El Fideicomiso su aplicación en el ámbito familiar...

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"El Fideicomiso y su aplicación en el ámbito familiar" (Continuación). a) Fideicomiso Testamentario. b) El Fideicomiso sobre pólizas de seguros. e) El Fideicomiso y los extranferos residentes en México. Por el LIC. DN. MIGUEL MORENO DEL MAZO www.juridicas.unam.mx Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM http://biblio.juridicas.unam.mx Revista de Derecho Notarial Mexicano, núm. 45, México, 1971. DR © Asociación Nacional del Notariado Mexicano, A. C.

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"El Fideicomiso y su aplicación en el ámbito familiar" (Continuación).

a) Fideicomiso Testamentario. b) El Fideicomiso sobre pólizas de seguros. e) El Fideicomiso y los extranferos residentes en México.

Por el

LIC. DN. MIGUEL MORENO DEL MAZO

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Como lo prevé el programa en esta ocasión nos toca tratar los asuntos de Fideicomisos Testamentarios, de Fideicomisos con póli­zas de seguros y el Fideicomiso y los extranjeros residentes en Mé­xico. Hasta ahora la idea general de los contratos que se nos enco­mendó era prácticamente sobre la línea familiar. Uno de ellos el último, el Fideicomiso y los extranjeros residentes en México, se sa­le totalmente de esa unidad.

No obstante para tratarlo empezaremos primero por hacer unas aclaraciones.

El día de ayer aquí se afirmó en determinados momentos algu­nos conceptos con los cuales personalmente no estoy de acuerdo, ten­go algunos años de experiencia Fiduciaria y he visto que en la rea­lidad no digo que la ley no cuente, cuentan también los usos y las costumbres bancarias, que en última instancia los usos y las costumbres también son fuente de derecho. La primera afirmación que se hizo y de la cual disiento yo, es que el Fideicomiso es un acto unilateral de voluntad; mi opinión es en sentido opuesto totalmente, "el Fideicomiso es un contrato".

El Legislador nos da no propiamente una definición de lo que es el Fideicomiso, sino más bien, un concepto en la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito. El artículo correspondiente que es el 346 de la ley mencionada, dice: "En virtud del Fideicomiso el Fideico­mitente destina ciertos bienes a un fin lícito determinado, encomen­dando la realización de ese fin a una Institución Fiduciaria", no en­cuentro ninguna afirmación en el sentido de que se trate de un ac­to unilateral de voluntad.

La ley nos dice que entre los elementos personales del Fideico­miso hay tres: El Fideicomitente, el Fiduciario y el Fideicomisario. Para que el Fideicomiso se perfeccione, no es necesario u obligato­rio que el Fideicomisario esté designado al momento de la constitu­ción del mismo, basta simplemente que se den datos en un momento dado para fijarlo; pero no es un elemento indispensable porque in­clusive puede ser el propio Fideicomitente.

El Legislador no fué muy claro por apatía o por tibieza; sin em­bargo en el curso de la propia ley en uno de los artículos dice así : Ar-

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tículo 46, Frac. II de la Ley General de Instituciones de Crédito y Organizaciones Auxiliares, "A las Instituciones o Departamentos Fi­duciarios les estará prohibido: responder a los Fideicomitentes, Man­dantes o Comitentes, etc., etc.,". Y en el último párrafo dice: "En los Contratos de Fideicomiso, Mandato o Comisión, se insertará esta fracción y una declaración de la Fiduciaria, en el sentido de que hizo saber inequívocamente su contenido a las personas de quienes haya recibido bienes para su inversión". Aquí el Legislador sí es explí­cito, nos habla de que hay contrato de Fideicomiso, contrato de Man­dato o contrato de Comisión.

Esto es básico para poder desarrollar el Fideicomiso Testamen­tario. N o es, en mi opinión, el Fideicomiso, un acto unilateral de vo­luntad por la sencilla razón, práctica además, el hecho de que yo en mi domicilio o en mi oficina en una hoja redacte "Miguel Moreno del Mazo, con el carácter de Fideicomitente constituyo en este acto un Fideicomiso revocable, irrevocable, etc., etc., ¿basta con eso para que exista un Fideicomiso? no, tengo que designar una institución para que se encargue del manejo de ese Fideicomiso, al designarla estoy esperando que la institución lo acepte; si la institución no lo acepta, uno de los artículos de ley dice: "El Fideicomiso se extin­gue". Yo no veo que se pueda extinguir algo que no ha nacido, en­tonces es necesaria la aceptación del Fiduciario y si hay aceptación hay acuerdo de voluntades y si hay acuerdo de voluntades hay con­trato.

Otra de las afirmaciones que también es básica para poder tra­tar el Fideicomiso Testamentario es la siguiente relativa a la Titu­laridad. Mediante el Fideicomiso se transmite algo a alguien, en este caso a una Institución Fiduciaria, al hablar de los elementos del Fi­deicomiso se mencionaron los elementos personales, los elementos rea­les u objetivos en este caso patrimonio o materia. Un ilustre trata­dista no solamente en Materia de Fideicomiso, sino en general de Instituciones de Crédito, el Lic. Octavio A. Hernández en su libro "Derecho Bancario Mexicano", trata hasta agotar, diversos temas de Instituciones de Crédito, y concretamente el Fideicomiso. El Lic. Octavio Hernández con la práctica y la experiencia, el conocimiento al que tuvo acceso en virtud del puesto que desempeñaba en la Co­misión Nacional Bancaria, pudo crear una obra verdadera de de­recho, es todo un argumento jurídico. Me permití entresacar de ese libro lo siguiente: "Elemento objetivo patrimonio o materia que se afecta al Fideicomiso". El patrimonio o materia es el elemento ob­jetivo cuya titularidad se transmite el Fiduciario, para esto decimos,

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patrimonio es un atributo de la persona consistente en derechos y obli­gaciones apreciables en dinero. Entonces este patrimonio del Fidei­comiso se caracteriza por su mtegración, su autonomía, su afec­tación y su titularidad. Vamos a ver qué es cada uno de estos con­ceptos.

