EL PAPEL DE LA RELIGION EN LA PLANIFICACION...
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EL PAPEL DE LA RELIGION EN LAPLANIFICACION FAMILIAR·
Dr. Segundo Montes
Los organizadores de la "Oulnta Conferencia sobre la anticoncepción quirúrgica voluntaria" hanquerido tomar en consideración elpapel que juega lo religioso en laconciencia colectiva y popular enuna región, como América Latina,en la que la religión católica es lapredominante, constituye una poderosa fuerza social e ideológica, y lareligiosidad popular está demostrando la profundidad de su inserción, de sus raíces y potencialidades.
El que se me haya invitado apresentar esta ponencia, a la vezque me honra, me supone' un reto,no tanto frente a un foro en el quepredominen puntos de vista y motivaciones distintas a las que voy apresentar -dada la temática de esta Conferencia-, cuanto frente auna realidad social interpelante entodo su contexto.
Mi presencia y participaciónaquí de ninguna manera corresponde a la de un representante o vocerooficial de la Iglesia Católica. He sido
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invitado a título personal, en candadde profesional sociológico e investigador universitario, aunque tambiénsoy sacerdote. Estoy persuadido-y por ello he aceptado estainvitación- de que la calidad profesional y técnica de los participantes,así como la motivación unánime delos presentes en buscar y encontrarsoluciones a los graves problemashumanos y sociales de nuestrospueblos, será la base de entendimiento y comprensión mutua paraun diálogo entre concepciones y opciones distintas del problema.
1. Postura oficial jerárquica de laIglesia Católica.
La explosión demográfica, asícomo la aplicación de la ciencia yde la técnica a los métodos artificiales de la regulación de la natalidad, son fenómenos recientes, almenos como hecho global, como to-
* Ponencia para la "5th International Conterence on voluntary Surgical Contra
ception" (Santo Domingo, República Dominicana, 5-8 diciembre 1983)
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ma de conciencia colectiva y mundial, y como base de discusiónético-moral (Gaudium et spes, No.5). La iglesia católica ha abordadoeste tema en extensión y profundidad, dictando normas sobre la moralidad de tales actos. Dejaré a unlado otros documentos anterioressobre el tema, y me referiré a losprincipales publicados desde elConcilio Vaticano II hasta los másrecientes, aunque partiré de los últimos hacia atrás.
El último mensaje papal sobreel tema, conocido al momento de redactar estas líneas, ha sido la alocución que d~rigió el 17 de septiembrea unos 50 sacerdotes que participaron en un seminario de estudios, celebrado en Roma, sobre el tema ..Laprocreación responsable: fundamentos científicos, filosóficos y teológicos". El párrafo más claro yestricto de Juan Pablo II es el siguiente:
"Bajo esta perspectiva, lacontracepción debe juzgarse,objetivamente, tan profundamente ilícita que jamás puede,por razón alguna, ser justificada. Pensar o decir lo contrarioequivale a defender que en la vida humana se pueden producirsituaciones en las cuales eslícito no reconocer a Dios comoDios". (ECCLESIA, pág. 8).
El periódico madrileño EL PAISrecoge algunas de las primerasreacciones de sorpresa y de críticaa tal declaración pontificia. Tambiénlos periódicos locales recogieron,sin crítica alguna, la noticia, lo mismo que otra ulterior dirigida una semana después a un grupo de obispos en la que ratifica y amplía talesnormas morales (Diario de Hoy; ElMundo).
El 22 de noviembre de 1981Juan Pablo II daba respuesta a la solicitud de los obispos reunidos en elSínodo de 1980, firmando la exhortación Apostólica "Familiaris consortio". En este documento el Papava analizando y tratando el tema dela familia y de la sexualidad desdedistintas perspectivas a la luz delpensamiento católico. Proclama latotalidad del amor conyugal y lasexigencias de una fecundidad responsable, entre otras cualidades dela familia crlstlana (No. 11), reafirmala posición de Pablo VI expresadaen la "Humanas vitae" (29), insisteen la opción de la iglesia por la vida(30), condena las políticas nacionales e internacionales de presión porla anticoncepción artificial como decisión personal de los esposos altiempo que propugna por los métodos naturales de limitación de la natalidad y ofrece apoyos y orientaciones pastorales (31 y ss.).
