El museo de la fotografia como una paradoja. Heterotopias

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    heterotopas para explicar las relaciones entre los

    lugares y las cosas como un tejido variado de moti-

    vos que se entrecruzan de modo flexible y diverso

    en los ejes de tiempo y espacio. Las heterotopas

    tienden a la equivocidad porque arruinan la sinta-

    xis del discurso al densificarlo. En consecuencia,

    desafan toda posibilidad de gramtica.4 Es pre-

    cisamente esta cualidad de aparente carencia de

    unicidad y de lgica

    discursiva que hace

    que resulte pertinen-

    te su aplicacin al

    caso de los museos,

    en general, y al caso

    de aquellos dedica-

    dos a la fotografa en

    concreto.

    Desde los inicios

    de la fotografa ha

    sido complicado

    definir su naturaleza

    debido a su simul-

    tnea pertenencia aparadigmas que se

    consideran contra-

    dictorios en nuestra

    cultura: el Arte y la

    Ciencia. Mientras

    que, por un lado, se

    pensaba que era el

    medio ideal para constatar la realidad (ciencia

    = objetividad, documentacin) por otro lado

    resultaba evidente que la fotografa era un medio

    de representacin ms para crear o construir im-

    genes (arte = subjetividad, expresin). Esta doble

    naturaleza del medio fotogrfico tendr su ecoen la entrada del medio a los museos: las im-

    genes fotogrficas servirn tanto para reproducir

    objetos y documentar hechos cientficos como

    para constituir, por s mismas, colecciones como

    obras artsticas. Un ejemplo de esto fue la incor-

    poracin de imgenes fotogrficas a las Colec-

    ciones de Ciencia del Museo de South Kensington

    de Londres, que en 1900 tomara el nombre de Vic-

    toria and Albert Museum y que fue uno de los prim-

    eros museos que utilizaron, exhibieron, compraron

    y promovieron fotografa en el mundo. Al mismo

    tiempo que en este museo se exhiban los apara-

    tos fotogrficos como innovaciones tecnolgicas,

    tambin se utilizaban las imgenes fotogrficas

    como medio de registro e ilustracin de fenme-

    nos, lugares y objetos. Mientras que algunas de

    aquellas fotografas

    podran asociarse

    con logros tcnicos

    o cientficos, por

    ejemplo, las obteni-

    das por Herschel

    en 1839 a travs

    de un telescopio o

    algunos daguerro-

    tipos instantneos

    de Pars de 1840,

    otras imgenes de

    la misma coleccin,

    como los papeles

    salados de FoxTalbot o de Gustave

    Le Gray, seran cla-

    sificadas hoy como

    artsticas.5

    Si el medio

    fotogrfico tiene un

    carcter heterotpi-

    co, tambin el museo comparte la misma cuali-

    dad. Los museos modernos, estatales y pblicos,

    surgen a principios del siglo XIX de manera simul-

    tnea a la invencin de la fotografa. Como efecto

    de la Revolucin Industrial y de los movimientos

    sociales y polticos de fines del siglo XVIII, se gen-er la necesidad de democratizar la enseanza, de

    ampliar la participacin poltica del ciudadano y

    de introducir opciones de ocio o entretenimiento

    para las masas. Tambin naci un pblico burgus

    con capacidad adquisitiva para comprar arte. Bajo

    un fuerte impulso estatal, los museos europeos

    de Arte y Ciencia se crean con el doble propsito

    de resolver las anteriores necesidades sociales y

    Robert Doisneau, concienzudo explorador y

    experimentado fotgrafo documentalista de los

    suburbios parisienses, asevera en la frase anterior

    que el lugar propio para admirar visualmente

    algo es el museo. En cambio, pone en duda que

    un puente, mirador convencional del paisaje, sea

    un sitio para disfrutar la vista de nada. Su cita

    sugiere que las cualidades evidentes de las cosas,

    aqullas que se consideran certeras, razonables

    y, por ello, carentes de un factor subjetivo o

    emocional, pueden ocultar una paradoja tras su

    naturaleza obvia.

