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EL MISTERIO DE LA NAVIDAD EL MISTERIO DE LA NAVIDAD Selección de textos: MATILDE EUGENIA PÉREZ TAMAYO

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  • EL MISTERIO DE LA NAVIDADEL MISTERIO DE LA NAVIDAD

    Selección de textos:MATILDE EUGENIA PÉREZ TAMAYO

  • Al llegar la plenitud de los tiempos,

    envió Dios a su Hijo, nacido de mujer,

    nacido bajo la ley, para rescatar

    a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos

    la filiación adoptiva.

    (Gálatas 4, 4-5)

  • INTRODUCCIÓNINTRODUCCIÓN

    La Navidad remueve fibras muy sensibles ennuestro corazón. Nos trae recuerdos detiempos vividos, de momentos de gozo yalegría profundos, que dejaron en nuestraalma una huella imborrable. Recuerdos deinfancia y juventud; recuerdos de familia,de amigos, de compañeros, de vecinos;recuerdos de fiestas y celebraciones, deregalos dados y recibidos, de deseoscumplidos, de proyectos realizados.

    Pero los cristianos no podemos quedarnos avivir en los recuerdos y de los recuerdos,añorando con nostalgia lo que antes fuimos,lo que tuvimos, lo que hicimos, las alegríasque experimentamos alguna vez. Elpresente y el futuro nos invitan a caminar, aseguir adelante, a avanzar, a crecer, aconstruir, a proyectar, a vivir de una maneracada vez más consciente y responsable, estavida que Dios nos ha dado, y con la que Élmismo se ha comprometido.

  • En este sentido, la Navidad es para cada unode nosotros, cada año de nuestra vida, unnuevo presente, una nueva oportunidad,para profundizar con amor, alegría yesperanza, en el Misterio que fundamentanuestra fe: el Misterio de la Encarnación deDios, en la persona adorable de Jesús,porque cada Navidad, este maravillosoMisterio se “actualiza”, se hace de nuevopresente y actuante en medio de nosotros,para la humanidad entera, con todo lo quees y significa.

    Jesús niño, nacido de María, recostado en elpesebre, es Dios-en-medio-de-nosotros;Dios-con-nosotros, Dios-para-nosotros, Dios-como-nosotros.

    Dios infinitamente grande en su pequeñez ysu debilidad. Dios infinitamente amoroso en su granhumildad. Dios que se agacha y se hace servidor de suscriaturas. Dios que nos ama con todo su corazón,

  • Dios que viene a liberarnos del pecado y dela muerte. Dios que nos salva y nos comunica la vidaeterna que Él posee, la Vida que Él mismoes.

    ¡Cómo no vamos a alegrarnos por ello!…¡Cómo no vamos a celebrarlo con gozo yentusiasmo desbordantes!… ¡Cómo no vamos a pensar en ello una y otravez para tratar de comprender mejor todolo que significa, para entender su alcance ysu profundidad!… ¡Cómo no vamos a orar más y mejor paradar gracias por esta bendición inmensa!…

    Los textos que encontrarás en las siguientespáginas, querido lector, han sidoseleccionados para que su lectura te ayudea avanzar en la comprensión del verdaderoy más profundo significado de losacontecimientos que recordamos cadaNavidad, y de lo que ellos implican en tuvida de fe, y en la vida de todos los hombresy mujeres de la tierra – creyentes y nocreyentes -, de todos los tiempos y todos

  • lugares. Solo es necesario que abras tucorazón y te dejes guiar por la luz delEspíritu Santo que habita en ti y teconducirá en este proceso.

    Espero, de todo corazón, que llenen tu almade paz, de amor y de esperanza.

    Matilde Eugenia Pérez Tamayo

  • Del Evangelio según san Lucas Del Evangelio según san Lucas (2, 1-20)(2, 1-20)

    Sucedió que por aquellos días salió unedicto de César Augusto ordenando que seempadronara todo el mundo. Este primerempadronamiento tuvo lugar siendo Cirinogobernador de Siria. Iban todos aempadronarse, cada uno a su ciudad.

    Subió también José desde Galilea, de laciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad deDavid, que se llama Belén, por ser él de lacasa y familia de David, para empadronarsecon María, su esposa, que estaba encinta.

    Y sucedió que, mientras ellos estaban allí,se le cumplieron los días delalumbramiento, y dio a luz a su hijoprimogénito, le envolvió en pañales y loacostó en un pesebre, porque no teníansitio en el alojamiento.

    Había en la misma comarca unos pastores,que dormían al raso y vigilaban por turnodurante la noche su rebaño.

  • Se les presentó el Ángel del Señor, y lagloria del Señor los envolvió en su luz; y sellenaron de temor.

    El ángel les dijo: “No teman, pues lesanuncio una gran alegría, que lo será paratodo el pueblo: les ha nacido hoy, en laciudad de David, un salvador, que es elCristo Señor; y esto les servirá de señal:encontrarán un niño envuelto en pañales yacostado en un pesebre”.

    Y de pronto se juntó con el ángel unamultitud del ejército celestial, que alababaa Dios, diciendo: “Gloria a Dios en lasalturas y en la tierra paz a los hombres enquienes Él se complace”.

    Y sucedió que cuando los ángeles,dejándoles, se fueron al cielo, los pastoresse decían unos a otros: “Vayamos, pues,hasta Belén y veamos lo que ha sucedido yel Señor nos ha manifestado”.

  • Y fueron a toda prisa, y encontraron aMaría y a José, y al niño acostado en elpesebre.

    Al verlo, dieron a conocer lo que les habíandicho acerca de aquel niño; y todos los quelo oyeron se maravillaban de lo que lospastores les decían.

    María, por su parte, guardaba todas estascosas, y las meditaba en su corazón.

    Los pastores se volvieron glorificando yalabando a Dios por todo lo que habían oídoy visto, conforme a lo que se les habíadicho.

  • 1. 1. PREGÓN DE NAVIDADPREGÓN DE NAVIDAD

    José María Rodríguez OlaizolaSacerdote Jesuíta, español

    Hermanos:Hace muchos siglos, Dios miró al mundo, y sus entrañas se conmovieron, al ver al hermano enfrentado con el hermano, al ver el dolor del inocente injustamente golpeado, al ver los muros que se levantaban entre las personas… al escuchar los lamentos, las plegarias, las llamadas de quienes se preguntaban:”¿Por qué?”, y le preguntaban: “¿Dónde estás?”…

    Y Dios quiso dar respuesta a las preguntas.Y Dios quiso dar alivio a las heridas, y quiso dar horizonte a las historias, derribar los muros, y devolver a la gente una humanidad perdida.Y quiso acariciarnos con sus manos,

  • y hablarnos con su misma Palabra,amarnos con un corazón de carne, hacerse uno de nosotros, para abrazarnos en él.

    Y lo hizo, en Belén de Judá, a las afueras del pueblo, porque no tenían sitio en la posada; de María Virgen, esposa de José, nació Jesús, y sus padres lo envolvieron en pañales y lo acostaron en un pesebre.

    Él es la palabra que susurra nuestro nombre,canto de Dios que puebla nuestro silencio,brillo que enciende las noches, justicia que repara lo injusto con Verdad eterna.

    Y hoy celebramos su presenciaDios-con-nosotros.Dios bueno.Dios nuestro...

  • 2. LA NOCHE DE NAVIDAD2. LA NOCHE DE NAVIDAD

    Leonardo BoffTeólogo brasileño

    Un joven de unos 20 a 22 años, de nombreJosé - viejo solo para los apócrifos, escritos300 años después de los evangelios -, quevivía en Nazaret, en el norte de Palestina,tuvo que desplazarse al sur, a Belén, a finde registrarse en un censo.

    Llevaba a su esposa María, ya embarazadade nueve meses. Llegando al lugar, Maríaentró en dolores de parto. José buscó en lasposadas de los alrededores y explicó suurgencia. Pero todos decían: “no hay sitio”.No tuvo otra alternativa que buscar unrincón que fuera mínimamente seguro.

    Encontró una gruta en la que los animales seprotegían contra el frío de aquella épocadel año. Allí, en una gruta, María dio a luz aun niño, llamado primero Emmanuel y mástarde Jesús. Y he ahí que ocurrió algosorprendente, algo realmente lleno de

  • magia, un factor que siempre da encanto ala historia, que no se rige por los cánonesfríos de la racionalidad, sino por loimprevisto y lo imponderable. Por eso lahistoria tiene sabor...

    He aquí que irrumpió una claridad inmensa,algo así como una estrella que planeó sobreaquella gruta. La vaquita que mugía bajito yel asno que rebuznaba se quedaroninmóviles. Fuera, las hojas que arrastraba elviento, se paralizaron. Las aguas del río,que corrían, se estancaron. Las ovejas quebebían, quedaron inertes. El pastor quehabía levantado el cayado hacia lo alto,quedó como petrificado. Un profundosilencio y una paz serenísima se apoderaronde toda la naturaleza.

    Fue en ese exacto momento en que vino aeste mundo el divino Niño. Inmediatamentedespués, se oyeron voces del cielo,captadas por los que estaban atentos:“Gloria a Dios en las alturas, y paz en latierra a todas las personas de buenavoluntad”.

  • El impacto de este acontecimiento fue tangrande que nunca más ha podido serolvidado. Dos mil años después todavía esrecordado y celebrado, de una u otra forma,en todo el mundo. Es la magia de laNavidad.

    Ha sido secularizada por el Papá Noel, y haentrado en el mercado con los regalos deSanta Claus. Pero nadie ha conseguidotodavía destruir el espíritu de la Navidad. Setrata de un aura bienhechora que es precisoconservar, pues nos hace más humanos.

  • 3. 3. ENCARNACIÓNENCARNACIÓN

    Ignacio Iglesias Sacerdote Jesuíta, español

    A mi medida.¡Tan débil como yo, tan pobre y solo!Tan cansado, Señor, y tan dolidodel dolor de los hombres!Tan hambriento del querer de tu Padre (Jn 4,34)y tan sediento, Señor, de que te beban… (Jn 7,37)

    Tú, que eres la fuerza y la verdad,la vida y el camino; y hablas el lenguaje de todo lo que existe, de todo lo que somos.

    Sacias la sed, la nuestra y la del campo, sentado junto al pozo de los hombres.Arrimas tu hombro cansado a mi cansancioy me alargas la mano cuando la fe vacilay siento que me hundo.

  • Tú, que aprendes lo que sabes, y aprendes a llorar y a reír como nosotros

    Tú, Dios, Tú, hombre,Tú, mujer, Tú, anciano,Tú, niño y joven, Tú, siervo voluntario,siervo últimosiervo de todos... Tú, nuestro. ¡Tú, nosotros!

  • 4. 4. LÓGICA DE DIOSLÓGICA DE DIOS

    Benjamín González BueltaSacerdote Jesuíta, español

    Donde acaba la ciudady empieza el miedo;donde terminan los caminosy empiezan las preguntas,cerca de los pastores y lejos de los dueños; en el calor de Maríay el frío del invierno,viniendo de la eternidad y gastándose en el tiempo.

    Salvación poderosa para todosen una fragilidad recién nacida,liberado de todos los yugos,atado a un edicto del imperio;rebajado hasta un pesebre de animales,el que a todos nos sube hasta los cielos;nació el Hijo del Padre,Jesús, el hijo de María.