El patrimonio al Fideicomiso decíamos puede integrarse por : Bienes materiales (muebles o inmuebles), por derechos, por derechos sobrE. bienes o sobre derechos (sobre derechos que no sean estric­tamente personales). El patrimonio se caracteriza por su autonomía, decimos que la materia del Fideicomiso es autónoma en virtud de tres cosas: sale del patrimonio del Fideicomitente, no se convierte en patrimonio propio de la Institución Fiduciaria puesto que ésta no lo registra como propia, no entra dentro de sus activos ni de sus pasivos, solamente los registra en cuentas de orden y tercero no ha llegado al patrimonio del Fideicomisario o sea del Beneficiario mien­tras no se cumplan los fines, entonces nos encontramos con un pa­trimonio autónomo. Existe la teoría francesa que originalmente ha­blaba de que no podía haber patrimonio sin persona ni persona sin patrimonio; después de muchas discusiones venimos a encontrar con que sí existen patrimonios autónomos, por ejemplo uno que todos conocemos, el haber hereditario en una sucesión mientras no se fir­me la escritura de adjudicación, aquel patrimonio es autónomo, por­que el titular ya no existe y los posibles titulares todavía no tienen derecho, tendrán una expectativa de derecho si es el caso, pero aquel patrimonio no es todavía de nadie, está afecto a entregarse mediante una formalidad o sea la escritura de adjudicación.

El Fiduciario como digo no es deudor ni es acreedor en esta clase de operaciones de Fideicomiso, lógicamente esos bienes que re­cibe como materia de Fideicomiso no pasan a su propiedad, lo re­gistran e'l cuentas de orden para efectos de contabilidad, no entran a su activo ni a su pasivo, ni corren la misma suerte que pudiera co­rrer la institución en un caso de quiebra o liquidación, estos patri­monios se transmitirían a una segunda, a una tercera o a una cuarta Institución Fiduciaria para su manejo en caso de que la Fiduciaria original quebrara, lógicamente quie-re decirse que el banco no es pro­pietario del bien.

Vamos a ver la afectación, la materia o patrimonio entregados al Fiduciario tiene como finalidad que esos bienes sirvan para cum­plir los fines que se estipularon en el Fideicomiso y no para otros fines diferentes. Vamos a pensar en un caso práctico, si este patri­monio no se afectara en el Fideicomiso, su titular puede hacer con

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el lo que le plazca, si tiene $ 50.00 y quiere gastarlos en dulces se los gasta, si tiene $ 50.00 y los quiere gastar en comprar una silla lo ha­ce; pero si los $ 50.00 los afecta a un Fideicomiso para comprar una silla, el Fiduciario se encargará de que los $ 50.00 sean para com­prai· la silla y no para otro fin diferente, a eso le llamamos pa­trimonio de afectación. Y por útimo que creo que es lo más impor­tante "La titularidad", antes de constituir el Fideicomiso, la perso­na que va a ser Fideicomitente tiene derechos y obligaciones de ca­rácter patrimonial, es decir, es titular de esas obligaciones o dere­chos, por lo tanto puede ser, con respecto a ese patrimonio, propie­tario, usufructuario, arrendatario, acreedor, etc., en una palabra es titular de ese patrimonio.

Quien constituye Fideicomiso transmite al Fiduciario esa titu­laridad respecto de los bienes que entrega en Fideicomiso, creo yo que ésto es lo básico, es el meollo de la Institución Jurídica del Fi­deicomiso. En la antigüedad, en el Derecho Romano que Uds. conocen bastante, no podemos negar que eran unos maestros en cuestiones de derecho. El Derecho Romano concebía la propiedad lisa y llana con tres características, el derecho de usar disfrutar y aún abusar de la cosa de la que se es propietario; si se tenía esos tres elementos, el titular de ese bien era propietario total, completo. En la actualidad en el Derecho Mexicano, que deriva mucho del Derecho Romano, también nuestro derecho de propiedad se caracteriza por esas tres circunstancias, sin embargo, el derecho al abuso de nuestros bienes está supeditado a que ese abuso no vaya en contra del interés pú­blico, que no persiga fines inmorales o que no perjudique a terceros, si tenemos nuestra propiedad consolidada podemos usarla y disfru­tarla, podemos hacer con ella lo que nos P'lazca siempre y cuando no lesionemos derechos de terceros, ahora bien, yo Miguel Moreno del Mazo propietario de mi casa habitación con todas estas caracterís­ticas, quiero constituir un Fideicomiso entregando como materia o patrimonio ese inmueble, ¿Qué es lo que entrego a la Institución Fi­duciaria? ¿la posesión física? no, porque puedo quedármela. ¿Le en­trego ladrillo sobre ladrillo? ¿de que tome posesión? ¿de que abra la puerta, que la cierre? nada de eso; le voy a entregar un derecho, "la titularidad" de la casa de que soy propietario. Si le entrego la titularidad, yo me estoy restringiendo mi derecho de propiedad anti­guo, yf\ no voy a poder disfrutar o abusar de la casa a mi libre ar­bitrio, voy a tener que sujetarme a lo que haya yo pactado con la Institución Fiduciaria, si ya la entregué en Fideicomiso yo no puedo ped~r un crédito hipotecario sobre mi casa porque ya no es mía, es

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casa cuya titularidad corresponde al Fiduciario, o sea yo ya no tengo facultad para gravarla, no tengo facultad para abusar de ese bien, ¿qué le transmití al Fiduciario? la titularidad, ahora el Fiduciario qué puede hacer con respecto a ese bien ¿va a regalarlo? no, ¿va a venderlo? no, va a hacer exactamente lo que yo le haya dicho en la con::;titución del Fideicomiso; entonces el Fiduciario también tiene una propiedad "sui generis", limitada. De aquí que yo arranque de esto para distinguir; si hablamos de Fideicomiso debemos pensar en transmisión, en salida de un patrimonio, de unas manos, para una afectación diferente, no puedo yo pensar en que si constituyo un Fi­deicomiso sobre mi casa, pretenda yo seguir haciendo lo que me plaz­ca con ella como gravándola, hipotecándola, regalándola, ya no puedo hacer nada, la titularidad la tiene el Fiduciario y para que ésto sur­ta efectos ante terceros ese Fideicomiso se inscribe en el Registro Público de la Propiedad.

