgenes Vestales. Su estreno como Pontifex Maximus fue marcado por un escándalo. Después de la muerte de Cornelia Cinna, César se había casado con Pompeya Sila (hija de Cornelia Sila y Quinto Pompeyo Rufo), nieta de Sila. Como esposa del Pontifex Maximus y una de las mujeres más importantes de Roma, Pompeya era responsable de la organización de los ritos de la Bona Dea en diciembre, una liturgia exclusivamente femenina, donde los hombres no podían participar. Pero durante las celebraciones del año 62 a.C.Publio Clodio Pulcro (un joven líder demagogo, conceptuado peligroso) consiguió entrar en la casa disfrazado de mujer, al parecer, movido por el lascivo (carnal) propósito de yacer con Pompeya. En respuesta a este sacrilegio, del cual ella probablemente no era culpable, Pompeya recibió una orden de divorcio. César admitió en público que él no la consideraba responsable, pero justificó su acción con la célebre máxima: La mujer de César no sólo debe ser honrada, además debe parecerlo. En el 63 a. C. César fue electo pretor urbano, el puesto de pretor más distinguido ya que era el que se ocupaba de los asuntos entre ciudadanos romanos. En las mismas elecciones, Marco Tulio Cicerón salió elegido cónsul senior. Fue un año particularmente difícil no sólo para César, sino también para Roma. Durante su consulado, Cicerón reveló una conspiración para destituir a los magistrados electos y reducir la funcionalidad del Senado, complot liderado por Lucio Sergio Catilina, un patricio frustrado por su falta de éxito político. Si bien no se celebró juicio contra ellos, en el sentido estricto del término, lo cierto es que casi todos los acusados en la conspiración, y desde luego, Catilina, estuvieron presentes en las sesiones del Senado en las que se les "juzgó"; en la tercera reunión, Cicerón descargó su responsabilidad sobre la curia haciendo que los senadores debatieran la pena a la que habría de condenarse a los conjurados. El resultado fue una sentencia de muerte para cinco prominentes romanos aliados de Catilina y para el propio Catilina. Todos estos extremos quedaron para la posteridad en las famosas Catilinarias escritas por el propio Cicerón.

César se opuso a la pena de muerte usando para esos fines su mejor oratoria, pero fue vencido por la insistencia de Marco Porcio Catón el Joven y los 5 hombres fueron ejecutados ese mismo día. Fue también en esta dramática reunión del Senado en la que el romance de César con Servilia Cepionis, hermana de Marco Porcio Catón, salió a la luz. Los opositores políticos de César lo acusaron de formar parte de la conspiración de Lucio Sergio Catilina, lo que nunca fue probado ni perjudicó su carrera. Después de su complicado año como pretor, César fue nombrado propretor de Hispania Ulterior.

El calendario juliano es el antecesor del calendario gregoriano y se basa en el movimiento del sol para medir el tiempo. Desde su implantación en el 46 a. C., se adoptó gradualmente en los países europeos y sus colonias hasta la implantación de la reforma gregoriana, del Papa Gregorio XIII, en 1582. Sin embargo, en los

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países de religión ortodoxa se mantuvo hasta principios del siglo XX: en Bulgaria hasta 1917, en Rusia hasta 1918, en Rumania hasta 1919 y en Grecia hasta 1923. A pesar de que en sus países el calendario gregoriano es el oficial, hoy en día las iglesias ortodoxas (excepto la de Finlandia) siguen utilizando el calendario juliano (o modificaciones de él diferentes al calendario gregoriano).

ANTECEDENTES DEL CALENDARIO JULIANO:

Originalmente, en muchas culturas antiguas se utilizaba el calendario lunar para contar el tiempo. Las evidencias históricas más antiguas indican que el primer calendario solar fue creado en el Antiguo Egipto, a principios del tercer milenio a.C.; surgió de la necesidad de predecir con exactitud el momento del inicio de la crecida del río Nilo, que tiene una periodicidad anual, acontecimiento fundamental en una sociedad que vivía de la agricultura. Este calendario tenía un año de 365 días, dividido en tres estaciones, meses de 30 días y decanos de diez días.

