EL ESTUDIO DE VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS DE … · revocación de la donación el “deber...
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RESEÑA DEL AMPARO DIRECTO 53/2015
PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
“EL ESTUDIO DE VIOLACIONES A LOS
DERECHOS HUMANOS DE LOS ADULTOS
MAYORES PROCEDE A PESAR DE QUE
FALLEZCAN DURANTE EL JUICIO”
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RESEÑA DEL AMPARO 53/2015
PONENTE: MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO
SECRETARIO: RICARDO ANTONIO SILVA DÍAZ
PRIMERA SALA DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
“EL ESTUDIO DE VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS DE
LOS ADULTOS AORES PROCEDE A PESAR DE QUE FALLEZCAN
DURANTE EL JUICIO”
Redacción: Licenciada Alma Leticia Cisneros Ramírez
En mayo de dos mil seis, un hombre celebró un contrato de donación en
beneficio de una de sus hijas, a fin de transmitirle la propiedad de una casa
habitación con locales comerciales en la que residía junto con su esposa
en el Estado de Hidalgo. Seis años después, el padre demandó de la
donataria la revocación de la donación por cuestiones de ingratitud, pues
esencialmente manifestó que su hija se negaba a cuidarlo, a solventar sus
gastos de manutención e incluso que llegó a ejercer violencia familiar;
asimismo, solicitó la restitución del bien inmueble, el pago de daños y
perjuicios y el pago gastos y costas.
El Juez de primera instancia dictó sentencia en la que decidió absolver a
la demandada, al estimar que la acción de revocación intentada era
improcedente al no ubicarse en ninguna de las causales contenidas en el
artículo 2352 del Código Civil para el Estado de Hidalgo.1
Inconforme con lo anterior, el actor interpuso un recurso de apelación, sin
embargo, durante su tramitación el señor falleció, por lo que la Sala del
conocimiento, una vez que se apersonó el albacea de la sucesión, emitió
un fallo en el que revocó la resolución impugnada, pues estimó procedente
Funcionaria adscrita a la Dirección General de Casas de la Cultura Jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 1 Artículo 2352.- La donación puede ser revocada por ingratitud: I.- Si el donatario comete algún delito contra la persona, la honra o los bienes del donante o de los ascendientes, descendientes o cónyuge de éste; II.- Si el donatario rehúsa socorrer, según el valor de la donación, al donante que ha venido a pobreza.
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la acción intentada y ordenó la restitución del bien, bajo las siguientes
premisas:
Que era procedente ejercer un control de convencionalidad del
artículo 2352 del Código Civil para el Estado de Hidalgo, respecto
de los derechos humanos de los adultos mayores contemplados en
la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Protocolo
Adicional a dicho instrumento en Materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, específicamente su artículo 17.
Que en el marco de esos estándares internacionales aplicables a
los adultos mayores, el citado artículo 2352 del Código Civil para el
Estado de Hidalgo, al no contener entre sus supuestos para la
revocación de la donación el “deber moral de gratitud”, ello lo
revestía de inconstitucionalidad.
Que el Juez de origen actuó de manera legalista soslayando que el
actor era un adulto mayor, siendo que se encontraba obligado a
proteger los derechos humanos de éste sin escatimar esfuerzos,
situación que no aconteció en la especie, pues a pesar de haberse
acreditado con pruebas el desagradecimiento, olvido, desprecio, la
desatención, violencia emocional, malos tratos, falta de interés por
su salud, falta de comprensión, atención y apoyo, no se decretó la
revocación de la donación.
Que el juez de origen, al aplicar el artículo 2352 del mencionado
código civil, violó el derecho de certeza jurídica previsto en los
artículos 5 y 7 de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas
Mayores y la Ley de los Derechos de los Adultos Mayores en dicha
entidad federativa.
En contra de dicha sentencia, la donataria promovió un juicio de amparo
directo en el que hizo valer diversos conceptos de violación, que
esencialmente versan sobre lo siguiente:
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Que la Sala del conocimiento llegó a una conclusión equivocada, ya
que debió dar por concluida la apelación en virtud de que la
revocación de donación es una acción personalísima que únicamente
puede ejercerse por el donante y en vista de que éste había fallecido,
su derecho se extinguió a la par.
Que la resolución combatida era ilegal, pues se tutelan derechos
humanos de un adulto mayor que ya falleció.
