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EL LIBRO DE MORMÓN DOCTRINA Y CONVENIOS LA PERLA DE GRAN PRECIO

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  • el liBro de mormÓn

    doctrina y

    convenios

    la perla de gran precio

  • EL

    Libro de MormónOTRO TESTAMENTO DE JESUCRISTO

    Doctrina yConvenios

    DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS

    SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS

    LA

    Perla deGran Precio

    PUBLICADO POR

    LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS

    SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS

    SALT LAKE CITY, UTAH, E.U.A.

  • © 1993 por Intellectual Reserve, Inc.Todos los derechos reservados

    Printed in the United States of America 7/201019931999

    Traducción de: The Book of Mormon, Doctrine and Covenants, and Pearl of Great Price

    Spanish

  • TABLA DE MATERIAS

    El Libro de Mormón

    Doctrina y Convenios

    La Perla de Gran Precio

    Guı́a para el Estudio de las Escrituras

    Serie de temas por orden alfabético

    Selecciones de la Traducción de José Smith de la Biblia en inglés

    Mapas e ı́ndice de lugares geográficos

    Fotografı́as de lugares mencionados en las Escrituras

  • ABREVIATURAS Y DESIGNACIONESQUE FIGURAN EN LAS NOTAS AL PIE

    DE LAS PÁGINAS Y EN LA GUÍA

    Antiguo TestamentoGén. GénesisÉx. ÉxodoLev. Levı́ticoNúm. NúmerosDeut. DeuteronomioJosué JosuéJue. JuecesRut Rut1 Sam. 1 Samuel2 Sam. 2 Samuel1 Rey. 1 Reyes2 Rey. 2 Reyes1 Cró. 1 Crónicas2 Cró. 2 CrónicasEsd. EsdrasNeh. Nehemı́asEster EsterJob JobSal. SalmosProv. ProverbiosEcle. EclesiastésCant. CantaresIsa. Isaı́asJer. Jeremı́asLam. LamentacionesEzeq. EzequielDan. DanielOseas OseasJoel JoelAmós AmósAbd. Abdı́asJonás JonásMiq. MiqueasNahum NahumHab. HabacucSof. Sofonı́asHageo HageoZac. Zacarı́asMal. Malaquı́as

    Nuevo TestamentoMateo MateoMar. MarcosLucas LucasJuan JuanHech. HechosRom. Romanos1 Cor. 1 Corintios2 Cor. 2 CorintiosGál. GálatasEfe. EfesiosFilip. FilipensesCol. Colosenses1 Tes. 1 Tesalonicenses2 Tes. 2 Tesalonicenses1 Tim. 1 Timoteo2 Tim. 2 TimoteoTito TitoFilem. FilemónHeb. HebreosStg. Santiago1 Pe. 1 Pedro2 Pe. 2 Pedro1 Juan 1 Juan2 Juan 2 Juan3 Juan 3 JuanJudas JudasApoc. Apocalipsis

    Libro de Mormón1 Ne. 1 Nefi2 Ne. 2 NefiJacob JacobEnós EnósJarom JaromOmni OmniP. de Palabras deMorm. Mormón

    Mos. Mosı́ahAlma AlmaHel. Helamán3 Ne. 3 Nefi4 Ne. 4 NefiMorm. MormónÉter ÉterMoro. Moroni

    Doctrina y ConveniosDyC Doctrina y

    ConveniosDO Declaración

    Oficial

    Perla de Gran PrecioMoisés MoisésAbr. AbrahamJS-M José Smith—

    MateoJS-H José Smith—

    HistoriaAdeF Artı́culos de Fe

    HC History of theChurch (Historiade la Iglesia)

    GEE Guı́a para elEstudio de lasEscrituras

    TJS Traducción deJosé Smith

  • ELLIBRO

    DEMORMÓN

    OTRO

    TESTAMENTO

    DE

    JESUCRISTO

  • III

    EL

    Libro de MormónUN RELATO ESCRITO POR

    LA MANO DE MORMÓN

    SOBRE PLANCHAS

    TOMADO DE LAS PLANCHAS DE NEFI

    Por tanto, es un compendio de los anales del pueblo de Nefi, ası́como de los lamanitas—Escrito a los lamanitas, quienes son un restode la casa de Israel, y también a los judı́os y a los gentiles—Escritopor vı́a de mandamiento, por el espı́ritu de profecı́a y de revela-ción—Escrito y sellado, y escondido para los fines del Señor, conobjeto de que no fuese destruido—Ha de aparecer por el don y elpoder de Dios para que sea interpretado—Sellado por la mano deMoroni, y escondido para los propósitos del Señor, a fin de queapareciese en el debido tiempo por medio de los gentiles—A inter-pretarse por el don de Dios.

    Contiene también un compendio tomado del Libro de Éter, el cuales una relación del pueblo de Jared, que fue esparcido en la ocasiónen que el Señor confundió el lenguaje de los del pueblo, cuandoestaban edificando una torre para llegar al cielo—Lo cual sirve paramostrar al resto de la casa de Israel cuán grandes cosas el Señor hahecho por sus padres; y para que conozcan los convenios del Señory sepan que no son ellos desechados para siempre—Y también paraconvencer al judı́o y al gentil de que Jesús es el Cristo, el EternoDios, que se manifiesta a sı́ mismo a todas las naciones—Y ahorabien, si hay faltas, éstas son equivocaciones de los hombres; portanto, no condenéis las cosas de Dios, para que aparezcáis sin man-cha ante el tribunal de Cristo.

    Traducción original de las planchas al idioma ingléspor José Smith, hijo.

    La primera edición en inglés se publicó en 1830en Palmyra, Nueva York, E.U.A.

  • V

    INTRODUCCIÓN

    l Libro de Mormón es un volumen de escritura sagrada seme-Ejante a la Biblia. Es una historia de la comunicación de Dios conlos antiguos habitantes de las Américas y contiene la plenitud delevangelio eterno.

    Escribieron el libro muchos antiguos profetas por el espı́ritu deprofecı́a y revelación. Sus palabras, escritas sobre planchas de oro,fueron citadas y compendiadas por un profeta e historiador llamadoMormón. El registro contiene un relato de dos grandes civiliza-ciones. Una llegó procedente de Jerusalén en el año 600 a. de J. C.,y tiempo después se dividió en dos naciones conocidas como losnefitas y los lamanitas. La otra habı́a llegado mucho antes, cuando elSeñor confundió las lenguas en la Torre de Babel. Este grupo seconoce con el nombre de jareditas. Después de miles de años, todosfueron destruidos con excepción de los lamanitas, los cuales son losprincipales antecesores de los indios de las Américas.

    El acontecimiento de mayor trascendencia que se encuentra regis-trado en el Libro de Mormón es el ministerio personal del SeñorJesucristo entre los nefitas poco después de su resurrección. En él seexpone la doctrina del evangelio, se describe el plan de salvación, yse dice a los hombres lo que deben hacer para lograr la paz en estavida y la salvación eterna en la vida venidera.

    Después de terminar sus escritos, Mormón entregó la historia a suhijo Moroni, el cual le agregó unas palabras y escondió las planchasen el cerro Cumorah. El 21 de septiembre de 1823, el mismo Moroni,para entonces un ser glorificado y resucitado, se le apareció al profe-ta José Smith y le instruyó concerniente al antiguo registro y a ladestinada traducción de éste al idioma inglés.

    En la ocasión oportuna, se entregaron las planchas a José Smith,quien las tradujo por el don y el poder de Dios. El libro se publicahoy en muchos idiomas como testimonio nuevo y adicional de queJesucristo es el Hijo del Dios viviente, y de que todos aquellos quequieran venir a Él y obedecer las leyes y las ordenanzas de su evan-gelio podrán salvarse.

    Concerniente a esta historia, el profeta José Smith dijo: “Declaré alos hermanos que el Libro de Mormón era el más correcto de todoslos libros sobre la tierra, y la clave de nuestra religión; y que unhombre se acercarı́a más a Dios al seguir sus preceptos que los decualquier otro libro”.

    Además de José Smith, el Señor dispuso que otros once hombresvieran con sus propios ojos las planchas de oro y fueran testigosespeciales de la veracidad y de la divinidad del Libro de Mormón.

  • VI

    Sus testimonios escritos se incluyen en esta obra bajo los tı́tulos “ElTestimonio de Tres Testigos” y “El Testimonio de Ocho Testigos”.

    Invitamos a toda persona, dondequiera que se encuentre, a leer elLibro de Mormón, a meditar en su corazón el mensaje que contieney luego a preguntar a Dios, el Padre Eterno, en el nombre de Cristo,si el libro es verdadero. Quienes ası́ lo hagan y pidan con fe lograránun testimonio de la veracidad y la divinidad del libro por el poderdel Espı́ritu Santo. (Véase Moroni 10:3-5.)

    Aquellos que obtengan este testimonio divino del Santo Espı́ritutambién llegarán a saber, por el mismo poder, que Jesucristo es elSalvador del mundo, que José Smith ha sido su revelador y profetaen estos últimos dı́as, y que La Iglesia de Jesucristo de los Santos delos Últimos Dı́as es el reino del Señor que de nuevo se ha establecidosobre la tierra, en preparación para la segunda venida del Mesı́as.

  • VII

    EL TESTIMONIO DE TRES TESTIGOS

    Conste a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos, a quienesllegare esta obra, que nosotros, por la gracia de Dios el Padre, y denuestro Señor Jesucristo, hemos visto las planchas que contienenesta relación, la cual es una historia del pueblo de Nefi, y también delos lamanitas, sus hermanos, y también del pueblo de Jared, quevino de la torre de que se ha hablado. Y también sabemos que hansido traducidas por el don y el poder de Dios, porque ası́ su voz noslo declaró; por tanto, sabemos con certeza que la obra es verdadera.También testificamos haber visto los grabados sobre las planchas; yse nos han mostrado por el poder de Dios y no por el de ningúnhombre. Y declaramos con palabras solemnes que un ángel de Diosbajó del cielo, y que trajo las planchas y las puso ante nuestros ojos,de manera que las vimos y las contemplamos, ası́ como los grabadosque contenı́an; y sabemos que es por la gracia de Dios el Padre, y denuestro Señor Jesucristo, que vimos y testificamos que estas cosasson verdaderas. Y es maravilloso a nuestra vista. Sin embargo, la vozdel Señor nos mandó que testificásemos de ello; por tanto, para serobedientes a los mandatos de Dios, testificamos estas cosas. Y sa-bemos que si somos fieles en Cristo, nuestros vestidos quedaránlimpios de la sangre de todos los hombres, y nos hallaremos sinmancha ante el tribunal de Cristo, y moraremos eternamente con Élen los cielos. Y sea la honra al Padre, y al Hijo, y al Espı́ritu Santo,que son un Dios. Amén.

    Oliver CowderyDavid WhitmerMartin Harris

  • VIII

    EL TESTIMONIO DE OCHO TESTIGOS

    Conste a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos, a quienesllegare esta obra, que José Smith, hijo, el traductor de ella, nos hamostrado las planchas de que se ha hablado, las que tienen la apa-riencia del oro; y hemos palpado con nuestras manos cuantas hojasel referido Smith ha traducido; y también vimos los grabados quecontenı́an, todo lo cual tiene la apariencia de una obra antigua y dehechura exquisita. Y testificamos esto con palabras solemnes, y queel citado Smith nos ha mostrado las planchas de que hemos hablado,porque las hemos visto y sopesado, y con certeza sabemos que elsusodicho Smith las tiene en su poder. Y damos nuestros nombres almundo en testimonio de lo que hemos visto. Y no mentimos, puesDios es nuestro testigo.

    Christian Whitmer Hiram PageJacob Whitmer Joseph Smith, padrePeter Whitmer, hijo Hyrum SmithJohn Whitmer Samuel H. Smith

  • IX

    EL TESTIMONIO DEL PROFETA JOSÉ SMITH

    Las propias palabras del profeta José Smith en cuanto a la aparicióndel Libro de Mormón son las siguientes:

    “En la noche del... dı́a 21 de septiembre [1823]... me puse a orarpidiéndole a Dios Todopoderoso...

    “Encontrándome ası́, en el acto de suplicar a Dios, vi que se apare-cı́a una luz en mi cuarto, y que siguió aumentando hasta que lahabitación quedó más iluminada que al mediodı́a; cuando repenti-namente se apareció un personaje al lado de mi cama, de pie en elaire, porque sus pies no tocaban el suelo.

