El Imperio Carolingio

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El Imperio Carolingio fue el Imperio de Carlomagno, el cual produjo un verdadero renacimiento de la época. Los elementos procedentes del Cristianismo, del mundo bárbaro y de la cultura greco-romana se entremezclaron para dar origen a nuestra actual cultura occidental. Unos de los más importantes reinos germanos fue el reino franco, unificado por Clodoveo. Con él se inició el reinado de la dinastía merovingia. Al morir Clodoveo, el reino se dividió en cuatro: Neustria al oeste de Francia; Austrasia al este; Borgoña en el centro sur y Aquitania al sudoeste. Sin embargo, las luchas entre los merovingios llevaron, a que éstos perdieran prestigio y poder, por eso se les llamo los reyes holgazanes. Ante la decadencia de los reyes, los nobles se convirtieron en los verdaderos detentores del poder. Ellos recibieron el título de mayordomos de palacio. A principios del siglo VII, los mayordomos de Austrasia, obtuvieron supremacía. A esta familia perteneció Carlos Martel, quien detuvo el avance de los árabes en la batalla de Poitiers (Francia, 732), y su hijo Pipino, el Breve, que destronó al último de los reyes merovingios, unió nuevamente el reino y se coronó rey de los francos. Entonces concluyó la dinastía de los merovingios y se inició la dinastía carolingia. Dentro de esta familia nació Carlomagno, el primer rey germano que intentó reconstruir el Imperio Romano de Occidente. El período carolingio (768-840) recibe su nombre del emperador Carlomagno. Fue este soberano quien quiso, de la mano de la Iglesia, restaurar el antiguo Imperio Romano que tan mermado se vio a causa de las invasiones bárbaras. Esta etapa de la historia es un ‘Renacimiento’ de las antiguas estructuras del imperio Romano, pero esta vez bajo el signo del Cristianismo como elemento cohesivo. La unión ente Iglesia y Estado queda oficialmente patente cuando el Papa León III corona a Carlo Magno como emperador. Ahora el nuevo imperio cuenta con un poder político y otro religioso que abogan por extender la cultura y expandir el Cristianismo para así fortalecer su empresa. El arte será el protagonista de este renacimiento carolingio, pues quedará al servicio del gobierno y será el medio de transmisión por antonomasia del ideal imperial y religioso. Carlomagno quiso enlazar con la tradición romana, ordeno poner por escrito sus propias decisiones, la descripción de sus dominios y de los de la iglesia. El renacimiento de la documentación escrito, el interés completamente nuevo por la precisión cuantitativa que de él se desprende es el mayor interés de la etapa carolingia. LAS TENDENCIAS DEMOGRAFICAS: en el modelo de crecimiento se atribuye un lugar primordial al movimiento demográfico. Se realizaron polípticos, es decir, el inventario preciso de un gran conjunto territorial. Los datos permiten verificar

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El Imperio Carolingio fue el Imperio de Carlomagno, el cual produjo un verdadero renacimiento de la época. Los elementos procedentes del Cristianismo, del mundo bárbaro y de la cultura greco-romana se entremezclaron para dar origen a nuestra actual cultura occidental.Unos de los más importantes reinos germanos fue el reino franco, unificado por Clodoveo. Con él se inició el reinado de la dinastía merovingia. Al morir Clodoveo, el reino se dividió en cuatro: Neustria al oeste de Francia; Austrasia al este; Borgoña en el centro sur y Aquitania al sudoeste. Sin embargo, las luchas entre los merovingios llevaron, a que éstos perdieran prestigio y poder, por eso se les llamo los reyes holgazanes.Ante la decadencia de los reyes, los nobles se convirtieron en los verdaderos detentores del poder. Ellos recibieron el título de mayordomos de palacio. A principios del siglo VII, los mayordomos de Austrasia, obtuvieron supremacía.A esta familia perteneció Carlos Martel, quien detuvo el avance de los árabes en la batalla de Poitiers (Francia, 732), y su hijo Pipino, el Breve, que destronó al último de los reyes merovingios, unió nuevamente el reino y se coronó rey de los francos. Entonces concluyó la dinastía de los merovingios y se inició la dinastía carolingia. Dentro de esta familia nació Carlomagno, el primer rey germano que intentó reconstruir el Imperio Romano de Occidente.

El período carolingio (768-840) recibe su nombre del emperador Carlomagno. Fue este soberano quien quiso, de la mano de la Iglesia, restaurar el antiguo Imperio Romano que tan mermado se vio a causa de las invasiones bárbaras. Esta etapa de la historia es un ‘Renacimiento’ de las antiguas estructuras del imperio Romano, pero esta vez bajo el signo del Cristianismo como elemento cohesivo.

La unión ente Iglesia y Estado queda oficialmente patente cuando el Papa León III corona a Carlo Magno como emperador. Ahora el nuevo imperio cuenta con un poder político y otro religioso que abogan por extender la cultura y expandir el Cristianismo para así fortalecer su empresa. El arte será el protagonista de este renacimiento carolingio, pues quedará al servicio del gobierno y será el medio de transmisión por antonomasia del ideal imperial y religioso.

Carlomagno quiso enlazar con la tradición romana, ordeno poner por escrito sus propias decisiones, la descripción de sus dominios y de los de la iglesia. El renacimiento de la documentación escrito, el interés completamente nuevo por la precisión cuantitativa que de él se desprende es el mayor interés de la etapa carolingia.

LAS TENDENCIAS DEMOGRAFICAS: en el modelo de crecimiento se atribuye un lugar primordial al movimiento demográfico. Se realizaron  polípticos, es decir, el inventario preciso de un gran conjunto territorial. Los datos permiten verificar la hipótesis de un aumento de la población, propiciado por la seguridad, el alejamiento de los hostiles.

EL GRAN DOMINIO: El gran dominio ocupa el centro de la economía por la función y por la influencia que ejerce sobre los campos de los alrededores. Su papel es mantener el nivel de vida de las grandes casas aristocráticas. Se trata de satisfacer todas las necesidades. Los señores en su interés por aumentar los beneficios y poder lograr mantener su nivel de vida,  incitaron a los cultivadores no solo a trabajar para subsistir sino también para vender.

 Los documentos hablan de las mayores fortunas territoriales, la del rey y la de la iglesia La tierra se hallaba dividida en múltiples explotaciones, una muy amplia, cuya explotación se reservaba el dueño en cultivo y las demás otorgadas a familias campesinas. La reserva señorial recibe el nombre de manso del señor. Se organiza alrededor de un espacio cercado y edificado que se llama corte. Las superficie atribuidas a las diversas explotaciones campesinas, los mansos, se agrupan alrededor de la vivienda señorial. Estas tierras son casi en su totalidad campos de cultivo que se hayan dividido ente los masoveros en lotes.  

Mansos libres son ocupados por esclavos, mansos serviles son ocupados por colonos.  De los mansos dependientes el señor espera una renta, unos censos que le son llevados a su casa. De los masoveos exige esencialmente una colaboración de mano de obra para las necesidades de su propia tierra. La imagen que suele revelar los inventarios es la de un desorden mal gobernado, revelando los siguientes rasgos: la existencia de patrimonios menos extensos es evidentes, aparecen profundas disparidades regionales, la progresiva desaparición de las diferencias entre mansos 

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serviles y mansos libres. Cuando  la moneda comienza a penetrar tanto en señores como en campesinos cambian sus relaciones de dominio, estos últimos descubren que el trabajo es un valor que puede ser medido e intercambiado, en adelante ambos estarán unidos por lazos económicos nuevos.