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El marco valenciano ha sido el sistema de cubicación de la madera empleado en la Comunidad Valenciana desde al menos el siglo XIV. Existen referencias de las distintas denominaciones de las piezas según su escuadría y su largo, que fueron empleadas en la construcción de forjados, cubiertas, medios auxilia- res, e incluso para la preparación de los excelentes artesonados que decoran las estancias principales de los palacios en esta comunidad. Mediante este sistema de cubicación se podían es- tablecer distintos grados, que tenían su aplicación en la valoración y aprovechamiento de las distintas pie- zas. Muchas de éstas mantienen marcas identificati- vas de la madera aserrada, que tras su paso por los aserraderos, se les daban las dimensiones necesarias para cumplir con su papel resistente o decorativo en los edificios. IMPORTANCIA DEL EMPLEO DE LA MADERA EN VALENCIA Existen en Valencia numerosos ejemplos de la maes- tría que alcanzaron los carpinteros que trabajaron en la ciudad, manifestando una tradición en el oficio de la carpintería de armar, que entre los siglos XV al XVII llegó a su máximo esplendor. Las obras reali- zadas por éstos han consistido en la construcción de alfarjes (Figuras 1 y2), forjados, artesonados (Figu- ras 3 y 4) y armaduras de cubierta. Fue durante el reinado de Alfonso el Magnánimo entre 1416 y 1458, rey de Aragón, Valencia, Mallor- ca, Sicilia y Cerdeña, conde de Barcelona, y rey de Nápoles, cuando se acometieron grandes obras en Valencia, como la construcción de la Lonja, murallas y torres de Quart y de Serranos. Ha sido impulsor de las costumbres renacentistas en Valencia. A finales del siglo XV la burguesía tenía prosperidad económi- ca y madurez intelectual (Sanchis Guarner 1981, 201). También subsistía la tradición medieval gótica, siendo la reina doña María, mujer de Alfonso el Magnánimo, quien mantuvo el pensamiento y el gus- to por el gótico. La fundación del convento de la Tri- nidad a comienzos del siglo XV por la reina Doña María, de trazas góticas, contaba en las dos alas de dormitorios con cubierta vista de par y nudillo, aun- El marco valenciano y su importancia en el empleo de la madera estructural durante los siglos XIV al XVIII Liliana Palaia Pérez Figura 1 Alfarje del Palacio de Benissanó, Valencia

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El marco valenciano ha sido el sistema de cubicaciónde la madera empleado en la Comunidad Valencianadesde al menos el siglo XIV. Existen referencias delas distintas denominaciones de las piezas según suescuadría y su largo, que fueron empleadas en laconstrucción de forjados, cubiertas, medios auxilia-res, e incluso para la preparación de los excelentesartesonados que decoran las estancias principales delos palacios en esta comunidad.

Mediante este sistema de cubicación se podían es-tablecer distintos grados, que tenían su aplicación enla valoración y aprovechamiento de las distintas pie-zas. Muchas de éstas mantienen marcas identificati-vas de la madera aserrada, que tras su paso por losaserraderos, se les daban las dimensiones necesariaspara cumplir con su papel resistente o decorativo enlos edificios.

IMPORTANCIA DEL EMPLEO DE LA MADERA EN

VALENCIA

Existen en Valencia numerosos ejemplos de la maes-tría que alcanzaron los carpinteros que trabajaron enla ciudad, manifestando una tradición en el oficio dela carpintería de armar, que entre los siglos XV alXVII llegó a su máximo esplendor. Las obras reali-zadas por éstos han consistido en la construcción dealfarjes (Figuras 1 y2), forjados, artesonados (Figu-ras 3 y 4) y armaduras de cubierta.

Fue durante el reinado de Alfonso el Magnánimoentre 1416 y 1458, rey de Aragón, Valencia, Mallor-ca, Sicilia y Cerdeña, conde de Barcelona, y rey deNápoles, cuando se acometieron grandes obras enValencia, como la construcción de la Lonja, murallasy torres de Quart y de Serranos. Ha sido impulsor delas costumbres renacentistas en Valencia. A finalesdel siglo XV la burguesía tenía prosperidad económi-ca y madurez intelectual (Sanchis Guarner 1981,201). También subsistía la tradición medieval gótica,siendo la reina doña María, mujer de Alfonso elMagnánimo, quien mantuvo el pensamiento y el gus-to por el gótico. La fundación del convento de la Tri-nidad a comienzos del siglo XV por la reina DoñaMaría, de trazas góticas, contaba en las dos alas dedormitorios con cubierta vista de par y nudillo, aun-

El marco valenciano y su importancia en el empleo de lamadera estructural durante los siglos XIV al XVIII

Liliana Palaia Pérez

Figura 1Alfarje del Palacio de Benissanó, Valencia

Administrador
Texto escrito a máquina
Actas del Séptimo Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Santiago 26-29 octubre 2011, eds. S. Huerta, I. Gil Crespo, S. García, M. Taín. Madrid: Instituto Juan de Herrera, 2011

que solamente se conserva la del ala norte. En esasmismas fechas se estaba construyendo el Palau de laGeneralitat y junto a éste, la casa de la ciudad, y eltramo de los pies de la catedral, edificio que conti-nuaría completándose y reformándose durante variossiglos.