    “Llevaba puesta una túnica suelta de una blancura exquisita. Erauna blancura que excedı́a a cuanta cosa terrenal jamás habı́a vistoyo; y no creo que exista objeto alguno en el mundo que pudierapresentar tan extraordinario brillo y blancura. Sus manos estabandesnudas, y también sus brazos, un poco más arriba de las muñecas;y de igual manera los pies, ası́ como las piernas, poco más arriba delos tobillos. También tenı́a descubiertos la cabeza y el cuello, y pudedarme cuenta de que no llevaba puesta más ropa que esta túnica,porque estaba abierta de tal manera que podı́a verle el pecho.

    “No sólo tenı́a su túnica esta blancura singular, sino que toda supersona brillaba más de lo que se puede describir, y su faz era comoun vivo relámpago. El cuarto estaba sumamente iluminado, pero nocon la brillantez que habı́a en torno de su persona. Cuando lo vi porprimera vez, tuve miedo; mas el temor pronto se apartó de mı́.

    “Me llamó por mi nombre, y me dijo que era un mensajero en-viado de la presencia de Dios, y que se llamaba Moroni; que Diostenı́a una obra para mı́, y que entre todas las naciones, tribus ylenguas se tomarı́a mi nombre para bien y para mal, o sea, que se ibaa hablar bien o mal de mı́ entre todo pueblo.

    “Dijo que se hallaba depositado un libro, escrito sobre planchas deoro, el cual daba una relación de los antiguos habitantes de estecontinente, ası́ como del origen de su procedencia. También declaróque en él se encerraba la plenitud del evangelio eterno cual el Salva-dor lo habı́a comunicado a los antiguos habitantes.

    “Asimismo, que junto con las planchas estaban depositadas dospiedras en aros de plata, las cuales, aseguradas a un pectoral, for-maban lo que se llamaba el Urim y Tumim; que la posesión y uso deestas piedras era lo que constituı́a a los videntes en los dı́as antiguos oanteriores, y que Dios las habı́a preparado para la traducción dellibro.

    * * * * * * *“Por otra parte, me manifestó que cuando yo recibiera las plan-

    chas de que él habı́a hablado —porque aún no habı́a llegado el

  • X

    tiempo para obtenerlas— no habrı́a de enseñarlas a nadie, ni elpectoral con el Urim y Tumim, sino únicamente a aquellos a quienesse me mandase que las enseñara; si lo hacı́a, serı́a destruido. Mien-tras hablaba conmigo acerca de las planchas, se manifestó a mi men-te la visión de tal modo que pude ver el lugar donde estaban de-positadas; y con tanta claridad y distinción, que reconocı́ el lugarcuando lo visité.

    “Después de esta comunicación, vi que la luz en el cuarto em-pezaba a juntarse en derredor del personaje que me habı́a estadohablando; y ası́ continuó hasta que el cuarto una vez más quedó aobscuras, exceptuando alrededor de su persona inmediata, cuandorepentinamente vi abrirse algo como un conducto que iba directa-mente hasta el cielo, y él ascendió hasta desaparecer por completo,y el cuarto quedó tal como habı́a estado antes de aparecerse esta luzcelestial.

    “Me quedé reflexionando sobre la singularidad de la escena, ymaravillándome grandemente de lo que me habı́a dicho estemensajero extraordinario, cuando en medio de mi meditación depronto descubrı́ que mi cuarto empezaba a iluminarse de nuevo, yen lo que me pareció un instante, el mismo mensajero celestialapareció una vez más al lado de mi cama.

    “Empezó, y otra vez me dijo las mismı́simas cosas que me habı́arelatado en su primera visita, sin la menor variación; después de locual me informó de grandes juicios que vendrı́an sobre la tierra, congran desolación causada por el hambre, la espada y pestilencias; yque esos penosos juicios vendrı́an sobre la tierra en esta generación.Habiéndome referido estas cosas, de nuevo ascendió como lo habı́ahecho anteriormente.

    “Ya para entonces eran tan profundas las impresiones que se mehabı́an grabado en la mente, que el sueño habı́a huido de mis ojos,y yacı́a dominado por el asombro de lo que habı́a visto y oı́do. Perocuál no serı́a mi sorpresa al ver de nuevo al mismo mensajero al ladode mi cama, y oı́rlo repasar o repetir las mismas cosas que antes; yañadió una advertencia, diciéndome que Satanás procurarı́a tentar-me (a causa de la situación indigente de la familia de mi padre) aque obtuviera las planchas con el fin de hacerme rico. Esto él me loprohibió, y dijo que, al obtener las planchas, no tuviera presentemás objeto que el de glorificar a Dios, y que ningún otro motivoinfluyera en mı́ sino el de edificar su reino; de lo contrario, nopodrı́a obtenerlas.

    “Después de esta tercera visita, de nuevo ascendió al cielo comoantes, y otra vez me quedé meditando en lo extraño de lo queacababa de experimentar; cuando casi inmediatamente después que

  • XI

    el mensajero celestial hubo ascendido la tercera vez, cantó el gallo,y vi que estaba amaneciendo; de modo que, nuestras conversacionesdeben de haber durado toda aquella noche.

    “Poco después me levanté de mi cama y, como de costumbre, fuia desempeñar las faenas necesarias del dı́a; pero al querer trabajarcomo en otras ocasiones, hallé que se me habı́an agotado a tal gradolas fuerzas, que me sentı́a completamente incapacitado. Mi padre,que estaba trabajando cerca de mı́, vio que algo me sucedı́a y me dijoque me fuera a casa. Partı́ de allı́ con la intención de volver a casa,pero al querer cruzar el cerco para salir del campo en que estábamos,se me acabaron completamente las fuerzas, caı́ inerte al suelo y porun tiempo no estuve consciente de nada.

    “Lo primero que pude recordar fue una voz que me hablaba,llamándome por mi nombre. Alcé la vista, y vi, a la altura de micabeza, al mismo mensajero, rodeado de luz como antes. Entoncesme relató otra vez todo lo que me habı́a referido la noche anterior,y me mandó que fuera a mi padre y le hablara acerca de la visión ymandamientos que habı́a recibido.

    “Obedecı́; regresé a donde estaba mi padre en el campo, y ledeclaré todo el asunto. Me respondió que era de Dios, y me dijo quefuera e hiciera lo que el mensajero me habı́a mandado. Salı́ delcampo y fui al lugar donde el mensajero me habı́a dicho que estabandepositadas las planchas, y debido a la claridad de la visión que habı́avisto tocante al lugar, en cuanto llegué allı́, lo reconocı́.

    “Cerca de la aldea de Manchester, Condado de Ontario, Estado deNueva York, se levanta una colina de tamaño regular, y la máselevada de todas las de la comarca. Por el costado occidental delcerro, no lejos de la cima, debajo de una piedra de buen tamaño,yacı́an las planchas, depositadas en una caja de piedra. En el centro,y por la parte superior, esta piedra era gruesa y redonda, pero másdelgada hacia los extremos; de modo que se podı́a ver la parte cén-trica sobre la superficie del suelo, mientras que alrededor de la orillaestaba cubierta de tierra.

    “Habiendo quitado la tierra, conseguı́ una palanca que logré intro-ducir debajo de la orilla de la piedra, y con un ligero esfuerzo lalevanté. Miré dentro de la caja, y efectivamente vi allı́ las planchas,el Urim y Tumim y el pectoral, como lo habı́a dicho el mensajero. Lacaja en que se hallaban estaba hecha de piedras, colocadas en unaespecie de cemento. En el fondo de la caja habı́a dos piedras puestastransversalmente, y sobre éstas descansaban las planchas y los otrosobjetos que las acompañaban.

    “Intenté sacarlas, pero me lo prohibió el mensajero; y de nuevo seme informó que aún no habı́a llegado el tiempo de sacarlas, ni lle-

  • XII

    garı́a sino hasta después de cuatro años, a partir de esa fecha; perome dijo que debı́a ir a ese lugar precisamente un año después, y queél me esperarı́a allı́; y que habı́a de seguir haciéndolo ası́ hasta quellegara el tiempo para obtener las planchas.

    “De acuerdo con lo que se me habı́a mandado, acudı́a al fin decada año, y en esa ocasión encontraba allı́ al mismo mensajero, y encada una de nuestras entrevistas recibı́a de él instrucciones e inteli-gencia concernientes a lo que el Señor iba a hacer, y cómo y de quémanera se conducirı́a su reino en los últimos dı́as.

    * * * * * * *“Por fin llegó el momento de obtener las planchas, el Urim y

    Tumim y el pectoral. El dı́a veintidós de septiembre de mil ochocien-tos veintisiete, habiendo ido al fin de otro año, como de costumbre,al lugar donde estaban depositados, el mismo mensajero celestialme los entregó con esta advertencia: Que yo serı́a responsable deellos; que si permitı́a que se extraviaran por algún descuido o negli-gencia mı́a, serı́a desarraigado; pero que si me esforzaba con todo miempeño por preservarlos hasta que él (el mensajero) viniera porellos, entonces serı́an protegidos.

    “Pronto supe por qué habı́a recibido tan estrictos mandatos deguardarlos, y por qué me habı́a dicho el mensajero que cuandoterminara lo que se requerı́a de mı́, él vendrı́a por ellos. Porque nobien se supo que yo los tenı́a, comenzaron a hacerse los más tenacesesfuerzos por privarme de ellos. Se recurrió a cuanta estratagema sepudo inventar para realizar ese propósito. La persecución llegó a sermás severa y enconada que antes, y grandes números de personasandaban continuamente al acecho para quitármelos, de ser posible.Pero mediante la sabidurı́a de Dios, permanecieron seguros en mismanos hasta que cumplı́ con ellos lo que se requirió de mı́. Cuandoel mensajero, de conformidad con el arreglo, llegó por ellos, se losentregué; y él los tiene a su cargo hasta el dı́a de hoy, dos de mayode mil ochocientos treinta y ocho.”

    Para la narración completa, véase la Perla de Gran Precio, JoséSmith—Historia, y History of The Church of Jesus Christ of Latter-daySaints (Historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últi-mos Dı́as), tomo 1, capı́tulos 1 al 6, inclusive.

    La historia antigua que ası́ salió de la tierra, como la voz de unpueblo que hablaba desde el polvo, fue traducida a un lenguajemoderno [el idioma inglés] por el don y el poder de Dios, según laafirmación divina lo ha atestiguado, y se publicó por primera vezal mundo en inglés en el año 1830 con el tı́tulo de The Book ofMormon.

  • XIII

    UNA BREVE EXPLICACIÓN ACERCA DEL

    Libro de MormónEl Libro de Mormón es una historia sagrada de los pueblos de laAmérica antigua, la cual se grabó en hojas de metal. En el libromismo se habla de cuatro clases de planchas de metal:1. Las Planchas de Nefi, que eran de dos clases: las Planchas Menores

    y las Planchas Mayores. Las primeras tenı́an que ver más en par-ticular con los asuntos espirituales y con el ministerio y las ense-ñanzas de los profetas, mientras que las segundas se ocupabanprincipalmente de la historia seglar de los pueblos a los que sereferı́an (1 Nefi 9:2-4). Sin embargo, desde la época de Mosı́ah,también en las planchas mayores se incluyeron asuntos de consi-derable importancia espiritual.

    2. Las Planchas de Mormón, que se componen de un compendio de lasPlanchas Mayores de Nefi, hecho por Mormón, con muchos co-mentarios. Estas planchas también contenı́an una continuación dela historia escrita por Mormón con aditamentos de su hijo Moroni.

    3. Las Planchas de Éter, que contienen una historia de los jareditas.Esta historia la compendió Moroni, el cual añadió comentariospropios e incorporó dicho compendio en la historia general con eltı́tulo de “Libro de Éter”.

    4. Las Planchas de Bronce , que el pueblo de Lehi llevó de Jerusalén enel año 600 a. de J. C. Éstas contenı́an “los cinco libros de Moisés...y asimismo la historia de los judı́os desde su principio... hasta elcomienzo del reinado de Sedequı́as, rey de Judá; y también lasprofecı́as de los santos profetas” (1 Nefi 5:11-13). En el Libro deMormón aparecen muchos pasajes de estas planchas que citan aIsaı́as y a otros profetas bı́blicos, ası́ como a varios profetas que laBiblia no menciona.El Libro de Mormón se compone de quince partes o divisiones

    principales, llamadas, con una sola excepción, libros, cada uno de loscuales lleva el nombre de su autor principal. La primera parte (o sea,los primeros seis libros que terminan con el de Omni) es una traduc-ción de las Planchas Menores de Nefi. Entre los libros de Omni y deMosı́ah se encuentra una inserción llamada Las Palabras de Mor-món. Dicha inserción enlaza la narración grabada en las PlanchasMenores con el compendio que hizo Mormón de las PlanchasMayores.