Pablo VI firmaba el 25 de juliode 1968 su encíclica ..Humanae vitae" -el documento papal más polémico de los últimos tiempos-,tras años de estudios y discusionesde una comisión de especialistas enlas distintas áreas relacionadas conel tema. Arranca de una visión global del hombre, para reflexionarsobre. el amor conyugal, la paternidad responsable (7-10), Y poderasentar los principios de que hayque respetar la naturaleza y la finalidad del acto matrimonial, ya queson inseparables uno del otro aspecto: unión y procreación, así como la fidelidad al plan de Dios (1113). Define a continuación las "víasilícitas para la regulación de los nacimientos", cuales son los métodosartificiales (14), aunque acepta la licitud de los medios terapéuticos(15), y sostiene la licitud del recurso
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a los períodos infecundos (16), recalcando incluso las' 'graves consecuencias de los métodos de regulación artificial de la natalidad" (17). Acontinuación presenta las "dlrectivas pastorales", con una actitud ala vez comprensiva y exigente (1922), así como exhortaciones a las diversas instancias civiles y religiosaspara que propicien la implementación de estos prlnclpfos morales(23-31 ).
El Concilio Vaticano 11, reunidoen Roma de 1962 a 1965, supusouna profunda renovación de la iglesia católica en todos sus aspectos.Ya desde la Constitución dogmáticasobre la Iglesia insinúa que, a trnitación de Cristo, debe ser una iglesiade los pobres yde los oprimidos (Lumen gentium, 8), y a continuación ladefine como "pueblo de Dios" (10 Yss.)
Es en la "Constitución pastoralsobre la iglesia en el mundo actual"donde aborda el tema que nos interesa de forma explícita. Primeroasienta los principios de la "dignidad de la conciencia moral" y de la"grandeza de la libertad" (Gaudiumet spes, 16 y 17), que son los que endefinitiva deben guiar la conductade cada uno y por los que deberádar cuenta a Dios. Luego exalta la"dignidad del matrimonio y de la familia" (47-52), destacando sus valores y su misión, otorgando al amorconyugal un valor en sí mismo, sinsubordinarlo a la fecundidad -como se lo había considerado tradicionalmente-, como un fin delmatrimonio mismo a la par de la fecundidad (49-50).
Por lo que se refiere al temaque nos interesa, el Oonctllo Vaticano II insiste en que los padres adopten una decisión profunda y respon-
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sable, tomando en cuenta todos losaspectos personales y sociales dela vida, en cuanto al número de hijosy su distanciamiento, con un juiciopersonal ante Dios, pero que esaconciencia por la que en definitivase han de regir debe ajustarse a laley divina y al magisterio de la iglesia que interpreta aquélla a la luz delevanqelio (50). Para las dificultadesconcretas de los esposos, el Concilio sostiene que se deben preservarlos valores fundamentales del matrimonio y de la familia, pero ño se deben dejar llevar únicamente por motivos subjetivos de buena voluntad,sino por criterios objetivos de moralidad, por lo que el aborto es repudiable desde todo punto de vista, yes ilícito acudir a métodos reprobados por el magisterio de la iglesia encuanto a la regulación de la natalidad (51).
En esta breve incursión por losdocumentos y textos eclesiásticosrecientes, a la vez que advertimos lapostura doctrinal de la iglesia católica sobre la sexualidad matrimonial,podemos percibi r también un proceso y una correlación. Desde el Vaticano II hasta la última alocución deJuan Pablo II ciertamente se manifiesta una evolución en el pensamiento jerárquico oficial, así comouna precisión cada vez mayor en lasnormativas. Además, hay una correlación inversa entre el peso de autoridad de cada documento y la actulizaci6n en el tiempo junto con laestrictez prohibitiva en cuanto a ~licitud moral del uso de anticonceptivos artificiales.
Cuanto más antiguos son losdocumentos referidos, tanta mayorautoridad tienen para los católicos:la máxima es para un Concilio. como en este caso el Vaticano 1,. me-
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nor para una encíclica, como la dePablo VI, menor-aún para una exhortación apostólica, como la de JuanPablo 11, Y todavía es menor la dealocuciones dirigidas por un Papa.Por otro lado, como hemos ido apreciando, los documentos de mayorpeso autoritativo y de mayor antigüedad están más abiertos a losgrandes principios, a la responsabilidad de la propia conciencia; pero amedida que avanzan en el tiempo ydisminuyen en peso de autoridad,también descienden a una mayorconcreción normativa y a un cierrecada vez mayor para la libertad yautonomía responsable de la conciencia cristiana.
