El Cuidado en La Agenda Publica

8/12/2019 El Cuidado en La Agenda Publica

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Estudio de opinión sobre la organización del cuidado



De eso no se habla: el cuidado en la agenda pública. Estudio de opinión sobre la organización del cuidNatalia Gherardi; Laura Pautassi; Carla Zibecchi - 1a ed. - Buenos Aires: Equipo Latinoamericano dey Género- ELA, 2012.

64 p. ; 24x20 cm.

ISBN 978-987-26196-3-3

1. Derechos Humanos. 2. Trabajo Reproductivo. I. Pautassi, Laura II. Zibecchi, Carla III. Título

CDD 331

En este documento se ha procurado evitar el lenguaje sexista. Sin embargo, a n de facilitar la lectura, no se

incluye el recurso como la @ y se trató de limitar el uso de las barras “os/as”. En aquellos casos en que ha podido evitar pluralizar en masculino, dada la forma del idioma español de nombrar el plural, deseamos

que se tenga en cuenta la intención no sexista del equipo de redacción.

Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), 2012Tucumán 1581, 5º piso 10 B – 1050 - Buenos [email protected] - www.ela.org.ar

Impreso en la Argentina.Diseño grá co: Ana Zeigner

Impresión: Triñanes Grá ca, Charlone 971, Avellaneda, Buenos Aires - Argentina.

Enero de 2012.

Permitida su reproducción citando las fuentes.

Este libro cuenta con el auspicio del Gobierno de Holanda a través del MDG3 Fund.



Los avances de las últimas décadas en elreconocimiento de los derechos de las mujeresen Argentina son innegables. Con la recuperaciónde las instituciones democráticas y en los añosque siguieron, se logró la sanción normativa deldivorcio vincular; la patria potestad compartidaentre ambos progenitores; la legislación para laprotección de las mujeres que viven situacionesde violencia intrafamiliar; la rati cación de lostratados internacionales y regionales de protec-

ción de derechos humanos (luego, además, incor-porados a la Constitución Nacional reformadaen 1994); las acciones positivas para asegurar lapresencia de una cantidad mínima de mujeresa los espacios legislativos tanto a nivel nacionalcomo provincial; la ley de salud sexual y repro-ductiva; la ley de educación sexual; el matri-monio igualitario, entre otros avances.

Las luchas feministas y del movimiento demujeres jugaron un rol fundamental paracontribuir a la generación de una concienciaen la sociedad que pretende ser superadora delos roles estereotipados de mujeres y varones,eliminando la discriminación que esto implicahacia las mujeres.

Pero estos avances son tan ciertos como que haynudos problemáticos persistentes, que se ponende mani esto en diversas áreas. A pesar de lasmedidas de acción positiva, las mujeres siguensiendo una minoría en los puestos de máxima jerarquía tanto en ámbitos públicos como priva-dos. A partir del reciente estudio “Sexo y Poder:

¿Quién manda en Argentina?” ELA creóde Participación de las Mujeres (IPM) pala proporción de mujeres que ocupan carmáxima autoridad en instituciones u orgapúblicos y privados en tres espacios de popolítica, la economía y la sociedad. De acon esta indagación, solo 2 de cada 10 pde máxima autoridad son ocupados por mEn espacios tan disímiles como el mundtico, económico, sindical y social, difícilmente s

pueda pensar en una única explicación padiscriminación persistente. El cuidado entonces como una dinámica social, pereconómica, que afecta de un modo transversal entodas esas áreas y que puede convertirseobstáculo para que muchas mujeres logrenzar en sus ocupaciones y carreras profesionales(ELA, 2011).

Esta situación tiene un impacto negativo porque socava la idea del cuidado como ción del conjunto de la sociedad sino pademás pone trabas a la autonomía, inddencia y empoderamiento de las mujeres

Por ese motivo, ELA propone instalar del cuidado en el centro de la agenda ppromoviendo una instancia de discusión de ámbitos sociales y empresariales que tase encuentran obligados a brindar las condpara una adecuada provisión del cuidaobjetivo es visibilizar tanto el impactoactual división sexual del trabajo tienefamilias, como el impacto que la desatención



pública del problema del cuidado tiene en lasvidas de las personas.

El estudio de opinión que se presenta en estapublicación forma parte de una indagación másamplia destinada a obtener información con a-ble sobre tres temas centrales: (i) el trabajo decuidado que efectúan las familias, (ii) la violenciaen las relaciones interpersonales y (iii) el liderazgopolítico de mujeres. El estudio de opinión fuerealizado por MBC Mori Consultores y se llevóa cabo mediante encuestas a varones y mujeresresidentes en el Área Metropolitana de Buenos

Aires entre los meses de julio y agosto de 2011.

El equipo de investigación involucrado en esteestudio estuvo integrado por Natalia Gherardi,Laura Pautassi y Carla Zibecchi, en el marco del

proyecto “Monitorear para el empoderamlos derechos de las mujeres en las cor justicia y en los medios de comunicaciócuenta con el apoyo del MDG3 Fund del Gde Holanda.

Con amos en que esta aproximación al proble-ma del cuidado en toda su complejidad puun primer paso hacia la incorporación deen la agenda pública. El objetivo es contreducir las desigualdades de género en Arga través de la formulación de propuestas queintegren el componente de cuidado en la

ticas públicas como eje para el desarrolloy económico del país, valorizando el de cuidado como responsabilidad colectcondiciones de igualdad



La acción de cuidar involucra un conceptocomplejo que tiene muchos signi cados. Sinembargo, en los últimos años, se ha avanzado enreconocer que cuidar de otras personas que lonecesitan es un trabajo, aunque socialmente nose lo reconozca como tal.

El acto de cuidar se considera un trabajo porqueimplica tiempo, desgaste de energía y genera

valor. Todo el trabajo que las personas (en mayoría mujeres) realizan en los hogarestareas de cocina, de limpieza y cuidado dpersonas del hogar, se efectúa sin remuneracióny sin que medie un contrato que establevalor, las responsabilidades y bene cios queconllevan dichas tareas. Sin embargo, tenremuneración monetaria, estos trabajos gvalor para la sociedad en gran escala quienes se bene cian en forma indirecta (CEPAL

2009).

Además, es precisamente el trabajo de cotros el que permite la reproducción de la fuerzade trabajo que necesita la sociedad capiDe allí se deriva su relevancia no solo sotambién económica.

El trabajo de cuidado tiene caracteparticulares que lo diferencia de otros trabajos yactividades que se realizan en la sociedad

Son actividades que dependen de relaciones interpersonales íntimas entre la persprovee el cuidado y quien lo recibe (por ejemplo, la relación madre-hijo). De hecho, eexiste una relación “cara a cara” entre quienes lo otorgan y lo reciben.

Tienen un componente afectivo vinculado con las emociones que se ponen en juego en el actode cuidar al otro y con el amor hacia quien recibe el cuidado.

También hay un componente ideológico y moral. Existen formas de cuidado que son valoradasen determinados momentos por la sociedad y que representan “modelos” de buenas pde cuidado. Estos modelos están determinados histórica y socialmente: cambian a lo

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“Cuidar” implica la atención y satisfacciónde aquellas necesidades físicas, biológicas,afectivas y emocionales que tienen las

personas. Si bien todas las personasnecesitan de cuidados, aquellas que sondependientes, ya sea por encontrarse en losextremos de la vida (niñez, ancianidad) opor otras razones (enfermedades, disca-pacidad) requieren de una mayor cantidadde cuidados y/o de cuidados especiales.



tiempo y en las distintas sociedades. Asimismo, son reforzados a través de un conjunto deinstituciones y normas sociales. Por ejemplo, las recomendaciones de médicos en relación con el cuidado de los hijoso el momento que se considera adecuado que un niñoo niña ingrese al sistema educativo.

Existe la creencia extendida -y errónea- de que las mujeres están naturalmente mejopara llevar adelante estas tareas de cuidado, en sus roles de madres y/o abuelas.

La necesidad de cuidado suele ser urgente de modo que debe satisfacerse en cuanto semani esta: la necesidad de alimento, abrigo, contención afectiva, supervisión ante el peligro.

Las relaciones de cuidado en general son intergeneracionales, esto es, se cuidan a lasen los extremos de su vida: cuidado a niños/as y a adultos mayores.

Tanto los varones como las mujeres soncapaces de cuidar. En algunos casos, como enel cuidado de los hijos e hijas o de progenitoresadultos mayores, ambos sexos tienen idénticaobligación legal de asumir el cuidado.

La persistencia de la creencia de que las mujeresestán mejor dotadas para llevar adelante estasresponsabilidades, ha llevado a que las mujeresse “especializaran” en las tareas de cuidado. Estefenómeno social se traslada a otros ámbitos,como el laboral, donde las mujeres son en mayor

proporción las que trabajan en o cios y profesio-nes que implican el cuidado del otro: enfermeras,maestras, niñeras, cuidadoras remuneradas, em-pleadas domésticas.

La primera consecuencia de que las msean las principales encargadas del cuidadtrabajo doméstico no remunerado en el reside en que la presencia de niños y niñas enla familia aparece como un condicionante parala participación económica femenina. Esto spuede observar en la tasa de actividad mujeres que tienen hijos menores, que ebaja que la de las mujeres que no los tien

Las mujeres dedican mucho tiempo al cde otras personas a lo largo de su vida.