Vuelvo a encontrar sino un olvido, si una tibieza en los Legis­ladores, no se atrevieron a inscribir en el Registro Público de la Pro­piedad los Fideicomisos en la sección segunda que es de graváme­nes porque comprendieron que no es un gravámen el Fideicomiso.

Segundo, no lo dejaron liso y llano en la primera sección que es la de propietarios, porque comprendieron también o tuvieron miedo de que El Fiduciario se convirtiera en propietario absoluto y total, ¿qué les quedó? crearon un tercer libro: Libro de Fideicomisos y no se metieron en problemas. Desde el inicio del Fideicomiso en Méxi­co, que entre paréntesis es de las Instituciones Jurídicas más nue­vas, menos explotadas; hasta la fecha, está sujeta esta materia a una serie de controversias, pero creo que debemos pensar en fijar conceptos esenciales, si no están los conceptos aclarados y aceptados, todo lo demás que digamos es bordar en el vacío.

Ya les hablarán a Uds. sobre el Fideicomiso de propiedad, pero solamente quería comentar una cosa, es un hecho real que se ha da­do respecto a un individuo que fué Fideicomitente deudor en un Fi­deicomiso de garantía, afectó en Fideicomiso su casa, la transmitió a una Institución Fiduciaria, nombró Fideicomisario a su acreedor, se pactaron todas las condiciones del crédito y se pactó inclusive la forma de ejecutar el Fideicomiso para el caso de la falta de pago de crédito. El individuo aquel incumplió. El Fiduciario a solicitud del Fideicomisario y comprobándole éste que su crédito no había sido cubierto, en los términos del clausulado del contrato, procedió a la venta en almoneda pública en los términos pactados. El Fideicomi­tente deudor va y se queja a los tribunales diciendo que se han bur-

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lado en su perjuicio los artículos 14, 16 y 17 constitucionales; yo pregunto, si el señor al constituir el Fideicomiso transmitió la titu­laridad del inmueble ¿cómo puede decir que es privado de una pro­piedad si ya la transmitió?, valga la comparación un poco burda, si yo vendo mi casa y mi comprador la regala yo no puedo oponerme a que la regale, ya salió de mi patrimonio, es que hay muchas for­mas de transmisión de propiedad. Normalmente y voy ha hablar res­pecto de la Ciudad de México, todo mundo al pensar en el translado de dominio, en transmitir una propiedad piensa en la compra-venta; pero hay muchos medios de transmitir la propiedad, se me ocurre ahora la compra-venta, la permuta, la dación en pago, la adjudica­ción, etc., y el Fideicomiso es una manera más de transmitir la pro­piedad; todo mundo tiene dudas porque cree que con el Fideicomiso se trasmite y no se transmite, no podemos estar en una situación am­bigua, si la ley nos dice que sale del patrimonio del Fideicomitente se está transmitiendo la propiedad se diga lo que se diga en contra­rio, por último y para poder entrar propiamente al Fideicomiso Tes­tamentario se afirmó también ayer que el Fideicomiso como acto unilateral de voluntad muy rara vez o por excepción se formaliza mediante contrato. Y o les confieso sinceramente que en los pocos o muchos años que tengo en la materia, me encuentro con que el 100% de los Fideicomisos todos son mediante la formalización dé un con­trato, no conozco y creo que aquí hay muchas personas que saben de esto, Instituciones muy prestigiosas en el país que manejan infini­dad de Fideicomisos y creo que no existen Fideicomisos en los cuales la Institución Fiduciaria haya aceptado manejar el Fideicomiso sin contratar con el Fideicomitente. Hago la aclaración, porque de los cientos de miles de contratos que se manejan en todas las institu­ciones de Fideicomiso en el país, que yo sepa no hay, o por lo menos podría yo hablar de un porcentaie de un 99.99% para no equivocar­me, Fideicomisos que no estén formalizados mediante un contrato. Con ésto creo yo que podría entrar en materia de Fideicomiso Testa­mentario.

Aquí me encuentro para empezar con una disyuntiva, el tes­tamento es el clásico acto unilateral de voluntad, pero si en el testa­mento se dan las bases para que se constituya un Fideicomiso, lo acepto, pero si en el testamento se dice que se constituyé ei Fideico­miso y no fué obtenido previamente el consentimiento de la insti­tución designada como Fiduciaria no ló creería.

Los testamentos, las sucesiones testamentarias diría yo más gené­ricamente, se componen de cuatro grandes secciones.

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Primero radicación de la sucesión, reconocimiento de los here­deros y legatarios en su caso, nombramiento del Albacea, aceptación del cargo, y discernimiento del mismo. Así estaríamos integrando la primera sección.

En un testamento común y corriente, normal diría yo, el Tes-tador en palabras más o menos dice así : "yo fulano de tal ....... . . . . . . . . . . etc., etc., nombro como herederos a mis hijos .......... . y legatarios a fulano, sutano, etc. de determinados bienes. Designo o instituyo como Albacea a fulanito, etc., etc., para que conjunta o sucesivamente o separadamente se encarguen de tramitar mi suce­ción. Da todos sus datos y dice: "los legados, la casa tal a Pedro, la casa tal a Luis, el automóvil a Concha, el resto de mis bienes se re­partirá a partes iguales o a tales proporciones entre las demás per­sonas que son fulano, mengano, etc., esos son mis herederos; ya se integró esa primera sección del testamento.

