El carrusel de Ribeyro

17
revista electrónica de teoría de la ficción breve 25 http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados La historia sin fin: “El carrusel” de Julio Ramón Ribeyro Ana Mercedes Patiño Bucknell University (USA) Los lectores no conocen bien a Ribeyro. Es posible que, cuando su obra entera sea bien leída y juzgada descubramos que fue, sin que sus contemporáneos se dieran cuenta del todo, uno de los grandes que supo pasar desapercibido y que hizo del cuento una conducta moral a la que nunca renunció. Y entonces quizá nuestra visión de estos iltimos cincuenta años de vida del género sea otra y otras las reflexiones que nos inspire. José Miguel Oviedo “Continuidad de los parques” (1956), de Julio Cortázar, “Pierre Menard autor del Quijote” (1944), de Jorge Luis Borges y “El mono que quiso ser escritor satírico” (1969), de Augusto Monterroso, son algunos de los cuentos metaficcionales más conocidos y apreciados en la literatura latinoamericana. Estos relatos, que se han consolidado como paradigmas dentro del cuento latinoamericano, establecen e invitan a una reflexión permanente sobre el carácter autorreferencial, convencional, ficticio, arbitrario y rizomático de la escritura. Todos ellos son relatos que convocan a “suspender la ‘suspensión de la incredulidad’ que hace posible la existencia de los mundos narrativos, y que exige que el lector ejercite su capacidad de reconocer las convenciones que hacen posible la construcción de toda ficción” (Zavala 15). Otro relato de los años sesenta, menos conocido, pero igualmente importante en el alcance de sus reflexiones metaficcionales sobre el cuento y sobre la narrativa, es “El carrusel,” el cuento más experimental del peruano Julio Ramón Ribeyro. “El carrusel” (1967) establece un pastiche de procedimientos narrativos presentes en cuentos antiguos de origen hindú y árabe, en libros de viaje medievales, en relatos americanos y europeos de los siglos XIX y XX -particularmente en relatos de espionaje y policíacos- y en narraciones vanguardistas contemporáneas, tales como los hipertextos. En “El carrusel” este sucinto recorrido por modalidades narrativas paradigmáticas en la cuentística de Occidente plantea una polémica sobre tradición, oralidad, dinamismo, popularidad y permanencia del género cuento a través de los tiempos. En 1994 Julio Ramón Ribyero, el cuentista más importante del Perú (Niño de Guzmán 243, Gutiérrez 59), recibió el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, el mayor reconocimiento literario

description

El ensayo analiza el cuento "El carrusel" a partir de lo fantástico.

Transcript of El carrusel de Ribeyro

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve revista electrnica de teora de la ficcin breve

    25http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    La historia sin fin: El carrusel de Julio Ramn Ribeyro

    Ana Mercedes Patio Bucknell University (USA)

    Los lectores no conocen bien a Ribeyro. Es posible que, cuando su obra entera sea bien leda y juzgada descubramos que fue, sin que sus contemporneos se dieran cuenta del todo, uno de los grandes que supo pasar

    desapercibido y que hizo del cuento una conducta moral a la que nunca renunci. Y entonces quiz nuestra visin de estos iltimos cincuenta aos de vida del gnero sea otra y otras las reflexiones que nos inspire.

    Jos Miguel Oviedo

    Continuidad de los parques (1956), de Julio Cortzar, Pierre Menard autor del Quijote (1944), de

    Jorge Luis Borges y El mono que quiso ser escritor satrico (1969), de Augusto Monterroso, son algunos de los

    cuentos metaficcionales ms conocidos y apreciados en la literatura latinoamericana. Estos relatos, que se han

    consolidado como paradigmas dentro del cuento latinoamericano, establecen e invitan a una reflexin permanente

    sobre el carcter autorreferencial, convencional, ficticio, arbitrario y rizomtico de la escritura. Todos ellos son

    relatos que convocan a suspender la suspensin de la incredulidad que hace posible la existencia de los mundos

    narrativos, y que exige que el lector ejercite su capacidad de reconocer las convenciones que hacen posible la

    construccin de toda ficcin (Zavala 15). Otro relato de los aossesenta, menos conocido, pero igualmente

    importante en el alcance de sus reflexiones metaficcionales sobre el cuento y sobre la narrativa, es El carrusel,

    el cuento ms experimental del peruano Julio Ramn Ribeyro.

    El carrusel (1967) establece un pastiche de procedimientos narrativos presentes en cuentos antiguos

    de origen hind y rabe, en libros de viaje medievales, en relatos americanos y europeos de los siglos XIX y

    XX -particularmente en relatos de espionaje y policacos- y en narraciones vanguardistas contemporneas, tales

    como los hipertextos. En El carrusel este sucinto recorrido por modalidades narrativas paradigmticas en la

    cuentstica de Occidente plantea una polmica sobre tradicin, oralidad, dinamismo, popularidad y permanencia

    del gnero cuento a travs de los tiempos.

    En 1994 Julio Ramn Ribyero, el cuentista ms importante del Per (Nio de Guzmn 243, Gutirrez

    59), recibi el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, el mayor reconocimiento literario

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve

    26http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    revista electrnica de teora de la ficcin breve

    de Amrica Latina, premio que ha sido otorgado tambin a Olga Orozco, Nlida Pin, Eliseo Diego y Juan

    Jos Arreola, entre otros. La vasta obra literaria de Ribeyro comprende cuento, novela, teatro, diario, ensayo,

    aforismos, cartas y otros textos de difcil clasificacin genrica. El jurado del Premio seal que la riqueza de tal

    obra se ubica en una gran variedad de registros estilsticos que van de lo realista a lo fantstico y de lo rural a lo

    urbano, con un estilo sobrio, rico y, a la vez, matizado por un personal sentido del humor (Cobo Borda 161).