    Sólo abajo está el Señor del mundo

  • que nosotros soñamos en lo alto.Aquí se ve la grandeza de Dios,contemplando la humanidad de este pequeño.Aquí está la lógica de Dios,rompiendo el discurso de los sabios.Aquí ya está toda la salvación de Dios con que llenará todos los pueblos y los siglos.

  • 5. SALMO 5. SALMO A LA ENCARNACIÓN DE DIOSA LA ENCARNACIÓN DE DIOS

    José María MardonesDoctor en Teología y Sociología

    Suenen las trompetas en todos los rincones del cosmos.Proclamen la gran noticia: Dios ha venido al mundo.Resuenen hasta temblar las entrañas del universo:Dios se ha hecho hombre, pobre ser humano.

    El Dios grande, terrible, creador y juzgador,deje paso que ya entra el Dios humanado, hecho debilidad, carne, acogida y compasión.Un Dios-hombre conocedor de sudores, cansancio y desconcierto, angustias, penas y alegrías.

    Te adoramos Dios humanado,

  • Jesús de nuestras vidas.

    Entonen cantos celestiales los coros angélicos,suenen todas las cuerdas de los violines del mundo,porque tenemos un Dios cercano que camina con nosotrosy ama con corazón humano, capacidad infinita y perdón de madre tierna.

    Nos gozamos de tener este Dios cercano y amoroso.

    Brinque gozosa y feliz la realidad entera,hasta la subpartícula atómica más elemental,porque todo lo existente ha sido transfigurado.La materia aspira hacia lo divinoporque Dios ha visitado a la humanidad y la ha asumido dentro de su Misterio.Todo tiene ya la marca de lo divino.Hermanos, nada es profano; todo es sagrado,

  • y lo más sagrado de la tierra es el ser humano.

    En ti, Jesús, somos hermanos de todos

    y lo asumimos todo

    Bailen las mozas en una danza universal y gozosa, fraterna y solidaria,porque Dios ya recorre la realidad todacon su dinamismo secreto y profundo,como el motor impulsor de todos los seres,igual que el Viento del Espíritu que nos hincha las velas de todos los sueños.

    Contigo Señor, soñamos y deseamos hoy un mundo nuevo

    Alégrense los pobres y sufrientes, los oprimidos y las víctimas,los abandonados y miserables,porque ya no están solos,porque Dios se bajó hasta ellosy puso su morada predilecta

  • en medio de su miseria.Nos mira a los ojos desde los rostros implorantesy nos llama benditos cuando la compasión nos mueve a entregar algo de nosotros mismos.

    Danos, Señor, compasión solidaria esta Navidad

    y todos los días de nuestra vida.

    Alabado seas mi Señor, cercano, tierno, amoroso.Uno mi voz al universo,la materia y la antimateria,lo viviente y lo consciente,para cantarte el Hosanna más universal.

    Te adoro desde lo más íntimo del corazóndonde tú anidas y me hablas, quedito a veces, tonante, otras,de los dolores de este mundo belloy de los hombres, tus hijos muy queridosNo me pides nada,imploras mi ayuda a la tarea de tu Espíritu

  • de llevar a plenitud tu Encarnación solidaria.

    Aquí estamos, Jesús amado, ábrenos el corazón

    para darte lo mejor de nosotros.

    Gracias mil, Señor del Pesebre,por tu venida continua a nuestras vidasen los rostros y vicisitudes del mundo,por tu encarnación diaria y universal, Navidad perpetua, regalo impagable de tu búsqueda sin término,persecución divina del pequeño corazón humano.

    Danos sensibilidad para percibir tu presencia

    misteriosa y realy abrirte nuestras vidas.

    Te adoramos, Niño divino, secreto máximo del cosmos,clave velada de su existencia, canción divina del universo,

  • comunicación al mundo del Dios Trino.Ahora eres nuestro hermano,primicia de la creación plena y futuro de nuestro destino.

    Te alabamos, te adoramos y te entregamos nuestras vidas.

  • 6. HOMILÍA DE NAVIDAD6. HOMILÍA DE NAVIDAD

    Karl RahnerTeólogo Jesuíta, alemán

    Hoy, mejor que una explicación de lostextos litúrgicos de la noche de Navidad,mejor también que una homilía de laNavidad, os propongo hacer una reflexiónserena, una pequeña, pero profunda,meditación de la Navidad.

    Ponte en silencio, recógete. Aíslate delmundo exterior que te rodea. La vivenciateológica de la Navidad no está en lasfiestas, en el árbol, en los regalos, en elnacimiento o belenes, ni en los alegresbrindis hogareños de unas copas. Todo esoes Navidad, pero es lo puramenteperiférico de la Navidad. La vivenciaespiritual profunda de este misterio solopuede vivirse en el silencio del corazón.

    Por favor, acéptate a ti mismo como eres.No te evadas, no huyas acusándote de tusinfidelidades con Dios, ni supravalorándote

  • por tus virtudes. Ni la infravaloración ni lasoberbia son más que un intento de evasión.

    Toma con paz, sin amargura, tu pasado, conrealismo tu presente, y tu futurocondicionado por ese pasado y presentestuyos. Acéptate tal cual eres, pobre,limitado, imperfecto. Acéptate a ti mismocomo eres en realidad ante Dios.

    Sentirás dentro de ti un vacío grande. Te loproducen tu pasado y tu presente,condicionando ambos tu futuro. Ese vacíode tu corazón, el único que lo puede llenares ese Niño, que es Dios. Deja que elsilencio de tu retiro te hable de Dios. Quehable sólo Él. Tú, escucha en silencio.

    La dicha de la Navidad no es para oírla deun hombre, sino para vivirla personalmente.La dicha y el gozo de la Navidad no sepueden decir desde un púlpito. Mis palabrasson incapaces de darte a vivir la Navidad.Deja que te hable la luz navideña que vienea visitar las tinieblas de este mundo, tú

  • también estás en oscuridad y no hay más luzque la que viene a traer este Niño.

    Él vino al mundo cuando todo el mundoestaba en paz y en el alto silencio de lamedianoche. Tú también tienes que esperaresa paz y esa oscuridad de medianochepara que venga a ti.

    Tu silencio y el mensaje sin palabras quetrae el Verbo, es lo único que puede dartela realidad navideña. Dios viene a tucorazón. Quiere acunarse en él. En esecorazón tuyo distinto de todos los demás eirrepetible. Él, que hizo tu corazón personale irrepetible, quiere venir a él como lo hizoen el pesebre.

    El Niño que nace es la Palabra, el Verbo deDios, y sin embargo no habla. Los reciénnacidos no hablan. Pero el silencio de esterecién nacido vale tanto como el Sermón dela Montaña.

    Dios se ha hecho hombre. No es que se harevestido de hombre, ni es un hombre

  • endiosado. Es tan hombre como tú y tanDios como el Padre. Es el Niño-Dios. Ese va avenir a tu corazón. No importa que tucorazón sea pobre. Él también era pobre yvino buscando especialmente a los pobres.Tu corazón es tan pobre como el pesebre, ylas pajas tienen tan poco valor como tupasado, presente y futuro previsible.

    El Niño calla, pero ¡dice tanto!. Tambiéncuando todos los días nace en el Altar,guarda silencio de recién nacido.

    Si quieres conocerte, fíjate en el Niño. Laantropología nace del conocimiento de Dios,más que del conocimiento directo delmismo hombre. Conociendo al Niñoempezarás a conocerte a ti mismo y a losdemás hombres. El hombre es el «yecto» yel Dios-hombre es el «ante-proyecto». Pudono ser así. Adán pudo ser el proyecto delNiño-Dios. Pero no lo quiso Dios. Ese Niñoque debes recibir en tu corazón es tu«anteproyecto». Tú eres una copia inspiradaen él.

  • Si es así, lo más cerca de Dios es la carne, lanaturaleza humana, el hombre, tú. Él y túdebéis formar un «nosotros» de amor.

    También puede haber equidistancias, si entu silencio, en tu corazón vivesprofundamente la teología de la Navidad. Lomás cercano a ti puede ser Dios. Sientiendes a ese Niño, Dios puede hacersemás cercano, más próximo.

    El mundo sería otro sin Navidad.

    ¿Qué seria de ti sin este nacer de Jesús?…¿Qué sería el mundo sin la Navidad?... Otro mundo, otra cosa mucho más fría y sinsentido.

    ¡Cómo andaríamos los hombres!

    Por el contrario, si vivimos hoy, esta noche,la experiencia íntima de la Navidad, nosserá más fácil encontrar a Cristo en laIglesia, en la Eucaristía y en nuestroshermanos, en el mismo Cosmos sobre todoen el pobre pesebre de nuestro corazón.

  • 7. 7. NAVIDAD PARA CREERNAVIDAD PARA CREER

    Anselm GrünMonje Benedictino, alemán

    En Navidad celebramos el nacimiento deJesucristo en Belén. Sin embargo, la fiestano se conforma con el recuerdo de algopasado, sino que celebra nuestra propiavida.

    El nacimiento de Cristo tiene un efectosobre nosotros, nos ha divinizado, y, de estamanera, en Navidad celebramos la fiesta denuestro propio comienzo.

    En Navidad celebramos el logro de todosnuestros anhelos.

    Celebramos el nacimiento de Cristo enBelén para poder creer que en nosotros hayvida divina; para admitir en nosotros nuevasposibilidades: amor, ternura, sentimiento;para poder asombrarnos y emocionarnos...

  • Sin embargo, el hombre debe saber siempreque él solamente es un establo en el queDios quiere nacer.

    No somos un palacio que está preparadopara recibirle. No merecemos que Diosvenga a nosotros, ni tampoco podemosmerecerlo ni conseguirlo por la oración, laascesis o la meditación.

    No necesitamos ocultar nuestra suciedad.Seremos dignificados por Dios, quien, apesar de todo, quiere habitar en nosotros.

    Necesitamos celebrar la Navidad para podercreer, ya que por nosotros mismos nopodríamos creer en ello.

    A menudo nos sentimos lejos de Dios. Poreso tiene que haber una fiesta que nosmuestre claramente cómo Dios ha nacidoen un establo, rodeado de un buey y unamula, y que precisamente los pobres tienenque venir a adorar a este Niño, para podercreer que el nacimiento de Dios en nosotros

  • puede hacer vibrar cuerdas nuevas, puedeengendrar en nosotros nuevas fuerzas.

  • 8. 8. DEBILIDAD DE DIOSDEBILIDAD DE DIOS

    Miguel Ángel Mesa BouzaEscritor católico, español

    Queremos tener fuerza, poder, influencia, para acabar con tanto dolor,tanta injusticia, tanta muerte;pero somos abatidos por los vientos y las brisaspor la noche y sus tinieblas,por el miedo y la distancia.

    Queremos alumbrar esperanza,soñamos con un mundo mejor,deseamos abatir a los poderosos,derrotar nuestro egoísmo,y no tenemos fuerzapara alzar la voz,para ser y compartir,para no consumirnos, para derramarnos.

    ¡Nos hace falta la fuerza de tu debilidad,buen Dios nuestro!La fuerza de un Niño necesitado,

  • que se deja alumbrar, querer, abrazar,alimentar, moldear.

