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    U N O

    DE LOS ESTABLOS A CHICAGO

    Nací en 1938 en un remoto valle rural cerca de la frontera canadiense en el Estado de Washington. Estaba atreinta millas de la capital del condado por un áspero camino de grava, y yo algunas veces perdía un mes deescuela cada año a causa de la nieve o de las inundaciones. Vivía entre los altos árboles rodeado por montañascoronadas de nieve. Los desperdigados granjeros en el valle eran, en su mayoría luteranos noruegos, la mayorparte emparentados conmigo.Mi familia era gente campesina que había emigrado de Noruega. Tuve la impresión de que mis padres no

    querían que creciéramos con acentos. El noruego se hablaba pocas veces en nuestra casa. Esto puede haber sidoporque había un intenso sentimiento anti-alemán en América en ese tiempo, y a Noruega se le considerabapro-nazi, especialmente después de que Hitler había dicho que los Noruegos eran gente buena. Mi padre y mi

    madre querían que nosotros fuéramos totalmente "Americanos" y desalentaban que tuviésemos mucho interéspor el "viejo país". Esto era muy común. Una generación completa de Americanos, provenientes de muchospaíses, fueron separados de su pasado durante la Segunda Guerra Mundial.No solo fuimos separados de nuestro pasado noruego; algunas veces sentimos que fuimos separados de

    nuestro presente Americano. Mi hermano Denny cuenta una historia que ilustra nuestros orígenes ruralesinsulares. Después de obtener un grado universitario, él ganó una beca para estudios de postgrado en Harvard.Mi padre dijo: "Denny, pienso que no deberías ir a Harvard. Nunca he oído hablar de ella. No pienso que seauna escuela muy buena. Además, tú ya eres un graduado de la Universidad de Puget Sound".Nuestra familia era de madereros, y yo cortaba árboles y ordeñaba vacas. Había vivido por un tiempo en

    Alaska y nunca había estado al sur de Seattle. Por muchos años tuve pocas ideas más allá de cortar madera oser granjero. Asistía a una pequeña iglesia luterana, de un solo cuarto, donde celebrábamos un servicio deadoración y comunión en noruego para el beneficio de las personas ancianas. Frecuentemente los ministroseran laicos, aún carpinteros itinerantes. Tenía yo alrededor de doce años cuando se me dio mi primer trabajoen la Iglesia: llegué a ser el bibliotecario (de dos estantes de libros) y tomé el trabajo muy seriamente.

    Después de unas pocas lecciones de piano, también llegué a ser el pianista de la Escuela Dominical. Llegabacada domingo con unos cuantos himnos que podía tocar, ¡y estaba en problemas si se escogía algo que noestuviera en mi lista! Mi involucramiento con esa pequeña iglesia me proporcionaba tremendo gozo.Entonces surgieron la Iglesia Escandinava y otras iglesias luteranas para formar la Iglesia LuteranaAmericana, y algún remoto burócrata decidió cerrar nuestra iglesia.Durante diez años, mi maestro de Escuela Dominical enseñó a nuestra clase de tres alumnos (uno de los

    miembros de la clase era mi primo, quien es ahora misionero en Zambia). El maestro vació su vida en mí.Cuando los equipos de Billy Graham o de Juventud para Cristo llegaban a Seattle -a cien millas de distancia- élnos llevaba a escucharlos. Nunca conocí un tiempo en que yo no haya sido creyente; pero mi compromiso deservir al Señor con mi vida llegó una noche cuando todos nosotros tres comprometimos juntos nuestras vidas.¿Cómo iba yo a servir a Dios? Tenía una vaga idea de que quizás sería un misionero.Tenía dieciocho años cuando conocí a un líder juvenil que surgió que yo debía capacitarme en el ministerio

     juvenil y de música en el Instituto Bíblico Moody en Chicago. Quizá después de eso pudiera llegar a ser un"hacedor de tiendas": trabajar como maestro para sostener mi ministerio de tiempo parcial como líder juvenil y

    preceptor. No había oído hablar de Moody, pero el plan parecía ofrecer algún camino para salir de mi hogar enel valle.

    Un llamado a la ciudad

    Así, en 1956, viajé durante tres días y sus noches en el autobús de Greyhound y fui sumergido en el centrode una ciudad asombrosa, la más grande y más emocionante que pude haber imaginado. Chicago, en esetiempo, tenía más gente que cuarenta estados. Recorrí en el metro toda la ciudad para ver sus diferentescolonias.

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    El Instituto Bíblico Moody fue mi puente hacia el siglo veinte. No era realmente una escuela decapacitación urbana: su personal no vivía en la ciudad, ni la entendía. Pero el Instituto era más abierto de loque llegó a ser más tarde. Me parece que desde los disturbios urbanos de los 60's Moody ha llegado a estarmás aislado de la ciudad y se ha involucrado en los valores de la clase media.No obstante, Moody fue un buen puente para mí. No nos confinaba en el salón de clases, sino que nos

    arrojaba a toda clase de ministerios para que nos hundiéramos o nadásemos. La ciudad empezó a crecer dentrode mí. Se me envío a un gran hospital del condado y se me dijo que testificara a cincuenta pacientes negros en

    una de las salas. Difícilmente había yo visto antes, a una persona negra, menos aun intentando testificar aalguna. Después de eso, me pusieron en una pequeña Escuela Dominical en el ghetto, y después en un grupo juvenil en una escuela de negros. Estaba completamente desconcertado y frustrado, pero estabadesesperadamente interesado en el ministerio urbano, aunque yo tenía solamente la más imprecisa idea de susimplicaciones.Cuando salí de Moody en 1959, pasé a estudiar historia y ciencias políticas en el Seattle Pacific College. La

    ciudad de Seattle tenía entonces cerca de 600,000 personas; y casi un millón incluyendo su región suburbana.Esto fue útil para mí, pues era una ciudad suficiente pequeña para entenderla. Era una ciudad portuariainternacional y la sede de la compañía Boeing, los contratistas de aviones.En Seattle viví con el director regional de la Inter Varsity Christian Fellowship, y conocí a otros estudiantes

    de todas las disciplinas. Por primera vez mi fe fue desafiada por gente que estaba trabajando en física nuclear,en la ética, en relaciones internacionales o en estudios sobre Rusia. En nuestros estudios bíblicos de fin desemana teníamos estudiantes de todas las materias y de todos los países. Me vi forzado a darme cuenta de quemi fe había sido mayormente heredada, a distinguir la fe de la cultura, y a ver lo que mi fe personal y mi

    llamado significaban. La universidad ofrecía un medio cambiante muy encantador y exótico.Por este tiempo me casé. Corean es una profesional de la música con un trasfondo rural sureño. Asistió auna escuela de un sólo cuarto en los Ozarks, que albergaba ocho grados en una clase. Ella se oponíafuertemente al racismo blanco sureño, y en Moody buscó compañeras de cuarto negras en las giras del coro.Bajo su influencia y a través de la lectura de "Paso Hacia la Libertad", de Martin Luther King, me di cuenta delfermento racial que entonces se estaba desarrollando en los Estados Unidos.Durante mis años de universidad fui pastor ayudante, haciendo trabajo juvenil en una iglesia de Seattle. Era

    también el director de coros. ¡Haría cualquier cosa para poner el pan sobre la mesa! La iglesia a la que me uníera una iglesia bautista, y esto eraduro de aceptar para algunos de mi familia luterana. (Desde entonces,algunos de mi familia son de tono interdenominacional. Hemos aprendido a entendernos mutuamente y acompartir la fe y los valores de uno y otro. Cantamos los mismos cantos y ensenamos a nuestros hijos arespetar la diversidad del Cuerpo de Cristo).Después de dos años, el pastor de mi iglesia se fue, y yo me encontré como pastor interino de una iglesia en

    el interior de la ciudad con trescientos miembros. Durante este período, la fábrica de Boeing en la ciudad cerró,

