El Deseo en Kubrick Aurelio Gracia

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    Aurelio GraciaPsicoanlisis y Literatura

    El deseo en Kubrick

    EL DESEO EN KUBRICKEntre los cuatro millones de volmenes que la mayor librera del mundo, Foyles en Londres, pone a

    disposicin del comprador, nicamente dos se ocupaban el pasado Agosto del recientementefallecido Stanley Kubrick. Uno de ellos era el antiguo trabajo crt ico a cargo de Norman Kagan; elotro, aparecido justo el mismo mes, lo escribi el guionista de la pelcula pstuma del director, Eyes

    Wide shut , y contiene el relato de su relacin con Kubrick desde el momento en que ste le propusoque leyera la novela de Schnitzler, base de la cinta, hasta la muerte del cineasta.Slo dos t tulos, pese al renombre y actualidad del director americano, pero en concordancia con la

    atmsfera de privacidad que siempre defendi para s el hombre que muy raramente concedaentrevistas, apenas era visto fuera de su retiro en las afueras de Londres y se mantuvo siempreajeno a la farndula de frivolidad que rodea al show-bussines. (1)La biografa de Baxter refleja en realidad los comentarios de sus equipos de rodaje (actores,

    distribuidores, productores, guionistas y staff en general). Unos pocos datos de su infancia yadolescencia ocupan en el texto apenas un captulo. El autor no aporta ninguna referencia facilitadadirectamente por Kubrick, pese a haber terminado el libro dos aos antes de la muerte de ste. Hayque pensar que no se trata de una publicacin que l hubiera aprobado, tanto por la ausencia defuentes en estrecha conexin con sus familiares y escasos amigos, como por el tono de severacrtica con el que Baxter valora la personalidad del director, deducida de los relatos de terceros.

    Parece que cuantos le conocieron acuerdan en describirle como un profesional obsesionado por su

    trabajo al que colocara por encima de cualquier consideracin personal. Malcom McDowell leatribuye una actitud ms propia de un militar que de un director de cine; Calder Willingham subrayasu casi psicoptica indiferencia hacia los seres humanos; sus colaboradores siempre se quejaronde que se atribuyera personalmente todo el xito de las pelculas gestadas en equipo; Adrianne Corile califica de un vampiro del cerebro de quienes le rodean que necesita conocer todo lo que lagente sabe. En la larga lis ta de diatribas recogidas en el libro, destaca la del telegrama de dimisinde Bertrand Tavernier como promotor ejecutivo de La naranja mecnica en Francia. El brillantecineasta francs escribi: Como director usted es un genio, pero como jefe es un imbcil.

    Influy esta valoracin tan negativa en distanciar a Kubrick de su entorno o bien l mismo fomentcon pleno conocimiento de causa su aureola de antipata, justo para evitar ser utilizado por quienesle rodearon? Hay preguntas que no pueden obviarse a la hora de hacer balance de los cerebrosvampirizados por Kubrick Quin se acordara de Sue Lyon sin Lolita ? Cul fue el primer directoren adaptar un texto de Stephen King al cine? Cul fue el precursor de los efectos especiales queharan millonarios diez aos despus del 2001 a Spilberg y a Lucas?

    Una ancdota permite comprender, sino justificar, el ostracismo voluntario al que quiso someterseKubrick. Defensor de la naturaleza y ecologista declarado, aport como prueba de las agresiones alos bosques cercanos a su finca un video, filmado por l, del lamentable estado de los mismos.Ignoro si el gobierno britnico puso freno al vandalismo ecolgico pero, nadie sabe cmo, aquellospocos planos cayeron en poder de una cadena de televisin que les hizo dar la vuelta al mundocomo las ltimas imgenes filmadas por Kubrick desd e Full metal jacquet .

    Disculpable o no, la actitud del director americano ante la sociedad fue la de quien desea conservarsu vida privada en el nivel de anonimato del que disfruta cualquier ciudadano y est dispuesto a todopara defender esa privacidad. Hay que reconocer que lo consigui.

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    Notas de una biografa hermtica.

