EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe...

17
ANO SEGUNDO.- JUEVES 26 DE AGOSTO DE 1852. NÚM. 12,2 ••n••n •••nray,-,nnn•• n••taimnfr EL FARO NACIONAL, REVISTA DE JURISPRUDENCIA, DE ADMINISTRACION, DE TRIBUNALES Y DE INSTRUCC1Or PUBLICA. PERIODICO OFICIAL DEL ILUSTRE COLEGIO DE ABOGADOS DE MADRID, DE LA. ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA Y LEGISLACION Y DE LA SOCIEDAD DE SOCORROS MÚTUOS DE LOS JURISCONSULTOS. SE PUBLICA DOS VECES POR SEMANA ; JUEVES Y DOMINGOS. SE SUSCRIBE EN MADRID: En la redaccion , y en las librerías de Cuesta, illonier, Bailly-Bailliere, la Pu- blicidad, Lopez y Villa, á OCHO REA- LES al mes, y VEINTE Y DOS al_tri- mestre.—La redaccion y oficinas del pe- riódico se hallan establecidas en la palle del Carbon , número 8, cuarto tercero. SE SUSCRIBE EN PROVINCIAS En las principales librerías, y en casa de los promotores y secretarios de los juzgados á TREINTA REALES al tri- mestre ; y á VEINTE Y SEIS librando la cantidad directamente sobre correos, por medio de carta franca á la Orden del administrador . del periódico. SECCION OFICIAL. PRESIDENCIA DEL CONSEJO DE MINIS- TROS. Nombramientos de gobernadores.—Por real decreto de 16 de agosto, publicado en 22, S. M. la Reina, de acuerdo con el parecer del Consejo de ministros, ha venido en nombrar gobernador- de la provincia de Málaga á D. Agustin Alvarez So--• tornayer, que lo es de la de Badojoz; joz . para. la de Badajoz,'á D.Pedro Bardají, que lo es de la de Gua- dalajara; para la de Guadalajara, á D. Felipe Ari- llo, que lo es de la de Lugo; para la de Almería, á D. José María Bremon, que lo es de la de Alava; para la de Alava, á D. Luis Antonio Medro, que lo es deja de Almería, y para la de Lugo, á don Mario de la Escosura, secretario que es del gobier- no de la provincia de Valencia. . GRACIA Y JUSTICIA. Por real órden de 19 de agosto, publicada en 22, S. M. la Reina, de acuerdo con el parecer del . Consejo de Instruccion pública, se ha servido aprobar para testo en las escuelas normales de instruccion primaria la obra titulada El maestro de primeras letras, traducida de la que en francés escribió Mr. Matter, y para consultas otra con el titulo de Fundamentos del vi- gor y elegancia de la lengua castellana, por don Gregorio Garcés y D. Antonio Capmany, segunda edicion. - IDEm. Real órden Inarcando á los edito- res de obras las reglas que han de observar para disfrutar los beneficios de la ley de propiedad li- teraría. Publicada en 22 de agosto. Para poner en consonancia lo prevenido en el art. 13 de la ley do 10 de junio do 1847, sobre propiedad literaria, con lo mandado en varias rea- TOMO les órdenes aclaratorias del espresado artículo , y señaladamente con las consecuencias naturales de la incorporacion de los diferentes ramos de ins- truccion pública en el ministerio de Gracia y Jus- ticia, la reina (Q. D. G.) se ha dignado dictar las disposiciones siguientes. L a Los que publiquen en la provincia de Ma- drid alguna obra, entregaran - dos ejemplares do ella en el ministerio de Gracia y Justicia, antes de anunciarse su venta, sin cuyo requisito se en- tenderá que renuncian á los beneficios que conce- de á los autores y editores la ley de propiedad li- teraria. 2.' En el ministerio de Gracia y Justicia, sec- cion-L a de instruccion pública, se llevará un re- gistro donde consten todas las obras que se presen- ten para los efectos de la ley de propiedad litera- ria, espresándose en él todas las circunstancias de las mismas, y debiendo estar foliadas y rubricadas sus hojas par el jefe de la espresada seccion. 3. a A los autores ó editores de las ohm as pre- sentadas se les entregará un recibo con las mismas circunstancias anotadas en el registro, y con espre- sion ademas del folio y número del asiento, cuyo recibo firmará el propio jefe de la seccion 4.* de instruccion pública, para que en todo tiempo obre los efectos que la ley previene. 4.' Uno de los dos ejemplares presentados se remitirá inmediatamente á la biblioteca nacional, y el otro quedará depositado en la del ministerio de Gracia y Justicia. En las portadas de ambos ejemplares se hará constar el objeto y la fecha del d En las demas provincias del reino, los que publiquen alguna obra entregarán los dos ejem- plares que la-ley previene en la secretaría del go- bierno civil respect,o iviolt.nietnur r t e e gif t u ro s , e file a Lir t, en cada una el corres i ru- bricado enlodas sus hojas por el secretario, w los mismos términos que espresa el art. 2.° El I ecibo quo do los dos ejemplares citados deberá darse al 111

Transcript of EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe...

Page 1: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

ANO SEGUNDO.-

JUEVES 26 DE AGOSTO DE 1852. NÚM. 12,2••n••n •••nray,-,n•nn•• n••taimnfr

EL FARO NACIONAL,REVISTA DE JURISPRUDENCIA,

DE ADMINISTRACION, DE TRIBUNALES Y DE INSTRUCC1Or PUBLICA.

PERIODICO OFICIAL

DEL ILUSTRE COLEGIO DE ABOGADOS DE MADRID, DE LA. ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA

Y LEGISLACION Y DE LA SOCIEDAD DE SOCORROS MÚTUOS DE LOS JURISCONSULTOS.

SE PUBLICA

DOS VECES POR SEMANA ;

JUEVES Y DOMINGOS.

SE SUSCRIBE EN MADRID:En la redaccion , y en las librerías de

Cuesta, illonier, Bailly-Bailliere, la Pu-blicidad, Lopez y Villa, á OCHO REA-LES al mes, y VEINTE Y DOS al_tri-mestre.—La redaccion y oficinas del pe-riódico se hallan establecidas en la palledel Carbon , número 8, cuarto tercero.

SE SUSCRIBE EN PROVINCIASEn las principales librerías, y en casa

de los promotores y secretarios de losjuzgados á TREINTA REALES al tri-mestre ; y á VEINTE Y SEIS librandola cantidad directamente sobre correos,por medio de carta franca á la Orden deladministrador . del periódico.

SECCION OFICIAL.

PRESIDENCIA DEL CONSEJO DE MINIS-TROS. Nombramientos de gobernadores.—Por realdecreto de 16 de agosto, publicado en 22, S. M. laReina, de acuerdo con el parecer del Consejo deministros, ha venido en nombrar gobernador- dela provincia de Málaga á D. Agustin •Alvarez So--•tornayer, que lo es de la de Badojoz;joz . para. la deBadajoz,'á D.Pedro Bardají, que lo es de la de Gua-dalajara; para la de Guadalajara, á D. Felipe Ari-llo, que lo es de la de Lugo; para la de Almería,á D. José María Bremon, que lo es de la de Alava;para la de Alava, á D. Luis Antonio Medro, quelo es deja de Almería, y para la de Lugo, á donMario de la Escosura, secretario que es del gobier-no de la provincia de Valencia. .

GRACIA Y JUSTICIA. Por real órden de 19de agosto, publicada en 22, S. M. la Reina, deacuerdo con el parecer del . Consejo de Instruccionpública, se ha servido aprobar para testo en lasescuelas normales de instruccion primaria la obratitulada El maestro de primeras letras, traducidade la que en francés escribió Mr. Matter, y paraconsultas otra con el titulo de Fundamentos del vi-gor y elegancia de la lengua castellana, por donGregorio Garcés y D. Antonio Capmany, segundaedicion. -

IDEm. Real órden Inarcando á los edito-res de obras las reglas que han de observar paradisfrutar los beneficios de la ley de propiedad li-teraría. Publicada en 22 de agosto.

Para poner en consonancia lo prevenido en elart. 13 de la ley do 10 de junio do 1847, sobrepropiedad literaria, con lo mandado en varias rea-

TOMO

les órdenes aclaratorias del espresado artículo , yseñaladamente con las consecuencias naturales dela incorporacion de los diferentes ramos de ins-truccion pública en el ministerio de Gracia y Jus-ticia, la reina (Q. D. G.) se ha dignado dictar lasdisposiciones siguientes.

L a Los que publiquen en la provincia de Ma-drid alguna obra, entregaran - dos ejemplares doella en el ministerio de Gracia y Justicia, antesde anunciarse su venta, sin cuyo requisito se en-tenderá que renuncian á los beneficios que conce-de á los autores y editores la ley de propiedad li-teraria.

2.' En el ministerio de Gracia y Justicia, sec-cion-L a de instruccion pública, se llevará un re-gistro donde consten todas las obras que se presen-ten para los efectos de la ley de propiedad litera-ria, espresándose en él todas las circunstancias delas mismas, y debiendo estar foliadas y rubricadassus hojas par el jefe de la espresada seccion.

3. a A los autores ó editores de las ohm as pre-sentadas se les entregará un recibo con las mismascircunstancias anotadas en el registro, y con espre-sion ademas del folio y número del asiento, cuyorecibo firmará el propio jefe de la seccion 4.* deinstruccion pública, para que en todo tiempo obrelos efectos que la ley previene.

4.' Uno de los dos ejemplares presentados se

remitirá inmediatamente á la biblioteca nacional,y el otro quedará depositado en la del ministeriode Gracia y Justicia. En las portadas de ambosejemplares se hará constar el objeto y la fecha deld

En las demas provincias del reino, los que

publiquen alguna obra entregarán los dos ejem-plares que la-ley previene en la secretaría del go-

bierno civil respect,oiviolt.nietnur rt eegif turos, efilea Lir t, encada una el corres

iru-

bricado enlodas sus hojas por el secretario, w los

mismos términos que espresa el art. 2.° El I eciboquo do los dos ejemplares citados deberá darse al

111

Page 2: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

598

EL FARO NACIONAL.

autor ó editor de la obra, llevará la firma del go-bernador de la provincia. _

6. a Los gobernadores remitirán mensualmenteal ministerio los dos ejemplares de cada , una de lasolrras entregadas, á virtud de lo dispuesto en elart. 5.°. ci me igualmente un índice de los títulosy. denlas circunstancil l s de las mismas ajustado aladjunto mcdeb; (1). Cuando en ludo él raes no sehubiere presentado obra alguna , lo participaránigaalracnte a! gobierne.

tos cspresados ejemplares re dará el mismo.destino que previene el art. 4.°, siendo de cargodel secretario del gobierno de la provincia hacerconstar en la portada de cada uno de ellos el ob-jeto v la facha del depósito.

7. i' Mensualmente se publicarán en la Gacelalos títulos de las obras presentadas para los_ efectosde la ley de mopiedad literaria

De real Orden lo comunico á Y. S. para su inte-ligencia y efectos correspondientes.

Dios guarde á V. S. muchos años. San Ildefonso12 de agosto de 1852.—Gonzalez Romero.—Sr. go-bernador de la provincia de...

GOBERNACION. Real decreto, mondando se pu-blique , guarde y cumpla . el 97 y ero reglamentopara el se. rvicio de la Guardia civil. _ Publicadoen 23 de agosto.

En vista de las razones que me ha espuesto elministro de la Gobernacion acerca de las modifica-ciones que la esperiencia aconseja en el regla-mento de la Guardia civil, segun lo_ propuesto porel inspector general del arma , y oído el ConsejoReal, vengo en decretar :, de acuerdo con el parecerde mi Consejo de ministros, que se guarde y cum-pla el reglamento que para el servicio del espre-sado cuerpo he tenido á bien aprobar con esta fe-cha, y que es adjunto á este mi real decreto.

Dado en tiara Ildefonso á dos de agosto de railochocientos cincuenta y dos.—Está rubricado dela Real mano.— El ministro de la Gobernacion,Manuel Bertran de Lis.

REGLAMENTO

PARA EL SERVICIO DE LA_ GUARDIA CIVIL'.suvo.ún

CAPITULO I.

