El dibujo como herramienta de investigación cultural: las casas y...

El dibujo como herramienta de investigación cultural: las casas y sus habitantes - Barrio Juan

XXIII

Sara Vélez García, [email protected]

Trabajo de grado presentado para optar al título de Licenciado en Educación Artística y Cultural

Asesor: Luz Eliana Tabares, Magíster (MSc) en Poéticas Visuales

Universidad de San Buenaventura Colombia

Facultad de Educación

Licenciatura en Educación Artística y Cultural

Medellín, Colombia

2018

Citar/How to cite (Vélez, 2018)

Referencia/Reference

Estilo/Style:

APA 6th ed. (2010)

Vélez, S. (2018). El dibujo como herramienta de investigación cultural: las

casas y sus habitantes - Barrio Juan XXIII. Licenciatura en Educación

Artística y Cultural). Universidad de San Buenaventura Colombia,

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Tabla de contenido

Resumen ........................................................................................................................................... 5

Abstract ............................................................................................................................................ 6

1 Introducción .................................................................................................................................. 7

2 Las casas del barrio Juan XXIII .................................................................................................... 9

2.1 El dibujo como herramienta investigativa ............................................................................ 20

2.2 Problemática social del barrio Juan XXIII ........................................................................... 23

2.2.1. Paisaje urbano desde un aspecto social y cultural. ....................................................... 30

3 Propuesta artística a partir del dibujo como herramienta de análisis .......................................... 37

3.1 Objetivo general ................................................................................................................... 37

3.2 Específicos ........................................................................................................................... 37

4 Discusión de resultados ............................................................................................................... 45

Referencias ..................................................................................................................................... 50

Listado de figuras

Figura 1. Barrio Juan XXIII ........................................................................................................... 11



Figura 4. Retrato realizado por Sara DeColores ............................................................................ 17

Figura 5. Parte de la obra "Una Montaña de casitas" por Sara DeColores .................................... 46

Figura 6. Parte de la obra "Una montaña de casitas" por Sara DeColores ..................................... 46

Figura 7 Parte de la obra "Una montaña de casitas" por Sara DeColores ...................................... 47



Figura 10 Parte de la obra "Una montaña de casitas" por Sara DeColores .................................... 49

EL DIBUJO COMO HERRAMIENTA DE INVESTIGACIÓN CULTURAL: LAS CASAS... 5

Resumen

Este trabajo aborda el dibujo como herramienta de investigación social, como experiencia estética

que permite el reconocimiento de las casas del Barrio Juan XXIII de la comuna 13, con el fin de

realizar un análisis cultural desde el dibujo del barrio, lo que conlleva a abordar tres temas claves;

Paisaje urbano desde un aspecto cultural, Problemáticas sociales y el dibujo como herramienta

investigativa. A partir de estos 3 temas, se proponen estrategias pedagógicas desde las artes

(dibujo), para abordar un análisis del habitar y los espacios habitados, con el fin de generar una

reflexión de carácter estético con respecto a las acciones cotidianas que afectan el territorio.

La reflexión final permite comprender las diferentes maneras de vivenciar nuestros espacios y

construcción del mismo y de las personas que habitan en él, analizar nuestra cotidianidad y cómo

afectan o benefician nuestros hábitos en el lugar habitado. Esto abordado desde el dibujo como

herramienta de investigación. El proceso pedagógico que puede desprenderse de esta experiencia

se asemeja a la metodología empleada en el proceso de elaboración del producto artístico del

presente trabajo, este ejercicio de reconocimiento del lugar habitado ayuda a comprender el dibujo

como herramienta para la comprensión, reflexión, sensibilización, análisis y acción, por medio de

la observación de cada componente estético del espacio dibujado.

Palabras clave: territorio, problemática social, el dibujo, investigación, análisis


Abstract

This work deals with drawing as a tool for social research, as an aesthetic experience that allows

the recognition of the houses of the Barrio Juan XXIII of the commune 13, in order to carry out a

cultural analysis from the drawing of the neighborhood, which entails to address three key issues;

Urban landscape from a cultural aspect, social issues and drawing as an investigative tool. From

these 3 themes, pedagogical strategies are proposed from the arts (drawing), to address an analysis

of inhabited and inhabited spaces, in order to generate a reflection of aesthetic character with

respect to everyday actions that affect the territory. The final reflection allows us to understand the

different ways of experiencing our spaces and its construction and of the people who inhabit it,

analyze our daily life and how they affect or benefit our habits in the inhabited place. This is

approached from the drawing as a research tool. The pedagogical process that can be derived from

this experience resembles the methodology used in the process of elaboration of the artistic product

of this work, this exercise of recognition of the inhabited place helps to understand the drawing as

a tool for understanding, reflection, awareness, analysis and action, through the observation of each

aesthetic component of the space drawn.

Keywords: Scientific article, Review article, Research, Citation styles.


1 Introducción

El artista como toda persona carga con historias que constituyen lo que se es hoy como

persona, cuenta historias a través de obras cargadas de vida, de su vida, de lo que lo rodea y su

propia visión. Se podría decir que el artista es objeto del arte, y, en este caso a través de los dibujos

trata también de resolverse él mismo. El dibujo es un espejo donde se refleja ese otro que también

nos compone, donde como todos, buscamos encontrarnos ahí en los trazos. El artista es el contexto,

es un contador de historias del lugar que lo permea. Los artistas son escritores de épocas, el color

y las formas en la obra son aspectos culturales, sociales y con esto, una búsqueda y construcción

personal.

Del interés por comprender los aspectos culturales del Barrio Juan XXIII que es donde vivo,

surge una de las preguntas principales que se han convertido en la pregunta que inicia este proyecto,

¿por qué tienen formas peculiares las estructuras de las casas en este barrio? Pregunta que se aborda

a través del ejercicio del dibujo, donde también encontramos las historias de vida; al observar

detalladamente el barrio desde su parte estética, se evidencian también elementos en la

composición de estos espacios aspectos culturales, y de aquí surgen preguntas como: ¿por qué se

ha creado una cultura distinta allí?, investigación que lleva a entender el porqué de las formas y

estructuras de las viviendas en el barrio, donde también encuentro en correlación comportamiento

de la comunidad.

En esta investigación se identifican factores sociales en el dibujo, que pone en evidencia la

violencia, la pobreza, el desplazamiento, la religión y diversas características que son parte de las

costumbres de la comunidad que se han reforzado en el barrio y se han aprendido de generación en

generación, con excepciones, como por ejemplo la mía, que aun viviendo en el barrio hace 23 años,

no comparto las visiones del mundo de la gente de esta comunidad, sin embargo me cuestiono y

me esfuerzo por entender el contexto socio cultural que me permea que se caracteriza por

construcciones en las casas de maneras peculiares, y lo analizo a través de la observación y llevando

sus formas en cada trazo.

Un objetivo claro en este proyecto consiste en realizar un análisis cultural del barrio Juan

XXIII de la comuna 13 usando el dibujo como herramienta, y así entender los modos de vida en


los habitantes, conocer lo que los han influenciado de tal manera, que se evidencia en la

construcción de sus casas llevando el resultado de esta observación al dibujo.

El barrio Juan XXIII, ubicado en la comuna 13, al occidente de la ciudad de Medellín, Colombia.

Existen factores más allá de la pobreza que afectan a esta población, tales como:

desplazamiento forzado, personas sin escolarización, a raíz de estos factores culturales, sus

pensamientos acerca de los estilos de vida son bastante afectados por sus experiencias, por estas

razones han llegado a asentarse al barrio y vivir la diferencia que tiene este espacio con sus pueblos,

no saben de qué manera generar ingresos y al verse sin sustento, se acercan a modos de conseguir

dinero de las maneras más fáciles y rápidas. Entre esas maneras de rebuscarse su vida en la ciudad

y la de su familia, existen unas que no son adecuadas al convivir en sociedad, como el robo, la

venta de drogas y el más común y que ha llevado a muchas guerras y muertes en este barrio; los

grupos ilegales, los cuales están distribuidos en combos barriales que se disputan territorios

invisibles, por cuestiones de dineros que cobran a la comunidad que pertenece a “sus” territorios

por el servicio de seguridad(a falta de seguridad de la misma ley). Esta actividad trae consigo un

historial de eventos que han marcado la historia del barrio y el estilo de vida de sus habitantes que

han constituido como su cultura.

Con estas actividades delincuenciales, las características con las que cuenta el barrio, la

invasión en territorios que se salen del valle de la ciudad y el contar con suelos inestables e

irregulares y el factor de la falta de recursos; los habitantes son obligados a construir sus casas de

maneras peculiares, como un símbolo de adaptación con los pocos recursos con los que cuentan,

y entonces, con el análisis propuesto a través del dibujo como herramienta de reconocimiento para

comprender estos aspectos mencionados, llegar a entender la correlación que existe entre distintos

factores con la estética de sus casas. En ese camino de investigación encontrarán los factores ya

mencionados como otros que se abordarán progresivamente resuelto a través del dibujo, en la

observación detallada y la visualización analítica en las estructuras, aspectos que hacen más

significativo el acto de dibujar el barrio.


2 Las casas del barrio Juan XXIII

Las maneras de entender las cosas son diversas en las personas, unas personas describen,

otras escriben, otras observan, con la intención de querer entender algo. Yo dibujo para entender,

y entre los trazos y las líneas, analizo y pienso en aquello que dibujo; como en esta ocasión,

analizarme, y para analizarme necesito entender de dónde vengo, dónde vivo, qué miro a diario en

mi cotidianidad, y, en especial, qué miro a través de mi dibujo.

