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1 Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez El himno de seguridad, 1ª Parte Escritura: Romanos 8:31-34 Código: 45-67 John MacArthur Hola, abramos nuestras biblias en Romanos capítulo 8, y comencemos lo que tendrá que ser una gran aventura para nosotros, conforme llegamos a la conclusión de este octavo capítulo monumental. Y honestamente, uno pensaría que Pablo ya había dicho todo lo que podía ser dicho acerca de la seguridad del creyente. Si usted ha estado con nosotros en nuestra serie en Romanos capítulo 8, usted sabe que él ha estado hablando de la seguridad del creyente a lo largo de este capítulo. Y especialmente él llegó al clímax de su enseñanza de eso en los versículos 28 al 30. Y nuestro estudio de esos versículos ha probado por lo menos en mi propio corazón, ser la más grande experiencia que jamás he tenido en mi vida al entender la seguridad del creyente. De hecho, para cuando usted termina con los versículos 28 al 30, usted está seguro que nada más podría ser dicho, y es cuando Pablo nos deja caer otros nueve versículos, simplemente para decir que todavía no ha terminado, todavía hay más. Y el cierra este capítulo, realmente con un crescendo increíble de preguntas y respuestas, para concluir su enseñanza acerca de la doctrina de la seguridad, él realmente quiere que quede esta verdad clara. Es como si él se adelanta a que esta verdad va a ser rechazada, es como que si él se adelantara al hecho de que van a haber personas que rechacen, presentando sus objeciones. Es como si él bien sabe, bajo la inspiración del Espíritu Santo que la gente va a venir y decir, no, no estás seguro en Cristo, podrías perder tu salvación. Hay personas que podrían quitártela, hay ciertas circunstancias que podrían causar que la abandones. Él sabe que eso va a suceder y entonces, él reacciona a eso al darnos más instrucciones en los versículos 31 al 39. Y aunque es parte de su argumento, se presenta como un gran crescendo un gran himno triunfal de seguridad, pero no es tan solo emoción, y no es tan solo alabanza, también es una parte muy importante de su presentación.

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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez

El himno de seguridad, 1ª Parte Escritura: Romanos 8:31-34

Código: 45-67

John MacArthur Hola, abramos nuestras biblias en Romanos capítulo 8, y comencemos lo que tendrá que ser

una gran aventura para nosotros, conforme llegamos a la conclusión de este octavo capítulo

monumental. Y honestamente, uno pensaría que Pablo ya había dicho todo lo que podía ser

dicho acerca de la seguridad del creyente. Si usted ha estado con nosotros en nuestra serie

en Romanos capítulo 8, usted sabe que él ha estado hablando de la seguridad del creyente a

lo largo de este capítulo. Y especialmente él llegó al clímax de su enseñanza de eso en los

versículos 28 al 30. Y nuestro estudio de esos versículos ha probado por lo menos en mi

propio corazón, ser la más grande experiencia que jamás he tenido en mi vida al entender la

seguridad del creyente.

De hecho, para cuando usted termina con los versículos 28 al 30, usted está seguro que nada

más podría ser dicho, y es cuando Pablo nos deja caer otros nueve versículos, simplemente

para decir que todavía no ha terminado, todavía hay más. Y el cierra este capítulo, realmente

con un crescendo increíble de preguntas y respuestas, para concluir su enseñanza acerca de

la doctrina de la seguridad, él realmente quiere que quede esta verdad clara. Es como si él se

adelanta a que esta verdad va a ser rechazada, es como que si él se adelantara al hecho de

que van a haber personas que rechacen, presentando sus objeciones.

Es como si él bien sabe, bajo la inspiración del Espíritu Santo que la gente va a venir y decir,

no, no estás seguro en Cristo, podrías perder tu salvación. Hay personas que podrían

quitártela, hay ciertas circunstancias que podrían causar que la abandones. Él sabe que eso

va a suceder y entonces, él reacciona a eso al darnos más instrucciones en los versículos 31

al 39. Y aunque es parte de su argumento, se presenta como un gran crescendo un gran

himno triunfal de seguridad, pero no es tan solo emoción, y no es tan solo alabanza, también

es una parte muy importante de su presentación.

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Ahora, permítame tan solo retomar algo de lo que ya vimos, el concepto de la seguridad del

creyente realmente fue presentado en el capítulo 5, porque en el capítulo 5, Pablo estaba

comenzando a hablar de los resultados de la justificación. Y en el 5to capítulo, él dijo los

resultados de la justificación son estos: paz con Dios, estar firmes en la gracia, esperanza de

gloria, certeza de amor, certeza de liberación y gozo. Y cuando estudiamos esos resultados

de la justificación o de la salvación en el capítulo 5, señalamos en ese momento que esas

cosas también hablan de manera muy, muy clara, del asunto de la seguridad.

Si tenemos paz con Dios, estamos seguros con Él. Si estamos firmes en la gracia, y la gracia

cubre nuestro pecado, entonces estamos seguros. Si tenemos la esperanza de gloria,

entonces estamos seguros. Si tenemos la certeza del amor inmortal de Dios, estamos

seguros. Si tenemos la promesa de su liberación, estamos seguros. Y si tenemos gozo en

Dios es porque estamos seguros, entonces lo vimos realmente presentar indirectamente la

doctrina de la seguridad en el capítulo 5.

Pero es en el capítulo 8 que él aborda de manera directa esta doctrina maravillosa de la

seguridad del creyente, y hemos estado viendo a lo largo de este capítulo, y viendo a como

estamos seguros en Cristo, debido al plan de Dios, la obra de Cristo, y la obra en particular

del Espíritu Santo. Entonces el capítulo 8, es una presentación sin paralelos, de la seguridad

eterna de toda persona que abrace el evangelio de Jesucristo, en fe.

Ahora, conforme a los argumentos se han estado apilando, para mí, de cualquier manera,

llegó a un gran clímax en los versículos 28 al 30. Pero no ha terminado, ahora viene la coup

de grace (golpe de gracia), y él asciende inclusive más allá de eso, a lo largo de este gran

himno de triunfo, este gran himno de seguridad, y es el elemento final en su presentación.

Ahora, esto es lo que él hace, cualquier presentación clásica o argumento de teología, debe

adelantarse a sus objeciones. Por ejemplo, con mucha frecuencia cuando usted lee una

teología, o usted lee un comentario, usted encuentra que el escritor va a presentar su postura,

y después él va a presentar las posturas que se oponen adelantándose a lo que son, y la

rechaza.

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Ahora, ese es simplemente una técnica clásica al presentar un argumento, firme, sólido. Y eso

es exactamente lo que Pablo hace en los versículos finales de Romanos 8. Él se adelanta a

las objeciones que podrían venir y las responde a todas, y literalmente desarma al enemigo, él

toma el argumento de la boca del enemigo, lo expresa y lo desarma. Y por lo tanto, calla

cualquier persona que de manera posible lo rechace. Ahora, todo comienza con la pregunta,

observe el versículo 31, y difícilmente necesita un bosquejo aquí, porque usted es llevado a lo

largo de esto de manera tan clara, por el texto mismo. “¿Qué pues diremos a esto?” ahora esa

es la pregunta.

