El Dolor Es Un Reloj

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 El dolor es un reloj Aprende a Ora r / Reflexiones ante el dolor y la muerte  Por: Marcelino de Andrés y Juan Pablo Ledesma | Fuente: Catholic.net El dolor es un reloj. Es algo lleno de ingenio que sirve para partir el tiempo en una enormidad de trozos pequeños, muy pequeños. Es algo realmente útil, porque con sus dos agujas divide las horas de alegría y las de abatimiento. El dolor puede ser muy perjudicial, si no se vive bien. El dolor es mágico, porque una hora puede transformarse en sesenta minutos de aflicción o en segundos de dicha. Examinemos algunos relojes que han dado la hora correctamente. Algunos, al inicio, se retrasaron. Pero después han funcionado con la fidelidad del cuarzo. No podría valorar el precio de estos quilates... Recuerdo el testimonio del doctor Vallejo-Nágera. Le habían diagnosticado una úlcera de duodeno. Le hicieron volver todos los lunes. Después de una revisión más profunda, le dijeron:-Tienes un cáncer de la cabeza del páncreas-. -¿Es operable? -Por la metástasis en el hígado no lo juzgamos conveniente. -¿Y quimioterapia? -Lo hemos consultado y no hay ninguna adecuada. ¿Entonces? -Esto puede durar unos meses... Podrás llevar una vida de cierta actividad en este tiempo. Días después mandaron el expediente a Houston, para mayor tranquilidad. No había nada que hacer. Juan Antonio continúo su vida normal, pero en otra dimensión. Hacía menos cosas, pero mejor, con más gravedad. Un periodista y amigo suyo recogió el siguiente testimonio: “Religiosamente estaba un poco descuidado. Tenía una buena formación, pero con una práctica moderada. Y, sin embargo, sin ningún mérito por mi parte. Al oír eso del cáncer me vino instantáneamente una gran serenidad y pensé: Dios mío, muchas gracias, me has mantenido hasta los sesenta y tres años con una vida sumamente agradable; he tenido ocasión de situar a mis hijos; ya está casada la menor; no me queda nada importante en la vida por resolver y has hecho el favor de avisarme”. Otro reloj. Es el caso de “Lolo”. ¿Quién sabe si en unos años no lo invocaremos como San Lolo Garrido? Su historia es muy luminosa. A los 22 años, recién terminados sus estudios de magisterio, una enfermedad comenzó a paralizar su cuerpo. Sus días transcurrían en una silla de ruedas. Le entró una fiebre literaria: leía libros y devoraba artículos. Escribió. Cuando se le paralizó la mano derecha, aprendió a escribir con la izquierda. Al perder incluso la sensibilidad en ésta, pidió que la amarraran una pluma a su mano insensible con una cuerdita. Quería seguir escribiendo. Lolo no perdía el buen humor: “Señor, ahí tienes mi pila de revistas. Y si no te valen, que los ángeles las vendan como papel de envolver”. Luego la enfermedad le llegó a los ojos. Al quedar ciego, grababa sus libros. En los últimos 10 años de su vida publicó nueve libros. Su testimonio constituye un canto a la dignidad del dolor y del sufrimiento. Estoy seguro que estas palabras le acompañaron en la cabecera de su lecho de dolor e iluminaban más su alma que las miradas de los visitantes. Estas frases bien valen un marco o una estatua: “¡Señor, líbrame de esta tentación de apreciar el tiempo de la enfermedad como un período estéril y sin valor! Una vida de enfermo no es una vida fracasada. Aceptar mi enfermedad, ofreceros alegremente mi sufrimiento, esto no demanda más que un momento”. La silla de ruedas, la cama. El misterio de encontrarse con uno mismo. El dolor, la enfermedad valen no tanto por lo que quitan, sino por lo que dan. El dolor es un misterio, como la misma vida de las personas. Nunca lograremos explicarnos totalmente a nosotros mismos, nunca nos comprenderemos. La explicación del dolor, el porqué de la enfermedad, la incógnita del sufrimiento no es una respuesta abstracta. Yo sólo encuentro una: el amor. No cabe duda de que la enfermedad y el sufrimiento siguen siendo un límite y una prueba para la mente humana, algo así como un tapón para el corazón. Sin embargo, quienes lo han vivido han aumentado su estatura humana. Todos sufrimos y de muy diversas maneras. La enfermedad y las dolencias se compran en cualquier rincón de nuestro mundo. Uno sufrirá un infarto, otro un cáncer. A alguna la nostalgia y el desaliento le enredarán entre sus telarañas. Los que sigamos, nos haremos viejos. Nos dolerá la espalda, perderemos la memoria... Pero la paz y la vida están seguros. Un Hombre ha roto la piedra del sepulcro y ha dado sentido a la vida. Desde ese momento se han sincronizado todos los “relojes”.  Suscríbase aquí para recibir el Evangelio meditado y otros servicios en su e-mail Conoce la Sección de Aprende a Orar Consulta la Biblia en Catholic.net  

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  • El dolor es un relojAprende a Orar / Reflexiones ante el dolor y la muerte

    Por: Marcelino de Andrs y Juan Pablo Ledesma | Fuente: Catholic.net

    El dolor es un reloj. Es algo lleno de ingenio que sirve para partir el tiempo en una enormidad de trozos pequeos, muy pequeos. Esalgo realmente til, porque con sus dos agujas divide las horas de alegra y las de abatimiento. El dolor puede ser muy perjudicial, si nose vive bien. El dolor es mgico, porque una hora puede transformarse en sesenta minutos de afliccin o en segundos de dicha.