En los últimos años, también se ha estudiado elrol de las abuelas cuidadoras que desempeñan

Sin embargo, dada la forma en la cual seorganizan las actividades entre varones ymujeres (la división sexual del trabajo) son lasmujeres las que mayoritariamente asumen laresponsabilidad de cuidar de otros, muchasveces de manera exclusiva.

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Las personas “dependientes” cuya autonomía funcional es reducida -comoel caso de los adultos mayores- dependen de recursos exteriores (atenciónde la salud, cuidados familiares, lugar de residencia) para tener buenascondiciones de vida. Teniendo en cuenta que las mujeres son más longevaséstas se encuentran más a menudo como “dependientes”.

un papel importante en el cuidado de integrantesdependientes del hogar. Sin embargo, y a pesarde otros cambios culturales en la sociedad, no

se han producido grandes avances en la inración de los varones a las tareas de cuida

En general, se necesita de cuidados especialeso más intensos en los extremos de la vida: enla niñez y ancianidad. Sin embargo, cuandolas personas están enfermas o tienen algunadiscapacidad también requieren de este tipo de

cuidados. En consecuencia, los hogareshay personas que se encuentran en alguestas situaciones tienen una carga maycuidado.

En los últimos años, existen factores que explicanque el cuidado y las tareas de socializaciónen la infancia se han complejizado. Por otraparte, el incremento de la esperanza de vida yel descenso en la tasa de fecundidad produceun aumento del número de adultos y adultasmayores. El crecimiento de la esperanza de vida(esto es, el alargamiento de la duración de lavida de las personas) produce una extensiónde enfermedades crónicas y/o discapacidadescuya consecuencia es la necesidad de cuidadosmás intensos o especiales también duranteuna importante proporción de la vida de laspersonas.

En este contexto, muchas mujeres (en de esposas, parejas, hijas, nueras) se dedcuidado de los adultos mayores de las familias.

Hay investigaciones sociodemográ cas que a r-man que los años venideros van a estar caracteriza-dos por un envejecimiento de la poblacióel consecuente aumento de dependencia personas y de responsabilidades vinculadel cuidado de los adultos mayores. Asimisprocesos de independencia de los hijos e hprolongan también para algunos sectorespoblación. Esto se traduce en una mayoglobal del cuidado para las mujeres madr



En América Latina en general y en Argentina enparticular, se ha intensi cado el desplazamiento deciertos servicios que antiguamente suministrabael Estado -principalmente, vinculados con lasalud y la educación- hacia las personas parasatisfacer necesidades fundamentales de loshogares vinculadas al cuidado de sus integrantesdependientes. En consecuencia, es en el senode las familias donde se provee gran parte delcuidado.

En este contexto, cada familia según su nivelsocioeconómico tiene distintas posibilidadesy desiguales oportunidades de satisfacer lasnecesidades de cuidado. Las familias queposeen mayores recursos económicos puedencubrir sus necesidades en el mercado a travésestablecimientos de educación de gestión priva-da (jardines maternales, de infantes, escuelas

primarias) y/o contratando especí camentepersonas dedicadas a esta tarea (empleadas deservicio doméstico, niñeras, cuidadoras de latercera edad).

En cambio, las familias de ingresos más modestosrecurren básicamente a la oferta existente deeducación de gestión estatal. De modo que laeducación pública es una de las principalesestrategias para el cuidado a niños y niñas.

Por otro lado, en los últimas décadas en la mde los países de la región (Argentina entrse ha producido un proceso de exibilización yprecarización de las condiciones contralaborales, que hace suponer que son muylas mujeres trabajadoras que efectivamentecuentan con bene cios de cuidado infantil y otrosbene cios de la seguridad social derivados de lacondición de empleo asalariado registrad

En Argentina la regulación del cuidconcentra en algunas acciones y políticaquellas trabajadoras que pertenecen al mdo laboral formal y están insertas en trabajosasalariados y registrados. Existen dos gejes relacionados con la normativa referida a laarticulación entre la vida laboral y la vida familiaEl primero de ellos se centra en el perígestación, alumbramiento y lactancia. Eldo abarca un conjunto de disposicionese re eren casi exclusivamente a los derechosde las mujeres, asumiendo su doble función detrabajadoras y madres, y casi nunca a los vDe este modo, la legislación refuerza estereo-tipos en torno a la maternidad y desestimderechos, funciones y roles de los progenitoresvarones para con sus hijos/as.

El escenario se ha tornado tan complealgunos estudios señalan que estamos frente auna “crisis de cuidado” (CEPAL, 2009).

La educación pública es una de las principalesestrategias para el cuidado a niños y niñasmayores de 5 años.

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Por otra parte, recibir cuidados es un derecho cuyocumplimiento depende no solo de la promociónde una oferta de cuidado sino también de launiversalización de la responsabilidad, la tareay la asignación de los recursos materiales para

realizarlo. Este es un primer paso para dlas responsabilidades de cuidado entre todintegrantes de la sociedad y no depositarlen las mujeres. La conceptualización del como derecho conlleva para el Estado nobligaciones negativas (abstenerse de entolos servicios de guarderías infantiles, no impediel acceso de un adulto mayor al sistema desino también obligaciones positivas, taleproveer los medios para poder cuidar y garque el cuidado se lleve adelante en condde igualdad (Pautassi, 2007).

Crisis del cuidado“La expresión ‘crisis del cuidado’ se re ere a un momento histórico enque se reorganiza simultáneamente el trabajo salarial remunerado y eldoméstico no remunerado, mientras que persiste una rígida división sexualdel trabajo en los hogares y la segmentación de género en el mercado

laboral. Estas asincronías afectan la continuidad y el equilibrio de lostradicionales arreglos de cuidado en nuestras sociedades y atentan contralas opciones de las mujeres para insertarse en los mercados laborales sinverse confrontadas con barreras seculares, y así alcanzar mayor autonomíaeconómica y bienestar” (CEPAL, 2009: 173).

Cuidar a integrantes dependientes del hogar noes una responsabilidad exclusivamente femeninani tampoco individual.

Cuidar es una responsabilidad social y unaobligación legal que debe ser compartidapor varones y mujeres por igual.

+Cantidad de personas

dependientes de cuidado

-Proporción de personas en

condiciones de ejercer esa función

=CRISIS DE CUIDADO



La responsabilidad de cuidar“En todos los casos, debe quedar claro que existen sujetos obligados aproveer el cuidado, desde los miembros de la pareja para con sus hijos,o de los hijos varones y mujeres para con sus progenitores en situaciónde autonomía relativa, pero también es el Estado o los particulares en

determinados casos quienes también se encuentran obligados a ‘hacer’ enmateria de cuidado” (Pautassi, 2007: 19).

En los últimos años, se ha denominado “con icto

familia y trabajo” a las di cultades que enfrentanlas mujeres y varones para cuidar de sus hijosy, al mismo tiempo, permanecer en el mercadolaboral. Este con icto se produce porque lasmujeres se han insertado masivamente en el

mercado laboral, pero no se ha modi cado la

forma en la cual se organiza el cuidado de laspersonas dependientes del hogar. Las msiguen siendo las principales encargaddicha tarea.

El con icto familia y trabajo se produce tambiénporque existe una clara concentración temporaldel trabajo entre lo que se denomina la edad más

productiva de varones y mujeres en el mlaboral (25–45 años) que coincide precisamentecon las mayores responsabilidades familiares que

Las mujeres como espacio de ajusteLas especialistas señalan que en la literatura se continúa hablando de“conciliación” o “compatibilización” en referencia a las soluciones delcon icto familia-trabajo que experimentan las mujeres. Sin embargo,indican que el uso del término “acoplar” parece ser más adecuado, ya quelos dos primeros aluden a dos espacios opuestos que deben ser ajustadosentre sí por las mujeres (Marco, 2006).

En este documento se recurre al concepto “estrategias” precisamente paradar cuenta de cómo las mujeres son el espacio de ajuste para unir aquellosespacios que se dan la espalda entre sí.

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surgen a partir de la formación de las familias, elcuidado de hijos pequeños y, en algunos casos, elcuidado de los adultos mayores (Arriagada, 2004).

Las políticas y acciones de “conciliación” familia ytrabajo pretenden atender este con icto garan-tizando a los progenitores la posibilidad de cuidarde sus hijos/as y, al mismo tiempo, permaneceren el mercado laboral. No solo se trata del dere-cho de los progenitores a armonizar dos ejes

centrales de sus vidas: trabajo y familia, sino qutambién se encuentra en juego el derechoniños/as a ser criados y educados por sus padres.

De modo que las políticas y acciones son inciones que buscan una combinación adeentre la inserción laboral, la atención responsabilidades de cuidado y el disfrute deotros ámbitos de la vida social.

Existen muchas políticas y acciones de “conciliación familia y trabajo”. Entre las más importantes sepueden destacar:

Las políticas de tiempo o “reingeniería del tiempo”:

Flexibilidad en el horario laboral; compatibilización de los horarios laborales con lescolares; semanas laborales comprimidas.

Promoción de trabajos de tiempo parcial, sin que esto implique una precarizaciócondiciones laborales para aquellas personas que lo elijan.

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¿Qué son las acciones de conciliación?Las “acciones de conciliación” son aquellas iniciativas que se dan en el nivel micro delas empresas o unidades productivas, desarrolladas con el objetivo de facilitarle alpersonal la conciliación con la vida laboral y familiar. Las “políticas de conciliación” sonlas regulaciones y programas que constituyen políticas públicas que buscan favorecerlas conciliación entre la vida laboral y familiar. (Rodríguez Enríquez, 2009).