Los pueblos romanos primitivos tenían diferentes calendarios lunares, cada uno con su propio número de meses, su propia duración del año y de los meses, por ejemplo, los habitantes de Alba Longa tenían un calendario de 10 meses, de 18 a 36 días cada mes; los de Labinia tenían otro de 374 días distribuido en 13 meses; los etruscos tenían meses basados en la luna llena.

Ningún calendario romano contaba las semanas.

CALENDARIO ROMANO:

Finalmente se acordó usar un calendario común de 304 días distribuidos en 10 meses (6 meses de 30 días y 4 de 31 días). Pero éste tenía desfases de tiempo y los pontífices paganos lo reajustaban anualmente en el último mes. Los reajustes se hacían con criterios políticos, pero no astronómicos, como determinar el día de pagar a la servidumbre, y se hacía mal uso del reajuste, para prorrogar cargo de un funcionario, adelantar o retrasar votaciones.

El año empezaba a finales de marzo (martius), del dios de la guerra, Marte, que era el primer mes de primavera, cuando se decidían las campañas militares del año. Los meses iban desde martius hasta februarius en este orden:

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1. Martius: mes del dios marte 2. Aprilis: de origen desconocido

3. Maius: mes del dios de la abundancia

4. Iunius: mes de la diosa juno

5. Iulius: en honor a julio césar

6. Augustus: en honor al emperador octavio augusto

7. Septembris: mes séptimo

8. Octobris: mes octavo

9. Novembris: mes noveno

10. Decembris: décimo

11. Januarius: mes del dios jano

12. Februaris: mes de las purificaciones (februa)

Los reajustes no evitaron el desfase de tiempo y sucedió que el invierno fuera fechado en el otoño astronómico. Julio César terminó con el desfase ordenando una reforma en el calendario romano.

MÉTODO DE ELABORACIÓN DEL CALENDARIO JULIANO:

Sosígenes de Alejandría tenía conocimiento de la fallida reforma de Cánope, sucedida dos siglos atrás, y colaboró con Julio César para adoptar esa vieja reforma al calendario romano e implantarla como un nuevo calendario. Esta adaptación fechaba las estaciones y sus fiestas romanas correspondientes concordando con el momento astronómico en el que sucedían.

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El nuevo calendario se implantó en el año 46 a. C. con el nombre de Julius y mucho después de juliano, en honor a Julio César. Únicamente en ese año, se contaron 445 días, en vez de los 365 normales, para corregir los desfases del calendario anterior, y se le llamó año de la confusión. Para ello, se agregaron dos meses, entre noviembre y diciembre, uno de 33 días y otro de 34, además del mes intercalado en febrero.

Desde 44 a. C. se acordó que todos los años constaran de 365 días, y cada cuatro años se contarían 366 y se llamaran años bisiestos, porque se fechaban dos días consecutivos como 23 de febrero (último día del calendario romano en ese momento). En aquella época ese 23 de febrero se llamaba sexto calendas martii y cuando era año bisiesto, el día adicional (366), se le llamaba bis-sexto calendas, de allí el nombre de bisiesto. Ese mismo año tuvo 445 días para compensar el desfase.1

Por lo anterior, el calendario juliano consideraba que el año trópico estaba constituido por 365,25 días, mientras que la cifra correcta es de 365,242189, es decir, 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos. Esos más de 11 minutos contados adicionalmente a cada año habían supuesto en los 1257 años que mediaban entre 325 y 1582, un error acumulado de aproximadamente 10 días, por lo cual se instauró el calendario gregoriano.

Pero en el año 44 a. C. los pontífices paganos decidieron considerar años bisiestos cada tres años ordinarios, en vez de cada cuatro. Tiempo después, se dieron cuenta del desfase provocado hasta el año 10 a. C., y se corrigió en el 8dC, por orden de César Augusto, quién ordenó excluir el día adicional de cada año bisiesto, durante 36 años (o sea, hasta el año 44dC).

DESARROLLO DEL CALENDARIO JULIANO:

El año 153 a. C. se toma como inicio del año el 1 de enero, en lugar del tradicional 1 de marzo, para poder planear las campañas del año con tiempo. Consta de 365 días divididos en 12 meses, excepto los años bisiestos que tienen 366 días, y añaden un día adicional al mes de febrero. El calendario juliano cuenta como bisiestos uno de cada cuatro años, incluso los seculares. Con este calendario se comete un error de 7,5 días cada 1.000 años.