Obligación del Albacea como punto primero para iniciar la se­gunda sección, consiste en levantar inventarios y practicar avaluos de los bienes, someterlos a la consideración de los herederos por con­ducto del Juez o en su caso del Notario, ya hablaremos ahora de uno y otro caso.

Someterlo a la consideración de los herederos ante ~l N ot;:trio o ante el Juez para que sea o no sea aprobado, el acervo hereditario, esto tiene que relacionarse con lo establecido por el Código de Proce­dimientos que dice: Primero se inventariarán tal cosa bienes, mue­bles, joyas, dinero, etc., ese orden debe seguir el Albacea. Cuando ¡;:e trate de efectos de comercio, deberán valuar todos esos bienes, de­berán practicar un avalúo si se trata de bienes inmuebles una Ins­titución de Crédito legalmente autorizada para operar como Fiducia­rios y que practique avaluos, si hay joyas se mandarán valuar con la institución autorizada para el efecto que es el Nacional Monte de Piedad, si hubiere efectos de comercio, acciones, valores, etc., se pe~ dirá la cotización del día de la muerte del autor de la sucesión, a la Bolsa de valores; si hubiere monedas extranjeras, se pedirá su co­tización al día de la muerte del autor de la sucesión, al Banco de México y con ello se integra el inventario y avaluos, se somete a la consideración de los herederos y vamos a pensar en el mejor de los casos, lo aprueban, se acaba ahí la segunda sección.

En la tercera el Albacea tiene la obligación de rendir cuentas, ese Albacea va a pagar créditos, va a cobrar créditos a su vez a fa­vor de la sucesión, va a cobrar rentas, en una palabra va a adn:Íi­nistrar el fondo, tanto de activo tanto de pasivo, tanto de productos

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tanw de gastos, también se presenta a los herederos, se aprueba en su caso y se termina la tercera sección.

Pasamos a la cuarta y última, con base en el testamento el Al­bacea propone la participación del haber hereditario siguiendo exac­tamente los lineamientos que marcó el autor de la sucesión, no diría yo que propusiera, sino que ejecuta, en fin propone ante los here­deros la participación de la sucesión, a los legatarios el bien especí­fico que haya sido objeto del legado, el remanente a los herederos, con esto se tira la escritura de adjudicación si se tramitó la sucesión ante el Juez, el Juez ordena que se turnen los autos al Notario, el N otario tira la escritura y todo mundo contento. Hasta ahí el que fué test!'ldor tuvo el buen tino de decir como se debían dividir sus bie­nes, con ello va a evitar el mayor número de problemas posible, no digo que vaya a evitar todos los problemas, nunca falta un heredero que ataca el testamento, nunca falta un heredero que ataca la con­ducta del Albacea, etc., etc., pero vamos a pensar en el mejor de los casos, ahí se terminó esa sucesión, ya se logró una protección; ¿pero qué sucede si los legatarios o herederos son menores de edad al ter­minar el trámite sucesorio?, van a tener que recibir los bienes, la persona o personas que los representen legalmente, el cónyuge su­perstite, el padre, en fin que sé yo, el tutor, ¿qué manejos hará después de terminada la sucesión esa persona?, pensando en el mejor de los casos no quiero hablar de tutores, representantes legales deshones­tos c. inmorales, no, quiero hablar de personas totalmente honestas; pero que sucede si ese tutor o ese representante legal no es ducho en negocios, no sabe de inmuebles, no conoce de valores, que va a su­ceder con ese fondo, con ese patrimonio, en el mejor de los casos se va a perder por incapacidad o desconocimiento. Si aunado al testa­mento el que va a ser testador, tuvo el mejor tino todavía de com­binar su testamento con un Fideicomiso, habrá protegido realmente a las personas que quiere, no importa que sean mayores de edad, no importa que sean menores de edad, el Fiduciario recibirá del Al­bacea al momento de la adjudicación, los bienes que constituyen el acervo hereditario que van a estar afectos al Fideicomiso. El Fidei­comitente testador, en este caso, tuvo que haber dado las bases so­bre las cuales se debería manejar el Fideicomiso, de no haberlo hecho, como ejemplo todos los haberes líquidos que reciba el Fiduciario del Albacea, los invertirá en tales y tales cosas, respetando siempre las reglas de inversión que dicten las autoridades hacendarías, adquiri­rá 'nmuebles, comprará, venderá, etc., etc.. auxiliado siempre por un Comité Técnico. El Comité Técnico es conveniente que esté for-

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mado por personas capaces que coadyuven con el Fiduciario en el manejo de esos fondos, el Fiduciario va a recibir todos esos bienes mediante una escritura que no va a ser de adjudicación en favor de herPderos, porque propiamente no hay herederos, habrá legatarios de ciertos bienes; pero los que van a ser herederos y cuyos haberes van a ser la materia del Fideicomiso, no se les van a adjudicar, se le van adjudicar al Fiduciario, insisto con esto una vez más, hay trans­misión o no hay transmisión al Fiduciario, cómo se quedaría ese patri­monio si el Albacea no pudiera transmitírselo a alguien, no se lo puede tran~mitir a los que fueron herederos, porque el testador dijo que se constituyera Fideicomiso, qué pasaría con ese patrimonio, lógicamente tuvo que haber un contrato previo con la Institución Bancaria Fiducia­ria que hubiera designado previamente o con quien hubiera convenido previamente el autor de la sucesión. El Fiduciario va a recibir la titu­laridad de los bienes y derechos y va a cumplir con ellos todas las fina­lidades que el Fideicomitente testador haya establecido. Es común que los patrimonios, si se entregan a personas muy jóvenes puede que se pierdan, a mi podría decir que me tocó a la antigua, en que la ma­yoría de edad era a los veintiun años, yo les confieso sinceramente que a los veintiun años, y ahora que lo veo con el tiempo, estaba muy "verde", la nueva legislación dice que la mayoría de edad es a los dieciocho, efectivamente el hombre ha avanzado, digamos despier­ta antes, etc., pero a la hora de tener un patrimonio en las manos a esa edad es peligroso pensando en el mejor de los casos, el here­dero que tiene dieciocho años de edad es fácilmente convencido por extraños o por parientes mismos ae que haga o deshaga determina­das inversiones.

