El oficio de las viñetas
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Captulo tres: La (otr a) invasin: I ndustr ia y Poltica
1. La moral del artesano: El Eternauta (1957)
Una pregunta por la que quisiera partir es en qu reside la perdurabilidad de El
Eternauta? Qu hace que guste tanto? Por qu ha sido leda por un pblico heterogneo y
en diferentes pocas? Su primera versin, publicada Hora Cero Semanalpor casi dos aos y
medio sigui el modelo de las publicaciones por entregas (tres pginas semanales),
alcanzando las 369 pginas. Su guionista reconoce que la historieta fue un folletn ilustrado
dado el xito que alcanzaba cada episodio:
Aunque peque de inmodesto creo que fue lo mejor que se hizo en ciencia ficcin en laArgentina y porque es una historia que no envejeci () La idea era hacer una historiade final rpido, pero tuvo tal xito que se convirti en un folletn semanal que dur dosaos. (Siete Das, 29/9/74)
De la historia, hay versiones distanciadas en el tiempo. La primera, fue dibujada por
Francisco Solano Lpez. El verismo cinematogrfico presente en la grfica remite a ritmos
secuenciales estables: tres tiras por pgina divididas en tres o cuatro vietas cada una. La
perspectiva y encuadre del dibujo acompaan con fidelidad ilustrativa los abundantes textos.
La exigencia de adaptarse a la frmula de tipo continuar no descuida la calidad grfica de
la historia. En el dibujo se evidencia la maduracin de un estilo despegado de influencias
anteriores.1El dibujante puntualiza la tcnica de dibujo utilizada:
Le ped a Oesterheld que me diera un guin que me permitiera trabajar los personajes concierto juego de expresin y de humanidad, a travs de la tcnica de usar el pincel de pelode marta con una punta muy finita, unos pinceles que se usaban para las historietas, quehoy da ya no se usan. Por eso se podan trabajar detalles muy pequeos, y al mismotiempo, con un golpe de pincel, vos podas darle sombra o expresin. Eso es lo que yoquera trabajar, y Oesterheld me lo dio servido en bandeja. (Solano Lpez, 2007: 10)
La trama argumental est basada en una serie de estrategias ya presentes en la literatura
fantstica y en algunos tpicos recurrentes de la industria cinematogrfica. Su frmula estuvo
ligada, al imaginario de divulgacin cientfica presente en la literatura pulpnorteamericana y
en las tramas de las pelculas clasebde la dcada del cincuenta. La adaptacin de novelas
clsicas de ciencia ficcin circul durante la poca en colecciones accesibles. De ah que no
1 Seguir el estilo de Campani fue un condicionamiento impuesto por editorial Abril al dibujante. El caso de la
serie Bull Rockett es ejemplificador en este punto.
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resulte extravagante que Oesterheld hubiera atesorado en su biblioteca una importante
cantidad depocket booksnorteamericanos como recursos de produccin.
Un inventario de temas tratados en la narrativa oesterheldiana delata una ciencia ficcin
de segundo grado (Francescutti, 2007:15) gestada no en la experiencia directa y la
innovacin tecno cientfica sino en el consumo de noticias, filmes y narraciones extranjeras.En parte, su talento reside en la frmula de mezclar los clichs importados con los temas que
se tratan en el escenario local. Historietas y novelas grficas de la era atmica, aventuras de
fantasa cientfica dejan en evidencia la oferta de entretenimiento a partir de un discurso
amparado en los milagros modernos.
Durante la dcada se haba desarrollado una numerosa literatura popular de
entretenimiento de bajo costo y limitadas pretensiones literarias. Las editoriales que
apuntaban a pblicos masivos ofrecan novelas cortas de misterio, revistas de ciencia ficcin,terror y fantasa. La prolfica produccin de cuentos y antologas en el contexto de la escalada
armamentista, dio lugar a especulaciones cientficas y tecnolgicas en torno a temticas
comunes: robots, ovnis, extraterrestres y bombas nucleares. Pero a las hiptesis optimistas, a
la exgesis de la tecnologa y a las posibilidades redentorias del progreso cientfico,
Oesterheld agrega una sospecha: el futuro no siempre es tan auspicioso como su promesa.
Lo sugerente del El Eternauta del 57, es que la historia es que pertenece al orden de lo
inverosmil pero obtiene su probabilidad no solamente del efecto de realidad del contexto
sociopoltico, sino del consenso creciente respecto de los temas ideolgicos que propone. Para
la narracin centr su argumento en la experiencia pequeo burguesa de un hombre comn y
padre de familia, recluido en su hogar por una invasin que se desata sobre Buenos Aires. En
una primera instancia, los personajes (que pasan su velada plcidamente) adjudican la
incomprensible nevada a los ensayos nucleares en el Pacfico: Cundo terminarn esas
explosiones?, El hobby de ellos es ms peligroso que el nuestro.
El culto al progreso, la mstica de la industrializacin y el nacionalismo tecnolgico,
tenan como contracara la protesta antinuclear, el pnico a la polucin atmica y la conmocin
por la escalada armamentista. Estos son algunos de los materiales predilectos de los que parte
la ficcin oesterheldiana. Asimismo, la invasin (que convierte a las zonas urbanas en
pramos desoladores) sintetiza la idea de que el espacio se ha desintegrado: el barrio, la
familia y el trabajo. Lo pblico y lo privado atraviesan los lazos de una familia tipo afectada
por la disolucin de un orden, aparentemente ms estable, solidario y orgnico.
La serie publicada dos aos despus de la Revolucin Libertadora y con el peronismo
proscripto traduce en clave histrica las aspiraciones de un proyecto nacional. Los
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sobrevivientes provienen de distintas clases sociales, reenviando as a un programa
policlasista presente en las estrategias del frondicismo. Pero es un obrero el elegido para
revertir la situacin de dependencia frente al invasor. El mismo Oesterheld ha sealado en
varias entrevistas que el personaje Franco (un tornero) es el eje movilizador de la accin.
La trama traza un itinerario circular y trgico: el protagonista cuando regresa al pasado,olvida el futuro. La paradoja reside en que inmortalidad e infinito se combinan haciendo
del destino del hroe un intervalo permanente. El Eternauta,ni siquiera es consciente de que
volver al pasado indefinidamente y la repeticin lo expulsa del acontecer histrico. La visin
es crtica respecto de los valores del presente: la historia disea una utopa que expresa un
pasado dorado. El conflicto afecta la perdurabilidad de los lazos afectivos y las prcticas
cotidianas. Hasta el paisaje es otro: los lugares habituales se vuelven una referencia imprecisa
y amenazante. La felicidad de Salvo es moderada y sus bienes son valorados recin cuandolos ha perdido: la casita, sus hobbies, su pequea Martita, su buena y sumisa esposa, Elena.
Juan es un sujeto conservador y rutinario. Hasta el momento de la tragedia, nada es
imprevisible para l: sabe que mientras juega al truco, en el mismo lugar y a la misma hora,
todos los das, ininterrumpidamente, su mujer lee en la cama, su hija duerme en el cuarto
contiguo y los vecinos de enfrente apagan la luz del dormitorio. Ni Salvo, ni sus familiares y
amigos, estn preparados para la ruptura del orden establecido.
Tambin se manifiesta un juicio conservador del matrimonio y la familia. La mujer del
protagonista y su hija no pueden protegerse por si mismas. Para defenderse, necesitan del
carcter y la inteligencia de Juan Salvo, adoptando de este modo un papel dependiente y
subsidiario. No es fortuito que a lo largo de la serie, slo sean tres las mujeres que
permanecen con vida. As, da la impresin que frente a la invasin y la guerra, slo los
hombres pueden resistir y sobreponerse a la amenaza. Este modelo argumental se altera en la
versin del 69, cuando una mujer pasa a la accin directa reemplazando a uno de los
personajes centrales. El dato no es mdico: aunque en la dcada del sesenta el ideal femenino
sufri una inflexin imponiendo como nuevo modelo el de la joven liberada (Cosse, 2007),
no ser hasta la dcada siguiente cuando las revistas de historietas acompaen ese giro
renovador en oposicin a lo domstico.
Y si bien Primera Planapoda albergar entre sus pginas a Mafalda (una mujer
moderna e intelectualmente emancipada), las revistas tradicionales de historietas seguan
representando el canon de una generacin atrs. El tratamiento de los personajes femeninos es
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conservador en varias series de Oesterheld.2Las mujeres de El Eternauta tienen habilidades
domsticas: ayudan a remendar el traje aislante, se encargan de un inventario de provisiones o
alimentan a los hombres que irn a la expedicin. Cuando estn por partir, Elena prepara la
ltima cena excusndose que son las sobras de ayer. Era la duea de casa quien hablaba en
ella, afirma la voz del narrador masculino: La esposa, la madre que se resista a dejaraquellas paredes donde, nunca lo habamos notado tan intensamente, se haba vivido tan feliz,
se haba querido tanto. Mientras los hobbistaselaboran estrategias, ella piensa en voz alta:
pensar que ayer a esta misma hora anduve de compras por la calle Santa Fe.
