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Red Edutranslatindoc

EL DOCENTE. SU HISTORIA Y

SUS QUEHACERES

Investigaciones colombiano mexicanas

Grow Foundation for Human Development

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Edición Grow Foundation for Human Development – RED

EDUTRANSLATIN DOC

Carrera 5 No. 1 - 45 Mosquera, Cundinamarca

Colombia

22 de diciembre de 2016

Web: www.rededutranslatindoc.org

Dirección Editorial:

Javier Ricardo Salcedo Casallas

Corrección Editorial y de Estilo:

Javier Ricardo Salcedo Casallas

Diseño y Diagramación:

Javier Ricardo Salcedo Casallas

Comité del Sello Editorial Grow

Par Evaluador: Floralba Barrero Rivera

Iván Manuel Sánchez Fontalvo

Publicación Digital:

http://www.growfoundationhd.org

http://www.rededutranslatindoc.org

ISBN: 978-958-58935-3-5

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Contenido

Prólogo…….………………………………………………………………………………………………….5

SUJETO DOCENTE. VERSIÓN 1278 ................................................................... 8

Referencias .........................................................................................27

HISTORIA SOBRE LA FORMACIÓN DE MAESTROS EN LAS ESCUELAS NORMALES EN MÉXICO ................................................................................... 29

Referencias.........................................................................................74

UN DOCENTE PARA ESTE SIGLO QUE RESPONDE A LAS NECESIDADES DE SU ENTORNO. UNA REFLEXIÓN EN EL MARCO DE LA DOCENCIA EN LA UNIVERSIDAD DE LA SALLE ................................. 81

Referencias .......................................................................................100

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Prólogo

Realizar un texto que integre la voz de una

subjetividad que enseña, además contemporánea, se

logra capturando la temporalidad de su ontología.

El ser de quien enseña discurre en estas hojas

como voces de un pasado en el presente, es la historia

que se quiere reconocer en el significado que ha sido

acotado contemporáneamente como docente.

Escuchar la voz de quienes hoy son denominados

y determinados por la expresión «docentes» implica

atestiguar que ellos y ellas “han sido crono-metrizados

por la gestión del tiempo. Sus procesos y sus prácticas

han sido encadenados por las cadenas de producción

propias del currículo; han quedado encuadrados y

«curricularizados»” (Ávila, 2014, p. 140) e igualmente,

estas ataduras históricas también le han hecho un ser de

resistencias, un docente cuya fuerza aún es crítica.

La comprensión del ser docente, en primer lugar,

indica un enunciado, es decir, que al decir “docente” se

hace posible hacerlo, además de provocar su asunción

como cargo (Austin, s.f.) funcional que responde a las

exigencias sociales y normadas de los Estados

Modernos.

El docente esta significado por los Estados

Modernos a partir de los condicionamientos políticos de

fuerzas transnacionales como la OIT y la UNESCO,

entre otras, que bajo otros enunciados le semantizan

como subjetividades formadas profesionalmente,

personal empleado sin discriminación conceptual ni

práctica entre profesor, docente, maestro que se dedica a

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impartir enseñanza en el nivel de preprimaria,

secundaria y en la educación superior.

El enunciado, «docente» bajo estas condiciones

semánticas y pragmáticas, está articulado a un conjunto

pres-criptivo de normas internacionales y nacionales,

que bajo formas de “Recomendaciones”, “Estatuto

Docente”, “Leyes y decretos reglamentarios”,

“Sentencias” entre otros, referidos a la condición de su

enunciación, les configuran masivamente como

concepción social esperada por los estudiantes, los

padres de familia, el Estado y todas las fuerzas sociales,

que de una u otra forma dependen de su ontología.

La ontología de quien enseña, esto es, su ontos, su

ser, esta imaginada por la historia de las culturas y por

sus quehaceres. El conjunto de condicionamientos forma

parte del movimiento histórico que intenta darle forma

conceptual y práctica al docente contemporáneo.

En orden de ideas, se presenta el contenido de éste

texto, a partir de tres capítulos: el primero titulado

“Sujeto Docente. Versión 1278” expresa la subjetividad

emergente del docente público de la ciudad de Bogotá,

que por el decreto que le hace pertenecer al magisterio

distrital le impide el uso de pertenencia al sindicato, la

privación de pensiones, etcétera, que si poseen los

docentes del decreto 2277, no obstante estas sujeciones,

su ser se transforma instituyente y magmático.

El capítulo 2, “Historia sobre la formación de

maestros en las escuelas normales en México” irradia

como producto de investigación de tres docentes

universitarios, los hallazgos relevantes entorno a la

formación de maestros en México, en donde la escritura

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y la lectura son cruciales para este proceso de

profesionalización.

Y el capítulo 3, “Un docente para este siglo que

responde a las necesidades de su entorno. Una reflexión

en el marco de la docencia en la universidad de La Salle”

expone reflexiones de una investigación disciplinar en

didáctica de las lenguas extranjeras desde tres frentes

complementarios: las teorías sobre el tema, las reflexiones

desarrolladas con los practicantes en lenguas de la licenciatura

y la puesta en escena de nuevos escenarios durante nuestras

intervenciones con los estudiantes de cursos básicos de francés

lengua extranjera.

Esta panorámica, recoge los esfuerzos de la

investigación universitaria. El primer capítulo como

producto de investigación de la Universidad San

Buenaventura y el segundo y el tercer capítulos como

productos de investigación de la Universidad de La

Salle, que expuestos en este libro, mutan como

productos de conocimiento que se desean difundir a las

comunidades académicas que gusten del tema “Docente”.

Por Javier Ricardo Salcedo Casallas

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SUJETO DOCENTE. VERSIÓN 1278

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Javier Ricardo Salcedo Casallas Docente Investigador de la Universidad de La Salle, y de la Universidad San Buenaventura. [email protected] Yony Raúl Gómez Atencia Docente del Distrito Capital, Maestrante de Ciencias de la Educación de la Universidad San Buenaventura. [email protected] Bibiane Esther Chacón Llinás Docente del Distrito Capital, Maestrante de Ciencias de la Educación de la Universidad San Buenaventura. [email protected] Javier Andrés Rivero Madera Docente del Distrito Capital, Maestrante de Ciencias de la Educación de la Universidad San Buenaventura. [email protected] María Cristina Acuña Rodríguez Docente del Distrito Capital, Maestrante de Ciencias de la Educación de la Universidad San Buenaventura. [email protected]

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La investigación en educación dada a través de los

procesos de formación de los maestros en el Distrito

Capital es necesaria. Especialmente porque en ella, el

sujeto maestro empieza a reconocerse no como “un

conjunto de habilidades; sino una persona que se

relaciona con los demás y que está en constante

evolución” (Paguay, Altet, Charlier,, Perrenoud, 2005, p.

18); esto es, abre su conciencia histórica o se hace cargo

de su propio pensamiento para crear el sentido

(Zemelman, 2012) singular a la enseñanza reflexionada

junto a los otros: docentes compañeros, estudiantes,

padres de familia y la comunidad en general pero

indudablemente, al contexto socio-económico y cultural

en que se desarrolla como profesional de la educación.

La apertura de la conciencia del maestro es

enunciación de sus formas de verse y de reconocer-se

como sujeto histórico. La investigación en educación,

especialmente la desarrollada en la Maestría en Ciencias

de la Educación, como la de la Universidad San

Buenaventura se mueve en estas líneas de la existencia

en la que se promueve la lectura crítica del presente o

encuentro con las potencias que encarna el sujeto

maestro del decreto 1278 de 2002. Un maestro cuya

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representación social se construye a partir de unas

condiciones laborales distintas a las declaradas en el

decreto 2277 de 1979, que las comunidades a las que

beneficia desconocen.

A partir de esta apertura, el presente texto expone

los hallazgos iniciales y significativos producto de las

lecturas del presente histórico de maestros del decreto

1278 de la investigación titulada “Subjetividades

Instituyentes. Maestros Magmáticos” que se halla en la

lectura analítica del trabajo de campo, último paso del

proceso formativo de la investigación.

Se parte por afirmar con Bauman (2004) que los más

de 20 docentes entrevistados mediante entrevista

semiestructurada1 afirman el asedio de políticas globales

de impacto local cuya materia prima procesa la

imaginación social de lo que debe ser el maestro. Las

políticas globales distribuyen imaginarios sociales

construyendo la “realidad social” y las subjetividades2 de

cada individuo, y en estas, las del maestro colombiano.

Afirmemos como comprensión de imaginación lo que

Castoriadis (1998) – autor que referencia Bauman

1 Es una técnica de entrevista conversacional cimentada por el interaccionismo

simbólico que se desarrolla a partir de frecuentes encuentros entre un

entrevistado y el entrevistador para lograr el intercambio de preguntas y

respuestas entre iguales y poder comprender el fenómeno que se investiga.

2 Se comprende como la instancia reflexiva y deliberante (como pensamiento y

voluntad).

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enfatiza para aludir al término imaginación”- dice: “la

imaginación es la capacidad de hacer surgir algo que no

es real tal como lo describe la percepción común… es

por lo tanto toda la creación de un mundo para sí del

sujeto” (p. 114) y entendamos, al sujeto desde el plano de

la antropología filosófica como el humano que no es

simple y complejamente un animal racional sino

esencialmente un ser imaginativo, de imaginación

radical, inmotivada, desfuncionalizada (p. 172). El sujeto

es sujeto porque ejerce para sí mismo una práctica-

poiética, esto es, de creación constante.

El sujeto de las políticas globales o conjunto de seres

humanos eurocéntricos y norteamericanos, políticos y

sus asesores, consultores y sus organizaciones

transnacionales; aquellos que pertenecen a la

institucionalidad hegemónica de

la Unesco, las Naciones Unidas, el Banco

Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, la

Organización para la Cooperación y el Desarrollo

Económico (Toussaint, 2006; Martínez, 2004), entre

otros, actuando como intermediarios entre los países

más poderosos del mundo (Portugal, Reino Unido,

Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Bélgica,

Luxemburgo, Austria, Dinamarca, Noruega, Grecia,

Suecia, Suiza, Turquía, Irlanda e Islandia), aquellos

que posibilitan préstamos al resto del mundo y que

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penetran en las naciones consideradas por la deuda

externa (Teitelbaum, 2011 citado por Salcedo, 2012).

Hacen la imaginación política global. Se imaginan y

provocan imaginar siempre la constante mutación como

desafío estratégico contemporáneo. Esta imagen se

expande de Europa y Estados Unidos bajo la figura de

Reforma a las dinámicas internas de las naciones y en

ellas de sus sociedades, porque “expresa un programa

político de acción, con estrategias que van del centro a la

periferia y, por otro, insinúa intencionalidades que se

dan entre diversos actores sociales” (Martínez, 2004, p.

276) con la capacidad de configurar a los sujetos sociales.

La reforma es una figura política globalizante que

imaginada por los países primer mundistas regula el

resto de las sociedades, y se expresa mediante

estrategias de poder que define las prácticas sociales

vinculándolas a los sistemas de orden, apropiación y

exclusión incrementando las relaciones de dependencia

de la periferia global con sus centros (Martínez, 2004).

El poder de regulación entonces

no aparece como negación ni actúa como tal; por el

contrario, al propiciar la correspondencia entre los

caminos de dimensiones estructurales y el

acoplamiento a los mismos mediante el arreglo de

una de las partes del conjunto social, surge como

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gestor de una renovación positiva y necesaria para la

sociedad (p. 277).

Dicha renovación se introduce vía políticas de

reforma educativa redefiniendo no sólo fines, condiciones

de posibilidad y límites a las instituciones, sino a los

agentes educativos, como una tendencia que busca la

competitividad, la eficiencia y la eficacia. Lo que se está

afirmando es que la institución3 política es una creación

configurada por sujetos no solamente instituidos o

producidos, sino que su mayor dependencia renovadora,

la tiene en las subjetividades instituyentes. La

institución es una “creación originaria del campo socio-

histórico” (Castoriadis, 1997, p. 1)

La comprensión de lo que representan las

subjetividades producidas, se hace asumiendo la

perspectiva filosófica de Castoriadis (1997, 2005) en sus

dos caras conceptuales: una, instituida, otra instituyente.

Los sujetos instituidos son los seres humanos

“hechos por la sociedad… son ellos mismos la sociedad”

(Castoriadis, 1997, p. 2) que en el campo de la creación

socio-histórica actúan a partir de los roles sociales

predefinidos por la institución. Estas subjetividades

instituidas comportan influencias, transmisiones

históricas que no buscan modificar las situaciones 3 La institución significa normas, valores, lenguaje, herramientas,

procedimientos y métodos de hacer frente a las cosas y de hacer las cosas.

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particulares del presente sino multiplicarlo en las formas

organizativas y organizadas de la sociedad en la que

nacieron. Además, carecen de autorreferencia o de

reflexividad limitando su capacidad de transgresión y de

resistencia a la defensa del mundo fabricado y garante de

las exigencias de la sociedad instituida (Castoriadi,

2002).

Por su parte, los sujetos instituyentes son seres

humanos que se reconocen no como “un todo

conteniendo otra cosa y algo más que sus partes”

(Castoriadis, 1997, p. 1). Ellos dotan de sentido a la

sociedad instituida porque la re-crean porque potencian

su imaginario social instituyente. En otras palabras,

saben que “pueden hacer ser” (Castoridis, 1998, p. 311)

esto es, que son individuos y colectividades humanas

fuente de creación y autocreación. Es emergencia de una

nueva forma ontológica –un nuevo eidos- y de un nuevo

nivel y modo de ser que se manifiesta en la diferencia.