    La crtica sobre Ribeyro ha realzado las afinidades estticas que lo vinculan con el realismo europeo del

    siglo XIX, particularmente con escritores tales como Maupassant, Stendhal, Gogol, Chejov, Flaubert (Bryce

    Echenique 14, Oviedo 83, Mrquez y Ferreira 19, Elmore 32, de Navascus 24). Tambin la crtica ha sealado

    otras dimensiones de la obra del escritor peruano, tales como la fantstica, la filosfica, la ldica y la autorreflexiva

    (Ortega, Gutirrez, Rodero, Oviedo, Minardi, Elmore). A pesar de la variedad de registros de la escritura de

    Ribeyro, ha predominado la visin sobre su obra como realista, la cual corresponde mejor a los primeros y ms

    conocidos cuentos del autor.1 Estos relatos han sido catalogados como parte del neorrealismo urbano que daba

    cuenta del dramatismo que acompa la modernizacin del Per durante los aos cincuenta (Martnez 3). La obra

    ribeyriana ha sido caracterizada, ante todo, como un intento de dar voz a los que no tienen voz, a los marginados

    que han quedado expulsados del festn de la vida [] Ribeyro ha logrado trasladar el dolor humano de la poesa

    de Vallejo a la prosa (Bryce Echenique 11).

    El casi centenar de cuentos de Ribeyro, escritos entre 1952 y 1993, se agrupa en nueve volmenes. El

    carrusel hace parte del libro Silvio en el rosedal (1977), en cuyos relatos se manifiesta una clara preocupacin

    por la escritura. Con este volumen la narrativa breve de Ribeyro se interroga, sutilmente autorreflexiva, sobre los

    riesgos y las promesas del sentido: no en vano la lectura empresa del desciframiento y trabajo de la interpretacin-

    suele hallarse en el centro mismo de las tramas y del mundo representado (Elmore, 222). El cuento que da ttulo

    a esta coleccin el cuento favorito de Ribeyro- ha sido visto como sntesis de las preocupaciones existenciales

    del autor (de Navascus 19) y como sntesis autorreferencial de su escritura (Ortega 14). De igual manera, El

    carrusel compendia opciones y dilemas de carcter esttico que se le presentan al narrador, particularmente al

    cuentista. El carrusel, la menos sutil de estas reflexiones sobre el sentido, transgrede numerosos elementos

    convencionales del relato, tales como logicidad de la estructura narrativa, importancia de la trama y nocin de

    autora.

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve revista electrnica de teora de la ficcin breve

    27http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    Este relato es un pastiche de modalidades narrativas tales como el libro de viajes medievales, los cuentos

    antiguos de procedencia hind y rabe, los relatos de espionaje y los relatos policacos. Gerard Genette distingue

    entre imitacin pardica y pastiche. Genette seala que la parodia es la desviacin de un texto por medio de un

    mnimo de transformacin (37), mientras que el pastiche es imitacin de un estilo: el que hace una parodia o

    un travestimiento se ocupa esencialmente de un texto y, accesoriamente de un estilo; por el contrario, el imitador

    se ocupa esencialmente de un estilo y accesoriamente de un texto: su blanco es un estilo, y los motivos temticos

    que implica (100). Esta ltima imitacin es la que se da en el tipo de apropiacin pardica que se conoce como

    pastiche. En sentido estricto, aclara Genette, no se puede parodiar un gnero, slo textos o rasgos singulares; y

    slo se puede imitar un gnero - no un texto singular - pues imitar es generalizar, abstraer rasgos estilsticos

    y temticos y constituirlos en una matriz de imitacin (102). Esta segunda operacin es la que tiene lugar en

    El carrusel. En la contemporaneidad, el pastiche parece nostlgicamente autntico, frente a la expansin del

    plagio y de la piratera, posibles gracias a la explosin de doc.com del Internet (Lewis and Sim 114).

    Uno de los desafos que plantea el cuento de Ribeyro es al concepto mismo de argumento, El carrusel

    es precisamente eso, un carrusel discursivo sin principio ni final o, si se quiere, que empieza como termina y

    viceversa.2 Esta circularidad cierra el relato pero lo abre, al mismo tiempo, a la digresin infinita (Rodero 145). A

    manera de cajas chinas, El carrusel est constituido por diecisis historias encuadradas, sin que ninguna de ellas

    concluya; cada una es contada por un narrador diferente, quien es -a su vez- oyente de la historia que le precede.

    El primer narrador y su historia reaparecen al final, as empieza y termina El carrusel: El primer da que llegu

    a Francfort tom un hotel cerca de la estacin del ferrocarril; dej mi equipaje y sal a dar una vuelta, sin plano ni

    plan preciso. Nada es ms agradable que recorrer un poco a la aventura una ciudad que no conocemos, sin saber

    cules son sus calles cntricas, sus monumentos, sus costumbres. Todo para nosotros es una sorpresa (536).

    Este personaje que relata en primera persona su historia conoce en un bar a un veterano de la guerra, quien

    lleva una mano mecnica enguantada y empieza a contar cmo perdi su mano. De manera sucesiva aparecen

    como narradores la duea de una pensin donde vivi este hombre, un to de ella, un nufrago francs, un

    hombre de color que tena una herida en una mejilla, su novia (la maldita Monique), un fontanero que est

    escondido en el cuarto de bao de la novia del hermano de Monique, madame Nguyen (la propietaria de una casa

    donde trabaj el fontanero), un sargento norteamericano herido en una explosin en Saign (y a quien ayud el

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve

    28http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    revista electrnica de teora de la ficcin breve

    esposo de madame Nguyen), el administrador del bar en Saign donde estaba el sargento antes de la explosin (el

    administrador intenta resolver a travs de la lgica un problema con el sargento), el capitn Dupuis (quien en el

    pasado interrumpi uno de los razonamientos del administrador), el profesor Ren du Moulin (quien le dio clases

    de filosofa a Dupuis), la hija del director del colegio donde daba clases du Moulin, el pibe Lanusse (amigo

    del hijo del director del colegio), el mdico que atendi al mayordomo que trabajaba para el abuelo del pibe

    Lanusse en Argentina y un muchacho a quien el mismo mdico encontr en Francfort, con las orejas y la nariz

    amputadas al parecer con una tenaza o mano mecnica y que al ser interrogado le dijo: El primer da que llegu

    a Francfort... (542)

