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Revista T emas 21 EL GOBIERNO DE ÁLVARO URIBE: RÉGIMEN AUTORITARIO EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN DE LA SEGURIDAD 1 Moisés Araque Ortiz 2 Universidad Santo Tomás - Bucaramanga RESUMEN El presente texto es producto de la investigación titulada “El gobierno de álvaro Uribe: régimen autoritario en el contexto de la globalización de la seguridad”. Aquí se presenta una primera parte, en el marco del estudio que tuvo como objetivo analizar la democracia y la globalización, la crisis de la democracia por el Estado global de guerras, el poder de la economía de mercado, la lucha contra el terrorismo y la política trasnacional de seguridad. Aborda el fenómeno de la globalización y cómo repercute en la pobreza del mundo y de Colombia, al interrogar a su vez el por qué surge la política de seguridad democrática en nuestro país. PALABRAS CLAVE: Democracia, globalización, terrorismo, política de seguridad democrática. ALVARO URIBE’S GOVERNMENT: AUTHORITARIAN REGIME IN THE CONTEXT OF SECURITY GLOBALIZATION Abstract The text is a result of a research named “Alvaro Uribe’s government: Authoritarian regime in the context of security globalization”. Here, a first part is presented in the frame study that aimed democracy and globalization analysis, the democracy crisis for global state of war, market economy power, the struggle against terrorism and security transnational policies. The globalization phenomenon is stated and how it has repercussions for world and Colombian poverty, requesting at the same time for how come the creation of democracy security policy in our country. Key words: Democracy, globalization, terrorism, democracy security policy. 1 El presente artículo expone una reflexión realizada en el contexto de la investigación: “El gobierno de Alvaro Uribe: Régimen autoritario en el contexto de la globalización de la seguridad” de la maestría en estudios políticos de la Universidad Javeriana, Bogotá. 2 profesor del departamento de Humanidades de la Universidad Santo Tomás, experto en Historia de colombia (UIS), Licenciado en ciencias Sociales (U. de la Sabana) , Historiador (UIS), Especialista en Docencia Universitaria (USTA), Especialista en Educación para la Democracia (U. Manuela Beltrán), Magíster en Estudios políticos (U. Javeriana). [email protected]

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    EL GOBIERNO DE LVARO URIBE:RGIMEN AUTORITARIO EN EL CONTEXTO

    DE LA GLOBALIZACIN DE LA SEGURIDAD1Moiss Araque Ortiz 2

    Universidad Santo Toms - Bucaramanga

    RESUMEN El presente texto es producto de la investigacin titulada El gobierno de lvaro Uribe: rgimen autoritario en el contexto de la globalizacin de la seguridad. Aqu se presenta una primera parte, en el marco del estudio que tuvo como objetivo analizar la democracia y la globalizacin, la crisis de la democracia por el Estado global de guerras, el poder de la economa de mercado, la lucha contra el terrorismo y la poltica trasnacional de seguridad. Aborda el fenmeno de la globalizacin y cmo repercute en la pobreza del mundo y de Colombia, al interrogar a su vez el por qu surge la poltica de seguridad democrtica en nuestro pas.

    PALABRAS CLAVE: Democracia, globalizacin, terrorismo, poltica de seguridad democrtica.

    ALVARO URIBES GOVERNMENT:AUTHORITARIAN REGIME IN THE CONTEXT

    OF SECURITY GLOBALIZATION

    AbstractThe text is a result of a research named Alvaro Uribes government: Authoritarian regime in the context of security globalization. Here, a first part is presented in the frame study that aimed democracy and globalization analysis, the democracy crisis for global state of war, market economy power, the struggle against terrorism and security transnational policies. The globalization phenomenon is stated and how it has repercussions for world and Colombian poverty, requesting at the same time for how come the creation of democracy security policy in our country.

    Key words: Democracy, globalization, terrorism, democracy security policy.

    1 El presente artculo expone una reflexin realizada en el contexto de la investigacin: El gobierno de Alvaro Uribe: Rgimen autoritario en el contexto de la globalizacin de la seguridad de la maestra en estudios polticos de la Universidad Javeriana, Bogot.

    2 profesor del departamento de Humanidades de la Universidad Santo Toms, experto en Historia de colombia (UIS), Licenciado en ciencias Sociales (U. de la Sabana) , Historiador (UIS), Especialista en Docencia Universitaria (USTA), Especialista en Educacin para la Democracia (U. Manuela Beltrn), Magster en Estudios polticos (U. Javeriana). [email protected]

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    DEMOCRACIA Y GLOBALIZACIN

    El brbaro atentado del 11 de sep-tiembre ha aclarado con toda nitidez que todos compartimos un nico planeta. Construimos una comunidad global y como todas las comunidades debemos cumplir una serie de reglas para convivir. Estas reglas deben ser - y deben parecer - equitativas y jus-tas, deben atender a los pobres y los poderosos, y reflejar un sentimiento bsico de decencia y justicia social (Stiglitz, J. E. (2002), El malestar en la globalizacin)

    En este captulo se presenta la crisis de la democracia y el Estado frente a la glo-balizacin y cmo el poder econmico se convierte tambin en protagonista poltico y social, con un enfrentamiento entre democracia y mercado. Para ello se examina cmo la globalizacin no es slo la administracin de la aldea global bajo un criterio unilateralista o multilateralista sino que tambin dicha administracin acarrea repercusiones y consecuencias. De este modo hechos como la guerra, el terrorismo, la pobreza y la injusticia no son ajenas al fenmeno de la globalizacin; por ello se buscar dar una definicin aproximada de demo-cracia y globalizacin de la pobreza en el mundo y en Colombia. Por qu el te-rrorismo es una forma de lucha legtima o ilegtima segn el bando en el que se milita? Y: Cmo, frente a ello, se plantea en Colombia una poltica de seguridad democrtica como conformante de un mundo globalizado con sus crisis de democracia? En este contexto de globali-zacin, la crisis en Amrica Latina explica los movimientos sociales inconformes que tratarn de exigir del Estado una justicia social; al no lograr conseguir sus demandas se har patente la debilidad de los sistemas polticos, que son meras democracias formales, v. gr., casos como los de Bolivia y Ecuador.

    1.1 DEMOCRACIA

    Su raz etimolgica proviene del grie-go demokrati: dmos: pueblo; , Kratos: autoridad, poder, go-bierno; pero su definicin gobierno del pueblo o poder del pueblo o autoridad del pueblo, es un reto en su significado real, aunque, su empleo poltico es de uso comn; es bastante difcil acercarse a una definicin aproximada; desde los filsofos griegos Platn y Aristteles, que distinguen seis formas de gobierno, el trmino democracia no es equivalente al concepto actual. George H. Sabine en Historia de la teora poltica describe: Un sentido semejante de las compleji-dades de su problema aparece cuando Aristteles entra a estudiar las formas de gobierno. Adopta aqu la clasificacin de seis trminos ya utilizada por Platn en el Poltico () entrecruza esta divisin con la tradicional clasificacin tripartita y con ello obtiene un grupo de tres formas puras (o Estados sujetos a la ley) monarqua, aristocracia y democracia moderada- y tres formas impuras (o Estados desp-ticos) tirana, oligarqua y democracia extremada o demagogia(Sabine, 1992, p.84-85); Aristteles, en La Poltica, defi-ne: Democracia, por el contrario, cuando [lo son] no los dueos de cuantiosa fortu-na sino los indigentes () lo que distingue entre s la democracia y la oligarqua es la pobreza o la riqueza(Aristteles, 2000, p.133-134): Igualmente Giovanni Sartori, en cuanto al concepto de pueblo, pre-senta seis interpretaciones 1. Todos; 2. Como pluralidad aproximada: Un mayor nmero; los ms; 3. Pueblo como popu-lacho, clases inferiores, proletariado; 4. Como totalidad orgnica e indivisible; 5. Como principio de mayora absoluta; 6. Como principio de mayora moderada (Sartori, 1994, p.14).

    Como puede verse, estas acepciones no definen democracia completamente; estos trminos son exclusivos porque cuando se alude a todos no son todos.

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    En el ejercicio del sufragio universal no todos los ciudadanos tienen derecho al voto ni tampoco se cumple la frmula Un hombre, un voto, un valor, que hara del voto una igualdad; en la Gran Bretaa, por ejemplo, el voto igual slo se dio en 1948; otro interrogante a dilucidar sera el voto secreto y opcional pues puede darse como una forma clientelista y manejo de poder.

    Un ejemplo puede verse en el dilogo entre el coronel Chic Heraclio y un votante de Limoeiro, Estado de Pernam-buco (Brasil): -Jefe, lo hice todo como usted me orden. Ahora quisiera saber por quin vot. -Muchacho, no me haga esta clase de preguntas y, sobre todo, no olvides que el voto es secreto (Hermet, G.; Rouquie, A. y Linz, J. J. 1982, p. 54). Existen en la democracia otros limitantes como edad (si es mayor o menor) y el sexo, ya que la mujer ha sido descono-cida y, slo hasta ahora se reivindica el derecho de elegir y ser elegida. En Co-lombia, la mujer inici su participacin en democracia hasta la constitucin de 1853 cuando en la provincia de Vlez, por primera vez, se permiti el voto femenino para ciertos efectos municipales, y en 1957 se le dio una verdadera participa-cin en cargos y en el sufragio universal; as se adelanta a Estados Unidos (1979), Finlandia (1906), Noruega (1907), Francia e Italia (despus de la segunda guerra mundial), Suiza (aunque a nivel federal se dio en 1971, an hay cantones donde no pueden votar). Igualmente, la democracia puede ser excluyente por raza, riqueza y conocimiento.

