El Fuego Más Oscuro

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Él era el guardián del infierno, más monstruo que hombre. Ella era la diosa de la opresión, más ángel que mujer. Juntos entraron en el fuego para luchar contra una poderosa horda de demonios... y descubrieron una pasión como ninguna otra.

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Capitulo 1

Cada da, durante cientos de aos, las diosas han visitado el infierno, y cada da Geryon las haba observado desde su estacin, deseando calentar su sangre ms que las llamas de la condenacin que haba ms all de su puesto. l no debera haberla estudiado la primera vez y debera haber haberse guardado su abatida mirada todas esas veces. l era un esclavo de los demonios, engendrado por el mal; ella era una diosa, creada en la luz.

l no podra tenerla, pens l, cerrando los puos de sus manos. No importaba lo mucho que quizs lo desease de otra forma. Esta obsesin era intil y no le traa nada que no fuera desesperacin. No necesitaba ms desesperacin.

Y con todo, todava la observ ese da cuando flot a travs de la estril caverna, las yemas coral de sus dedos trazaron las dentadas piedras que separaban el subsuelo del Submundo.

Los rizos dorados flotaban cayendo en su elegante espalda y enmarcaban un rostro tan perfecto, tan adorable, que la propia Afrodita no se le poda comparar. Unos luminosos ojos se entrecerraron, un atractivo color en aquellas mejillas de liso alabastro.

La pared est resquebrajada. dijo ella, su voz igual que una cancin entre el silbido de una cercana llama.

Sacudi la cabeza, posiblemente apenas se habra imaginado las palabras. En todos sus siglos juntos, ellos nunca haban hablado, nunca se desviaron de su rutina. Como Guardin del Infierno, l se aseguraba que la puerta permaneca cerrada hasta que fuera necesario introducir un espritu en el interior.

De esa manera, nada ni nadie escapabay si lo intentaban, l les imparta el castigo. Como la diosa de la Opresin, ella fortaleca la barrera psquica con un solo toque. El silencio nunca haba sido quebrado.

La incertidumbre oscureci sus rasgos.

No tienes nada que decir?

Ella se alz ante l un momento despus, aunque nunca la vio moverse.

La esencia de madreselva eclips de repente la peste de sulfuro y carne derritindose, y lo inhal profundamente, cerrando los ojos en xtasis. Oh, que se quedara justamente como estaba

Guardin apunt ella.

Diosa. l oblig a sus prpados abrirse gradualmente, revelando lentamente el brillo de su belleza. As de cerca, ella no era tan perfecta como pensaba. Era mejor.

Unas tenues pecas punteaban su dulcemente inclinada nariz, y los hoyuelos aparecieron con la curva de su media sonrisa. Exquisita.

Qu pensara de l? se pregunt.

Probablemente lo crea un monstruo, horrible y deforme. Pero si lo haca, no lo mostr. Slo la curiosidad descansaba en aquellos luminosos ojos. Por el muro, sospech, no por l. Incluso cuando haba sido humano, las mujeres no haban querido tener nada que ver con l. Algunas veces se haba preguntado si habra sido corrompido al nacer.

Esas brechas no estaban ayer ah. dijo ella. Qu ha causado tal dao?

Una horda de Seores Demonio se alzan diariamente desde el agujero y lucha para romperlo. Se han cansado de estar confinados all y buscan a humanos vivos a los que atormentar.

Tienes sus nombres?

l asinti.

Violencia, Muerte, Mentiras, Duda, Miseria. Contino?

No. Dijo ella suavemente. Entiendo. Lo peor de lo peor.

S. Golpean y araan desde el otro lado, desesperados por alcanzar el reino mortal.

Bueno, los detendremos. Una orden, envuelta en un ronco ruego.

En ese momento, l hubiese entregado hasta el ltimo vestigio de su humanidad para hacer lo que ella deseaba. Cualquier cosa para devolverle el diario regalo de su presencia. Cualquier cosa para mantenerla justo donde estaba, prolongando la dulzura de su esencia.

Tengo prohibido abandonar mi puesto, al igual que se me prohbe abrir las puertas por cualquier razn que no sea permitir que entre alguno de los condenados. Temo no poder aceptar vuestra peticin.

Ella dej escapar un suspiro.

Siempre haces cuanto te dicen?

Siempre.

Una vez haba luchado con los invisibles lazos que lo ataban. Una vez, pero no ms. Luchar sera invitar al dolor y al sufrimientono para l, si no para otros. Inocentes humanos quienes al igual que su madre, su padre y sus hermanos haban sido trados aqu y torturados frente a l. Los gritos oh, los gritos. Habindose situado una vez sobre el dolor y el sufrimiento, no le habra importado. Se habra redo y habra luchado con ms fuerza. Pero Lucifer, hermano de Hades y prncipe de los Demonios, saba exactamente como golpear para obtener los resultados deseados.

Yo espero una diferencia. Eres un guerrero, tan fuerte y seguro. S, era un guerrero. Tambin era un esclavo.

Lo siento.

Te pagar por ayudarme, insisti la diosa. Dime tu precio. Lo que desees ser tuyo.

Capitulo 2

Cualquier cosa que desees ser tuya, haba dicho ella. Si tan solo, pens Geryon. Pudiera pedirle una simple prueba de sus labios. Pero l no arriesgara al sufrimiento de los inocentes. Por qu te preocupas por ellos? Simplemente para saciar su anhelo por la adorable diosa.

La pregunta que viajaba a la deriva por su mente le tena apretando los dientes. El se preocupaba porque sin bondad, all slo habra el mal. Y l haba visto demasiado mal.

Lo siento, diosa. Como dije, no puedo ayudaros.

Sus delicados hombros se encogieron con desilusin.

Pero por qu? T quieres mantener tanto como yo a los demonios dentro del infierno.

Geryon no quera contarle sus razones para rechazarla, despus de todos estos siglos todava se avergonzaba. Sin embargo, debera decrselo. Quizs entonces ella volvera a lo de antes y fingira que no exista. De este modo, su deseo por ella creca, intensificndose, su cuerpo endurecindose. Acptalo. Ella no es para ti

Yo vend mi alma. Dijo l. Haba sido uno de los primeros humanos en caminar por la tierra. Haba estado satisfecho con su parte y embelesado por su compaera, incluso aunque ella haba sido elegida por su familia y en cambio no lo haba deseado. Ella se haba puesto enferma y l se haba desesperado. Haba gritado a los dioses que lo ayudaran, pero le haban ignorado. Entonces Lucifer haba aparecido ante l.

Para salvarla y ganar finalmente su corazn, Geryon se haba entregado voluntariamente al prncipe oscuroy se encontr a si mismo transformado de hombre a bestia. Cuernos que salan desde la cima de su cabeza, y sus manos se haban convertido en garras. Pelaje carmn oscuro cubra toda su piel y piernas, mientras unos cascos reemplazaban sus pies. En segundos, se haba transformado en ms animal que humano.

Su esposa se haba curado, por su contrato con Lucifer, pero ella no se haba ablandado hacia l. No, le haba dejado por otro hombre. Sus manos se cerraron en puos, las garras hundindose profundamente en sus palmas mientras se centraba en la diosa.

Aunque lo desee de otra forma, mis acciones ya no estn bajo mi mando.

La diosa lo estudi, su cabeza inclinndose hacia un lado. l se movi incmodo, tal escrutinio lo acobardada dada su enfermiza apariencia. Para su sorpresa, el asco no oscureci su encantadora mirada fija cuando dijo.

Ver lo que puedo hacer.

En los Corredores del Infierno.

Lucifer, yeme bien. Exijo hablar contigo. Te aparecers ante m. En este da, en esta habitacin. Solo. Yo me quedar aqu. Soy Kadence, diosa de la Opresin, saba que deba precisar sus deseos o el prncipe demonio los interpretara siempre como lo deseara. Simplemente estaba exigiendo una audiencia, l podra llevarla a su cama, atar sus brazos y piernas, sacarle la ropa, con una legin a su alrededor.

Pasaron varios minutos sin que hubiera respuesta a sus peticiones. Pero entonces, haba sabido que no lo seran. l disfrutaba hacindola esperar. Lo haca sentir poderoso. Emple ese tiempo en echar un vistazo a los alrededores.

Ms que piedra y mortero, las paredes del palacio de Lucifer consistan en llamas. Crujiendo en oro anaranjado. Mortales. Ella odiaba todo sobre aquel palacio. Plumas de humo negro flotaban desde los resplandores, curvndose alrededor de sus dedos de manera daina. Tan mal que quera mover la mano delante de su nariz, pero no lo hizo. No poda mostrar debilidadincluso con tan pequea accin.

Si se atreva a hacerlo, saba que se encontrara a s misma ahogndose en los nocivos vapores. Lucifer no amaba nada ms que explotar las debilidades.

Kadence haba aprendido muy bien esa leccin. La primera vez que lo haba visitado, se haba terminado enterando de que haba sido designada tanto por Hades como por Lucifer como su guardin. Como alguien que encarnaba la esencia de la subyugacin y conquista, no haba nadie mejor para asegurarse que los demonios y muertos se quedaran permanentemente all. O as haban pensado los dioses, lo cual era el porqu la haban elegido para esa tarea.

Ella no estaba de acuerdo, pero negarse a ellos los habra invitado a castigarla. Demasiadas veces desde que haba aceptado, sin embargo, pensaba que el castigo quizs hubiese sido lo mejor.

Pasaba sus das durmiendo en una cueva cercana no un verdadero sueo sino una vigilia, los ojos de su mente iban a la deriva sobre los diferentes campos de los demonios. Pasaba sus noches supervisando los muros. Tan frecuentemente, que haba tenido que volver al palacio y reportar la infraccin.

Cmo poda no haberse dado cuenta de lo que estaba sucediendo esta vez?

Haba bloqueado Lucifer sus visiones? Si era as, Qu esperaba ganar?

Ella nunca se haba sentido ms indefensa.

No, no era verdad. Durante su primera visita, Lucifer haba sentido su agitaciny desde entonces no haba dejado escapar cada oportunidad de nutrirla. Un toque de fuego aqu, una daina tentacin all. Ella se haba marchitado bajo sus atenciones.

Eso haba disgustado a los dioses. La habran invitado a su casa, estaba segura, si no la hubiesen vinculado ya al muro, un acto para ayudarla con sus deberes, no para hacrselos ms difciles.

Pero ni siquiera los dioses saban cuan profundo se volvera esa obligacin. Bastante ms que simplemente sentir cuando el muro necesitaba ser reforzado, ella se haba dado cuenta de que esa era su razn de vivir. Su sangre cantaba ahora con esa esencia.

La primera vez que uno de los demonios la haba araado, ella haba sentido el aguijn y haba jadeado, sobresaltndose. Ahora ya no haba ms sobresaltos, aunque todava sintiera cada contacto. Cuando el infierno la lama, ella senta su quemadura.

Puedes hacerlo. El resultado de esta reunin es ms importante que cualquiera que hayas tenido antes. T puedes.

Le importara al guardin lo mucho que se arriesgaba por l?

Desde fuera del palacio poda or la enloquecida risa de los demonios, los gemidos del torturado y el chisporroteo de carne desprendindose del hueso. Y el olor era tan infernal como l mismo. Era difcil, permanecer estoica entre tal vileza.

Especialmente ahora. Las pocas semanas pasadas, a su cuerpo le haba sido drenada la fuerza, poco a poco, el dolor disparndose a travs de ella. Ahora, al menos, saba por qu. Vinculada como estaba a este oscuro Inframundo, que agrietaba el muro externo la estaba matando, literalmente.