Que fue incorrecta la actuación de la Sala responsable al dejar de
aplicar los artículos del Código Civil para el Estado de Hidalgo, para
generar nuevos supuestos jurídicos con base en definiciones
lingüísticas de lo que debe entenderse por “deber”, “moral”, “gratitud”
e “ingratitud”.
Que el control de constitucionalidad y convencionalidad realizado por
la Sala responsable no cuenta con justificación alguna, toda vez que
el asunto a resolver, versaba únicamente sobre cuestiones de mera
legalidad.
El juicio de amparo fue admitido por un Tribunal Colegiado del Vigésimo
Noveno Circuito y en virtud de que dicho órgano estimó que el asunto
revestía importancia y trascendencia, solicitó a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación que conociera del mismo.
El Alto Tribunal ejerció su facultad de atracción el 02 de julio de 2015,
posteriormente, se encomendó al Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo la
elaboración del proyecto de sentencia, el cual fue discutido y aprobado en
la sesión del 13 de abril de 2016, a partir de las siguientes líneas
argumentativas: a) Indebido estudio oficioso; b) Naturaleza de la acción
de revocación de donación; c) Protección de derechos humanos de un
adulto mayor fallecido; d) Indebido ejercicio del control de
convencionalidad; y, e) Control de convencionalidad de la norma.
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a) Indebido estudio oficioso
Se analizó el argumento de la quejosa encaminado a manifestar que la
autoridad responsable se excedió en su ejercicio jurisdiccional al estudiar
los agravios de la actora vertidos en el recurso de apelación, resolviendo
de manera incongruente la litis al abordar cuestiones que no fueron
planteadas en el recurso, tales como la protección de los adultos mayores.
Al respecto, la Primera Sala indicó que tal aseveración era infundada, toda
vez que dichos argumentos sí fueron hechos valer en el recurso de
apelación, e incluso fueron invocados diversos instrumentos
internacionales sobre el tema, por lo que la convencionalidad no se abordó
oficiosamente, sino en atención a los agravios expuestos.
b) Naturaleza de la acción de revocación de donación
En este apartado, se estudió la alegación de la quejosa en torno a que la
revocación de donación resultaba improcedente, toda vez que se trata de
una acción de carácter personalísimo, es decir, que únicamente puede ser
ejercida por el donante, por lo que al haber fallecido éste, los herederos
no pueden beneficiarse de su resultado.
La Primera Sala calificó de infundado dicho planteamiento, ya que la
acción de revocación de la donación, si bien tiene un carácter personal al
ejercerse en contra del sujeto con el que se celebró el contrato, ello no
implica que desaparezca derivado del fallecimiento del dueño del bien
inmueble.
Para explicar lo anterior, se destacó que en un diverso precedente,2 se
hizo notar que desde el derecho romano se admitió la revocación por
cuestiones de ingratitud del donatario y el derecho mexicano también ha
reconocido lo anterior desde el Código Federal Civil de 1870, siguiendo
esa misma línea los códigos de 1884 y de 1928, sin que pasara
2 Contradicción de tesis 175/2009 resuelta por la Primera Sala el 23 de septiembre de 2009.
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desapercibido que la comisión del delito como motivo para tal revocación
no es una causal exclusiva del Código Civil Federal Mexicano que inspira
a los de las diferentes entidades de la república, sino que esta cuestión
proviene desde el Código Napoleónico, en el que se exigía la acreditación
del delito cometido por el donatario en contra del donante, a efecto de
lograr la recuperación del bien objeto del contrato.
Bajo esa premisa, se indicó que el artículo 2352 del Código Civil del Estado
de Hidalgo, contempla dos supuestos mediante los cuales se configurará
la ingratitud del donatario: a) si el donatario comete algún delito contra la
persona, honra o bienes del donante; y b) si el donatario rehúsa socorrer
al donante que ha venido a pobreza. Además, la actualización de
cualquiera de esos supuestos tiene como consecuencia que el bien objeto
de la donación regrese al patrimonio del donante. Así, se dijo que el
fundamento para revocar este tipo de contratos se deriva de la realización
de diversos actos ilícitos contra el donante, en el ámbito del derecho
privado.
Consecuentemente, la Sala estimó que la revocación de una donación no
busca proteger en sí los derechos del donante, sino castigar la conducta
ingrata del donatario, teniendo por objeto la restitución del bien, lo cual
permite que una vez ejercido dicho derecho, pueda ser continuada por el
albacea de la sucesión en los casos en que el donante hubiere fallecido.
c) Protección de los derechos humanos de un adulto mayor fallecido
Sobre el tema, la quejosa se dolió de la improcedencia de la acción de
revocación, en virtud de que se defienden los derechos humanos de un
adulto mayor que falleció durante el procedimiento, siendo que dicho
derecho subjetivo se extingue con la muerte.