Entre 1482 y 1498 se construyó La Lonja, y el edi-ficio contiguo del Consulado del Mar fue finalizado

en 1548. Se empleó la madera en la construcción delartesonado de la Sala del Consulado y de su cubierta,y la del salón columnario, y también para los mediosauxiliares que posibilitaron levantar el edificio, laformación de cimbras para la construcción de las bó-vedas, cimientos, y otros elementos, como los mode-los para el tallado de piedras requeridos por los ma-estros canteros (Aldana 1988, 1: 65).1

Hacia finales del siglo XV y comienzos del XVIhubo una fase económica expansiva, bajo el reinadode Fernando el Católico, construyéndose el HospitalGeneral de Valencia, que contaba con armaduras vis-tas de par y nudillo (Gómez-Ferrer 1998). Los car-pinteros que conocían esta técnica y que trabajaronen Valencia en la primera mitad del siglo XVI, fue-ron varios: Gosalbo del Castillo, Jaume de Llagoste-ra, Luis Muñoz y Joan Gregori, quien también cono-cía el nuevo lenguaje renacentista. Sus hijos Gaspary Tomás se formaron con él, así como los carpinterosJaume de Lleida y Joan García (Gómez-Ferrer 1998:326). Es de destacar la persona de Gaspar Gregoriquien asimiló el gusto renacentista, renovándose enla composición de sus diseños y realizaciones, par-tiendo del conocimiento de los tratados y de su traba-jo con otros maestros (Gómez-Ferrer 1998, 208). Elmencionado Luis Muñoz, era maestro escultor tantoen madera, yeso o piedra, y también tracista, aunquese le menciona como maestro carpintero, y fue unode los primeros que introdujeron el renacimiento enValencia a comienzos del siglo XVI (Gómez-Ferrer1998, 196).

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Figura 3Artesonado del salón principal del Palau d’Alaquàs, Valen-cia

Figura 4Artesonado del salón principal del Ajuntament d’Alzira,Valencia

Figura 2Alfarje del Palacio de Catalá Valeriola, Valencia

Entre 1519 y 1520 se trabajaba en los magníficosartesonados de la «Sala gran daurada» y de la «Salachiqua daurada», del Palau de la Generalitat, en Va-lencia. Los responsables de estos artesonados fueronlos carpinteros Linares: Genís Linares y Martí GenísLinares, padre e hijo, y el hijo de este último, AndrésJuan Linares. Gaspar Gregori también participó en suconstrucción siendo nombrado en 1553 carpintero deesa casa, y en 1564, maestro oficial del Palau. El ar-tesonado de la Sala Nova se construyó entre 1540 y1566, a partir del diseño de Genís Linares, que cuen-ta con una galería volada y 21 casetones centralesque inscriben en su interior un rombo, dejando en loslaterales cuatro triángulos. 2

Otro maestro de gran importancia fue FrancescAnton, llamado también arquitecto, vinculado a la fa-milia de los Aguilar, en Alaquàs, quienes eran lospropietarios del Palau de esa población cercana a Va-lencia (Gómez-Ferrer 1998, 267).3 Este Palacio cuen-ta con nueve artesonados de gran calidad, destacán-dose el del salón principal y el del vestíbulo (PalaiaPérez 2008).

PROCEDENCIA Y TRANSFORMACIÓN DE LA MADERA.LOS ARTÍFICES

Como ya se ha puesto de manifiesto en el apartadoanterior, Valencia era un gran consumidor de made-ra. Su procedencia, especialmente de pino silvestre ylaricio, adecuadas para la construcción de edificios,procedía de las serranías del reino de Aragón, y tam-bién de las comarcas de Cuenca y de Moya, siendoeste último suministro, muy importante. Llegaba a laciudad por medio del río Turia, conociéndose esamadera bajo el nombre común de madera de río.Otras ciudades que fueron abastecidas con maderatransportada por cauces fluviales, eran Alzira, Gan-día y Xàtiva, por el río Xúquer (Figura 5). Alzira estásituada junto éste, mientras que las otras dos ciuda-des se encuentran en su proximidad, abasteciéndosemediante su transporte en carros hasta dichas ciuda-des, desde las villas de Antella o de Ràfol donde sedesaguaban los maderos o fustes. En otros casos sellevaba a Cullera desde donde se embarcaba a Valen-cia o a Gandía.

