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    EL MOCOSO(CORTADOS #1)

    Csar Casanova Lpez

    http://cortados.idomyweb.com

    Ver. 20091029

    2009 Csar Casanova Lpez

    El Mocoso por Csar Casanova Lpez est liberado bajo una licencia CreativeCommons: Reconocimiento - No comercial - Compartir bajo la misma licencia

    2.5 Espaa.http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/es/

    Escrito el 2 de Mayo de 2009 con OpenOffice.org

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    Cortados #01 El mocoso Csar Casanova Lpez

    KUBARK COUNTERINTELLIGENCE INTERROGATION:

    Prior Headquarters approval at the KUDOVE

    level must be obtained for the interrogation

    of any source against his will and under any

    of the following circumstances:

    1. If bodily harm is to be inflicted.2. If medical, chemical, or electrical methods or

    materials are to be used to induce acquiescence.

    3. [approx. 3 lines deleted]

    Las putas gotas de lluvia no paraban de golpear en la ventana. El sonido era comoel de las palomitas en el microondas. Y despus, el puto chirrido metlico de los cercanascomenz a ser constante. El ruido de los coches y los pitidos acabaron de despertarme.Era aquella hora de la maana en la que los soplapollas de chaqueta y corbata seapresuran para llegar puntuales a sus quehaceres diarios, rutinarios e insustanciales.Demasiado temprano para m. Sin embargo, aquel treinta y uno de Enero era nuestroaniversario. Dos putos aos con el mismo chochito; todo un rcord para m. Pero es quela Jenny haca que aquella pequea condena mereciese la pena. Esa chica tiene las tetasms grandes y perfectas que jams haya mamado. As que, despus de dos aosconmigo, se mereca una sorpresa. Y lo tena todo planeado. An medio sopa en la cama,empec a darle vueltas a los detalles. Cuanto ms pensaba en ello, ms me apetecaponerme manos a la obra. As que me tir de la piltra, me zamp unos Cheerios conlechecita fresca para cargar bien la pluma, pill los botes y me lanc a la puta calle.

    Segua lloviendo y la tribu de la corbata tena colapsada la puta carretera que cruzami barrio. Me cal la capucha, esquiv como pude los putos bugas y llegu junto al murode ladrillo rojo. Busqu aquel lugar en el que no quedan ya cristales rotos. Tom carrerillay de un salto logr agarrarme al desgastado filo de la tapia. Los botes tintineaban en la

    mochila que colgaba a mis espaldas. Me impuls con los brazos y patale con los pinreleshasta que logr cabalgar la muralla. Me descolgu por el otro lado y me dej caer sobre elbarro y la mierda que se acumula all. Chapote sobre los charcos de lodo hasta laalambrada. All, busqu la parte cortada, la levant y pas a gachas. Tuve que esperar aque se largasen dos cercanas que circulaban en sentidos opuestos, cruc las vas yllegu por fin al muro de hormign. Y sonre, siempre lo hago cuando veo el muro. To,aquel paredn es una verdadera obra de arte. El lienzo de toda una generacin de artistasdel barrio. Una creacin con vida propia que evoluciona continuamente. All no pintanpringaos ni amateurs, all slo ves grafitis de calidad. Ech un vistazo a los nuevosdiseos mientras caminaba hacia mi trozo de muro, mi espacio personal. Una vez all,dej la mochila en el suelo y mir a izquierda y a derecha como antes de cruzar una

    avenida peligrosa; hay que hacerlo, aunque jams vi a ningn segurata por all. Pill unbote blanco, pues tena que cubrir mi anterior trabajo, que ya estaba viejo y anticuado. Mepuse el mp3 y le di con ganas al spray.

    Graffiti decorations, under a sky of dustA constant wave of tension, on top of broken trustThe lessons that you taught me, I learn were never trueNow I find myself in questionGuilty by association...