Al respecto, el Máximo Tribunal enfatizó que los derechos humanos son
prerrogativas respecto de las cuales, todas las autoridades en el ámbito
de sus competencias están obligadas a promover, respetar, proteger y
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garantizar su efectividad, y de la misma forma, deben prevenir, investigar,
sancionar y reparar cualquier violación que se cometa en su contra.
En ese sentido, se precisó que en el caso concreto, la protección de los
derechos humanos de un adulto mayor derivó del reclamó formulado por
el propio donante, ya que al impugnar la sentencia de primera instancia en
la que se le negó la revocación de la donación, consideró que durante el
proceso no fue tomada en cuenta su pertenencia a un grupo vulnerable y
en consecuencia, se desatendieron los parámetros pertinentes, situación
ésta que fue atendida por el Tribunal de Alzada y que es lo que combatió
la quejosa en el juicio de amparo al señalar que los derechos de los adultos
mayores se extinguen con el fallecimiento.
No obstante, la Sala sostuvo que la acción de revocación de donación por
ingratitud, no se extingue con la muerte del que la ejerce, pues en caso de
resultar procedente, el inmueble de referencia podría reingresar al
patrimonio del de cujus para formar parte de la masa hereditaria, pues
debía quedar claro que si bien los derechos humanos son inherentes al
hombre, ello no implica que por su dependencia o estrecha relación al
sujeto, su protección, garantía o reparación, desaparezcan con el
fallecimiento de la persona.
Así las cosas, la Sala destacó que, tal como sostuvo en un diverso
asunto,3 los adultos mayores son un grupo vulnerable que merece
especial protección por parte del Estado, incluyendo a los órganos
judiciales, de tal manera que esa salvaguarda no puede agotarse por
circunstancias temporales, como el fallecimiento de la persona sujeta de
esa protección, ya que ello llevaría a entender que el incumplimiento de
las obligaciones por parte de los sujetos obligados pudiera quedar impune
frente a la muerte de la persona cuyos derechos fueron violados y esto
sería incongruente con lo dispuesto en el artículo 1° Constitucional.
3 Amparo directo en revisión 4398/2013 resuelto por la Primera Sala el 2 de abril de 2014.
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De esta manera, se notar que las obligaciones estatales de protección y
defensa de los adultos mayores son permanentes, máxime cuando su
avanzada edad los coloca con frecuencia en una situación de dependencia
familiar, discriminación e incluso abandono, por lo que a pesar de su
fallecimiento, debe velarse siempre por sus derechos, pues la verificación
en el cumplimiento de las obligaciones en la materia y una eventual
reparación, permite lograr un mecanismo eficaz de respeto y garantía de
los derechos de los adultos mayores; consecuentemente, se estimaron
infundados los argumentos de la quejosa, ya que sí es procedente estudiar
la posible transgresión a los derechos humanos de la parte actora en la
acción de revocación, aun cuando haya fallecido.
Acto seguido, la Sala procedió al estudio de los argumentos en los que la
quejosa alegó que la responsable se excedió en sus facultades al analizar
los agravios de la parte actora.
d) Indebido ejercicio del control de convencionalidad
La quejosa argumentó que la sala responsable no debió ejercer un control
de convencionalidad y desaplicar la norma, sino que previamente debió
verificar si derivado de un ejercicio interpretativo, podía superarse la
supuesta incompatibilidad con estándares internacionales de protección a
los adultos mayores.
Al respecto, la Primera Sala se percató que la autoridad responsable
abordó el tema de la convencionalidad de una manera muy general, sin
advertir que la problemática planteada debía realizarse desde vertientes
diferentes: por un lado, establecer si el artículo 2352 del Código Civil de
Hidalgo resultaba inconstitucional, y por el otro, determinar si la aplicación
e interpretación que realizó respecto de tal numeral resultaban
compatibles con el parámetro de regularidad constitucional que rige la
protección de los adultos mayores. En razón de lo anterior, se estimó
procedente analizar los argumentos de la quejosa respecto a este indebido
ejercicio de control de convencionalidad.