Ahora bien, Juan Salvo es un sujeto cuentapropista establecido en un barrio de Vicente
Lpez con una familia promedio.3 Juan tiene su propio emprendimiento empresarial: una
fbrica de transformadores. Sus reuniones en la buhardilla le recuerdan la camaradera
adolescente de sus aos de libertad.Cabe preguntarse, entonces, si estos sobrevivientes sesienten nicamente amenazados por la nevada mortfera o si se trata de una metfora que
descansa sobre una inquietud ideolgica. La sensacin de invasin que experiment la clase
media ante la irrupcin de la clase obrera, ya ha sido analizada extensamente por la crtica, y
est presente en cuentos como el de Germn Rozenmacher Cabecita negra (1962) y el de
Julio Cortzar Casa tomada(1951).4
Tras la nevada mortal, a Salvo lo primero que le viene en mente es que el seleccionado
nacional de ftbol ya no existe. Lucas Herbert se angustia porque le han prometido un ascenso
en el Banco a fin de ao: qu har ahora sin empleo?, Durante doce aos he estado yendo
y viniendo todos los das al banco. Favalli sin su ctedra en la universidady Salvo sin su
fbrica se lamenta: mejor no pensar en todo lo que hemos perdido. Refugiados en su
laboratorio se convierten en improvisados tcnicos e improvisados guerrilleros. Dirigidos por
2Las mujeres de sus historias responden a modelos convencionales an cuando gocen de poderes extraordinarios.Un ejemplo es Charlena (Karina, 1967), dibujada por Eugenio Zoppi. Provista de una doble personalidad(herona y ama de casa) nunca es ni lo suficientemente domstica ni intrpida. Charlena es la tentativa de lahazaa. A partir de la dcada del setenta, y con mayor fuerza en la siguiente, tanto los personajes femeninos
como los masculinos, quiebran algunas de las seguridades que les proporciona el gnero. El dibujo acompaaeste giro narrativo: el trazo se vuelve menos obvio y se diversifican las formas. Incluso, las de las mujeres.3El propio Oesterheld viva junto a su mujer y sus cuatro hijas en Vicente Lpez. En la historieta, el relato abrey cierra con una vieta que describe el lugar de trabajo y la vivienda. Las casas de estilo californiano, losligustros, las cercas blancas y los jardines. Es ilustrativa la descripcin que ofrece Miguel Fernndez Long: Lacuadra nuestra y la de las chicas era la periferia de un barrio directamente oligarca en nuestra cuadra, haba hastasiete casas, pero en la cuadra de atrs, qu s yo, haba una por manzana, ubicndolos eran extranjeros, ejecutivosy all, bajando la libertador, estaban Los Born... en: Baylo y Stefanello, 1998.4La emergencia del Otro en la cuentstica argentina que se abre tras la Revolucin Libertadora se cimenta enlibros como Los profetas del odio (1957) de Arturo Jauretche y ms claramente, Medio pelo en la sociedadargentina (1966) del mismo autor; Buenos Aires, vida cotidiana y alineacin (1964) de Juan Jos Sebreli;
Imperialismo y cultura (1957) de Juan Jos Hernndez Arregui y Revolucin y contrarrevolucin (1964) de
Jorge Abelardo Ramos.
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el pragmtico Favalli, convierten la casa en un bnker y organizan expediciones para
abastecerse de armamento, medicina y alimento.
El traje que usa Salvo pudo haber sido fabricado por un tcnico primitivo de la dcada
del veinte: las condiciones precarias de su confeccin alcanzan un paroxismo casi barroco de
remiendos y cosidos. A diferencia de El Manco, aquel personaje del cuento Los destiladoresde naranjas de Quiroga, Juan Salvo es exitoso en su empresa: el saber hacer le salva la
vida en una Buenos Aires hostil. La superioridad tecnolgica del enemigo se manifiesta
cuando los invasores logran derribar los aviones militares. Todo indica que la humanidad
perder el combate. Sin embargo, el protagonismo que adquiere un grupo impensado como
fuerza de ataque, permite imaginar una posible salida. Con trajes aislantes fabricados con
hilo y aguja, pegamento y tela engomada, los sobrevivientes enfrentan un destino pico:
Nada menos sugestivo, heroico y glamoroso que ese hombre enfundado en un traje aislanteartesanal, hecho en casa con lo que haba, ridculo de usar y de ver: tosca tela engomada con
un visor de buceo para ver y un filtro adaptado para respirar. (Sasturain, 2001)
En el taller no hay de todo: sino lo que se puede encontrar. El desafo est en
solucionar el problema sobre la marcha y con ingenio saber aprovechar los desechos. La
inteligencia prctica es lo que los salva, el xito para esta moral es obtener los mayores
resultados con medios limitados por definicin prctica (hay limitaciones tecnolgicas y
tecnologas inaccesibles al taller hogareo) y por economa simblica. (Sarlo, 2004: 119)
Como profesor de Fsica, Favalli reparte sus entusiasmos entre un velero en Olivos y la
electrnica, Lucas es aficionado a la electrnica y est obsesionado por armar un contador
geiger de diseo propio. Pero el jubilado Polsky es un fabricante de violines. No es accidental
entonces que sea el primero en morir: ser luthier no es una disposicin prctica. Los otros
sobrevivientes, tambin comparten el universo del aficionado a las novedades. Medardo Sosa,
por ejemplo, antes de la invasin era un trabajador en una fbrica de qumicos y Franco, es un
tornero de la escuela Raggio y un lector voraz de historietas y novelas de ficcin cientfica.
El argumento descansa sobre el mito del hroe colectivo: de la supervivencia a la
resistencia.5La confianza en la poltica desarrollista se manifiesta a travs de las vietas. Los
personajes se agrupan para vencer al adversario: los sectores medios, la clase media, el
ejrcito, los intelectuales y los obreros, construyen una alianza de clases . Como muchos,
5En el prlogo de su primera edicin en libro, Oesterheld subraya: Siempre me fascin la idea del RobinsonCrusoe. Me lo regalaron siendo muy chico, debo haberlo ledo ms de veinte veces. El Eternauta, inicialmente,fue mi versin del Robinson. La soledad del hombre, rodeado, preso, no ya por el mar sino por la muerte.Tampoco el hombre solo de Robinson, sino el hombre con familia, con amigos (...) Ese fue el planteo. Lo
dems... lo dems creci solo, como crece sola, creemos, la vida de cada da. (Oesterheld, 1976)
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Oesterheld se desenga cuando la frmula del gobierno frondicista comenz a proteger y
beneficiar a las empresas extranjeras en desmedro de los intereses nacionales. Y como
veremos, ese desencanto se materializa en una versin de la serie.
2.- El Eternauta en Gente (1969)
A finales de los sesenta, la historia haba circulado por distintas ediciones y Oesterheld
haba hecho de las historias de ciencia ficcin, el leit motifde su narrativa. En la cosmovisin
del guionista, la cuestin ya no pasaba por encontrar un rgimen poltico que permitiera la
ms amplia participacin sino por invertir las relaciones de fuerza en pos de la transferencia
del poder. Esta transformacin hacia un nuevo sistema social deviene alegora en la remakede
la historieta. Desde el nmero 201 (29/5/69) al nmero 217 (18/9/69) de la revista, dividida en
diecisiete entregas de tres pginas semanales y por un perodo consecutivo de cuatro meses, se
publica la segunda versin de la serie.
Al estar vinculada a la versin original recoloca el pasado y vuelve visible su
experiencia, al mismo tiempo que actualiza el presente inmediato. La segunda versin (en el
sentido de adaptacin y no de simple reedicin) evidencia la adhesin de Oesterheld a la
cultura de izquierda (Altamirano, 2001: 10)y la maduracin de una grfica de avanzada en
el trazo de Alberto Breccia, acompaado en algunos cuadros y pginas por el
experimentalismo esttico de su hijo, Enrique Breccia. 6
En lneas generales, la trama traza un arco que va desde el reformismo populista al
compromiso revolucionarioaunque, como veremos, la matriz narrativa de esta historieta,
sigui aferrada al imaginario tecnolgico de las revistas de divulgacin de las primeras
dcadas del siglo movindose a dos aguas, entre lo emergente y lo residual del gnero.
El hecho de que Gente buscara reponer una historieta producida doce aos atrs, se
vincula al hecho de que en el contexto de finales de los sesenta, El Eternauta constitua un
material legitimado y en cierto modo canonizado por distintos espacios, especialmente porcircuitos ajenos a la produccin historietstica. Poco antes a que circulara en Gente, la
productora Gil & Bertolini obtiene los derechos del personaje con la idea de concretar un
proyecto para televisin. La empresa anunci su estreno en el marco de la Bienal: tratndose
6Cabe destacar que algunas pginas de esta obra fueron realizadas por Enrique Breccia. Dado que esta historietaes firmada por Alberto Breccia y me interesa resaltar el carcter contradictorio entre guin y dibujo as como lastensiones a nivel discursivo, voy a referirme fundamentalmente a su trabajo. No obstante, no dejo de considerarque esta produccin es conjunta y que ambos trazos se destacan por su carcter polismico y complejo.
Precisamente, estamos frente a obras singulares en las que en ningn momento un estilo grfico anula o sesobreimprime al otro, sino que se retroalimentan y potencian en trminos artsticos.
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de una experiencia nueva en cortos, puede resultar una realizacin positiva. (Revista 2001,
N2, 1968) Finalmente, se cancel y slo se lleg a realizar un piloto bajo el diseo de Jorge
Moliterni.7
En una fotografa se puede ver a Oesterheld y a Breccia mostrando los originales de El
Eternauta a los directivos de Gente. El epgrafe buscaba promocionar el producto: Lasensacional historieta de ciencia ficcin comenzar a salir a partir del prximo nmero. Ello
permite sostener que los editores no desconocan el trazo experimental del dibujante, por el
contrario, Breccia haba sido contratado especialmente por la empresa, dado que en esos aos,
su carrera artstica tena un curso alentador. De all que la innovacin sorpresiva en el
dibujo fue un argumento falaz por el cual la serie dej de publicarse. Detrs de esta evasiva,
se encontraba lo que irritaba a la direccin editorial: el cambio en la posicin ideolgica de la
historieta. Un anuncio Gente publicar una historieta anticipa la serie en la semana previa asu salida. El texto deja entrever que los editores eligen la publicacin como un modo de
innovar la comunicacin con sus lectores. La edicin de la historieta ms exitosa del mercado
se articula con la bsqueda de actualidad de la que Gente es una referencia clave:
A no sorprenderse que le traemos el cuento o el dibujo fcil. Hemos pensado muy bien elcaso y terminamos por decidirnos por ste - para nosotros- nuevo idioma, porque loconsideramos el apropiado para llevar al lector, en toda su fuerza, la creacin de losautores, a quienes hemos pedido una historieta para adultos con toda la explosin
imaginativa (en el guin y en el dibujo) con que puedan encarnar un tema muy de hoy:EL ETERNAUTA. () Dentro de una semana comenzaremos la publicacin de lahistorieta. Y ser el comienzo de una nueva manera de comunicarnos. Usted y nosotros.
Precisamente, lo que haba atrado a Atlntida era la popularidad de El Eternautay sus
sucesivas reediciones. El hecho que su guionista, sobre la marcha, introdujera su posicin
poltica llev a que se precipite su conclusin. El proyecto encontraba as, su lmite ms caro.
En la trama est presente la idea de que el futuro no deba descansar en el progreso, sino en la
revolucin. Veamos sucintamente el argumento.
Paradojas del mundo grfico: el mismo da que irrumpe el Cordobazo, en la ficcin
historietstica un grupo de amigos interrumpe su partida de truco al or una transmisin radial
que anuncia la cada de una nevada. Primer hecho anmalo en la atmsfera de Buenos Aires.
