El Cuadrado Semiótico de Los Discursos Políticos

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http://www.scienceshumaines.com/le-carre-semiotique-des-discours- politiques_fr_24339.html El cuadrado semiótico de los discursos políticos. Denis Bertrand, Alexandre Dézé Jean-Louis Missika Para suscitar la adhesión de sus auditorios, los hombres políticos (incluyendo a las mujeres) deben posicionarse en relación con valores compartidos. El método del "cuadrado semiótico" permite entender las lógicas ocultas. Desciframiento. Existen diferentes métodos para analizar los discursos políticos. La lexicometría, por ejemplo, procede por el cómputo de palabras para hacer resurgir las especificidades del vocabulario empleado por los actores políticos. Surgida de la teoría del lenguaje, la semiótica ambiciona más bien comprender el modo con que se construye el sentido de los discursos. Ella ofrece al respecto toda una batería de instrumentos para sacar a la luz las lógicas propias. Uno de sus modelos de base, el "cuadrado semiótico" permite también localizar relativamente un mismo conjunto de discursos en función de los grandes principios que los estructuran. Concebido por Algirdas Julien Greimas (uno de los principales semióticos franceses) sobre la base del cuadrado lógico de Aristóteles este modelo esquemático descansa sobre un juego de construcción entre categorías que todas a la vez se oponen, se contradicen y se complementan. Pongamos un ejemplo. Si se considera el orden general de las conductas en el cuadro de la ley se pueden oponer como categorías contrarias -sobre el eje común de lo que está prescrito- lo que debe hacerse (lo obligatorio) a lo que no debe hacerse (lo prohibido). Cada una de estas posiciones se define igualmente por su oposición respectiva, según un principio contradictorio esta vez, a lo que no debe obligatoriamente hacerse (lo facultativo) y lo que no debe imperativamente no hacerse (lo permitido), estas dos posiciones expresan el universo semántico de lo no prescripto. Se obtiene así una suerte de rejilla de lectura que, sin agotar la diversidad,

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Una traducción al español de un texto en francés escrito por Denis Bertrand, Alexandre Dézé Jean-Louis Missika sobre el cuadrado semiótico aplicado a los discursos políticos

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El cuadrado semitico de los discursos polticos.

Denis Bertrand, Alexandre Dz Jean-Louis Missika

Para suscitar la adhesin de sus auditorios, los hombres polticos (incluyendo a las mujeres) deben posicionarse en relacin con valores compartidos. El mtodo del "cuadrado semitico" permite entender las lgicas ocultas. Desciframiento.

Existen diferentes mtodos para analizar los discursos polticos. La lexicometra, por ejemplo, procede por el cmputo de palabras para hacer resurgir las especificidades del vocabulario empleado por los actores polticos. Surgida de la teora del lenguaje, la semitica ambiciona ms bien comprender el modo con que se construye el sentido de los discursos. Ella ofrece al respecto toda una batera de instrumentos para sacar a la luz las lgicas propias. Uno de sus modelos de base, el "cuadrado semitico" permite tambin localizar relativamente un mismo conjunto de discursos en funcin de los grandes principios que los estructuran. Concebido por Algirdas Julien Greimas (uno de los principales semiticos franceses) sobre la base del cuadrado lgico de Aristteles este modelo esquemtico descansa sobre un juego de construccin entre categoras que todas a la vez se oponen, se contradicen y se complementan. Pongamos un ejemplo. Si se considera el orden general de las conductas en el cuadro de la ley se pueden oponer como categoras contrarias -sobre el eje comn de lo que est prescrito- lo que debe hacerse (lo obligatorio) a lo que no debe hacerse (lo prohibido). Cada una de estas posiciones se define igualmente por su oposicin respectiva, segn un principio contradictorio esta vez, a lo que no debe obligatoriamente hacerse (lo facultativo) y lo que no debe imperativamente no hacerse (lo permitido), estas dos posiciones expresan el universo semntico de lo no prescripto. Se obtiene as una suerte de rejilla de lectura que, sin agotar la diversidad, permite posicionar en funcin del dominante los diferentes discursos de prescripcin de actitudes (esquema nmero 1).

Es un esquema de este orden en el que nos vamos a movilizar para sacar a la luz los grandes principios diferenciadores de los discursos de la campaa presidencial de 2007. En este tipo de competicin poltica los discursos sostenidos habitualmente por los actores polticos tienden a confundirse, ciertos candidatos no dudan en colocarse sobre el terreno del adversario (eso que llaman la triangulacin) para obtener un mximo de seguidores. As se recuerdan los discursos de Nicolas Sarkozy sobre el sufrimiento social o las preconizaciones de Sgolne Royal respecto de la tutela militar de los adolescentes que delinquen por primera vez. De hecho, la divisin izquierda-derecha, que es habitualmente utilizada para establecer las posiciones de los actores polticos se vuelve menos pertinente en esas condiciones. En este caso, el cuadrado semitico puede constituirse en un interesante instrumento de cartografa.