    Llevaba un par de horas pintando cuando me entr la gusa; pero no faltaba muchopara terminar. S, s, joder, me qued de puta madre. A Jenny le iba a encantar. Leflipaban los botes casi tanto como a m. Nos conocimos en una quedada de grafiteros, en

    pleno centro y con guripa por todos lados. Ella no pintaba, pero la pona mazo ver bailarlos sprays. Fue un da como hoy, hace ya dos putos aos! Esa noche me foll en losasientos de un vagn de metro sucio y apestoso como si llevase toda la vida esperando

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    aquel momento. Esa noche me qued pillao, enchochao como un puto mocoso. Perosiempre me lo he perdonado, por que mi Jenny era mi Jenny... y tena las tetas msgrandes y perfectas que jams hubiese mamado.

    Llevaba un par de horas pintando, pero merecera la pena. A Jenny le iba aencantar. Este menda, despus de echar un polvo, sola fumar un pito o me pona aroncar o cualquier otra cosa. Pero ella no fallaba; siempre, siempre, despus de follar

    sacaba el perolo por la ventana de mi cuarto y se quedaba mirando las pintadas delparedn de la va. Mi Jenny, dulcemente amodorrada an por el sexo, saboreaba el airefresco y hmedo de la calle mientras admiraba el mejor arte urbano de todo el puto barrio.Le molaban mazo mis grafitis, y my space en el muro queda justo enfrente de la ventanade mi cuarto. En eso consista mi sorpresa y mi regalo. Despus del polvo ms rico que lehubiese echado nunca, se asomara a la ventana y se encontrara con mi dedicatoria.

    Y termin. Nice... Volv a guardar los botes que an quedaban vivos en la mochila,me la ech a los hombros y me pir a jamar. El trfico ya cesaba y pude cruzar sin prisasel puto asfalto. Entr en el portal oscuro y tard unos segundos en distinguir la geta plidade mi vieja, que bajaba tiritando las escaleras.

    - Ya te abres?! -la grit, como si fuese sorda, o tonta.

    - Shiiii... -contest ella, sibilante. Me pregunt si sabra quin era yo, o si respondade manera automtica. Un maldito zombi. Mi madre no era ya ms que una malditasombra. Un espritu arrastrndose en el limbo, esperando al da en el que por fin loliberasen de aquel tortuoso encierro, esperando a morirse de verdad, a quemarse en elinfierno y desaparecer para siempre... Yo crea que vera aquel da, pero me equivocaba.

    Fre unos huevos y unas McCain en aceite requemado, lo ba todo de ketchup yme sent a papear frente a la tele. Poco despus de chupetear el plato vaco, me quedsobao en el sof. Cuando me despert un buen rato despus, me acord de mi cojonudografiti. Tena que comprobar si se vea tan cojonudamente desde all. Corr a mi cuarto,me puse de rodillas sobre el colchn chirriante y saqu la bola por la ventana. Habaparado de llover y sala el sol. El aire se respiraba fresco, an con el incesante trfico de

    los que volvan al curro despus de comer. A esa hora los trenes no pasaban tan amenudo y poda observar el muro sin interrupciones. Joder, realmente me haba quedadocojonudo. Era lo mejor que haba en toda la puta pared. Cuando lo viera la Jenny sepondra tan cachonda que me echara un doble kiki de luxe. Empec a imaginar mismanos acariciando aquellas tiernas y clidas tetas rosadas, casi poda sentir aquellospezones duros y sabrosos dentro de mi boca... Cuando un tocapelotas me cort el rollo,interponindose entre el menda y su obra de arte. Era un tipo alto, chaqueta de cuerodesgastada, pantalones vaqueros negros y botas de motero. Un maldito abuelo de unostreinta tacos. Qu coo haca ese pimpn en las vas? De dnde haba salido? Porqu coo se paraba justamente all, en mi espacio personal? Al principio pens queestaba admirando la pintura. Era lgico, me haba quedado de puta madre. Peroentonces, el hijo de la gran puta se sac un mini bote de la chupa y empez a pintarencima. Yo es que flip, no poda creerlo. Ese gamba estaba jodiendo mi masterpiece!Ese mierda estaba pidiendo a gritos que lo cosiera a navajazos...!

