EL DIA_LA PRIMERA VISITA REGIA

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22 DÍA DE FIESTA / II EL DÍA, Tenerife, domingo, 24 de abril de 1983 Don Alfonso XIII, con la Infanta Doña María y Don Fernando, desembarca por <dos platillos» E L 26 de marzo de 1906, el periódico El Tiempo, de Santa Cruz de Te- nerife, publicaba el siguiente telegrama cursado por el Mi- nisterio de Marina al goberna- dor civil de Canarias que, por entonces, estaba en esta capi- tal: «Su Majestad llegará lunes diez mañana con la escuadra. Desembarcará a las once». En la imagen, una estampa inédita del desembarcadero de «los platillos» -el tantas y tan- tas veces evocado por don Mi- guel Borges Salas y don Anto- nio Marti— en el momento en que Don Alfonso XIII y los in- fantes Doña María y Don Fer- nando pisaban tierra tinerfeña. En la fecha antes citada, el periódico El Tiempo escribió sobre la visita regia: «Nunca ha podido decirse con más razón que Santa Cruz de Tenerife vis- ta sus mejores galas para reci- bir dignamente a Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII. La vi- Santa Cruz de ayer y de hoy La primera visita regia sita del Monarca es un verda- dero acontecimiento que figu- rará en página brillante de nuestra historia, y los tinerfe- ños, pobres, pero leales y pa- triotas, no han podido hacer otra cosa que adornar las ca- lles, decorar sus casas y en sin- cera explosión de fidelidad a las instituciones y de amor a la Metrópoli prepararse para vi- torear al Soberano. El aspecto de nuestras calles es extraordinariamente anima- do. La población se ha triplica- do con el contingente que nos envía el interior de la isla y las demás poblaciones del archi- piélago, haciéndose difícil el Semana de información sobre el , Nuestro paí cuenta ahora con V-'-v 35O.OOO 'Nuevos Ciudadanos' de derecho. Hasta ahora, los Deficientes Mentales constituían una minoría marginada, apartada de todos los beneficios sociales. Hoy, la Constitución y la Ley de integración de Minusvá- iidos les considera ciudadanos con plenitud de derechos. Derecho a la asistencia, a !a recuperación, a las prestaciones sociales y Seguridad Social, derecho a la educación, derecho al trabajo. Derechos que les restituyen a su condición de seres humanos. Derechos que responsabilizan al Estado y a !a Sociedad. A todos nosotros. Porque las Leyes son instrumentos cuya eficacia dependede nuestra colaboración y apoyo. Son 350.000 nuevos ciudadanos... de derecho. paso por las principales vías. Más de cuarenta mil almas ocuparán hoy los muelles y las calles del tránsito de la comiti- va regia para saludar a Don Alfonso. Los edificios públicos y gran número de casas particulares lucen caprichosos y artísticos decorados, significándose la Diputación provincial, cuyas grandes columnas se hallan adornadas por centenares de lamparillas de colores; el Go- bierno Civil, que muestra en una inscripción formada de luz eléctrica un «Viva el Rey y Aa.Rr.»; el Club Inglés, en cuya fachada se lee, entre multitud de escudos, cortinas y bande- ras: «God save King Alfonso»; el Casino principal; la hermosa casa de los señores Eider, en cuyo frente se levanta desde la calle hasta la azotea las inicia- les del Monarca formadas por follaje y luces; la Comandancia de Marina, la Capitanía Gene- ral, el Club Tinerfeño, el Tea- tro, el Ayuntamiento, el Banco de España, la casa de don Enri- que Pérez Soto en la calle de Al- fonso XIII; la Cruz Roja, etc.». El periódico El Tiempo conti- nuaba su informacic-n sobre el aspecto de la ciudad, esta nues- tra vieja y muy querida ciudad que, como siempre, bien luce en la imagen vista desde el de- sembarcadero de «los platillos». Y, añadía El Tiempo: «Las ca- lles de Alfonso XIII, Cruz Ver- de, Imeldo Serís, Valentín Sanz, Cabo, Candelaria y No- ria, las plazas de la Constitu- ción, Príncipe y Weyler y los muelles y el puerto lucen infini- to número de banderas, corti- nas y gallardetes. Entre los arcos más notables