    La debilidad de tu Palabrapara hacerla verdad en nuestra vida.Fuerza y debilidad. Fragilidad y profecía.Noche, y sin embargocada día vuelve a amanecer.

    La Palabra se hizo carne…Tú en carne, en debilidad,como uno cualquiera.La transcendencia condensadahasta asumir con gozo la inmanencia,transmitiendo a todo el universola definitiva luz de su transparencia.

    Misterio diáfanoy oculto de la Encarnación.El ser humano no se deifica:Dios es el que se fundecon la materia, con lo humano,se revela en la más profunda,en la más plena e intensa humanidad.

  • Seremos más divinoscuanto más nos humanicemos.

  • 9. 9. ¿¿POR QUÉ DESCIENDES TANTO,POR QUÉ DESCIENDES TANTO,SEÑOR?SEÑOR?

    Javier LeozSacerdote español

    ¿Por qué bajas tanto, Señor?Tienes el cielo como casa y te aventuras a dejarlopara caminar junto a nosotros.¿No ves, Señor, como estamos?El hombre mata al hombre.Tu mundo ya no es aquel que Tú creaste.La vida ya no es vida.

    ¿Por qué bajas tanto, Señor?Una corte de ángeles te rodea,y prefieres nacer en medio de la indiferencia de los hombressin más homenaje que el ruido de las guerras,y las contiendas o indiferencias de las naciones.

    Posees el calor celestialesy te adentras en el ruido de la tierra.

  • Destellas la grandeza de tu divinidady te revistes de nuestra pobreza.

    ¿Por qué bajas tanto, Señor?Eres Dios y quieres ser hombre.Vives en la ciudad eterna y deseas caminar a pie en la tierra.Hablaste durante siglos sin dejarte ver,y ahora te descubrimos en un Niño.

    ¿Es necesario tanto, Señor?Eras intocable y te dejas acariciar.Eras invisible y te podemos adorar.Estabas más allá de las nubes,y te contemplamos en un pobre pesebre.

    ¿Es necesario tanto, Señor?Déjanos por lo menos, Señor,conquistarte con la fuerza de nuestro amor.Calentarte con la hondura de nuestra fe.Abrigarte con la esperanza que nos traes.Responderte con la humildad de nuestroscorazones.

    No sé si es necesario tanto, Señor.Solo sé que el mundo, hoy más que nunca,

  • te necesita como salvador.

    Solo sé, Señor, que tu llegadaes motivo para la alegríaen medio de la tormenta de tristezaque sacude a nuestro mundo.

    ¡Gracias por hacer tanto, Señor!¡Gracias por salir a nuestro paso! Amén.

  • 10. ORACIÓN 10. ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA NOCHEBUENAA LA VIRGEN DE LA NOCHEBUENA

    Eduardo PironioCardenal argentino

    Señora de la Nochebuena, Señora del silencio y de la espera; esta noche nos darás otra vez al Niño.Velaremos contigo hasta que nazca en la pobreza plena, en la oración profunda, en el deseo ardiente.

    Cuando los ángeles canten:“Gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres amados por Él”, se habrá prendido una luz nueva en nuestras almas, se habrá encendido una paz inmutable en nuestros corazones, y se habrá pintado una alegría contagiosa en nuestros rostros.Y volveremos a casa en silencio: iluminando las tinieblas de la noche,

  • pacificando la ansiedad de los hombres, y alegrando las tristezas más profundas.

    Después, en casa, celebraremos la Fiesta de la Familia.Alrededor de la mesa nos sentaremos los chicos y los grandes; rezaremos para agradecer, conversaremos para recordar, cantaremos para comunicar, comeremos el pan que nos une.

    Afuera, el mundo seguirá tal como siempre.Tinieblas que apenas quiebran la palidez de las estrellas.Angustias que apenas cubren el silencio vacío de la noche.Tristezas que apenas disimulan la lejana melodía de las serenatas.

    En algún pueblo no habrá Nochebuena porque están en guerra.En algún hogar no habrá Nochebuena porque están divididos.En algún corazón no habrá Nochebuena porque está en pecado.

  • Señora de la Nochebuena,Madre de la luz,Reina de la paz,Causa de nuestra alegría,que en mi corazón nazca esta nocheotra vez Jesús.Pero para todos:para mi casa, para mi pueblo,para mi patria,para el mundo entero.Y sobre todo, fundamentalmente,que nazca otra vez Jesúspara gloria del Padre.Amén.

  • 11. SENCILLEZ DE LA NAVIDAD11. SENCILLEZ DE LA NAVIDAD

    Carlo María Martini Cardenal de Milán

    Jesuíta

    El pesebre es algo muy sencillo que todoslos niños entienden. A veces está compuestode muchas figuras distintas, de diferentegrandeza y talla: pero lo esencial es que dealgún modo todos tienden y miran hacia elmismo punto, la cabaña donde María y José,con el buey y el burro, esperan elnacimiento de Jesús o lo adoran en losprimeros momentos después de sunacimiento

    Como el pesebre, todo el misterio de laNavidad, del nacimiento de Jesús en Belén,es muy sencillo, y por eso está acompañadopor la pobreza y la alegría. No es fácilexplicar racionalmente cómo están juntaslas tres cosas. Pero lo intentaremos.

    El misterio de la Navidad es ciertamente unmisterio de pobreza y de empobrecimiento:

  • Cristo, que era rico, se hizo pobre pornosotros, para hacerse semejante anosotros, por amor nuestro y sobre todo poramor de los más pobres.

    Aquí todo es pobre, sencillo y humilde, ypor eso no es difícil comprenderlo paraquien tiene el ojo de la fe: la fe del niño, alque pertenece el Reino de los cielos. Comodijo Jesús: «Si tu ojo es sencillo, todo tucuerpo estará iluminado» (Mateo 6, 22).

    La sencillez de la fe ilumina toda la vida ynos hace aceptar con docilidad las grandescosas de Dios. La fe nace del amor, es lanueva capacidad de mirar que tenemosporque nos sentimos muy queridos por Dios.

    El fruto de todo esto está en la palabra delevangelista Juan en su primera carta,cuando describe la experiencia de María yde José en el pesebre: “Lo que hemos vistocon nuestros ojos, lo que contemplamos ytocaron nuestras manos acerca de laPalabra de vida, pues la Vida se manifestó”.

  • Y todo esto sucedió para que nuestro gozosea completo. Así pues todo es para nuestrogozo, para un gozo pleno (cf. 1 Juan 1, 1-3).

    Este gozo no era sólo de los contemporáneosde Jesús, sino que también es nuestro: hoytambién este Verbo de la vida se hacevisible y tangible en nuestra vida diaria, enel prójimo al que amar, en el camino de lacruz, en la oración y en la Eucaristía,especialmente en la Eucaristía de Navidad,y nos llena de gozo.

    Pobreza, sencillez, alegría: son palabrassencillísimas, elementales, pero tenemosmiedo de ellas y sentimos casi vergüenza.Nos parece que la alegría completa no estábien porque siempre hay muchas cosas delas que hay que preocuparse, hay muchassituaciones desacertadas, injustas. ¿Cómopodemos gozar de verdadera alegría antetodo esto? Pero tampoco la sencillez está bien, porquehay muchas cosas de las que desconfiar,cosas complicadas, difíciles de entender, los

  • enigmas de la vida son muchos: ¿Cómopodemos gozar del don de la sencillez antetodo esto? ¿Y acaso no es la pobreza unacondición que hay que combatir y extirparde la tierra?

    Pero alegría profunda no quiere decir nocompartir el dolor frente a la injusticia,frente al hambre del mundo, ante losmuchos sufrimientos de las personas. Quieredecir simplemente confiar en Dios, saberque Dios sabe todo esto, que se preocupapor nosotros y que suscitará en nosotros yen los demás esos dones que la historiarequiere. Y así nace el espíritu de pobreza:confiando plenamente en Dios. En Élpodemos gozar de la alegría plena, porquehemos tocado el Verbo de la vida que curatoda enfermedad, pobreza, injusticia,muerte.

    Si de alguna manera todo es tan sencillo,también debe ser sencillo creer. A menudooímos decir hoy que en un mundo así, creeres difícil, que la fe corre el peligro denaufragar en el mar de la indiferencia y del

  • relativismo actual o de ser marginada porlos grandes discursos científicos sobre elhombre y el cosmos. No cabe duda de queen un mundo así hoy puede costar mástrabajo mostrar con argumentos racionalesla posibilidad de creer.

    Pero no debemos olvidar la palabra de sanPablo: para creer bastan el corazón y laboca. Cuando el corazón, movido por eltoque del Espíritu que nos ha sido dado enabundancia (cf. Romanos 5, 5; Juan 3, 34),cree que Dios resucitó a Jesús de entre losmuertos y la boca lo proclama, estamossalvados (cf. Romanos 10, 8-12).

    Todas las complicaciones, todas lasprofundizaciones que a veces nosconfunden, todo lo que ha sido superpuestomediante el pensamiento oriental yoccidental, mediante la teología y lafilosofía, son reflexiones buenas, pero nodeben hacernos olvidar que en el fondo,creer es un gesto sencillo, un gesto delcorazón que se lanza y una palabra que

  • proclama: ¡Jesús ha resucitado, Jesús es elSeñor!

    Es un acto tan sencillo que no distingueentre doctos e ignorantes, entre personasque han realizado un camino de purificacióno que aún deben realizarlo. El Señor es detodos, es rico de amor para todos los que leinvocan.

    Justamente nosotros tratamos deprofundizar en el misterio de la fe, tratamosde leerlo en todas las páginas de laEscritura, lo hemos declinado por caminos aveces tortuosos. Pero la fe, repito, essencilla, es un acto de abandono, deconfianza, y debemos hallar de nuevo esasencillez. Ella ilumina todas las cosas ypermite afrontar la complejidad de la vidasin demasiadas preocupaciones o miedos.

    Para creer no se requiere mucho. Es precisoel don del Espíritu Santo que él concedesiempre a nuestros corazones y de partenuestra poner atención en las pocas señalesbien colocadas.

  • Fijémonos en lo que sucedió a lado delsepulcro vacío de Jesús: María Magdalenadecía con inquietud y lágrimas: “Se hanllevado del sepulcro al Señor, y no sabemosdónde le han puesto”. Pedro entra en elsepulcro, ve las vendas y el sudario plegadoen un lugar aparte y todavía no lo entiende.Pero lo entiende el otro discípulo, másintuitivo y sencillo, el que Jesús amaba. Él“vio y creyó”, refiere el Evangelio, porquelas pequeñas señales presentes en elsepulcro le dieron la certeza de que elSeñor había resucitado. No necesitó untratado de teología, no escribió miles depáginas sobre el acontecimiento. Viopequeñas señales, pequeñas como las delpesebre, pero fue suficiente porque sucorazón estaba ya preparado paracomprender el misterio del amor infinito deDios.

    A veces buscamos señales complicadas, yestá bien. Pero puede bastar poco paracreer si el corazón está disponible y si seescucha al Espíritu que infunde confianza yalegría en el creer, sentimiento de

  • satisfacción y de plenitud. Si somos tansencillos y disponibles a la gracia, entramosen el número de aquellos a los que les esdado proclamar esas verdades esencialesque iluminan la existencia y nos permitentocar con la mano el misterio manifestadopor el Verbo encarnado.