El sonido de los pasos hizo eco de repente y las llamas se separaron varios pies ante ella. Finalmente. Apareci Lucifer, tan despreocupado como un da de verano.

He estado esperando tu regreso. Dijo con la ms seductora de las voces. Incluso sonri abiertamente, su expresin la ms pura maldad. Qu puedo hacer por ti, querida ma?

Capitulo 3

Kadence no se permiti encogerse. Lucifer era alto, igual de musculoso que un guerrero y sensualmente atractivo a pesar del oscuro infierno que se desataba en sus ojos. Pero l no era comparable a la bestia que guardaba sus dominios. La bestia cuyo rostro era demasiado afilado para ser considerado otra cosa que salvaje. La bestia cuyo cuerpo era mitad hombre, mitad monstruo debera haberla repugnado pero no lo haca. En cambio, sus cautelosos ojos marrones la cautivaban, su naturaleza protectora la intrigaba.

Puede que nunca hubiera estado interesada en el guardin, quizs haba asumido que l era igual que todas las otras odiosas criaturas de all, pero entonces l le haba salvado la vida. Tristemente, incluso las diosas inmortales podan ser asesinadasun prospecto que nunca haba sido tan claro como que las puertas externas se abran para dar la bienvenida a un espritu y un seguidor quedaba libre. Eso debera haberla asustado, debera haberla inclinado, pero probablemente sentir su miedo y reaccionar, corriendo directamente hacia ella, hambriento de su carne.

Ella estaba congelada, pero an l no la haba alcanzado.

El guardin, Cul era su nombre?, haba intervenido, destruyendo al demonio con una de sus garras envenenadas. l no haba hablado con ella despus, y ella tampoco le haba hablado, crey que l era igual que todas las otras criaturas en este sacudido pero todava inquebrantable Inframundo. Ella haba empezado a estudiarlo, sin embargo. Cada vez, se senta ms fascinada por su complejidad.

l era un destructor, y con todo la haba salvado. l no tena nada, y a pesar de ello no haba pedido nada a cambio.

Le estaba devolviendo el favor? Algunas veces cuando levantaba la vista hacia ella, jurara que vea clidas llamas blancas que nada tenan que ver con el dao.

Lucifer la contempl en silencio mientras se sentaba a la cima de su trono de remolinantes almas fantasmales. Un enjoyado cliz se materializ, ya en su mano y l le dio un sorbo.

Una gota carmes se desliz por la esquina de su boca y salpic sobre su impoluta camisa blanca.

La repulsin la sobrecoga, pero mantuvo su expresin neutra.

Ests disgustada conmigo pero no lo muestras, dijo l con otra de esas encantadoras sonrisas. Dnde est el ratoncito que sola visitarnos? El que temblaba y elega cuidadosamente cada una de sus palabras? Me gusta ella.

Kadence alz la barbilla. Poda llamarla de todas las formas que deseara, pero ella no iba a responder.

Tus muros estn siendo comprometidos, y una horda de demonios lucha por escapar.

El prncipe perdi rpidamente su sonrisa.

Mientes. No se atreveran.

Su agitacin era inestable. Sin sus legiones, l no tendra el mando.

Tienes razn. Tus bandidos o ladrones, secuestradores y asesinos no se atreveran a desobedecer a su soberano. Sus ojos se entrecerraron en muestra de enfado. Entonces se encogi casualmente de hombros contrarrestando la furiosa mirada.

As que estn comprometidos. Qu quieres de m?

l siempre haciendo difciles las cosas.

El guardin. Puede ayudarme a detener a los nicos responsables.

Lucifer buf.

No. Le quiero donde est. Mi ltimo guardin cay vctima de un mentiroso demonio y casi permiti que escapara una legin. Geryon es impermeable a sus artimaas.

Ella apenas se contuvo de pasarse la lengua sobre los dientes. A qu jugaba l? Necesitaba que los muros se repararan tanto como ella; Su respuesta apestaba.

Bueno, no tanto, musit ella. Al contrario que ella, l no morira si los muros se derrumbaban.

Yo soy tu soberana, dijo ella. T

T no eres mi soberana. Gru l en otra explosin de rabia.

Respir profundamente y exhal, y se calm.

T eres m observadora. Vigilas, adviertes y proteges, pero no mandas.

Porque eres demasiado dbil, l no lo dijo. Pero entonces, no tena que hacerlo. Ambos saban que era verdad.

Muy bien. Probara un camino diferente.

Hacemos un pacto? pregunt ella.

l asinti, como si simplemente estuviera esperando por la pregunta.

Hagmoslo.

Las Puertas del Infierno

No entiendo, dijo Geryon, negndose a dejar su puerto. Incluso cruz los brazos sobre el pecho, una accin que le recordaba de sus das como humano, cuando haba sido ms que un guardia, ms que un monstruo. Lucifer nunca habra consentido en liberarme.

Te lo prometo, l estuvo de acuerdo. Eres libre. La diosa ech un vistazo a las sandalias en sus pies, sin decir ms.

Ocultaba algo? Planeaba engaarlo, por alguna razn? Haba pasado tanto tiempo desde que haba hecho tratos con una mujer, que no estaba seguro de cmo juzgar sus acciones.

Ella estaba ms plida de lo normal, advirti l, el atractivo brillo de sus mejillas se haban ido, al igual que sus pecas. Sus rizos dorados cayendo sobre sus hombros y brazos, y poda ver el holln a travs de los hilos finos del vestido. Sus manos ansiaban extenderse, para tamizar aquellos mechones con sus dedos.

Le gritara si haca algo as?

Hoy ella vesta un traje violeta y haciendo juego en su cuelloun collar que exhiba una amatista en forma de lgrima tan grande como su puo y tan brillante como el hielo que no haba visto en cientos de aos. Ella nunca haba llevado antes tal cosa; generalmente se vesta de blanco, un ngel entre demonios, sin adornos.

Cmo? insisti l. Por qu?

Acaso importa? su mirada se alz, enterrndose en l con la precisin de una lanza y cortndolo igual de profundo.

A m s.

Ella dio un fuerte pisotn.

Para salvar los muros, te necesito. Esperemos que eso sea suficiente por ahora. Sus dedos lo llamaron. Vamos. Puedo ensearte el dao que han estado haciendo.

La diosa no esper a que respondiera. Dio la vuelta y se alej de l y camin a la esquina ms alejada de la pared. No, no camin. Ella se desliz, un sueo de estrellas fugaces brillando al crepsculo.

Geryon vacil solo un momento antes de seguirla, respirando profundamente en su olor a madreselva a lo largo del camino.

Capitulo 4

Para sorpresa de Geryon, nadie salt desde las sombras cuando caminaba; nadie le esperaba para castigarle por atreverse a dejar su puesto. Era realmente libre? Se atrevera a tener esperanza?

La diosa no lo mir cuando la alcanz, pero desliz la punta de un dedo a lo largo de un delgado surco, abierto en la mitad de la piedra. Un surco que se bifurcaba en diminutas estras, igual que tenues ros fluyendo hasta el ocano.

Es pequeo, lo s, pero creci desde que lo vi ayer. Si los demonios continan su abuso, seguir creciendo hasta que las hendiduras en la roca se dividan completamente en dos, permitiendo que entren en legiones al reino humano.

Con un simple demonio liberado sobre el confiado mundo, refunfu l , reinaran la muerte y la destruccin. Se le castigase o no, le ayudara, decidi Geryon. No poda permitir que sucediera tal cosa. La inocencia nunca debera tomarse de esa manera. Era demasiado preciosa.

Qu tengo que hacer?

Ella le dio un ahogado jadeo.

Me ayudars? Incluso sabiendo que ya no ests atado al prncipe?

S. Si ella deca la verdad y l era libre, no tena lugar a donde ir. Haban pasado demasiados siglos, su casa ya no exista.

Su familia estaba muerta. Adems, l quizs ansiara la libertad que la diosa prometa pero tema confiar en ella. Ella quizs no fuese maliciosa, pero Lucifer ciertamente s lo era.

Con el prncipe, siempre haba una trampa. Ser libre hoy no significaba necesariamente estar libre maana.

No, l no se atreva a esperar.

Gracias. Yo no esperabayo Por qu vendiste tu alma? pregunt suavemente, trazando nuevamente la grieta. Hubo un latido de silencio.

Qu me hars hacer? repiti l, buscando esa respuesta. l no deseaba admitir la razn de su locura y subyacente humillacin.

Su brazo cay a un lado, y su expresin se suaviz.

Soy Kadence dijo ella, como pensando que l le haba preguntado por su nombre ms que por sus instrucciones.

Kadence. Como le gustaba la manera en que las slabas giraban a travs de su mente, lisas como la sedadioses, Cunto haba pasado desde que haba tocado un material tan fino?y dulce como el vino. Cunto tiempo haba pasado desde que hubiese saboreado tal bebida?

Soy Geryon. Una vez, haba tenido un nombre diferente. Una vez que lleg all, sin embargo, Lucifer lo haba nombrado Geryon. Guardin de los Malditos, era la traduccin, lo cual era lo que era y lo que siempre sera.

En algunas leyendas, un demonio se haba burlado una vez de l, catalogndolo como un centauro de tres cabezas. Otros, como un vicioso perro. Nada comparado con lo que era l, as que dej de hacer caso de las historias.

Estoy a tus rdenes dijo l, aadiendo, Kadence.

Saborendolo incluso mejor en su lengua.

Con la respiracin contenida en la garganta, l escuch su vacilacin.

Pronuncias mi nombre como una plegaria. En su voz haba asombro.

Lo haba hecho?

Lo siento.

No lo hagas. Sus mejillas se sonrojaron de forma preciosa.

Entonces ella enlaz sus manos y trajo la conversacin de vuelta a lo que debera ser su primera preocupacin. Primero debemos parchar esas grietas.

l asinti pero dijo.

Temo que los muros ya estn comprometidos. Parcharlos simplemente los fortalecer por un tiempo. Pero quizs no prevengan una eventual cada, se guard de aadir l.

S. Conociendo a los demonios como lo hago, ellos volvern e infligirn ms dao. Ella se volvi una vez ms a l. Una vez ms su mirada se levant hacia l, pequeos puntos de temor girando donde solo debera haber satisfaccin. Un crimen.

Geryon empez ella, solo para cerrar sus exuberantes labios.

Eso hizo que su corazn patinara a una abrupta parada. Era absolutamente tan encantadora, su gentileza y calidez la pona a un lado de todo lo que representaba. El quera apartar la cabeza, esconder su fealdad de ella.

S?

No debera pedirte esto a ti, pero no s que ms hacer.

Pdeme lo que desees. l se encargara de que se hiciera, sin importar las consecuencias. Ser un placer ayudarte.

Ruego que recuerdes esas palabras. Ya que despus de que reparemos el muro, debemos entrar en el infiernoy cazar a los demonios que lo destruiran.

Capitulo 5

Geryon trabaj durante horas reparando el muro, agradecido con Kadence que todo el tiempo permaneca detrs. Los demonios eran peligrosos, dijo l. A los demonios les gustaban sus presas vivas y frescas, dijo l. Lo que no dijo fue que ella era frgil, rompible. No, l no necesitaba decirlo; Ella lea los pensamientos en el creciente calor de sus ojos. Por todo esto, ella se negaba a permitir que fuese solo. Ella no haba cambiado algo que seguramente solo obtendra la ira de los dioses, solo para enviarle a una misin en la que l no poda esperar ganar sin ella.

Mientras los demonios no estaban a su mando, ella podra obligarlos a doblegarse a ella. Esperaba. Adems, quizs fuera frgil y rompible en apariencia, pero posea un corazn de hierro.