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e) Control de convencionalidad del artículo 2352 del Código Civil de
Hidalgo
Se estimó que, tal como sostuvo la quejosa, la Sala responsable no debió
inaplicar tajantemente el artículo combatido al estimar que contravenía los
estándares internacionales en materia de protección de los derechos de
los adultos mayores, sin antes verificar si derivado de un ejercicio
interpretativo podía superarse la supuesta incompatibilidad.
Para ello, se señaló que la Primera Sala ha sostenido que el principio de
interpretación conforme es una regla que implica la actividad interpretativa
por parte del juzgador, a fin de agotar todas las posibilidades de encontrar
en ella un significado que la haga compatible con la Constitución y por
ende, subsistir dentro del ordenamiento, de manera tal que únicamente en
los casos donde exista una clara incompatibilidad o una contradicción
insalvable, podría declararse inconstitucional.
Lo anterior, toda vez que la interpretación de normas se ha fundamentado
tradicionalmente en el principio de conservación de ley, situación que no
aconteció en la especie, pues en el caso concreto, la Sala responsable
determinó declarar inválida la norma sin realizar previamente un adecuado
ejercicio de constitucionalidad.
De igual manera, se expresó que el Alto Tribunal ha establecido que el
artículo 1° constitucional reconoce una serie de derechos contenidos tanto
en la Constitución Federal, como en los tratados internacionales de los
que nuestro país es parte, los cuales no se relacionan jerárquicamente
sino de manera en la que puedan armonizarse a través del principio pro
persona, concluyendo que los derechos humanos, con independencia de
su fuente constituyen el parámetro de regularidad constitucional.
Posteriormente, se invocó el texto del amparo directo en revisión
1672/2014, resuelto por esta misma instancia, en el cual se fijaron los
alcances y contenido de la protección especial de los derechos humanos
de las personas adultas mayores, al precisar que si bien no existe un
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instrumento internacional o regional específico sobre la protección de los
derechos humanos de este grupo, son muchos los que incorporan
disposiciones que reconocen sus derechos.
En ese contexto, se indicó que la primera referencia normativa sobre este
grupo que requiere especial protección, se ubica en el artículo 25 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, contemplándolos a
través de la seguridad social y un nivel de vida adecuado; desde una
perspectiva semejante, el Pacto Internacional de los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales reconoce las prestaciones en esta
materia en la ancianidad.
Se hizo notar que el primer tratado internacional en el marco de las
Naciones Unidas que señaló a la edad como una causa de discriminación,
fue la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de
Discriminación Contra la Mujer. Posteriormente, la Convención sobre los
Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad incluyó el acceso
a la justicia mediante ajustes a los procedimientos adecuados a la edad,
así como la protección contra cualquier forma de explotación o violencia,
teniendo en cuenta, entre otros, dicho factor.
Asimismo, la Sala apuntó que los contenidos mínimos de los derechos de
los adultos mayores, están plasmados en los Principios de las Naciones
Unidad en favor de las Personas de Edad,4 agrupados en cinco
categorías: independencia, participación, cuidados, autorrealización y
dignidad. Sin que sea óbice, que dicho instrumento tenga el carácter de
soft law,5 ya que éste representa las aspiraciones de la comunidad
internacional, mismas que pueden influir y ser incorporadas dentro de la
jurisprudencia o las leyes nacionales, pues en éste, se hace alusión a la
inclusión de medidas legislativas.
4 Aprobados por la Asamblea General el 16 de diciembre de 1991, mediante la Resolución 46/91. 5 Es decir, que dicho instrumento no estuvo abierto a firma y ratificación, ni tampoco está sujeto a revisión por los órganos judiciales internacionales.
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También se destacó el contenido de la Observación General No. 6 del
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como la
Recomendación General No. 27 del Comité para la Eliminación de la
Discriminación contra la Mujer, pues en ambas se marcan las obligaciones
de los Estados parte en diversos ámbitos en los que pueden participar las
personas de la tercera edad y se puntualizó que la máxima referencia en
el sistema interamericano es el Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador), pues en
su artículo 17,6 explícitamente indica que todas las personas tienen el
derecho a contar con una protección especial durante su ancianidad, sin
que pase desapercibido que el tema de violencia contra las personas
mayores, es abordado tanto por la Convención Americana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención Belém Do
Pará), como por la Declaración de San Pedro Sula.
