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El Estado y la cooperación Un dato que puede explicar bastante bien qué nos pasa: Pensemos en el Estado-nacional: un subconjunto del conjunto mucho mayor de personas que viven dentro de una frontera reclama: “todos nosotros somos uno” (además reclaman “venid a mí”). Primero tendrán que disputar con vecinos externos si aceptan esa frontera. Adentro surgirán también disputas, pues esa frase, todos somos uno y los demás son unos huevos de piojo va a significar que se impongan sacrificios a todos (o a unos cuantos) y que se distribuyen beneficios (a todos o a unos cuantos), usualmente invocando la conveniencia de todos. Cabe la pregunta: desde esta perspectiva, ¿qué es el Estado? Dos grandes vertientes en las opciones de respuesta: Un sistema de organización colectiva para proveer bienes públicos, dos de los cuales, claro, son la seguridad externa y la seguridad interna (ambas, por cierto, justifican los imperialismos en diferentes modalidades). Un sistema de organización colectiva para que estructuralmente unos se aprovechen de otros Incluso quienes creen en la segunda, propenden conseguir la primera, pero en un Estado “nuevo”: “En la sociedad comunista, en la que ninguno tiene una esfera exclusiva de actividades, sino que cada quien puede hacer cuanto le agrada, es la sociedad (¡¿?!) la que regula la producción conjunta y que, por consecuencia, permite hacer una cosa hoy y otra mañana, cazar en la mañana, pescar en la tarde, engordar ganado en la noche, criticar después de la cena y así como me viene en gana y sin llegar a ser nunca cazador, pescador, comprador de ganado o crítico”. (En: La ideología alemana, originalmente escrito en 1845-6; citado por: Giovanni Sartori: Qué es la democracia, Taurus, 2003, cap 13).

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El Estado y la cooperación

Un dato que puede explicar bastante bien qué nos pasa:

Pensemos en el Estado-nacional: un subconjunto del conjunto mucho mayor de personas que viven dentro de una frontera reclama: “todos nosotros somos uno” (además reclaman “venid a mí”). Primero tendrán que disputar con vecinos externos si aceptan esa frontera. Adentro surgirán también disputas, pues esa frase, todos somos uno y los demás son unos huevos de piojo va a significar que se impongan sacrificios a todos (o a unos cuantos) y que se distribuyen beneficios (a todos o a unos cuantos), usualmente invocando la conveniencia de todos. Cabe la pregunta: desde esta perspectiva, ¿qué es el Estado? Dos grandes vertientes en las opciones de respuesta:

• Un sistema de organización colectiva para proveer bienes públicos, dos de los cuales, claro, son la seguridad externa y la seguridad interna (ambas, por cierto, justifican los imperialismos en diferentes modalidades).

• Un sistema de organización colectiva para que estructuralmente unos se aprovechen de otros

Incluso quienes creen en la segunda, propenden conseguir la primera, pero en un Estado “nuevo”:

“En la sociedad comunista, en la que ninguno tiene una esfera exclusiva de actividades, sino que cada quien puede hacer cuanto le agrada, es la sociedad (¡¿?!) la que regula la producción conjunta y que, por consecuencia, permite hacer una cosa hoy y otra mañana, cazar en la mañana, pescar en la tarde, engordar ganado en la noche, criticar después de la cena y así como me viene en gana y sin llegar a ser nunca cazador, pescador, comprador de ganado o crítico”. (En: La ideología alemana, originalmente escrito en 1845-6; citado por: Giovanni Sartori: Qué es la democracia, Taurus, 2003, cap 13).

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Paul Bromberg Elaborado como apoyo docente
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Acción colectiva vs decisión colectiva. En la primera, indagamos, generalmente desde el individualismo metodológico, cómo se comporta la sociedad. Desde la segunda, indagamos cómo se toman las decisiones que se intentan imponer al conjunto de la sociedad. Es decir, en este segundo caso la “sociedad está tomando decisiones”. El proceso lo llamamos elección social o elección colectiva. Varios enfoques para estudiar este proceso:

• Perspectiva analítico-descriptiva: en una visión amplia del tiempo, se pregunta si existe una fórmula para explicar cómo han venido tomándose las decisiones en los últimos tiempos. Se pasa de un ordenamiento de datos a un modelo teórico general. Los individuos son “juguetes de la historia”.