Existen numerosas referencias acerca del transpor-te fluvial de la madera a estas ciudades, que se reali-zaba por el sistema de fustes o maderos sueltos (Pi-

queras Haba y Sanchis Duesa 2001: 128).4

La madera que bajaba por el Turia provenía gene-ralmente del Marquesado de Moya,5 situado al noro-este de Requena y extremo nordeste de la actual pro-vincia de Cuenca, junto a Ademuz, Alpuente yChelva (Diago Hernando 2001).6 Consta en los archi-vos municipales de Valencia, que se compran vigasal Marqués de Moya, para la obra del Consulado delMar en La Lonja de Valencia, un total de 18, de 41palmos de largo que tuviesen de grueso de galga desisa y de buen melis, y que se llevaran al obrador deMelchor Andres, carpintero.7

Si la madera iba a Valencia embarcaba en SantaCruz de Moya, mientras que la iba por el Cabriel aAlzira y a Xàtiva, lo hacía por Enguídanos. El ríoCabriel, afluente del Xúquer, pasa por el sur de laprovincia de Cuenca, siendo esta madera provenientede los bosques de pino salgareño o de Cuenca, pinusnigra. Esta madera estuvo gravada durante algúntiempo por el pago del cincuenteno, que era un im-puesto real según el cual se pagaba la cincuentavaparte de su valor, y era destinado principalmente alas reparaciones del castillo de Xátiva.

La madera que era cortada en territorio aragonés,debía atravesar tierras castellanas, aprovechándoseesta circunstancia para hacer pagar unos impuestos,que fueron establecidos por Alfonso X en el siglo

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Figura 5Sector del plano de1623.Nova et accurata Tabula Hispaniae

XIII, denominado de «diezmos y aduanas» (DiagoHernando 2001). La aplicación de este impuesto ori-ginó diversos pleitos y denuncias, llegando en oca-siones a confiscar madera los castellanos aludiendo aque ésta no procedía de tierras aragonesas sino quehabía sido cortada en Castilla.8

Este problema quedaría parcialmente resuelto a fi-nales del siglo XV, con la unión de las coronas deAragón y de Castilla, y con la creación del marque-sado de Moya. Ya no hubo gravamen impuesto porla corona de Castilla, aunque el Marqués de Moyapodía gravar la madera que pasara por sus tierras. Acomienzos del siglo XVI el gravamen era de 6 suel-dos por carga, y poco después lo aumentó primero a12 y luego a 24. También cobraba impuestos por pa-sar la madera por sus tierras, y en alguna ocasión im-pidió el paso de madera castellana no contratada a él.Se establecieron contratos entre la ciudad de Valen-cia y el marqués, por el que se aseguraba su aprovi-sionamiento y en 1520 arrendó la madera de pino delos montes de Moya a esta ciudad (Arciniega García2010).

Cuando la madera llegaba a Valencia, se quitabadel cauce por el desaguador, y se apilaba para que sesecara, trabajo que se conocía con el nombre de ape-añar. Intramuros había una atarazana, en el Parterre,donde se recogía la madera para la construcción na-val y para la construcción de edificios (SanchisGuarner 1981: 197). El precio de la madera estabacontrolado por los jurados, a instancias de los carpin-teros, quienes incluyeron el aprovisionamiento comouno de los objetivos de su agremiación.

En algunas ordenanzas se indicaba que los maes-tros estaban obligados a comunicar a los mayoralesde los carpinteros, la cantidad de madera que iban autilizar, para que los serradores talaran los pinos,«con buena luna, mirando que los pinos dieran buenamadera, y de buen melis, en día claro y no nublado nilluviosos, por lo que se mostrará la experiencia quemuchos serradores que tienen malas prácticas, loscuales después de talados no se pueden usar paranada, y se pierden esos pinos en los pinares» (Este-ban 1983).9 Los serradores tenían la obligación deescuadrar los fustes y, si fuera necesario, cortar lasdistintas piezas: vigas, viguetas, tablas, tablones, etc.,y también la de cortar exclusivamente la cantidad demadera que fueran a utilizar en cada trabajo.

También la madera llegaba a Valencia por mar,desde los puertos de Cullera y de Vinaroz (Arciniega

García 2010), operación que encarecía el materialpor los derechos de embarque y desembarque que sedebían satisfacer en los puertos, además del acarreo.

La transformación de la madera

La madera ha tenido siempre distintas aplicaciones,como así lo demuestran los distintos brazos de losgremios de carpinteros, desde la construcción naval,la construcción de edificios, la industria del mueble,cajas, y otros elementos confeccionados con ese ma-terial.