Artículo 1, ° La Guardia civil tiene por objeto:1. ° La couservacion del Orden público.2. o La proteccion ce las personas y de las pro-

piedades fuera y dentro de las poblaciones.3. c. El auxilio que reclame la ejecucion de las

leyes.Art. 2. ° Cuando lo permita el servicio de que

habla el artículo anterior podrá emplearse la Guar-dia civil como auxiliar en cualquiera otro servicio

(1) Omitimos, por su estension, y por ser solo para cono-cimiento de los gobernadores, el modelo á que se refiere ladisposicion sesta de esta real Orden. Basta saber que en 61

ha de e omprendeise el título de la obra, el nombre del au-to• y editor , la forma 6 tamaño, el tomo O entrega y laspáginas, el número de las ediciones, el lugar y año de la

impre$ion , las Mellas de los recibos, los números de losmismos, y las observaciones Tic ocurran hacer cu el mo-delo.

público, que reclame la intervencion de la fuerzaarmada.

CAPITULO II.

Dependetícia de la Guardia civil.41)

Art. '3.° La Guardia civil depende:1. 0 Del ministerio de la Guerra por lo tocante

á su organizacion, personal, disciplina, materialy pereilm de sus haberes.

2. ° Del ministerio de la Gohernacion en cuan-to á su servicio y acuartelamiento.

Art. 4. c El ministerio de Gracia y Justicia ylas autoridades judiciales podrán requerir 'su coo-peracion por conducto de la autoridad civil fuerade los casos urgentes que indicará este reglamento,en los cuales podrá la autoridad judicial entender-se directamente con los respectivos jefes de laGuardia civil.

CAPITULO III.

Del ministerio de la Gobernada%

Art, 5. ° El ministro de la Gobernacion es elúnico conducto por donde se trasmiten las órdenes.de S. M. para disponer el servicio de la Guardiacivil.

Art. 6.° La fuerza del cuerpo de la Guardiacivil se distribuirá destinando un tercio á cada ca-pitanía general, y una compañía de infantería ácada provincia, conlas plazas que las'necesidadesdel servicio reclamen,. y segun , se considere por el

' ministerio de la Gobernacion.La fuerza de caballería,de cada tercio se distri-

buirá •

convenientemente, y segun las necesidadesde servicio, entre todas las provincias de que aquelconste. .

Art. 7.° En caso necesario se podrá por• el mi-nisterio de la Gobernacion reunir temporalmentelos tercios, cuya reunion deberá cesar tan luegocomo desaparezca el motivo grave y urgente quehubiese requerido—esta disposicion estraordinaria.

Art. 8. 0 Este ministerio comunicará directa-mente al inspector general de la Guardia civil, álos gobernadores de'proviucia y á los jefes de lostercios las órdenes relativas al servicio y acuarte-lamiento de la fuerza.Art. Por elministerio de la Gobernacion po-

drá suspenderse de sus funciones á cualquier jefe úoficial de la Guardia civil si por cualquiera causase entorpece el servicio En caso necesario elministerio de la Gohernacion pasará la COIBUDi-eacion oportuna al de la Guerra, á fin de quepor los trámites necesarios proceda á la separa-cien del jefe ú oficial que hubiese sido objeto deesta medida.

Art. 10. Los gobernadores de provincia. dispo-nen el servicio de- la Guardia civil destinada á lasuya respectiva; peto nynca se mezclarán en lotocante al personal, disciplina, material ni movi-mientos militares para la ejecucion del servicio, loque corresponde esclusivamenle á los jefes y ofi-ciales del cuerpo. .

Art.11. Los gobernadores podrán reunir, cuan-do circunstancias graves lo requieran, la Guardiacivil asignada á su provincia en todo ó parle, y enel paraje que crean mas conveniente.

Art. 12. Los gobernadores podrán suspenderen sus funciones de comandante de la Guardia ci-

Page 3: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

EL FARO NACIONAL. 599

vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- delos destinados en el radio de la provincia de sucargo que no dé cumplimiento á las disposicionesprevenidas por la autoridad civil en el círculo de

sus facultades, ó que por cualquier otro -medio en-torpezca el servicio. En este caso deberá el gober-nador dar inmediatament e cuenta al ministerio dela Gobernacion para la revocacion ó aprobacionde aquella providencia.

- Si S. M. se dignase aprobar la conducta del go-bernador, el ministerio de la Gobernacion proce-derá en la forma que prescribe el art. - 9.° de estereglamento.

Art. 13. Lps alcaldes de los pueblos podrán re-querir el auxilio de la Guardia civil del pueblorespectivo.

Art. 14. La Guardia civil no podrá negar esteauxilio, siempre que sea para un•objeto del insti-tuto de dicha fuerza dentro del término municipaldel pueblo respectivo, y no medinen contrario ór-den del gobernador de la provincia.

Cuando sin mediar alguna de estas causas se ne-gare el auxilio , los alcaldes elevarán su queja óreclamacion al gobernador de la provincia. -

Art. 15. Los alcaldes serán responsables deluso que hagan de esta fuerza, debiendo dirigir algobernador cualquiera qiieja que tuvieren de ella..

CAPITULO IV.

De las autoridades judiciales.

Art. 16. El regente ó fiscal de una Audienciaque necesite el 'auxilio de la Guardia civil paracualquier servicio de los que , segun este regla-mento, corresponden á la autoridad júdiciál, diri-girán la coinunicaCion oportuna al_gobernador de-la provincia donde haya de emplearse la fuerza,•elcual no podrá negar este auxilio, fuera de los ca-sos en que no lo permitan obligaciones prefe-rentes.

-No se empleará á la Guardia civil _en el serviciode custodiar los reos en capilla y escoltarlos hastadespues de ser ejecutados, pues • esto es peculiar delas tropas del ejército. •

Art. 17. - El juez de primera instancia ó promo-tor fiscal que necesite el auxilio de la Guardia ci-vil en suyartido respectivo, se dirigirá en los ter-Minos arriba espresados á la autoridad civik, si lahubiese, y en su defecto al comandante de la fuer-za, quien dará el auxilio que se le requiera.

Solo en el caso de atender, como espresa el ar-.tícirlo anterior, á un servicio preferente, podrá laautoridad civil ó comandante de la Guardia civildejar de auxiliar al juez ó promotor fiscal que re-clame su cooperacion.

Si la autoridad civil no residiese en la cabezadel juzgado, podrá requerirse el auxilio directa-mente del comandante de la Guardia civil masmediato, avisándolo al mismo tiempo á la autori-dad civil. -

Art. 18. Las autoridades judiciales, al reque-rir el auxilio de la Guardia civil cuando no fueseincompatible con el sigilo que reclama á- veces laadministracion de justicia , la harán por escrito,indicando el objeto para que necesitan la coope-racial:1 de esta fuerza, segun el formulario Lnúme-ro 1.6

CAPITULO V.Obligaciones y facultades de la Guardia civil.Art. 19. Todo, individuo . de la Guardia civil

,tiene obligacion de obedecer al gobernador de laprovincia y auxiliar á sus delegados cuando re-quieran la intervención de esta fuerza para repri-mir cualquier tumulto ó desórden, sea de la natu-raleza que . fuere. •

Art. 20. La obediencia estricta á las órClenesde la autoridad en. el caso de que se ha Ha en elartículo anterior exime de responsabilidad , y laMenor desobediencia ó morosidad en el cumpli-miento de esta clase de órdenes será castigada contodo el rigor de la ordenanza militar.

Art. 21. La Guardia civil, no solamente tieneobligacion de cooperar al sostenimiento del órdenpúblico, observando y cumpliendo las

es del gobernadorinstruccio-

n de la- provincia y sus delega--dos; sino tambien de acudir par sí al desempeño. deeste servicio cuando no se halle ,presente la auto-ridad : por consecuencia, todo jefe, indi-"viduo de tropa de esta fuerza se halla obligadorespectivamente á sofocar y reprimir cualquiermolla ó desórden que ocurra en su presencia , sin(pie sea necesaria para obrar activamente-la Ordende la autoridad civil.

Art. 22. En todos los casos el jefe de la fuerzaprocederá del modo siguiente:

1.° - Se valdrá del Medio que le dicte la pruden-cia para persuadir á los perturbadores á pire sedispersen y qua no continúen alterando el órdenpúblico.

2.° Cuando estemedio sea ineficaz, les intimaráel uso de la fuerza.

3.° Si á pesar de' esta intimacion persiten losamotinados en la misma desobediencia, restable-cerá á viva fuerza la tranquilidad y el imperio dela ley.

Art. 23. Si los amotinados ó perturleidores hi-cieren uso de cualquier medio violento durnntelas primeras íniinnaiiones, la guardia civil em-pleará tambien la fuerza desde luego, sin precederotras intimaciones ó advertencias.

Art. 24. Toda reunion sediciosa y armada de-berá ser disipada desde luego , arrestando á losperturbadores: si resistiese, se empleará la fuerza.

Art 25. La guardia civil mantendrá de conlí-nuo patrullas en los caminos, y especialmente enlos puntos que ofrezcan alguna inseguridad, arre -alarido su distribucion en términos que haya dospatrullas constantes en el mismo camino, las cua-les recorrerán una misma línea, pero en direccianopuesta. Para que estas patrullas vigilen con exac-titud por la -seguridad de los Caminos reales se es-tablecerán sobre ellos convenientemente puestosde la guardia civil en'todos aquellos puntos ó pue-blos que se considere necesario. '

Art. 26, El comandante de cada puesto lleybrálos registros oportunos para anclar los hechos ¡ni-portantes de que tenga noticia y lodos u s :ictos dela fuerza en el desempeño del servicio. De esteregistro dirigirá :semanalmente breve estradoal comandante de la línea, para que eec su con-

ducto llegue al de la provincia y al gobernador ydenlas autoridades superiores. Sin embargo, cuan-do ocurra algun suceso estraordinari o o l' atable, se

remitirá directamente al gobernador de la pro-poniencLi al mismo tiempovincia un partnespechl,

el suceso -en conocimiento de la autoridad civil yde los jefes (le la guardia civil que deban tenern oticiar 2

de. . Elhect iZArt. 7 guardia civil que vaya mandandouna pareja ó patrulla llevará consigo un cuaderno

registro para notar las entrevistas que han deó

Page 4: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

600 EL FARO NACIONAL.

verificarse de unos puestos con otros, dándose enellas recíprocamente las noticias que hubiesen., ad-quirido, y conferenciando sobre -el mejor medio deprestar el servicio con exactitud. Otro. cuaderno óregistro habrán de llevar las parejas que salgan árecorrer los pueblos de la demareacion de cadapuesto, y cuyo registro deberá ser visado todos losdias, con espresion de la hora de entrar l a y salida,por los alcaldes de los pueblos que visiten, y prin-cipalmente por el de aquel en que pernoctaren.

Art. 28. En los caminos, en los Campos y des-poblados toda fuerza ó pareja de la guardia civilcuidará de proteger á cualquiera persona que sevea en algun peligro ú desgracia, ya prestando elauxilio de la fuerza, ya facilitando el socorro queestuviere á su alcance. Por consiguiente, procuraráproteger á todo -viajero que sea objeto de algunaviolencia; acudir para prestar auxilio cuando alguncarruaje hubiere volcado .6 esperimentado alguncontratiempo que le detenga en el camino; recogerlos heridos, enfermos ó imposibilitados de conti-nuar su marcha ; contribuir á cortar los incendiosen los campos, en las casas aisladas y en las pobla-ciones, y prestar, en suma, del mejor modo que lefuese posible, todo servicio que pueda contribuiral objeto y realce de esta institucion esencialmentebenéfica y protectora.

Art. 29. Es obligacion de la guardia civil laconduccion periódica de presos en las líneas esta-blecidas, bajo la mas estrecha responsabilidad dalque vaya mandando la fuerza. Estas conduccionesse verificarán en dias marcados en cada provincia,y serán dos en cada semana, y no mas, sin que porningun alcalde puedan alterarse las reglas estable-cidas en el particular.

A falta de la Guardia civil, y solo cuando estafuerza se halle completamente ocupada en otrosservicios preferentes; se encargará de la conduc-cion de los presos cualquiera otra, á cuyo efectoen este caso se recurrirá í las autoridades militarespara que faciliten la correspondiente escolta.

Art. 30. Corresponde tambien á la Guardia ci-vil y es de su obligacion, con sujecion á lo preve-nido en este reglamento y á las instrucciones . par-ticulares quo se dieren, velar sobre la observanciade las leyes y disposiciones relativas:

1.° A los caminos, portazgos , pontazgos ybarcajes.

2.° A la conservacion de los montes y bosquesdel Estado, de los pueblos y de los particulares.

3. A la observacion,de las leyessobre uso dearmas, caza y pesca.

4. ° A la conservacion de los pastos del co-mun de vecinos y bienes de propios.