    y descubrí cuán importante para la gente urbana es tener un empleo. Si usted les pregunta a las gentes urbanas"quienes son", ellas le contestarán "lo que hacen". Había sido bastante difícil ministrar a personas quienesparecían ser meras extensiones de las máquinas con que trabajaban; gentes que efectuaban trabajo aburrido yrepetitivo bajo presión todo el día. Pero cuando la fábrica cerró, las gentes fueron descartadas por la compañía,como si fueran máquinas obsoletas, y para muchas de esas gentes esto significó la pérdida de su identidad. Elloprodujo inmensos problemas personales, así como sociales y financieros. Me di cuenta de que la gente eraafectada por sus empleos y por su medio ambiente, así como por decisiones políticas y de negocios tomadasdesde muy lejos.Así, durante mis años en Seattle, quedaron establecidos la mayor parte de los temas de motivación en mi

    ministerio. Lo que todavía no había hecho era ponerlos todos juntos y funcionar como un pastor urbano. Laclave definitiva me fue proporcionada por una biografía seca y polvorienta, la cual cambió mi vida. Más quepor cualquier otra razón, soy un ministro urbano por causa de ese libro.El libro era la biografía de Charles Simeón (1759-1836), escrita por Moule, y publicada en 1895. Simeón

    había sido estudiante de la facultad teológica del King's College, Cambridge, en Inglaterra. La famosa ciudad

    universitaria no era tan bella al final del siglo dieciocho como lo es ahora; en realidad era una porquería. Lagente rural estaba acumulándose allí, llegando del campo empobrecido, para alimentar la RevoluciónIndustrial. Los residentes decentes de Cambridge y los estudiantes odiaban a esta gente pobre que llenaba lasendebles chozas en las calles traseras de la ciudad.Simeón caminaba a través de la ciudad y se detuvo frente a la Iglesia de la Santa Trinidad, construida hacía

    700 años, y oraba ingenuamente: "Señor, dame esta iglesia, de manera que pueda ministrar a esta gente". Laiglesia había sido católica y después anglicana, y ahora estaba reducida a una pequeña congregación, la mayorparte de la cual era enteramente indiferente a la condición de las masas que estaban fuera de la iglesia. Elobispo hizo vicario a Simeón porque no hubo ningún otro interesado en esta situación indeseable.Simeón empezó su ministerio yendo de puerta en puerta por toda su parroquia, abordando a la gente con

    las palabras: "Me llamo Simeón. He llamado para preguntar si puedo hacer algo para su menester". Su amiga-

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     bilidad afectó tanto a los pobres campesinos que empezaron a asistir a la iglesia. Desgraciadamente, sus ropasapestosas y su estado de falta de limpieza ofendieron a los miembros distinguidos, quienes pagaban una rentaa la iglesia por sus bancas. Estaban horrorizados por la compañía que estaban forzados a tener, y protestaronante el obispo para que se deshiciera de este hombre que estaba arruinado su iglesia. El obispo mantuvo aSimeón diciendo que una poca de vida era mejor que la muerte.La multitud que pagaba por sus bancas no había terminado aún. Les pusieron llave a sus bancas de manera

    que no se pudieran usar en las mañanas, y contrataron a un conferencista invitado para que les predicara los

    domingos en la tarde, en la forma en que estaban acostumbrados. Impávido, Simeón compró madera con susalario de cuarenta y nueve libras al año, e hizo bancos portátiles para su congregación de los domingos en lamañana. Cada semana tenía que colocarlos en los pasillos y en el vestíbulo antes de abrir las puertas e invitar alos pobres de la ciudad a entrar.Esto se prolongó por once años, y la paciencia de Simeón estaba sostenida por la filosofía: "Si la mitad de la

    gente recibe una doble bendición, yo quedaré satisfecho". Entonces en el año duodécimo de Simeón, vino unavivamiento. El muro de conflictos se derrumbó y la congregación se unió. Simeón permaneció allí porcuarenta y cuatro años más y su carrera fue asombrosa. Continuó trabajando con los pobres. Cinco veces fuedecano de la facultad teológica de King's College, e influyó e inspiro docenas de jóvenes pastores. Como Lute-ro, nunca dejó de dar conferencias.Del ministerio que él fundó, Dios levantó Inter-Varsity, los Siete de Cambridge, una misión a China, y a C.T.

    Studd y Henry Martin, quienes fueron a la India y tradujeron la Biblia al Urdu. Simeón creó una red deinfluencia a lo largo de Inglaterra, y sus jóvenes pastores empezaron a tener un impacto en todas sus ciudadesindustriales.

    Cada mes viajaba a Londres para reunirse con William Wilberforce, Lord Shaftesbury, miembros delParlamento y otros del grupo Clapham. Tenían un propósito: abolir la esclavitud en el Imperio Británico. Cuan-do Bretaña colonizó Australia con presidiarios, fue Simeón quien designó a un capellán para acompañar elprimer embarque a Sidney. Este capellán creó la Arquidiócesis de Sidney, y la huella dé Simeón está todavía enla Iglesia Anglicana de esa ciudad.Según leía la biografía escrita por Moule, empecé a sentir que yo era un espíritu afín con toda esa gente que

    había estado preocupada por los asuntos de las misiones urbanas hacía más de cien años. Supe que mi vidaestaba siendo cambiada. Aquí hubo un pastor con una misión urbana quien trabajaba con los pobres, era unevangelista, discipulaba a la gente, daba conferencias en la universidad, escribía magníficos comentarios y auntuvo tiempo para ir a Londres a trabajar para poner alto al tráfico de esclavos. Tuve una visión de lo que lospastores urbanos y las iglesias deberían hacer. Las relaciones de los ministerios evangelísticos, sociales yacadémicos con el cuidado pastoral y la actividad política, todos se juntaron en la carrera de Charles Simeon. Elrelacionó a la iglesia local con su ciudad, con su país y con la misión al extranjero.Hice de Simeon mi modelo. Decidí volver a mis estudios y prepararme para hacer lo que él había hecho. Y

    decidí volver a Chicago.En 1965 perdimos una hija al nacer porque Corean había contraído varicela. Fuimos a sepultar a nuestra hijaen nuestra pequeña comunidad rural, cerca de mi familia. Esta fue una verdadera experiencia Ebenezer ("Hastaaquí nos ayudó Jehová", 1 Sam. 7:12). Dejamos a nuestra pequeña hija y viajamos a Chicago con nuestros hijos,de dos y de cuatro años de edad.Mis estudios de postgraduado en teología, hebreo, y griego fueron en la Trinity Evangelical Divinity School

    y en el McCormick Theological Seminary, y tenía que viajar constantemente veinticinco millas para llegar allí.Siguiendo a Charles Simeon, supe que tenía que vivir en la ciudad, de manera que Corean y yo y nuestros dospequeños hijos nos habíamos mudado a una manzana de una milla cuadrada, en el lado norte de Chicago.Había pruebas posteriores por venir. Hice volar nuestro edificio, rompiendo cuarenta y cinco ventanas, al

    encender una estufa defectuosa que tenía una fuga de gas. La explosión levantó los techos y derribó paredes enlos edificios vecinos, ¡y yo sobreviví! Fui al hospital, malamente quemado, con mis ojos casi cerrados. Duranteel primer año en que trataba de ser como Charles Simeon, me encontré con mi piel colgando como musgo,alimentándome de manera intravenosa, y recibiendo injertos de piel.

    Mi esposa se cayó en las escaleras y se quebró un pie, y nosotros estábamos quebrados, también. Alrededorde nosotros la ciudad estaba en tumultos, y nuestra área estaba plagada de pandillas belicosas. Este fue un añoduro y de alta tensión, pero el Señor estaba refinándome y enseñándome muchas cosas. Supe que el bienpuede venir de toda disciplina, si usted está abierto a ello. Nunca había sufrido en mi vida hasta entonces, yempecé a mirarme a mí mismo, a la ciudad y a la iglesia de una manera diferente. Mi médico era un refugiadocubano que había abandonado los hospitales que tenía en Cuba para venir acá. Su habilidad y susconversaciones estuvieron entre mis primeras introducciones a los nuevos inmigrantes en mi vecindario.La ciudad hizo erupción con violencia. Nuestra escuela secundaria local tenía 2,300 alumnos de cincuenta y

    cuatro nacionalidades que eran enseñados en once idiomas. Los tumultos raciales rugían en los 60's yalcanzaron su clímax por el asesinato de Martin Luther King en 1968. Cerca de treinta y dos pandillas