Talados los árboles en los bosques, los fustes podí-an quedar como tales, generalmente descortezados,la denominada madera en rollo que era empleadapara mástiles, postes, apeas, o bien escuadrarse, queera la forma en la que generalmente se vendía a loscarpinteros. La madera escuadrada recibía también elnombre de madera de hilo, labrada a cuatro caras.

La tala de árboles se realizaba con la ayuda del ha-cha, herramienta que podía emplearse también paradescortezar el fuste del árbol, escuadrar las piezas, yhacer las armaduras de cubierta y forjados, incluidaslas ensambladuras. Se empleaba también la azuelapara desbastar las piezas, que es una herramienta decarpintero compuesta de una plancha de hierro acera-da y cortante, de diez a doce centímetros de anchura,y un mango corto de madera que forma recodo.

Las piezas escuadradas tenían unas dimensionesmás o menos regulares, constituyendo su conjunto eldenominado marco. En el marco maderero o de ma-deras, se indican escuadría de la pieza formada porlos lados de la sección: la tabla o ancho por su cantoo grueso, y su largo (Pla y Rave [1880] 2003).

Los artífices

El Gremio de Maestros Carpinteros, uno de los másantiguos,10 englobaba en un comienzo, a los carpinte-ros de lo blanco (armaduras, alfarjes, artesonados), acarpinteros de lo prieto (carreteros), violeros, geomé-tricos y a menestrales de obra llana. Se distinguíantambién los carpinteros que ejercían fuera, y los dedentro o tienda. Recogía los oficios de imagineros eincluso pintores. En 1407 el Gremio de carpinterosestaba formado por los carpinteros propiamente di-chos, y también quienes hacían arcas, otros muebles

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anteriores a la ebanistería y cajas (capsers). En lasordenanzas de 1460 se incluyeron también los ala-drers, quienes eran los que construían instrumentosde labranza, y a los toneleros (Tramoyeres Blasco1889: 78). En ordenanzas de 1482, en el capítulo IIse aclaraba que pertenecían a este gremio todos losque trabajaran con madera, «primeramente los car-pinteros y cajeros, pintores de cofres y de cajas, ar-tinbancos moriscos, cubiertas de casas, los torneros,pozaleros, fabricantes de violas, cajas, aperos, fabri-cantes de molinos y batanes, arqueros, constructoresde órganos, címbalos, clavicímbalos, monacordios yaquellos que hacen y obran sillas de cuerda y los ase-rraderos de madera» (Tramoyeres Blasco 1889: 80).Todos estos eran brazos que tenía el propio Gremio.

Más tarde, y por intereses muy concretos de losdistintos oficios, se crearon los gremios de torneros,silleros y toneleros, entre otros. En el capítulo prime-ro de las ordenanzas del gremio de carpinteros de1643 se detallan los brazos del gremio en esas fe-chas, que eran los siguientes: «fusters de pi, de no-guer; cadirers; escultors; mestres de molins fariners,batants, drapers y de arrozos; mestres de caixes, decoches y de carrozas; mestres de orguens, clavicords,espinetes y ebanistes que cubren de conchas y mar-fil» (Buchón Cuevas 2000).

Para garantizar el suministro de madera a los car-pinteros, éstos establecieron en su casa social un al-macén de maderas aserradas abasteciendo a maestrosy también a particulares. Antes de entrar la maderaen el almacén común, se repartía según las necesida-des de los maestros que la solicitaban, con un recar-go económico (Tramoyeres Blasco 1889: 336 y 342).

MARCOS DE MADERAS. EL MARCO VALENCIANO O DE

LA PEANYA (PEAÑA)

Según el Diccionario de la Real Academia Española,vigésima segunda edición, en la sexta acepción deltérmino marco, se indica que es «Medida determina-da del largo, ancho y grueso que, según sus clases,deben tener los maderos».

Los marcos constituyen, además de la serie de di-mensiones antes indicadas, las denominaciones delas piezas. Éstas variaban según las distintas regionespor el idioma empleado y por sus diferentes sistemasde medidas. Los marcos de maderas subsistieron has-ta fechas no muy lejanas, sin ajustarse al sistema mé-

trico. Existían, por lo tanto, distintos marcos de ma-deras, siendo los más conocidos el de Castilla y elvalenciano aunque existieron muchos más. Pla yRave, en su Manual del maderero, cita los marcos dela provincia de Cuenca, el valenciano, los de las pro-vincias de Guadalajara (partido de Molina y Cifuen-tes, y otro de las partidas de Atienza, Sigüenza, Sace-don y parte de Cifuentes), de Tarragona, de de Soria,de Segovia, de Valladolid y de Zaragoza.11