figuran los de «La Cruz Roja», «La Benéfica», Junta provincial de Agricultura, Exportadores de frutos, el Ayuntamiento, la Colombófila, Salón Frégoli y de los militares. El arreglo del puente del Ca- bo, que tanto ha dado que ha- blar, no es una gran cosa, pero no es tampoco como lo descri- bían los que todo hallan censu- rable. El fuerte viento que ayer reinaba obligó a modificar di- cho decorado, haciéndolo más sencillo. Desde hace dos o tres días, desde la mañana a la noche, se vienen disparando centenares de cohetes y morteros, y hoy atruenan el espacio millares y millares de voladores. Las casas de los señores Ha- milton y Eider han recibido im- portantes cantidades de fuegos de artificio». El desembarco de Don Alfon- so XIII se efectuó a las once y media de la mañana. Bajo el templete que bien se aprecia en la imagen —y que no se trata de la «marquesina», la cual se ins- taló en 1913— se encontraba los miembros de la Corporación Municipal con los maceros, los de la Diputación provincial, go- bernador civil y secretario del Gobierno Civil de la provincia; presidente, fiscal y magistra- dos de la Audiencia, diputado a Cortes, marqués de Casa Lai- glesia, el senador señor Poggio, autoridades de Marina, civiles, eclesiásticas y judiciales y dife- rentes comisiones. Y volvemos a El Tiempo que, en su descripción del desem- barco de Alfonso XIII, bien re- fleja la imagen: «El espectáculo en los instantes en que el bote que conducía al Rey se acerca- ba al desembarcadero es indes- criptible. Aquella inmensa mul- titud que presenciaba el acto prorrumpió espontáneamente en ensordecedoras y delirantes aclamaciones. De todas partes salían los vivas a España, los vivas al Rey, los vivas á los In- fantes. Todas las manos agita- ban pañuelos y las ovaciones fueron tan sinceras, tan unáni- mes, tan estruendosas que los que no las oyeron no podrían imaginárselas, por mucho en- tusiasmo que suponga en los que en ellas prorrumpían. A los gritos y vivas del pue- blo se unieron los acordes de la marcha real ejecutaba por to- das las bandas, los pitos de las bocinas y sirenas, los cohetes y los cañonazos de la batería de Almeida que daba su segunda salva reglamentaria. Al bote en que venía D. Al- fonso y los Infantes precedía uno con los generales señores Pacheco, Bascarán y Ministro de la Guerra, señor Luque. Su Majestad viste traje de diario de Capitán General y el Infante Don Fernando el de ofi- cial del Regimiento de Húsares. El primero en dar la bienve- nida al Monarca fue el Alcalde, don Pedro Schwartz, que pro- nunció breves y sentidas frases para saludar al Rey en nombre de este pueblo, leal y patriota como el que más, que daba en aquellos mismos momentos con sus entusiastas ovaciones muestra bien palmaria del acendrado amor que profesa a su Soberano y a la Metrópoli. El primer acto de Su Majes- tad fue revistar la compañía de Artillería que le tributó los ho- nores correspondientes. Des- pués subió las escalerillas se- guido de las autoridades. En el coche, a la izquierda de Don Al- fonso, tomó asiento la Serenísi- ma Infanta Doña María Tere- sa. Frente a su S.A. se colocó el Infante Don Fernando y, frente a S.M., el Alcalde de esta Capi- tal, D. Pedro Schwartz y Mat- tos». Todo esto pertenece a tiem- pos que la ciudad guarda con cariño. Eran tiempos que hoy nos llegan envueltos en nieblas de historia, en recuerdos de co- sas que pasaron antes de que fuésemos. Son, desde luego, al- go que saca evocaciones fecun- das, de las que vienen envuel- tas en poesía viva, de las que sacan a muchos —pocos ya— la niñez a flor de alma.— Juan A. Padrón Albornoz. Bodegón CASA CONCHA Pescado fresco, carnes del país, paellas, comidas por encargo, pata de cerdo al horno VINOS de cosecha propia Empresa Canaria de Construcción REFORMAS, HUMEDADES, COLOCACIÓN DE MARMOL, ESCALERAS, PINTURA, PAPEL, COLOCACIÓN DE PORTEROS ELÉCTRICOS Y ALUMINIOS. CONTRATAS DE YESOS, RENOVACIONES COCINAS Y CUARTOS DE BAÑOS