Diferencia en el actuar y en el pensar. Sujetos

instituyentes que por su pensamiento y actuación no se

reducen a la producción social ni se deducen

racionalmente por las instituciones ni las significaciones

sociales imaginadas. Son subjetividades creadas por sí

mismas bajo coacción. En palabras de Castoriadis (1998)

el sujeto instituyente se enfrenta a condicionamientos

internos, externos e intrínsecos, veamos:

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Existen condicionamientos “externos”, sobre todo los

que impone el primer estrato natural… incluida la

constitución biológica del ser humano… Existen

condicionamientos “internos” provenientes de la

“materia prima” a partir de la cual la sociedad se crea

a sí misma, es decir la psique. La psique debe ser

socializada, y para ello debe abandonar más o menos

su mundo propio, sus objetos de investidura…

socialmente creados y valorados… Hay

condicionamientos “históricos”. No podemos sondear

el origen de las sociedades, pero ninguna de las que

podamos hablar surge in vacuo. Siempre existen,

aunque sea en forma de saldos y retazos, un pasado y

una tradición. Pero en sus modalidades y contenidos,

la relación con ese pasado forma a su vez parte de la

institución de la sociedad… y por último todos los

condicionamientos “intrínsecos”: 1. Las instituciones

y las significaciones imaginarias sociales deben ser

coherentes. La coherencia debe asumirse desde un

punto inmanente, es decir con relación a los

caracteres y “tendencias” principales de la sociedad

considerada, teniendo en cuenta el comportamiento

conforme de los individuos socializados, etc… 2. Por

otra parte, las instituciones y las significaciones

imaginarias sociales deben ser completas. Tal es, de

manera clara y absoluta, el caso de las sociedades

heterónomas, determinadas por la clausura de la

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significación. El término “clausura” debe tomarse en

un sentido estricto, matemático…En una sociedad

clausurada, cualquier “pregunta” que pueda

formularse en el lenguaje de la sociedad también

debe hallar respuesta en el interior del magma de

significaciones sociales imaginarias de esa misma

sociedad” (p. 316 a 320).

Así, un sujeto instituyente es el que elegí sus

significaciones imaginarias sociales. Crean su propia

representación de mundo, incluida la sociedad misma y

el lugar que ésta ocupa en ese mundo.

Apropiando este constructo teórico para la

comprensión de los sujetos docentes del decreto 1278, se

halla en algunos fragmentos biográficos narrativos

(relatos), la tensión entre los imaginarios instituidos y

los imaginarios instituyentes; en la siguiente

interlocución, un maestro narra una serie de hechos

instituidos:

Desde que inicie mi labor como maestra del sector público,

puedo decir que no ha sido fácil; pues, además de ubicarme

lejos de mi residencia, debía afrontar los

condicionamientos y lineamientos del estatuto, que desde el

principio me generaron inquietud y estrés, pues debía pasar

por un periodo de prueba para lograr vincularme

definitivamente, lo que invitaba a sistematizar y

organizar una serie de evidencias para que al final del

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año el rector, por medio de una entrevista diera una

calificación, que tenia que ser para mi aspiración superior

a noventa para obtener el nombramiento oficial

(Entrevistado No. 3).

Los condicionamientos “internos” como el

“estatuto docente” la evaluación de la entrevista y su

correspondiente calificación, el sino del rector,

constituyen el imaginario social instituido que deviene

de la institución del Ministerio de Educación Nacional

colombiano y al que el maestro se ve abocado. Su

narrativa evidencia su capacidad de conciencia histórica

al narrar la esta serie de condicionamientos “internos”

propios de la naturaleza de la convocatoria que le exige

el cumplimiento de lo imaginado por el sistema escolar

para ser un maestro del sector público.

El imaginario instituido significa o da un valor

semántico al imaginario del maestro entregándole una

serie de condicionamientos intrínsecos que permiten

asimilarse como la única tendencia, invariable, que le

instituye un comportamiento de “clausura” que

inmoviliza la capacidad de preguntar si desea continuar

con el proceso que le permite mantenerlo como

profesional de la educación. El siguiente pasaje

biográfico alude a lo señalado.

Lo anterior, fue dispendioso pero no imposible; y me sirvió

para fortalecer habilidades y competencias frente a los

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futuros procesos evaluativos que se debían repetir al

finalizar cada año, según lo dispuesto por el decreto

1278. Es necesario aclarar, que este concepto de evaluación

continua permeando mi labor, puesto que después de

realizar tres pruebas de desempeño, se me da el derecho a

presentar otra prueba para acceder al ascenso o

reubicación salarial a partir de 80 puntos (Entrevistado

No. 3).

Los condicionamientos “internos” y los

“intrínsecos” específicamente aquellos institucionales y de

clausura subjetivan al maestro una vez inician su carrera

profesional, la continúan y quizás hasta su término. La

subjetivación provocada por los imaginarios sociales

instituidos aliena la postura vital de quien emprende esta

carrera. Leamos una narrativa evidente:

El saber que perteneces a un nuevo decreto (1278

de 20002), regido por constantes evaluaciones, que se

alejan de la formación por la cual elegiste esta profesión,

muestra una sombra de inquietudes que raya en el

inconformismo, la desazón y el sometimiento.

Al llegar a la institución en la cual laboro actualmente,

la alegría y el entusiasmo hacían parte de mi ser; sin

embargo, el constante seguimiento al cual me veía

sometida cada vez me incomodaba más, no por sentirme

vigilada, sino porque los requerimientos eran cada vez

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más minuciosos y menos útiles para el proceso de

enseñanza- aprendizaje. Con esto me refiero, a

documentos, formatos y requerimientos (solo para los

del 1278). Era obvio, los docentes del decreto anterior

(2277) no estaban obligados a realizar tal dinámica,

pues sencillamente…a ellos no los evalúan

(Entrevistado No. 5).

La creación del mundo del maestro se desgasta

por el término de la imaginación instituida, aquella que

deviene de la institución. El flujo de la capacidad de

hacer surgir la maestría de enseñar surge como no

“real”, la percepción de ser maestro no corresponde ni al

espacio ni al tiempo cotidiano instituido. Se despliegan

imágenes incesantes, señalizaciones y cosas creadas por

la sociedad y los condicionamientos internos y/o

institucionales que el maestro experimenta una

irradicable soledad que le homogeneiza, le confunde e

instituye. Otra intervención biográfica permite imaginar

la fibras lógicas que superan la sencillez del ser maestro.

Otra situación, que me hace sentir rotulada, es la

diferencia a nivel general, en la forma de calificar o

generar los puntajes frente a la evaluación de ascenso y

reubicación salarial, pues en ningún momento se explica,

justifica o aclara, la razón del puntaje obtenido y las

causas por las cuales no se alcanzó el requerido.

Simplemente se muestra un resultado sin la relación

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correspondiente de aciertos o deficiencias (Entrevistado

No. 4).

Se afirma que una serie continua de

condicionamientos institucionales se pliegan a los

condicionamientos históricos a partir de las normas que

vehiculan la imaginación social instituida. El decreto

1278, hace parte de esos condicionamientos instituidos,

este es una fibra lógica que garantiza la estructura social

del magisterio colombiano. El decreto en mención es una

representación de la imaginación instituida de la

sociedad que habita el Ministerio de Educación Nacional,

garante el proyecto político porque fabrica la

subjetividad docente, esto es, configura la imagen de

maestro ante la sociedad. Un maestro decretado. Un

maestro subordinado a la regulación de las reformas

educativas, capacitado para el ejercicio pedagógico, si y

sólo si, condicionado interno e intrínseco por el discurso

del conjunto magisterial. Leamos otra interlocución.

Una de mis mayores satisfacciones a nivel profesional fue

ingresar (luego de un proceso meticuloso) como docente de

planta de la Secretaría de Educación Distrital, sin

embargo, una vez me enfrenté con las condiciones laborales

que plantea el decreto 1278 experimenté varios sin sabores

y desilusiones por los obstáculos que debe superar el

maestro para lograr un ascenso y con ello una mejor

calidad de vida (Entrevistado No. 1).

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Una ontología del maestro se teje desde la obligación

condicionada legalmente de la evaluación. El modo de

ser del maestro se pre-constituye, se ejemplifica y se

modela. La ontología instituida se universaliza y se

hereda por la determinación del ser previo a los saberes

pedagógicos, a la experiencia educativa y la formación

docente. El ser instituido del maestro es un ser

determinado (Castoriadis, 1998, p. 172) cada año

académico.

Junto a una evaluación constante que asegura los

condicionamientos internos e intrínsecos se vincula el

diligenciamiento de una serie de formatos para hablar y

hacer que constituyen una negación a la dimensión

instituyente del maestro.

El sujeto maestro es recubierto en su imaginario

instituyente. El sujeto resulta conformado por la

demostración de resultados de calidad esto es, cada vez

más eficiente y eficaz pedagógico. Los uso de formatos

como condicionamiento intrínseco institucional

conforma una subjetividad de la repetición. No se trata

de hacer lo que se desee sino de realizar lo que se pres-

cribe en la imaginación instituida.

El efecto de tales condicionamientos, no sólo

instituye la individualidad del maestro, también la

colectividad magisterial. Una imaginación instituida ya

fragmentado la imaginación magmática de la creatividad

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instituyente que podría hallarse en la fuerza de la unidad

magisterial. Se re-imaginado a los docentes del

anacrónico decreto 2277 a través del decreto 1278 y en

esto se ha marcar diferencias que en lugar de vincular y

conectarse, luchan por mantenerse diferenciadas y

diferentes. La capacidad de imaginación radical ha sido

dividida. La siguiente narrativa sentida por uno de los

maestros enuncia esto.

… el ambiente escolar entre los que pertenecemos al decreto

1278 y los que son del 2277, se vuelve algo incómoda,

debido a que cada quien habla desde sus condiciones y se

percibe en algunos casos la división. Lo anterior se

traslada hacia las responsabilidades que en conjunto se

tienen en la institución, pues en ocasiones se siente que la

balanza se inclina con una carga laboral superior hacia

los que pertenecemos al 1278. Así mismo, las evaluaciones

para ascenso, llamadas de competencia, impuesta por la

normatividad que nos rige, se constituyen en una

talanquera que causa desmotivación, pues la manera como

se manejan los resultados a través de la campana de Gauss

deja al descubierto que no todos los que aprueben la

evaluación con un porcentaje superior a ochenta puntos

pueden lograr una reubicación o ascenso en el escalafón,

pues todo está sujeto al presupuesto destinado para este fin.

De esta manera veo con desilusión que no basta con

obtener un título de una institución de educación superior

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aprobada por el mismo estado, sino que somos los únicos

servidores públicos sometidos a evaluación para ascender y

lograr con ello mejores ingresos (Entrevistado No. 4).

Las significaciones imaginarias magmáticas o

significaciones nuevas, en donde la fuerza creativa aún se

sustenta en una subjetividad instituyente, aunque no

desaparece si entra en la penumbra del anonimato que

consagra la imaginación instituida a través del

condicionamiento de la institución y sus dispositivos de

regulación normativo o intrínsecos. Los recuerdos, los

sueños, son ejemplos representaciones magmáticas que

en el encuentro con la imaginación instituida crea un

flujo constante de deseos y afectos que son fuente de

creación. No podría considerarse, la imaginación radical

sin imaginación instituida y viceversa; en este orden de

ideas, el sujeto maestro es en sí mismo magmático

porque al traer de su pasado, las imágenes instituidas,

inmediatamente vigoriza su magma creador, esto es, que

en la constante de repeticiones formateadas crea y

combina. Otra narrativa biográfica nos permite avizorar

lo enunciado.

Debo reconocer que mi ingreso a la carrera profesional

docente fue unos 7 meses después de que se me otorgara el

título de licenciado, viniendo de un contexto diferente con

características socio culturales caribeñas. Por lo tanto,

entro al distrito de Bogotá un poco tímido y lleno de

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expectativas que me llevaban a estar conociendo los

manejos educativos, sin cuestionarlos en un principio. En

un comienzo, era normal responder a tareas dadas por las

políticas educativas que llevaban a unos propósitos de la

administración en curso, pero fue ahí donde me di cuenta

que estaba siendo llevado a un perfil que debía cumplir, lo

que empezó a generarme reacciones y en particular me voy

a referir a un suceso: La Secretaría de Educación y la

fiscalía general de la nación enviaron una profesional

para una charla sobre complicaciones legales al interior de

las clases por no cumplimiento de las labores docentes, y

sentí impotencia al ver que nuestra labor docente es

pisoteada por la ley, al ubicar al maestro siempre culpable

de todo lo malo que le pase al estudiante, y con amenaza de

cárcel por cualquier circunstancia. Esta profesional, nos

endilgó un montón de funciones que antes de alentarnos

nos generó estrés, cansancio y desanimo, comprendí

entonces que la política educativa se impone, coopta y

amenaza a quienes no se someten a ella. Todo esto me

llevo a replantear las clases y a través de la cátedra

mostrar a mis estudiantes la defensa de la labor docente,

expresando directamente mi desencanto a través de

diversas reflexiones que inviten a valorar la labor del

maestro (Entrevistado No. 1).

Los fragmentos de las biografías narrativas

seleccionadas permiten visibilizar los rasgos de lo

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instituido en el maestro. Los condicionamientos internos

e intrínsecos hacen posible las condiciones sociales de lo

instituido, a saber: i. La evaluación como mecanismo

creado para vigilar y controlar el desempeño y ser filtro

para el ascenso en la carrera docente; ii. La división del

magisterio a partir de dos decretos debilitan, entre los

elementos ya mencionados, la lucha sindical; iii. Las

disposiciones de la política pública educativa entorno a

las funciones docentes que le normalizan y culpan

mediante el derecho, endilgándoles legalmente funciones

que no le corresponden.

Sin embargo, y aunque no se distinga en estos

pequeños relatos, existe una fuerza magmática que–

desde lo teórico- permite la fuerza instituyente. No hay

una sola cara de la subjetividad instituida, justo atrás de

esta, o como quiera ser situada, coexiste la subjetividad

instituyente, ésta no está escindida en el sujeto maestro

1278, es más, su condición instituyente es tan potente

que por todos los condicionamientos sugeridos por

Castoriadis (1998) se vuelve un deber ser de la

imaginación instituida el pensarlo y hacerlo instituido.