Las políticas de conciliación son una herramienta útil aunque presentan límitimportantes. En primer lugar, al estar circunscriptas al ámbito laboral las personasque no cuentan con un empleo formal difícilmente se vean bene ciadas. Por otraparte, la experiencia en otros países ha demostrado que estas políticas no fomentan

una distribución del trabajo de cuidado entre varones y mujeres. Por el contrario, enalgunos casos, han reforzado el rol de las mujeres en la organización del cuidad(Rodríguez Enriquez, 2009; Torns, 2005).



También en los últimos años varias ciudades han ensayado a nivel local la articulación delos horarios de los servicios públicos de transporte con los horarios laborales y los En la misma línea, articular la atención en los hospitales y centros de saludmomentos de mayor demanda de la familia.

Extensión de la licencia por maternidad e implementación de licencias para padres otras licencias especiales para cuando los progenitores las necesiten.

Los servicios e infraestructura de cuidado

En Argentina no se ha avanzado en la discusiónde políticas de conciliación familia y trabajode acuerdo a las necesidades de las familias.Aunque existen diversos proyectos de ley sobre

protección de la maternidad y trabajadorresponsabilidades familiares, pocos han sido los

avances en la materia.

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Implementación de servicios de cuidado infantil en los propios establecimientos laborales

Ampliación de la cobertura a los niños en edad preescolar (salas cunas o guarderías, jardinesmaternales, jardines de infantes)

Servicios para el cuidado de personas de tercera edad dependientes o personas condiscapacidad.

Bene cios monetarios que permitan a los empleados/as adquirir servicios de cuidado en elmercado (contratando cuidadores/as o jardines de infantes maternales) de acuerdo a susnecesidades y concepciones en torno al cuidado de sus hijos/as.

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Hay numerosas razones que señalan la relevancia de otorgar bienes y servicios de cuidado de

manera universal para integrantes dependientes del hogar:

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El proceso de envejecimiento de la población y la ausencia de políticas especí cas al cuidadoparecen pronosticar un contexto poco promisorio donde la carga del trabajo continuarexclusiva responsabilidad de las familias y, dentro de ellas, de las mujeres.

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cual produce frecuentemente que la mujer de escasos recursos no se inserte en el mercadolaboral o tenga una trayectoria laboral intermitente y precaria (Zibecchi, 2010).

Se ha demostrado que la ausencia de políticas de conciliación conlleva a que las persmenos productivas en su trabajo y/o exista una subutilización de la fuerza de trabajo femenina(Rodríguez Enríquez, 2009).

Es importante que exista una distribución más igualitaria del tiempo entre las p

esto se vincula íntimamente con la distribución de la carga de cuidado y trabajo dno remunerado. Ambos tipos de trabajo consumen tiempo que no puede dedicarseactividades, como el trabajo en el mercado laboral, cuidado de sí mismo (autocuidadla participación política, entre otras actividades socialmente muy relevantes. Comla CEPAL: “El tiempo es, en última instancia, el recurso escaso por excelencia”. (189).

Finalmente, una distribución desigual del cuidado limita y condiciona las oporsociales de las mujeres, en especial su autonomía económica.

La imperiosa necesidad de garantizar una infraes-tructura de cuidado acorde con las necesidadesde las familias implica que el Estado ocupeun rol central. No obstante, la necesidad dedistribuir socialmente las responsabilidades de

cuidado implica también que otros actocomprometan en el tema (sindicatos, esarios, organizaciones de la sociedad civotros) y que exista una redistribución mátativa entre los integrantes de los hogares

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La inexistencia de políticas que garanticen de manera universal el derecho a cuidar adependientes explica una de las razones por las cuales se reproducen los “círculos vicpobreza”. Los hogares que pueden afrontar el costo de contratar servicios de cuidado privadostienen más posibilidades a la hora de elegir la combinación de trabajos y responsaentre sus integrantes. Por el contrario, los hogares de bajos ingresos -que además tmayor número de integrantes dependientes- no pueden contratar estos servicios priv

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Al poseer un componente afectivo y moral muy importante, es complejo reconocer que elcuidado es un trabajo que conlleva tiempo, conocimiento, recursos y saberes aprendlargo de la vida, dedicación y un desgaste de energía.

El trabajo de cuidado está “naturalizado” en la sociedad debido a la creencia extendidmujeres (y no así los varones) son portadoras de ese saber y de ciertas habilidades val cuidado que han adquirido de manera natural y no socialmente.

Existen normas y políticas en la sociedad que se caracterizan por ser “familiaristas”, esto es, querefuerzan el traslado de costos y responsabilidades de cuidado a las familias. De este modo,también establecen estereotipos acerca de la madre como principal responsable delde los miembros de la familia. Las políticas asistencialistas que atienden al binomio “madre ehijo” refuerzan estos estereotipos.

Se adjudica a las actividades de cuidado un carácter altruista y desarraigado de modlas trata desvinculadas del sistema económico. Así, por ejemplo, aún hoy muchos esdel tema niegan el valor económico que tiene el cuidar al otro y la relevancia del tcuidado para la reproducción de la fuerza de trabajo que necesita la sociedad capitalista.

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Durante muchos años, los temas que más afec-taban a las mujeres (violencia en las relacionesinterpersonales, sus derechos sexuales y repro-ductivos, su autonomía económica) fueron dedifícil tratamiento porque permanecían en elámbito de lo privado.

Actualmente, con las problemáticas vinculadas

a las responsabilidades del cuidado pasa algo

similar. El trabajo de cuidar se lleva aprincipalmente en el ámbito de la familia, asumidopor las mujeres en el marco de la naturalde su rol de cuidadoras, lo que lleva a mala problemática en la esfera de lo privadoAdemás, existen otros factores que contribuyena su invisibilización impidiendo que el ocupe un lugar relevante en la agenda púb

continuación se enumeran algunos de ello



Una de las principales razones que contribuye a su invisibilización se vincula con estadísticas e información sobre el tema. Argentina no cuenta con encuestas de uso del tiempo,uno de los principales instrumentos que permite conocer la magnitud y forma de distribucióndel trabajo de cuidado. Más allá de algunos avances que se han efectuado con algunasencuestas de tiempo (como la llevada adelante en el año 2005 para la Ciudad de Buenos

Aires) que tampoco han logrado mantener su periodicidad, en Argentina no se han veri cadocambios sustanciosos en las mediciones. En consecuencia, los avances en el estudio dreproductivo en general y de cuidado, en particular, se vinculan con trabajos expcomo el que aquí se presenta.

El trabajo de cuidado tiene carácter “elástico”: las mujeres continúan haciéndolcondiciones adversas y lo realizan renunciando a tiempos de ocio y/o descanso. Etener importantes consecuencias para la vida de las personas, de quienes reciben el cde las cuidadoras: mal desempeño de funciones, cansancio, di cultades en la inserción laboral.Sin embargo, al producirse en el ámbito familiar se transforma en un espacio vacío de atención.Se puede hablar de “crisis sanitarias” o “crisis educativas”, pero poco se habla de lacuidado”.

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Colocar el cuidado en la agenda pública requierecomenzar a superar los silencios. Silencios enlas políticas públicas, en la regulación y en lasdinámicas propias de la sociedad que reproducen

la división sexual del trabajo obstaculizanposibilidades de ejercicio de la autonomípendencia y empoderamiento de las muje



Principal responsable dentro del hogar del cuidado de integrantes dependientes.Tareas especí cas que incluye el trabajo de cuidado.Asistencia a establecimientos educativos de la población menor de 13 años, tipo deestablecimiento elegido por las familias, nivel de conformidad y factores que in uyen en suelección.Percepción de las personas entrevistadas sobre el gasto que se destina al cuidado.Licencias, como una forma de expresión de las políticas de conciliación familia y trabajo. Sepreguntó sobre los días tomados de licencias y opiniones sobre la misma.

El estudio de opinión que ELA presenta incluyeinformación indispensable para comenzar acomprender más acabadamente la organizacióndel cuidado en las familias, su vinculación con la

inserción laboral y con las instituciones eduasí como los dé cits en la disponibilidad detiempo y recursos para el cuidado, generacubiertos por las mujeres.

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Los temas indagados en el estudio fueron:

Los datos demuestran que, en una semanatípica cuando los/as niños/as están en el hogar,las madres son las principales responsablesde cuidar: el 76% de los casos se encargandel cuidadoy en el 50% de los casos lo hacen,declarativamente, de manera exclusiva.

Las tareas de cuidado recaen en mucha menormedida en los padres (22%) y en otras personasmayores de edad, ya sea que vivan o no en elhogar de referencia (18% y 10% respectivamente).En ambos casos se trata mayoritariamente de

abuelas y, en menor medida, de hermanos/ as y tías. Solo el 5% de los hogares relevadoscontrata personal para el cuidado de los niños.En el 3.3% de los casos se trata de la mismapersona contratada para las tareas domésticas(limpieza, cocina).

Las madres continúan siendo las principalesresponsables del cuidado de los hijos, inde-pendientemente de su situación laboral. En losúltimos años, se han producido cambios en losroles que desempeñan los varones vinculados al

Vínculo con los niños del hogar

Pregunta:“¿Cuál es su relación con los niños menores de 13 años

del hogar?”