    En cuanto a las mayoras que imponen un criterio de opinin sobre las minoras, bastara un ejemplo: en una poblacin de un milln de votos efectivos, donde se de-fine en algunas democracias la mayora, como la mitad ms uno, quinientos mil un votos frente a cuatrocientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve; entonces, la diferencia sera uno; injusto, pero es la norma; la igualdad de justicia

    se ve cuestionada en las democracias; no es fcil emitir un concepto de democracia, existen, de todas maneras, puntos de vista y los conceptos pertinentes, por ejemplo, en el discurso. En el discurso pronunciado en Gettysburg en 1863, Lincoln habl de democracia como: Goverment of the people, by the people, for the people: gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo (Sartori, 1994, p.24).

    El concepto moderno de democracia originado en la Revolucin Inglesa, en la Declaracin de Independencia de los Es-tados Unidos y en la Revolucin Francesa ha evolucionado y, en el siglo XX se dan una serie de teoras: () agruparemos las teoras de la democracia en el siglo XX en tres grandes grupos que, ms por como-didad expositiva que por corresponderse realmente en el rea del conocimiento de aquellos que las formularon, denomina-remos teoras sociolgicas, econmicas y filosficas. El objetivo fundamental de las primeras, ejemplificado con el debate entre elitistas y pluralistas, se centra fun-damentalmente en el estudio de cmo se distribuye el poder en las sociedades avanzadas. Las segundas centran su atencin en las reglas de decisin y en la construccin de modelos analticos que simplifiquen el proceso poltico. Final-mente, el tercer grupo recoge algunas aportaciones anteriores sobre los fines de la democracia particularmente, las aportaciones relacionadas con el modelo democrtico-republicano- para ubicarlas en el marco de los actuales Estados de bienestar, centrndose especialmente en la justicia distributiva, la neutralidad del Estado frente a las diferentes concepcio-nes de la vida buena, y la necesidad de afrontar nuevas formas de participacin que contribuyan a la mejor gobernabili-dad de nuestras complejas sociedades e instituciones (Caminal B. 2002, p.197).

    Para el desarrollo de este trabajo De-mocracia ser tenida en cuenta como la eleccin mediante el sufragio universal

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    de gobernantes y su relacin con los gobernados en condiciones de libertad, igualdad jurdica, con justicia social, en un contexto interno, y en una forma ms amplia atiende a la insercin en la co-munidad de las otras naciones. Bobbio escribe que Gino Germani plantea en: Autoritarismo y democracia en la socie-dad moderna el problema de la capacidad de sobrevivencia de las democracias: La actual situacin del sistema internacio-nal, de estrecha interdependencia y de internacionalizacin de la poltica interior, tiende a favorecer las soluciones de tipo autoritario ms que las democrticas (Bobbio N. 2001, p. 191).

    Colombia presenta una crisis de democra-cia por la debilidad del Estado colombia-no, frente a grupos fuera de la ley, que en el contexto de la globalizacin, manejan unas relaciones transnacionales, y buscan en lo interno conseguir que el Estado co-lombiano, les d un statuts poltico, que los coloque en condiciones de igualdad, para recibir reconocimiento estatal y transnacional (globalizacin).

    1.2 CRISIS MUNDIAL DE LA DEMOCRACIA

    Ante las amenazas que se ciernen sobre las democracias en la actualidad, los Esta-dos se ven retados a buscar soluciones y entienden que el problema y su solucin no son solo internos, de tal modo que, nos encontramos actualmente en una crisis mundial de la democracia dado el Estado global de guerras, conflictos y economa de mercado, ha llevado a erigir una poltica de lucha contra el te-rrorismo, con posiciones unilateralistas y multilateralistas que quieren imponer su criterio al convertirse en defensores del bien y castigadores del mal. La posicin unilateralista es defendida por los Estados Unidos que busca llevar un orden global, Colombia ha hecho adhesin a ellos y por esta razn se desarrollan polticas como

    las de la seguridad democrtica (Plan Colombia, Plan Patriota, Lucha contra el Narcotrfico, grupos armados ilegales).

    Muchas de las determinaciones tomadas en Colombia se hacen con la venia y la aprobacin del Congreso de los Estados Unidos que tambin desembolsan canti-dades de dlares, envan asesores eco-nmicos y estrategas militares, es decir, se trabaja mancomunadamente contra el enemigo comn: el terrorismo. A la crisis del Estado y la democracia se suma el aspecto econmico de la globalizacin donde el mercado se convierte en un gi-gante que todo lo puede, que transforma a la democracia en sujetos de dominacin e imposicin, bajo la ley del mercado.

    En Amrica Latina el Neoliberalismo se asocia con la privatizacin econmica, eliminacin de subsidios, liberalizacin de precios, reduccin de barreras al comer-cio e inversin extranjera; Colombia en-trara en esta apertura desde el gobierno de Csar Gaviria y, hoy el mercado exige a la democracia colombiana ms cumpli-miento con las polticas del FMI y un TLC que le pide dar todo a cambio de recibir muy poco o casi nada, alega el presidente de la Repblica que su firma debe hacerse por encima de todo. Igualmente se le exi-ge al Estado colombiano una lucha contra el terrorismo comprometindolo con po-lticas de alianzas contra todo lo que sig-nifique subversin (lucha del bien contra el mal). Adems las democracias dentro de sus economas aceptarn el mercado de grandes empresas transnacionales a las cuales Born Atilio llama Los nue-vos Leviatanes; el mercado hace que la sociedad pague servicios como la edu-cacin y la salud (para mencionar slo dos) a altos precios a entidades privadas; as que cada uno tendr mejor, mediana, poca o ninguna atencin de acuerdo a su capacidad de pago.

    () las pretensiones de igualdad e inclusividad propias del orden de-

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    porta el voto de las demo-cracias, por-que el primero es excluyente, impositivo, co-tidiano y de un poder contun-dente; quien no est con l se somete a las consecuencias del mercado y su descono-cimiento global, Estamos, por consi-guiente, en el peor de los dos mundos: Democracias sin soberana popular y mercados sin soberana del consumidor (Born, 2000, p.116).

    El mercado no da ninguna justicia so-cial, por el contrario, la desconoce. Hoy las democracias en crisis (y Colombia no es la excepcin) deben hacer frente a un mundo globalizado con nuevas exigencias y sin mayores preferencias.

    La globalizacin impone criterios de gobierno y economa con agendas de obligatorio cumplimiento (FMI, BM, OMC) que en muchas ocasiones son difciles de cumplir pero que son implantadas en los respectivos Esta-dos, conduciendo a inconformismos, paros, huelgas, contrapropuestas y todo tipo de manifestaciones colecti-vas, que provocan un enfrentamiento entre el Estado y la comunidad y agu-dizan las crisis, que en ocasiones ni el Estado ni la comunidad saben cmo resolver, pero s saben que el proble-ma existe. El mercado se erige, dentro de las democracias, como una forma de gobierno.

    1.2.1 Democracias formales

    El mercado produce avasallamiento en las democracias, pues al mercado slo le interesa el consumo y la libertad la

    mocrtico son por completo ajenas a la prctica y a la retrica discursiva vigentes en el mercado. Este requiere de compradores y vendedores, los que en ningn caso son iguales (). El neoliberalismo ha sido un maestro consumado en el arte de desacreditar la poltica y el espacio pblico: la pri-mera es satanizada como el reino de los charlatanes, los holgazanes, irres-ponsables, mentirosos y corruptos; lo pblico como una esfera dominada por la ineficiencia, la irracionalidad y la corrupcin () (Born, A. 2000 p.105-107).

