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-26- OPINIÓN Martes 6 de febrero del 2018 El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. LAS EXPECTATIVAS DE CRECIMIENTO PARA EL 2018 La economía peruana bajo estrés político A unque la palabra ‘estrés’ nos viene del inglés ‘stress’, esta se origina en el verbo latino ‘stringere’ (apretar, restringir, atar fuertemente). Sin duda alguna, es el estrés político lo que hoy res- tringe la economía y le impide desplegar su potencial de crecimiento. En 1977 el ahora presidente Pedro Pablo Kuczynski escribió el libro “Peruvian Demo- cracy under Economic Stress” (“Democra- cia peruana bajo presión económica”) que inspira el título de este artículo. Allí cubre experiencias durante el primer gobierno de Fernando Belaunde (1963-1968). Belaun- de tuvo que enfrentar no solo un Congreso hostil, sino además la enorme dificultad de tener que lidiar con un entorno económico desastroso: una economía insolvente, sin dinero para honrar sus obligaciones, un sis- tema financiero en pánico, pérdida de im- portante ayuda por parte de Estados Unidos a causa de la controversia con la Internatio- nal Petroleum Company, y un país a merced de las recetas de ajuste exigidas por el Fondo Monetario Internacional. Hoy en cambio el Perú enfrenta una si- tuación internacional muy favorable a la que se suma la fortaleza envidiable de sus fundamentos económicos. Pero el contexto político que surgió en las últimas elecciones generales ha derivado en un conflicto per- manente que impide que el Perú crezca es- pectacularmente. El conflicto es agravado por un presidente que no entendió que su primera y difícil tarea era la de labrar algún acuerdo de gobernabilidad con una oposi- ción abrumadora, herida después de perder la presidencia por unos cuantos votos. Luego del pésimo desempeño en la pri- mera mitad del año pasado, la economía em- pezó a recuperarse en el segundo semestre. Mes a mes mostró cifras en aumento gracias a la fuerte y sincronizada recuperación en las economías avanzadas y las de los países emergentes. Ello impulsó una mejora en el ánimo de empresarios y consumidores. Pero el lastre político reapareció en noviembre y diciembre para deprimir nuevamente el en- “Existen fundadas dudas respecto de la posibilidad de que la situación política permita un gran aumento en la inversión privada”. mente planeó el Gobierno. El Perú tiene todas las condiciones nece- sarias para crecer 6%, pero ello no es sufi- ciente; la esfera política tiene que proveerle al país aquel ingrediente de funcionalidad que falta desesperadamente. La realidad que hoy enfrenta la economía es cruelmente simple: o la clase política le permite al Perú crecer o tendremos otro año de crecimiento magro con consecuencias sociales y políticas impredecibles. ILUSTRACIÓN: ROLANDO PINILLOS Presidente del Instituto Peruano de Economía (IPE) ROBERTO Abusada Salah tusiasmo y el crecimiento. El último trimes- tre del año pasado mostrará un resultado magro, y de esta manera el crecimiento del 2017 (que se anunciará a mediados de este mes) será seguramente de apenas 2,4%. Con ello serán cuatro años en que, debido a ese bajo crecimiento, la pobreza y el subempleo se habrán asentado en un intolerable nivel. En este año todas las esperanzas de un mejor crecimiento económico se cifran en que la inversión pública y privada no sufran el embate de un incendio político. El propio Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha advertido ante distintas audiencias que demoras en los trabajos de reconstrucción y en las obras para los Juegos Panamericanos restarían más de un punto a su estimado de crecimiento de 4%. Consciente de ello, el MEF ha liberado cerca de 7.000 millones de soles para esos fines. Pero ese esfuerzo no es suficiente. Las obras se tienen que llevar a cabo y eso depende de numerosas entidades públicas y la posibilidad de que las decenas de grandes constructoras cuestionadas pue- dan trabajar con normalidad. Algo aun más difícil de predecir es el com- portamiento de la inversión privada. En el primer semestre del año pasado cayó fuer- temente, para luego recuperarse vigorosa- mente, con lo cual esta cifra de crecimiento quedó en casi cero, y por lo tanto la contribu- ción de la inversión al crecimiento del 2017 fue nula. La inversión privada es altamente sensi- ble a lo que sucede en el ámbito político. Hace más de un mes y medio el Banco Central de Reserva (BCR) predijo que la inversión pri- vada daría un salto en el 2018 y que crecería 6,5%. No tenemos aún un nuevo estimado del BCR, pero la mayoría de analistas econó- micos ahora prevé que en ausencia de un mi- lagro político, el crecimiento de la inversión privada será de solo 3%. Esto resultará en una contribución mucho menor de esa inver- sión al crecimiento de la economía este año. Esa es la razón principal que explica por qué los dos principales bancos del país han rebajado recién iniciado el año sus esti- mados de crecimiento económico de 4% a 3,5%. Existen fundadas dudas respecto de la posibilidad de que la situación política permita que las expectativas empresariales se eleven lo suficiente como para posibilitar un gran aumento en la inversión privada. Persiste igualmente la incertidumbre de que la inversión pública (incluida la recons- trucción) pueda acelerarse como original-

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-26- OPINIÓN Martes 6 de febrero del 2018

El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y refl exiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las fi rman, aunque siempre las respeta.