    La parte más extensa, desde Mosı́ah hasta el capı́tulo 7 de Mor-món, inclusive, es una traducción del compendio que hizo Mormónde las Planchas Mayores de Nefi. La parte final, desde el capı́tulo 8

  • XIV

    de Mormón hasta el fin de la obra, fue grabada por Moroni, hijo deMormón, el cual, después de terminar la historia de la vida de supadre, hizo un compendio de la historia jaredita (llamado el Librode Éter) y posteriormente añadió las partes que se conocen como elLibro de Moroni.

    Alrededor del año 421 de la era cristiana, Moroni, el último de losprofetas e historiadores nefitas, selló los anales sagrados y los escon-dió para los fines del Señor, para que apareciesen en los postrerosdı́as, de acuerdo con lo que la voz de Dios predijo por medio de susantiguos profetas. En el año 1823 de nuestra era, ese mismo Moroni,para entonces un ser resucitado, visitó al profeta José Smith y sub-siguientemente le entregó las planchas grabadas.

    Con respecto a esta edición: En las ediciones anteriores del Libro deMormón publicadas en inglés, se han perpetuado algunos pequeñoserrores que se han reflejado en las traducciones al español. Estaedición contiene las correcciones que se ha estimado convenientehacer a fin de que la obra esté de conformidad con los manuscritosoriginales, ası́ como con las primeras ediciones revisadas por el pro-feta José Smith.

  • XV

    NOMBRE Y ORDEN DE LOS LIBROS DEL

    Libro de MormónNombre Página

    Primer Libro de Nefi . . . . . . . . . . . . . 1

    Segundo Libro de Nefi . . . . . . . . . . . . 62

    Libro de Jacob . . . . . . . . . . . . . . . . 139

    Libro de Enós . . . . . . . . . . . . . . . . 161

    Libro de Jarom . . . . . . . . . . . . . . . . 164

    Libro de Omni . . . . . . . . . . . . . . . . 166

    Palabras de Mormón . . . . . . . . . . . . . . 169

    Libro de Mosı́ah . . . . . . . . . . . . . . . 172

    Libro de Alma . . . . . . . . . . . . . . . . 246

    Libro de Helamán . . . . . . . . . . . . . . . 445

    Tercer Nefi . . . . . . . . . . . . . . . . . 492

    Cuarto Nefi . . . . . . . . . . . . . . . . . 561

    Libro de Mormón . . . . . . . . . . . . . . . 566

    Libro de Éter . . . . . . . . . . . . . . . . 588

    Libro de Moroni . . . . . . . . . . . . . . . 626

  • El Primer Libro de Nefi

    SU REINADO Y MINISTERIO

    elato de Lehi, de su esposa Sarı́ah y de sus cuatro hijos, que seRllamaban (empezando por el mayor) Lamán, Lemuel, Sam yNefi. El Señor advierte a Lehi que salga de la tierra de Jerusalén,porque éste profetiza al pueblo sobre su iniquidad, y tratan de qui-tarle la vida. Lehi viaja tres dı́as por el desierto con su familia. Nefi,acompañado de sus hermanos, vuelve a la tierra de Jerusalén por losanales de los judı́os. El relato de sus padecimientos. Toman poresposas a las hijas de Ismael. Salen para el desierto con sus familias.Sus padecimientos y aflicciones en el desierto. Rumbo de sus viajes.Llegan a las grandes aguas. Se rebelan los hermanos de Nefi contra él.Él los confunde y construye un barco. Dan al lugar el nombre deAbundancia. Atraviesan los grandes mares hasta llegar a la tierraprometida, etcétera. Esto es según la narración de Nefi, o en otraspalabras, yo, Nefi, escribı́ estos anales.

    CAPÍTULO 1

    Nefi da principio a la historia de supueblo—Lehi ve en visión un pilarde fuego y lee en un libro de profe-cı́as — Alaba a Dios, predice lavenida del Mesı́as y profetiza la des-trucción de Jerusalén—Es perse-guido por los judı́os.

    O, aNefi, nacı́ de bbuenosYcpadres y recibı́, por tanto,alguna dinstrucción en toda laciencia de mi padre; y habiendoconocido muchas eafliccionesdurante el curso de mi vida,siendo, no obstante, altamentefavorecido del Señor todos misdı́as; sı́, habiendo logrado un co-

    nocimiento grande de la bon-dad y los fmisterios de Dios, es-cribo, por tanto, la ghistoria delos hechos de mi vida.

    2 Sı́, hago la relación en el alen-guaje de mi padre, que se com-pone de la ciencia de los judı́osy el idioma de los egipcios.

    3 Y sé que la historia que es-cribo es averdadera; y la escribode mi propia mano, con arregloa mis conocimientos.

    4 Pues sucedió que al comen-zar el aprimer año del reinadode bSedequı́as, rey de Judá (mipadre Lehi habı́a morado encJerusalén toda su vida), llega-ron muchos dprofetas ese mismoaño profetizando al pueblo que

    [1 nefi]1 1a gee Nefi, hijo de Lehi.

    b Prov. 22:1.c DyC 68:25, 28.

    gee Padres.d Enós 1:1; Mos. 1:2–3.

    gee Enseñar.e gee Adversidad.

    f gee Misterios de Dios.g gee Escrituras.

    2a Mos. 1:2–4;Morm. 9:32–33.

    3a 1 Ne. 14:30; Mos. 1:6;Éter 5:1–3; DyC 17:6.

    4a gee Cronologı́a—598 a.C.

    b 2 Cró. 36:10;Jer. 52:3–5; Omni 1:15.

    c 1 Cró. 9:3.d 2 Rey. 17:13–15;

    2 Cró. 36:15–16; Jer.7:25–26. gee Profeta.

    [Aproximadamente600 a.C.]

  • 1 NEFI 1:5–15 2

    se arrepintiera, o la gran ciudadde eJerusalén serı́a destruida.

    5 Aconteció, por tanto, quemientras iba por su camino, mipadre aLehi oró al Señor, sı́, contodo su bcorazón, a favor de supueblo.6 Y ocurrió que mientras estaba

    orando al Señor, apareció anteél, sobre una roca, un apilar defuego; y fue mucho lo que vio yoyó; y se estremeció y temblóextremadamente por las cosasque vio y oyó.7 Y sucedió que volvió a su ca-

    sa en Jerusalén, y se echó sobresu lecho, adominado por el Espı́-ritu y por las cosas que habı́avisto.8 Y dominado de esta manera

    por el Espı́ritu, fue arrebatadoen una avisión, en la que vioabrirse los bcielos, y creyó ver aDios sentado en su trono, ro-deado de innumerables concur-sos de ángeles, en actitud de es-tar cantando y adorando a suDios.9 Y sucedió que vio a Uno que

    descendı́a del cielo, y vio que suaresplandor era mayor que eldel sol al mediodı́a.

    10 Y vio también que lo se-guı́an otros adoce, cuyo brillo

    excedı́a al de las estrellas del fir-mamento.

    11 Y descendieron y avanza-ron por la faz de la tierra; y elprimero llegó hasta donde esta-ba mi padre, y le dio un alibro yle mandó que lo leyera.

    12 Y sucedió que mientras leı́a,fue lleno del aEspı́ritu del Señor.

    13 Y leyó, diciendo: ¡Ay, ayde ti, Jerusalén, porque he vistotus aabominaciones! Sı́, mi padreleyó muchas cosas concernien-tes a bJerusalén: que serı́a des-truida, ası́ como sus habitantes;que muchos perecerı́an por laespada y muchos serı́an clleva-dos cautivos a Babilonia.

    14 Y acaeció que cuando mi pa-dre hubo leı́do y visto muchascosas grandes y maravillosas,prorrumpió en exclamaciones alSeñor, tales como: ¡Cuán gran-des y maravillosas son tus obras,oh Señor Dios Todopoderoso!¡Tu trono se eleva en las alturasde los cielos, y tu poder, y tubondad y misericordia se ex-tienden sobre todos los habitan-tes de la tierra; y porque eresmisericordioso, no dejarás pere-cer a los que aacudan a ti!15 Ası́ se expresaba mi padre

    en alabanzas a su Dios; porque

    4e Jer. 26:18;2 Ne. 1:4;Hel. 8:20.

    5a gee Lehi, padrede Nefi.

    b Stg. 5:16.6a Éx. 13:21;

    Hel. 5:24, 43;DyC 29:12;JS—H 1:16.

    7a Dan. 10:8;1 Ne. 17:47;Moisés 1:9–10;

    JS—H 1:20.8a 1 Ne. 5:4.

    gee Visión.b Ezeq. 1:1;

    Hech. 7:55–56;1 Ne. 11:14;Hel. 5:45–49;DyC 137:1.

    9a JS—H 1:16–17.10a gee Apóstol.11a Ezeq. 2:9.12a DyC 6:15.13a 2 Rey. 24:18–20;

    2 Cró. 36:14.b 2 Rey. 23:27; 24:2;

    Jer. 13:13–14;2 Ne. 1:4.

    c 2 Rey. 20:17–18;2 Ne. 25:10;Omni 1:15.

    14a Alma 5:33–36;3 Ne. 9:14.

    [Aproximadamente600 a.C.]

  • 3 1 NEFI 1:16–2:1

    su alma se regocijaba y todosu corazón estaba henchido acausa de las cosas que habı́a vis-to, sı́, que el Señor le habı́a mos-trado.

    16 Y yo, Nefi, no doy cuentacompleta de lo que mi padre haescrito, porque ha escrito mu-chas cosas que vio en visiones ysueños; y ha escrito tambiénmuchas cosas que aprofetizó yhabló a sus hijos, de las que nodaré cuenta entera,17 sino que haré una relación

    de los hechos de mi vida. Heaquı́, haré un acompendio de losbanales de mi padre sobre plan-chas que he preparado con mispropias manos; por tanto, des-pués que los haya compendia-do, escribiré la historia de mipropia vida.18 Por lo tanto, quisiera que su-

    pieseis que después que el Se-ñor hubo mostrado a mi padreLehi tantas cosas maravillosas,sı́, con respecto a la adestrucciónde Jerusalén, he aquı́, mi padresalió entre el pueblo y empezó abprofetizar y a declararles con-cerniente a lo que él habı́a vistoy oı́do.

    19 Y aconteció que los judı́os seaburlaron de él por las cosas quetestificó de ellos, porque verda-deramente les testificó de susmaldades y abominaciones; yles dio testimonio de que las co-

    sas que habı́a visto y oı́do, ası́como las que habı́a leı́do en ellibro, manifestaban claramentela venida de un bMesı́as y tam-bién la redención del mundo.

    20 Y cuando los judı́os oyeronesto, se irritaron contra él, sı́, talcomo contra los profetas de laantigüedad, a quienes habı́anaechado fuera, y apedreado, ymatado; y procuraron tambiénquitarle la vida. Pero he aquı́,yo, Nefi, os mostraré que lasentrañables bmisericordias delSeñor se extienden sobre todosaquellos que, a causa de su fe, élha escogido, para fortalecerlos,sı́, hasta tener el poder de librar-se.

    CAPÍTULO 2

    Lehi lleva a su familia al desiertojunto al Mar Rojo—Abandonansus bienes—Lehi ofrece un sacrifi-cio al Señor y enseña a sus hijos aguardar los mandamientos—La-mán y Lemuel murmuran contra supadre—Nefi es obediente y ora confe; el Señor le habla y es escogidopara gobernar a sus hermanos.

    PORQUE he aquı́, aconteció queel Señor habló a mi padre, sı́,aun en un sueño, y le dijo: Ben-dito eres tú, Lehi, por lo que hashecho; y porque has sido fiel, yhas declarado a este pueblo las

    16a 1 Ne. 7:1.17a 1 Ne. 9:2–5.

    b 1 Ne. 6:1–3; 19:1–6;2 Ne. 5:29–33;DyC 10:38–46.

    18a 2 Ne. 25:9–10;DyC 5:20.

    b gee Profecı́a,profetizar.