La potencia del sujeto maestro 1278 se instala con

mayor capacidad magmática entre más

condicionamientos se le imaginen, nunca es instituido.

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Derecho a la Educación. Revista Actualidades

Pedagógicas, 61, pp. 113 – 138.

Toussaint, E. (2006). Banco Mundial. El golpe de Estado

permanente. Ginebra: El viejo topo

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HISTORIA SOBRE LA FORMACIÓN DE MAESTROS EN LAS ESCUELAS NORMALES

EN MÉXICO

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Rosmery Cifuentes Bonnet Licenciada en Psicopedagogía, Magister en Investigación Educativa y Doctora en Educación. Profesora investigadora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Salle [email protected] Lilia Cañón Flórez Magister en Lingüística y Licenciada en Ciencias dela Educación, Filología e Idiomas. Profesora Investigadora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Salle. [email protected] Alexander Ortíz Ocaña Doctor en Ciencas Pedagógicas, Magister en Gestión Educativa en Iberoamerica y Magister en Pedagogía Profesioinal. Profesor Investigador de la Universidad del Magdalena. [email protected]

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La formación de docentes concatena distintas aristas que

tejen una red de complejidades interrelacionadas: el currículo, la

didáctica, la pedagogía, la educación, la enseñanza, el aprendizaje,

los docentes, los estudiantes, los contenidos, las culturas y las

sociedades, entre otros. En las intersecciones que se presentan en

esta complejidad, surgen diversos ejes de interés. Al respecto, los

temas y los problemas por investigar surgen desde múltiples

horizontes. Uno de estos, se relaciona con la lectura y la escritura

en la formación de docentes.

En tal sentido, se ha adelantado un proyecto de

investigación soportado en la preocupación por la lectura y la

escritura de textos académicos en la formación de docentes4. Aquí,

se considera que la lectura y la escritura de este tipo de textos,

más allá de constituirse en formas de apropiación y de exposición

del conocimiento, atraviesan el currículo, las didácticas, la

pedagogía y la historia de la formación de docentes, entre otros.

De ahí que en las indagaciones realizadas, en este

escenario, tomará un lugar principal las búsquedas investigativas

relacionadas con las caracterizaciones de la formación inicial de

docentes, pues no podrían dejarse de lado al estudiar la lectura y

la escritura en concatenación con esta formación. En esta mirada,

4 Capítulo resultado del proyecto de investigación “Estrategias de lectura y de escritura

y propósitos de uso del ensayo académico en Facultades de Educación: Universidad De

La Salle y Universidad Pedagógica Nacional”, avalado por la Vicerrectoría de

Investigación y Transferencia –VRIT- de la Universidad de La Salle (noviembre de

2014-marzo de 2016).

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las rutas de pesquisa se orientaron hacia Latinoamérica y, para el

caso de este artículo, se expone lo encontrado al estudiar el tema

en México. Valga indicar que en este país, la formación de

maestros representa hitos de referencia. Esta importancia, junto

con la experticia y el recorrido epistémico previo de los autores,

otorgó un lugar a la estructuración de la descripción y el análisis

de esta formación en el caso de México.

Este capítulo presenta los hechos que marcaron de manera

significativa el desarrollo de la profesión y el quehacer del docente

en México desde la independencia hasta finales del siglo XX. Se

resaltan los principales eventos políticos, económicos y sociales

que permearon las Escuelas Normales desde la época en que

surgieron estos institutos de formación de maestros hasta la

reforma, llamada, “Modernización”.

La fundación de Normales después de la

Independencia. Se considera importante señalar que doce años

después de la independencia de México se creó en el país la

Compañía Lancasteriana, comunidad originaria de Inglaterra. Al

año siguiente se fundó la primera Escuela Normal Lancasteriana.

En ese mismo año se creó en Guadalajara la Escuela Normal

Colegio de San José y dos años después (en 1824) comenzó

labores la Escuela Normal de Oaxaca. (Estrada, 1992, p. 5). En

1822 se dio inicio en México a un sistema educativo centrado en

tres departamentos: la enseñanza primaria, la enseñanza de artes y

oficios y la enseñanza normal; destinada esta última a preparar

preceptos de primeras letras con el método lancasteriano

(Jiménez, 1998, p. 39). Ahora bien, se ha de señalar que hacia 1870

empezó a decaer la Normal de fundamento lancasteriano.

Durante el periodo en que las escuelas lancasterianas

fueron tomando fuerza en la formación de los maestros, en

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Chiapas surgió una innovación pedagógica bajo la creación “de un

nuevo método apoyado en el fonetismo [según el cual] se debían

enseñar las letras una primero y otra después, no de manera

simultánea” (Solana, 1982, p. 429).

En 1872 se instituyó por los Espinosa de los Monteros la

Academia de Primera Enseñanza. “Los organizadores de esta

institución educativa se proponían uniformar la enseñanza de la

primera edad” y consideraban la educación como componente

imprescindible de la República, pero inexistente por falta de

maestros capaces e idóneos. (Idea histórica de la fundación de la

Academia de Primera Enseñanza, 1827. Citada por Meneses,

1984, p. 87).

En este recorrido, se ha de reconocer que hacia la década

de los años veinte del siglo XIX se presentó cierta profusión en la

inauguración de escuelas normales: en 1824, el Congreso

Constituyente de Oaxaca creó mediante decreto la Escuela

Normal de Enseñanza; en 1825 se fundó la Escuela Normal de

Zacatecas; en 1928 se establecieron las escuelas normales de “San

Cristóbal de las Casas”, Preparatoria y Normal para Señoritas en

Jalisco y otro plantel en Guadalajara. Dadas las condiciones

poblacionales de la época, se podría decir que a partir de esa

década el surgimiento y el fortalecimiento de las Escuelas

Normales en México derivo en cierta proliferación. En el

siguiente apartado se aborda esta expansión y se resaltan las

instituciones educativas que aportaron de modo significativo en la

formación de los maestros mexicanos.

Crecimiento de las Escuelas Normales durante la

época del Porfiriato. Durante los periodos de 1876 a 1880 y de

1884 a 1910, la economía y la política se regían en México por el

maltrato, los azotes y la muerte: bajo la dictadura de Porfirio Díaz

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se continuaba con la venta y la compra de los seres humanos y el

trabajo forzoso. En esta etapa del Porfiriato, el Estado se hizo

cargo de la educación pública y en ese contexto sobresalió la

escuela modelo de Orizaba reconocida por sus avances

pedagógicos.

Por ese entonces, las Escuelas Normales proliferaron

mediante decretos. Se pueden enumerar, por ejemplo: Escuela

Normal para el ejército en la Ciudad de México (1835), Normal de

Miguel María Rico, diputado al Congreso (1845); La Normal del

Colegio de San Juan de Letrán (1857); Escuela Normal para

Varones y Escuela Normal para Mujeres (1861); Escuela Central

con funciones de normal, creada por el Ayuntamiento (1872);

Escuela Nacional de Profesores de Primarias Elementales, creada

por la comisión de Instrucción Pública del Ayuntamiento (1975); y

Escuela Normal Nocturna de Enseñanza Objetiva (1876)

(Jiménez, 1998, pp. 46-61).

Como se ha señalado, en el balance de creaciones de

normales se destaca la Escuela Normal de Orizaba dado que lideró

su proceso educativo en la formación de los maestros y fue tan

representativa que se consideró como modelo. El programa

comprendía específicos campos del conocimiento constituidos por

las siguientes asignaturas: “moral, español, aritmética, geometría,

dibujo, geografía, historia, ciencias naturales, física, música,

gimnasia, francés e inglés” (Meneses, 1983, p. 320). El calificativo

de modelo derivaba, en parte, de la novedad presentada que

consistía en la aplicación de nuevos procedimientos para la

enseñanza. La educación estuvo centrada en considerar el

contexto que rodeaba al niño y en propiciar que su entorno le

generara motivación e interés para su aprendizaje; además, el

maestro estaría coordinando, corrigiendo y propiciando que

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aumentaran las ideas en los estudiantes, provocaría su atención y

cultivaría el enriquecimiento de su lenguaje.

Aun cuando se generó un gran crecimiento de las Escuelas

Normales a lo largo del siglo –crecimiento derivado, en parte, del

gran esfuerzo realizado por el gobierno de México–, en 1882 la

Comisión de Instrucción Pública presentó ante el Ayuntamiento

de la Ciudad de México los preocupantes resultados de un estudio

acerca del sistema de enseñanza empleado en las escuelas

primarias. Como consecuencia, y con el fin de subsanar las

debilidades en la formación de los maestros, se creó la Academia

de Pedagogía para los docentes en ejercicio.

Los planes y programas de la Escuela Normal para

profesores, articulados desde el sistema pedagógico postulado por

Froebel5, conformaban un curso que duraba cuatro años y tenían

como objetivo fundamental la formación con base en las

necesidades de las escuelas de instrucción primaria a las cuales

asistían niños y niñas de 7 a 14 años de edad y de las escuelas de

párvulos donde asistían niñas y niños de 4 a 7 años (Estrada,

1992, p. 10). Para ingresar a la escuela normal era requisito contar

con los catorce años cumplidos; contar con aptitud y moralidad

reconocida, así como conocimiento de las materias de la educación

primaria. Estos requisitos operaban como un filtro de selección

por el cual no pasaban los hijos de los peones de campo ni los de la

servidumbre.

A continuación se presenta un cuadro en el cual se

comparan los planes de estudios de las Escuelas Normales durante

el Porfiriato con el fin de brindar elementos hacia una

5Friedrich Fröbel, influyó en la formación de los maestros mexicanos. “La concepción del significado de la educación se desprende directamente de la idea de la naturaleza del hombre, expresión de la actividad divina. […] el maestro, representante de la humanidad, se limite a seguir pasivamente la naturaleza, sin preceptos ni dictados y muchos menos, intromisiones. Sólo con dirección” (Meneses, 1983, p. 41).

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comprensión de los enfoques de formación presentados en México

para esa época:

Plan de estudios de las escuelas normales en el periodo del porfiriato

Conform

a-ción de

los

planes

de

estudios

1886 1887 1892 1893 1902 1908 1917

Años de

escolarid

ad

4 años 4 años.

Escuela

Normal

de

Profeso

res

5 años.

Escuela Normal de Profesores

5 años.

Escuela

Normal

de

Profeso

res

4 años 5 años.

Escuela

Normal de

Profesores

5 años.

Escuela

Normal

de

Profesor

es

Asignatu

ras de

formació

n

pedagógi

ca y

didáctica

s

Observ

a-ción

de los

método

s de

enseña

nza

Práctic

a

empíric

a de los

medios

de

enseña

nza

Primer

y

segund

o curso

de

pedago

gía y

psicolo

gía

Práctic

a de la

enseña

nza

Observa

-ción de

los

método

de

enseñan

za

Práctica

empíric

a de los

método

s de

enseñan

za

Psicolo

gía,

moral,

metodol

o-gía

sistema

Froebel

Metodo

lo-gía,

organiz

a-ción y

discipli

na

escolare

s,

historia

La

disciplina

y la

metodolo-

gía de la

enseñanza

de las

diferentes

asignatura

s

Observacio

nes en la

enseñanza

Pedagogía

general y

metodolo-

gías

especiales

Organiza-

ción

escolar

Disciplina

e historia

de la

pedagogía

Práctica de

Observ

a-ciones

de la

enseñan

-za

Enseña

n-za en

la

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Pedago

gía

general,

metodol

o-gía

general

Práctica

de

enseñan

-za y

direcció

n de la

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Organi

za-ción

escolar,

discipli

na e

Observa-

ción de

los

métodos

de

enseñanza

Prácticas

empíricas

de los

métodos

de

enseñan-

za

Psicolo-

gía,

lógica,

moral,

metodolo

gía,

sistema

Froebel

Metodolo

gía,

organiza-

ción y

disciplina

escolar,

En tercer

año inician

la

formación

pedagógi-

ca con:

Elementos

de

psicología

y

metodolo-

gía general

Práctica en

la

enseñanza

en la

escuela

primaria

Organiza-

ción

pedagógi-

ca,

disciplina,

administra

ción y

legislación

escolar

Conferen-

cias sobre

historia de

la

En

segundo

año

inician

la

formació

n

pedagóg

ica con:

Element

os de

psicolog

ía

pedagóg

ica

Observa

-ción y

práctica

de la

enseñan

za

Psicolog

ía

Ciencias

de la

educació

n

Página 37 de 102

Organi

za-ción

y

discipli

na

escolar

Histori

a de la

pedago

gía

de la

pedago

gía,

práctica

de los

método

s

la

enseñanza

y dirección

de la

escuela

historia

de la

pedago

gía

Historia

de la

pedago-

gía,

práctica

pedagogía

Organiz

a-ción,

administ

ra-ción y

legislaci

ón

escolar

Historia

de la

educació

n

Metodol

o-gía

especial

Observa

-ción y

práctica

de la

enseñan

za

Elaborado a partir de la información presentada en el documento “La formación

de maestros en México. Evolución y contexto social”. Estrada, P. (1992, p. 11-

17).

Los planes de estudios se caracterizaban por la

importancia otorgada a la práctica de la enseñanza y a la

observación; asimismo, se disponía que los normalistas

observaran y practicaran en las escuelas anexas desde el

primer semestre hasta el último. Sin embargo, en 1908 y

1917 la prioridad en los planes de estudios se centró en

el manejo de las asignaturas de la básica primaria; de

este modo, se dejaron las pedagógicas para el segundo y

tercer años. Los planes de estudio incluían, además,

metodología, organización y disciplina escolares e

historia de la pedagogía.