Una forma divertida de acercarnos al lugar que nos circunscribe surgió al observar el

comportamiento de los extranjeros, es decir, aquellos que son foráneos al lugar que, para mí, es

común y cotidiano, como el barrio Juan 23 localizado al occidente del Valle de Aburrá. En ellos

notamos un sentimiento de admiración al contemplar el barrio, conocido comúnmente como la

Comuna 13, marcado por acontecimientos violentos durante las últimas 30 décadas.

Es común ver que los extranjeros llegan con ideas prefijadas, impuestas por Hollywood

quizá, entonces creen que encontrarán tribus indígena que conviven en sitios con ciertas estructuras

llamativas que se construyen en las montañas, y otras ideas propias de las imágenes del

subdesarrollo; pero en este caso, me siento con ellos en el Metrocable, escuchando sus comentarios

y analizando que, mientras ellos observan con la mirada casi de estar observando un circo, yo

observo el mismo paisaje y me pregunto, ¿por qué estas personas sobreviven en casas que poseen

estructuras extrañas, acomodadas como pueden a una geografía tan accidentada, como lo son las

montañas de Antioquia?, ¿cómo llegaron las personas a las ciudades, que los llevó a ubicarse en

las periferias del centro urbano?. No es necesario afirmar que la población que vive en este tipo de

territorios tiene costumbres distintas, por su cultura y formación que suele diferir de las personas

que viven propiamente en el centro de la ciudad y otros espacios con mayor planificación urbana;

pero hemos observado que los barrios populares están desdibujando estos límites, aunque con

excepciones.

Soy una persona que habita en esta población popular, pero que no comparte ciertas

costumbres comunes a estos barrios, tales como: el hacinamiento general, el gritar en público, el

desorden en los usos del espacio común, suciedad en las calles, maltrato animal, en general, es una


población con poca cultura cívica. Sin embargo, siempre me ha llamado la atención este contexto

y en esta ocasión surge en mí la necesidad de entender sus causas y consecuencias, porque habito

en él.

El lugar - el territorio - proporciona el medio principal a través del cual damos

sentido al mundo y a través del cual actuamos en el mundo. cuando creamos lugares

en el espacio geográfico, cuando vivimos estos lugares, creamos identidades. hablar

de lugar, por tanto, es hablar de identidad, porque la identidad no va solo asociada

a características tales como el sexo, la etnia o la lengua, sino también al espacio

geográfico (Nogue, 2007, p. 137).

Joan Nogué (2007) nos habla de la identidad creada en los territorios, la cual es creada a

partir de la misma situación que ocurrió para llegar allí a distintos sitios y transformar el paisaje.

por esta razón las personas del barrio Juan XXIII son personas que traen consigo su cultura inicial

y adaptarse al cambio de contexto trae consigo situaciones difíciles.

Para comprender un poco los asuntos territoriales de mi contexto, realizo el siguiente

ejercicio varias veces a la semana: mi pareja vive un poco más abajo de mi casa en un barrio

llamado Santa Lucía, el cual es un buen sector con buenas calles, buena planificación urbana; él

vive en una zona residencial con casas muy lindas que tienen jardín al frente, árboles donde se

escucha cantar a los pájaros y perros en buenas condiciones que se asoman a las ventanas a ladrar.


Figura 1. Barrio Juan XXIII

Voy bajando desde mi casa que es una casa humilde, y observo las basuras que tienen mis

vecinos al frente de sus casas, salgo y de inmediato está la calle donde se debe tener cuidado porque

pasan los buses a altas velocidades, los que conducen estos vehículos son algunos excompañeros

con los que me gradué del colegio; veo aproximadamente dos árboles en todo el camino,



Muchos perros en las calles en terribles condiciones que quisiera rescatar, personas sacando

sus ropas y colocándolas en sus balcones que son sostenidos por palos de madera gruesos sobre

morros inestables, foto mientras más camino bajando la ladera, la situación en la calle es más

ordenada, las casas mejoran su apariencia y las calles son más limpias. El caminar es un descubrir,

en especial cómo en una ciudad tan pequeña estamos tan divididos y hay tanta desigualdad

económica, social y cultural entre otras posibles; toda esta carga visual me hace querer tomar fotos

para observar con mayor detenimiento lo que allí pasa y traducirlo en mi dibujo.

A pesar de la crítica, en realidad estoy fascinada con estas formas donde el mismo suelo y

la necesidad de las personas, participan para formar estructuras tan peculiares, donde el mismo

crecimiento de la población a raíz de tantas situaciones como el desplazamiento, llevó a la

ciudadanía a tomar estos territorios tan alejados del centro del Valle de Aburrá, donde desde sus

inicios, encontramos un estado de abandono por parte de las instituciones oficiales, encargadas de

velar por el bienestar común.

Estas condiciones socioeconómicas han llevado a que por años organizaciones

civiles y no gubernamentales hayan reclamado una intervención social del gobierno.

De la misma manera las milicias y guerrillas justificaron su presencia en el sector

por el abandono en el cual el estado tenía sumida a esta población y diversos grupos

armados han utilizado esta situación para ofrecer a la población, especialmente a

jóvenes y niños, participar en redes delincuenciales que prometen la posibilidad de

ingreso y ascenso social (Comision Nacional de Reparacion y Reconciliacion,

2015,p. 57).

Las calles y carreteras de estos barrios fueron hechas para comunicar las comunas que se

encuentran en la periferia con el centro de la ciudad, pero estas calles no responden a un diseño

previamente estudiado, aparecen de manera desordenada, por esta razón las casas ubicadas en estas

vías conviven cotidianamente con buses que pasan por sus frentes y que emiten humos negros,

alcanzando a las personas, niños y animales que se han adaptado a esta situación de saturación

extrema, donde se vive pegado a la pared de la siguiente casa, donde una casa casi sostiene a la

otra y el verde de la montaña es reemplazado por tablones y ladrillos.


El proceso de urbanización de la Comuna 13 inicia a principios del siglo XX con el

arribo de pequeños aparceros y campesinos provenientes de diferentes regiones del

departamento de Antioquia que transformaron el territorio con el loteo de las

haciendas. Estos pobladores se localizaron en la parte baja de las laderas de las

montañas de esta parte de la ciudad y dieron origen a sectores como Villa Laura,

Betania y El Salado los cuales se registran como invasiones tempranas en Medellín

en el año de 1910 (Villegas, citado por Naranjo 1992, 134).

En la década del cincuenta, migrantes económicos y desplazados llegaron a la

Comuna 13 huyendo de la violencia política de mediados del siglo XX en Colombia.

Mediante el loteo pirata configuraron nuevos asentamientos humanos que

posteriormente fueron legalizados y alcanzaron un nivel de consolidación de su

infraestructura.

En la Comuna 13, urbanizaciones planificadas de carácter estatal tuvieron lugar en

los años setenta en el barrio San Javier y el sector de Belencito. En la parte central

de la comuna existen urbanizaciones como Villas de Aragón, San Michel, Quintas

de San Javier, Nueva Andalucía y Abedules, entre otras.

A mediados de los noventa llegaron familias provenientes de la subregión de Urabá,

víctimas del desplazamiento forzado, y de ahí en adelante continuaron llegando

personas en situación de desplazamiento, lo que confirma el carácter receptor de

esta comuna. A partir de 1994 se intensifica la ocupación informal o de invasión, lo

que da lugar al asentamiento La Divisa y el sector denominado La Luz del Mundo,

ubicados en los barrios El Socorro y Juan XXIII.

(Comision Nacional de Reparacion y Reconciliacion (Colombia). Area de Memoria

Historica et al., 2015, p. 56).

Esta es una montaña de casas, donde habitan tantas personas con situaciones difíciles,

diversas, e inclusive adversas, donde habita el ladrón, el jíbaro, el obrero que trabaja todo el día

por un salario mínimo con el que sostiene a sus hijos, donde habita mi familia y mi persona.


Aquí las estructuras no están en el orden habitual que quisiera tener la ciudad, o como es

mostrada a los extranjeros con sitios llamativos y comerciales, es más, como es mostrada a ellos

en algunas series de televisión que lastimosamente nos han educado, es una realidad, y aunque

parezca detestable mostrar esa cara de Medellín al mundo, con esta también se encuentran al llegar.

Las estructuras que generan las viviendas construidas en estos morros periféricos son

también indicadores que denotan la falencia del estado y el poco interés aún por encontrar

soluciones que no estén relacionadas con actos violentos como lo fueron por ejemplo operaciones

como la Orión.

Las operaciones Mariscal y Orión fueron acciones sin antecedentes en las ciudades

colombianas y causaron un gran impacto en la población por el número de tropas armadas

que participaron, el tipo de armamento utilizado (ametralladoras M60, fusiles, helicópteros

artillados y francotiradores) y las acciones contra la población civil (asesinatos, detenciones


Figura 3: Foto Barrio Juan XXIII, Medellín


arbitrarias, ataques indiscriminados y desapariciones). A raíz de ellas la Comuna 13 se hizo

visible para toda la ciudad como escenario de una nueva modalidad del conflicto armado

en el país y de lo que en ese entonces se caracterizó como la urbanización de la guerra.