5. ° A los demas ramos ó propiedades que for-men parte de la riqueza pública ó comunal.

6. A la conservacion de todas las propiedadesde los particulares.

Art. 31. La Guardia civil, como consecuenciade lo que previene el artículo anterior, velaráconstantemente sobre todo lo que constituye la po-licía rural, respecto á que no se toquen los árbolesque se hallan en los caminos y sotos, que no se in-troduzcan ganados en los montes y terrenos parti-culares que sean vedados, procediendo á la doten-cien de las personas que en los montes se hallenfuera del camino con instrumentos de corta ó ar-ranque; impedir que dentro de los mismos montesse ,eneiendan fuegos ni se hagan cortas antes de sa-lir el sol y desp.ues de ponerse, con todo lo demasque concierne á la conservacion de la propiedad y

represion de los ataques que pueda esperimentar,auxiliando para ello á los guardias y demas que re-clamen sü auxilio.

Art. 32.. Es tambien obligacion de la Guardiacivil :

1.° Tomar noticia de la perpetracion de cual-quier delito ó hecho contrario á las leyes, decretosy órdenes del gobierno, bandos de las autoridadesy ordenanzas municipales.

2.° Recoger los vagabundos que anden por loscaminos y despoblados y los fugados'de las cárce-les ó'presidios, entregándolos á la inmediata au-toridad civil, para lo cual será obligacion de losalcaldes de los pueblos y jueces de primera ins-tancia facilitar á los jefes de los puestos y patrullasUna lista de las personas que se hallen compren-didas en estos casos, con espresion muy determi-nada y esplícita de_ las señas personales, con todaslas circunstancias necesarias pasa evitar equivoca-ciones.

3.° Recoger los prófugos de los sorteos y deser-tores del ejército, entregando los primeros á laautoridad civil y los segundos á la autoridad mili-tar del pueblo mas inmediato. •

4;° Perseguir y detener á los delincuentes éinfractores de las disposiciones á que se refiere elpárrafo primero de este artículo , entregándolos ála autoridad ó tribual competente.

5. Acudir al punto necesario para la perse-cucion de los ladrones ó malhechores, siempre quetengan noticia de haber Ocurrido un robo ó de laápariciol ► de gente Sospechosa en la demarcaciondel distrito que les estuviese confiado.

Art. 33; En todas -las poblaciones cabezas departido Midal habrá un puesto de la Guardia civil,cuya fuerza tendrá obligacion de presentar algunapareja una vez al mes en todos los pueblos de quese componga el partido, siempre que atencionespreferentes del servicio no lo impidan. Si por lamucha estension del partido no fuese suficienta áeste fin el puesto establecido en la cabeza de él, seestablecerá en el punto competente otro para lo-grar dicho objeto.

Art. 34.. Habrá siempre en las ferias y rome-rías una fuerza ó patrulla de la Guardia civil queno bajará de tres individuos. El comandante dejaseccio4► cuidará de conservar el órden interior y laseguridad personal en los caminos inmediatos , ácuyo fin se establecerán por las avenidas y .con-tornos del pueblo donde la feria se celebre parejasque patrullen y vigilen de continuo , así de diacomo de noche, hasta (pie cese el motivo que sueleen estos casos atraer á los malhechores, vagos ygente perdida.

Art. 35. Si, en consecuencia de cualquier acon-tecimiento ó motin, la Guardia civil tuviese que to-mar para hacerse respetar una actitud militar , losalcaldes de los pueblos no podrán mandarla reti-rar hasta despues de restablecido el órden.

Art. 36. El comandante de una patrulla -6 pa-reja de la Guardia civil, ó cualquier individuo deesta fuerza que obre separadamente, se halla obli-gado :

1.° A exigir la presentacion del pasaporte ópase á los viajeros y transeuntes de cualquieraclase ó calidad que sean, deteniendo á los que nolleven dicho documento en debida forma para pre-sentarlos á la autoridad competente , siempre quela detencion se verifique dentro ó en las inmedia-ciones del pueblo dónde resida alguno de aquellosfuncionarios; pero si la falta se notare en los ca-

Page 5: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

prestado este servicio dará parte á la autoridad, ba-jo cuya direccion continuará prestando el ser .vicio.

Art. 4.2. Ningun individuo de la Guardia civilpodrá entrar en casa alguna particular , no siendoen despoblado, sin previo permiso del dueño. Si ladetencion de un delincuente ó la averiguacion deun delito exigiese el allanamiento , y el dueño seopusiera á ello , deberá el jefe de la fuerza darparte á la autoridad local, tomando las disposicio-nes necesarias para ejercer entre tanto una eficazvigilancia.

Art. 43. La prohibicion anterior no comprendelas fondas, cafés, tabernas, posadas, mesones y (le-mas casas, donde se admite ó reune el público,bajo cualquier forma que fuere, en las cuales podráentrar cualquier individuo de la Guardia civil, yaen virtud de requerimiento de la autoridad compe-tente, ya de su propio impulso, cuando tenga noti-cia de algun delito, desórden ó infraccion cometi-da en el interior de estos establecimientos, ó loexija la detencion de algun delincuente.

Art. 44. La Guardia civil debo auxiliar á lasautoridades judiciales para asegurar la buena ad-ministracion de justicia en todas sus partes , y á suvez las autoridades judiciales darán á la Guardiacivil cuantas noticias reclame y sean conducentespara la aprehension de los reos prófugos y todaClase de malhechores.

Art. 45. Es obligacion de todo jefe ó individuode la Guardia civil ciar á los jueces de primerainstancia de los partidos inmediata cuenta de todoslos delitos que lleguen á su noticia , remitirlesoportunamente las sumarias que instruyan, y po-ner á su disposicion los delincuentes que se apre-hendan.

Art. 46. La Guardia civil, por último, prestaráel servicio necesario para asegurar el órden y lalibertad en la celebracion de los juicios de los tri-bunales , cuando no baste para ello la fuerza delos vigilantes ni los demas dependientes de las Au-diencias ó juzgados.

CAPITULO VI.

Del acuartelamiento.

Art. 47. En todas las capitales de provincia,cabezas de partido y denlas pueblos y despobladosen que estuviese determinada la permanencia deun puesto fijo de la Guardia civil, se le proporcio-nará la correspondiente casa cuartel para la fuerzaque á cada una estuviese asignada.

Art. 48. Por el ministerio de la Gobernacion.y con cargo al capítulo del presupuesto asignado áeste objeto, se facilitarán los fondos necesariospara construir ó alquilarlas casas cuarteles.

Art. 49. El servicio del acuartelamient o de

todos los puestos estará á cargo de la inspeccióngeneral del cuérprren los puestos pasajeros, y enlos demas pueblos en que se presente' y pernoctela Guardia civil se alojará en la forma establecida.para las demas tropas del ejército.

El utensilio necesario pura las casas-cuarteles sesuministrará por el cuerpo , á cuyo fin se haráel abono correspondiente por el ministerio de laGuerra.

CAPITULO

Disposiciones. 9enerales,

0.1 .(Ti..9.19 1 1. D i'lik IV! POrA

EL FARO NACIONAL

601mrssea0.

mines, solo deben detener á los viajeros que infun-dan sospecha para presentarlos á la autoridad in-mediata, limitándose respecto de los demas á darparte á la autoridad civil, y prescribir al interesa-do ó interesados la obligacion que tienen do pro-veerse del correspondiente documento do seguridaden el pueblo mas cercano en la direccion en queviajen.

2.° Podrá detener á todo carruaje público conobjeto de exigir el pasaporte á los viajeros, aun-que procurando causarles la menor detencion po-sible.

3.° Exigirá igualmente la presentacion de laslicencias de uso de armas, de caza ó de pesca, dan-do parte de cualquier falta al alcalde del pueblodonde resida el interesado.

4..° Podrá entrar , si lo cree conveniente parasu servicio, á cualquiera hora del dia y de la nocheen las ventas y casas situadas en despoblado, cuan-do haya motivo para sospechar que se abriga enellas algun malhechor ó delincuente.

5.° Deberá pedir á los , alcaldes de los pueblosnoticia y señas de los desertores y prófugos, asícomo de las personas de mal vivir que pueda ha-ber en cada uno, ó que se alberguen en su térmi-no, cuya noticia no podrán negar, entendiéndoseque esto ha de ser siempre por escrito.

Art. 37. Todo individuo de la Guardia civilse halla igualmente facultado para . instruir la su-maria informacion de cualquier delito cometidoá su vista, ó denunciado por los transeuntes úotras personas que se hallen fuera de poblacion, yperpetrado próximamente á la denuncia, presen-tando la sumaria al juez de primera intancia res-pectivo lo mas antes posible , sin que en ningtmcaso pueda esceder este plazo de cuatro días, con-tados desde aquel en que se verifique el sucesoque la motive.

Art. 38. Ningun jefe ni individuo de la Guar-dia civil podrá imponer ni cobrar por sí multas niotra pena alguna, ni aun las prescritas en las leyes,bandos ó disposiciones 'vi aentes; debiendo en estoscasos reducirse á presentar el infractor á la auto-ridad competente, y circunscribirse al uso de lasfacultades. que determinan los artículos ante--riores.

Art. 39. Los gobernadores de provincia dis-pondrán tambien el servicio que deba hacer laGuardia civil en lo interior de las poblaciones,respecto á la asistencia de esta- fuerZa á las reunio-nes públicas, sin Otro objeto que atender á la con-servacion del órden y proteccion de las personas,cuidando de no emplear los individuos del cuerpomas que en un caso muy estraordinario, en exigirlos pasaportes, ni en otro oficio alguno de policíainterior de las poblaciones que les distraiga de suservicio en el estertor. -

Art. D. Cuando la autoridad civil no juzguebastante la fuerza dedos vigilantes para cualquierservicio de los que le están asignados, podrá re-querir pasajeramente el auxilio de la Guardia ci-vil, que obrará siempre á las órdenes de sus inme-diatos jefes. -

Art. 41. Todo jefe ó individuo de la Guardia• civil puede . hacer directamente,. sin previa órden

ni requerimiento de la autoridad, cualquier ser-vicio de-esta especie cuando los hechos ocurran ásu vista ó por su inmediacion, ó sea llamado porun vecino necesitado para un caso urgente. En es-te, case, despees de proveer á lo mas necesario, el~99%091449 of.q 14. itmll 'in 411419".

Page 6: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

602 EL FARO NACIONAL.

-del objeto de su instituto, y la autoridad qpe lohiciere será responsable do este abuso.,

Art. 51. La Guardia civil no, podre emplearseen la conduccion de pliegos, sino cuando algunacircunstancia estraordina ria lo hiciese absoluta-mente indispensable, dando cuenta del motivo quelo cause.

Art. 52. La Guardia civil no se empleará endeis de honor. En cada gobierno de provinciaguardias

habra un ordenanza de esta fuerza para comunicarlas órdenes referentes al servicio del cuerpo única-mente.

Por título ni pretesto alguno se empleará alguardia que desempeñe este cargo de ordenanza en ,asuntos domésticos ni ocupacion alguna que pudie-ra rebajar el lustre y decoro del cuerpo.

Art. 53, La autoridad civil no podrá mezclarseen las interioridades del cuerpo, en su parte ma-terial y personal , y deberá solo concretar sus ór-denes al servicio que han de prestar los individuos,con sujecion á este reglamento.

Art. 54. Las órdenes para el , servicio de laGuardia civil se darán por escrito, firmadas por laautoridad de que emanen • pero los gobernadoresde las provincias podrán darlas de palabra cuan-do la urgencia del caso lo requiera.

Art. 55. Si alguna autoridad subalterna ó al-calde se escediese en el desempeño de sus atribu-ciones respecto de la Guardia civil, se producirá laqueja por el conducto regular al comandante dela misma Guardia civil de la provincia, quien laelevará al gobernador para su resolucion.

Art. 56. Solo los gobernadores de las provin-cias ó los que los sustituyan en el mando podránllamar á su casa al comandante de la•Guardia ci-vil de la provincia respectiva ó á sus subordi-nados.

Art. 57, Cuando los gobernadores de provin-cia observen cualquier defecto en el personal de laGuardia civil , podrán advertirlo al comandantedel cuerpo de la provincia de su cargo; y si esteno remediase la falta observada , se dirigirán aljefe del tercio, quien tomará las medidas conve-nientes para remediarla con la mayor prontitud yeficacia, dando cuenta al inspector generar delcuerpo, á quien tambien podrán dirigirse los go-bernadores de provincia, siempre que crean con-veniente hacer alguna observacion acerca del ma-terial, personal y percibo de los haberes de laGuardia civil, que en esta parte depende del mi-nisterio de la Guerra.