¿Cuál es nuestra respuesta? Digo, acabamos de oír la realidad increíble, increíble para la

mente humana, que todas las cosas operan para el bien de aquellos que aman a Dios,

aquellos que son los llamados según su propósito, porque Dios ha echado a andar que Él

tiene a toda persona que Él ha planeado por su conocimiento anticipado en la eternidad

pasada, para que sea glorificada en la eternidad futura. Estamos seguros en el hecho

entonces, de que, si Dios predeterminó que fuéramos glorificados, todo lo que esté a la mitad

va a operar para nuestra gloria y nuestro bien.

Ese pensamiento maravilloso ha sido nuestro pensamiento en las últimas semanas, y ahora él

dice, “¿qué, entonces decimos a esto?”, ¿Qué decimos a la enseñanza acerca de la

seguridad eterna o la perseverancia de los santos? Esto es, que los que han sido salvos

perseverarán hasta la gloria. ¿Qué diremos acerca de eso? ¿Cuál es nuestra reacción? ¿Cuál

es nuestra conclusión? ¿Cuál es nuestra respuesta? Creo que la frase, ‘esto’, simplemente se

refiere a las verdades de nuestra seguridad eterna. Podría ir más allá de eso, incluir la

doctrina entera de la justificación por la fe, porque esa doctrina incluye también la seguridad.

Pero creo que él en particular está enfatizando el hecho de que estamos eternamente

seguros, una vez que somos redimidos. ¿Cómo respondemos? Bueno, en su mente él sabe

que algunos van a rechazar eso. Se van a oponer a eso. Algunas personas van a decir, no, no

estamos seguros. Podemos perder nuestra salvación, podríamos cometer ciertos pecados o

Dios podría hacer ciertas cosas o el diablo podría hacer ciertas cosas, o Cristo podría

enojarse con nosotros por cómo estamos viviendo. Quizás los demonios o la tentación del

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mundo, o la carne podría infiltrarse en nosotros, nos podría abrumar, y podríamos escoger

alejarnos de las cosas de Dios en desobediencia.

Inclusive, podríamos cambiar nuestro parecer acerca de cosas, podríamos vernos tentados,

alejarnos. Y entonces el que se opone va a decir, bueno, existe una posibilidad de que

podríamos perder, y entonces nos oponemos a esa doctrina. Y entonces Pablo quiere

responder al que se opone, de hecho, las objeciones que Pablo trata son obvias y muy

amplias. Básicamente podrían ser divididas en dos categorías. Algunas personas se oponen y

dicen, si, puedes perder tu salvación porque hay ciertas personas que podrían quitarla.

En segundo lugar, hay ciertas circunstancias que podrían hacer que fuera rechazada. O usted

únicamente puede tener personas y circunstancias. Y entonces en ese sentido su argumento

es más bien amplio. Hablemos de personas, ¿hay alguna persona en algún lugar que podría

quitar nuestra salvación, bajo alguna circunstancia? Los versículos 31 al 34 tratan con eso.

Retomémoslo de nuevo en el versículo 31, “¿Qué pues diremos a esto?” ¿cuál es nuestra

respuesta? Bueno quizás alguien podría venir y decir, bueno, Dios podría siempre quitarla, o

quizás el diablo podría quitarla. En otras palabras, si caemos presa, Satanás, él nos va a

colocar en una posición en la que perderíamos nuestra salvación, y Dios la quitaría porque

hemos escogido desobedecer.

Y entonces, su respuesta a esa oposición a la que se adelanta, sin siquiera expresar el

rechazo, el simplemente dice: “Si Dios es por nosotros”, ¿qué?, ¿quién puede estar en contra

de nosotros? Y esa es la manera en la que él trata esa objeción. Bueno, alguien podría

quitarnos nuestra salvación, y entonces él dice, bueno, si Dios en por nosotros, aquí viene,

¿Quién? simplemente, quien podría hacer eso. Digo, el quien, el que hiciera eso tendría que

superar al Dios que estaba por nosotros. Sea quien sea, quien esté en contra de nuestra

salvación tendría que vencer al Dios que está por ella, ¿verdad?

¿Usted conoce alguna persona que puede vencer a Dios? esa es una afirmación tremenda.

¿Hay alguna persona en algún lugar en el universo que pueda quitarnos nuestro estatus de no

condenación? ¿Hay alguien que sea más fuerte que Dios? ¿Hay alguien que sea más grande

que Dios? ¿Hay alguien que sea más puro que Dios? ¿Hay alguien que tenga un estándar

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más elevado que Dios, una obligación más santa que la de Dios, una ley más grande que la

de Dios? ¿Hay alguien más allá de Dios que pueda quitarnos nuestra salvación o que pueda

ser que sea quitada, ¿Qué hay acerca de los judaizantes? ¿pudieron hacérselo a los Gálatas

cuando los acusaron de no ser realmente salvos, porque no habían guardado la ley mosaica,

no se habían circuncidado, y no habían obedecido toda la ley? ¿realmente les quitaron la

salvación a ellos?

¿Qué hay acerca de la iglesia católica romana, cuando excomulga a alguien por un pecado

mortal, acaso quita la salvación si de hecho esa persona la posee? Usted sabe, han quitado a

ciertas personas de su iglesia, las han excomulgado, las han quemado en la estaca porque

creyeron en la doctrina de la justificación por la fe, ¿al hacer eso, quitan el pecado? ¿puede la

iglesia romana quitar su pecado? Más bien, ¿quitar su salvación? ¿pueden los judaizantes

quitar la salvación?

Que hay acerca de nosotros mismos, ¿podemos quitarnos nuestra propia salvación.

Usted sabe, seamos muy honestos en esto. Hay persona a las que les gustaría quitarnos a

Cristo, ¿verdad? Con frecuencia estoy seguro de que hay personas que tienen a miembros en

su familia, parientes, que les gustaría alejarlos de Cristo, que les gustaría que perdieran su

salvación. Educadores seculares en nuestro país, y filósofos seculares y gente hedonista, y

aquellos que viven para la carne, le gustaría alejarnos de Cristo, y abandonarnos a las cosas

de la lujuria, la soberbia.

A los legalistas les gustaría alejarnos de la pureza del evangelio, las sectas, los falsos

profetas, los falsos maestros, la religión falsa, Satanás, demonios, hay suficientes personas a

las que les gustaría hacer eso. Les gustaría alejarnos de la salvación y hacer que

termináramos perdidos. ¿Pero Dios nos va a dejar en algún punto? ¿Hay personas que están

en contra de nosotros que sean más grande que el Dios que, (que), que está por nosotros?

Ciertamente, no. Y entonces la objeción que podría haber alguna persona que nos quitara,

alguna persona que tuviera la suficiente fuerza para quitarnos, alguna persona que estuviera

de tal manera en contra de nosotros que nos pudiera alejar, él dice, bueno, si Dios es por

nosotros, ¿Quién puede, con éxito, estar en contra de nosotros? Y esa es la idea. ¿Quién

puede tener éxito en estar en contra de nosotros?