    La frase de Doisneau contiene una concienciaimplcita de la visin como representacin, ya que

    lo que puede verse en el museo no es un paisaje

    ms o menos natural sino un producto humano

    altamente culturizado. Lo que se ofrece a la vista

    del visitante de museos es un discurso histrico

    o arqueolgico en el que se codifican los valores

    de una cultura en un determinado tiempo. Sin

    embargo, si vamos ms all que Doisneau y

    cuestionamos la aparente naturaleza ordenada y

    racional del discurso musestico, acabaremos por

    darnos cuenta de una cierta cualidad paradjica:

    no es confuso para el pblico de los museos

    actuales, ver objetos heterogneos y dismbolos,de distinta procedencia, tcnica y funcin, exhi-

    bidos todos bajo la nica etiqueta de fotografa?

    no resulta en perplejidad por parte del pblico

    la valoracin como arte de algunas de esas

    imgenes? bajo qu parmetros de evaluacin

    comparten espacio, en los museos posmodernos,

    obras producidas manualmente, como las pin-

    turas, con otras imgenes, las fotogrficas, que

    aparentemente niegan el concepto tradicional

    de obra por ser productos de una tcnica de

    reproduccin mecnica y automtica?

    Es imposible analizar el carcter paradjico

    de los museos contemporneos, y en especial, de

    aquellos dedicados a la fotografa, si se sigue una

    lgica analtica. Por ello, pedir prestada la nocin

    de heterotopa de Foucault para describir la natu-

    raleza, historia y funciones de los museos fotogr-

    ficos. Aunque en su texto, Espacios diferentes,

    Foucault incluye una mencin a los museos como

    heterotopas, no desarrolla el argumento ms all

    del ejemplo.1

    Mi eleccin de desarrollar el temaen profundidad obedece a que su concepto de

    heterotopa permite, en primer lugar, aprehender

    el carcter paradjico del museo sin sobre-sim-

    plificarlo y, en segundo lugar, sugiere lneas alter-

    nativas de reflexin acerca de las conflictivas

    relaciones entre las n ociones de arte, fotografa

    y museo.

    Mientras que para Foucault la utopa es un

    emplazamiento sin un lugar real, un sitio en que

    la sociedad se refleja perfeccionada o deformada

    en su idealidad, la heterotopa sera una especie

    de utopa realizable en la que se contienen, yux-

    taponen y anulan diversos lugares localizablesy concretos2. La amalgama y superposicin de

    cualidades contradictorias o paradjicas inher-

    ente a las heterotopas difiere de la superficie

    ideal y organizada de las utopas pero, sin embar-

    go, las contienen: en ellas se da una relacin de

    conjuncin [esto y/o lo otro] entre dos cualidades

    y no de disyuncin [esto o lo otro].3 Foucault

    propone esta propiedad contradictoria de las

    Eduardo Garca. lbum de fotografas. Museo Regional de Puebla, 1976.Archivo de la Fototeca de la Coordinacin Nacional de Conservacin del Patrimonio Cultural, INAH.

    EL MUSEO DE FOTOGRAFA COMO HETEROTOPA: APUNTES SOBRE UNA PARADOJA

    Laura Gonzlez Flores

    Para Gonzalo, empedernido dibujante de la teatralidad de la vida.

    Son peligrosos los tipos con certezas: nada de emocin ni de factor de desorden.Un puente no es un sitio para admirar nada. Para eso estn los museos, como hay otros que dicen cuando ven a dos enamorados

    besarse en la calle: para eso estn los hoteles.

    Robert Doisneau, Trois secondes d'ternit.

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    viadas por escoger como uno de sus blancos

    centrales al mismo museo, terminaron por entrar

    en ste. Hasta la fecha el museo ha seguido con-

    stituyendo el paradigma definitorio, legitimador

    y guardin del Arte. La crtica de las vanguardias

    podra entenderse, por lo tanto, ms como una

    crtica a los principios de representacin del

    Arte que como una oposicin al funcionamien-

    to social/cultural de ste. La fotografa, tcnica

    considerada por Baudelaire y otros crticos del

    Arte por el Arte como la anttesis de la artistici-

    dad, entra finalmente al museo como un gnero

    artstico ms del Arte Moderno. As, el museo

    de fotografa moderno podra entenderse como

    el lugar en el que se legitimiza como Arte la

    tecnologa industrial y masiva de produccin de

    imgenes y se institucionalizan las desviaciones

    de la convencin de autonoma (o no funcio-

    nalidad) del Arte: las fotografas de reportaje,

    personales, pornogrficas, de violencia, enfer-

    medad, etc. El museo de fotografa podra entrar

    en las heterotopas de desviacin por contener

    no slo imgenes mecnicas y automticas sinotambin funcionales. Cmo, si no, podra jus-

    tificarse la exhibicin de las imgenes de nota

    roja de Enrique Metinides dentro de un contexto

    artstico?