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Durante el gobierno de Porfirio Díaz, Enrique

Rébsamen (1857-1904) contribuyó al modelo al fundar

una academia Normal y al desarrollar cursos de

perfeccionamiento. Para 1885 diseñó “un plan

sistemático en los programas de la ciencia pedagógica,

que comprendía tres grandes áreas: la pedagogía general

o filosófica, la pedagogía histórica y la pedagogía

práctica o aplicada” (Solana, 1981, p. 431). Estas

reformas provocaron para ese entonces dos perfiles de

docentes: por un lado, el docente dependiente y carente

de iniciativas para reflexionar acerca de su quehacer

pedagógico y, por otro, un docente con visión más global

y con compromiso transformador de la comunidad.

Rébsamen, promotor de educación y formador de

docentes, señaló en su momento que la “enseñanza debe

basarse en los intereses infantiles, y la labor del maestro

consiste en guiar al niño e inducirlo a descubrir el

mundo por sí mismo. El maestro ha de esforzarse por

enseñar en forma atractiva, con claridad, precisión y

firmeza. La enseñanza sea sólida, planificada con método

adecuado para facilitar la relación de las distintas

asignaturas entre sí y la disciplina externa con la

formación de hábitos de conducta duradera” (Arias y

Martínez, 1966: 16; citado por Meneses, 1983, p. 323).

Se ha de mencionar que, además de Rébsamen, en

la educación mexicana para la época sobresalieron

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intelectuales que lideraron el sistema educativo mediante

aportes en la pedagogía y en la formación docente: Justo

Sierra, Torres Quintero, Joaquín Baranda, Ignacio

Manuel Altamirano y José Vasconcelos, entre otros. Sin

embargo, se ha de reconocer que, más allá de los aportes

que tales intelectuales propusieron, la formación en las

Escuelas Normales mexicanas, en gran medida, estaba

fundamentada por los aportes teóricos de Comenio,

Pestalozzi y Froebel.

Para inicios del siglo XX se registraron algunos

cambios y fuerzas diversas en el gabinete durante el

mandato de presidente Porfirio Díaz. Una de las

reestructuraciones generada consistió en la del

Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. La

Instrucción Pública tuvo a su cargo la regulación del

sistema educativo; se creó, así, la Dirección General de

Enseñanza Normal y se nombró a Rébsamen como su

director. Con el fallecimiento de Rébsamen en 1904

asumió la dirección Alberto Correa, quien hizo realidad

la publicación de la revista “La enseñanza normal”; allí se

recogieron las experiencias normalistas y se divulgaron

los conocimientos técnico-pedagógicos del momento,

fundamentados por la influencia de Rouseeau y

Pestalozzi. Este enfoque fomentaba la realización de los

estudios en contacto con la naturaleza por medio de

paseos escolares (Jiménez, 1998, p. 206).

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Entre los aspectos que se pueden destacar del

régimen porfirista está el relacionado con los avances en

la educación normal; en especial en los aspectos técnico-

pedagógico, en lo legislativo y en los materiales. Aún,

bajo el apoyo político brindado por Justo Sierra6 a la

educación normalista, el dictador continuaba negando al

profesional de la enseñanza un sueldo decoroso y la

valoración social que merecía.

Durante el periodo comprendido entre 1911 y

1920 la formación docente se caracterizó por vincular la

teoría y la práctica, con este enfoque se pretendía

alcanzar los avances en las ciencias pedagógicas; sin

embargo, tales iniciativas se fueron desvaneciendo por

los cambios socio-históricos vividos por el país. En 1910

emergió el nuevo paradigma revolucionario que, de

manera inmediata, trató de convertirse en leyes (la

Constitución, la Ley Agraria, la del Trabajo) y en

Instituciones (PNR, CROM), pero las disputas entre los

liderazgos y los asesinatos prevalecieron (Carranza,

Obregón, Villa, Zapata). Los intentos de revertir la

revolución no prosperaron (alzamiento de Félix Díaz, la

6Justo Sierra se reconoce como promotor de la fundación de la Universidad Nacional de México, hoy Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se le conoce también como "Maestro de América" por el título que le otorgaron varias universidades de América Latina. Propugnó por la autonomía de los Jardines de Niños, el progreso del magisterio y, a nivel superior, por la reorganización de las carreras de Medicina, Jurisprudencia, Ingeniería, Bellas artes y Música, así como la promoción de la Arqueología, de un sistema de universidades en provincia, de una universidad para maestros, el otorgamiento de desayunos escolares y un sistema de becas para los alumnos destacados. Se esforzó porque el método educativo a aplicar enseñara a pensar y no a memorizar. "Es la educación" decía "la que genera mejores condiciones de justicia; educar evita la necesidad de castigar" (1983, p. 45).

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invasión de los Estados Unidos y el golpe militar de

Huerta) (Arnaut, 2004, p. 23).

Las Escuelas Normales rurales durante la

Revolución Mexicana. Durante las primeras décadas

del siglo XX, la situación política, ideológica y

económica en México era muy crítica debido, entre otros

factores, al reciente movimiento armado de (1910-1920),

a los resabios del pensamiento porfirista y a la influencia

ideológica del clero, así como a la lucha política entre

diversos grupos conservadores que aspiraban al poder.

Se mantenía, en fin de cuentas, al país en una

indefinición nacional. Por otro lado, el antagonismo de

las clases, que comenzaba a manifestarse como

consecuencia de las bajas condiciones de vida de los

obreros en diferentes ramas de la producción, se sumó al

descuido de la vida rural e indígena en los renglones

económico y cultural. Sin embargo, en el año de 1922 se

abrió una nueva etapa en la historia de la educación

normal mexicana: la época de la creación de las escuelas

normales rurales.

La educación normal, según documentos de la

Secretaria de Educación Pública, se fundó con la más

moderna orientación educativa de la época: la escuela

activa. Por esta razón, las escuelas se encontraban

dotadas de talleres y campos de cultivo para que los

estudiantes, futuros maestros, tuvieran las herramientas

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y los conocimientos necesarios acerca de las actividades

industriales y agrícolas. También se contaba con

escuelas anexas para la observación y la práctica de los

alumnos, lo cual les permitió acceder a una formación

eminentemente práctica y vinculada a la vida cotidiana

de las comunidades.

Los objetivos y contenidos de los cursos

programáticos se definieron por realizar en el primer

trimestre estudios y prácticas centradas a la satisfacción

de dos fines: “Completar la enseñanza que los alumnos

recibían antes de su ingreso a la Escuela Normal. La

adquisición de aptitudes de carácter pre-vocacional. Este

curso era más que nada introductorio y de carácter

propedéutico con el fin de dar los elementos técnicos y

generales que permitieran a los estudiantes comprender

de mejor manera el curso profesional, ya que el

antecedente de la educación normal era la instrucción

primaria elemental” (Estrada, 1992, p. 18).

La importancia, de acuerdo con la filosofía

predominante en la época, recaía sobre las materias de

tipo técnico y productivo, pues se pretendía, además de

cultivar al espíritu, dar elementos para el desarrollo de la

producción de satisfactores y elevar el nivel de vida de

las zonas rurales. El número de horas destinadas a cada

materia manifestaba, de manera clara, esta coherencia

entre la teoría y la práctica.

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El plan de estudios careció de materias enfocadas

hacia el conocimiento del educando, como psicología,

sociología, didáctica, etc. También fue notoria la

ausencia de materias de reflexión como lógica y filosofía.

Solamente en el tercer curso de profesional (cuarto

semestre), aparecía la materia de nociones de psicología

y organización escolar práctica de la enseñanza que se

diluía y confundía debido a que confluían tres materias

en una.

Los programas de las escuelas normales rurales

contemplaban dos años para sus estudios, mientras que

las urbanas (Escuelas Nacional de Maestros) eran de tres

años.

Empero, en el Distrito Federal, el 13 de abril de

1917, el primer jefe del Ejército Constitucionalista,

Venustiano Carranza, “suprimió la Secretaria de

Instrucción Pública y Bellas Artes. Ante esa

circunstancia, las escuelas normales de la capital pasaron

a depender del gobierno del D.F. […] Al año siguiente

el normalismo sufrió su primer gran descalabro. La

Normal de Profesores fue privada de su edificio de

Popotla, que poco después albergó al Colegio Militar”

(Jiménez, 1992, p. 279).

Cabe señalar a la Normal de Profesores, fundada el

24 de febrero de 1887, como una de las instituciones más

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representativa. Sus principios teórico-pedagógicos

fueron delineados por el ministro de Instrucción Pública,

Joaquín Baranda, quien durante su fundación expresó las

expectativas en relación con la educación normalista

impartida en la Norma de Profesores:

Criticaba, con los liberales, el tipo de

educación de la época, afirmando que los niños en

las escuelas eran verdaderos prisioneros

condenados a estar inmóviles varias horas en

perjuicio de sus facultades físicas y fatigando las

morales con el aprendizaje de reglas y preceptos

que no estaban a su alcance, de allí su resistencia a

asistir a la escuela. Con el método moderno la

escuela los desarrolla, los divierte, los instruye, se

aficionan a ella, y la educación simultánea, bajo sus

tres formas, intelectual, moral y física se hace

agradable, benéfica y viril (El Siglo XIX, 25 de

febrero de 1887; citado por Jiménez, 1992, p. 88).

Otro de los eventos significativos por destacar

para el campo de la educación y, de modo muy

particular, para el magisterio consistió en la creación de

la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921. Este

hecho reformó y unificó programas como un proyecto

nacional para todo el país; propició, además, un

intercambio de derechos y obligaciones entre la SEP y el

gremio de los docentes.

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Durante ese periodo, en 1926, el plan de estudios

de las normales rurales se unificó. Se buscaba con ello

que el docente ayudara en la zona rural a que reflejara y

contribuyera con la vida cotidiana; por esa razón, se

pensó que lo más importante para la enseñanza estaba en

las relaciones sociales, es decir, las relaciones entre el

niño y el hombre. Las reformas implementadas en esta

época correspondieron a la formación de los maestros

rurales: ellos no habían sido formado en escuelas

normales sino que habían sido elegidos entre las

personas que, al saber leer y escribir, daban muestra de

su espíritu comunitario. Por demás, las reformas

estuvieron centradas en moldear a las generaciones,

servir a la patria con la recompensa de sentir satisfacción

del deber cumplido (De Ibarrola, 1998).

La educación socialista y el nuevo enfoque de

las Escuelas Normales en el período de Lázaro

Cárdenas. Durante el mandato de Lázaro Cárdenas

(1934-1940), la escuela normal cumplió con un papel

social muy importante: los profesores fungieron como

promotores de la reforma agraria y la organización de

los ejidos. La escuela estableció un vínculo muy estrecho

con la comunidad. Los maestros, por sus ceñidas

relaciones con las comunidades, lograron conocer los

problemas sociales más relevantes que redundó en una

mejor relación entre la escuela y la comunidad; se

Página 46 de 102

estableció un vínculo entre escuela con producción, las

organizaciones populares y la lucha social de la época.

En ese ámbito, Lázaro Cárdenas se preocupó por:

[…] la constitución de un pensamiento

nacionalista democrático, fundado en los avances

del socialismo científico, materializado en la

revolución rusa; por este enfoque resurge el

enfrentamiento con el clero […] En el renglón de

la economía, se inició el proceso de nacionalización

de las empresas petroleras y ferrocarriles, se

estableció el sistema financiero con la fundación

del Banco de México y las instituciones nacionales

de crédito agrícola, industrial y de servicios

públicos y se dio el impulso a la Reforma Agraria

[…] La política económica con matiz socializante,

permitió sin embargo que siguiera existiendo la

propiedad privada y la acumulación de capital,

principalmente en las ramas de la industria, el

comercio y las finanzas (Estrada, 1993, p. 28).

Durante ese periodo también se presentó un nuevo

plan de estudios para la Escuela Nacional de Maestros.

En 1939 se realizó una reforma a la constitución

que repercutiría hondamente en el proceso de formación

de docentes. El Artículo tercero de la constitución

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nacional vigente por ese entonces se planteó a partir de

entonces en los siguientes términos:

La educación que imparta el Estado será

socialista, además de excluir toda doctrina religiosa

combatirá el fanatismo y los prejuicios para lo cual

la escuela organizará sus enseñanzas y actividades

en forma que permita crear en la juventud un

concepto racional y exacto del universo de la vida.

Sólo el Estado-Federación, Estados y

municipios impartirán educación primaria,

secundaria y normal. Podrán concederse

autorizaciones a los particulares que deseen

impartir en cualquiera de los tres grados anteriores,

de acuerdo en todo caso con las siguientes normas:

I. Las actividades y enseñanzas de los

planteles particulares deberán ajustarse, a los

preceptos de éste artículo […]

II. La formación de planes, programas y

métodos de enseñanza, corresponderá en todo caso

al Estado.

III. No podrán funcionar los planteles

particulares sin haber obtenido previamente, en

cada caso, la autorización expresa del poder público.

IV. […] La educación primaria será

obligatoria y el Estado la impartirá gratuitamente.

Página 48 de 102

El Estado podrá retirar el reconocimiento y validez

oficial a los estudios hechos en planteles

particulares (Estrada, 1993, p. 32-33).

Durante el período, para los maestros en

formación las prácticas pedagógicas se realizaban

solamente en los dos últimos años del plan de estudios.

Durante sus ciclos, los estudiantes recibían formación en

las diversas disciplinas correspondiente a la educación

primaria; sin embargo, la formación pedagógica era

impartida a partir del cuarto año y se enfocaba hacia el

dominio de las técnicas de la enseñanza.

Un primer balance a las épocas revisadas permite

señalar que la educación se orientaba hacia la enseñanza

de los saberes; saberes concernientes al plan de estudios

de la educación básica primaria y preescolar.

El final de la educación socialista y un nuevo

enfoque de formación de maestros, periodo de Ávila

Camacho (1940-1946). Debido al cambio de gobierno

en 1940, la educación socialista comenzó a descender

paulatinamente hasta desaparecer. Ávila Camacho, como

presidente de México, enfocó su política educativa hacia

la satisfacción de los requerimientos del sistema

productivo industrial; ello implicó un olvido por la

problemática rural y el destierro de la educación

socialista.