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    infestaron nuestra comunidad, y oficié funerales por muchachos que habían sido baleados simplementeporque entraron al territorio de una pandilla enemiga. Los incendios provocados prevalecían, durante el peoraño 1,300 incendios en la colonia dejaron a veintisiete familias de nuestra iglesia sin hogar. Aun las escuelasestaban infestadas. Los estudiantes necesitaban un permiso de la pandilla para usar ciertas escaleras o paraasistir a ciertas clases. Los policías armados patrullaban el vestíbulo de la escuela, los corredores y lossanitarios.Hoy poco ha cambiado. Hoy más de la mitad de nuestra comunidad es de origen extranjero: cerca del

    treinta y cinco por ciento son negros; veintiocho por ciento son asiáticos, veintiuno por ciento son hispanos ydieciséis por ciento son blancos, blancos étnicos e indios americanos nativos. En mi comunidad tenemos a lasvíctimas de la violencia de Asia Sudoriental, del racismo negro y de la opresión hispana. Hay refugiados deIraq y de Beirut, y hay otros hechos añicos por sus experiencias de guerra y de explotación. Este entorno le daforma a mi perspectiva sobre la familia en la comunidad urbana.La comunidad atesta en sus edificios. La basura se amontona y las ratas medran. Los niños se envenenan

    con plomo de trabajos de pintura y tuberías de antes de la Segunda Guerra Mundial que se estándesmoronando. La mitad de nuestras familias tienen como cabeza a la madre soltera. Generaciones enterascrecen sin ver alguien que vaya a trabajar.La guerra de Vietnam fue desastrosa, políticamente para América, y socialmente para nuestras familias. La

    mayor parte de los muchachos sanos fueron enrolados, y la comunidad sintió su ausencia. Todos losmuchachos con antecedentes policiacos se quedaron y la guerra de pandillas se multiplicó. Fuimos asoladospor la delincuencia.Durante mi período de post-seminario, empecé a pastorear la Fairfield Avenue Baptist Church. El corazón

    de la congregación eran once miembros adultos, siendo el más joven de cincuenta ycuatro años.

    Yo era su primer pastor de tiempo completo. Mi plan era tomar esta iglesia por un ano, mientras completabamis estudios en Trinity y en McCormick. Y después planeaba hacer un doctorado en Yale, estudiando lasprimitivas ciudades griegas. Nunca llegué allá. Permanecí en esta iglesia durante diez años.El año que volví a Chicago, por primera vez me encontré con pastores radicales. Un teólogo liberal argüí

    que los evangélicos conservadores no podían sobrevivir en la ciudad. Tomar la Biblia literalmente esconvertirse en un anti-urbano. El pueblo favorito de Dios fueron pastores, su siguiente pueblo favorito fueronviñadores y agricultores; y su pueblo menos favorito fueron los habitantes urbanos. Este argumento eraimportante para mí. Si en verdad el programa de Dios era vaciar la ciudad y destruirla, no querría resistirme,pero era un concepto que yo no podía aceptar. Sufrimos en aquellos tempranos años, pero yo no sentía queDios estuviera sacándonos de la ciudad. Más bien, yo creía que estábamos siendo ensenados y refinados paracompartir el dolor de la ciudad.Yo estaba igualmente desilusionado con la mayoría de las iglesias. Cautivas a su clase y a su cultura, eran

    incapaces para ministrar a las comunidades urbanas multirraciales y pobres. Había comprometido mi vidapara servir en la iglesia, y ahora encontraba que la iglesia era irrelevante.En este estado de confusión miré alrededor mío a la ciudad que había escogido para mi ministerio. Lo que

    encontré fue un lugar con su propia historia peculiar y desarrollo, pero que es típico de las ciudades delmundo en sus problemas políticos, raciales y religiosos.

    Entendiendo a Chicago

    Si usted llegara a Chicago de San Francisco o de Washington; D.C., la ciudad le parecería vieja, sucia yruidosa. Es una sorpresa descubrir que Chicago es bastante nueva, fundada en 1834 e incorporada en 1837.Siempre ha parecido antigua porque esta ciudad industrial, localizada donde el lago y el río se juntan con losferrocarriles, fue construida por gente de los viejos países de Europa. Construyeron Chicago generalmentecomo los lugares que ellos habían dejado.Entre 1834 y 1860, la naciente Chicago era ruidosa, bronca y fangosa. El nombre significa "mal olor" en el

    lenguaje indio local. Durante la Guerra Civil, se convirtió en los cuarteles generales para la toma del Oeste ypara vencer a las tropas del sur.Después vinieron cincuenta años de crecimiento masivo con ferrocarriles que se extendían a través de los

    estados con praderas hacia el Oeste, convirtiendo a Chicago en el más grande matadero de animales y elmayor centro de granos en el mundo. Hacia el norte estaba el mineral de hierro de Minnesota y de Wisconsin;al sur, los gigantescos campos carboníferos de los Apalaches. Chicago llegó a ser el centro de una gigantescaindustria de hierro y acero.Este era el Chicago europeo. Los irlandeses vinieron originalmente a cavar canales, pero rápidamente

    capturaron la trinidad urbana de policías, sacerdotes, y políticos; siendo la política, la ley y la religión los viejospasatiempos de ellos en sus problemas con los ingleses. Enormes números de alemanes, polacos, italianos yotros llegaron. Esta fue la era que construyó la ciudad y que le dio forma a sus instituciones.

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    Al final de los 30's la población del país se movió hacia el norte para alimentar la máquina de la guerra yescapar de los estragos de la Gran Recesión y del racismo. Los sureños encontraron que Chicago era unaciudad extranjera, manejada principalmente por aquellos inmigrantes europeos, quienes ahora se habíanmudado a los suburbios. Después de la Segunda Guerra Mundial, las profundas minas de carbón cerraroncuando se hizo obtenible el gas natural y el petróleo de Texas y de Oklahoma, y la fuerza laboral de las minasvino también buscando trabajo en el Chicago industrial.Desde 1970 Chicago se ha venido internacionalizando otra vez, con una población hispana rápidamente

    creciente -principalmente de México y de Puerto Rico- y con muy grandes cantidades de gente del MedioOriente y de Asia. Hay una creciente población musulmana que sostiene más de treinta mezquitas y casas deoración en la ciudad.Chicago ha sido controlado por la "máquina" del Partido Demócrata; su Presidente del Condado decide

    sobre los candidatos y los nombrados para los puestos. Todo en Chicago es política, desde la basura (la cual esrecogida solamente en ciertas áreas, dependiendo de quién haya ganado las últimas elecciones) hasta losinspectores de construcción (quienes pueden ser presionados a clausurar edificios que son propiedad demiembros de la oposición).Hasta recientemente también estaba controlada por un sistema de "solo blancos". Sin embargo, en una

    elección reciente, Harold Washington enfrentó esta batalla racista y política, y fue elegido como el primeralcalde negro. Esto se ha visto como un tremendo logro de una coalición de iglesias que trabajaron juntas paradarle su apoyo. Su elección ha producido cambios, que la comunidad multirracional difícilmente soñó antes.En posiciones de autoridad, Washington ha logrado un equilibrio racial ya que negros e hispanos, con

    grados de Harvard, son nombrados, al igual que blancos bien calificados, como directores de vivienda, de

    policía, de salud y de servicios de la comunidad. El Aeropuerto O'Hare da empleo a 35,000 personas. En untiempo, el único negocio de negros allí era la limpieza de calzado en el baño de hombres. Sin embargo, en laconstrucción de una terminal veinte de los cincuenta contratos fueron otorgados a grupos de las minorías.En los últimos treinta anos ha habido cambios políticos importantes en los Estados Unidos. Los negros son

    ahora visibles políticamente en la estructura del poder, con 5,000 negros e hispanos en cargos de elección. Estoes, sin embargo, solo el uno por ciento en los cargos de elección en los Estados Unidos. La población negra solaes el doce por ciento. Así que los negros han pasado de una ganancia desde cero hasta alcanzar el uno porciento en treinta años. Lamentablemente, muchos de los logros se han conseguido en áreas de las cuales elpoder se está escapando. Es una victoria hueca llegar a alcalde de una ciudad que no tiene recursos paraescuelas, para servicios cívicos, para policías y así sucesivamente. Celebramos, por un lado, el surgimiento delas minorías en el cargo oficial, pero por el otro lado, se está levantando un nuevo paternalismo. Estos alcaldestienen que ir mendigando recursos a las legislaturas blancas a favor de sus poblaciones. Es una nueva clase dehumillación.Sin embargo, estoy lleno de esperanza de que un liderazgo urbano competente está surgiendo. Es alentador