    Democracia y mercado son como agua y aceite: si la democracia es justicia, para el mercado le es indiferente, en la democracia hay igualdad; en el mercado ganadores y perdedores, en la democracia la participacin es de todos; en el mercado del que pueda econmicamente, en la democracia la libertad va hasta la libertad del otro; en el mercado la libertad es de avasallar al otro, el perdedor ante el poder del consumidor (dinero). El mercado im-pone criterios, normas, medidas sobre las democracias, George Soros el mul-timillonario norteamericano de origen hngaro y quien produjo el derrumbe de la libra esterlina, en una entrevista aseguraba: Los mercados votan todos los das (). Soros elabor bastante ms su argumento: No caben dudas, contina diciendo, que los mercados fuerzan a los gobiernos a adoptar me-didas impopulares que, sin embargo, son indispensables. Decididamente, el verdadero sentido del Estado reposa hoy en los mercados (Born, 2000, p. 114); luego el voto diario del mercado es de ms poder y efectivo frente al voto constitucional (democracia) que es vo-tado cada tres o cuatro aos, con todas las dudas de su pulcritud, pues presenta fraudes y es manipulado por las lites a su antojo; al voto del mercado no le im-

    Estamos, por consiguiente,

    en el peor de los dos mundos:

    Democracias sin soberana popular

    y mercados sin soberana del consumidor

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    entiende como la capacidad de cada cual para comprar, lo que produce un desequilibrio econmico, donde slo unos subsistirn, otros estarn a medias y algunos estarn en relaciones de infe-rioridad (pobrezamiseria) y, aumenta, cada da, ms el nmero de pobres, pero hace ms ricos a una menor cantidad de ricos, aparecen las protestas ciudadanas que en muchas ocasiones se convierten en cotidianas, originndose situaciones estilo caucho, donde ste se estira tanto que pareciera que estuviera a punto de reventar (Estado), ante las manifesta-ciones de protesta; pero nuevamente el Estado recupera su fortaleza y el objetivo buscado por la comunidad se pierde, pero vuelve todo a la normalidad. Esta situacin se da en algunos pases latinoamericanos y es lo que los analistas llaman Democra-cias Formales.

    Las Democracias Formales son aquellas democracias de papel, que se mantienen a pesar de todo el inconformismo de los ciudadanos (al producirse el cambio de lo Estado-cntrico a un mercado-cntrico), que hacen protestas de rei-vindicacin social, econmica, poltica o cualquier otra forma de demanda contra el Estado quien, en muchas ocasiones, ha hecho promesas pero que a la hora de la verdad no ha podido cumplir; es entonces, cuando aparecen los movi-mientos sociales que reclaman, protes-tan, marchan, hacen tomas de oficinas, producen cacerolazos, obstruccin de vas, piden destitucin o cambio de mandatarios: es el colectivo popular en busca de mejores situaciones.

    En Amrica Latina hay democracias for-males que se mantienen pero que estn al vaivn y que son como palmas con fuertes vientos, que las inclina hacia donde ms fuerte est; parecen momentneamente sucumbir y vuelven a erguirse cuando estos vientos dejan de soplar aunque nuevamen-te sern sacudidos segn el inconformismo colectivo, es decir, producen resultados

    momentneos pero sin ningn cambio de fondo. Benjamn Tejerina sostiene:

    El comportamiento colectivo es un intento de solucionar las consecuen-cias generadas por la tensin. Los individuos combinan varios compo-nentes de la accin en una creencia que pretende aportar soluciones a la situacin. Cuando las personas se movilizan como consecuencia de la extensin de dicha creencia nos encontramos ante una situacin de comportamiento colectivo (). La conductividad se refiere a la posibili-dad de demandar modificaciones de normas (movimiento colectivo) () o valores sociales (movimiento valora-tivo). (Tejerina, B. 1998, p.112-113).

    Aunque existen varios casos en Amri-ca Latina, son de especial inters como muestra de democracias formales Bolivia y Ecuador; en donde la sociedad civil manifiesta su inconformismo, para defen-derse de los ataques hechos por parte del Estado, las lites y la globalizacin. Susan Eckstein escribe con relacin a ello:

    Los medios escogidos para protestar dependern de los factores de contex-to: de lazos entre clases, instituciona-les y culturales; de las estructuras del Estado; y de las opciones reales, o, por los menos, as percibidas, como sali-da en lugar de rebelarse. Los anlisis demuestran tambin que la poltica y la religin, as como las preocupa-ciones basadas en la raza, etnia y el gnero, independientes de las fuerzas econmicas o en combinacin con ellas, pueden ser fuentes que incitan al desafo. (Eckstein, S. 2001, p. 17-18).

    En Amrica Latina con la cada de las dic-taduras, el supuesto fracaso de la susti-tucin de importaciones, el cambio de lo Estado-cntrico a lo mercado-cntrico, la entrada en la democratizacin y la globa-lizacin, generan una situacin propicia

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    para la manifestacin del descontento colectivo. En el caso de Bolivia3

    3 Ver las fuentes:Tanaka, M. La situacin de la democracia en Bolivia, chile y Ecuador a inicios del siglo. serie: Democracia N 7, comisin Andina de JuristasEckstein, S. (2001) qu ha sido de todas los movimientos? Los movi-mientos sociales Latinoamericanos en vsperas del nuevo milenio 12. Eplogo en poder popular en Amrica Latina, Movimientos sociales, Latinoamericanos, Mxico, siglo XXI.caso Bolivia: Despus de un largo periodo dictatorial y debido al ago-tamiento del modelo ESTADO-cNTRIcO, contando con una inflacin de 20.560 y un tipo de cambio de 450.420; decide aplicar el nuevo modelo econmico MERcADO-cNTRIcO, basado en la exportacin de la minera (estao), y es as que en 1985 se ve obligada a un adelanto de elecciones, entrando en la democracia al ser proclamado presidente VcTOR pAZ ESTENSORO (MNR); quien aplic reformas radicales (Decreto 21060 del 29 de agosto/85), que facilitaron la aplicacin del nuevo modelo por el debilitamiento de la izquierda y del sindicalismo de la central Obrera Boliviana (cOB), segn Tanaka Martn: Las reformas se pusieron en marcha en medio de gran oposicin del movimiento sindical (pinsese, por ejemplo, en la Marcha por la vida y la paz de la cOB de agosto 1986), y se impusieron decretando el Estado de sitio y encarcelando a los principales dirigentes sindicales opositores. contra todo pronstico se produce control de la inflacin, inversin extranjera, crecimiento del pIB (de -1.7 a 3.5), presentando una mayor estabilidad econmica y poltica.Empiezan a formarse alianzas entre las dos fuerzas mayoritarias: El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), y la Accin Democr-tica Nacionalista (ADN), conocido como el pacto de la Democracia, volvindose una prctica cotidiana de los partidos que eran un total de 19; en 1989 Acuerdo patritico (MIR y ADN), con presidencia de paz Zamora, pacto de Gobernabilidad con presidencia de Snchez Lozada, y compromiso por Bolivia (ADN-MIR) con presidencia de Hugo Bnzer y en el 2002 plan Bolivia (MNR-MIR) con presidencia de Snchez Lozada. Esta poltica de pactos se consider como una partido-cracia entre lites excluyentes. Lo anterior produce inconformidad ciudadana y movilizacin de indgenas excluidos, a pesar de ser la mayora de la poblacin. Los mineros que con la Revolucin Nacional populista de 1952 haban ganado derechos polticos y econmicos, sufrieron en el gobierno de paz Estensoro; Susan Eckstein narra: El dirigente de la revolucin, haba vuelto al poder como un neoliberal de nuevo cuo ahora su gobierno con el respaldo de Estados Unidos y del FMI cerr las minas de estao que haba nacionalizado durante su primer mandato ocasionando huelga de hambre y marcha de maestros, campesinos, comerciantes, estudiantes, y dirigentes religiosos contra estas reformas.Aparecen los outsiders como una contraposicin a las lites, con movimientos anti-sistmicos, como la Unin cvica Solidaria (UcS) y conciencia de patria (cONDEpA), ste ltimo se identifica con ind-genas y mestizos, con lderes como Max Fernndez (muerto en 1995) y carlos palenque (muerto en 1997) que organizan marchas, como Territorio y Dignidad, protesta por el quinto centenario, Encuentro de dos Mundos ao 92 y Soberana y Dignidad de los campesinos cocaleros; sin embargo, estos movimientos desaparecen por prdida de ideologa, alianza de pactos polticos, por ser grupos personalizados y por la muerte de sus dirigentes. Otra protesta: la de los campesinos cocaleros de chapare, ante el programa de erradicacin de los cultivos de coca promovida por EEUU, con la participacin de la confederacin Sindical nica de Trabajadores campesinos de Bolivia (cSUTcB); con la dirigencia de Evo Morales que en las elecciones (2002) estuvo a punto de ser elegido presidente, y en la ao 2005 vuelve a organizar protestas produciendo la cada del presidente Mesa, pues en otra protesta ya haba logrado la renuncia de otro presidente. Adems el inconformismo traera acciones armadas del ejrcito Tupac Katari (EGTK) en junio de 1991. Bolivia tambin presenta protestas de los trabajadores pblicos que cerraron transporte y produjeron saqueos por las reformas neolibe-rales; todos estos movimientos producirn reformas institucionales, como el cambio de representacin proporcional, a un sistema

    y Ecuador4, con una mayora de po-

    proporcional personalizado en 1997, la descentralizacin (basada en municipios y no en regiones ), eleccin popular de alcaldes im-pulsada por Gonzalo Snchez de Lozada, reforma del poder judicial, reforma constitucional del 94 que define a Bolivia como multitnica y pluricultural.4 Ver la fuente: De La Torre. http://www.lahora.com.ec/debate/pginas/debate

    49.htm. Ecuador debate No.49 recuperado: 16 de noviembre de 2005.

    caso Ecuador: Sus caractersticas son semejantes a las descritas anteriormente. Martn Tanaka narra: Desde las elecciones de 1984, cuando algunos partidos asociados a las dcadas anteriores pasaron a la marginalidad poltica, se empez a institucionalizar lentamente un sistema de partidos, pese a su fragmentacin, regionalizacin y alta volatilidad. Un sistema de partidos, cons-truido sobre la base de cuatro actores principales, dos costeos y con tintes ms populistas (pSc y pRE), y dos serranos y ms ideolgicos (ID y Dp). Esto se dio pese a permanentes dficit de legitimidad del sistema, asociados a un mediocre desempeo econmico, que llevaron a recurrentes crisis y propiciaron altos grados de movilizacin y conflictos sociales, donde destaca la coordinadora de movimientos sociales y el movimiento indgena, (cONAIE) confederacin Nacional de Indgenas del Ecuador, en continuo ascenso desde 1990 (Tanaka, Democracia n 7, p.26

    Los Indgenas tambin como en Bolivia presentaron reformas estructurales ante el fracaso del modelo ESTADO-cNTRIcO; por ello, se aprueban reformas polticas (94-97), una nueva constitu-cin de 1998, tratando de dar participacin a sectores excluidos, especialmente, los Indgenas que pedan redefinir al pas como plurinacional, educacin bilinge y legalizacin de la medicina india, fue por eso que promover el levantamiento nacional indgena (1990).