    2. Transformacin

    Al evolucionar histricamente, las sociedades

    trastocan la estructura de las heterotopas trans-

    formndolas. Los espacios heterotpicos aban-

    donan su estructura y su papel convencional

    para asumir una nueva funcin. En esta direccin,

    el desarrollo histrico del museo de fotografa

    sera un caso claro de este sentido de auto-trans-formacin. El Museo de South Kensington, antes

    citado, surgi de la Escuela de Diseo en 1835.

    Manteniendo la orientacin didctica, la Escuela

    se metamorfose, por influencia de Henry Cole,

    gestor oficial vuelto fotgrafo, en un museo popu-

    lista de artes aplicadas con una misin educativa y

    museolgica de influencia global.9Pero no slo el

    museo sino su contenido se gener de una trans-

    formacin: una parte importante de su coleccin

    fotogrfica se debi al traslado de 81 fotografas

    topogrficas de la Misin de las Fronteras de

    EEUU/Canad, un proyecto organizado por la

    Comisin Britnica de Fronteras, de las oficinas del

    Ministerio de Asuntos Exteriores al museo. Esta

    transformacin de funciones del espacio fsico

    y del contenido de los museos de fotografa es

    bastante comn. Como en el caso anterior, la

    mayor parte de las colecciones fotogrficas de

    los museos surgieron de una metamorfosis de

    valor y de custodia de las fotografas de diversos

    archivos pblicos. Por el mero traslado al museo

    de arte de las antiguas colecciones de ciencia

    y tecnologa, archivos pblicos o bibliotecas,

    las fotografas adquieren un aura artstica: las

    fotografas de catedrales de Roger Fenton, por

    ejemplo, fungan en el Museo Britnico como

    documentos topogrficos, pero al trasladarse

    en 1860 a South Kensington pasaron a valorarse

    como obras artsticas.10

    Un ejemplo representativo de transformacin

    caracterstica del museo de fotografa como espa-cio heterotpico es el de la coleccin fotogrfica de

    la Biblioteca Nacional de Francia. Una de las ms

    completas y representativas del medio, esta colec-

    cin surgi del acarreo de los fondos del depsito

    legal, un decreto de 1793 que obligaba a entregar

    una copia de todo libro, grabado, impresin o

    fotografa que se publicara, circulara o vendiera en

    Francia.11Otro ejemplo posterior, que resulta bas-

    tante significativo es el de la Biblioteca Pblica de

    Nueva York. Por influencia de Julia Van Haften, bib-

    liotecaria de la divisin de Arte y Arquitectura, los

    libros originales con fotografas de autores como

    Charnay, Gardner, LeSecq y Salzmann dejaron deestar en secciones como arqueologa, castillos,

    ornamentos islmi cos, etnografa y geologa

    para constituir un flamante departamento de

    fotografa.12 Pero ms all de un cambio de cla-

    sificacin temtica (por ejemplo, Frances Frith deja

    de clasificarse como Egipto para ser Fotografa

    de misiones topogrficas del S. XIX), las foto-

    grafas se han podido someter a transformaciones

    de generar una promocin de la industria a travs

    de una difusin de sus innovaciones tcnicas.

