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EL MEJOR HUMANISTA CRISTIANO PRETRIDENTINO EL CARMELITA JUAN BAUTISTA MANTUANO (1) p, JOSÉ VICENTE DE LA EUCARISTIA, 0, e D, N o hay duda que en el seno elel renacimiento neopagano pre- rreformista (sobre todo en su aspecto literario) bullían ya gran parte de los gérmenes deletéreos que más tarde produjeron la gran exci- sión religiosa del siglo XVI (2). El prólogo del evangelio ele la Protesta salió a la luz ele manos ele los humanistas paganizantes, La viela lúbrica y epicúi'ea del reformador sajón no es más que la rea- lización plena ele aquel blasfemo: "i Placer, placer y nada más que placer!", predicado por el autor del H ennaphoditus y llevado a la práctica por Valla, Beccadelli, Briacciolini, triada nefanda de la escuela clasicista radical (;;;0). Los verdaderos humanistas cristianos, (1) N. B. Para evitar la monot.onía le rlesig'naremos en el presente trabajo con fos sig'uientes nombros: "Yil'{rilia o k[({1'úr¡ cl'isti(l]w". soJ}renombre que ya en 14JB 1p (laJ1H Er8smo. (r:fl'. su caria 305, er1. Lug'duni, t. 3, p. 2, pág' .. 1.783.) "Ter mi, :n:mIlS", ¡lorque "a .iuicio (lo sus rompatriotas, rué tres veces gTancle: corno teólogo, r.omo mósofo y corno poeta". (Cfr, P. FLORENCTO DEL NIÑO JESÚS, El Monte Cm'melo (MallJ'irl, 1024), p. no, Por esta misma razón es conocido tamhién por "Ter magis- 101'''. "Prí¡¡ci/)p rle los clac/m'es", porque as! meroció ser llamado en el V Concilio l.at,e.I'anense, al que asistió como General1simo de su Orelcn lIel Carmen, (Cfr. EDUARDO !lE SAN1'A TEHESA (E, S. T,), Prelarlos n Sn1)c)';01'e8 ([e la Orclen Carmeutana. El BRato fl(wtista Sparlnuli, "El Carmelo", n .. 112 (año 6), p, 136), Spagnoll "Spagnolo", I'or su paClre, noble rlesceneliente ele Espmla, "El Mantuano" n "Mant'lIano", "Manto- rano" simplemente, por ser natural ele Mantua, TamJlién se le conoce por "U/ises" v quien 1e- comparaJJan sus contemporáneos ]l01' ser "piccolo di carpo e brutto, ma sommo rti ing'egno e el'animo J}ellissimo", (Cfl', VLADIMIRO ZABUGHTN, Un Beato Poeta. "Annlecta Orel. Cnrlllelltnrum" (año D), Y. 4, p. 125. P) HaJllamos (como se ve) elo csla filiación ele la Protesta en un sontillo rolativo y pxtensivo únicamente al J11lmanismo pag'anizanlo no al verdaclero liumanismo cris- l.1ano; así creemos no eatr en la repr01¡Hción ele Menéndez y Pelayo, que tan rigu- roso se muestra contra los "escl'ito)'cs hllmfíos" que, incurrienclo 8n el sofisma ",iuxta hoc er,qo p1'opla hoc", ven en el renacimiento ele las let.ras clásicas la única madl'e elel Protestantismo, "sin aelvertir que rle ese moelo condenan y malelicen toela una ma- ravillosa civilización, protegida y ampararla ¡Jor la Iglesia católica, (Cfr, Hist, de los Hete1'ocloxos, t, IV (eel, orelenarla y etir!g'iela por D, M, AnTTGAs. Maelr!cl, 1928), pp .. 9-1;', (3) El HC1'!lW]Jltl'OrlU'llS escrito por Ant.onio Beccarlelli es, como elice Pastor, "una colección de cpig'J'amas que soJlI'epujan con mucll0, en inmundicia y obscenillad, a los peores eng'enelros lIel antig'uo clasicismo (H'lst. (le los Papas, Trae!. Ruiz Amado, Barcelona, 1040; y, 1, p, 123). Valla, corifeo riel llumanismo pag'ano, en su lihro sobre el placer, "l1acienc\o g'ala (le llll cinismo repugnante, por lo gTosero, COITe im¡Jerté- nito por eliminas llenos ([e oscaJ1l'0sirlarles y c\eeluce conclusiones que el más empe- c\ernielo pag'ano no se lw]}ría rlig'nac\o suscr!hir, (Cfr, p, SILVERTO DE SANTA TERESA, El precepto riel (/1110)' (Burg'os, 1 9 13), p, 180, SI a estos añuelimos a llracclolinl,

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  • EL MEJOR HUMANISTA CRISTIANO PRETRIDENTINO

    EL CARMELITA JUAN BAUTISTA MANTUANO (1)

    p, JOSÉ VICENTE DE LA EUCARISTIA, 0, e D,

    N o hay duda que en el seno elel renacimiento neopagano pre-rreformista (sobre todo en su aspecto literario) bullían ya gran parte de los gérmenes deletéreos que más tarde produjeron la gran exci-sión religiosa del siglo XVI (2). El prólogo del evangelio ele la Protesta salió a la luz ele manos ele los humanistas paganizantes, La viela lúbrica y epicúi'ea del reformador sajón no es más que la rea-lización plena ele aquel blasfemo: "i Placer, placer y nada más que placer!", predicado por el autor del H ennaphoditus y llevado a la práctica por Valla, Beccadelli, Briacciolini, triada nefanda de la escuela clasicista radical (;;;0). Los verdaderos humanistas cristianos,

    (1) N. B. Para evitar la monot.onía le rlesig'naremos en el presente trabajo con fos sig'uientes nombros: "Yil'{rilia o k[({1'úr¡ cl'isti(l]w". soJ}renombre que ya en 14JB 1p (laJ1H Er8smo. (r:fl'. su caria 305, er1. Lug'duni, 170~, t. 3, p. 2, pág' .. 1.783.) "Ter mi, :n:mIlS", ¡lorque "a .iuicio (lo sus rompatriotas, rué tres veces gTancle: corno teólogo, r.omo mósofo y corno poeta". (Cfr, P. FLORENCTO DEL NIÑO JESÚS, El Monte Cm'melo (MallJ'irl, 1024), p. no, Por esta misma razón es conocido tamhién por "Ter magis-101'''. "Prí¡¡ci/)p rle los clac/m'es", porque as! meroció ser llamado en el V Concilio l.at,e.I'anense, al que asistió como General1simo de su Orelcn lIel Carmen, (Cfr. EDUARDO !lE SAN1'A TEHESA (E, S. T,), Prelarlos n Sn1)c)';01'e8 ([e la Orclen Carmeutana. El BRato fl(wtista Sparlnuli, "El ~[onte Carmelo", n .. 112 (año 6), p, 136), Spagnoll "Spagnolo", I'or su paClre, noble rlesceneliente ele Espmla, "El Mantuano" n "Mant'lIano", "Manto-rano" simplemente, por ser natural ele Mantua, TamJlién se le conoce por "U/ises" v quien 1e- comparaJJan sus contemporáneos ]l01' ser "piccolo di carpo e brutto, ma sommo rti ing'egno e el'animo J}ellissimo", (Cfl', VLADIMIRO ZABUGHTN, Un Beato Poeta. "Annlecta Orel. Cnrlllelltnrum" (año D), Y. 4, p. 125.

    P) HaJllamos (como se ve) elo csla filiación ele la Protesta en un sontillo rolativo y pxtensivo únicamente al J11lmanismo pag'anizanlo ~' no al verdaclero liumanismo cris-l.1ano; así creemos no eatr en la repr01¡Hción ele Menéndez y Pelayo, que tan rigu-roso se muestra contra los "escl'ito)'cs hllmfíos" que, incurrienclo 8n el sofisma ",iuxta hoc er,qo p1'opla hoc", ven en el renacimiento ele las let.ras clásicas la única madl'e elel Protestantismo, "sin aelvertir que rle ese moelo condenan y malelicen toela una ma-ravillosa civilización, protegida y ampararla ¡Jor la Iglesia católica, (Cfr, Hist, de los Hete1'ocloxos, t, IV (eel, orelenarla y etir!g'iela por D, M, AnTTGAs. Maelr!cl, 1928), pp .. 9-1;',

    (3) El HC1'!lW]Jltl'OrlU'llS escrito por Ant.onio Beccarlelli es, como elice Pastor, "una colección de cpig'J'amas que soJlI'epujan con mucll0, en inmundicia y obscenillad, a los peores eng'enelros lIel antig'uo clasicismo (H'lst. (le los Papas, Trae!. Ruiz Amado, Barcelona, 1040; y, 1, p, 123). Valla, corifeo riel llumanismo pag'ano, en su lihro sobre el placer, "l1acienc\o g'ala (le llll cinismo repugnante, por lo gTosero, COITe im¡Jerté-nito por eliminas llenos ([e oscaJ1l'0sirlarles y c\eeluce conclusiones que el más empe-c\ernielo pag'ano no se lw]}ría rlig'nac\o suscr!hir, (Cfr, p, SILVERTO DE SANTA TERESA, El precepto riel (/1110)' (Burg'os, 1 9 13), p, 180, SI a estos añuelimos a llracclolinl,

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    anteriores a la rebelión cr-istiana, pueden y deben figurar como im-¡mgnadores de la "alegre nueva", ya que si no esgrimieron directa-mente sus armas contra las nuevas doctrinas, las atacaron al menos indirectamente, contrarrestrando con su vida y obras la ola de pa-ganismo y desenfreno, levantada por el humanismo antirreligioso,

    Además de las credenciales de formidable debelaclor del falso h11-1J1anisl11o pagano puede alargar el Mantuano (en cierto modo) las ele impugnador directo de los errores de Lutero, a pesar de haher muerto 11n año antes de la abierta rebeldía de éste (4),

    Decía el monje sajón: "Praeliari adversus Turcas est repug-nare deo visitanti iniquitates nostras per illos," (5); y antes que hu-biera salido esta frase ele sus labios ya había sido refutada valiente-mente por el Carmelita italiano nada menos que en un poema de 7So exámetros (6), Contra los errores del heresiarca acerca del Pur-gatorio, se halla, abundante doctrina en los cinco primeros libros del Alphonsus) de Spagnolo (7), Los tonos cesaropapistas elel revolucio-nario germano hallan su reprobación en un pr,ecioso capítulo, en que, hablando Mantovano (aunque incidentalmente) ele las dos e~padas elel Evangelio (8), y consicferándolas como símbolos del Ponti fica-

    "pilluelo callejero" (Voig-L), tenemos ya fOl'marlo el trio, ¡,Quién no ve en estos cner-g'úmenos los rasg-os ele Lutero? La. pluma rlo IO,s c11atro porlomos rloeir que rué arra11-('¡¡(Jo de unas n1isnlas al115 y moj;Hl[1 en pI lllismo tinl.Cl'o.' ¡T.1nto R0 parecen sus ohrfls! ¡Tanto S11S vielas!