    Aparecen actores anti-sistmicos como Abdal Bucaram quien emple los medios masivos (especialmente la televisin), con excelentes resultados, aprovechndose del inconformismo social, us el populismo como bandera electoral en sus campaas (1988, 1992, 1996), presentndose como la encarnacin del pueblo contra la oligarqua que, segn l, deba ser destruida. Descripcin que carlos de la Torre relata: La campaa electoral de 1996 se transform en una entre Bucaram el Lder de lo pobres en contra de las elites establecidas y del partido Social cristiano como la reencarnacin de la oligarqua afeminada y vende patrias. por ejemplo, luego que el expresidente Febres cordero manifestara al conocer los resultados de la primera vuelta electoral que Todos los que votaron por Alfredo Adum (candidato a la alcalda del partido de Bucaram) son pillos y prostitutas. Bucaram transform el significado de estos insultos. s es verdad que en el Ecuador hay una marihuanera y una ratera; pero esa prostituta, ratera y marihuanera son las oligarquas nacionales.

    Estos improperios de parte y parte muestran el momento por el cual pasa Ecuador; Bucaram sera electo en 1996 con el 90 % de rechazo de la prensa, que ser su gran opositora a quien no pudo controlar y quien lo consideraba como la personificacin de todos los males nacionales; a ello se le suma el inconformismo de cO-NAIE y las manifestaciones multitudinarias al grito: que se vaya Bucaram; el 6 de febrero de 1997 y a solo 6 meses de su eleccin, el congreso lo destituye por incapacidad mental, nombrndose a Fabio Alarcn en su reemplazo. Los polticos nombrarn a los militares como jueces y administradores del pas, y en vista de que Rosala Arteaga se haba proclamado sucesora legal, acordaron que por pocas horas ocupara la presidencia y que luego pasara a manos de Alarcn; que se convocara a elecciones (1998), pre-sentndose una crisis de gobernabilidad. Lucio Gutirrez llegar al poder aliado con el movimiento pachakutik, y en el congreso con el pSc y el ID. En abril de 2005 se presenta una nueva crisis de gobernabilidad que es el vivo reflejo de los hechos narrados

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    blacin indgena que abanderar gran parte de estos movimientos colectivos de protesta, pero que a pesar de ser dichas manifestaciones de un gran volumen de participacin y crear crisis de democra-cia, no son razn suficiente de cambios radicales en el andamiaje poltico, social, econmico de estos pases.

    Estos movimientos sociales ocurridos en Bolivia y Ecuador, muestran la incapaci-dad o insuficiencia de las democracias formales en Amrica Latina para generar los cambios que anhelan desesperada-mente los pueblos, pues tambin las lites, han ayudado a conjurar estas amenazas; quedara una pregunta por re-solver: Cmo los movimientos sociales en las democracias formales de Amrica Latina, podrn producir los cambios ra-dicales y fundamentales necesarios, para un mejor bienestar de las clases menos favorecidas?

    1.3 GLOBALIZACIN

    Cuando presenciamos las redes y par-ticipamos de la transnacionalizacin de hechos como la economa, sentimos los efectos de sus imposiciones (FMI, BM, OMC), las comunicaciones y todos los medios de informacin, observamos otro nuevo poder mundial en los pases que poseen el conocimiento; cuando se hace la exigencia por el cumplimiento de los derechos humanos, cuando poltica-mente se est hablando de las crisis de las democracias y la implantacin o no de formas de gobierno, cuando se est buscando la defensa del medio ambien-

    anteriormente, como lo seala El Tiempo: que se vayan todos, el grito de protesta ciudadano ms odo en las jornadas de protesta que se viven en quito desde el pasado mircoles (13), se traslad ayer a los estadios. En el clsico entre Liga Deportiva Universitaria y el Aucas, los asistentes insistieron una vez ms en la salida del presidente Lucio Gutirrez. As transcurri ayer la quinta jornada de reclamos populares bautizada El golpe de estadio.

    El pueblo pidi la cesacin de la corte, quien haba anulado los procesos por peculado contra los expresidentes Abdal Bucaram, Gustavo Novoa y del expresidente Alberto Dahik, igualmente solicita la salida de la clase poltica, el presidente y el congreso. Finalmente, Lucio Gutirrez (presidente), sera depuesto.

    te, la internacionalizacin del terrorismo, nos encontramos inmersos en la globa-lizacin.

    Desafortunadamente no todos estamos en igualdad de condiciones, el poder solo est en manos de unos muy pocos pases desarrollados que poseen las riquezas y el poder militar, son dueos del conocimien-to, tienen los desarrollos ms avanzados en medios de comunicacin, manejan la tecnologa, son dueos de la banca in-ternacional y por ello hacen dominacin sobre los que no lo tienen. Se llega as a una forma de dependencia donde pocos mandan y se imponen a muchos; esta internacionalizacin es la descripcin de la aldea global y su estructura de poder.

    La globalizacin presentada como un con-cepto de aldea global construida segn datos de las Naciones Unidas, analgica-mente hace alusin a:

    Habitan la tierra cerca de 5.700 mi-llones de personas, repartidas en pueblos y ciudades de cerca de 200 pases. Para hacerse una idea de la dimensin social del mundo, imagine por un momento que en la tierra solo viven 1000 personas. Si hiciramos una visita a esa aldea global descu-briramos que ms de la mitad (575) de sus habitantes son asiticos, 200 de ellos procedentes de la Repblica Popular China, encontraramos 130 africanos, 125 europeos y cerca de 100 latinoamericanos. De Amrica del Norte (canadienses, Estadounidenses y mexicanas) solo encontraramos 65 individuos.

    Si estudiramos las formas de vida de los habitantes de esta aldea global sacaramos conclusiones sorprenden-tes. La aldea global cuenta con una inmensa cantidad de recursos, pero la mayora de los habitantes no tiene acceso a ellos: la mitad de la riqueza total de la aldea est en manos de

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    solo 150 personas. (Macionis, J.J. y Plummer, K. 1999, p.3).

    No estamos solos en el mundo, vivimos en continuas relaciones de familia, comu-nidad, localidad, regin, nacin, Estados, no podemos estar independientes, si no nos integramos unos con otros en con-diciones de igualdad, justicia y libertad, con una economa, comunicaciones, transporte y tecnologa; en otra forma, es una necesidad de los pueblos: queramos o no, la globalizacin, para bien o para mal, es un hecho, que yo consi-dero irresistible, inevadible, yo creo que oponerse a la globalizacin, plantear las cosas de esa manera, es como oponerse a la ley de gravitacin universal.(Gaviria; V Congreso de Humanidades Universidad Santo Toms. Bucaramanga. Septiembre 17 y 18 del 2004.).

    Hay muchos crticos de la globalizacin que no aceptan la forma como sta se desarrolla, pues consideran a la aldea global como un poder de dominio y es-clavitud de los pases industrializados a los pases en desarrollo o de condiciones econmicas inferiores; pues piden todo, imponen normas econmicas de obliga-torio cumplimiento, sujetos a no recibir la ayuda por ellos ofrecida o ser totalmente negada por las organizaciones principa-les que manejan esta globalizacin de sentido econmico como el FMI, el BIRD, el BM y el OMC. Algunos se originan en la segunda guerra mundial con el fin de reconstruir Europa, y como una preven-cin de cualquier depresin econmica en el mundo para salvar a cualquier pas en crisis econmica mediante prstamos, pero este fin filantrpico de un principio no se cumpli con el correr del tiempo y por el contrario se convirti en una forma de subyugar a quienes necesitaron de ellos, causan miseria y pobreza; pues la asistencia no aseguraba un desarrollo econmico de los pases ms pobres o en vas de desarrollo; la deuda externa, la privatizacin econmica, la liberaliza-

    cin de precios, la reduccin de barreras al comercio, la inversin extranjera con favorabilidad y defensa de sus intere-ses trajeron capitales golondrinas nada estables, que cuando consiguieron sus ganancias se retiraron trayendo ms caos econmico. Si se observan estas situa-ciones econmicas de mercado llevan a otras formas de dependencia ya sean polticas, militares, sociales y culturales; Los procesos de mercado, por s mis-mos, pueden dejar a muchas personas sin los recursos suficientes para sobrevivir (Stiglitz, 2002, p.273).

