El poder y el contrapoder en el marco de la reflexión cosmopolita de la política

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    Revista Mexicana de Opinin Pblica, abril 2010- 11

    El poder y el contrapoder en el marco de la reflexincosmopolita de la poltica

    Qu significa, pues, la mirada cosmopolita? No el amanecerde la confraternizacin general de los pueblos, ni los alboresde la repblica universal, ni una mirada mundial que flotar

    libremente, ni el amor al otro por decreto. El cosmopolitismo noes tampoco un suplemento que deba sustituir al nacionalismo

    y al provincialismo, y ello no porque la idea de los derechoshumanos y de la democracia precise de un suelo nacional. La

    mirada cosmopolita quiere decir: en un mundo de crisis globales yde peligros derivados de la civilizacin, pierden su obligatoriedad

    las viejas diferenciaciones entre dentro y fuera, nacional e

    internacional, nosotros y los otros, siendo preciso un nuevorealismo, de carcter cosmopolita, para poder sobrevivir.

    Ulrich Beck, La mirada cosmopolita o la guerra es la pazRuslan Posadas Velzquez1

    Resumen

    Este artculo analiza la propuesta de Ulrich Beck en torno a la conformacin de una estra-tegia metodolgica cosmopolita, que impregne los mbitos terico y prctico de las cienciassociales, para comprender el ejercicio del poder poltico en un contexto marcado por el proceso

    de globalizacin. De acuerdo con esta tesis, la mirada cosmopolita que debe guiar la reflexinpoltica, revitalizara el viejo instrumental terico-metodolgico de las ciencias sociales.

    Abstract

    This article analyses Ulrich Beck proposal about the construction of a cosmopolitan methodo-logical strategy, which should permeate theory and practice of social sciences in order to un-derstand the exercise of political power in a context shaped by the globalization process. Accor-ding to his thesis, the cosmopolitan vision, which should in turn usher contemporary politicalthinking, has been called to revitalize the old fashioned theoretical and methodological tools ofsocial sciences.

    Palabras clave

    Poltica, Poder en la Era Transnacional, Metapoder, Mirada Cosmopolita

    Keywords

    Politics, Power in the Transnational Age, Meta-power, Cosmopolitan Vision

    1 Doctor en Ciencias Polticas y Sociales por la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM). Profesor-Investigadorde la Academia de Ciencia Poltica y Administracin Urbana de la Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico(UACM) y Profesor de Asignatura del Centro de Estudios en Administracin Pblica de la Facultad de Ciencias Polticas ySociales de la UNAM.

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    Ruslan Posadas Velzquez

    En las ciencias sociales el concepto de cosmopolitismoha comenzado a ser utilizado recien-temente para hacer referencia a la manera en que la actividad poltica puede ser repensadaen un escenario caracterizado por la incertidumbre que genera el proceso de globalizacin2yla poca capacidad de respuesta que ofrecen los Estados, a travs de sus gobiernos, para darle

    cauce a las demandas bsicas del bienestar social.La idea que subyace en la concepcin cosmopolita es la reconfiguracin de la polticaa

    travs de la poltica. Ante el desgaste, la descentralidad y la mutilacin de la actividad polticaconviene estudiarla a partir de sus orgenes, de para qu fue creada, cules eran sus propsitos,por qu la necesidad de su diseo y, en ese sentido, vislumbrar de qu manera puede insertarseen el proceso de globalizacin y, ms especficamente, cmo puede hacerle frente a la concep-cin globalista3de la globalizacin.

    Elsentido cosmopolita de la poltica aparece como una tesis interesante ante los embatesque la poltica, y lo poltico, han sufrido en los ltimos aos en el entorno global. El objetivoque persigue es recentrarlay presentarla como instrumento viable que pueda darle cauce a losproblemas generados principalmente por la implantacin de la concepcin ortodoxa del libremercado en la vida social.

    En ese tenor, la mirada cosmopolitapuede ayudar tambin a replantear el vocabulariotradicionalde la poltica, adecundolo al nuevo entorno mundial. No obstante, no habra queespecular en un nuevo diseo del lxico de la poltica, sino en la adecuacin del mismo al con-texto global. El impulso que puede dar la tesis cosmopolita a los conceptos de la ciencia polticano debe pasar desapercibido, como tampoco el hecho de que puede ser una de las posiblesrespuestas, pero, quiz en algunos aspectos, no la ms adecuada, ni la nica.

    Por ello, la idea de revisar este planteamiento tiene que ver, sobre todo, con retomar la visin

    de la poltica pero desde un enfoque global, es decir, desde el espacio donde la interrelacin eco-nmica, sociopoltica y cultural entre Estados, empresas, organizaciones, asociaciones, grupos eindividuos ha llegado para quedarse.