48%

30%

8%

7%5%

2% padremadrehermano/aabuelo/atío/aotra relación

Base: : total hogares con menores de 13 años (n=395)

hogares con niñosmenores de 13 años

47%

78%de las personas

entrevistadas son elpadre o la madre de

los menores queviven en el hogar

Pregunta tal cualse efectuó en la

encuesta

Proporción de hogade la muestra querespondieron a esapregunta (indica etamaño muestral)

Ideas fuerza y hallazgodestacados delrelevamiento

Lectura de losprincipales datos

obtenidos através de laencuesta

Información adicionalproveniente de otro

estudios sobre el teme interpretación de

problemática

Referencias para leer esta sección



Este estudio forma parte de una indagaciónmás amplia destinada a obtener informacióncon able sobre tres temas centrales: (i) el trabajode cuidado que efectúan las familias, (ii) laviolencia en las relaciones interpersonales y (iii)el liderazgo político de mujeres.1 El estudio deopinión fue realizado por MBC Mori Consultoresy se llevó a cabo a varones y mujeres residentes

en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

Se efectuó una encuesta en base a una muestraque combina relevamiento telefónico (a partirdel uso de tecnología CATI) con relevamientopresencial en hogares.

El universo de estudio contemplado fueron varo-nes y mujeres de entre 18 y 65 años de edad,

residentes en el Área Metropolitana de Buenos

Aires. Se realizaron una totalidad de 804vistas (654 telefónicas y 150 presenciales), sobrun total de 750 hogares y se efectuó una sobre-muestra de hogares con niños de hasta 13 añoscon la nalidad de obtener mayor con abilidaden la información sobre el trabajo de cuidadoque efectúan las familias (54 casos). 2 Los fueron ponderados por zona (CABA, GBA), sex

y educación según parámetros poblacio

Como método de recolección de datutilizó un cuestionario semi-estructuradla inclusión de preguntas cerradas y abEl cuestionario tuvo una duración prome15 minutos. El relevamiento de datos se efectuóentre el 27 de julio y el 16 de agosto del año2011.

1 El estudio de opinión sobre violencia en las relaciones interpersonales se publica de manera separada.

2 La decisión del recorte etario en menores de 13 años radica en que el mismo permite estimar, aproximadamente, la demandade cuidado de los y las niñas pequeños. A partir de esta decisión se trabaja sobre 395 casos que constituye el 47% de la muestra.En algunas preguntas, debido a la poca cantidad de casos y cómo esto afecta la con abilidad de los datos, no se pudo indagarcuestiones más especí cas pero altamente relevantes como el tema del cuidado de los adultos mayores en el hogar. La relevanciade las indagaciones sobre la situación de adultos mayores demanda otro tipo de estudios .

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TIPO DE ESTUDIO Estudio cuantitativo

METODOLOGÍASMuestra que combina relevamiento telefónico (apartir del uso de tecnología CATI) con relevamientpresencial en hogares.

UNIVERSO DE ESTUDIOVarones y mujeres de entre 18 y 65 años de edad,residentes en el Área Metropolitana de BuenosAires.

DISEÑO MUESTRAL CABA: 240 casos. GBA: 564 casos

T AMAÑO DE LA MUESTRA804 entrevistas: 654 telefónicas y 150 presenciales.Total hogares: 750 casos. Sobre-muestra hogares

con niños menores de 13 años: 54 casos.

PONDERACIÓN Los datos fueron ponderados por zona (CABA, GBA),sexo y educación según parámetros poblacionales

ERROR MUESTRAL Muestra total hogares: +/- 3,5 puntos. Muestrahogares con niños: +/- 4,9 puntos porcentuales.

FECHA DE TRABAJO DECAMPO

Del 27/07/2011 al 16/08/2011

Ficha técnica



47%

En los últimos años, la composición de las familiasregistra cambios signi cativos. En primer lugar,se observa un aumento de las familias nuclearesen detrimento de familias ampliadas y se registraun crecimiento de familias monoparentales -conalto predominio de hogares con jefaturafemenina- como consecuencia del crecimientode divorcios, separaciones de uniones legales yde hecho (ELA, 2009).

Más allá de la diversidad de formas familiares que

existen, los datos demuestran que la mayoría delos entrevistados/as viven en hogares nuclearescompletos (en pareja y con hijos, 44%), seguidopor hogares monoparentales con hijos (15%).

Luego siguen las familias ampliadas (pareja conhijos y otros parientes, 12%).

Se ha demostrado que la mayoría de las familiaslatinoamericanas se encuentran en la etaciclo de vida familiar de “expansión” (cuando sinicia la etapa de procreación) y “consol(cuando se deja de tener más hijos). Estasson los momentos del ciclo de vida familiar confuerte presión sobre los recursos familiares, yque el tamaño de la familia es mayor y la edad de

los hijos los hace económicamente dependComo consecuencia de tales transformacionessociodemográ cas y familiares, la responsabilidadde cuidado ha aumentado.

48% 52%

VARONESMUJERES

SEXO EDAD

15%19%

20%22%

24%

de 18 a 24de 25 a 34de 35 a 44de 45 a 54de 55 a 65

Sexo y edad de los entrevistados

6



Menores de 3 años

Entre 3 y 6 años

Entre 7 y 12 años

Menores de 13 años

Entre 13 y 17 años

Entre 18 y 24 años

Entre 25 y 44 años

Entre 45 y 64 años

Entre 65 y 74 años

Mayores de 74 años

19%

20%

28%

27%

8%

5%

Presencia de adultos mayores de 74 años 5%

Perfl de los hogares relevados

“¿Cuántas personas viven de forma permanente en este hogar?”

42%

54%

TOTAL VARONES MUJERES

18 a 24 20% 21% 20%

25 a 34 24% 24% 24%

35 a 44 22% 22% 21%

45 a 54 19% 19% 20%

55 a 65 15% 15% 15%

Base: total entrevistados (n=750 casos)

Edad de los entrevistados según sexo

68

Presencia de niños menores de 13 años 47

47%



PROMEDIO TOTAL MIEMBROS DEL HOGAR CABA 3,4

GBA 4,2


Composición de los hogares

“¿Cuál de las siguientes opciones describe mejor la composición de su hogar?¿Cuántas personas viven de forma permanente en este hogar?”

Hogar unipersonal

Monoparental con hijos

Monoparental con hijos y otros parientes

Pareja sin hijos

Pareja sin hijos pero con otros parientes

Pareja con hijos

Pareja con hijos y otros parientes

Otros

7%

15%

7%

9%

3%

44

12%

3%

TOTAL CABA GBAHogar unipersonal 7% 15% 6%Monoparental con hijos 15% 15% 16%Monoparental con hijos+ otros parientes 7% 7% 7%

Pareja sin hijos 9% 14% 8%

Pareja sin hijos pero conotros parientes 3% 4% 2%

Pareja con hijos 44% 34% 47%Pareja con hijos + otrosparientes 12% 5% 13%

Otros 3% 7% 2%


Composición de los hogares según región

8



26%

42%

15%

17%

hasta primario completohasta secundario completoterciario/universitario incompletterciario/universitario completo

Nivel educativo de los entrevistados

“¿Podría decirme cuál es el máximo nivel educativo alcanzado por usted?”


TOTAL VARONES MUJERESHasta primario completo 26% 23% 29%Secundario incompleto ocompleto 42% 45% 40%

Terciario/Universitarioincompleto 15% 16% 13%

Terciario/Universitariocompleto 17% 16% 17%

Nivel educativo de los entrevistados según sexo



Los datos demuestran que, en una semana típicacuando los/as niños/as están en el hogar, lasmadres son las principales responsables de cuidar:el 76% de los casos se encargan del cuidado y enel 50% de los casos lo hacen, declarativamente,de manera exclusiva.

Las tareas de cuidado recaen en mucha menormedida en los padres (22%) y en otras personas

mayores de edad, ya sea que vivan o nohogar de referencia (18% y 10% respectivamente)En ambos casos se trata mayoritariameabuelas y, en menor medida, de hermanotías. Solo el 5% de los hogares relevados cpersonal para el cuidado de los niños. En

3.3% de los casos se trata de la misma pcontratada para las tareas domésticas (limcocina).

Vínculo con los niños del hogar

“¿Cuál es su relación con los niños menores de 13 añosdel hogar?”

48%

30%

8%

7%5%

2%padremadrehermano/aabuelo/atío/aotra relación

Base: : total hogares con menores de 13 años (n=395)

hogares con niñosmenores de 13 años

47%

78%de las personasentrevistadas son elpadre o la madre de

los menores queviven en el ho

0



Principales responsables del cuidado en el hogar

“En general, y en una semana típica, los niños menores de 13 años, cuando se encuentran dentro delhogar…”. Respuesta múltiple.