La encíclica "Humanas vitae",que a nivel mundial despertó unafuerte polémica, también en el senode la iglesia católica suscitó un movimiento de reflexión y de orientación pastoral. Numerosas Conferencias Episcopales nacionales-entre .Ias que se pueden citar lasde Italia, Bélgica, Canadá, Alemania, Francia y España- mostraronsu adhesión y obediencia a laencíclica, al tiempo que exaltabanprincipios y valores proclamados enel Concilio Vaticano 11, y dictabanorientaciones pastorales para losesposos que se-veían afectados porel problema, a fin de iluminar suconciencia, responsable última anteDios (Rahner, 1968).
También la Conferencia del-Episcopado Latinoamericano (CELAM) ha reflexionado sobre el temaen sus Conferencias Generales. Enla segunda, que tuvo lugar enMedellín, Colombia, en 1968, PabloVI, en su discurso de apertura del 24de agosto, hizo referencia a la "Humanae vitae" y retomó las ideasprincipales de dicha encíclica, con s-
ciente de la dificultad de su aplicación en el mundo subdesarrollado(Medellín, págs. 27-28). El documento tercero de Medellín se titula FAMILIA Y DEMOGRAFIA; en él, después de analizar la familia en el continente, y de exaltar sus valores y sumisión, se afronta el problema demográfico y del control de la natalidad, apoyando la doctrina de la"Humanas vitae" e indicando quede acuerdo a ella y al discurso delPapa no se difiende una ciega carrera hacia la superpoblación ni se disminuye la responsabilidad y libertadde los cónyuges, ni se les prohibeuna honesta y razonable limitaciónde la natalidad (10 y 11); entre lasrecomendaciones pastorales sepropone: " inculcar en los jóvenesy, sobre todo, en los recién casados,la conciencia y la convicción de unapaternidad realmente responsable"(16).
En la Tercera Conferencia General del CELAM, reunida enPuebla, México, a comienzos de1979, se aborda nuevamente el tema de la familia como uno de losmedulares en el continente. Después de analizar los problemas fundamentales que la afectan, entre losque menciona las campañas antinatalistas (575 y 577), hace reflexionesteológicas, entre las que se destaca:
"en él (el misterio de la evangelización) deben fundar su paternidad respoñsable: en las circunstancias sociales, económicas, culturales, demográficasen que vivimos, ¿son los esposos capaces de educar y evangelizar en nombre de Cristo a unhijo más? La respuesta de lospadres sensatos será fruto delrecto discernimiento y no de la
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ajena opinión de las personas,de. la moda o de los impulsos"(584).
En cuanto a las normas pastorales, exalta el amor conyugal (593),la paternidad responsable para unahonesta regulación de la fecundidad, recomienda enseñar y promover la educación sexual y los métodos naturales trente-a las campañasde control artificial de la natalidad,especialmente las dirigidas a favorde la esterilización y el aborto (609612).
En los documentos del CELAMse percibe una mayor conciencia dela realidad latinoamericana, queaboga por principios más fundamentales, como son la vida, la justicia, la paz, los derechos humanos, ydonde el problema básico se encuentra en las mayorías oprimidas alas que la misma integración de launidad familiar significa un ideal oun heroísmo. La familia, por consiguiente, constituye el foco central,más que el problema del control dela natalidad, ya que la dltlcultadestriba no tanto en el uso de anticonceptivos cuanto enel exceso denacimientos y de valores natalistas.
Sin embargo, la doctrina pontificia se defiende 'sin convertirla enel centro de la problemática y de lapastoral. Más aún, Medellín propusocomo núcleo de preocupación y deevangelización el compromiso conlos pobres, a imitación de Cristo(Documento 14, 7-1 O)~ y Pueblaadoptó la "opción preferencial porlos pobres" (1134-1165).' Y elproblema de los pobres, como veremos, no es precisamente el delcontrol artificial de la natalidad.
Pero existe para los cristianosun documento con incomparable-
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mente más autoridad que todos losanteriores, ya que es la Carta Magna y la norma constitucional suprema: la Sagrada Escritura, y especialmente los Evangelios, en los quese narra la predicación y el testimonio de Jesús. Lucas lo presenta enla sinagoga de Nazaret leyendo elsiguiente texto de Isaías:
"El Espíritu del Señor sobre mí,porque me ha ungido; me ha enviado a anunciar a los pobres laBuena Nueva, a proclamar la liberación a los cautivos y la vistaa los ciegos, para dar la libertada los oprimidos y proclamar unaño de gracia del Señor"; yañadió: "esta escritura se hacumplido hoy" (Lucas, 4, 16-21).