    Vista la globa-lizacin como d o m i n a c i n , d e s i g u a l d a d econmica a fa-vor de los pocos pases industria-lizados, some-timiento de la gran mayora de pases, como lo muestra la des-cripcin de la aldea global, el ingreso y la riqueza siempre estar en pocas manos, lo que aumenta los niveles de pobreza en el mundo; esta es una forma de violencia y terrorismo con la creencia de que el mercado es fuente de desarrollo mientras que el Estado y lo pblico es ineficiente, corrupto e irracional. Colombia no es ajena a este modelo Mercado-Cntrico y tambin sufre las consecuencias de esta forma de violencia.

    1.3.1 La globalizacin y la pobreza en Colombia y en el mundo

    Para hablar del problema de la pobreza en Colombia y el mundo, hay que empezar por tratar de entender: Qu es la po-breza? No es fcil expresar un concepto homogneo de ella ni de su medicin, pues existen diferentes puntos de vista; puede definirse como bienes no pose-

    Los procesos de mercado, por s mismos, pueden dejar a muchas personas sin los

    recursos suficientes para sobrevivir

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    dos, necesidades bsicas insatisfechas. El Banco Mundial describe que:

    La pobreza es un fenmeno social polifactico. Las definiciones de la pobreza y sus causas varan en funcin del gnero, la edad, la cultura y otros factores sociales y econmicos () la pobreza nunca se produce debido a la falta de un solo elemento sino que es consecuencia de mltiples facto-res relacionados entre s que inciden en las experiencias de la gente y sus definiciones de la pobreza( Banco Mundial, 2000, p.3).

    La pobreza la puede definir cada cual como la siente; los acadmicos como la ven, los economistas con estadsticas, los gobiernos como poltica social, los socilogos como un problema social, las fuerzas del Estado como un problema de orden pblico y los ricos como una amenaza contra sus bienes; o tambin, puede verse desde el ngulo que cada uno de los analistas planteen, llegar a una definicin estandarizada de pobreza es una tarea muy difcil, esto sin contar como se toma la medicin de sta.

    No es fcil definir pobreza ya que aun en la estratificacin de la misma pobreza dentro de un mismo grupo, no todos son igualmente pobres; pues los grupos re-nen ciertos requisitos que les permiten ser involucrados en una determinada clasificacin; pero, a nivel global ocurre que cada da la pobreza aumenta; en el caso colombiano aument del 35% al 41% entre los aos 90-94, recuperndo-se en el 97 con un 39%, volvi al estrato medio junto con Salvador en Amrica Latina, y aumentar sorprendentemente como lo seala la Facultad de Ciencias Econmicas (CID) que describe:

    Entre 1997 y 2003 se present un notable aumento de la pobreza. El porcentaje de personas que estn por debajo de la lnea de pobreza (LP) pas de 55% a 66%. Ambas cifras

    son preocupantes, la de 55% porque tuvo lugar en un momento en que la economa estaba en pleno auge y la segunda (66%), porque muestra la cada del Producto Interno Bruto (PIB), se manifiesta en una prdida de empleo, del ingreso y por ende en una mayor pobreza (UNPeridico, Agosto 2004, p.3).

    Preocupante desde cualquier punto de vista que en solo seis aos (1997-2003) se haya disparado en 27% pasando de 39% al 66%, lo cual demuestra que el bienestar de la poblacin es cada da peor, presenta altibajos de mejoramiento y descenso, posiblemente las crisis del Sudeste Asitico en el 97 y la Rusa del 98, adems de otras circunstancias hayan po-dido producir este desmejoramiento, deja ver cmo el modelo de crecimiento es excluyente cuando se habla del Desarro-llo Humano (DH) sostenible y sustentable que muestra, al contrario, la precariedad y la imposibilidad de una vida digna en Amrica Latina en donde el nmero de pobres es de ms de 200 millones de personas.

    En una encues-ta realizada a los bogotanos por el peridi-co El Tiempo y hecha por Na-polen Franco y Ca., efectua-da entre 1971 personas de todos los es-tratos, y que hace nfasis en las zonas de Bosa, Ken-nedy, Ciudad Bolvar, Usme y Suba, revela: Entre el 54 y el 62% de los hogares con-

    Entre el 54 y el 62% de los hogares

    consultados ha habido problema para darle

    una alimentacin completa y equilibrada a los hijos, el dinero no ha sido suficiente para que esto sea posible y

    en el ltimo ao se han tenido que reducir las porciones de comida o se han eliminado

    de la canasta algunos productos por falta de

    recursos

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    sultados ha habido problema para darle una alimentacin completa y equilibrada a los hijos, el dinero no ha sido suficiente para que esto sea posible y en el ltimo ao se han tenido que reducir las porcio-nes de comida o se han eliminado de la canasta algunos productos por falta de recursos (El Tiempo 2004, 15 de sep-tiembre, p.1-2).

    Actualmente en Colombia los pobres han tenido un crecimiento de 5 millones ms, para un total de 29 millones. Como con-secuencia de que el dinero no alcanza se produce otro gran problema, el hambre; as que el matrimonio pobreza-hambre es hoy un gran azote mundial y gene-ralmente los pases subdesarrollados o ms pobres ven cmo cada da este mal aumenta, mientras las polticas de orden internacional (Globalizacin) no funcio-nan, Fernando Meja, narra: Los presi-dentes y jefes de gobierno del mundo se pronunciaron por combatir con firmeza la extrema pobreza. En el seno de la cumbre de desarrollo social de 1995 se adquirie-ron varios compromisos internacionales con vistas a eliminar la exclusin social y potenciar el desarrollo humano (De-claracin del Milenio con Desafos para el ao 2015) (Medina, F. p. 696). Dicha declaracin fue suscrita por 189 pases que se proponen eliminar la pobreza, con 8 objetivos principales: 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre, reducir a la mitad el porcentaje de personas con ingresos inferiores a un dlar diario. 2. Educacin primaria universal. 3. Igualdad entre los sexos con autonoma de la mu-jer. 4. Reducir la mortalidad infantil. 5. Me-jorar la salud materna. 6. Combatir el VIH/Sida, paludismo y otras enfermedades. 7. Garantizar la sostenibilidad ambiental. 8. Fomentar una asociacin mundial para el desarrollo.

    Estos objetivos seran posibles si hubiese un compromiso de todos los pases y es-pecialmente los desarrollados con el fin de trabajar conjuntamente para erradicar

    o por lo menos disminuir los ndices de pobreza mundial. Pasados cuatro aos y ante los pocos resultados obtenidos, el 20 de Septiembre de 2004, 110 naciones suscribieron en la ONU en Nueva York una declaracin que propone acciones concretas para combatir la pobreza y el hambre; entre las propuestas est la del presidente francs Jacques Chirac:

    Impuestos sobre la venta de armas y/o el keroseno, tazas sobre las grandes fortunas y beneficios de las multinacio-nales, o multas a los mayores conta-minadores del mundo (), adems de la declaracin recuerda que la pobreza extrema afecta a ms de un billn de personas que sobreviven con menos de un dlar por da. En el frica Sub-sahariana, cerca de 300 millones de individuos estn sometidos a la ms absoluta pobreza, millones de nios siguen muriendo todos los aos por falta de asistencia mdica, agua po-table, vivienda decente, y adecuada nutricin, mientras 20.000 vidas se pierden cada da por enfermedades relacionadas con el hambre. (El Tiem-po (2004, 22 de septiembre, p. 1-2).

    Irnicamente Las vacas holandesas, francesas y europeas en general, reci-ben un subsidio de 2 dlares y medio al da, mientras que ms de 4.000 millones de seres humanos viven con menos de dos dlares diarios (Revista Foro. 2002, diciembre de 2002, enero de 2003, p.1).