    (1) Subirlo es que Lutero se relJoló rle·un macla nllio¡'lo 01 año 1,,17 y 0.1 enrme-lil.a llabia. mucrlo el año anterior, cle,ianrlo en su lJllosto n Santa Tr-rosn rlo .Tesüs, quo conf.nJ)[l n la sazón un año y que halJía (le dar ln g-rnn lJ[]f.allll nI Jl101ljC npóstaUl.

    (5) Error 34, conclenndo por León X on In "E':rSlIl'(fC Dominp", 15 cle .illn, 1520, ¡;rl', D, B, 771,

    ((ii Jnlil(¡]nso el pocma "OlJillrrfo/in ('11m c;r/lOr!o{ioll.c (Id clI/Jipl/da (/I'1111l (,ol//m ill-/irlel('s (TIIJ'r:rts) (Id Polenla/u" r:hrisfirtJlrts", DcspIi('s (le llna oxllOrlneión g'enernl a rli-rimil' las ('onllenclas entr8 los 111'fncipes el'is1inl1os ~r. lomnl' ]IIS armas r,ontrn el 0ne, Illig-o comün, Vél 0.\'ho1't[lI1(10 il cncln llon en pnrticlllnl': comienza por el Papa ~7 EIIl-pPI'adol' "alfO 'Jn,flx'l1na 1J1'llnrN lUTllillrT tP1Tcni" y sigue por los l'Pyes y pol,cntn(lós ·'S!JdC7'fl.", para terrninal' en 11nn Vi1Jl'tllllo pnl'éllcsjs: ('Arl omnes Elll'opne pl'ineipes :le jlopUlos Christofleleles" (Iotal 14 PXllO¡'Lneione,q), Po]' torla osta o])ri1a rliseurre fucg'o al'r!ieJ1le (lel predicaelor rle la C]'rlzarla, (Consla, ('amo eleeimos, rle 750 versos, ¡Mal enleulisla se muestra el p, '''essel" a[ rleei]' ([110 consla "ci'/'citel''' clo 1.400, pues sin "('¡¡'dlel'" son 650 menos!) (Cfr, nrrjllis[1I ,1[(1/1[1(((/1118, Opera (parisiis, J513), t, 2, fol. 701'-011',) Citaromos la mayal' P'lJ'to rlr las voces por estn eelici

  • I

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    do y del Imperio, tiene frases como esta: "Pontificatu regatur 1111-perium" (9). Largas páginas dedica el Beato Carmelita a demostrar la doctrina contraria a la invencibilidad de la concupiscencia (IO). Artículos de Rus, condenados en el Concilio de Constanza, que para Lutero eran" christianissimi, verissimi, et evangelici" (11) son para el "ter maximus" errores dekstandos (I2). En una palabra: el cla-rín de alarma del "R umanista más santo" denuncia la maléfica pre-sencia del humanismo anticristiano, y los gritos desgarradores del "s~nto más humanista" : j Reforma, reforma! anuncian la aparición de la negra silueta del monstruoso protestantismo, gritos y clangor que resuena a impulsos del "spirito tridentino" que inspira el estro de Bautista (13).

    N o tratamos al presente de exponer sus doctrinas antiluteranas. Las pretensiones de nuestro trabajo se reducen sencillamente a pre-sentar el humanismo del Virgilio Carmelita como cristiano y emi-nentemente cristianizador, antagónico del humanismo paganizante y al mismo tiempo ele un modo rítmico se irá perfilando por sí sola su figura de impugnador indirecto de la pseudo-reforma, ya que asestó sus golpes contra nna ele las principales cansas de la Protesta; pro-

    (9) Cfr. De paUentia, lib. ~, c. 35, 1'01. 371'. (10) Cfr., y. g-r., De patientia, lib. 1, c. 7-9, 12-15 (1'01. 0-6, 7-8, respectivamente),

    y De Vita Beata, (londe trala (al menos impllcitamente) ele esta cuestión al proponer siete medios pura alcanzar y g-uarelar la castielae1 (rol. 391'-421').

    (11) Error 30, conclen[¡elo en la "Exsurg·e". D. B., 770. (12) Cfr. B. BAP'l'IS'I'A MANTUANUS, Opera. ... hllc'lsque inedUa (editados por el Pa-

    el1'e Zimmerman). "Analecta Care!. DiscaJ..", v. YII (Roma, 1933), p. 182. (13) El Beato Spag'ooli, dice Zabug'lün, puede ser contaelo "nell'eletta schiera ele!

    pl'ecursori elello "sJlil'ito tridentino". (Crr. Un Beato Poeta, "Anal. Ord. Car", año 9, 1'. IV, Roma, 1917; p. 153). Esle "sjJú'i!o tridentino" brilla especialmente en su amOlO

    . por la vel'elaelerR reforma ele la Ig-lesia, y (1e su Urelen, del clero y elol puel)lo. En este espíritu está empapaela loela su vida y olJl'as. El dia ele Toelos los Santos de 1488, (lesde el púlpito de la ig'lesia [le San Peelro, delante elel Pap8J y los Carelenales, pre-c!icó un vehemente sermón acerca de la reforma de la Iglesia. (Se conserva manus-el'ito en la Biblioteca (le Ferrara. (Fondo Banlr{alrU, t. 26, p. 174. Cfr. P. GAB. \VES-SELS, De calamUat: temporum (elel Mantuano). Praefatio. "Anal. Ore!. Car.", a. 9, v. -l. p. 10, n. 3.) En su poema De SaCl'i, (lieblls, elespués e1e exponer a León X la rela,ia-,,¡ón de la Curia, lo e1 iro :

    Sancte Patel' 'l/Cl/I'J'e Leo, rC}JubUca CII1'isfl labitu·l' ... (Cfr, Fast., li]). -i (De Sanclis Lconibus, ee!. Colonia e, 1561; p. 115,)

    En su "PaJ'thenice Mariana", al elescri])!r el fervoroso carmelita el nacimiento ele Jesús en la miÍs extrema humildael y pobreza, se vuelve a los Prelaelos aseg'laraelos y les dice; "¡A}JI'elUlerl los que os gloriáis ele vuestl'as ínfulas y llres1l1nis con vues-tJ'08 rojos capelos! 11osot1'oS, que des]llegdisun fast'llOsO lujo, apl'elulerl (le este N'iíío a no desprecial' la }Jobl'eza; este In{ante en SIl nacimiento os enseña a eleponer la so-/Jel'bia y vestir'os la humildad." (Cfr. Pal'thenice Mariana, lib. 3, t. 1, fol. 71v-72r.\

    Las hipotiposis de su poema "De calam'itatibus temp01'urn" vienen a ser cuaelros auténticos de las corrupt.elas del "cuatl'ocento". ¿La Eg-log'a cuarta no querria Man-tuano que fuera un valiente ataque contra las cortesanas? (Cfr. Egt. qlla'f'ta. De natllm 71lUlierU1H, to' 2, fol. 115v-119r.)

    En fin, naela hay que decir e1e su espiritu Reformaelor elentro ele la Orrlen; él, COII su Reforma, Mantuana, viene a ser para mi el mejor presag'io ele la Teresiana, Y no como tantas Y tant.as preelicciones y 110róseopos con que 11lm soñaelo los historiadores. Santa Teresa, como lo reconoce la Historia, dió la gran IJalalla al Lnteranismo con su Restauración Teresiana, Mantuano, COI) la suya, l¡i7,o frente a la Protesta en sus prin-cipios,

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    testa artística, si se quiere, la de los humanistas, pero que hacía pre-sagiar la protesta religiosa, como hemos dicho más arriba.

    Además de los ministros de la palabra enviados por la Iglesia, se aprestaron para la lucha contra el falso humanismo pagano los pa-ladines de la pluma: gran multitud de humanistas cristianos, que, por 10 conocido sería ímprobo y ocioso enumerar aquí. Entre ellos, nim-bada su cabeza con la cuádruple aureola de Beato, Teólogo, Filósofo y Poeta, se alza majestuoso con su capa blanca el Carmelita Bautista Spagnoli, que, extático, dirige sus miradas a la Reina del Carmelo. su Musa, su Ninfa ...

    Exquisita fué la formación humanística que recibió en su ciudad natal (r4); su genio poético comenzó ya a actuar desde su más tierna eelad: "a teneris colui musas", nos dice él mismo (r 5). Consideraha sus cualidades poéticas como un don de Dios, como un talento que estaba obligado a explotar en su servicio: "N 010 talentum-nos di-ce-mihi traditum more servi nequam abscondere. In templum Dei quisque quod potest offert: calix aquae frigidae non contemnitur. Puto ergo quum ad poeticum exercitium me converto, si quid ap-tius exit. .. a Deo mihi dari, Deo inquam qui Trinus est, non ab Apolline" (r6).

    Como siempre, en torno a este segundo Virgilio surgieron sus 20ilos, y, entre otras cosas, le echaron en cara no decir bien en tÚl religioso la poesía. Elles contestó:

    "Ab indocto artifice Christum fingi hcet, nonne et a perito? Com-munibus verbis el sermone rudi Deum laudari nemo nefas putal; at, cur non egregia limataque licebit oratione? Haec autem poetarum est quibus praestantissimum dicendi genus cOllv-enit.. Non timebi-mus igitur ad res divinas transferré carmen, et nostrae divitias ora-tionis (si quae sunt) in medium ad Apostolorum pedes afferre. Si omate laudare bonum est, ornatius laudare melius est, ornatissime vero optimum est" (17).

    Por estos pasaj es ya se entrevé la elegancia y espiritualidad que destilarán sus ese.ritos, la mayor parte de ellos sujetos al metro (r8).

    ('14) Fué primero su maestro Gl'cg-orio Tifernal. (1458-1460), )' cuallCIo ésle salió para Parls quedó bajo la férula de JOl'ge Mh'uln, que Ilabl;, sirIo su eondiseipulo. (Cfr. FR. BENITO ml LA CRUZ (Zlllllllcrman), O. C. D., Las l1e{o'/'ll!as de la 01'den de ¡'y', S. del Carmen. Apuel P. SlLVERlO, JlIs/. riel e, DesGal"", t. j (Burg'os, 1035), LXII.