    19a 2 Cró. 36:15–16;Jer. 25:4;1 Ne. 2:13; 7:14.

    b gee Mesı́as.20a Hel. 13:24–26.

    b Alma 34:38;DyC 46:15.gee Misericordioso,misericordia.

    [Aproximadamente600 a.C.]

  • 1 NEFI 2:2–13 4

    cosas que yo te mandé, he aquı́,tratan de aquitarte la vida.

    2 Y sucedió que el Señor leamandó a mi padre, en un bsue-ño, que cpartiese para el desiertocon su familia.3 Y aconteció que fue aobe-

    diente a la palabra del Señor;por tanto, hizo lo que el Señor lemandó.4 Y ocurrió que *salió para el

    desierto; y abandonó su casa, yla tierra de su herencia, y su oro,su plata y sus objetos preciosos,y no llevó nada consigo, salvo asu familia, y provisiones y tien-das, y se adirigió al desierto.5 Y descendió por los contor-

    nos cerca de las riberas del aMarRojo, y viajó por el desierto porlos lados que están más próxi-mos a este mar; y viajó por eldesierto con su familia, integra-da por Sar ı́ah, mi madre, ybLamán, Lemuel y Sam, mis her-manos mayores.

    6 Y aconteció que después dehaber viajado tres dı́as por eldesierto, asentó su tienda en unavalle situado a la orilla de unrı́o de agua.7 Y sucedió que erigió un aaltar

    de bpiedras y presentó unaofrenda al Señor, y dio cgraciasal Señor nuestro Dios.8 Y al rı́o que desaguaba en el

    Mar Rojo dio el nombre de La-

    mán; y el valle se extendı́a porlas riberas del rı́o y llegaba hastacerca de su desembocadura.

    9 Y cuando mi padre vio quelas aguas del rı́o desembocabanen la fuente del Mar Rojo, hablóa Lamán, diciendo: ¡Oh, si fue-ras semejante a este rı́o, fluyen-do continuamente en la fuentede toda rectitud!

    10 Y dijo también a Lemuel:¡Oh, si fueras tú semejante a es-te valle, firme, constante e in-mutable en guardar los manda-mientos del Señor!

    11 Esto habló por causa de ladureza de cerviz de Lamán yLemuel; pues he aquı́, amur-muraban contra su bpadre enmuchas cosas, porque era unhombre cvisionario, y los habı́asacado de la tierra de Jerusalén,abandonando la tierra de su he-rencia, y su oro, y su plata y susobjetos preciosos, para pereceren el desierto. Y decı́an quehabı́a hecho esto por motivo delas locas imaginaciones de sucorazón.

    12 Y ası́ era como Lamán y Le-muel, que eran los mayores,murmuraban en contra de supadre; y hacı́an esto porque noaconocı́an la manera de proce-der de aquel Dios que los habı́acreado.

    13 Ni cre ı́an tampoco que

    2 1a 1 Ne. 7:14.2a 1 Ne. 5:8; 17:44.

    b gee Sueños.c Gén. 12:1;

    2 Ne. 10:20; Éter 1:42;Abr. 2:3.

    3a gee Obediencia,obediente, obedecer.

    4a 1 Ne. 10:4; 19:8.

    5a 1 Ne. 16:14;DyC 17:1.

    b gee Lamán.6a 1 Ne. 9:1.7a Gén. 12:7–8; Éx. 24:4;

    Abr. 2:17.b Éx. 20:25;

    Deut. 27:5–6.c gee Acción de

    gracias,agradecimiento.

    11a 1 Ne. 17:17.gee Murmurar.

    b Prov. 20:20.c 1 Ne. 5:2–4.

    12a Moisés 4:6.

    [*600 a.C.]

  • 5 1 NEFI 2:14–24

    aquella gran ciudad de Jerusa-lén pudiera ser adestruida con-forme a las palabras de los pro-fetas; y eran semejantes a los ju-dı́os que estaban en Jerusalén,los cuales procuraban quitarle lavida a mi padre.14 Y aconteció que mi padre les

    habló en el valle de Lemuel conapoder, pues estaba lleno del Es-pı́ritu, al grado de que sus cuer-pos btemblaron delante de él, ylos confundió, de modo que noosaron hablar contra él; por tan-to, hicieron lo que él les mandó.

    15 Y vivı́a mi padre en unatienda.16 Y sucedió que yo, Nefi, sien-

    do muy joven todavı́a, aunquegrande de estatura, y teniendograndes deseos de conocer losamisterios de Dios, clamé portanto al Señor; y he aquı́ queél me bvisitó y centerneció micorazón, de modo que dcreı́ to-das las palabras que mi epadrehabı́a hablado; ası́ que no merebelé en contra de él como lohabı́an hecho mis hermanos.17 Y le hablé a Sam, decla-

    rándole las cosas que el Señorme habı́a manifestado por me-dio de su Santo Espı́ritu. Yaconteció que él creyó en mispalabras.

    1 8 M a s h e a q u ı́ , L a m á n yLemuel no quisieron escucharmis palabras; por lo que, aafligi-do por la dureza de sus corazo-nes, rogué al Señor por ellos.

    19 Y aconteció que el Señorme habló, diciendo: Benditoeres tú, Nefi, a causa de tu afe,porque me has buscado diligen-temente con humildad de cora-zón.

    20 Y según guardéis mis man-damientos, aprosperaréis y se-réis conducidos a una btierra depromisión, sı́, a una tierra queyo he preparado para vosotros,una tierra escogida sobre todaslas demás.

    21 Y según se rebelen tus her-manos contra ti, serán asepara-dos de la presencia del Señor.

    22 Y según tú guardes mismandamientos, serás puestopor agobernante y maestro so-bre tus hermanos.

    23 Porque he aquı́, el dı́a enque se rebelaren contra mı́, yolos amaldeciré con penosa mal-dición, y no tendrán ningúnpoder sobre tu posteridad, amenos que ella también se rebe-lare contra mı́.24 Y si tu posteridad se rebela-

    re contra mı́, ellos les serán poraazote a tus descendientes, para

    13a Jer. 13:14;1 Ne. 1:13.

    14a gee Poder.b 1 Ne. 17:45.

    16a gee Misterios deDios.

    b Sal. 8:4;Alma 17:10;DyC 5:16.gee Revelación.

    c 1 Rey. 18:37;Alma 5:7.

    d 1 Ne. 11:5.e gee Padre terrenal;

    Profeta.18a Alma 31:24;

    3 Ne. 7:16.19a 1 Ne. 7:12; 15:11.20a Josué 1:7;

    1 Ne. 4:14;Mos. 1:7.

    b Deut. 33:13–16;1 Ne. 5:5; 7:13;Moisés 7:17–18.

    gee Tierra Prometida.21a 2 Ne. 5:20–24;

    Alma 9:13–15; 38:1.22a Gén. 37:8–11;

    1 Ne. 3:29.23a Deut. 11:28;

    1 Ne. 12:22–23;DyC 41:1.

    24a Josué 23:13;Jue. 2:22–23.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 1 NEFI 3:1–13 6bestimularlos a que se acuerdende mı́.

    CAPÍTULO 3

    Los hijos de Lehi vuelven a Jerusa-lén para conseguir las planchas debronce—Labán se niega a entregar-las—Nefi exhorta y anima a sushermanos—Labán se apodera desus bienes y procura matarlos—Lamán y Lemuel golpean a Nefi ya Sam, y son reprendidos por unángel.

    Y ACONTECIÓ que después de ha-blar con el Señor, yo, Nefi, volvı́a la tienda de mi padre.2 Y sucedió que me habló, di-

    ciendo: He aquı́, he soñado unasueño, en el que el Señor meha mandado que tú y tus her-manos volváis a Jerusalén.3 Pues he aquı́, Labán tiene los

    anales de los judı́os, ası́ comouna agenealogı́a de mis antepa-sados; y están grabados sobreplanchas de bronce.

    4 Por lo que el Señor me hamandado que tú y tus hermanosvayáis a la casa de Labán, y pro-curéis los anales y los traigáisaquı́ al desierto.5 Y he aquı́, tus hermanos mur-

    muran, diciendo que lo que yoles he requerido es cosa difı́cil;pero no soy yo quien se lo re-

    quiere, sino que es un manda-miento del Señor.

    6 Por lo tanto, ve tú, hijo mı́o, yel Señor te favorecerá porqueano has murmurado.7 Y sucedió que yo, Nefi, dije a

    mi padre: aIré y haré lo que elSeñor ha mandado, porque séque él nunca da bmandamientosa los hijos de los hombres sincprepararles la vı́a para quecumplan lo que les ha mandado.

    8 Y aconteció que mi padrequedó altamente complacido aloı́r estas palabras, porque com-prendió que el Señor me habı́abendecido.

    9 Y yo, Nefi, y mis hermanosemprendimos la marcha por eldesierto, con nuestras tiendas,para subir a la tierra de Jerusa-lén.

    10 Y aconteció que cuando hu-bimos subido a la tierra de Jeru-salén, yo y mis hermanos deli-beramos unos con otros.

    11 Y aechamos suertes para vercuál de nosotros irı́a a la casa deLabán. Y sucedió que la suertecayó sobre Lamán, y fue y entróen la casa de Labán y habló conél mientras estaba sentado ensu casa.

    12 Y le pidió a Labán los analesque estaban grabados sobre lasplanchas de bronce que conte-nı́an la agenealogı́a de mi padre.13 Y he aquı́, aconteció que

    24b 2 Ne. 5:25.3 2a gee Sueños.3a 1 Ne. 5:14.6a gee Sostenimiento

    de lı́deres de laIglesia.

    7a 1 Sam. 17:32;

    1 Rey. 17:11–15.gee Fe; Obediencia,obediente, obedecer.

    b gee Mandamientosde Dios.

    c Gén. 18:14;Filip. 4:13;

    1 Ne. 17:3, 50;DyC 5:34.

    11a Neh. 10:34;Hech. 1:26.

    12a 1 Ne. 3:3; 5:14.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 7 1 NEFI 3:14–26

    Labán se llenó de ira y lo echóde su presencia; y no quiso queél tuviera los anales. Por tanto,le dijo: He aquı́, tú eres un la-drón, y te voy a matar.14 Pero Lamán huyó de su pre-

    sencia, y nos contó lo que Labánhabı́a hecho. Y empezamos aafligirnos en extremo, y mis her-manos estaban a punto de vol-ver a mi padre en el desierto.15 Pero he aquı́, yo les dije: Ası́

    como el Señor vive, y como no-sotros vivimos, no descendere-mos hasta nuestro padre en eldesierto hasta que hayamoscumplido lo que el Señor nos hamandado.16 Por tanto, seamos fieles en

    guardar los mandamientos delSeñor. Descendamos, pues, a latierra de la aherencia de nuestropadre, pues he aquı́, él dejó oroy plata y toda clase de riquezas;y ha hecho todo esto a causa delos bmandamientos del Señor.17 Porque sabı́a que Jerusalén

    debe ser adestruida a causa de lainiquidad del pueblo.18 Pues he aquı́, han arechaza-

    do las palabras de los profetas.Por tanto, si mi padre hubierapermanecido en el paı́s despuésde habérsele bmandado salir deél, habrı́a perecido también. Porlo que ha sido necesario que sal-ga del paı́s.19 Y he aquı́, es prudente para

    Dios que obtengamos estos

    aanales a fin de que preserve-mos para nuestros hijos el idio-ma de nuestros padres;

    20 y también para apreservarleslas palabras que han salido de laboca de todos los santos profe-tas, las cuales les han sido dadaspor el Espı́ritu y poder de Dios,desde el principio del mundo,hasta el dı́a de hoy.

    21 Y aconteció que, hablandode este modo, persuadı́ a mishermanos a que fueran fieles enguardar los mandamientos deDios.

    22 Y sucedió que descendimosa la tierra de nuestra herencia yrecogimos nuestro aoro, y nues-tra plata y todos nuestros obje-tos preciosos.

    23 Y después de haber recogi-do estas cosas, volvimos a la ca-sa de Labán.24 Y acaeció que entramos

    donde estaba Labán, y le pedi-mos que nos diera los analesque estaban grabados sobre lasaplanchas de bronce, a cambiode los cuales le entregarı́amosnuestro oro, y nuestra plata, ytodas nuestras cosas preciosas.

    25 Y aconteció que cuando La-bán vio nuestros bienes, y queeran grandes en extremo, él losacodició; por lo que nos echófuera y mandó a sus siervos quenos mataran, a fin de apoderar-se de nuestros bienes.