    prender la TV y ver a negros articulados hablando desde una posición de autoridad.Una última palabra debe referirse a la Mafia, en parte porque todos asocian a Chicago con ella, y en parteporque el suyo es un poder paralegal que ha infiltrado a la política.Chicago, entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, tenía una vasta población católica

    dividida principalmente ente los irlandeses, los italianos y los sicilianos. Los irlandeses habían capturado lamáquina política, y los italianos y los sicilianos crearon sus propias estructuras de poder en bandas. Lositalianos trajeron sus estructuras aldeanas de bandas a Chicago, consumadas alrededor de extensas familiasmuy poderosas y leales. La Mafia creció a proporciones inmensas y se apoderó de la maquinaria política enteraen los 20's. El establecimiento protestante del este odiaba al catolicismo, y el Acta de Prohibición (de bebidasalcohólicas) de 1919 puede ser considerada por algunos como legislación anti católica. Condujo a que sehicieran inmensas fortunas por las bandas de la Mafia.La Mafia ya no es tan significativa en la política de la gran ciudad y se ha desplazado a los espectáculos y

    a las finanzas, manejando la conspiración a nivel mundial de narcóticos centrada en Miami. La Mafia estodavía principalmente italiana y siciliana, y no puede operar de una manera tan efectiva en las ciudadesmultiétnicas.Chicago siempre ha sido multirracial; primero llegaron los europeos, y ahora se ha agregado a su población

    gente de sesenta o más países. Los negros del sur son otro grupo especial, y ellos también están divididos. Haynegros de la cultura del carbón, de la cultura del algodón y de la cultura del tabaco, así como agrupamientos

     basados en las gradaciones sutiles del color de la piel. En cinco iglesias en una manzana del lado sur de laciudad, las congregaciones podrían estar graduadas por el color desde negros ligeros hasta negros oscuros.Todas las cinco iglesias se originaron en Alabama.Chicago fue siempre dos ciudades. El frente del lago era WASP* (siglas de Wealthy, rico,- Alienated,

    enajenado; Separated, separado, y Protected, protegido). Cerca del río eran PIGS (cerdos) siglas de Polacos, Ita-lianos, Griegos y Slovacos). Todos estos agrupamientos étnicos están en constante cambio. Tenemos diferentesgrupos hispanos, indios americanos e iraquíes y otros del Medio Oriente. Un día un grupo de muchachos me

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    empujó contra la pared y me dijeron: "Señor, usted es nuestro rehén" Yo los miré, y me reí, pensando: "¿A quéotra cosa podrían jugar los niños del Medio Oriente durante la gran crisis de rehenes en Irán?"Las iglesias son igualmente multirraciales. En 1980, Chicago tenía 2,167 iglesias identificables. Más de 1,100

    eran iglesias negras. Estas estaban localizadas en su mayoría en diez de los setenta y siete vecindarios de laciudad. Yo conté más de ochenta iglesias dentro de dos millas alrededor de mi propio edificio, y la mayoría deellas usaban idiomas diferentes al inglés.La Iglesia Católica Romana ha sido fiel a Chicago en una forma en que los protestantes no lo han sido. Los

    católicos blancos escaparon a los suburbios con sus vecinos protestantes, pero los edificios y los sacerdotespermanecieron. La iglesia está viendo ahora un renacimiento y está haciendo mucho para dar una bienvenidaamable a los diferentes grupos de gente. La iglesia de más rápido crecimiento en Chicago durante los 70's fueLos Santos Ángeles, una iglesia católica de negros en el ghetto. Sus diferentes capillas están decoradas en losestilos de grupos étnicos particulares, también tienen una capilla bautista dedicada a Martin Luther King. Seha dicho que el difunto Arzobispo Cody la había desaprobado, pero el sacerdote, el Padre Clemente, lerespondió: " Usted la puede quitar si quiere, pero no puedo garantizarle su seguridad".

    En Los Santos Angeles hay seis servicios los domingos con seis diferentes estilos de música. Un servicio esuna misa de rock, y elsermón se pronuncia en lenguaje ordinario desde el pasillo, con multitudes demuchachos sentados en todas partes. El santuario de Los Santos Angeles se incendió en 1986. Un programapara un nuevo edificio se está desarrollando.

    En la Iglesia de Corpus Christi, los colores "afro" -bandas negras, verdes y rojas- se han puesto alrededor delpináculo de lo que sería,' de otro modo, un santuario de estilo medieval muy europeo. No es un accidente quela gente negra se haya sentido bien recibida allí desde hace tiempo.La iglesia católica combina un símbolo de trascendencia (el Papa) con la inmanencia (la estructura de la

    misa). Puestos juntos, éstos proveen la identidad y la seguridad que permiten a los católicos urbanos aceptartodas las clases de pluralismo étnico bajo un mismo techo. La iglesia católica hace concesiones a la ciudad,ofreciendo a los moradores de la ciudad la opción de la oración y la confesión individuales, así como demúltiples misas durante el día. Los evangélicos generalmente no han hecho estas concesiones (la mayoría delas iglesias protestantes permanecen cerradas). Tienen mucho que aprender de la práctica católica.

    Estudiando la ciudad

    Este, entonces, era el entorno particular en el cual me encontraba en 1965. Pobreza, problemas sociales,corrupción, política, divisiones religiosas y raciales me circundaban,- sin embargo, yo sabía que Chicago no era

    única. Por todo el mundo parecía estar repitiéndose el mismo patrón, al crecer más las grandes ciudades y almoverse la gente en números siempre crecientes, no solo del campo a la ciudad, sino de continente acontinente. Las ciudades estaban convirtiéndose en comunidades más complejas, más multirraciales y demúltiples religiones.Sin embargo, a mí me parecía que si los problemas eran los mismos en muchos países, algunas de las

    soluciones deberían ser comunes, también. Así, en mi búsqueda por entender mi propio medio ambiente, meimpuse a mí mismo la tarea de estudiar la ciudad para ver lo que Dios está haciendo en esta generación.

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    *Nota del autor: Un juego de palabras donde WASP significa White Anglo; Saxon Protestant

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    EL SEÑOR ESTA SACUDIENDO AL MUNDO

    Cuando empecéamirar seriamente al problemadelas ciudades,me di cuenta de que el Señor está haciendo algono usual enestageneración. El parece estar sacudiendo al mundo. "Id y haced discípulos de todas las na-ciones". Sabemos dónde están todaslasnaciones: en las grandes ciudades. El ha traído todaslasnaciones aquí,dondequiera que estélagran ciudad de usted.Por supuesto, había ciudades sustanciales tan temprano como en los tiempos bíblicos. Se describe a Nínive

    en Jonás 4:11 (siete siglos antes de Cristo) como teniendo 120,000 habitantes. Los antiguos imperios del MedioOriente, descritos en la Biblia, se centraban sobre capitales o ciudades primarias: Asiría sobre Nínive, Babiloniasobre Babilón, Israel sobre Jerusalén.Durante los posteriores imperios griego y romano, el Mediterráneo se desarrolló como el centro del mundo

    urbano, y por el tiempo de Pablo (60 AD), Roma albergaba alrededor de un millón de gente. Esta área continuósiendo de primera importancia durante los siguientes trece siglos.Durante los siglos trece y catorce, la supremacía urbana se desplazó a la parte norte de Europa. Los puertos

    anseáticos del Báltico, y después Amsterdam y Londres, se ocupaban un creciente comercio Atlántico. Los

    Estados Italianos y España declinaron en forma constante como potencias mundiales, mientras Francia, GranBretaña y los Estados Alemanes se desarrollaban industrialmente y como imperios globales.La Revolución Industrial de finales del siglo dieciocho en adelante ocurrió en los campos de carbón y de

    hierro de Europa, Bretaña y los Estados Unidos, y esto desarrolló los puertos que servían para su gigantescotráfico mundial. Las ciudades capitales de estos países continuaron dominando su crecimiento urbano connumerosos servicios financieros e industrias manufactureras. Las ciudades de varios millones de habitantesdesenvolvieron rápidamente en este tiempo: Berlín, París, Londres, Nueva York y Chicago.Sin embargo, justamente como el Atlántico reemplazó al Mediterráneo como foco de la urbanización

    mundial entre el siglo catorce y el principio del siglo veinte, así ahora la "Cuenca del Pacífico" en Asia hallegado a ser el foco urbano del mundo de Tokio-Yokohama a Singapur. Estas áreas urbanas encabezan laspoblaciones masivas de China y de Japón y han logrado una dominación económica y financiera. Las ciudadesen el Mundo de los Dos Tercios en América Latina, en África y en la India están creciendo en forma igualmenterápida, pero están caracterizadas por extrema pobreza. En diciembre de 1986 había, por lo menos, 290 ciudadesde más de un millón de personas. (Esta cifra fue calculada en un estudio por el Dr. David D. Barrett en 1986,

    incluyendo las proyecciones subsecuentes).