    (15) Cfr. Vitae suac "1,itome ad Pos/('/'italcm. l\pUCj /i'ast(J}·1t111, Iib .. XII (ColO-nIne, 1561), p. 14.

    (16) Cfr. ApololJeticolI, t. 1, fol. 5\'. (17) Ibld. (18) La mayor parLe de sus obl'as. COUIO lIeciuLOs, están en \'erso; eutre sus pro-

    duccIones en prosa cuéntunse: "De lJatientill", tres lil1ros; "De Vila Beata", "D'ialo-yus contra det1'act01'es", ",{el Ptolo'/1/(}eulIl. Frall'em EJlislola contm. calumnia tares " , "{:onf¡'o novarn o)Jinlonem ele loco cOllce}Jliollis CiI/'ist-i trae/atus", "Cont1'a eos qui

  • 52 P. JosÉ VICENTE DE LA EUCARISTÍA, O. C. 1).

    El Minciacles Carmelita no era un dilettante, sino un perfecto poeta. que, pensando en verso, escribía con magnífica riqueza ele léxico e íntimamente penetrado ele la melodía del buen verso latino (19). Sus exámetros son de corte puramente clásico. He aquí cómo nos des-cribe la alegría de los dejos en el nacimiento de María:

    "Candida nascentem mox ut videre puellan omnia jocundo fulserunt sydera coelo. Arrisere poli summoque a·uditus ab axe concentus prolique novae peana canorum argutumque melos divi cecinere"," (20).

    Comenzando a pintarnos una visita que hicieron a la Señora, ya próxima a la muerte, los cortesanos d~l cielo, dice:

    "David et mUl·ice c1arus et auro argutam plectro cytharam pulsabat eburno.

    Ibat et aetereo mulcebat nubila cant,u. coma fusa per auras

    nabat, et in tenui ven tus ludebat amictu" (21).

    i Parece que en torno a estos últimos versos aletean las estrofas de San Juan de la Cruz: "El aire de la almena ... ", "En soja aquel cabello ... ", "El aspirar elel aire" ... !

    Aun más que la sonoridad y dulzura del verso cautiva al lector la nota de cristiana y cristianizaclora que exhibe la obra ht1111anís-ca del poeta Carmelita. La exquisita formación humanístico-teoló-, gica creó en él una segunda naturaleza, y a través de ella mirabil todo el clasicismo greco-romano; espiritualidad, espiritualización:

    rlet'l'ahullt 01"dini Canl1elll"I'II'J11 AjJII/o(/ia", "RellelJl]ltol'is 'lJI/IIU/i ¡)Jat1"is ecclesiae Lall-'I'elanae historia", etc., etc.

    (1D) C1"r. VLADIMInO ZABUGHIN, Un Dca/u Poelo (Jug'. Cit.), p. 126. (20) Cl'r, Pa1"lIwl/icC8 ¡llal'iwl!I, IUl. ¡, 1., t, 1"01. 201'. (21) Cfl'. PaJ'l. Mal'ial/(/, lib. :1, 1 .. 'l, rul. S9v. i'\o lodos sus versos son tan lindos

    y lersos como eslos. Las imperfecciones son rle]litlas a val'ias causas. En primer In .. gnl', MANTUANO conlpol1ía sus poelnas (lo prisa y eOl'l'iencl0, COll10 suele clecirsB J .pura entregarse (le lleno a eSl,ndios má s prol'und os y serios, como son la Teología y el hebreo. ("Poema. omne cm'pUm cO'l/lpus/li c1ll'si'll1, absolvi non (erc alilel' quam canes nilllll bl/lc¡'c in Acgilito", nos dice ['1 I1liSltIO,) (C!'r. ¡lrl PtolomaclIm Fml'l'em, crl. 1576, t. IV, p. SO.) Esto lo hag'o, r!ice en el JlliSlllO lug'ar, "ut. ... acl l'heologiae stucli'll1ll ({1IO plus longc obleGlO1' mc can(el'reJ/I". PUl' no alarg'ar la nota demasiado, nos que-liamos en nuestra certeza con los rlil'cr('nlcs lestimonios (le Sil sa]}er hebraico, que .son muchos y valiosos.

    A esta causa se añade que lwJJienrlo dejado ti su:,; mnig'os obras no mús que

  • ·EL' MEJOR HuMANISTA cIl.1STIANO PRETRIDENTINO 53

    he aquí los dos polos en que gira toda su producción humanística. Mantuano es el gran debelaelor elel humanismo pagano. Su actitud contrasta grandemente con las tendencias del psedudo-humanismo. E',ste, como desprec.iador ele Espíritu Santo, montaña de la verda-dera inspiración, mendiga su estro de las Musas y elel Cintio Apolo; el "ter Magister" desprecia (por lo general aun en la forma) este uso. Así, después de plantear los puntos que va a desarrollar en su "Parthenice 111arz:al1a" (22), pasando a la invocación prorrumpe en estos términos:

    "Sed llegue pierii fontis, neque Procidis unclac nunc va da sunt ten tanda mihi: maiore camoena et maioris opus nune est ope nurninis: ergo

    Tu mihi diva fave, eoelum cui militat omne. Nostro Tu sola lahori

    sis praesens; opúigue tuo largita futuro praesidium, nostrae veniens illabere menti.

    Huc ades et caeplos praesenti numine cursus dirige el infirmam per vada caerula puppim" (23).

    Semej antes a esta en la piedad y en sentimiento ti·ene otras mu-chas invocaciones al principio de sus obras (24).

    El falso humanista celebraba con frecuencia en sus composi-ciones el amor lascivo. Spagnoli se presenta impertérrito ante el poetastro, licencioso e inverecundo y le fustiga con 78 dísticos, lle-nos ele santa indignación. He aquí algunos de gran vehemencia:

    "Carmina quae sanclos Deus ipse paravit ad usus impia mortiferi criminis arma facis. Quid maculas turpi divina libidine dona?

    Quid teris immundo munera lanta pede?" (25).

    Así sigue increpándol,e cada vez más encendido en celo y des-pués de decirle: "Desine, pone lyral11, vates insane" ... (26), pa-rece que el humanista deja paso al sacerdote de Cristo y como tal

    (22) Propone el argumento en estos CillCO versos: SancLa Palestinae rcpcf.8ns exorclia nympllae

    (liflleiles ortus, et formirllltn profunclo Incrementa Iovi; li1ares 11~rlnel1[1eüqlle resta Virg·inis et sneri referllm mirnculn partus Actaq~e et HcceÍ1tos lllUTHlt '(1nel'inris lIon01'e~".

    ·(Cfr. lib. 1, t. 1, foL 9. (23) Cfr. lilJ. 1,1. l, fol. Dv-lOr.) (24) Cfr., v. gT., De culamUaliúlls t.cmpol'ulJ1, I1J). l, t. 2, fol. 41'. AlpllOnslIs,

    llJ)·. ·t, t. 3,. fol. .l\'. l'ropllaelllJ1 Ganzo.qlle, JiI). 1, t. 3, fol. S3v. Peal/lenice secuni/a, iill .• 1,. t,l, fol. 93\'. Parlhenice c1/arta, 1. 1, rol. [:;51'. Pa1'llIenice qllinla, t. [, fol. IGII· ¡·,ai:lhe.n{c·e sexta, t. 1, fol. 1651''' el.c. -.. ··(25)·· Cfr. COl/tl'a poelas hnl'ndice loqnentes Ca1'rneli, t. 2, 1'01. 991'.

    (2ü) ]J)fd., fol. lOt\'o

  • P. jOst VICENtE DE LA EUCARISTÍA, o. t. b.

    le intima que pida perdón a Dios y haga penitencia de su pecado. He aquí sus palabras:

    "1, miser, et veniam superos pro Crlmme posee ante flagellati vulnera quinque Dei: voce, genu flexo, lacl'ymis et pectore lonso fletibus erroris damna repende tui" (27).

    N uevamente interviene el humanista y a coro con el sacerdote exclama sentencioso:

    "Carmine quieelebrat vesana Cupidinis arma et Veneri nel'VOS ingeniumque dicat, hic iacit in saniem violas, in stereus amomum atque sub obscenos ·lilia verna sues" (28).

    j Qué diferencia de ideales! Para el Marón cnstlano toda poe-sía, todo arte, debe estar en íntimo consorcio con la pureza: "tota pudicitiam vera poesis amat" (29), dice terminantemente.

    Otra de las lacerias que ocultaban los falsos humanistas bajo su capa, terciada como la de los antiguos sofistas consistía en las más refinada y pedante vanidad (30). Creían aquellos paganizantes que ellos eran los únic.os gramáticos, dialécticos, legisperitos ... Con vista perspicaz sorprende nuestro Bautista esta llaga purulenta, persigue a los afectados, les quita el antifaz y ridiculiza con fina sátira: "Vidi nonnullos ex istorum numero (nos diee con cierto re-titín) qui se postquam Alexandri grammatici et Aesopi versiculos cliclicere, consummatos grammaticos arbitrentur et postquam dia-lectices et legum aliquid addidicerunt se Solones et Crysippos exis-timent"" (31).

    Aún más inaguantable, que estas ridículas pretensiones de dia-lécticos y legisperitos, resultaba la petulancia de algunos poetastros que con dos adarmes de poesía creían ya conquistados los lauros

    . del Andino y en sus demencias despreciaban las escrituras como faltas de estilo ciceroniano y frase virgiliana. Contra este proceder

    (27) IbId., fol. 104v. (28) Ibid. (29) Ibid., fol. 99v. En la misma composición, haciendo la epopeya del verdadero

    poeta cristiano, dice: "Carmina casta facit. Vene¡'is commercia vitat nec movet ad-versus m'a lJ1ulica leves" (fol. 103v). .

    (30) Cfr. PASTOR-Rurz, Hist. de las Papas (Barcelona, 1940), v. 1, p. -141. WEIB-Rurz, Hist. Uni. (Barcelona, 1929), v. 8, p. 129.

    (31) Cfr. Apologeticon, t, 1, fol. 6v. A veces, quienes tanto presumian no eran ca-paces ele enteneler ellatin de un San Ag'ustin, Jerónimo, elc, "Postmoelum-(Uce Man-tuano-quum vel Aug-ustini, vel Hieronymi, vel H)'laril aut alterlus ex 11ls qU! latinam llng-uam tenuere profertur nllquid:' haesltnnt, lacent, mussant, auelisse ellssimulant, doceri puclet: ig-norantla crutiat; (Ucunt allaIll esse nunc, a1lam fulsse g'ramma-Ucam." (Ibld.)