    - Pero qu hostias haces t, puto cabrn de los cojones?! Eh! Eeeh! -grit atodo pulmn, asomando medio cuerpo por la ventana. Pero en ese preciso momento, untren de mercancas pasaba rechinando sobre los rales, y mi voz se perdi casi al instantede abandonar mi garganta. La figura oscura desapareci tras la interminable columna decontenedores de acero, pero yo no estaba dispuesto a dejarlo escapar. Salt de la cama ysaqu la cheira del cajn de la mesilla. Me la met en el bolsillo los pantacas y salcorriendo escaleras abajo, hacia la calle. Escuch un par de pitadas a mis espaldas

    cuando cruc a toda hostia la carretera. Trep el muro ms rpido que nunca y franquela reja metlica casi como si no existiese. Estaba tan cabreado que no vi un cercanas quecasi me hace papilla. Sent que el silbato me perforaba los sesos y, justo en el ltimoinstante, pegu un brinco hacia atrs para apartarme de su camino. Casi caigo de culo y

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    tuve que esperar diez interminables segundos a que pasase el tren de los cojones. Paraentonces, el pibe ya no estaba. Cruc las vas, corr sobre la graba y los pedruscos degranito hasta llegar al muro. Hijo de puta... Ese maldito cabrn me jodi el corazn. Esepedazo de mierda putrefacta haba pintarrajeado un puto garabato justo encima. Micorazn tridimensional de ocho mil matices de rojo... violado por una vulgar eyaculacinde spray blanco mate. Hijo de puta, maldito cabrn...

    Transcurrieron un par de minutos hasta que volv a parpadear y logr apartar lavista de mi obra masacrada. Mir a la derecha. Hacia all los rales se extendan en lnearecta al menos cinco kilmetros. Mire hacia la izquierda. A unos cien metros comenzabanlos tneles, pozos oscuros como charcos de aceite. Por all... Sin apartar la vista de lastinieblas, intentando discernir la negra silueta que acababa de vomitar sobre mi creacin,met la mano en el bolsillo de los vaqueros y saqu la navaja. La apret con fuerza en elpuo y empec a correr hacia los subterrneos.

    Pronto dej atrs la plida luz del Sol. El sudor que surcaba mi frente qued heladoal instante por el fuerte viento que soplaba fro y ftido desde el interior de la galera. Elesfuerzo de la carrera, el eco ensordecedor de los trenes que pasaban a mi lado, laoscuridad, la puta escoria que malvive all tirada en cajas de cartn, aquellos ojos que

    espiaban desde las sombras, brillantes por el vino, brillantes como los ojos de las ratas...Me senta extrao. Qu coo estaba haciendo? Iba a solucionar algo si lograba pinchara ese cabrn de mierda? Primero tena que alcanzarlo. Segu trotando hasta encontrar elcorredor que me llev al exterior. El final del tnel luca frente a m cuando dej de correr,exhausto, y continu arrastrndome sobre la basura y los pedrolos con bastante dificultad.Las piernas me temblaban, me ardan los pulmones y el corazn estaba a punto deestallarme en el pecho. ltimamente haba fumado demasiada mierda, y el nico ejercicioque haca era follar con Jenny. Pero es que ltimamente tena que competir condemasiados camellos, haba comprado mucho costo y apenas pasaba suficiente parapagar los botes de spray. Respir hondo aquel pestazo a meados y vino rancio hasta quelogr calmar en parte mi corazn. Estaba ya decidido a abandonar aquella estpida