Algo que ella haba probado finalmente antes con Lucifer.

De nia, haba sido una fuerza indomable. Un torbellino que pisoteaba cualquier cosa y todo en su camino. No haba sido intencional. Simplemente segua las tranquilas inclinaciones del interior de su cabeza. Dominacin. Maestra. Cuando se haba dado cuenta de que haba superado con mucho la fuerza mental de su madre, volviendo a la brillante diosa en una cscara sin vida, se haba retirado dentro de s misma, temiendo a quien y lo que era.

Temiendo lo que poda hacer, aunque fuera de manera involuntaria.

Tristemente, con aquellos temores vinieron otros, como si hubiese abierto una entrada en su mente y haba colocado una alfombra de bienvenida en la puerta. Miedo de la gente, lugares, emociones.

Durante siglos haba actuado como el ratn que la llamaba Lucifer.

Debajo de los miedos, sin embargo, ella era todava la diosa que haba nacido para ser: Opresin. Ella triunfara. No se encogera.

Por favor, no dejes que me encoja, No ms.

Haca slo unos momentos, Geryon haba abierto de mala gana las piedras que bloqueaban la caverna de un hoyo del que salan unas pequeas llamas y brazos que se extendan al instante. l haba entrado primero, hacindolos retroceder a ambos. Para su sorpresa, ellos haban obedecido al instante en que ella atraves.

Parte de ella quera creer que lo haban hecho por que la haban temido. La otra parte de ella saba que teman a Geryon.

Lista, diosa? l se ancl a s mismo sobre un borde del muro. Estaba a la izquierda de la puerta, ella a la derecha.

Lista? Insisti l, estirndose hacia ella. Para protegerla? Ayudarla? Ellos estaban colgando sobre una enorme roca, despus de todo, un ardiente agujero los esperaba para recibirlos si llegaban a caerse.

S.

Finalmente conocer su toque. Seguro no ser tan divino como espera mi cuerpo. Nada podra serlo. Pero justo antes del contacto, l baj el brazo y avanz poco a poco, alejndose de ella. Ella suspir desilusionada y aferr su apretn a la pared, equilibrando sus pies en la delgada repisa lo mejor que poda.

Por aqu. Indic l hacia la grieta con una inclinacin de su barbilla.

De acuerdo. Y Geryon? Gracias. Por todo.

Por lo general ella se trasladaba al palacio de Lucifer sin abrir la puerta, con bastante miedo de caerse en ese agujero que arda sin llama y explorar la balda tierra que esperaba abajo. Hoy no. Ella no poda.

De nada. l empuj las piedras volviendo a unirlas.

Ella movi la mano sobre ella, dejando all rastros de su poder. Ya que no haba un guardin estacionado al frente, la fortificacin extra era necesariaa pesar del hecho que posiblemente la debilitara.

Cuando fragmentos de su poder se adhirieron a las piedras, procur ser cuidadosa para mantener la distancia de ellas.

Supuestamente Geryon era el nico que poda tocar la puerta sin consecuencias. Bueno, adems de Hades y Lucifer. Para alguien ms las piedras amontonaran sobre ellos con indescriptible dolor y horror.

Nunca se haba atrevido a comprobar esa suposicin.

Se le ocurri algo, e inclin la cabeza, estudiando a su compaero. Sin Geryon en la puerta, Quin abrira las piedras para dejar entrar a las almas condenadas? Quizs Lucifer haba designado ya a otro guarda. Quizs? Ella se ri entre dientes sin humor. Lo tena. No poda dejar las puertas indefensas. El conocimiento de que Geryon ya no sera el hombre al que vera cada da la entristeci. Pero cuando las paredes estuvieran a salvo, Geryon podra irse pero ella debera permanecer all.

No pienses en eso ahora. Ech una mirada a su alrededor. El aire era mucho ms caliente aqu, advirti ella, sofocada. Tan caliente, de hecho, que el sudor impregn su piel, goteando bajando por sus sientes, entre sus pechos. Y cuando Geryon se movi sobre ella para colocarse a la cabeza, aumentando la distancia entre ellos, ella ya no not el olor decadente del poderoso varn; Ya solo ola el acre olor de la decadencia. Los gritos y las maldiciones asaltaron sus odos.

Algo ardiente le roz la parte de atrs del cuello, y ella grit.

Geryon salt inmediatamente, gruendo y golpeando con su garra. Pero la llama retrocedi y ella jurara que la oy rerse.

No, no estaban intimidados por ella.

Ests bien? pregunt Geryon.

S. dijo ella, pero dioses, en qu se haba puesto ella misma?

Capitulo 6

Quizs los muros no estaban tan daados como yo tema. le dijo Kadence a Geryon. Manteniendo un firme agarre, ella usaba las grietas de la piedra para orillarse, incluso siendo consciente del vaco aparentemente interminable que la esperaba si perda el equilibrio.

Como una diosa puede esperar, al menos.

S, una diosa puede esperar. Geryon mantena un constante paso frente a ella, permaneciendo tan cerca como le era posible cada pulgada del camino sin tocarla realmente.

Ella anhelaba deslizarse otra vez contra l, bebiendo en su fuerza, ms all de ella si tan solo por un momento, pero no lo hizo, tema demasiado asustarle. Y ni siquiera cuando una roca se desprendi de la pequea repisa en la que haba colocado el pie hizo que se ablandara. Tristemente, ni l tampoco.

No muestres miedo a las llamas. le dijo l. Se alimentan de l, intentan aumentarlo.

Ests vivos?

Algunos.

Queridos dioses. Cmo no lo haba sabido?. No supona que necesitramos subir. Pens que destellaramos a donde quiera que tuvisemos que ir.

Vaya una estpida.

Destello?

S. La habilidad de moverse de una localizacin a otra con un solo pensamiento.

Sera difcil destellar a lo largo de esta pared. Podras terminar en un punto donde no haya una repisa. Cuando acabemos all, Puedes destellarnos al fondo del hoyo? Una vez que estemos all, podemos buscar a los demonios a pie.

No. dijo ella con un suspiro. Me gustara, pero no. Nunca he utilizado esa ruta. No sabra donde detenerme, y muy bien podra hacer que nos materializramos bajo tierra.

l no mostr ninguna desilusin.

Con todo, es un til poder el que posees. Te envidio. Pobre hombre. l haba estado atado a las puertas del infierno muchos ms aos de los que poda contar.

Si pudieras destellar a algn lugar en el mundo, A dnde iras?

Una vez que destruyeran a los demonios que intentaban escapar, quizs lo llevase all.

l gru.

No deseo mentirte, diosa, as que no responder a tu pregunta.

La curiosidad la bombarde. Por qu no contestara a tal pregunta? A menos La respuesta le avergonzaba? Si era as, por qu? Ella quera saberlos con desesperacin, pero dej pasar el asunto. Por ahora.

Cuando alcanzaron el lado ms lejano de la pared, de algn modo se posicion a si mismo detrs de ella. De todos modos no la toc, aunque ella sinti su calor presionando su espalda, mantenindola firme.

No era un calor que molestara, incluido el horno sin llamas que era el infierno. El suyo era embriagador.

Siento decir que es peor de lo que pens que sera. su respiracin resbal sobre ella.

El qu? pregunt ella, horrorizada. Estar cerca de ella era peor de lo que haba pensado?

El muro. Qu sino?

Gracias a los dioses, pens ella soltando el aliento. Mujer estpida. Su vida dependa de ese muro. No debera importarle si un hombre la encontraba atractiva. O no.

Ella se oblig a mirar hacia delante, su mente centrada en su trabajo, no en el intrigante hombre tras ella. Al menos un poco.

Las seales de enormes araazos abundaban. Y lo que en el otro lado haban parecido ser delgados surcos aqu eran masivo crteres. La esperanza la abandon.

Estn ms decididos de lo que pensaba. dijo ella, con voz ligeramente temblorosa.

Geryon ajust su apretn, su brazo sobre su hombro. Un temblor rastrill por ella. Si estuviera de puntillas, sentira su piel contra su chimation 1. Aunque haban pasado cientos de aos desde que haba tenido a un hombre, recordaba la comodidad que poda ofrecer un simple contacto.

No te preocupes. No permitir que te lastimen.

Y yo no permitir que te lastimen a ti. jur ella.

Rindose entre dientes, l se cerr sobre su cintura. Ella jade. Por fin. Era asombroso y maravilloso salvaje e intenso. Pero no haba comodidad en esto, como ella haba esperado. No, en cambio experiment una excitacin candente y abrasadora.

Geryon?

Tiempo para caer, diosa. dijo l, y entonces solt las rocas, llevndola con l sobre el borde.

Capitulo 7

Pareca que caan para siempre. Geryon mantuvo un agarre de hierro sobre la temblorosa Kadence, su pelo revoloteando alrededor de ellos como furiosos lazos de seda. Ella haba gritado, algo que haba esperado, pero haba envuelto sus piernas alrededor de l, algo que l no haba hecho.

Esta era la primera prueba del cielo.

Te tengo le dijo. Su cuerpo pegado perfectamente contra el suyo, blanda donde l era duro, suave, donde l era calloso.

Cundo acabar? susurr ella, pero todava not las corrientes subterrneas de miedo en su voz.

Ellos no giraban, simplemente caan, pero l saba que la sensacin poda ser horrorosa. Especialmente, reflexion l, para alguien que sola desvanecerse de un lugar a otro.

Pronto.

l haba cado antes as una nica vez, cuando Lucifer lo llev al palacio para explicarle sus deberes. Pero l nunca lo haba olvidado.

Igual que antes, las llamas se encendieron a su alrededor, pinchazos de oro en la estremecedora oscuridad. Excepto que antes, esas llamas haban chasqueado igual que lenguas de serpiente, lamindole. Que no lo hicieran ahora Lo teman a l? O a la diosa?

Ella era ms que todo lo que Geryon se haba imaginado. Ms valerosa. Ms decidida. Cada minuto que pasaba con ella, su deseo se intensificaba. Ella era el amanecer en la desolacin de su vida. Ella era refrescante hielo en humeante calor.

Ella no es para ti.

Feo como era, ella huira rpido y lejos si descubra cuantas fantasas haba empezado a tejer su mente sobre ellos.

l, tendindola en el suelo, desnudndola, su lengua danzando sobre cada deliciosa pulgada suya. Ella, gimiendo de placer cuando l saboreara su centro. Lanzando un grito de abandono cuando l la llenara con su eje.

Qu est mal? pregunt ella, su pnico todava creciendo evidente.

Nada va mal. minti l. Solo iremos un poco ms lejos y llegaremos. El aterrizaje te golpear, pero yo absorber la mayora del impacto.

El movi una de sus manos alzndola y colocndola en la base de su cuello. Ofrecindole consuelo, se dijo a s mismo. Haba intentado no tocarla, haba luchado con ello, pero no haba otra manera de protegerla en el interior del agujero.

Cul era el dao en arreglrselas con una sola mano?

Pero t lo reforzars.

Ms de lo que ella se daba cuenta, pens l con sequedad. Debo dejar de desearla. Su piel era suave, tan suave, y l sinti pequeos golpecitos elevndose bajo su palma mientras la masajeaba suavemente.

Para su placer, sus msculos se relajaron bajo sus atenciones.

Dime que va mal. dijo ella. Me ests ocultando algo, algo me lo dice. S que este agujero est hecho para las almas, no para los cuerpos que respiran hechos de carne y sangre. Vamos a?

No. Lo juro. Viviremos. La conversacin pareca calmarla, as que dijo. Hblame de ti. De tu niez.