    Experimentamos que también la alegríaperfecta es posible en este mundo, a pesarde los sufrimientos y dolores de todos losdías.

  • 12. 12. PONER EL BELÉNPONER EL BELÉN

    Pablo D’OrsSacerdote y escritor español

    Dios nace en Belén, donde menos seesperaría: en la población más pequeña yolvidada.

    Dios sigue naciendo donde nadie loimaginaría, pero no solo socialmente, sinotambién donde menos lo esperaríamos ennuestro corazón.

    Esa zona oscura de la que nos avergonzamoses probablemente donde Dios estáqueriendo nacer en ti.

    Meditar es entrar en esa zona.

    Nuestra noche interior, personal y colectiva,es el escenario en que quiere nacer la Luz.

    La gente de Belén no recibe a la SagradaFamilia. ¿Y tú?...

  • El mundo se resiste al nacimiento de lonuevo.

    Meditar es tener el coraje de abrirse a lonaciente.

    Nace un Niño, un ser pequeño e indefenso.Pero ese Niño será el Salvador del mundo.

    Pero si un niño que nace puede ser laalegría de la casa, una luz que se enciendeen la conciencia puede ser la alegría delcorazón.

    La Virgen y San José están estupefactos. Nosolo maravillados de lo guapo que es supequeño - eso sería un placer estético - ; nimeramente ilusionados con él - una emociónafectiva -; sino estupefactos ante el milagroque les ha sobrevenido.

    Su actitud es contemplativa: miran atenta yamorosamente al que ha venido.

    Mientras esto sucede, en el cielo empieza abrillar una estrella.

  • No hay movimiento del alma, por pequeñoque sea, que no tenga una resonancia en eluniverso.

    Si un corazón empieza a colocarse en susitio, el mundo se beneficia por ello.

    ¿Cuánta luz hay en mi vida?... es una buenapregunta para estas navidades.

    Los primeros que se enteran de esteacontecimiento son la mula y el buey.

    ¿Cómo te imaginas el cielo?, me hanpreguntado en alguna ocasión. Y yo: comocuando Láska, mi perro, me recibe cada vezque llego a casa. Nunca nadie me ha hechouna fiesta más afectuosa. La mula y el bueyfueron para Jesús algo así como Láska paramí.

    Pero los primeros que ven la estrella son lospastores, que en aquella sociedad judía noeran considerados solo pobres e incultos,sino impuros.

  • La noticia del nacimiento de un Salvadorsolo pueden entenderla los que necesitan unsalvador; si lo tenemos todo solucionado,difícilmente entenderemos de qué va todoesto.

    Por último, los magos, que no son solo lossabios, sino los paganos. Cristo nace en elpueblo judío, pero quienes primero lereconocen no son sus compatriotas, sino losextranjeros.

    Porque Cristo no nace solo para loscristianos, sino para todos los hombres ymujeres de buena voluntad.

    Navidad es una invitación: - A que Jesús nazca no solo en la cuna deBelén, sino en la de nuestro corazón. - A entrar en nuestro portal, en nuestranoche oscura. - A no agarrarnos a nuestras seguridades,sino a apostar por lo que quiere irabriéndose camino. - A atender a todo lo pequeño que despuntaen nosotros, por insignificante que pueda

  • parecer.- Una invitación también a tener la actitudcontemplativa, de estupor ante lamaravilla, de María y de José. - A reconocer las muchas estrellas que lucenen nuestra sociedad: personas que nosiluminan y hacen que el mundo sea mejor. - A no combatir contra nuestra impureza oimperfección, sino a encender la luz. - Una invitación, en fin, a acoger alforastero, al distinto, al que piensadiferente, al que es de otro partido, de otraclase social, de otra religión.

  • 13. 13. CREO EN LAS ESTRELLAS CREO EN LAS ESTRELLAS DE LA NAVIDADDE LA NAVIDAD

    Miguel Ángel Mesa BouzasEscritor católico, español

    Creo en la paz del corazón y en el esfuerzopor llevar esa paz al mundo en que vivimos.

    Creo que Belén es la Casa del Pan, un panpartido, repartido, compartido, para que nohaya más hambre en nuestro barrio, ennuestra ciudad, en nuestro mundo.

    Creo en los pastores que escuchan la buenanoticia y dónde se encuentra el “Dios connosotros”, que salen a su encuentro y, por lotanto, comparten lo que son y tienen conlos marginados y excluidos de nuestrasociedad.

    Creo en las estrellas que ya murieron, peroque nos han dado vida y conducido a dondenos encontramos hoy, a lo que somos, a loque anhelamos ser.

  • Creo en las estrellas que continúan naciendoy nos siguen abriendo nuevos caminos,inéditas sendas a recorrer, ilusiones queprender en nuestro ojal, destellos llenos defulgor para nuestros ojos apagados.

    Creo en la buena noticia de Jesús deNazaret, la más profunda humanización delmisterio del amor de Dios, en la alegría y laesperanza que nos infunde y, a través denosotros, en los demás.

    Creo en ese otro mundo posible que nosanimó a construir, por la dignidad y lafelicidad de los seres humanos, paraeliminar la injusticia, el odio, el llanto, ladesilusión.

    Creo que la Navidad acontece cada día delaño, cuando trabajamos por la paz y lajusticia, por el amor encarnado, por unanueva humanidad más fraterna, libre, enpaz. Junto a la naturaleza y el universo quenos rodean, nuestro verdadero hogar, en elque nacimos y al que volveremos, para ser

  • de nuevo polvo de estrellas luminosas,ardientes.

  • 14. NOCHE DE PAZ14. NOCHE DE PAZ

    José María Rodríguez Olaizola Sacerdote Jesuíta, español

    Canto paz por quienes enmudecenporque sienten su ausencia y su tardanza,los que sufren, perdida la paciencia,quienes hallan, cautiva la esperanza.

    Pido paz, que muchos no la alcanzansin faltar de sus mesas el sustento,si olvidaron sus cuerpos los abrazos,si pueblan sus hogares los silencios.

    Digo paz, y anunciarla ya es cantode niño, Verbo, carne, y Dios eterno,que incendia con ternuras lo apagado,que da lumbre y abrigo a tanto invierno.

    Hablo paz, villancico y misterio,que convierte una noche en Noche Santa.Rezo paz, miro al mundo y prometocantar la paz para quien no la canta.

  • 15. 15. ORACIÓN FRENTE AL PESEBREORACIÓN FRENTE AL PESEBRE

    Henri NouwenSacerdote holandés

    Oh, Señor, ¡qué difícil es aceptar tu camino!Vienes a mí como un niño pequeño eimpotente que ha nacido lejos de su hogar. Vienes para mí, como un extraño en tupropia tierra. Mueres por mí, como un criminal fuera delas murallas de tu ciudad, rechazado por tupropio pueblo, incomprendido por tusamigos, y sintiéndote abandonado por tuDios.

    Mientras me preparo para celebrar tunacimiento, trato de sentirme amado,aceptado y en casa en este mundo, y tratode superar los sentimientos de alienación yseparación que continúan asaltándome. Pero ahora me pregunto si mi profundosentimiento de falta de hogar no me acercamás a ti que mi ocasional sensación depertenencia.

  • ¿Dónde celebro verdaderamente tunacimiento: en un hogar confortable, o enuna casa que no me es familiar, entreamigos que me dan la bienvenida o entreextraños desconocidos, con sentimientos debienestar o sentimientos de soledad?

    No tengo que escapar de aquellasexperiencias que sean más cercanas a lastuyas. De la misma forma en que Tú no pertenecesa este mundo, yo tampoco pertenezco aeste mundo. Cada vez que me siento así, tengo laoportunidad de estar agradecido y deabrazarte mejor, y saborear, másplenamente, tu alegría y tu paz.

    Ven, Señor Jesús, y quédate conmigo dondeme siento más pobre. Confío en que éste es el lugar dondeencontrarás tu pesebre y traerás tu luz.

    Ven, Señor Jesús, ven.

  • 16. SIN LUGAR EN LA POSADA16. SIN LUGAR EN LA POSADA

    Gustavo Vélez Vásquez – Calixto.Sacerdote Misionero, colombiano

    “Mientras estaban allí, le llegó a María eltiempo del parto y dio a luz a suprimogénito… porque no tenían sitio en laposada”. (Lucas 2, 6-7)

    Apenas un adverbio: “Mientras estaban allí,a María le llegó el tiempo del parto”. Elevangelista indica así a Belén. Y en Belénuna gruta, donde los pastores del contornose guarecían con algunos ganados.

    Después nosotros hemos embellecido todoslos pesebres del mundo, revistiendolos decoloridos adornos.

    “Porque no tenían sitio en la posada”,continúa san Lucas.

    José Luis Martín Descalzo describe el “khan”oriental de ayer y aún de hoy, como unpatio cuadrado, rodeado de altos muros. En

  • el centro solía haber una cisterna, en tornoa la cual se amontonaban camellos, asnos yovejas. Los viajeros, acostumbrados a laintemperie en muchas circunstancias,dormían en cobertizos, o bien a campo raso.

    Es de suponer que José tenía en Belénamigos y parientes. Pero con motivo delcenso, las casas de familia y aún losalbergues estarían al tope.

    Espacio siempre había en las posadasorientales para uno o más huéspedes. Sitiofísico sí, pero María y José buscaban antetodo privacidad y silencio.

    Entonces allí, sobre un reducido espaciogeográfico, se cruzaron el paralelo denuestra pequeñez y el meridiano de lainfnita bondad de Dios.

    Diversas tradiciones adornaron esteepisodio, señalando que la parejanazaretana, mendigaba hospedaje de puertaen puerta y era rechazada con insultos. Quelos tomaron por maleantes entre tantos

  • forasteros que atiborraban el poblado. Deallí nació la piadosa práctica de “LasPosadas”, donde se ora y se consideran lasincomodidades de José y María en aqueltrance. Comparando a la vez, la actitud delos habitantes de Belén con nuestras fallasante el amor de Cristo.

    Pero en relación al misterio de la Natividad,es preferible otra lectura, más simple y porlo tanto más teológica: Dios se hizo hombreen unas circunstancias comunes ycorrientes.

    Que ese Niño era el Mesías, anunciado porlos profetas, la Tercera Persona de laSantísima Trinidad, consustancial con elPadre… es un lenguaje posterior, tomado dela reflexión comunitaria.

    Al comienzo de toda esta maravilla huboúnicamente una pareja joven, buscandositio para pasar la noche, luego de variasjornadas de camino.

  • Belén era entonces un pequeño poblado deunas doscientas casas, apiñadas sobre uncerro. En las colinas próximas los bancalesde olivos se abrían paso entre las rocas.Aquí y allá, higueras, y más lejos, viñedos,trigales y rebaños.

    Pero Belén, “capullo de rosa, prendidasobre la airosa capul de la madrugada,capital de la alegría, esquina do la hidalguíade Dios desposó mi nada”, existe en elcorazón de cada creyente.

    De niños edificamos allí esa aldea de modoindestructible, con trozos de inocencia yjirones de ilusión, que una fe elemental atóa nuestra historia. Y allí regresamos cadaNavidad, aunque harapientos, desde parajesmuy distantes, donde hemos padecidohambre y sed.