    Con relacin a los beneficios de las multi-nacionales en el proceso de globalizacin y en la lgica del mercado como un medio excluyente, donde la competencia y el darwinismo social (slo los ms aptos superviven), hay ganadores recompen-sados en el mercado de consumo, a costa de otros que no pueden consumir y son los perdedores; el mercado es solamente bsqueda de lucro, esto lleva a la concentracin de la riqueza en las grandes empresas (mega empresas) convertidas en oligoplicas, todo ello por

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    una acelerada rotacin del capital por el gran desarrollo de la microelectrnica, las telecomunicaciones y la computacin, Born Atilio seala:

    Los ingresos combinados de los 500 gigantes de la economa mundial al-canzaron en 1994 la suma de 10.245,3 billones de dlares, es decir, una mag-nitud que equivale a una vez y media el PIB de Estados Unidos, 10 veces mayor que el PIB de toda Amrica Latina y el Caribe en 1990, 25 veces mayor que el PIB de la ms grande economa de Amrica Latina (El Brasil) y unas 40 veces mayor que el PIB de la Argentina (Dieterich, 1995, p.50) y, en otra parte del escrito observa: James Tobn, premio Nbel de economa, que si se gravase apenas el 0,5% del flujo financiero internacional, se obtendra en un ao una cifra mnima cercana a los 30.000 millones de dlares, que podran aplicarse al financiamiento de programas de lucha contra la pobreza o a la liquidacin de la deuda externa que agobia a las economas del tercer mundo (Born, 2000, pp.118.119)

    No puede ser ms dantesco el panorama, pues para reducir a la mitad la pobreza del mundo en el ao 2015, se necesitan 50.000 millones de dlares por ao. En la clasificacin de los pases segn el ndice de desarrollo humano (IDH), en 2002 Noruega ocupa el primer lugar con una esperanza de vida de 78,9, no hay analfabetismo, el PIB per cpita en dlares es de 36.600, Estados Unidos el puesto 8 y Japn el 9 con la esperanza de vida ms alta, 81,5, no hay analfabetas, el PIB per cpita en dlares es de 26.940, los primeros clasificados de Amrica Latina son Argentina en el puesto 34 con 74,1 esperanza de vida, 97% de alfabetos y un PIB per cpita es de 10.880 dlares, Chile ocupa el puesto 43 con 76 esperanza de vida, alfabetos 95,7 y el PIB per cpita es de 9.820 dlares, Colombia ocupa el puesto 73 con 72,1 esperanza de vida,

    92,1 alfabetos y un PIB per cpita de 6.370 dlares; entre tanto Sierra Leona ocupa el puesto 177 con una esperanza de vida de 34,3, alfabetos el 36% y un PIB per cpita de 520 dlares. Existe una gran desigual-dad en la apropiacin de las riquezas que de no hacer una redistribucin de sta donde los ricos cedan privilegios para darles a los pobres, podra ocasionarse un mundo mucho ms violento del que vivimos.

    Las mega empresas tienen sentido del dao que causan, pero no cedern en sus ganancias, pues el egosmo del mer-cado no se lo permite, siempre estarn pidiendo la liberacin de los mercados con el fin de poder colocar sus productos en una competencia que como vemos es despiadada, y no van a ceder privilegios a los pases ms necesitados; sus aportes a las campaas contra la pobreza son mnimos o totalmente desconocidos; impresiona cmo un pequeo nmero de estas empresas (500) han acabado con la verdadera democracia que habla de justicia, libertad, re-distribucin, inclusin y defensa de los derechos ciudadanos, p u e s s u -jetan a los Es tados a su voluntad por la ley del m e r c a d o . Libardo Sar-miento An-zola llama a este sistema m e r c a d o -cntrico: El Estado asu-me la nica funcin de

    El Estado asume la nica funcin de

    guardin del sistema de mercado () los

    nicos proyectos posibles son individuales, en

    consecuencia, la vida buena est asociada

    con la autosatisfaccin, con el egosmo

    calculador y, por tanto, exige una sumisin

    absoluta del individuo a la lgica y leyes

    totalitarias del mercado y de la racionalidad

    instrumental

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    guardin del sistema de mercado () los nicos proyectos posibles son individua-les, en consecuencia, la vida buena est asociada con la autosatisfaccin, con el egosmo calculador y, por tanto, exige una sumisin absoluta del individuo a la lgica y leyes totalitarias del mercado y de la racionalidad instrumental (Sarmiento A. L. p. 40).

    La democracia liberal hace nfasis en los derechos civiles y polticos pero no reco-noce los derechos sociales, econmicos y culturales; por lo tanto, la democracia colombiana en el gobierno de lvaro Uribe Vlez tendr que luchar contra esta forma de terrorismo y violencia y buscar prioritariamente la eliminacin o disminu-cin de la miseria y la pobreza.

    Las polticas de la globalizacin, cada da, producen ms pobreza y, en Colombia cumplir con la deuda externa y las dems imposiciones del FMI ha llevado a incre-mentar la pobreza y miseria del pueblo. Los datos de sta son del 66% aproxima-damente y donde segn estudios de 29 a 30 millones de colombianos viven en esta situacin.

    1 . 3 . 2 G l o b a l i z a c i n y Terrorismo

    La estructura de poder de los pases de-sarrollados en la globalizacin y la des-igualdad de los dems pases han hecho que para luchar contra sta surjan redes internacionales que recurren a medios violentos como una forma de protesta, que se da en cualquier parte del mundo; que con los hechos del 11 de septiem-bre de 2001 con el ataque a los Estados Unidos produjeron la globalizacin del terrorismo.

    El terrorismo como una forma de lucha ha existido entre Estados, facciones, grupos que enfrentan a su propio Estado o a otros Estados; estos enfrentamientos pueden ser de carcter religioso, social, poltico, econmico, tnico o de cualquier otra

    ndole. El terrorismo involucra actos de violencia impactantes contra la autoridad legtima, contra la poblacin, o contra los derechos humanos. No hay una forma universal de definir terrorismo como lo contempla Hardt y Negri...

    El uso contemporneo del trmino es un invento reciente. El terrorismo se ha convertido en un concepto polti-co (un concepto de guerra, o mejor dicho de guerra civil) que se refiere a tres fenmenos diferentes entre los cuales unas veces se distingue y otras veces se mezclan y confunden: 1. La insurreccin o rebelin contra la autoridad legtima. 2. El ejercicio de la violencia poltica por un gobierno, con vulneracin de los derechos humanos (que incluyen segn algunos el dere-cho a la propiedad), y 3. La prctica de la guerra cuando se transgreden las leyes de combate, incluidos los actos de violencia contra la poblacin civil (). Debido a la ambigedad de la definicin, el concepto de terrorismo no proporciona un fundamento estable que permita entender el actual Estado de guerra global. (Hardt, M. y Negri A. 2004, p.38).

    Igualmente es presentado por Alfonso Lpez Michelsen en su columna de El Tiempo, domingo 22 de mayo 2005, as:

    Hace apenas un mes, el seor Annan, Secretario general de Naciones Uni-das, invit a sus afiliados a procurar ponerse de acuerdo sobre el alcance de lo que se entiende por terrorismo, ya que hasta la actual fecha y, principal-mente, a propsito de la estructura de la CPI (Corte Penal Internacional), en el llamado tratado de Roma, se opt por no mencionar el terrorismo en vista de no existir un acuerdo acerca de la definicin al respecto. (Lpez, M. A. 2005, 22 de mayo, p. 21).

    Con relacin a quien o a quienes reciben el epteto de terroristas, la cuestin tam-

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    bin es relativa, porque lo que para algu-nos es terrorismo, para otros puede ser luchas de reivindicacin de autonoma, libertad, derechos humanos y democracia o cualquier otro pretexto que justifique la prctica de ste y que muestre cmo su violencia se legitima frente a su enemigo, para mostrar como justa su forma de hacer la guerra; Hardt y Negri escriben:

    En un mundo en que no se puede legitimar ninguna clase de violencia, en principio toda violencia puede ser calificada de terrorismo La violencia es legtima si su base es inmoral e in-justa. Bin Laden, por ejemplo reclama la legitimacin presentndose como el adalid moral de los pobres y los oprimidos del sur global. De manera si-milar las autoridades estadounidenses reivindican la legitimacin de su vio-lencia militar basndose en los valores de libertad, democracia y prosperidad. (Hardt y Negri, 2004, p.50)

    As la argumentacin de cada uno de los oponentes tilda a su acomodo de terroris-ta al otro; quedan preguntas por resolver: Quin es realmente terrorista? Quin ataca o quin se defiende? Entonces: Sera legtima la poltica de Estado de los Estados Unidos de restaurar el orden, defender las democracias, velar por la paz? Su ataque a Irak disfrazado de lo anterior, oculta su inters econmico por el petrleo, y su inters poltico por ser un punto estratgico en el Medio Oriente. Para justificar presentan al mundo como una amenaza universal a Sadam Hussein y Osama Bin Laden y, por lo tanto, hay que aplicar la frmula maquiavlica:

    Cuando se desea conservar aquellos Estados acostumbrados a vivir con sus leyes y en libertad, es preciso abrazar una de estas resoluciones: primero arruinarlos, segundo ir a vivir en ellos, y finalmente, dejar sus leyes a estos pueblos, obligndoles a pagarle una contribucin anual, y creando en su pas un tribunal de un corto nmero

    que cuide de conservrtelos fieles (Maquiavelo, p.57).

    1.3.3 Globalizacin de la Guerra y Poltica de Seguridad

    La guerra ha existido desde los tiem-pos prehistricos cuando las hordas se enfrentaban con armas lticas, por su subsistencia; con la aparicin de los me-tales que traera armas ms resistentes y contundentes, sumado al descubrimiento de la rueda que producira los primeros carros de combate, se observa la gran evolucin de la guerra; se conocen las grandes culturas guerreras: asirios, ba-bilnicos, israelitas, egipcios, persas y otros que hacen de ella un arte y con ella la dominacin de otros pueblos y el poder que de sta se deriva; otras culturas gue-rreras como la griega, la romana que con sus ejrcitos disciplinados, resistentes y estratgicos le daran al gran Imperio dominios en Europa, Asia y frica y como consecuencia el poder sobre el Mar Medi-terrneo al que llamaron Mare Nostrum.