    Ulrich Beck ha publicado, en los ltimos aos, una triloga de libros que abordan la formaen que la mirada cosmopolita debe ser atendida por las ciencias sociales a efecto de que secomprendan mejor los nuevos derroteros que impone el mundo globalizado. Es as que tantoen Poder y contrapoder en la era global. La nueva economa poltica mundial, como en Lamirada cosmopolita o la guerra es la pazy en La Europa cosmopolita. Sociedad y poltica enla segunda modernidad, el socilogo alemn pone el acento en el nuevo diseo reflexivo de

    2 Para entender este concepto, recurro a Ulrich Beck, quien define a la globalizacin como el conjunto de procesos envirtud de los cuales los Estados nacionales soberanos se entremezclan e imbrican mediante actores transnacionales ysus respectivas probabilidades de poder, orientaciones, identidades y entramados varios. En ese sentido, Beck entiendelaglobalizacincomo un fenmeno esencialmente poltico, sobre todo por la marcada hegemona de los intereses delcapital transnacional y su expresin en el plano del diseo del nuevo orden poltico mundial. Por ello, laglobalizacintiene que ver con las estrategias de las corporaciones trasnacionales como con la internacionalizacin del capital en susmodalidades de produccin, circulacin y consumo; as como con los distintos arreglos institucionales internacionales ynacionales- que cobijan esas estrategias. Ulrich Beck, Qu es la globalizacin? Falacias del globalismo, respuestas a la

    globalizacin, Barcelona, Paids, 1998,p. 29.3 Para Beck, elglobalismo es la concepcin parcial y errnea del proceso deglobalizacin(de ah su insistencia en las

    falacias del globalismo), por lo que es preciso poner de manifiesto la complejidad de laglobalizaciny la simplicidaddel discurso ideolgico del neoliberalismo. Segn este autor, la principal amenaza de una concepcinglobalista de la

    globalizacinconsiste en encumbrar al modelo de libre mercado como la receta que resolver las grandes desigualdadeseconmicas y traer la prosperidad a la humanidad. Ulrich Beck, op. cit.

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    las principales categoras sociales.En Poder y contrapoder en la era global. La nueva economa poltica mundial, Beck ana-

    liza el actual contexto poltico mundial y reflexiona acerca de cules seran las premisas bsicaspara plantear la nueva discusin sobre el quehacer poltico dado un rumbo econmico marcado

    por la incertidumbre y el riesgo.Para ello, retoma su premisa de la transicin de laprimera a lasegunda modernidad-desa-

    rrollada en sus anteriores escritos- donde muchos referentes del Estado-Nacin se fueron des-dibujando provocando que la soberana y legitimidad de aqul quedaran en entredicho, sobretodo porque el mercado se apropi de muchos espacios que antes eran exclusivos del mbitogubernamental.

    Ante esta nueva geopoltica (y geoeconoma), Beck observa una nueva configuracin de lasrelaciones de poder, donde los Estados han sido desplazados como los actores predominantespara la toma de decisiones en los mbitos local y mundial:

    El metajuego que cambia las reglas de la poltica mundial significa unasegunda Great Transformation. Los Estados ya no constituyen la nica are-na de la actuacin colectiva en el sentido de marcar el espacio y las reglasdel juego de la actuacin poltica (incluidas las de las irrenunciables institu-ciones sociales donde se toman y ejecutan las decisiones colectivas). Con elmetajuego reflexivo, irrumpe en la realidad la pregunta de hasta qu puntolos fundamentos mismos del poder estatal se convierten en objeto de estra-tegias de poder polticas y econmicas a nivel mundial. Pero esto significaque es la globalizacin y no el Estado quien define y transforma las arenasde la actuacin colectiva. 4

    De esta forma, el cosmopolitismo que se pregona es aquel que desecha la visin polticatradicional del Estado-Nacin, como el eje y articulador central de las principales decisiones, alconsiderarla obsoleta. Sin embargo, al mismo tiempo, descarta la ptica de la concepcinglo-balista de la globalizacin, segn la cual el relevode la actividad poltica por el reinodel libre

    mercado ha llegado para quedarse.Asimismo, para la mirada cosmopolita las polaridades interior/exterior, nacional/inter-

    nacional,yo/el otroson falsas dicotomas, pues ya no se puede entender la realidad si no se

    analizan las nuevas mezclasde trminos que se estn perfilando con vertiginosidad.