    persecucin cuando, por castigo del destino, me encontr con el tipo. Cruzaba el muro deladrillo por el agujero que da al mercado, el parque donde los yonquis pillan y se chutansu caballo. Ahora que estaba ms calmado, pens que lo de rajarle las tripas al pibe...bueno, quiz era una gilipollez. Pero tampoco era plan de volverse a casa y olvidar elasunto as como as. Decid seguirlo a cierta distancia. Dejamos las vas y tomamos elsendero embarrado. Saltamos la verja rota. Caminamos sobre la tierra mojada, sobrelatas de cerveza aplastadas, sobre bolsas y envases del McDonalds, sobre trozos depapel de aluminio chamuscado, entre los arboles podridos y la progresiva y glidaoscuridad de finales de Enero. Caminamos hasta alcanzar el paseo principal. Un caminode asfalto agrietado, bordeado de farolas rotas y bancos de hormign manchados deholln, de pintura y de mierda, deshechos por el vandalismo y el olvido. Parecamos serlos nicos all, solos l y yo en aquel asqueroso lugar. En invierno, los picotas suelen ir alotro lado del parque, junto al cementerio, donde pueden resguardarse mejor del aire fro.El tipo de la chupa de cuero pateaba cada vez ms despacio, as que me mantuve a unabuena distancia. No era necesario que me viese. Definitivamente, haba cambiado deopinin. Ya no quera enfrentarme con ese mierda. Aquel fro me quitaba las ganas hastade follar. Slo estaba algo intrigado. Aquello era muy extrao. Qu haca all? Era uncamello? Slo estaba algo intrigado. O quiz buscaba una excusa que me exculpase deser un cobarde, que me exculpase de hacer el gilipollas con todo eso de la persecucin.En realidad, lo que ms me apeteca era irme a casa y ver la tele, calentito bajo unabuena manta. Por fin, el tipo se par en medio del paseo. Ms nervioso que un gato, salt

    tras un rbol grueso desde donde le segu observando. All ola mazo a mierda humanadescompuesta por la lluvia. Estaba todo empapado y me entr un fro de pelotas, peropermanec all quieto, acechando en la oscuridad. El de la chupa de cuero se gir y echoun largo vistazo en rededor. Pareca mosca, y tem durante un instante que me hubiese

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    visto. Pero despus, se encendi un cigarro tranquilamente y sent su culo en el bancoque haba junto a l. Durante un minuto no ocurri nada, salvo que me entraron unasganas de mear horribles. Afortunadamente, no tard mucho ms en dar la ltima calada asu cigarro y lanzarlo al otro extremo del paseo. Sentado como estaba, volvi a mirar a sualrededor mientras buscaba otro pito en el interior de la chupa. Esta vez pill todo elpaquete. Jug con l durante un rato. Yo no poda ver bien sus manos desde mi

    escondrijo. Termin sacando un cigarro y echndoselo a los labios. Pero no lo encendi.Durante unos segundos me pareci que se rascaba el culo. Quiz buscaba el mechero enel bolsillo trasero de los vaqueros, pens entonces. Despus comprend que no era eso.Al final, se levant, encendi el pitillo, ech un nuevo vistazo al permetro y reanud sucamino a lo largo de la senda sombra. Yo continu echndole un ojo desde mi esconditehasta que desapareci de mi vista. Ya no pensaba seguirlo, haba tenido suficiente. Poresta vez le dejara vivir, me dije. Adems, no me apeteca en absoluto encontrarme conlos amigos de mi madre al final del paseo, all donde el cementerio. Sin embargo, algome impeda largarme sin ms. Decid fumarme un canuto antes de volver a casa. Meacerqu con desgana hacia el banco que acababa de dejar mi amigo y me despanzurren l. Mir mi alrededor como haba hecho aquel capullo, pero no vi una mierda. Qu