Están al cuidado de la madre

Están al cuidado del padre

Están al cuidado de algún otromayor que vive en el hogarEstán al cuidado de algún otromayor que no vive en el hogar

Están al cuidado de unapersona contratadaEstán al cuidado de otrapersona del hogar, pero nomayor de edadNo están al cuidado de nadie,quedan solos

NS/NR

7

22%

18%

10%

5%

1%

1%

0,4%

Base: : total hogares con menores de 13 años (n=39

Las madres continúan siendo las principalesresponsables del cuidado de los hijos. Existeninvestigaciones que demuestran que las mujeresque están insertas en el mercado laboral conti-núan siendo las principales responsables de lastareas de cuidado (ELA, 2007). En los últimosaños, se han producido cambios en los rolesque desempeñan los varones vinculados al cui-dado de los y las hijas. Sin embargo, el compro-miso de los padres varones en relación conel trabajo de cuidado se re eja en aquellastareas vinculadas con el espacio público (llevar-los a la escuela, al médico, realizar paseos) -encomparación con generaciones precedentes-y no con aquellasque deben efectuarse en elinterior del hogar (ELA, 2007). En concordanciacon tal fenómeno, se observa que en las últimas

tres décadas poco ha variado el comprde los padres varones en las tareas domdel hogar (Wainerman, 2002).

Las redes familiares (abuelos/as y, en menomedida, hermanos/as y tíos/as) constituyde las principales estrategias de cuidadohogares con niños/as pequeños/as. En estas redesfamiliares, las mujeres también desempeñan unrol patagónico.

Por otra parte, se observa una baja participalas personas contratadas para tareas domen el trabajo de cuidado de los hogares esdos, lo cual es un indicador del bajo nmercantilización de estas tareas.



Asimismo, parece ser una estrategia de lasfamilias contratar a una misma persona para queefectúe tareas de cuidado y de limpieza en el

hogar. El servicio doméstico remuneradogura habitual solo en los hogares de sectoresmedios y altos de la sociedad argentina.

Respecto a las tareas que las personas responsa-bles del cuidado declaran asumir -excluyendomadres y padres- en primer lugar se destacan

aquellas vinculadas con la alimentación: “preparary/o dar la comida”, con el 80% de las menciones. Ensegundo lugar, las actividades lúdicas: “jugar conlos niños”, con el 57% de las menciones. En tercerlugar, se encuentra todo el trabajo que implicael vínculo con los establecimientos educativos ylas actividades formativas en la crianza: “llevarlos

y/o retirarlos de la escuela” y “ayudarlotarea de la escuela”, “llevarlos/retirarloactividades extracurriculares” (con el 45%

y el 26% de las menciones respectivaEl tipo y la cantidad de tareas varían en funciónde las edades de los niños y de las personasasignadas al cuidado. En este sentido, las peencargadas del cuidado de los niños que viven enel hogar declaran mayor cantidad de tareaquellas contratadas o que no residen en el

Hogares conmenores de 13 añosal cuidado de otrapersonas (del hogo no) o cuidadoraremunerada

Tareas específcas que incluye el cuidado

“¿En qué consiste el cuidado de los niños?”¿Cuáles son las tareas querealiza la persona que se encarga del cuidado?. Respuesta guiada múltiple.

Prepararles o darlescomida 80%

Jugar con el/losniños/as

Llevarlos/retirarlosde la escuela

Ayudarlos con latarea de la escuelaLlevarlos/retirarlos deactividadesexttracurriculares

Observarlos /Mirarlos

Otra respuesta

NS/NR

57%

45%

39%

26%

8%

9%

2%

Entre otras respuestasTodas las actividadesSalir de paseoBañarlo / Cambiarlo/ Hacerlo dormirControlar el acceso a Internet

Base: total hogares con menores de 13 años cuidados por otra persona (no padre ni madre) que vive o no en el hogar o perso-na contratada para la tarea (n ponderado = 129)

33%

2



Nivel de asistencia

“Pensando en los menores de 13 años que viven en el hogar…”

Concurrencia a la escuela según edad de niños y niñas del hogar y región

TOTALSolo

menoresde 3 años

Solo niñosentre 3 y 6

años

Solo niñosentre 7 y12 años

CABA GBA

Concurren todos a la escuela 70% 18% 86% 100% 83% 6

Algunos concurren y otros no 17% 13% 5% - 5% 20

Ninguno concurre a laescuela 13% 69% 9% - 12% 13

Base: total hogares con menores de 13 años (n=395)

GBA

El nivel pre-inicial e inicial en la primera infanciatiene una función social muy importante endiversas cuestiones relacionadas con el cuidado:socialización de la progenie, estrategia decuidado que eligen las familias para articularresponsabilidades, incidencia en el desarrolloeducativo posterior de los hijos/as (Pautassi yZibecchi, 2010). Frente a todas las evidencias entorno a las potencialidades que tiene dicho cicloen materia de cuidado y desempeño educativoposterior, investigaciones recientes han consta-tado la falta de oferta estatal tanto en el caso

de las jardines de infantes maternales como delos servicios educativos para los niños y niñamás pequeños. La asistencia de los pequeñoscomprende las guarderías o jardines mat(de 0 a 2 años) y el jardín de infantes (de 3 a 5años). Sin embargo, sólo esta última forma parteplenamente del sistema educativo, mque el jardín maternal se ha desarrolladofunción asistencial, desestimando su importanciapedagógica y su papel en la organizacicuidado en los hogares (Rodríguez En2007).



Concurrencia a la escuela según edad de niños y niñas – Datos según región

T O T A LCABA

T O TA LGBA

Solomenoresde 3 años

Solo niñosentre 3 y

6 años

Solo niñosentre 7 y12 años

Solomenoresde 3 años

Solo niñosentre 3 y

6 años

Soloniño

entre 36 año

Concurren todosa la escuela 83% 16% 100% 100% 67% 19% 83% 10

Algunosconcurren yotros no

5% 15% - - 20% 12% 6% -

Ningunoconcurrea la escuela

12% 69% - - 13% 69% 11% -

CABA

Base: total hogares con menores de 13 años (n=395)

En el 87% de los hogares con menores de 13 añostodos o algunos de los niños está escolarizado.Este porcentaje desciende a 31% en aquelloshogares en los que sólo hay niños menores de

3 años.

En aquellos hogares en los que solo vivenniños que se encuentran en edad para asistir ala escuela primaria, el 100% asiste a la escuelaindependientemente del lugar de residencia.

En los hogares en los que solo viven niños/asmenores de tres años, casi el 70% no concurrena la escuela, tanto en el caso de CABA como GBA.En cambio, en los hogares en los que solo hayniños entre 3 y 6 años se observan diferenciassegún zona de residencia. Mientras que en CABAtodos concurren a establecimientos educativossolo el 83% lo hace en GBA.

El aumento de la asistencia escolar ade los 3 años de edad se vincula con diversosfactores, entre los cuales se puede destacar lasrepresentaciones sociales de las familias en torno

al momento adecuado para que sus hijoasistan a estos establecimientos, la extde la obligatoriedad al nivel inicial a plos 5 años -que ha tenido un efecto positivo enla cobertura y la asistencia- y la pretensuniversalización de la educación a partir4 años de edad mediante la Ley de EducaciónNacional del año 2006, que implica un avancimportante en términos normativos. artículo 18, la Ley establece que la edinicial constituye una unidad pedagócomprende a los/as niños/as desde los 45días hasta los 5 años de edad inclusive, siendoobligatorio el último año. Además, el artículo 19destaca que el Estado nacional, las pro

4



Jardines maternales en la Ciudad de Buenos Aires

De acuerdo con un Informe de ACIJ sobre el nivel inicial de educación, laConstitución de la Ciudad de Buenos Aires consagra deberes estatales másexigentes que los de la normativa nacional que sólo exige el deber deuniversalizar la educación inicial a partir de los 4 años. La Constitución de la

Ciudad dispone en su art. 24 que “La Ciudad asume la responsabilidad indelegablede asegurar y nanciar la educación pública, estatal laica y gratuita en todoslos niveles y modalidades, a partir de los cuarenta y cinco días de vida hastael nivel superior, con carácter obligatorio desde el preescolar hasta completardiez años de escolaridad, o el período mayor que la legislación determine”.A pesar de estas garantías, el dé cit que se registra en la Ciudad entre elreconocimiento normativo y la praxis cotidiana de ejercicio de los derechos estan evidente que quedó claramente de mani esto ante los tribunales de justiciaen el caso impulsado exitosamente por ACIJ (Gherardi y Zibecchi, 2011).

y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen laobligación de universalizar los servicios educa-tivos para los/as niños/as de 4 años de edad.

Sin embargo, y a pesar de estas garantías, existepara los primeros años del nivel inicial una ofertaestatal residual y escasa tanto en CABA como enGBA. El límite al que se enfrenta la cobertura delsistema educativo en edades tempranas tieneimportantes consecuencias para las familias delos estratos socioeconómicos más modestos.

Otra característica del sistema educativo argen-tino es que ha logrado casi una cobertura univer-

sal en el nivel primario. Esto implica qude las principales estrategias que tienenlos hogares en Argentina para articular rsabilidades de cuidado, al menos duraextensión de la jornada escolar. No obdebe considerarse que en este estudio se isolo la asistencia escolar no pudiéndose dotras problemáticas. Por ejemplo, se hacado que a medida que avanzan los niveescolaridad aparecen importantes desiguaen el acceso, permanencia y resultados tivos según el nivel socioeconómico y lresidencia de los hogares (Rodríguez En2007; ELA, 2009).



6

Razones de no concurrencia a la escuela

“¿Cuáles son los motivos por los que los niños no concurren a laescuela/colegio/jardín/maternal?”. Respuesta espontánea mú

13%

Hogares es los queninguno de los niñosconcurre a la escuela

Porque son chiquitos /No tienen edad para ir a jardín / maternal 8

10%

3%

5%

Porque no necesitoenviarlos al jardín / maternal

Porque no conseguí vacanteen el jardín / maternal al

que quería enviarlos

Otros motivos

Base: total de hogares con menores de 13 añosen los que ningún niño concurre a la escuela (N=52).