    26 Sucedió, pues, que huimos

    16a 1 Ne. 2:4.b 1 Ne. 2:2; 4:34.

    17a 2 Cró. 36:16–20;Jer. 39:1–9;1 Ne. 1:13.

    18a gee Rebelión.

    b 1 Ne. 16:8.19a Omni 1:17;

    Mos. 1:2–6.20a gee Escrituras—Las

    Escrituras debenpreservarse.

    22a 1 Ne. 2:4.24a 1 Ne. 3:3.25a gee Codiciar.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 1 NEFI 3:27–4:3 8

    delante de los siervos de Labán,y nos vimos obligados a abando-nar nuestros bienes, que caye-ron en manos de Labán.27 Y huimos al desierto sin que

    nos alcanzaran los siervos deLabán, y nos escondimos en laoquedad de una roca.28 Y aconteció que Lamán se

    irritó conmigo y también con mipadre; y lo mismo hizo Lemuel,porque se dejó llevar por las pa-labras de Lamán. Por tanto, La-mán y Lemuel nos hablaronmuchas palabras aásperas a no-sotros, sus hermanos menores, yhasta nos golpearon con una va-ra.29 Y sucedió que mientras nos

    golpeaban con la vara, he aquı́,vino un aángel del Señor y sepuso ante ellos, y les habló, di-ciendo: ¿Por qué golpeáis avuestro hermano menor conuna vara? ¿No sabéis que el Se-ñor lo ha escogido para ser bgo-bernante sobre vosotros, y esto acausa de vuestras iniquidades?He aquı́, subiréis de nuevo a Je-rusalén y el Señor entregará aLabán en vuestras manos.30 Y luego que nos hubo habla-

    do, el aángel se fue.31 Y después que el ángel hubo

    partido, Lamán y Lemuel empe-zaron otra vez a amurmurar, di-ciendo: ¿Cómo es posible que elSeñor entregue a Labán ennuestras manos? He aquı́, es un

    hombre poderoso, y puedemandar a cincuenta, sı́, y aunpuede matar a cincuenta; luego,¿por qué no a nosotros?

    CAPÍTULO 4

    Nefi mata a Labán por mandato delSeñor y luego obtiene las planchasde bronce por una estratagema—Zoram opta por unirse a la familiade Lehi en el desierto.

    Y ACONTECIÓ que hablé a mishermanos diciéndoles: Subamosde nuevo a Jerusalén, y seamosafieles en guardar los manda-mientos del Señor, pues he aquı́,él es más poderoso que toda latierra. ¿Por qué, pues, no ha deser más bpoderoso que Labáncon sus cincuenta, o aun con susdecenas de millares?

    2 Subamos pues, y seamosafuertes como bMoisés; porqueél de cierto habló a las aguas delcMar Rojo y se apartaron a uno yotro lado, y nuestros padres sa-lieron de su cautividad sobretierra seca, y los ejércitos de Fa-raón los persiguieron y se aho-garon en las aguas del Mar Rojo.

    3 He aquı́, a vosotros os constala certeza de esto, y también sa-béis que un aángel os ha habla-do; ¿cómo, pues, podéis dudar?Subamos hasta allá; el Señorpuede librarnos como a nues-

    28a 1 Ne. 17:17–18.29a 1 Ne. 4:3; 7:10.

    gee Ángeles.b 1 Ne. 2:22.

    30a 1 Ne. 16:38.31a gee Murmurar.

    4 1a gee Valor, valiente;Fe.

    b 1 Ne. 7:11–12.2a Deut. 11:8.

    b gee Moisés.c Éx. 14:21;

    1 Ne. 17:26;Mos. 7:19.

    3a 1 Ne. 3:29–31; 7:10.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 9 1 NEFI 4:4–17

    tros padres, y destruir a Labáncomo a los egipcios.4 Y cuando hube hablado estas

    palabras, todavı́a estaban irrita-dos, y continuaron murmuran-do; sin embargo, me siguieronhasta que llegamos a los murosde Jerusalén.5 Y era ya de noche; e hice que

    se ocultaran fuera del muro. Ycuando se hubieron escondido,yo, Nefi, entré furtivamente enla ciudad y me dirigı́ a la casa deLabán.6 E iba aguiado por el Espı́ritu,

    sin bsaber de antemano lo quetendrı́a que hacer.7 No obstante, seguı́ adelante,

    y al acercarme a la casa de La-bán vi a un hombre, y éste habı́acaı́do al suelo delante de mı́,porque estaba ebrio de vino.8 Y al acercarme a él, hallé que

    era Labán.9 Y percibiendo su aespada, la

    saqué de la vaina; y el puño erade oro puro, labrado de una ma-nera admirable, y vi que la hojaera de un acero finı́simo.10 Y aconteció que el Espı́ritu

    me acompelió a que matara a La-bán; pero dije en mi corazón: Yonunca he derramado sangre hu-mana. Y me sobrecogı́ y deseéno tener que matarlo.11 Y el Espı́ritu me dijo de nue-

    vo: He aquı́ el aSeñor lo ha pues-to en tus manos. Sı́, y yo tam-

    bién sabı́a que habı́a intentadoquitarme la vida, y que él noquerı́a escuchar los manda-mientos del Señor; y además, sehabı́a bapoderado de nuestrosbienes.

    12 Y sucedió que otra vez medijo el Espı́ritu: Mátalo, porqueel Señor lo ha puesto en tus ma-nos;

    13 he aquı́ que el Señor ades-truye a los bmalvados para quese cumplan sus justos designios.Es cpreferible que muera unhombre a dejar que una nacióndegenere y perezca en la incre-dulidad.

    14 Y cuando yo, Nefi, hube oı́-do estas palabras, me acordé delas que el Señor me habı́a habla-do en el desierto, diciendo: aEntanto que tus descendientesguarden mis bmandamientos,cprosperarán en la dtierra depromisión.

    15 Sı́, y también consideré queno podrı́an guardar los manda-mientos del Señor según la leyde Moisés, a menos que tuvie-ran esa ley.

    16 Y también sabı́a que la aleyestaba grabada sobre las plan-chas de bronce.

    17 Y además, sabı́a que el Se-ñor habı́a puesto a Labán en mismanos para este fin: que yo ob-tuviese los anales, de acuerdocon sus mandamientos.

    6a gee Espı́ritu Santo;Inspiración, inspirar.

    b Heb. 11:8.9a 2 Ne. 5:14; DyC 17:1.

    10a Alma 14:11.11a 1 Sam. 17:41–49.

    b 1 Ne. 3:26.

    13a 1 Ne. 17:33–38;DyC 98:31–32.

    b gee Inicuo, iniquidad.c Alma 30:47.

    14a Omni 1:6; Mos. 2:22;Éter 2:7–12.

    b gee Mandamientos

    de Dios.c 1 Ne. 2:20.d 1 Ne. 17:13–14;

    Jacob 2:12.16a gee Ley de Moisés.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 1 NEFI 4:18–34 10

    18 Por lo que, obedeciendo lavoz del Espı́ritu y cogiendoa Labán por los cabellos, le cor-t é la cabeza con su propiaaespada.19 Y después que le hube cor-

    tado la cabeza con su propia es-pada, tomé las ropas de Labán yme vestı́ con ellas, poniéndome-las todas, y me ceñı́ los lomoscon su armadura.20 Y cuando hube hecho todo

    esto, me dirigı́ al lugar donde sehallaba el tesoro de Labán. Y alacercarme a ese sitio, encontréal asiervo de Labán que guarda-ba las llaves del tesoro, e imitan-do la voz de su amo, le mandéque me acompañara al lugar deltesoro.21 Y él supuso que yo era su

    amo Labán, pues vio la ropa ytambién la espada ceñida a micintura.22 Y me habló concerniente a

    los ancianos de los judı́os, por-que sabı́a que su amo Labán ha-bı́a estado entre ellos durante lanoche.23 Y le hablé como si yo hubie-

    se sido Labán.24 Y también le dije que yo te-

    nı́a que llevar los grabados, queestaban sobre las aplanchas debronce, a mis hermanos mayo-res que se hallaban del otro ladode las murallas.25 Y también le mandé que me

    siguiera.26 Y creyendo él que me refe-

    rı́a a los hermanos de la iglesia,y que era en verdad Labán, a

    quien yo habı́a matado, me si-guió.27 Y me habló muchas veces

    acerca de los ancianos de los ju-dı́os, mientras me dirigı́a haciadonde estaban mis hermanosfuera de las murallas.

    28 Y aconteció que cuando La-mán me vio, se asustó en extre-mo, lo mismo que Lemuel ySam; y huyeron de mi presen-cia, porque creı́an que era La-bán, y que me habı́a quitado lavida, e iba a matarlos también aellos.

    29 Y aconteció que los llamé, yellos me oyeron; por tanto, cesa-ron de huir de mi presencia.

    30 Y cuando el siervo de Labánvio a mis hermanos, empezó atemblar, y estaba a punto dehuir de mı́ y volver a la ciudadde Jerusalén.31 Y yo, Nefi, siendo un hom-

    bre grande de estatura, y ha-biendo recibido mucha afuerzadel Señor, prendı́ al siervo deLabán y lo detuve para que nose escapara.

    32 Y sucedió que le dije que siquerı́a escuchar mis palabras,ası́ como vive el Señor, y comovivo yo, que si prestaba aten-ción a nuestras palabras, le per-donarı́amos la vida.

    33 Y le hablé, sı́, le hice ajura-mento de que no tenı́a por quétemer; que serı́a libre como no-sotros si descendı́a con nosotrosal desierto.

    34 Y también le dije: Cierta-mente el Señor nos ha amanda-

    18a 1 Sam. 17:51.20a 2 Ne. 1:30.24a 1 Ne. 3:12, 19–24;

    5:10–22.31a Mos. 9:17;

    Alma 56:56.

    33a gee Juramento.34a 1 Ne. 2:2; 3:16.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 11 1 NEFI 4:35–5:6

    do hacer esto, y ¿no debemosser diligentes en guardar losmandamientos del Señor? Porlo tanto, si desciendes al desier-to adonde está mi padre, habrálugar para ti entre nosotros.35 Y sucedió que aZoram cobró

    ánimo al oı́r las palabras que lehablé. Ahora bien, Zoram era elnombre de este siervo; y prome-tió que descenderı́a al desierto adonde estaba nuestro padre. Sı́,y también nos hizo juramentode que permanecerı́a desde en-tonces con nosotros.36 Ahora bien, deseábamos

    que permaneciera con nosotrospor esta razón: que los judı́os nosupieran de nuestra huida al de-sierto, no fuera que nos persi-guieran y nos destruyeran.37 Y aconteció que cuando

    Zoram se ajuramentó, cesaronnuestros temores con respecto aél.38 Y sucedió que tomamos las

    planchas de bronce y al siervode Labán, y partimos para el de-sierto y viajamos hacia la tiendade nuestro padre.

    CAPÍTULO 5

    Sarı́ah se queja contra Lehi— Am-bos se regocijan por el regreso desus hijos—Ofrecen sacrificios—Las planchas de bronce contienenlos escritos de Moisés y de los profe-tas—En ellas se indica que Lehi esdescendiente de José—Lehi profeti -

    za acerca de sus descendientes y dela preservación de las planchas.

    Y ACONTECIÓ que después de ha-ber viajado por el desierto hastadonde estaba nuestro padre, heaquı́, éste se llenó de gozo; ytambién mi madre aSarı́ah se re-gocijó en extremo, porque ver-daderamente se habı́a afligidopor nosotros;

    2 porque creı́a que habı́amosperecido en el desierto, y tam-bién se habı́a quejado muchocontra mi padre, acusándolo devisionario, diciendo: Tú nos hassacado de la tierra de nuestraherencia, y mis hijos ya no exis-ten y nosotros pereceremos enel desierto.

    3 Y según esta manera de ha-blar, mi madre se habı́a quejadocontra mi padre.

    4 Y habı́a sucedido que mi pa-dre le habı́a hablado, diciendo:Sé que soy hombre avisionario,porque si no hubiera visto lascosas de Dios en una bvisión, nohabrı́a conocido su bondad, sinoque hubiera permanecido en Je-rusalén y perecido con mis her-manos.

    5 Pero he aquı́, he obtenidouna atierra de promisión y meregocijo en estas cosas; sı́, y yobsé que el Señor librará a mis hi-jos de las manos de Labán, y loshará volver a nosotros en el de-sierto.