    Es muy poco lo que sabemos del judo del Bronx que film su primera pelcula como profesional alos 24 aos y dirigi a la estrella Kirk Douglas con slo 29. Hijo de Jacob, un mdico que le confiri asu hijo cierto desahogo econmico (insuficiente, por lo dems, para soar siquiera con las c ifras quese invierten normalmente en una pelcula), de su escolaridad puede decirse que fue escasa yaburrida; tan mediocre como las notas de sus evaluaciones si b ien las pruebas psicotcnicas de laescuela ofrecan un elevado CI.Dos datos de su adolescencia: a los trece aos su padre, en la confianza de estimular su apata yvariar en lo posible el carcter taciturno y pasivo de Stanley, le ense a jugar al ajedrez. La pasinpor el nico juego donde el azar no cuenta le durara a Kubrick toda la vida y an hubo de serle tilpara sobrevivir econmicamente cuando, decidido ya a darlo todo por el cine, se alimentaba con lasganancias obtenidas en partidas callejeras o en apuestas de clubes. Hay una escena en Atraco

    perfecto filmada en uno de esos clubes. El cerebro de la banda recluta ah al forzudo gigantn queprovocar la reyerta en el hipdromo para distraer a la polica.

    El segundo de los momentos conocidos de la adolescencia de Stanley se produce tambin a laedad de trece aos. Es igualmente el padre quien le regala una cmara Graflex. Sus experienciascon la fotografa daran inicio a su locura por la imagen. Le gustaba esconder la cmara en bolsas depapel como las que se usan en Amrica para llevar las compras del supermercado. Un agujeropracticado en la bolsa le permita fotografiar sin ser visto escenas de la vida cotidiana. Pronto supoque su nivel como fotgrafo era muy bueno y se anim a presentar un trabajo a la revista Look . Sudirectora le ofreci unos inesperados 25$ por una de sus fotos y qued de una pieza cuando el jovenle pidi que esperara hasta ver lo que poda ofrecerle el Dayly News . Unas horas ms tarde volva ala redaccin de Look pa ra manifestar sin ningn rubor: Se lo vendo, slo me daban 10$. La foto fuepublicada con fecha 26-6-45. Era el da del 17 cumpleaos de Stanley Kubrick.

    Fue tambin la fotografa la que le llev al cine. Entusiasmado por las posibilidades expresivas deun reportaje en fotos sobre la vida de un oscuro boxeador de barrio, prepar y film un corto sobre elmismo sujeto. Al terminar el rodaje decidi dedicarse al cine por entero. Present su dimisin enLook y se acogi al paro. Era su modo de hacer las cosas: al c ien por cien. Habran de pasar variosaos hasta que el caprichoso mundo del celuloide le brindara la posibilidad de estabilizarse en laactividad elegida. Los emple en ver y leer prcticamente todo lo que se filmaba y escriba sobrecine. Y en jugar al ajedrez para comer.

    Ninguna de sus dos primeros y precoces- matrimonios pudo sobrevivir a la filmacin de sus dosprimeras pelculas. Su tercera esposa result ser justamente la actriz de Paths of Glory (1957),Suzanne Christian, con quien tendra dos hijas adems de reconocer a la que ella ya tena. Le iba aacompaar el resto de sus das.

    La afirmacin de que su trabajo como director resultaba insuperable a quien con l conviviera no esuna caricatura. Film Fear & Desire , por ejemplo, con slo 10.000 dlares arrebaados de distintosmedios familiares y la colaboracin de un voluntarioso grupo de actores y tcnicos desinteresados.La produccin, direccin y postproduccin le mantuvieron 17 semanas durmiendo un promedio detres horas al da.

    Esta pasin, casi obsesiva, por el cine, ayuda a comprender que a partir de aqu todo cuantosabemos de su vida se circunscribe a su trabajo. Los pocos datos de que disponemos y queapuntan a que fue tan buen padre y esposo como feroz profesional- han de extraerse o bien de lasdeclaraciones de terceros, o bien del contenido de su obra.