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "Santa Cruz de ayer y hoy", 1983/04/24

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22 DÍA DE FIESTA / II EL DÍA, Tenerife, domingo, 24 de abril de 1983

Don Alfonso XIII, con la Infanta Doña María y Don Fernando, desembarca por <dos platillos»

E L 26 de marzo de 1906,el periódico El Tiempo,de Santa Cruz de Te-

nerife, publicaba el siguientetelegrama cursado por el Mi-nisterio de Marina al goberna-dor civil de Canarias que, porentonces, estaba en esta capi-tal: «Su Majestad llegará lunesdiez mañana con la escuadra.Desembarcará a las once».

En la imagen, una estampainédita del desembarcadero de«los platillos» -el tantas y tan-tas veces evocado por don Mi-guel Borges Salas y don Anto-nio Marti— en el momento enque Don Alfonso XIII y los in-fantes Doña María y Don Fer-nando pisaban tierra tinerfeña.

En la fecha antes citada, elperiódico El Tiempo escribiósobre la visita regia: «Nunca hapodido decirse con más razónque Santa Cruz de Tenerife vis-ta sus mejores galas para reci-bir dignamente a Su Majestadel Rey Don Alfonso XIII. La vi-

Santa Cruz de ayer y de hoy

La primera visita regiasita del Monarca es un verda-dero acontecimiento que figu-rará en página brillante denuestra historia, y los tinerfe-ños, pobres, pero leales y pa-triotas, no han podido hacerotra cosa que adornar las ca-lles, decorar sus casas y en sin-cera explosión de fidelidad alas instituciones y de amor a laMetrópoli prepararse para vi-torear al Soberano.

El aspecto de nuestras calleses extraordinariamente anima-do. La población se ha triplica-do con el contingente que nosenvía el interior de la isla y lasdemás poblaciones del archi-piélago, haciéndose difícil el

Semana de información sobre el

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Nuestro paícuenta ahora con

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35O.OOO'Nuevos Ciudadanos'

de derecho.Hasta ahora, los Deficientes Mentales constituían una

minoría marginada, apartada de todos los beneficios sociales.Hoy, la Constitución y la Ley de integración de Minusvá-

iidos les considera ciudadanos con plenitud de derechos.Derecho a la asistencia, a !a recuperación, a las prestacionessociales y Seguridad Social, derecho a la educación, derechoal trabajo.

Derechos que les restituyen a su condición de sereshumanos.

Derechos que responsabilizan al Estado y a !a Sociedad.A todos nosotros. Porque las Leyes son instrumentos

cuya eficacia depende de nuestra colaboración y apoyo.Son 350.000 nuevos ciudadanos... de derecho.

paso por las principales vías.Más de cuarenta mil almasocuparán hoy los muelles y lascalles del tránsito de la comiti-va regia para saludar a DonAlfonso.

Los edificios públicos y grannúmero de casas particulareslucen caprichosos y artísticosdecorados, significándose laDiputación provincial, cuyasgrandes columnas se hallanadornadas por centenares delamparillas de colores; el Go-bierno Civil, que muestra enuna inscripción formada de luzeléctrica un «Viva el Rey yAa.Rr.»; el Club Inglés, en cuyafachada se lee, entre multitudde escudos, cortinas y bande-ras: «God save King Alfonso»; elCasino principal; la hermosacasa de los señores Eider, encuyo frente se levanta desde lacalle hasta la azotea las inicia-les del Monarca formadas porfollaje y luces; la Comandanciade Marina, la Capitanía Gene-ral, el Club Tinerfeño, el Tea-tro, el Ayuntamiento, el Bancode España, la casa de don Enri-que Pérez Soto en la calle de Al-fonso XIII; la Cruz Roja, etc.».

El periódico El Tiempo conti-nuaba su informacic-n sobre elaspecto de la ciudad, esta nues-tra vieja y muy querida ciudadque, como siempre, bien luceen la imagen vista desde el de-sembarcadero de «los platillos».Y, añadía El Tiempo: «Las ca-

lles de Alfonso XIII, Cruz Ver-de, Imeldo Serís, ValentínSanz, Cabo, Candelaria y No-ria, las plazas de la Constitu-ción, Príncipe y Weyler y losmuelles y el puerto lucen infini-to número de banderas, corti-nas y gallardetes.