Art. 58. El inspector general de la Guardia ci-vil queda facultado para velar sobre el cumpli -miento del servicio, segun lo prevenido en este re-glamento, para lo . cual se entenderá directamentecon este ministerio y con los gobernadores de lasprovincias, siempre que con dicho objeto lo estimeconveniente.

Art. 59. El mismo inspector general tiene fa-cultad para disponer por sí la reunion ó concentra-cion de los puestos del cuerpo de su cargo cadavez cpie lo juzgue conveniente por invasion de fac-ciosos en cualquiera provincia de la monarquía;pero en la precisa.obligacion de dar cuenta á esteministerio, y con la de que, tan luego como des-aparezcan las circunstancias que dieren lugar áesta medida, vuelvan el puesto ó puestos reconcen,trados á su respectivo destino.

Art. 60. Los gobernadores de las provinciascuidarán de que se dé á los respectivos comandan-tes de la Guardia civil un ejemplar del Boletin ofi-

cial de las -mismas para que puedan estar enteradosde todas las reales órdenes y disposiciones vigen-tes, y les trasladarán las que sean de ineeres parael servicio del cuerpo y no se hallen insertas endicho Boletín.

Art. 61. Los gobernadores cuidarán tambiende proveer á todos los guardias que presten el ser-vicio en su provincia de la correspondiente ere-.dencial.

Art. 62. La Guardia civil no puede deliberarni representar en cuerpo sobre ninguna clase deasuntos , ni tampoco podrán sus individuos repre-sentar en ningun caso sobre negocios públicos.

Art. 63. Los (lúe prestaren algun servicio es-traordinario serán propuestos • S. M. para que seles conceda la debida recompensa , la cual , segunla clase del individuo y del servicio prestado, eón-sistirá en un premio análogo á su carrera. Los he-chos de armas serán recompensados por conductodel ministerio de la Guerra.

Art. 64. Todo individuo de la Guardia civilestá obligado á conducirse siempre con la mayorprudencia y comedimiento, cualquiera que sea elcaso en que se halle, y se castigará severamenteal que no guarde á toda clase de personas los mi-ramientos y consideraciones que deben exigirse áindividuos pertenecientes á una institucion creadapara asegurar el imperio de las leyes , la quietudy el órden interior en los pueblos

' y velar por el

respeto á las personas y bienes de los hombres-pa-cíficos y honrados.

Art. 65. Quedan derogadas todas las reales ór=denes y disposiciones anteriores que esten en con -tradiccion con el presente reglamento.

San Ildefonso 2 de agosto 'de 1852.—Bertran deLis.

HACIENDA. , Por real órden de 14 de agosto,publicada en 24, S. M. la Reina se ha servidoautorizar á la aduana de Ibiza para que pueda ad-mitir y despachar, procedentes del estranjero, elazúcar melado, los cueros al pelo, salados ó secos,y las duelas, como primeras materias necesariaspara los establecimientos fabriles que están paraplantearse en la referida isla.

Por otra, fecha del 16 .y publicada tambien en24, se ha servido S. M. autorizar á la aduana deGandía para la ireportacion del guano estranjero,si bien dirigiéndose previamente los buques con-ductores á la aduana de Valencia para el recono-cimiento y formalizacion de los documentos.

Asimismo, por otra de igual fecha y publicadatambien en 24, S. M. se ha servido mandar, entreotras cosas, y como regla general, que las tiendasde campaña que en lo sucesivo se presenten en lasaduanas satisfagan el 30 y 36 por 100 sobre avalúo,segun bandera.

IDEM. Por real órden de 10 del propio agostopublicada en 24 del mismo, S. M..la Reina, envista de una esposicion de los plateros de Madrid,en que solicitan «se nombren fieles contrastes enlas aduanas del reino que reconozcan y marquenla ley de los metales que contengan las alhajas yjoyería estranjeras, inutilizando las piezas que ca-rezcan de la establecida en las pragmáticas y rea-les disposiciones vigentes, se ha servido desestimardicha pretension, y declarar que los actos de losdespachos en las aduanas no son competentes paracalificar la ley de los metales preciosos que se in-troduzcan del . estranjero y que se presenten al

Page 7: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

r&IIP N. .1..e/011XL, 61)1.,---.............---- — -- —, .adeudo, dejando á la autoridad que corresponda la presadas en los dos artículos anteriores del modoatribucion de hacer cumplir, por los medios que que crean in as conveniente y espedito.estime, en la venta y circulacion de dichas alhajas Art. 8.° Se reproduce y confirma la real órdeny el enjoyelado- ó - bisutería, lo .prevenido en las de 7 de marzo último, por la que se mandó escri-pragmáticas y reales disposiciones vigentes en la hir en corto toda la correspondencia oficial delmateria.» ejército que no deba ir en papel sellado.

Art. 9. c>. Las autoridades y jefes militares quee agostod14doórdenórdrealPorP. se pongan de acuerdo podrán establecer entre sí elGUERRA, pu-

franqueo mutuo ; y las que lo verifiquen daránblicada en 24, S. M. la Reina se ha servido mandar cuenta á este ministerio.se cumpla-y observe, rigiendo desde 1.° de este Art. 10. Los capitanes g enerales de los dist • i-año , la siguiente • , tos y los directores generales de las armas cuida-

- rán de •educiay simplificar, en chanto sea compa-Instruccion.para' la ejecucion en el ejé 9 cito de los tibie con el mejor y mas rápido servicio de S. M.,

reales decretos de - 24 - de setiembre y 17 de diciem- el sistema actual de la correspondencia', procuran-bre del año próximo pasado, relativos al pago de do establecer para con sus respectivos subordina-la correspondencia oficial. . - dos en todos los asuntos que naturalmente lo per-

mitan, sin que se resienta el servicio ni se omití-Artículo 1. ° Se aumentará la gratificacion de dique á los interesados el método de escribir y

gastos de oficina, como indernnizacion del que ori- contestar por índices mensuales, quincenales ó se-gine la correspondencia oficial: - manales.

1. '''' Al ministerio de la Guerra. Art. 11. La documentacion de mucho peso2.,° Al Tribunal Supremo de Guerra y Marina.- podrá remitirse de un punto á otro, por medio de3. ° A los capitanes generales de los distritos, trasportes particulares, -siempre que, sin ocasionar

y al comandante general del Campo de Gibraltar.' retraso, reunan las suficientes garantías de segu-._á. ° Al comandante general de alabarderos ; á ridad.

los directores generales de las armas, al del cuerpo Art. 12. Respecto al porte de los autos de oficio_de sanidad militar y el intendente general militar. y pobres, se estará á lo que se resuelva sobre esto

5.° A los comandantes generales de las pro - particular.viudas, en la forma que se dirá en el art. 5. 0 -

-6.

A los subinspectores de artillería é inge- GOBERNACION. Real órden, declarando l ' I.al an( o que -1,snieros, del modo que se dirá en el art: 6. ° gracias de. o ficiáles de milicias de Ultramar á in-

7. c> A los intendentes é interventores mili- dividuos que no sirven en ellas , son distincionestares. . , honoríficas y -no eximen de quintas. Publicada

Y 8.° A los comandantes de canton. en. 24 de agosto.Art. 2. ° El aumento que por-ahora se conce-

de en dicha gratificacion hasta que la esperiencia Por el ministerio de la Guerra se trasladó á estedé'á conocer la cantidad exacta que deba asignar- de.la Gobernacion, con fecha 1.° del aetual, la roa/s'e, es el que para cada una de dichas autoridades órden siguiente, que en el dia anterior fue coma-se espresa en la relacion adjunta, nicada á las autoridades fuilitares de las pravin-

Art. 3. `°' Dichas autoridades llevarán unacuen- :.cias-ta prolija del importe de la correspondencia oficial «Las dudas que se han suscitado acerca de si losque reciban,. y mensualmente la dirigirán al unten- l que obtienen gradnacioit da los cuerpos de mili-dente general militar, comprobada con los sobres de las posesiones de Ultramar' están ó no es-y las, papeletas que diariamente recojan de las ad-' ceptuados de entrar en quintas, dieron ocasion áministraciones de correos. _-- resoluciones dictadas por los consejo.; provinciales,

Art. 4.° En el caso de que. el referido aumento que el gobierno supremo se vió en la necesidad deno alcance á alguna autoridad para costear la cor- anular. Esto ha convewidJ el anima de la Raigarespondencia oficial en un año, cuidará la inten- I (Q. U. G I'de la necesidad que hay de una aclara-dencia general -de avisarlo oportunamente á este e,ion (pie, sirviendo de base a los fallos de aquellasministerio, para que con la anticipacion debida se 1 corporaciones, persuada á tos Ius da lohaga un nuevo señalamiento que baste á sufragar ' que tienen derecho á e s perar. Ea tal coiweplo,

n 1el espresado gasto. considerando S. M. que la co ii cesi,mi de estasl

Art. 5.° Los capitanes generales de los distri- 1 gracias no debo enien ,lerse con todo el Ilmo de

tos recibirán, ademas de la gratifi,;acion á cada uno l prerogativas y exenciones que los reglamentos deseñalada, el importe calculado de la correspon- aquellos cuerpos. conceden á los olLiales que nen-

2,000 rs. de la-cantidad que los comandantes ge- pan plaza efectiva en ello'r, ; considerando que nodencia de los jefes de canton, y el 'que esceda de

perales de las provincias gasten sobre la gratifica - seria justo igualarlos en . izoces , puesto que no lo

de, 4,000 que para gastos de oficina ycora tos considerando,'cion , rs., qficina - ga

están en- el servicio que prestan, en la.s. obli-

reo tienen señalada. +e i ones que se les imponen, y en lo.-; m-

! ,comisos q ue se hallan e-; in.res; coe,'

toros generales de artillería é ingenieros el iin en fin, que tampoco seria . ,justo ve los intivi-

-Art. 6.° Del mismo modo recibirán los diroc- i

porte, tarnbien calculado, de la cantidad que el duos que consiguen las gracias da qua se trata, ágasto de la correspondencia oficial de los subins- los

cuales ningun debe' de udad iLíblica se les

de las espresadas armad esceda de la mi- impone, tuvieran exencione s que lasti.nan j'Itere-

pectorestad de -la

gratificacion de'9,000 y 3,600 rs. que ses, tanto mas dignos de respeto, ruano que son

respectivamente tienen señaladas. desetaincinueesntsiaon thia,%:e.erst idnel ensciii ;e ivv isto u tliirupstquo acerca el

Art. 7. 0 Los capitanes generales de los distri- Guerra y m arina y las seccioliareistedietuGi,nedreraacyl,ietrito-)

iamrottaeillará,fl.dialo importe á las permuta es- bcoenriallaícoiopriudioent dCeolabileijbourceoarii)oraciones‘ ha tenido

álits y los directores generales de artillería é inge-a,

Page 8: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

tal

bien declarar que las gracias de oficiales de Mili-cias de Ultramar, acordadas en favorde individuosque no vayan á servir en ellas, sean y se entiendancomo distinciones honeríficas que no dan derechoá los que las consiguen á eximirse de quintas, -nile tendrán á usar el uniforme y distintivos de oficia-les de los mencionados cuerpos, caso de caberlesla suerte de soldados, hasta despues de haber ser-vido el tiempo que la ley señale.»

Y enterada S. M. ha tenido á bien mandar que setraslade á los gobernadores de las provincias delreino, á fin de 'que lo dispuesto en la preinsertareal resolucion sirva - de regla general en todos loscasos análogos que puedan ocurrir: .

Madrid 20 de agosto de 1852.—E1 subsecretario,Antonio Gil de Zárate.

GOBERNACION. Real órden, para que en lo su-cesivo entren en las tesorerías y depositarías deHacienda las cantidades para redimir el serviciode las armas. Publicada en 21 de agosto.