Mateo lo presenta predicandolas bienaventuranzas (Mateo, 5, 112), o juzgando a los hombres por suamor práctico a los pobres (25,3146).
Pero más que sus palabras,tienen sentido sus actos y su con.ducta constante de opción preferencial por los pobres y por los "pecadores", es decir, por toda la escoriasocial, el lumpen de aquella sociedad farisaica: come con los pecadores, habla con los publicanos,cura a los enfermos, sana a losleprosos, se deja tocar por las prostitutas y perdona. a las adúlteras.
Por supuesto, ni en sus pa-.labras ni en sus obras hay nada referente a un problema que noexistía: el de la limitación artificialde la natalidad. Pero de su vida ydoctrina podemos extraer qué erapara él lo prioritario: si la ley, o elamor a los pobres y marginados deaquella socledad.
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11. Doctrina oficial- realidad social
Sin pretensiones de profundizar demasiado, sino más bienechando un vistazo panorámico, podemos apreciar dos mundos muydistintos, tal vez hasta opuestos. UnPrimer Mundo: desarrollado, penetrado por la técnica, orientado hacia una sociedad de consumo, en laque priman el materialismo y el hedonismo; la pauta más corriente esla de que la familia tenga pocos hijos, en la que el amor conyugal seael objetivo fundamental, en detrimento 'de la transmisión de la vida;la paternidad responsable, desde todos los ángulos, puede presionarhacia un incremento en el númerode hijos. Un Tercer Mundo: subdesarrollado, empantanado aún enmétodos arcaicos, orientado haciauna sociedad de subsistencia cuando no de miseria, en la que la religiosidad mantiene profundas raíces;la pauta más corriente es que la familia tenga un número sumamenteelevado de hijos, en la que la trasrnl-:sión de la vida es el objetivo fundamental, en detrimento del amor conyugal; la paternidad responsable,también desde todos los ángulos,puede presionar hacia una disminución en las tasas de natalidad. Sinembargo, hay sectores minoritariosen el Tercer Mundo que siguenpautas sociales y de vida similares alas del Primer Mundo, pero no estáahí el problema demográfico y familiar del Tercer Mundo, sino en lasgrandes mayorías depauperadas.
El hijo, en el Primer Mundo, significa un gasto económico, y confrecuencia es considerado un obstáculo para la profundización del amorconyugal y para el tipo de vida quese aspira a tener. En el Tercer Mundo, el hijo no es un gasto, slno una
verdadera inversión económica y unseguro de ancianidad, al tiempo queuna necesidad profunda de realización personal por motivaciones culturales, religiosas o tradicionales, oun instrumento, consciente o inconsciente, de supervivencia y defensa de clases (Montes, 1974;1977; Bará, 1983).
Al leer y meditar los documentos oficiales de la iglesia anteriormente analizados, de manera primordial los papales, y aún más especialmente los de Juan Pablo 11, sibien es cierto que son dirigidos a launiversalidad de la iglesia y de la humanidad, y por tanto no pueden sermás que generales, sin especificaciones propias, se tiene la impresiónde que están concebidos desde elPrimer Mundo y desde la realidadque en él prima, por lo que disuenanen una realidad tan distinta como ladel Tercer Mundo, a la que tambiénse les quiere aplicar.
Los ideales, o niveles, de educación, de higiene, de uso de la técnica, de autocontrol, de responsabilidad' y de formación madura de laconciencia, etc., que se propugnanen los esposos, suenan, si no ofensivos, al menos inasequibles e irreales en una marginación tan absolutacomo la de las mayorías latinoamericanas; a los que están privados detodo, sin embarco se les pretenderíaexigir lo mismo que a los que casino necesitan de nada. Insisto; elproblema no está en las minorías latinoamericanas que emulan lospatrones del Primer Mundo, y a lasque se les aplicarían los mismosprincipios que a éste, sino en lasgrandes mayorías, que son las querealmente provocan. el problema demográfico desde nuestro punto devista. El problema en el Primer Mun-
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do es el de los pocos hijos; en el Tercer Mundo es el de que hay demasiados. Son dos problemas distintos, y hay que abordarlos en formadiferente.