El marco valenciano no clasifica según las dimen-siones lineales (largo y escuadría) sino por volumen,a diferencia de los demás marcos, denominándosecarga la unidad de volumen. Dentro de un volumenfijo admite variaciones en cuanto a las escuadrías yal largo de las piezas. permitiendo una gran libertadde dimensiones. Una pieza del marco valenciano quetuviera un defecto y no llegara las dimensiones paralas que fue labrada en el monte, esta pérdida se redu-cía en unos avos, y se clasificaba en un nivel inferiorsin necesidad de dividirla en piezas menores queocasionarían una pérdida en su valor. La carga se di-vide en 24 avos, y éste tiene 20 sueldos, y el sueldo,20 dineros. Las piezas se medían en palmos, de0,2265 m, equivalentes de 12 dedos de 0,0188 m.12

La serie de piezas que constituían el marco valen-ciano se identificaban también con una marca queconsistía en una letra. Éstas se indican en la Tabla 1:

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Tabla 1Dimensiones de las escuadrías, marcas y número de piezasque componen una carga

Pla y Rave recoge el marco valenciano en 1880(Tabla 2). En su descripción indica que a cada piezale correspondía el valor en avos, y las dimensionesde largo y de escuadría. El largo de las piezas incre-mentaba de a 3 palmos desde 1 a 18, de a 6 palmospalmos hasta 42, y finalmente de a 3 palmos hasta 60palmos (13,59 m).

Las denominaciones de las piezas en el marco cas-tellano para la madera de hilo, son las que se inclu-yen en la Tabla 3:

En este caso los pies son de 0,20875 m (vara cas-tellana de 0,835 m) y los dedos de 0,0175 m

Notas históricas

Hasta el momento, el único documento impreso quese conoce donde se explica el marco valenciano, enla imprenta de Antonio Bordazar de Artazú, es elde1742. El título del documento es Explicación delmarco con que se aprecia la madera quadrada, queviene por el Río, y se apeaña fuera de los muros de laciudad desta ciudad de Valencia, para la mayor inte-ligencia del Cavallero Regidor, que tuviese la comi-sión de este abasto. 13

El Caballero Regidor o Comisario de Marco, nom-brado por la Ciudad, tenía plena responsabilidad ypoder con lo relacionado a la llegada, extracción,medida, marcado y venta de los troncos. Los marca-dores, figuras fundamentales en todo el proceso deventa de la madera, eran maestros en ese oficio. Nose podía vender madera sin marcar, según se indica-ba en las medidas municipales emitidas durante el si-glo XVI (Arciniega García 2010).

El marco valenciano ya consta en las ordenanzasde 1474 del gremio de carpinteros, en el capítulo 89,donde se fijan los precios que se debían cobrar (Bu-chón Cuevas, 2000).14 Se conocía también bajo elnombre de Marco de la Peaña. El término peaña, em-pleado desde comienzos del siglo XV, se ha castella-nizado del valenciano «peanya», y significa, el con-junto de madera almacenada, y el mismo almacéndonde está amontonada la madera para su venta. Laexpresión apeañar se entiende como la colocación delas piezas de madera ya cortadas, que llegaban a laciudad por el río.

La madera apeañada debía dejarse secar durante40 días, tras lo cual se medían y se marcaban. Mar-car o marco era la operación mediante la que se asig-naba la categoría específica a cada tronco en funciónde sus medidas ya indicadas, pero que se detallaránsegún lo hace el documento antes citado. Todas laspiezas se designan para la longitud de 30 palmos(6,795 m):

A Tocho, pieza de mayor medida que por sí solahace una carga. Tiene de tabla dos palmos y seisdedos y por el «lomo», como la Mejoría, que tienedos palmos y dos dedos (30 × 26 dedos). Las di-

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Tabla 2Resumen del marco valenciano publicado en 1880 por Pla yRave

Tabla 3Denominaciones y dimensiones de las piezas escuadradas,según el marco castellano

mensiones de la sección en metros sería de 0,56 ×0,49 m.

M Mejoría, necesita tres piezas para hacer dos car-gas, es decir, una y media, y mide dos palmos y dosdedos de tabla y de canto como la sisa, es decir unpalmo y dos dedos (26 × 22 dedos). En este docu-mento se aclara que si una pieza tuviera esa galga(sección) y fuera de 36 palmos de largo, sería tocho,y la misma galga de 24 palmos de largo, sería sisa. Sila pieza tuviera 39 palmos de largo, sería tocho, perotendría 3 palmos de mejora, respecto de la anteriorconsideración, y si tuviese 27 palmos, sería sisa, contres palmos de mejora. Las dimensiones de la secciónen metros sería de 0,49 × 0,41 m.