Por el ministerio de Hacienda se traslada á estede la Gobernacion en 3 del actual la real órdenguie.nte, que con la misma fecha fue comunicada aldirector general del Tesoro:

«Habiéndose dispuesto entre otras cosas por elreal decreto de I.° del actual que los fondos queexisten en el Banco español de San Fernando concalidad de depósito, procedentes de las consigna-ciones hechas en él y en sus comisiones de las pro-vincias, á nombre de los mozos á quienes corres-pondió la suerte de soldados en las quintas cele-bradas hasta el dia, so trasladen al Tesoro público,bajo las bases establecidas en dicho real decreto, lareina se ha servido mandar que en lo sucesivoingresen precisa v directamente en las tesore-rías y depositarías 'de Hacienda pública con aque-lla misma calidad de depósito las cantidadesque Como sustitueion del servicio militar hayan deconsignar los individuos que le rediman por estemedio , sin perjuicio del derecho que tienen lossoldados reenganchados y los voluntarios de optarporque sus premios se depositen en el Banco si asílo prefiriesen ; y que en su consecuencia cuide esadireccion de que (lidias cajas le faciliten. periódi-camente las noticias de los fondos que ingresen enellas de bLespresada procedencia, á fin de que selleve con la debida exactitud la cuenta de su mo-vimiento , y se evite su apiicacion á otros objetosque los determinados en, el mencionado real de-creto.»

Y enterada S. M. , ha tenido á bien mandar quese circule esta resolucion para conocimiento de losGobernadores de las provincias y de los mozosafectos al reemplazo del ejército.

Madrid 20 de agosto de l852.—E1 subsecretario,Antonio Gil depárate.

GUERRA. Per real decreto de 16 de agosto,publicado el 25, S. M. la Reina e ha servido man-dar que, durante la ausencia de D. Juan de Lara,ministro de la Guerra , se encargue , do (Helio mi-nisterio D. Joaquin Ezpeleta , ministro de Marina.;

La Gaceta. del clic 25 de agosto no contiene nin-guna otra disposicion oficial.

SECCION DOCTRINAL.

SOBRE EL PROVECTO DEL CODIGO CIVIL (I).

LIBRO III, TÍTULO VI. -

ARTICULO IV.

Del contrato de matrimonio.•Son tan notables é importantes las diferencias

que el proyecto del Código civil pretende introdu-cir en nuestra legislacion actual en las materias dedonaciones maVimoniales, dote y sociedad conyu-gal, que no podemos menos de consagrar á su exá-men . algunastetlexiones, continuando de este modola tarea comenzada en el artículo antecedente.

Siguiendo el órden de ideas que nos presenta elproyecto, y á que nos atuvimos tambien en la espo-sicion hecha en nuestro último artículo, son las pri-meras que se ofrecen á nuestra consideracion lasdoctrinas sobre la constitucion de la sociedad legalentre los cónyujes, en las cuales se considera comoley fundamental el pacto que'á su arbitrio y volun-tad otorgasen los mismos, y, en su defecto, las dis-posiciones que las leyes establecen. No nos deten-dremos en manifestar á este propósito , á riesgo deque nuestras opiniones no estén en conformidadcon los adelantamientos de la civilizacion moderna,que siendo la sociedad conyugal enteramente di-versa de todas las demas sociedades legales,creíamos necesario ver aquí proclamado ese prin-cipio de libertad que sirve de base á la constitucionde todas ellas. En buen hora que cuando so celebraun contrato de sociedad para intentar una espeeu-lacion ó llevar á cabo una empresa, sean los contra-tantes completamente árbitros en todas.las estipula-ciones sobre asuntos de intereses; en buen llora quepara tales convenios ponga cada uno de su parte loque quiera y no asienta á lo que establezcan losdenlas consocios sino hasta el punto que la señalenSU conveniencia ó su capricho. ¿Pero es este, porventura, el carácter y el objeto de la sociedad legalentre los cónyujes? ¿No es esta sociedad una con-secuencia natural y forzosa del matrimonio? ¿Novan, una y otra institucion, segun su diversa im-portancia, encaminadas á esosaltos fines, cuya Tea-lizacion no puede quedar, en todo ni en parte, de-pendiente del capricho de uno ii-otro contrayente?Y. sobre todo, la union de los cuerpos y de las al-mas, la comunidad de afectos, de cuidados, de afa-nes y de gastos para la educacion de los hijos, ¿noparece llevar tras de sí, forzosa é indeclinablemen-te, la trtrion de los recíprocos intereses? ¿Por qué,pues, si se establecen leyes lijas é inmutables para

(1) Véanse los rimeros 13, 11, r.(:), 19 :?,, 65 7 611 9 9 , 100 1 101,102, 118 y D. ? 11v (:sto periódieo,

PARO NACIONAL.

Page 9: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

iFL PARO NACIONAL;

la celebraeion del matrimonio, no pudieran estable-cerse leyes con el mismo carácter -para la comunidad de bienes entre los esposos?

Espuestas estas consideraciones, no será necesa-rio decir que es contraria á nuestro modo de veresa libertad que tan altamente proclama el pro-yecto en materia de saciedad conyugal; y que nos-

otros hubiéramos preferido á las 'leyes supletoriasde la voluntad de los cónyujes , leyes reguladorasde esta misma voluntad en que. se estableciesentodas las escepciones derogatorias de los principiosgenerales que la conveniencia y lájusticia aconseejasen. No queremos, sin embargo, dirigir un car-go á los autores del proyecto por no haberse con-formado con nuestra opinion , poco conforme, porotra parte, al espíritu de un siglo tan económico ymaterialista, donde las cuestiones de intereses y denúmeros lo son todo, y donde se concibe muy bienque los esposos confundan en uno solo su espírituy su cuerpo , conservando , sin embargo, en mate-ria de intereses, la distincion de el tuyo y el 1211:0.

Y aunque no toas parecen bastante convincentes lasrazones de los que apoyan este principio, ni locreemos autorizado con el fundamento que paraestablecerlo. se 'encuentra en nuestras antiguasleyes, porque allí solo se le consignó como medidaescepcional y no se proclamó por lo mismo eSaomnímoda- libertad de convenciones matrimonia-les que traerá la nueva legislacion civil, es muyposible que las disposiciones cero 'que regulariza elproyecto el uso de esta libertad eviten los abusosque de ella pudieran hacerse en la práctica y 'es,sobre todo, seguro en nuestro sentir, que esa li-bertad solo existirá en la letra de la ley, á cuyasdisposiciones generales sobre la sociedad conyugalse conformarán siempre los qtie contraigan matri-monio, sin cuidarse de establecer pactos especialesá los que , fuera dé alguna honrosa escepcion , nopuede presidir nunca sino un espíritu sobrada-mente interesado y egoista.

De estos principios generales pasa el proyecto ála esposicion de las doctrinas sobre donacionesmatrimoniales, en cuya parte hallamos aceptableslas modificaciones que introduce. ¿A qué fin con-duela, en- efecto,. conservar en el nuevo derechocivil esa multitud de reglas especiales sobre las ar-ras, las donaciones propter nuptias , los regalos delos parientes de un cónyuje al otro, las donacionesesponsalicias y las donaciones entre có'nyujes, co-sas todas que, pareciéndose en estreno° las unasa Lis otra, si ya no san algunas de ellas exacta-mente iguales por su naturaleza y objeto, estaban,sin embargo, sujetas Cada cual á luta legislaciondistinta (1)? Han obrado, pues, con acierto, los re-

v. cl Diccionario de Racriciir, Og. ;33, 651 y 652 delneno yriiner9 de la segur edipiqu, ••

__..--assaeaaaasaaasaaasaasasaaa,dadores del proyecto sujetándolas á unas Migrilagreglas, bajo el epígrafe .general de donaciones matri-moniales, porque, corno observa muy acertada-mente el Sr. Cárdenas en su obrita citada en otrolugar , «que las dé el marido á la mujer ó la mu-jer al marido, el pariente de un cónyuje á otro, aun estra go, ó el padre á su hijo, siempre son do-ilaciones que tienen por objeto y condicion el ma-trimonio , única considnracion que las diferenciade las donaciones comunes.» El proyecto ha de-bido, por lo tanto, sujetarlas á las reglas de estasúltimas , salvando cuidadosamente las diferenciasque induce el objeto que las motiva, y así lo hahecho, estableciendo estas diferencias, que sonmuy importantes y dignas de tenerse en cuenta, envarias disposiciones ya mencionadas en nuestro ar-tículo anterior (1). En virtud de ellas es muy justo,por ejemploaque la donacion se anule por no ve -rificarse el Matrimonio, y no lo es, sin embargo,que se revoque por superveniencia de hijas al de-llanto, ó por ingratitud del donatario, como en lasadonaciones comunes, toda vez que la donacion.en este caso no ha sido una mera y graciosa,liberalidad , sino que está destinada á sostener-

cargas de un matrimonio que quizá se con-trajo contando con ella , y que acaso no se pu-diera' sostener 'careciendo de este auxilio. Nonos parece menos equitativo y conveniente quodesaparezca en lo sucesivo esa diferencia quenuestro derecho establece entre la dote de la hijay la donacion propter Ya/plias del hijo, cuando

proceden de los padres; segun la cual la dote seentiende inoficiosa y queda anulada en - cuanto es-cede de la legítima y la donacion propio' nuptias.del hijo se reputa mejora en este mismo escesoeCompréndese muy bien el espíritu que dictó se-mejante disposicion : creyose que los padres, lle-vados .del , deseo de establecer a sus hijas , lasmcjorarian siempre al tiempo de contraer ma-trimonio en perjuicio de los hijos; y se les pri-vó de esta facultad respecto de las primeras,sin reparar en que , conservándola para los se-gundos, se obraba en esta parte con manifies-ta injusticia. Aun suponiendo que del ejercicio deesta facultad pudiera ahusarse en favor de las hi-jas, es bien disculpable este abuso, si se tiene en

cuenta su desventajosa condicion , si se reflexionaque mientras el hijo puede recibir carrera y ad-quirir 'en la sociedad una posicion lucrativa, la bi-ja no puede tener otro establecimiento que el ma-trimonio, y que los padres deben procurarlo y fa-vorecerlo con todos los medios lícitos y honestos-que estén á su alcance. En fin, si la traslimitacionque la autoridad paterna pude permitirse en otro

(1) Núm. 4 IR, emespondier.k.0 al 15 de agosto, pág. 554,'columna

Page 10: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

606

L rlito NACIONAL.

tiempo , disponiendo á su arbitrio de la voluntad

de las hijas en este acto importantísimo, bastóacaso á justificar aquella desigualdad como un

medio de reprimir la y coartarla, hoy dia seria in-necesario este remedio, porque no existe el malá que pudo aplicarse en otros tiempos.

Al ocuparse de las deflaciones matrimoniales, elproyecto ha conservado la única distincion funda-menta/ que, en nuestro concepto, y á pesar de laspalabras del Sr. Cárdenas antes citadas, co qveniaconservar en esta materia ; á saber: la de donacio-nes hechas á Ios cónyujes por terceras personas, ydonaciones de los cónyujes entre sí. Tratando deeste último punto, sus disposiciones, que hemosmencionado en otro lugar (1), no nos parecen me-nos acertadas que las que acaban-lbs de examinar.Con ellas desaparecerán algunas de nuestro dere-cho actual, que,.á pesar del respeto cine merecenlas leyes escritas, pueden calificarse de inconve-nientes y poco equitativas. ¿Quién duda, si no, quela ley que declara válida la donacion que no em-pobrece al donante, ni enriquece al donatario,puede ser interpretada fraudulentamente en mu-chos casos, como sucedería si la mujer, inducidapor su marido, renunciase una deuda considerablepor recibir en compensacion de ella unos honoresó una condecoracion para este último? ¿Y no esasimismo injusto que, prohibiendo el derecho lasdonaciones entre marido y mujer, las tolere cuan-do muera el donante sin haberlas revocado, lo queequivale á hacer superior á la ley misma el empe-ño y la tenaz voluntad de uno de los cónyujes enquebrantarla? ¿Y qué diremos de la disposicionen cuya virtud la mujer que ha recibido óscu-lo gana la mitad de la donacion aunque no severifique el matrimonio, disposicion que, como di-ce muy bien el Sr. Cárdenas, «ni se practica hoy,á pesar de que se enseñ i en las escuelas, ni es decente siquiera, ni conforme á los fines de la socie-dad matrimonial?» Pues si estas tres disposicionesestán llamadas á desaparecer de nuestro derecho,no lo está menos la que prohibe á los mercaderesrepetir lo que hubiesen dado al fiado por razon debodas, disposicion que, sobre sor una fuente in-agotable de fraudes y de amaños, no descansa enesos principios inalterables de justicia, que son laúnica base y fundamento del derecho .