Es bastante distinta la actitudconceptual y pastoral de las colectividades jerárquicas (Concilio y CELAM), a las que concurren obisposprovenientes del Tercer Mundo. Sibien es cierto que en esos conclaves no tiene el pueblo voceros propios, y los congregados pertenecena las élites minoritarias, sin embargo su mayor o menor contacto ycompromiso con la realidad de lospobres está reflejado en una postura más abierta y pastoral haciaellos, con una opción preferencialpor los pobres" aunque en muchossólo sea de palabra, o aunque suimplementación no corresponda alos principios o suponga un riesgode sus vidas.
Como ya he indicado anteriormente, Jesús no aludió a esteproblema, inexistente en su tiempo,pero sí cabe el especular hipotéticamente sobre la actitud que habríatomado frente a los campesinos,obreros, marginados y demás integrantes del pueblo latinoamericano, tan similar a los pobres de Palestina. Su voz y su opción ciertamenteeran de pobre, casi de lumpen, y suconducta histórica me fuerza a imaginar una inmensa comprensión alos problemas demográficos familiares, y una infinita compasión paracon los padres encargados de hijos.
111. El caso de El Salvador
No se pretende inferir de un caso a toda una región. Pero el análisis de la realidad salvadoreña puedearrojar luz sobre otras sociedadesno muy disímiles. Algunos datos fun-
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damentales nos pueden servir desubstrato para acercarnos a esarealidad. Estos datos están tomadosde años atrás, de acuerdo a las tendencias que se manifestaban, yaque el momento presente distorsiona por completo las tendencias;la crisis que padece el país desdehace más de cuatro años, sumada ala guerra civil con todas sus consecuencias sociales (más del 10 % dela población ha buscado refugiofuera del territorio nacional, y másdel 5 % se encuentra desplazada, alo que hay que añadir los por lo menos 50.000 muertos [1 %] Y la consiguiente desintegración familiar yaque en su mayoría eran cabezas defamilia), modifica profundamente laestructura de esta sociedad. (Morales, 1983).
El Salvador tiene un territorioque apenas sobrepasa los 20.000km2., con una población estimadaen 5 millones de habitantes, lo quearroja una densidad de cerca de250 hab.lkm2. La tasa de crecimiento vegetativo supera el 3 % anual. Elíndice anual de matrimonios civileses de 3.4 por 1.000 habitantes,mientras que el de matrimonios religiosos está en sólo 2.1 por 1.000 habitantes, es decir, un 60% de los casados por lo civil; el 66.7% de los hijos son ilegítimos, pero en San Salvador la cifra se eleva al 75 % (Chávez y González, 1973). De acuerdo aotras fuentes, entre un 22 y un29.6 % de los hogares están legalizados civilmente; pero la media dematrimonios civiles en las ciudadesestá en el 18 % (en los barrios marginales, que constituyen aproximadamente el 75 % de la población deesas ciudades, especialmente de lacapital, baja al 14 %), lo que implicaque la población rural (que repre-
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senta más del 60% del país) tienetasas de nupclalldad bastante superiores a la media nacional, con fuertes diferencias según zonas y conformaciones sociales (Montes,1974; 1979).
Las tasas de analfabetismo, deacuerdo a los datos oficiales, eranen 1979 del 31.5% , que para el sexofemenino se elevaban al 34.6 % ; pero en el sector rural la tasa era de44.6 %, Y para el sexo femenino delmismo, el 48.4 % (MINPLAN, 1981,195); sin embargo, otras investigaciones indican que los datos superan a las cifras oficiales, y que el"analtabetlsmo funcional" bienpuede alcanzar el 75 % de la población total, con una gravitación mayor en el campo y en el sexo femenino. La tasa de mortalidad infantil seelevaba en 1977 a 59.5 por mil nacidos vivos; el 79.4 % de la poblacióncarecía de servicios de agua potable; había 2.9 médicos, 0.40dontólogos y 2.9 enfermeras por ca-da 10.000 habitantes, 1.3 camashospitalarias por cada mil habitantes, y el 74.4% de los niños menores de 5 años mostraban algún grado de desnutrición (Hayeck y Sevilla, 5-15); sólo el 31.6 0/ 0 de lasmadres tienen algún tipo de atención médica al parto (Montes,1974b, 2); el desempleo y el' subempleo superan el 60 % de lapoblación económicamente activa,y en el campo únicamente hay trabajo durante todo el año para el37 % de la población (Montes, 1980,133-136).