    Pues bien, por qu no? Un anlisis sincrnico de los elementos que permanecen en la obra deKubrick tal vez nos ayude a comprender algunos aspectos de la forma en que, desde dentro de labolsa de papel del super , el director americano contemplaba al mundo.

    Las aproximaciones tcnicas y estticas a sus pelculas son pocas pero exhaustivas(2). Trataraqu de recoger slo aquellos aspectos que han permanecido constantes en el cine de Kubrick,particularmente tres de ellos: 1.- Una mquina falla. 2.- Una mujer es maltratada. 3.- Un hombre viajaen busca de su deseo (que nunca alcanzar).

    1.- Una mquina falla.

    Las mquinas fallan en el cine de Kubrick. Sin duda el exponente ms claro de esta afirmacin loencontramos en 2.001, una Odisea del espacio , donde el Polifemo del relato, un ordenador en estecaso, observa con su nico ojo rojo las conversaciones supuestamente privadas de los astronautasmientras stos deciden si le desconectan o no a causa de los errores que ha empezado a producir.

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    La falibilidad de las construcciones humanas no se agota con el fiasco de HAL 9000 en LaOdisea... ; todo cuanto el hombre ha inventado es susceptible de devenir defectuoso en el mundo deldirector americano, desde el pequeo pistoln que se le encasquilla a Lord Bullingdon durante suduelo con Barry Lyndon, hasta el gigantesco dispositivo de seguridad cuyo fallo da inicio, en Dr.Strangelove , al desencadenamiento de la hecatombe nuclear.

    Es Dr. Strangelove una pelcula paradigmtica a este respecto. Extrao amor, en efecto, el queresulta de considerar el subttulo del film: How I learned to stop worrying and love the Bomb (Cmoaprend a dejar de preocuparme y a amar la bomba). El dislocado tinte de comedia con el queKubrick enmascara la tragedia del fin de la humanidad es correlativo al resorte con que el psiquismosuele protegerse: frente al pnico respecto a la destruccin masiva desatada por el fallo (i.e. laparanoia) de los dirigentes, el ciudadano presenta una apata que slo acepta ser atravesada enclave de humor.

    No es sencillo hacer una comedia con el tema y que sta resulte a la vez creble e hilarante.Kubrick lo consigue con un esfuerzo de creatividad indito y tambin con una fuerte inversin parareproducir, con manitica exactitud, los B52 que el gobierno de los Estados Unidos se neg aprestarle. Le encarg al arquitecto Ken Adam, de origen alemn, el diseo del Puesto de Mando delEstado Mayor americano, la Cmara de Guerra decorada con enormes mapas luminosos cuyasmegalomanacas dimensiones iban a ser tan frecuentes en las ulteriores cintas de James Bond.

    Sobre esta base de tecnologa y efectos especiales brillaron las posibilidades histrinicas de PeterSellers, quien ya haba convencido a Kubrick en su corto papel en Lolita , pese a hallarse en aquelcaso condicionado por el guin de Nabokov, rico intelectualmente pero limitado en las sutilezas queel actor britnico gustaba improvisar.

    La pelcula sobre el peligro nuclear es como un sueo. O como una pesadilla que se hacesoportable porque el humor que hay en ella nos distancia de su propia propuesta. El no es ms queun sueo freudiano se convierte en no es ms que cine en este caso, mantenindonos aje nos a laangustia pero invitndonos a la vez a la reflexin y al confrontamiento con la muerte.

    Se ha dicho de los sueos que no funcionan en cine porque se ven obligados a someterse al marcode la pantalla, mientras que cuando soamos, nada llega a limitarles ni en el t iempo ni en el espacio.Creo que Kubrick solventa esta dificultad de t ransposicin del producto psquico a imgenes, puesconsigue que el espectador se haga uno, subjetivamente hablando, con la cmara. La cmararesponde a la escena que filma, no como un mecanismo carente de pasin, sino como unobservador, un voyeur humano; hombre y cmara se enlazan en el cine de Kubrick, en un baile tanntimo como El Danubio azul . Cuando nos pasea por las trincheras lbregas de la Primera GuerraMundial en Paths of Glory o por los aterciopelados paisajes de Constable o Turner en Barry Lyndon su propuesta es que el espectador, como el coro de la tragedia griega, tenga un lugar en la escena.Ese lugar lo conquista Kubrick con el movimiento subjetivo de la mquina que l mismo carga alhombro con maestra (los operadores de sus cintas solan quejarse de que su principal funcin fueraproveer de caf al equipo mientras el director filmaba).