    coo esperaba encontrar all? Saqu el costo, arranqu un trocito y me hice un liao. Lonecesitaba... El fuego del mechero calent mis manos heladas. Lo prend y aspirprofundamente el aroma del hachs. Me puse cmodo, y disfrut del momento. Al menoshuele las flores, me dije. Recostado sobre el duro asiento, mis manos acariciaban la fra yspera superficie de cemento. Y fue de nuevo el maldito destino el que condujo mi manohacia aquella brecha. Estaba sentado justo sobre ella. El hormign se haba rajado,abrindose como una fruta madura y dejando una hendidura en la que caban mis dedos.All encontr el papel. Un papel grueso y fuerte con mil dobleces. Quiz era aquello loque estaba ocultando el gamba ese, cuando pareca que se rascaba el trasero? Quizcontena algn tipo de mierda, caballo, o pastillas? Comprob que no hubiese nadie cercaantes de estudiar mejor el escondite, pero no haba nadie, aquel sitio estaba muerto. Al

    principio no poda distinguirlo, el papel era oscuro y pasaba desapercibido en aquel lugardentro del cemento. Met los dedos y lo saqu de all. Lo desplegu con cuidado, para noderramar el posible contenido de aquel improvisado envoltorio. Pero nada, no haba nada.Era slo una maldita cartulina fina, fabricada de una especie de papel cebolla. Sobre lasuperficie negra haba escritas algunas lneas en tinta blanca. Haca rato que la nochehaba cado, y la nica luz era la de los rayos de luna que lograban cruzar con xito lasramas desnudas y enmaraadas de los rboles. Para poder leer el mensaje, tuve queacercarme tanto la hoja que casi la tocaba con la punta helada de mis napias. Pero nada,no haba nada. Era una puta sopa de letras, alguno de esos juegos japoneses de moda.Letras y nmeros colocados al azar, agrupados en palabras de cinco, formando un bloquede basura sin sentido. Desilusionado, dej esa mierda a un lado y disfrut de las ltimascaladas del petardo. Todo era paz y hierba hasta que escuch el arrastrar de unoszapatos por el asfalto hmedo del paseo. Mir a mi izquierda y distingu la silueta delvampiro. Apenas vea un cojn, pero por los tumbos que daba de un lado al otro delcamino, estaba claro que era uno de esos putos pinchotas. Una repulsiva marionetaesqueltica, manejada por un titiritero borracho. Slo cuando pas frente a m pudedistinguir su rostro plido y consumido por el jaco. Y era mi vieja... El mundo es una putae inmensa mierda que tienes que tragar cada uno de los putos das de tu puta vida. Ladej pasar, pasar, pasar. Ojal pasase tanto de largo que llegase al fin del mundo. Y pasun rato en blanco. Hasta que el peta se consumi.

    - Auch! -grit en medio de aquella soledad. La puta brasa del canuto haba

    alcanzado mis dedos. Lanc la colilla tan lejos como pude. Me tumb sobre el frohormign resquebrajado y respir el aire fresco y hmedo de aquel maldito lugar, uno tanmalo como cualquier otro. Me senta cada vez peor y comprend que si segua all un ratoms me congelara como los putos borrachos. Encend un pito, pero sin sorpresa ya no

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    me saben bien. Me volv a sentar bien recto, tena la espalda helada, joder. Termin poraburrirme del cigarro y lo arroj al otro extremo del paseo. Observ durante unos minutosel resplandor rojizo hasta que se consumi por completo. Me dispona a levantarmecuando mi vista alcanz otro objeto brillante un poco ms all de la colilla. Las nubesnegras ocultaban la luna llena en lo alto del cielo. Sin embargo, no me hizo falta ms queun vistazo para distinguir las caractersticas lneas reflectantes del uniforme de la poli