    La fiesta de hoy nos invita a abrir el corazónpara hospedar a Dios. Más tarde Jesús lesdirá a sus discípulos: “Si alguno me ama,guardará mi palabra y mi Padre le amará yharemos morada en él” (Juan 14, 23).

  • Y abrir el corazón quiere decir mantenerpresente al Señor, cultivar con él unaamistad irrompible. Significa vivir al estilode Jesús, haciendo siempre el bien, como élnos enseñó.

  • 17. NAVIDAD17. NAVIDAD

    José Luis Martín DescalzoSacerdote y escritor español

    Creo que, si tuviera que definir la Navidadcon sólo dos palabras, elegiría sin dudarestas: ALEGRÍA y ASOMBRO. Y si tuviera quehacerlo con una sola, me quedaría con lasegunda de las dos: ASOMBRO.

    Asombro, porque lo que en ese día ocurre esalgo tan desconcertante – eso de que Diosbaje a ser uno de nosotros -, que sóloporque Él mismo lo ha revelado prodemoscreerlo. De otro modo lo juzgaríamos unafábula hermosa, pero imposible.

    Y, sin embargo, esta “fábula” es cierta: Diosprendido y prendado por su amor a lacriatura, se hizo igual a ella; se hizo no sólohombre, sino bebé, inerme, indefenso. Nadamás hermoso, nada más grande podíaocurrirle a la humanidad. Y, para celebrarese prodigio insólito, los hombres hanvolcado sobre la Navidad todo cuanto

  • conocían de ternura y belleza. Tal vezningún otro tema haya recogido en tornosuyo tantas maravillas pictóricas, musicales,poéticas.

    *****

    Y si yo tuviera que elegir uno solo entre losrecuerdos de la ciudad de Belén, que hetenido la fortuna de visitar dos veces, séque me quedaría, sin vacilar, con el deaquella puertecilla de entrada a la Basílicade la Natividad, aquella puerta de sólo unmetro veinte de altura por la que sólo losniños podían entrar sin agacharse.

    Recuerdo que, a mi lado, el guía franciscanoexplicaba que esa entrada se hizo así en laEdad Media para evitar que los jenízarospudieran penetrar en el templo a caballo,aterrando y descabezando a los fieles enoración. Pero yo no le oía. Estabadescubriendo en mi interior otra razón másalta: que a Dios sólo se puede llegar de dosmaneras: o siendo niño o agachándosemucho. No empinándose, sino inclinándose.

  • No estirándose, sino empequeñeciéndose.No subiéndose en escaleras o escabeles deciencia, de poder o de grandeza, sinoretornando a los primeros años de nuestravida.

    Porque Dios no es más grande que nosotros,sino mucho más joven, o, para ser exacto,porque Dios es mucho más grande quenosotros, por la simple razón de que es másverdadero, más misericordioso, mucho másloco y niño que nosotros.

    Pero este descubrimiento venía a abrir enmí otro problema: si Dios no pudo acercarsea los hombres sino por el camino de hacersepequeño, ¿podrán los hombres acercarse aDios por distinto sendero?...

  • 18. EN MEDIO DE LA NOCHE18. EN MEDIO DE LA NOCHE

    Javier LeozSacerdote español

    En medio de la noche,escuchando el gemir del mundo,sales a nuestro encuentro, oh Dios,sin más anuncio ni cortejoque el silencio de la noche estrellada.

    Naces, para que renazca nuestra vida,y nuestros ojos distraídos por las luces,se fijen en el “Lucero Divino”de un pesebre.

    Déjame, Señor, en la oscuridad de esta noche,ser ángel pregonero de tu misterio;que el hombre se enterede una vez para siempre,que vienes a divinizarle,a infundirle calor, frente al frío del mundo.

    Déjame, Señor,ser fuego alrededor de tu cuna,

  • para que el mundo comprendaque cuanto más lejos estamos de Ti,más riesgo corre el corazón del hombrede quedarse sin amory romperse para siempre.

    Déjame, Señor,ser estrella de tu Nacimientoy reyes y plebeyos, ricos y pobres,puedan escucharque algo nuevo ha acontecido.

    Déjame, Señor,ser cuna de tu frágil cuerpo,y el mensaje de pazque tu rostro irradia,pueda yo acogerlo y llevarlohasta los rincones más oscuros.

    En medio de la noche, Señor,naces silencioso pero lleno de amor,humilde,pero envuelto en la grandeza de Dios,pequeño, pero inalcanzable en tu esplendor.

  • En medio de la noche, naces, Señor,apareces sin imponerte a nadie.Solo el amor habla.Solo el amor aguarda.Solo el amor canta.Solo el amor nace.Solo el amor… de Dios en Belén.

    ¡Gracias, Jesús!

  • 19. ROMANCE DEL DIOS DESNUDO19. ROMANCE DEL DIOS DESNUDO

    Alfonso FranciaSacerdote Salesiano, español

    Los ángeles hacen fiesta,una fiesta de disfraces,porque el Niño Dios se marchaa vivir con los mortales.

    Se han disfrazado de niñospara ser a Dios iguales.Quieren marchar con Jesúsy compartir avatares.

    Unos visten de europeos,bien nutridos y elegantes.Otros visten de mendigos,vagabundos o inmigrantes.Otros no visten de nada.Desnudos van por la calle,que el desnudo de los pobresya no escandaliza a nadie.

    Se perdieron de Jesús,y pululan por las calles.

  • Y no hay nadie que los busque.¡Es que no interesa a nadie!

    Jesús marchó desnuditocomo un niño de la calle.Al verlo, algunos dudaronsi debían ayudarle.¡Era el mismo del pesebre,Dios nacido entre animales!

    Otros pensaron que Diosera rey y era honorable,vivía en familia unida,respetado y respetable.Su padre era el buen José,María su santa Madre.El Niño Dios del pesebreno era el de la pura calle.

    Hicieron una cunitapara este niño adorable.Era el retrato de Dios,puesto allí… para rezarle.

    “¡Qué encanto tiene este niño!,decían mañana y tarde;

  • fíjate qué ojitos tiene,los mismitos que su madre.Es Dios que viene a servirnos.¡Es Dios que viene a salvarme!”

    Así se pasan las horasy todas las navidades,entre rezos y piropos,regalos y mazapanes,pastores, reyes y estrellas,doce uvas y champanes.

    Jesús se muere de fríodeambulando por las calles,frío en el cuerpo y el almay en el alma y cuerpo… ¡hambre!

    “Limpiemos esta basura,dicen ediles y alcaldes,que los niños que andan sueltosson amenaza constante.”

    Gloria a Dios en las alturas…y en la tierra a cada ángel,que disfrazado de niño,merodea por la calle.

  • Gloria a Dios en las alturas,gloria a quien sus puertas abre,al Dios que llama a su puerta,con disfraz de impresentable.

    El mendigo que me pidees el que puede salvarme,librarme de las riquezasque me hacen tan miserable.

    Gloria a Dios en las alturas.Gloria a Dios que Niño se hace.Gloria al Dios de las basurasde los niños de la calle.

  • 20. ORACIÓN AL NIÑO DE BELÉN20. ORACIÓN AL NIÑO DE BELÉN

    San Juan XXIII

    Oh, dulce niño de Belén, danos la comunión con toda nuestra almacon el profundo misterio de la Navidad.

    Pon esta paz en el corazón de los hombresque a veces buscan tanto, y que solo Tú puedes darles.

    Ayúdalos a conocerse mejor, y vivir fraternalmente como hijos del mismo Padre.

    Descubre tu belleza para ellos, tu santidad, tu pureza.

    Despierta en sus corazones amor y gratitudpor tu infinita bondad.

    Únenos a todos en tu caridad y danos tu paz celestial. Amén.

  • 21. HOMILÍA DE NAVIDAD21. HOMILÍA DE NAVIDAD

    José Antonio PagolaSacerdote español

    El cuarto evangelio comienza con un prólogomuy especial. Es una especie de himno que,desde los primeros siglos, ayudódecisivamente a los cristianos a ahondar enel misterio encerrado en Jesús. Si loescuchamos con fe sencilla, también hoynos puede ayudar a creer en Jesús demanera más profunda. Sólo nos detenemosen algunas afirmaciones centrales.

    “La Palabra de Dios se ha hecho carne”.

    Dios no es mudo. No ha permanecidocallado, encerrado para siempre en suMisterio. Dios se nos ha querido comunicar.Ha querido hablarnos, decirnos su amor,explicarnos su proyecto. Jesús essencillamente el Proyecto de Dios hechocarne.

  • Dios no se nos ha comunicado por medio deconceptos y doctrinas sublimes que solopueden entender los doctos. Su Palabra seha encarnado en la vida entrañable deJesús, para que lo puedan entender hastalos más sencillos, los que saben conmoverseante la bondad, el amor y la verdad que seencierra en su vida.

    Esta Palabra de Dios “ha acampado entrenosotros”.

    Han desaparecido las distancias. Dios se hahecho “carne”. Habita entre nosotros. Paraencontrarnos con Él, no tenemos que salirfuera del mundo, sino acercarnos a Jesús.Para conocerlo, no hay que estudiarteología, sino sintonizar con Jesús, comulgarcon él.

    “A Dios nadie lo ha visto jamás”.

    Los profetas, los sacerdotes, los maestrosde la ley hablaban mucho de Dios, peroninguno había visto su rostro. Lo mismosucede hoy entre nosotros: en la Iglesia

  • hablamos mucho de Dios, pero nadie lo havisto. Solo Jesús, “el Hijo de Dios, que estáen el seno del Padre es quien lo ha dado aconocer”.

    No lo hemos de olvidar. Solo Jesús nos hacontado cómo es Dios. Solo él es la fuentepara acercarnos a su Misterio. Cuántas ideasraquíticas y poco humanas de Dios hemos dedesaprender y olvidar para dejarnos atraer yseducir por ese Dios que se nos revela enJesús.

    Cómo cambia todo cuando uno capta por finque Jesús es el rostro humano de Dios.

    Todo se hace más simple y más claro.

    Ahora sabemos cómo nos mira Dios cuandosufrimos, cómo nos busca cuando nosperdemos, cómo nos entiende y perdonacuando lo negamos. En él se nos revela “lagracia y la verdad” de Dios.

  • 22. NAVIDAD AFRICAN22. NAVIDAD AFRICANAA

    Carlos G. VallésSacerdote Jesuíta, español

    En una iglesia de Tubalange, en lossuburbios de Lusaka, Zambia, en laEucaristía de Navidad, el sacerdote, despuésde explicar en la homilía cómo la dignidadhumana quedaba elevada por el hecho deque Dios se hiciera un niño, tomó en susmanos una niña recién nacida en lacomunidad, cuyo nombre, Tandike,significaba "deseada y amada".

    Había unas ochenta personas en la iglesia.El sacerdote invitó a todos a que seacercasen al presbiterio y admiraran a laniña.

    Les llevó un cuarto de hora, a jóvenes yancianos, acercarse al altar y dirigir unaspalabras de cariño y bienvenida a la reciénnacida.

  • Los regalos que los Reyes Magos ofrecieronal Niño Jesús, oro, incienso y mirra, eransímbolos de riqueza y adoración en lacultura del Oriente Medio. Pero ¿quésímbolos escogerían los pueblos de África?¿Cuáles serían los "equivalentes dinámico-culturales" en idioma africano?