  • r I

    EL MEJOR HUMANISTA CRISTiANO PRETRIDENTINÓ 55

    infatt!Qtdo, que a veces degeneraba en avilantez. grosera, levanta 111-trépido su voz el Vate Carmelitano. Escuchél110sle:

    (Hay poet,as) "qui paulo ultra prima grammaticae rudimenta pro, vecti... adeo sibi placent ut audaci praesumptione sibi polliceantur Mantuanae gaudia famae ... Hi, ne parum sed multa scire videantur, Scripturam Sacram irrident; quidquid maroniano vel ciceroniano ca, ret Iepore dedignantur: liberali'llm artium expertes sola aurium de, lectatione trahuntur; audent et contra cathoIicam veritatem aliquan, do sentire; in quod scelus nemo unquam nisi levis et ill!Sipiens et ipsius veritatis inimicus adductus est" (32).

    El desprecio e insurrección contra la verdad católica de tales hu-manistas (más reprensibles y culpables que los mismos paganos que por ignorancia cultivaron el culto de los falsos dioses (33), arranea del pecho del Beato Carmelita este grito conmovedor: "Rí ... sub novae regis gratia procreati et beneficentissil11i Dei donorum ingrati veritatem, quam alii sUl11mis ingennii corporisque laboribus quasi fl1-gientem sequuti sunt, oblata respuunt, repertam abiiciunt." (34). ¿ Qué fases no hubiera escrito contra Lutero, Calvino ... cuando así habla contra los humanistas paganizantes de sus días que no rompieron abiertamente con la Iglesia? Sin duda, la voz de Spag-noli, al unísono con su hermano ele hábito Paulus Elias, habría entonado contra el monje sajón el himno "Te Luterum damna-mus, te hereticum confitemur ... " (35).

    Afeminados poetas y semioradores del cuatrocento (" nostri enervati poetae et istius .temporis semioratores" (36) acogidos a la corte ele los príncipes y magnates, semejaban una de esas ban-dadas ,de "cuervos poetas" y "picazas poetisas" que en frase de Persio ante el brillo de la moneda parecen desatar sus lenguas en melodías pegaseas (37). Contra estos parásitos adocenados que

    (32) Cfr. Apologelicon, fol. 7. (33) Los poetas paganos, como Hesiodo, Homero, Vil'gilio, dice Spagnolo, " ... quRm-

    ¡¡uum falsorum eleorum cultUIl1 extollallt, minus tamen plectencli sunt quam hi nosll'ae tempestatis. 1lli enill1 vel tell1poJ'um vitio vel sua infelicitate elecepti qua errorem SUUIl1 tueantur hallere vielentur." (.41'010g., to' 1, 1'01. 7.)

    (34) Cfr. Apolog., t. 1, fol. 7. (35) Paulus HeHas, carmelita 110landés, nacielo l1acia el año 1480, fué un acérrimo

    impugnador elel Luteranismo, contra el que escribió varias ohras. La pieza a que alu-c1imos en el texto es un himno que siguienrlo los versf,culos elel "Te Deum" vuelve contra Lut.ero. Después de la antífona y ve¡'slculo termina con "Ploremus", "Deus, (lui conspicis, quia 11aeretici omnes humams suffulti praesidiis, nullis scrlpturis, mi-raculis, aut rationibus vincuntur; concede propitius, ut paenitentiam ag'entes, aut cito convertantur a secluctione populi tui, aut pertinaciter obstinati in infernum praecipi-tentur commeritas poenas luturi per omnia saecula saeculorum. Amén."

    (36) Cfr. De V'ita Beata, fol. 431'. (37) Decla con gracia el gTan satírico latino:

    "Si dolosi s]Jes 1'e{ulserit nummi corvos poetas, et poetrias ]Jicas cantare credos ]Jegaseium melos."

    Cfr. AulllS Pe1's. Flaccus-Satirarum l1beJ\ (Lug'duni, 1695), p. 3. (Prólogo, v. 12- \4.)

  • P. JosÉ VICENTE DE LA EUCARISTíA, o. C. b.

    reducían todo el arte poético a una ampulosidad de estilo, ayuna ele todo con'tenido doctrinal, restalla también el látigo del M antllano :

    Esla elocuencia "verborum. JUvenum, ferventis aetatis" que siguen con frecuencia los poetas de nuestros tiempos dice indigna-do no se deleita "Ilisi in quibusdam politis et excultis dictionibus, quae nihil in se habent nisi ventosum tumorem et resonantiam quae solet imperitorum aures demulcere (38), Y acto seguido compara este estilo a la nave sin timón, agitada por las olas, al cuerpo sin alma, al órgano cil}celadb en plala y oro pero sin aire, al indó-mito corcel, (39) .

    A todos estos caracteres del falso humanismo, petulante, ávido de honras y dineros (40), despreciador de los libros sagrados, su-perficial, opone el Carmelita tonalidades antitéticas. Quien nada aborrecía más que hacer alarde de bondad (41) odiaba asimismo la vana ostentación de ciencia. Aún en vida gozó Spagnolo (como nos dice Felipe Beroaldo, gran humanista, íntimo amigo y peniten-te suyo) de la gloria y veneración que muy pocos consiguen des-pués de su muerte. Los transeúntes les señalaban con el dedo, y no sólo se tenían en las manos y eran aprendidas ele memoria sus obras, sino que también eran estudiadas y explicadas en los gim-nasios (42). Mas se mostraba indiferente antes estas glorias, con-vencido de la inanidad de 10 terreno (43). Gran amante de las for-

    j

    (38) lJe yita Beala, Iol. 43v. (39) "mMI aUn(/. est llaec quam praceUxi facum!iu nisi navis in mecHo pelag'i con8-

    LiLuta privaLa reg'iInine, nisi corpus sine anima, nisi 'org'anllm aura arg-enLoque- caela-I.lIlll, sine mliuHlIlLo spiritu, et elenique nihil UliUll ([uam equus sessoris impatiens, ['rueno ollllliflue vinculo expeclHus, qua flt ut nullís unquam llLilHati 1'1l8I'it, nocumen-Lo auLOlll pluerisque." (lJe V'ita Bea[.a, fol. 43v.)

    (40) Cfr. PAS'I'OR-RUIZ, Híst. de los Papas, v. 1, p. 141. "VEls-Hmz, Hisl. Uní., V. 8. iJ. 12\J. Pareco quo tenia Spag-nolo puestos sus ojos en es1a clase de humanistas, al rleserilJil'l!os en Sll "AlpllOnsus" las terril)les penas que SUrrO!l el! la otra vicja:

    " . .. dir{iciles an'ímae quas duJ'G. coegU ambUio n'i1ninm sapere, et silJ'i (iclere, [.eges el clecl'eta palrlf1n nil pendere, rasque {'iclClIlqllC ((sse minus, l'igidis {1'ontclII cervicíbus altam ¿oUere, tm'gentes buccas el gmndia verba rumpC1'e •.• "

    (Crr. JiJ). 3, t. 3, fol. 27.) Su fáJ)1Ila "Rusticus, malus tmnslala et /len{s", ¿no Iría lam])ión, conl('a estos pre-

    sUlIlielos renacentistas? Al menos la moraleja se presla " "!la dolJle inlnpl'claciún: "Qu'i nlmiu'J1~ sap'iLrnl utrjne incol1cessa serj1lunlul'

    desipümt; cohibel qui s'(la vota sapil." (Cfr. SUva/wm, lib. 4, t. 3, Iol. 194v.) (11) Cfr. ZIMMEHlvlAN, Monumenla lrisIMica-p. Son palabl'Us del mismo ¡\InnLuuno

    LOllluelas de una earla a su padre, Pedro Spag-noli. PU]llicóse esta impol't:Jnl,c carla traelucicla a nuest,l'o iclioma en "El Monle C({1'1I1elo" (afio (J, n. ti, ele septiemlll'c l!lO;,) dentro ele un l,l'abajo que lleva este tItulo: "El Bealo Bautista Mantuano", p. üRti-Il04.

    (42) Estas palabras están tomaelas ele una carLa ¡lirig'ida por el citano llUllJnl!ista u un FI'. Jerónimo, oeli\or ele lús obras elel Bautista. Decia Beroalelo al acordarse ele Iluestro hllmanista: "Ga1(cleo ipse merll'lll el gcstio 1]1(0([ lalem 1'il'um 'l/on solmll j'a-mil"ia1'ilel' noverim, sed eUarn hal¡ea//1. conl'essol'e1ll." Esta cat'/.a ]luelle verso al p)'in-ciplo del torno tercero (eel. ele 1513 (101M anluano).

  • EL MEjOR l-IUMANISTA CRISTIANO PRETRIDENTÍÍlrO

    mas clásicas del lenguaje, no deseachaba por esto la Divina Es-critura, sino más bien hallaba en los sagrados códices bálsamo para todas sus dolencias y ansiedades, refugiándose en ellos como en fortaleza inespugnable (44). A la poesía frívola y superficial del falso humanismo oponía sus c.omposiciones, saturadas de conte-nieló ya filosófico, ya teológico. Sobre estos principios básicos ale-tean sus metáforas, alegorías, hipotiposis, etc., envueltas en un len-guaje tan fascinador que sus obras han labrado y labran las deli-cias de cuantos las leen; de un Erasmo, Pontano, Beroaldo, Pico de la Mirándola, León X, Bembo, Lutero, S.Pedro Canisio, S. Ro-berto Belarmino, Tritemio, S. Juan de la Cruz (?), Shakespeare, Spencer. .. , nuestros universitarios de la antigua Universidad ele Compluto (45) y de otros mil y mil (46). Todos sus asiduos lectores

    (43) Canlaba Spag'llolo: "Plllri'illa conscri!',;l, ljuac si vcnLura prolJalJulI1

    ,;accllla, llllralJit llamen In Ol'Ve WCU!lI. l~olo Lameu meríli jJreLilllll pro lulillUS istuel, maius amanl, unilllae, llolJiliusljuC lJonuUl, Hae.eut, aetCl'llue IllUÜO ;:lit lllilli gloria vitae, IWll1unae l.ltl/lo mI lllilli laudis .opus,"

    (VUae SI{(le "pist. aa l'asteril.alelll apurl su ollra,) Faslu/', lib. XII (Culolliao, 1301), p. 11-15.