    6 Y con estas palabras mi padre

    35a 1 Ne. 16:7;2 Ne. 5:5–6.gee Zoram,zoramitas.

    37a Josué 9:1–21;Ecle. 5:4.

    gee Juramento.5 1a gee Sarı́ah.4a 1 Ne. 2:11.

    b 1 Ne. 1:8–13.gee Visión.

    5a 1 Ne. 2:20; 18:8,

    22–23.gee Tierra prometida.

    b gee Fe.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 1 NEFI 5:7–16 12

    Lehi consoló a mi madre Sarı́ah,con respecto a nosotros, mien-tras viajábamos por el desiertohacia la tierra de Jerusalén paraobtener los anales de los judı́os;7 y cuando volvimos a la tien-

    da de mi padre, se llenaron degozo; y mi madre se consoló.

    8 Y ella habló, diciendo: Ahorasé con certeza que el Señor haamandado a mi marido que hu-ya al desierto; sı́, y también séde seguro que el Señor ha prote-gido a mis hijos, los ha libradode las manos de Labán y les hadado poder para bllevar a cabolo que el Señor les ha mandado.Y según esta manera de hablarse expresó ella.9 Y aconteció que se regocija-

    ron en extremo, y ofrecieronasacrificios y holocaustos al Se-ñor; y dieron bgracias al Dios deIsrael.10 Y después de haber dado

    gracias al Dios de Israel, mi pa-dre Lehi tomó los anales que es-taban grabados sobre las aplan-chas de bronce, y los examinódesde el principio.11 Y vio que contenı́an los cin-

    co alibros de Moisés, los cualesrelataban la historia de la crea-ción del mundo, y también de

    Adán y Eva, nuestros primerospadres;

    12 y asimismo la ahistoria de losjudı́os desde su principio, aunhasta el comienzo del reinadode Sedequı́as, rey de Judá;13 y también las profecı́as de

    los santos profetas desde elprincipio, hasta comenzar el rei-nado de aSedequı́as, y muchasprofecı́as declaradas por bocade bJeremı́as.14 Y aconteció que mi padre

    Lehi también halló sobre lasaplanchas de bronce la genealo-gı́a de sus padres, por lo que su-po que descendı́a de bJosé, sı́,aquel José que era hijo de cJacob,que fue dvendido para Egipto yepreservado por la mano delSeñor para que salvara del ham-bre a su padre Jacob y a toda sucasa.

    15 Y también fueron alibradosdel cautiverio y conducidosfuera del paı́s de Egipto por elmismo Dios que los habı́a pre-servado.

    16 Ası́ fue que mi padre Lehidescubrió la genealogı́a de susantepasados. Y Labán tambiénera descendiente de aJosé, por loque él y sus padres habı́an lleva-do los anales.

    8a 1 Ne. 2:2.b 1 Ne. 3:7.

    9a Mos. 2:3;3 Ne. 9:19–20.gee Ley de Moisés.

    b gee Acción degracias,agradecimiento.

    10a 1 Ne. 4:24, 38; 13:23.gee Planchas debronce.

    11a 1 Ne. 19:23.gee Pentateuco.

    12a 1 Cró. 9:1.gee Escrituras.

    13a 2 Rey. 24:18;Jer. 37:1.

    b Esd. 1:1;Jer. 36:17–32;1 Ne. 7:14;Hel. 8:20.

    14a 1 Ne. 3:3, 12.gee Planchas debronce.

    b 2 Ne. 3:4;Alma 10:3.

    gee José, hijo deJacob.

    c gee Jacob, hijo deIsaac.

    d Gén. 37:29–36.e Gén. 45:4–5.

    15a Éx. 13:17–18;Amós 3:1–2;1 Ne. 17:23–31;DyC 103:16–18; 136:22.

    16a 1 Ne. 6:2.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 13 1 NEFI 5:17–6:6

    17 Y cuando mi padre vio to-das estas cosas, fue lleno del Es-pı́ritu y empezó a profetizaracerca de sus descendientes:18 Que estas planchas de bron-

    ce irı́an a todas las naciones, tri-bus, lenguas y pueblos que fue-ran de su simiente.19 Por tanto, dijo que estas

    planchas anunca perecerı́an, nijamás el tiempo las empañarı́a.Y profetizó muchas cosas encuanto a su posteridad.20 Y sucedió que hasta este

    punto mi padre y yo habı́amosguardado los mandamientos queel Señor nos habı́a mandado.21 Y habı́amos obtenido los

    anales que el Señor nos habı́amandado, y los escudriñamos ydescubrimos que eran desea-bles; sı́, de gran avalor para no-sotros, por motivo de que po-drı́amos bpreservar los manda-mientos del Señor para nuestroshijos.22 Por lo tanto, fue en la sabi-

    durı́a del Señor que los llevára-mos con nosotros mientras via-jábamos por el desierto hacia latierra de promisión.

    CAPÍTULO 6

    Nefi escribe acerca de las cosas deDios—El propósito de Nefi es per-suadir a los hombres a venir al Diosde Abraham y ser salvos.

    AHORA bien, yo, Nefi, no doy lagenealogı́a de mis padres enaesta parte de mis anales; nitampoco la daré en ningún otromomento sobre estas bplanchasque estoy escribiendo, porquese halla en los anales que mi cpa-dre ha llevado, y por eso no laescribo en esta obra.

    2 Básteme decir que somosdescendientes de aJosé.

    3 Y no me parece importanteocuparme en una narracióncompleta de todas las cosas demi padre, porque no se puedenescribir sobre aestas planchas,pues deseo el espacio paraescribir acerca de las cosas deDios.

    4 Porque toda mi intención esapersuadir a los hombres a quebvengan al Dios de Abraham, yal Dios de Isaac, y al Dios de Ja-cob, y sean salvos.

    5 De modo que no escribo lascosas que aagradan al mundo,sino las que agradan a Dios y alos que no son del mundo.

    6 Por tanto, daré un manda-miento a mis descendientes deque no ocupen estas planchascon cosas que no sean de valorpara los hijos de los hombres.

    CAPÍTULO 7

    Los hijos de Lehi vuelven a Jerusa-lén e invitan a Ismael y a su familia

    19a Alma 37:4–5.21a gee Escrituras—El

    valor de lasescrituras.

    b 2 Ne. 25:26.6 1a 2 Ne. 4:14–15.

    b 1 Ne. 9:2.

    c 1 Ne. 1:16–17;19:1–6.

    2a 1 Ne. 5:14–16.3a Jacob 7:27;

    Jarom 1:2, 14;Omni 1:30.

    4a Juan 20:30–31. Véase

    la portada del Librode Mormón.

    b 2 Ne. 9:41, 45, 51.5a 1 Tes. 2:4;

    P. de Morm. 1:4.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 1 NEFI 7:1–12 14

    a unirse a ellos en su viaje—Lamány otros se rebelan—Nefi exhorta asus hermanos a tener fe en el Se-ñor—Lo atan con cuerdas y proyec-tan quitarle la vida—Es librado porel poder de la fe—Sus hermanos lepiden perdón—Lehi y los que loacompañan ofrecen sacrificios y ho-locaustos.

    Y AHORA quisiera que supieseisque cuando mi padre Lehi hu-bo concluido de aprofetizar con-cerniente a su posteridad, elSeñor le habló de nuevo, dicien-do que no convenı́a que él ,Lehi, llevase a su familia sola aldesierto; sino que sus hijosdebı́an tomar bmujeres por ces-posas para levantar posteridadpara el Señor en la tierra de pro-misión.

    2 Y aconteció que el Señor leamandó que yo, Nefi, y mishermanos volviésemos a latierra de Jerusalén, y llevára-mos a Ismael y su familia al de-sierto.3 Y aconteció que yo, Nefi, y

    mis hermanos viajamos aotravez por el desierto para subir aJerusalén.4 Y sucedió que llegamos a la

    casa de Ismael, y hallamos favorante sus ojos, de modo que pu-dimos anunciarle las palabrasdel Señor.5 Y el Señor ablandó el corazón

    de Ismael y los de su casa; portanto, viajaron con nosotros al

    desierto a la tienda de nuestropadre.

    6 Y mientras ı́bamos por el de-sierto, he aquı́ que Lamán y Le-muel, dos de las hijas, y los dosahijos de Ismael y sus familias serebelaron contra nosotros, esdecir, contra mı́, Nefi, y contraSam y contra Ismael, y su esposay sus otras tres hijas.

    7 Y aconteció que en su rebe-lión deseaban regresar a la tierrade Jerusalén.

    8 Y yo, Nefi, aafligido por la du-reza de sus corazones, les hablé,sı́, a Lamán y a Lemuel, dicien-do: He aquı́, vosotros sois mishermanos mayores y ¿cómo esque sois tan duros de corazón, ytan ciegos de entendimiento,que tenéis necesidad de que yo,vuestro hermano menor, tengaque hablaros, sı́, y daros el ejem-plo?

    9 ¿Cómo es que no habéis escu-chado la palabra del Señor?

    10 ¿Cómo es que os habéis aol-vidado de haber visto a un án-gel del Señor?

    11 Sı́, y ¿cómo es que habéis ol-vidado cuán grandes cosas elSeñor ha hecho por nosotros,alibrándonos de las manos deLabán, y también ayudándonosa obtener los anales?

    12 Sı́, y ¿cómo es que habéis ol-vidado que el Señor tiene poderde hacer todas las acosas segúnsu voluntad, para los hijos delos hombres, si es que ejercen la

    7 1a 1 Ne. 5:17–19.b 1 Ne. 16:7.c gee Matrimonio.

    2a 1 Ne. 16:7–8.3a 1 Ne. 3:2–3.

    6a 2 Ne. 4:10.8a Alma 31:2;

    Moisés 7:41.10a Deut. 4:9;

    1 Ne. 3:29; 4:3.

    11a 1 Ne. 4.12a 1 Ne. 17:50;

    Alma 26:12.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 15 1 NEFI 7:13–22bfe en él? Por tanto, seámoslefieles.

    13 Y si es que le somos fieles,obtendremos la atierra de pro-misión; y sabréis en un tiempovenidero que será cumplida lapalabra del Señor respecto a labdestrucción de Jerusalén; por-que todo cuanto el Señor ha di-cho respecto de su destrucciónse cumplirá.14 Pues he aquı́, el Espı́ritu del

    Señor pronto cesará de lucharcon ellos; porque han arechaza-do a los profetas y han arrojadoa bJeremı́as en una prisión. Yhan procurado quitarle la cvidaa mi padre, hasta el punto dehacerlo huir del paı́s.15 Y ahora bien, he aquı́ os di-

    go que si volvéis a Jerusalén,también pereceréis con ellos. Ası́pues, si lo preferı́s, subid allá, yrecordad las palabras que os ha-blo, que si vais, también perece-réis; porque ası́ me constriñe ahablar el Espı́ritu del Señor.16 Y aconteció que cuando yo,

    Nefi, hube hablado estas pala-bras a mis hermanos, se irritaroncontra mı́. Y se lanzaron sobremı́, porque se habı́an enojadoen extremo, y me aataron concuerdas, pues intentaban quitar-me la vida, para luego abando-narme en el desierto, a fin deque fuera devorado por anima-les salvajes.17 Pero aconteció que oré al

    Señor, diciendo: ¡Oh Señor, se-gún mi fe en ti, lı́brame de lasmanos de mis hermanos; sı́, da-me fuerzas para aromper estasligaduras que me sujetan!

    18 Y cuando hube pronuncia-do estas palabras, he aquı́, fue-ron sueltas las ligaduras de mismanos y de mis pies, y ponién-dome delante de mis hermanos,les hablé otra vez.

    19 Y aconteció que se enfure-cieron conmigo de nuevo y tra-taron de apoderarse de mı́; perohe aquı́, una de las ahijas de Is-mael, sı́, y también su madre yuno de los hijos de Ismael, su-plicaron a mis hermanos de talmanera que ablandaron sus co-razones, y cesaron en sus es-fuerzos por quitarme la vida.

    20 Y sucedió que se sintieronapesadumbrados de su maldad,al grado de que se humillarondelante de mı́, suplicándomeque les perdonara aquello quehabı́an hecho conmigo.

    21 Y aconteció que les aperdo-né sinceramente todo cuantome habı́an hecho, y los exhortéa que pidieran al Señor su Diosque los perdonara. Y acontecióque ası́ lo hicieron. Y después dehaber orado al Señor, empren-dimos otra vez la marcha haciala tienda de nuestro padre.