    En el Sudán, según explica un catequista dela diócesis de Torit, los regalos hubieransido una cabra como símbolo de riqueza yrealeza, una lanza como símbolo de defensay salud, y una fusta flexible como símbolode poder.

    En la etnia Ganda de Uganda le darían alNiño un tambor, que es símbolo de realeza yautoridad, una lanza, que es símbolo de laprotección y la defensa del pueblo, y unvestido de corteza de árbol, que es el quese usa en la investidura del rey.

    La etnia Kuria en Tanzania y Kenia le daríauna cabra para su Madre, harina paraalimentar al bebé y aceite para ungirlo.

  • En la tradición africana es muy importantehacerle regalos a la Madre de Jesús.

    En algún sitio leí el siguiente brevísimocuento, y no puedo citar al autor porque nolo recuerdo.

    El cuento no era más que la siguiente frase:"Los pastores tampoco supieron qué hacercon el oro, incienso y mirra que san José lesdio."

    Se ve que los africanos son más prácticos.Aunque tampoco sé si a san José le haríamucha gracia que le regalaran un tambor alNiño, porque les iba a volver locos a todoscon él.

    ¿Qué regalos se nos ocurrirían a nosotros?...

  • 23. 23. LA VIRGENLA VIRGENQUE ESPERA LA NAVIDADQUE ESPERA LA NAVIDAD

    José Luis Martín DescalzoSacerdote y escritor español

    iY qué cortos y qué largosse hicieron los nueve meses!Cortos para mi cabeza,para el corazón, muy breves.

    Estaba dentro de míy aunque a él no le sentía,sentía cómo mi sangreal rozarle sonreía.

    Nadie notó en Nazaretlo que estaba sucediendo:que teníamos dos cielos,uno arriba, otro creciendo.

    ¿Dios está en el cielo?¿El cielo está en Dios?y yo por los montesllevando a los dos.

  • Si estaba hecho de carne¿era carne de cristal?...y yo pisaba con miedo,no se me fuera a quebrar.

    Cuando yo respiraba, respiraba él;cuando yo bebía,bebía también el autor del aire,del agua y la sed.

    ¿Y cómo podría serDios tan sencillosi dentro de mí pesabapoco más que un cantarillo?

    Yo acariciaba mi senopara tocarle,porque él estaba allíal tiempo que en todas partes.

    ¡Qué envidia me tuvo el cielodurante los nueve meses!Él albergó al Dios eterno.Yo tenía al Dios creciente.

    ¡Qué fácil le fue todo

  • al buen Gabriel!Vino, dio su mensajey se fue.

    Se fue sin aclararmenada de nada,y dejó mil preguntasen mis entrañas.

    ¿Y quién me las respondesi miro al cielo?¿Este Dios sordomudoque llevo dentro?

    ¡Qué fácil le fue todoal buen Gabriel!Dijo que es Dios y es hombre,dijo que es hijo y rey...“y en lo demás, Señora,use la fe”.

    Las jugarretas de Diosno hay nadie que las iguale:Él es mi Padre y mi Hijo,yo soy su hija y su madre.

  • Todos en la sinagogaclamaban por el Mesíasy a mí me crecía dentroy solo yo lo sabía.

    Si yo no hubiera podidoengendrar sin ser mujer,¿por qué los hombres desprecianlo más que se puede ser?

    Los niños de Nazaretcorren y saltan conmigo:son como abejas que buscanmiel en el rosal florido.

    Cuando yo me alimento,Dios de mi vida,¿sostengo yo tu sangreo tú sostienes la mía?

    Cuando miro en la fuenteel agua clara,pienso que son tus ojosque se adelantan.

    No sé qué dijo el ángel

  • de un dolor y una cruz.Sé que en la noche sangrotemiendo que seas tú.

    Si yo he sido pobre,yú lo serás más.Porque Dios es pobresi es Dios de verdad.

    Las mujeres con envidiacontemplan mi gravidezy no saben que soy madremás que de carne, de fe.

    Cada noche miro al cieloy recuento las estrellas.Falta una y yo lo sé.¡Pero qué ganas de verla!

    José me mira y me dice:¿Cómo estás? ¿Cómo está él?Le respondo: yo esperandoy él ardiendo a todo arder.

    Antes de que tú vinieras,yo vivía en oración.

  • Ahora ya ¿para qué,si somos uno los dos?

    Cuando llevo hasta mi bocael tierno pan recién hecho,me parece que comulgola carne que llevo dentro.

    Esclava soy,esclava fui,pero mis cadenasyo no las rompí:me las dieron rotascuando nací.

    Cuando escucho cómo saltasde gozo dentro de mí,pienso: ¿En un mundo tan tristele dejarán ser feliz?

    ¿Y tú, pequeño mío,cómo vas a poderliberar a este mundoque esclavo quiere ser?

    Temo que no será fácil,

  • mi amor,que no será fácil sersalvador.

    Con mi “sí” se abrió Dios mismo,y con su “sí”, mis entrañas,y con un “sí” de los dosse abrió el reino de las almas.

    Lo creo y no me lo creo,no me lo puedo creer,pues sé que él es más que hombresiendo yo solo mujer.

    Si dicen que fe es no verlas cosas con la mirada,yo sé que no he visto a nadiecuando él llegó a mis entrañas.

  • 24. DICEN QUE SE VE DISTINTO24. DICEN QUE SE VE DISTINTO

    José María Rodríguez Olaizola Sacerdote Jesuíta, español

    Dicen por ahí que si hay Dios está lejos,que el amor no funciona, que la paz es un sueño,que la guerra es eterna, y que el fuerte es el dueño,que silencia al cobardey domina al pequeño

    Pero un ángel ha dicho que está cerca de mí quien cambia todo esto, tan frágil y tan grande, tan débil y tan nuestro.

    Dicen que está en las calles, que hay que reconocerloen esta misma carne, desnudo como un verso, que quien llega a encontrarlo ve desvanecerse el miedo,

  • ve que se secan las lágrimas, ve nueva vida en lo yermo.

    Dicen por ahí que si hay Dios está lejos, pero tú y yo sabemos, que está cerca, en tu hermano,… y está en ti muy adentro.

  • 2525. . VEN JESÚS, ACOMPÁÑANOSVEN JESÚS, ACOMPÁÑANOS

    Miguel Ángel Mesa BouzasEscritor español

    Ven Jesús, acompáñanos,enséñanos a vivir y a mostrarmanantiales de esperanzaen un mundo anhelante de agua viva,para poder derramarla a raudalessobre tanta tierra árida,sobre tantas ilusiones vanas,sobre tantas flores marchitas,

    Porque la esperanzano es un espejismo, un ensueño,sino la visión de lo que está aguardandomás allá de lo que abarca la vista, para adentrarnos por los pasadizosdel corazón conmovido,y que puede llegar a realizarseuniendo tu mano, la de ella y la mía.

    La esperanza es la huella, el eco,el suave susurro de una vozque nos llama, nos espolea

  • para que no nos quedemos dormidos,sordos, en los sillones de la indiferencia,para lanzarnos hacia la aventurasiempre sorprendente de la ternuray de la humana solidaridad.

    Jesús solo llega, plenifica y llenacuando se abren las fronteras,cuando se eliminan las diferencias,cuando te sientes gay, mujer maltratada,anciano abandonado, enfermo de sida,niño soldado, niña prostituida,emigrante odiado por nuestra sociedad...Y sales a la calle y das la cara por ellas y ellos,y solo resuenan en ti latidos de fraternidad.

  • 26. 26. HOMILÍA DE NAVIDADHOMILÍA DE NAVIDAD

    Papa Francisco

    «El pueblo que caminaba en tinieblas viouna luz grande» (Isaías 9,1). Esta profecíade la primera lectura se realizó en elEvangelio. De hecho, mientras los pastoresvelaban de noche en sus campos, “la gloriadel Señor los envolvió de claridad” (Lucas2,9). En la noche de la tierra apareció unaluz del cielo. ¿Qué significa esta luz surgidaen la oscuridad? Nos lo sugiere el apóstolPablo, que nos dijo: “Se ha manifestado lagracia de Dios”. La gracia de Dios, “quetrae la salvación para todos los hombres”(Tito 2,11), ha envuelto al mundo estanoche.

    Pero, ¿qué es esta gracia? Es el amor divino,el amor que transforma la vida, renueva lahistoria, libera del mal, infunde paz yalegría. En esta noche, el amor de Dios seha mostrado a nosotros: es Jesús.

  • En Jesús, el Altísimo se hizo pequeño paraser amado por nosotros. En Jesús, Dios sehizo Niño, para dejarse abrazar pornosotros.

    Pero, podemos todavía preguntarnos, ¿porqué san Pablo llama “gracia” a la venida deDios al mundo? Para decirnos que escompletamente gratuita. Mientras que aquíen la tierra todo parece responder a lalógica de dar para tener, Dios llega gratis.Su amor no es negociable: no hemos hechonada para merecerlo y nunca podremosrecompensarlo.

    Se ha manifestado la gracia de Dios. En estanoche nos damos cuenta de que, aunque noestábamos a la altura, Él se hizo pequeñezpara nosotros; mientras andábamosocupados en nuestros asuntos, Él vino entrenosotros.

    La Navidad nos recuerda que Dios sigueamando a cada hombre, incluso al peor. Amí, a ti, a cada uno de nosotros, Él nos dice

  • hoy: “Te amo y siempre te amaré, eresprecioso a mis ojos”.

    Dios no te ama porque piensascorrectamente y te comportas bien; Él teama y basta. Su amor es incondicional, nodepende de ti. Puede que tengas ideasequivocadas, que hayas hecho de las tuyas;sin embargo, el Señor no deja de amarte.

    ¡Cuántas veces pensamos que Dios es buenosi nosotros somos buenos, y que nos castigasi somos malos! Pero no es así. Aún ennuestros pecados continúa amándonos. Suamor no cambia, no es quisquilloso; es fiel,es paciente. Este es el regalo queencontramos en Navidad: descubrimos conasombro que el Señor es toda la gratuidadposible, toda la ternura posible. Su gloria nonos deslumbra, su presencia no nos asusta.Nació pobre de todo, para conquistarnoscon la riqueza de su amor.

    Se ha manifestado la gracia de Dios. Graciaes sinónimo de belleza. En esta noche,redescubrimos en la belleza del amor de

  • Dios, también nuestra belleza, porquesomos los amados de Dios. En el bien y en elmal, en la salud y en la enfermedad, feliceso tristes, a sus ojos nos vemos hermosos: nopor lo que hacemos sino por lo que somos.

    Hay en nosotros una belleza indeleble,intangible; una belleza irreprimible que esel núcleo de nuestro ser. Dios nos lorecuerda hoy, tomando con amor nuestrahumanidad y haciéndola suya,“desposándose con ella” para siempre.

    De hecho, la “gran alegría” anunciada a lospastores esta noche es “para todo elpueblo”. En aquellos pastores, queciertamente no eran santos, tambiénestamos nosotros, con nuestras flaquezas ydebilidades. Así como los llamó a ellos, Diostambién nos llama a nosotros, porque nosama. Y, en las noches de la vida, a nosotroscomo a ellos nos dice: “No temáis” (Lucas2,10).