    (44) crl'. De yalienUa, lib, 0, C. Ji!, rol. :Jül', Lloude Lliee: "Cul/m l'uerllll aliqutimlo CÜ'culIlYcnl.us !lIultis allxieLatibus: lluUJ'Ulll fCrl!Ccissüllu, esL turbulenta isla mortaliulll \'ila, jJerfugi semper ud codiees sucrus talllllWIll ud ul'com Illunitissimalfl, eL p]'aeSCll-1 anellin lIledicamentulIl animi lulJoJ':l\ltis el. lIuoel in eis 'luaerebatur ICYlllllen in "C!lt. !lOC a siJC nec a desllleJ'lo meo sum l'rauLlal.llS,"

    (1.5) En la primera lllitacl Llel sig"lo XVl era muy couocido el Mantuano en los alll-t"entes renacentistas literarios do España, j' en ella, COIllO en las demás naciones, s" hiclerun eeliciones de sus ulJrus para servil' tilO texto olJlig-aclo lle clasicisulU en la, eocuelas, al ladu ele los grandes clásicos elel l\lumlo 1'0UHlUU. Eu 15n, las prensas ¡¡" la Ullivcrsietatl COlllplutense

  • ss p, JosÉ VICENTE DE LA ÉUCARISTIA, O, C, ¡J,

    han sentido y sentimos 10 que experimentaba el famoso Pico de la Mirándola c.uando tomaba en sus manos los poemas del Carmelita:

    "Hoc unum dixero-le comunica en una carta al mismo Man-tuano-de!ectari me adeo lectione tuorum carminum, ut fere quo-tidie cum me ve! taedium, ve! fatigatio' ceperit, in illa quasi in. hor-lum de!itiarum solitus sim secedere: unde animo tanta semper obo-ritur voluptas ut nihil cupiat magis quam iterum fatigari, ut iterum recreetur" (47),

    ¿A qué es debido el atractivo irresistible que ejercen sus obras tanto sobre el artista como sobre el sabio? Es que el humanismo elel Miniciades Carmelita tiene semblantes plateados para el dra-maturgo o bucólico inglés, y debajo de esos semblantes late para el cloctor de la Iglesia el oro de la verdad, La belleza externa cle su humanismo cristiano, avalada por el fondo ya dogmático, ya mo-ral, ya filosófico, responde plenamente al doble concepto que Bau-tista se había formado del poeta y ele la poesía, He aquí sus ori-ginales palabras: "Poetas proprium est veritatem sub aliquo vela-mento novae decentisque figurae recitare, sicut mulieres acl ani-morum voluptatem veros panes sub avium nonnumquam figuris et brutorum imaginibus abscondunt" (48), "Nihi1. .. Est aliuel vera poe-sis quam philosophia quaedam mystica, fuc,ata, interpollata" (49)

    Estos son los principales caracteres elel humanismo cristiano de Bautista Spagnoli tan antagónico clel falso humanismo pagano, Por las breves indicaciones que hemos hecho puede darse cuenta el lector ele que el Beato Carmelita es uno de esos renacentistas plenamente cristianos y artistas, tal e,omo en silueta nos 10 presen-ta él mismo en estos breves rasgos: "Hi sunt l110desti, graves, cir-cumspecti, humanarum clivlina'rul11que rerUl11 stueliosissil11i ma-lentes esse quam videri; piissil11i Dei cuItores, religionis non con-

    (47) Cfr, ZIlvIl\!ERMAN, l1Ionumenta hisl. Cur" p, 492, La curta ele Pico estú feclw(la en Florencia a 1 9 ele septiembre ele 1490, Puede verse j,ambién al principio

  • EL MEJOR HUMANISTA CRISTíANO PRETRIDENTtNÓ

    temptores ... sed amatores observatoresque." (50). San Pedro Ca-nisio reconociendo esto mismo pone una aureola sobre la cabeza del Mantuano con esta inscripción: "Vere christianus poeta." (SI).

    Como verdaderamente cristiano y e~piritual, su humanismo es cristianizador. Esta modalidad se manifiesta de un modo da ro en el frecuente uso qua hace de la mitología pagana.

    La intervención de las divinidades del clasicismo greco-roma-no (52) en las obras del Marón cristiano, no tiene que ver nada con las tendencias malsanas del humanismo paganizante que "volvía las espaldas a la gloria del Cristianismo, para tomar prestados sus ideales al genio de la antigüedad" (S3). La posición adoptada por el Carmelita en este punto es la más elevada y digna que pueda pensarse. Toda su obra humanística (sobre todo en este respecto) es eminentemente "cristocéntrica"; con un "cristocentrismo" que revestirá unas veces carácter de triunfo, "de ovación", de "espo-lio", de "trofeo", y otras de "recuperación", de "regeneración", de "cristianización", de "espiritualización".

    Sobre el carro triunfal construído con los elementos de su hu-manismo cristiano, sube Cristo para ser llevado en triunfo. A fin de que la manifestación sea más sensacional, a la carroza del triun-fador encadena Motovano a los principales enemigos del Crucifica-do: a los dioses falsos.

    Que los poetas cristianos de los primeros siglos procuraran eli-minar de sus composiciones el elemento mítico-idolátrico se explica sencillamente, dice Spagnolo, porque aun no se había desvanecido completamente el culto de los falsos dioses, mas después de rec.o-nocido el triunfo de Cristo y deshecho ya el ejército diabólico, no sólo puede emplearse sin ningún peligro, sino que debe hacerse,

    (50) Apolugeticon, t. 1, fol. 7v. (51) Cfr. PE'l'RUS CANIsms, De FcrlJi Dei. G01'l'uptelis, t. 2; De Ma1'ia VÜ'[J'i'ne (Lug'·

    ¡¡uni, 1584), p. 40. Le cita varias veces en esta obra mariológ'ica, siempre con g-rall aprecio., Para nuestro Vives, al lallo de Prudencia solamente rlabe flg'urar como poeta latino-cristiano el Beato Spag'nolo, a quien recomienda como poeta no sólo cristiano, sino también como "1'acilem el copiosum". (Cfr. VIVES, De trallendis cUsc'i.pl'inis (lib. 3, e. 6) apud t. 6. Opera Omnia (Valentiao Edetanorum, 1785), p, 329. Juicio semejante leemos en la carta 395 de Erasmo (ed. Lug'duni, 1703), t. 3, p. 2, p. 1.783, Y en ot.ros Rut.ores de nombradía.

    (0") Decimos diviniclades del clasicismo gTeco·romano porque son casi las úni· cas l/ue aparecen en sus obras. Con todo, las egipcias también son recomendadas. (Cfr. Pm'thenices Mm'iana, lib. 3, t. 1, fol 791', donde, describienclo el paso de la Sao g'l'ada Fam!lla por campos de Egipto, nos pinta (sin duela inspiraclo en los Evang'ol1os apócriros) la calda de los ldolos:

    " ... iacltit resupinus Anubis COl'nibus auratls solio 1'uit Isis ab alto. Occidit extemplo luctu qluzesitlls Osi1'is,"

    (Cfr. también Pa:f'thenice secunda, lib. 2, t. 1, rol. 1l2v.) (53) Cfr. PASTOR·Rurz, Hist. de los Papas, v. 1, p, 167,

  • 60 P. JosÉ VICENTE DE LA EUCARISTíA, O. C. D.

    para que resalte más la victoria de Jesús sobre la idolatría. Escu~ chemos sus razonamientos:

    "T une regni novitas talia cogebat moliri et late fines custode tue-ri; at nunc non submoto sed extinto hoste licet praedam recensere ovationes triumphosque celebrare: opima spolia deo nostro suspen-dere; trophaea plurima ponere, quo tantae semper duret fama vic-toriae. Nunc hostes et inimici Christi qui aliquando fidem perseque-bantur: dii scilicet falsi nunc in eius pedum scabellum conversi SUllt: calcat eos pedibus Christus ambulans super aspidem et basiliscum el conculcans leonen et draconem ... Si veterum deorum memoria lolle-retur, Christi magna ex parte apud nos gloria laberetur: Nón fuit speciosus de numantinis tr~umphus quoniam nullae exuviae in pom-pa visae sunt: at de Perseo macedoniae rege pulcherrimum spec-taculum fuit quod ipse inter cives suos captivos captivus rex, sonan-tibus catenis, populo Romano applaudente, ductus est in capitolium. Nos quoque sepius dominicam victoriarn mernorantes Jovern coete-rosque deos nominarnus sicut in fidei symholo Pylatum: in evangelio Caypharn et Herodem. Tune mirabilior et iucundior triumphus esl, quum captivi ipsi dinoscuntur: et scitur hunc regern esse, illurn fi-Jium regis; hunc fuisse ducero, i1Ium Centurionern. Qui novit quanto cultu olim Romani Iovern, Venerern, Martem; Atheníenses, Miner-vam; Libyci Iunonem; Ephesii Dianam; Rhodii et Delphici Phaeburn venerati sint, mirabitur tantam mundi mutationem quae non nisi di-vina virtute fieri uIlo pacto potuerit; qui haee ignorat, neque admi-ratur, neque considerat" (54).

    Quien considerare despacio este pasaje tan sugestivo y al mis-mo tiempo indicador fidelísimo de la intención que persigue el "ter magister", al introducir tan frecuentemente en sus obras a los dio-ses de la gentilidad, leerá con verdadera fruición sus libros, sin ningún temor ni aspaviento (55) y aplaudirá entusiasmado al ver a las falsas divinidades (para Mantuano no eran más que encár-naciones vivas del demonio), que, despojadas de sus insignias y cargadas de cadenas, caminan detrás del carro triunfal de Cristo, ,¡ domitor Iovis atque nepotum" (56). En casi todas las obras poé-ticas de alguna extensión nos brinda con escenas típicamente gra-ciosas que nos arrancan tales aplausos. He aquí una mirada de con-

    (54) Cl'l'. .4.pologelicon, 1. 1, rol. (iJ'. (55) Insiste mucho BautIsln en que no t01ll8mos al ver los nombres (le los dioses

    falsos en sus olJI'US. "Noh cst 11lL' p/'aescns, nalJis ab IUol'lIIn (eleorulll) nominüJl/s mo-tl/elU/1/'m mO!lis IJllnm a sC01'pio cl/1 recisa sit cfl.wla: velo veslJa cal sil cl!ulsus OC/I-leus"(.4.1/olo(jcUcon, 1" 1, 1'01. 01;). En su obra De Sacl'is ,liebüs (o Fastol'um) elice n ¡'~te ¡Jl'opélsi1o, llahlumlo también (\e los nombres ele los ¡liases falsos: .