El siguiente descubrimiento, es ms extrao an: los copos provocan la muerte sbita. La
comunicacin radial se interrumpe varias veces, hasta que el Comandante en Jefe Provisional,
7A propsito, destacan Fernando Garca y Hernn Ostuni: En la premisa argumental pautada, cada captulocomenzara con una introduccin a cargo del propio Oesterheld, cuyo rol de anfitrin humano servira para
recapitular los hechos principales de la accin, teorizar sobre los avances en el terreno de la animacin yprobablemente, ejercer la docencia militante. (Garca y Ostuni, 2002: 149)
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informa que Sudamrica, ha sido entregada al invasor. Finalmente, la historia concluye
cuando el protagonista se pregunta: Qu hacer para evitar tanto horror? Ser posible
evitarlo publicando todo lo que el Eternauta me cont? Ser posible?
As, la palabra proftica del hroe deviene en una utopa de signo negativo (distopa): un
estado de cosas signado por la destruccin del orden social (hasta su mnima expresin: lafamilia) y por la reduccin a la esclavitud de toda la humanidad. Los hroes picos, dejan
paso a una figura inscripta en el entramado poltico. El culto al coraje adquiere una retrica
diferente. En este contexto, Oesterheld indaga las posibilidades narrativas de una situacin
existencial: la del sobreviviente. De manera paradigmtica, el protagonista, ya no es un hroe,
sino un lder de masas. Y es quien va a conducir la Resistencia.
Ya dijimos que la invasin extraterrestre oesterheldiana enlaza con las abundantes
invasiones que prosperan en los medios masivos norteamericanos de la dcada del cincuenta.Pero esta vez la premisa argumental es diferente. De ese afuera, no llega algo positivo o
auspicioso. La historia connota el temor del mundo capitalista de posguerra a ser conquistado,
por ese otro que no estaba en las estrellas, sino en la ideologa comunista de la Unin
Sovitica. Pero a diferencia de la literatura y la cinematografa norteamericana del perodo, el
texto de Oesterheld coexiste con la agenda intelectual y poltica, en la que se repudia al
imperialismo y se consolida la idea de una revolucin tercermundista.
Comparemos dos escenas de la historieta. En la versin dibujada por Solano Lpez, para
or el Boletn Oficial los protagonistas hacen funcionar una radio a pilas, tarea sencilla para
dos tcnicos como Favalli y Lucas:
A continuacin una noticia de ltimo momento... formidable explosin atmica en elmar....contra lo que se haba anunciado las grandes potencias continuaron haciendoensayos atmicos... un accidente acaba de revelarlo: el estallido de una bomba atmicade nuevo tipo ha producido una incalculable cantidad de polvo radioactivo.
Sin embargo, en la versin del 69, el anuncio radial es radicalmente distinto:
Comandante en Jefe Provisional...Nevada Mortfera...vasta zona latinoamericana...despiadado ataque extraterrestre... traicin inconcebible grandes potencias. Sudamricaentregada al invasor para salvarse....lucharemos igual...por ms solos que estemos y porterrible que haya sido el golpe inicial, sobrevivientes en la emergencia... sacrificio.
Al confrontar los dos prrafos se advierte que en El Eternauta de Genteya no son los
sobrevivientes los que resisten frente al enemigo, sino los latinoamericanos que luchan contra
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las potencias del primer mundo. Por otra parte, la nevada deja de aparecer como una
catstrofe cientfica, para pasar a ser la consecuencia lgica de un sistema opresivo. En este
contexto, se modifica el rol que juegan las Fuerzas Armadas. A diferencia de la versin del 57
en la que el Ejrcito funciona como promotor de la resistencia popular, en la remakeel militar
a cargo del operativo, ordena: necesitamos ya mismo todos los voluntarios que podamosjuntar. O salen en tres minutos o les baleamos las ventanas!. Pocos episodios despus se
fusila a un civil porque disiente con la opinin del Capitn. La perplejidad de Juan Salvo, alter
ego del guionista es evidente cada vez que Favalli, pura racionalidad poltica y estrategia,
intenta hacerle comprender las nuevas circunstancias:
- Los grandes pases para no ser atacados les entregaron Sudamrica.- Sudamrica?
- S Juan, toda Sudamrica ser el territorio de los invasores. Empezaron la conquistaatacando con la nevada a las ciudades, es una guerra total de exterminio.
Por otra parte, la necesidad de supervivencia de los protagonistas (llevados a una
situacin Robinson) los empuja al recelo, al temor y a los celos. Juan Salvo ofrece en
distintos tramos de la historia citas de autoridad. Dadas las premisas narrativas de
Oesterheld, el suspenso va acompaado del tono pedaggico caracterstico de toda su obra:
Increble. Pero ni Favalli ni Lucas escucharon mi relato. Susana copa la atencin, no porlo que ahora cuenta, sino por que dicen el pelo hasta la cintura y el sweater y la piel tanjoven. Brillo nuevo en los ojos de Favalli y de Lucas... En algn lado lo le, s, fue enLamuerte en Venecia, de Thomas Mann... En las guerras, en la pestes, en las grandescalamidades naturales el instinto gentico se exaspera, caen las barreras morales, es laespecie amenazada tratando de perpetuarse a cualquier costo... Susana, Favalli y Lucas...y yo?, hombres o animales?
La tcnica de Alberto Breccia, en coherencia con el estilo caracterstico de su
produccin, apuesta a los negros y a los blancos uniformes, a la iluminacin con efecto de
contraste y a recursos plsticos como el collage y los raspados. La distancia con el trazo deSolano Lpez es notoria, de tal forma que una misma escena puede dar lugar a imgenes
extremadamente distintas si es entintada y coloreada con una tcnica o con otra. Los violentos
claroscuros en el trazo torturado de Breccia dan lugar a una atmsfera estremecedora,
acompaando la visin pesimista y contrariada del narrador.
El grado de implicacin de Oesterheld en la poltica se acenta a partir del tramo 68/69
al mismo tiempo que se deterioran algunas de sus certezas anteriores. De declarado
antiperonista en los cincuenta, adoptara a finales de la dcada siguiente el proyecto de
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Montoneros. A la pregunta de porqu El Eternauta del 69 manifiesta otra ideologa, el
guionista asegura: porque yo mismo estara evolucionando...estaba mucho ms aclarado.
(Saccomanno y Trillo, 1980) Si ante el ataque exterior la humanidad se solidarizaba para
alcanzar el bien comn, ahora Oesterheld muestra sus dudas al respecto:
- De qu te extraas, Juan? Si en verdad los grandes pases nos tuvieron siempre atadosde pies y manos. El invasor eran antes los pases explotadores, los grandesconsorcios...Sus nevadas mortales eran la miseria, el atraso () Nuestra culpa es serdbiles, flojos. Por eso nos eligi el invasor. En la manada, el animal enfermo y sinfuerza es el que atrae al len... El len caza siempre al dbil nunca al fuerte!
La nueva versin, a diferencia de la clsica, genera polmicas en el medio historietstico
y al interior de la publicacin. Durante la tercera entrega, en el N 203 de la revista, adems
de dedicarle espacios considerables a la muerte de Vandor, a la visita de Rockefeller y a la
vida de la modelo Mara Larreta, Gente, publica el editorial Que el ruido no nos aturda:
La destruccin arbitraria, la violencia callejera, el asesinato y el incendio gratuito se haninstalado en las calles de nuestro pas con una habitualidad casi diaria. La semana pasadano ms esta accin guerrillera, con una metodologa cronomtrica, destruysupermercados, puso bombas en bancos, oficinas pblicas, casas de comercio,universidades, provocando daos enormes y causando vctimas inocentes de cualquiersexo, edad y ocupacin. Argentina () entr en la agenda de la guerrilla destructivainternacional que a cualquier precio y con cualquier excusa pretende instalar sistemas devida que, como muestran Rusia, Hungra, China, Checoslovaquia, Cuba, etc., tienen untrgico y comn denominador: falta absoluta de libertad, sordidez, sojuzgamiento.
Mientras tanto, las cartas de lectores aluden al dibujo como no historietstico o
demasiado artstico y no insinan siquiera los cambios polticos de la trama. En todos los
casos, las cartas se ofrecen como testimonios irrefutables del desacierto grfico. A medida
que avanzan las entregas, las cartas se vuelven ms crticas con la historieta. Transcribo
algunas porque dan cuenta del modelo de lector y permiten abonar una hiptesis de lectura:
Soy un antiguo lector de El Eternauta: lo segu, captulo tras captulo, en el viejo y
olvidado Hora Cero Semanal () los dibujos de Breccia son confusos, hay cuadrosvirtualmente inexplicables y los protagonistas se confunden entre s. Las mujeres, porejemplo, tienen las tres la misma cara. Sera importante que Breccia dotara a susilustraciones de mayor sentido historietstico (Mario Valenzuela, Capital, Gente, N 209)
Si bien es cierto que los dibujos de Breccia de El Eternauta son realmente excelentesdesde el punto de vista artstico, les pude asegurar que yo todava no pude distinguir a lospersonajes. No podran hacerlos un poquitito ms claros, menos artsticos, para gentenormal como yo? (Susana Fernndez, San Isidro, GenteN 208)
Siguen con la confusa versin de El Eternauta. No quiero pensar lo que ocurrircuando aparezcan el resto de los personajes (le la vieja versin) Pidan al dibujante que
no intente intelectualizar ese extraordinario guin de Oesterheld: lo nico que est
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consiguiendo es arruinarlo. (Adolfo Dante Lessing, San Antonio de Areco, Gente N213)
Sin embargo, el trabajo de Breccia ms que carecer de sentido historietstico como
afirma un decepcionado y antiguo lector de El Eternauta, define un estilo de avanzada.