    Año Población Mundial Tasa Anual(Miles de millones) de cambio

    1925 2.0

    1.51985 4.8

    0.72100 10.2

    En los próximos siete segundos, nacerán treinta y un bebés. La mitad de estos niños vivirán en ciudades.Este siglo ha visto el más dramático ascenso en la población mundial, y el crecimiento continuará hasta cercadel año 2100, según las Naciones Unidas. Debería notarse que la tasa de aumento está descendiendo.

    La mayor parte del aumento ha tenido lugar en las regiones más pobres del mundo. Aunque la tasa deaumento está descendiendo drásticamente, para cuando los nacimientos no estén más que reemplazando a lasmuertes, la población del mundo será más del doble de su presente número.

    Las ciudades en el mundo desarrollado

    En ambos, los Estados Unidos y en Europa, aquellas ciudades que se desarrollaron como un resultado de laRevolución Industrial crecieron rapidísimamente durante el siglo diecinueve. Su población llegó a la cima enlas décadas tempranas del siglo veinte, y ahora están declinando en números.

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    Los tres siglos de historia estadounidense ilustran claramente los cambios. En el siglo XVIII la gente sedesplazó hacia el oeste, buscando tierrras de cultivo. En el siglo XIX fueron al norte y al este hacia lasciudades industriales y comerciales. Nuestro siglo ha visto un deslizamiento del poder a la "media luna delsur" que se extiende desde California hasta Florida a lo largo del floreciente sur. Florida y California son losestados de más rápido crecimiento. En este tercer gran cambio de población y prosperidad, las viejas ciudadesdel norte y del este han sido dejadas atrás en decadencia.Sin embargo, esto no quiere decir que nos estemos volviendo menos urbanizados; sino más bien que la

    cultura urbana se está extendiendo hacia afuera y colonizando los suburbios, las pequeñas poblaciones y lasáreas rurales. La ciudad es menos un lugar, y más un proceso, que lleva sus tiendas bajo franquicias a lospequeños poblados, y sus diarios y transmisiones de TV estándar a la más remota villa rural.Los gobiernos de muchos países occidentales han fomentado la dispersión de la población y de las

    industrias. En Inglaterra enormes programas de "Ciudades Nuevas" y de desconcentración se llevaron a caboen las tres décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En los Estados Unidos la Ley de Hipotecas y laLey de Desarrollo Carretero de 1947 condujeron a sistemas de carreteras y autopistas masivas y un éxodosubsidiado por el gobierno desde las ciudades a los suburbios y aún más allá. Estas provisiones financieras yde carreteras permiten a la gente vivir a grandes distancias de su trabajo, y la recompensan por hacerlo así. Lasgrandes compañías se trasladan a grandes locales nuevos en los suburbios, a lo largo de rutas en buen camino,de manera que los empleados puedan vivir aún más lejos. Se dan con mayor frecuencia concesiones enimpuestos para edificios nuevos que para renovar edificios en comunidades viejas. Una familia próspera que semuda a su "Jardín del Edén" considera su cambio como un asunto individual, pero las políticas que hicieronposible la mudanza son anticomunitarias, al crear suburbios y al desarraigar comunidades de las ciudades.

    A través de los medios masivos, de la comunicación, la cultura urbana entra en todo hogar, por remoto quesea. Por ejemplo, cuando Johnny Carson usa Los Ángeles como escenario de TV para sus excursionesnocturnas a la Norte América rural de pequeños pueblos, él urbaniza el espacio que antes era un ambienterural. La televisión exporta personas, valores y productos urbanos que crean una nueva conciencia social. Unopuede ver a cada personalidad de la TV como un Juan el Bautista cultural urbano, exclamando: "¡La ciudadestá llegando! ¡La ciudad está llegando!" Esta consciencia universal de la vida de la ciudad es una urbanizaciónpsicológica más rápida y engullente que cualquier desarrollo suburbano.Es realista, entonces, ver la descentralización de las ciudades estadounidenses y europeas, a través de sus

    culturas completas, no como una declinación, sino todo lo contrario. Las mismas fuerzas que produjeronChicago, Detroit y Miami han ido a todas partes. No hay escape del proceso de la urbanización. El éxodo defamilias y fuerzas laborales produce nuevas urbanizaciones y el crecimiento de pequeñas poblaciones y aldeas;esto representa la expansión de las ciudades, y no el escape de ellas como mucha gente asustada y "correlona"supuso.

    El siglo del hombre sin hogar

    Al extenderse las ciudades desarrolladas, sus centros todavía actúan como magnetos para los pobres y losdesposeídos. Aun una ciudad inglesa como Liverpool, la cual ha perdido la mitad de su población para llegar amenos de 500,000, todavía tiene una minoría étnica sustancial, que incluye a 10,000 chinos.Hay 233 naciones en el mundo, y en mi manzana de una milla cuadrada, en el centro de Chicago están

    representadas 60 de esas naciones (el 25 por ciento). En mayo de 1982 un estudio del New York Times del barrio chino encontró refugiados de cada provincia de la China continental en cuatro manzanas en el centro dela ciudad de Nueva York.Los Estados Unidos es un país de inmigrantes. Durante el siglo diecinueve se volcaron en olas para escapar

    de la pobreza, de la hambruna o de la persecución. 'Dame tus masas cansadas, pobres, apiñadas, ansiosas deser libres...mándame a estos, los que no tienen hogar, los arrojados de la tempestad", dice la inscripción de laEstatua de la Libertad. El influjo de inmigrantes todavía continúa. En la década de los 70's el número deinmigrantes a los Estados Unidos igualó los 8.8 millones de 1900-1910. Desde la Segunda Guerra Mundial, la

    composición racial de las grandes ciudades ha sido drásticamente alterada por las migraciones internas dentrode los Estados Unidos, de negros de los estados sureños a las ciudades del norte.Mientras que la migración anterior fue por mar desde Europa, principalmente a Nueva York, la "media

    luna del sur" es ahora la zona de inmigración. Miami es de facto la capital de América Latina, y cada año porlo menos un millón de hispanos fluyen ilegalmente sobre la frontera de 2,400 millas entre México y los EstadosUnidos. Con cuatro y medio millones de hispanos, Los Ángeles es ahora la segunda ciudad "mexicana" masgrande, mientras Houston es la de mayor crecimiento. Cuatro quintas partes de todos los niños en edadescolar de Houston son o hispanos, o negros o asiáticos. Las ciudades estadounidenses del sur están viendouna enorme concentración de los pobres, y las características del Mundo de los Dos Tercios coexistendificultosamente con las opulentas comunidades americanas.