Sisa, dos hacen una carga. Miden un palmo y 10dedos de tabla, y de canto, un palmo y 7 dedos (22 ×19 dedos). Igualmente indica que con esa sección,una pieza que tuviera 36 palmos de largo, pasaría alnivel superior, es decir a mejoría, con 42 palmos se-ría tocho, con 24 palmos sería madero y con 18, cua-derno. Piezas con tres palmos más de largo que lasindicadas, serían mejoras para el vendedor. Las di-mensiones de la sección en metros sería de 0,41 ×0,35 m.

m Madero, tres hacen una carga. Estas piezas erande un palmo y siete dedos de tabla, y de canto o

lomo, un palmo y cinco dedos (19 × 17 dedos). A los36 palmos sería sisa, a los 42 mejoría y a los 45 to-cho, mientras que con 24 palmos quaderno y con 18,seiseno. Las dimensiones de la sección en metros se-ría de 0,35 × 0,32 m.

Q Quaderno, con cuatro se hace una carga. Tieneun palmo y cinco dedos de tabla, y de canto un pal-mo y cuatro dedos (17 × 16 dedos). Indica que si tu-viera 36 palmos de largo sería madero, a los 42 seríasisa, a los 45, mejoría y a los 48, tocho. Si fuera me-nor, es decir de 24 palmos sería sieseno y con 18, ca-brio. Las dimensiones de la sección en metros seríade 0,35 × 0,30 m.

L Seiseno, seis de estas piezas hacen una carga.Tiene un palmo y cinco dedos de tabla, y un palmo ytres dedos de «lomo» (17 × 15 dedos). Si tuviera 36palmos de longitud sería quaderno, de 42 madero, de45 sisa, y de 48 mejoría. Si fuera menor su longitud,con 24 palmos sería cabrio y con 18, fila de 10. Lasdimensiones de la sección en metros sería de 0,30 ×0,28 m.

U Cabrio, con ocho piezas se hace una carga. Tie-ne de tabla un palmo y tres dedos, y de canto palmoy dos dedos «escasos» (15 × 14 dedos). Si las piezastuvieran esa sección y 36 palmos sería seiseno, con42 quaderno, con 45 madero y con 48, sisa. Si fuera

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Tabla 4Resumen del Marco de la Peaña

menor en longitud, sería con 24 palmos fila de 10 ycon los 18, fila de 14. Las dimensiones de la secciónen metros sería de 0,28 × 0,26 m.

Fi Fila de 10, con 10 piezas hace una carga, lo queles da nombre. De tabla tiene un palmo y dos dedos«escasos», y de canto, un palmo (14 × 12 dedos).Con esta escuadría y teniendo 36 palmos de longitudsería cabrio, con 42 seiseno, con 45 quaderno y con48, madero. Si fuera menor, con 24 palmos fila de 14y a los 18, fila de a 18. Las dimensiones de la sec-ción en metros sería de 0,26 × 0,22 m.

Continúan las Filas Fi.iii, Fi.viii, Fi.xii, que sonlas filas de 14, de 18 y de 22. Para no extender deta-lladamente la explicación, todos estos datos se resu-men en la Tabla 4, considerando las piezas de 30 pal-mos de largo.

Once notas completan la Explicación del «Marcode la Peaña». En ellas, se aclara que si entre las pie-zas compradas se encontraran piezas con una calidadque no es la esperada, ésta tenía que reemplazarsepor otras que sí correspondieran con lo esperado, obien devolver el dinero de su valor al comprador. Seindica que los marcadores podrían marcar las piezasuna vez pasados 40 días desde que se acabara de ape-añar toda la madera, situando la marca a mitad de lalongitud de la pieza, ya sea por la tabla como por elcanto, para que así se viera bien en la pieza en casode serrarla. Se indica en dichas notas, la necesidad deseparar las piezas que se apeañan dos dedos unas delas otras, para que los marcadores pudieran «meter elmarco con facilidad». Esto favorecía también la pér-dida de humedad de la madera ya que era toda ellamadera de río. El marcado costaba dos reales porcarga al comprador.

La madera comprada era retirada por un transpor-tista, que en el caso del documento que se está anali-zando, era Joseph Ginoves, quien tenía la licenciapara ello durante seis años a partir del 3 de marzo de1742. Se tenía que pagar quince sueldos, «monedadel Reyno», por cada carga de quadernos, seisenos,cabrios y filas, y por cada carga de maderos, sisas,mejorías y tochos, trece sueldos. Si los compradoresde la madera tenían transporte propio, no tenían quepagar por ello. Las piezas con mejora, es decir contres palmos más de longitud, tenían que pagarse,aunque si no llegaban a esa dimensión de más, no seconsideraba como tal, no teniendo recargo. Si por elcontrario a las piezas les faltara un palmo, se pagarí-an como piezas completas.