    Los ejrcitos mercenarios cumpliran tam-bin su objetivo; la formacin de dinastas como los Estuardo o Tdor en Inglaterra, los Habsburgo o Borbones en Espaa, los Merovingios o Borbones en Francia, reinos que originaran las respectivas naciones y que estableceran junto con otros el equilibrio Europeo. La poca Re-nacentista (siglos XVXVIXVII) traera no solo guerra entre las naciones Europeas sino tambin las guerras religiosas donde los catlicos y protestantes mostraron un terrorismo inusitado, como la noche de San Bartolom en Francia (1572) o la guerra de los 30 aos en Alemania (1618 1648).

    En todo el mundo se presentaron guerras; en Inglaterra, en Estados Unidos (guerra de independencia) y en otros pueblos Americanos, Asiticos y Africanos que luchaban contra el colonialismo; despus de las dos guerras mundiales (1914 -1918 ) y (1939 -1945) se presentara la llamada

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    guerra fra, como una nueva forma de enfrentamiento, considerada por Hardt y Negri como un nuevo tipo de guerra global y, en algn sentido, como la tercera guerra mundial, cuyo fin simblico sera la cada del muro de Berln en 1989, sin embargo, para los autores de Multitud, el verdadero colapso se produjo el 26 de Mayo de 1972 cuando los Estados Unidos y la Unin Sovitica firmaron el tratado de misiles antibalsticos (ABM), que regulaba la carrera de armas nucleares; igualmen-te, consideran el estado actual de nuestra era como la cuarta guerra mundial, enca-minada a la construccin y reproduccin del orden social global basado en la guerra con una organizacin en red con pluralidad, en donde las alianzas deben funcionar para mantener el orden global defendiendo la libertad, la democracia, la autonoma de los pueblos, los derechos humanos, la dignidad, o cualquier forma de opresin; Hardt y Negri lo explican as:

    Ante la necesidad del poder en forma de red, huelgan los debates sobre el unilateralismo o el multilateralismo ya que la red no puede ser controlada desde un centro de mando nico. En otras palabras, Estados Unidos no puede . Was-hington no puede ejercer un control monrquico sobre el orden global sin la colaboracin de otras potencias dominantes. Esto no significa que lo decidido en Washington sea en modo alguno secundario o poco importante, significa que siempre ser preciso ponerlo en relacin con toda la red del poder global (Hardt y Negri, 2004, p.88)

    1.3.4 El terrorismo tambin se globaliza: septiembre 11 - 2001 y otros hechos terroristas

    El ataque realizado por Al-Qaeda con la direccin de Osama Bin Laden a los smbolos del poder (poltico- econmi-co) de los Estados Unidos (Pentgono

    y World Trade Center), hizo sentir a los estadounidenses en carne propia lo que nunca tal vez imaginaron: el terrorismo; y como consecuencia, el temor a cualquier nuevo ataque. La reinvidicacin de la legitimidad de esa violencia por el grupo Al-Qaeda, y la reaccin en red o globaliza-da (Estados Unidos Inglaterra Espaa), frente a un enemigo considerado comn pero abstracto como la organizacin de Bin-Laden hace que surja la poltica de seguridad, para reclamar y legitimar la violencia como una forma de contra-rrestar a la otra violencia, convirtindose Estados Unidos en lder de esa poltica: reclama aliados, sataniza a sus contrarios, amenaza si las alianzas no se producen a su favor y venden como legtimo su te-rrorismo disfrazado como un mal menor y necesario, colocan su propio inters como un inters globalizado: se est con ellos o contra ellos; En el libro Multitud, Guerra y Democracia en la Era del Impe-rio, Hardt y Negri describen:

    Un indicador del nuevo carcter activo y constituyente de la guerra es el des-plazamiento de la poltica de > a la poltica de que el gobierno de los Estados Unidos viene promoviendo, en especial como elemento de la , desde septiembre de 2001 (). Quien dice , dice una barrera protectora frente a las amenazas exteriores; en cambio, quien habla de jus-tifica una actividad constante tanto en el mbito nacional como en el mbito Internacional. (Hardt y Negri, 2004, pp.42-43)

    En otras palabras los EEUU se consideran como el gendarme universal encargado del mantenimiento del orden moral, la democracia, la libertad y los derechos humanos, pero a la hora de la verdad la aplicacin debe darse para otros y no para ellos; ponindose en un Estado de excepcionalidad cuando hace demostra-

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    ciones de doble moral como no acatar las directrices de la ONU, negar su someti-miento a la jurisdiccin del Tribunal Penal Internacional, atentar contra los derechos humanos como en Guantnamo y Abu Graib; esto popularmente es la ley del embudo.

    Como la presentan Hardt y Negri: La nocin de la excepcionalidad Esta-dounidense tiene una larga historia, y su empleo en el discurso poltico contemporneo es engaosamente complejo, consideremos esa declara-cin de quien fue secretaria del Estado, Madeleine Albright: (Hardt y Negri, 2004, p.54).

    Esta expresin es citada desde el siglo XIX y es conocida como Doctrina Mon-roe: Amrica para los americanos. Estados Unidos exige la reivindicacin del liderazgo mundial y la legitimacin del uso de la violencia y tiene, adems, el atrevimiento de retar a cualquier otro, pero no ser retados por otro u otros sin atenerse a las consecuencias.

    El poder militar y/o policial estar le-gitimado siempre y cuando se revele eficaz en la rectificacin de los desr-denes globales, lo que no quiere decir necesariamente restaurar la paz, sino mantener el orden. Segn esta lgica, un poder como el ejrcito estadouni-dense puede ejercer la violencia, sea o no moral o legal, y esa violencia estar legitimada siempre y cuando redunde en la reproduccin del orden imperial. (Hardt y Negri, 2004, p.54).

    La poltica de seguridad en la lucha contra el terrorismo aplicada despus del 11-s (con un resultado de 2978 muertos) ha globalizado an ms el terrorismo; aun-que existan otros grupos terroristas a Al Qaeda se le atribuyen, segn informe del tiempo, los atentados posteriores:

    11 de abril 2002 en Dferba (Tnez) 21 muertos, 12 de octubre 2002 en Bal (Indonesia) 202 muertos, 28 de Nov 2002 en Mombasa (Kenia), 18 muertos, 12 de mayo 2003 Riad (Arabia Saud), 35 muertos, 16 de Mayo 2003, Casablanca (Marruecos), 15 y 20 de noviembre 2003 Estambul (Turqua) 63 muertos, 11 de marzo 2004 Madrid ( Espaa) 191 muer-tos, 8 de octubre del 2004 (Egipto) 34 muertos, 28 de febrero 2005 Hilla (Irak) 118 muertos, 7 de julio 2005 (Inglaterra).(Gmez, M. S. 2005, 10 de julio, p.1-12).

    Esto es una demostracin de cmo crece el terrorismo y como a ste se le responde con una violencia semejante: ataque a Irak. Muchos de los ataques producidos como los de Inglaterra, Espaa, Qatar, Arabia Saudita, Malasia y Egipto son Es-tados que estn en estrecha colaboracin con los EEUU; es la actuacin de la red, que no se sabe cmo y en qu momento ataque y los lmites pueden ser inexisten-tes, como lo sealan Hardt y Negri:

    Podramos decir que la red tiende a transformar cada frontera en un umbral. En este sentido las redes son esencialmente huidizas, efmeras y se encuentran en fuga permanente. En un momento dado, la red pude parecer ubicua, y al momento siguiente des-aparecer y desvanecerse en el aire (Hardt y Negri, 2004, p.81).

    Con la globalizacin del terrorismo se van a desarrollar las alianzas o redes, unas abanderadas de los derechos humanos, las democracias y la libertad, y otras que se defienden de los ataques de los pases desarrollados. La primera con una directriz que ser tomada por Estados Unidos quien solicita a la ONU que la lucha contra el terrorismo se globalice y que los terroristas sean perseguidos en donde se encuentren, y eliminados de la faz de la tierra; ante la negativa de la ONU toma por su propia cuenta la decisin de combatirlos, pasa por encima de sta y empieza a buscar aliados que se le unan

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    con este propsito, o, de lo contrario ser considerados enemigos a quienes no patrocinen su causa. As aparecern los aliados, Inglaterra, Espaa y lgicamente el Estado colombiano, en primera instan-cia, con Andrs Pastrana.

    Con la eleccin de lvaro Uribe Vlez como presidente de los colombianos se reforzar dicha alianza, es la ocasin propicia para considerar por parte de l que el problema interno del pas es el terrorismo, al cual hay que eliminar, y la llave amiga, (Bush Uribe), funcionar a las mil maravillas, implementan la lucha contra los grupos ilegales levantados en armas: con una participacin directa de los Estados Unidos implementada con el Plan Colombia y el Plan Patriota. Toda esta poltica de luchar contra el terrorismo ser presentada y desarrollada en el gobierno, conocida como Poltica de Defensa y Se-guridad Democrtica, donde se muestra que el enemigo a vencer es el terrorismo.