Precisamente, la virtud de la remake es la de ser un texto poltico que no renuncia a la
experimentacin formal. La seora que pide dibujos menos artsticos y ms claros, dirigidos
a gente ms normal, o el lector que se queja de la intelectualizacin que el dibujante hace
del guin, evidencian que la relacin que mantiene el autor con su obra es siempre una
relacin mediatizada. El hecho de que una grfica de ruptura haya interpelado a un pblico
cuyas disposiciones estticas son otras denota un desajuste entre produccin y recepcin. A
diferencia de estas crticas al experimentalismo, las ediciones italianas y espaolas del mismo
perodo ponderan positivamente la grfica:
Creo que fue una obra no lograda. Falt tiempo porque su publicacin fue cortadacaprichosamente por el editor, y no pude madurar la experimentacin que habacomenzado. Todo qued a medio camino. () en Italia tuvo un enorme xito y me abrilas puertas de Europa. Fue la primera historieta latinoamericana que se public enLinus. La consideraron una obra maestra. (Breccia, 1992: 34-35)
Si interpretamos el editorial como un pedido de disculpaspor ofrecer a sus lectores un
producto decepcionante, cabe preguntarse cmo es que se poda desconocer el trabajo delos autores si la misma empresa los haba convocado. Aceptara Oesterheld ms tarde, que no
era una historieta para ser publicada en ese espacio: El Eternauta en Gentefue un fracaso. Y
fracas porque no era para esa revista. (Saccomanno y Trillo, 1980: 111) El director de
Gente, Carlos Fontanarrosa, desde Nueva York, escribe a los lectores. La carta sale publicada
bajo el ttulo: Ojos argentinos...y sorprendidos. Tras dedicar prrafos extensos a la
exaltacin del cine de vanguardia norteamericano y a desaprobar con nfasis el cine nacional,
explica su desengao con El Eternauta:
Que me disculpe Breccia, un gran dibujante y dira artista, pero nosotros en nuestramisin de lograr comunicacin no debamos habernos entregado a la forma esttica de sudibujo, que por momentos la hizo ininteligible. Aqu tambin la forma, el adorno, elmedio, se convirti en fin y qued a mitad de camino nuestra intencin. Me vino a lacabeza esta autocrtica, porque cuando veo una cosa bien hecha, directa, firme, que va alnudo del asunto y abandona florilegios y pequeeces para llegar, me entusiasma. (...)corrijan las faltas de sintaxis y si hay algo muy exagerado tambin, pero djenle el tonofamiliar, eufrico, porque equivocado o no, las cosas las he sentido as. (Gente, N 216,18-10-69)
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En el siguiente nmero de Gente, y mientras se anuncia en tapa la llegada del hombre a
la Luna, la historia de la invasin ya no est entre sus pginas. Resulta til contraponer los
comentarios que hacen dibujante y guionista sobre la clausura. Ms all del carcter
contradictorio de sus discursos es til analizar las declaraciones como un cruce de posiciones:
Me llamaron y me dijeron que cambiara el dibujo, que lo hiciera ms claro, mscomercial. Les contest que ya dibujaba as y que si a ellos no les gustaba, podanlevantar El Eternauta. Despus de todo el editor puede hacer eso, si quiere. S quetambin hablaron con Oesterheld, y a l le pareci mal que la obra quedara trunca. Poreso se ofreci a abreviarla, a meter en dos o tres captulos ms de la mitad de lahistoria. As se hizo, mientras seguan publicando cartas en contra de lo que yo estabahaciendo. (Breccia, 1980)
Como vemos, el dibujante prefiere hacer hincapi en el rechazo que provoca su estilo
artstico, no haciendo ninguna referencia al contenido poltico de la historieta. Asimismo,
pretende dejar claro que no estaba dispuesto a resignar su arte por una salida econmica. Por
el contrario, el guionista argumenta a favor del pblico: asume el desfasaje entre lectores y
autores y opta por abreviar la historia. De all que la serie original, no slo sea ms densa en
nmeros de pginas sino en situaciones, personajes y escenarios:
Lo llamaron a Breccia, le explicaron que haba un desfasaje con lo que el pblico quera,y de muy buena maneralo trataron como a una dama- le pidieron que suavizara la cosa.Lo volvieron a llamar, dos o tres veces. Y l no hizo caso. () le mand una carta aVigil, el dueo de la editorial, dicindole que eso era una falta de respeto al lector, ytodava les propusetambin decan que la historieta les resultaba cara- abreviar el final.Creo que haran falta quince pginas ms. Paguenle a Breccia lo que con l han pactadoy a m no me paguen un centavo y les hago lo que falta del guin y ah se termina ElEternauta Y as se hizo.(Saccomanno y Trillo, 1980: 111)
En definitiva, el arte de Breccia que haba sido adoptado en el contexto de la Bienal con
gran entusiasmo, no tena la misma aceptacin en el espacio de los medios. En un movimiento
inverso, los guiones polticos de Oesterheld circularon en distintas publicaciones populares de
la poca. Estas diferencias suponen propsitos enfrentados: mientras que Breccia opt por la
experimentacin en detrimento de su popularidad, Oesterheld prioriz el mensaje a la calidad
del guin. De all que El Eternauta en Gentemanifiesta su indeterminacin: un proyecto
artstico por su grfica, comercial por su medio de publicacin y poltico por su trama.
Del mismo modo, fue una historieta atemporal en distintas dimensiones. En la versin de
Gente todos los horizontes remiten al pasado. La necesidad de no olvidar el origen, la
voluntad de regresar y la continua dilacin del retorno son ejes que se contraponen al
acontecimiento extraordinario y al deseo inicial de evasin y vagabundeo. Como Robinson
Crusoe, la historia es la de un hombre que aspira, sobre todo, a reencontrarse con su historia.
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El personaje de Defoe, en la isla desierta, adopta las normas aprendidas en la
civilizacin: ordena su tiempo en periodos de trabajo y descanso, sigue rituales y plegarias, se
afana en la labor funcional y disciplinaria de su anterior vida burguesa. Pareciera as que El
Eternauta,ms que abrazar la aventura prefiere el camino de lo ya conocido, la seguridad de
lo aprendido y la familiaridad de lo ordinario. Lo que vendr slo puede producir extraeza ydesazn. En el 69, Salvo reflexiona en su refugio nuclear casero:
Y yo, Juan Salvo, el dueo de casa, un hombre logrados. Empec armando radios yahora tengo una fabriquita modelo de televisores, no doy abasto con los pedidos, soy untriunfador, pero en chico, me conformo con poco. Si me diera por ir a si lo sabe cantecantara Ding Dong de Fabio yla dedicatoria sera para Elena, mi mujer
La euforia tecnolgica y autodidacta, cede paso al confort de una posicin holgada. Juan
Salvo, que empez armando radios y ahora arregla televisores, disfruta de los logros
obtenidos: Cuatro amigos jugando al truco, oamos apenas los infaltables ruidos de la
cercana avenida Maip y a Palito Ortega que bromea en la radio su viejo Un muchacho
como yo. Nuevamente, la presencia de lo cotidiano y los medios se manifiesta en la siguiente
escena: Salvo entra a la Ferretera del barrio en busca de armas y alimentos y descubre a su
vecina Doa Eulalia, muerta frente al televisor todava viendo su teleteatro. No es menor
sealar que en la versin del 57, la escena es inexistente.8
4.- Biografas Ilustradas
La historieta sobre la vida del Che Guevara, fue editada por Jorge lvarez en enero del
68, aunque en los crditos de la publicacin figure el nombre de fantasa: Editorial Ediko.
La salida de Vida del Che Guevara, anunciaba ya en su contratapa un ambicioso proyecto :
una coleccin amplia de biografas del siglo veinte en la que se presentaban correlativamente
doce ttulos.9Sin embargo, el primero y nico que sali a la venta fue Vida del Che y como
veremos, su comercializacin fue rpidamente censurada.El prlogo para esta edicin, escrito por Eliseo Vern, revela tanto una toma de posicin
como la bsqueda de un perfil de lector. Cabe mencionar que a diferencia del extenso prlogo
8Otro cambio sustancial es la inversin de gnero en el personaje con el que Salvo se encuentra en la Ferretera.Mientras que en la versin original, rescata a Pablo (el sobrino del Ferretero) de un stano en el que haba sidoencerrado por su to, en la historieta del 69 a quien rescata de la misma situacin es a Susana, la sobrina de DonRoque. Mientras que el castigo en el primer caso se deba a la rotura de una damajuana, en el segundo, elcorrectivo se haba aplicado porque la sobrina, quera ir a bailar con su novio.9 Posteriormente, se comunicaba la publicacin de semblanzas de las siguientes figuras del continente
americano: Augusto Csar Sandino, Tupac Amaru, Pancho Villa, Facundo Quiroga, Getulio Vargas, JuanManuel de Rosas, Jos Mart, John F. Kennedy, Jos de San Martn, Fidel Castro y Simn Bolivar.
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escrito por Ernesto Sbato para la edicin vasca de 1987 (en el que no hay referencia ni a la
historieta ni a sus autores)10Vern otorga preeminencia al lenguaje historietstico:
Cada vez resulta ms claro que la historieta contiene una dimensin estticaabsolutamente original, y que constituye adems uno de los lenguajes ms poderosos eimportantes nacidos en la sociedad industrial. En los medios masivos, el Che Guevara setransmut de inmediato en un personaje romntico, en un super-hroe: ley inexorable, talvez, de la comunicacin de masas. () la ideologa, lejos de haber desaparecido como lohan pretendido algunos, no es otra cosa que el sistema de significaciones que nutre losprocesos de accin y orienta, en el mundo de hoy a los movimientos sociales. E.V.
En consonancia con el pensamiento de Oscar Masotta sobre la historieta Eliseo Vern
concibe al medio como portador eficaz de ideologa para analizar los procesos de
significacin. Su perspectiva debe enmarcarse en el postulado terico que la semiologa
crtica tena para entonces. Aunque en el 68, Oesterheld no formaba parte activa de la
insurgencia, el tono pico que alcanzan sus series biogrficas sobre Evita y El Che Guevara
da cuenta de que el autor adhera a la conviccin de que la historia argentina, y an
latinoamericana, haba ingresado a una etapa resolutiva.
En este marco, la estampa del Che Guevara funciona como modelo que orienta la accin.
Indudablemente, y para la poca, su impronta como imagen mtica o legendaria no debe
entenderse como un hecho aislado. Como parte de un proceso amplio y en una coyuntura
poltica, la significacin del Che dibujado viene a entroncar con los discursos del perodo.