    ¡Ánimo, no hay que perder la confianza, nohay que perder la esperanza, no hay que

  • pensar que amar es tiempo perdido! En estanoche, el amor venció al miedo, aparecióuna nueva esperanza, la luz amable de Diosvenció la oscuridad de la arroganciahumana.

    ¡Humanidad, Dios te ama, se hizo hombrepor ti, ya no estás sola!

    Queridos hermanos y hermanas: ¿Qué hacerante esta gracia? Una sola cosa: acoger eldon. Antes de ir en busca de Dios,dejémonos buscar por él. No partamos denuestras capacidades, sino de su gracia,porque él es Jesús, el Salvador. Pongamosnuestra mirada en el Niño y dejémonosenvolver por su ternura. Ya no tendremosmás excusas para no dejarnos amar por él.

    Lo que sale mal en la vida, lo que nofunciona en la Iglesia, lo que no va bien enel mundo ya no será una justificación.Pasará a un segundo plano, porque frente alamor excesivo de Jesús, que es todomansedumbre y cercanía, no hay excusas.

  • La pregunta que surge en Navidad es: ¿Medejo amar por Dios?... ¿Me abandono a suamor que viene a salvarme?…

    Un regalo así, tan grande, merece muchagratitud. Acoger la gracia es saberagradecer. Pero nuestras vidas a menudotranscurren lejos de la gratitud. Hoy es eldía adecuado para acercarse al sagrario, albelén, al pesebre, para agradecer.

    Acojamos el don que es Jesús, para luegotransformarnos en don como Jesús.

    Convertirse en don es dar sentido a la vida yes la mejor manera de cambiar el mundo:cambiamos nosotros, cambia la Iglesia,cambia la historia cuando comenzamos a noquerer cambiar a los otros, sino a nosotrosmismos, haciendo de nuestra vida un don.

    Jesús nos lo manifiesta esta noche. Nocambió la historia constriñendo a alguien oa fuerza de palabras, sino con el don de suvida. No esperó a que fuéramos buenos paraamarnos, sino que se dio a nosotros

  • gratuitamente. Tampoco nosotros podemosesperar que el prójimo cambie para hacerleel bien, que la Iglesia sea perfecta paraamarla, que los demás nos tenganconsideración para servirlos. Empecemosnosotros. Así es como se acoge el don de lagracia. Y la santidad no es sino custodiaresta gratuidad.

    Una hermosa leyenda cuenta que, cuandoJesús nació, los pastores corrían hacia lagruta llevando muchos regalos. Cada unollevaba lo que tenía: unos, el fruto de sutrabajo, otros, algo de valor. Pero mientrastodos los pastores se esforzaban, congenerosidad, en llevar lo mejor, había unoque no tenía nada. Era muy pobre, no teníanada que ofrecer. Y mientras los demáscompetían en presentar sus regalos, él semantenía apartado, con vergüenza.

    En un determinado momento, san José y laVirgen se vieron en dificultad para recibirtodos los regalos, sobre todo María, quedebía tener en brazos al Niño. Entonces,viendo a aquel pastor con las manos vacías,

  • le pidió que se acercara. Y le puso a Jesúsen sus manos. El pastor, tomándolo, se diocuenta de que había recibido lo que no semerecía, que tenía entre sus brazos elregalo más grande de la historia. Se miró lasmanos, y esas manos que le parecíansiempre vacías se habían convertido en lacuna de Dios. Se sintió amado y, superandola vergüenza, comenzó a mostrar a Jesús alos otros, porque no podía quedarse solopara él, el regalo de los regalos.

    Querido hermano, querida hermana: Si tusmanos te parecen vacías, si ves tu corazónpobre en amor, esta noche es para ti. Se hamanifestado la gracia de Dios pararesplandecer en tu vida. Acógela y brillaráen ti la luz de la Navidad.

  • 27. 27. DOS BEBÉS EN EL PESEBREDOS BEBÉS EN EL PESEBRE

    Tomado de la Web católica de Javier

    En 1994, dos norteamericanos respondieronuna invitación que les hiciera llegar elDepartamento de Educación de Rusia, paraenseñar moral y ética en las escuelaspúblicas, basada en principios bíblicos.

    Debían enseñar en prisiones, negocios, eldepartamento de bomberos, de la policía yen un gran orfanato.

    En el orfanato había casi 100 niños y niñasque habían sido abandonados, y dejados enmanos del Estado. De allí surgió estahistoria relatada por los mismos visitantes:

    Se acercaba la época de las fiestas deNavidad de 1994, los niños del orfanato ibana escuchar por primera vez la historiatradicional de la Navidad. Les contamosacerca de María y José llegando a Belén, decómo no encontraron lugar en las posadas,por lo que debieron ir a un establo, donde

  • finalmente el niño Jesús nació y fue puestoen un pesebre.

    A lo largo de la historia, los chicos y losempleados del orfanato no podían contenersu asombro. Algunos estaban sentados alborde de la silla tratando de captar cadapalabra.

    Una vez terminada la historia, les dimos alos chicos tres pequeños trozos de cartónpara que hicieran un tosco pesebre. A cadachico se le dio un cuadradito de papelcortado de unas servilletas amarillas que yohabía llevado conmigo. En la ciudad no sepodía encontrar un solo pedazo de papel decolores.

    Siguiendo las instrucciones, los chicoscortaron y doblaron el papelcuidadosamente colocando las tiras comopaja. Unos pequeños cuadraditos defranela, cortados de un viejo camisón queuna señora norteamericana se olvidó alpartir de Rusia, fueron usados para hacerlela manta al bebé. De un fieltro marrón que

  • trajimos de los Estados Unidos, cortaron lafigura de un bebé.

    Mientras los huérfanos estaban atareadosarmando sus pesebres, yo caminaba entreellos para ver si necesitaban alguna ayuda.

    Todo fue bien hasta que llegué donde elpequeño Misha. Estaba sentado. Parecíatener unos seis años y había terminado sutrabajo. Cuando miré el pesebre quedésorprendido al no ver un solo niño dentro deél, sino dos. Llamé rápidamente altraductor para que le preguntara por quéhabía dos bebés en el pesebre. Misha cruzósus brazos y observando la escena delpesebre comenzó a repetir la historia muyseriamente.

    Para ser el relato de un niño que habíaescuchado la historia de Navidad una solavez estaba muy bien, hasta que llegó laparte donde María pone al bebé en elpesebre. Allí Misha empezó a inventar supropio final para la historia, dijo:

  • "Y cuando María dejó al bebé en el pesebre,Jesús me miró y me preguntó si yo tenía unlugar para estar. Yo le dije que no teníamamá ni papá y que no tenía un lugar paraestar. Entonces Jesús me dijo que yo podíaestar allí con él. Le dije que no podía,porque no tenía un regalo para darle. Peroyo quería quedarme con Jesús, por esopensé qué cosa tenía que pudiese darlecomo regalo. Se me ocurrió que un buenregalo podría ser darle calor. Por eso lepregunté a Jesús: Si te doy calor, ¿sería éseun buen regalo para ti? Y Jesús me dijo: Sime das calor, ése sería el mejor regalo quejamás haya recibido. Por eso me metídentro del pesebre y Jesús me miró y medijo que podía quedarme allí para siempre."

    Cuando el pequeño Misha terminó suhistoria, sus ojitos brillaban llenos delágrimas empapando sus mejillas; se tapó lacara, agachó la cabeza sobre la mesa y sushombros comenzaron a sacudirse en unllanto profundo. El pequeño huérfano habíaencontrado a alguien que jamás lo

  • abandonaría ni abusaría de él. ¡Alguien queestaría con él para siempre!.

    Y yo aprendí que no son las cosas que tienesen tu vida lo que cuenta, sino a quiéntienes, lo que verdaderamente importa.

  • 28. 28. PROFESIÓN DE FEPROFESIÓN DE FE

    José Enrique Galarreta Sacerdote Jesuita, español

    Yo creo en un niño pobreque nació de noche en una cuadra,arropado solo por el amor de sus padresy la bondad de la gente más sencilla.

    Yo creo en un hombre sin importanciaaustero, fiel, compasivo y valiente,que hablaba con Dios como con su madre,que hablaba de Dios como de su madre,contando, llanamente, cuentos sencillos,y por eso molestó a tanta gente que al final lo mataron, lo mataron los poderosos, los santos, los sagrados.

    Yo creo que está vivo, más que nadie,y que en él, más que en nadie,podemos conocer a Diosy sabemos vivir mejor.

    Y doy gracias al Padre

  • porque Él nos regaló este Niñoque nos ha cambiado la vida,y nos ha dado sentido y esperanza.

    Yo creo en ese niño pobre,y me gustaría parecerme a él.

  • 29. SEÑOR DE LA CERCANÍA29. SEÑOR DE LA CERCANÍA

    José María Rodríguez OlaizolaSacerdote Jesuita, español

    Acercarte, salvando el abismo entre lo finitoy lo limitado.

    Salir de la eternidad para adentrarte en eltiempo.

    Hacerte uno de los nuestros para hacernosuno contigo.

    Y así, de carne y hueso, empezar amostrarnos en qué consiste la humanidad.

    Eres el Dios de la cercanía, de los incluidos,de los encontrados, pues para ti nadie sepierde.

    De los reconciliados, de los equivocados, delos avergonzados, de los heridos, de lossanados.

  • Eres el Señor de los desahuciados, de losagobiados, de los visitados, de losintimidados, de los desconsolados, de losrecordados, pues para ti nadie se olvida.

    Tan cerca ya, tan con nosotros, Dios.

  • 30. EL ÁNGEL DE NAVIDAD30. EL ÁNGEL DE NAVIDAD

    José Luis Martín DescalzoSacerdote y Escritor español

    Me sucedió en Roma hace ya algunos meses.Una tarde de noviembre, cuando asistíacomo periodista a una de las sesiones delúltimo sínodo de obispos, iba yo, con micrónica en el bolsillo, camino de la centraldel télex para transmitir mis noticias alperiódico. Y he aquí que, en una de lasparadas del autobús, que iba casi desierto,una barahúnda de chiquillas, con sus vivosgritos y sus trajes de colores chillones, secoló dentro, como si de un hato decabritillas se tratase. “Diecinueve billetes”,pidió la monja que las acompañaba.

    Y de pronto el autobús se convirtió en unaensaladera de bullicio. Fue entonces cuandola pequeña se acercó a mí con su bloc en lamano. Aún la estoy viendo: su abriguillorojo, el pelo castaño, recogido al fondo dela nuca, unos vivarachos ojos negros.

  • -¿Qué es para usted la Navidad? -mepreguntó.

    La miré por un momento desconcertado, sinentender a qué venia aquello.

    -Es que nos han mandado en el cole quehagamos una encuesta.

    Entendí. Las dieciocho chiquillasenarbolaban sus terribles bolígrafos y suscuadernillos, dispuestas a asaetearnos atodos los viajeros del autobús y a todos lospeatones de Roma si fuera necesario.

    -¿Qué es para usted la Navidad? - insistía lachiquilla.

    Me era difícil contestar de prisa a estapregunta. Decir simplemente: “Navidad sonlos días más bellos del año”, hubiera sidocómodo. Y tal vez la cría se hubiese alejadosatisfecha, pues ella no buscaba tantorecibir respuestas interesantes cuanto elpoder decir a la monja que habíaentrevistado a trece en lugar de doce.