Todavía son mucho mas trascendentales é impor-tantes las novedades que introduce el proyecto enmateria de dotes, como tuvimos ocasion de obser-var en nuestro anterior artículo. No nos detendre-mos, sin embargo, en justificar la utilidad de las'dis posiciones que se contienen en los 1,269, 1,270'y1,271 (2), porque es notoria y está al alcance de lo-.

(1) En la pág. y col. del nún1.119 antes citadas.(al V.ta 04, S17, ce1.1,

das las inteligencias: basta leerlas con deten,clonpara conocer que , salva cualquiera modificacionque el- tiempo, la esperiencia ó una razon masilustrada pudieran introducir en' ellas, son en logeneral preferibles á las disposiciones de nuestroderecho en las materias sobre que versan. De ma-yor importancia y mas acreedoras á 'fijar par unmomento nuestra atencion, creemos las de los ar-tículos que siguen. En ellas se ve manifiestamenteimpresa.la tendencia á asegurar el haber dotal dela mujer de todo riesgo - de lá malversacion por par-

- te de su marido, tendencia altamente laudable ánuestros ojos, y que promovió antes que ningún otroel pueblo legislador por eséelencia, fundándose enaquella consideracion de órden público, que' llegóá ser despues una máxima de derecho: Interest•reipubliem dotes muiierum salvas esse. Con estasdisposiciones alternan algunas otras destinadas ágarantir en cierto modo los intereses del marido;esto es, á evitar que los derechos de la mujer encuanto á su haber dotal, exagerados ó mal enten-didos, vengan á convertirse en perjuicio de estosmismos intereses. -

Nb en todas estas disposiciones hallamos la mis-ma conveniencia ni la misma justicia. No todas nosparecen igualmente útiles y bien meditadas. Cree-mos que en alguna ocasion se ha exagerado el unode los principios que luchan en esta cuestion, en de-trimento del 'otro; es decir, queso ha protegido de-masiado la seguridad de los bienes de la mujer, sinrespetar la dignidad del marido y su alta posicioncomo jefe de la familia. Indicaremos brevementenuestra opinion sobre cada uno de estos particu-lares, segun el órden con que nos los presentanlos artículos del proyecto. ,

La disposicion que declara bienes dotales de lomujer cuantos ella adquiera despues de casada pordonacion, herencia ó legado , tiende á agregar alhaber dotal todo aquello que, aunque adquiridrdespues del matrimonio, no puede menos de serconsiderado como propio y exclusivo de la mujer;y su principio fundamental nos parece justo, aun-que tenga el inconveniente de declarar inaliena-ble y retirar de la circulacion por cierto tiempouna nueva porcion de bienes. La disposicion de nues-tro derecho que declara al marido dueño dé la dote,nos parece contraria á la verdad legal y moral quereconoce á la mujer como su verdadera y únicadueña, y aun pudiera decirse que son incompati-bles uno y otro principio. En efecto, ¿cómo puedetitularse dueño de una cosa al que la recibe conobligacion de restituirla' al cebo do cierto tiempo?¿Y de qué sirve al marido, ni qué utilidad le pro-

, duce que se le dé un dominio completamente falsoy revocable, para que, alucinado con él, se permitaconsumir un capital, que mas tarde so ve en la im-posibilidad de devolver 2 Si los bienes que cousti-

Page 11: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

EL PARO NACIONAL.

Luyen el haber dotal son á los ojos de la ley una.propiedad sagrada de la mujer , que ha de resti-tuírsele íntegra el dia en que se disuelva el matri-

monio, la ley entra en contradiccion consigo mis-ma creando un nuever'dueño para estos bienes enla persona del marido, y cómete otra inconsecuen-cia manifiesta proclamando como dueño á aquel áquien impone la obligacion de restituir. Lo únicoque aquí procede es reconocer al marido como ad-ministrador de la dote de su mujer, y en esta parteestamos enteramente de acuerdo con el art. 1,276del proyecto: Pero si, obrando en consecuencia deeste principio, han creido sus autores deber prohi-

•----grado depresiva de la autoridad del marido y delprestigio que debe rodearle como jefe de la fami-lia. Si ni el padre, ni la madre, ni los parientesde la mujer casada, debieran en realidad tener in-tervencion legal en los negocios de un matrimo-nio que se gobierna con arreglo á las leyes escri-tas, y que obra dentro de las facultades que estasmisines leyes le conceden, ¿cuánto mas ridícula yestraña no parece la posicion del procurador sín -dico, pidiendo cuentas al marido del destino quedebe dar á los haberes matrimoniales (1)? Pues en .idéntico caso se encuentra la disposicion del ar-tículo 1,289, que prohibe al . marido hacer arrenda-

bír la enagenacion de los bienes de la mujer, ¿por mientos de los bienes dotales por mas de diez años;qué esta prohibicion ha afectado tan solo á los in- prohibicion que no puede fundarse sino en una pre-muebles , y no se ha hecho estensiva del mismo H suncion de fraude. A nuestro modo de ver, lamodo á los bienes muebles ? ¿Por ventura ha podi- ley no debe nunca adoptar medidas de precauciondo ocultarse á la penetracion de los autores del-- 1 1 y de seguridad con manifiesta ofensa de la buenaproyecto que en algunas ocasiones casi ledo el ha-11 fe, la cual debe suponerse por regla general en lasber dotal consiste en esta clase de bienes ? ¿ Y es acciones humanas, y máxime en las acciones de un-bastante para este; caso que el marido hipoteque cónyuje respecto del otro cónyuje. Cuando noá su seguridad los primeros bienes que adquiera puede ser cauta y previsora hasta el estremo queclespues del matrimonio, para concederle la facúl- deseara, debe proveer de remedio á la parte quetad de disponer, libremente de ellos? ¿Y es ademas pueda resultar perjudicada por una mala fe que nojusto que .el marido pueda vender en un solo dia debió suponerse ni calcularse: y este remedio con-todas las alhajas de su mujer, aunque importenmuchos miles de duros, cuando no puede disponerde una casa de labor que valga algunos miles dereales? Laudable es ciertamente el deseo de la co-mision por mejorar el derecho actual en este inte-resante punto; pero forzoso es confesar que no en-contraron el término medio que buscaban entre losestremos con que trópezamos hoy dia; y que la ideade bienes muebles, sugiriéndoles la de una cosainsignificante por su valor, les llevó hasta el estremode atribuir toda la importancia, con poco acierto ennuestra opinion, á los bienes inmuebles ó ralees.

Infiérese de lo espuesto que no nos parecen acep-tábles las 'disposiciones s de los artículos 1,278 al1,281 del proyecto; y aunque encontramos razona-bles las de los artículos 1,282 y 1,283 del mismo,porque las escepciones- y 'reglas establecidas enelles envuelven en sí principios de convenienciay de justicia, volvemos á disentir de las opinionesde la comision redactora en todos los artículos quesignen hasta el 1,289, con que concluye la segunda~Chin del capítulo de dotes. Declárese en buenhora al marido mero administrador, y no due -fió, de la dote de su mujer: prohíbasele ven-der los bienes inmuebles que la componen , y aunlos muebles en todos los casos en que se creaConveniente; pero una vez autorizado el maridopara hacer ventas en casos estraordinarios, que-laley ha creído . deber esceptuar de la prohibido]] ge-neral, no se llame á personas estrañas para pre-senciar el empleo del sobrante que resulte de estasenagenaciones, porque tal intervencion es en alto (-1). Ad.1,285-

sirte, én el presente caso, en conceder accion á lamujer para- reclamar contra todos los contratosotorgados por su marido, que reputare manifiesta-mente lesivos al haber dotal.

Pasando por alto otras novedades menos impor-tantes, llegamos al art. 1,295, cuya disposicion esconveniente y aceptable, á nuestro juicio. El ma-rido no debe ganar la dote de su mujer en ningunode los tres casos de escepcion que hoy mencionanuestro derecho: no en el de pacto, porque nopueden ni deben consentirse pactos contrarios á laley: no en el de adulterio, así porque este delitotiene su pena en el Código penal-, como porque se-mejante aliciente daría márgen á que un maridoavaro ó ambicioso incitase á su mujer á adulterar,ó protegiese mas ó menos directamente su crimen;no, en fin, en el de ser costumbre observada en ellugar donde se contrajo el matrimonio, porque laley debe ser uniforme, y las costumbres que le seancontrarias no deben tolerarse ni consentirse. Así,pues, el proyecto, al hablar de la restitucion de ladote, ha debido mencionarla como medida general,sin tener én cuenta las escepciones referidas. Tam-bien son dignas de elogio las disposicio nes de los

artículos 1,296 y siguientes, que mandan hacer larestitucion de la dote en los mismos bienes que lacomponen y en el estado en que estos se hallaren,

y no en dinero por su valor al tiempo de suconstitucion, como puede reclamarla hoy dia lamujer, porque semejante disposicion envuelvo en

Page 12: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

)OS EL rallo' NACIONAL.

sí misma un gravámen injusto para el marido. Lasfincas se deterioran considerable mente con el tiem-

po y con el uso, sin que este deterioro pueda im-putarse al marido cuando las ha manejado con ladiligencia propia de un buen padre de familia. Sila casa que recibió nueva y en ,buen estado estávieja y ruinosa al tiempo de la disolucion del ma-trimonio, cumple en conciencia con entregarla talcomo está, y solo con manifiesta injusticia pudierareclamársele el valor que tuvo al tiempo de cele-brarse el matrimonio.

Al ocuparnos de la sociedad legal entre los cón-yujes, por conclusion de* nuestro anterior artículo,dimos cuenta del espíritu que en esta parte hapresidido á la redaccion del proyecto, y inanifes-tamos que no nos parecen de grave trascendencia,ni en alto grado innovadoras, las disposiciones allícontenidas, Por esta consideracion, y por la nomenos poderosa de que no nos proponemos juzgardetenidamente el proyecto en estos artículos, cuyotrabajo será objeto de algunos estudios especiales,damos por terminado el presente, continuando enlos sucesivos el examen de las materias de contra-tos y prescripcion, hasta dar por terminada la di-fícil tarea que nos hemos impuesto.

J. M. DE ANTEQUERA.

-,=:31111 •

Reformas en la administracion de justicia.--Tribu-nales y establecimientos correccionales.

A falta de otras observaciones, la estadística cri-minal que en nuestro núm. 119 hemos publica-do bastaría por sí sola á convencernos, de la jus-ticia que nos asistía cuando en diferentes artícu-los reclamábamos la reforma de los tribunales.'Comparando los datos que en el número á que!nos referimos vieron la luz pública , con los par-tes oficiales de los años últimamente trascurridos;examinando la naturaleza de los delitos que pro-cluecan ese escandaloso número de causas crimina-les que •en cada año se aumenta; meditando dete-Inidamente acerca de los motivos de ese aumento,za. parece muy de relieve la justicia de nuestras ob-sea-r¿aciones, y el ánimo adquiere la eonviccion masprofunda de que la actual organizacion hace enmuchos casos imposible la recta administracion dejusticia, y san indispensables grandes reformas siel pais ha de estar bien servido, y si las causas hande fajarse con verdadero conocimiento.