    Dotar a la cmara, mquina al fin, de una perspectiva humana resuelve as los principalesproblemas visuales a condicin de aplicarle al mtodo una mezcla adicional de inteligencia y trabajo.

    Pero...la mquina falla! En afortunada metfora Baxter compara al hroe de las pelculas deKubrick con un jugador de ajedrez disputando una partida en medio de un mar embravecido. Lasreglas estn claras y el juego es un modelo de lgica, pero a los pocos segundos las olas hantumbado algunas piezas y movido de s itio algunas otras. Es cierto, en el cine de Kubrick siempreocurre lo ms inesperado pese a que cuanto sucede hubiera debido preverse de antemano, dadaslas condiciones previas a la situacin. El cine, para el director americano, debe reflejar este aspectoque escapa a la voluntad humana, un error intuido pero incontrolable, sujeto como la propia vida auna especie de Ley de Murphy por la que nos est vedada la realizacin de los deseos. Falla elmatrimonio en Barry Lyndon , falla la familia cuya claustrofbica desintegracin es paralela aldesencadenamiento del brote psictico en The Shining , falla el aparato judicial en Paths of Glory ; lamaquinaria de guerra se tambalea en Vietnam ( La chaqueta metlica ) bajo el emblema pintado modelo y precursor de eslganes publicitarios- en el casco del soldado Joker: BORN TO KILL.

    Como si Kubrick hubiera querido transmitirnos que la mquina de Hollywood est tambin, comotodas, dest inada a fallar, abandon Los Angeles en 1960, instalndose en Europa y rehuyendo elsistema de filmaking americano.

    2.- Una mujer es maltratada.

    Casi sin excepcin, las mujeres en las pelculas de Kubrick son seres desamparados o/y

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    maltratados. En algunas ocasiones la vejacin se aplica directamente ante la mirada del espectador,como en el caso de La naranja mecnica donde la esposa del intelectual de izquierdas es violada enpresencia de su marido, obligado a presenciar la escena. En otras, hay un salto espacial o temporalque hace elptico el maltrato, del que nos ser dado conocer los resultados, no los pormenores. As la Lolita ausente del final de la cinta reaparece convertida en matrona, esfumado el encanto erticode la adolescente del principio, cuyos ojos nos excitaban por encima de sus gafas de sol en forma decorazn.

    Dos secuencias, recortadas de La chaqueta metlica y de Espartaco , nos acercarn a la posicinpadecida por la mujer en Kubrick. En la primera de ellas, el comando protagonista de la pelculasobre la guerra de Vietnam se ve sorprendido por un francotirador en las afueras de una ciudadabandonada. Es la esencia de la guerrilla: alguien dispara sobre el pelotn y no puede ubicarsesiquiera el lugar desde donde los disparos son realizados. La escena se desarrolla enfatizando elcontraste entre la desesperada ocultacin de quien se enfrenta en solitario al grupo y la peligrosaindefensin de ste a campo abierto. Conocemos las historias personales de los americanos: eldolor por el amigo que cae ante una bala enemiga, el gesto de herosmo por rescatar al compaeroherido, la infructuosa demanda a la tcnica, incapaz de transmitir por radio la informacin adecuada.Nada sabemos del francotirador oculto. Es una buena imagen de lo que aquella guerra fue: uncampesino contra un ejrcito. Un ataque preparado como si fuera una campaa de marketing y unadefensa casi femenina, en efecto- de quien no tiene nada que perder ms que su vida.