La población salvadoreña nosólo es profundamente religiosa, sino que en su inmensa mayoría profesa la religión católica, y el liderazgo ideológico y moral del clero y lajerarquía tienen un peso decisivo en
cualquier dirección que adopte,principalmente en ,el campo, comose ha podido comprobar en otros estudios (Montes, 1980). Sin embargo,la inmensa mayoría de esa población no está casada por la iglesia (yni siquiera por lo civil). A esto hayque añadir elementos de estructurasocial, que hacen depender excesivamente el núcleo familiar de lamadre, en un régimen casi matriarcal; aparte de elementos culturalesmachistas; todo lo cual incide enque las decisiones sobre natalidad ysu control graviten casi exclusivamente sobre la mujer y en rarasocasiones sobre el varón o sobre lapareja.
Ciertamente en El Salvadorexiste un grave problema demográfico a nivel nacional; sin embargo, elpueblo, la inmensa mayoría que origina ese problema, ni tiene conciencia de él ni toma medida alguna pararesolverlo, por muy distintas razones,como he analizado en otro lugar(Montes, 1974, 21-30; 1974 a; 1974b).Los distintos gobiernos han percibido la magnitud del problema, perono han elaborado políticas claras ydefinidas de población, a no ser a nivel más retórico que efectivo, aunque han apoyado e impulsado indirectamente o directamente políticasde instituciones relacionadas con lasolución del problema. El resultadoera que en 1974 únicamente el 6 %
de las mujeres en edad fértil eranusuarias de la Planificación Familiary se esperaba alcanzar la cifra del15 % para 1977; en el Instituto Salvadoreño del 8eguro Social (188S)para la misma fecha se aspiraba acubrir el 33 0/ 0 de las aseguradas enese servicio (si bien hay que considerar que sólo un 4 % de la población femenina se cuenta entre las
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aseguradas). Por otro lado, el nivelsocial y cultural de las usuarias deservicios de planificación familiarestá mostrando que pertenecen aniveles relativamente altos y, porconsiguiente, minoritarios (Montes,1974a, 494-542).
Un último elemento juzgo conveniente que sea tomado en consideración para el análisis de laproblemática demográfica en El Salvador. La grave crisis política queatraviesa el país, así como la guerracivil que se libra desde hace variosaños, con un alto grado de apoyo eintervención de parte del gobiernode los Estados Unidos, han elevadoconsiderablemente los niveles deconciencia y de politización en granparte del pueblo salvadoreño, ysorpresivamente. han incidido en elrechazo a los métodos artificialesde planificación familiar, combinando las motivaciones políticas y lasreligiosas. En reflexiones bíblicassobre el primer capítulo del Exodo,tenidas en comunidades de basepopulares y en refugios de la iglesiacatólica, comparaban al PresidenteReagan con el Faraón, pero con elagravante de que Reagan no sóloquiere exterminar a los hijos varones, sino también a las hembras,con las bombas y armas mortíferasy con las políticas de control de lanatalidad; como en Egipto, las comadronas y las madres se niegan aobedecer las órdenes infanticidas, yel pueblo salvadoreño confía en quela multiplicación humana será sudefensa y atraerá la bendición y laprotección de Dios.
Frente a esta panorámica de larealidad social, la jerarquía católicasalvadoreña ha insistido en líneaspastorales que afronten los másgraves y profundos problemas: la
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defensa de la vida, el fomento de lafamilia y la implantación de la justicia social. Elproblema de la planificación familiar entra dentro de todaesta problemática, en forma latente,sin documentos explícitos, ni siquiera con ocasión de la "Humanasvitae", por no considerarlo elproblema fundamental.
Una delegación de la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) se hizo presente en laAsamblea Constituyente a finales dejulio del presente año para demandar que en el artículo 2°. de la Constitución Política que se está elaborando se incluya' 'el derecho a la vida desde el momento de la concepción", y ante la exclusión de tal sugerencia en el texto aprobado, laConferencia Episcopal protestópúblicamente de que con ello seabre la puerta a la legalización delaborto.
La familia, en cambio, ha sidoun tema frecuente en las CartasPastorales del arzobispo de San Salvador, así como la defensa de losderechos del pueblo y la implantación de la justicia social, que le hanmerecido repetidas acusaciones de"comunismo", persecución y muer-te, incluso del arzobispo Romero yde sacerdotes, religiosas y agentesde pastoral. El mismo Mons. Riveray Damas, actual arzobispo de SanSalvador, en un artículo que escribiócon ocasión del "Año Mundial de laPoblación" (1974), después de apoyar la doctrina papal, 'se extiende enla defensa de la vida, en la consolidación de la familia y en la creaciónde condiciones económicas y sociales justas para solucionar elproblema demográfico nacional (Rivera y Damas, 1974, 593-602).