La ilusin de la intimidad

Para establecer los posicionamientos de los candidatos, nosotros vamos a comenzar por identificar las grandes categoras de valores que, desde su origen, trabajan sus discursos. En poltica, estos valores remiten a modos diferentes de relacionarse con la realidad. Hay en primer lugar la categora de vivencia compartida que designa aqu la realidad en tanto que ella es subjetivamente sentida por las personas y presente por empata en el discurso: "cada uno de nosotros"; "nosotros, trabajadores"; "los franceses". La vivencia se manifiesta as siempre sobre el modo participativo. A esta primera categora se opone (relacin contraria) la utopa pretendida, es decir, en nombre de qu puede ser transformada la vivencia: "La pasin de la igualdad" (S. Royal), "La Francia fuerte" (N. Sarkozy), "Otro mundo" (Jos Bov)..., todo esto que luego puede, en el discurso, corporeizarse en promesas y abrir las perspectivas de un cambio. Si la vivencia se opone a la utopa, puede estar igualmente negada (relacin contradictoria) por una tercera categora, aquella de la ficcin imaginada, el discurso procede entonces a una construccin ficticia de la realidad, jugando con las emociones y suscitando las identificaciones a travs de un vocabulario imaginado, recurriendo a la ancdota, la explotacin de textos o de gneros literarios o incluso convocando personajes histricos. A esta tercera categora, finalmente, se opone aquella de la realidad analizada (en contradiccin con la utopa pretendida) que no designa aqu la realidad del mundo efectivo sino la objetivacin de esta realidad en y a travs del discurso de anlisis (sofisticado o no). As, se obtiene in fine un cuadrado semitico de los "modos de anclaje" de la poltica reposando sobre cuatro categoras de valores (esquema nmero dos).

El anlisis posicional de los discursos se efecta en dos tiempos: en primer lugar en funcin del acento puesto en tales valores (anclaje); luego a partir de las relaciones que se establecen entre ellos (recorridos). En efecto, es raro que el discurso se fije sobre una sola categora de valores. Se ancla sobre un punto de partida y despus transita sobre otras posiciones. Son precisamente estos recorridos los que definen las lgicas especficas del discurso de los candidatos y permiten diferenciarlos.

Pongamos aqu un primer ejemplo, el de S. Royal (esquema nmero tres).

Sus discursos se anclan decididamente en la vivencia compartida. La anciana candidata socialista busca en primer lugar mantener la ilusin de una comunicacin ntima con los electores: "ustedes me han dicho, yo los he escuchado", "yo lo quiero, porque ustedes lo quieren". Despus, ella valora incesantemente la experiencia sensible de los actores, que trabaja en una lgica de nivelacin: por un lado, ella insiste sobre sus cualidades ordinarias de mujer o de madre, por otro, ella erige al ciudadano en rango de experto: "yo creo en la capacidad de expertos de los ciudadanos (...), yo estoy convencida de que cada uno de nosotros mismos es el mejor para conocer y expresar sus problemas, sus expectativas, sus esperanzas". Finalmente, ella defiende el principio de una campaa participativa: "yo quiero que los ciudadanos retomen la palabra para que yo pudiera llevar su voz". El carcter predominante de este proceso en la fabricacin del discurso de la candidata socialista no est sin determinar la secuencia de su recorrido en el cuadrado semitico Aqu la realidad analizada pasa en efecto por el filtro de la utopa, que reside en el proyecto de una "revolucin democrtica fundada sobre la inteligencia colectiva de los ciudadanos".

Cuando la utopa y la ficcin son apartadas

El reconocimiento del "ciudadano experto" constituye as el requisito de un verdadero cambio poltico ("Yo considero que la poltica debe cambiar, luego entonces ella debe tomar en cuenta la inteligencia colectiva de la gente"), y su intervencin es concebida como el principio estructurante de las orientaciones programticas de la candidata: "es absolutamente necesario dar la palabra a los ciudadanos sobre los problemas que les conciernen. Porque as es como no solamente nos hablarn justo, sino que as tambin nos actuarn justo".

Pongamos un segundo ejemplo, el de N. Sarkozy (esquema nmero cuatro).