Página 49 de 102

En su primer año de gobierno, se hizo el intento

de cambiar el Artículo Tercero de la Constitución

mexicana, pero los maestros no lo permitieron. Ante la

oposición del magisterio, el presidente transfirió su

poder político mediante la Ley Orgánica de Educación

Pública. Finalmente, el Artículo Tercero Constitucional

sería reformulado en 1945: los lineamientos de la

educación ya no tomaron en cuenta la existencia de una

sociedad dividida en clases sino se tomó como modelo de

una sociedad irreal donde no existían tales

contradicciones; es decir, ajustada a dar respuesta al

desarrollo económico que emprendía México para ese

período; época que, de igual forma, representaba

desigualdades sociales.

Para contrarrestar la influencia de los profesores

socialistas y justificar el cambio de lineamientos en la

educación, en el país se efectuó una expansión del

sistema escolar. Así se inició una campaña de

alfabetización y un programa nacional de construcción

de escuelas (Estrada, 1992, p. 37).

El cambio señalado hizo evidente cómo la

educación presentada como un campo ideológico

“imparcial” se pone, entonces, al servicio de la clase

dominante; en especial cuando se perfiló, en ese caso,

para el desarrollo ideológico de la libre empresa. La

educación pasó de ser un medio para el desarrollo y

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mejoramiento de la clase desposeída a un medio de

promoción individual para la sobrevivencia y la

preparación de fuerza de trabajo para la industria.

En 1943 se constituyó el Sindicato Nacional de

Trabajadores de la Educación (SNTE); sin embargo, la

línea que siguió esta organización fue la del abandono de

la educación al servicio del pueblo pues sus dirigentes

guiaron al magisterio nacional hacia un

desencadenamiento de luchas por reivindicaciones

económicas y materiales.

Durante esta época, un suceso importante en el

proceso de formación de los maestros mexicanos puede

señalarse. Las políticas y reformas educativas que se

originaron en la década de los años cuarenta brindaron

soluciones temporales. La noción de profesionalizar a los

docentes se relacionó básicamente con la producción de

cambios y de mejoras en el plano laboral en los

diferentes niveles educativos. Para esto se organizaron,

desde entonces, cursos de capacitación para los docentes,

se adecuaron bibliotecas y talleres para elaborar

materiales didácticos específicos (Arnaut, 1998).

La SEP asumió una posición flexible, al delegar a

las escuelas normales la formación y la

profesionalización docente mediante la creación de otros

tipos de escuelas. Posteriormente, esta reforma educativa

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propició una diversidad de programas que impedían la

unidad nacional en las escuelas normales.

1959–1969, una década representativa en la

política educativa mexicana. Durante este decenio, la

historia de la economía mexicana estuvo caracterizada

por el desarrollo industrial y, en especial, por el ingreso

del capital extranjero. Tal dependencia propició una

acelerada devaluación de la moneda nacional. La

economía fue liderada por la hegemonía en sus

gobernantes y la educación estuvo supeditada a los

lineamientos sugeridos por la Unesco por medio del

Consejo Nacional Técnico de la Educación (CNTE). La

filosofía a través de la cual se planeaba la educación en

México y América Latina respondía a las necesidades del

imperialismo norteamericano que, después de la Segunda

Guerra Mundial, extendió sus redes por toda América y

gran parte del mundo occidental y oriental.

De otra parte, en relación con la devaluación de su

moneda nacional y la autonomía relativa que se

presentaba en las universidades, en México se generaron

movilizaciones políticas en el sector obrero y estudiantil,

así como de profesores y gremios organizados. Toda esta

serie de movimientos políticos demostraban la

inconformidad con la situación económica y social que

vivía la población. Pero todo acabó con la matanza de

Tlatelolco donde el imperialismo demostró su poderío

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sobre México y el mundo. La política educativa

mexicana estuvo desde 1941 soportada por un enfoque

democrático, por diferentes ideologías, clases sociales y

creencias.

En esa década la organización del sistema

educativo estuvo organizada para dar así respaldo al

desarrollo industrial que vivía México, se catalogó como

una educación democrática, proyectada hacia la igualdad

de oportunidades y el otorgamiento de las posibilidades

de desarrollo en relación con la movilidad social que se

vivía en ese entonces; sin embargo, esto respondía a la

teoría del capital humano.

Ante estas exigencias económicas y sociales,

México formaba ciudadanos que se integraran con las

dinámicas de la producción del momento; fue tanto el

esfuerzo dedicado por el Estado a tal tendencia que este

modelo social se fue consolidando desde las escuelas. De

ahí que se llevaron a cabo cambios en los planes de

estudios tanto en el sistema educativo como en la

formación de los docentes.

En julio de 1959, durante la Segunda Asamblea

Nacional Plenaria para la Formación Pedagógica se

definieron los criterios sobre los que se elaborarían los

planes de estudios y los programas de educación normal.

La fundamentación filosófica y legal se hizo a partir del

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texto del Artículo Tercero de la Constitución y de la Ley

Orgánica de la Educación. Los planes y Programas que

propuso la Unesco, en conjunto con el Consejo Nacional

Técnico de la Educación, durante tal Asamblea quedaron

establecidos de la siguiente forma:

Plan de estudios para la Escuela Normal Primaria 1959

Primer año Segundo año Tercer año

I Semestre

Psicología

general

II Semestre

Observación

escolar

I Semestre

Didáctica general

Psicología de la educación

II Semestre

Educación para la salud

Técnica de la enseñanza y

práctica escolar, taller de

material y recursos didácticos y

prácticas agropecuarias

I Semestre

Historia general de la educación

Legislación, organización y

administración escolar

II Semestre

Historia de la educación en

México

Conocimiento del educando y

psicotécnica escolar

Técnica de la enseñanza y

práctica escolar, taller de material

y recursos didácticos y prácticas

agropecuarias

Elaborado a partir de la información presentada en el documento “La formación

de maestros en México. Evolución y contexto social”. Estrada, P. (1992, p. 52).

En la década de los años sesenta los currículos se

centraron en la construcción conceptual enfocada en la

ciencia y el rigor académico. “Para 1964 se registraron

166 escuelas normales en lo que constituye todo un

sistema de enseñanza normal: Escuela Nacional de

Maestros, Escuela Nacional de Educadoras, Centros

Normales Regionales, Escuelas Normales Rurales, y

Escuelas Normales Particulares Incorporadas; de ellas

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son 38 federales, 41 estatales y 87 particulares”

(Meneses, 1988; citado por Ibarrola, 1998, p. 247). De

esta forma se cerró una década y los grandes intentos

por cualificar la labor del maestro.

Los planes de estudios estaban orientados por un

enfoque pragmático y eficientista, soportado por la

psicología conductista, como base del aprendizaje, y por

el positivismo de las ciencias sociales; se consideraba así

la medición, la observación y la experimentación como

medios para la construcción del conocimiento.

En 1969 se llevó a cabo el IV Congreso Nacional

de Educación Normal, cuyas conclusiones fueron

aprobadas, en un primer momento, por el Consejo

Nacional Técnico de la Educación7. En tal evento

académico se tomaron decisiones acerca de las políticas

educativas en consonancia con el desarrollo económico y

político que se vivía en el país.

7Las conclusiones de este congreso se resumen con las siguientes recomendaciones: Objetivo general. Formar maestros de educación primaria, preparados en los diversos aspectos que exigen su ejercicio profesional. Objetivos específicos. Que los futuros maestros adquieran una amplia cultura general que les permita satisfacer las necesidades educativas de los alumnos. Que logren un efectivo dominio de las materias de la enseñanza primaria. Que adquieran la formación filosófica que les permita comprender el mundo físico y las relaciones del hombre con él y logren asimismo normas éticas socialmente constructivistas. Que logren un adecuado conocimiento del sujeto de la educación, para que puedan comprender la conducta de los escolares y encausar adecuadamente el desenvolvimiento de su personalidad. Que adquieran los conocimientos científicos pedagógicos y habilidades técnicas adecuadas para el ejercicio de la docencia en la escuela primaria. Que adquieran una formación social que les facilite comprender la estructura sociológica e institucional de la comunidad y las relaciones entre esta y la escuela para que estén en posibilidad de entender las tareas de desarrollo local con sentido de integración nacional e internacional (Estrada, 1992, p. 51).

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Durante dicha década, la docencia se concibió

desde la aplicación de técnicas para el ejercicio de la

docencia, más no como un conjunto de conocimientos

epistemológicos que le brindara un sentido profesional al

quehacer del docente en el campo de la educación.

Además, la educación, en general, establecía entre sus

propósitos formar no tanto hacia lo local sino, también,

desde perspectivas de lo nacional e internacional. En tal

sentido, para este mismo período, y con el propósito de

dar respuesta a la interacción de México con el mundo,

la educación normal se amplió a cuatro años para que la

formación de los maestros fuese llevada a cabo con

mayor profundidad y calidad; esta ampliación fue

llamada ciclo profesional de enseñanza8.

La reforma en el plan de estudio se puede

sintetizar en la siguiente tabla:

Plan de estudios para la Escuela Normal Primaria 1969

(Reestructurado)

Primer año Segundo Año Tercer año Cuarto año

I Semestre

Psicología

III Semestre

Psicología

V Semestre

Psicología del

VII Semestre

Medición y evaluación

8Respecto de la ampliación del ciclo profesional de enseñanza normal a cuatro años, el Consejo Nacional Técnico de la Educación señaló: Que es evidente el bajo rendimiento de la función docente en la escuela primaria, atribuible en gran proporción a deficiencia en la preparación profesional de los maestros. Que el tiempo destinado a los estudios es insuficiente para cubrir las necesidades de una más completa formación profesional del maestro, como lo muestran los estudios que sobre el currículum de la carrera. […] (Ferreiro, 2001, p. 26).

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general I

Ciencia de la

Educación I

Didáctica

general I

II Semestre

Psicología

general I

Ciencia de la

Educación II

Didáctica

general II

infantil I

Didáctica

especial y

práctica

docente I

IV Semestre

Psicología

infantil II

Didáctica

especial y

práctica

docente II

aprendizaje I

Didáctica

especial y

práctica docente

III

VI Semestre

Psicología del

aprendizaje II

Didáctica

especial y

práctica docente

IV

Pedagógicas

Didáctica especial y práctica

docente V

Seminario de legislación,

organización y

administración escolar en las

escuelas normales rurales y

centros regionales

VIII Semestre

Seminario de dinámica de

grupos

Práctica docente y

elaboración del informe

recepcional de la enseñanza

en la escuela unitaria

Elaborada a partir de la información presentada en el documento “La formación

de maestros en México. Evolución y contexto social”. Estrada (1992, p. 57-58).

Nuevas Reformas del Plan de Estudios para la

Educación Normal (1970-1984). En 1972 se celebró en

la Ciudad de México la Asamblea Nacional de Educación

Normal. Allí se aprobaron nuevos planes y programas

para que los alumnos realizaran simultáneamente los

estudios de bachillerato y los específicos de la formación

docente en las normales básicas. Se propuso, para un

cambio del plan de 1969, un plan en transición, que

consistió en el plan de estudios del 72.

Reforma del plan de estudios planteada en 1972:

en agosto de 1975 se modificó del plan de estudios de

1972. Los nuevos objetivos planteados pretendían que

los egresados reunieran las siguientes características:

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Obtengan la formación pedagógica para

conducir, eficazmente el proceso de enseñanza

aprendizaje hacia los objetivos de la educación

primaria.

Conozcan al educando para guiar el

desenvolvimiento de su personalidad.

Comprendan y analicen, científicamente, los

fenómenos sociales con un concepto claro sobre el

mundo y la vida, su realidad y su proyección futura.

Adquieran la preparación que les permita

dominar los contenidos de las áreas de aprendizaje

de la educación primaria, sus fundamentos

psicopedagógicos, conocimientos científicos y

humanísticos, delineados en los programas y libros

de texto.

Logren un sólido conocimiento del hombre para

comprender los móviles de su conducta y los

mecanismos que operan en el proceso de

aprendizaje.

Adquieran la capacidad para evaluar el

aprendizaje de niños, adolescentes y adultos que

cursen la educación primaria en todas sus

modalidades (Estrada, 1992, pp. 62-64).

En cuanto a los programas se propuso el diseño

por objetivos: consideración de objetivos específicos,

experiencias didácticas y referencias documentales

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accesibles; se pretendía, además, la inclusión de

didácticas de las asignaturas que se imparten en la

educación primaria e igualmente técnicas de enseñanza-

aprendizaje relacionadas con niños, adolescentes y

adultos; se procuraba, asimismo, que los maestros en

formación recibieran acompañamiento durante la

aplicación de las estrategias en las escuelas anexas, que

se realizaran experiencias pedagógicas con grupos

pilotos para ir aplicando el plan actual antes de realizar

la reestructuración y que se elaboraran, editaran y

distribuyeran textos gratuitos para la educación normal

(Estrada, 1992, p. 65).

Reestructuración del Plan 75: en el año de 1978 se

reformó el plan de estudios de 1975; para ello se

estableció el nombre de “Plan de Estudios de 1975

Reestructurado”. Como pretexto se tomaron la falta de

planeación y el desfasamiento entre oferta y demanda

que presentaba la educación normal. Además, existía un

déficit de maestros de educación preescolar y un

aumento de docentes de primaria; a su vez, para la

educación secundaria se presentaba una desinformación

relacionada con las necesidades de educadores por

especialidad y aplicaciones simultáneas de diversos

planes de estudios.

Para el año de 1984, mediante el Acuerdo 22, la

educación normal se transformó en educación superior.

Página 59 de 102

Condición establecida durante la presidencia de Miguel

de la Madrid.