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Permítame darle una ilustración. Abra su Biblia en Lucas 22 por un momento. En Lucas 22:31,

nuestro Señor Jesús le está hablando a Pedro, y cuando Pedro actuaba en una manera que

era menos de ser obediente, él lo llamó por su nombre antiguo, Simón. Él estaba actuando

como era antes, y el Señor dijo: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para

zarandearos como a trigo”. Satanás te quiere, es correcto. Ahora, Satanás es la persona más

poderosa en el universo, fuera de Dios y la Trinidad, ¿verdad? El más poderoso. Él es el más

elevado de todos los ángeles caídos, y en el sentido de estar afuera de la esfera de aquello

que es santo y puro, y las huestes angelicales, él es el más poderoso.

Y Satanás desea al creyente, no solo a Pedro, sino a todos los creyentes, pero el versículo 32

dice: “pero Yo he rogado por ti, para que tu fe no falle”. ¿A quién oró? al Padre. “Y cuando te

vuelvas, fortalezcas a tus hermanos”, cuando salgas de esta prueba, entonces vas a poder

fortalecer a otros, ¿Qué está el Señor asumiendo? Que su oración va a ser ¿qué?,

respondida. ¿Por qué? Porque él conoce el corazón del Padre, él conoce la mente del Padre,

y él sabe que no hay poder en el universo, ni siquiera Satanás mismo, que jamás pueda sacar

a un creyente de los brazos de Dios. Si Dios es por nosotros, ¿Quién puede con éxito estar en

contra de nosotros? La respuesta a la pregunta es, nadie. Absolutamente nadie puede estar

en contra de nosotros.

Algunas personas van a tratar como dije, Mateo capítulo 10, nos da otra ilustración. “Porque

he venido”, dice en el versículo 35, “a poner al hombre contra su padre, y a su hija contra su

madre, y a la nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre serán los de su propia casa”.

Algunas veces es la casa. Una dama me dijo esta mañana, “acabo de pasar por una tragedia

en mi vida, y vine aquí para reunirme con Dios, mi marido no cree, y no quiere que yo esté

aquí, pero estoy aquí de cualquier manera porque necesito a Dios”. Y existe esa atracción de

la familia con mucha frecuencia. Y entonces el Señor dice, “los enemigos de un hombre serán

los de su propia casa, pero si estamos dispuesto”, él dice “a perder tu vida y pagar el precio, la

hallarás”. Si vienes a mí a pesar de eso, serás recompensado de manera maravillosa y

eterna.

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Entonces, tenemos aquellos que están contra nosotros. En Hechos 20 hay otra ilustración, en

el versículo 29. Y aquí ocurre inclusive en la iglesia, conforme Pablo les habla a los ancianos

efesios él dice, “porque yo sé que después de mi partida, lobos rapaces entrarán en medio de

vosotros, y no perdonarán al rebaño. Y su deseo es”, dice en el versículo 30, “junto con

aquellos que de vosotros mismos se levantaran hablando cosas perversas, para llevarlos”.

Digo, créame, Satanás y todos sus demonios y todos sus agentes en el mundo, y todos

aquellos que son parte de su reino de las tinieblas, les gustaría hacer que los creyentes

perdieran su salvación. Podría ser directamente de Satanás, podría ser de sus demonios,

podría ser de su familia, podría ser falsos maestros que se levantan en la comunión o que

azotan la comunión desde afuera. Pero, ¿quién puede estar en contra de nosotros si Dios es

por nosotros? ¿verdad?

Dice usted, bueno, me gustaría saber si Dios es por nosotros. ¿Ha estado usted leyendo

Romanos con nosotros? Dios es por nosotros. Ese es el punto entero. Pablo ni siquiera

prueba eso en Romanos 8, él ni siquiera hace una afirmación para afirmar esto. Él

simplemente dice: “Si Dios es por nosotros”, y, por cierto, eso es lo que llamamos una

partícula condicional, ei, “si”, lo cual significa una condición cumplida, y debería ser traducido

mejor, y quizás podría marcarlo en su margen, “debido a que Dios es por nosotros”, debido a

que Dios es por nosotros, ¿quién puede dañarnos? ¿hay alguien que sea más poderoso que

Dios?

Hay tantas escrituras que hablan de este asunto, pero permítame tan solo pedirle que me

acompañe a dos salmos, Salmo 27, Salmo 27, comienza de esta manera. “Jehová es mi luz, y

mi salvación, ¿de quién” (que), “temeré?” Digo, si el Señor es mi salvación, ¿quién es más

grande que el Señor? Jehová es la fortaleza de mi vida, ¿de quién me atemorizaré? ¿Y cuál

es la respuesta? De nadie. “Cuando los impíos, inclusive mis enemigos, y mis adversarios,

vienen sobre mí para comer mi carne, tropezaron y cayeron. Y aunque un ejército acampara

en contra de mí, mi corazón no temerá, aunque la guerra se levantara en contra de mí, en

esto tendré confianza, una cosa he deseado de Jehová, esa buscaré, que esté en la casa de

Jehová todos los días de mi vida, para mirar la belleza de Jehová, e inquirir en su templo”.

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En otras palabras, él dice, cuando vine al Señor y vine en estos términos que toda mi vida

estaría en su presencia, que todos mis días estaría morando en la casa de Jehová, que

siempre vería su belleza, y vine a Él en esos términos, y Él me recibió en esos términos, y esa

es la implicación, y entonces, no tengo temor. Versículo 5, “porque en el tiempo de angustia él

me esconderá en su pabellón. En el secreto de su tabernáculo él me esconderá. Él me

establecerá en una roca”. En otras palabras, no hay manera en la que tú puedas llegar a este

hombre. Él está protegido, él está aislado, él está cubierto, y entonces ahora, mi cabeza se

levantará sobre mis enemigos que me rodean, por lo tanto, ofreceré en su tabernáculo

sacrificios de gozo, cantaré, sí, cantaré alabanzas a Jehová. Que gran pensamiento.

Y él cierra en el versículo 14 al decir, “espera en Jehová, tened ánimo, y Él fortalecerá vuestro

corazón. Espera, digo yo, en Jehová”. ¿Tiene usted un corazón débil? ¿Siente que quizás se

vuelve en contra del Señor en momentos de dudas? Espere en el Señor. Él fortalecerá su

corazón, él nunca deja a los suyos, y nadie es más poderoso que Él. Vaya al Salmo 46. Salmo

46. El versículo 1 dice, “Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto amparo en las

tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y aunque los montes

sean arrojados en el medio del mar. Aunque las aguas rujan y bramen, aunque los montes se

sacudan, no tememos eso”. Versículo 10, “estad quietos, conoced que Yo soy Dios, seré

exaltado entre las naciones, seré exaltado en la tierra, Jehová de los ejércitos está con

nosotros. El Dios de Jacob es nuestro refugio, Él es por nosotros”.

Quiero que observe el capítulo 40 de Isaías. Palabras tan consoladoras. El 40 de Isaías.

Dice, “Él es el que se sienta”, en el versículo 22, “Él es el que se sienta en el círculo de la

tierra, y los habitantes de la tierra son como langostas que estiran los cielos como una cortina,

y los estira como una tienda para morar, que hace que los príncipes sean nada, Él hace de los

jueces de la tierra como vanidad. Sí, no serán plantados, sí, no serán sembrados, sí. No

establecerán su raíz en la tierra y él también soplará sobre ellos, y se secarán y el viento los

llevará como hojarasca. ¿A quién me asemejareis? O ¿a quién seré semejante?” ¿Cuál es la

respuesta? A nadie, a nadie.