Entre los arcos más notablesfiguran los de «La Cruz Roja»,«La Benéfica», Junta provincialde Agricultura, Exportadoresde frutos, el Ayuntamiento, laColombófila, Salón Frégoli y delos militares.

El arreglo del puente del Ca-bo, que tanto ha dado que ha-blar, no es una gran cosa, perono es tampoco como lo descri-bían los que todo hallan censu-rable. El fuerte viento que ayerreinaba obligó a modificar di-cho decorado, haciéndolo mássencillo.

Desde hace dos o tres días,desde la mañana a la noche, sevienen disparando centenaresde cohetes y morteros, y hoyatruenan el espacio millares ymillares de voladores.

Las casas de los señores Ha-milton y Eider han recibido im-portantes cantidades de fuegosde artificio».

El desembarco de Don Alfon-so XIII se efectuó a las once ymedia de la mañana. Bajo eltemplete que bien se aprecia enla imagen —y que no se trata dela «marquesina», la cual se ins-

taló en 1913— se encontrabalos miembros de la CorporaciónMunicipal con los maceros, losde la Diputación provincial, go-bernador civil y secretario delGobierno Civil de la provincia;presidente, fiscal y magistra-dos de la Audiencia, diputado aCortes, marqués de Casa Lai-glesia, el senador señor Poggio,autoridades de Marina, civiles,eclesiásticas y judiciales y dife-rentes comisiones.

Y volvemos a El Tiempo que,en su descripción del desem-barco de Alfonso XIII, bien re-fleja la imagen: «El espectáculoen los instantes en que el boteque conducía al Rey se acerca-ba al desembarcadero es indes-criptible. Aquella inmensa mul-titud que presenciaba el actoprorrumpió espontáneamenteen ensordecedoras y delirantesaclamaciones. De todas partessalían los vivas a España, losvivas al Rey, los vivas á los In-fantes. Todas las manos agita-ban pañuelos y las ovacionesfueron tan sinceras, tan unáni-mes, tan estruendosas que losque no las oyeron no podríanimaginárselas, por mucho en-tusiasmo que suponga en losque en ellas prorrumpían.

A los gritos y vivas del pue-blo se unieron los acordes de lamarcha real ejecutaba por to-das las bandas, los pitos de lasbocinas y sirenas, los cohetes ylos cañonazos de la batería de

Almeida que daba su segundasalva reglamentaria.

Al bote en que venía D. Al-fonso y los Infantes precedíauno con los generales señoresPacheco, Bascarán y Ministrode la Guerra, señor Luque.

Su Majestad viste traje dediario de Capitán General y elInfante Don Fernando el de ofi-cial del Regimiento de Húsares.

El primero en dar la bienve-nida al Monarca fue el Alcalde,don Pedro Schwartz, que pro-nunció breves y sentidas frasespara saludar al Rey en nombrede este pueblo, leal y patriotacomo el que más, que daba enaquellos mismos momentos consus entusiastas ovacionesmuestra bien palmaria delacendrado amor que profesa asu Soberano y a la Metrópoli.

El primer acto de Su Majes-tad fue revistar la compañía deArtillería que le tributó los ho-nores correspondientes. Des-pués subió las escalerillas se-guido de las autoridades. En elcoche, a la izquierda de Don Al-fonso, tomó asiento la Serenísi-ma Infanta Doña María Tere-sa. Frente a su S.A. se colocó elInfante Don Fernando y, frentea S.M., el Alcalde de esta Capi-tal, D. Pedro Schwartz y Mat-tos».

Todo esto pertenece a tiem-pos que la ciudad guarda concariño. Eran tiempos que hoynos llegan envueltos en nieblasde historia, en recuerdos de co-sas que pasaron antes de quefuésemos. Son, desde luego, al-go que saca evocaciones fecun-das, de las que vienen envuel-tas en poesía viva, de las quesacan a muchos —pocos ya— laniñez a flor de alma.— Juan A.Padrón Albornoz.

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