    Este cambio vertiginoso de narradores est acompaado por un continuo desplazamiento geogrfico. Una

    de las modalidades textuales convocada y parodiada en el cuento de Ribeyro es el libro de viajes, particularmente

    el libro de viajes de la Edad Media. El cuento se inicia como el relato de un viaje y numerosas de sus historias

    encuadradas cuentan, a su vez, un viaje; como su ttulo anuncia, El carrusel, relata un movimiento continuo.3 El

    trnsito permanente de los personajes se exalta por la profusa mencin de nacionalidades, de lugares de partida,

    de destino y de reas geogrficas donde tienen lugar los eventos. A lo largo del relato hay alusiones a Senegal,

    Pars, Francfort, Normanda, Argentina, Yugoslavia, Vietnam, Alemania, Italia y el Pacfico Sur.

    Adems del viaje como motivo en todas las historias encuadradas de El carrusel, en estas se puede

    apreciar la presencia obvia y burlesca de elementos formulicos de los libros de viajes de la Edad Media:

    existencia de un itinerario, seguimiento de un orden cronolgico, supremaca del orden espacial sobre el temporal

    e identidad entre protagonista y narrador (Prez Priego, Rubio Tovar). El carrusel presenta los hechos en

    orden inverosmil,4 establece una absurda identidad entre el protagonista y el narrador del viaje (Rubio Tovar 40),

    exacerba la convencin de que cada personaje narre su historia (Prez Priego 232), ridiculiza el sufrimiento y las

    dificultades del viaje,5 juega con la frmula de la aparicin de nufragos y de ermitaos y del viaje que empieza

    con el comienzo de la aventura y termina con el fin de la misma (Herrero Massari 95, 141). As mismo el relato

    ironiza presupuestos ideolgicos frecuentes en la tradicin cuentstica de Occidente, tales como el tpico del viaje

    a Italia que desde el Siglo XVI serva como estrategia para la formacin intelectual de la clase dirigente europea

    que se perpetuaba en el poder y de la burguesa en ascenso (Berthier 239) y el primitivismo cultural del viaje a las

    islas del Pacfico Sur como huda de la civilizacin, en procura de un paraso perdido (Rennie 1, 7).

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve revista electrnica de teora de la ficcin breve

    29http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    El carrusel tambin se apropia pardicamente de elementos de la cuentstica clsica hind y rabe y

    de colecciones de relatos en las que se asimil este corpus literario, uno de estos elementos es la funcionalidad

    del procedimiento de los relatos insertados. Dentro de la cuentstica clsica hind, rabe y medieval europea, el

    recurso de los relatos insertados tiene con frecuencia una unidad de propsito, el impedir el cumplimiento de una

    accin: la historia principal se detiene debido a la interpolacin de los relatos, con lo cual se gana tiempo hasta

    modificar el resultado final; as sucede en Ardji Bardi, en cuyas historias las estatuas de madera, que constituyen

    los peldaos de la escalera, evitan con sus cuentos la llegada del rey al trono. En el Touti-nameh, un papagayo

    retiene de idntico modo a una mujer cuando quiere engaar a su marido (Lacarra 51). Con no poca frecuencia el

    evento que se intenta impedir es el cumplimiento de una sentencia a muerte, como ocurre en Las mil y una noches,

    con cuyos relatos Sherezada busca salvar su vida y en El Sendebar, en el cual tambin los personajes -una de las

    esposas del rey y el prncipe heredero, defendido por los consejeros del rey- se valen de los relatos para conservar

    la vida.

    En El Carrusel los cuentos no evitan el dao, sino que probablemente lo causan. El personaje con el que

    empieza y termina la historia est sano al comienzo del relato y herido al final del mismo, tiene las orejas y la nariz

    amputadas. Lo que ha transcurrido entre el comienzo y el final de la historia -y entre el bienestar y el dao del

    personaje- es la narracin. Sucede como en los cuentos orientales, en los cuales los personajes son severamente

    castigados debido bien a su curiosidad, si la locuacidad salva de la muerte, la curiosidad la ocasiona (Todorov

    181), o bien a sus deficiencias como narradores, pues no tienen el talento necesario para entretener a sus oyentes

    o para seleccionar una historia suficientemente asombrosa.

    En El carrusel hay un esfuerzo por condensar tambin procedimientos de insercin de relatos, formas de

    conocer cada nueva historia y variaciones en el punto de vista del narrador (Lacarra 50). La inclusin de relatos

    que los narradores han odo, visto o vivido hace nfasis en el carcter oral de todas las narraciones y en el origen

    de las mismas en la experiencia. La historia oda es un procedimiento realzado en la literatura rabe de los siglos

    VIII al XV, el cual provee cierto grado de autenticidad a travs de la cadena de transmisores (Lacarra 51, 64). La

    repeticin exagerada del recurso de hacer de la experiencia propia y ajena materia de la narracin subraya tambin

    la idea de cada personaje como una historia virtual, la de su propia vida, cada personaje como un hombre-

    relato (Todorov 171).

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve

    30http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    revista electrnica de teora de la ficcin breve

    Otros gneros que sirven de hipotexto a El carrusel son el relato de espionaje y el relato policiaco.