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Por lo que se refiere al clero,principalmente en el campo, dondeestá en mayor contacto ·con lasmayorías, vive sus problemas, e incide profunda y casi determinadamente en sus concepciones ideológicas y en sus prácticas morales,también disponemos de alguna información. Sin pretender que lasoplnlones que recabáramos seanverdaderamente representativas,dado que no realizamos unamuestra estrictamente científica;sin embargo, el sondeo que hicimosarroja cierta información que no esdespreciable. Una abrumadoramayoría de los sacerdotes entrevistados mostraba gran apertura a laplanificación familiar, conocía losdistintos métodos y proporcionabainformación y consejo a los cristianos que se lo solicitaban, persuadidos de los graves problemasque afectan a muchas familias porel número elevado de hijos, y de quelos medios de comunicación socialno alcanzan los objetivos, ademásde que el sacerdote goza de la máxima autoridad moral para con sus feligreses; es más, unánimementeconfiesan dichos sacerdotes que suconducta en esta materia está deacuerdo con la posición de la iglesia(Montes, 1974a, 515-516, 540-542).
Pero son las líneas pastoralesmás estructurales, así como los organismos e instituciones oficialescreados por la iglesia jerárquica, losque más pueden iluminarnos respecto a su postura frente a la familiay su planificación.
La oficina POBLACION y FAMILIA, establecida legalmente desde el 29 de agosto de 1967, conasesoría directa del SecretariadoSocial interdiocesano, se conviertea finales de 1982 en un Departa-
mento de la Vicaría de Pastoral de laarquidiócesis de San Salvador; susobjetivos son la formación, orientación, educación y estímulo de la familia y de su unidad, así como crearconciencia a nivel nacional y realizar estudios que orienten su políticay acción; aunque es una oficina católica, su orientación y sus serviciosestán imbuidos de un profundo sentido ecuménico.
Entre los servicios educativosque ha estado ofreciendo en sus 16años de existencia, se cuentan: cursos mensuales pre-matrimoniales,con una asistencia anual promediode unas 150 parejas; torrnaclón deOrientadores Familiares, bimensuales, con unos 40 por curso; cursos de Promoción de la Familia, bimensuales, para parejas, con asistencia promedio de 40-50 por curso;cursos de jóvenes, también bimensuales, con unos 60 por curso; cursos de padres e hijos adolescentes,esporádicos porque suscitabanconflictos generacionales a su interior; encuentros conyugales, semestrales, para las parejas quehabían tomado cursos prematrimoniales, con asistencia deunas 30 parejas por encuentro.
Otro servicio es el de ConsultaPsico-médica, impartida por profesionales de ambas ramas, y se contaba con una clínica instalada en elmismo centro, aunque en los últimos años su.actividad se ha tenidoque reducir por razones económicas debidas a la crisis del país, perose remiten muchos casos a las casi100 clínicas parroquiales de la arquidiócesis; en estos cursos y orientaciones se da amplio conocimientoacerca de los diversos métodos delimitación de la natalidad, si bien escierto que se insiste en los natura-
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les, que se les promueve positivamente.
El departamento de información, además de elaborar y difundirdocumentos y mate-riales, mantienediariamente programas radiales matutinos y vespertinos en la radioemisora del arzobispado y en otra comercial, titulados FAMILIA, en losque cuando menos mensualmentese habla de los métodos naturalesde la limitación de la natalidad.
Además de esta oficina, la arquidiócesis de San Salvador dispone de equipos de promotores distribuidos por todo su territorio, tantoen los barrios populares metropolitanos y en las ciudades del interior,como en la zona rural, para impartircursos y asesorar a las familias.
La diócesis de Santa Ana también dispone de un Departamentode Pastoral Familiar, y ha elaboradoabundante material popular sobre eltema. La diócesis de San Miguel,asímismo, contaba con el CentroSan Lucas para el fomento y laorientación de la familia, así comocon brigadas de voluntarios que sedistribuían por los cantones ruralespara difundir los métodos naturales.En la diócesis de Santiago de Maríaexistía un centro similar al de la capital, uno de cuyos trabajos básicosfue realizar en 1980 una investigación sobre la situación de la familiaen dicha diócesis (Informe preliminar, 1980, 99-131), Y disponía igualmente de equipo de promotores(con gran participación de religiosas) para enseñar los métodosnaturales especialmente entre lapoblación rural. En estos últimosaños, sin embargo, debido a laguerra civil desencadenada principalmente en el centro y oriente del
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país, y a la represión y desplazamientos en el campo, muchas de estas actividades han sufrido unadrástica recesión o han tenido queser suprimidas, sobre todo en las zonas rurales.