(Comision Nacional de Reparacion y Reconciliacion (Colombia). Area de Memoria

Historica et al., 2015, p. 77).

Esta población sufre un abandono completo, y estas situaciones hacen del contexto algo

interesante de analizar, pero estas situaciones a veces provocan en mí, personalmente, un

sentimiento de desprecio por tantas injusticias que allí se evidencian y de las que quisiera escapar

muchas veces, pero al mismo tiempo es donde quiero sumergirme y entender con cada trazo de mi

dibujo, la problemática de hacinamiento y desigualdad que identifico allí; porque al tomar una

fotografía de las estructuras del barrio y observar esta detalladamente para llevarlas al dibujo, veo

diversas escenas: niños sin zapatos en escaleras, casas de cartón y de tablas, veo tejados oxidados,

una ventana con solo una cortina y en toda esta observación tan detallada, me pregunto, ¿qué

estarán haciendo estas personas?, probablemente unos están reprendiendo a sus hijos, otros viendo

las novelas o partidos, otros quizá no tendrán televisor, otros quizás no tendrán ni para comer en el

día… son diversas las situaciones que encontramos en estas casas, son tantas preguntas las que me

surgen en el ejercicio de dibujar, que la única manera que encuentro para comprender por qué Mi

Comuna está en estas situaciones, es dibujando y así, comprendiendo su historia de vida.

Cada vez que me encuentro en el camino con algunas de las casas con estructuras peculiares,

siento la necesidad de tener un acercamiento con los habitantes de esos lugares, antes, solo tomando

fotografías y llevándolas al dibujo, ahora siento que quiero comprender de manera más cercana,

quiero conocer sus historias, a pesar de estar toda mi vida compartiendo este territorio con estas

personas, nunca me he querido acercar y hablar, ya que considero muy complejo entablar una

conversación con ellos por sus pensamientos e ideologías tan distintas a las mías, pero este trabajo

me genera una curiosidad de acercarme y preguntarles por su cotidianidad, conocer a estos vecinos

desconocidos aun después de tantos años de observarlos, y que este querer acercarme me lo genere

el reconocimiento de las estructuras de sus casas. Solo conozco algunas historias de vida, ya que

es sabido que en los barrios la interacción social es similar a la de los pueblos, todas las historias

se saben porque simplemente llegan por medio del diálogo con otras personas, con el término


conocido como el chisme por así decirlo. Así que acerca de mis vecinos desconozco mucho, pero

sé que tienen situaciones muy difíciles, también reconozco quiénes son las jóvenes que ejercen

ahora el oficio de la prostitución, sé cuál de mis vecinos no tiene para comer en el día, conozco

quién es el ladrón, la chismosa e identifico todos estos Roles que se presentan en los habitantes de

las casas más cercanas a la mía.

Ahora creció el interés por reconocer las diversas situaciones que han llevado a que cada

persona cuente con estas denominaciones y distinciones que les han sido dadas por la misma

población del barrio debido a una fama por ciertas acciones, y me lleva también a preguntarme el

porqué de sus situaciones de sobrevivencia, y su relación con las estructuras de sus casas.

Conozco historias de varias personas que llegan al barrio sin nada y consiguen diversos

materiales para la construcción de sus casas, por ejemplo, poniendo en lugar de techo, unas latas

con cartones.

En esta población habita un sentido o idea de supervivencia complejo, debido a que sus

falencias los obligan muchas veces a tomar decisiones difíciles, como abandonar a sus mascotas;

unas personas abandonaron a su gato cerca de mi casa y ahora mi padre y yo lo hemos adoptado y

lo alimentamos, por otro lado, también conocí la historia de un señor de edad que abusaba de su

hija, esto me lleva a observar las casas como fractales de historias llenas de complejidades, y de la

poca información que se murmura, poca se comprende y esto normaliza los actos a tal grado que

se convierte en inconciencia frente a la violencia.

Está población se diferencia entre las maneras que se comunican sus vecinos entre si, en

realidad todos se conocen y muchos de ellos llegaron al barrio del mismo pueblo, todos tienen un

tema en común a la hora de compartir una cerveza o un tinto en alguna tienda: “lo difícil que se

está volviendo ganarse el dinero, la plata ya no alcanza para nada…” todos comparten sus

problemas, a veces parece ser una terapia necesaria compartir esa bebida con el otro, eso es bello

en esta población, cada uno cumplimos un rol en el barrio, yo soy quien observa todo esto, y analizo

a través de mi dibujo. Ha sido una sorpresa buscar su ayuda para mi investigación de manera más


cercana, esto convertirá estos trazos en diarios de sus vidas y también de la mía, en dibujos

significativos porque detrás de ellos se encuentran relatos que también habitan.

Para comprender de manera distinta las causas de interés en esta población, debo

reconocerme también como habitante de esta (aunque muchas veces me disguste el hecho de

pertenecer allí), soy Sara Vélez García, llevo toda mi vida viviendo en el barrio Juan XXIII de la

comuna 13, lo cual son 23 años, mi padre es ebanista y por causas de separación con su antigua

esposa, terminó viviendo en este lugar, allí conoció a mi madre, una señora que tenía un hijo y

realmente era una señora muy común en estos barrios; madre soltera, trabajadora independiente,

Rebuscadora, mi madre vendía comidas rápidas en la calle, y también realizaba trabajos de aseo

en casas y así, se conoció con mi padre, mi padre también una persona muy común en este contexto,

un hombre mujeriego, machista y trabajador. De esta unión provengo yo, un tiempo después mi

madre fallece por un coma diabético, una enfermedad que en ese entonces y por ser una mujer sin

educación, ignoró completamente hasta que le causó la muerte, mi padre se ha ocupado de mí desde

entonces he crecido con una figura masculina como referente

Figura 4. Retrato realizado por Sara

DeColores


Con un carácter duro y disciplinado, a lo que realmente agradezco, porque me protegió en

mi pre adolescencia, etapa difícil según el contexto donde se pase, mi padre es muy normativo, no

permitió que me relacionara con muchos jóvenes de este barrio, ya que él mismo, aunque compartía

muchos de los pensamientos populares, quería que su hija trascendiera de ese pensamiento. Mi

padre me ha inculcado la importancia de formarme y estudiar, por lo que recibí su apoyo al realizar

mis estudios universitarios, sólo hasta contarle que mi deseo era ser docente de artes y artista, desde

ahí se despliega una serie de frases muy conocidas entre los jóvenes que les cuentan a sus padres

que quieren ser artistas: “Eso no da plata”, “Se va a llenar de tatuajes y va a fumar marihuana”

(en lo que realmente no se equivocó)... estas y otras frases desalentadoras que demuestran su falta

de conocimiento en el área, aunque mi padre por ser también artista de la madera, apoyó finalmente

mi decisión, tanto así que me consiguió mis primeros materiales costosos, pinturas, maderas,

lápices, pinceles entre otros. Y es mi mayor admirador cada vez que realizo un cuadro y va a una

exposición, resulté siendo su orgullo, aunque de manera muy distinta a lo que él deseaba.

Debo mencionar que el estar relacionada con la labor de mi padre ha sido un gran factor

para enamorarme del arte y atreverme a pintar sobre maderas. me he enamorado de sus olores,

reconozco las formas, colores y hasta sabores de los tipos de maderas, estuve presente en

elaboraciones de muebles. y recuerdo con felicidad ver llegar a mi padre e ir a abrazarlo y sentir su

olor, una mezcla de maderas, pinturas fuertes, thinner, solventes y sudor, era un olor a hogar. Desde

muy niña solía dañar algunos tablones con crayolas y vinilos, lo cual lo enojaba bastante, hasta que

decidió comprarme hojas para dibujar, ignorando las sugerencias de mis maestras de la escuela, las

que le recomendaban meterme a academias de arte, vio mi interés como un simple pasatiempo,

algo que se me pasaría, pero aquí me ve, y ha colgado todos mis cuadros en las paredes de nuestra

casa.

Mi formación influenciada más por el taller de mi padre y mis dibujos fue una manera de

ocupar mi tiempo y no tener interés por relacionarme con personas que no compartían mis gustos,

he sido una persona de pocas personas, pocas relaciones, pocos amigos; así que en esa soledad tuve

bastante tiempo para poder proyectar una vida como artista.


Alejada, aunque siempre presente observando, criticando, odiando, queriendo y analizando

siempre mi contexto, el barrio al que pertenezco, pero a la vez no, he podido establecer una relación

un poco compleja con la cultura que allí se presenta, la cual hasta ahora solo he sabido manifestar

mediante mis pinturas, que son mi manera de comprender las cosas, como la mayoría de artistas.

Me he dedicado a observar las formas de las personas, sus defectos y características físicas

representándolas en mis dibujos monstruosos con formas deformadas, ahora, mi interés está en las

formas de sus casas y en una mirada social; donde inicialmente observo a la población, investigo

las causas de las situaciones allí presentes y construyo un análisis a partir de estos comportamientos

sociales.