El discurso de campaa del candidato de la UMP encontr su anclaje al mismo tiempo en la vivencia compartida y en la realidad analizada, a travs de un incesante ir y venir entre estos dos polos. Prueba de ello es la utilizacin recurrente de la pareja retrica "problema-solucin", principio estructurante que contribuye a conferir a la palabra del actual presidente de la Repblica su ritmo tan singular: "Qu es Francia? para m, es una voluntad, no es una casualidad. Es la voluntad de la gente diferente de vivir en conjunto y de compartir valores comunes. Por qu no tenemos ms ganas de vivir en conjunto? Mi respuesta: porque hay un cierto nmero de nuestros conciudadanos que piensan que nada es posible para ellos". En el discurso de N. Sarkozy, la vida compartida no constituye, como en el de S. Royal, el fundamento o el pretexto para una coevaluacin de la realidad analizada. El candidato mantiene en efecto una clara distincin entre los roles que incumben a cada uno ("No se llega a ser presidente de la Repblica por casualidad (...) es un combate muy largo, es la eleccin de una vida") y se reserva el monopolio de la elaboracin de las orientaciones programticas "Yo siento la fuerza, la energa y las ganas de proponer otra visin de Francia". Este esquema binario (vivencia-realidad) durante mucho tiempo permaneci dominante en el discurso del candidato de la UMP, la utopa y la ficcin estn apartadas en beneficio de una aprehensin eminentemente pragmtica de la poltica: "Ser de derecha, (...) es rehusarse a buscar en la ideologa la respuesta a todas las cuestiones, la solucin a todos los problemas". Pero el discurso de N. Sarkozy ha evolucionado a lo largo de la campaa, tomando progresivamente una dimensin ficticia. El discurso de investidura del 14 de enero del 2007 marca, desde este punto de vista, un verdadero giro: el discurso se tie entonces de lirismo ("Franceses, prestos a detestar su pas y su historia, escuchen la gran voz de Jaurs"), el texto se enriquece de citas literarias Mientras haya ignorancia y miseria sobre la Tierra, libros de la naturaleza de sta no podrn ser intiles", Vctor Hugo, Los Miserables); la preocupacin por la realidad se borra detrs de la evocacin de una Francia imaginaria y reconciliada ("(Francia), es el pas que ha hecho la sntesis entre el Antiguo Rgimen y la Revolucin, entre el Estado de los Capetos y el Estado republicano, entre el patriotismo y el universalismo"); el candidato recompuso finalmente su propio linaje poltico-cultural invocando una larga galera de figuras tutelares (de Henri IV a Jean Moulin, de Georges Danton a Jean Jaurs...). Tantos indicios testimonian una voluntad de aparecer bajo otro aspecto ("Yo he cambiado") aunque la caracterstica ms memorable permanece, la estructura binaria que hizo oscilar el discurso de un polo a otro.

La poltica como ficcin

Aplicada al conjunto de los discursos de la campaa presidencial, el cuadrado permite en definitiva identificar recorridos distintos para cada uno de los candidatos y, as, localizar ms all de las estrategias electoreras de desdibujamiento, sus principales diferencias. Pongamos brevemente dos ejemplos ms. El discurso de Franois Bayrou aparece dominado por la utopa pretendida de una Francia "simple y honesta", liberada de sus "divisiones artificiales": "yo confieso que no amo mucho la bipolarizacin. Yo la encuentro estpida, (...) simplista, (...) falsa"; "El verdadero nombre de Francia, el verdadero nombre de la Repblica en Francia, es conjunto". En cuanto al discurso de Jean-Marie Le Pen, el procede esencialmente por una ficcionalizacin de la poltica la realidad analizada es as reconstruida a travs del filtro de una verdadera novela centrada en los responsables de la "decadencia" de Francia responsables descritos con los rasgos de actores grotescos o de criaturas intrigantes: el "sistema", la bestia de dos caras con el nombre extranjero e inquietante de UMPS"; la "pandilla de los cuatro"; "lady Nunuche o la hada Gribouille (a propsito de S. Royal); "miss Poitou-Charentes".

Trascender las divisiones ideolgicas

Por supuesto, este cuadrado de los modos de anclaje no agota toda la densidad de los discursos polticos (no ms, en este caso, que la rejilla de lectura de la narracin, que a fuerza de explicarlo todo, no explica mucho ms...). Pero su utilizacin permite en primera instancia establecer una primera localizacin de las posiciones generales del discurso. En una perspectiva de anlisis semitico, este trabajo constituye as el prembulo de la exploracin de otros niveles de niveles de produccin del sentido discursivo: trtese de las perspectivas narrativas o de los registros pasionales. Por otra parte, en un contexto poltico, donde las oposiciones tradicionales tienden de manera persistente a confundirse, el modelo del cuadrado puede mostrarse til para descifrar las tomas de posicin precisamente porque reposa sobre la intervencin de valores fundamentales (la vivencia, la ficcin, la utopa, la realidad) que trascienden las divisiones ideolgicas. Desde este punto de vista, su aplicacin en los discursos actuales de los antiguos candidatos a la eleccin presidencial de 2007 permite tomar la medida de la inmutabilidad relativa de los grandes principios que son el fundamento de sus discursos polticos. As, S. Royal otorga siempre la primaca a la vivencia compartida, como lo testimonia su alocucin de Dakar en abril de 2009: "Ustedes han hecho la historia y continan hacindola y ustedes lo han hecho bien ante la colonizacin, durante, antes y despus. Y es con ustedes que nosotros vamos a construir nuestro porvenir". De la misma manera, el discurso del presidente de la Repblica contina siempre articulndose alrededor del doble polo de la vivencia compartida y la realidad analizada, como testimonia su discurso ante el Parlamento reunido en Congreso en el 2009: "Cmo se hizo para que tuviramos tantos problemas en nuestro pas para preparar el porvenir? En el fondo, cmo se hizo para que todos juntos nos hayamos tardado tanto? (...) Yo he reflexionado mucho. Yo creo que, con la ayuda de la crisis, ha llegado el momento de poner en entredicho los principios de una poltica que nos ha encerrado en unas contradicciones cada vez menos sostenibles".