    La mayor parte de los museos como el de South

    Kensington, el Museo Britnico, el Conservatorio

    de Artes y Oficios de Pars o el Smithsonian

    comenzaron con colecciones de historia natural

    asociadas a colecciones de objetos artsticos.6

    La incorporacin de la fotografa al museo

    obedeci no slo a la necesidad de documentar

    fenmenos o de contar con facsmiles de objetos

    de otras colecciones sino a la exigencia concreta

    de obtener especmenes al precio ms barato

    posible. Aunque es bien conocida la calificacin

    que Walter Benjamin hace del objeto de museo

    como elitista por poseer un valor de culto

    versus su reproduccin mecnica, que tiene un

    valor expositivo y es ms accesible al pblico

    general, la realidad es que muy pocos de los

    primeros museos tuvieron objetos originales o

    de culto. La mayor par te de los museos ms bien

    exhibieron, en sus inicios, colecciones de copias

    fotogrficas de obras de arte de otros museos

    (por ejemplo, uno de los primeros proyectosfotogrficos del Museo de South Kensington

    fue el de hacer copias de las obras del Louvre).

    Dado que la funcin principal de los museos de

    Arte y Ciencia y de los gabinetes de curiosidades

    (Wunderkammer) del siglo XIX fue didctica, el

    hecho de que la mayor parte de sus objetos en

    exhibicin fuesen reproducciones no era impor-

    tante. La valoracin del carcter original de los

    objetos se dar ms tarde, entre finales del siglo

    XIX y principios del XX, cuando se genere una

    conciencia de la autonoma del arte con la teora

    y la crtica moderna. Entonces s se separarn las

    colecciones de Arte de las de Ciencia y Tecnologay se recalcar el aspecto cultural de las prim-

    eras.7El caso del Museo de South Kensington es

    importante porque ya entre 1850 y 1860 se orga-

    nizaron exposiciones de fotografa, se cont con

    un servicio de reprografa fotogrfica, se contrat

    a fotgrafos profesionales para proyectos espec-

    ficos, se extendi un mecenazgo para la produc-

    cin artstica y se inici y organiz una coleccin

    de fotografas de arte. Los mltiples proyectos

    del museo que involucraron el uso del medio

    fotogrfico replicaron el carcter aparentemente

    contradictorio de la foto como ciencia (docu-

    mento, reproduccin) y arte (creacin, expresin).

    Lo mismo se comision y compr 80 obras a

    Julia Margaret Cameron que suscribi la serie de

    Locomocin Animal de Muybridge.8

    Con el objetivo de ampliar la discusin apli-

    car algunos de los principios propuestos por

    Foucault con relacin a las heterotopas al caso

    especfico del museo de fotografa. Tras la obvie-

    dad de su funcin principal (el museo es el

    sitio propio para admirar) el museo de fotografa

    posee la facultad de producir un muy comn

    efecto de perplejidad en el pblico masivo a

    partir de su discurso heterotpico (esto es Arte?

    por qu est esto aqu? cul es la diferencia

    entre esta foto y las mas o las del peridico, si

    parecen iguales?). Los siguientes puntos inten-

    tarn esclarecer este efecto.

    1. Crisis y desviacinTodas las culturas, sostiene Foucault, constituyen

    heterotopas. Y stas pueden ser de dos tipos:

    las de crisis, asociadas preferentemente a socie-

    dades primitivas y relacionadas con lugares de

    ritos de pasaje, y las de desviacin, en que

    quedaran inscritos aquellos lugares en los que la

    sociedad sita a los individuos desviados de la

    norma: clnicas psiquitricas, lugares de reposo,

    asilos, prisiones y por qu no el museo. La

    desviacin explicara, sobre todo en el caso del

    museo de fotografa moderno, el acento que las

    corrientes artsticas de la modernidad ponen en

    el carcter revolucionario y de ruptura de suspropuestas. La modernidad realza la importancia

    de la renovacin de las estrategias artsticas y

    propone un concepto de arte dialctico. Dada

    la irrevocable estructura de homogeneizacin

    ordenadora del museo parecera imposible inte-

    grar a ste lo revolucionario o desviado; sin

    embargo todas las vanguardias, esas tendencias

    rebeldes que podran haberse considerado des-

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    que involucran la enajenacin de su funcin prc-