    Las convenciones de estos dos gneros que se retoman ldicamente en el cuento de Riberyro son: la existencia

    de crmenes o delitos, el nfasis en el proceso analtico para resolverlos, el misterio con el que se presentan los

    eventos, la atmsfera de clandestinidad que los envuelve, la ubicacin temporal de las historias y el carcter ldico

    del acertijo (Narcejac 51, 69). La mayora de las historias se ubica en el Siglo XX, en el periodo de entreguerras,

    durante la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra del Vietnam. Se actualizan tambin las convenciones de

    los relatos de espionaje en el lxico usado para describir algunos eventos, en el tono de clandestinidad de varios

    pasajes y en el suspenso que crea la narracin;6 sin embargo, estos rasgos se emplean para presentar situaciones

    extremadamente triviales, de ah el tono burlesco en el uso de la convencin.7

    En El carrusel la saturacin de convenciones de varios gneros narrativos lleva al lector a reconocer los

    mltiples niveles que constituyen la realidad del cuento, niveles provenientes de la cultura colectiva, la poca

    histrica o de las sedimentaciones profundas de la especie (Calvino 347). Este cuestionamiento sobre los niveles

    de realidad remiten a la idea borgeana, sintetizada en Pierre Menard, autor del Quijote, de la escritura como

    reescritura y de cada nuevo texto como resultado de la lectura de otros, a los cuales se les transforma por la nueva

    red intertextual desde la que se leen. Como afirma Borges, una literatura difiere de otra, ulterior o anterior,

    menos por el texto que por la manera de ser leda (218).

    En El carrusel el uso de los relatos insertados puede implicar fe en el poder persuasivo de la palabra,

    ya que estos relatos generan conductas en personajes que las escuchan (Todorov 168). El procedimiento podra

    afirmar tambin la primaca del acto mismo de narrar sobre la utilidad prctica del uso de la palabra, pues los

    relatos estn apenas relacionados unos con otros, sin utilidad aparente en la constitucin de la trama.

    El procedimiento de insercin de relatos llega a su punto culminante en la autoinsercin (Todorov),

    como afirma Borges sobre la noche seiscientas diez de Las mil y una noches: Ninguna [interpolacin] es ms

    sorprendente que la de la noche seiscientas diez, mgica entre las noches. Esta noche el rey oye, de boca de la

    reina, su propia historia. Oye la historia inicial que abarca todas las otras y que -monstruosamente- se abarca a s

    misma... Que la reina contine y el rey, inmvil, oir por siempre la historia truncada de Las mil y una noches,

    desde ahora infinita y circular (669).

    Esta autoinsercin, presente tambin en el cuento de Ribeyro, expone un rasgo fundamental de todo relato:

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve revista electrnica de teora de la ficcin breve

    31http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    su capacidad y vocacin para constituirse en enunciado de otro(s) acto(s) de enunciacin. En la dcimoquinta

    historia de El carrusel el narrador es, a su vez, oyente de todo el relato desde el comienzo, con lo cual se pone

    de relieve la imposibilidad de sealar un antes y un despus del relato o de precisar su origen, puesto que estos

    datos pierden toda importancia, lo que prima es que el relato existe como posibilidad de volver a ser contado.8

    La reaccin de la mayora de los oyentes que aparecen en este cuento simboliza la posible respuesta de cada

    oyente-lector de cuentos: crear una ficcin que parte del texto que se le ofrece, pero que se aparta del mismo

    en una direccin incierta. Como seala Peter Brooks sobre los relatos encuadrados, lo que est en escena en

    estos relatos es con menos frecuencia el mensaje de la historia que su recepcin... narrar nunca es inocente, y la

    narracin que enmarca otra permite al escritor dramatizar los resultados del contar (77).

    La exacerbacin del uso del marco narrativo ubica El carrusel dentro de la tradicin pardica del cuento

    y recuerda el valor de este procedimiento como fuente de diversin, as se aprecia en algunas de las colecciones

    de relatos ms influyentes en Occidente: Las mil y una noches, El Decamern, Canterbury Tales, los cuentos

    insertados en El Quijote, Las novelas ejemplares y Ficciones. En The Frame-Narrative and Short Fiction, Faten I.

    Morsy seala la continuidad del manejo de la narracin enmarcada en estas y en otras colecciones de relatos como

    evidencia de la creacin literaria conciente de sus propsitos de diversin y de autorreflexin y poco preocupada

    -o abiertamente desinteresada- en ser verosmil.9

    La actitud pardica de las mencionadas colecciones se aprecia al situar las mismas en el contexto literario

    y cultural en el que se produjeron. Por ejemplo, la historia que enmarca los relatos de Las mil y una noches puede

    leerse como parodia de los relatos de sabidura, de las obras de instruccin y exhortacin tradicionales en el

    mundo pre-islmico e islmico, particularmente del sira, relato lineal en torno a una figura histrica masculina

    (Morsey 50, 55); El Decamern y Canterbury Tales, que se inscriben en la modalidad de viajes de motivacin

    espiritual, privilegian lo corporal y lo material (72); Las novelas ejemplares, protagonizadas por pcaros, parodian

    la tradicin de las historias de la poca sobre hroes ejemplares.

    La situacin narrativa de la comunicacin verbal inmediata y de las historias enmarcadas es recurrente

    tambin en relatos del siglo XIX, en narraciones de Guy de Maupassant y de Honore de Balzac (77). Julio Ramn

    Ribeyro ha sealado, justamente, que en El carrusel llev al absurdo una tcnica que empleaba Maupassant

    (La caza sutil 470).10 Estas colecciones de cuentos comparten tambin la nocin de estar integradas por relatos

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve

    32http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    revista electrnica de teora de la ficcin breve

    contados oralmente, de sealar la oralidad como dimensin fundamental en el acto de narrar historias y de emplear

    el marco narrativo como generador de estas ltimas (116). El que cada relato surja como respuesta oral a otro

    relato, en un intercambio de narraciones y de experiencias similar al intercambio de mercancas de acuerdo con

    su valor de uso, acerca la concepcin sobre cuento que subyace en El carrusel a la conceptualizacin de Walter

    Benjamin sobre el narrador de cuentos de la Edad Media. Tambin afirma Benjamn que hay dos tipos arcaicos

    de este narrador oral -que se compenetran- el aprendiz vagabundo (el viajero) y el maestro sedentario, pues estn

    cargados de ancdotas tanto el que viaja a lugares remotos, como el que se queda y registra los episodios de su

    terruo.11 El carrusel se estructura sobre el tema del viaje y sobre la figura del viajero que narra lo que ha vivido,

    visto u odo, pero tambin en el cuento hay relatos de lugareos sobre eventos ocurridos en los espacios en que

    han permanecido. Cabe recordar que los libros de viajes, adems, debieron su acogida, en gran parte, a la difusin

    oral del relato de viajes (Rubio 30).