Ahora, mis primeros acercamientos a los acontecimientos violentos en la comuna 13 fueron

desde muy niña y han sido continuos. Trágicamente he observado muertes, asesinatos, golpes y

disparos, he sido muy consciente desde niña de los resultados malos que tiene estar relacionado

con este medio. La operación Orión ocurrió estando muy pequeña aun, de unos 6 o 7 años, recuerdo

no poder salir ni siquiera al balcón porque habían constantes balaceras, recuerdo a mi padre

guiándome hacia el punto más escondido de la casa cuando comenzaban los ataques, recuerdo que

oramos juntos mientras los ruidos de las balas se sentían pasar casi por nuestras cabezas, recuerdo

un día haberme arriesgado y asomarme por la ventana y ver a los soldados del ejército enfrentarse

cara a cara con encapuchado, ver muertos llenos de sangre en el suelo, y al día siguiente, saber de

personas inocentes que habían sido víctimas… fue una situacion difícil que recuerdo con tristeza,

varias veces estaba yendo a mi casa del colegio y tenía que entrar corriendo, fue un tiempo difícil

de constantes batallas que no comprendía, pues mi padre solía decir “que acaben con todos esos

malnacidos”, pero no entendía por qué entonces habían muertos que yo conocía como inocentes,

desde muy niña me cuestionaba sobre el valor de la vida humana, y la falta de educación y la

ideología que tenían estos jóvenes inocentes también, y ahora muertos; ellos también sufrían y

tenían familia, y muchos de ellos tenían a muchachas jóvenes del barrio en embarazo, ese bebé

que nacerá sin un padre y con una madre sin educación alguna, situación que lo conducirá a lo

mismo, un círculo vicioso de no acabar… desprecio este mundo, desde niña he sentido esto, porque

la vida es algo hermoso y sagrado, no entendía por qué existía una disputa tan tonta por un barrio

que le pertenece solo a la tierra, no puede ser arrancado y sujeto a reglas del hombre, porque al


querer eso solo se consiguen este tipo de situaciones. Dibujé desde niña muchas historietas con

garabatos que he guardado, desde siempre he dibujado todo lo que veo de diversas maneras, entre

esos dibujos se encuentran situaciones de violencia, de embarazos y abusos de la ley, asesinatos

que presencié y oraciones con mi padre, el dibujo ha sido mi lenguaje, mi herramienta de análisis

y reflexión, por esta razón, he comprendido que el dibujo también es una actividad bastante seria,

es un lenguaje simbólico igual que la escritura, por lo tanto, es un método para analizar, comprender

y actuar en nuestro mundo.

2.1 El dibujo como herramienta investigativa

El dibujo es mi herramienta investigativa, todo lo analizo, lo pienso, lo sueño, lo planeo y

lo ejecuto a través del dibujo, es por medio de este que trato de entender el espacio que me rodea

no con el fin de resolverme, sino con el fin de encontrar más interrogantes que me sigan guiando

por el camino del dibujo, es decir, por medio del dibujo he encontrado más preguntas que

respuestas, y esas preguntas me han llevado a analizar mi vida y en esta ocasión, a analizar mi

espacio, lo que me ha llevado también a analizar mis acciones en este espacio, acciones como

docente, como artista, como ciudadana, como persona.

Al analizar mi cotidianidad en los espacios, encuentro diferencias en los espacios en donde

habito, en donde estudio, en cada paso que doy por la ciudad me encuentro con formas distintas, y

esas formas me generan intriga, esa intriga me lleva al querer trazar en el papel, y éste gesto me

lleva al análisis.

En el dibujo que realicé en el pasado no me he percatado por los espacios, y sin los espacios,

dónde nos ubicaríamos, sin ubicarnos estamos perdidos, es necesario reconocer los entornos y

espacios que componen mi habitar y así, transmitir la importancia de este reconocimiento a mis

estudiantes. Si me reconozco como habitante de un espacio, reconozco entonces que, de alguna

manera, explícita o implícitamente adiciono lo que soy como persona a este espacio, y le doy más

características de espacio, que como dice Nogué, (2011), los espacios están imbuidos no solo de

espacialidades sino también de sentimientos, culturas y lo que son sus habitantes.


Entonces, si reconozco que mis acciones en el habitar en los espacios, son importantes en su

formación o transformación, puedo analizar dichos actos y convertirlos en mejores acciones, que

beneficien mi habitar y el de los otros, y así, transformar mi entorno.

Toda esta reflexión surge a partir de una interrogante por las características estéticas identificadas

al dibujar las estructuras de las casas, de esas formas irregulares surgieron cantidad de temas a

tratar y a reflexionar, tales como; la problemática de hacinamiento, la cultura de los habitantes del

barrio y cómo intervenir en este espacio.

A primera vista y considerando las tradiciones en las artes, el dibujo no ha sido considerado

una actividad de gran importancia en los procesos de las artes plásticas, en comparación se ha

tomado el dibujo como elemento inicial en la elaboración de la obra, se ha tomado como un boceto,

un primer paso para pintar, este paradigma me ha llevado a notar la importancia del dibujo en las

artes, no como proceso sino como medio completo para elaboración de una obra, y su utilización

como medio más ágil en este proyecto también ha sido un aporte valioso, ya que el planteamiento

al dibujar el entorno es un ejercicio complejo respecto a su detalle, pero más inmediato al momento

de distinguir las formas en líneas.

El dibujo siempre ha estado presente en nuestras vidas de manera espontánea,

cuando las olas del mar se dibujan en las arenas de la playa, cuando el humo moldea

formas caprichosas, cuando aparecen y desaparecen ante nuestros ojos los dibujos

siderales elaborados por el viento, las nubes y el sol, y cuando este se posa sobre las

formas y los objetos, alterando sus dimensiones y definiendo espacios al proyectar

sus sombras. El dibujo nos ayuda a medir el mundo que habitamos.

Es un impulso innato en todos los seres humanos; el hombre primitivo se sirvió de

él para controlar su existencia (Universidad Nacional de Colombia, 2007,

Introducción).

El dibujo como complemento de la mente ayuda a la conciencia, al pensamiento.

Para nosotros los artistas es un medio primario de conocimiento, dibujar es pensar

En el sujeto equivale al hablar, a la palabra. Cuando pensamos estamos activos en

la creación, se forman imágenes en la mente para afirmar nuestros pensamientos que


luego se convertirán en palabras o serán esbozadas con los delicados trazos del

dibujo, configuramos de esta manera nuestros pensamientos (Universidad Nacional

de Colombia, 2007,Introducció)

El dibujo ha sido un compañero desde los inicios de la humanidad y su afán por querer

entender las cosas, es nuestro lenguaje simbólico desde niños.

Me gusta pensar en el dibujo como un acto que va definiendo un territorio construido

a partir de series de referencias: es decir que establece un mapa de relaciones. Decir

mapa es remitirse a un ensamblaje gráfica y la gráfica es para mí, en sus múltiples

formas, una base fundamental del trabajo de organización y comunicación.

Decir territorio es abrir un entramado vivo, inagotable en sus posibilidades de juego,

donde la tarea es entonces ir encontrando las conexiones precisas para hacer visibles

ciertos trayectos apoyado en la sensibilidad y la fragilidad: las copias, los calcos, los

esbozos, las notas, los diagramas, los bocetos de composición son mínimas huellas

luminosas, testimonios de una labor cotidiana que no sólo tiene en cuenta los

conocimientos ya probados, sino que incluye también nuevos ensayos e incluso

experimentos infructuosos. Sin ninguna pretensión de intemporalidad,

aparentemente insignificante, la letra pequeña, el vocabulario del dibujo, puede

escribir también el más hondo sentido (Universidad Nacional de Colombia, 2007).

Otro aspecto importante en la elaboración de un dibujo, es la poca noción del espacio que

tenemos en este, aspecto que evidencié al pedirle a los jóvenes (con quienes realicé estas

actividades de dibujar el barrio), que hicieran un dibujo libre, los resultados de esta actividad fueron

los esperados, todos realizaron formas muy precisas de personajes flotando en la hoja de papel, les

cuestionaba ¿dónde están parados tus personajes?, al dibujar no solemos pensar en los espacios

como composición importante en el dibujo, y en este caso, importante no solo por su aspecto

técnico, sino también por el trabajo que realizamos de reconocimiento del habitar, función ligada

al concepto de espacio.


Los espacios en el dibujo no están compuestos solamente de cualquier paisaje o color que

contraste nuestra imagen principal, los espacios en una obra de arte también dicen mucho acerca

de está, son un punto importante de análisis y composición. Si por ejemplo la Gioconda de

Leonardo Da Vinci hubiera estado situada en un espacio como una playa, todo esto habría dado

otro tipo de lecturas de esta obra. El espacio es algo necesario en la elaboración de una

representación que apropia la noción de lugar, y ha sido un tema olvidado, por lo tanto, queremos

darle la importancia que se merece en los procesos de dibujo, dándole todo el protagonismo en mi

obra “Una Montaña de Casitas” y en los dibujos de los estudiantes con quienes realice este proyecto

de dibujar su barrio. El espacio aquí tomado como un elemento primordial en él dibujó es tema

central, pero termina brindando una reflexión importante y trasciende al habitar en los espacios.

Los espacios comprendidos en las obras son distintos y se caracterizan por los lugares que

los mismos artistas habitan, yo no puedo dibujar un paisaje de una torre de New York si vivo en

un pueblo en la China, China y New York son espacios distintos, por lo tanto, según los

conocimientos de espacios que tenga el artista, estos utilizará en la obra, por lo tanto, reconocer

dónde habito, sus formas, estructuras y texturas, es algo implícito, pero lo hago consciente al

realizar el ejercicio de dibujo, el cual me ha permitido realizar todo el análisis logrado en este

trabajo.