Yo de acuerdo. Pero no hay mucho que contar. No se me permita dejar mi hogar de nia. Por el bien mayor. aadi ella, como si la lnea la hubiese alimentado antes tantas veces.

El la abraz acercndola, comprendindola. A causa de su naturaleza, ella haba sido tan paria como lo haba sido l.

Diosa, yo el aire se estaba espesando a su alrededor, las llamas rociaban lo que parecan ser lgrimas fundidas. El reconoci los signos; el fin estaba cerca.

Deja caer tus piernas de m, pero no dejes que toquen el suelo.

De acuer

Ahora!

Boom! Ellos impactaron con el suelo y Geryon plant los pies mientras el impacto vibraba a travs de l. Intento permanecer derecho para sostener a la diosa fuera del suelo, pero sus rodillas pronto vencieron y se cay hacia atrs.

Kadence permaneci en sus brazos, aunque ella haba desenredado sus piernas como le haba pedido, entonces su espalda recibi lo peor de la cada, arrancando el aliento de sus pulmones. l se qued tendido all durante un momento, jadeando.

Ellos estaban bien y realmente en el interior del infierno.

Ahora, all no haba retorno.

Capitulo 8

Geryon? Ests bien?

La ahogada oscuridad del hoyo de alguna manera haba dado paso a la brillante luz, fuego iluminando cada direccin. Kadence se cerni sobre l, igual que el sol que algunas veces vislumbraba en sus sueos, brillante y glorioso.

Estoy bien.

No, no lo ests. Respiras con dificultad. Qu puedo hacer para ayudar?

l estaba sorprendido de advertir que ella no trepaba sobre l, ahora que estaban a salvo. Bueno, tan a salvo como poda estar una persona dentro del infierno.

Cuntame ms acerca de ti. Mientras recupero la respiracin.

S, s, por supuesto. Cuando habl, sus delicadas manos revoloteando sobre sus cejas, mandbula, hombros. Buscando heridas? Ofreciendo consuelo?. Qu debera contarte?

Cualquier cosa. l se estaba poniendo ms fuerte por momento, pero l no lo admiti. Al contrario, disfrutaba de la sensacin de su contacto. Todo. Quiero saberlo todo de ti. Cierto.

De acuerdo. Yo dioses, es difcil. Supongo que empezar por el principio. Mi madre es la diosa de la Felicidad. Extrao, lo s, que tal mujer pueda dar a luz a alguien como yo.

Por qu raro? Cuando mirar a Kadence, or su voz, respirar su aroma, le daba ms alegra de la que haba conocido jams?

A causa de lo que soy. dijo ella, claramente avergonzada. A causa del dao que puedo causar.

Yo no he conocido nada excepto placer, hambre, desesperacin, bondad en tus manos.

Sus tribulaciones cesaron y poda sentir su mirada contemplndole.

De veras?

S, de veras. No dejes de tocarme. Han pasado siglos desde la ltima vez que disfrutara siquiera del contacto ms dbil. Esto era el Nirvana, el paraso y un sueo dentro de un encantador paquete.

Mi cabeza. Se encontr a s mismo dicindole en un gemido.

Pobre pequeo. arrull ella, masajeando sus sienes.

l casi sonri. Ahora no era momento para eso. Estaban en el interior del Infierno, completamente expuestos, posibles objetivos. Pero l no poda ayudarse a s mismo, estaba demasiado desesperado, codicioso. Solo un poco ms.

Tu historia. apunt l.

Dnde estaba? Oh, s. Su olor a madreselva lo envolvi, ahuyentando el olor de la putrefaccin. Yo era una nia como cualquiera. No comparta mis juguetes, y a menudo haca llorar a otros nios, obligndolos voluntariamente a doblegarse a mi voluntad. Vale, quizs algunas de esas veces no fueran tan involuntarias. Creo que esa es una de las razones por las que me enviaron como guardiana al infierno, aunque nunca lo dijeron en voz alta. Los dioses queran deshacerse de m.

Cuan abandonada sonaba.

Cada criatura viva ha cometido un error en uno u otro momento.

Adems, eras una nia. Todava no sensibilizada a los sentimientos de otros. No te culpes.

Qu hay de ti? pregunt ella, y esta vez sonaba ms boyante.

l haba relegado sus recuerdos humanos a un lejano rincn en su mente, para no ser tenido nunca ms en cuenta. Antes, pensar en esos das lo haba aguijoneado, porque saba que estaban perdidos para siemprepero se record a s mismo que el abandono de su esposa, haba sido una buena cosa. Hoy, sin embargo, con la esencia de Kadence a su alrededor, solo experimentaba un tintineo de la tristeza que quizs hubiese sido.

Yo era un nio salvaje, indomable, un vagabundo. Dijo l

.Mi madre se desesper, pensando que yo la preocupara a ella y a cada miembro de nuestra familia hasta la muerte. Ri l, su dulce cara avejentada pasando por su mente . Entonces ellos me presentaron a Evangeline. Ella me calm, porque yo quera ser digno de ella. Nos casamos, como nuestras familias desearon. Kadence se puso rgida.

Estabas casado?

No. Ella me dej.

Lo siento. Dijo ella, pero haba alivio en su tono.

No lo hagas. Si l no hubiese dado su alma a Evangeline, ella habra muerto. Y no habra dejado a Geryon, luchando quizs con Lucifer cuando lleg el momento de convertirse en su guardin. Y de haber luchado, quizs no habra conocido a Kadence.

De repente un frentico gruido reson a travs de la estancia.

Dejando de lado toda pretensin de estar convaleciente, Geryon se incorpor de golpe, levantando a la diosa con l y buscando en la distancia.

Un demonio estaba corriendo directamente hacia ellos.

Capitulo 9

Geryon empuj a Kadence detrs de l. Otro toque, clido, piel satinada, perfectay anhel deleitarse en ella. No lo hizo, no poda. Haba consentido en venir con ella para salvar el reino humano, s, pero tambin para mantenerla a salvo. No porque fuera una diosa, ni por que fuese la cosa ms hermosa que incluso haba contemplado, si no por qu, en este simple da, ella le haba hecho sentirse igual que un hombre. No una bestia.

Recuerda que jur no dejar que te hiciesen ningn dao. dijo l. Un minuto, quizs dos, y la criatura los alcanzara. Rpido como era, haba una gran distancia para cubrir, las calles del infierno se extendan sin fin.

Geryon. Quizs pueda

No. No la quera envolver en una pelea. Ella ya estaba temblando de miedo. Estaba tan asustada, de hecho, que todava tena sus manos descansando sobre su espalda, doble conductor de un inexorable placer. Si lo supiera, seguramente apartara las manos de golpe.

Luchar contra ello. Si ella lo intentaba, eso alimentara su temor, enloquecindolo ms.

Como hacan la mayora de los seguidores, la criatura que vino a por ellos posea una esqueltica cara y un musculoso cuerpo cubierto de escamas verdes, su lengua bifurcada chasqueaba como si la sangre ya cubriera el aire. Unos brillantes ojos rojos los fulminaron con la mirada, un millar de pecados descansando donde debera tener las pupilas. Los instintos de guerrero exigan a Geryon que se adelantara y se encontrara a mitad de camino con el bastardo. Luchando all, como verdaderos soldados.

Con todo, cada instinto masculino le exiga que se quedara donde estaba. Poner cualquier distancia entre s mismo y Kadence era colocarla en adicional peligro. Otro demonio podra estar al acecho, esperando la posibilidad de echrsele encima.

Es culpa ma. dijo ella. No importa que haya empezado a relajarme, mi temor hacia este lugar me cala hasta los huesos. Y ese miedo es igual que una baliza para ellos, no?

l eligi no responder a eso, temiendo asustarla ms por reconocer la verdad de sus palabras.

Cuando nos de alcance, quiero que corras en sentido contrario. Pgate al muro y grita por m si ver aparecer algn otro demonio.

No, quiero ayudarte. Yo

Hars como te digo. De otra manera, lo derrotar y dejar este lugar. su tono era intransigente. Ya lamentaba traerle aqu, necesitara defender o no la pared.

Ella se puso rgida contra l, pero no ofreci otra protesta.

Un grito de, Mo, mo, mo, llenaba el aire.

La criatura esta acerndose, rpidamente casi all. Las garras de Geryon se flexionaron cuando agarr a su oponente por el cuello. Mltiples salpicaduras le mancharon la cara, seguidas por el clido chorro de sangre. Girando los brazos, pateando las piernas. Slo cuando la tentacin de las manos de Kadence desapareci Geryon empez a luchar en serio. Lanz a la criatura al suelo y salt sobre ella, fijando los hombros con sus rodillas. Un puetazo, dos, tres.

Esto se resisti, salvaje y fiero. La saliva brillando sobre sus colmillos mientras las maldiciones erupcionaban de su huesuda boca. Otro puetazo. Otro ms. Pero los golpes fallaban en someterlo de cualquier modo.

Dnde est violencia? Muerte? Duda? le grit.

La lucha continuaba, intensificndose, el temor cobrando vida en aquellos ojos rojos. No le asustaba lo que haca Geryon, lo saba, si no que le aterraba lo que sus hermanos demonios le haran si descubran cualquier traicin.

Aunque Geryon odiaba que Kadence lo viese matarotra vezno poda hacer nada por evitarlo. Despus de todo, era lo que haban venido a hacer aqu.

l alz las manos, extendiendo sus alargadas, puntiagudas uas y golpeando. El veneno que cubra sus uas era un regalo de Lucifer para ayudarle en sus deberes y llevarlos a cabo rpidamente, sin piedad, extendindose a travs del cuerpo de la criatura y rotando de dentro hacia fuera.

Esto grit y chill en agona, su lucha pronto se convirti en un mero retorcerse. Entonces las escamas empezaron a consumirse, humeando, chisporroteando, dejando solo ms de aquel feo hueso.

Pero los huesos tambin se desintegraron. La ceniza cubri el aire, volando en cada direccin.

Geryon se levant sobre sus inestables piernas. Continu dndole la espalda a Kadence durante varios minutos, aguardando, esperandotemiendoque ella dijese algo. Qu pensara de l ahora? Habra ms de sus atenciones? Finalmente, la curiosidad pudo ms que l y giro sobre sus talones.

Ella permaneca exactamente como le haba ordenado, la espalda presionada contra la pared de roca. Aquellos gloriosos rizos cayendo en cascada a su alrededor. Sus ojos estaban completamente abiertos y llenos con Admiracin? Seguramente no.

Ven a m. dijo ella.

Capitulo 10

Kadence haba sido incapaz de contener su ruego. Geryon permaneca a varios pies de distancia, jadeando dolorosamente, sus mejillas cortadas y ensangrentadas, sus manos cubiertas con la sangre de su oponente.

Sus ojos oscuros estaban ms precavidos de lo que los hubiese visto antes.

Ven a m. dijo ella otra vez. Ella lo llam con un ondeo de sus dedos.

La primera vez, l no hubiese reaccionado. Como si pensase que no poda haberla odo correctamente. Esta vez, parpade. Sacudi la cabeza.

Deseas castigarme por mis acciones?

Hombre estpido. Castigarle? Cuando la haba salvado? S, parte de ella estaba enfadada por que la haba mantenido apartada de la lucha, que la hubiese amenazadojurandodejar sin hacer lo que haban venido a hacer aqu. Pero parte de ella estaba aliviada. No soy una cobarde. No ms. La prxima vez, actuar. No importan sus deseos, ni los mos.

Kadence, dijo Geryon, y se dio cuenta que haba estado contemplndolo, en silencio.

Nunca te castigara por ayudarme.

l parpade de nuevo.