No .solo las personas estradas á los negocios ju-diciales, sino cuantas se dedican á las graves ta-reas del foro, escuchan con la mayor sorpresa queuna Audiencia, por mas que tenga tres y cuatroSalas, contando la estraordinaria, pueda fallar enun año siete mil y pico de causas, sentenciar unpúffletu ceaSiderable de pleitos, infOrnaqV goln'e

delicadas y arduas_ cuestiones propuestas por el go-bierno, y atender, á la disciplina judicial y á otraMultitud de asuntos que son de su incumbencia; ysi esto sorprendente y maravilloso aparece tra-tándose de cuerpos colegiados , cuyos indivi-duos todos se encuentran dotados de sumo celoy de grande espedicion en el despacho de los ne-gocios, mas sorprendente y maravilloso es si seatiende á que los señores fiscales de 'S. M. en los.tribunales espresados han de emitir su dictámen.en todas esas causas. Nosotros, que conocemos losbuenos deseos que animan á los señores fiscales, nopodernos, sin embargo, comprender cómo puedenemitir un juicio acertado acerca de- tan considera-ble número de causas criminales. Y no se nos ar-guya con que los señores abogados fiscales, cuyocelo y saber tambien reconocemos, auxilian nota-blemente á sus jefes en sus tareas, descargándolesde parte del trabajo, porque ese argumento no de-bilita la fuerza de nuestra observacion. Responsa-bles como son los fiscales de S. M. de los dictáme-nes todos que autorizan con su firma, necesitan po-nerse de acuerdo con sus dignos subalternos, que,al presentarles los informes, les esponen breve-mente los hechos , deduciendo de ellos las legalesconsecuencias que proceden , segun su opinion, y "SS. SS. deben por tanto resolver rápidamente las

,cuestiones, ya aprobando, ya desestimando el pa-recer de sus auxiliares. Tenemos, pues, que los dic-támenes fiscales no pueden menos de decidirse repentinamente; y por mucha que sea la ilustraciondel que los resuelve, por grande que sea su tacto, ypor notoria su espedicion, nadie puede negarnosque existe un grande peligro en que se -resuelvancon tanta rapidez. Si las fiscalías de las Audien-cias no tuviesen otros deberes que llenar ; si nocontasen con una numerosa correspondencia , yacon el gobierno de S. M., ya con los promotoresfiscales de sus territorios ; si no hubiese de asistirel representante del ministerio público á las juntasde gobierno, visitas de cárceles y conferencias conlos secretarios del despacho de Gracia y Justicia yHacienda, tratándose del de Madrid; si no tuvieseademas que dar su opinion en una multitud de es-

pedientes de la junta de gobierno y en negocios dealto interes , todavía podríamos comprender que, á

fuerza de celo, se multiplicasen tanto, por , decirloasí, que pudiesen estudiar detenidamente los in-formes todos y emitir su juicio con reflexion y ma-durez. Pero, repetimos, tantos y tan complicadosson sus deberes, tantas y tan variadas sus atencio-nes, que es imposible, á pesar de su ímprobo tra-bajo, llenarlas todas de una manera mas detenida.

Si del número de negocios que, tanto en lasAudiencias como en las fiscalías, s .e agolpan, sepa-ramos por un momento la atencion y la fijamos ensu 'rubio, mmstrA sorpresa serA tocjayía mucho

Page 13: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

EL FARO NACIONAL, 609

mayor. Felizmente la generalidad, mejor dicho,la mayoría de las causas criminales, no son de na-turaleza tan grave que merezcan ocupar á tancrecido número de funcionarios públicos. En elterritorio de la Audiencia de Madrid, por ejemplo,que es sobre la cual podemos hablar con mayorconocimiento, son unas sesenta las causas gravesformadas á consecuencia de delitos atroces, de esosque sublevan contra sí la conciencia pública; asíes que entre esa multitud de procedimientos quedan lugar á dos instancias, que ocupan á un juez,á un promotor ' fiscal, mi escribano , un procu-rador, un abogado, un relator, un escribano decámara, un repartidor, al fiscal de S. M., y su su-balterno, y tres señores magistrados, con su acom-pañamiento de porteros y alguaciles, existen mu-chas por motivos harto livianos, tal como el hurtode un puñado de castañas pilongas, tasadas en- uncuarto, ó el de un bollo, ó un pañuelo, ó un pocode hortaliza, ó un pedazo de hierro y otras tan fú-tiles como las presentes, que se han sustanciadorecientemente en los juzgados de Madrid, lo cualviene á producir inconvenientes parecidos á losque no hace mucho tiempo puso de manifiesto EL

FARO NACIONAL con motivo de una causa instruidaen el juzgado de Mérida á consecuencia del hurtode , un haz de avena. Perdido en la formacion deestas causas un tiempo precioso, cuando con unjuicio sumarísimo la ley podria aplicarse de unamanera rápida, ejemplar y saludable, beneficiosaal reo al par que á la sociedad, hácese necesarioestablecer una nueva forma de procedimientospara esaclase de livianos delitos, en que la lentitudde las formas actuales no favorece á su descubri-miento, y viene, por el contrario, á hacer suma-mente dura é inhámana cualquiera pena que endefinitiva se imponga.

Por esa razon creemos, como ya lo indicamos enotro lugar de este mismo número, que el gobierno

. de S. M., y en, especial el señor ministro de Graciay Justicia, debe ocuparse con preferente atenciondel establecimiento de'los tribunales correcciona-les y de la formacion de la correspondiente ley deprocedimientos, tintco modo de descargar á losjuzgados y Audiencias de esa multitud de causasinsignificantes que por su escesivo número, masbien que por su importancia, les impiden dedicarsecon la calma.y detencion debidas al exámen de losotros negocios g raves que reclaman su atencion.

Comprendemos bien que reforma de tanta Con-sideracien no puede ser improvisada ; conocemostambien que la ley de procedimientos necesita es-tudiarse y meditarse detenidamente ; pero al pasoque esto reconocemos , no podemos menos de re-petir , que la dolorosa situacion actual no puedep rolongarse, y que se necesita á toda costa salirde ella.

Ni es esta_ sola reforma la que el estado actualhace necesaria. La creacion de los tribunales cor-reccionales aislada, sin la mejora del sistema car-celario, seria, á nuestro juicio, completamente in-eficaz. A nuestro parecer, y para que la reformasurtiese los saludables resultados que deben espe-rarse, seria necesaria, especialmente en Madrid,-la.creacion de dos casas de correccion , en las cualeshubiesen de sufrir sus condenas los que fuesen sen-tenciados a-consecuencia do esos delitos leves y, dela jurisdiccion de los tribunalos correccionales, ca-sas en que los penados, al paso que fuesen estin-guiendo Sus condenas, adquiriesen hábitos de tra-bajo y elementos para atender en lo sucesivo á susubsistencia; pero como , esta idea se roce con unpensamiento 'análogo esplanado en una Memoriafecientemente publicada, y de que pensamos ocu-parnos con detencion, la reservaremos para otronúmero.

Conflicto entre dos autoridades.—A nuestro colegaLa España.

'Con motivo del artículo que publicamos ennuestro número anterior sobre el desagradablesuceso á.que se refiere el epígrafe do estas líneas,haciéndose cargo de nuestra relacion, dice La Es-paña del mártes 2,i lo siguiente:

«Si los hechos fuesen .tales como los refiere ElFaro, no cabe duda en que el asunto seria grave;pero afortunadamente no sucede así: nuestro co-lega no está informado , sin duda, cuando lasomite de las circunstancias especiales que danverdadero carácter al caso. Solo el deseo de hacer •ruido ha podido dar proporciones á una cosa ensu esencia insignificante.

»Por lo domas, debemos añadir que la elevaday respetable autoridad á quien so alude es la pri-mera, y, si no estamos mal informados, la únicaque hasta ahora ha llevado el asunto al tribunal áquien compete el examen del caso , y la decisionde si ha habido ó no abuso de jurisdiccion, y departe de quién han estado la moderacion y la pru-dencia.»

Nuestro decoro ¿orno escritores de conciencia,que aspiramos al título de veraces antes que al deentendidos, no nos permite dejar sin contestacionlas. precedentes líneas, á pesar de la invencible re-

- pugnancia que tenemos á todo lo que son polémi-cas agenas de la discusion científica.

La España dice que los hechos que hemos tefe.

nido no son exactos. A esta ascrcion do nuestro_apreciable colega podríamos contestar breve y ca-

p ero a quellas b(elenepviotlaetno:qteugoóarsiccarimpseinstecriic9soii;

cia que liemos merecido mas do una vez á La Es-

paña exige de nosotros que, pagándolo esta deuda.

Page 14: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

810 EL FARO NACIONAL.

de confraternidad y buena correspondencia , ledemos otra contestacion mas cortés y esplícita, sinque por eso debilite la galantería el vigor denues--

tra defensa.Así, pues, diremos á La España que los hechos

que hemos referido en nuestro artículo del domin-

go son ciertos y exactos en todas sus partes, habien-do omitido únicamente, como en él mismo indica-mos, todas aquellas circunstancias que creimos de-ber omitir, así porque la prudencia y respeto conque deben tratarse estos asuntos no nos permitiansu publicidad, como porque las juzgamos incondu-centes á la cuestion en el terreno decoroso y agenode toda personalidad y antipatía en que procura-rnos colocarla. Entiéndase que las omisiones voluntarjas á que nos referimos no alteran en lo mas

mínimo la esencia del negocio ni la exactitud de

nuestro relato. La España debe hacernos la justi-cia de creer que obramos con el debido conoci-miento al tratar tan delicadas materias: que tene-mos algun criterio para saber lo que decimos ypor qué lo decimos; y, por último, que respetamoslo bastante nuestra posicion y decoro para que aven-ttirCMOS relaciones inexactas ó frases inconvenientesque puedan, con justicia, volvérsenos al rostro. Porfortuna, en año y medio que lleva de existencia

EL FARO NACIONAL, no aparece en sus columnasuna sola rectificacion que preste derecho á que senos censure de ligeros en nuestras relaciones, niele temerarios en nuestros juicios. El crédito quehemos tenido la fortuna de adquirir con este pro-ceder comedido y escrupuloso no habíamos de que-rer perderlo en un momento de irreflexion y deimprudencia.

Volviendo ahora al asunto que ha dado márgená esta amistosa polémica , repetimos lo dicho ennuestro primer artículo; á saber: que nosotros de-fendemos solo la integridad de los principios , losfueros de la ley y el decoro de la administracion dejusticia, que se ejerce en nombre del trono, lomismo en los tribunales civiles, que en los milita-res. Tenemos, francamente hablando, alguna sim-patía por los primeros: porque, en verdad,•o hemosde sentir y desear en la época presente, menos delo que ya sentia y deseaba hace mas de diez y nue-ve siglos un ilustre escritor romano, cuando dijocedant arma logre; pero esta natural simpatía no sesobrepone jamás en nuestro ánimo á la razon , niá la dignidad del poder judicial, cualquiera que sea

el tribunal ó fuero en que se ejerza: por eso,.al ha-blar de este asunto, no hemos dicho, como nuestrocolega, respetable autoridad, sino respetables auto-ridades, comprendiendo á entrambas sinceramentey sin reserva alguna bajo el honroso epíteto quemerecen, por ser una y otra representantes de .S. M.al ejercer las sagradas atribuciones de su ministe-rio. Suponemos á La España iguales sentimientos;

pero acaso pudo haber sido mas galante y francaen este punto.

Por lo respectivo á la cuestion en su fondo , nos-otros no tenemos interes sino por la justicia; y res-petando la independencia de la autoridad compe-tente que conoce del negocio , esperamos , comonuestro colega, que esta decida si ba habido abusode jurisdiccion y de parte de quién han estado lamoderacion y la prudencia.

Nos falta decir dos palabras para concluir. Nosabemos fijamente si lo que dice nuestro estimado'colega de que solo el deseo de HACER sumo ha po-dido dar proporciones á una- cosa en su esencia in-significante, aludirá á nosotros: si en efecto alude,la aplicacion es inexacta é inmerecida ; y tenemosdadas suficientes pruebas de moderacion y corduraen varias ocasiones solemnes, y aun en el mismonegocio que motiva estas lineas, para que necesi- •temos vindicamos de semejante cargo, ageno enun todo de la gravedad de nuestro carácter y de lahabitual mesura de nuestros escritos , en los queprocuramos no olvidar nunca aquella sabia senten-cia de San Agustin, bis ad liman sentel ad linquarn.Por fortuna EL FARO NACIONAL suele tener la bue-na suerte de ser escuchado y atendido, hablandoen un tono templado,' y no necesita HACER RUIDO

para que se le oiga.

VARIED4DES'.

Heroismo de un presidiario.

Cuando todos los dias se aflige nuestro ánimo conla relacion- de crímenes atroces, y con la pinturade esos seres desalmados que parece han_venidoal mundo para representar el genio del mal entrelos hombres, acogemos con afan un relato de vir-tudes tan heróicas y de abnegacion tan sublimecomo la que nos ofrece el siguiente entraño suceso,en el que figura corno- protagonista un presidiario.Creernos que lo leerán con gusto nuestros suscri-tores.

Todo el mundo conoce, dice , la acreditada .publi-cacion de donde tomamos esta interesante histo-Pia, al jesuita Lavigne, al apóstol de los presidiariosde RoChefort, Brest, Tolon , y las maravillas de lagracia que se han obrado por su Ministerio. Pre-dicando este eclesiástico en Paris en la capilla deuna casa religiosa, refirió un hecho admirable, queatestigua la prodigiosa bondad de Dios en favor deun pecador penetrado de sincero arrepentimiento.

«Hay un hombre, decia, cuya memoria se hallagrabada en mi alma de una manera indeleble; unhombre que tengo en concepto mas elevado que átodos los PP. de la Compañía de Jesus, á todos los

Page 15: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

EL, PARO NACIONAL. 614

religiosos y religiosas; es un santo á quien venero;y este hombre, este santo, es un presidiario.