• Perspectiva normativa-analítica: desde un enfoque analítico, se indaga por decisiones que debe tomar un colectivo, pensando en un ideal posible a conseguir.

o Utilitarismo: (Jeremy Bentham): las decisiones colectivas deben buscar el mayor bien para la mayor cantidad de personas. En su versión inicial supone “conmensurabilidad interpersonal” de utilidades. Las decisiones colectivas deben conseguir que la utilidad total se incremente.

o Pareto: Situación en la cual nadie conseguiría un aumento en su utilidad total sin disminuir la utilidad de otro. “Este criterio afirma únicamente que una situación alternativa sería definitivamente mejor si logra incrementar la utilidad de todos… asegurar que ninguna mejora Paretiana es posible”. Tanto el criterio del utilitarismo como el de Pareto son insensibles a las diferencias (Sen, Discurso Nóbel, 1998).

o Arrow: Poner a los ciudadanos a decidir por preferencias. Pero no hay un sistema de elección de preferencia que pueda satisfacer condiciones mínimas:

Individuo Ordenamiento de preferencias

I A – B – C II C – B – A III B – A – C

No hay preferencia colectiva. Cualquier decisión, A, B ó C, tendrá dos tercios en contra.

• Perspectiva ecléctico-pluralista: Las políticas públicas son expresión del

voluntarismo social que origina acciones de los aparatos de Estado. En cada decisión hay tensiones que involucran intereses e ideales. Eso no significa que no hay instituciones formales e informales a las que se someten todos los niveles de decisión, a sabiendas o sin darse cuenta.

Una conclusión: No hay un resultado que pueda racionalmente convencer a todos que es el único posible. La única posibilidad es el acuerdo sobre lo fundamental y decisiones sometidas a procesos reiterados de elección de preferencias. El gran dilema del siglo XX Realismo vs utopías compitieron en el escenario político europeo en el siglo XIX. En el siglo XX la utopía se encarnó, y ello polarizó la relación entre los Estados y la

lucha política al interior de cada uno durante el siglo XX corto1. Su influencia en la misma conformación de nuestras ciudades en más grande lo que aparenta. ¿Deben las sociedades (al interior de los Estados, especialmente) pensarse a sí mismas en términos de “cooperación”? ¿Constituyen una unidad construida para cooperar, y especialmente, debe pensar su futuro bajo la idea de construir cooperación, o de destruir lo que viene para reconstruir lo que ha sido una capacidad de unos para aprovecharse de otros? ¿Por qué cooperan individuos con instintos individuales pero con necesidades gregarias? ¿Cómo se promueve la cooperación en medio de las diferencias? ¿Qué se hace con los diferentes, y con los muy diferentes? La tragedia de los comunes (The Tragedy of Commons, Science, v. 162 (1968), pp. 1243-1248.

[Adam Smith] contribuyó con una tendencia dominante de pensamiento que desde entonces interfiere con las acciones positivas basadas en análisis racionales, a saber la tendencia a asumir que las decisiones tomadas en lo individual serán, de hecho, las mejores decisiones para la sociedad en su conjunto. Si esta suposición es correcta justifica la continuidad de nuestra actual política de laissez faire en cuestiones reproductivas. Si es correcta podemos asumir que los hombres controlarán su fecundidad de tal manera que lograrán una población óptima. Si la suposición es incorrecta, necesitamos examinar las libertades individuales para ver cuáles son defendibles. La refutación de la mano invisible en el control poblacional se encuentra en un escenario descrito inicialmente en un panfleto poco conocido de 1833 por un matemático amateur llamado William Forster Lloyd (1794-1852). Podemos llamarlo "la tragedia de los recursos comunes"… La tragedia de los recursos comunes se desarrolla de la siguiente manera. Imagine un pastizal abierto para todos. Es de esperarse que cada pastor intentará mantener en los recursos comunes tantas cabezas de ganado como le sea posible… Como ser racional, cada pastor busca maximizar su ganancia. Explícita o implícitamente, consciente o inconscientemente, se pregunta, ¿cuál es el beneficio para mí de aumentar un animal más a mi rebaño? Esta utilidad tiene un componente negativo y otro positivo. 1. El componente positivo es una función del incremento de un animal. Como el pastor recibe todos los beneficios de la venta, la utilidad positiva es cercana a +1. 2. El componente negativo es una función del sobrepastoreo adicional generado por un animal más. Sin embargo, puesto que los efectos del sobrepastoreo son compartidos por todos los pastores, la utilidad negativa de cualquier decisión particular tomada por un pastor es solamente una fracción de -1. Al sumar todas las utilidades parciales, el pastor racional concluye que la única decisión sensata para él es añadir otro animal a su rebaño, y otro más... Pero esta es la conclusión a la que llegan cada uno y todos los pastores sensatos que comparten recursos comunes. Y ahí está la tragedia. Cada hombre está encerrado en un sistema que lo impulsa a incrementar su ganado ilimitadamente, en un mundo limitado. La ruina es el destino hacia el cual corren todos los hombres, cada uno buscando su mejor provecho en un mundo que cree en la libertad de los recursos comunes. La libertad de los recursos comunes resulta la ruina para todos.

La lógica de la acción colectiva. Bienes públicos y teoría de grupos. Mancur Olson, Limusa, original 1966 (¿?), con addendum 1971.