    local. Mareado y asqueado, enfermo por el fro y la carrera, an no estaba acabado.Reaccion suficientemente rpido, e hice como que no haba visto a ese maricn demierda. Pero all estaba el cabrn del madero, husmeando en las tinieblas, detrs de losmatorrales. Y all el menda con una navaja y una enorme piedra de hachs encima, joder.Mientras me coma la olla inventando algn plan para deshacerme del material, mismanos encontraron la solucin. La raja en el cemento. Con disimulo y apoyado por lacomplicidad de la noche, logr sacar de mis bolsillos el material y llevarlo a la grieta. Porsupuesto, la intencin era recuperar mi mierda al da siguiente, por lo que debaesconderla bien si quera evitar que algn capullo se la encontrase all por casualidad.Con la mano insensible por el fro, embut mi inversin todo lo profundamente que pudeen aquel escondite improvisado. Tem entonces que el brillo de la navaja cromada pudiese

    llamar la atencin an all dentro. Entonces record la estpida cartulina negra. Si la ponaencima, nadie podra ver mis cosas. Con la habilidad de un nigromante y con la miradaperdida en el cielo iluminado apenas por la Luna, mis manos plegaron de nuevo la hoja yla metieron en la grieta. Jodido pitufo de los huevos. Qu coo haca all escondido?Acaso no tena putas a las que extorsionar aquella maldita noche? Pero qu importabaya. Estaba limpio y poda largarme de una puta vez a mi puta casa. Levant mi culoinsensible por el fro y recorr el paseo tan sosegadamente como mis nervios me lopermitieron. Alcanc a mi madre en la pasarela metlica que cruza las va del tren, al finaldel parque. Marchaba tan penosamente, apenas guardando el equilibrio lo suficiente paramantenerse en pie, que nadie hubiese podido creer que llegara lejos. Sin embargo, elcaballo parece mantener a sus vctimas tensas como putos alambres. Les miras a la cara

    y piensas que maana estarn muertos. Pero no, siguen ah, como robots, como plantasde interior, como una colonia de bacterias. Acompa a mi vieja a keli y prepar la cena.Jenny lleg del supermercado un rato despus. ltimamente pringaba horas extras.

    - Joder cari, ahora no me apetece -me dijo, y dej de masajearle las tetas-. Hazmeun peta, porfa.

    - Es nuestro aniversario, mi amor... -protest. En parte la comprenda, iba al colepor la maana y despus a currar en aquel supermercado de barrio infestado de marujasy cucarachas. Finalmente, me resign y salt de la cama para rebuscar en el cajn de laropa interior, hasta encontrar mi china de reserva. No me gustaba dejar nada demasiadointeresante en casa, porque mi madre tena un instinto especial para las drogas. No esque se fuese a fumar mi material, pero no sera la primera vez que venda algo de mipropiedad para comprar caballo. La resina estaba mazo dura, pero despus de todo noresult un mal porro. Nos lo fumamos a pachas, apagamos el chiringuito y nos fuimos alsobre. Vaya puto da, pens entonces. Y me alegr de que terminase, incluso sin polvo debuenas noches.

    Me despert y la Jenny me estaba chupando la polla. Hay mejor manera desaludar al nuevo da? Despus le com su golosina, y qu ganas tena. Follamos duranteuna deliciosa hora. Y cuando por fin consegu que se corriese, me qued echado en lacama, empapado en sudor y con el corazn palpitando a mil por hora. Ella se puso derodillas sobre la cama y los muelles chirriaron un poco ms. Abri la ventana y el aire froinvadi la habitacin.

    - Ey! Cari! -dijo en tono agudo y meloso- Un corazn! Me has pintado uncorazn, con mi nombre y la fecha!- Ah, s... Te gusta? -No me apeteca hablar, la verdad. Solo quera dormirme en

    aquella cama calentita e impregnada con el olor del sexo. Pero ella insisti.

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    - S! Mola mazo! -Bueno, al menos iba a follar otra vez, me dije- Y ese kanji?- Lo qu?- S, el smbolo japons ese, en blanco...- Ah, eso... -As que era eso? A ella se le daban bien esas gilipolleces japonesas...- Queda un poco... raro. Parece que no pega...- Lo s, amor. Yo...