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    Los refugiados son un problema viejo, pero los modernos métodos de transportes han hecho posible elmovimiento internacional en una escala desconocida hasta ahora. La Segunda Guerra Mundial desplazó a 40millones de gentes de sus hogares solo en Europa, pero el ochenta y tres por ciento permanecieron dentro desus fronteras nacionales. Hoy en día el desplazamiento internacional es común. Cerca de la mitad de losrefugiados de hoy son africanos, que se mueven de un país a otro. "La extensión y la urgencia de estassituaciones no tienen precedente", según Ninan Koshy, del Concilio Mundial de Iglesias.Casi todos los países de Europa Occidental han recibido su parte de este movimiento de refugiados. La

    mayor parte de las antiguas potencias coloniales han llegado a ser anfitriones de gente de las antiguas colonias,mucho para la consternación de los nativos (lo que puede describirse como "los imperios contra atacan").Tumultos urbanos han ocurrido en todo el mundo, en los cuales la presencia de los migrantes urbanos y losrefugiados, y las reacciones hacia ellos, han jugado un papel. Londres fue la cabeza del mundo; ahora elmundo está en Londres. En Amsterdam ciertas comunidades tienen el dieciséis por ciento de su población deGoa, de las Molucas y de Surinam, mientras en París hay 300,000 argelinos. Otros grupos inmigrantes son elmedio millón de finlandeses en Suecia, 50,060 yugoslavos en Estocolmo, y turcos en la mayoría de las ciudadesde Alemania Occidental.Los refugiados son aquella gente forzada a moverse por la guerra, por la hambruna o por la persecución; los

    migrantes se mueven "libremente" para encontrar mejor trabajo o mejores condiciones. Sin embargo, son losgobiernos o las compañías multinacionales los que llevan a comunidades enteras a la pobreza, y así ladistinción entre movimientos "libres" y "forzados" no es clara. Puede parecer que una ciudad tieneindependencia económica, pero siempre debe vérsele como siendo parte de un sistema nacional más grande,influenciado por decisiones políticas y por oportunismo financiero.

    En el primer año de la administración Reagan, 40 miles de millones de dólares fueron quitados de lospresupuestos sociales (en aquel tiempo gastados en su mayor parte en las ciudades del norte y del este), y losagregaron al presupuesto militar del Pentágono (el cual se gasta en su mayor parte en las áreas en crecimientodel sur). Decisiones federales de esta magnitud, tomadas en Washington, afectan a docenas de ciudades y amillones de personas, y deciden cuáles regiones urbanas florecen o declinan.Cuando yo empecé el ministerio en Seattle en 1959, era la ciudad Boeing. Casi toda la economía dependía de

    esa compañía. En 1961 el enorme contrato para el avión TFX (el cual ya se le había dado a Boeing), fuedesviado a la General Dynamics de Texas. El acuerdo fue un trato político operado por Lyndon Johnsoncuando llegó a ser Vicepresidente de Kennedy. John Kennedy era un católico romano; había escogido a

     Johnson porque trajo consigo el apoyo de muchos votantes protestantes del Sur. Johnson fue recompensadocon el traspaso de muchos contratos militares e industriales del Norte para el Sur.La economía de una ciudad entera, y los ingresos de miles de familias, fueron cambiados de la noche a la

    mañana por decisiones tomadas a tres mil millas de distancia. Empecé a ver que una decisión tomada enWashington para llevar recursos a Texas nos afectaba a nosotros en Seattle; que las ciudades no son solo

    conjuntos de personas sino sistemas, como los del cuerpo, que son parte de un total más grande. Las ciudadesdeben verse como sistemas en sí mismas, los cuales también operan dentro de sistemas nacionales einternacionales.

    El crecimiento urbano en el Mundo de los Dos Tercios

    Hemos visto que las ciudades de más rápido crecimiento hoy son las del Mundo de los Dos Tercios. Perosus experiencias en urbanización son muy diferentes de aquellas del mundo desarrollado, las cuales pasaronpor una fase paralela en el siglo diecinueve.Primero, la escala es enorme, comparada con el crecimiento anterior. Manchester, Inglaterra, era una

    maravilla del mundo al comienzo del siglo diecinueve, y la gente iba de todos los países para ver con asombroy horror las cosas fabulosas y terribles que sucedían allí. Manchester creció de 70,000 en 1801 a 243,000 en 1841,y aumentó constantemente a su máximo de alrededor de 800,000, para la Primera Guerra Mundial. Hoy, laciudad de México crece en medio millón de personas al año, y Bangkok en 750,000 al año. Estas ciudades del

    Mundo de los Dos Tercios tienen poblaciones muy jóvenes sin historia y sin las restricciones que se encuentranen las comunidades rurales. No tienen arraigo, son móviles, acoplados al medio, volubles y exigentes; exigenque la calidad de vida mejore. El clímax de la violencia urbana, la cual ya ha pasado probablemente en lasciudades occidentales, todavía tiene que llegar a estos vulnerables conjuntos humanos.Una segunda diferencia tiene que ver con los prospectos de empleo. Las viejas ciudades tenían una riqueza

    de capital y desarrollaron industrias de mano de obra intensiva. Ahora, aun en las ciudades del Mundo de losDos Tercios, donde la mano de obra es abundante y barata, las economías de capital intensivo se estándesarrollando, y las industrias de alta tecnología están reduciendo gradualmente la cantidad necesaria demano de obra. Por el momento los empleos están todavía creciendo en esas ciudades, pero a medida que estospaíses se esfuerzan por alcanzar al mundo desarrollado, el prospecto para el futuro es poco prometedor.

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    Las ciudades del Mundo de los Dos Tercios están presionando los límites de su medio ambiente-petróleo,materias primas, aun el aire. Jakarta es ahora la más grande ciudad del mundo sin un sistema de drenaje. Susocho y medio millones de habitantes viven en un inmenso tiradero de basura. Si queman la basura, elloenvenena el aire; si la entierran, ello envenena el agua. En la mayoría de las ciudades del Mundo de los DosTercios hay industrias enteras que viven de la basura, seleccionándola, vendiéndola y, así, rendándola.Por muy graves que puedan parecer Liverpool, Chicago o Pittsburgh, hay una vasta diferencia en grado

    entre ellas y las ciudades de los países en desarrollo.

    En Africa los hombres están yendo a las ciudades, dejando a sus esposas, hijos y padres en la tierra tribal.Los hombres se desplazan a las ciudades por sí mismos, y la prostitución llega con ellos. Un derrumbamientode la comunidad y de la familia en grande escala ocurre en las ciudades africanas. Aproximadamente unacuarta parte de la población en edad de trabajar, en todas las ciudades africanas, está sin empleo, y otra cuartaparte está sub-empleada en trabajos de-valuados de tiempo parcial. Esto es una bomba de tiempo social máspoderosa que la pobreza abyecta para la gente que rápidamente ha levantado esperanzas que no se hancumplido.En América Latina las condiciones son enteramente diferentes. La familia entera se va junta a la ciudad,

    incluyendo a la abuela, a la cabra y todas las posesiones familiares. Establecen su hogar en un barrio o distrito;de todos los latinoamericanos, el sesenta y cuatro por ciento ahora viven en ciudades.Cuando una pareja joven se muda de un pueblo a una ciudad, el marido no calificado quizá trabaje en una

    obra en construcción. Su esposa se viste elegantemente para trabajar con las computadoras en un conjunto deoficinas en el centro de la ciudad. El espera que ella se comporte como una esposa de pueblo, pero ella se havuelto bi-cultural: esposa de pueblo y mujer urbana independiente. La ciudad amenaza su vida de familia y la

    desgarra.Las mujeres de entre los quince y los diecinueve años de edad son el grupo más grande que se emigra a lasciudades latinoamericanas, en contraste con la situación africana notada arriba. Llegan a liberarse y forman losgrupos profesionales crecientes de esas ciudades. Muy rápidamente empiezan a demandar otros derechos yprivilegios, y' desafían los valores tradicionales rurales del matrimonio. Estas ciudades recluían y despuéstransforman estos recursos humanos.Muchas mujeres urbanas negocian con el sexo para tener seguridad frente a sus hombres. Algunas mujeres

    pobres deliberadamente engordan y se hacen no atractivas, para que sus esposos borrachos no quieranrelaciones sexuales con ellas. Se me ha dicho: "Si luzco atractiva, me voy a ganar una paliza de toda clase dehombres, incluyendo de mi propio marido".Hay presiones políticas sobre los núcleos familiares. Un gran grupo rezagado de mujeres en Bangladesh

    están todavía esperando reunirse con sus hombres en Inglaterra. En Sudáfrica los hombres están obligados avivir en dormitorios en los alrededores de las ciudades mineras, mientras que sus esposas viven en susterritorios tribales quizás a cientos de kilómetros de distancia. Las ciudades de Norte América tienen

    concentraciones de migrantes de toda América Latina y de otras partes. Es común para éstos formar nuevasfamilias, aunque algunos mantienen lazos con sus familias abandonadas en su país.La migración masiva, la vivienda pobre y el desempleo juntos implican vastas presiones sobre la vida de

    familia, la cual está fragmentada ydegradada.