Durante la década de los años setenta se llevaron a

cabo tres reformas enfocadas en: las didácticas

especiales, los seminarios sobre administración y

legislación educativa y la práctica docente. En los

currículos de formación docente la noción de práctica

profesional cambió por práctica docente. Se consideraba

que para entender la práctica se debe partir del objeto-

teoría. Surgió la corriente de la tecnología educativa, con

lo cual se ocasionó un alejamiento entre el docente, los

contenidos y el alumno. Este enfoque propició en las

normales dispersión y confusión en la enseñanza. Como

conclusión de este ciclo, se puede decir que de acuerdo

con las reestructuraciones constantes que presentaban

los planes de estudios, la formación didáctica sufrió un

deterioro. El maestro aprendía por ensayo y error;

durante su formación careció de preparación y de

ejercicios previos para enfrentar las problemáticas en el

aula dentro un contexto real.

Reformas educativas en las normales: camino

hacia la educación superior, período 1984-1999. En

1984 se reformó la educación normal básica a

licenciatura.

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… la reforma de 1984 pretendía dar respuesta a las

presiones profesionales, laborales y sindicales de los

maestros […] el cambio efectuado se limitó al

currículum: se incrementaron los años de estudio,

se exigió el bachillerato como antecedente de

ingreso a la escuela normal, se organizó el plan de

estudios en torno a las disciplinas que conforman el

campo de las ciencias de la educación y se incorporó

la investigación como un recurso fundamental para

comprender, innovar y criticar la práctica educativa

y docente (Mercado, 2005, p. 51).

Esta reforma no brindó resultados impactantes en

el quehacer del docente frente a las aulas. Como

consecuencia, se elaboró un nuevo plan para la

formación docente en 1997.

Un cambio trascendental para la educación

mexicana se dio mediante el Acuerdo Nacional para la

Modernización de la Educación Básica y Normal

(ANMEB), el 17 de mayo de 1993. El Acuerdo se

sustentó en “la Constitución General de la República y

por la Ley Federal de Educación, el Gobierno Federal y

los gobiernos de las entidades federativas de la

República celebran […] convenios para concretar sus

respectivas responsabilidades en la conducción y

operación del sistema de educación básica y de educación

normal” (ANMEB, 1993).

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En el documento citado se resalta la gran

preocupación por corregir el centralismo y la burocracia

del sistema educativo9. En consecuencia, se generaron

específicas reformas educativas: “se federalizó la

enseñanza básica, se modificó el artículo tercero

constitucional y se promulgó la nueva Ley General de

Educación, se reestructuraron los planes y programas de

estudios de los nuevos libros de textos gratuitos, se

estableció la carrera magisterial, se crearon los consejos

de participación social y se promovieron otras

innovaciones” (Latapí, 1996, p.11).

Otro acontecimiento, relevante para el Sindicato

de Maestros, se dio en 1998 cuando se inauguró la

Universidad Pedagógica Nacional10. “…los programas

ofrecidos estaban centrados en la nivelación, es decir, en

ofrecer a los maestros en ejercicio las oportunidades

necesarias para obtener el grado de licenciatura

mediante programas semiescolarizados o abiertos, en

concordancia con los ofrecidos en épocas anteriores por

el IFCM” (Ibarrola, 1998, p. 261).

Plan de estudios de la Escuela Normal Superior de

México, 1999.

9 “… el Ejecutivo Federal traspasa y el respectivo gobierno estatal recibe, los establecimientos escolares con todos los elementos de carácter técnico y administrativo, derechos y obligaciones, bienes muebles e inmuebles, con los que la Secretaría de Educación Pública venía prestando, en el estado respectivo, hasta esta fecha, los servicios educativos mencionados, así como los recursos financieros utilizados en su operación…” (ANMEB, 1993). 10Organismo descentralizado de la Secretaria de Educación Pública pensado para dar respuestas a las demandas del sindicato de maestros.

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La reforma curricular en la Educación Normal,

Plan 97, se inscribió en el “Programa para la

Transformación y el Fortalecimiento Académico de las

Escuelas Normales” (PTFAEN). En el aspecto

curricular, este programa comprendía “…la elaboración

de nuevos planes y programas de estudio para las

diversas modalidades de formación de maestros de

educación básica en el nivel licenciatura […] la

producción y la distribución de materiales de enseñanza

y estudio que corresponden al desarrollo de los nuevos

programas” (SEP, 1997, p. 23).

En 1999, se presentó ante los directores y

subdirectores de las normales superiores del país el Plan

de Estudios de la Licenciatura en Educación Secundaria

que entró en vigor en septiembre del mismo año. En su

momento se dieron a conocer las motivaciones que

propiciaron esta propuesta que se enfocaba,

principalmente, hacia la construcción un nuevo perfil

profesional de los docentes. El Plan se estructuró, entre

otros aspectos, a partir del perfil de egresado –como

elemento principal– y de los lineamientos curriculares

que regulan los contenidos –organizado por asignaturas

y en una secuencia en que se presentan asignatura pre-

requisitos de otras–.

Esta reforma marcó una gran diferencia respecto

de las anteriores. Propuso dejar a un lado la función de

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informar al educando y centró el proceso educativo en el

desarrollo de competencias, capacidades, habilidades,

actitudes y hábitos. Este enfoque buscó cambiar el perfil

de maestro enciclopedista por el facilitador para la

construcción de nuevos saberes por el educando; es

decir, se subscribió en el enfoque de la pedagogía

constructivista. Se pretendía, gracias a la

implementación de este currículum, la generación de un

docente reflexivo e innovador en su práctica pedagógica.

Las características del plan de estudios “Reforma

99”, se definen de la siguiente manera:

En México la educación básica, de acuerdo al

artículo tercero de la Constitución y a la Ley

General de Educación, es nacional por

contribuir a la formación de la identidad de

los mexicanos y es un medio para promover

la igualdad de oportunidades a través del

acceso a la cultura y a las competencias que

permitan participar en la vida social.

En la propuesta curricular para la formación

de los maestros se considera relevante la

observación y la práctica educativa en las

escuelas secundarias, pretendiendo el

conocimiento sistemático y gradual de las

situaciones, problemas y exigencias de las

realidades educativas. De este modo, la

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formación no sólo se llevaría al ámbito de la

normal, sino al terreno de la escuela

secundaria.

Las teorías psicológicas, pedagógicas y

sociológicas son elementos centrales que le

brindan un gran significado a las dinámicas

educativas, sólo si los estudiantes

comprenden el sentido de una teoría y su

relación con su contexto para analizar las

realidades. Propiciando así contrastar y

valorar enfoques teóricos que estimulen la

capacidad para actuar creativamente como

educadores.

Entre las finalidades de las diversas

actividades formativas en la normal es

fomentar el interés por la investigación

científica, introducir a los estudiantes en las

distintas nociones y prácticas que

caracterizan el pensamiento científico, lograr

que sean usuarios analíticos y críticos de los

productos de investigación y habituarlos a

que apliquen los criterios e instrumentos de

la indagación científica.

Durante su proceso de formación se prepara

a los estudiantes normalistas para que

reconozcan y atiendan las diferencias

individuales de los estudiantes y para actuar

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a favor de la equidad de los resultados

educativos.

En la formación integral del maestro es

indispensable el aprendizaje de una segunda

lengua y de una lengua indígena, el uso de las

computadoras y de las redes de acceso a

información, y el fomento de actividades de

expresión artística y deportiva.

El maestro formado en este plan de estudios

estará inmerso en un ambiente donde se ha

generalizado los recursos tecnológicos y los

medios de información en el aula (video,

computadoras, redes de comunicación y

acceso a bancos de información), los

estudiantes conocerán la naturaleza y los

alcances de estos medios educativos y

valorarán su importancia y las formas más

apropiadas para utilizarlos.

La formación de los futuros maestros, en los

términos planteados por el perfil de egreso,

exige que las experiencias de aprendizaje que

los estudiantes logran en distintas

asignaturas y actividades se integren entre sí,

construyendo una estructura cultural y de

saberes profesionales internamente

coherente” (Plan de estudios 1999.

Documentos básicos. SEP, 2006, pp. 18-29).

Página 66 de 102

Según el plan de estudio del 99, “las competencias

que definen el perfil de egreso se agrupa en cinco

grandes campos: habilidades intelectuales específicas;

dominio de los propósitos y los contenidos de la

educación secundaria; competencias didácticas; identidad

profesional y ética, y capacidad de percepción y

respuesta a las condiciones sociales del entorno de la

escuela” (Plan de estudios 1999. Documentos básicos,

2006, p 9).

Además, se presentó un conjunto de orientaciones

en el campo metodológico como, por ejemplo, el

establecimiento de un conjunto de lecturas básicas que

guiarían el trabajo académico. Con esto se buscaba tanto

evitar la pérdida del horizonte como poner en marcha el

plan de estudios. Además, se establecieron los primeros

acercamientos con la educación secundaria como espacio

básico de aprendizaje; las prácticas pedagógicas

iniciarían desde el primer semestre con procesos de

observación y culminaría con una estancia en la que el

estudiante compartiera la responsabilidad de estar frente

a un grupo acompañado por el profesor titular de la

asignatura. También se establecieron compromisos de

las escuelas normales en cuanto a proporcionar los

medios para lograr aprendizajes complementarios a la

formación, como es el caso de la enseñanza de idiomas, el

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uso de los recursos tecnológico y todo tipo de

herramientas necesarias para el logro del perfil.

Estos nuevos planes y programas de estudios se

comenzaron a implementar en los periodos 1997-1998

en la licenciatura de educación primaria y 1999-2000 en

las licenciaturas de preescolar y secundaria, y se siguen

aplicando en la actualidad.

El plan de estudios, conformado por 8 semestres,

cuenta con 224 horas académicas y 392 créditos

académicos, de los cuales 378 son obligatorios y 14

opcionales. Estructuralmente se encuentra conformado

por tres tipos de actividades:

Actividades escolarizadas. Campo de formación

general para la educación básica. Con las asignaturas de

esta área se pretendía estructurar la formación general

de toda licenciatura para la educación básica.

Representaba el 16% del plan de estudios.

Campo de formación general para la Educación Básica

Primer semestre Segundo semestre Tercer semestre

Cuarto semestre

Quinto semestre

Bases filosóficas y organizativas del sistema educativo mexicano

La educación en el desarrollo histórico de México I

La educación en el desarrollo histórico de México III

Seminario de temas selectos de historia de la pedagogía y la educación I

Seminario de temas selectos de historia de la pedagogía y la educación I

Estrategias para el estudio y la

Estrategias para el estudio y la

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Fuente. Licenciatura en Educación Secundaria. Plan de estudios 1999

Documentos básicos. Programa para la transformación y el fortalecimiento

académicos de las escuelas normales (SEP, p. 40).

Actividades de acercamiento a la práctica

escolar. Campo de formación con el cual se pretendía

brindar al futuro maestro los conocimientos relacionados

con los procesos de desarrollo de las y los adolescentes,

así como de la relación entre las características de los

jóvenes con las experiencias escolares en la educación

secundaria. Este campo del saber se impartía en todas las

licenciaturas y representaba el 35% en el plan de

estudios:

Tabla 15. Asignaturas correspondientes al acercamiento a la práctica

escolar

Primer semestre

Segundo semestre

Tercer semestre

Cuarto semestre

Quinto semestre

Sexto semestre

Propósitos y contenidos de la educación básica I (Primaria)

Propósitos y contenidos de la educación básica II (Secundaria)

La expresión oral y escrita en el proceso de enseñanza y de aprendizaje

Gestión escolar

Desarrollo de los adolescentes I. Aspectos generales

Desarrollo de los adolescentes II. Crecimiento y sexualidad

Desarrollo de los adolescentes III. Identidad y relaciones

Desarrollo de los adolescentes IV. Procesos cognitivos

Atención educativa a los adolescentes en situaciones

comunicación I Comunicación II Problemas y políticas de la educación básica en el primer semestre

Enseñanza en la escuela secundaria I

La enseñanza en la escuela secundaria II

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sociales de riesgo Escuela y contexto social

Observación de proceso escolar11

Fuente. Licenciatura en Educación Secundaria. Plan de estudios 1999

Documentos básicos. Programa para la transformación y el fortalecimiento

académicos de las escuelas normales (SEP, p. 40).

Práctica intensiva en condiciones reales de trabajo. Su

comprensión implicaba la división del área en dos subcampos de

formación: en el primero se ubica el saber específico de la

especialidad. Así, como por ejemplo en matemáticas se

establecieron las siguientes asignaturas:

Tabla 16. Saber específico de la especialidad Matemáticas

Segundo

semestre

Tercer

semestre

Cuarto

semestre

Quinto

semestre

Sexto

semestre

Introducción a

la enseñanza de

las matemáticas

Pensamiento

algebraico

Figuras y

cuerpos

geométricos

Medición y

cálculo

geométrico

Seminario de

investigación

en educación

matemática

Seminario de

temas

selectos de

historia de

las

matemáticas

Los números y

sus relaciones

Plano

cartesiano y

funciones

Procesos

cognitivos y

cambio

conceptual en

matemáticas y

ciencia

Tecnología y

didáctica de

las

matemáticas

Procesos de

cambio o

variación

Escalas y

semejanza

La

predicción y

el azar

Planeación de

la enseñanza y

la evaluación

Presentación

y

tratamiento

de la

11Las asignaturas “Escuela y contexto social” y “Observación del proceso escolar” se toman como referentes para el análisis del proceso de formación como antecedentes en las prácticas docentes en los seis estudios de casos.

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información

Fuente. Plan de estudios. Licenciatura en Educación Secundaria. Orientaciones

académicas para las especialidades. Campo de formación específica.

Especialidad: Matemáticas. (SEP, p. 17).

Por su parte, como segundo ejemplo se presenta la

estructura de la especialidad de español que contempla:

Saber específico de la especialidad Español

Segundo

semestre

Tercer

semestre

Cuarto

semestre

Quinto

semestre

Sexto semestre

Introducción a

la enseñanza

de español

Análisis de

textos

Análisis del

texto

expositivo

Análisis del

texto

narrativo y

poético

Conocimiento y

uso de fuentes y

medios de

información

Estrategias

didácticas para

la

comprensión y

producción de

textos

Estrategias

didácticas.

Textos

expositivos

Estrategias

didácticas.