Aunque su editor, Jorge lvarez le propone firmar con seudnimo, Oesterheld rehsa el
ofrecimiento alegando su compromiso ideolgico:
asum un compromiso deliberado, porque en aquella poca de Ongana, me acuerdo conJorge lvarez, el editor, me dio la alternativa de no firmar la obra. Y le dije que unahistoria con un personaje como el Che no merece que se haga as a escondidas. Todavale insist: No slo quiero firmarlo sino quiero mi nombre en la tapa. Despus l puso elnombre en tremendo. (La Baadera del Comic, 2005: 31)
10 La historieta fue reeditada en 1987 por la editorial vasca Ikusager Ediciones, con prlogo de Ernesto Sbato.Volvi a publicarse en Argentina en 1997 por Imaginador, manteniendo el prlogo. Sbato rescata la figura de unhombre romntico y heroico. El escritor sostiene que lo que viene a ofrecer Guevara es una comunin, unentraable vnculo de hombres libres, una colaboracin de personas dignas. No un conglomerado de mquinas yseres numerados. No una nueva sociedad que, aunque precedida de una cruenta revolucin, termine porofrecernos una especie de Norteamrica al revs, sin la hegemona de los trusts capitalistas pero dominada porlos instrumentos todopoderosos de una dictadura burocrtica, tan deshumanizada como aquellos. Sbatoconstruye una imagen del Che inmortal smbolo de coraje, amor, generosidad, justicia y dignidad para lacriatura humana y relata con metforas religiosas Va Crucis, Tambin tuvo que haber un Judas, elestoicismo y entrega de un ser invencible: un hidalgo dispuesto a enfrentar a los poderosos, un valeroso DonQuijote, un hombre tan loco en su generosidad que finalmente logra arrancar la adhesin y hasta las lgrimasde un materialista y srdido sirviente. En esta edicin, la supervisin estuvo a cargo de Enrique Breccia y eldiseo fue realizado por Martn Oesterheld, nieto del guionista. Cabe resaltar que el ttulo original Vida del
Che fue reemplazado por el rtulo CHE.
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Por lo tanto, la historieta no constituye un trabajo por encargo: se trata del trazado de un
perfil que tiene por objetivo adherir al proyecto transformador. Con la madurez del dibujo de
Alberto Breccia y los primeros trazos de su hijo Enrique, se utiliza la voz de un narrador
omnisciente para relatar los momentos cruciales de Guevara en Bolivia. Quizs la cortaedad o su trayectoria an desconocida, llevaron a que la participacin de Enrique Breccia
quede opacada en relacin a la aventajada carrera de su padre. Sin embargo, su intervencin
es clave para el acabado final de esta obra. El joven dibujante experimenta con rotulados,
tramados mecnicos y cartulina enyesada para componer los escenarios.
Enrique Breccia se inicia en el campo con este trabajo, adquiriendo un estilo notable:
yo vena de la pintura, y lo que hice en el Che tiene mucho que ver con eso. Eso es del '68.
Yo tena... 22 aos.(Breccia, 2000) Ambos trazos, el del padre y el del hijo, se alternan paradibujar escenas de la vida del revolucionario, separadas por rtulos de presentacin:
Bolivia, Ernestito, El Chancho, El Che, Sierra Maestra, El Yuro e Higueras.
Mientras que el dibujo de Alberto Breccia se revela realista y testimonial (no casualmente por
entonces ilustra biografas de prceres para Billiken), el estilo experimental de su hijo le
imprime a las vietas una fuerza sugerente.11El carcter dual de la obra es productivo, la
superposicin de estilos se retroalimentan y brindan riqueza grfica. Sobre la composicin
Alberto Breccia sostiene que la lectura ideolgica est basada en el hecho fortuito:
Me acuerdo que cuando hice la aventura de la Vida del Che, que hicimos con (mi hijo)Enrique, que yo dej un cuadro blanco porque tena que pegarle la partida nacimientodel Che y no me lleg a tiempo, y todo el mundo crey ver en eso una genialidad ()siempre pensando cosas que no existen, siempre rondando la pavada. (Breccia A., 1988b)
Por un lado, la referencia da cuenta de la premura con la que fue realizada la obra,
teniendo en cuenta que el Che Guevarafue asesinado en octubre de 1967 y que La vida del
Che fue publicada en enero de 1968. Debido a su realizacin en tiempos cortos, pueden
advertirse ciertas imprecisiones en la edicin original.12Por otra parte, la cita manifiesta ladistancia del dibujante con el discurso poltico de Oesterheld. Ello permite entrever la
11 El mismo Alberto Breccia subraya esta diferencia al interior de la historieta: El trabajo de Enrique esrealmente brillante. El mo es testimonial, no poda ser de otra manera porque aparecan personajes comoGoulart, Frondizi, Mao. Es una historieta bien hecha, la vio la viuda de El Che y le gust muchsimo. (Breccia,1992: 37)12Por ejemplo, el diario El Cubano Librereferido en el texto como Cuba Libre o la localidad boliviana LaHiguera aparece nombrada como Higueras. Probablemente el error se debi a que Oesterheld tomdirectamente de los diarios y revistas de la poca los datos para la construccin del relato. Algunas ediciones
posteriores de la historieta corrigieron estos equvocos reescribiendo partes del guin o incluyendo imgenes
ausentes, como la partida de nacimiento del Che Guevara, ausente en la edicin original. Ver ediciones de 1987(Ikusager), 1997 (Imaginadores) y 2008 (Doedytores) respectivamente.
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distancia ideolgica entre ambos: si guin y dibujo son coherentes en la estructura no sucede
lo mismo con respecto a la posicin poltica que asumen sus autores. La posicin de Enrique
Breccia, como coprotagonista de la grfica, da cuenta de la complejidad en la que fue gestada
la obra. Mientras que Oesterheld, encuentra en la historieta la elaboracin de un programa
poltico, para Enrique Breccia la politizacin tiene un sentido opuesto:
Senta la fascinacin que despertaba la figura del Che, pero por otro lado haba empezadoa militar en un espacio del peronismo que ideolgicamente estaba lejos de sus ideas. Detodas formas, en esos das todos los jvenes (de una u otra manera) nos sentamosatrados por Guevara. Algunos por su ejemplo militante, como mi caso; y otros por susideas. Si hubiera credo en el socialismo, hubiera sido socialista y no peronista. () Yoencar el proyecto del Che como un simple trabajo. Mi compromiso poltico lodesarrollaba de otra manera y en otros mbitos. () nunca cre (ni creo) en el panfletoartstico. Para modificar la realidad est la poltica, no la historieta. (Breccia, E., 2008)
El guin biogrfico dista de ser lineal o descriptivo. El culto al coraje gobierna una trama
en la que el hroe ya no es un personaje ficcional sino un hombre de carne y hueso,
protagonista de la historia. El guionista hace suya la ideologa del Che y mediante una
narracin romnticay por momentos, apasionada, adhiere a los principios del humanismo
revolucionario. En un reportaje realizado en marzo de 1975,13 destaca la preeminencia de
Guevara por sobre otros escritores nacionales. Se trata de un momento en el que Oesterheld
haba asimilado su posicin radical, de all que el testimonio es retrospectivo y evoca su
aprendizaje poltico:
Ahora voy a decir algo que no lo podrn poner en el reportaje. Si me hubieranpreguntado cul es el mejor escritor argentino para m es el Che. Es uno de losintelectuales que ms defiendo. El tipo ms ledo en Argentina y el autor ms tradicional.El ms recomendado y el ms estudiado. Claro, algunos podrn objetarme que lo que lescribi no era ficcin. Sin embargo, Churchill recibi el Premio Nobel de literatura porla Historia de la Segunda Guerra Mundial. Con ese mismo criterio, el Che merece en laArgentina todos los premios habidos y por haber. El Diario del Che en Bolivia es unapieza nica. Todava estamos reeditndola. Por qu ser? Porque tiene ese valor a nota
periodstica y tambin a cosa vivida. (La Baadera del Comic, 2005: 32)
Tomando la cita, para Oesterheld el valor reside en la experiencia. En el Che, la ficcin
se transforma en accin y el deseo, en consecuencia. La declaracin connota un sentimiento
de admiracin: El Che Guevara, no slo escribe la aventura, sino tambin, la vive. Y all
quizs resida la profunda devocin que el historietista expresa sobre la vida del
revolucionario. Pero tambin hay una posicin en esta eleccin que de ningn modo es
13 En ese momento la cita est ausente. Ver, La Baadera del Comic, 2005.
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azarosa. El guionista, sita al Che escritor por sobre el canon literario: es el ms ledo, es
el ms estudiado. Nuevamente, la pretensin de legitimacin por el camino de la industria
masiva, se vuelve motor de su bsqueda.