“Entonces, levantad vuestros ojos en alto, y mirad quien creó estas cosas, quien llama a sus

ejércitos por nombre, él los llama a todos por nombres, tal es la grandeza de su poder, y la

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fuerza de su dominio.” Versículo 28, “¿No habéis sabido? ¿no habéis oído que el Dios eterno

es Jehová, el creador de los fines de la tierra? No desmaya ni desfallece con cansancio. No

hay quien escudriñe su entendimiento, él da esfuerzo al cansado, y a los que no tienen fuerza

Él multiplica la fuerza. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes caminan y se caen,

pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas. Levantarán alas como las águilas,

correrán y no se cansarán, caminarán y no desmayarán. La fortaleza está ahí para los que

son débiles y están cansados, porque, ¿Quién es como su Señor?” Él dice, nadie.

Dios es por nosotros, Romanos capítulo 3, versículo 21 al capítulo 8 versículo 30, toda esa

sección entera nos dice que Dios es por nosotros, Dios es por nosotros. Él envió a Su Hijo

para redimirnos. Dios nos ha amado de tal manera que Su Hijo vino al mundo para comprar

nuestra salvación, Dios es por nosotros. Y debido a que Dios es por nosotros, nadie, en

ningún momento, bajo ninguna circunstancia puede con éxito estar en contra de nosotros.

En ultimas, subráyelo en algún lugar, si es tan amable, en ultimas somos invencibles. En

ultimas, somos invencibles.

Me encanta lo que Dios le dijo a Abraham en el capítulo 15, creo que es el versículo 1, “Yo

Soy tu escudo”. Tremendo, un escudo sale enfrente del soldado para desviar lo que le arrojan,

para que nunca toquen al soldado. Dios dice, “voy enfrente de ti, soy tu escudo”. Y Dios les

había dicho a los hijos de Israel en varias ocasiones, cuando salgan a la batalla voy enfrente

de ustedes. Esa es la razón por la que, con tanta frecuencia, cuando pelearon el coro iba

enfrente del ejército, si usted se puede imaginar eso, porque Dios estaba al frente.

El ángel le dijo a Gedeón, “Jehová está contigo, Jehová está contigo”. “Todos me han dejado”,

dijo Pablo, “pero el Señor estuvo a mi lado”. Y Dios dijo, usted recuerda, “no temas Pablo,

porque Yo estoy contigo”. ¡Oh que consuelo, que consuelo! No temas, porque Yo estoy

contigo. ¿Se acuerda usted de la Palabra del Antiguo Testamento, “no teman, porque los que

están con nosotros son más de los que están con ellos?” Dios es por nosotros, Dios es por

nosotros. ¿Quién puede estar en contra de nosotros, y tener éxito? Absolutamente nadie,

absolutamente nadie. Que confianza tan tremenda. Ahora observe el versículo 32, “el que no

escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará

también con Él, todas las cosas?”

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Ahora, alguien podría venir y decir, ‘oh si, Dios te va a proteger siempre y cuando Él esté por

ti, pero, Dios podría dejar de estar por ti’. Digo, quien va a decir que Dios no va a ver y va a

decir, este hombre causa más problemas de lo que él vale la pena guardar. Si yo hubiera

sabido esto cuando entré, no habría aceptado. Digo, si vamos a creer que los hombres van a

ser salvos por su propio acto y es simplemente Dios el que responde al acto de ellos, quizás

Dios responde finalmente al decir, realmente no están viviendo como quiero, simplemente los

voy a rechazar de nuevo. Quizás Dios es el que lo va a hacer, quizás Dios es la persona que

pueda quitarnos nuestra salvación. Dios es la persona que podría rechazarnos.

Digamos, usted sabe, no eres lo suficientemente bueno para mantenerte, no eres lo

suficientemente bueno para quedarte aquí, has pecado y has sido desobediente, y demás. Y

realmente no puedes quedarte, vas a irte, te lo di y te lo voy a quitar. Y entonces en el

versículo 32 él dice, mira, “el que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por

todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Digo, si él tuvo que

entregar a Su Hijo para salvarnos cuando éramos pecadores miserables, no cree usted que él

va a ser cosas menores para mantenernos ahora que estamos adentro. Digo, si él tuvo que

hacer la cosa más grande para redimirnos, ¿acaso él va a hacer lo que es menor de eso para

guardarnos?

Es un argumento muy típico de Pablo, es un argumento de lo más grande a lo más pequeño.

Eso es esencial en su identidad, es muy típico. Y él está diciendo, si Dios nos amó lo

suficiente cuando éramos pecadores miserables, viles, dar a Su único Hijo en la cruz para

redimirnos, ¿acaso Él no dará cosas menores que el regalo de Su Hijo para guardarnos?

Digo, si Él hizo eso para salvarnos, ¿acaso Él no hará lo que se necesite para hacer lo que es

menos que eso, para guardarnos? Ese es el argumento de Pablo. Ahora, usted tiene que

mantener esto en mente, que la razón por la que Dios entregó a Su Hijo por nosotros es muy

simple, un motivo básico, primordial, que está por encima de cualquier cosa, es esto: “porque

de tal manera, (¿qué?) amó Dios, que Él dio a Su Hijo unigénito.” Juan 3:16 Dios entregó a Su

Hijo porque Él amó.

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Y Él nos amó cuando éramos miserables. Él nos amó cuando lo odiábamos. Él nos amó tanto

que Él dio la cosa más grande que Él podía dar, Él se dio a Sí mismo, en la forma de Su Hijo

en la cruz. Su amor es tan fuerte, Su amor va mucho más allá de nuestra capacidad de

concebir que Él entregó a Su Hijo para salvarnos. ¿Acaso el amor que hizo eso, no hará

cosas menores para mantenernos, como perdonar nuestros pecados? Como puede ver, el

Padre habiendo entregado lo máximo en nuestra salvación, el Padre habiendo entregado lo

mejor en nuestra salvación, no conoce una manera de retener el resto. Él no conoce manera

alguna de retenerlo, habiendo entregado lo mejor, ¿Cómo es que él va a entregar lo menos?

Hacer eso desafiaría la naturaleza de su amor que dio lo máximo, para comenzar, y también

desharía la obra que Cristo hizo.

Digo, ¿usted cree que realmente Dios entregaría a Su Hijo para morir en una cruz, para

redimir a hombres, y después quitaría la salvación por la que el Hijo pagó el precio para

comprar? Difícilmente, difícilmente. Quiero que observe el versículo 32. “El que no escatimó ni

a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él

todas las cosas? Si Él hizo eso para salvarnos, ¿no hará lo que necesite que es menos que

eso, para mantenernos?

Pase a Génesis 22, y a un pasaje conocido, es un pasaje de Abraham e Isaac.

Y él dijo en el versículo 12, esto es el ángel a Abraham. Abraham tiene a su hijo preparado,

toma el cuchillo, lo levanta en el aire, listo para matarlo en el altar, el ángel dice, no pongas tu

mano sobre el muchacho, ni le hagas nada, porque ahora sé que temes a Dios, viendo que no

me has retenido a tu hijo, tu único hijo, de mí. Isaac fue un retrato de Cristo, ¿no es cierto?