LAS EXPECTATIVAS DE CRECIMIENTO PARA EL 2018

LAS POSIBILIDADES POLÍTICAS DEL HIJO MENOR DE ALBERTO FUJIMORI

La economía peruana bajo estrés político

¿Kenji se come el centro?

Periodista

JUAN CARLOSTafur

A unque la palabra ‘estrés’ nos viene del inglés ‘stress’, esta se origina en el verbo latino ‘stringere’ (apretar, restringir, atar fuertemente). Sin duda

alguna, es el estrés político lo que hoy res-tringe la economía y le impide desplegar su potencial de crecimiento.

En 1977 el ahora presidente Pedro Pablo Kuczynski escribió el libro “Peruvian Demo-cracy under Economic Stress” (“Democra-cia peruana bajo presión económica”) que inspira el título de este artículo. Allí cubre experiencias durante el primer gobierno de Fernando Belaunde (1963-1968). Belaun-de tuvo que enfrentar no solo un Congreso hostil, sino además la enorme difi cultad de tener que lidiar con un entorno económico desastroso: una economía insolvente, sin dinero para honrar sus obligaciones, un sis-tema financiero en pánico, pérdida de im-portante ayuda por parte de Estados Unidos a causa de la controversia con la Internatio-nal Petroleum Company, y un país a merced de las recetas de ajuste exigidas por el Fondo Monetario Internacional.

Hoy en cambio el Perú enfrenta una si-tuación internacional muy favorable a la que se suma la fortaleza envidiable de sus fundamentos económicos. Pero el contexto político que surgió en las últimas elecciones generales ha derivado en un confl icto per-manente que impide que el Perú crezca es-pectacularmente. El confl icto es agravado por un presidente que no entendió que su primera y difícil tarea era la de labrar algún acuerdo de gobernabilidad con una oposi-ción abrumadora, herida después de perder la presidencia por unos cuantos votos.

Luego del pésimo desempeño en la pri-mera mitad del año pasado, la economía em-pezó a recuperarse en el segundo semestre. Mes a mes mostró cifras en aumento gracias a la fuerte y sincronizada recuperación en las economías avanzadas y las de los países emergentes. Ello impulsó una mejora en el ánimo de empresarios y consumidores. Pero el lastre político reapareció en noviembre y diciembre para deprimir nuevamente el en-

Si Kenji Fujimori madura su proyec-to político y cuaja alguna agrupa-ción partidaria –propia o presta-da– se puede comer el centro. No solo recuperaría el eje histórico

del fujimorismo, sino que aprovecharía la parsimonia con la que actualmente se mue-ven los ocupantes de ese sector del espectro político.

De hecho, cosechará buena parte del electorado fujimorista, que no comulga con la conversión derechista que Keiko Fujimori le ha impreso a Fuerza Popular, lo que, de paso, le ha costado las últimas dos eleccio-nes presidenciales.

“Existen fundadas dudas respecto de la posibilidad de que la situación política permita un gran aumento en la inversión privada”.

mente planeó el Gobierno. El Perú tiene todas las condiciones nece-

sarias para crecer 6%, pero ello no es sufi-ciente; la esfera política tiene que proveerle al país aquel ingrediente de funcionalidad que falta desesperadamente. La realidad que hoy enfrenta la economía es cruelmente simple: o la clase política le permite al Perú crecer o tendremos otro año de crecimiento magro con consecuencias sociales y políticas impredecibles.

Por cierto, la crisis de Fuerza Popular y los disidentes revela hasta el momento que Kei-ko ha logrado construir partido más allá del patrimonio de origen heredado de su padre. Alberto Fujimori no explica lo que es Fuerza Popular. El albertismo es una facción hoy re-nunciante, pero minoritaria. La mayoría de integrantes de Fuerza Popular es más leal a Keiko que a Alberto.

Keiko Fujimori ha ganado la batalla del presente. Pero puede perder la del futuro si Kenji plasma en una organización partidaria lo que hoy revelan las encuestas: que la suya es una participación política capaz de des-pertar mayor entusiasmo en la ciudadanía que la que habitualmente genera un lideraz-go agrio como el de Keiko.