Ahora bien, obviamente que la edicin y circulacin con venta en quioscos de esta
historieta, no iba a pasar inadvertida ni para el gobierno ni para ciertos medios decomunicacin en franco contubernio. Ya el slo nombre de Che Guevara, para entonces,
condensaba una serie de tensiones y principios de accin. Destaca Alberto Breccia:
La Vida del Cheprovoc una oleada de opinin, sobre todo en el gobierno de Ongana,incluso se public una editorial en el diario La Nacin vapulendome a muerte. Esoprovoc que la Embajada de los Estados Unidos lo comprara y a partir de eso laEmbajada da parte al SINE -Servicio de Informacin del Estado- que fue a mi casa y mehizo una ficha. La Embajada me llam, nos llam para felicitarnos y encargarnos quehicisemos la vida de Kennedy, que no se hizo, aunque ellos compraban la edicin... Y
despus el Ejrcito mientras el SINE me haca ficha como elemento subversivo- mepidi que hiciese una Historia del Ejrcito Argentino para repartir entre lossoldados,yo ped un precio altsimo por pgina y entonces no se hizo. (Breccia, 1973)
Otra ser la versin de Oesterheld sobre el incidente:
Llamaron a casa varias veces, seguro que eran del SIDE preguntando datos. Sabiendoque de cualquier modo los iban a conseguir, les di lo que queran. Ah, Breccia en esereportaje de BANG! dice que la embajada yankee quera comprarlo. La historia real esesta: la embajada me llam a m, no a l. () El editorial del diario La Nacin en contradel Che existi. Hablaba sobre el peligro que era tratar sobre un personaje tan
revolucionario como el Che. Lo que ocurri con la embajada es que yo tena all unamigo periodista de la poca de VEA Y LEA. Me llam, me dijo que haban estadoleyendo la historieta del Che y que les haba llamado mucho la atencin (...) meofrecieron ah mismo la moneda de la tentacin, que para hacer una vida como la deKennedy usted necesita ir all, documentarse, hacer una gran recorrida por todos loslugares en que vivi Kennedy, pasarse un ao, a lo mejor, preparando la historia. (LaBaadera del Comic, 2005: 31)
Ms all de cul haya sido la versin real y sus circunstancias, la edicin se distribuy
rpidamente y aquellos ejemplares an no vendidos fueron secuestrados al ser allanada la
editorial por la Polica Federal. Al cancelarse una importante cantidad de ttulos elemprendimiento editorial de lvarez qued trunco.14 Pero a pesar de la prohibicin de su
14Al respecto, destaca Enrique Breccia: Por Jorge lvarez llegamos a saber que el libro haba vendido bien yque tuvo una buena repercusin general. Pero nadie nos persigui ni apret. Ningn militar apareci por la casade mi viejo o por la ma. No fue mi padre quien destruy los originales, estos fueron sacados de la editorial por
personal de inteligencia del Ejrcito y luego destruidos. Es ms, nosotros nos enteramos mucho tiempo despusde qu haba pasado realmente con los originales. () Fueron destruidos los originales, no los ejemplares quesalieron a la venta y se vendieron, que son los que se siguen utilizando para imprimir las sucesivas reediciones
de la historieta. Por otro lado, nuestras vidas jams corrieron ningn peligro, salvo el de morirnos de hambre porla miseria que cobrbamos por nuestro trabajo. (Breccia, E., 2008)
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circulacin, una vez intervenida la empresa, La vida del Che alcanz a tener una
comercializacin relativamente exitosa:
sali a principios de enero, pleno verano, cuando no hay estudiantes en Buenos Aires.Con todo, para marzo se haba casi agotado. Al poco tiempo, fue allanada la editorial que
la public () No fue por el Che especficamente. Jorge lvarez editaba demasiadosttulos de izquierda y entonces fueron secuestradas montones de cosas. (La Baadera delComic, 2005: 26)
La impronta testimonial tanto en la grfica como en el argumento evidencia un cruce
entre historieta e historia. La presencia de los medios es notoria, fundamentalmente a travs
de la informacin periodstica. Naturalmente, las fotos son un dispositivo importante en la
iconografa del Che y la historieta retrata con la pasin del detalle, cada gesto inmortalizado
en los afiches, gigantografas y portadas grficas. Al respecto, destaca Enrique Breccia: la
nica documentacin grfica con la que contamos fueron dos ejemplares del diario cubanoGranma. (Breccia, E., 2008)
Al mismo tiempo, la utilizacin de un narrador omnisciente que no se involucra en la
historia, pero de la cual es un testigo confiable, le facilita a Oesterheld, trazar su visin de
mundo: Rusia esconde imperio en su comunismo internacional. Tambin Mao hace su juego
y siguen el ajedrez y el dividendo y entretanto el piojo y el hambre. Evidentemente, es
sensible a los temas que irrumpen de la coyuntura y que conciernen al movimiento
insurreccional. En este sentido, la imaginacin guerrillera, en el lmite de la izquierdaintransigente, pona de manifiesto la creencia irreductible en la voluntad revolucionaria. De
all que el guionista anuncia en las lneas biogrficas sobre el Che su conversin al activismo
y organiza los hechos en funcin de un desenlace extremo:
Es tiempo ya del hombre nuevo (...) todos los das hay que luchar porque ese amor a lahumanidad viviente se transforme en hechos concretos, en acciones que sirvan deejemplo, de movilizacin... el revolucionario se consume en esa actividad ininterrumpidaque no tiene ms fin que la muerte.
La cita revela que para Oesterheld la entrega a la lucha armada para producir el cambio
social, necesariamente lleva a la muerte. En este sentido, la militancia supone una entrega
deliberada y una disponibilidad completa. La mencin de un hombre nuevo no debe pasar
inadvertida: el hombre nuevo, revelaba bien esa superposicin de la lucha poltica con una
ascesis subjetiva que deba alcanzar, idealmente al menos, una dimensin redencional
(Vezzetti, 2002: 96)
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Y entonces, Oesterheld reconoce en la trayectoria del Che ese compuesto ideolgico que
no es ajeno al movimiento montonero, del que formar parte poco tiempo despus. La visin
romntica de la experiencia guevarista, vena a exaltar la visin de una acumulacin
contestataria en donde la inmolacin era uno de los caminos posibles del acto heroico. La
referencia a una actividad ininterrumpida parece aludir a una situacin sintomtica: la delrevolucionario que da la vida por la causa poltica y la del escritor industrial que entrega su
obra a cambio de una retribucin lucrativa. En su discurso la opcin por los pobres es la
opcin por la liberacin. Nuevamente, la ficcin y la historia se deslizan como registros que
funcionan alternadamente en el relato:
Japn, la llaga desierta de Hiroshima, India, Ceiln, Pakistn, los pases de Kipling ySalgari tan diferentes, tanta Revolucin todava ()La ruptura con Estados Unidos estotal, antes hroes ahora supervillanos, el Che no se da descanso, el bloqueo econmicotrae tantos problemas, Cuba seguir adelante, slo una invasin podra frenarla. MartinezEstrada, el ya anciano ensayista argentino visita al Che.
Se elige como estrategia narrativa la supresin de los verbos. Este recurso, que produce
el encadenamiento de frases por medio de comas, genera una cadencia rtmica, potica por
momentos, que acompaa la fuerza opresiva del dibujo: los mismos ojos cavados en tanto
ensueo intil, brazos palitos, vientres redondos del raquitismo. Se busca interpelar con
informacin documental pero sin dejar de recurrir al registro emotivo cuando se describen los
acontecimientos: es el primer banquero del mundo con traje de fajina, toma mate en el
despacho, whisky no, pero es el ms organizado. Las imgenes son sostenidas a travs de
cualidades que dan cuenta del temple y el sacrificio. Se trata de una semblanza que se impone
como ejemplo de coraje y rectitud. En definitiva, un modelo ideal para ser imitado.
Los rostros de Mao, Nasser, el Che, Pern, Fidel Castro se inspiran en fotografas de la
poca. El uso de fotografas para recrear lugares y figuras produce en la historieta un efecto de
verosimilitud: por un lado, el uso de la foto para componer un clima de credibilidad
biogrfica, por el otro, los recursos de la experimentacin. El uso de la tinta en las escenas
trgicas, busca transmitir las condiciones opresivas de la trama: los rostros siempre ntidos y
luminosos, sobre los escenarios blicos y caticos.
Paralelamente y formando parte de un proyecto ms amplio de trazado de biografas,
Breccia y Oesterheld comenzaron a trabajar en el argumento de La vida y obra de Eva
Pern.15El perfil sobre Eva Pern sali a la venta en 1970, a un precio de tres pesos, sin
15 Son tiles los comentarios de Javier Doeyo a propsito de los problemas de edicin que tuvo la obra. El editorreedit la historieta en el ao 2002. En esa ocasin se omiti el texto de Murray para ofrecer una versin
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ninguna referencia editorial, imprenta o distribuidor. La manera irregular en la que fue
publicada la historieta desat versiones sobre el financiamiento por parte de la CGT,
interesada en el proyecto por mediacin del periodista Luis Alberto Murray. La unin de
Murray y Oesterheld en la composicin del texto es emblemtica de la transformacin
ideolgica del guionista. Para entonces frecuentaba los crculos del peronismo que msadelante lo llevaran a su militancia combativa.16
La historieta parece constituir una pieza de retrica oficial de los aos del peronismo. En
este sentido reenva a principios de la dcada del setenta, imgenes, valores y
representaciones de ese imaginario. El poder de evocacin y la carga simblica de las
imgenes y de la propia biografa de Eva Pern, condensan una tradicin selectiva del
pasado. En esta operacin se excluye una mirada crtica o balance en pos de una estrategia
para crear consenso. El guin adquiere una expresin pica centrada en la deferencia y elhomenaje y las vietas ponen al descubierto una prosa cargada de metforas y oposiciones
unilaterales. El tono idealista (cuando no directamente mesinico) convierte a la historia en un
panfleto. El vector de la trama es La razn de mi vida y de esta forma la historieta se
convierte en relato dibujado de la biografa de Eva Pern:
El caso de los despojos inmortales escamoteados al pueblo no puede continuar siendo untema detectivesco, sin precedentes en el mundo. Resolverlo no constituir solamente unacto de reparacin histrica; tambin brindar una segura prenda de paz entre los
argentinos, meditmoslo antes de sumergirnos en esta epopeya del amor militante.
Cuando Oesterheld escribe estas lneas Pern estaba exiliado, los militares en el
gobierno y el cuerpo de Eva Pern desaparecido. Las ominosas andanzas del cadver de Eva
Pern, son retratadas con carga dramtica en el relato. La narrativa parte de los materiales que
provee la cultura de masas (diarios y revistas de poca) y de la propia biografa de Eva Pern.
De all que su autor no se posiciona slo como guionista: sino como cronista de los hechos. Es
decir, se ubica en un lugar de autoridad para contar la vida y la muerte de Evita:
Transcurridos varios aos, la figura de Eva Pern es ya evaluada de distinto modo hastapor quienes la combatieron, aparecen volmenes sobre ella. En algunos casos estudios
actualizada del argumento. Asimismo, se le quitaron a los dibujos los colores originales de la poca,convirtiendo la edicin en un libro en blanco y negro. De all que opt por trabajar con la versin realizada por lacoleccin de historietas del diario Clarn. Si bien la resolucin de impresin y la calidad del papel dista de serptima, es evidente que resulta un documento ms exacto de la frustrada empresa. Para contrastar ambasediciones, ver: Evita, vida y obra de Eva Pern (2002) y Evita/El Che(2007).16 Segn relata Elsa Oesterheld, entre 1951 y 1952, le ofrecieron a su esposo escribir la vida de Pern,
instalndose con todas las comodidades incluso en la quinta presidencial de Olivos. Como un antiperonistadeclarado, ste desisti. (Baylo y Stefanello: 1997)
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sociolgicos serios y objetivos. Simone de Beauvoir declara hallarse profundamenteinteresada por el personaje. Se anuncian pelculas biogrficas.
Cabe advertir que la historieta parte del esquema peligro-lucha-triunfo, generando desde
el inicio la previsin del desenlace: el destino fatal est inscripto en la trayectoria de Eva. La
posicin es la de la resistencia peronista y la biografa reconstruye paso a paso los atributosdel mito. Siguiendo la interpretacin de Sarlo: Emblema de la revolucin peronista, Eva era
una antorcha(Sarlo, 2003: 30). Nunca es excesiva su entrega porque la mueve la conviccin
de que la revolucin no poda producirse en su ausencia. Destaca la historieta:
En las giras proselitistas de Pern por el pas, Eva Duarte ahora denominadapomposamente, Mara Eva Duarte de Pern lo acompaa y une su voz a la de losdescamisados que van proclamando anticipadamente la voluntad nacional. Como alpromediar el 17 de octubre, la fervorosa fe de Eva le impide dudar del triunfo.