Claro que lo fue. Isaac fue un hijo único, Isaac fue un hijo de la promesa, Isaac fue uno en

quien todas las naciones de la tierra serian benditas, Isaac fue uno a través de quien en ultima

la salvación vendría, e Isaac iba a ser ofrecido como un sacrificio en la muerte.

Y así como Abraham no retuvo a su hijo Isaac, Dios no retendría o libraría a Su Hijo

Jesucristo. El paralelo termina en ese punto, porque Isaac fue librado, y la analogía se

convierte en una analogía de comparación y contraste. En el versículo 15, el ángel de Jehová

llamó a Abraham del cielo, por segunda vez, y le dijo, ‘por mí mismo he jurado dice Jehová,

que porque has hecho esto y no has retenido a tu hijo, tu hijo único, y el procede a decir,

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aprecio tu disposición maravillosa de entregar a tu hijo, y serás bendecido por eso, pero no

tienes que hacerlo, porque en el versículo 13, Dios proveyó otra ofrenda. Y entonces el

paralelo en un sentido, termina en ese punto, y se convierte en una analogía de comparación

y contraste. Cuando llegó a Dios Padre, él fue como Abraham, dispuesto a entregar a su hijo,

no librando o escatimando a su hijo.

Ahora, de regreso a Romanos 8:32. Entonces él dice, el que no escatimó, no retuvo. Acaso

Isaías no es en el 53 donde él dice, que agradó a Jehová herirlo, agradó al Señor herirlo, y

dice él, él el Señor lo puso, esto es a Cristo, en tristeza. Dios no libró nada. Dios no mitigó el

juicio, Dios no contuvo su furia. Y note de nuevo el versículo 32, el que no escatimó y esto es

algo hermoso, a su propio hijo. Idios, en el griego, no solo Su Hijo, sino Su propio Hijo. ¿Por

qué colocar eso ahí? Porque eso enfatiza la posesión peculiar, íntima, privada, en la que el

Padre tuvo al Hijo. Su propio Hijo, como si dijera, Su propia posesión privada, que Él no tenía

que darle a nadie. Digo, él no retuvo en entregar a alguien, lo que él no tenía que dar. No era

demandado por ninguno otro poder más elevado. Nadie le dijo a Dios que tenía que entregar

a Cristo, pero lo hizo. Y escuche, si Él, bajo ninguna presión de alguien, sino por su propia

decisión libre, basada en su propio amor abrumador, escogió entregar a Su Hijo como un

sacrificio y no librar a Su Hijo para redimirnos, Pablo dice, ¿cómo es posible, que pudiera

llegar a imaginar que Él no haría algo menor para aferrarse a nosotros? ¿entiende usted?

Inconcebible.

Un entendimiento de la cruz, entonces, amados, es el cimiento de un entendimiento de la

seguridad. Usted entiende la cruz. Usted entiende la obra redentora de Cristo en la cruz, usted

entiende lo que el Padre dio, y usted entenderá la seguridad. Él lo entregó, Él lo entregó.

¿Qué significa eso? bueno en Lucas 22:53, usted no necesita buscarlo, hay una afirmación

interesante. El Señor dice, “cuando estaba a diario en el templo con vosotros, no pusieron

mano sobre mí, pero esta es vuestra hora”, cuando él estaba siendo traicionado. Y él dice

esto, “esta es vuestra hora, y el poder de las tinieblas”. Creo que podemos, con toda

seguridad decir, que Él entregó a Jesucristo al poder de las tinieblas, a Satanás, a Satanás.

El Padre entregó al Hijo a Satanás, porque fue Satanás quien tuvo en su mano el poder de

¿qué?, de la muerte. Y entonces él fue librado al poder de las tinieblas. Y esa es la razón por

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la que en la cruz él dijo, “Dios mío, Dios mío, ¿porque me has desamparado?” Dios lo entregó

a Satanás para que Satanás usara el arma que tiene, la cual es la muerte, para ejecutar al

Hijo de Dios por los pecados del mundo entero. 2da de Corintios 5 dice, “Él”, esto es Dios, “lo

hizo”, esto es Cristo, “fuera pecado por nosotros”. Escucho eso, ¿Por qué hizo eso por

nosotros? Porque el ¿qué? Porque él nos amó. ¿Por qué nos amó Él? no me pregunte. Solo

Él sabe eso.

Gálatas 3:13 dice Cristo fue hecho una maldición por nosotros, por nosotros. Y el punto es

simple, Gálatas 1:4, quien se entregó a Sí mismo por nuestros pecados. Si Él se entregó a Si

mismo por nosotros, si el Padre lo entregó por nosotros, si Él lo entregó al diablo para que Él

fuera matado por nosotros, ¿acaso Él no hará menos que eso, para mantenernos salvos? Eso

es absolutamente aparente. No hay argumento en contra de ese tipo de pensamiento. Hay

una especie de, supongo que usted podría llamarlo un poema de verso libre que expresa ese

pensamiento. ¿Quién entregó a Jesús a morir? No Judas, por dinero. No Pilato, por temor. No

los judíos, por envidia. El Padre, por amor.

Y dice en el versículo 32, lo entregó por todos nosotros, por todos nosotros. Podría ser tan

atrevido en este texto en particular como para decir que, las preposiciones que aparecen aquí,

o las formas que aparecen aquí, por todos nosotros, no se detiene únicamente con la idea,

para nuestro beneficio, sino que conlleva la implicación también de nuestro lugar, entonces,

cuando usted ve ‘por todos nosotros’, aunque realmente no puede verlo en la gramática

griega, es inherente en el acto de Cristo, que el ‘por todos nosotros’ significa nuestro lugar, y

hay muerte vicaria ahí. Dice usted, ¿quién es el ‘nosotros’? bueno, el nosotros, debe ser el

mismo nosotros en el versículo 31, si Dios es por nosotros, y el nosotros en el versículo 31

debe ser el nosotros del versículo 28, todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios, a

los que son los llamados conforme a Su propósito, a los que Él conoció de antemano

predestinó, llamó, justificó y glorificó. Entonces el ‘nosotros’, es el nosotros de aquellos que

creen, los redimidos. Él lo entregó por nosotros, por todos los creyentes, por todos los

creyentes. ¿Y cómo es que Él, no también, nos dará todas las cosas?

Todas las cosas ahí, al final del versículo significa toda bendición espiritual. Efesios 1:3, Él

nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. La gente no entiende ese

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versículo, ese es un gran versículo de la seguridad también. Por qué si cuando usted se

convirtió en cristiano, usted fue bendecido con toda bendición espiritual, en los lugares

celestiales, entonces usted recibió todo lo que hay por recibir, ¿verdad? Y una de las cosas

que hay por recibir es la gloria eterna, y entonces si usted tiene gloria eterna, usted lo tiene

todo. Si el Padre no escatimó al Hijo, sino que lo encontró para salvarnos, ¿acaso no nos dará

también todo lo demás? Es un pensamiento tremendo, un pensamiento tremendo.