Pero yo mat. Her a otra criatura.

Y fuiste herido en el proceso. Ven, deja que atienda tus heridas.

Todava se resista.

Pero tendrs que poner las manos sobre m.

l lo dijo como si pensase que la sola idea debiera repugnarla.

S, lo s.

Un vacilante paso, dos. A ese paso, nunca la alcanzara. Suspirando, acort ella misma el resto de la distancia, entrelazando sus dedosexperimentando una poderosa sacudida, jadey lo llev a las rocas.

Sintate, por favor.

Cuando l obedeci, retir su mano de las de ella y acarici la parte en la que haban estado conectadas. Le haba atravesado la misma sacudida? Ella esperaba que s, porque no quera estar sola en esta atraccin. S, atraccin, se percat. Fsica, ertica. De la clase que incitaba a una mujer a dejar sus inhibiciones e invitar a un hombre a su cama.

Si aquella invitacin era aceptada o no, era una historia diferente.

Reacio como era Geryon, ella estaba segura de que la evitara. Y quizs eso fuera lo mejor. Su manera de hacer el amor tenda a asustar a los hombres, de todas formas. Por que cuando ella alcanzaba el placer, no poda controlar su naturaleza. Las cadenas que haba erigido se rompan, liberando su voluntad con una venganza.

Fsicamente, sus amantes se convertan en sus esclavos. Mentalmente, ellos la maldecan, sabiendo que ella robaba su libertad de eleccin, aunque hubiese sido involuntariamente. Ella nunca se haba ido a la cama dos veces con el mismo hombre, y, despus de tres intentos, se haba detenido completamente. Uno, lo haba considerado mala suerte. Dos, coincidencia. Tres, sin duda culpa suya.

Cmo respondera Geryon? La odiara? Probablemente. l ya conoca los horrores de ser atado a la voluntad de alguien. No dudaba que la libertad fuera la cosa ms preciosa en su vida.

Suspirando, rasg varias tiras de tela del fondo de su vestido y se arrodill delante de l, entre sus piernas. Su pene estaba oculto por una corta falda de cuero y filigranas de metal. La vestimenta de un guerrero. Quizs fuera atrevido por su parte, pero quera verle all.

Ella se lami los labios, pensando que quizs, si ella

Como si l pudiera leerle la mente, l contuvo el aliento con una brusca aspiracin.

No lo hagas. dijo l.

Lo siento. Yo

No te detengas.

Capitulo 11

No te detengas. Le estaba diciendo que apartase la armadura de en medio? O simplemente que le limpiara como le haba prometido? l ya estaba nervioso, al extremo, y haba resistido incluso el ms ligero de los toques. Temiendo arriesgarse equivocadamente, se inclin, alzndose y limpindole la sangre de la cara con una de las tiras de tela. Estamos actuando nuevamente como cobardes, verdad?

Su delicioso olor le llen la nariz, una brisa de medianoche que inexplicablemente le recordaba a su hogar. Un amplio y opulento hogar que no haba sido capaz de visitar desde que haba consentido de mala gana supervisar la fortificacin del infierno. Como lo extraaba.

En todos los aos que te he conocido dijo ella, evitando cuidadosamente la cuchillada ms profunda, nunca has dejado tu puesto en la puerta. T comes? Al primer contacto, salt. Pero ella mantuvo un estable y casual ritmo y gradualmente l se relaj.

Quizs un da l le permitiera hacer ms. Le esclavizara, sin embargo, como haba hecho a los otros?

No. No hay necesidad.

De veras? Incluso ella, una diosa, necesitaba comida. Poda sobrevivir sin ella, s, pero se consumira, hacindose una mera cscara vaca de s misma.

Cmo sobrevives, entonces?

No estoy seguro. Slo s que dej de necesitar alimentarme el da en que fui trado aqu. Quizs el humo y el fuego me mantienen.

No lo extraas? Los sabores y las texturas, quiero decir.

Ha pasado tanto tiempo desde que he visto siquiera un mendrugo que raramente pienso ya en la comida.

Ella quera alimentarle, pens. Quera sacarle de esa pesadilla e introducirlo en un banquete con mesas llenas a rebosar de toda clase de comidas adornando sus superficies. Quera ver su cara iluminada por el xtasis cuando probara un poco de todo. Nadie debera ser obligado a pasar sin tal alimento. Cuando su rostro estuvo limpio, ella cambi sus atenciones a su brazo derecho. Marcas de furiosas garras la fulminaban, y ella saba que tenan que estar dolindole. Sin embargo, no emita ni una sola palabra o le menta sobre ello. No, realmente pareca dichoso.

No tienes razones para estar triste. Yo estoy agradecida por lo que ests haciendo y espero reembolsarte esto un da de alguna manera.

No es que desee que salgas lastimada, aadi l rpidamente. No lo deseo. El horror palideci sus rasgos. Odiara algo as. Creme. Solo quiero verte sana y completa.

Sus labios se curvaron en una lenta sonrisa.

Entiendo lo que quieres decir. Acabando con sus atenciones, ella puso las manos en el regazo. Ella no se movi de su posicin entre las piernas de l, porque una idea haba echado races en su mente. Quizs l no estuviera listo para que ella le quitara la armadural era tan sensible acerca de su apariencia, despus de todopero eso no quera decir que la rechazara a ellau otras cosas. Y l haba parecido disfrutar teniendo sus manos sobre l.

Puedo hacerte una pregunta, Geryon?

l asinti vacilante.

Puedes hacerme todo lo que quieras.

Haba pretendido l que las palabras emergieran tan sensualmente? Tan roncas y ricas?

Ests te gusto?

l apart la mirada de ella y asinti nuevamente.

Ms de lo que debera. murmur l.

El pulso de ella revolote locamente.

Entonces, estara encantada si me besaras.

Capitulo 12 Besarla?

No debera. No puedo. Aunque dioses, Geryon lo quera, desesperadamente, y se encontr mirando directamente a sus labios. Eran lujuriosos y rojos. Brillantes. La boca se le haca agua por probarlos. Sus cuernos, sensibles como eran a sus emociones, palpitaron.

Aquellos preciosos labios se hundieron en un fruncido ceo.

Por qu no? Dices que te gusto. Me mientes para proteger mis sentimientos?

Nunca te mentira. Y me gusta. Eres preciosa y fuerte, la cosa ms fina que he conocido jams.

Me crees hermosa? Fuerte? El placer ilumin su expresin

. Entonces por qu no me besas?

Te lastimara.

Su cara se arrug adorablemente en su confusin.

No entiendo. Nunca me has hecho dao antes.

Mis dientes son demasiado afilados. l no aadi que su mano era demasiado txica, su fuerza demasiado poderosa. Quizs perdiera el control de si mismo y la apretara, lo cual era una posibilidad considerando lo mucho que la deseaba, de que saliera herida. Tambin asustada. Quizs incluso irreparablemente lastimada.

Me arriesgar a eso dijo ella, posando sus palmas sobre sus muslos y quemndole hasta lo ms profundo de su alma.

l odiaba y amaba su media armadura en ese momento. La odiaba porque lo mantena apartado del contacto de piel con piel. La adoraba por que le bloqueaba la mirada de las partes de su monstruosa forma.

Por qu?

Qu razn poda tener para querer colocar sus deliciosos labios sobre algo tan repugnante? La simple curiosidad no conduca a una hembra a tal acto. Evangeline haba vomitado la primera vez que haba visto su cambiado aspecto.

Poda tolerar los que eras, pero no puedo tolerar eso. le haba lanzado ella.

Por qu? Dos crculos rosados colorearon las mejillas de Kadence, pero ella no volvi su mirada.

Por qu? insisti. l coloc sus manos sobre las de ella. Trag ante su embriagadora sedosidad.

T me salvaste.

As que ella estaba agradecida. Sus hombros cayeron en desilusin. Realmente esperabas que te deseara? No, l no lo haba esperadopero haba tenido esperanza.

Sera deshonroso besarte por tal razn.

Aunque ella permaneca de rodillas, se alz hasta que estuvieron simplemente a un susurro de distancia.

Entonces hazlo por que estoy desesperada, necesitada. Hazlo por que de repente me he dado cuenta de cuan rpidamente me puede ser arrebatado algo, y deseo conocer alguna parte de ti antes de que yo

Por qu t l consigui ahogarse. Estaba desesperada? Necesitada?

Hazlo. le rog ella.

S. S. Geryon no poda resistirse ms, deshonroso o no. Sera cuidadoso, se jur. Muy cuidadoso. l se inclin el resto del camino, presionando suavemente su boca contra la suya. Ella no se echo atrs. Jade, separando los labios, y l introdujo su lengua en el interior. l la prob tan dulce, igual que una tormenta de nieve despus de un milenio de fuego.

Ms. dijo ella. Ms profundo. Duro.

Segura?

Ms de lo que he estado nunca.

Haban pasado siglos desde que haba besado a una mujer y nunca en esa forma, pero empez a empujar su lengua contra la suya, hacindola rodar juntas, retirndola, entonces volviendo por ms. Cuando sinti sus dientes raspando los suyos, se puso rgido. Y cuando ella gimi, intent apartarse. Pero sus brazos se deslizaron a su pecho, un anclaje alrededor de su cuello, el otro acariciando un cuerno. Tan sensible era la protuberancia, que tuvo que agarrarse los muslos, hundiendo profundamente las uas, para mantener sus garras alejadas de ella.

Te gusta? pregunt ella.

S. Se las arregl para decir.

Bien. A m tambin.

Sus exuberantes senos se apretaron contra su pecho, sus pezones endurecidos y exigentes.

Estaba disfrutando ella de su beso? Los temblores lo estremecieron, sus lenguas empezaron otro baile, sus msculos tensos contra la lucha de mantenerse exactamente como estaba. Con cada momento que pasaba, cada sonido entrecortado que surga de ella, su control se rompa un poco ms. Anhelaba sentirla revolverse bajo l, subirse sobre ella y marcarla, marcarla con tanta fuerza que se grabara a s mismo en cada pulgada de ella. En cada clula.

Basta. Dijo l finalmente. Tenemos que parar. l se incorpor, alejndose de ella, sin embargo, ya saboreaba la afliccin por su prdida. l le dio la espalda, jadeando, su corazn latiendo acelerado.

Hice algo mal? pregunt suavemente, y haba cautela en su voz.

Oh, s. Robaste un corazn que no poda permitirme entregar. l haba prometido no mentirle nunca, sin embargo, solamente respondi.

Vamos. Hemos esperado bastante. Tenemos demonios que cazar.

Capitulo 13

Ellos se detuvieron el primer edificio que llegaron a ver: una taberna. Una real, taberna para dioses honestos, donde la sangre era servida como si fuese alcohol. Kadence saba que tales cosas existan ah abajo, pero todava la extraaba. Demonios, actuando como humanos.

Ellos haban tenido un difcil viaje de dos millas desde la entrada del hoyo hasta all. Un difcil viaje de dos millas en el que ella haba pasado recordando el trascendental beso de Geryon, maldicindole por detenerlo y preocuparse por sus motivos.

A travs de su interminable vida, haba dado la bienvenida solamente a tres amantes a su cama, y los tres haban sido dioses. Si los dioses no haban sido capaces de manejarla, no haba forma de que Geryon pudiera. Pero ella tena esperanza. Por una vez no pensaba en controlar su naturaleza, slo en disfrutar. Con todo, Geryon se haba apartado de ella, al igual que haban hecho otros. Soy tan terrible? Una persona tan horrible?