    Otro elemento que est presente tanto en el relato medieval como en el contemporneo -y es justamente

    esta continuidad lo que el cuento de Ribeyro subraya y cuestiona- es la nocin de trama y el lugar de esta ltima en

    la constitucin del cuento; no podemos vivir sin tramas, a pesar de ello nos sentimos incmodos sobre las mismas

    y nos sentimos obligados a mostrar su arbitrariedad, a parodiar sus mecanismos, mientras admitimos nuestra

    dependencia de ellas (Brooks 7). El carrusel se sita justamente en esta interseccin, aunque deja incompletas

    todas las tramas, las modalidades narrativas que convoca son altamente dependientes de las peripecias, de la

    accin y de las aventuras. Adems, en cada uno de los diecisis relatos insertados hay un marcado esfuerzo

    por crear suspenso e inters por la ancdota. En El carrusel la trama se reduce a una sugerencia que el lector

    puede usar como punto de partida para crear la historia, si prefiere tener una. El cuento infringe abiertamente la

    convencin narrativa de presentar una trama y, al hacerlo, confronta al lector con su dependencia de la misma y con

    su necesidad de orden, de clausura y de relatos previsibles, ajustados a una gramtica narrativa preestablecida.12

    El carrusel -como Continuidad de los parques y Rayuela, de Julio Cortzar, Si una noche de invierno un

    viajero, de Italo Calvino y S/Z, de Roland Barthes- propone una abierta discusin sobre las formas convencionales

    de lectura y sobre el placer que deviene del acto de leer: la forma ms limitada de placer tiene lugar en aquellas

    obras que se acomodan a la tradicin, sin subvertir ninguna de sus normas. El goce, en cambio, aparece asociado

    a la lectura de aquellos textos que desafan los presupuestos histricos, culturales y sicolgicos del lector (Juan-

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve revista electrnica de teora de la ficcin breve

    33http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    Navarro 242). En el cuento de Ribeyro se discuten estas modalidades de lectura pero, a diferencia de Rayuela,

    no se toma partido abiertamente por ninguna de ellas. El carrusel no muestra inters en defender una de las dos

    posiciones, sino en retomar ldicamente la polmica y las implicaciones prcticas y tericas de la misma para el

    gnero cuento. Parte de esta polmica son el uso del relato como medio de entretenimiento y la necesidad de la

    trama para cumplir con este papel.

    En El carrusel cada relato parece tomado de una obra y gnero diferente, el relato insta al lector a

    relacionar los textos entre s y a completar los vacos que quedan de esta asociacin aparentemente arbitraria,

    hecho que implica una disolucin de las fronteras entre autor y lector. En cuanto a estructura y a elementos de

    la fbula presentes en la narracin marco, El carrusel se asemeja a En el laberinto (1959), de Robbe-Grillet.

    En esta novela un soldado, que puede ser una figura en una fotografa o en un grabado, deambula por una ciudad

    desconocida; en la narracin es incierto incluso si los eventos relatados tienen lugar o no. Al final de la novela, un

    mdico identifica al soldado muerto y la historia empieza de nuevo en el lugar donde comenz. En el laberinto

    revela la naturaleza de los elementos invisibles que el lector va buscando inconcientemente a medida que lee

    (Douglas 193). El carrusel puede leerse como una parodia tambin del virtuosismo tcnico de la novela nueva

    francesa, el cual le pareca a Ribeyro absurdamente afectado y vacuo, como dira en 1978:

    El tiempo del nouveau roman ya pas en Francia, pero seguimos en el tiempo de la novela nueva,

    es decir, de la novela del vaco. [] De un tiempo a esta parte las novelas francesas son escritas por

    profesores y para profesores. El novelista francs actual es un seor que no tiene nada que decir sobre el

    mundo, pero s mucho sobre la novela. Parece que se estuviera retornando a un nuevo periodo de literatura

    alejandrina: un virtuosismo y un savoir faire incomparables, pero que son reducidos a la inanidad por

    una carencia total de sustancia, de energa, de eidos, que Platn reverencia como signo de la c r e a c i n .

    (1995, 218)

    Tambin Ribeyro ve en el excesivo despliegue de la cita erudita un probable rasgo de la literatura aptrida:

    Leyendo la novela de Carpentier El recurso del mtodo [] me doy cuenta de uno de los peligros que acechan

    a los escritores ausentes muchos aos de su pas: el hacer una literatura aptrida, inspirada en los libros y no en la

    vida. Por lo que hasta ahora he ledo, la novela es un bazar de nombres propios y de referencias eruditas. (1995,

    18)

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve

    34http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    revista electrnica de teora de la ficcin breve

    El papel de la cita, la importancia de la ancdota y el carcter rizomtico de la escritura (Sassn-Henry) se

    mantienen y se explotan en la narrativa contempornea, en algunos casos a travs de procedimientos narrativos

    como los exhibidos en El carrusel, el uso de relatos insertados y de historias incompletas. As se puede ver, por

    ejemplo, en la entrega seriada de relatos fragmentados, en la creacin de secuencias de un relato que se populariza

    o en la segmentacin y dispersin del texto que se logra en los hipertextos: El hipertexto fragmenta, dispersa

    o atomiza el texto de dos maneras relacionadas... se liberan los pasajes individuales de un principio de orden -

    secuencia- y se amenaza con transformar el texto en caos... el hipertexto destruye la nocin de un texto unitario

    fijo (Landow 64).

    No son pocas las narraciones de autores latinoamericanos que abordan las posibilidades de la hiperficcin.

    Entre estas figuran la obra de Jorge Luis Borges, La invencin de Morel (1940) de Adolfo Bioy Casares, Rayuela

    (1963) de Julio Cortzar, Condiciones extremas (1996) novela hipervirtual de Juan B. Gutirrez (Pajares 88),

    Donde van a morir los elefantes (1995) de Jos Donoso, La piel y la mscara (1996) de Jess Daz, La ciudad

    ausente (1992) de Ricardo Piglia, El sueo (1998) de Csar Aira y La ley del amor (1995) de Laura Esquivel. El

    consumo de estos textos supone imaginar figuras labernticas, descentradas, inconclusas, ambiguas, caticas,

    delirantes, diferentes (Carrera 75).

