El contexto y la significación en el diálogo artístico

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Ponencia de la Agencia de Investigación Artística

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La Universidad Autónoma de la Ciudad de México invita al

5to. Encuentro de Estudiantes de Arte y patrimonio Cultural

Relaciones entre la Cultura y lo Político

Mesas Espacios de rebeldía social: desbordamientos de lo político en el arte • La apropiación política y la producción social de los espacios públicos • Industrias creativas. Realidades y retos • Empresas culturales (MiPyMes culturales). Entre lo económico y lo cultural • Performance y arte acción en las esferas de lo político, social y cultural • La apropiación política y la producción social de los espacios públicos • Autogestión y colaboración para la producción de proyectos artísticos estudiantiles. Proyecto expositivo

Lunes 8 de noviembre 2010

UACM. Plantel Centro Histórico

Fray Servando Teresa de Mier 99 Col. Centro. C.P. 06080. Del. Cuauhtémoc

Martes 9 de noviembre 2010

UNAM. MUAC. Museo Universitario de Arte Contemporáneo

Insurgentes Sur 3000. Centro Cultural Universitario C.P. 04510 Del. Coyoacán

Miércoles 10 de noviembre 2010

UACM. Plantel San Lorenzo Tezonco Prol. San Isidro 151 Col. San Lorenzo Tezonco. C.P. 09790 Del. Iztapalapa

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El contexto y la significación en el diálogo artístico

Ponentes: Natalia Calderón y Mónica Hernández Rejón

La producción artística contemporánea suele ser considerada como

un ente homogéneo que rompe con las producciones que la

anteceden y opera como reflejo o resultado de un momento

histórico específico. Estas concepciones, son generadas

particularmente desde aquellas perspectivas que abordan la historia

del arte como un proceso lineal en progresión y traen consigo

problemas fundamentales para el desarrollo y difusión de la

producción contemporánea.

Es por ello que, como agentes de producción y discusión del

arte, nos interesa cuestionar aquellos discursos que, partiendo de

esta homogeneización y esencialización, han categorizado a las

producciones artísticas como carentes de sustento teórico y

desvinculadas de otras disciplinas y de su propio contexto. Con esto

nos referimos específicamente al supuesto de que el arte

contemporáneo no establece posicionamientos o cuestionamientos

políticos y sociales en tanto reflejo de un periodo histórico particular,

que suele ser entendido como posmodernidad.1 A partir de esto, se

presentan por lo menos dos omisiones: En primer lugar, se anula

una gran parte de la producción fotográfica, pictórica y escultórica,

por mencionar algunas, que no entran en estas categorizaciones

1 Nos referimos a planteamientos como los que Frederic Jameson formula en “Posmodernismo

o la lógica cultural del capitalismo tardío”. En este texto, el autor sugiere una correspondencia entre el periodo histórico determinado por los procedimientos y paradigmas del capitalismo multinacional y una producción artística “que se ha integrado en la producción de mercancías en general”. Jameson. “Posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío”. Barcelona; México: Paidós, 1991, p. 3.

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del llamado “arte contemporáneo”,2 y en segundo lugar, se oculta el

interés teórico, político y social que atraviesa buena parte de la

producción artística actual.3 Si bien se trata de un asunto

sumamente complejo que no resolveremos aquí, puesto que nos

remite a problemas mayores vinculados con la misma porosidad del

término arte contemporáneo, esta cuestión nos permite abrir

preguntas respecto a los lugares teóricos y políticos de producción

de estos discursos, así como en torno a las maneras en que esto se

manifiesta y genera conflictos en el proceso de análisis y difusión

del arte actual.

Esta cuestión nos resulta sumamente problemática ya que

consideramos que es precisamente a partir de estos discursos

(académicos, curatoriales, expositivos) que, desde el poder de la

presentación y representación de “el Arte”, se establecen las

políticas públicas que inciden y determinan el estilo de producción

artística -en singular- que es reconocido, promovido, aceptado e

inclusive, producido: en tanto que dichos discursos intervienen

también en la formación de los productores, su incidencia es radical

en el desarrollo artístico. De esta manera se promueve la

reproducción de los mismos cánones, y no se permite la apertura de

nuevos caminos y propuestas.