A estas instituciones másexplícitamente jerárquicas hay queañadir otra serie de asociaciones yactividades de promoción y defensade la familia, principalmente el Mo-·vimiento Familiar Cristiano, los Encuentros Conyugales, FamiliaNueva, Encuentro Matrimonial, Despertar Guadalupano y Defensa Social Salvadoreña. Algunas de ellasúltimamente han decaído en su trabajo o en el número de participantes.
La iglesia católica en El Salvador, más que tomar una actitudprohibitiva o negativa, ha intentadopartir de la realidad existencial delpueblo -no tanto de leyes o normas universales- para descubrirlos más graves y profundos problemas que le aquejan e iluminarloscon la luz del Evangelio. En la medida en que lo ha realizado con sencillez profética, el pueblo hacomprendido y seguido esa voz, como en el caso de Mons. Romeroaun a costa de su sangre. Por lo~problemas profundos, la iglesia y elpueblo salvadoreño sí han sabidocomprometerse.
CONCLUSIONES (o puntos deconvergencia).
El problema demográfico, almenos en El Salvador, no es unproblema aislado ni una variable independiente. Variables -y barreras- de índole socio-económica,política, cultural y religiosa penetrany condicionan· profundamente el
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problema demográfico y sus soluclones, para convertirlo casi en unproblema de clase social y en unefecto de las relaciones dominación-dependencia. Cualquier abordamiento o intento de búsqueda desoluciones al problema demográfico, por consiguiente, debe partir deesa realidad social, si no queremosque se aboque irremediablementeal más rotundo fracaso. Y en estaperspectiva hay que tomar en cuenta la experiencia histórica: las sociedades, clases, grupos e individuos que se elevan en sus niveles
. socio-económicos, dan ulteriormente el paso a la limitación de los nacimientos; pero hasta el presente nose ha demostrado la tendenciacontraria, de que la limitación de lanatalidad derive hacia la elevaciónde dichos niveles. La honestidadcientífica y ética, por lo tanto, nosdebe llevar a trabajar con las verdaderas causas del problema, y nocon sus efectos o manifestaciones.
En América Latina, y másconcretamente en El Salvador, laiglesia católica y sus ministrostodavía gozan de un gran poder social, y son los dirigentes ideológicosy morales del pueblo, que es tal v~zen los únicos en quienes conñaciegamente. Así como la nueva pastoral y la teología de la liberaciónhan derribado barreras insalvablesde fatalismo y resignación, sobre todo en el campesinado, y le' ha iniciado en una nueva visión e interpretación del mundo y dé la sociedad, coñ lo que abrió una ventana a la organización popular y a lalucha por la defensa de sus derechos conculcados secularmente(Montes, 1980); del mismo modo,estimo, en este ámbito de la familiay la natalidad, la predicación y ac-
ción de la iglesia católica y de susministros puede abrir horizontesque por cualquier otra vía' se mantendrán cerrados.
El trabajo largo, profundo y extenso, que viene realizando la iglesia católica a través de todos susinstrumentos, oficinas e instituciones, en pro de la constitució~,
consolidación y defensa de la tarnllia y de la paternidad responsable,puede parecer trasnochado o insuficiente para este foro. Pero es, talvez la única ventana abierta haciauna' maduración y liberación ulteriorde las consecuencias de unos ideales y valores que propugnan laexplosión natalista. La impacienciay precipitación en este campopueden conducir a errores irreversibles; el cambio en concepciones ypautas de conducta no se_ producepor decreto ni por campanas rnasivas; lo peor de todo es que no disponemos de mucho tiempo.
Reconocer sinceramente, secundar y colaborar con la iglesia católica en su trabajo y esfuerzo enpro de la familia y de la paternidadresponsable, puede limar muchasasperezas. y eliminar suspicacias,llevar a una comprensión y cooperación mayores, a abordar sinceramente los graves problemas estructurales que están a la raíz delproblema demográfico de lasmayorías. Todo ello implica la eliminación de cualquier atropello, antes,por el contrario, la observancia deun profundo respeto a los sentimientos y valores sociales e ideológicos,tanto religiosos como políticos, parair de la mano con el pueblo hacia suliberación integral.
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