LAS MARCAS ENCONTRADAS EN LAS PIEZAS DE

CONSTRUCCIÓN

Las vigas y viguetas, pares y limas, y demás elemen-tos de grandes dimensiones que no se tenían que tra-bajar para darles un acabado más fino, suelen conser-var las marcas que las identificaba (Figura 6). Enotros casos, al ser estos maderos aserrados para divi-dirlos en piezas menores, algunas de estas marcas sehan perdido. Ocurre lo mismo con aquellos maderosque se empleaban para trabajos más finos, que reque-rían cepillados posteriores o moldurados.

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Figura 6Pieza de gran sección que se encuentra en el acceso al Pala-cio de Cerveró, Valencia, donde se identifica claramenteuna M como marca, que corresponde a la Mejoría

Figura 7Par nº 28 de la cubierta del Ajuntament d’Alzira, de 26 × 22cm, Fila de a 10

Los marcadores tenían una marca que los identifi-caba, teniendo cada una, rasgos característicos. Estosmaestros empleaban su misma marca durante todo eltiempo que ejercían esa función. Durante largo tiem-po se ha desconocido el origen de estas marcas, norelacionándose con el marco valenciano. En las figu-ras 7 y 8, se presentan las marcas de dos pares quepodrían identificarse con la f, de Fila.

En la figura 9, se puede apreciar una marca distin-ta, pero que también se interpreta como una f, corres-pondiendo en este caso, como una pieza provenientedel aserrado de una fila de a 18.

Hay grandes vigas que muestras una serie de rayascruzadas, sin más identificación, que no presentan

otras marcas. Se plantea la hipótesis en este trabajo,de que estas marcas, trazadas con un elemento pun-zante que podría ser de una sierra, corresponden a laindicación de su longitud (Figura 10). El Castell, deplanta cuadrada, con alas alrededor de un patio cen-tral, presenta tres de dichas alas del mismo ancho,mientras que la más noble tiene un ancho mayor. Lasmarcas varían ligeramente entre las vigas de diferen-te longitud. También, algunas de piezas empleadasen la construcción de forjados y de cubiertas, cuentancon una marca que permitiría establecer la unidad demedida empleada para ello (Figura 11).

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Figura 8Par nº 38 de la cubierta del Ajuntament d’Alzira, de 26 × 22cm, Fila de a 10

Figura 9Tablón reutilizado como madera auxiliar de obra en la reha-bilitación de la Casa del Mestre Peña, en Sagunto

Figura 10Viga que presenta marcas cruzadas, probablemente indican-do su longitud. Castell d’Alaquàs. Valencia

Figura 11Par que formaba parte de la cubierta del claustro del ExConvento de El Carmen, en la que se identifica claramenteuna marca que se refiere a una dimensión, en este caso, dospalmos

Sería muy extenso introducir en este artículo, to-das las imágenes recopiladas durante tantos estudiosrealizados de edificios con estructuras de madera.Efectivamente son muchas, y durante largo tiempohe ido planteando distintas hipótesis acerca de su jus-tificación.

Tras estos estudios comienzo a vislumbrar todo unvocabulario de signos que pretenden indicar su pro-cedencia y dimensiones originales, correspondientesa ese Marco valenciano, con características tan pecu-liares que lo han hecho único en el panorama espa-ñol.

NOTAS

1. Noffre Valls y Jacme Llombart trabajaron como car-pinteros (Aldana 1988, 1: 265), siendo este último unprincipal colaborador de Pere Compte, maestro canteroa cargo de la construcción del edificio (Aldana 1988, 1:61). Otros carpinteros que trabajaron en la construcciónde La Lonja y el Consulado del Mar fueron: AnthoniCelma, Berthomeu Monfort, Jacme Penya, Joan Grego-ri, Mre. Jeroni, Matheu Nadeu, Miquel Martorell, Mre.Melchior Andrés, Miquel Joan, Sebastiá Jaques y Sthe-ve Ravanals (Aldana 1988, 2: 80).

2. Colaboraba con él su hijo Pere, también carpintero,dado que su padre estaba enfermo, quien murió enhacia 1543. Como resumen de las actividades de es-tos maestros carpinteros en la construcción del arte-sonado de la Sala Nova, la cronología queda así: Ge-nís Linares (1540-1543), Martí Linares (1560-1563)Gaspar Gregori (1563-1565). La prolongación en eltiempo en la finalización de las obras hizo que losmotivos renacentistas que eran característicos de1540, se siguieran empleando hasta más adelante. Sedice que se inspiró en la obra de Medidas del Roma-no, de Diego de Sagredo publicado en 1526 (Monte-sinos 2009: 921).