Resulta sintomtico en el texto el dimensionamiento de la figura de Evita por sobre la de
Pern. Es a ella a quien el guionista busca sublimar como leyenda extraordinaria. El supuesto
antiperonismo de Oesterheld, que alega su crculo ms ntimo como una etapa previa a su
militancia, tiene ms que ver con el rechazo al lder carismtico y a la construccin pica del
rgimen que con una diferencia respecto del modelo de pas que se propone. Su relato es
guiado por una pasin retrospectiva, teniendo en cuenta que Oesterheld no era peronista
durante el peronismo. Evita, en cambio, en su discurso, es representacin del pueblo,construccin simblica de la gesta revolucionaria. Precisamente, en el momento en el que
escribe esta biografa, ya hay una presin por parte de las fuerzas militarizadas hacia la
posicin que ocupa (o debera ocupar) el General, la mxima autoridad del movimiento:
Peor que Hitler y que Mussolini, olor a bosta de caballo en el teatro Coln.Ella es una perdida, lombrices de tierra sabes el ltimo de Farell? Hay que sacarle lamuela por el traste, Pern no le deja abrir la boca.
Los dibujos acompaan con agudeza el texto y no se separa de los efectos de fascinacindel imaginario peronista. Las imgenes son fotografas mentales: si el dibujante no estuvo all,
para registrar los hechos, siempre estn los abundantes registros de los medios grficos.
Algunos cuadros parecen directamente fraguados al calor de las revistas de la poca. Pura
hiprbole y exageracin son conos reverentes de la propaganda peronista.La esttica de la
ilustracin, es esencialmente pop. El color estridente y los recursos grficos utilizados parecen
imitar la produccin del arte masivo y comercial. Lo interesante aqu es que el dibujante no
aplica estos criterios para una produccin excepcional sino en una historieta en donde el
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acento no estaba puesto en la esttica sino en la ideologa. La dimensin de esta alegora
grfica es resaltar las virtudes extraordinarias de Eva Pern fundada en el culto
personalizado y la propaganda oficial. En cuanto a la esttica textual, los cartuchos de los
cuadros son excesivamente grandes. Largos tramos deLa razn de mi vidason transcriptos e
ilustrados con vehemencia y retrica militante.Vale la pena contrastar el arte grfico de estas biografas. Mientras que los textos en
ambas historias, mantienen una relacin de proximidad, en la dimensin del dibujo la
diferencia es relevante. En la ltima vieta del Che Guevara, la composicin en un nico
cuadro general, abarca toda la pgina y se recorta sobre un fondo negro. En este caso, la
imagen se torna una oscuridad abstracta y en el cuadro final de Eva, todo es luminosidad y
resplandor. El texto acompaa el homenaje a partir del cual se busca potenciar el mito y
evocar pasiones. Finalmente, el cuerpo poltico sobrevive al fsico: Mientras tanto el puebloque la adoraba en vida, agradecido, mantiene intacto su fervor. Eva Pern es ya algo ms que
poltica y conflictos sociales. Es historia argentina, americana y mundial.
Cuerpos irredentos, vienen a representan a travs de las imgenes una pica de la
resistencia. Ambas historietas producen un tratamiento de la muerte en el que la potencia
simblica de estas figuras, prevalece por sobre su desaparicin fsica. Si bien ambas
biografas comienzan narrando la infancia de sus protagonistas para concluir con la crnica de
sus muertes, podra decirse que el final es el principio y que el relato de la muerte es promesa
de futuro. Los rostros petrificados se vuelven imperecederos. El cuadro final de la historieta
del Che es revelador. En un juego de sombras la tinta china recubre la pgina:
El cuerpo a vallegrande, formol en las venas, conviene enterrarlo en un buen cajn, esos, ni cruz ni marca en la tumba. Torpe rito de la muerte que ya es vencida, la sangre delChe es ya gota en el ro de la tanta sangre derramada contra el hambre y la cadena de sunombre, amor y accin, pone de pie a las juventudes del mundo, las echa a andar.
La imagen que Breccia elige para narrar el ltimo cuadro de la historieta, no es
accidental. Justamente esta imagen fue utilizada de modo recurrente y tuvo un lugar destacado
en zonas de la produccin cultural. (Mestman, 2006: 44) Se trata de la fotografa tomada por
el fotgrafo boliviano Freddy Alborta, tras la ejecucin del Che en La Higuera. La historieta
utiliza esta imagen y la tomada por Alberto (Daz Gutirrez) Korda en la que se ve al Che con
la estrella de cinco puntas en su boina y la mirada fija en el horizonte. Ambas fotos, la del
guerrillero heroico y la del cadver vivo se presentan en continuidad como apelando a la
continuidad de la lucha.
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De all que no resultara extrao que esas vietas finales hayan sido copiadas
directamente de los registros cinematogrficos, televisivos y grficos de la poca. En el
documental La hora de los hornos (1968) la imagen del cuerpo del Che clausura la primera
parte del filme. El montaje registra tomas cercanas, mientras que la cmara permanece
inmvil: finalmente, en primersimo primer plano el rostro de Guevara persiste en la pantalladurante varios minutos, mientras una voz en off interpela al espectador con un mensaje de
resistencia y rebelin.
Estas biografas ofrecen un relato a fin de producir ya no un efecto de realidad
caracterstico de la ficcin, sino la ilusin del discurso histrico. Son historietas que recurren
a citas, fotografas y recortes de prensa. El resultado es una representacin ambivalente en la
que la subjetividad manifiesta socava la pretensin histrica, as como su capacidad crtica. A
la manera de una memoria visual planificada, compusieron una matriz en la que laexaltacin nacionalista se vuelve no slo inevitable, sino su nica razn de ser.
5. Mercado, medios y poltica
La visin retrospectiva de lo que fuera el peronismo, slo se hace inteligible a la luz de
la industrializacin y el cambio en la estructura socioeconmica experimentada en el pas a
partir de la dcada del treinta. La mirada de Oesterheld, estuvo teida de la situacin
revisionista que se gener al interior del campo intelectual y poltico de la izquierda nacional
despus del golpe del 55. El revisionismo cobra una fuerza creciente, desde la segunda mitad
de la dcada del cuarenta, cuando los crculos ideolgicos no peronistas (fundamentalmente el
partido comunista y el partido socialista) comprueban que el peronismo no era una figura
pasajera de la Argentina industrial. (Altamirano, 2003: 53)
De all que Oesterheld mantenga un vnculo con la agenda de los intelectuales de los
sesenta, aunque no formase parte de un campo legitimado por sus instituciones. Con matices,
su posicin puede vincularse al tipo de escritura inclasificable de Rodolfo Walsh, en el
marco de una tradicin que propone una narrativa vinculada a lo poltico.Ambos reclaman
una literatura de hechos (a partir de elementos documentales que active la comprensin
poltica de los lectores) y que trascienda, los principios de la literatura realista.
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Es clave la relacin de El Eternauta con Operacin Masacre.17Las obras salieron al
mercado en 1957,18 se publicaron por entregas y en sus sucesivas reediciones, los autores
modificaron el prlogo, haciendo del relato un instrumento de lucha poltica. En cuanto al
argumento, las historias son confrontables en varios tpicos. Por ejemplo, los personajes
Livraga y El Eternauta, son los narradores y ambos irrumpen una noche de invierno en larutina de los escritores para contar los hechos. Mientras que en El Eternauta, los amigos
interrumpen su partida de truco, en Operacin Masacre, el juego que se suspende es el
ajedrez. Adems, en ambas ficciones el anuncio se escucha por radio.
Aunque partan de gneros narrativos distintos (en Walsh el relato policial y la novela
negra y en Oesterheld la ciencia ficcin y la aventura) operaron desde la industria cultural
para establecer una comunicacin poltica con sus pblicos reclamando de este modo la
efectividad de las formas. Por otro lado, el uso de archivos y de fotografas para laelaboracin de las tramas tambin supone un tipo de escritura ligada a los recursos
profesionales nacidos al calor del periodismo. Oesterherld y Walsh manejaban esa destreza
para la creacin de sus personajes y la ambientacin de sus historias.
El guionista destac que entre los escritores argentinos, ste era su favorito porque era
un autor de gran xito popular y porque cuando se habla del boom, de nuestro boom, y se
habla de Cortzar y de Sbato... Para m Walsh est muy por encima de todos. ( La Baadera
del Comic, 2005: 32) Con esta afirmacin daba cuenta de que el vnculo que compartan no se
limitaba a sus empresas innovadoras19o el haber comenzado sus carreras como correctores
literarios. Desde los mrgenes del sistema busca asegurarse una posicin rentable: Seguro
que Borges hubiera hecho grandes guiones de historietas. Como otros autores argentinos. Por
ejemplo, Rodolfo Walsh, ese es un buen guionista. Le hace poco una obra de teatro suya La
Granada- y es un guin estupendo.(Baadera del Comic, 2005: 22)
Por otra parte, Oesterheld reconoce en Walsh la impronta poltica: los dos haban pasado
de ser antiperonistas declarados a sostener una visin nacional populista de la historia, hasta
comprometerse progresivamente con la militancia del peronismo de izquierda. Obviamente,
17 Pablo Alabarces relaciona algunos hitos de la vida y obra de Walsh y de Oesterheld, no slo desde laconcordancia cronolgica que existe entre sus obras, sino tambin y fundamentalmente, con particular nfasis enel contexto histrico y cultural en el que estas narrativas se producen. Ver: Alabarces, 1991.18Operacin Masacrese edit originalmente por entregas enMayora(de mayo a julio de 1957) y slo ms tardese public en formato de libro.19Oesterheld arma el proyecto de Frontera en el 57 y Walsh, en 1959 es co-fundador de Prensa Latina, la primeraagencia noticiosa concebida para reorientar el flujo informativo latinoamericano. En 1968, el mismo ao en elque HGO emprende las biografas del Che y Evita, Walsh dirige el semanario de la Confederacin General del
Trabajo de los Argentinos, para proponer desde all otra lectura de los hechos noticiosos.