    En el hipertexto el lector desarrolla su propio argumento a partir de la azarosa vinculacin de fragmentos

    (Calvo Redilla 6). As mismo, en El carrusel el lector est obligado a crear el(los) argumento(s), si necesita

    del(los) mismo(s), aunque en el cuento hayan desaparecido las nociones de argumento y de totalidad. Los

    fragmentos que constituyen el relato, la apertura del texto, las numerosas posibilidades de entrada al mismo, el

    plagio que anuncia la copia de rasgos convencionales de diversos gneros, acercan El carrusel al ideal de

    textualidad que describe Barthes en S/Z y que coincide con el hipertexto: un texto compuesto por bloques de

    palabras conectados en mltiples trayectos, en el que numerosas redes actan entre s sin que ninguna se imponga

    a las dems; este texto es una galaxia de significantes y no una estructura de significados; no tiene principio, pero

    s diversas vas de acceso, sin que ninguna de ellas pueda calificarse como principal.

    El carrusel pone de relieve que, como en los hipertextos, el texto literario es un compendio de

    referencias a otros textos y frases, es un nodo dentro de una red. El cuento de Ribeyro muestra la pertinencia de

    sealamientos hechos por especialistas en hipertexto y en teora cultural, segn los cuales deben abandonarse los

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve revista electrnica de teora de la ficcin breve

    35http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    sistemas conceptuales basados en nociones como centro, margen, jerarqua y finalidad y sustituirlos por otras de

    multilinealidad, nodos, nexos y redes (Landow 14).

    Foucault, Derrida, Deleuze y Guatari entienden el texto como un universo de letras que coincide, en

    horizontes y limitaciones, con el hipertexto que ha desarrollado la informacin virtual (Soler 64). Tambin

    Bakhtin, en sus planteamientos sobre la polifona, acerca el texto literario a una ficcin hipertextual en la que las

    voces individuales se asemejan a las lexias, sin permitir la existencia de una voz nica y tirnica, ms bien, la voz

    siempre es la que emana de la experiencia combinada del enfoque del momento, de la lexia que uno est leyendo

    y de la narrativa en perpetua formacin segn el propio trayecto de lectura (Landow 23).

    La falta de causalidad entre los fragmentos que constituyen El carrusel, el elevado nmero de estos

    fragmentos y la profusin de detalles en cada uno invitan a pensar como sucede con el hipertexto- en las posibilidades

    reales de relatar el cuento, de convertir el enunciado en enunciado de otro acto de enunciacin. Estn en duda

    el intento de reestablecer todo lo ocurrido y la capacidad de la memoria para hacerlo. Los cuestionamientos que

    se derivan de El carrusel, ataen a la naturaleza misma de la ficcin. El uso exacerbado de la estructura de los

    relatos encuadrados tiene el efecto de interrumpir y complicar el horizonte ontolgico de la ficcin, multiplicando

    sus mundos y exhibiendo el proceso de construccin de tal mundo ficcional (McHale 112). Estas ficciones en

    abismo (mise-en-abyme), que se dan en todos los gneros y pocas, pero que son explotadas con insistencia en

    la escritura posmoderna, cumplen la funcin de dislocar las jerarquas de la lgica narrativa y, con ello, socavar

    la estructura ontolgica de la misma (McHale 125). En El carrusel estn presentes estos y otros elementos

    ampliamente usados por la narrativa posmoderna para cuestionar la categora ontolgica del relato, entre ellos el

    uso del pastiche, la parodia al relato de detectives y la paranoia, entendida esta ltima como la amenaza de tener

    la existencia trazada por hilos invisibles y omnipresentes que roban la autonoma del individuo (Sim 118). En

    el cuento de Ribeyro esta sensacin se desprende de la suerte que corre el primer narrador de la historia, quien a

    travs del inexplicable proceso del relato termina siempre gravemente herido, sin escapatoria posible, condenado

    a repetir su suerte cada vez que se retoma la narracin.

    El carrusel muestra la permanencia en modalidades narrativas muy contemporneas, tales como los

    hipertextos, de relatos tan tradicionales como los cuentos antiguos de origen hind y rabe y los libros de viajes

    medievales. A travs del pastiche, el cuento de Ribeyro establece una ambiciosa sntesis diacrnica de modalidades

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve

    36http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    revista electrnica de teora de la ficcin breve

    narrativas paradigmticas en la cuentstica de Occidente y, al hacerlo, invita a una profunda reflexin sobre

    tradicin, oralidad, dinamismo, popularidad y permanencia del gnero cuento a travs de los tiempos.

    CITAS

    1 Algunas acusaciones a la obra de Riberyro han sido el apartarse de lo propio del Per y de Latinoamrica

    (entendiendo por ello lo pintoresco, lo curioso y extico) la falta de humor y el apego a modelos narrativos

    decimonnicos. El carrusel puede leerse como una respuesta ldica a estos sealamientos.