El 84% de los niños/as que no asisten a la escuelason menores de 3 años. Las razones, según laopinión de los entrevistados y entrevistadas, esla percepción de que aún no tienen la edad paraasistir a este tipo de establecimientos (con el87% de las menciones).

En el 56% de los hogares entrevistados los niñosconcurren a un establecimiento de gestión estataly el 44% a uno de gestión privada (dentro de losde gestión privada, el 23% asiste a uno privadolaico y 21% a uno religioso).

Los establecimientos de gestión estatal obtie-nen mayor porcentaje de concurrencia en elConurbano bonaerense que en CABA (59% y42% respectivamente), y en particular hogares enlos que solo viven niños entre 3 y 6 años (61%).

Por el contrario, los establecimientos plaicos son mayoritariamente la elecciónhogares en los que solo hay niños menores de3 años (41%). Por su parte, los establecimientode gestión privada religiosa obtienen el porcentaje de concurrencia en Ciudad de BAires y de los hogares en los que solo viven niñosen edad de asistir al nivel primario.

En los hogares en los cuales el padre o declaran tener un nivel educativo “hasta rio completo” los niños y niñas asisten a esta-blecimientos educativos de gestión estatalEn cambio en los hogares cuyos padresran tener un nivel educativo superior la ede los establecimientos privados laicos esfrecuente (38%).

84%de quienes noconcurren a la escuelason menores de

3 años



Hastaprimariocompleto

Hastasecunda-

riocompleto

Hastasuperiorcompleto

CABA GBASolo

menoresde 3 años

Entre 3 y 6 años

Entre7 y 12años

Público /Estatal 71% 63% 32% 42% 59% 49% 61% 51%

Privado noreligioso 14% 19% 38% 26% 22% 41% 22% 24%

Privadoreligioso 14% 17% 34% 33% 19% 16% 10% 25%

Comunitarios 1% 2% - 3% 1% 4% 4% -

Base: total hogares con menores de 13 años con niños que concurren a la escuela (n= 343)Nivel educativo: Primario (hasta nivel primario completo); Secundario (secundario incompleto o completo); Superior (terciario/ universitario completo o incompleto y postgrado)

Tipo de establecimiento elegido

“¿ A qué tipo de establecimiento educativoconcurren los niños de ese hogar?”. Respuesta m

Hogares con niñosque concurren a laescuela

87%

56%Público / Estatal

Privado*

Establecimientos comunitarios

Otros

NS/NR

1%

1%

1%

44%

* Privado laico 23% Privado religioso 21

Base: total hogares con menores de 13 años con niños que concurren a la escuela (n= 343)



Las opiniones favorables en relación con laenseñanza de gestión estatal giran en torno ala buena enseñanza atribuida al establecimientoy, en segundo lugar, al nivel docente y al trato

con los niños. Las razones de disconformidad sevinculan con el ausentismo docente (“docentesque faltan”, “paros”, “licencias”) y los problemas deinfraestructura (falta de agua y otros suministrosbásicos).

En el caso de los colegios de gestión p(laica y religiosa), las razones de conformidad svinculan también, en primer lugar, con laenseñanza atribuida al establecimiento y, en

segundo término, con el buen funcionamientode la institución. Las causas de disconformidaden los establecimientos privados laicos seen que no satisfacen las expectativas de lospadres y, en el caso de los religiosos, con enseñanza o que no colman las expectativasdepositadas en ellos.

“¿Cuán conforme se encuentra usted con el establecimiento educativo al que concurren los niñosuna escala de 1 a 5 puntos, donde 1 es “Nada conforme” y 5 “Muy conforme”

Nivel de conformidad con el establecimiento elegido

5. Muy conforme4

3 2 1. Nada conforme Ns/Nr

Público / Estatal

Privado noreligioso

Privadoreligioso

Establecimientoscomunitarios

49%

67%

58%

67%

24% 14% 7% 6%

20% 9% 4%

9%29%

33%

3%

1%

(n=155

(n=62)

(n=51)

(n=5)

Base: total hogares con menores de 13 años con niños que concurren a la escuela (n= 343)

La satisfacción con los establecimientos de ges-tión estatal (un 73% de los entrevistados mani es-ta un alto nivel de conformidad) es menor que lasatisfacción observada con los establecimientos

de gestión privada (con un 87% de entrevque declaran estar en la misma situaciónpara el caso de los privados laicos y relig



“De las siguientes razones que una persona puede tener para elegir el establecimiento educativo al queenviar a los niños, le pido que me diga cuáles tiene usted en cuenta”

condición de gratuidad en GBA que en CABA;(ii) en la CABA se le otorga más relevancia a laoferta horaria y al valor de la cuota que en GBA;(iii) a menor nivel educativo del padre/madrese asigna mayor importancia a la gratuidad y ladisponibilidad de comedor o vianda, productode la alta correlación entre nivel educativo de

los padres y tipo de establecimiento concurren los niños; (iv) también por el tipo destablecimiento elegido (de gestión privvalor de la cuota es un motivo de preocumanifestado por los padres de nivel educativosuperior.

Factores que inciden en la elección, según zona y nivel educativo del entrevistado

Razones de elección de un establecimiento educativo según región y nivel educativo del entrevistado(padre o madre)

TOTAL CABA GBA Primario Secundario Superior

El nivel docente 90% 90% 90% 91% 88% 9

La cercanía 87% 87% 87% 90% 87% 84

Recomendaciones de fami -liares / amigos 73% 77% 73% 77% 70% 7

El per l sociocultural de losalumnos 72% 75% 70% 73% 68% 72

Que sea gratuito /estatal opúblico 66% 60% 67% 70% 70% 56

El valor de la cuota 58% 77% 54% 48% 54% 73%

La oferta horaria 55% 62% 52% 52% 56% 55

El per l socioeconómico delos alumnos 51% 56% 50% 48% 55% 5

Que tenga comedor o vian-da para los alumnos 47% 48% 46% 63% 42% 37%

Que sea una instutuciónreligiosa 33% 39% 32% 26% 33% 4

*Respuestas “Sí, totalmente + Sí, en parte”

Base: total hogares con menores de 13 años con niños que concurren a la escuela y el respondente es el padre/madre (n= 267)Nivel educativo: Primario (hasta nivel primario completo); Secundario (secundario incompleto o completo); Superio(terciario/universitario completo o incompleto y postgrado).

0



Las familias establecen diversas estrategias parafacilitar la articulación de la vida familiar conotras responsabilidades. Indudablemente, estasestrategias varían según diversos factores. Entreellos, el nivel socioeconómico del hogar resultadeterminante de muchas de las estrategias quepuedan desplegar los hogares.

Las familias de diversa composición otorgansimilar relevancia a algunos de los factoresdeterminantes en la elección del establecimientoeducativo de sus hijos e hijas. Como se observaen los datos analizados, independientemente delnivel educativo alcanzado por los progenitores,

el nivel docente y la cercanía al hogar ocupan unlugar central entre los factores relevantes.

Estos datos coinciden con otras investigacionesque han analizado cómo en contextos de pobrezae indigencia las familias implementan diversasestrategias en torno al cuidado de los hijos/asque exceden la concurrencia a un establecimientoeducativo y cómo existen ciertas concepcionesque trascienden las visiones asistencialistas entorno al cuidado y la educación, aún para lossectores sociales más desaventajados económi-camente y en términos educativos. Lo anteriorda cuenta de un primer paso indispensablepara establecer futuras líneas de intervenciónen el ámbito de las políticas de infancia y laspolíticas educativas, ante la existencia de unasociedad atravesada por las desigualdades másgrandes y complejas, pero que de todas manerassigue sosteniendo como una clara demanda

ciudadana la educación de calidad y, de mindirecta, de cuidado integral. Este es uque debería integrar un debate amplio enla región, y en especial en Argentina, con el nde diseñar nuevas estrategias educativas y decuidado de la infancia (Pautassi y Zibecchi, 2010

Por otra parte, la mayoría de las familias implementan estrategias de cuidado de ca“espacial”, esto es, un conjunto de aque se llevan adelante para superar la credistancia entre los diversos ámbitos pcuales transcurre la vida cotidiana de losy, en especial, de las madres: las institu

educativas donde asisten sus hijos/as, edonde efectúan su trabajo, etc (Tobío, 2005Zibecchi, 2010). No es casual, entoncescercanía del establecimiento sea uno criterios decisivos a la hora de elegir el ecimiento escolar.

Para las familias cuyo padre o madre tienmenor nivel educativo -como un indicnivel socioeconómico del hogares lógicogratuidad y la posibilidad de contar con coo vianda sea un elemento de mayor peso cse trata de elegir el establecimiento educacual pueden asistir sus hijos. Estos datos tse condicen con estudios que demuestíntima relación que existen entre las estrde cuidado y las alimentarias en los hpobres (Zibecchi, 2010).



2

El gasto mensual destinado a cuidado de niños(siempre menores de 13 años) constituye (según

percepción y declaración de los padres) un 18%del ingreso total mensual del hogar.

Dentro de este porcentaje de ingresos destinadoespecialmente al cuidado, ocupan un lugarcentral todos aquellos gastos relacionados conla educación y la formación extraescolar de los

niños (el 48% se destina al pago de la cuotaescolar, un 16% a actividades extraescola

5% a clases de idioma y un porcentaje sclases de apoyo).