2.2 Problemática social del barrio Juan XXIII

Nuestro país desde su colonización ha sido invadido por diversas maneras de interpretar

este mundo nuevo para los colonizadores, contribuyendo asi a disputas debido a la cultura inicial

y la que se impone con la llegada de la conquista. Considero que hablar de disputas en Colombia

se ha convertido en un asunto del común, se ha convivido tanto en guerra que ahora se normaliza

la violencia. La enseñanza o imposición de estas nuevas culturas de lucha, creencias y costumbres

son causantes también de la pérdida de identidad en Colombia, también trayendo consigo la

enseñanza de la intolerancia hacia la diversidad de pensamientos y el desconocimiento de nuestras

raíces y con esto, la pérdida de nuestra identidad.

Perseguimos siempre el ejemplo de los países extranjeros ignorando cada contexto y

situación de la población de estos territorios que son grandes potencias, envidiamos sus maneras

de vivir y tenemos una idea del extranjero enaltecida donde es visto como un ser superior, aunque,


cabe resaltar que muchos de los extranjeros respetan más este territorio que nosotros, que somos

quienes lo habitamos. Pero qué hacer, si esta pérdida de identidad aumenta cada día y conocemos

a la perfección el lenguaje del radicalismo y la intolerancia.

En el País más mestizo del continente, donde las uniones maritales se daban de

hecho entre gentes de todas las razas, no hubo nada más perseguido que el amor

libre y nada más discriminado que los hijos de uniones no bendecidas por la iglesia,

que eran seguramente la mayoría. ¿cómo puede quererse a sí mismo un país que

crece en el odio por los indios y los negros, que son el origen irrenunciable de la

mayoría de la población? ¿cómo puede crecer sin intolerancia y sin resentimiento

un país donde los hijos del amor son proscritos y considerados ciudadanos de

segunda categoría? (Ospina, 2013, p. 18).

La lectura de William Ospina me ha hecho considerar, que nuestro aprendizaje está basado

en la rivalidad y la competencia, y de la misma manera seguimos educando con la intolerancia

como base fundamental traída a nosotros mediante la imposición de las religiones en tiempos de

conquista, las cuales eran practicadas por los españoles, entre estas enseñanzas aún, siendo un país

laico, vemos racismo al ver a otros seres como objetos de servicio para otros que creen ser

superiores, mirar al pobre con desprecio e ignorarlo, pero pretender ganarse un lugar en el cielo

por realizar rezos para esos que nosotros mismos desamparamos, y distintas maneras de actuar que

se han convertido en asuntos culturales por ser vistos con normalidad, por esta razón, hay que

entender cómo ha sido Colombia en su pasado para así comprender este presente, tenemos que

entender la cultura con la que hemos sido formados para entender lo que nos hace ser actualmente.

La élite que heredó la república y la dominó durante dos siglos fue la encargada de

perpetuar el discurso colonial. Durante mucho tiempo el modelo escolar estaba

hecho para reproducir unas cuantas verdades eternas: que había una metrópolis a las

que imitar en todo; que la iglesia católica era el único credo, fuera del cual no hay

salvación; que el matrimonio por la iglesia era la única fuente de legitimidad social;

que Colombia era un país blanco, católico, de origen europeo; que nuestro deber era

hablar una lengua de pureza castiza, y que la democracia sólo exigía respeto


absoluto por las autoridades, sometimiento total a las normas, obediencia al estado

y a sus fuerzas armadas. (Ospina, 2013, p. 15).

Es importante destacar que somos un país con poco sentido de pertenencia, debido a la

perdida de identidad que nos ha causado la imposición de diversas ideologías agenas a nuestra

cultura inicial, personalmente pienso que muy dentro todos tenemos un sentimiento de desprecio

por este suelo y lo demostramos con nuestros actos o pocos actos frente a las decisiones que toman

los que tienen el poder, no dejamos de pensar en seres superiores y por esto, pensamos que nada

podemos hacer frente a esas fuerzas, por esto el afán de algunos de salir como sea de esta tierra,

sin importar que se dañe al otro.

Nos han criado para ser ‘avispados’ y, ¿qué es ser avispado?, saber engañar y aprovecharse

del medio y de los demás para salir adelante, lo importante es uno, uno, no dos, resulta entonces

que este término tiene un concepto ofensivo si se analiza, pero aquí, en nuestro país, mientras más

avispado se sea, mejor le va en la vida. Somos un país egoísta y peor aún, ignorante y sin memoria,

y no cambiamos el hecho de seguir siendo manejados por las mismas personas crueles que nos

seguirán enseñando lo mismo; que las personas pobres son basura, que hay que acabar con sus

difíciles situaciones cuando afectan al pudiente, solucionándolo de la manera más rápida cuando

ya se ha salido de control después de ignorarlo todo el tiempo, que necesitamos adoctrinar al pueblo

mediante la educación brindada por medios de comunicación para que de allí se produzcan

individuos sumisos y obreros baratos, por lo tanto, pobres. Somos un país egoísta donde predomina

el odio absoluto, la venganza, la inmediatez y los intereses personales. Siempre lo hemos sido, y

cambiar esta realidad que predomina en las comunas, pueblos y lugares en olvido es un asunto

complejo, ya que allí es donde existe más ausencia por parte del estado, mientras se siga ignorando

las situaciones por las que se vive allí, mientras se siga clasificando socialmente la inteligencia y

las oportunidades seguiremos siendo los mismos colombianos que tienen la tierra más hermosa,

pero quieren ignorar su cuidado.

Dar a conocer un poco de la historia general del país es de gran ayuda para entender un

poco el origen de esta cultura que hemos heredado, actualmente somos la misma sociedad mandada

por la misma familia que nos promete siempre libertad y que a su vez nos corta las alas, seguimos


actuando con normalidad frente a las injusticias y nos escandalizamos más por una pareja

homosexual que por un muerto en la calle, realmente no somos el país tan laxo y educado que nos

hacen creer que somos.

Ahora desde lo general y extensa que es nuestra problemática social, vamos a lo particular

que es el barrio Juan XXIII de la famosa comuna 13 de Medellín, lastimosamente reconocida por

los daños tan terribles de los que ha sobrevivido su población, para esto se darán unos datos

importantes estadísticos principalmente antes de concentrarse en su cultura.







en el año de 1910 (Villegas, citado por Naranjo 1992, 134).

En la década del cincuenta, migrantes económicos y desplazados llegaron a la

Comuna 13 huyendo de la violencia política de mediados del siglo XX en Colombia.

Mediante el loteo pirata configuraron nuevos asentamientos humanos que

posteriormente fueron legalizados y alcanzaron un nivel de consolidación de su

infraestructura.

En la Comuna 13, urbanizaciones planificadas de carácter estatal tuvieron lugar en

los años setenta en el barrio San Javier y el sector de Belencito. En la parte central

de la comuna existen urbanizaciones como Villas de Aragón, San Michel, Quintas

de San Javier, Nueva Andalucía y Abedules, entre otras. A mediados de los noventa

llegaron familias provenientes de la subregión de Urabá, víctimas del

desplazamiento forzado, y de ahí en adelante continuaron llegando personas en

situación de desplazamiento, lo que confirma el carácter receptor de esta comuna.

A partir de 1994 se intensifica la ocupación informal o de invasión, lo que da lugar

al asentamiento La Divisa y el sector denominado La Luz del Mundo, ubicados en


los barrios El Socorro y Juan XXIII. (Comisión Nacional de Reparación y

Reconciliación (Colombia). Área de Memoria Histórica et al., 2015, p. 54).

Es importante destacar que los barrios de las comunas han sido invadidos por personas en

situación de desplazamiento o en situación de calle, personas que el estado ha olvidado y aun así

en estos territorios aún ignoran los gobernantes. De estos campesinos desplazados por la violencia,

vienen muchas de las ideologías que se mantienen actualmente convirtiéndose en un aspecto

cultural. Aquí una descripción un tanto polémica de quiénes son los campesinos que allí

comenzaron a invadir

Los fundadores ya saben, eran campesinos: gentecita humilde que traía del campo

sus costumbres, como rezar el rosario, beber aguardiente, robarle al vecino y matarse

por chichiguas con el prójimo en peleas a machete. ¿qué podría nacer de semejante

esplendor humano? más, más y más y más. y matándose por chichiguas siguieron:

después del machete a cuchillo, y después del cuchillo a la bala, y en bala están hoy

cuando escribo. las armas de fuego han proliferado y yo digo que eso es progreso,

porque es mejor morir de un tiro en el corazón que de un machetazo en la cabeza.

¿tiene este problemita solución? mi respuesta es un sí rotunda como una bala: el

paredón. Otra cosa sería buscarle la cuadratura al círculo, una venganza trae otra y

una muerte otra muerte, y tras la muerte vienen los inspectores de policía oficiando

el levantamiento de los cadáveres. Pero digo mal, los inspectores no: la nueva

constitución dispone que lo realicen en adelante los agentes de la fiscalía. y estos

sin la experiencia sucular de aquellos, copados por la avalancha de cadáveres, sin

darse abasto, han eliminado el expediente y la ceremonia misma y se la han dejado

a los gallinazos (Vallejo, 1994, p. 29).

Fernando vallejo en su libro La Virgen de los Sicarios, realiza una descripción fuerte de los

campesinos que han invadido las periferias de Medellín convertidas a la fuerza ahora en comunas.