    2 Ribeyro tena planeado escribir una serie de cuentos tan experimentales como El carrusel.

    Despus de publicar el tercer volumen de La palabra del mudo comienzos del 77, s u p o n g o -

    pensar seriamente en Conmutaciones. Serie de cuentos puramente experimentales, aplicando en cada uno una

    tcnica diferente, muchas veces indita. Algunos estn ya pensados: en Claro de luna aplicar al relato el

    tempo de la sonata de Beethoven en sus tres movimientos; en Caja de cambios relatar el cuento en cuatro

    velocidades sucesivas y una marcha atrs; Mueca rusa es el cuento metido dentro de otro cuento, mediante

    el sistema de parntesis, guiones y corchetes, que se abren y se cierran, dejando al centro el ms breve y

    slido de los relatos; Engaste es el texto conocido (fragmento de un clsico o crnica histrica) enmarcado

    en un relato imaginario que modifica su sentido; Anamorfismo es ms bien un ensayo tipogrfico, texto

    que slo se puede leer gracias a un espejo; para Bola de nieve releer algunos cuentos de Buzzati,

    en el que existe en embrin esta tcnica; finalmente Fuga a cuatro voces, el ms complicado, son las

    cuatro historias ms una receta de cocina- que surgen mientras un nio le cuenta a su mam la pelcula que

    ha visto esa tarde. Ver tambin la posibilidad de exacerbar lo no dicho, algo as como Henry James + Henry

    Moore, un relato en el cual el silencio sea tan importante como la voz, as como en las esculturas del

    autor citado no son las formas slidas sino el espacio que las separa lo que le da sentido a la obra. (La

    tentacin del fracaso III. Diario personal, 92)

    3 Las novelas de Ribeyro, Cambio de guardia y Los geniecillos dominicales construyen una realidad

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve revista electrnica de teora de la ficcin breve

    37http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    caracterizada por los motivos del azar, el imposible acceso a la verdad y la imbricada red de relaciones humanas

    (Schwalb 112). Esta misma nocin de realidad, aunque llevada al extremo, es la que se exhibe en El carrusel

    4 Jess Rodero ve en este rasgo de El carrusel una evidencia de presencia de lo fantstico en el relato

    (149).

    5 Las dificultades que sufre el viajero se ponen de manifiesto por el sentido etimolgico de la palabra

    viaje, que en ingls (travel) procede de la palabra trabajo en francs (travail). Semnticamente, la relacin

    existe tambin en el uso que de ambas palabras hacen los textos de literatura espaola de los Siglos de Oro, donde

    el sustantivo trabajo y el verbo trabajar se hacen sinnimos de esfuerzo, congoja, sufrimiento, penalidad,

    esforzarse, sufrir; y donde el viaje se concibe como una experiencia trabajosa, suma de sufrimientos que

    conducen a la superacin de uno mismo (Herrero Massari 142).

    6 Romn Gubern define el suspenso en la novela criminal como producto de la informacin escamoteada

    al lector y dosificada sabiamente en la progresin del relato (13).

    7 Muchos de los procedimientos textuales empleados en El carrusel para llevar a cabo la imitacin

    pardica estn presentes en la novela latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX, como lo seala Elzbieta

    Sklodowska.

    8 Seala Todorov que As la historia que se est contando se convierte siempre en una historia contada en

    la que la nueva historia se refleja y encuentra su propia imagen. Por otra parte, todo relato debe crear nuevos relatos

    dentro de s mismo para que los personajes puedan vivir; y fuera de s mismo para integrar as el suplemento que

    comporta inevitablemente (176, 186).

    9 Desde luego, insiste Morsey, hay muchas ms colecciones de cuentos que corroboraran estas afirmaciones,

    por ejemplo el uso de los cuentos enmarcados para entretener -como se da en Las mil y una noches- puede

    apreciarse en Los 120 das de Gomorra, del Marques de Sade, como ha sealado Roland Barthes (8).

    10 Ribeyro se refiere tambin a la tcnica de la estructura circular del relato, presente en Le chiendent, de

    Raymond Queneau y en Pantalen y las visitadoras, de Mario Vargas Llosa (La caza sutil 115).

    11 Un aspecto ms que problematiza El carrusel es la libertad interpretativa que el cuento ofrece al oyente/

    lector. Como en los relatos orales de la Edad Media, en este cuento los oyentes/lectores no reciben interpretacin

    sicolgica alguna sobre los acontecimientos, esta no se entrega completamente, guarda recogidas sus fuerzas y

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve

    38http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    revista electrnica de teora de la ficcin breve

    es capaz de desarrollarse luego de mucho tiempo (Benjamin 194).

    12 Vargas Llosa recuerda que la ancdota ha sido desdeada como razn central por la que se lee, pues se ha

    estigmatizado como producto del inters simple y facilista que despierta la literatura de consumo masivo. El autor

    se refiere a este fenmeno en la narrativa latinoamericana: [Hacia los aos sesentas y setentas] muchos novelistas

    parecieron resignarse a que el cine, la televisin y la subliteratura monopolizaran las grandes pasiones, los destinos

    extraordinarios, la accin. Proclamaron que la nica aventura lcita en el campo de la creacin literaria era

    la del lenguaje y, encerrados bajo cuatro llaves, se dedicaron a inventar formas, a experimentar con el tiempo, a

    pulverizar la gramtica (4).

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve revista electrnica de teora de la ficcin breve

    39http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    BIBLIOGRAFIA

    Berthier, Philippe y otros. La mirada de Orfeo. Los mitos literarios de Occidente. Barcelona: Paids,

    2002.

    Benjamn, Walter. Sobre el programa de la filosofa futura. Caracas: Monte Avila, 1990.

    Borges, Jorge Luis. Obras completas. Buenos Aires: Emec, 1974.

    Books, Peter. Psychoanalysis and Storytelling. Blackwell Publishers, 1994.

    Bryce Echenique (ed.) Ribeyro, Julio Ramn. Cuentos completos. Alfaguara, 1994.

    Calvino, Italo. Punto y aparte. Barcelona: Tusquets, 1995.

    Calvo Revilla, Ana. Lenguaje y escritura en el hipertexto. Espculo 22 (02), 2002: 1-10.

    Carrera, Liduvina. La metavirtualidad ficcional, Revista de Literatura Hispanoamericana 40 (06), 2000: 61-

    77.

    Cobo Borda, Juan Gustavo. Premio Juan Rulfo. Una dcada. Antologa. Mxico: Universidad de

    Guadalajara. Fondo de Cultura Economica, 2000.

    Douglas, Yellowlees. Cmo parar esto? Final e indeterminacin en las narraciones interactivas, Landow,

    George P (Ed.) Teora del hipertexto. Barcelona: Paids, 1997. 180-220.