Kenji Fujimori podría tener mejor perfor-mance electoral que su hermana. Recoge el espacio centrista que el fujimorismo repre-senta para los sectores populares. Hay que recordar siempre que el fujimorismo es per-cibido de derecha solo por los sectores altos,

debido a su manejo macroeconómico, pero para el resto pesa más el recuerdo de sus po-líticas sociales o, inclusive, algunas políticas que hoy serían consideradas progresistas. El combo fujimorista es de centro y esa es la razón de la perdurabilidad de su recuerdo. Fue una centroderecha populista.

Es curioso, pero Kenji reivindica más que su hermana los 90, además ha sido el pro-motor directo del indulto, pero por esas ex-trañas circunstancias de la política peruana, ha logrado que el antifujimorismo se centre en ella y no en él. Por el contrario, es recibido con cierta consideración en predios que a Keiko Fujimori no le perdonan nada.

Hay muchas variables todavía en el fu-turo político inmediato, que podrían mover la perspectiva de ambos personajes. Lo que diga Barata y cuánto implique a Keiko Fuji-mori. Lo que diga la Corte Interamericana de Derechos Humanos: si revierte el indulto, será una derrota para Kenji. Lo que ocurra con PPK: si es vacado, será una pérdida para

Kenji y un triunfo para su hermana. Lo que pase en las elecciones para la nueva Mesa Directiva del Congreso. Lo que suceda en las elecciones municipales y regionales (si Ken-ji auspicia a algún candidato y cómo queda este versus el candidato formal de Fuerza Popular).

Han cometido un error quienes creían que la bronca entre Keiko y Kenji era un montaje diseñado por Alberto Fujimori solo para pro-vocar un indulto o que lo único que buscaba era generar turbamulta mediática para, a la postre, unifi car ambas variantes. El mismo error cometerían ahora si creen que la agen-da de Kenji Fujimori se agotó en el indulto al padre.

La del estribo: Peliculón “The Post”. Na-rra cómo el “Washington Post” se enfrentó al gobierno de Nixon al publicar los papeles del Pentágono que contenían secretos mili-tares de la guerra de Vietnam. Los colegas o los estudiantes de periodismo deberían verla antes que nadie.

ILUSTRACIÓN: ROLANDO PINILLOS

Presidente del Instituto Peruano de Economía (IPE)

ROBERTO Abusada Salah

tusiasmo y el crecimiento. El último trimes-tre del año pasado mostrará un resultado magro, y de esta manera el crecimiento del 2017 (que se anunciará a mediados de este mes) será seguramente de apenas 2,4%. Con ello serán cuatro años en que, debido a ese bajo crecimiento, la pobreza y el subempleo se habrán asentado en un intolerable nivel.

En este año todas las esperanzas de un mejor crecimiento económico se cifran en que la inversión pública y privada no sufran el embate de un incendio político. El propio Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha advertido ante distintas audiencias que demoras en los trabajos de reconstrucción y en las obras para los Juegos Panamericanos restarían más de un punto a su estimado de crecimiento de 4%. Consciente de ello, el MEF ha liberado cerca de 7.000 millones de soles para esos fi nes. Pero ese esfuerzo no es suficiente. Las obras se tienen que llevar a cabo y eso depende de numerosas entidades públicas y la posibilidad de que las decenas de grandes constructoras cuestionadas pue-dan trabajar con normalidad.

Algo aun más difícil de predecir es el com-portamiento de la inversión privada. En el primer semestre del año pasado cayó fuer-temente, para luego recuperarse vigorosa-mente, con lo cual esta cifra de crecimiento quedó en casi cero, y por lo tanto la contribu-ción de la inversión al crecimiento del 2017 fue nula.

La inversión privada es altamente sensi-ble a lo que sucede en el ámbito político. Hace más de un mes y medio el Banco Central de Reserva (BCR) predijo que la inversión pri-vada daría un salto en el 2018 y que crecería 6,5%. No tenemos aún un nuevo estimado del BCR, pero la mayoría de analistas econó-micos ahora prevé que en ausencia de un mi-lagro político, el crecimiento de la inversión privada será de solo 3%. Esto resultará en una contribución mucho menor de esa inver-sión al crecimiento de la economía este año.

Esa es la razón principal que explica por qué los dos principales bancos del país han rebajado recién iniciado el año sus esti-mados de crecimiento económico de 4% a 3,5%. Existen fundadas dudas respecto de la posibilidad de que la situación política permita que las expectativas empresariales se eleven lo sufi ciente como para posibilitar un gran aumento en la inversión privada. Persiste igualmente la incertidumbre de que la inversión pública (incluida la recons-trucción) pueda acelerarse como original-