    " ... }lIJslr¡l/alll lacia IJO/Ull'lIm 1/01HIII([ sl/nt rcl'l/.1J1. u'Í1n cleposuel'e lIocencli 'lit llepa si CUS1Jis cIllu]ac l'csecetuJ' adullcuc."

    (Ell, Culoniae, 1561, p. 28.) (50) Cfr. B, i\1AN~'uANUS, D'ionys. k/'eopag., lib. 3,.1,. 1, fol. ~J3V'"L!.ciIlcfe-::J'é]lilp (lns

    veces este Ilemlstiquio.

  • EL MEJOR HUMANISTA CRISTIANO PRETRIDENTINO 61

    junto, según, nos la ofrece Pastor (57), sobre las escenas principa-les de este carácter, que se hallan en el poema "De sacris diebus" o Fastorum elel ,i humanista del Carmelo". Al cantar el piadoso Carmelita toda la serie de fiestas del año eclesiástico, por medio del cual se enlazan, como una guirnalda de bellas flores, los días ele los Santos, pondera, con una inknción que no se puede desco-nacer, el contraste con la gentilidad y la victoria del cristianismo sobre ella. Cristo .Y sus Santos derribaron las falsas deidades; este es el motivo fundamental que repercute por todas partes. Con la Encarnación elel Hijo de Dios se acerca el fin de los falsos ídolos:< Mercurio, que sigue el curso del Angel Gabriel desde el Carmelo, percibe la misteriosa salutación a la sagrada Virgen ele N azareth, barrunta desde luego algún daño y se apresura a anunciar 10 es-cuchado a los dioses. Estos s'e llenan de inquietud y tiemblan. \.1 e-nus y Juno lloran, Palas arroja su lanza, lleno de pesadumbre. pero luego se repone y delibera emprender nuevas artes para C011-servar su antiguo señorío (58). ¡ Inútilmente! Ha nacido el Re-dentor del mundo, el cual 10 renueva todo: leyes, sacrificios, sacer-elotes, y conquista el orbe de la tierra. "Huíd vosotros, ¡oh ídolos!, se dice en el poema a 25 ele septiembre (59); abandonad el templo; vuestra gloria se ha desvanecido. ¡ Délfico Apolo, cierra las puer-tas ele todos los falsos templos, precipítate con tu trípode en el Orco y lleva tus oráculos al abismo estigio! ¡Venus, Juno, Júpiter, huída la eterna sombra, pues desde ahora ha acabado vuestro poder sobre la tierra! ¡ Afuera todos los tiranos! Renunciad a las posiciones y honores que habíais usurpado; el verdadero Rey entra en su reino" (60). Pasajes semejantes a estos se registran en la mayor parte de sus obras. Los dios'es anclan desconcertados ante la aparición de Cristo, cual ladrones que huyen al alborear el día (61). Ellos mismos se confiesan vencidos (62), y algunos ya

    (57) Cfr. PASTOH-RUIZ, JIisl. éle los l'a}lu8, v. 8, p. 164-1ü5. (58) Este paso tnl1 g'l'acioso se lec en -Fastorulll, 1, 3. He [¡{lui los úHilllOS vel'SOS

    qlle' IWCPll [1] caso: "IlU a¡¿tcllI maUllo i.nter se trepi.dare lumuUu

    incipCI'e, l'el1llS llevit, Satu1'1lia J¡¿no (levil, oí aúicullI Pallas cOlitab1lÜ hasla."

    (ErI .. Co1011iae, 1561, p. 10li, [l. I Oli- 1 07.) L'II (Joco más allaJo, PHI1IS crlln 111) apal·te, cómico pOI' ciel'lo, y les dice bajito 1

    irIS dC'III:lS dioses: ilun lonlJ{/. (la/'í inta nos licet olll,nía) (Ul'tWll est."

    " ... /'egn /111/. '1110(/ lcmpesta.te tene'mus (5\/) "'O está en lo cierlo Pnstor (o sus Irarlllc1.orcs) al elecir 25 (le septiembre;

    de1Jc decir 25 ele diciembre. (60) Ee!. 1561, p. 307. (M) Cfr. Pm'lhcnice Mal·inlUf., lBJ. 3, 1. 1, 1'01. 7Uv. En la Pa.J't/t.enice secunda, lib. 1.

    l. 1, 1'01. 94v, nos los pin In como a lobos IUllU1Jrienlos que andan ciando vueltas en la csclll'ülacl alreelcdor ele alg-úll aprisco.

    (62) Cfr., v. g'l'., PUJ'thenice secunda, lib. 1, t. 1, 1'01. 98 v. Pm'thenice septima, l. 1, rol. 1781'. Oilmis. :l1'co¡Jag., ltb. 1, t. 1,1'01. 196\', etc.

  • 62 P. JosÉ VICENTE DE LA EUCARISTÍA, O. C. D.

    determinai1 volverse al Infierno (63'); aun tienen, no obstante, lar-gas deliberaciones entre sí, a fin de precisar algún medio condu-cente para hacer caer en sus tentanciones a los servidores de Cris-to (64). Frecuentemente estas reuniones terminan en altercados, en los que tiene que intervenir Júpiter como pacificador (65). Unas veces toma la palabra Jove (66), otras Venus (67), Vesta (68), etcétera, para echarse en cara la cobardía mutua y animarse ele nuevo a luchar. Andan de mal humor porque los solitarios Cal" melitas les ahuyentan armados con los nombres de Cristo y Ma-ría (69). Negro cuervo (70), tenue niebla (71) son los disfrac.es que adoptan los dioses, "redomados pícaros", para conseguir me-j or sus maladadas pretensiones. Despoj ados por Cristo de sus in-signias, Baco aparece ya sin pámpanos ni tirsos (72); Febo, "nc-

    (63) Cfr. Dion. Areop., lib. 1, L. J, fol. 1971' .. (64) De estos consejos de los elioses, uno ele los más g'l'aciosos nos lo pinta Man-

    tuano en sn Pm·the'llicc secunda, lib. 1, 1.. 2, foL (lo y ss., elonde, en medio de la so-lelrlllldad y silencio ele una noche de Eg'ipto, cuajada ele roela, aparece Mercurio, que, por orden ele ,Júpiter, intenta reunir en los campos de Menlls a los elemás dioses. Jú-piter, "con mirarla torva", va rccjJ)ienelo a los que llegan en una cueva, y cuanelo ya Re ha reunielo un número prudencial. sentándose todos en el suelo, comienza Javo su perorata, excitáneloles a vinelicar su honra, alTebatada por un g·aIlIeo. Terminadn su lal'g'a alocución, los oyentes, enful'ecielos, comienzan a querellarse amarg'amente de su suerte elesg'l'aciada; interviene ele nuevo el pl'esiclente de la junta, y como al'reg'Io flnal a tanta entástrofe intima a Proserpina que rauda descienela a los Inllernos y so-licite de Plutón el envio ele una ele las Furias, y!1 sea Alecto, ya Tislfone o ya la cruel Meg-era. La interpelaela ,illzg'U inútil toela actuación contra los seg'uidores de Cristo y así se lo manillesta abiertamente ti su padre, As! continúa la entrevista, pero al nn no surten efecto sus cálculos, porc¡ne las cloncellas se rfen ele los ldolos y les ba-cen burla.

    (65) Cfr" vg'., Dionis, 111'eo]log" ]jI) .. 3, t. 1. fol. 220. (66) Cfr" y, g'l'" Dionis, Al'eo¡Ja(/., 11b, 1, 1.. 1, 1'01. ¡96v-197v, (67) Cfr" v. gl'., P01'thenice tertia", t. 1;- 1'01. 145, ss.' Dionis, A1'eopag., !lb. 3,

    1'01. 21Sv. A Venus nos la presenta siempre como a una llorona, euando se acuerda de la derrota inflig'icla por el Cl'llclflca'clo, He afluí una parte ele uno dc RUS ellseursos 'fue pronuncia "m'l/lta que¡'ens {lG {nemineu plorans nllllatn":

    O sortem aelversam nobis: o immitia fata O coelum crudele, Nihil mo]jmine tanto Hactenus o comites nostro nihil eg-imus astu, O iactura: nihil toLo profecimus anno. Incassum fraudes: incassum affuelimus artes. O miserum Iovis OrDlle g-ellus: elefecimus omnes, De impel'iis act'll1J1. est, de maiestate deoru7n (1. r.),

    y asi pl'osig'lle caela vez más g-emehuncla, (6S) Crr .. v .. gr" Dionis, tlJ'eollar/" lib. 3, L. 1, fol. 211-212. Minerva interviene

    Lamblén varias veces, Cfr. Gae01'(/'i1/S, to' l. fol. 230. Dionis

  • EL MEJOR HUMANISTA CRISTIANO PRETRIDEN'fINO 63

    gro como un etíope", no lleva ni lira, ni arco y ha perdido su corona elé laurel" (73); Júpiter, en otro tiempo tan valiente, "cla-rus et ignPpotens", ha perdido sus rayos (74). En fin, si reuniése-mos todas las escenas de esta naturaleza, desparramadas por 1 'lS ohras del Bautista, tendríamos un lihro, abultado, sumamente di-vertido y al mismo tiempo tltilísimo para refutar el culto de las falsas deidades, porque sus obras en este punto son una serie ele argumentos, no diré ya "ad hominem", sino más bien "ad deos" (75). La obra humanística de Spagnolo en este aspecto, tan simpático, es el eco gigante y continuado de las palabras del Evan-gelio: "Et spiritus i11111d./1·zdi, cum. 1Rum videbant, procidebant ei: el clmnabant di:cel1tes: Tu es Filius Dei" (76), y de aquellas otras: "Sine) qllid nobis et tibi 1 es'u N azarel1e? venüti perdere nos,? (77).

    * * * Pero 110 siempre los nombres de Apolo, Júpiter, etc" designan

    en las obras del teólogo-poeta a los dioses del paganismo. En su afán de imprimir el sello del cristianismo aun en la frente de los dioses falsos, además de presentárselos a Cristo como trofeo de su victoria, se atreve a trasladar varios ele sus nombres al voca-bulario cristiano, para designar con ellos (no sin previo aviso) nada menos que al mismo Dios verdadero.