    tica original: las fotos de Cartier Bresson dejan de

    ser documentos de la Guerra Civil para convertirse

    en iconos del momento decisivo, las fotos de

    Blossfeldt dejan la tipologa botnica para con-

    vertirse en series conceptuales y las fotos de Atget

    pierden su carcter

    de documentos para

    asociarse a la esttica

    surrealista.13

    La transformacin

    ms significativa del

    museo de fotografa

    como espacio hete-

    rotpico implica, en

    definitiva, una ena-

    jenacin de la funcin

    prctica y social de la

    fotografa. En su texto,

    Museo sin paredes,

    Andr Malraux atina

    a enfocar uno de los

    pilares sobre los quedescansa la logstica

    del museo: su homo-

    geneizacin y enajen-

    acin forzada de los

    objetos producidos

    por distintas culturas

    en distintos tiem-

    pos. Al hablar de un museo en que slo hay

    reproducciones fotogrficas, Malraux coincide

    con Benjamin cuando habla de que la obra, al

    fotografiarse, pierde propiedades como objeto.

    La tcnica reproductiva de Benjamin es para

    Malraux el estilo homogeneizador. En el fondo,ambos estn hablando de lo mismo: de la enajen-

    acin inevitable que implican las imgenes colo-

    cadas en el museo. Si a esta visin de Benjamin y

    Malraux agregamos la de Goethe en el Propylaen

    que habla de la separacin del objeto con su

    contexto, la de Adorno sobre la connotacin de

    muerte en lo museal o la de Foucault del objeto

    de museo como objeto arqueolgico, observa-

    remos que todos coinciden en ver la museidad

    como una alienacin definitiva del objeto de la

    esfera de la accin praxis y una insercin de

    ste a la esfera autnoma de la esttica teora.

    De aqu la apora y el reto del museo de foto-

    grafa: en una situacin de museo la praxis siem-

    pre se convierte en

    un objeto. As llega-

    mos a la paradjica

    situacin de que

    aunque el museo de

    fotografa se defina

    como un lugar pro-

    pio para difundir y

    admirar el medio, en

    realidad, al entrar la

    foto en el museo y

    reducir su potencial

    comunicativo a un

    mero efecto esttico

    tambin pierde, en

    una gran medida,

    su principal funcinsocial.

    3. Yuxtaposicin

    de varios espacios

    reales

    Segn Foucault las

    heterotopas tienen

    el poder de yux-

    taponer en un slo lugar real varios espacios

    incompatibles entre s. En ese sentido, el museo

    de fotografa es tambin una encarnacin del

    museo sin muros de Malraux: segn l, gracias a

    la reproduccin mecnica caracterstica de la fotopodran convivir manifestaciones estilsticamente

    heterogneas y discontinuas en el tiempo de la

    produccin artstica del Hombre:

    En nuestro museo sin paredes, la pintura, el fresco, las

    miniaturas, y los vitrales parecen pertenecer a una nica

    y la misma familia, pues todo por igual miniaturas, fres-

    cos, vitrales, tapices, placas escitas, pinturas, jarrones

    griegos pintados, detalles e incluso estatuas, se han

    convertido en lminas de color...14

    En las paredes del museo de fotografa se

    encuentran, lado a lado, obras cuya orientacin

    conceptual o estilstica puede llegar a ser opuesta

    o contradictoria, pero que presentan una super-

    ficie homognea debido a su misma gnesis

    tcnica. Hemos puesto ya el ejemplo de la con-

    tigidad que se daba en los museos del siglo XIX

    entre fotos de orientacin cientfica y artstica.

    En el siglo XX compartirn el espacio del museo

    imgenes fotogrficas de distintas procedencias,

    funciones, gneros y concepciones tericas. Es

    muy comn ver en los museos de fotografa

    imgenes modernas asociadas a una bsqueda

    formal-esttica al lado de imgenes posmoder-

    nas con una orientacin conceptual y lingstica.