Por cierto, puedo extraer otra nota a pie de página, que creo que es fascinante en este

versículo, al final del versículo 32 dice, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Ahora, ese verbo es muy interesante, dará, y fui en cierta manera desafiado en mi mente esta

semana, y busqué ese verbo. Y comencé a buscarlo, y arrastrarlo por todo el Nuevo

Testamento, Charizomai. El verbo es usado frecuentemente en el Nuevo Testamento para

traducirse así, perdonar libremente. Ahora, aquí dice, dará. Pero en otros lugares en el Nuevo

Testamento es traducir, perdonar libremente, por ejemplo, en 2da de Corintios 2:7 dice: por el

contrario, más bien perdonen y consuelen, no sea que alguien así se absorbido, es la misma

forma verbal, mismo concepto, perdonar.

También aparece en el mismo verbo en el versículo 10, con la palabra ‘perdonar’.

Ahora regrese al versículo y véalo con eso en mente. Es un pensamiento maravilloso.

El que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros como no nos

perdonará libremente también con él todas las cosas. Ahora, si de hecho ese es el énfasis, y

el énfasis apropiado, entonces lo que eso está diciendo es que no importa que pecado

podamos cometer, Él ¿qué? Él lo perdonará. Entonces, nunca podremos ser sacados de

nuestra salvación, porque nunca podremos tener algún pecado que Dios retenga en contra de

nosotros.

Ahora, no sé si podemos decir de manera dogmática, que esa es la manera en la que el verbo

debería ser traducido, pero sé que podemos decir dogmáticamente que esa es la verdad.

Porque 1ra de Juan 1:9 dice que, si somos los que estamos confesando nuestros pecados,

entonces Él es el que continuamente está siendo fiel, en perdonar nuestros pecados. Y

entonces, nunca podemos ser hechos responsables por un pecado que el Salvador llevó, y

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Dios nunca se va a volver en contra de nosotros, porque si Él ha hecho lo más grande, Él hará

lo menor para cuidar de nosotros.

Ahora, alguien más viene y dice, tengo otra objeción, ¿Qué hay acerca de Satanás? ¿está

seguro de que Satanás no puede acudir a Dios y convencerlo de que no deberíamos ya, ser

creyentes. ¿Acaso no podemos ser condenados por nuestros pecados? ¿acaso el acusador

no puede acercarse a Dios y acusarlos? Observe el versículo 33, ¿Quién acusará a los

escogidos de Dios? ¿quiere decir que alguien va a hacer eso? claro. Pero el punto aquí es

que quien puede con éxito, hacer eso. ¿Quién puede con éxito, ir y demandar otro juicio para

nosotros? ¿Quién puede ir delante del tribunal de Dios y decir, mira, quiero traer otra vez este

caso, creo que este hombre debería ser condenado?

Dice usted, ¿acaso alguien hace eso? Por cierto, la palabra ‘acusará’ significa traer un cargo o

acusación legal en contra de alguien. Es un tipo de palabra de ley, de Corte. ¿acaso alguien,

puede alguien ir ante el tribunal de Dios y decir este, no debería ser salvo, este hombre no

debería tener la posesión de la salvación, esta mujer no debería tener la salvación, mira esto,

mira aquello, mira este pecado, mira este otro pecado, mira la manera en la que viven su vida,

mira lo que hacen y no hacen y demás. Y si caemos en pecado, ¿acaso alguien no viene

antes del trono de Dios para acusarnos? Bueno, la respuesta es sí, en el versículo 34, ¿Quién

es el que condenará? Vuelve a asumir que algunas personas van a ir delante de Dios y nos

van a condenar. Realmente la pregunta al principio del 33 y 34 es la misma manera pregunta

expresada de dos maneras. El punto aquí es que ¿quién puede condenarnos con éxito?

¿quién puede con éxito, traer una acusación en contra de nosotros, que pueda quitarnos

nuestra salvación?

Ahora, ¿Quién es el acusador? ¿Quién haría esto? ¿Quién tiene acceso a la presencia de

Dios para hacer esto? Satanás la tiene. En Job, capítulo 1 versículo 9 él viene delante de Dios

y él dice, mira, no tienes a nadie en esta tierra que te sea fiel, y que te sea leal, si les permites

enfrentar toda la calamidad que pueden enfrentar. Si tu toleraras ese tipo de calamidad, todo

el mundo te abandonaría, y te daría la espalda. No tienes a nadie fiel. Y él estaba acusando a

todos aquellos que pertenecen al Señor. Y claro, se mostró que él estaba mal, como Dios lo

señaló en la vida de Job. Pero Satanás siempre es el acusador, en Apocalipsis capítulo 12

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dice, el acusador de nuestros hermanos es derribado para acusarlos delante de nuestro Dios,

día y noche.

Usted sabe, alguien dijo, ¿Qué está haciendo Satanás? Dice usted, oh, está por todo el

mundo haciendo cosas, no. Satanás pasa gran parte de su tiempo en el cielo, molestando a

Dios por nosotros. Es correcto, día y noche. Él está ahí arriba diciendo, MacArthur no tiene

nada que hacer en venir a este lugar. Él no es santo, él pertenece a mi reino. Y no tienes nada

que hacer aferrándote al hombre, o nadie más que trabaja con él, o va a su iglesia. Estoy

seguro que nos acusa a todos. Satanás es el acusador. ¿Acaso él puede con éxito, acusar?

¿Acaso el con éxito, puede venir delante de Dios y acusarnos de tal manera que Dios va a

rechazar la salvación que Dios nos ha dado?

Hay una ilustración de esto en Zacarías, capítulo 3. El me mostró a Josué, el sumo sacerdote,

de pie ante el ángel de Jehová, y el profeta en su visión, ve a Satanás de pie a su diestra para

resistirlo. En otras palabras, Satanás está en contra de este hombre. Y el Señor le dijo a

Satanás, Jehová te reprenda Satanás. Inclusive Jehová, que ha elegido a Jerusalén, te

reprenda. ¿No es esta una rama arrebatada del fuego? Me encanta esto. Digo, aquí hay un

hombre, y Satanás realmente está acusándolo, y Dios dice, nada sirve Satanás, ese es uno

de los míos, una rama que rescaté del fuego, Yo lo rescaté. Y la realidad del asunto es de que

él estaba ahí con ropa sucia, pero inclusive en su ropa sucia él estaba bajo la protección de

Dios, un pensamiento tremendo.

Entonces el versículo 33, dice, ¿Quién va a acusar a los escogidos de Dios? versículo 34

dice, ¿Quién es el que condenará? Y aquí viene la respuesta, versículo 33, acaso Dios, Él que

justifica. O justifica. Dios, literalmente dice, Dios, él que está justificando. Acaso Dios, digo,

¿acaso Dios va a condenar a uno que Él acaba de pronunciar justo? Es imposible. Solo Dios

condena, y solo Él justifica, pero Él no puede condenar y justificar al mismo tiempo. Él no

puede condenar y justificar a la misma persona. Y el punto es este, si Dios, la fuente más

elevada de verdad en el universo, la corte más elevada que existe, pronuncia a una persona

justa, entonces el mismo Dios no puede pronunciar a la misma persona condenada.

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Y si Dios ya ha dicho, él es justo, cuando estábamos en pecado, entonces el pecado no va a

ser un problema. No entramos por nuestra bondad, no nos quedamos ahí por nuestra bondad,

y no podemos salirnos por una falta de bondad.