Nunca falta un interesado que sabe que va a recibir dinero, y ya no hablemos nada más de personas viudas jóvenes, viudas en una palabra con dinero, nunca falta un interesado que va por el in­terés, decía un cuento por ahí no van por el interés sino por el ca­pital, pero ¿qué puede pasar entonces con ese patrimonio? también por la falta de cuidado se puede perder, ¿se benefició realmente a la viuda?, ¿se benefició a los herederos? no. Es conveniente pensar en este tipo de operaciones que se entreguen productos provenjentes de ese capital, se permuta el usufructo o la habitación o la posesión de inmuebles para evitar que los herederos o la viuda paguen renta, con los fondos invertidos se pagan contribuciones, impuesto predial, de­recho de agua, etc., se administra en una palabra, y el capital que se distribuya a los herederos, en este caso a los Fideicomisarios, una parte cuando lleguen a la mayoría de edad, una parte cuando se re,.

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ciban en alguna profesión, otra parte cuando contraigan matrimonio, una "X" parte cuando se establezcan, en fin realmente buscar pro­tección para la gente que uno quiere, si se hace testamento solamen­te, no creo que en todos los casos se resuelva el problema, pero si se hace el testamento y se combina con el Fideicomiso, creo que se está asegurando a las personas en un 99 y pico por ciento posible. Una pregunta que me gustaría hacer a ustedes, yo tengo una idea ; pero me gustaría después conocer la de ustedes.

En un testamento normalmente combinado con el Fideicomiso, se dice: "yo fulano de tal, etc., etc.," señala qué bienes van a ser afec­tados al Fideicomiso, y dá las características, y en una escritura in­mediata siguiente ante el N otario, hace el contrato de Fideicomiso con la institución y les dice: Banco de Londres, he dictado mi testamen­to mediante escritura número tal, ante tal N otario, etc., etc., tal fe­cha, en tal cláusula nombro Albacea a fulano de tal, en tal cláusula he designado como herederos a mis hijos, aquí entra la confusión que yo he encontrado en el medio de México, ¿se les llamará si va a haber Fideicomiso herederos o se les llamará Fideicomisarios ?, ¿qué pasa­ría si yo Miguel Moreno del Mazo dicto un testamento ajustándome en lo posible a los reglamentos del Código Civil, en la cláusula digo: "no nombro herederos ni legatarios porque quiero que con este pa­trimonio se constituya Fideicomiso, ¿tendría mi sucesión problemas con algún Juez? esa es la pregunta que quiero que Uds. piensen y ojalá me den la respuesta, yo tengo la mía pero no estoy seguro de estar cierto en ello. El Fideicomiso Testamentario tiene esa finalidad, protección adicional a la que se puede obtener con el testamento so­lamente, vuelvo a insistir en el aspecto de manejo, las Instituciones Fiduciarias pueden inclusive actuar como Albaceas en la sucesión de que se trate, o sea que pueden tener un doble carácter, mientras se está tramitando el juicio sucesorio tiene el carácter de Albacea, tra­mitan la sucesión como cualquier Albacea y terminan la sucesión, se tira la escritura de adjudicación a la propia institución como adju­dicataria para los efectos del Fideicomiso, ahí dejó de ser Albacea y empezó a actuar como Fiduciario, como Albacea no era más que un mandatario del testador, como Fiduciario es titular de un patrimo­nio, si este Fideicomiso lo combinamos con otros medios como son pólizas de seguro, dineros en efectivo, cuentas de cheques, etc., etc., de tal manera que alguno de esos valores puedan entrar al patrimonio del Fideicomiso antes de la adjudicación, puede funcionar el Fideicomi­so anticipadamente. Voy a tratar de explicarme, si yo soy el Fideicomi­tente testador y no tengo más que un inmueble y lo dejo en Fideicomiso

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y en el mismo menciono como Fideicomisarios a partes iguales a mis hijos y a mi esposa; pero no quiero que se les adjudique al termi­nar el juicio sucesorio, sino que se constituya el Fideicomiso, la ins­titución tome posesión del inmueble, lo rente, etc., etc., lo que sea, y después cuando todos los hijos míos lleguen a la mayoría de edad, o se hayan casado o la condición o modalidad que yo haya impuesto, se les titule en copropiedad o se venda y las partes se dividen en par­tes Jguales en fin doy toda mi idea ahí. Sin ese Fideicomiso tendría­mos que esperar hasta la escritura de adjudicación; pero si en mi testamento en la segunda sección, en el inventario encontramos con que yo tengo dinero, cuentas de cheques, inversiones, seguros, etc., que se pueden hacer efectivos de inmediato, ahí hay una segunda pre­gunta; legalmente es posible transmitir de inmediato por el Albacea a mi Fideicomiso, el Albacea cobraría aquello, lo recibiría como Al­bacea y como tal lo recibiría el Fideicomiso para que éste se iniciara en el manejo de fondos líquidos, y esperar a recibir con todas las for­malidades de ley los demás bienes que tengan que mencionarse en la escritura de adjudicación, aquí se está teniendo una doble ventaja; aquellos fondos, si el Albacea no es una persona ducha en negocios, pue­de que estén ociosos, ya no pienso en que se pierdan, sino puede ser que estén ociosos en perjuicio de los herederos, pero si ese Albacea en cuanto puede legalmente adelanta esos bienes al Fideicomiso, se está logrando que esos bienes, en éste caso valores, bienes produc­tivos, empiecen realmente a dar un beneficio en favor de los herederos.