Muchos de los conflictos causantes del desplazamiento de estos campesinos han surgido por una

problemática que aún no termina, que es el desplazamiento forzado de comunidades y personas de

sus lugares habitados hacia otros nuevos y distintos como lo son las ciudades, pero debemos


entender que la misma problemática que los ha sacado violentamente de sus fincas, se ha formado

en esta misma población humilde llena de ideologías radicales.

De ausencia en ausencia va esta gente del campo sin más salida que rebuscarse como sea

su supervivencia, su dinero, su falta de educación, su vida entera. El campesino llega a la ciudad y

con él, todo pensamiento de violencia y necesidad, la urgencia de controlar como lo hacía con sus

fincas, los territorios que nadie ha poblado, aprovechándose de estos suelos vírgenes implantan sus

reglas, ya que el estado no está allí, se ven obligados a proteger sus vidas de la manera que sea.

Conducta evidenciada actualmente en distintas disputas por dominio de territorios, una vez más

reafirmando la poca o nula planeación urbana y al ser una amenaza seria o molestia para los que sí

habitan la ciudad en barrios planificados, el estado sólo responde combatiendo violentamente a

estas personas ya agotadas de recibir sólo estas respuestas violentas y tardías. Un aspecto

preocupante es la manera como estas personas educan a sus hijos a falta de educación de calidad,

les inculcan a los niños actos violentos, formando señoritas sumisas con un solo futuro de madre

de hogar y a los hombres como varones que tienen que defender su hogar a machete si es necesario

y que solo deben trabajar eternamente por un miserable salario. Manteniéndose está población

rodeada de esto, se crea una cultura moral y ética distinta, haciéndoles entender que en este contexto

es algo necesaria la vida dura y la violencia, que la vida es así, que es muy normal ver a jóvenes

cargando armas en pro de defender a “su” territorio, son conductas y concepciones de vida

radicalmente distintas a las de una sociedad que se puede considerar más colectiva pero, dependen

y se alimentan del odio, hay que sembrar más odio aunque no se tenga una buena justificación y

no se conozca bien la razón de tener y mantener los enemigos, y si se muere, se murió defendiendo

este suelo que a nadie le importa.

El odio y el amor se aprenden, por ahora no ha cambiado mucho la situación, el odio sigue

ganándole al amor, y su resultado está en actos tan sencillos como la conducta en los juegos de los

niños de estos contextos, jugando a ser policía y ladrón o miliciano, en el poco respeto que tenemos

con nuestros vecinos, en la poca utilización de normas cívicas, y en distintos actos que nos hacen

alimentar más el sentimiento egoísta de bienestar propio, a costa de lo que sea.


Dije arriba que no sabía quién mató al vivo, pero sí sé: un asesino omnipresente de

psiquis tenebrosa y de incontables cabezas: Medellín, también conocido por el alias

de Medallo y de Metrallo lo mató. ¿que si tiene el país cosas buenas? pero claro, lo

bueno es que aquí nadie se muere de aburrición. Va uno de bache en bache

desquitándole al atracador y al gobierno. Compañero, amigo y paisano: no hay ave

más hermosa que el gallinazo, ni de más tradición: es el buitre del español milenario,

el “vultur” latino. tienen estas avecitas la propiedad de transmutar la carroña humana

en el espíritu del vuelo. Mejores pilotos nadie, ni los del narcotráfico. ¡mirelos sobre

el cielo de Medellín planeando! Columpiandose en el aire, desfilando nubes,

abanicando el infinito azul con su aleteo negro. Ese negro es el luto de los

entierros… Y aterrizan como los pilotos de don Pablo, en un campito insignificante,

minúsculo, cual la punta de este dedo (Vallejo, 1994, p. 46).

Esta investigación del barrio Juan XXIII no termina, aquí, por medio del dibujo de estas

fachadas tan llamativas y tan cargadas de historia, se evidencia que lo que se vive aquí, es un

problema en general, que conlleva años, siglos de repetición, de falencias que se ignoran y de un

pueblo que no se manifiesta. Queda mi reflexión personal del barrio en el que habito y mis actos

revolucionarios como artista y docente que lleven a un cambio a futuro, ya que, al analizarlo, lo

que podemos cambiar de manera inmediata son las mentes de las personas, y mi aporte es llevar

está reflexión a mis estudiantes mediante el dibujo de los barrios que habitamos.

La historia de Colombia es la historia de una prolongada postergación de la única

aventura digna de ser vivida, aquella por la cual los Colombianos tomemos

verdaderamente posesión de nuestro territorio, tomemos conciencia de nuestra

naturaleza - una de las más hermosas y privilegiadas del mundo-, tomemos

conciencia de la magnífica complejidad de nuestra composición étnica y cultural,

creemos lazos firmes que unan a la población en un orgullo común y en un proyecto

común, y nos comprometemos a ser un país, y no un nido de exclusiones y discordias

donde unos cuantos privilegiados, profundamente avergonzados del país del que

derivan su riqueza, predican día y noche un discurso mezquino de desprecio o de

indiferencia por el pueblo al que nunca supieron honrar ni engrandecer, que siempre


les parecio “un país de cafres”, una especie subalterna de barbarie y de fealdad.

(Ospina, 1999, p. 3).

2.2.1. Paisaje urbano desde un aspecto social y cultural.

Los seres humanos hemos estructurado los espacios por medio de coordenadas, direcciones

y demás, pero los espacios no solo son simples lugares donde hay calles, estos están cargados de

vida, recuerdos, sentimientos y mil historias que los componen y les dan significado

El espacio geográfico tiene que ser visto y entendido como una inmensa y apretada red de

lugares ‘vividos’, todos ellos diferentes (Nogué, 2015, p. 157).

Los seres humanos creamos lugares en el espacio, los vivimos y los imbuimos de

significación. Nos arraigamos a ellos y nos sentimos parte de los mismos. Los

lugares a cualquier escala son esencia para nuestra estabilidad emocional porque nos

vinculan a una lógica histórica y porque actúan como vínculo, como un punto de

contacto e interacción entre los fenómenos globales y la experiencia individual.

(Nogué, 2015, p. 157).

Nogué habla de lugares llenos de emociones y relaciones afectivas en las personas, factor

importante al analizar las estructuras que cuentan esos sentimientos y cómo componen un espacio

según las costumbres de la gente, el paisaje urbano podría definir así una situación social y cultural

de la población.

Las calles y los habitantes del barrio Juan XXIII están cargadas de historias violentas, de

pobreza, pero a su vez de fraternidad y por esto junto a la situación de pobreza, el amontonamiento

en sus estructuras y el vivir pegado al otro de esta manera da esa sensación de familia. A pesar de

sus situaciones y antecedentes de violencia (que aún son actuales), el barrio cuenta con esta

fraternidad entre vecinos y un reconocimiento entre ellos, mediante costumbres que acogen en

colectivo, como por ejemplo el compartir una cerveza con el otro y tener temas en común, crea

relaciones, preparar un sancocho para toda una cuadra en fechas especiales y otros actos culturales


que convierten sus calles en historias e influyen en la manera en cómo construyen y habitan sus

hogares, pegado al otro, como si entre las mismas casas se abrazaran.

Pero Nogué también habla del conflicto social a causa de lo que denomina como una

pérdida traumática del sentido del lugar, importante aspecto que define las razones de la

problemática social:

¿Y cómo se produce la pérdida traumática del sentido del lugar? De muchas

maneras. Por un desplazamiento forzado y no previsto del lugar de residencia

habitual, por emigración obligada hacia territorios radicalmente contrastados en

relacion al clima, al paisaje, a las costumbres… o, por último ejemplo, por haber

modificado de arriba a abajo el lugar en el que vivimos en muy poco tiempo y sin

que el ciudadano haya podido participar en este proceso de transformación (Nogué,

2015, p. 157).

Cabe destacar que la población del barrio Juan XXIII en su mayoría cuenta con habitantes

desplazados de varios pueblos a raíz del conflicto armado, de esta manera pierden costumbres de

sus contextos anteriores y por ende esa ‘perdida traumática del sentido de del lugar’ van a parar a

sitios alejados de la ciudad en las montañas buscando refugio, ya que llegan sin dinero ni trabajo,

y allí se encuentran con personas que han pasado por situaciones similares o iguales donde por

factores sociales son obligados a ocupar cualquier espacio y así, de cualquier manera, construyendo

sus casas recursivamente en las lomas inestables, teniendo que adaptarse a estos espacios,

construyen sus casas de maneras peculiares.

Esta situación es constante y por esto el amontonamiento y la problemática social y cultural,

ya que son muchas culturas habitando un espacio y todas con necesidades, a raíz de esto aparece

el desespero y el ‘rebusque’, conseguir dinero de cualquier manera se convierte en obligacion, sin

importar cómo, y aparece allí la cultura de la inmediatez, el robo y otras ideologías.


Para comprender está situación, es necesario entender la historia de formación del barrio

Juan XXIII:







en el año de 1910 (Villegas, citado por Naranjo 1992, 134). En la década del

cincuenta, migrantes económicos y desplazados llegaron a la Comuna 13 huyendo

de la violencia política de mediados del siglo XX en Colombia. Mediante el loteo

pirata configuraron nuevos asentamientos humanos que posteriormente fueron

legalizados y alcanzaron un nivel de consolidación de su infraestructura. En la

Comuna 13, urbanizaciones planificadas de carácter estatal tuvieron lugar en los

años setenta en el barrio San Javier y el sector de Belencito. En la parte central de

la comuna existen urbanizaciones como Villas de Aragón, San Michel, Quintas de

San Javier, Nueva Andalucía y Abedules, entre otras. A mediados de los noventa

llegaron familias provenientes de la subregión de Urabá, víctimas del

desplazamiento forzado, y de ahí en adelante continuaron llegando personas en

situación de desplazamiento, lo que confirma el carácter receptor de esta comuna.