El orden de los meses y la distribución de los días era así:

1. januarius (31 días) 2. februarius (28) (ó 29 los años bisiestos)

3. martius (31)

4. aprilis (30)

5. maius (31)

6. junius (30)

7. julius (31) (anteriormente quintilis)

8. augustus (31) (anteriormente sextilis)

9. septembris (30)

10. octobris (31)

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11. novembris (30)

12. decembris (31)

La manera de contar los días siguió la tradición romana hasta que los visigodos introdujeron la costumbre de numerar los días, que no sería oficial hasta que la adoptó Carlomagno. No obstante, hasta bien entrada la Edad Moderna, la manera de referirse a un día concreto era aludiendo al santo que se conmemoraba. Así, por ejemplo, era muy común encontrar expresiones como "llegamos el día de san Froilán".

ORIGEN DEL NOMBRE DE CALENDARIO JULIANO:

El nombre de calendario juliano procede de Julio César, en honor al cual se adoptó el nombre de Julio, primero, y juliano, después, para designar el calendario establecido bajo su consulado.

ORIGEN DE JULIO Y AGOSTO:

El mes de quintilis se consagró en honor a Julio César en el año 44 a. C. y se le nombró Julio, por iniciativa de Marco Antonio. El mes de sextilis se consagró a Octavio Augusto, por incitativa del Senado en el 23 a. C., y se le llamó Augusto que, en castellano, es hoy agosto.

Para satisfacer la vanidad de Octavio Augusto, el mes consagrado en su honor empezó a durar 31 días en vez de los 30 habituales en esa época. Como consecuencia, se le descontó un día a febrero (que tenía 30 días habituales y después tuvo 29), y para que no hubiese tres meses seguidos con 31 días, septiembre pasó a tener 30 días, octubre 31, noviembre 30 y diciembre 31.

IMPLANTACIÓN DE LA SEMANA:

En el año 321 dC, el emperador Constantino I el Grande implantó la semana de siete días, copiada del calendario lunar judío: domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado.

Además, decretó que el domingo (dies solis) fuese día de descanso para adorar a Dios, en detrimento del sábado, tradicional no sólo entre los judíos sino también entre los gentiles. Y es que si Jesucristo había muerto el quinto día de la semana judía, había resucitado en domingo. Por otro lado, se satisfacía a otra religión muy popular a la que pertenecía el propio Constantino: el culto a Mitra, cuya

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representación era el sol. La semana de siete días se hallaba también presente en el antiguo calendario egipcio.

MODIFICACIONES FRACASADAS EN EL NOMBRE DE LOS MESES:

Unos emperadores romanos bastante importantes modificaron los nombres de algunos meses durante su mandato:

Calígula llamó germánicus al mes de septiembre. Nerón llamó claudius a mayo y germánicus a junio

Domiciano también llamó germánicus a septiembre y domitianus a octubre.

Pero las modificaciones no perduraron y se restablecieron sus nombres anteriores.

Incluso Carlomagno trató de dar nuevos nombres a los meses, aunque tampoco tuvo éxito. Los meses propuestos eran, desde enero a diciembre respectivamente: Wintarmanoth, Hornung, Lentzinmanoth, Ostarmanoth, Winemanoth, Brachmanoth, Heuvimanoth, Aranmanoth, Witumanoth, Windumemanoth, Herbistmanoth y Heilagmanoth.

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Aquest treball ha sigut realitzat a l’asignatura de ciències del món contemporani, ens ha servit per poder aprendre un poc més sobre el tema del Calendari, en concret el Calendari Julià, explicant aixi desde el seu origen.

Hem pogut profunditzar amb el tema i sebre per exemple qui el va crear, els problemes que va tenir i moltes altres coses més.

Aquest ha estat l’ultim treball d’aquest curs, la veritat és que ha estat interesant ja que hem pogut triar el tema que més curiositat ens feia i juntar-nos per treballar amb ell. Hem consultat desde enciclopèdies, com adreces d’internet on hem trobat fotos, videos i altres coses interesants, i també els apunt que havien llegit previament de classe.

En conclusió ha estat un treball interesant per una asignatura que mai haviem fet.

http://wapedia.mobi/es/Calendario_juliano

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http://es.wikipedia.org/wiki/Calendario_juliano

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/cesar.htm

http://www.google.es/imagenes.htm

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