Escuche, si pudiéramos dejar de ser salvos por una ausencia de bondad, nunca podríamos

llegar a ser salvos, para comenzar. Pero el punto es este, si Dios nos declara justos, entonces

el mismo Dios que nos declara justos, no puede ser un Dios que nos condena. Y entonces,

siempre estamos siendo acusados, yo sé que el diablo está ahí arriba, siempre diciendo que

no deberías recibir lo que les estás dando, a Dios. Pero el Juez más elevado ya ha emitido su

veredicto. Y una vez que la corte alta de todo el cielo, y toda la eternidad, emite el veredicto,

justo, justo, justo, recto, recto, recto, entonces no existe acusación alguna que pueda hacer

que Dios cambie ese veredicto. Dios escribió la ley, Dios implementa la ley, Dios interpreta la

ley, Dios sabe que fue satisfecho en Jesucristo y si Dios sabe a quién redime y trae a sí

mismo y los declara justos, Él les imputa la justicia de Jesucristo, y una vez que eso es hecho,

no puede haber, por tanto ¿qué? condenación. Una vez que Dios justifica, eso lo cierra.

Hizo que Juan Wesley escribiera, ‘con valentía estaré en ese gran día, porque ¿que

acusación en contra de mí permanecerá en pie? Porque a través de ti absuelto estoy, de

pecado y temor, de la culpabilidad y la vergüenza.” ¿Y quiénes son estos que son absueltos?,

versículos 33, los escogidos de Dios, los escogidos de Dios, aquellos escogidos en Él desde

antes de la fundación del mundo. Aquellos conocidos de antemano, del versículo 29,

predestinados, llamados, y justificados. Y allí está la clave de nuevo, amados, nuestra

seguridad está ligada en el propósito de elección de Dios. “Aquellos que están en la barra”,

dice Marcus Loane, “no son algunos forajidos, son los elegidos de Dios”, y usted no puede

acudir a la barra de Dios y acusar a sus elegidos con éxito. Nuestra seguridad entonces, se

encuentra en nuestra elección, se encuentra en el hecho de que antes de que el mundo

comenzara fuimos elegidos en Él.

Y esa es la razón por la que, en Juan, capítulo 10, ese texto tan lleno de esperanza y tan

conocido, “mi Padre que me lo dio es mayor que todo y ninguno puede quitarlos de la mano

de mi Padre”, que pensamiento, nadie puede sacar a ese creyente de la mano del Padre,

nadie, hay seguridad en la mano del Padre, y no estamos ahí debido a nuestra bondad, sino

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debido a Su propósito de elección, debido a Su predeterminación de amarnos y nos

quedamos en esa misma base. En Lucas 18:7, “y acaso Dios no vengará a sus propios

escogidos que claman a Él día y noche, acaso Dios no se va asegurar de que Él se encargue

de sus propios escogidos, esa es la fuente de nuestra seguridad.

Dice usted, bueno muy bien, Dios no nos puede sacar, y el diablo no nos puede sacar, porque

él tendrá que convencer a Dios que tenemos que ser condenados, y el mismo Dios que nos

justificó no nos puede condenar y, por cierto, Él no va a oír de Satanás algo que no haya ya

oído de él de cualquier manera. Bueno quizás Cristo lo podría hacer, quizás Cristo podría

venir y podría dejar de rogar por nosotros y Él ya no va a pedirle al Padre algo a favor nuestro,

y entonces estaríamos fuera. Entonces el versículo 34 dice, “¿quién es el que condenará?

Cristo, Cristo el que murió, más aún el que también resucitó, el que además está a la diestra

de Dios, el que también intercede por nosotros, tienes que estar bromeando, Dios no puede

justificarnos y condenarnos al mismo tiempo, Cristo no puede redimirnos y condenarnos al

mismo, y Cristo no puede interceder por nosotros y condenarnos al mismo tiempo, Cristo no

va a condenarnos, Él murió por nosotros.

¿Cree usted que quiere deshacer su muerte, deshacer el significado de su obra redentora?

Juan 3:16, “por tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito para que todo aquel

que en él cree no se pierda más tenga vida eterna, porque Dios no envió a su Hijo al mundo

para condenar al mundo, sino para que le mundo a través de Él sea salvo, el que en Él cree

no es condenado, pero el que no cree ya ha sido condenado porque no ha creído, pero el que

no cree ya ha sido condenado porque no cree, el que en Él cree no es condenado, eso es lo

que Él dice. En Romanos 8:34, aquí simplemente reafirma esa verdad, Dios no se va a volver

en contra de nosotros, después de todo Él nos escogió, después de todo Él nos dio el regalo

más grande, ¿acaso no nos dará los menores para mantenernos salvos?

Y ninguna persona puede venir a Dios y acusarnos, ni siquiera Satanás mismo con éxito, y sin

importar lo que puedan intentar, ¿si Dios es por nosotros quien puede estar en contra de

nosotros? Y ahora finalmente, en esta parte del argumento, inclusive Cristo, Él no va a venir

en contra de nosotros, hay una protección cuádruple y cerraremos con esto en el versículo 34,

una protección cuádruple, primero Cristo murió, Cristo murió. Amados el punto es que, cuando

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Cristo murió, Él recibió el castigo por nuestro pecado ¿verdad? Él recibió el castigo por

nuestro pecado. Si Él ya pagó el castigo por nuestro pecado, Él ya llevó la condenación por

nosotros, entonces no hay nada porque seamos condenados.

Si Él de hecho, condenará el creyente al infierno, Él estaría diciendo que lo que Él hizo en la

cruz fue algo inadecuado ¿verdad? Su muerte es la única condenación que jamás

conoceremos, piénselo. La muerte de Cristo es la única condenación que un creyente jamás

conocerá. Y después en segundo lugar, la segunda de la protección cuádruple, “si o más

aun”, sería una manera de traducir eso, “más aun el que resucito”, si lo único que dijera es

Cristo murió, podríamos decir, bueno quizás Él hizo su mejor esfuerzo, Él hizo su mejor

esfuerzo por llevar nuestra condenación, pero no funcionó. Pero cuando dice, “el que también

resucito”, oh, mostró que Él la logro, la muerte de Cristo borró nuestros pecados y esto es

afirmado por su resurrección.

Recuerde usted Romanos 4:25, “Él fue entregado por nuestras trasgresiones y resucitado

para nuestra justificación”, Él no solo fue entregado a la muerte por nuestras ofensas, Él fue

resucitado para nuestra justificación, ese es el corolario, su muerte pagó el precio por

nuestros pecados, y su resurrección probó que el precio fue pagado. La resurrección fue la

verificación, cuando Dios resucito a Jesús de los muertos, Él demostró que Cristo había

ofrecido satisfacción, que el sacrificio le agradó, que expiación suficiente había sido llevada a

cabo por su muerte. Y entonces Cristo, resucitó. Y después el tercero de la protección

cuádruple.