    En la concepcin cosmopolita, la existencia de Estados, asociaciones e individuos deberaderivar en un espacio de nuevas experiencias que se vinculen con la globalizacin, pero no demanera forzada, sino por encima de la ideologa imperante y en funcin de intereses recprocos:

    Slo si los Estados consiguen igualar la movilidad del capital y redefinir yreorganizar sus posiciones de poder y sus jugadas podr frenarse internacio-nalmente el desmoronamiento del poder y la autoridad del Estado e inclusodarle la vuelta (...) Nace la poltica del Estado (solapadamente) astuto: seniega el propio poder para poder jugarlo mejor, y se traspasa la responsabili-

    4 Ulrich Beck, Poder y contrapoder en la era global. La nueva economa poltica mundial, Barcelona, Paids, 2004. p.26.

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    dad de las consecuencias de las propias decisiones o la falta de ellas al otrobando o al nuevo cheque en blanco para no hacer nada de la globalizacin.5

    Hay que advertir que esta manera de entender la poltica estara pensada en trminos de

    reconocer las diferencias contextuales (socioculturales) no para reestablecer atisbos naciona-les o pregonar neonacionalismos, sino para identificar posibles vas de cooperacin, auxilioy alianzas primordialmente entre gobiernos, autoridades locales, grupos sociales e individuospara hacer frente a los desafos del proceso de globalizacin y a las exigencias del globalismo.

    De acuerdo con esta visin, si se sigue optando por las salidas nacionales para resolverproblemas mundiales se echara todo esfuerzo en saco roto, puesto que los retos globales sontambin de tendencia cosmopolita. Por ello, surge la necesidad de afrontar los problemascosmopolitascon instrumentos del mismo talante. Si los desafos globales afectan por igual atodos, cada actor est obligado, an a pesar de las dificultades que eso conlleva, a pensar en suspares para, juntos, afrontar esos dilemas. Surgira, as, la obligacin del razonamiento poltico

    cosmopolita.

    Los Estados deben desembarazarse de su ortodoxia nacional y organizar-se colectivamente (por ejemplo en la Unin Europea) para abrir un espaciotransnacional a su poder y su papel en el juego. La debilidad del ejercicio delcontrapoder, tanto del estatal como del emanado de la sociedad civil, es quecontrapoder, como tal, no lo hay, ya que primero tiene que definirse, orien-tarse, organizarse, o sea, constituirse polticamente en el campo de accinglobal contra todas las resistencias.6

    Este razonamiento es cierto en la medida que las teoras polticas modernas estuvieron pen-sadas y fueron diseadas exclusivamente para el nivel nacional, ya que, por ejemplo, Karl Marxdesarroll sus tesis teniendo como referente el capitalismo manchesteriano, en tanto que MaxWeber, al hablar sobre la racionalidad y la burocracia, pens en la gnesis del Estado prusiano.

    Empero, las miradas nacionales ya no son la opcin en el presente, por lo que es menesterretomar as sea crticamente- experiencias histricas como la conformacin de la Unin Euro-pea, como la va para hacer frente al mundo global desde el referente cosmopolita.

    Si se piensa en algunos bemoles de corte mundial que requieren el concurso de la reflexincosmopolita, tendramos por ejemplo los relativos al paromasivo, laprecarizacin y la flexi-bilidad laboral, la creciente migracin, las crisis financieras mundiales, el enorme podero einfluencia de las organizaciones financieras internacionales y las empresas transnacionales, ladelincuencia organizada internacional, las catstrofes ecolgicas y los problemas referentes ala salud pblica.

    Estos son justamente los elementos que conforman lo que se ha dado en denominar lasociedad del riesgo global, una sociedad donde los problemas mundiales estn afectando so-bremanera los estratos nacionales y las vidas de millones de individuos a lo largo del planeta.

    Sin embargo, la mirada cosmopolitano representa por s sola lasolucinde los problemasque actualmente se perciben en el entorno social, tanto tericamente como en la praxis poltica.

    5 Idem, p. 34.6 Idem, p. 41.

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    En todo caso, habra que concebir esta propuesta como una nueva forma de entenderla socie-dad en funcin de que no aboga por crear un nuevo paradigma de corte universalista, ni unmarco terico, ni proponer nuevas categoras y conceptos.

    Este cosmopolitismo no est concebido desde una tradicin terico-filosfica, sino que de-

    viene de la realidadque imponen los procesos de cambio generados por la globalizacin. Elterreno donde hunde sus races es aquel que observa la necesidad de reconocer la complejidaddel mundo de nuestros das caracterizado por la incertidumbre econmica, poltica, socioculturaly medioambiental.