A partir de 1994 se intensifica la ocupación informal o de invasión, lo que da lugar

al asentamiento La Divisa y el sector denominado La Luz del Mundo, ubicados en

los barrios El Socorro y Juan XXIII (Comision Nacional de Reparacion y

Reconciliacion, 2015, p. 54).

La problemática del poco o nulo plan territorial acompañado de otras falencias

gubernamentales, da como resultado que hasta ahora al no ser atendida está situación, se haya

intensificado y esto haya ocasionado diversos problemas sociales, los cuales sí se convierten en

una preocupación de erradicación inmediata, pero no es de costumbre en este país encontrar la raíz

de los problemas.


Realizando un análisis más detallado de la población del barrio Juan XXIII de la comuna

13, se encuentran datos bastante importantes que son necesarios para la investigación de su

contexto.

De acuerdo con las cifras presentadas por el Anuario Estadístico de Medellín de

2005,2 San Javier cuenta con una población de 134,472 habitantes, de los cuales

58,983 son hombres y 75,489 son mujeres. Como puede observarse en el cuadro, la

gran mayoría de la población está por debajo de los 39 años (64.9%) del cual el

mayor porcentaje lo aporta la población adulta joven (42.1%) con rango de edad de

15 a 39 años. Sólo un 7.4% representa a los habitantes mayores de 65 años es decir

la población de la tercera edad.

Según las cifras presentadas por la Encuesta Calidad de Vida 20053 el estrato

socioeconómico con mayor porcentaje en San Javier es el 1 (bajo), el cual

comprende el 35.7 % de las viviendas; seguido por el estrato 3 (medio-bajo), que

corresponde el 30.9 %; le sigue el estrato 2 (bajo) con el 27.7 %, y el restante 5.7 %

corresponde al estrato 4 (medio).

San Javier se desarrolla en una extensión de 700 hectáreas, con una densidad de 192

habitantes por hectárea o 19.210 habitantes por kilómetro cuadrado, siendo esta la

comuna más densamente poblada.” Encuesta Calidad de Vida, Medellín, 2005

A pesar de su año de publicación, las cifras no han mejorado drásticamente debido al

aumento considerable de desplazamiento después de cambios de gobierno y operaciones que se

han realizado allí, de las cuales hablaremos puntualmente en el tema Problemática social.

Actualmente en el sector de Altos de la Virgen, un barrio muy cercano a Juan XXIII, se encuentra

una montaña con un suelo bastante inestable debido a que no hay allí vegetación que sostenga los

suelos, este lugar ha sido habitado en repetidas ocasiones por personas de muy bajos recursos,

dándole así una vista estética diferente a la montaña, pero la naturaleza tiene un poder mayor a la

que no se le dificulta en lo mínimo moverse y así, ocasionar desastres para estas familias que

construyen sus hogares solo con materiales de baja calidad los cuales son inestables, como maderas

https://es.wikipedia.org/wiki/San_Javier_(Medell%C3%ADn)#cite_note-2

https://es.wikipedia.org/wiki/San_Javier_(Medell%C3%ADn)#cite_note-3


y tejados débiles, hasta implementos extraños en otro tipo de construcciones, como plásticos para

proteger de las lluvias, y cualquier material que les provee una leve protección.

Está como varias zonas de barrio Juan XXIII, han sido cerradas y catalogadas como zonas

de alto riesgo, pero la necesidad en muchas ocasiones ha llevado a que estos avisos sean ignorados

y se siga construyendo en busca de ocupar un sitio siendo una familia de muy bajos recursos y en

situación difícil, sin embargo, existen varios factores de necesidad de construir en estos espacios

que están alejados de situaciones difíciles en las personas que ocupan, y es, que el gobierno genera

ayudas a estas personas damnificadas otorgándoles vivienda cada vez que ocurren este tipo de

catástrofes, en ocasiones es visto como una especie de negocio construir allí y ocasionar catástrofes

para luego ser reubicado. Este comportamiento es un aspecto cultural perteneciente a este tipo de

población.

En mi opinión, un paisaje que se crea de manera estéticamente consciente es capaz

de generar un entorno estéticamente experimentable que puede llegar a influir

decisivamente en la conciencia moral al respecto; es decir, es capaz de generar en

la realidad modelos de una relación adecuada entre naturaleza y sociedad humana,

porque precisamente siempre es realidad práctica y presentación estética a la vez

(Nogué, 2010, p. 124).

Nogué nos menciona una conciencia por los espacios que se habitan, el sentido por el

cuidado de los territorios no es algo meramente estético, es un sentido colectivo que lleva al cuidado

del habitar que posibilita mejores relaciones humanas, a comparación de un territorio descuidado

y sin planeación. El territorio influye completamente en sus habitantes, este habla de lo que son y

sus costumbres, pensar en el territorio como espacio colectivo es cuidarlo y generar mejores cosas

de este. Un sentido que se tiene en el barrio Juan XXIII, igualmente en la mayoría de barrios de

Medellín, debido a la falta de planeación, cuando prima la necesidad no se es consciente de dónde

y cómo se habite un espacio y por lo tanto no se genera cultura de cuidado en este, porque es un

espacio que a nadie le pertenece y que por eso se invadió.


Se mire por donde se mire, nunca antes habíamos sido capaces de consumir tanto

territorio en tan pocos años y nunca habíamos transformado este territorio a tal

rapidez. Cuando el paisaje se transforma con está intensidad y a está velocidad, se

producen dos efectos perversos. Por una parte, el riesgo de destrucción de dicho

paisaje es muy alto, puesto que pueden eliminarse de un plumazo, como así ha

sucedido en muchos casos, aquellos rasgos que le han dado personalidad y

continuidad histórica. Cuando esto sucede, estamos hablando pura y llanamente de

“destruccion” del paisaje y no de evolucion gradual y pausada del mismo (Nogué,

2010, p. 128).

Al indagar por la historia de la creación en general de los barrios de Medellín, se evidencia

la razón que tiene está citación de Nogué, somos una cultura que no entiende la naturaleza como

un todo por el que y en cual vivimos, lo que es muy irónico ya que somos descendencia de

campesinos que trabajan con la tierra, teniendo tales conocimientos implícitos en nuestra cultura,

deberíamos generar conciencia, teniendo un contacto tan directo con la naturaleza, porque

Colombia es rico en reservas naturales, sin embargo, ¿por qué esa falta de entendimiento de los

espacios que tenemos?, no nos apropiamos de los territorios creando identidad en ellos como lo

propone Nogué, creando un sentido de habitar en los espacios, lo cual no se obtiene debido a las

ya mencionadas faltas de planeación de los barrios. Pero nuestro poco o nulo sentido de habitar

espacios, de identidad y de pertenencia, son herencias culturalmente impuestas por nuestros

mismos antepasados a raíz del arrebatamiento de los territorios que les pertenecían y fueron suelos

explotados y maltratados por los conquistadores, dejando en los colombianos una sensación de

pérdida del lugar (como lo menciona Nogué), y falta de identidades para crear territorios

significativos.

Es decir, la pérdida actual del sentido del lugar tiene orígenes históricos en la cultura

colombiana, nunca hemos estado en paz ni con nuestros territorios, ni con nuestros vecinos y toda

esa situación repercute en los comportamientos actuales de despreocupación por los espacios que

habitamos.


¿Qué hizo a los dirigentes tan mezquinos y tan capaces de despreciar al pueblo?

seguramente la convicción colonial de que les había tocado administrar un país de

tercera categoría, el dolor de no haber nacido en España o en Francia o en los estados

unidos; tener que resignarse a derivar su riqueza de este suelo y a convivir con los

que siempre llamaron “un país de cafres”. pero si de ellos dependía que Colombia

tuviera obras públicas, espacios bellos, fuentes, parques, monumentos, sitios de

memoria, redes ferroviarias, agricultura, industria ¿por qué se dedicaban a venerar

los lugares lejanos y a envidiar sus excelencias en vez de hacer a su turno, como lo

hicieron otros países del continente, ciudades hermosas y obras admirables?

(Ospina, 2013, p. 21)

Y este pensamiento y sentimiento de crítica sin acción no es algo extraño, es un pensamiento

individualista que tenemos en Colombia en general y es pasado de generación en generación,

tenemos una cultura egoísta e inconsciente de nuestros actos hasta que estos se salen de control,

como por ejemplo el caso de pobreza extrema y personas en situación de calle o desplazados, que

son la mayor parte de las personas que ocuparon y aún siguen ocupando zonas periféricas llamadas

ahora barrios de Medellín.


3 Propuesta artística a partir del dibujo como herramienta de análisis

La metodología del trabajo tiene como propósito la elaboración de un dibujo del barrio Juan

XXIII de dimensiones 1,45cm con 9m, ubicado en un espacio cerrado en Casa Calibrí, lugar de

desarrollo cultural en la ciudad. El dibujo se realizó a partir de una fotografía del barrio Juan XXIII

de 360°, brindando al espectador la sensación envolvente de habitar.