Ms que los otros, ella haba querido que Geryon encontrara el placer con ella porque ella quera ms. Le gustaba quien era cuando estaba con l. Le gustaba como se senta cuando l estaba cerca. En vez de eso, ella le haba Disgustado? Repelido? Fallado en despertarle incluso del modo ms leve?

Qudate a mi lado? le dijo l abriendo las balanceantes puertas de la taberna. Esas eran las primeras palabras que l haba pronunciado desde que record su bsqueda.

Y mantn la capucha sobre tu cabeza. Solo por si acaso. Por cierto, Ests versada en el encanto?

Su voz era profunda y spera y acariciaba cada uno de sus llorosos sentidos. Seguramente no le repugnaba. Seguramente no la repela. l se haba contenido durante su beso, lo haba detenido, pero cuando la mir, la hizo sentir como si fuera la nica mujer en el mundo. La ms hermosa, la ms deseada. Un tesoro, algo que apreciar. l se detuvo un momento antes de entrar.

Kadence? Se aclar la garganta. Diosa?

Usar el encanto conmigo misma y me quedar a tu lado, le dijo ella, aunque por dentro suplicaba, Dime porque me apartas continuamente .

No lo hizo. Asinti y sigui hacia delante. Ella se qued cerca, como haba prometido, proyectando mentalmente la imagen de huesos y escamas. Cualquiera que mirara en su direccin pensara que vean a uno de los suyos. Solo poda esperar que su temor tambin quedara enmascarado.

La insultante risa y los gritos llenos de dolor asaltaron inmediatamente sus odos. Tragando aire, dirigi su mirada alrededor de la habitacin. Tantos demonios venan en todas formas y tamaos. Alguno parecido a la imagen que ella proyectaba, huesos y escamas. Alguno era mitad hombre, mitad toro. Algunos eran como dragones con hocicos a juego. Todos ellos reunidos en una losa de piedra. Una losa mvil?

No, mvil no, se dio cuenta ella, el horror reclamndola en un magullante apretn y casi aplastando sus pulmones. Haba espritus humanos sobre la piedra. Los demonios estaban hacindolos pedazos, comindose sus interiores. Desafortunadamente, no haba paz para el condenado. Solo eterna tortura.

Dioses, ella no poda ni respirar. Cmo podemos derrotar a una horda de estos?

Por aqu. Geryon los pas por un lado y sali del camino, y ella saba que esto era para que ellos pudieran observar lo que estaba sucediendo sin llamar la atencin. Las criaturas que vez aqu son seguidores, soldados y sirvientes. No son con quienes tenemos que luchar.

Eso es cierto, pens ella, su estmago dndole un vuelco. Violencia, Muerte y los otros Seores Demonios. Mientras los seguidores disfrutaban de la agona de su presa, su atencin principal estaba completamente dedicada a una bsica necesidad: el hambre. Los Seores solo se preocupaban de la agona. Prolongndola, incrementndola a las profundidades de la locura. Y cuanta ms agona infligan, ms gritos obtenan y ms fuertes se volvan.

Oh, s. Ellos eran mucho peor que cualquiera de estos de aqu.

Capitulo 14

Huele bien, como el miedo gru repentinamente algo al lado de Kadence. Mmm, estoy hambriento.

Asustada, ella jade. Geryon intent tirar de ella tras de l, pero ella se resisti. Esta vez, no se hundira en el suelo, obligndole a hacer todo el trabajo, asumira todos los riesgos. Esta vez, peleara.

Aprtate o muere. le dijo al demonio.

ste frunci el ceo.

Te pareces a m. Por qu hueles tan bien? esto se lami los labios, la saliva goteando de las comisuras de su boca delgada como el papel. Estaba cubierto de escamas amarillas y slo le llegaba al ombligo.

Un temblor se extendi a travs de ella sacudindola. Recuerda quien eres. Recuerda lo que puedes hacer.

Esto se acerc ms.

Ests advertido, dijo ella, abrazndose a s misma.

Espera fuera, Kadence. Por favor. Geryon intent ponerse frente a ella.

Ella lo bloque, sin mirarle.

No. No luchars solo contra ellos.

Mientras hablaban, el demonio continuaba acercndose a ellos, las garras alargndose.

Por favor, Kadence. Geryon tir de ella. Necesito saber que ests a salvo. De otro modo, me distraer y un guerrero distrado es un guerrero muerto.

No puedo actuar como una cobarde. No ms. Adems, si esto funciona, t no tendrs que luchar con l en absoluto. Ella era la guardiana del infierno; haba pasado tiempo desde que haba actuado as. Haba pasado el tiempo de que gobernara en vez de ser una simple observadora.

Eso no tiene nada que ver. No cuando se trata de tu seguridad.

De un momento a otro la criatura dejara ese andar poco majestuoso y correra. Ella lo saba, lo senta. Kadence alcanz su propio interior al tiempo que alzaba la barbilla y fij su mirada, sorprendida de encontrar su poder tan fcilmente accesible. Poda intentarlo y suprimirlo, pero siempre estaba all, nunca en silencio, una rugiente mar en su interior.

Detente. dijo ella y la criatura se estanc en el lugar, su mente todava funcionando, pero cada parte de su cuerpo la obedeca a ella. Durante un momento, simplemente se embriag de su propia obra, asombrada. Lo hice. El demonio ni siquiera hizo el intento de acercarse nuevamente a ellaaunque el asesinato brillara en aquellos ojos parecidos a dos gotas brillantes.

Ha pasado algo, dijo Geryon, pareciendo confundido.

Yo soy ese algo, dijo ella, orgullosa de s misma. Observa. Dijo al demonio. Levanta los brazos por encima de la cabeza.

Instantneamente, este obedeci, alzando ambos brazos al aire sin una palabra de protesta. Pero claro, ella estaba en posesin de su boca tambin. Claramente, l no haba querido cumplir su demanda, ya que su mirada fija segua traduciendo su odio por ella.

La alegra explosion dentro de ella. Por una vez haba utilizado su habilidad para el bien: para salvar a alguien que ella admiraba enormemente. Queridos dioses. Se haba enamorado de Geryon? Le encantaba estar con l, amaba la manera en que la haca sentir: apreciada, protegida. Pero eso quera decir que le haba entregado su corazn? Seguramente no.

Mira, Kadence. Geryon seal la losa. Mira que est sucediendo.

Ella sigui la direccin de su dedo y jade. Cada demonio se haba congelado en el lugar, sus manos en el aire. Incluso los espritus haban dejado de retorcerse. No haba risas, ni gritos. Solo poda orse el sonido de su propia respiracin.

Hiciste t eso? pregunt Geryon.

Yo s.

Estoy asombrado.

Su alegra se intensific.

Gracias.

Pueden orme? Cuando ella asinti, l sonri lentamente y grit a las criaturas. Odme bien. Marchad y decidle a cada Lord Demonio que el guardin est aqu y que planeo destruirlos. Ahora se dirigi a Kadence. Libralos.

Pensando que quera protestar, Kadence hizo como le pidi. En menos de un parpadeo, las criaturas estaban huyendo del edificio tan rpido como les era posible, dejndoles a ella y Geryon solos.

Por qu?

Su sonrisa se acentu.

Ahora esperaremos. Ellos vendrn a nosotros.

Capitulo 15

Geryon fortific el edificio contra el ataque tan bien como fue capaz, considerando la carencia de provisiones e instrumentos. Kadence permaneca a su lado, prestando un toque espiritual siempre que era necesario, forzando a los tablones y piedras a doblegarse a su voluntad. l se dio cuenta que ella se pona ms plida con cada minuto que pasaba.

Cul es nuestro plan de batalla? Pregunt ella cuando terminaron, apoyndose contra la pared ms alejada. El nico lugar sin sangre o otras cosas por el estilo.

Mantenerte viva, por cualquier medio que sea necesario . l se uni a ella, cuidando de no tocarla. Un toque y la pondra de vuelta a sus brazos. Necesitaba estar alerta, en guardia.

T los encierras en el lugar y yo los matar.

Rpido y fcil dijo ella con un anillo un tono de esperanza en la voz. Cunto tiempo crees que tenemos?

Unas pocas horas. Les llevar un rato llevar la noticia de mi llegada y extender mis intenciones. Ms an para los Seores unir sus fuerzas y planear un ataque. Geryon rastrill una garra a travs del entarimado para destrozar la maldicin gravada all, fragmentos de piedra volando por el aire. Entiendo por qu Lucifer desea que destruyas a los demonios que intentan abandonar el Infierno y as impedir a todos los otros demonios que les sigan pero, Por qu te importa tanto a ti?

Ella se encogi de hombros.

Cuando consent en entrar en este reino, yo me acab conectada a ello. Si la pared se derrumba, yo muero.

Morira?

Por qu no me lo dijiste antes? gru l. Y por qu te uniras con tal cosa? Por qu vendras aqu por propia voluntad?

De haberme quedado en los cielos, habra sido castigada cada minuto de cada da. Nadie es ms cruel en ese sentido que los dioses. Me queran aqu, as que vine. Pero yo no tena idea de cmo de permanente sera ese vnculo. Cuan poderoso. As que por qu decrtelo ella se encogi de hombres. T tienes finalmente permiso para dejar tu puesto y an as elegiste ayudarme. No quera cargarte con ms. Ahora que me has salvado, otra vez, y no deseo mentirte.

Kadence. Dijo l, entonces sacudi la cabeza. Debera haber permanecido en el interior de la puerta, sin ti, y matar a los Seores cuando se acercaran. Ahora el muro est sin proteccin y t ests cada vez en ms peligro.

Ellos te habran visto y se habran marchado, ya que no hay ningn lugar donde ocultarse en este agujero.

Y eso habra estado bien conmigo. Eso te habra mantenido a ti a salvo.

Todava eso no es ninguna clase de vida para ti, permaneciendo simplemente a la espera.

Es la vida a la que estoy acostumbrado.

Pero mereces ms! apartando la mirada de l, traz con la punta del dedo sobre el rea en la que l se haba clavado las uas. Tenemos que hacer esto. O mejor dicho, yo tengo que hacerlo. Pero quiero que sepas que si caigo, el muro quedar como est, ya que no est atado a m. He sido herida tantas veces a lo largo de los aos y con todo no muestra signos de estar daado.

No me importa el maldito muro!

Sus ojos se ensancharon. Entonces trag aire y continu como si l no hubiese hablado.

Sin m, no habr nadie que sienta cuando algo vaya mal. Los dioses tendrn que encontrar a alguien nuevo. Yo s que ahora eres libre, pero Podras quedarte aqu, vigilando, hasta que aparezca esa persona? Incluso si Lucifer ya ha designado un nuevo guardin?

No vas a morir, maldita sea. Ahora, Dime por qu Lucifer permiti que entraras? l te necesita del lado de fuera.

El color encendi sus mejillas. Vergenza? Culpa?

l tambin necesita proteger su muro.

Culpa, mayormente. Estaba en su voz, haciendo eco en los muros.

l podra haber destruido o aprisionado a los Seores Demonios.

Si puede capturarlos.

Te concedo eso. Geryon tamborile dos dedos contra su barbilla, considerando la situacin.

Pero Lucifer no permite que nadie, incluso aquellas cosas que necesita, sin pedir alguna forma de pago. Qu pidi de ti? Y por qu te concedi mis servicios? Por qu liberar mi alma? Y dnde est mi alma ahora, si Lucifer ya no la tiene? Incluso cuando haca las preguntas, algunas de las respuestas se formaron en su mente. l gru desde el fondo de su garganta. Me compraste a l.

El color en sus mejillas se agudiz.

S. susurr ella. Sus prpados se cerraron, la longitud de sus pestaas haciendo sombras sobre sus mejillas. Una de sus manos roz la amatista que colgaba entre sus pechos. Sin embargo, no lo lamento.