Textos

narrativos y

poéticos

Análisis del texto

argumentativo

Variación

lingüística

Seminario de

apreciación

literaria I

Estrategias

didácticas.

Textos

argumentativos

Planeación

de la

enseñanza y

evaluación

del

aprendizaje

Seminario de

apreciación

literaria II

Fuente. Licenciatura en educación secundaria. Campo de formación específica.

Especialidad: español (SEP, p. 13).

En el primer subcampo se presentan, además, los

conocimientos relacionados con la manera como el

maestro debía enseñar tales saberes; es decir, cuáles

serían las estrategias didácticas y los estilos de

Página 71 de 102

enseñanza ideales para la enseña de las matemáticas y de

la lengua castellana.

En el segundo se ubican las asignaturas que

propician las relaciones entre la Escuela Normal y las

escuelas secundarias –“laboratorios” didácticos o las

escuelas anexas donde pasan de lo teórico a lo práctico–;

estas asignaturas se organizaron por jornadas para que

los estudiantes normalistas visiten las escuelas

secundarias con el propósito de conocer, entender y

estudiar las interacciones educativas al interior del aula

en conjunto con el desarrollo de su trabajo docente.

El plan de estudios ofrece dedicación exclusiva al

trabajo en el aula en el último año de formación. “Los

dos semestres de práctica intensiva frente al grupo […]

posee una intensidad de 10 horas semanales cada uno. La

práctica será apoyada por dos Talleres de Diseño de

Propuestas Didácticas y Análisis de Trabajo Docente,

cada uno con seis horas semanales de actividad” (Plan de

estudios 1999. Documentos básicos. Licenciatura en

Educación Secundaria, SEP, 2006, p. 39).

Tabla 18. Asignaturas correspondientes al trabajo en el aula

Tercer semestre

Cuarto semestre

Quinto Semestre

Sexto semestre

Séptimo semestre

Octavo semestre

Por especialidad

Por especialidad

Por especialidad

Por especialidad

Talleres de diseño de propuestas y análisis del trabajo docente I - II

Por especialidad

Por especialidad

Por especialidad

Por especialidad

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Por especialidad

Por especialidad

Por especialidad

Por especialidad

Observación y práctica docente I

Observación y práctica docente II

Observación y práctica docente III

Observación y práctica docente IV

Trabajo Docente I –I I

Fuente. Licenciatura en Educación Secundaria. Plan de estudios 1999

Documentos básicos. Programa para la transformación y el fortalecimiento

académicos de las escuelas normales. (SEP, p. 40).

Con estas asignaturas se proporcionan los espacios

para las prácticas docentes. A partir del tercer semestre,

los estudiantes realizan observaciones y prácticas

docentes en las aulas de las escuelas secundarias. En el

último año, como lo señala el cuadro superior, se dedican

de manera exclusiva a la planeación de las clases, el

trabajo docente y a las reflexiones acerca del quehacer

pedagógico como espacios de aprendizaje.

Conclusiones

Una vez finalizado el recorrido sobre el proceso

formativo específicamente a finales del siglo XX y la

primera década del siglo XXI, en primera instancia se

puede recurrir a los números y ello permite ver que, a

mediados de la primera década del siglo XXI, el

subsistema de instituciones para la formación de

profesionales de la educación básica en México se

encuentra conformado por “433 escuelas normales, de las

cuales 249 son públicas y 184 particulares, distribuidas

en el territorio nacional. Las escuelas normales públicas

son organismos desconcentrados de la SEP o de los

gobiernos estatales” (Rubio, 2006, pp. 33-35).

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Así las cosas, a pesar de la reglamentación

numerosa y de la proliferación de instituciones, a once

años de haberse implementado el Plan 99, la SEP

plantea que en muchas escuelas normales persisten

estructuras y prácticas que no propician el aprendizaje

de los estudiantes:

Este constante proceso de cambio sin que se hayan

alcanzado los objetivos permite formular

cuestionamientos y pensar en la existencia de un círculo

vicioso en el cual los problemas fundamentales de las

normales, a pesar de las acciones emprendidas por el

PTFAEN, persisten esencialmente iguales:

impreparación del personal académico, desorganización

institucional y falta de apoyo.

Estas problemáticas se agravan por la falta de

voluntad política para llevar las reformas hasta sus

últimas consecuencias académicas, administrativas y

laborales; por la falta de recursos y por la ausencia de un

modelo de institución pertinente.

De otra parte, se hace evidente que aun cuando las

reformas de 1984 y de 1997 han fallado en su ejecución,

se ha persistido en la idea de implantar nuevos modelos

curriculares sin haber concretizado en toda su dimensión

el precedente. Se busca la solución en la creación de

arquetipos académicos que desplacen y sustituyan al

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anterior; pero sin verificar que los nuevos y viejos

elementos funcionales, humanos y materiales entren en

consonancia con el modelo a construir. Aun así, no se

puede negar que el PTFAEN ha trabajado para la

transformación integral de las normales; sin embargo, a

la vista está que no se han obtenido los logros globales

suficientes.

En tal sentido, se hace claro que las normales

requieren ser reformadas cualitativamente en sus

enfoques administrativos y académicos y en el personal.

Para ello se requiere un nuevo modelo institucional que

esté en condiciones de desarrollar efectivamente las

estrategias educativas que se les encomienden y de

ofrecer en sus espacios físicos y académicos una

formación inicial, permanente e integral a los maestros

mexicanos. De igual manera se requiere un personal

eficiente y comprometido con el desarrollo del nuevo

modelo institucional; no que divague y esquive sus

compromisos sino que sea el detonante de los cambios

que en ella se emprenda.

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UN DOCENTE PARA ESTE SIGLO QUE RESPONDE A LAS NECESIDADES DE SU

ENTORNO. UNA REFLEXIÓN EN EL MARCO DE LA DOCENCIA EN LA

UNIVERSIDAD DE LA SALLE

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Catalina Jaramillo Gárces Magistra en Educación de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Profesora investigadora del grupo de investigación “Comunicación, Lenguas y Cultura Digital. [email protected] Mario Cortés Magister en literatura francesa, extranjeras y comparadas de la Universidad de Savoie (Francia). Profesor Investigador del grupo de investigación “Comunicación, Lenguas y Cultura Digital”. [email protected]

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El presente capítulo busca dar cuenta de una

investigación realizada en la Universidad de la Salle por

parte de los profesores Catalina Jaramillo y Mario

Cortés, profesores de lenguas extranjeras en la

licenciatura en lengua castellana, inglés y francés de la

Facultad de Ciencias de la Educación; esto como parte

del proceso continuo de investigación disciplinar en

didáctica de las lenguas extranjeras desde tres frentes

complementarios: las teorías sobre el tema, las

reflexiones desarrolladas con los practicantes en lenguas

de la licenciatura y la puesta en escena de nuevos

escenarios durante nuestras intervenciones con los

estudiantes de cursos básicos de francés lengua

extranjera.

La práctica pedagógica es una práctica social en

torno a la tarea de la enseñanza, es la puesta en acto de

un saber hacer sobre la enseñanza. Se caracteriza por la

tensión constante entre los tiempos de la planeación y

del currículo y los tiempos de la cotidianidad del

estudiante, entre la relación humana y el carácter de

profesión de la enseñanza, entre los contenidos y las

metodologías, entre los diversos saberes, entre las

condiciones del medio y los logros genéricos que se

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asignan a los estudiantes, entre el currículo oficial y los

saberes de las comunidades.

Entendida entonces la práctica pedagógica como

una práctica social que se desarrolla y responde a un

contexto histórico y social específico, implica que el

trabajo del maestro trascienda el ambiente del aula y

que cada acto educativo sea siempre nuevo e irrepetible,

es por lo tanto necesario considerar las condiciones del

grupo, del contexto para diseñar cada uno de estos actos.

Por otra parte, es a través de la interacción con otros

que los estudiantes averiguan de qué trata la cultura y se

aproximan a elaborar sus propias concepciones de

mundo; concepciones que se encuentran, por demás,

enmarcadas dentro de los límites establecidos por la

cultura a la que el estudiante pertenece y de la que es

partícipe por su intercambio con los otros.

* Relación del profesor y del estudiante con el saber

que circula

Un principio frente al cual parece existir un

consenso más o menos generalizado hoy en día en el

terreno educativo es que la realidad que atribuimos a los

mundos que habitamos es una construcción, producto de

“la creación de conocimiento conformada a lo largo de

tradiciones con la caja de herramientas de formas de

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pensar de una cultura” (Bruner, 2000. p. 39). Las

diferentes teorías que asumen este presupuesto como

uno de sus pilares epistemológicos se conocen con el

nombre genérico de constructivismo. No obstante,

dentro de ellas se pueden distinguir planteamientos más

o menos diferentes atendiendo a ciertos énfasis. Por el

valor que atribuye a los sujetos, la valoración especial

que hace de los procesos comunicativos y la importancia

que atribuye a las dimensiones intersubjetiva y social, el

constructivismo radical ocupa un lugar especial. Los dos

principios básicos del constructivismo radical son según

Glaserfeld (1996): 1. El conocimiento no se recibe

pasivamente, ni a través de los sentidos, ni por medio de

la comunicación, sino que es construido activamente por

el sujeto cognoscente; 2. La función de la cognición es

adaptativa y sirve a la organización del mundo

experiencial del sujeto, no al descubrimiento de una

realidad ontológica objetiva.

En el contexto del aula circulan y confluyen

múltiples saberes que, en sus interrelaciones, dan lugar a

la producción de nuevo conocimiento. El escenario

universitario, es desde este punto de vista un escenario

en el que los diferentes actores se comprometen con el

conocimiento, se apropian de sus productos sancionados,

los resignifican y los movilizan en la perspectiva de

producir explicaciones acerca del mundo social y natural

dotadas de sentido para dichos actores. En otras

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palabras, la relación de estudiantes y maestros con el

conocimiento, a propósito de la experiencia educativa, no

es pasiva.

Por otro lado, los significados que allí se

comparten no son independientes de las relaciones que

se establecen entre los sujetos, de los intereses que ellos

comprometen en la experiencia comunicativa y de la

carga que, respecto a sus modos de valorar, relacionar y

expandir sus significados, juegan sus tradiciones

históricas y culturales. En pocas palabras, el

conocimiento no solo implica la construcción de

símbolos y significados, no solo se expresa en términos

de productos culturales; tiene una implicación más

profunda que se relaciona con la construcción de

significados para la vida individual y en colectivo. La

importancia del conocimiento en la universidad

comporta esta dimensión vital, la cual resulta más

importante en el actual contexto planetario; cuando no

solo se intuye sino que se percibe el papel crucial del

conocimiento como bien de toda la humanidad, en tanto

incorpora su historia y compromete su futuro, en cuanto

imprime sentido al presente, explica sus contradicciones,

sus retos, los riesgos que conlleva una sociedad

cimentada sobre los desarrollos científico-tecnológicos.

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* A modo de introducción: ¿en dónde estamos

parados?

Cuando éramos pequeños, nos enseñaron que

vivíamos en un mundo redondo, pero dicha medida ya no

es como antes. En palabras de Thomas Friedman,

nuestro mundo puede ser considerado como plano,

puesto que tenemos la posibilidad de viajar física y

virtualmente sin mayor dificultad. Accedemos a nuevos

mundos, a información en constante evolución, a

mundos que nuestros padres y abuelos ni siquiera

imaginaban, mundos llenos de verdades, evidencias,

certezas y seguridades a corto plazo, de ficción y de

nuevas posibilidades. A su vez, la prensa, la literatura

especializada, los medios de comunicación nos

bombardean con información a ese respecto y muchos de

nosotros sentimos la necesidad de estar informados lo

más rápidamente posible, lo que nos hace movernos más

y estar continuamente comunicados con el mundo

exterior.

Sin embargo, en el sistema educativo seguimos

enseñando como si nada de esto existiera. Los profesor

de la Educación Superior, inmigrantes digitales nos

acercamos a nuestras aulas y ponemos en un rincón de

nuestro entendimiento que estamos trabajando con

nativos digitales; estudiantes que podrían catalogarse en

tres grandes categorías: los que manejan las nuevas

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tecnologías, accediendo a ellas continuamente, a los que

no se les dificulta encontrar información, procesarla e

incorporarla en su formación universitaria; otros que

acceden a los medios informáticos solamente para

conectarse con un mundo alternativo, el de las redes

sociales, los amigos de Facebook y de Whatsapp, que les

permite conectarse y a la vez desconectarse del mundo

que los adultos visualizamos y definimos como el mundo

real. Por otro lado, es importante identificar que no

todos los jóvenes universitarios son realmente nativos

digitales, puesto que no por nacer en un momento

histórico se es necesariamente igual a los demás. Estos

estudiantes acceden difícilmente a las nuevas

tecnologías, desconocen las posibilidades virtuales con

sus ventajas y “astucias” en cuanto que nos facilitan el

acceso a la información y nos evitan búsquedas

interminables de información. Ellos ignoran las

posibilidades de acceso a la información facilitadas por el

acceso al Internet y a redes sociales de orden académico.

Evitan buscar allí información y lo más sorprendente es

que comentan con gran naturalidad que poco usan esos

medios y que tampoco lo ven necesario.