    El campesino resulta ser una mujer. Una joven vietnamita a la que, de repente, se le puedensuponer motivos, odios, prdidas, dolores. Cuando los americanos consiguen capturarla noentienden lo que dice, ni ella da signos de entenderles tampoco. En Kubrick el lenguaje separa. Unacosa est clara: su mirada transmite rencor, determinacin o rabia, pero no miedo. Inicialmente laescena estaba prevista para concluir con la decapitacin de la muchacha por los enloquecidossoldados y el uso de su cabeza como pelota de ftbol. Kubrick la cambi por un final mscompasivo: la campesina les ruega a los americanos que la maten utilizando la nica palabra queconoce en ingls: k ill me . Es el soldado del rtulo en el casco quien lo hace.

    En Espartaco, el protagonista obtiene la posibilidad de cohabitar con la esclava Varinia en premio auna de sus gestas como gladiador, tanto como para excitar las pulsiones voyeuristas de los patriciosque observarn el acto desde el exterior. Cuando el hombre, apasionado, se acerca a la joven a laque nunca crey que podra poseer, ella, sin negrsele, le seala las coincidencias entre ambos: Ati te obligan a luchar como espectculo, a m a acostarme contigo.

    Es el encuentro en el desencuentro, tan usual en los filmes de Kubrick. El deseo de Espartaco porVarinia, el de Humbert Humbert por Lolita, el de Redmon Barry por Lady Lyndon (o por el poder queposeerla representa), el del oscuro contable de Atraco perfecto por la rubia explosiva con la que secas prometindole un bienestar econmico que no puede ofrecerle. No hay amor en las cintas deKubrick, todo es puro deseo.

    En efecto, un director que se ha caracterizado por abordar prcticamente todos los gneros delcine y que ha destacado en cualquiera de ellos, nunca realiz una pelcula de amor. Fue autor deuna de las mejores cintas de suspense en la serie B ( Atraco perfecto ), super a DeMille en losmovimientos de masas de los Peplum en Espartaco , se anticip a sus tiempos filmando ciencia-ficcin con 2.001... , rubric una de las mejores historias de terror contadas por el cine en Elresplandor . Pelculas de poca, de guerra, de misterio. Pero nunca nos relat una historia de amor.

    Lo es su ltimo estreno, Eyes wide shut ? (3) Si nos atenemos a lo declarado por su guionista,Frederic Raphael, esta cinta no es tampoco una historia de amor, sino de sexo.

    Justamente uno de los gneros tab para cualquier director de renombre es el cine pornogrfico.Nada hay ms aburrido que una pareja fingiendo que goza sexualmente ante una cmara. Kubrick,en cambio, siempre se sinti tentado por realizar un filme pornogrfico y lleg incluso a adquirir enlos 70 los derechos de un Blue Movie de segundo orden. Pero Eyes wide shut es algo ms queporno. Subsume la propuesta del director por la que toda historia trgica debe apuntar a la vez a lascosas como son y al fantasma interior de cada uno de los participantes (y el espectador siempre fueconsiderado por Kubrick como uno de ellos). La s cosas como son en la cinta vienen representadaspor la apata de la vida matrimonial, rota tan slo por las pequeas infidelidades imaginadas porcada uno de los cnyuges. Pero qu ocurre en una pareja si esas infidelidades nicamentementales son confesadas abiertamente? Qu ocurre en una pareja si cada uno le explica al otrosus deseos sin ambages, si ambos abren los ojos? Pueden abrirse los ojos de los miembros de unapareja o deben permanecer wide shut (ampliamente cerrados) por definicin?

    Kubrick exigi de la productora estaba en un momento en que poda exigir prcticamente unimposible- que los actores de la que iba a ser su obra pstuma fuesen en primer lugar grandes

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    estrellas. En segundo lugar deban ser tambin matrimonio en la vida real. Quera que se produjeranesos descubrimientos sutiles que le hacen a uno preguntarse si el propio realizador era conscientede que iban a estar en la pelcula o si sucedieron por mero accidente(4)

    Consciente de casi todo, Kubrick lo era tambin de que Schnitzler fue contemporneo de Freud. LaTraumnovelle de aquel, un paralelo de la Traumdeutung de ste y la insatis faccin de los deseos delhombre tambin de los sexuales- uno de los corolarios de la misoginia tan criticada a ambos (alamericano y al viens). Pero el deseo no se limita a eso. Al fin y al cabo, como sugiere un ambiguoLawrence Olivier a un jovencsimo Tony Curtis en Espartaco , Por qu preferir la ostra al caracol?