    Elmore, Meter. El perfil de la palabra. La obra de Julio Ramn Ribeyro. Mxico: Fondo de C u l t u r a

    Econmica, Per: Pontificia Universidad Catlica del Per, 2000.

    Genette, Gerard. Palimsestos. La literatura en segundo grado. Trad. Celia Fernndez Prieto. M a d r i d :

    Taurus, 1989.

    Gubern, Roman (Ed.) La novela criminal. Barcelona: Tusquets, 1970.

    Gutirrez, Miguel. Ribeyro en dos ensayos. Lima: San Marcos, 1999.

    Herrero Massari, Jos Manuel. Libros de viajes de los siglos XVI y XVII en Espaa y Portugal. Lecturas y

    Lectores. Madrid: Fundacin Universitaria Espaola, 1999.

    Juan-Navarro, Santiago. 79 o 99/ Modelos para desarmar: claves para una lectura morelliana de

    Continuidad en los parques de Julio Cortzar. Hispanic Journal 13(2), 1992: 241-249.

    Lacarra, Mara Jess. Cuentstica medieval en Espaa: los orgenes. Zaragoza: Universidad de Z a r a g o z a ,

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve

    40http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    revista electrnica de teora de la ficcin breve

    1979.

    Landow, Geroge P. Hipertext 2.0, London: John Jopkins UP, 1997.

    McHale, Brian. Postmodernist Fiction. London / New York: Roudledge, 1987.

    Mrquez, Ismael y Csar Ferreira (eds.) Asedios a Julio Ramn Ribeyro. Per: Pontificia Universidad Catlica

    del Per, 1996.

    Martnez, Juana. Informe sobre el cuento peruano de finales del siglo (1970-2000). El cuento en red 4,

    Otoo 2001, 1-28.

    Mrquez, Ismael y Csar Ferreira (eds.) Asedios a Julio Ramn Ribeyro. Per: Pontificia Universidad Catlica

    del Per, 1996.

    Minardi, Giovanna. La cuentstica de Julio Ramn Ribeyro. Per: La Casa de Cartn / Banco Central de

    Reserva del Per, 2002.

    Morsey, Faten I. The Frame - Narrative and Short Fiction: A Continuum from One Thousand and One Nights

    to Borges. Doctoral Dissertation. University of Essex, 1989.

    Narcejac, Thomas, en Gubern, Roman (Ed.) La novela criminal. Barcelona: Tusquets, 1970. 51-80.

    Navascus, Javier de. Los refugios de la memoria. Un estudio espacial sobre Julio Ramn R i b e y r o .

    Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert, 2004.

    Nio de Guzmn, Guillermo. Ribeyro ataca de nuevo. Tenorio Requejo, Nstor. Julio Ramn Ribeyro: El

    rumor de la vida. Lima: Arteida Editores, 1996, 243-246.

    Ortega, Julio. Los cuentos de Ribeyro. Cuadernos Hispanomericanos 417 (1985): 128-145.

    Oviedo, Jos Miguel. Algunas reflexiones sobre el cuento y su proceso en Hispanoamrica. Foro

    hispnico 11 (1997): 41-53.

    Oviedo, Jos Miguel. La leccin de Ribeyro. Quimera 37 (1984): 58-59.

    Pajares, Susana. Hiperficciones. Revista de literatura hispanoamericana 39 (12), 1999: 77- 93.

    Prez Priego, Miguel Angel. Estudio literario de los libros de viajes medievales. Epos 10 (1984): 17-

    239.

    Regales Serna, Antonio. Para una crtica de la categora literatura de viajes. Boletn del Departamento

    de Literatura Espaola. Valladolid: Universidad de Valladolid. 5 (1983): 63-85.

  • revista electrnica de teora de la ficcin breve revista electrnica de teora de la ficcin breve

    41http://cuentoenred.xoc.uam.mx Derechos Reservados

    Rennie, Neil. Far-Fetched Facts. The Literatura of Travel and the Idea of The South Seas. New York:

    Oxford, 1995.

    Ribeyro, Julio Ramn. Cuentos completos. Alfaguara, 1994.

    Ribeyro, Julio Ramn. La caza sutil. Lima: Milla Batres, 1975.

    Ribeyro, Julio Ramn. La tentacin del fracaso II. Diario personal. Lima: Jaime Campodnico, 1995.

    Ribeyro, Julio Ramn. La tentacin del fracaso III. Diario personal. Lima: Jaime Campodnico, 1995.

    Rodero, Jess. Los mrgenes de la realidad en los cuentos de Julio Ramn Ribeyro. New Orleans: UP

    of the South, 1999.

    Rubio Tovar, Joaqun. Los libros espaoles de viajes medievales. Madrid: Taurus, 1986.

    Sassn-Henry, Perla. Borges and his Legacy in Hyperfiction: A Study through the lenses of Deleuze and

    Guattaris Rhizome Theory. MACLAS XVIII (2004): 148-156.

    Schwalb, Carlos. La narrativa totalizadora de Jos Mara Arguedas, Julio Ramn Ribeyro y Mario Vargas

    Llosa. New York: Peter Lang, 2001.

    Serrochi Carreo, Augusto. El laberinto y la literatura Signos 31(43-44), 1998: 113-24.

    Sklodowska, Elzbieta. La parodia en la nueva novela hispanoamericana. Purdue University Monographs.

    msterdam/Philadelphia: John Benjamins, 1991. 171.

    Sim, Stuart. The Routledge Companion to Postmodernism. London / New York: Routledge, 2001.

    Soler, Carlos. Teora literaria y tecnologa virtual: Anlisis del hipertexto. Cuadernos Cervantes de la lengua

    espaola 9 (45), 2003: 62-67.

    Todorov, Tzvetan. Gramtica del Decamern. Madrid: Taller de Ediciones Josefina Betancor, 1973.

    Vargas Llosa, Mario. El nuevo rumbo de la novela de hoy: el gran arte de la parodia. Ecuador: Casa de la

    Cultura, 1987. Zavala, Lauro. Teoras del cuento IV. Cuentos sobre el cuento. Mxico: UNAM, 1998.