Partiendo de la evidencia que vivimos en un siglo

en el cual como Jacques Delors lo desglosa en el informe

realizado para la UNESCO: “La educación encierra un

tesoro”, se evidencian una serie de tensiones, al vivir

entre dos mundos casi opuestos, como por ejemplo el

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mundo local que se opone al global, lo individual a lo

colectivo, la tradicional y lo novedoso. A su vez, en su

texto “Modernidad líquida”, Zygmunt Bauman hace

referencia a una serie de elementos constituyentes de la

realidad vivida en el siglo XXI; como por ejemplo, la

situación de los jóvenes, el sistema educativo actual, el

manejo de las relaciones espaciales y temporales, el

acceso a la información y a la imagen multimedia, y por

último la visión que se tiene en la actualidad sobre el

pasado, el presente y el futuro. En este mismo orden de

ideas, para Bauman, en nuestras sociedades occidentales

sufrimos entre otros síndromes, del síndrome de la

aceleración y de la impaciencia, en donde la noción

espacio-temporal se ha reducido, llevándonos a buscar la

satisfacción inmediata de nuestros deseos materiales y/o

virtuales. Además, para muchos, la educación ya no es

vista como un proceso sino como un producto en el que

el conocimiento ya no es estático, sino dinámico, razón

por la cual su veracidad es relativa y además puede ser

parcelado en pequeñas porciones. Vivimos entonces en

un estado de consumismo total, consumo que incluye no

solo las relaciones que podamos establecer con lo

material, sino también hemos llegado a acercarnos a la

información como lo hacemos con los productos de

consumo.

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En este sentido, podemos hacer referencia a

nuevos tipos de relaciones entre cultura y educación,

entre estabilidad y crisis, entre tradiciones y cambios,

entre seguridades, certezas, incertidumbres y titubeos.

Estas búsquedas de sentido llevan a representaciones

parciales de nociones como cultura, de espacio y de

tiempo, lo que lleva a preguntarnos sobre nuestro papel

como educadores y como formadores de formadores de

las futuras generaciones, y en nuestro caso particular de

los futuros profesores de lenguas extranjeras.

* A modo de desarrollo: ¿Cuál es el papel del

docente en este contexto?

Los paradigmas de la formación de docentes han

cambiado y con ellos las estrategias utilizadas en el

proceso de enseñanza–aprendizaje, incluyendo las

didácticas de las lenguas. Consideramos que hoy en día

el rol de un profesor de segunda lengua no puede

limitarse exclusivamente a la enseñanza de aspectos

puramente estructurales de esa lengua (gramática,

léxico, morfosintaxis, fonética, etc.), sino que debe

plantearse objetivos que vayan más allá de lo que implica

el aprendizaje mecánico de un idioma; en este sentido, la

verdadera responsabilidad del docente está en orientar al

estudiante para que “aprenda a aprender”, para que tome

conciencia de la manera cómo adquiere el conocimiento,

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la manera cómo funcionan sus propios procesos

cognitivos, para que dicha toma de conciencia le permita

no solamente apropiarse de mecanismos más eficaces

para adquirir una lengua extranjera (en nuestro caso el

francés), sino que esos mecanismos meta cognitivos

puedan ser aplicables en diferentes ámbitos y

especialmente en la competencia de resolución de

problemas. Es así como se puede decir que no es lo

mismo darle al estudiante la regla gramatical del

“pretérito indefinido” del francés, que orientarlo en el

proceso para que él la deduzca. En el primer caso su

conocimiento será aplicable solamente en el marco del

aprendizaje del idioma francés; en el segundo caso ese

proceso cognitivo en particular puede ser utilizado en

cualquier ámbito de su vida diaria, desde lo que se define

la resolución de problemas de orden cognitivo.

En este sentido se propone que los docentes en

formación sobrepasen la línea de la enseñanza del

francés para seguir creando hábitos de acercamiento a la

información, y al conocimiento en general, gracias al

desarrollo constante de ciertos procesos de pensamiento

como son el análisis, la síntesis, la memoria, el desarrollo

de representaciones mentales y de procesos de

imaginación entre otros.

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* A modo de propuesta: ¿Qué tipo de intervención

sería la más adecuada para enseñar lenguas

extranjeras a niños del siglo XXI? ; La base de nuestra

propuesta: ¿Desde qué premisas y apuestas partimos?

Los adultos y los niños de ahora tienen

percepciones y visiones distintas del mundo en donde se

mueven, los primeros se centran en una cosa a la vez,

privilegiando sobretodo la vista y la escucha, los

segundos son multisensoriales, viven en un mundo en

donde no entra lo estático, lo unilineal, lo duradero. los

docentes de este siglo deberíamos partir de ciertas

premisas, premisas que se vuelven nuestras apuestas. A

saber:

1. Proceso centrado en contenidos o en competencias

Aquí surge una pregunta central: cuando

enseñamos algo en nuestra aula de clase, deberíamos

centrarnos en la gestión de la clase o en la gestión de los

contenidos? La respuesta es compleja, puesto que un

buen docente debe cuidar continuamente estos dos

aspectos. En primer lugar, el docente en general debe

crear un verdadero ambiente de aprendizaje, para que el

aprendiz pueda desarrollar las competencias y

habilidades necesarias para acercarse a la información de

manera activa. En cuanto al docente, es necesario

destacar su rol como mediador entre la información y el

aprendiz, ya que en su papel de facilitador puede

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promover una actitud pasiva o activa en éste último.

Dicha actitud, será determinante en cuanto a las

posibilidades de aprendizaje, el nivel de asimilación y de

acomodación de la información y a su vez, sobre el

proceso en general, ya sea a nivel cognitivo

(comprensión o de producción), o a nivel afectivo (como

es el caso de la motivación, aspecto primordial en el caso

de cualquier tipo de aprendizaje).

En ese orden de ideas, si el docente quiere crear

un verdadero espacio de desarrollo, debería: 1. Tener

muy claro las reglas generales de su clase, determinando

así los aspectos negociables y los no negociables, lo que

incluye no solamente el desarrollo de valores éticos que

se concretan en las reglas de convivencia sino los

aspectos directamente relacionados con procesos

cognitivos; 2. Ser responsable, correcto y equilibrado; 3.

Evitar perder el tiempo en cosas superfluas, evaluar y

cuestionar sus decisiones dado el caso; 4. Considerar al

aprendiz como un ser activo, apoyando y motivando sus

procesos de desarrollo; 5. Ser lógico en su manera de

pensar, sincero sin ser hiriente, justo en las calificaciones

y evitar humillar a los demás; 6. Conocer muy bien los

procesos propios de cada aprendiz, llegando a un

seguimiento global del proceso de cada uno de ellos; 7.

Favorecer las recompensas y evitar los comportamientos

inadecuados; 8. Por último, preparar muy bien sus clases

y desarrollar cuatro momentos básicos : explicar *

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hacer preguntas * orientar * retroalimentar los

procesos * favorecer procesos de metacognición.

2. Asimilación y acomodación de la información: proceso

natural o controlado

Si hacemos referencia al proceso de asimilación y

de acomodación descritos por Jean Piaget, podemos

decir que una lengua puede ser adquirida o aprendida.

En el caso de la lengua materna, se habla de adquisición

como un proceso gradual en el que el bebé, y más

adelante el niño, interioriza los códigos lingüísticos y

sociolingüísticos gracias a una escucha y a una

observación constante de las personas que se encuentran

en su entorno inmediato. Dicha interiorización de la

información y de búsqueda de sentido se hace desde un

proceso continuo y de cierta manera inconsciente y en

este caso el lenguaje para lingüístico o no verbal es

primordial en la identificación de la información puesto

que ayuda al niño a interpretar dentro de un contexto, lo

que escucha.

En el caso de una lengua extranjera, se puede

hablar básicamente de dos escenarios: el de la

adquisición y el del aprendizaje. En el caso de los niños y

de los adultos que se encuentran en procesos de

interacción directa con la cultura y con la lengua

extranjera, ya sea porque sus familiares hablan este

idioma o porque viven en un país de esta habla, el

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proceso de asimilación lingüístico y socio lingüístico se

puede hacer a través de la adquisición, y se puede decir

que es un proceso similar al que se desarrolla en el caso

de la lengua materna. En este primer caso, dicho proceso

de adquisición de la lengua se lleva a cabo en un

individuo mediante técnicas naturales (no formales, ni

académicas) y se desarrolla gracias a un proceso gradual

de incorporación de las características propias de la

segunda lengua.

Sin embargo, en Colombia esta primera

posibilidad no es la más común, sino que dicha

asimilación se debe hacer desde un proceso consciente,

controlado y continúo de acercamiento a dichos códigos.

En este caso hablamos de aprendizaje de una lengua,

desde un ambiente controlado y apto para tales fines. El

docente debe desglosar los contenidos para que el

aprendiz pueda a su vez desarrollar competencias

generales y específicas desarrolladas en el área de

aprendizaje en particular.

3. Desarrollo de competencias comunicativas

Sin la gestión y organización de algunos

elementos, sería absurdo centrarse solamente en la

gestión de los contenidos, puesto que el aprendizaje

duradero requiere el manejo de una serie de aspectos. Es

importante resaltar que desde hace varios años el

aprendizaje de una lengua extranjera se centra en el

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acercamiento de las culturas relacionadas y al desarrollo

de las cuatro competencias comunicativas, lo que se

resume en dos ejes centrales: la comprensión y la

producción a nivel oral y escrito, y que los aspectos

gramaticales y lexicales si bien son esenciales en dicho

proceso, ya no son los pilares centrales, sino que sirven

de apoyo al desarrollo de las cuatro competencias

comunicativas.

En cuanto a la secuencia del desarrollo de las

competencias comunicativas en lenguas extranjeras una

primera idea que se debe tener presente es que dichas

habilidades se desarrollan en el mismo orden que en el

caso de la adquisición de la lengua materna. Cuando

hablamos de competencias comunicativas, hablamos de

procesos y un primer aspecto que debemos tener en

cuenta es que no todas las competencias se desarrollan al

mismo tiempo, primero se desarrolla la comprensión

oral y mucho más adelante la producción oral y/o

escrita. Es por esta razón que muchas veces el aprendiz

puede llegar a sentir que no avanza en su proceso de

aprendizaje, puesto que si bien entiende lo que se le

explica, no logra producir un discurso coherente.

4. La memoria

Antonio Orbe, en su escrito sobre la estructura de

la memoria, explica que en la memoria se vinculan

principalmente cuatro procesos: 1. Codificación (vivir

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nuevas experiencias, prestarles atención y relacionarlas

con otras experiencias); 2. Consolidación (paso de

memoria a corto plazo a memoria a largo plazo); 3.

Almacenamiento (mantenimiento de la información

almacenada); 4. Recuperación (recuerdo de la

información almacenada). Existen también otros factores

internos que ayudan al buen funcionamiento de la

memoria, estos son: Memoria sensorial, memoria a corto

plazo, memoria a largo plazo. La escritora Anita

Woolfok, realizando un barrido de autores que tratan la

memoria sensorial, conceptualiza este sistema como: “El

procesamiento inicial que transforma estos estímulos

entrantes en información, de manera que podamos darles

sentido” prosigue “A pesar de que las imágenes y los

sonidos podrían durar sólo unas fracciones de segundo,

las transformaciones que representan estas sensaciones

se retienen brevemente en el registro sensorial, o

almacén de información sensorial, para que se lleve a

cabo ese procesamiento inicial. La capacidad de la

memoria sensorial es muy grande, y podría incluir más

información de la que somos capaces de manejar al

mismo tiempo. Sin embargo, esta gran cantidad de

información sensorial es frágil respecto de su duración:

dura entre uno y tres segundos.” (2006 : 239)

En cuanto a la memoria sensorial, escribe José

Téllez que la memoria sensorial visual o icónica, parece

tener una capacidad ilimitada de almacenamiento, la cual

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puede atender selectivamente a una breve cantidad de

información, la memoria sensorial es entonces capaz de

captar mucha más información de la que el sistema es

capaz de utilizar y procesar posteriormente.

5. Trabajo multisensorial

Para dar cuenta de esta necesidad de enseñar

desde distintas dimensiones, se pueden integrar algunos

de los principios de la teoría de respuesta física total

(TPR: total physical response en inglés) que se basa sobe

la premisa que el cerebro humano está biológicamente

programado para aprender de manera natural cualquier

tipo de lengua. El docente que quiera crear un ambiente

de aula alegre, cordial y relajado en done el aprendiz

quiera aprender y ampliar lo que ya conoce y sabe

debería tener presente algunas de las premisas de la

TPR, a través de la cual se planean y proponen

actividades divertidas de orden múltiple en donde el

lenguaje verbal está siendo continuamente acompañado

por el lenguaje paralingüístico o no verbal; dicho

lenguaje corporal complementa el verbal, estimulando el

aprendizaje y facilitando el desarrollo de la memoria a

corto y a mediano plazo.

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* A modo de conclusión o a modo de nuevos

interrogantes para continuar la búsqueda de sentido

sobre lo que hacemos.

Desde la perspectiva del docente, los espacios de

aula son una instancia que se convierten en

oportunidades para responsabilizar al aprendiz de su

propio aprendizaje y llevarlo a organizar su proceso de

autorregulación y mantenimiento de un ritmo de trabajo

centrado en el aprendizaje. Es pertinente recalcar que al

incluir la formación de docentes en el marco del

acercamiento a diferentes enfoques y dinámicas

interdisciplinares estamos invitando a que la educación

parta desde una mirada más íntegra para que esas

personas inmersas en un proceso educativo no solamente

adquieran conocimientos lingüísticos, sino competencias

y habilidades cognitivas que puedan formar personas

más responsables, autónomas y criticas adoptando una

visión más amplia y tolerante de la realidad y

participando así del objetivo primero de la educación,

que es el de hacer personas que contribuyan a la creación

de una mejor sociedad.

Teniendo en cuenta que no existe una didáctica

específica de los saberes trabajados en el aula, dada la

naturaleza particular de este espacio académico, el

docente tiene que asumir unos desafíos para resolver

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obstáculos epistemológicos y generar espacios

formativos y de actitud crítica frente a los contenidos

disciplinares. En cuanto a las metodologías y a los

recursos empleados, se puede afirmar que los docentes

deben crear un ambiente de aprendizaje flexible, en

donde los estudiantes puedan expresarse libremente, sin

temor a la nota. Además, deben favorecer el desarrollo

de competencias de aprendizaje lo que conduce al

desarrollo de procesos de metacognición en el para que

los aprendices, después de un análisis concienzudo de sus

procesos y estilos de aprendizaje, puedan identificar

estrategias propias y generales de aprendizaje.

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