    3.- Un hombre viaja en busca de su deseo.

    Estbamos yo, Alex, y mis tres drugos, exprimindonos los rasudoques y decidiendo qupodramos hacer esa noche en el bar lcteo Korova donde servan leche- plus. Las imgenes de losneologismos de Burgess en La naranja mecnica superan la rigidez del lenguaje, demasiadoinexacto para expresar la verdad; Kubrick valoraba tambin al lenguaje como un instrumento queobstruye ms que revela. Preocupado casi exclusivamente por las actividades humanas queimplican la reduccin al mnimo de toda comunicacin: la violencia, la guerra, el sexo, la ambicin, oel aislamiento, los temas de sus cintas giran en torno a cuestiones que nadie llega a comprender deltodo: el t iempo, la muerte, el infinito. Su narrativa aspira menos a configurarse como relato que comosinfona musical, siempre ms cerca del enigma que de la claridad. Por algo le haba confesado a

    Alexander Walker su convencimiento de que la personalidad humana repele las cosas que sonclaras y se siente atrada por los rompecabezas, enigmas y alegoras. La actitud de Kubric k a esterespecto -tal vez sus abuelos austracos de origen judo tengan algo que ver- es casi freudiana: lepreocupa ms la distorsin de la razn que el pensamiento racional en s.

    Por eso los personajes de sus pelculas son siempre marginales. Tengo especial debilidad por losdelincuentes y los artistas afirm en entrevista a la revista Variety, 22 de Junio de 1962- ambosrenen la particularidad de hallarse siempre enfrentados a la realidad social en un mundo en que lamayora ha tenido que aprender a aceptar su propia insignificancia. Esta predileccin por losoutsiders contribuye sin duda a que los criminales de sus filmes resulten inevitablemente simpticos.Nos duele que por un factor externo acabe fracasando el atraco supuestamente perfecto en la cintaque le abri el camino del xito a Kubrick. Empatizamos con las triquiuelas que el joven BarryLyndon comparte con el tahr-aristcrata informndole de cuales son las cartas de sus contrarios atravs de un cdigo de seales fraudulentas. Nos identificamos con la mirada del profesor vido porposeer a una nia, la hija de su esposa. Nos compadecemos del uso propagandstico que lasociedad hace del violador Alex y nos rebela que sus drugos se acaben convirtiendo en lerdospolicas integrados.

    Esta faceta amateur del c riminal en Kubrick, siempre movido por motivos pasionales, siempreaspirando a lo imposible, subraya ms, si cabe, el poder implacable del destino. El hombre es paraKubrick poco ms que un payaso capaz de las mayores audacias; un payaso que mueve a risa peroprovoca al mismo t iempo una cierta ternura.

    La imagen corporal que cre para el protagonista de La naranja mecnica con una enorme pestaapostiza maquillada en negro, pantalones abombados y un sombrero hongo propio de Charlie Rivel, oel rodeo siniestro cabalgando la bomba en Dr. Strangelove o, ms directamente, las caretas depayaso con que cubre el rostro de los atracadores en Atraco perfecto acentan esta impresin.Como elementos semiticos son un guio de homenaje al hombre que persigue un imposible y queen algunos momentos cree haberlo alcanzado.

    Es el caso del mono Moonwatcher en 2.001... , enloquecido por el descubrimiento del poderalcanzado con el uso del utensilio, en su caso un fmur de tamur usado como arma. Hay unreconocimiento de la propia subjetividad en el jubiloso alarido de comprensin con el queMoonwatcher (Observador-de-la-Luna, literalmente) lanza ese fmur al aire; un reconocimientoparalelo al que hacia el final de la c inta, ms all de las estrellas, el hombre del futuro descubrir enlos espejos de su envejecimiento. Kubrick amaba las metforas visuales de los saltos en el tiempo.En una pirueta que abarca cuatro millones de aos, el hueso de tamur se convertir, girando por losaires, en una cpsula espacial.