Por otra parte, el 21% del gasto se dessalud. Finalmente, solo un 5% de este se destina al pago de una persona dediccuidado (niñeras, cuidadoras, etc.).

“Me gustaría ahora preguntarle, aproximadamente, que porcentaje de los ingresos mensuales delse destinan al cuidado de los niños. Para cada una de las opciones que le voy a leer, le pido que me diga,aproximadamente, qué porcentaje implica sobre los ingresos mensuales del hogar”.Por cuidado de los niños nos referimos a gastos en personas que cuidan a los niños, actividades educativas,formativas y recreativas y gastos en salud. No incluye gastos en alimentación y vestimenta.

Gasto destinado a cuidado

Base: total hogares con menores de 13 años donde el informante es el padre o madre(n=306)

21%

48%16%

5%Colegio / escuela

Gastos en salud

Actividades extracurriculares

Clases de apoyo

Clases de idioma

Cuidadora remunerada

5% 5%

18%del ingreso total

mensual de loshogares se destina a

cuidado de niñosmenores de 13 años.



Al indagar sobre la condición laboral de lasmadres de niños menores de 13 años, al momento

de su embarazo más reciente, el 34% declaraque se encontraba trabajando en relación dedependencia, porcentaje que asciende a 46% enCABA. Se observa una marcada diferencia según

el nivel educativo de las madres: mientsolo el 21% de las madres de nivel educativ

primario completo mani esta que se encontrabatrabajando en relación de dependencia, ede las mujeres con educación de nivel strabajaba en esa situación, según lo decla

Porcentaje de entrevistadas que se encontraba trabajando al momento del embarazo másreciente según nivel educativo y región

TOTAL Primario Secundario Superior CABA GBASí, meencontrabatrabajando

34% 21% 29% 57% 46% 31%

Base: total hogares con menores de 13 años donde el informante es la madre (n= 187)Nivel educativo: Primario (hasta nivel primario completo); Secundario (secundario incompleto o completo); Superio(terciario/universitario completo o incompleto y postgrado)

Situación laboral al momento del embarazo más reciente

No, no me encontraba trabajando

Sí, me encontraba trabajando

Ns/Nr64%

34%

2%

“¿Al momento del embarazo, usted se encontraba trabajando en relación de dependencia?”



Licencia por maternidad. “¿Cuánto tiempo se tomó de licencia por embarazo?”

Licencia por maternidad

Excedencia en la licencia por maternidad según región y nivel educativo de las entrevistadas

Nivel educativo: Primario (hasta nivel primario completo); Secundario (secundario incompleto o completo); Superior (terciariouniversitario completo o incompleto y postgrado).

Base: total de hogares con menores de 13 años donde el informante es la madre y la misma se encontraba trabajando al mo-mento del embarazo (n = 64).

4

Solo 2 de cada 10 entrevistadas mani estahaberse tomado el período de excedencia. Sonlas mujeres más educadas las que tomaronesta forma extendida de licencia: el 68% de

las mujeres que lo hicieron tienen esuperiores. Asimismo, es más alta la prode las mujeres que tomaron excedencia enque en GBA.

80%

20% No tomaron excedencia

Tomaron excedencia

TOTAL CABA GBA Primario Secundario Superior

Tomaronexcedencia 20% 24% 19% 17% 10% 32%

No tomaronexcedencia 80% 76% 81% 83% 90% 68%



¿Por qué no tomar el período de excedencia que permite la ley?

La Ley de Contrato de Trabajo permite a las trabajadoras extender su licenciapor maternidad durante un “período de excedencia” que puede ser de 3 o de 6meses, sin goce de sueldo.

De acuerdo con lo manifestado por las entrevistadas, la principal razón por lacual no se tomaron el período de excedencia fueron las necesidades económicasy no poder prescindir del ingreso de su trabajo. Las mujeres que sí tomaron esteperíodo de excedencia, opinan que la principal razón por la cual lo hicieron fueconsiderar necesario permanecer más tiempo junto a su hijo/a..

El 58% de los padres entrevistados manifestóque se encontraba trabajando en relaciónde dependencia al momento del nacimientode su último hijo, y la mitad declara habersetomado los dos días de licencia por pater-nidad que corresponden por ley.

El 28% de los entrevistados, en cambio,extendió su licencia en calidad de días singoce de sueldo o como un anticipo devacaciones. En promedio, los entrevistadosdeclaran haber tomado 4.4 días de licenciaen el momento de nacimiento de sus hijos ehijas.

Licencia por paternidad

Situación ocupacional de los entrevistados va“Le pido que piense ahora en el /los embarazosus hijos. ¿Usted se encontraba trabajando emomento?

58% 42%Sí

No



Porcentaje de varones entrevistados que se encontraba trabajando al momento del último embarazosegún nivel educativo y región

TOTAL Primario Secundario Superior CABA GBASí, me

encontrabatrabajando

58% 38% 69% 63% 52% 59%

Base: total hogares con menores de 13 años donde el informante es el padre (n= 119).Nivel educativo: Primario (hasta nivel primario completo); Secundario (secundario incompleto o completo); Superior (terciariouniversitario completo o incompleto y postgrado).

“¿Se tomó días en su trabajo?”

Sí, los días de licencia por paterni-dad que corresponden por ley 51

Sí, los días de licencia por pater-nidad que corresponden por ley

más otros días adicionales

Sí, me tomé algunos días pero nocomo licencia por paternidad

No, no me tomé licenciapor paternidad

No, no me tomé licencia, no sabíaque tenía el derecho a licencia

por paternidad

Otras respuestas

Ns/Nr

15%

13%

4%

15%

1%

1%

4,4 díases el promedio de

días de trabajo quese toman los varones

entrevistados conmotivo del nacimiento

de sus hijas e hijo

6



Opinión de los entrevistados varones sobre el tiempo establecido por ley

Más de la mitad de los padres consultados(56%) considera insu ciente el tiempo que unpadre dispone por ley. Hay un 19% de varones

que desconoce cuántos días le correspondlicencia por el nacimiento de sus hijos e h

“¿Le parece su ciente la cantidad de días que el padre por ley tiene como licencia?”

56%19%

17%

8%No

No sabe cuántos días le corresponden al padre

Sí

Ns/Nr

Opinión sobre días de licencia según educación de los entrevistados y región

TOTAL Primario Secundario Superior CABA GBA

Sí 17% 17% 24% 8% 8% 18%

No 56% 33% 60% 67% 59% 55%

No sabe cuántosdías lecorresponden

19% 25% 13% 21% 33% 16%

Ns/Nr 8% 25% 3% 4% - 11%

Base: total hogares con menores de 13 años donde el informante es el padre y trabajaba en el momento del nacimiento (n= 69)Nivel educativo: Primario (hasta nivel primario completo); Secundario (secundario incompleto o completo); Superio(terciario/universitario completo o incompleto y postgrado)



Los progenitores varones con mayores niveleseducativos muestran, en comparación con losmenos educados, un mayor nivel de discon-formidad con la cantidad de días asignados almomento del nacimiento de sus hijos. Por suparte, los progenitores con menor nivel educa-tivo, mani estan un mayor nivel de descono-cimiento acerca de los días que le correspondenpor ley.

Estos datos claramente dan cuenta de la impor-tancia de una mayor difusión acerca de lasmodalidades bajo las cuales se regula el cuidadoen la Argentina y una demanda en torno a su

modi cación, para que exista una participaciónmás igualitaria de ambos progenitores en lacrianza de sus hijos.

En Argentina solo se contemplan algunas políticasde conciliación para aquellas trabajadoras quepertenecen al mercado laboral formal y estáninsertas en trabajos asalariados y registrados.Existen dos grandes ejes relacionados con lanormativa referida a la articulación entre la vidalaboral y la vida familiar: el período de gestación,alumbramiento y lactancia y un conjunto de dis-posiciones que se re eren casi exclusivamente alos derechos de las mujeres y casi nunca a losvarones. De esta forma, y para el caso de lostrabajadores varones, se observa que estasdisposiciones parten del supuesto de que existeuna mujer que cubrirá las necesidades decuidado de los hijos. En la misma dirección, estesupuesto se encuentra implícito en todos losbene cios que se otorgan: licencias por enfer-medad, acceso a guarderías, excedencia.

Salas maternales y guarderías en loslugares de trabajo

Aunque la LCT impone a los empleado-res lahabilitación de salas maternales y guarderíasen función del número de trabajadorasocupadas (LCT, art. 179) la norma nunca fuereglamentada y tiene poca operatividad. LaLey 11.317 estableció por su parte un cupode 50 trabajadoras mayores de 18 años porestablecimiento para que rija la obligaciónde instalar salas maternales y guarderías.Posteriormente, también la Ley 20.582

dispuso la instalación de jardines maternaleszonales. Sin embargo, estas disposicionesno han sido reglamentadas ni actúancoordinadamente, por lo que no se hadesarrollado ningún sistema que garanticea la madre el cuidado de los niños durantela jornada de trabajo (ELA, 2009).

Por ley 26.233 de 2007 se crean los Centrosde Desarrollo Infantil, destinados a niñosy niñas entre los 45 días y los 4 años deedad inclusive, buscando el desarrollo de“acciones para instalar, en los ámbitos fami-liar y comunitario, capacidades que favorez-can la promoción y protección de losderechos de niños y niñas”, de modo deadecuar los espacios y acciones destinadas

a primera infancia a estos principios. Laautoridad de aplicación es la Secretaría deNiñez, Adolescencia y Familia dependientedel Ministerio de Desarrollo Social de lNación.