  • Podía también contestar que “Navidad sonlos días de vivir en familia”. Pero entoncestendría que añadir muchas explicaciones.Pensaba en mi madre muerta años antes.Recordé qué distintas eran las Navidades“con ella” y “sin ella”. ¿Debería entoncesexplicar a la niña que no hay una Navidad,sino muchas, y que cada Navidad esirrepetible dentro de nosotros?

    ¿O tal vez ... ? ¿No decepcionaría yo a estaniña si no le daba una respuesta religiosa,yo, sacerdote? ¿Debía entonces contestarleque cada Navidad era como una vuelta deJesús a nosotros? Pero pensé que en estecaso debería añadirle que para mí,sacerdote, Navidad lo era cada mañana, enmis manos, a la hora exacta de laconsagración.

    Miré a la pequeña que me esperaba aún consus grandes ojos abiertos y su bolígrafoposado ya sobre su blanco bloc. Sí, pensé:tal vez debería explicarle yo ahora midefinición personal de la Navidad: “Son losdías en que cada hombre debe resucitar

  • dentro de si lo mejor de sí mismo: suinfancia”. Pero ¿entendería la pequeña mirespuesta, ella que, con toda seguridad,estaba ya deseando convertirse en“señorita”, dejar lejos su infancia y sucolegio, peinarse con una hermosa melenitay abandonar los calcetines rojos?

    Estaba allí con sus grandes ojos, como unpequeño juez, expectante, ansiosa de mirespuesta. Fui vulgar. Dije: “Navidad son losdías más hermosos del año”. Y vi cómo lacría copiaba mi frase, feliz, simplementeporque, buena o mala, allí tenía unarespuesta más para transcribirla mañana ensu ejercicio.

    -¿Qué quiere usted decir cuando dice“felices pascuas”?

    La pequeña seguía mirándome, inquisitiva,como si tuviera perfecto derecho a misrespuestas. Y otra vez me encontréencajonado en aquella segunda preguntaque debía contestar a boca- jarro.

  • ¿Qué es lo que yo quería decir cuando digofelices pascuas? Nunca me lo habíapreguntado a mi mismo. Son frases que sedicen y escriben a derecha e izquierda sinpensarlas. Pero ¿qué es lo queverdaderamente deseo cuando hago eseaugurio? ¿Deseo felicidad, salud, dinero,paz, bienestar, hondura cristiana, serenidadde espíritu?

    Tal vez debía responder que deseo una cosadistinta cada vez que lo digo: que al pobrele deseo un poco de segura tranquilidad;que al joven gamberro le deseo algo de laserenidad que tiene su padre y a su padre ledeseo la vitalidad que tiene su hijo; que a lamonja le deseo la potencia apostólica quetiene mi amigo el jocista y que a mi amigoel jocista le deseo la visión sobrenatural quetiene la monja. Pero todo esto erademasiado difícil de explicárselo a lapequeña periodistilla que esperaba allí,bolígrafo en ristre, mientras nuestroautobús trotaba por las calles de Roma.

  • -Paz -le dije-, cuando digo “felices pascuas”deseo ante todo paz.

    La pequeña copió de nuevo mis palabras. Medio las gracias. Y se marchó corriendo haciael fondo del autobús, donde la esperabansus compañeras.

    -¿Qué te ha respondido, qué te harespondido? - oí que le preguntaban. Y luegoseguí escuchando sus comentarios infantiles,gritados a dieciocho voces:

    -Yo ya tengo once.-Yo sólo dos. En mi casa son todos unossosos.-Es que yo pregunté a los vecinos del piso dearriba...-Hombre, así...

    El autobús había llegado ya a mi destino ybajé de él. Las periodistillas siguieron viajey vi cómo estudiaban los rostros de losnuevos viajeros que entraban, cavilandosobre a quiénes podrían hacer víctimas desu inocente atraco.

  • Cuando me alejé, las calles me parecierondistintas. Faltaban aún casi dos meses parala Navidad, pero, de pronto, alguien mehabía chapuzado en ella. Y la niña delabriguito rojo me pareció un ángelanticipado para anunciarme el gozo quellegaba.

    ¿Qué es para ti la Navidad?, me pregunté.Ahora ya no debla contestar con prisa,puesto que nadie esperaba mi respuestabloc en ristre. Ahora habla que contestar deveras. Ahora era necesario descubrir sidespués de cincuenta y tantas Navidadesvividas en este mundo seguía yo aún sinsaber qué era aquello.

    Deambulé por las calles como unsonámbulo. Y desde entonces me haocurrido muchas veces: estoy reunido conmis amigos y, de repente, me quedo comotranspuesto. Alguien estalla entonces,riéndose de mí, y dice que estoy en lasbatuecas. Y no es verdad: es que sigo, sigotratando de encontrar la respuesta a las dos

  • preguntas de la chiquilla. Porque sonimportantes.

    ¿Y la he encontrado? Todavía no. Habrá quedarle aún muchas vueltas en la cabeza. Peroestoy completamente seguro de que si esteaño entiendo la Navidad un poco mejor y sisaludo a mis amigos con un felices pascuasmenos frívolo..., la culpa, la deliciosaculpa, será de aquella chavalilla del abrigorojo, mi ángel del autobús romano que meanunció la Navidad anticipadamente.

  • Divino Infante: ¡Realiza en nosotros

    este destino!:¡No dejes que muera en nosotros

    la esperanza!¡No olvides que fuiste,

    como nosotros, un niño!

    ¡Nace de nuevo en nosotroscomo una Criatura!

    Leonardo BoffTeólogo Brasileño

    http://leonardoboff.com/

  • ¿QUE NO HABRÁ NAVIDAD?...¿QUE NO HABRÁ NAVIDAD?...

    Javier LeozSacerdote español

    ¡Claro que sí!Más silenciosa y con más profundidadMás parecida a la primera en la que Jesús nació en soledad.

    Sin muchas luces en la tierrapero con la de la estrella de Beléndestellando rutas de vida en su inmensidad

    Sin cortejos reales colosalespero con la humildad de sentirnospastores y zagales buscando la Verdad.

    Sin grandes mesas y con amargas ausenciaspero con la presencia de un Dios que todo lo llenará

    ¿QUE NO HABRÁ NAVIDAD?¡Claro que sí!

  • Sin las calles a rebosarpero con el corazón enardecidopor el que está por llegar

    Sin ruidos ni verbenas,reclamos ni estampidas...pero viviendo el Misterio sin miedo al "covid-herodes" que pretende quitarnos hasta el sueño de esperar.

    Habrá Navidad porque DIOS está de nuestro ladoy comparte, como Cristo lo hizo en un pesebre,nuestra pobreza, prueba, llanto, angustia y orfandad.

    Habrá Navidad porque necesitamosuna luz divina en medio de tanta oscuridad.Covid19 nunca podrá llegar al corazón ni al almade los que en el cielo ponen su esperanza y su alto ideal.

  • !HABRÁ NAVIDAD!¡CANTAREMOS VILLANCICOS!!DIOS NACERÁ Y NOS TRAERÁ LIBERTAD!

  • ANEXOANEXO

    CARTA APOSTÓLICA CARTA APOSTÓLICA “Admirabile signum”“Admirabile signum”

    DEL SANTO PADRE FRANCISCODEL SANTO PADRE FRANCISCOSOBRE EL SIGNIFICADO SOBRE EL SIGNIFICADO Y EL VALOR DEL BELÉNY EL VALOR DEL BELÉN

    1. El hermoso signo del pesebre, tanestimado por el pueblo cristiano, causasiempre asombro y admiración. La

  • representación del acontecimiento delnacimiento de Jesús equivale a anunciar elmisterio de la encarnación del Hijo de Dioscon sencillez y alegría. El belén, en efecto,es como un Evangelio vivo, que surge de laspáginas de la Sagrada Escritura. Lacontemplación de la escena de la Navidad,nos invita a ponernos espiritualmente encamino, atraídos por la humildad de Aquelque se ha hecho hombre para encontrar acada hombre. Y descubrimos que Él nos amahasta el punto de unirse a nosotros, paraque también nosotros podamos unirnos a Él.

    Con esta Carta quisiera alentar la hermosatradición de nuestras familias que en losdías previos a la Navidad preparan el belén,como también la costumbre de ponerlo enlos lugares de trabajo, en las escuelas, enlos hospitales, en las cárceles, en lasplazas... Es realmente un ejercicio defantasía creativa, que utiliza los materialesmás dispares para crear pequeñas obrasmaestras llenas de belleza. Se aprendedesde niños: cuando papá y mamá, junto alos abuelos, transmiten esta alegre

  • tradición, que contiene en sí una ricaespiritualidad popular. Espero que estapráctica nunca se debilite; es más, confíoen que, allí donde hubiera caído en desuso,sea descubierta de nuevo y revitalizada.

    2. El origen del pesebre encuentraconfirmación ante todo en algunos detallesevangélicos del nacimiento de Jesús enBelén. El evangelista Lucas dicesencillamente que María «dio a luz a su hijoprimogénito, lo envolvió en pañales y lorecostó en un pesebre, porque no había sitiopara ellos en la posada» (2,7). Jesús fuecolocado en un pesebre; palabra queprocede del latín: praesepium.

    El Hijo de Dios, viniendo a este mundo,encuentra sitio donde los animales van acomer. El heno se convierte en el primerlecho para Aquel que se revelará como «elpan bajado del cielo» (Jn 6,41). Unsimbolismo que ya san Agustín, junto conotros Padres, había captado cuandoescribía: «Puesto en el pesebre, se convirtióen alimento para nosotros» (Serm. 189,4).

  • En realidad, el belén contiene diversosmisterios de la vida de Jesús y nos los hacesentir cercanos a nuestra vida cotidiana.

    Pero volvamos de nuevo al origen del beléntal como nosotros lo entendemos. Nostrasladamos con la mente a Greccio, en elvalle Reatino; allí san Francisco se detuvoviniendo probablemente de Roma, donde el29 de noviembre de 1223 había recibido delPapa Honorio III la confirmación de su Regla.Después de su viaje a Tierra Santa, aquellasgrutas le recordaban de manera especial elpaisaje de Belén. Y es posible que elPoverello quedase impresionado en Roma,por los mosaicos de la Basílica de SantaMaría la Mayor que representan elnacimiento de Jesús, justo al lado del lugardonde se conservaban, según una antiguatradición, las tablas del pesebre.

    Las Fuentes Franciscanas narran en detallelo que sucedió en Greccio. Quince díasantes de la Navidad, Francisco llamó a unhombre del lugar, de nombre Juan, y lepidió que lo ayudara a cumplir un deseo:

  • «Deseo celebrar la memoria del Niño quenació en Belén y quiero contemplar dealguna manera con mis ojos lo que sufrió ensu invalidez de niño, cómo fue reclinado enel pesebre y cómo fue colocado sobre henoentre el buey y el asno». Tan pronto como loescuchó, ese hombre bueno y fiel fuerápidamente y preparó en el lugar señaladolo que el santo le había indicado. El 25 dediciembre, llegaron a Greccio muchosfrailes de distintos lugares, como tambiénhombres y mujeres de las granjas de lacomarca, trayendo fl