3. En 1576 firma con esa familia un acto de concordiapara la continuación de las obras de construcción de laiglesia de la población, unida al Palau-castell.

4. Existe numerosa bibliografía que hace referencia altransporte fluvial de la madera. véase Palaia Pérez, Li-liana, 2011, Los sistemas constructivos empleados porlos maestros carpinteros de los siglos XV al XVII enValencia, CIMAD 11 – 1º Congresso Ibero-LatinoAme-ricano da Madeira na Construção, 7-9/06/2011, Coim-bra, PORTUGAL; Piqueras Haba, Juan; Sanchis Due-sa, Carmen, 2001, El transporte fluvial de madera enEspaña, Cuadernos de Geografía, 69-70, 127-162; Dia-

go Hernando, Máximo, «Introducción al estudio del co-mercio entre las coronas de Aragón y Castilla duranteel siglo XIV: las mercancías objeto de intercambio»,En la España Medieval. 2001. 24: 47-101; Cavanilles,Antonio Josef, Observaciones sobre la historia natu-ral, geografía, agricultura, población y frutos del Rey-no de Valencia, 1797, re-editado Las observaciones deCavanilles. Doscientos años después, a cargo de Laca-rra, Julio; Sánchez, Ximo; Jarque, Francesc, Valencia,1996. Libro tercero

5. A partir del siglo XVIII los bosques de Moya estabancasi desaparecidos debido a talas excesivas, tanto paraconstrucción de edificios como para construcción na-val.

6. El Marqués de Moya no era el único proveedor de ma-dera de la zona, hay datos de un avecindado de Enguí-danos, Marco Pérez, quien efectuó ventas de madera avecinos de Valencia a comienzos del siglo XIV. Otrasfuentes citan también a Ademuz y Albarracín. Ver Dia-go Hernando. 2001. Introducción al estudio del comer-cio entre las coronas de Aragón..., En la España Me-dieval, 24, 47-101.

7. Aldana Fernández, Salvador. 1988. La Llotja de Valèn-cia, Valencia, 2, pág. 55

8. Como indica Diago Hernando, hay constancia de queen 1317, representantes políticos de la comarca deMoya se quejaron ante el rey de Aragón porque se lesexigía pagar peaje en el reino de Valencia por la made-ra que llevaban a vender a su capital. Más tarde, en1322, fue el rey aragonés quien incentivó la venta demaderas desde Moya hasta Valencia, concediendo a losvecinos de esta villa que las realizaran, una carta de se-guro y guiaje, que ampararon este comercio, no exen-tos de conflictos a lo largo del tiempo, que se ponen demanifiesto en denuncias de que se les había retirado envalencia, una determinada cantidad de madera a su lle-gada a la ciudad.

9. Ordenanzas del Gremio de Albañiles y Carpinteros dela villa de Morella, fueron creadas en 1598 y aproba-das nuevamente en 1739.

10. El documento más antiguo en el que se da cuenta de laexistencia de los gremios en Valencia, es un privilegiootorgado por Pedro I en Barcelona, en 1283, cuyo obje-to es organizar el gobierno de la ciudad, se dispone quecada año para la fiesta de pentecostés sean elegidospara el Consejo general a cuatro consejeros de cadauno de los 20 gremios: comerciantes de vara, notarios,maperaires, freneros, zapateros, sastres, pelliceros, cor-tantes, cerrajeros, carpinteros, roperos, herreros, pesca-dores, barberos, corredores, labradores, plateros, alude-ros, curtidores y tintoreros. Ver Cruilles, VicenteSalvador y Monserrat, Marqués de Los gremios de Va-lencia: memoria sobre su origen, vicisitudes y organi-zación, pág. 14

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11. El marco de Castilla fue imponiéndose con el tiempoen cuanto a la denominación de su largo y las escuadrí-as. Ver Pla y Rave 1880: 194.

12. La vara valenciana era de 0,906 m, mientras que la varacastellana era de 0,835 m.

13. Hay un ejemplar de este documento en la BibliotecaValenciana, aunque en este caso se ha obtenido de lasiguiente página web: http://diegomallen.blogspot.com/2009/01/el-maderero-una-profesion-valenciana-ya.html.Según Arciniega, el Marco de la Peaña se dio a conocerpor Bartolomé Villar, Libro de cuentas para todo géne-ro de mercaderes... topará reducciones de monedas,como precios de mercaderías de mayor a menor, y fueentregada al Gremio de Carpinteros y al Tribunal delRepeso, y sirvió de base para el documento posteriorde 1747.

14. Buchón Cuevas, Ana Mª. 2000. El escultor IgnacioVergara y el gremio de carpinteros de Valencia, ArsLonga

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Valencia y la madera estructural durante los siglos XIV al XVIII 1041