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ambas trayectorias adems de dar cuenta del funcionamiento de los medios masivos durante la
etapa, forman parte de una sensibilidad en la que la acentuacin del proceso de radicalizacin
lleva a la valorizacin del uso de la violencia como opcin legtima.
Cabe anotar las diferencias entre los itinerarios. Si bien ambos realizan el periplo
antiperonismo/peronismo y parten de una literatura menor como espacio de comunicacinpoltica, no se puede confrontar con ligereza la escritura de Walsh y la de Oesterheld. Dnde
publican y quines son sus lectores se vuelve un problema ms complejo. Si hay similitudes
en el plano poltico en las formas de intervencin se advierte el contraste: la distancia tiene
que ver con la relacin que cada uno mantiene con el mercado. En el caso de Oesterheld la
defensa de lo nacional popular funciona como estrategia retrica de su posicionamiento en
el mercado. El hecho es sintomtico, el guionista construye un discurso en el que la eleccin
profesional deviene en compromiso y la industria se constituye como espacio de denuncia.Al explicitar su condicin de escritor de mayoras y reivindicar al medio como lugar
privilegiado para dirigirse a las masas obtiene ventajas comparativas respecto de sus pares.
Mientras que en Walsh, el periodismo es una eleccin ligada a un proyecto de
descolonizacin cultural y acompaamiento de la accin revolucionaria, en Oesterheld, la
historieta tambin es su medio de subsistencia econmica. En otros trminos: la preocupacin
por la dimensin formal de su obra, le permite detentar una posicin distintiva. En el caso de
Rodolfo Walsh, ya en la primera mitad de los setenta, el dilema se resuelve de manera
perentoria: entre el oficio literario y la militancia, elige sta ltima.20 Por el contrario,
Oesterheld no abandona nunca la historieta, el mercado sigue siendo su espacio de realizacin
hasta el momento de su secuestro.
Por otro lado, lleva adelante una escritura selectiva: en determinados medios publicaba
sus guiones militantes y en otros, los de entretenimiento y produccin ligera. Este itinerario
se quiebra a principios de los sesenta, cuando el mtodo de trabajo ya no es posible.
Significativamente, despus de la clausura de El Eternauta, insiste en Gente con una
nueva historieta: Dos entre la Gente. La serie comienza a ser publicada en enero de 1970,
con un anuncio de portada que celebra: Seguimos con las historietas. Probablemente, la
empresa con la edicin de una nueva historieta del autor busc probar que El Eternauta no
haba sido censurado por motivos ideolgicos.
20Rodolfo Walsh tuvo que pasar por el fracaso de la militancia poltica y experimentar la imposibilidad de hacerlo que denominaba una literatura revolucionaria para volver a reconocer el carcter dinmico que podan tener
las posiciones que le ofreca la tradicin letrada (Aguilar, 2000: 12)
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A diferencia de la historia anterior, crtica y con zonas de ambigedad a nivel de la
trama, esta vez, la serie narra la vida de Cecilia Lezama, hija de un matrimonio de clase media
y empleada en una tienda de discos. Ya aburrida de las poesas mediocres que le recita su
amigo el tacho (el personaje tiene la cara de George Harrison) comienza a salir con un
adineradoplayboy.Cecilia piensa en l como la protagonista de una telenovela de la tarde:jugador de polo, estanciero, corredor de autos en Europa, mam se desmaya si me ve hablar
con l, casi dos metros y tan quemado, esta para un pster.
La rutina se quiebra con la llegada de el nacionalista; el joven que tiene el rostro de
Alain Delon, le cuenta que va a emigrar porque no tiene posibilidades de progresar en la
Argentina. 21 Por espacio de casi tres meses la historia narra las contradicciones con los que
se enfrenta la joven y su nuevo novio: quedarse o aceptar una inmejorable propuesta
econmica en Estados Unidos?.Asimismo, y con dibujos de Rubn Sosa, Oesterheld guionauna biografa deLos Beatles. La historieta fue publicada en 1968 por editorial Hached para
su coleccin Historias de hoy en Historietas.22Si bien los dibujos son destacables, la trama
se revela lineal y mediocre, no ofreciendo mayores apuestas narrativas.
En estas ltimas historietas, el guionista desatiende su escritura al formular relatos con
estructuras sencillas y sin variaciones estilsticas. El tpico de la invasin aliengena, se
vuelve un argumento reiterado a partir de entonces. Por ejemplo, en El Astrn de La Plata
(1969), una tira semanal publicada en el suplemento de historietas del diario Gaceta de la
Tarde. Esta vez, la historieta narra una invasin a la ciudad de La Plata. Su protagonista,
Lucho Fuentes, es un aventajado estudiante que ha relegado sus estudios universitarios para
dedicarse a la bioelectrnica y bioingeniera. Su genialidad reside en el don de recibir
comunicaciones telepticas que lo llevan a producir aparatos de avanzada.
La aventura tiene lugar junto a su ex profesor del Colegio Nacional, el seor Lugones
y los ayudantes de su taller, Cosme y Chango. Un mensaje teleptico que recibe el
protagonista los lleva a un pasadizo ubicado en el Museo de Ciencias Naturales. Se trata de la
morada de un extraterrestre, quien les dar una revelacin: la tierra ser invadida y habr que
actuar rpidamente. Los aficionados construyen una televisin intergalctica, una red de
terminaciones nerviosas con ojos y cerebro que logra salvar a la tierra del ataque inminente.
21 Cecilia: Este pas? Qu tiene de malo este pas?
Marcos: Mucha bandera idolatrada, mucho santo de la espada mucha frase hecha y todava no sabemos haceruna eleccin como la gente! Y siempre pensando en el prximo golpe! (...) Yo no tengo nada contra el pas, mecuesta dejarlo, creme. Pero quiero hacer algo importante en mi carrera, quiero ser gelogo de verdad. Y aqufalta todo, laboratorios, equipos, profesores que te enseen como se debe....
22Cabe advertir que las ltimas pginas fueron dibujadas por Dalfiume.
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Otro ejemplo que permite dar cuenta de la consolidacin de un discurso televisivose
advierte en la historieta Marvo Luna, publicada en Billiken entre 1971 y 1973. La serie
relata la historia de un nio, conocido como Ovni Gonzlez, que al salir de clase procede al
rescate del dueo de la juguetera El plato volador, apresado por extraterrestres. En el patio
del colegio hay una zona en la que los objetos desaparecen sin explicacin alguna. Prontodescubren que all debajo hay una enorme grabadora de televisin que registra el plan de
invasin: arrojar una bomba reticular sobre Buenos Aires.23La historieta tiene final feliz
y los tenaces estudiantes logran vencer al enemigo intergalctico.
Resulta sintomtico que estas historietas no planteen un lmite al saber hacer en la
televisin. De tal forma que sus protagonistas se parecen mucho a los aficionados de la radio
y sus televisores intergalcticos a los aparatos primitivos construidos por stos. El
argumento se revela paradjico cuando vemos que quienes producen estos inventosmaravillosos son nios habilidosos o estudiantes que abandonan sus estudios universitarios.
As, el juego y el didactismo, son valores suficientes para sortear las desigualdades culturales.
Las novedades tecnolgicas y el futuro anticipado por los medios tambin es el eje de
El turista del tiempo (Gente 80 Vida Cotidiana, 1970). Con guin de Oesterheld y dibujos
de Duraona los episodios hablan de lo que se desconoce con un lenguaje corriente y
coloquial: la computadora central te manda a tu casa, va satlite, las pginas que te
interesan, tu computadora las imprime por muchos menos centavos de que lo que hoy pagas
por el diario que compras en la esquina. Se salvarn las revistas y los libros caros: los de
bolsillo sonarn tambin, los tendrs en casa va computadora por monedas. Sin dejar de
lado su didactismo tranquilizador en esta historieta como en varias de las resea das,
abundan las hiptesis de un futuro cercano en el que el sujeto sigue organizando sus ritos
cotidianos sin alteraciones mayores.
Las tramas oesterheldianas configuran un sistema de hibridacin entre lo tradicional y lo
moderno, el imaginario futurista y la pervivencia de matrices costumbristas. Los argumentos
se tornan reiterativos y funcionales al buen sentido corroborando as las reglas del
mercado. En las historias descriptas se evidencia la presencia de los medios. Las referencias a
la televisin, a las revistas y al cine son una remisin constante durante esos aos. Estas
historias podran ser ledas, indistintamente, en las pginas de una historieta o en la pantalla
de un televisor de la poca.
23Cada episodio estaba integrado por entregas semanales de dos pginas a color. Los dibujos fueron realizados
inicialmente por Francisco Solano Lpez reemplazado luego por Jos Muoz.
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Es el caso de Artemio, el taxista de Buenos Aires que antecede por pocos meses al
xito televisivo Rolando Rivas, taxista. La vinculacin entre la serie y la telenovela fue tal
que Cielosur publicit por medio de un aviso en los diarios que la historia escrita por
Oesterheld no estaba inspirada en la serie televisiva.24En Canal TV(que por entonces haba
pasado a formar parte de la empresa) Oesterheld comienza a adaptar pelculas acompaadopor distintos dibujantes: Doctor Zhivago (1972)y Amor sin Barreras (1972)entre otras.
Asimismo, en Billiken adapta en formato de entrega semanal, ttulos como Sherlock
Holmes (1973), Veinte mil leguas de viaje submarino (1975) y Martn Fierro (1975).
Las otras historietas, las publica en medios reservados al accionar revolucionario. Del
antiperonismo, pasando por el socialismo humanista, hasta su inscripcin en la guerrilla
montonera, realiza un periplo personal que es, al mismo tiempo, el derrotero que siguen otros
intelectuales de la poca. Podra sostenerse que en su produccin a lo largo de treinta aos hayinflexiones marcadas por el surgimiento, la cada y el regreso del peronismo al poder. Pero si
la escritura poda funcionar hasta entonces como un arma eficaz a una salida reformista,
poco despus ese recorrido ya no ser posible.
24 Se public en la revista Top Maxi Historietas, los dibujos son de Nstor Olivera, a excepcin de algunosepisodios realizados por Pablo Zahlut y Rubn Sosa. La serie deja de editarse en 1972. Cabe destacarse que Top
Maxi Historietas (dirigida por el dibujante Csar Spadari) se distingue de las publicaciones del medio. En suprimer nmero adems de Hctor Oesterheld, participa Osvaldo Lamborghini.