Mí última idea sobre éste particular y que también espero no preguntas sino más bien ideas de solución sería la siguiente: En el caso que yo planteaba en que en mí testamento no hay herederos, sino una Institución Fiduciaria que va a ser la adjudicataria en virtud del Fideicomiso, quisiera que los que son muy duchos en materia pro­cesal me dijeran si sería aceptable por un Juez que se convirtiera a­quello en testamento o en Fideicomiso?, se los dejo como una suges­tión, como una idea, para ver que la luz nos pudieran dar.

Como segundo tema, nos encontramos con el Fideicomiso de Pó­lizas de Seguros.

Todos los individuos al servicio de empresas o particulares, nor­malmente toman seguros de vida. Estos seguros de vida con intitucio­nes legalmente autorizadas se establecen y en el renglón de benefi­ciarios se designa a los hijos y a la esposa, hablo de los casos más frecuentes.

Vamos a pensar en un individuo que es viajante de comercio, que todos los días anda de México a Ciudad Juárez a Puebla, Vera-

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cruz, Toluca, etc.; aquel individuo está viviendo siempre con el pro­blema latente de un accidente; pero vamos a pensar también en los que tenemos una vida más sedentaria y que en un desgraciado accidente perdemos la vida dentro del hogar inclusive. Por cierto me decían ¿saben Uds. cuál es la definición de tina de baño?, "arma blanca que sirve también para bañarse", es una arma blanca efectivamente muy peligrosa que todos tenemos en el hogar. Los accidentes caseros de acuerdo con las estadísticas que se han publicado en los Estados Uni­dos; se ha comprobado que el número de accidentes caseros sobrepa­sa a los accidentes fuera del hogar.

No se si Uds. lo saben, pero en los Estados Unidos y en los paí­ses anglosajones en una palabra, está muy difundido el seguro, hay seguro para todo, las personas están conscientes que en un momento dado sus herederos o beneficiarios pueden hacer efectiva una póliza. hacerse de un capital. En México el seguro todavía no está difundido desgraciadamente, seguimos pensando que tomar una póliza de se­guro es jugar una apuesta contra la compañía aseguradora; yo le apuesto a la compañía aseguradora que voy a morir pronto y sólo así gano, la compañía aseguradora me apuesta a que voy a vivir mucho y gana ella, o sea que sicológicamente me mantiene vivo. En fin, no está difundido en México el seguro y en lo poco que está es muy común que el tomador del seguro, el asegurado, siempre men­cione como beneficiarios de su seguro a sus parientes.

Aquí también las Instituciones Fiduciarias pueden intervenir pa­ra ayudar a mantener o preservar esos patrimonios. Si en una pó­liza de seguro celebrado previamente el contrato respectivo con la Institución Fiduciaria, el tomador del seguro designa como benefi­ciario aquella Institución Fiduciaria para que cumpla los fines que previamente ha establecido, está realmente protegiendo a sus gentes, porque en el contrato respectivo los designará como Fideicomisarios a partes iguales o a partes proporcionales, en fin la forma y con las modalidades que uno quiera. Volvemos a lo mismo el patrimonio ma­nejado por manos expertas primero; segundo por instituciones que son eternas, no se van a morir de la noche a la mañana como una persona física; tercero personas que están bajo la supervisión y cuidado de las autoridades a través de la Comisión Nacional Ban­caria. Un centavo que se entrega en una Institución de Crédito, un centavo que aparece para su titular.

En el aspecto bancario, hablo bancario pensando en cuentas de cheques, créditos comerciales, los clientes perciben créditos, hacen depósitos, etc., etc., si sus cuentas no concilian con la del banco tie-

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nen posibilidad de hacer sus aclaraciones, y siempre que yo sepa hasta ahora el banco rinde información satisfactoria para demostrar que se está en lo cierto, o dando la disculpa y aumentando el abono por delante a la cuenta respectiva. Con esto quiero hacer hincapié en el sentido de seguridad, de solvencia, en el caso de los Fiduciarios yo diría que esto va hasta el extremo, al extremo no solamente de ese manejo, sino al extremo del cuidado. de conservar un anonima­to hasta cierto punto.

Se conserva el anonimato de los fondos que Uds. mantienen, eso es un secreto bancario; pues si yo les dijera que el secreto Fidu­ciar~o va más allá, si es tan riguroso el secreto bancario el secreto Fiduciario es excesivamente riguroso. Las Instituciones Fiduciarias inclusive pueden negar información a los Jueces, un Juez puede lle­gar a pedirme a mi Institución Bancaria que le de información del Fideicomiso que tiene fulano de tal, -lo siento señor Juez no le pue­do dar nada, porque la ley me protege en ese sentido-. Y esto es aceptable por muchas razones, los Fideicomisos no solamente tienen como finalidad proteger patrimonios; sino inclusive proteger nom­bres, proteger situaciones que en un momento dado podrían ser muy perjudiciales para nuestra clientela. Perdóneme por la franqueza del ejemplo pero cuántas veces se han constituido Fideicomisos entre­gando ciertos fondos para garantizar la educación de un hijo ilegi­timo7, ¿cuántas veces se han entregado fondos para preservar en sa­lud a un hijo enfermo mental?, ¿es concebible el secreto Fiduciario ultrasecreto? claro que sí, a las personas no les gusta, no quieren que sus problemas se sepan. El Fiduciario, y válgame la comparación, es un confesor que además de dar el consejo realiza la actividad por cuenta y orden de su Fideicomitente, ha logrado el cliente con ello una verdadera protección para sus intereses, una verdadera protec­ción Moral y Religiosa inclusive al proteger a hijos nacidos fuera del matrimonio, a concubinas, o qué esas personas no tienen derecho a ser protegidas? y ¿podrán ser protegidas en forma directa y abierta ante todo mundo? puede que sí, y normalmente debería ser lo co­rrecto, pero no a todos les conviene ni todos lo quieren, ahí tienen el Fideicomiso.