    22 Y aconteció que bajamos ala tienda de nuestro padre; ycuando yo, mis hermanos y to-

    12b 1 Ne. 3:7; 15:11.13a 1 Ne. 2:20.

    gee Tierra prometida.b 2 Rey. 25:1–21;

    2 Ne. 6:8; 25:10;Omni 1:15;

    Hel. 8:20–21.14a Ezeq. 5:6;

    1 Ne. 1:18–20; 2:13.gee Rebelión.

    b Jer. 37:15–21.c 1 Ne. 2:1.

    16a 1 Ne. 18:11–15.17a Alma 14:26–28.19a 1 Ne. 16:7.21a gee Perdonar.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 1 NEFI 8:1–12 16

    da la casa de Ismael hubimos lle-gado a la tienda de mi padre,ellos dieron agracias al Señor suDios; y le ofrecieron bsacrificiosy holocaustos.

    CAPÍTULO 8

    Lehi ve una visión del árbol de lavida—Come de su fruto y desea quesu familia haga lo mismo—Ve unabarra de hierro, un sendero estrechoy angosto y el vapor de tinieblas queenvuelve a los hombres—Sarı́ah,Nefi y Sam comen del fruto, peroLamán y Lemuel no quieren hacer-lo.Y ACONTECIÓ que habı́amos re-cogido toda suerte de semillasde toda especie, tanto de granosde todas clases, como de todogénero de frutas.2 Y sucedió que mientras mi

    padre estaba en el desierto, noshabló, diciendo: He aquı́, he aso-ñado un sueño o, en otras pala-bras, he visto una bvisión.

    3 Y he aquı́, a causa de las cosasque he visto, tengo por qué re-gocijarme en el Señor por moti-vo de aNefi y de Sam; porquetengo razón para suponer queellos y también muchos de susdescendientes se salvarán.

    4 Pero he aquı́, aLamán y Le-muel, temo en gran manera porcausa de vosotros; pues he aquı́,

    me pareció ver en mi sueño undesierto obscuro y lúgubre.

    5 Y aconteció que vi a un hom-bre vestido con un amanto blan-co, el cual llegó y se puso delan-te de mı́.6 Y sucedió que me habló y me

    mandó que lo siguiera.7 Y aconteció que mientras lo

    seguı́a, vi que me hallaba en undesierto obscuro y lúgubre.

    8 Y después de haber camina-do en la obscuridad por el espa-cio de muchas horas, empecé aimplorarle al Señor que tuvieraacompasión de mı́, de acuerdocon la multitud de sus tiernasmisericordias.

    9 Y aconteció que después dehaber orado al Señor, vi unacampo grande y espacioso.10 Y sucedió que vi un aárbol

    cuyo bfruto era deseable parahacer a uno feliz.

    11 Y aconteció que me adelan-té y comı́ de su afruto; y percibı́que era de lo más dulce, supe-rior a todo cuanto yo habı́a pro-bado antes. Sı́, y vi que su frutoera blanco, y excedı́a a todabblancura que yo jamás hubieravisto.

    12 Y al comer de su fruto, mialma se llenó de un agozo in-menso; por lo que bdeseé queparticipara también de él mi fa-milia, pues sabı́a que su frutoera cpreferible a todos los demás.

    22a gee Acción de gracias,agradecimiento.

    b 1 Ne. 5:9.8 2a gee Sueños;

    Revelación.b 1 Ne. 10:17.

    gee Visión.3a 1 Ne. 8:14–18.

    4a 1 Ne. 8:35–36.5a JS—H 1:30–32.8a gee Misericordia,

    misericordioso.9a Mateo 13:38.

    10a Gén. 2:9;Apoc. 2:7; 22:2;1 Ne. 11:4, 8–25.

    gee Árbol de la vida.b Alma 32:41–43.

    11a Alma 5:34.b 1 Ne. 11:8.

    12a gee Gozo.b Alma 36:24.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 17 1 NEFI 8:13–26

    13 Y al dirigir la mirada enderredor, por si acaso descubrı́aa mi familia también, vi un arı́ode agua; y corrı́a cerca del ár-bol de cuyo fruto yo estabacomiendo.14 Y miré para ver de dónde

    procedı́a, y vi su fuente nomuy lejos de mı́; y en su ma-nantial vi a vuestra madre, Sa-rı́ah, y a Sam y a Nefi; y esta-ban allı́ como si no supieran adónde ir.15 Y aconteció que les hice se-

    ñas y también les dije en voz al-ta que vinieran hacia mı́ y parti-ciparan de aquel fruto que erapreferible a todos los demás.16 Y sucedió que vinieron ha-

    cia mı́ y también comieron delfruto del árbol.17 Y aconteció que yo sentı́ de-

    seos de que Lamán y Lemuel vi-nieran y comieran también deaquel fruto; por tanto, dirigı́ lavista hacia el manantial del rı́opor si acaso los veı́a.

    18 Y aconteció que los vi, peroano quisieron venir hacia mı́ pa-ra comer del fruto.19 Y percibı́ una abarra de hie-

    rro que se extendı́a por la orilladel rı́o y conducı́a al árbol don-de yo estaba.20 Y vi también un sendero

    aestrecho y angosto que corrı́a aun lado de la barra de hierrohasta el árbol, al lado del cual

    me hallaba; y también pasabapor donde brotaba el manantialhasta un bcampo grande y espa-cioso a semejanza de un mun-do.

    21 Y vi innumerables concur-sos de gentes, muchas de lascuales se estaban apremiando afin de llegar al asendero queconducı́a al árbol al lado delcual me hallaba.

    22 Y aconteció que se adelanta-ron y emprendieron la marchapor el sendero que conducı́a alárbol.

    23 Y ocurrió que surgió un ava-por de tinieblas, sı́, un suma-mente extenso vapor de tinie-blas, tanto ası́ que los que ha-bı́an entrado en el sendero seapartaron del camino, de mane-ra que se desviaron y se perdie-ron.

    24 Y sucedió que vi a otros quese adelantaban, y llegaron y seasieron del extremo de la barrade hierro, y avanzaron a travésdel vapor de tinieblas, asidos ala barra de hierro, hasta que lle-garon y participaron del afrutodel árbol.

    25 Y después de haber comidodel fruto del árbol, miraron enderredor de ellos, como si se ha-llasen aavergonzados.

    26 Y yo también dirigı́ la mira-da alrededor, y vi del otro ladodel rı́o un edificio grande y aes-

    12c 1 Ne. 15:36.13a 1 Ne. 12:16–18;

    15:26–29.18a 2 Ne. 5:20–25.19a Sal. 2:9;

    Apoc. 12:5;tjs, Rev. 19:15;1 Ne. 8:30; 11:25;

    15:23–24.20a Mateo 7:14;

    2 Ne. 31:17–20.b Mateo 13:38.

    21a gee Camino (vı́a).23a 1 Ne. 12:17; 15:24.24a 1 Ne. 8:10–12.25a Rom. 1:16;

    2 Tim. 1:8;Alma 46:21;Morm. 8:38.

    26a 1 Ne. 11:35–36; 12:18.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 1 NEFI 8:27–38 18

    pacioso que parecı́a erguirse enel aire, a gran altura de la tierra.27 Y estaba lleno de personas,

    tanto ancianas como jóvenes,hombres ası́ como mujeres; y laropa que vestı́an era excesiva-mente fina; y se hallaban en aac-titud de estar burlándose y se-ñalando con el dedo a los quehabı́an llegado hasta el fruto yestaban comiendo de él.

    28 Y después que hubieronaprobado del fruto, se bavergon-zaron a causa de los que se mo-faban de ellos; y ccayeron ensenderos prohibidos y se per-dieron.29 Y ahora bien, yo, Nefi, no

    relato atodas las palabras de mipadre;30 pero para ser breve en lo

    que escribo, he aquı́, él vio otrasmultitudes que avanzaban; yllegaron y se agarraron del ex-tremo de la abarra de hierro; ysiguieron hacia adelante, asidosconstantemente a la barra dehierro, hasta que llegaron, y sepostraron, y comieron del frutodel árbol.31 Y vio también otras amulti-

    tudes que se dirigı́an a tientashacia el grande y espacioso edi-ficio.

    32 Y aconteció que muchos seahogaron en las profundidadesde la afuente; y muchos otrosdesaparecieron de su vista, des-viándose por senderos extraños.

    33 Y grande era la multitudque entraba en aquel singularedificio. Y después de entrar enél nos señalaban con dedo deaescarnio a mı́ y también a losque participaban del fruto; perono les hicimos caso.

    34 Éstas son las palabras de mipadre: Pues todos los que lesahicieron caso se perdieron.35 Y ni aLamán ni Lemuel co-

    mieron del fruto, dijo mi padre.36 Y aconteció que luego que

    mi padre hubo relatado todas laspalabras de su sueño o visión,que fueron muchas, nos dijo quea causa de estas cosas que habı́avisto en la visión, temı́a en granmanera por Lamán y Lemuel; sı́,temı́a que fueran desterrados dela presencia del Señor.

    37 Y entonces los exhortó, contodo el sentimiento de un tiernoapadre, a que escucharan susconsejos, para que quizá el Se-ñor tuviera misericordia de ellosy no los desechara; sı́, mi padreles predicó.

    38 Y después de haberles pre-dicado, y también profetizadode muchas cosas, les mandó queguardaran los mandamientosdel Señor; y cesó de hablarles.

    CAPÍTULO 9

    Nefi prepara dos juegos de anales—A cada uno se da el nombre de plan -

    27a gee Orgullo.28a 2 Pe. 2:19–22.

    b Marcos 4:14–20; 8:38;Lucas 8:11–15;Juan 12:42–43.

    c gee Apostası́a.

    29a 1 Ne. 1:16–17.30a 1 Ne. 15:23–24.31a Mateo 7:13.32a 1 Ne. 15:26–29.33a gee Persecución,

    perseguir.

    34a Éx. 23:2.35a 1 Ne. 8:17–18;

    2 Ne. 5:19–24.37a gee Familia; Padres.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 19 1 NEFI 9:1–10:1

    chas de Nefi—Las planchas mayo-res contienen una historia seglar;las menores tienen que ver princi-palmente con cosas sagradas.

    Y TODAS estas cosas mi padrevio, oyó y dijo mientras vivı́a enuna tienda en el avalle de Le-muel, como también muchı́si-mas otras cosas más que no sepueden escribir sobre estasplanchas.2 Ahora bien, ya que he habla-

    do de estas planchas, he aquı́,no son las mismas sobre las queescribo la historia completa demi pueblo; pues a aaquéllas enque hago la relación completade mi pueblo he dado el nombrede Nefi; y por tanto, se llamanlas planchas de Nefi, conforme ami propio nombre; y estas plan-chas también se llaman las plan-chas de Nefi.3 Sin embargo, he recibido un

    mandato del Señor de que hicie-ra estas planchas para el aobjetoespecial de que se grabase unarelación del bministerio de mipueblo.4 Sobre las otras planchas se

    debe grabar la historia del reina-do de los reyes, y las guerras ycontiendas de mi pueblo; por lotanto, estas planchas son mayor-mente para el ministerio; y lasaotras son principalmente parael reinado de los reyes, y las

    guerras y contenciones de mipueblo.

    5 Por tanto, el Señor me hamandado hacer estas planchaspara un asabio propósito suyo,el cual me es desconocido.

    6 Pero el Señor asabe todas lascosas desde el principio; portanto, él prepara la vı́a para rea-lizar todas sus obras entre los hi-jos de los hombres; porque, heaquı́, él tiene todo bpoder para elcumplimiento de todas sus pala-bras. Y ası́ es. Amén.

    CAPÍTULO 10

    Lehi predice la cautividad en Babi-lonia—Habla de la venida entre losjudı́os de un Mesı́as, un Salvador,un Redentor—Lehi habla tambiénde la venida del que bautizarı́a alCordero de Dios—Lehi habla de lamuerte y de la resurrección del Me-sı́as—Compara el esparcimiento yel recogimiento de Israel con un oli-vo—Nefi habla acerca del Hijo deDios, del don del Espı́ritu Santo yde la necesidad de que haya recti-tud.

    Y AHORA yo, Nefi, procedo a ha-cer un relato sobre aestas plan-chas de la historia de mis he-chos, y mi reinado y ministerio;ası́ pues, para continuar con mirelación, debo decir algo más

    9 1a 1 Ne. 2:4–6, 8, 14–15;16:6.