    Clasificando a las ciudades del mundo.

    Los primeros urbanólogos clasificaron a las ciudades por su sitio y su forma, pero los postreros,encabezados por Louis Mumford, las definieron por funciones: los papeles que ellas juegan en la sociedad másgrande. Hay un aspecto de la forma de las ciudades que Mumford considera como único. Las ciudadescontienen y transmiten culturas; al reunir todas las partes separadas (como los grupos raciales se encuentran así mismos viviendo lado a lado) permiten relaciones directas que llegan a ser motores y catalizadores decambio cultural.Será útil para los cristianos urbanos, y para el argumento que se desarrolla en este libro, delinear unas pocas

    de las posibles clasificaciones funcionales.Ciudadesculturalesson la vanguardia en la moda y en las ideas, París, Oxford, Boston y San Franciscoincluyen este papel cultural entre sus funciones.Las ciudades políticas y administrativascontienen los gobiernos y sus burocracias. Su producto es el poder y

    las decisiones. Son ejemplos Washington D.C., Nueva Delhi y Brasilia.Otras ciudades son primariamenteindustriales.Un tercio de todo el producto económico de la India pasa

    por Bombay. Sao Paulo (con cerca de 15 millones de habitantes), Chicago-Gary y Bombay funcionan comomotores y vibran con poder. Son ciudades obreras fabriles, sucias, feas, y ruidosas. Tienen más en común entresí que con los otros tipos de ciudades.

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    Las ciudadescomercialesfuncionan como mercados gigantes. Nueva York es como un enorme bazar. Elpropósito de estas ciudades es hacer dinero, y su apariencia indica frecuentemente la presencia de riqueza.Algunas ciudades sonsimbólicas.Soweto, Belfast, Berlín, Beirut o jerusalén simbolizan las divisiones dentro

    de sus países, la opresión, la guerra o el odio religioso.Las ciudades que combinan todos estos papeles son llamadas ciudades primarias.Berlín, París o las capitales

    de la mayor parte de los países del Mundo de los Dos Tercios, son ejemplo. Aquí hay otras más.Bangkok.Bangkok, Tailandia, es una ciudad primaria típica. Tiene seis millones de habitantes en más de mil

     barrios bajos, y añade cerca de 750,000 personas anualmente a su población. Los barrios bajos actúan comopequeñas bolsas empresariales de mano de obra barata, sacando a la gente de las áreas rurales pobres. Lasmujeres y los niños cosen camisas por diez centavos cada una. Las camisas se venden en Oxford Street,Londres, con enormes ganancias para todos los intermediarios. La mano de obra barata socava los salariosingleses y elude 150 años de legislación industrial británica.La economía de Bangkok ilustra el poder de la industria multinacional. En 1978 la economía internacional

    excedió por primera vez al total de las economías nacionales de! mundo. Las compañías multinacionalescontrolan el destino y el bienestar de países enteros, y son parte del proceso por medio del cual las ciudadesprimarias se expanden y dominan a sus países. Las compañías tienen sus oficinas centrales y sus fábricas enestas ciudades donde pueden controlar la producción y proveen de una enorme fuerza laboral por los salariosmás bajos. Luego la ciudad tiene que cubrir todos los otros costos de estos trabajadores: vivienda, educación,hospitales y transportes. Estas ciudades llegan a ser gigantescos parásitos para el resto de sus países,absorbiendo proporciones injustas del capital de inversión. Las áreas rurales llegan a estar aún más pobres, yasí los incentivos para mudarse a las ciudades primarias son aumentados aún más.

    Los gobiernos, en general, están desmedidamente orgullosos de estas ciudades. Los líderes políticos selanzan dentro del siglo veinte con aeropuertos internacionales de aparador y hoteles de prestigio, absorbiendoaún más capital, el cual podría haberse invertido en infraestructuras rurales para mejorar las condicionesafuera de la ciudad. Explotan recursos, tanto financieros como humanos, los cuales podrían ser usados paracrear una distribución más justa de la riqueza, y comodidades y los concentra en las ciudades capitales. ¿Es deextrañarse que los pobres sigan llegando en masa llenos de esperanza hacia las brillantes luces de la ciudad?La Ciudad de México.La capital de México es ahora la segunda ciudad más grande del mundo, con 18

    millones de habitantes. Se espera para 1995 -si continúa la presente tendencia- que tenga 25 millones dehabitantes, y para 2000 por lo menos 27.6 millones de gentes. Alberga la cuarta parte de la población del país ycrece en un millón de personas por año: 600,000 por nacimientos y 400,000 por migración de las partes ruralesde México.La mediana edad en la Ciudad de México es de 14.2, comparada con la de 31 en Chicago. Esto quiere decir

    que la mitad de la población de la Ciudad de México tienen de 14.2 o menos, y que la mitad de la población deChicago tiene menos de 31. La ciudad es un gigantesco orfanatorio con nueve millones de bebés y niños. No

    hay ciudad en el Mundo de los Dos Tercios -hasta donde yo sé- con una mediana de edad por encima de 20.México necesita un millón de nuevos empleos al año para absorber a la gente joven que entra al mercado deltrabajo. La mejor cifra de nuevos empleos fue de 400,000 en 1978, en la cumbre de la prosperidad petrolera.La vasta aglomeración está a una altitud de 2,500 metros y tiene solamente la mitad del oxígeno de una

    ciudad a nivel del mar. Está rodeada de montañas, de manera que las emanaciones industriales quedanatrapadas. Respirar este aire es el equivalente a fumar varias cajetillas de cigarillos al día. El incremento entoxicidad de la sangre de los habitantes y en el ritmo cardiaco son medibles. La contaminación, el plomo y elmonóxido de carbono están envenenando a los habitantes y posiblemente cambiando su conducta.La Ciudad de México es una espantosa parábola de la explotación urbana en que se está sumergiendo el

    Mundo de los Dos Tercios. Los presidentes de México, elegidos para períodos de seis años, dejan huella en estaciudad capital. Ellos han invertido consistentemente casi todos sus recursos e industrias allí. La ciudad es unmagneto gigantesco, pero está fuera de control, robando a la nación el aire, el agua, la gente y los demásrecursos.Londres.La Grande Londres y los Condados Internos tenían 10 millones de gentes en 1985 (de acuerdo con

    la estimación del gobierno del Reino Unido), una quinta parte de la población de Inglaterra y Gales. Sus áreasinteriores estaban declinando, pero la población del área urbana más grande se había extendido concrecimiento en los cinturones suburbanos y rurales. La población de Islington -un barrio interno- descendióde 410,000 habitantes en 1939, a 61,000 gentes en 1981. En 1939 la población era casi enteramente inglesa; para1981 incluía, de acuerdo con algunas estimaciones, hasta 50,000 chipriotas y 15,000 irlandeses, con grandesnúmeros de asiáticos y naturales de las Indias Orientales.En forma similar, la población del barrio de Tower Hamlets declinó de 600,000 en 1900, a 142,000 en 1981.

    Este barrio siempre ha hospedado a refugiados, desde los hugonotes en el siglo dieciocho, a los judíos, en elprincipio del siglo veinte, y ahora a originarios de Bangladesh y a otros asiáticos.En todo Londres interior y las otras áreas urbanas antiguas de Inglaterra, ha habido un desquebrajamiento

    de la estructura tradicional de la familia extendida. Los planes británicos entre 1950 y 1975 declararon en