Hasta ahora hemos hablado del Fideicomiso que se relaciona de una forma o de otra con el patrimonio familiar, yo a todo esto le llamaría "el patrimonio familiar planeado". Cuando Uds. piensen en todo esto, mediten, verán la bondad del F.ideicomíso, hablo exclu­sivamente desde el punto familiar, no quiere decir que la Institución que represento no maneje negocios de tipo mercantil, nada más pa-

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ra que Uds. se den una idea más o menos clara, una Institución Fi­duciaria puede desempeñar cuatro tipos de actividades: uno, activi­dades de representación o mandato como son: depósitos para fines especiales; desempeño de Sindicaturas o Liquidaciones Judiciales o Extrajudiciales; desempeño de Albaceazgos, Ejecutorias Especiales, Interventoría, depositarías Judiciales, representación de ausentes o ignorados. Tutorías, Curadurías o Patronatos de Beneficiencia; Man­datos, Comisiones y operaciones necesarias para la inversión y ad­ministración de patrimonios; intervención en emisión de Títulos de Crédito como son las Obligaciones Hipotecarias; esas son las de re­presentación o mandato.

Tiene una segunda actividad que es la de administración; puede desempeñar el cargo de Comisario o Miembro de los Consejos de Vigilancia de Sociedades; puede administrar bienes inmuebles; pue­de recibir para administración o garantía por cuenta de terceros, bienes muebles, Títulos, Valores, etc.

Otra tercera actividad: prestación de servicios, control de libros de contabilidad, de actas y registros de sociedades; puede ceder su domicilio para efectuar pagos, recibir notificaciones judiciales o ex­traJudiciales y celebrar juntas y asambleas y puede practicar avalúos.

Uds. verán que he hablado en la primera actividad de repre­sentación o mandato, segundo de administración y tercero de pres­tación de servicio, nos falta la cuarta y la más importante, actividad típica o exclusiva del Fideicomiso; lo menciono para volver a ha­cer la diferencia.

Cuando el Fiduciario actúa como mandatario cualquier cliente sea el negocio que sea y el cliente fallece, el mandato de acuerdo con el Código Civil termina con la muerte, el Fiduciario espera a que venga la sucesión, ¿por qué? porque está actuando por cuenta de ese tercero ya fallecido.

En el Fideicomiso no, actúa por cuenta propia del Fideicomiso para lo cual recibió la titularidad de los bienes, si el Fideicomitente se murió no importa, no importa en el sentido de que el fondo, el patrimonio sigue funcionando, los fines por él previstos se van a cumplir. Es todo lo que puedo decirles de un patrimonio familiar.

Por último, hablando del Fideicomiso de los extranjeros residen­tes en México, voy a ser muy breve.

La Ley General de Población permite que lleguen al país diver­sas personas de "X" nacionalidades con diversos caracteres de estan­cia, puede haber turistas, inmigrantes rentistas, inmigrados, etc., etc .. En México se está dando un caso muy peculiar y muy particular gra-

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cías o por defecto, no lo sabría decir, a nuestra cercanía con los Es­tados Unidos, con motivo de la separación o retiro de sus empleos, muchos individuos extranjeros pretenden venir a radicar en México, la Ley de Nacionalidad y Naturalización fija todos los requisitos que deben llenar esos extranjeros para ingresar al país, como extranjeros que se van a naturalizar; pero hay personas que no les interesa perder su nacionalidad, que quieren seguir conservando su naciona­lidad de origen, quieren vivir en el país como inmigrantes rentistas. A esas personas la Secretaría de Gobernación máxima autoridad de esta materia, les permite la entrada al país siempre y cuando ga­ranticen, trayendo un fondo suficiente, que no van a ser una car­ga para el país, que van a tener medios propios suficientes para subsistir dentro del país.

Esta clase de personas que pretenden ingresar en países como el nuestro, por eso les decía no se si bueno o malo, nuestra situa­ción geográfica y nuestro tipo de cambio en cuanto a moneda, un señor que se retire en los Estados Unidos con una pensión digamos muy baja de mil dólares, puede venir a vivir a nuestro país con do­ce mil quinientos pesos; puede ser que no sea con lujo, pero desde luego no va a vivir mal. A esa persona le interesa nuestro país por clima, por tradición, por paisajes, por qué se yo tantas cosas; a esa persona se le puede dar la facilidad de que ingrese, siempre y cuando traiga ese fondo. La Secretaría de Gobernación, previos los trámi­tes legales que yo desconozco al detalle, le da la autorización y le dice: "constitúyeme en una Institución de Crédito un depósito suficiente para que garantices tu estancia, una vez que hayas constituido el depósito, la Institución Fiduciaria me manda un oficio en el sentido de que tiene los fondos, que tú extranjero has constituido un Fidei­comiso irrevocable para garantizar tu estancia y en ese momento empiezas a disfrutar de mi hospitalidad". El Fiduciario puede reci­bir estos fondos, celebra el contrato respectivo de Fideicomiso con el cliente. (Una cosa muy importante que las autoridades se fijan mucho en ello, obliga prácticamente a los extranjeros la Secretaría de Gobernación a que aquellos fondos vengan realmente del extran­jero, porque es muy común, que algún extranjero con parientes en el territorio nacional, el pariente mexicano, amigo o lo que sea, tie­ne suficientes medios económicos y lo admite, está gastando parte del dinero nacional en mantener a un extranjero; entonces la Secre­taría de Gobernación en ese sentido es exigente y dice: "necesito que traigas los fondos de fuera, porque si vas a venir a vivir con mi propio circulante de hecho vas a ser una carga).