    Examinemos algunos relojes que han dado la hora correctamente. Algunos, al inicio, se retrasaron. Pero despus han funcionado con lafidelidad del cuarzo. No podra valorar el precio de estos quilates...

    Recuerdo el testimonio del doctor Vallejo-Ngera. Le haban diagnosticado una lcera de duodeno. Le hicieron volver todos los lunes.Despus de una revisin ms profunda, le dijeron:-Tienes un cncer de la cabeza del pncreas-.-Es operable?-Por la metstasis en el hgado no lo juzgamos conveniente.-Y quimioterapia?-Lo hemos consultado y no hay ninguna adecuada.Entonces?-Esto puede durar unos meses... Podrs llevar una vida de cierta actividad en este tiempo.

    Das despus mandaron el expediente a Houston, para mayor tranquilidad. No haba nada que hacer. Juan Antonio contino su vidanormal, pero en otra dimensin. Haca menos cosas, pero mejor, con ms gravedad.Un periodista y amigo suyo recogi el siguiente testimonio: Religiosamente estaba un poco descuidado. Tena una buena formacin,pero con una prctica moderada. Y, sin embargo, sin ningn mrito por mi parte. Al or eso del cncer me vino instantneamente unagran serenidad y pens: Dios mo, muchas gracias, me has mantenido hasta los sesenta y tres aos con una vida sumamenteagradable; he tenido ocasin de situar a mis hijos; ya est casada la menor; no me queda nada importante en la vida por resolver y hashecho el favor de avisarme.

    Otro reloj. Es el caso de Lolo. Quin sabe si en unos aos no lo invocaremos como San Lolo Garrido? Su historia es muy luminosa. Alos 22 aos, recin terminados sus estudios de magisterio, una enfermedad comenz a paralizar su cuerpo. Sus das transcurran enuna silla de ruedas. Le entr una fiebre literaria: lea libros y devoraba artculos. Escribi. Cuando se le paraliz la mano derecha,aprendi a escribir con la izquierda. Al perder incluso la sensibilidad en sta, pidi que la amarraran una pluma a su mano insensible conuna cuerdita. Quera seguir escribiendo. Lolo no perda el buen humor: Seor, ah tienes mi pila de revistas. Y si no te valen, que losngeles las vendan como papel de envolver.

    Luego la enfermedad le lleg a los ojos. Al quedar ciego, grababa sus libros. En los ltimos 10 aos de su vida public nueve libros. Sutestimonio constituye un canto a la dignidad del dolor y del sufrimiento. Estoy seguro que estas palabras le acompaaron en la cabecerade su lecho de dolor e iluminaban ms su alma que las miradas de los visitantes. Estas frases bien valen un marco o una estatua:Seor, lbrame de esta tentacin de apreciar el tiempo de la enfermedad como un perodo estril y sin valor! Una vida de enfermo no esuna vida fracasada. Aceptar mi enfermedad, ofreceros alegremente mi sufrimiento, esto no demanda ms que un momento.

    La silla de ruedas, la cama. El misterio de encontrarse con uno mismo. El dolor, la enfermedad valen no tanto por lo que quitan, sino porlo que dan.

    El dolor es un misterio, como la misma vida de las personas. Nunca lograremos explicarnos totalmente a nosotros mismos, nunca noscomprenderemos. La explicacin del dolor, el porqu de la enfermedad, la incgnita del sufrimiento no es una respuesta abstracta. Yoslo encuentro una: el amor.

    No cabe duda de que la enfermedad y el sufrimiento siguen siendo un lmite y una prueba para la mente humana, algo as como untapn para el corazn. Sin embargo, quienes lo han vivido han aumentado su estatura humana.

    Todos sufrimos y de muy diversas maneras. La enfermedad y las dolencias se compran en cualquier rincn de nuestro mundo. Unosufrir un infarto, otro un cncer. A alguna la nostalgia y el desaliento le enredarn entre sus telaraas. Los que sigamos, nos haremosviejos. Nos doler la espalda, perderemos la memoria... Pero la paz y la vida estn seguros. Un Hombre ha roto la piedra del sepulcro yha dado sentido a la vida. Desde ese momento se han sincronizado todos los relojes.

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