    - Ichi basho... Es lugar uno en japons... -se volvi hacia m, sonriente, y me dijo-Es que soy la nmero uno en tu corazn, cari?- Claro, mi amor -la contest-. Tu eres la nmero uno, y siempre lo sers para m.- Joder... -se sent a horcajadas sobre m, me mir fijamente durante un rato y, al

    fin, me dijo:- Te amo, cari... Te quiero mazo...Me empez a dar picos y termin mordindome los labios. Frotaba su pelvis contra

    la ma. Yo agarraba sus caderas, y sus tetas, y su culo, y sus muslos. Su piel era tansuave, estaba tan caliente... Me puse a mil. Ella apretaba su almeja contra m bolo, hastaque volvi a crecer y se me puso dura como una piedra. Ella se mova encima, empujabacon fuerza, apretaba sus muslos contra mi cuerpo hasta que logr que penetrase en ella.Entonces comenz a mover su cadera arriba y abajo, y en crculos. Yo arque mi espalda,

    empuj tambin con todas mis fuerzas. Nuestras bocas se unieron y no se separaron launa de la otra, al igual que nuestros cuerpos. Y fue mi mejor polvo... Y fue el ltimo.

    Cuando Jenny se march, volv a dormirme. Me despert hambriento. Haca sol ytodo era perfecto. Haba ciertos asuntos que resolver y tena ganas de ponerme manos ala obra cuanto antes. Es increble lo que puede hacer un buen polvo. Primero ira almercado, a recuperara la cheira y mi hachs. Despus arreglara el grafiti, y si mecruzaba con el hijo puta de la cazadora, por Dios que se llevara una pualada. Por latarde ira al insti a pasar chinas. Estaba seguro de que aquel era mi da. Vendera todo loque no haba vendido las ltimas semanas. Era imposible tener dos putos das chungosseguidos. Ahora me tocaba tener suerte. Cog la mochila y baj las escaleras de dos endos. En el parque no se vea a nadie. Llegu al sendero y despus al asiento de

    hormign. Mi mercanca segua en aquella brecha, donde la haba dejado. La resinaestaba pegajosa. La humedad haba penetrado en la bolsita de plstico. Pero eso tenaarreglo, y era toda ma de nuevo. Me la guard en los pantacas y corr hacia las vas,hacia el paredn. Cuando llegu all, dej la mochila en el suelo, saqu un bote ycomenc a reparar el destrozo. An no entiendo cmo mierdas se pudo acercar tanto a msin que me diese cuenta. Pero cuando termin de borrar el maldito garabato japons demi corazn, aquel cabrn ya llevaba un rato a mis espaldas.

    - Eh, t, mocoso... -dijo con voz spera, como la de un fumador empedernido.Cuando me volv, vi a un madero de la local, chato y con un mostacho enorme.

    Llevaba la gorra calada hasta las orejas y unas enormes gafas de espejo. Por lo dems,era como el resto de maderos. Me iba a cachear, lo saba, y no poda permitirlo. Lanc unchorro de spray a su cara de cerdo y sal echando hostias hacia los tneles. Pens queese gordo de mierda jams me alcanzara. Corr por los lbregos pasadizos sin miraratrs, cruzando de uno a otro, escabullndome por estrechos corredores para perderlo devista. Sin embargo, no dej de escuchar sus pisadas sobre la graba, siempre demasiadocerca, y cada vez ms cerca. Quiz no estaba tan gordo... El tnel era estrecho y a misespaldas atron el claxon de un tren de mercancas. Saba que tendra espacio suficiente,pero el instinto me oblig pararme y mirar atrs. Fue entonces cuando me alcanz y megolpe en toda la mocha con la culata del revolver.