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Entonces se constituye el Fideicomiso irrevocable en una Insti­tución de Crédito, se fija mediante el oficio la cantidad que va a recibir mensualmente que puede ser en dos formas: con cargo a los productos si la cantidad que se entrega es suficiente para que con esos productos se garantice la mensualidad, o bien con cargo al pro­pio capital haciendo una disminución parcial hasta agotar el fondo. Normalmente estos permisos se dan a plazos de cinco años, el Fidu­ciario le comunica a la Secretaría de Gobernación "fulano de tal ha constituido un Fideicomiso, me ha entregado tal cantidad de pesos y con cargo a los productos o al capital en su caso, le voy a entregar la cantidad de tres mil pesos que tú Gobernación fijaste", se le pone en conocimiento y aquel individuo empieza a gozar de la hospitalidad; pero qué pasa si aquel extranjero nos resulta un individuo que se va a meter en política? ¿qué sucede si aquel individuo se va a de­dicar a actividades ilícitas, al tráfico de drogas?. La Secretaría de Gobernación como autoridad máxima en asuntos de extranjeros, tie­ne la facultad de sacar del país a todos los extranjeros que consi­dere indeseables, al sacar del país a un extranjero, nuestro Gobier­no está haciendo gastos, gastos de translado de aquella persona ; pa­ra eso sirve el Fideicomiso, para garantizar los gastos que en un momento dado pudiere incurrir la Secretaría de Gobernación con motivo de la expulsión o extradición del individuo.

Se han dado casos en este sentido, se le ha dado permiso al ex­tranjero para que en un término de cinco años viva en el país como inmigrante rentista, sucedió al segundo o tercer año aquel in­dividuo fué encontrado por Agentes de Gobernación cometiendo cier­tos actos lesivos para el interés de la patria. Lo primero que hicie­ron los Agentes de Gobernación fué aprehender a este individuo y lo pusieron en la frontera y oficio al Fiduciario "te comunico que con tal fecha salió del país fulano de tal por la frontera tal, infór mame cuál es el saldo porque he realizado tales gastos y previo el pago de éstos, el saldo pónlo a su disposición mediante las instruc­ciones que él te gire desde su país de origen. Se han dado casos y por eso lo menciono.

N o sé si las personas que van a hahlar después del Fideico­misQ de propiedad de inmuebles, tratarán el Fideicomiso de inmue­bles dentro de las zonas prohibidas por la Constitución. Dice el ar­tículo 17 Constitucional, "ningún extranjero puede adquirir el domi­nio directo sobre tierra o agua del territorio Nacional en una franja de cien kilómetros en las fronteras y de cincuenta en las costas".

Esta prohibición es lógica y todos sabemos cual es su finalidad,

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preservar la soberanía en nuestro territorio. Evitar que por peque­ñas compras nos van segregando nuestro territorio, o por éompras en las playas en las costas, nos establezcan de hecho bases extran­jeras en el país, bases no de militares, pero sí de población extran­jera.

Para estos casos la Secretaria de Relaciones Exteriores puede conceder permisos a las Instituciones Fiduciarias para adquirir in­muebles dentro de esos límites aun cuando el Fideicomisario fuera extranjero. El día 30 de Abril del presente año, se publicó en el Diario Oficial un Decreto Presidencial que dice: "sólo las Institu­ciones Nacionales de Crédito, podrán celebrar operaciones de Fidei­comiso sobre inmuebles dentro de esa zona que hemos mencionado que tengan como fines turísticos o industriales" y sigue diciendo en un párrafo aparte "cuando la Secretaría "X" lo considere convenien­te, podrá autorizar a las instituciones privadas a celebrar este tipo de operaciones". Se concluye que en los Fideicomisos que se generen con bienes inmuebles dentro de esos límites para beneficio, o en los que se designe Fideicomisarios extranjeros sólo los llevarán a cabo las Instituciones Nacionales de Crédito. Es simplemente un comen­tario respecto a la de extranjería en México.

Alguien me hizo un comentario diciéndome que el día de ayer utilicé un vocabulario común y corriente, tal vez hasta grosero, les ofrezco mis disculpas y sólo podría decirles una cosa, no pretendía yo de ninguna manera traerles una pieza oratoria, quería transmitirles la poca o mucha experiencia que tuviera al respecto, sin embargo, siguiendo las palabras del ilustre escritor José Ingenieros, podría de­cirles que cuando enfilamos nuestra mirada hacia una estrella y ele­vamos el ala hacia tal magnitud, afanosos de perfección y rebeldes a la mediocridad, es cuando 11evamos dentro de nosotros el miste­riosv resorte de un ideal, ese ideal es ascua sagrada capaz de tem­plarnos para grandes acciones, cultivémosla; si esa ascua se apaga no s0 enciende jamás, si esa ascua muere en nosotros, quedamos iner­tes fríos despojos humanos; el ideal es nuestro blazón, el penacho de 11uestro temperamento, innumerables signos nos lo rebelan; por ejemplo la cicuta impuesta a Sócrates, !a cruz izada a Cristo, o la hoguera encendida a Bruno. El ideal es de los idealistas, no todos nos sentimos igual ante un crepúsculo, ni gustamos de 11orar frente a una aurora; no todos somos capaces de pasear con Dante, de reir con Moliere, de temblar con Shakespeare o de crujir con Warner. Los que así sienten, los que a.."lí piensan, forman raza aparte en la hu-

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manidad, son 1os idealistas, no pretendo que todos nosotros seamos idealistas, debemos aunar a ese idealismo también nuestra acción. Per0 de esta reunión yo espero que debe haber surgido un ideal, yo no diría que el legalismo, como se pretendía, sino la justicia.

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