Estaba su alma en el interior?

Me compraste con contigo misma?

De ser as, matara al prncipe antes de permitirle que pusiera un solo malfico dedos encima del cuerpo de esa preciosa mujer.

Una pausa, sus ojos abrindose lentamente. Entonces.

No.

Dmelo. La rabia se construa en su interior. Furioso con ella, con Lucifer, consigo mismo por permitirse que eso hubiese sucedido. Qu habra dado esta preciada mujer? Por qu lo haba dado? l coloc las manos sobre las de ella, no para mantenerla en el lugarpoderosa como saba que era, dudaba que pudiera haberlo hecho assino para ofrecerle tranquilidad. l estaba all, no la dejara. Por favor.

Su barbilla tembl.

Le di un ao sobre la tierra, libre, para hacer lo que quisiera.

Oh, Kadence. dijo Geryon, sabiendo que los otros dioses tendran que hacer honor a su pactoy la haran sufrir por ello. Todo dentro de l se rebel ante el pensamiento. Por qu haras tal cosa?

Para salvarte. Para salvarme. Para salvar el mundo ms all de nuestro alcance. No puedo pensar de ninguna otra manera. Un simple ao para hacer sus estragos pareca una pequea cosa en comparacin a una eternidad de demonios vagando en libertad. Su boca se abri, pero ms que palabras, dej escapar un doloroso gemido. Con la rapidez de un chasquido, su piel perdi color y se dobl.

La preocupacin lo llen al instante.

Qu sucede, dulzura? Dmelo.

Los demonios estn en el muro. Ellos ellos me estn matando.

Capitulo 16

Le haba hablado Lucifer a los demonios de su vnculo con el muro? Se preguntaba Kadence, el dolor atravesndola como un cuchillo. En vez de venir a pelear aqu, los demonios se haban ido all. Sabiendo que se debilitara, muriendo? O, quizs esperaban conducir a Geryon a ellos, dejndola sola, sola y aparentemente vulnerable para una emboscada. O quera que ella fuera a ellos? Eran tantas las alternativas.

El Prncipe probablemente encontraba toda la situacin inmensamente divertida. Probablementeun pensamiento enraiz en su mente, casi paralizndola. Si ella fuera asesinada, l podra tener ms que un ao en la tierra, desatndose en busca de almas, causando indecibles estragos. Podra tenerlo para siempre, si lo deseaba, y podra llevar a sus demonios con l, reclutando a sus seguidores y a los humanos.

l era un dios, un hermano para gobernar. No haba garantas de que fuera capturado y enviado de vuelta.

Por supuesto, traicionarla dependa de que pensara el que podra obligar a sus demonios a obedecerle abiertamente. A menos Qu ella fuera el pago por su cooperacin? Si ellos no saban que ella estaba vinculada al muro, Lucifer podra matarla cuando ste cayera para impedir que los persiguiera. Ellos estaran agradecidos con l, quizs volviendo a jurar que su fidelidad estaba con l.

Oh, dioses. Las posibilidades la enfermaban, ya que de ser verdad ella le habra estado ayudando sin ser consiente en ningn momento. l deseaba proteger el muro, record ella. Al principio, era de sentido comn. Eso no significaba que no lo deseara ahora. Por motivos que no tenan nada que ver con su interno dolor, la dejaron completamente sin respiracin. Qu clase de estpida soy? Estaba tan avergonzada. Era tan estpida.

Kadence, hblame. Dime que va mal. insisti Geryon. l se puso de rodillas y se balance rodendola, arrodillndose entre las piernas de ella. Uno de sus garras, tierna y con suavidad le quit el humedecido pelo que se pegaba a su frente.

Su mirada se alz hacia la suya. Vindole con tanta preocupacin en sus preciosos ojos marrones, no poda arrepentirse de las decisiones que haba hecho. No importaba que sucediera, l sera libre. Este orgulloso y fuerte hombre finalmente sera libre.

Yo estoy bien se las arregl para dejar escapar un jadeo. Dioses, se senta triturada por dentro, como si sus rganos estuvieran siendo hechos girones.

No, no lo ests. Pero lo estars. l la cogi en brazos y la carg a la espalda. A una habitacin que deba ser usada por el propietario. l la tendi en un delgado camastro. Puedo? pregunt, levantando la amatista que alojaba su alma.

Ella haba planeado regalrsela una vez que su misin estuviese completa, un regalo por su ayuda, pero asinti. Ahora mismo, haba una buena posibilidad de que ella no completara nada.

Lentamente, con cuidado, l se las arregl para sacarle la piedra por el cuello y la coloc sobre su corazn. Sus ojos se cerraron. l no estaba seguro de lo que pasara. Al principio, no pas nada. Entonces, gradualmente, la joya empez a brillar. Los labios de Geryon se fruncieron, y gru.

Quema.

Yo la sostendr para t

El brillo explot en un centenar de lanzas de luz, l rugi, con fuerza y durante bastante tiempo.

Despus del eco del ltimo sonido, todo se aquiet. Las luces se desvanecieron. Solo la cadena que sostena la joya permaneca en su mano.

Su ceo fruncido se transform en una sonrisa cuando se abrieron sus ojos. Pero cuando estudi sus brazos y luego su cuerpo, su ceo volvi, ms profundo e intenso.

Yo debera haber no lo hice haba esperado recuperar mi antiguo rostro.

Por qu? Ella lo amaba, justamente como era. Cuernos, colmillos, garras y todo. Espera, Amar? Oh, s. Ella le amaba. Lo haba considerado antes, pero haba descartado la idea. Ahora, no poda ser descartada. La emocin estaba all, indiscutible como la muerte que enfrentaba a la cara.

Ningn hombre haba sido ms perfectamente satisfactorio alguna vez para ella. l no se disgustaba por su naturaleza, se deleitaba en ella. No tema lo que ella pudiera hacerle, si no que encontraba orgullo en ello. l la encantaba, la diverta, la tentaba.

Era mi esperanza que que. l trag. Si te vinculabas con algo ms, algo adems del muro, quizs tus vnculos con ella disminuiran y recuperaras tu fuerza. Quizs el dolor cesase.

Algo ms?

T? pregunt ella, repentinamente sin aliento por razones que nada tenan que ver con el dolor.

S. Yo.

Capitulo 17

Geryon apart la mirada de ella.

S que soy feo. S que el pensamiento de estar conmigo de tal manera es aborrecible, pero yo

T no eres feo le interrumpi Kadence, y no me gusta que pienses as. No me gusta cuando te desprecias a ti mismo de esa manera.

l parpade sobre ella, con expresin atnita.

Ella continu.

El pensamiento de estar contigo es bienvenido. Te lo prometo.

Ahora su boca se abri y se cerr.

Bienvenido?

S. Pero no quiero vincularte conmigo simplemente para salvarme. Ella haba estado demasiado temerosa una vez de confesar que ansiaba su cuerpo, haba pretendido estar simplemente agradecida con un beso. No habra ms fingimiento. Deseo que quieras hacerlo. Porque yo yo te quiero dentro de m, convirtindote en parte de m, ms de lo que quiero otro maana. Quiero ser tu mujer, ahora y siempre.

Antes de que l pudiera responder, otro ramalazo de dolor la atraves, lloviendo igual que un envenenado saludo haciendo que se encogiera en una bola. Acababan de hacer otra grieta en el muro; Ella lo vio en su mente.

Geryon? jade ella.

Una vez jur que si alguna vez era lo bastante afortunado de recuperar mi alma, nunca, por ninguna razn, la cambiara otra vez. Me he dado cuenta que la cambiara con mucho gusto por ti, Kadence. As que s, quiero hacerlo.

Geryon despoj lentamente a Kademce de sus ropas, con cuidado de no lastimarla con sus afiladas uas en forma de garra. Ella ya estaba dolorida y dudaba que pudiera soportar mucho ms. Hermosa, preciosa mujer. Ella solo se mereca placer.

Por la razn que fuese, ella le deseaba. Le deseaba por siempre. Juntos. Ella le haba dado la cosa que ms valorabasu almapero no haba sabido hasta que la vio encogerse en una bola que l la valoraba ms a ella.

l haba tenido inmensas ganas de tomar su dolor dentro de s mismo. Por ella, cualquier cosa. Ella no se preocupaba de que l fuera una bestia. Ella vio su corazn, y le gust.

Cuando ella estuvo desnuda, l bebi en ella. La piel de alabastro espolvoreado con el ms dulce tinte de rubor. Lujuriosos pechos, una curvada cintura, un ombligo que su boca se haca agua por probar. Piernas que se alargaban por millas. l se inclin y lami uno de sus pezones, pasando la lengua alrededor de la deliciosa punta, sus manos viajando sobre todo su cuerpo.

Cuanto ms se acercaban sus dedos a su centro, ms profundamente ronroneaba ella en profunda seal de satisfaccin, pareciendo derretir su dolor.

El placer est reemplazando al dolor dijo ella confirmando sus pensamientos.

Gracias a los dioses. l volvi su atencin al otro pezn, chupndolo, permitiendo que la punta de un colmillo lo rozara suavemente.

Todava ayuda? Todo el rato sus dedos jugueteando cerca de su cltoris, sin tocarla, solo jugueteando.

Ayuda. Pero quiero verte. dijo ella, indicando su armadura con una mirada.

l levant la cabeza y la mir detenidamente a los ojos.

Ests segura? Puedo tomarse sin quitar una sola pieza de armadura.

Quiero todo de ti, Geryon. sus rasgos eran luminiscentes. Todo.

Lo que desees, obtendrs. l solo esperaba que no cambiase de idea cuando lo viese.

No temas mi reaccin. Para m eres hermoso. Tan dulces palabras. Pero l haba vivido con sus inseguridades durante tanto tiempo, que eran parte de l.

Cmo puedo serlo? Mrame. Soy una bestia. Un monstruo. Algo para temer y repeler.

Te estoy mirando y eres algo para ser elogiado. Puedes no haber nacido con el aspecto de otros hombres, pero tienes fuerza y coraje. Adems aadi ella, lamindose los labios, el magnetismo animal es una cosa muy buena.

Lentamente le sonri.

De acuerdo. Te mostrar el resto de m.

Capitulo 18

Geryon se quit el escudo del pecho y lo dej a un lado, su pecho estaba acordonado con cicatrices, piel y huesos demasiado grandes se revelaban. Sus manos temblaban cuando solt el cuero que se envolva alrededor de su cintura, revelando lentamente su duro pene, sus cicatrices y sus muslos delineados con lneas de pelo. l se tens, esperando por el inevitable jadeo de horror, incluso cuando ella le haba asegurado de su magnetismo animal.

Hermoso. Dijo ella con reverencia. Un verdadero guerrero. Mi guerrero. Ella se estir y pas la punta de sus dedos a travs de ese pelaje. Suave.

El aliento se le escap entre sus abiertos labios, aliento que no se haba dado cuenta de que haba estado conteniendo hasta entonces.

Kadence. Dulce Kadence. dijo con voz ronca. Qu haba hecho l jams para merecerla? Si l no se hubiese enamorado ya de ella, se habra enamorado entonces.

Cuando el caliente tintineo de deseo que nunca antes haba experimentado lo atraves, l descendi desde su estmago besando todo el camino, detenindose slo para hundir la lengua dentro de su ombligo. Ella se estremeci. Cuando alcanz la unin de sus muslos, trabaj en ella, y el temblor la hizo retorcerse.