1 La idea es tomada de Historia del siglo XX, Eric Hobsbawn, Crítica, Barcelona, 2003. El título original en inglés es Age of Extremes, the Short 20th Century 1914-1991.

… “En realidad, a menos que el número de miembros del grupo sea muy pequeño, o que haya coacción o algún otro mecanismo especial para hacer que las personas actúen por su interés común, las personas racionales y egoístas no actuarán para lograr sus intereses comunes o de grupo”

Dilemas colectivos horizontales Decimos que hay dilemas colectivos horizontales cuando personas de condición social semejante (combinación de prácticas discursivas, espacios de socialización y nivel de consumo) deben llegar a acuerdos para atender necesidades comunes mediante mecanismos colectivos de suministro o pago. En una ciudad ideal con fuerte prevalencia de dilemas percibidos como horizontales, las decisiones a tomar son del siguiente tipo:

¿Cómo organizar las actividades de producción, estudio, distribución, consumo, esparcimiento público y privado, de manera que éstas sean fértiles, no se estorben unas a otras, se destine el mínimo tiempo posible en desplazamiento pendular obligatorio, se promueva la igualdad de oportunidades, y la distribución misma no sea generadora o profundizadora de diferencias que terminan calificándose de “odiosas” en el debate público? La salubridad es un bien que atraviesa todo el espectro de decisiones: está relacionada, por ejemplo, con el espacio público, la contaminación visual, la contaminación ambiental, la defensa frente a riesgos naturales.

Dilemas colectivos verticales Evidentemente, la ciudad latinoamericana – es la que nos interesa – no es de ninguna manera parecida a esta comunidad ideal, aunque en ocasiones el debate público lo oculte, por complacencia o torpeza. En estas ciudades, condiciones de pobreza preexistentes adquirieron características urbanas. La fertilidad económica que puede esperarse de la aglomeración no es suficiente para garantizar que cada cual aporte al “bienestar urbano”, ni propio ni general; al contrario, los nuevos habitantes no tenían capacidades propias para su implantación urbana. Sin embargo, el sistema político le proporciona a cada uno el mismo poder de elegir, y al conjunto la posibilidad de movilización. No es de extrañar, dada la existencia de un sistema de selección de preferencias basado en el voto universal y secreto (democracia) de una población mayoritariamente pobre, que el debate público y en buena parte el técnico esté centrado en el problema de la atención de necesidades básicas de esta población. En ese momento decimos que hay dilemas verticales. Los retos tanto al gobierno urbano, como al sistema político, son bien distintos de la situación de una ciudad en la que solamente haya dilemas horizontales. Todas las ideologías políticas, aún los discursos técnicos, tocan este problema. Unos por convicción personal sobre las diferencias, otros pronosticando el desastre con el fin de sensibilizar, otros presagiando que la sociedad no será productiva en general, es decir, no podrá contar con el excedente necesario para atender sus necesidades colectivas, mientras todos sus individuos (familias) no tengan las condiciones mínimas para ser productivos: servicios públicos domiciliarios, vivienda, educación, y salud. A éstos se ha agregado últimamente entorno urbanístico, recreación y nutrición básica. En algunas de estas condiciones tienen incidencia natural las decisiones de un gobierno urbano. En otras, hay delegación, aunque aún en las competencias delegadas estará presente la necesidad de decidir sobre distribución espacial.

El dilema del prisionero: El DP fue inventado por ahí en 1950 por Merril Flood y Melvin Dresher, y formalizado por A. W. Tucker un rato después.

dos compinches incidentales son detenidos como sospechosos de haber cometido un crimen. Solo hay indicios leves con los cuales el juez puede someterlos a una pena de 4 años. Son encerrados en dos celdas distintas, sin comunicación alguna entre sí. La fiscalía los somete al siguiente dilema: “si usted acusa al otro, lo que le daría a él una pena de 10 años, le damos a usted una pena de 0.5 años. Por cierto, al otro le estamos proponiendo lo mismo”. Si ninguno acusa, la pena será de 4 años.

¿Cuál es el comportamiento racional? Si ambos traicionan, a ambos les va peor que si ambos hubieran cooperado”. Pero si sólo uno traiciona, le va muy bien. Usted, ¿traicionaría? “El dilema del prisionero es simplemente una formulación abstracta de algunas situaciones muy comunes e interesantes en las cuales lo que es mejor para cada persona individualmente conduce a defecciones mutuas, mientras que todos estarían mejor si todos cooperaran”. The Evolution of Cooperation. Robert Axelrod. Basic Books, 1984. Estructura del juego, en términos de rendimiento (mejor mientras más)

Jugador Columna Coopera Defecciona

Coopera 3 ,3

0, 5

Jug

ad

or

Fila

Defecciona 5, 0 1,1