    Mientras que cada tipo de fotografa puede com-

    prenderse en s misma sin el influjo de la otra,

    la yuxtaposicin de varios tipos de fotografa

    complica el discurso museogrfico, confunde al

    pblico y resalta su carcter heterotpico.No slo el museo de fotografa sino tambin

    el museo de arte contemporneo en que se

    exhibe fotografa se presenta como un espa-

    cio dialctico de convivencia de opuestos: el

    Espritu hegeliano del Arte manifestado en la

    gestualidad fsica del autor (por ejemplo, el

    expresionismo abstracto) comparte paredes con

    su opuesto torico, el gesto lingstico del autor

    propuesto como Arte que aparentemente niega

    el concepto tradicional de obra-de-arte-hecha-

    por-un-autor (por ejemplo, el Arte conceptual,

    Arte povera, Fotografa, etc.). En los museos de

    la era posmoderna es comn ver a la Pintura, elgnero moderno de Arte de museo por excelen-

    cia, al lado de la Fotografa, esa tcnica de repro-

    duccin mecnica que Delaroche, Baudelaire

    y Benjamin vean como la amenaza misma del

    gnero pictrico. El museo constituye una de las

    ms claras manifestaciones del concepto mod-

    erno de Arte. Por un lado, separa claramente el

    objeto artstico de su contexto original, colocn-

    dolo en una esfera autnoma, fuera de la historia.

    Por el otro, se presenta como un producto de la

    condicin crtica de lo moderno al tener la capa-

    cidad de asimilar las crisis sucesivas de los mov-

    imientos artsticos adjudicndoles una cualidad

    de momentos creativos o estilos.

    Queda fuera del alcance de este texto descri-

    bir las operaciones a las que se somete a las foto-

    grafas para que stas adquieran un aura artsti-

    ca que justifique su insercin en el museo. Baste

    con afirmar que el museo, como institucin, tiene

    una capacidad probada de asimilar una diver-

    sidad de propuestas al revestirlas con el barniz

    homogneo de objetos de coleccin y contem-

    placin. Al materializarse a partir de la idea de

    acumularlo todo,... de constituir una especie de

    archivo general,...de encerrar en un lugar todos

    los tiempos, todas la pocas, todas las formas,

    todos los gustos, el museo es, para Foucault, un

    lugar inaccesible a la mordedura del tiempo. El

    museo es un almacn de tiempo que est, sin

    embargo, fuera del tiempo. Por ello, Foucault

    sostiene que muy a menudo las heterotopas,espacios mltiples, coinciden con heterocronas,

    tiempos mltiples.15 Esto resulta de la ruptura

    del hombre con su tiempo y espacio tradiciona-

    les. Otra paradoja: aunque el museo yuxtapone

    varios espacios reales, el espacio que resulta es

    ficticio, utpico y abstracto. Un espacio/no espa-

    cio que contiene un tiempo/no tiempo.

    5. Cerrazn y apertura

    Las heterotopas contienen, al mismo tiempo,

    sistemas de apertura y cerrazn que las aislan

    y las vuelven penetrables. Por un lado, sostiene

    Foucault, no se puede entrar a ellas ms que conpermiso, reuniendo una serie de condiciones y

    haciendo determinados gestos. Qu ms claro

    ejemplo que los museos: aunque se construy-

    eron con un fin didctico y con un inters de

    alcanzar a un pblico masivo, su contenido se

    aleja de lo pedaggico y excluye precisamente

    a esa audiencia por su indudable sofisticacin e

    innegable equivocidad conceptual. Aunque el

    Ricardo Castro. Daguerrotipo en proceso de restauracin. Museo Regional de Chiapas, 1984.Archivo de la Fototeca de la Coordinacin Nacional de Conservacin del Patrimonio Cultural, INAH.

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    Signos que se presentan como objetos y que

    enmascaran su constructibilidad y su ideologa.

    Ilusiones que se suman para formar una memoria

    colectiva, sa que no hemos experimentado pero

    que recordamos como si la hubisemos vivido y

    visto.

    Pensar en el museo fotogrfico como heterotopa

    permite asociar aquellos aspectos conflictivos

    de la naturaleza de la fotografa con la compleja

    y a veces contradictoria funcionalidad de los

    museos fotogrficos. En el museo de fotografa

    salen a la luz aquellos rasgos ocultos del medio

    que sostienen su potencial de ilusin, verdad,

    memoria, engao, fascinacin. Paradojas de la

    visin: a travs de heterotopa, Foucault entiende

    al museo, como Doisneau, como el mejor y ms

    cabal mirador de la realidad.