    "Quoties Apollinem nomino-nos dice-nema sit tam vecors et levis ut putet me veteres deorum statuas instaurare velle ... sed per Apollinem id intelligo quocl nominis atymologia secundum Cryssippum ostendit: scilicet Cjui solus est et non multi: intelligo igitnr eum de quo dicitur: Audi Israel dells tuus unus est" (78),

    (7:1) Cfr, Pa1'thenice secundo, foL D5r (bc aquí sus palabras): [ll'ivatlls oly?nllo

    Phaebus et igai{el'o CIII'I'I/: picc nig¡'io1' at1'a versus in aethiopem, {ülib11S slloliatlls, et m'Cll dallhnaea sine {1'onde mise1' ller maenia noctu

    ibat ......... (71) .......... , .... Juppiter olim

    clal'us et ig-nipotens, pasito modo fulmine pauper squalidus el, 101'VH rlemissus lumina franle .........

    (e1'I', Pm'thenice secW1ila, li]J .. 1, t. 1, foL 96v, 17;') La utilidae] de selllejanlc libro nos la g'aranliza Spag'noli, al aseg'ul'ul'nos qu

  • 64 P. JosÉ VICENTE DE LA EUCARISTÍA, O. C. D.

    "Quid si eodem modo iovem hoc est iuvantem patrem seu more graeco diespitrem deum verum vocavero?" (79). Como plena jus-tificaeión ele este proceder profiere estas palabras:

    "Qui haec nomina falsis diis imposuere mendaces fuere: quia mbus malis bona imposuere vocabula: nec erant illorum deorum haec nomina: nos tri dei erant et sunt; qui ita solus est ut t!'inus ta-men sit: solm si ve (ut nostrorum vestigia non omittam) unus in es-sentia, trinus in personis; ipse vere iuvans pater est, et eum Jovem appellari nihil est aliud apud intelligentes quam reÍIJ aliquam ab iniusto possessore ad proprium dominum revocare" Antiquissimus ille falsus erat iuppiter: noster Rutem deus verus Iuppiter esto In his tamen-concluye humilde-sanctorum patrum sententiam lffiltari semper consiliuni fuit et est, eritque dUffi spiritus hos reget artus" (80),

    A este cristocentrismo de "trofeo" y "recuperación" ac.ompa-ña otro no menos simpático y atrayente: el cristocentrismo de « regeneración", ele "espiritualización ", como le hemos llamado más arriba.

    A veces se transportaba en alas de su fantasía italohispana, C01110 su sangre, a las grutas del Carmelo del mar, monte para él C01110 para todo Carmelita "patrum pietate sacer lateque pio-rUl1l-inclyttls hospitio vatul11" (8I), De él (como se ha dicho) hi-zo otro parnaso (82), Un día en que desde su eelda de Italia, recorría las vertientes de su monte, vió acercarse a doce doncellas Ii ornadas sus cabezas con corona de yedra y laurel virginal" (83); eran las tres Gracias v las nueve Musas, Al verlas las llamó a sí, y a fin de que pudie~'an presentarse convenientemente ataviadas ante la "Ninfa de Palestina" (84), las condujo al Jordán, y en aquellas aguas, derramadas sobre la cabeza de Cristo, las lavó y purificó ele todas sus manchas, y así regeneradas y cristianizadas las introdujo en la morada de su "Parthenice" (85); allí impri-mieron un ósculo en su frente y comenzaron a hablar amistosa-l11ente con la Señora, a quien, 'estrechando la diestra, juraron ser SIempre sus compañeras y escoltarla doquiera encaminase sus pa-sos (86),

    \7\1) crl', ¿Ipoloyel" 1, 1, rol. ;,\', (80) Ihit!: 011'as "l'''''S ,e vall' I\llllllovano ,1

  • EL MEJOR HUMANISTA CRISTIANO PRETRIDENTINO 65

    Este pasaje, que leemos en su Vida de María, prescindiendo de su idealidad, puede figurar c.omo el simbolismo más acabado y perfecto del abrazo y ósculo íntimos en que fusionó nuestro huma-nista los valores de la poesía pagana con la medula de la cristiana. Limpió de todo resabio de paganismo a las ninfas, náyades, dríadas, oréadas, musas y gracias y las presentó ante el altar del catolicismo, donde las ofreció a Cristo y María, como el misionero ofrece al neó-fito que acaba de ser regenerado con las aguas bautismales. Nada tienen que ver las nueve musas:

    Clioque, Euterpeque Thaliaque Melpomeneque Terpsichoreque Erataque, PoIymnisque, U ranieque, Calliope" (87).

    puestas en las manos de nuestro Beato, con las musas falsificadas que nuestro Manuel de Villegas llamaría "juglares ramerillas", vertiendo el "scenicas meretriculas" de Boecio (88).

    El Eurotas, el Helicón, el Parnaso, la fuente Castalia, la Fó-cide, los famosos templos de Apolo, ele DeIfos y ele Roelas, al huir los dioses del paganismo, quedaron al servicio del verdadero Dios, dice Spagnoli (89).

    Pero bien poco valdría el cristocentrismo ele "regeneración" en la obra elel Carmelita si se roeelujera solamente a estos simbo-lismos y acicaladas ,alegorías. N o; Mantuano, amante del verda-dero simbolismo, desciende de las plumas de la metáfora y lleva a cabo aplicaciones reales en las obras ele los paganos, con preferen-cia de los poetas. Este proceder fluye espontáneo de su c.arácter francamente ecléctico, y, como él mismo nos dice, "a semejanza de los académicos, 110 adhiriéndome a ninguna escuela, tomo ele cada una la parte ele verdad que me agrada" (90).

    Los contornos de su eclecticismo nos los dibuja él mismo al escribir, hablando de Boecio, estas palabras: "Non horruit iste praestantissimus veritatis inquisitor et inventor, graecorum barbas. barbárorum tiaras, frendentes peregrino sano linguas; quoscumque veritatis amicos et clientes invenit, amplexatus est: sive ille poeta fuerit, sive orator, sive latinus, sive barbarus, sive maurus, sive seres, sive oethiops, sive scytha"; y concluye: "Qui veritati asti-pulatus est nobiscum in ea parte consensít" (91).

    (87) Estos festivos versos se leen en la composición del Ma:ntm/llO: De lll'oesi-dentia oratol'is el poetae, t, 2, fol. Q4v.

    (88) Cfr. BOETUIUS, Ph'ilosophiae consolation'is, lib. 5, en C, S, E. L., v. 67 (VJn-dobonae, 1934), pág'. 3. La traducción de VILLEGAS ti que aludimos en el texto puede verse apnd., Los Estoicos (3,· ed. Iberia), pág'. 267.

    (89) Cfr. De calamitatiblls tempol'um, lib. 1, t. 2, fol. 4l', (90) Cfr. De ]Jatientia, lib. 1, c. 31, fol., 121', (91) Cfr. Apologeticon, t. J, fol. 7v,

    ;;

  • 66 P. JosÉ VICENTE DE LA EUCARISTÍA, O. C. D.

    Con esta mirada seleccionadora, y confundiendo en un abrazo a todos los c1i~ntes y familiares de la verdad, va recorriendo el príncipe de los' humanistas carmelitas las obras de los paganos y refrendando con el sello del cristianismo las verdades que en ellas encuentra. Este carácter eminentemente cristianizador resalta de un modo especial en las acomodaciones que hace de Virgilio a las doctrinas del catolicismo, acomodaciones de insuperable belleza y valor doctrinal puramente ortodoxo.

    Nos abstendremos al presente de citar otros pasajes, a fin de examinar, aunque brevemente, una de sus conciliaciones, llena de originalidad y saturada de sabor teológico. Trátase de poner al ser-vicio de la teología c,atólica un paso de la g:ran epopeya virgiliana, Advirtamos previamente que para Spagnoli la Eneida, en su tota-lidad, es un perfecto tratado de Etica, ya que en ella se nos en-seña el porte que debe adoptar el varón fuerte ante los embates de la desgracia, el comportamiento del hombre en cualquier esta-do, 10 que se ha de hablar y 10 que s,e debe callal', En el poema maroniano, dice entusiasmado, laten tesoros de ciencia y sabidu-ría, y, aunque se brinde con su lectura aun a los niños, sus páginas son "viriles senilesque lectiones" (92). Con este criterio se engol-faba en la lectura de la obra del Andino. cuando al llegar al sexto libro, el Marón cristiano alarga 'su mano de teólogo al Virgilio pa-gano y se la estrecha con efusión, El cuadro virgiliano en torno del que gira la escena cristianizadora es el siguiente:

    Eneas, solicitado por diversa's apariciones de la imagen maci-lenta de su difunto padr'e, determina hacerle una visita, cumplien-do así con las exigencias de su amor filial. N o bien arriba a las eúbeas playas de Cumas, se dirige al antro recóndito de la Sibila, y la pide que le enseñe el camino que conduoe a la presencia de su padre. La profetisa, después de representarle la dificultad que implic.a, una vez hecha la bajada. al Averno, restituirse de nuevo a las auras de la tierra, pone ante los oj os elel solicitante un re-quisito necesario, y es llevar un ramo de oro para ofrecerlo como tributo a Proserpina; ele 10 contrario no podrá visitar las selvas estigias y los reinos inaccesibles a los vivos, Este ramo, que ~l mismo ha ele buscar y desgajar, se mece en la opaca copa de un árbol oculto en las sombras de un gran bosque, rec1uído en tene-111'050 valle. Guiado por dos palomas que le envía su madre, Venus, Eneas halla el árbol, se apodera codicioso de la áurea rama y la lleva a la cueva de la sacerdotisa .. Hechos a los dioses del infierno los sac.rificios imperados por la Sibila, comienzan ambos protago-

    (~2) Cfr. Apologeticon, rol. ir.

  • J':L MEJOR HUMANISTA CRISTIANO PRETRIDENTINO 67

    ni stas a recorrer las moradas de la noche y el silencio ... , los pro-fundos estanques del Cocito ... la laguna Estigia ... , hasta que poco a poco llegan al término de su viaje, a la presencia de Anql1ises, que se halla en los Campos Elíseos. Este es en substancia el pasaje que cristianiza Bautista Spagnolo (93).