    *

    - No s de que me hablas, tronco, te lo juro! -le repito. Me tiene atado de pies ymanos a una silla metlica. Me despert en la maldita silla de esta manera, con la sienpalpitando por la hostia. Es un cuarto estrecho y oscuro. La nica luz llega del foco que el

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    madero ha colocado frente a mi jeta. No para de gritarme, pero yo slo escucho los trenesque se acercan y se alejan. Debemos de estar en algn recoveco perdido de las galeras,en algn tipo de cobertizo subterrneo para los del mantenimiento de las vas. El tipo mepregunta una y otra vez sobre cosas que no comprendo. Estoy empezando a dudar deque sea poli. Le he contado toda la historia dos veces ya, y el cabrn no escucha unapalabra de lo que le digo. Las bridas de plstico con las que me tiene amarrado se me

    clavan en la piel y me cortan la circulacin. Quiero irme de aqu, me estoy meando vivo.-Necesito mear, to! Esto es ilegal!- No me gusta que jueguen conmigo... -me dice ahora con voz queda- Si no

    colaboras, pequeo saco de mierda, daremos por acabado el contacto y procederemos ala limpieza, me entiendes? El mensaje de ayer es una puta mierda, como lo era elanterior. He perdido a dos compaeros en la embajada turca y el KUDESK est a puntode cortarme los cojones. Los datos eran imprecisos... mucho peor que imprecisos. Y meimporta una mierda si t eres nicamente su mensajero, me entiendes? Debemosaclarar este malentendido. Si no colaboras te voy a cortar las pelotas -me dice, haciendobrillar un enorme cuchillo de carnicero. No me haba fijado antes en sus enormes manosde gorila. Es una hoja puntiaguda, mellada y corroda. La mueve frente a mis ojos, y yo

    los cierro, los cierro tan fuerte como puedo. Pero noto eso en mis tripas, y no soy capazde aguarlo ms ah dentro, no aguanto ms. Me tiemblan las piernas, las junto con todasmis fuerzas y dejo de respirar. Pero se me escapa. Se me escapa y siento el calor y lahumedad. Y entonces se escapa an con ms fuerza. Y empiezo a lloriquear.

    - Te juro... te juro que yo no... yo no dej ese papel all! El de la chupa... fue el dela chupa! Yo slo escond mi costo! Pero... pero ahora es tuyo, to... todo para ti, lo tengoen el bolsillo... Para... para qu os iba a colocar yo esa... esa cosa? No trabajo paranadie... Vendo mi... mierda... vendo mi mierda yo slo, joder...

    - Sabes? Tienes razn -me dice con cara de asco, tras apartar la vista de misvaqueros mojados-. No creo que haya nadie tan estpido en este negocio. Los que noshan jodido jams utilizaran a un mocoso como t... -Su tono ha cambiado. Ya no es

    amenazante, es... parece incluso compasivo. Por un segundo veo la luz. Quiz salga deesta, quiz...- No obstante -contina tranquilamente-, debo deshacerme de ti,comprendes? Tenemos que dejar esto limpio y desaparecer cuanto antes. De modoque... lo siento, mocoso... -me dice, y desaparece a mis espaldas. No pienso en nada. Nosiento nada. Tengo los miembros dormidos y mi alma congelada. Y entonces siento supoderosa manaza que me empuja la frente hacia atrs, mi cuello est tan tenso que soyincapaz de gritar. La luz del foco me ciega por completo. No escucho otra cosa que ellatido de mi corazn sobre el ruido sordo de un tren que llega. Entonces siento el froacero sobre mi piel. El mellado filo del cuchillo se desliza rpidamente sobre mi garganta.Sangre. Mi boca se llena de sangre. La sangre comienza a inundar mi garganta. Intentotragar, pero es demasiada y me ahogo. La sangre llega a mis pulmones y empiezo atoser. Me asfixio, toso y la sangre escapa a borbotones de mi boca y mi nariz. La manome suelta. El tren se aleja. La luz se aparta de mis ojos cuando mi cabeza cae sobre elpecho. Y veo toda esa sangre sobre m. No, ste tampoco ha sido un buen da. Pero noimporta, porque unos segundos ms tarde ya la he palmado...

    Fin

    Csar Casanova LpezMadrid, 2 de Mayo de 2009

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