De lo anterior, la Sala apreció que en el sistema universal e
interamericano, se ha generado un modelo de atención específico a cierta
categoría de personas en estado de desventaja o vulnerabilidad, en el que
prima la igualdad sustantiva, que supone la necesidad de adoptar medidas
especiales de protección o promoción a su favor, con objeto de eliminar
las barreras sociales, jurídicas, institucionales e incluso físicas que les
impidan gozar de una efectiva igualdad con los demás sectores de la
población.
En ese orden de ideas, aplicando lo antes expuesto al caso concreto, el
artículo tildado de inconstitucional, a juicio de la Primera Sala, tiene un
objetivo constitucionalmente válido ya que el legislador del Estado de
Hidalgo moduló los supuestos de revocación de la donación, restringiendo
la ingratitud a la comisión de un delito perteneciente al derecho privado y
6 Artículo 17. Toda persona tiene derecho a protección especial durante su ancianidad. En tal cometido, los Estados partes se comprometen a adoptar de manera progresiva las medidas necesarias a fin de llevar este derecho a la práctica y en particular a: a. Proporcionar instalaciones adecuadas, así como alimentación y atención médica especializada, a las personas de edad avanzada que carezcan de ella y no se encuentren en condiciones de proporcionársela por sí mismas; b. Ejecutar programas laborales específicos destinados a conceder a los ancianos la posibilidad de realizar una actividad productiva adecuada a sus capacidades respetando su vocación o deseos; c. Estimular la formación de organizaciones sociales destinadas a mejorar la calidad de vida de los ancianos.
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a la negativa de socorrer en caso de sobrevenir la pobreza, toda vez que
con ello se protege el respeto a la autonomía de la voluntad.
Además, la Primera Sala indicó que de la comparación entre la
normatividad constitucional y el artículo 2352 del Código Civil del Estado
de Hidalgo, no se advirtió una restricción arbitraria o subjetiva de los
derechos de los adultos mayores, ya que no contiene una prohibición para
el juzgador de tomar en cuenta las condiciones de vulnerabilidad de la
persona mayor, sino que existe la apertura para que se valoren dichas
cuestiones en relación con los términos “socorro” y “pobreza”. Así, se
indicó que resultó inadecuado lo resuelto por la responsable, ya que no
puede considerarse inconstitucional una norma por un simple ejercicio
comparativo con los estándares internacionales, de tal manera que no es
válida su inaplicación.
Consecuentemente, se otorgó el amparo y protección de la Justicia
Federal a la quejosa, a fin de que se dejara insubsistente la sentencia
reclamada y en su lugar se dictara una nueva en la que la Sala
responsable se pronunciara nuevamente sobre los agravios de la parte
recurrente, considerando para ello, que el mencionado artículo 2352 es
constitucional al modular válidamente la voluntad que rigen los contratos,
por lo que no debe inaplicarse.
El asunto se resolvió por unanimidad de cinco votos de los señores
Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge
Mario Pardo Rebolledo, Norma Lucía Piña Hernández y Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena.
Del presente asunto derivaron las siguientes tesis:
ADULTOS MAYORES. EL ESTUDIO DE LA POSIBLE TRANSGRESIÓN
A SUS DERECHOS HUMANOS, PROCEDE AUN CUANDO HUBIEREN
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FALLECIDO DURANTE EL PROCEDIMIENTO DE LA ACCIÓN DE
REVOCACIÓN DE LA DONACIÓN POR INGRATITUD.7
DONACIÓN. EL ARTÍCULO 2352 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO
DE HIDALGO QUE PREVÉ LA ACCIÓN DE SU REVOCACIÓN POR
INGRATITUD, ES CONSTITUCIONAL.8
DONACIÓN. SU REVOCACIÓN POR CAUSA DE INGRATITUD ES UNA
ACCIÓN PERSONAL QUE PUEDE CONTINUAR DESPUÉS DE
FALLECIDO EL DONATARIO.9
Suprema Corte de Justicia de la Nación Dirección General de Casas de la Cultura Jurídica
Dirección de Normatividad y Crónicas
16 de Septiembre No. 38, Mezzanine, Col. Centro, C. P. 06000, México, D. F., México
7 Tesis: 1a. CCXLIX/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 36, Noviembre de 2016, Tomo II, Pág. 889, Registro 2012969. 8 Tesis: 1a. CCL/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 36, Noviembre de 2016, Tomo II, Pág. 899, Registro 2012972. 9 Tesis: 1a. CCLI/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 36, Noviembre de 2016, Tomo II, Pág. 900, Registro 2012973.