    Para él la "fe es el ramo de oro que l1ecesitan todos los hombres para negar al cielo, ya que es un género de sabiduría sin el cual el hombre no puede ser iluminado por la claridad de la vida fu-t.ura. Llámase ramo de oro con toda propiedad, y realmente la fe es un ramo, esto es: "quaedam delibatio divinae sapienti ae", dice el Carmelita. Es ramo de oro, porque es preciosísimo e inmarce-sible como la substancia del 0"1'0. Dícese con gran acierto (comenta Mantovano) que est.e ramo se halla oculto en un gran bosque, por-q11e la sabiduría de la fe se halla escondida entre los más varia-dos y múltiples modos de sabiduría humana: "inter, sci1icet, phi-losophantium sectas et traditiones hominum diversas". "Si los ha-dos 10 tienen así decretado, el ramo se dejará hallar y cortar; de lo contrario, no podrás con ninguna fuerza arrancarlo ni con nin-gún acero cortarlo." Estas palabras que la Sibila dirige a Eneas son en la mente del Carmelita similares a las evangélicas: "Nema potest venire ad me ni si pater meus traxerit illum." La razón es obvia y convincente, ya que para el humanista del Carmelo el "fa-tum" del pagano no significa sino la voluntad de Dios (94).

    Proserpina quiere y exige que se le lleve y ofrende el ramo de oro eomo un tributo. Ante estas palabras nuestro MiIciades acude a la etimología de la palabra "Proserpina", y la asigna, con Va-rrón, la procedencia del verbo "proserpo", con la significación e1·e "Luna" "nam sale semper ec.lipticam observante, luna modo ad c1extram modo ad sinistram coeli partem serpit et oberrat" (95),

    Supuesta esta significación verbal, trasládase al campo de la exégesis bíblica y hace ver cómo "luna" en las divinas letras de-signa a la Iglesia militante, según aquello del Apocalipsis: "Mu-Her amicta sole et luna sub pedibus eius" (96). Ahora bien, argu-menta nuestro" teólogo, "así como la Iglesia militante quiere que sus hijos sean fieles, del mismo modo la triunfante no admite sino

    (93) El pasaje ele Virg'ilia [lIJarea casi tO(lo el lilJ. 1\ de la Eneiela, pero espeeial-mente se elesal'l'olla. elesele el Y. 9-639. l.a acomoclación de Bautista se balla en su obrn eje Patientia, lib. 3, c. 3, fol.· 21.

    (94) "FaL1 nomine non ilIam causurUlll sel'iem uncle volunt quiLinm nos cog1, ser] Del ipsius yoluntatem eleeretumque ... slgnlflcari yola. (Cfr .. Apologeticon, t. 1, fol. 51'.)

    (95) Cfr. Va1'1'o TCl'entius. Ol'em omnin (Durdreehti, 1619), pág. 10, donde dice asl: "Proserpina c]jeta, qllod haee (Luna) ut serpens modo In c]extrarn, modo in si-nistram partem late llloveal,nr" (De jing'ua latina, I1]J. 1),

    (U6) 12, 1.

  • 68 P. JosÉ VICENTE DE LA EUCARISTÍA, O. C. D,

    a los 'fieles y quiere que cuantos se dirigen a ella la ofrezcan el ramo de Proserpina, esto es, la fe de la luna.

    En el relato virgiliano, Eneas, "adverso in ¡imine", "en el umbral fronterizo" (97), fija el ramo de oro, para pasar con la Sibila a las moradas de los bienaventmados; la fe (ramo de oro en el pensamiento del Virgilio cristiano) la abandona.remos también en el umbral frontero de la Iglesia militante (98), principio de las realidades inmortales y eternas "ubi iam incipiunt apparere divina" .

    N ada tiene de extraño, exclama Montovano, que Eneas. con la áurea rama y acompañado de la Sibila, atraviese los lugares de las penas, pues también los hijos ele la Iglesia, llevando consigo el don de la fe, . dicen valientemente: "transiviml1s per ignem et aquam et eduxisti nos in refrigerium" (99).

    La Sibila, guía del hijo de Anquises, es sustituída en la aco-modación del Carmelita por la sabiduría divina o la protección de los ángeles custodios, con cuyo amparo y gobierno hallamos la fe, la conservamos una vez hallada y caminando c,on ella por entre las dificultades y tinieblas de esta vida, arribamos por fin al Paraíso, trocada la fe en ciencia (TOO).

    * * * El breve bosquejo que acabamos de hacer del humanismo cris-

    tiano y cristianizador del Beato Mantuano hace aflorar a nuestros labios 'esta conclusión: el más profundo centro de la obra del hu-manista Carmelita es Cristo, que, elevado en la Cruz, ejerce su atracción irresistible sobre todas las cosas, sobre todas las artes, sobre su poesía (lOI)

    (97) As! lo traduce F¡', Luis de León, Cfr, FR, LUIS, Los seis libros primeros de la l

  • EL MEJOR HUMANISTA CRISTIANO PRETRlDENTiNÓ 69

    Esta misma atrac.ción sublimadora hacia el Crucificado comu-nican esas producciones humanístico-teológicas al lector asiduo, cristalizando así en realidad palpitante los vehementísimos deseos de su autor, que se desvelaba por convertir sus libros "en redes apostólicas y lazos fortísimos que arrastrasen a los hombres a Cristo" (102). El mismo, ya "incanus Christi Mariaeque sacer-dos" (1°3), consciente del carácter altamente "cristocéntrico" y antipagano de su poesía, c.antaba autorretratándose:

    "Multival0m Christo feci serVlre poesim et superis vires, ingeniumque dedi. Et mihi cura fuit nostros extoIlere ritus ac semper vetcres extenuare Deos" (104).

    y es... que el Beato Spagnoli es el gran poeta cristiano de lira virgiliana, porque la inspiradora de sus cantos es María; Ma-ría es su "Musa" (roS), su "indulgentísima Madre", su "Hélice", su "Cinosura", su "puerto seguro", "Reina que ciñe corona de oro y empuña regio cetro y en su capa blanca juegan caprichosas rojas perlas", María es "su estrella de paz", "astro que libra de las furiosas olas su barquilla", "apaciguadora de las iras de los vientos de la tentación", "su patrocinadora", su "alma parens" , su "tutela", su "defensora fortísima en los peligros de la vida", "la que punza su corazón con el amor divino" ; María es Inmacu-lada (ro6), está en cuerpo y alma en los cielos, donde

    (102) (Apulogct., rol. 41'.) Estos deseos de Mantovano se vieron cumplillos ya en sus (lías. Los Canónigos

    Hegulares de S. Agustín "MonasLeríí ll!olembec]¡", sito en Vestfalia, en una carta que escribieron en 1500 (?) al P. Príor del Carmen (le Bolonia, hablándole de las obras de Bautista, a quien llaman varón "divini ingeuii", etc., le decían: "tanta voluptak tuntaque elilígentia lecLitantur ab ¡lis C[ui ))OnUrUlll arLiulll slueUo indulg'enL: ut nema rerme melliocriter doctus repeI'iatur (fui non e01'um incitamento ad llW¡'um castiga-tionem vil'tutumque ampliorem profectum fuerit provocatus" ... (Cfr. Bauptistae Man-LUani. Opera (poética), (Bononiae, 1502).

    (103) Así se llama el mismo: Cfr. P1'O Mm'io OUv: ad l?tolemae1/m {mll'em (l1b. 4. Sllvarum), t. 3, fol. 1891'.

    (104) ,Cfr. Vitae suae. Epitome ad Postel'ilatem: apud Fastol·. N. XII. (ed. Colo-niae, 1561), pág. 14.

    (105) "O mea Clio" la llama en T1'ophaellm Gonzagae, lib. 1, t. 3, rol. 831'. En su Apologeticon leernos: "Puer iste (Jesús) est qui cum dulcissima Mat1'e misit in os ¡¡¡eum canticll1n novum, cal'men Deo nosl1'q" (rol. 61'.).

    (106) Todos los epítetos anteriores los dirige Mantuano a la Sanlislma Virgen en diversos lugares de sus obras. (Cfr. pa¡·th: Maria: lib., 1, t. 1, fol. 9-10. Votum arl Divam Vil'ginen: t. 1, fol. 250. Omtio ad Vi'¡·g. Mm'iam: t. 1, fol. 251. Supplicatio all B. Virginem Mm'iam: apnd Fastol'wn: (ee!. Coloniae, 1561), págs. 15-17). Pero cuando su umor se desborda de manera incontenible es cuando canta a la Inmaculada Con-cepción de Maria. El P. Gabriel ele la Anunciación, después ele referir el testimonio ele otros mucho doctores Carmelitas, que defendieron el dogma mariano, exclama emocionado: "Nec lmic tantae propugnatorull1 Mariani honoris serici deficere potuit perinsignis ille Carmeli filins, suae Ordinis gloria decllsque, B. Baptista Mantuanus, qui, editis carminibus cllllcissimae eius Matris Cunce]Jtionem ]Ju'I'issimarn tutatlls est." (Cfr .. F. Gabriel ab Annuntialione. De ride in Immaculalam Conceptionern apud Cm', metitas, usque ad saeculum XVI. "Analecta Ord. Cal'. Discalceator" v. V (jul.-sep-

  • p, josf VICENTE DE LA ÉUCÁRISrlA. o, C. D.

    "Tpsa tenens sceptrum. et nitido diademate fulgens cincta caput, terras amat, atque vocata favorem impluit, et coeli lucentibus imperat as tris (107),

    Mantovano es el gran poeta c.ristiano, porque su Musa es la Madre de Cristo; es el gran humanista antiid:olátrico, porque el Hijo de su Musa derrocó el imperio del Infierno con su Encarna-ción (108); es el gran escritor antiherético y antiluterano (en el sentido que dijimos al principio), porque la Protesta quiso rasgar la túnica inconsútil de Cristo, que había sido tejida por las ebúr-neas manos de su Musa (109).

    "El Beato Spagnoli-diré para terminar con el doctor ruso Vladimiro Zabughin-es el Beato Angélico de la poesía; armo-nioso y equilibrado en todo su ser, representando en su aspecto más simpático la síntesis del mundo antiguo y moderno, según que intentó perseguirla el Renacimiento, ofreciendo las Musas a la Iglesia Católica, como los Emparad:ores cristiaÍlOs la ofrecieron los templos de las divinidades paganas para el culto del verdadero Dios" (lIO),

    t1embre, 1030), pág. 41 ss., donde pueden verse (yen números s1g'uientes) variuo autoridades que dicho Padre aduce, sacadas de la "Parthenice lvIal'iana", de "Faslu-l'um" y de la obra aún inédita de Mantuano intitulada "Opus Aureum in Thomista8" (c. 9.), cloncle se pronuncia abiertamente por la sentencia de Escoto, abandonando a 8to. Tomás y a los suyos, A los textos alegados por dicho Paelre, puclléramos aña-dir otros muchos, pero no 1