2 El fotoperiodismo sugiere una importante discusión en este sentido. ¿Se puede entender

como práctica artística? ¿Qué sugieren exhibiciones como la World Press Photo? ¿Se pueden considerar posmodernas las imágenes exhibidas en ella? 3 En el ensayo antes citado, Jameson afirma después que respecto a la rebelión postmoderna

“también debe señalarse que sus propias características ofensivas ya no escandalizan a nadie, desde el hermetismo y el material explícitamente sexual, hasta la crudeza psicológica y las abiertas expresiones de desafío social y político que superan todo lo que hubiera cabido pensar en los momentos más extremos del modernismo. Y no sólo se reciben con una enorme complacencia, sino que estos mismos rasgos se han institucionalizado y armonizan con la cultura oficial o pública de la sociedad occidental.” Jameson. Op. cit. p. 3. Sin embargo, consideramos que en esta afirmación hay una nueva homogeneización que supone que la disrupción del arte contemporáneo se puede ubicar únicamente en estos rasgos y por otro lado, que plantea que su institucionalización implica necesariamente una disolución del potencial teórico de esta producción.

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Es por ello que, al hacer esta crítica no sólo nos referimos a las

instituciones gubernamentales y privadas de renombre que se

encargan de la difusión y la producción artística. A través de la

vinculación con algunas organizaciones y proyectos que se

interesan en la apertura de espacios de exhibición para artistas y

propuestas emergentes como parte de un cuestionamiento a las

instancias hegemónicas, hemos encontrado nuevamente la

reproducción de estos discursos.

Aunque en sí mismo el propósito de generar espacios

alternativos de exhibición y discusión implica el cuestionamiento de

las convenciones y procedimientos de las instituciones artísticas, en

los hechos, estos espacios parecieran una herramienta para

alcanzar la institucionalización, ya que más que abrir o plantear

nuevas interrogantes, moldean a los artistas emergentes hacia el

circuito del mercado del arte, sin problematizar las consecuencias

que esto conlleva.

Consideramos que al enfocarse únicamente en la apertura de

posibilidades para aquellos artistas que no han logrado, o

simplemente no desean, insertarse en las instituciones artísticas de

renombre, se pone poca atención en el resto del proceso artístico,

con lo cual la reflexión o teorización de las prácticas artísticas tiene

un papel marginal y se limitan la posibilidades de construir espacios

de intercambio y aprendizaje artístico.

Con esto, se hacen patentes las contradicciones que se cruzan

en el intento de replantear la lógica institucional, puesto que al

reproducir las estructuras y concepciones de exhibición se reafirma

el papel hegemónico de las instancias que se pretende criticar y,

entonces, los discursos expositivos terminan siendo nuevos cajones

donde el artista debe embonar para mostrar su producción.

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En este sentido, tanto en los espacios alternativos como en los

institucionales, se presenta una falta de correspondencia entre las

formas de producción emergentes y las formas en que éstas son

exhibidas como resultado de la falta de atención a la especificidad

de las propuestas artísticas, con lo cual se esteriliza la alternancia y

se limitan los cuestionamientos de fondo.

Esto se manifiesta, por ejemplo, en la consideración del

momento de exhibición como la culminación del proceso artístico,

bajo el supuesto de que los momentos de inauguración y clausura

marcan la temporalidad del diálogo generado en torno a la obra.

Con ello, el trabajo de investigación y reflexión teórica que puede

estar presente en el proceso de producción se oculta bajo la luz de

la obra terminada, y así, se reproduce la consideración de que el

objeto es en sí mismo el hecho artístico y la tarea del que dialoga

con él, es únicamente la de recepción.

El cuestionamiento a estos procedimientos parte del

entendido de que, en primer lugar, la significación de los objetos

artísticos no es estática ni se produce como un acto comunicativo o

expresivo en el que el “receptor” debiera decodificar el “mensaje”

planteado por el autor, y por otro lado, que las significaciones que

se producen a partir de los objetos forman parte de un hecho

artístico abierto y dinámico. Siguiendo a Nicolás Bourriaud, «la obra

de arte contemporánea no se ubicaría como la conclusión “del

proceso creativo” (un “producto finito” para contemplar), sino como

un sitio de orientación, un portal, un generador de actividades….la

obra de arte funciona pues como la terminación temporaria de una

red de elementos interconectados, como un relato que continuaría y

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reinterpretaría los relatos anteriores… Ya no es una terminal, sino

un momento en la cadena infinita de las contribuciones»4

Consideramos que la producción artística no se limita a su

materialidad, ni al momento de creación, sino que el proceso

artístico está constituido por las interacciones que se producen a

través del objeto como un dispositivo inserto en un amplio circuito

de relaciones sociales que activan y modifican continuamente su

significado.5

En el mismo sentido, recuperamos los planteamientos de

Lefebvre para pensar el espacio de exhibición como un

emplazamiento de producción social y no como un contenedor

vacío en el que la producción artística se presenta desvinculada de

su contexto.6

A partir de esto ha surgido la preocupación por generar

espacios de diálogo y exhibición correspondientes a las propuestas

artísticas donde, siguiendo nuevamente a Bourriaud, sea posible

“…inscribir la obra de arte en el interior de una red de signos y de

significaciones, en lugar de considerarla como una forma autónoma

u original”.7

Esta reflexión nos ha llevado a preguntarnos qué se está

entendiendo como un espacio artístico alternativo, en relación con

qué se puede considerar así y cuál sería la diferencia entre las

instituciones dominantes y los proyectos que las ponen en cuestión.