Asombroso jade ella, cogiendo su pelo en un puo.

l quera devorarla, poseerla, pero se contuvo, su sabor era igual que la dulce ambrosa. Solo cuando ella se corri, gritando de placer, se alz sobre ella. Estaba orgulloso y honrado de haberle dado tal xtasis. Pero ahora temblaba, su cuerpo en llamas. Desesperado. Por ella, solo por ella.

Sus piernas se envolvieron a su alrededor, y cubri sus mejillas, mirando profundamente en sus ojos.

Necesito ms de ti.

l entr en ella una pulgada, solo una bendita pulgada. Detenindose, dndole tiempo a ajustarse. Ira lentamente an si eso lo mataba. Lo hara bueno para ella, lo mejor.

Por qu no siento la necesidad de dominarte? ronrone ella en su odo. Mordindole el lbulo.

Dulce fuego.

As es como era, antes?

Ella asinti, arqueando sus caderas para tomar ms de l. Otra pulgada.

l tuvo que ahogar un gruido.

Quizs porque mi corazn es tan completamente tuyo, que no hay necesidad de dominacin.

Oh, Geryon. Por favor. Ella le acarici los cuernos, haciendo crculos con la yema de un dedo sobre las duras puntas. Tmame por completo. Dmelo todo.

l no poda negarle nada. Liberando su feroz agarre sobre su control, l empuj hacia delante y ella grit. No de dolor, si no de disfrute, se dio cuenta l. Una y otra vez la llen, dndole todo de l. Sus voluntades tan completamente entremezcladas, que era imposible decir quien quera qu.

Sus uas rastrillaron el suelo por encima de su cabeza, sus dientes incluso la mordieron, pero ella adoraba todo eso, urgindolo, rogndole por ms. Y cuando l derram su semilla dentro de ella, sus paredes interiores le apresaron en su propia oleada de satisfaccin. l grit las palabras que se haban estado construyendo en su interior desde el momento en que la haba conocido.

Te amo!

Para su sorpresa, ella grit a su vez.

Ah, Geryon. Tambin te amo.

Se vistieron rpidamente. Kadence estaba todava dbil, pero al menos el dolor se haba detenido.

Estn todava en la puerta? pregunt Geryon.

Oh, s. Estn trabajando febrilmente en ella. l bes sus labios y ella se deleit en saborear otra vez al hombre que tanto amaba.

Batmonos con ellos all, los encerraremos en el lugar, y yo har el resto.

Espero que funcione. dijo ella, porque no poda soportar el pensamiento de ser apartada de l.

Lo har. Tiene que hacerlo.

De otra manera, ella temi que ambos estuvieran condenados.

Capitulo 19

Ella los destell como haba prometido, y eso hizo que Geryon necesitara un momento para orientarse, en un momento estaban en el interior de la taberna, al siguiente estaba frente al muro. Cuando comprendi la carnicera a su alrededor, no poda creer lo que vean sus ojos. Los demonios haban trabajado tan fervientemente, que haban sangrado por encima de todas las piedraspiedras que haban sido trituradas, casi un delgado papel. Un agujero era inminente.

Peor, la horda de Seores Demonios todava estaban all. Eran enormes, todos ellos de al menos siete pies, sus cuerpos tan enormes que hasta Geryon, grande como era, no sera capaz de estirar lo suficiente sus brazos para medirlos. Los esqueletos eran visibles bajo la translcida piel. Unos cuantos tenan alas, y todos eran grotescos en su maldad. Ojos rojos, con cuernos como Geryon y dedos como cuchillos.

l deba haber hecho ruido, ya que uno de las cosas los midi con la mirada. Rindose, un sonido que le pona de punta cada pelo del cuerpo.

Ahora. Le grit a Kadence.

Ella los mirnada. Apunt sus manos hacia ellonada. Gimiendo con la fuerza de su voluntadpero nada suceda. Los Seores no se congelaban en el lugar.

No puedo, Dijo ella con voz entrecortada.

Qu va mal? La mir l, incluso mientras se mova frente a ella, manteniendo su brazo alrededor de su cintura. Ella haba palideciendo y su temblor haba vuelto. Si no estuviera rodendola con el brazo, saba que se haba cado. Entonces, El vnculo no funcionaba?

Hblame, cario.

l observ a los demonios cuando se juntaron, mirndole. Riendo. Imaginndose como lo mataran?

Estoy vinculada a ti y a la pared. Puedo sentir tu fuerza, tu debilidad, y me desgarra. grit ella. Lo siento. Lo siento mucho. Todo esto fue para nada, Geryon. Nada!

No para nada, nunca para nada. Te tengo.

Pero, por cunto tiempo?

Lentamente los demonios se fueron acercando, depredadores concentrados en su presa. Un misterioso placer irradiando de ellos.

T eres la mejor cosa que me ha sucedido. dijo Kadence dbilmente, inclinando su mejilla contra la de l. Ya no me importa mi muerte, pero odio haberte colocado en grave peligro.

No. No!

No morirs. Pero incluso cuando lo deca, el muro, tan salvajemente daado, empez a resquebrajarse, a derrumbarse, apareciendo un agujero. Ensanchndose.

Las rodillas de Kandece finalmente cedieron, y l se volvi, rugiendo, dejndola en el suelo. Le fall. Maldita sea, le fall!

Kadence.

No hubo respuesta. Ningn alzamiento y cada de su pecho, ningn gemido de dolor. Ella estaba como muerta.

Dime como ayudarte, Kadence. Por favor.

Otra vez, nada. Las lgrimas quemaron sus ojos. No haba llorado por la esposa que le haba abandonado, no haba llorado por la vida que haba perdido, pero lloraba por esta mujer. Te necesito . Ella quera que l evitase que los demonios dejases este reino pero Geryon no poda substraerse a s mismo a moverse de su lado.

Algo afilado le rasp el cuello, y l levant la cabeza hacia el lado. Los Seores volaban alrededor de ellos, cacareando con regocijo.

Djanos, gru l.

Mtala.

Destryela.

Mutlala.

Demasiado tarde. Ella se haba ido. Ms risas.

Uno de ellos descendi y rastrill una garra sobre la mejilla de ella, arrancando sangre antes de que Geryon se diese cuenta de lo que pasaba. Los restos olan a la fuerza vital y atacaban en frenes.

Geryon rugi, lanzndose l mismo sobre ella para evitar lo peor de su asalto. Pronto su espalda estuvo en carne viva, uno de sus cuernos arrancado, un tendn cortado. Todo mientras l balanceaba su brazo, esperando matar a tantos como pudiera con su veneno, pero solo uno fall al esquivar su golpe.

Las risas y el abuso continuaban sin cesar.

Te amo. le susurr Kadence al odo.

Sus msculos se contrajeron sorprendido y aliviado ante el sonido de su voz. Ella estaba todava viva.

Te quiero. Qudate conmigo. No me dejes.

Lo lo siento.

l nunca la habra trado a ese infierno si hubiese sabido lo que sucedera. l habra pasado toda su existencia en la puerta, luchando para protegerla. A ella.

Iros. Grit a los demonios. Dejad este lugar. El reino mortal es vuestro.

Como si el muro hubiese simplemente estado esperando por su permiso, este se cay completamente al final. Lo cual quera decir

No. grit l. No quera decir que te cayeras. Yo solo lo dije para que los demonios volaran a travs de ello. pero era demasiado tarde, el dao estaba hecho.

Alegres, los Seores Demonios volaron en la cueva, despus desaparecieron de la vista. Una nueva corriente de lgrimas quem los ojos de Geryon cuando recogi a Kadence en sus brazos. Qu le importaba a l el reino humano sin esta mujer?

Adis, amor mo. dijo ella, y muri en sus brazos.

Capitulo 20

Ella estaba muerta. Kadence estaba muerta. Y no haba nada que pudiera hacer para salvarla. Lo saba con tanta certeza como que no tomara su siguiente aliento. Un odiado y no deseado aliento. Aquellas lgrimas se deslizaron por sus mejillas, burln recuerdo de que l vivay ella no.

Ella haba querido su ayuda para salvar el muro, para salvarse ella. Haba querido que mantuviera a los Seores Demonios en el infierno, con todo l haba fallado en todos los propsitos.

Lo lamento tanto, Geryon.

Ante ese nuevo sonido de su voz, l parpade. Lo que lcuando l mir, su espritu empez a elevarse de su inmvil cuerpo. La esperanza revolote dentro de su pecho. Esperanza, alegra y sorpresa. Su cuerpo estaba destruido, pero su espritu segua vivo. Por supuesto, debera haberlo sabido. El se encontraba cada da con tales espritus, aunque ninguno haba sido tan puro como el de ella.

l se puso en pie, enfrentndola, su corazn latiendo como un loco. Ella le sonri con tristeza.

Lo lamento tanto. repiti ella.

Por qu? Cundo haba sido l ms feliz? Ella estaba all, con l. No tienes nada que lamentar.

Te fall. Si hubieses estado en tu puesto en la puerta como habas querido, esto no habra sucedido.

Eso no es as. Los demonios habran destrozado el muro, y te habran destrozado a ti, pero yo no haba tenido la oportunidad, no, el placer, de vincularme contigo. No puedo arrepentirme de lo sucedido. Nunca ms. No con su espritu frente a l. Qu pasa con los demonios?

Supongo que los dioses intentarn reunirlos, lamentndose de m como un eterno fracasa.

l sacudi la cabeza.

T no eres un fracaso, amor. Has hecho todo lo que estaba en tu poder para detenerlos. La mayora nunca habra entrado ni hasta las puertas. su cabeza se inclin hacia un lado mientras la estudiaba. Ella era tan encantadora como siempre, igual que un sueo de su antigua forma. Ante de ella, su vida haba sido una tierra balda. Un momento sin ella habra sido bueno, el infierno.

Gracias, dulce Geryon. Pero incluso si el muro es reparado, incluso si los demonios son de alguna manera capturados, temo que los dioses sean incapaces de contener aqu a esos demonios. suspir ella. Siempre lucharn para escapar.

Los dioses encontrarn una manera. le asegur l. Siempre lo hacen. l se estir para abrazarla contra l, pero su mano la atraves y l frunci el ceo, drenndose algo de su felicidad. Tocarla era una necesidad; No sera capaz de vivir sin su calor, sin su blandura.

Entonces fue cuando se dio cuenta. Cerr los ojos durante un momento, avanzando en silenciosa agona.

Eres libre, Kadence. Libre del infierno, libre de las rdenes de los dioses. Puedes ir a donde quieras, hacer lo que desees.

S. Pero no te tengo a ti. Las lgrimas llenaron sus ojos. Te dejar y vagar sola por la tierra. aadi ella con una firme sacudida de su cabeza. Aquellas lgrimas se deslizaron por sus mejillas. S que a los dioses y a las diosas se les permite elegir donde desean residir despus de la vida, pero yo no tengo deseos de volver al cielo o quedarme en el infierno. A menos Te quedars aqu? Te gustara que me quedara contigo? pregunt esperanzada. Si prefieres no tenerme, un ser al que ni siquiera puedes esperar sentir, lo entiendo pero

Mientras hablaba, una idea cruz por su mente. Una salvaje idea que no descartaba, sino ms bien abrazaba. Cuando me vincul a ti, fue para siempre y otra eternidad. No te dejar ahora.

Pero nunca sers capaz de tocarme. Nunca

Lo har. Lo prometo. y con eso, hundi sus propias uas envenenadas en su pecho, sintiendo la toxina quemndole, abrasndole, chamuscndole. l grit de angustia, sus ojos volvindose negros.

Cuando el dolor ces, la oscuridad se desvaneci. Sus prpados aletearon abrindose y vio que su cuerpo se haba ido, una pila de cenizas, su espr