    1.3.5 Poltica de Seguridad N a c i o n a l y S e g u r i d a d Democrtica en Colombia

    En Amrica Latina muchos pases se adhieren a la poltica exterior de los Es-tados Unidos (excepto Cuba), y algunos que muestran su inconformismo con la nacin del norte, como Venezuela; sin embargo, su mejor aliado es Colombia en cabeza del presidente lvaro Uribe Vlez; su amistad con George W. Bush y el seguimiento de la poltica de los Estados Unidos, se ve reflejado en la expresin del presidente norteamericano: Bienvenidos a mi rancho en la visita del mandatario colombiano el 4 de Agosto de 2005 a los Estados Unidos. En la globalizacin de la lucha contra el terrorismo encabezada por los Estados Unidos y su aliado Colombia, tienen como prioridad poltica la seguri-dad democrtica contemplada durante la campaa del presidente en los 100 puntos de la COLOMBIA QUE QUIERO, expresada en una autoridad legtima con

    cero poder para los violentos, con un Estado comunitario dedicado a erradicar la miseria, a construir equidad social y a dar seguridad, buscar una Colombia sin guerrilla y sin paramilitarismo, enaltecer la profesin del soldado y de la polica, formar soldados profesionales y con-siderarse el presidente como el primer soldado de Colombia. Para la aplicacin de la poltica de seguridad democrtica con el fin de lograr la tranquilidad de los colombianos se aplica la lucha contra el narcotrfico, los paramilitares y cualquier forma de terrorismo, con el apoyo inter-nacional (Plan Colombia).

    lvaro Uribe Vlez contempla en su programa de seguridad democrtica la necesidad de un estatuto antiterrorista y define: Hoy violencia poltica y terroris-mo son idnticos. Tambin es terrorismo la defensa violenta del orden estatal (Uribe, V. A., carta del presidente de la repblica para explicar la poltica de de-fensa y seguridad democrtica. Casa de Nario 16 de Junio de 2003); busca que la sociedad civil apoye a la fuerza pblica con la delacin, con frentes de seguridad en los barrios, con la colaboracin de los transportadores y todo lo que pueda con-tribuir a desarrollar dicha poltica.

    En la carta del presidente lvaro Uribe para definir su poltica escribe:

    La Seguridad Democrtica se diferen-cia de las concepciones de seguridad profesada por regmenes autoritarios, partidarios de la hegemona ideolgica y la exclusin poltica. Este gobierno no hace suyas concepciones de otras pocas como la Seguridad Nacional en Amrica Latina, que parta de con-siderar un grupo ideolgico o partido poltico como enemigo interno. Nosotros predicamos que todos son bienvenidos en la democracia. La opo-sicin y los que disientan de las ideas del Gobierno o de su partido, sern protegidos con el mismo cuidado que los amigos o partidos del Gobierno.

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    No hay contradiccin entre seguri-dad y democracia. Por el contrario, la seguridad garantiza el espacio de discrepancia, que es el oxgeno de toda democracia, para que disentir no signifique exponer la seguridad personal. Pero hay que trazar una lnea ntida entre el derecho a disentir y la conducta criminal. Slo cuando el Estado castiga implacablemente el crimen y combate la impunidad hay plenas garantas para ejercer la opo-sicin y la crtica.

    La antpoda de la poltica democrtica es el terrorismo, que pretende impo-ner por la violencia su voluntad sobre los otros, al costo de la vida de miles de civiles () frente al terrorismo slo puede haber una respuesta: derrotar-lo. Quienes persistan en el uso de esta prctica criminal soportarn todo el peso de la ley (Uribe, V. A., carta del presidente de la repblica para expli-car la poltica de defensa y seguridad democrtica. Casa de Nario 16 de Junio de 2003).

    Para cumplir su objetivo de seguridad democrtica se necesitan aliados y como cabeza de ello los EEUU, como adalid en la lucha contra el terrorismo, narcotrfico y violencia, sobre lo cual lvaro Uribe siempre hace nfasis; como se necesitan armas, tecnolo-ga, asistencia militar y recursos, su primera solicitud ser a los EEUU (Plan Colombia) , George W. Bush responde a este pedido y solicita al congreso ms aportes para la lucha contra el narcotrfico, el terrorismo y la violencia, Colombia es uno de los principales receptores de estas ayu-das, que como contraprestacin es una forma de sometimiento al Estado americano. La lucha interna colom-biana contra los grupos insurgentes tendr como primaca considerarlos como delincuentes y terroristas y, el no reconocimiento del conflicto inter-

    no (Guerra Civil), as las misma ONU reconozca que el caso colombiano es de guerra civil.

    La poltica de seguridad social ser la columna vertebral de la propuesta poltica del Presidente Uribe y con ella justificar sus puntos de lucha y defensa de la paz de los colombianos, la defensa de la democracia enfrentada al terroris-mo segn l, pero controvertir, a la vez, en la negociacin con los paramilitares en el Ralito, cuando solicita al congreso que se le d a ellos Estatus Poltico, para que puedan recibir los beneficios del Estado, presentndose una situacin ambigua: lo que para unos es, para otros no lo es; circunstancia que har casi imposible un acercamiento con los grupos insurgentes FARC y ELN, (aun-que con este ltimo haya tenido unos leves acercamientos). Su discurso de seguridad nacional y seguridad demo-crtica lo llev a ser elegido presidente de los colombianos (2002-2006). La democracia colombiana se adaptar a una agenda global, pues su lucha no es slo el problema interno del Estado, sino su relacin con otros Estados, como los EEUU, la Unin Europea (UE), Asia o cualquier otro Estado, por estar en la red de esta globalizacin como lo seala George W. Bush en su discurso de posesin como una de las principa-les prioridades del pas del norte, ser la lucha por la democracia, la libertad y la paz en un mensaje de globalizacin, intervencin, defensa, y veedura, apro-pindose del liderazgo de defensores del bien y, luchadores contra el mal, reseado por Hardt y Negri:

    La democracia no slo es cuestin de estructuras y relaciones formales, sino tambin de contenidos sociales, de cmo nos relacionamos los unos con los otros, de cmo producimos juntos (Hardt y Negri, 2004, p.123)

    La eleccin por medio del sufragio univer-sal, una de las caractersticas de la demo-

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    cracia, permite escoger gobernantes que tendrn una relacin con sus gobernados que exigen condiciones de libertad, igual-dad jurdica y justicia social. La democra-cia persigue inscribirse en la globalizacin como una forma de integracin con otros Estados (transnacionalizacin), exigir el respeto por la autodeterminacin de los pueblos; pero inmerso en las grandes crisis de la democracia, algunos de ellos por criterios que impone la globalizacin como los econmicos, polticos o sociales que ayudan a ahondar sus crisis internas. Esto hace que las democracias intenten acomodarse a la globalizacin, dndose cuenta que no es bueno estar fuera de ella, pero que tampoco es lo mejor, ni la salvacin para todos los males demo-crticos.

    Una muestra de la inconformidad por el cambio de un modelo ESTADO-CN-TRICO a MERCADO-CNTRICO se da en las democracias formales en donde la sociedad civil hace la protesta ciudadana contra el Estado, y cuando ste est a punto de caer, recupera su capacidad de dirigencia, son democracias de papel v. g., Bolivia y Ecuador.

    Cuando entidades internacionales como (FMI, BM, OMC), imponen principios de economa, participamos de los medios de informacin, observamos el poder del co-nocimiento de los Estados que lo poseen frente a los que no lo poseen, cuando se exige el cumplimiento de los Derechos Humanos, vemos la importancia de las redes transnacionales, cuando se produ-cen las crisis de democracia, cuando hay la defensa del medio ambiente, cuando se aumenta la violencia y el terrorismo mundial, hablamos de globalizacin y se le identifica como una aldea global. La globalizacin es un mal necesario, donde lo individual prcticamente desaparece en lo colectivo (Estados).

    Vista la globalizacin como una forma de dominacin de los pases industrializados y las diferentes imposiciones econmicas

    de entidades como el FMI, BM, OMC sobre los pases no desarrollados, hace que la pobreza en el mundo aumente; Colombia hace parte de ese incremento, donde ms del 66% de la poblacin se encuentra en Estado de pobreza o mise-ria. El mercado ha impuesto una nueva forma de dominio a travs del consumo promocionado por las grandes mega empresas y los beneficios que puedan obtener; stas siempre teorizan sobre cmo acabar con la pobreza pero nunca se da en la prctica.

    Ante esta forma de dominio por el poder de la globalizacin, surgen redes para luchar contra ella y el mtodo utilizado es el terror; este entrar en la globalizacin buscando legitimarlo como una forma de enfrentar las desigualdades y el poder de los pases ms desarrollados. Los Es-tados Unidos se convierten en adalides de la lucha contra el con una posicin unilateralista y Colombia se adhiere a la poltica norteamericana, al aprovechar esta coyuntura para disear su poltica de seguridad.

    Hasta aqu la primera parte de tres momen-tos de la investigacin como se indic en la parte preliminar; en nmeros siguientes de la revista se publicarn consecutivamente la segunda y tercera partes.

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