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    ruinas y demolieron grandes áreas de viviendas en la ciudad interior y construyeron grandes inmuebles enáreas nuevas. Usualmente las familias más jóvenes se mudaron a estas, dejando atrás a sus padres maduros oancianos. En el Este de Londres cerca de una tercera parte de todas las familias consisten de una sola persona,y la mayor parte son ancianos. Las estructuras de la familia extendida parecen tener pocas probabilidades dereformarse o sobrevivir en las ciudades británicas.Londres es ahora una de las ciudades más multiétnicas en Europa, con una creciente población musulmana,

    y grandes comunidades afro-caribeñas, chipriotas, griegas, italianas y chinas, entre otras. Sus características

    son reflejadas por las otras áreas urbanas principales de Inglaterra, las cuales, entre 1951 y 1975, perdieron eltreinta por ciento de su población y el veinte por ciento de sus empleos. Sus áreas rurales y pequeños puebloscircundantes han ganado población y empleos. Las clases medias prósperas viajan de las áreas internasdecadentes a los centros citadinos, los cuales todavía se ven y se sienten prósperos. Esos trabajadores manualestodavía empleados viajan a entidades industriales esparcidas en las afueras.En Clydeside, la conmutación aumentó en un 350 por ciento entre 1951 y 1971; mientras en Liverpool, el 88

    por ciento de los empleos de la ciudad eran ocupados por sus propios residentes en 1951; pero solo el 58 porciento en 1976. Entre 1970 y 1984, Liverpool perdió 140,000 empleos. Los trabajadores profesionales y losmanuales ahora se entrecruzan yendo en direcciones opuestas en su camino al trabajo. En 1951 las ciudadestenían el 40 por ciento defuerza laboral de los británicos. Este cálculo se redujo a 24 por ciento en 1971, y serámás bajo ahora. Aun cuando haya aumento de empleos disponibles en una localidad, no implica que la gentelocal los obtenga, porque bien puede ser que no esté calificada. En Londres, en 1985, había solo 19 vacantes porcada 500 gentes desempleadas no capacitadas. Hay tremenda diversidad dentro de las ciudades. En 1985, laciudad interior de Hack-ney tenía una tasa de desempleo de 24 por ciento, mientras que la tasa en la próspera

    Sutton suburbana era solo de cinco por ciento. Las gentes por debajo de veinte anos, por encima de loscincuenta o no blancos eran los más propensas a ser desempleadas.

    Efectos de la vida en la ciudad

    Los efectos de la vida en la ciudad sobre la gente varían con el tipo de ciudad, su historia, la parte de laciudad que ocupe un individuo y el ingreso del individuo y su trasfondo social. Lo más notable son aquellascaracterísticas de las comunidades pobres que deben influenciar nuestro evangelismo, y que la familia cristianadebe entender si ha de sobrevivir a la vida de la ciudad.Hace algunos años una mujer joven, Kitty Genovese, fue inexplicablemente apuñalada hasta morir, en

    Nueva York, mientras más de veinte personas oyeron sus gritos y vieron cómo moría. Decidieron noinvolucrarse ni aun informar del crimen. Le tomó cerca de veinte minutos a su agresor matarla, y cuando ellagritaba y corría de un lado a otro a través de la calle, la gente se sentó y observaba desde las ventanas de susapartamentos.

    Este episodio impresionó profundamente a los americanos, y se emprendieron estudios sobre estaindiferencia urbana frente a los aprietos de un vecino. ¿Cómo puede la gente pararse alrededor observandocómo alguien es muerto y no involucrarse?Un estudio masivo encontró que la gente urbana sufre de "sobrecarga psicológica". Para evitar la

    "sobrecarga" tenemos filtros que nos permiten manejar el ruido, el bombardeo constante de mensajes co-merciales, y millares de relaciones casuales diarias. La gente sobrevive en la ciudad gracias a que usananteojeras mentales: filtrando lo que aceptan y optando por no entrar en relaciones y situaciones. La gentesobrevive en la ciudad gracias a que no tiene que pensar en lo que hacen. Algunas veces nos sorprendemos ypensamos: "Me pregunto si me pasé esa luz roja". Nuestras reacciones han llegado a ser inconscientes.¿Cuál supone usted, entonces, es el efecto que tiene sobre los extraños tocar de puerta en puerta? Muy

     bajo. La gente vive en edificios cerrados con llave porque no quiere ni una relación casual más. Solo puedemanejar unas cuantas relaciones, y en una ciudad -donde todo los aspectos de la realidad se intensifican- serehusa a comunicarse, a fin de sobrevivir.La gente tiene cuatro redes de relaciones "primarias":1.Biológicas. La familia y los parientes, los cuales pueden vivir cerca o lejos.2.Geográficas. La gente que conocemos a causa de donde vivimos.3.Vocacionales. La gente con quien trabajamos.

    4.Recreativas. La gente con quien jugamos o nos escapamos de las realidades urbanas de otra forma .En las áreas rurales, la gente adquiere su identidad por medio de las dos primeras redes: sus padres y

    donde ellos viven la identifican. En una población pequeña conocemos a todo el mundo. Tenemos una relaciónprimaria aun con el borracho del pueblo. Conocemos a todos los líderes políticos, a los ancianos y a los niños.Todos ellos nos conocen a nosotros: dónde vivimos, a nuestros padres, a nuestras hermanas y hermanos.Cuando nos mudamos a la ciudad somos identificados por nuestros empleos, y casi todas nuestras

    relaciones son "secundarias" o casuales. En medio de este ambiente caleidoscópico y desconcertante, nosperdemos. "Cuando baja la marea, cada camarón tienen su propio charco".

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    Ahora permítame compartir un experimento el cual hacen mis estudiantes. Vaya a cualquier calle ajetreadade su ciudad y pregúnteles a los hombres y a las mujeres que caminan vivamente al trabajo. "¿Quién es usted?"Yo predigo que la mayoría de ellos le dirán a usted no quiénes son, sino lo que hacen. "¿Quién es usted,señora?" -"Soy una secretaria". "¿Quién es usted, señor?" - "Soy un abogado". "¿Quién es usted, señor?" -"Bueno,yo trabajo en el edificio que está allí. Soy un oficinista".Es por esta razón que el desempleo no es solo una crisis económica, sino una de identidad. Las personas

    urbanas son inseguras, y si pierden sus empleos sufren más severamente que aquellas de las áreas rurales. Mi

    padre vivió durante la Gran Recesión y tuvo una sucesión de empleos y temporadas de desempleo, a pesar detodo esto, él no ha experimentado una crisis de identidad. Es una persona rural, que vive donde él creció yseguro en su familia. Su familia está organizada alrededor del cementerio y de la iglesia; la mitad de su familiaestá en el primero, y la otra mitad en la última. El vive en un mundo seguro.En las ciudades, el desempleo es totalmente diferente, y somos ineficaces en el ministerio cristiano para con

    losdesempleados porque no entendemos lo que el desempleo hace. Cuando la compañía Boeing de Seattleperdió el gran contrato de aviones, arrojó a un lado su fuerza laboral como si fuera basura. La gente perdió nosolo sus trabajos, sino su identidad. Se miraron hacia adentro, se culparon a sí mismas y empezaron a sentirsesin importancia. Vivían en las márgenes de la sociedad, observando. Muchos fueron conducidos alalcoholismo, al abandono sexual, a la falta de integridad y al hedonismo de todas clases. El desempleo es unacrisis urbana de alcance mundial.La gente urbana necesita y tiene hambre de compañerismo que sea de alta calidad y duradero. Las tabernas

    de vecindario funcionan, noche a noche, como los centros de terapia y compañerismo para mucha gente. Siusted las estudia, encontrará que el beber es incidental respecto al propósito real de reunirse. Cuando Ralph

    Neighbour estudió las tabernas de Houston, Texas, llegó a la conclusión de que la gente venía buscandocompañerismo y un hombro sobre el cual llorar. Las gentes urbanas se protegen a sí mismas de relacionescasuales y superficiales, porque la vida urbana es socialmente inestable, con muchas gentes que entran y salenen sus vidas. Al mismo tiempo, esto testifica que ellas necesitan unas cuantas relaciones continuadas en todaslas clases de contextos congregacionales.Para el cristiano, la respuesta a esa necesidad es obvia. Jesucristo ofrece amor y aceptación, la relación

    personal definitiva, gratuitamente a todos. La comunidad cristiana, trabajando y adorando juntos, ofrececompañerismo y sostén. La Iglesia tiene las soluciones para los más profundos problemas urbanos. ¿Entonces,por qué no está haciendo comprensible su mensaje? ¿Por qué se le ve tan frecuentemente como fuera de época,fuera de toque y tan falta de pertinencia?He estudiado la naturaleza de las ciudades, tanto en el mundo desarrollado como en el Mundo de los Dos

    Tercios. He visto cómo estaban creciendo, cómo funcionaban, y qué efecto tenía la vida de ciudad sobre lagente. Así que la siguiente pregunta a la cual me dirigí yo mismo fue: "¿Cómo está fallando la iglesia ennuestras ciudades?"

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