    Es como si hubiera querido transmitirnos que el destino del hombre a lo largo de todos esosmillones de aos ha sido el mismo, la prosecucin de un viaje en pos de su deseo, de esa piedracuadrangular y lisa, el centinela, que le crea, le vigila y le mueve.

    El deseo de Kubrick.

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    Las tres consideraciones que acabamos de realizar convergen hacia un nico ncleo: tanto el

    hombre como la mujer parecen haber sido condenados de antemano a jugar todas sus partidas conlas negras y a realizar sus movimientos a expensas de la apertura de su oponente, el destino. Seacual sea su estrategia van a tener problemas con el reloj al final de la partida y, an si no se hanvisto obligados a sacrificar ninguna pieza, las tablas es lo mximo a lo que aspirarn.

    Kubrick pudo lograr todo cuanto se propuso, incluida la posibilidad de trabajar en un medio tanapasionante para l como para llevarle a manifestar: Pedirme que me tome vacaciones de mitrabajo es como pedirle a un nio que se tome vacaciones de sus ju egos.

    Para entender hasta qu punto dispona de medios para planificar sus juegos, baste con recordarque durante el rodaje de 2.001... mand disear un cilindro giratorio que replicara la sensacin deingravidez en el espacio. Dos escenas se filmaron en el plat de ingravidez: la azafata que recorrela nave con la bandeja de comida y el astronauta haciendo footing en un largo e impresionantetravelling subjetivo. El cilindro giratorio que permiti rodar ambas escenas cost 750.000 dlares.

    No slo en el nivel profesional dispuso Kubrick de medios casi ilimitados. El xito artstico seacompa de fabulosas ganancias personales una vez alcanzado el reconocimiento general. Elshow- business en frase de Woody Allen cuando se compr un piso en Mannhattan por 2.500millones de pesetas- da mucho dinero, sino no sera show-business, sera show- show.

    A qu dedic Kubrick sus ingresos? Qu compr con tanto dinero como lleg a ganar? Ya hedicho que sali poco de Inglaterra. No le gustaba volar ni conducir. No era amante de la ostentacinni de los excesos consumistas. Su capricho, casi el nico, fue adquirir y renovar continuamente losordenadores ms sofisticados para... jugar contra ellos al ajedrez.

    Casi los mismos deseos que se anudaron en un punto de su historia a sus 13 aos: imagen yajedrez. No confirma esta opcin la propuesta freudiana de que el deseo es uno y siempre elmismo, aquel deseo infantil estructural, antiguo e imposible (algunos le llamaran edpico)? Y no eseso lo que Kubrick nos muestra en sus pelculas?

    Pero Kubrick no dej de adquirir con su dinero otra posibilidad; un bien escaso largamenteanhelado: la independencia. Para hacer de y con sus pelculas lo que quisiera, para vivir dondequisiera, para relacionarse o no relacionarse con quien le apeteciera. Tuvo todo el derecho, puespara obtener sus medios financieros antes haba tenido que vender algo muy valioso: su mirada.Como seala Baxter en su libro, cuando compramos una entrada para ver una pelcula de Kubrick,son sus ojos lo que estamos comprando, su modo de entender lo que una imagen es, su sentido delencuadre, de cmo debe moverse una cmara.

    Su mirada, escondida desde los trece aos en una bolsa del supermercado, aunque sus ojos hayanquedado ya ampliamente cerrados.

    NOTAS:1.- El Ordenador de la librera inclua un tercer ttulo no disponible en aquel momento, con elsugerente t tulo de Stanley Kubrick, a biogrphy Autor John Baxter (Carroll & Graf, New York, 1997)2.- Adems de las referencias bibliogrficas reseadas hay un libro traducido al espaol: StanleyKubrick dirige (Taller de ediciones Josefina Betancor, Madrid, 1975)3.- Al entregar a imprenta el presente artculo, Eyes wide shut no haba s ido todava estrenada enEuropa.4.- Baxter. Op. Cit. Pag. 162

    Cine y cultura arriba Entrevista a Jaume Balaguer

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