Una noche vino á confesarse conmigo, y despuesde haberlo confesado, le dirigí algunas preguntas,como acostumbraba hacerlo á menudo con estos in-felices. Sin embargo, en esta ocasion me estimulabaun motivo particular á preguntarle. Mb 'labia lla-mado la atencion la serenidad que observaba en surostro, aunque al pronto no reparé en ello, porquebabia observado lo propio que en algunas ocasionescon muchos de estos infelices. Sin embargo, la pre-cision con que se espresaba , la exactitud rigurosay el laconismo de sus contestaciones, escitaban cadavez mas mi curiosidad.

Respondiame sin afectacion, sin proferir una pa-labra inútil ni avena de lo que le preguntaba. Uní-carnente, á fuerza de estrecharle con mis pregun-tas, logré me refiriese en breves palabras su inte-resante historia.

—¿Qué tiempo teneis? le dije.—Cuarenta y cinco años, padre.—¿Cuánto hace estais aquí?—Hace diez años.—¿Es larga vuestra condena?—A obras perpetuas.—¿Cuál es- la causa porqur os sentenciaron?—Por crimen de incendio.—¿Sin duda, amigo mio, habreis sentido mucho

haber cometido esta falta ?—He ofendido mucho á Dios, padre mio; pero

ese crimen no lo 'cometí. Sin embargo , se me hacondenado con justicia ; el que me ha condenadoes Dios.

Esta contestacion acabó de escitar mi curiosidad,y repliqué:

—¿Qué qüerei; decir con eso, amigo mio? Es-plicaos.

Entonces me contestó:—He ofendido mucho á mi buen Dios, padre; he

sido muy culpable, pero nunca para con la socie-dad. Despues de una multitud de estravíos, meha tocado Dios en' el corazon. ' Resolví convertir-me y reparar las faltas de mi vida pasada; perodespues de mi conversion me quedaba una inquie-tud y un peso eilorme • en el corazon. Habia ofen-dido tanto á Dios! ;Podia creer que todo lo hubieseolvidado! Despues no hallaba nada que pudiesebastar para reparar los fatales estravíos de mi ju-ventud, y esperimentaba en mí una necesidad in-mensa de repara(ion. Hallándome en este estado,ocurrió un incendio cerca de mi casa: recayeronsobre mí todas las sospechas; me prendieron, y seentabló el juicio. Durante los procedimientos meencontraba poseido de la mayor tranquilidad; pre-veía que me iban á condenar, pero estaba dispuestoá todo.

-Por fin llegó el día en que debia pronunciarse

1 mi sentencia; el jurado salió de la Sala para deli-berar sobre mi suerte, y en aquel momento me pa-reció oir una voz interior que me decia : «Si yo tecondeno, tambien me encargo de hacer que seasfeliz y recobres la tranquilidad » Efectivamente,en aquel instante esperimenté . una paz deliciosa.Los jurados volvieron luego con su sentencia, queme declaraba convicto del crimen de incendio, con

1i circunstancias atenuantes, y se me condenaba á las• Obras forzadas perpetuamente.

Me vi obligado á contenerme para no derramarlágrimas, que hubieran atribuido sin duda á unmotivo muy ageno de la sensacion satisfactoria que

1 esperimentaba. Me condujeron al calabozo, y allí,•1 dejándome caer sobre la paja, que me servia decarilla, comencé á verter un torrente de lágrimastan dulces, que el hombre mas voluptuoso se hu-biera considerado feliz de poder comprar con elprecio de todos los goces mundanos toda la dichaque yo sentia al derramarlas.

Mi alma se hallaba, por fin, llena de paz inefable,que no me abandonó en el trascurso del viaje quehicimos para llegar al presidio, ni me ha dejadohasta la hora presente. Desde aquella época procu-ro cumplir con mis deberes, y obedecer á todo yá todos. N.o veo en los que me mandan ni al comi-sario, ni á sus subdelegados, ni á los cabos de es-cuadra; solo veo á Dios.

Ruego á Dios en todas partes; en el trabajo, cuan-do voy al remo, siempre estoy orando, y el tiempopasa tan aprisa, que apenas me apercibo de ello:'pas

las horas como minutos, los días cual las ho-rasilos meses cual si fueran dial, y los años cualmeses, y aun no digo bastante. Nadie me conoce;se me cree condenado con justicia, y en efecto esasí.' Tampoco vos me conoceréis, padre, porque no osdigo ni mi nombre ní mi número : solo os suplicoque roguéis por mí, para que hasta lo último hagala voluntad de Dios.

Así habló este hombre, á quien ya no volví á vermas que una noche que acudió como los demas árecibir la absolucion. En vano he procurado des-pues volverle á hallar, pues se oculta á mis pesqui-sas y á las del vicario, á quien referí estos intere-santes detalles. Dos veces he vuelto al presidio;pero ha sido infructuosamente cuanto he hechopara volverle á encontrar ; es invisible para mí,pero interiormente me siento unido á él, y su me-morial-la quedado profundamente grabada en mialma,»

CRONICA•

Esladistioa crinninal.—Juzgado de Guerra. Paracompletar el cuadro estadístico que insertamos en

Page 16: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

612 EL FARO NACIONAL.

nuestro núm. 119 de las causas que se habianincoado en los diferentes juzgados civiles de Ma-drid en el primer semestre de este año, nos faltabadecir algo del juzgado militar de Castilla la Nue-va. Díez y siete son las causas que han ingresadoen él desde enero hasta fin de junios y siete lascompetencia s que ha sostenido aquel juzgado conotros de distinta fuero por asuntos criminales. Elnúmero de espedientes de indulto que en él se hansustanciado en dicho período de tiempo ha sido es7traordinario, y acredita el celo de los -apreciablesfuncionarios que en él sirven. Sabemos que estosespedientes suben á ochocientos veinte.

—Division territorial. En el último número delBoletin del miriisterio de Gracia y Justicia ha prin-cipiado á, publicarse la division territorial de Es-paña en Audiencias y partidos judiciales, con lasrectificaciones que se hicieron en 1846 de la queviene rigiendo desde 1834. Quisiéramos que la ne-cesidad de atender á otros objetos nos permitierareproducir en nuestro periódico elle estenso tra-bajo,que ocupará, por lo visto, muchos númerosdel Bolean; pero considerando que en la reforma yarreglo de tribunales que se está anunciando hacetiempo ha de entrar como una de las primerasbases una nueva division judicial; creernos que en-tonces será mas útil y oportuno que ahora emplearnuestras columnas en este trabajo estadístico, quenecesariamente ha de ser en la actualidad provisio-mil y transitorio, á pesar de su importancia,

—Abogacía Se halla vacante la de laAudiencia de Mallorca, por ascenso del que la ob-tenia; y el señor fiscal de dicho tribunal, D. Fran-cisco de Paula Alvarez, invita á los que, reuniendolas cualidades prevenidas en la real órden de 1.° demayo de 1814, quieran aspirar á dicho destino, paraque le remitan sus solicitudes, con los documentosjustificativos de sus servicios, en el término dequince dios, que han de contarse desde el dia 25del actual. La dotacion de esta plaza, única de abe,gado que hay en la fiscalía, es de 15,170 rs.

—Presupuestos del corriente alo. lince pocosfijas que ha publicado el gobierno de 5. M. los pre-supuestos generales de gastos é ingresos del Estadoen . 1 2.52. El respectivo al ministerio de Gracia yJusticia ofrece largo asunto á la meditacion y al es-tudio, y procuraremos hacer de él una-entera reseñaen uno de los primeros números de Er. FARO Na-croaar., añadiendo á ella las observaciones que nosparezcan oportunas.

—Situacíon penosa de algunos jueces y curiales,Tenemos noticias de diferentes juzgados en que senos manifiesta que con motivo de la escasez de lacantidad que se pasa á los jueces para dietas, y ála falta de estas para los escribanos y dependientesde los juzgados, se ve necesariamente embarazaday entorpecida muchas veces la administracion dejusticia, en términos de que no se pueden practicarciertas diligencias por carecer de los medios yrecursos indispensables al efecto.

Para atender á esto servicio estraordivario, noparece justo ni equitativo que un juez de entrada,por ejemplo, á quien se designan doce mil realesde sueldo, que viene á reducirse á once , se des-prenda de lo que necesita para su sustento y el desus hijos, si la cantidad que se le concede por die-tas no le alcanza; y tampoco lo es el que el escri-

bano y los demas dependientes del juzgado.haganiguales sacrificios, siendo, sus utilidades ilusoriasen la generalidad de las causas criminales, que sonlas que ordinariamente exigen estas salidas y gas-tos estraordivarios.

Sabemos de algun•juzgado no lejos de la corte,en el que, por existir inmediata una numerosacuerda de inesidiarios, son tantas las diligenciasde esta clase que hay que practicar y las salidasque hay que hacer para ellas que varios curialesse verán-acaso precisados á renunciar un destino •para cuyo servicio necesitan sacrificar su cortopatrimonio sin esperanza de recompensa ni aunreintegro alguno. Ademas, no debe olvidarse quecomo los emolumentos de los curiales se han redu-cido á la mínima espresion, con motivo de la re-forma del papel sellado, no tienen tampoco elrecurso que antes tenian en los negocios civiles,con cuyas utilidades resarcían en parte las pér-didas que les ocasionaban los criminales.

Sentimos tener que esponer á la consideracion delgobierno de S. M. estos males ; pero no podemosprescindir de hacerlo, porque su conlinuacion esen perjuicio de lá .administracion de justicia, alque no debernos ser indiferentes. Conocemos lasgraves cargas que pesan sobre el Erario; pero en-tre un nuevo gravamen "ó la supresion de algunotro gasto menos necesario, y la idea de desaten-der este urgente y sagrado servicio , estaremossiempre pollo primero.

—Causa de la calle de la Encomienda. Tenemosnoticia de que la fiscalía de la Audiencia ha despa-chado ya esta causa, que tanto llamó la atencion delpúblico durante su sustanciacion en primera ins-cia, por la gravedad y horribles circunstancias queacompañaron al delito. El señor fiscal parece queba ' pedido á la Sala la confirmacion de la sentenciadel juzgado inferior.

—Reposicion á sumario. Tal es la providenciaque se anuncia haber recaido respecto á la causaformada en uno de- los juzgados de esta corte conmotivo del robo de 111,000 rs. que se verificó ha-ce poco tiempo á un rico capitalista en la calle deAlcalá. En su consecuencia, se ampliarán en el juz-gado inferior algunos datos que la superioridadha creido incompletos, y se dictará nueva sen-tencia.

—Audiencia de Madrid. Sabemos que • en éstaépoca de vacaciones han sido grandes . y prolijoslos trabajos hechos por la Sala formada en estesuperior Tribunal, la que ha sustanciado multitudde causas criminales, Cuando las yacaciones con-cluyan tendrán dispuestas las Salas un númeroconsiderable de procesos para celebrar vista pú-blica, y 'volveremos á ocuparnos de las reseñas detribunales en varias causas notables que existenpendientes, - y que se verán y fallarán en el próxi-mo setiembre.

Directo?• propietario,D, Prancisco Pareja de Alarcon,

MADRID.-1852,

IMPRENTA Á CARGO DE DON ANTONIO PEREZ DUBRCLL,VALVERDE, NÚM. 6, CUARTO BAJO.

Page 17: EL FARO NACIONAL,fama2.us.es/fde/ocr/2008/elFaroNacional_1852_122.pdfEL FARO NACIONAL. 599 vil, jefe de seecion ó de línea, al jefe tí oficial- de los destinados en el radio de

Notas sobre la edición digital

Esta edición digital es una reproducción fotográfica facsimilar del original perteneciente al fondo bibliográfico de la Biblioteca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. Este título contiene un ocr automático bajo la imagen facsimil. Debido a la suciedad y mal estado de muchas tipografías antiguas, el texto incrustado bajo la capa de imagen puede contener errores. Téngalo en cuenta a la hora de realizar búsquedas y copiar párrafos de texto.

Puede consultar más obras históricas digitalizadas en nuestra Biblioteca Digital Jurídica.

Nota de copyright :

Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra bajo las siguientes condiciones :

1. Debe reconocer y citar al autor original.

2. No puede utilizar esta obra para fines comerciales.

3. Al reutilizar o distribuir la obra, tiene que dejar bien claro los términos de la licencia de esta obra.

Universidad de Sevilla. Biblioteca de la Facultad de Derecho. Javier Villanueva Gonzalo. [email protected]