    2a 1 Ne. 19:2, 4;Jacob 3:13–14;P. de Morm. 1:2–11;DyC 10:38–40.gee Planchas.

    3a DyC 3:19.

    b 1 Ne. 6:3.4a Jacob 1:2–4;

    P. de Morm. 1:10.5a 1 Ne. 19:3;

    P. de Morm. 1:7;Alma 37:2, 12, 14.

    6a 2 Ne. 9:20;DyC 38:2;

    Moisés 1:6, 35.gee Omnisciente.

    b Mateo 28:18.10 1a 1 Ne. 9:1–5; 19:1–6;

    Jacob 1:1–4.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 1 NEFI 10:2–11 20

    acerca de las cosas de mi padrey también de mis hermanos.2 Porque he aquı́, aconteció

    que luego que mi padre huboconcluido de relatar acerca desu asueño, y también de exhor-tarlos a ejercer toda diligencia,les habló acerca de los judı́os,3 que después que fuesen des-

    truidos, sı́, esa gran ciudad deaJerusalén, y muchos de ellosfuesen bllevados cautivos a cBa-bilonia, dvolverı́an otra vez deacuerdo con el propio y debidotiempo del Señor, sı́, volverı́ande su cautividad; y después devolver de su cautividad, posee-rı́an otra vez la tierra de su he-rencia.4 Sı́, aseiscientos años después

    de la partida de mi padre deJerusalén, el Señor Dios levanta-rı́a a un bprofeta entre los judı́os:sı́, un cMesı́as, o, en otras pala-bras, un Salvador del mundo.5 Y también habló concer-

    niente a los profetas: del grannúmero que habı́a atestificadode estas cosas referentes a esteMesı́as de quien él habı́a habla-do, o sea, de este Redentor delmundo.6 Por lo tanto, todo el género

    humano se hallaba en un estadoperdido y acaı́do, y lo estarı́a pa-

    ra siempre, a menos que confia-se en este Redentor.

    7 Y también les habló acerca deun aprofeta que habrı́a de prece-der al Mesı́as, para preparar lavı́a del Señor;

    8 sı́, y que saldrı́a y proclamarı́aen el desierto: aPreparad el ca-mino del Señor y enderezad sussendas, porque entre vosotros sehalla uno a quien no conocéis;y más poderoso es que yo, yde quien no soy digno de desa-tar la correa de su zapato. Y mipadre habló mucho tocante aesta cosa.

    9 Y mi padre dijo que bautiza-rı́a en aBetábara, del otro ladodel Jordán; y también dijo quebbautizarı́a con agua; que aunbautizarı́a al Mesı́as con agua;

    10 y que después de haberbautizado al Mesı́as con agua,verı́a y darı́a testimonio de ha-ber bautizado al aCordero deDios, que quitarı́a los pecadosdel mundo.

    11 Y aconteció que luego quemi padre hubo dicho estas pala-bras, habló a mis hermanos to-cante al evangelio que serı́a pre-dicado entre los judı́os, y tam-bién concerniente a que los ju-dı́os adegenerarı́an en la bincre-dulidad. Y luego que hubiesen

    2a 1 Ne. 8.3a Ester 2:6;

    2 Ne. 6:8;Hel. 8:20–21.

    b 2 Ne. 25:10.gee Cronologı́a—587 a.c.

    c Ezeq. 24:2;1 Ne. 1:13;Omni 1:15.

    d Jer. 29:10;

    2 Ne. 6:8–9.4a 1 Ne. 19:8;

    2 Ne. 25:19; 3 Ne. 1:1.b 1 Ne. 22:20–21.c gee Mesı́as.

    5a Jacob 7:11;Mos. 13:33;Hel. 8:19–24;3 Ne. 20:23–24.

    6a gee Caı́da de Adány Eva.

    7a 1 Ne. 11:27;2 Ne. 31:4.

    8a Isa. 40:3;Mateo 3:1–3.

    9a Juan 1:28.b gee Juan el Bautista.

    10a gee Cordero de Dios.11a Jacob 4:14–18.

    b Morm. 5:14.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 21 1 NEFI 10:12–18cdado muerte al Mesı́as que ha-brı́a de venir, y después de ha-ber sido muerto, dresucitarı́a deentre los muertos y se manifes-tarı́a a los gentiles por medio deleEspı́ritu Santo.12 Sı́, mucho habló mi padre

    acerca de los gentiles y tambiénde la casa de Israel, que se lescompararı́a a un aolivo, cuyasramas serı́an desgajadas y bes-parcidas sobre toda la faz de latierra.13 Por tanto, dijo que era nece-

    sario que fuéramos conducidosunánimemente a la atierra depromisión, para que se cumplie-se la palabra del Señor de queserı́amos dispersados sobre todala faz de la tierra.14 Y que después que la casa

    de Israel fuese esparcida, serı́ade nuevo arecogida; o, en unapalabra, después que los bgenti-les hubiesen recibido la pleni-tud del evangelio, las ramas na-turales del colivo, o sea, los res-tos de la casa de Israel, serı́aninjertados, o llegarı́an al conoci-miento del verdadero Mesı́as, suSeñor y su Redentor.15 Y con estas palabras mi pa-

    dre profetizó y habló a mis her-manos, y también muchas otras

    cosas que no escribo en este li-bro; porque he escrito en miaotro libro cuanto me parecióconveniente.

    16 Y todas estas cosas, de lascuales he hablado, sucedieronmientras mi padre vivı́a en unatienda en el valle de Lemuel.

    17 Y aconteció que despuésque yo, Nefi, hube oı́do todaslas apalabras de mi padre con-cernientes a las cosas que habı́avisto en su bvisión, y también lascosas que habló por el poder delEspı́ritu Santo, poder que reci-bió por la fe que tenı́a en el Hijode Dios —y el Hijo de Dios erael cMesı́as que habrı́a de venir—yo, Nefi, sentı́ deseos de quetambién yo viera, oyera y supie-ra de estas cosas, por el poderdel Espı́ritu Santo, que es elddon de Dios para todos aque-llos que lo buscan ediligente-mente, tanto en tiempos fpasa-dos como en el tiempo en que semanifieste él mismo a los hijosde los hombres.

    18 Porque él es siempre el amis-mo ayer, hoy y para siempre; yla vı́a ha sido preparada para to-dos los hombres desde la funda-ción del mundo, si es que searrepienten y vienen a él.

    11c gee Jesucristo;Crucifixión.

    d gee Resurrección.e gee Espı́ritu Santo.

    12a Gén. 49:22–26;1 Ne. 15:12;2 Ne. 3:4–5;Jacob 5; 6:1–7.gee Olivo; Viña delSeñor.

    b 1 Ne. 22:3–8.gee Israel—El

    esparcimiento deIsrael.

    13a 1 Ne. 2:20.gee Tierra prometida.

    14a gee Israel—Lacongregación deIsrael.

    b 1 Ne. 13:42;DyC 14:10.

    c Jacob 5:8, 52, 54,60, 68.

    15a 1 Ne. 1:16–17.

    17a Enós 1:3; Alma 36:17.b 1 Ne. 8:2.c gee Mesı́as.d gee Espı́ritu Santo.e Moro. 10:4–5, 7, 19.f DyC 20:26.

    18a Heb. 13:8;Morm. 9:9;DyC 20:12.gee Trinidad.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 1 NEFI 10:19–11:7 22

    19 Porque el que con diligenciabusca, hallará; y los amisteriosde Dios le serán descubiertospor el poder del bEspı́ritu Santo,lo mismo en estos dı́as comoen tiempos pasados, y lo mis-mo en tiempos pasados comoen los venideros; por tanto,la cvı́a del Señor es un giroeterno.20 Recuerda, pues, oh hombre,

    que por todos tus hechos serástraı́do a ajuicio.21 Por lo que, si habéis procu-

    rado hacer lo malo en los dı́as devuestra aprobación, entonces oshalláis bimpuros ante el tribunalde Dios; y ninguna cosa impurapuede morar con Dios; ası́ que,debéis ser desechados parasiempre.22 Y el Espı́ritu Santo me da

    autoridad para que declare estascosas y no las retenga.

    CAPÍTULO 11

    Nefi ve el Espı́ritu del Señor y se lemuestra el árbol de la vida en unavisión—Ve a la madre del Hijo deDios y aprende acerca de la condes-cendencia de Dios—Ve el bautis-mo, el ministerio y la crucifixión delCordero de Dios—Ve también el

    llamamiento y ministerio de los Do-ce Apóstoles del Cordero.

    PUES sucedió que después quehube deseado conocer las cosasque mi padre habı́a visto, y cre-yendo que el Señor podı́a hacér-melas saber, mientras estaba yosentado areflexionando sobreesto, fui barrebatado en el Espı́ri-tu del Señor, sı́, hasta una cmon-taña extremadamente alta quenunca antes habı́a visto, y sobrela cual nunca habı́a puesto mispies.

    2 Y me dijo el Espı́ritu: Heaquı́, ¿qué es lo que tú deseas?

    3 Y yo dije: Deseo ver las cosasque mi padre avio.

    4 Y el Espı́ritu me dijo: ¿Creesque tu padre vio el aárbol delcual ha hablado?

    5 Y respondı́: Sı́, tú sabes queacreo todas las palabras de mipadre.

    6 Y cuando hube pronunciadoestas palabras, el Espı́ritu excla-mó en voz alta: ¡Hosanna al Se-ñor, el Dios Altı́simo, porque éles Dios sobre toda la atierra, sı́,sobre todo! Y bendito eres tú,Nefi, porque bcrees en el Hijodel Dios Altı́simo; por lo tanto,verás las cosas que has deseado.

    7 Y he aquı́, esto te será dadopor aseñal: que después que ha-

    19a gee Misterios deDios.

    b gee Espı́ritu Santo.c Alma 7:20;

    DyC 3:2; 35:1.20a Ecle. 12:14;

    2 Ne. 9:46.gee Juicio Final.

    21a Alma 34:32–35.b 1 Cor. 6:9–10;

    3 Ne. 27:19;

    DyC 76:50–62;Moisés 6:57.

    11 1a DyC 76:19.gee Meditar.

    b 2 Cor. 12:1–4;Apoc. 21:10;2 Ne. 4:25;Moisés 1:1.

    c Deut. 10:1;Éter 3:1.

    3a 1 Ne. 8:2–34.

    4a 1 Ne. 8:10–12;15:21–22.

    5a 1 Ne. 2:16.6a Éx. 9:29;

    2 Ne. 29:7;3 Ne. 11:14;Moisés 6:44.

    b gee Creencia, creer.7a gee Señal.

    [Entre 600 y 592 a.C.]

  • 23 1 NEFI 11:8–22

    yas visto el árbol que dio el frutoque tu padre probó, también ve-rás a un hombre que desciendedel cielo, y lo presenciarás; ydespués que lo hayas presencia-do, bdarás testimonio de que esel Hijo de Dios.8 Y aconteció que me dijo el Es-

    pı́ritu: ¡Mira! Y miré y vi un ár-bol; y era semejante al aque mipadre habı́a visto; y su bellezaera muy superior, sı́, sobrepuja-ba a toda otra belleza; y subblancura excedı́a a la blancurade la nieve misma.

    9 Y sucedió que después quehube visto el árbol, le dije al Es-pı́ritu: Veo que me has mostra-do el árbol que es más apreciosoque todos.10 Y me preguntó: ¿Qué de-

    seas tú?11 Y le dije: Deseo saber la ain-

    terpretación de ello, —pues lehablaba como habla el hombre;porque vi que tenı́a la bforma dehombre. No obstante, yo sabı́aque era el Espı́ritu del Señor; yél me hablaba como un hombrehabla con otro.

    12 Y aconteció que me dijo:¡Mira! Y miré para verlo, perono lo vi más, pues se habı́a reti-rado de mi presencia.13 Y sucedió que miré, y vi la

    gran ciudad de Jerusalén, y tam-

    bién otras ciudades. Y vi la ciu-dad de Nazaret, y en aella vi auna bvirgen, y era sumamentehermosa y blanca.

    14 Y ocurrió que vi abrirse losacielos; y un ángel descendió yse puso delante de mı́, y me di-jo: Nefi, ¿qué es lo que ves?

    15 Y le contesté: Una virgen,más hermosa y pura que todaotra virgen.

    16 Y me dijo: ¿Comprendes lacondescendencia de Dios?

    17 Y le respondı́: Sé que ama asus hijos; sin embargo, no sé elsignificado de todas las cosas.