Conjunto a esto, se realiza a través de actividades de dibujo en la Institución Educativa Fe

y Alegría popular 1, la cual se llama “Dibujando mi Barrio”.

Aquí se mostrarán las actividades realizadas, sus objetivos y resultados obtenidos.

3.1 Objetivo general

Conocer y comprender obras de distintos artistas por medio del dibujo como herramienta

de apropiación, para interpretar su contexto y el habitar a través de la exploración del concepto de

paisaje urbano.

3.2 Específicos

● Sensibilizar a los estudiantes del espacio en el que habitan a través del ejercicio del mirar

atentos.

● Agudizar el sentido de la observación en el dibujo de paisaje urbano considerando aspectos

compositivos del espacio

● Desarrollar capacidades reflexivas en la escritura, relacionadas con lo que se dibuja

3.3 Actividades desarrolladas

Se realizan actividades experienciales por medio de la exploración y análisis del barrio

Popular 1 para llevar esta mirada al dibujo. Primero se dan a conocer diferentes referentes artistas

de paisaje urbano para así comprender sus técnicas y su concepto y que esto ayude en la elaboración

del trabajo. Se les pedirá a los estudiantes tomar fotografías de esos lugares que les llama la

atención e investigar sobre los personajes del barrio que les interesen, después de esto se lleva al


dibujo y algunas veces se contará con salidas pedagógicas con acompañamiento del profesor titular

de artística donde se invitará a los estudiantes a dar una caminata por el barrio y hagamos dibujos

rápidos de lo que se observa.

Al finalizar el año académico, se expondrán todos los dibujos realizados ubicándolos en el

orden que los estudiantes les den donde representen el barrio.

Cronograma de actividades:

• Unidades - clases/sesiones - actividades

Unidad 1

Conceptos básicos de dibujo:

Línea y forma

Línea y expresión

Perspectiva

Actividad 1

En este ejercicio se brindarán elementos básicos de perspectiva, geometría de objetos en el

dibujo y composición.

Descripción:

Primer momento

Al comenzar la clase se les expondrá variedad de objetos geométricos y sus visiones en

perspectiva y en tercera dimensión.

Se les indicará que realicen triángulos/conos/pirámides, círculos/esferas y cuadrados/cubos

ubicando mediante las indicaciones, su sombra con lápiz.


Segundo momento

Luego de esto se les explicará perspectiva, la manera correcta de ubicar figuras en el espacio

donde se trabaja y cómo dar la sensación de alejamiento y todo lo que implica el tema.

Aquí se les indicará realizar formas geométricas en el espacio añadiéndoles perspectiva.

Desenlace

Se finaliza con un ejercicio de luz y sombra en los objetos, donde se les pide a los jóvenes

salir del salón y dibujar 2 objetos agregando sombra con el lápiz.

Materiales: lápices, hojas. espaciales: salón de clase y patio.

Actividad 2

En estos ejercicios se aprenderá perspectiva en la figura humana

Descripción

Primer momento

Se les enseña un video donde se explica el tema de perspectiva en la figura humana.

Se les pide realizar ejercicios de rotación del rostro en él dibujó donde se aplique

perspectiva.

Segundo momento

Se les pide salir al patio y practicar haciendo figurines rápidos con sus compañeros también

como modelos

Tercer momento


Se mostrarán los ejercicios realizados en clase.

Materiales: hojas de bloc, lápices, video beam

Actividad 3

En esta actividad se realiza un acercamiento a luz y sombra para implementar con distintas

técnicas: lápiz, lapicero, tinta mojada o color.

Descripción

Primer momento

Se les explica a los estudiantes qué es un boceto, inicialmente.

Segundo momento

Luego de definir las líneas que lleva un boceto, se les da la indicación de realizar la siguiente

actividad sobre luz y sombra: Dibujar diferentes figuras geométricas, en cada figura, ubicar de

dónde vendrá la luz, representando esa parte con un pequeño sol, a continuación, aplicar a partir

de líneas las sombras, desde el comienzo de la sombra, marcar líneas fuertes, y al acercarse a la luz

(sol), ir disminuyendo la presión que se le ejerce al lápiz.

Tercer momento

Tarea: aplicar el ejercicio de sombras utilizando diversas figuras o siluetas.


Materiales: hojas de bloc, lápices

Unidad 2.

Observando el entorno que habito

Personajes - las formas y figuras

La casa - Estructura geométrica

El barrio – Texturas

Actividad 1

Dibujar mi Casa

En este ejercicio los estudiantes dibujarán las fachadas de sus casas, con el fin de empezar

a realizar su análisis desde lo particular hasta lo general que compone su espacio donde habita.

Descripción

Primer momento

Un día antes se les indica a los estudiantes a tomar una fotografía con sus celulares, de la

fachada de sus casas. Al volver a clase se les pedirá realizar de manera escrita una descripción de

lo que hay dentro de sus casas, cómo es su casa por dentro y quienes habitan allí y una breve historia

de cómo recuerdan haber llegado allí.

Segundo momento


Después de esto, se les pide realizar un dibujo con colores de esa fotografía, aplicando lo

aprendido en teoría del color que se les refuerza todas las clases.

Desenlace

Al finalizar se socializan los trabajos en el grupo.

Materiales: lápices, hojas, colores. espaciales: salón de clase.

Actividad 2

Dibujar a un personaje reconocido de mi barrio

En esta sesión se les indica a los estudiantes rememorar a ese personaje que es muy

reconocido en el barrio donde ellos habitan.

Primer momento

Se les pide a los estudiantes realizar una descripción en media hoja del cuaderno sobre el

personaje más distintivo del barrio para ellos.

Segundo momento


Se les pide a los chicos que, mediante la clase previa sobre perspectiva en la figura humana,

se realice un dibujo de ese personaje

Tercer momento

Al llegar a casa, se les deja el deber de realizar una pequeña entrevista escrita al personaje

y traerla para compartir la próxima sesión.

Materiales: lápices, hojas de bloc, salón de clase.

Actividad 3

Dibujar casas de mi barrio

En esta actividad se les pide a los estudiantes realizar una caminata por sus cuadras, donde

encuentren estructuras de casas que les llamen la atención y tomen fotografías

Primer momento

Se les pide a los estudiantes, que mediante conocimientos previos técnicos de dibujo

realicen dibujos de las fotografías que tomaron.

Segundo momento


Se les pide realizar un escrito donde de manera descriptiva, hablen sobre la estructura de

esas casas y las personas que habitan allí.

Tercer momento

Presentar el trabajo realizado.

Materiales: lápices, hojas de bloc, salón de clase


4 Discusión de resultados

A través de las dimensiones del dibujo presentado como producto de esta investigación, se

pretendía dar al espectador una sensación de estar habitando el espacio plasmado, objetivo

cumplido al recibir los comentarios de los visitantes como “me siento aquí parado en una esquina”,

“Me recuerda a mi infancia en un barrio de la ciudad” y otro tipo de comportamientos que se

evidenciaron en él lanzamiento de la exposición del dibujo, mostraron mediante la observación al

dibujo, una reflexión del habitar los espacios y nuestro comportamiento en estos.

Junto con este producto personal, en mi acción pedagógica, mediante los ejercicios

propuestos en clase en la Institución educativa Fe y Alegría Popular 1, se ejercitó el sentido de

observación detallada de nuestros espacio y la reflexión acerca del habitar y las acciones que se

realizan en determinados espacios, lo que también genera concientización en cada acto que se

realice, cómo afecta o beneficia este a nuestra comunidad, comprendiendo los espacios como

territorios contenidos tanto de espacios físicos como de los que habitan esos espacios y sus historias

de vida. Al realizar estas actividades, se ha notado un cambio de actitud en las acciones de los

estudiantes y sus comportamientos con otros en el colegio, donde por ejemplo se tiene más clara

una concepción de respeto y tolerancia, y al reconocer hasta la casa del otro, se entiende al otro

como vecino y ser con quien se comparten espacios, comprender las diferencias del otro.

Adjunto a continuación unas fotografías del producto artístico de este trabajo de grado:


Figura 5. Parte de la obra "Una Montaña de casitas" por Sara DeColores

Figura 6. Parte de la obra "Una montaña de casitas" por Sara DeColores


Figura 7 Parte de la obra "Una montaña de casitas" por Sara DeColores



Figura 10 Parte de la obra "Una montaña de casitas" por Sara DeColores


Referencias

Comision Nacional de Reparacion y Reconciliacion. (2015). La huella invisible de la guerra:

desplazamiento forzado en la Comuna 13. Bogotá: Grupo de Memoria Histórica.

Nogué, J. (2010). El retorno al paisaje. Enrahonar, 45, 123–136.

Nogué, J. (2015). Sentido del lugar, paisaje y conflicto. Geopolítica, 5(2), 155–163.

http://doi.org/10.5209/rev_GEOP.2014.v5.n2.48842

Ospina, W. (1999). ¿Dónde está la franja amarilla? Bogotá: Norma.

Ospina, W. (2013). Pa que se acabe la vaina. Bogotá: Planeta.

Universidad Nacional de Colombia. (2007). El dibujo en Colombia: Una mirada a la colección del

Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de

Colombia.

Vallejo, F. (1994). La virgen de los sicarios. Medellín: Alfaguara.

El dibujo como herramienta de investigación cultural: las casas y...

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