“El que está a la diestra de Dios”, eso básicamente es un eco del Salmo 110:1 en donde dice,

‘Jehová le dijo a mi Señor’, El Señor, eso básicamente es un eco de Salmo 110:1, en donde

dice el Señor dice a mi Señor, siéntate a mi diestra, ¿Qué significa esto? significa que el

Padre tomó al Hijo y lo llevó a la Gloria y lo sentó a Su diestra y ese es el asiento de

exaltación, ese es el lugar de honor. Dice usted, ¿bueno que significa eso? eso significa que

el Padre quedó satisfecho con lo que el Hijo hizo ¿verdad? Entonces Jesús murió pagando

nuestro castigo, sufriendo nuestra condenación, Él resucitó mostrando que de hecho tuvo

éxito, Él es exaltado a la diestra de Dios mostrando que el Padre dice, es una ofrenda

satisfactoria, ninguna otra ofrenda necesita ser realizada.

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Y esa es la razón que en Hebreos 1 dice, que cuando Él había hecho sacrificio por nuestra

pecados, Él se sentó, ningún sacerdote jamás se sentaba, jamás, ni siquiera había un lugar

en donde sentarse en el tabernáculo porque la obra nunca se acaba, pero Jesús se sentó. La

exaltación a la diestra del Padre, lugar de honor y lugar de Majestad, es el Padre diciendo, ‘en

quien tengo complacencia’, tengo complacencia. Y entonces estamos seguros amados,

alguien podría venir y decir, bueno Cristo podría quitarte, has pecado muchas veces, y has

hecho esto muchas veces, y le has fallado al Señor muchas veces, Cristo te va a quitar,

¿estas bromeando? Cristo que murió por ese pecado, cuya obra fue tan perfecta, que fue

exaltado a la diestra de Dios, el Padre, por haber perfeccionado nuestra salvación en ese

acto, ese Cristo va a condenarnos, cuando Él mismo ha logrado la paga de esa condenación,

no, imposible, imposible.

Y después hay una cuarta, el que también intercede por nosotros, ese es el punto alto, no es

lo que Él hizo, es lo que Él hizo y lo que Él continúa haciendo, Él continúa intercediendo por

nosotros. El profeta Isaías del Antiguo Testamento dijo que así seria. La última parte de ese

capítulo 53 dice, hizo la última frase de Isaías 53, ‘habiendo hecho intercesión por los

trasgresores’. Él continúa intercediendo por nosotros, Él continúa intercediendo. Abogado

tenemos para con el Padre, Jesucristo el Justo, dice 1ra de Juan 2:1. Y Hebreos, esa mirada

emocionante maravillosa del sacerdocio de Jesucristo, en Hebreos 7:24 dice, ‘Él tiene un

sacerdocio inmutable, Él es poderoso también para salvarlos de manera total’.

En otras palabras, Él nos salva de manera total hasta la gloria ¿Cómo? Viviendo para siempre

para ser intercesión por ellos, y cuando pecamos Él ruega por nosotros, Él intercede por

nosotros, Él viene a nuestra defensa. Entonces, por un lado, usted tiene a Satanás y a todas

sus acusaciones, por otro lado, tiene al abogado defensor, el Señor Jesucristo quien le habla

al Padre, y el Padre siempre responde la intercesión del Hijo. Porque como el Espíritu, el Hijo

siempre ora según la voluntad del Padre. Juan 11:42, Jesús dijo en la tumba de Lázaro

cuando le oraba a Dios, Él dijo “yo se Padre que Tú siempre me oyes, siempre me oyes, oh,

estamos seguros, estamos seguros por el primer acto sacerdotal de Cristo, su muerte en la

cruz y por cualquier otra obra sacerdotal de intercesión cada vez que pecamos y Él intercede

a nuestro favor. Esa es la primera mitad de esta gran sección.

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Y permítame tan solo resumirlo en unas cuantas palabras, ¿que, pues diremos a esto?, que

estamos eternamente seguros. Oh alguien va a decir, ¡no, no lo estas! hombre si caes en

pecado por aquí, vas a descubrir que lo vas a perder, Dios te va a dejar, Cristo te va a dejar, y

Satanás va a subir ahí, él te va a acusar y Dios te va a dejar. Y la respuesta de Pablo a eso,

eso es absolutamente absurdo, acaso Dios será intimidado por alguien más, si Él es por ti,

quien con éxito puede estar en contra de ti, acaso Dios te va a abandonar, cuando Él entregó

el regalo más grande para redimirte acaso Él no dará uno menor para mantenerte, acaso

Cristo, quien murió por ti pago el precio por tu pecado deshará su propia obra, una obra por la

cual, Él fue resucitado de los muertos y exaltado a la diestra de Dios.

Acaso Él dejará de interceder por ti, mientras que Él esté vivo, cuando Él ya murió para

redimirte. Y entonces la objeción que algunas personas podrían decir, que puedes perder tu

salvación es absurda, en el pasaje que queda la objeción es, bueno podría haber algunas

circunstancias que podrían hacer que perdieras tu salvación, y este siempre es el antiguo

argumento arminianos, bueno nadie lo puede hacer, pero tú lo puedes hacer, tú mismo, y eso

lo que Él va a responder en nuestro próximo estudio.

Oremos, que gozo tenemos en esta noche Padre, al aprender tu Palabra, ¡oh que cosas tan

maravillosas!, ayúdanos a oír estas cosas, como si fueran agua para una persona sedienta

moribunda, que las oigamos como palabras vivas de la boca del Espíritu de Dios, que llene

nuestros corazones con gozo y alabanza, nosotros que no valoramos esta gran salvación.

Mientras cerramos tan solo en un momento de silencio con su cabeza inclinada, ofrezca su

gratitud. Mi corazón está tan abrumado con estas cosas, sé que mis palabras no pueden

acercarse a expresar lo que siento, pero que salvación, cuan agradecidos deberíamos estar

porque Dios en su propósito de elección nos ha pre ordenado a la gloria.

Un misterio, oh si, un misterio infinito, que no es para nosotros entender, pero, oh es nuestro

el estar agradecido. Ofrezca gratitud porque nadie jamás con éxito puede acusarlo a usted

ante Dios, nadie jamás puede acusarlo y presentar una acusación que se mantenga en pie,

nadie jamás puede con éxito puede condenarlo a usted, porque Dios es por usted, y nadie es

más grande que Él. si usted no es cristiano, venga a Cristo, venga a Cristo, abra su corazón a

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Él, para que usted pueda conocer la seguridad que Él trae. Y ahora Padre pedimos que

conforme nos vamos de este lugar, no olvidemos como con frecuencia tendemos a hacerlo, la

grandeza de lo que hemos aprendido, la gloria de esto, te damos gracias oh Dios porque no

ha retenido nada de nosotros.

No nos has dejado en algún tipo de misterio pensando que si pensábamos que estuviéramos

inseguros podríamos estar mejor. No eres así, nos has dicho de hecho, lo ha reforzado tanto

que es impresionante ver cuán seguros estamos y sabemos Señor que si tenemos esa

esperanza en nosotros, realmente nos purifica, porque llena nuestros corazones de alabanza

y humildad, porque somos tan indignos, y nos motiva a desear corresponder ese amor a

Aquel que nos ama tanto. Bendice toda vida. Trae al cuarto de oración a aquellos cuyos

corazones están abiertos. Haz que todos vivamos vidas de alabanza y adoración al que nos

ha dado tanto. Ofrecemos nuestra alabanza y nuestra gratitud en el nombre del Señor

Jesucristo. Amén.

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