    NOTAS:1 Michel Foucault, Espacios diferentesen Esttica, tica y hermenutica(Barcelona: Paids, 1999) pp. 434 435.2 Ibid.3 Octavio Paz, La nueva analoga: Poesa y Tecnologa(1967) en El signo yel garabato (Barcelona: Seix Barral, 1991) p. 20.4 Michel Foucault, Las palabras y las cosas. Una arqueologa de las cienciashumanas. (Mxico: Siglo XXI, 1997) p. 3.5Anne Mc Cauley, Invading Industry. The South Kensington Museumand the Entry of Photographs into Public Museums and Libraries in theNineteenth Century en The Museum and the Photograph (Williamston,MA: Clark Art Institute, 1998), p. 53.6 Ibid. p. 557 Idem.8 Mark Haworth-Booth, The Museum and the Photograph. CollectingPhotography at the Victoria and Albert Museum, 1835-1900 en TheMuseum and the Photograph, Ibid. pp. 10-19. 9 Haworth-Booth, Ibid.10 Haworth-Booth, p. 14.11 Mc Cauley, Ibid. pp. 42-43.12 Douglas Crimp. The Museums Old/ The Librarys New Subjecten Richard Bolton, ed. The Contest of Meaning. Critical Histories ofPhotography (Cambridge, MA: MIT Press, 1989), p. 7.13 Tras la publicacin de las fotos de Atget en Surrealismo y pintura deBreton y de las de Blossfeldt en Minotauro de Bataille, la obra de ambosautores cambi de adscripcin en el discurso museogrfico posterior:su intencin original como documentos qued eclipsada por una nuevaorientacin conceptual.14 Malraux citado por Owens en Sobre las ruinas del museoen Hal Foster,ed. La postmodernidad (Mxico: Kairs, 1986) p. 86. Versin inglesa en Onthe Museums Ruins.15 Foucault, op.cit., pp. 438-439.

    museo presenta la apariencia de una apertura es,

    ms bien, una cerrazn. Mientras que se crea la

    sensacin de entrar en una realidad, por el mismo

    hecho de entrar a l se est en una ilusin. Qu

    ilusin mejor construida que las de las imgenes

    fotogrficas que, por su misma naturaleza, pervi-

    erten nuestra percepcin al producir en nosotros

    un efecto de realidad? Qu mejor engao que

    el de esas imgenes contruidas fotogrficamente

    que parecen, sin embargo, realidades materia-

    les? Qu medio mejor para proponer utopas

    que el medio de representacin ms mimtico

    y analgico, ms cercano a nuestra percepcin

    visual?

    6. Funcin

    Segn Foucault, las heterotopas cumplen una

    funcin, que puede ser de dos tipos: o bien

    funcionan como una ilusin que nos hace ver la

    realidad fsica como un espacio ms ilusorio, o

    bien, crean un territorio tan organizado, estructu-

    rado y funcional que toda percepcin del ambi-

    ente real es de desorden, embrollo y alteracin.

    Recordemos ese museo imaginario que consti-

    tuyen las imgenes mediticas de guerra y desas-

    tres y asocimoslo a nuestra experiencia reciente

    de percibir la transmisin televisiva del ataque

    terrorista a las torres gemelas de Nueva York:

    primero las apreciamos como parte de un espa-

    cio de ilusin, de un imaginario constituido por

    el conjunto de imgenes de desastres que flota

    en los medios y slo despus, en un segundo

    momento, logramos comprenderlas como una

    referencia a una situacin viva y real. El museo de

    fotografa no necesita ser un lugar fsico para ser

    una heterotopa. Como bien aseveraba Malraux, el

    medio fotogrfico es en s un museo imaginario.

    Como las combine paintings de Rauschenberg,en que las imgenes fotogrficas pierden sentido

    individual y toman valor como textura, el medio

    fotogrfico constituye una trama ilusoria contra

    la cual medimos la experiencia de lo real. Funcin

    paradjica la del medio fotogrfico, lpiz de la

    naturaleza que traza con su aparato mecnico

    lminas que parecen salir de la Historia y que,

    como sta, asumen una posicin de distancia.

    Jos Antonio Martnez. Museo de la Revolucin, Chihuahua, 1982.Archivo de la Fototeca de la Coordinacin Nacional de Conservacin del Patrimonio Cultural, INAH.