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La falta de consideración de las responsabilida-des de cuidado de los y las trabajadoras se ponede mani esto también en otras normas de laLey de Contrato de Trabajo. Así, los plazos deexcedencia no se computan como tiempo deservicio, al tratarse de una opción “voluntaria”para la trabajadora; la maternidad aparece comouna cuestión que le compete a la mujer individual-mente sin que se prevea el pago de unaasignación familiar para ello. Por otra parte, noexiste la posibilidad de que el plazo de excedenciasea tomado por el padre, lo que permitiría ala pareja resolver cuál es el ingreso del queeventualmente podrían prescindir (ELA, 2009).

El hecho de que se excluya al padre de laposibilidad de asumir la licencia por nacimientoy/o el bene cio de la excedencia es un claroejemplo de cómo desde la normativa laboralse refuerza la creencia de que el cuidado de loshijos e hijas es una responsabilidad individual de

las mujeres, al mismo tiempo que se refuerzanestereotipos vinculados con la divisióndel trabajo. Al padre únicamente le correuna licencia de dos días corridos por nacidel hijo, que se considera “licencia espec20.744, LCT, art. 158).

A diferencia de las relaciones de emplereguladas por la LCT, la regulación del público es potestad de cada uno de los gobprovinciales y/o locales. En esa capaciautoridades locales han regulado las licensus empleadas y empleados públicos de un

más amplio que la LCT. En ocasiones, los convenios colectivos de trabajo han iplazos mayores a los previstos por la leggeneral. Sin embargo, se trata de casos ay hasta la fecha no hay evaluaciones sobre susresultados (ELA, 2009)



Como pudo observarse a partir de los datos delestudio de opinión, las instituciones educativasconstituyen un recurso esencial para lasestrategias de cuidado de las familias. En estesentido, ampliar la cobertura en edades inicialesasí como la extensión horaria, puede redundar enformas para satisfacer necesidades de cuidado.Asimismo, a la hora de emprender estas acciones,es central considerar que las familias valoran lacercanía geográ ca cuando deben elegir a quéestablecimiento enviar a sus hijos/as.

Ante los límites del sistema educativo formal enel nivel inicial, también es importante fortalecerotras instituciones que brinden cuidado en laprimera infancia, como las sociedades civiles,gremios, sindicatos, cooperativas, organizacionesno gubernamentales, organizaciones barriales,comunitarias y otros. Esto permitiría aumentar laoferta de infraestructura y servicios de cuidado

ya existente.

Este fortalecimiento debe producirse a travésde medidas activas e integrales: capacitaciones,oferta programática adecuada por parte delEstado, establecimiento de vínculos instituciona-les con los sectores de la política social universal,entre otras medidas. Sin embargo, esta oferta decuidado bajo ningún punto de vista debe ser uncircuito de cuidado para sectores empobrecidoso de nida como una política de tipo residual.

De allí la importancia que sea fortalecida y sencuentre en vinculación directa con las ciones formales de educación y de salud

(Pautassi y Zibecchi, 2010).

Por otra parte, el Estado puede actuar ade la provisión de dinero a las familias comoreconocimiento del costo de la reprodsocial y con el objeto de apoyar la adquisiservicios en el mercado. Tales medidas redundar favorablemente en los hogares demenores ingresos en tanto permitiría alivefectos de la estrati cación social regresiva de lamaternidad (CEPAL, 2009), alterando losviciosos de la pobreza. Asimismo, puede signi caruna oportunidad para diseñar nuevas estrategiasde cuidado para aquellas familias que consideranque sus hijos/as no tienen la edad adecuadasistir a establecimientos educativos. Enpodrían optar por contratar tal servicio

mercado (contratando a una persona deda hacerlo) o reconocer económicamente afamiliar -inclusive a algún progenitor- que yestá efectuando tal tarea pero sin recibir recono-cimiento alguno.

Se trata de avanzar en acciones que pevalorizar y jerarquizar el trabajo efectuado polos proveedores y proveedoras de cuidado2005).

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La ampliación de los días de licencia por nacimien-to y para el cuidado de hijos/as y adultos mayorespara ambos progenitores surge como una nece-sidad imperiosa y constituye una demanda porparte de las personas entrevistadas. Asimismo,es central que estas licencias estén garantizadaspara los trabajadores/as independientementede su forma de inserción y registración en elmercado laboral.

Estas medidas deben ser acompañadas con unabuena difusión a través de diversos tipos decampañas. Como se desprenden de los datosanalizados, es alta la proporción de progenitores-en particular varones con bajo nivel educativo-que desconocen sus derechos vinculados con elcuidado de sus hijos/as.

Además, las campañas pueden ser un incentivocultural a favor de una división sexual del trabajomás equitativa y una forma de fortalecer la corres-

ponsabilidad de varones y mujeres en las nes de cuidado.

La necesidad de garantizar una infraestructurade cuidado acorde con las necesidades familias implica que el Estado ocupe un rocentral. No obstante, la necesidad de disocialmente las responsabilidades de cimplica también que otros actores se comptan en el tema (sindicatos, empresas, organnes de la sociedad civil, entre otras instituy que exista una redistribución más equentre integrantes de los hogares



Arriagada, Irma (2004). “Estructuras familiares, trabajo y bienestar en América Latina” en ArriagadaI, y Aranda V. (comp.) Cambios en las familias en el marco de las transformaciones globales:necesidad de políticas públicas e caces, Seminarios y Conferencias Nro. 42 , CEPAL, SantiChile.

CEPAL (2009). “Género, trabajo remunerado y no remunerado: eslabones en la discrimdesigualdad” y “Políticas Públicas y crisis de cuidado en América Latina: alternativas en Panorama Social en América Latina 2009 , CEPAL, Santiago de Chile.

ELA - Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (2007). “Cómo nos vemos las muje

y percepciones de las mujeres sobre distintos aspectos de sus condiciones de vida”, OXBuenos Aires.

__________ (2009)Informe sobre Género y Derechos Humanos, Vigencia y respeto de los derechosde las mujeres en Argentina , Equipo Latinoamericano de Justicia y Género 2008, editorBuenos Aires.

__________ (2011) “Sexo y Poder ¿Quién manda en la Argentina?”, UNDEF-ELA, B

Gherardi, Natalia y Zibecchi, Carla (2011). “El derecho al cuidado: ¿una nueva cuestiólos tribunales de justicia de Argentina?” enRevista de Ciencia Política de la Universidad de ChilDossier “Derecho, justicia y política”, revista Política vol 49 Nro. 1 pág. 107-138.

Marco, Flavia (2006). “Conciliación trabajo y familia en las políticas públicas” ponencia presentadaen el Seminario Taller Internacional “Evaluación de políticas públicas de género” Coorla Mujer- Post Grado en Ciencias del Desarrollo CIDES/UMSA, -Centro de PromocióGregoria Apaza, La Paz.

Pautassi, Laura (2007). “El cuidado como cuestión social: un aproximación desde el enfoque dederechos”,Serie Mujer y Desarrollo Nº 87 , CEPAL: Santiago de Chile.

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Introducción .......................................................................................................................

¿De qué hablamos cuando hablamos de cuidado? ............................................................

La organización del cuidado en el AMBA. Estudio de opinión .......................................

Temas para una agenda de cuidado ...................................................................................

Bibliografía ............................................................................................................................................



La acción de cuidar involucra un concepto complejo que tiene muchos signi cados. En los últimosaños se ha avanzado en reconocer que cuidar de otras personas que lo necesitan es un trabajo,aunque socialmente no se lo reconozca como tal.

Tanto los varones como las mujeres son capaces de cuidar. Sin embargo, dada la forma en lacual se organizan las actividades entre varones y mujeres (la división sexual del trabajo), somujeres las que mayoritariamente asumen la responsabilidad de cuidar de otros, muchas vede manera exclusiva.

Cuidar es una responsabilidad social y una obligación legal que debe ser compartida por varoy mujeres por igual. Pero recibir cuidados también es un derecho cuyo cumplimiento depeno sólo de la promoción de una oferta de cuidado sino también de la universalización de laresponsabilidad, la tarea y la asignación de los recursos materiales para realizarlo. Este e

primer paso para distribuir las responsabilidades de cuidado entre todos los integrantes desociedad y no depositarlas sólo en las mujeres.

Con el objetivo de colocar el tema del cuidado en el centro de la agenda pública, ELA preslos resultados de un estudio de opinión sobre la organización del cuidado de las persondependientes en hogares del Área Metropolitana de Buenos Aires.

Esta publicación es una contribución para pensar estrategias que permitan reducir las desigudades de género en Argentina a través de la formulación de propuestas que integren elcomponente de cuidado en las políticas públicas como eje para el desarrollo social y económ

del país, valorizando el trabajo de cuidado como responsabilidad colectiva, en condicioneigualdad.

ELA - Equipo Latinoamericano de Justicia y Género es una organización independientey sin nes de lucro dedicada a la producción de conocimiento en el campo de la justiciay las políticas públicas, con el objetivo de promover la equidad de género, a partir deacciones de incidencia, trabajo en redes y el desarrollo de capacidades de actorespolíticos y sociales.

El Cuidado en La Agenda Publica

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