Si bien es cierto que hay una necesidad por dar espacio a la

producción de artistas emergentes, consideramos que lo alternativo

4 Nicolas Borriaud. Postproducción. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora, 2009. pp. 16-17

5 De acuerdo a estos planteamientos el eje de la reflexión es el papel de los objetos artísticos

como mediadores en los procesos sociales así como el análisis de su contexto social de producción, circulación y recepción, y no su interpretación como si fueran textos. Alfred Gell. Art and agency. An anthropological theory. Oxford: Clarendon Press, 1998. pp. 1-5. 6Henri Lefebvre. The Production of Space. Oxford: Blackwell Publishers, 1991.

7 Nicolas Bourriaud, Postproducción. Buenos Aires: Adriana Editores, 2009. p. 13

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no debe o puede ubicarse únicamente en la oposición a un sistema

que se rechaza porque no se pertenece a él, pero al que

simultáneamente se pretende entrar; y por otro lado, nos ha llevado

a plantearnos la importancia que debería tener en la discusión lo

alternativo o transgresor que el arte mismo contiene. ¿De qué

manera la apertura de espacios en los que se busca nombrar

diferente a las mismas prácticas rituales de exhibición implican una

resignificación de los espacios de presentación? ¿Hasta qué punto

constituyen un reflejo de las posturas y horizontes desde los que

estamos pensando el arte? Al formular estas preguntas, no

pretendemos generar una respuesta, sino abrir posibles caminos en

los que se explote la potencialidad del diálogo entre la producción y

la exhibición.

De acuerdo con esto, el objetivo central de la Agencia de

Investigación Artística es cuestionar estos discursos y problematizar

la escasez de propuestas específicas para la exhibición y difusión

de las prácticas artísticas contemporáneas en las que se exploten

las particularidades y se haga visible su heterogeneidad y su

complejidad. Consideramos que al ubicar y visibilizar la importancia

que tiene la investigación, entendida como el proceso de búsqueda,

análisis, discusión y formulación teórica, en el quehacer artístico, es

posible revelar los trazos teóricos como interlineados que se

producen por dentro y por fuera de los objetos mismos y dar luz a

las especificidades e incidencia social de dichas prácticas.

El eje de este proyecto es el interés por generar espacios de

discusión en donde a partir de la vinculación interdisciplinaria, sea

posible atender a las propuestas artísticas no como circuitos

cerrados o fijos sino como procesos dinámicos, donde se visibilicen

las investigaciones que atraviesan su producción. Es decir,

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espacios culturales donde sea visible que el arte se resiste a ser

enmarcado y se vive como un hilo que teje nuevas articulaciones

entre distintos campos disciplinarios.

Estamos convencidos de que los discursos expositivos

pueden y deben dialogar con las prácticas artísticas, con el fin de

comprenderlas y colaborar con ellas. En este sentido, nos interesa

subrayar que la crítica a las convenciones y las normas

institucionales no puede darse como una contestación a lo

hegemónico, sino que tiene que responder a las propuestas e

interrogantes de la producción misma y a partir de ello, generar

discursos específicos en los se explore el proceso de producción

artística como un ejercicio de investigación, contextualización y

socialización.

Es así que sólo a partir de la atención a las particularidades

de los planteamientos y las discusiones imbricadas en cada hecho

artístico, será posible visibilizar la heterogeneidad y complejidad en

la producción artística contemporánea.

Con estas reflexiones no pretendemos sugerir o generar una

fórmula para resolver las cuestiones que aquí hemos

problematizado, sino que se trata únicamente de un esfuerzo por

replantear las formas en que nos acercamos, exhibimos y

discutimos, conjuntamente, la producción artística.

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Fuentes

Nicolás BOURRIAUD. Postproducción. Buenos Aires: Adriana

Hidalgo Editora, 2009.

Alfred GELL. Art and agency. An anthropological theory. Oxford:

Clarendon Press, 1998.

Frederic JAMESON. Posmodernismo o la lógica cultural del

capitalismo tardío. Barcelona; México: Paidós, 1991.

Henri LEFEBVRE. The Production of Space. Oxford. Blackwell

Publishers, 1991.