    Como se ha sealado, las teoras modernas fueron concebidas desde una ptica nacional y,hoy en da, ya no son pertinentes para explicar los nuevos fenmenos globales, como ocurre so-bre todo en Europa y Amrica, continentes donde se registran novedosas combinaciones no sloen trminos del acceso y control del poder, sino tambin en la reconfiguracinde sus socieda-des, hecho que representa un duro revs a la nocin de identidad, as como a los fundamentosde lasoberana nacional. Todos estos procesos tienen que ser analizados ahora desde elpuntode vista cosmopolita.

    Por ello, el cosmopolitismo, a la vez de estar planteado como instrumento para interpretar lanueva realidad social, tiene tambin un carcter suspicaz. Ulrich Beck plantea e insiste- en sutexto La mirada cosmopolita o la guerra es la paz, que algunas categoras que explicaron elmundo de la posguerra estn siendo diluidas por la globalizacin. La lucha de clases, la relacincapital-trabajo, las relaciones sociales, la familia mongama y la bipolaridad ideolgica hanperdido su eficacia esclarecedora para definir el mundo del siglo XXI.

    Hoy ya no se discute si el patriotismo es demasiado pequeo pero prac-ticable, y el cosmopolitismo, en cambio, magnnimo pero fro y difcil depracticar. Hoy se habla de que la realidad misma se ha vuelto cosmopolita(...) el cosmopolitismo ha dejado de ser una simple idea de la razn, an muydisputada, para emigrar no entramos en las numerosas distorsiones sufri-das en el proceso- de los sueos filosficos a la pura y simple realidad. Msan, se ha convertido en el sello de una nueva era, la era de la modernidadreflexiva, en la que se difuminan las fronteras y diferenciaciones del Estadonacional, para ser nuevamente tratadas como poltica de la poltica. Para estemundo que se ha vuelto cosmopolita necesitamos urgentemente una nuevamanera de mirar, la mirada cosmopolita, si queremos comprender la realidad

    social y poltica en que vivimos y actuamos. As pues, la mirada cosmopolitaes resultado y condicin de la reestructuracin conceptual de la percepcin. 7

    En la visin del autor, la forma en que se entendieron los conceptos clave de la poltica(principalmente el Estado, la soberana, la legitimidad y la sociedad) ya no puede seguir siendoutilizada en el actual derrotero global. Ahora existe la necesidad de replantear estos conceptosa efecto de que puedan explicar la realidad y orientar al anlisis sociopoltico ms all del na-cionalismo metodolgico(el abordar los problemas desde la trinchera del anlisis del Estadonacin).

    7 Ulrich Beck, La mirada cosmopolita o la guerra es la paz, Barcelona, Paids, 2005, p. 10.

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    Ruslan Posadas Velzquez

    La mirada cosmopolita pone en entredicho uno de los pilares bsicos dela representacin de la sociedad y la poltica; a saber, el convencimiento deque la sociedad moderna y la poltica moderna slo pueden existir si seorganizan al modo del Estado nacional. La sociedad se equipara a una so-

    ciedad nacional, territorial, estatalmente organizada y rodeada de fronteras.Cuando los actores sociales comparten esta fe, entonces yo hablo de miradanacional; y cuando sta determina las perspectivas de observacin cientfica,

    entonces yo hablo de nacionalismo metodolgico.8

    Segn Beck, hace falta una nuevatrayectoria de anlisis poltico y social que se enfoquedesde la ptica cosmopolita con el propsito de abordar los problemas globales desde la mul-tiperspectiva y no cerrar el candado con la monoperspectiva que impone el nacionalismo

    metodolgico.

    Aunque la reflexin cosmopolita pueda no llegar a ser convincente, Beck afirma que los otrosintentospor explicar el actual derrotero global no son satisfactorios, dado que las contradiccio-nes e incoherencias permean las tesis que abogan por el fin de la historiay el fin de la poltica(Fukuyama). O bien se refugian en elposmodernismo para explicar lo que ya no est pasando,

    pero no lo que est aconteciendo(Luhmann, Habermas).

    La elaboracin de un punto de observacin cosmopolita es la condicinnecesaria para comprender por qu el mundo se ha vuelto un manicomiobabilnico, y eso independientemente de que el futuro lo determinan los mo-vimientos cosmopolitas o anticosmopolitas. A esta pregunta no contestan,

    por ejemplo, ni Niklas Luhmann ni Jrgen Habermas. El primero, porque pos-tula una sociedad mundial pospoltica y sin determinar la autocomprensinpoltico-cultural de los ciudadanos mundiales con relacin a los ciudadanosnacionales. La poltica, segn este autor, se plantea segn una oposicin mi-lenaria: a la sociedad mundial, que socava el paradigma del Estado nacional,le corresponde una poltica del Estado nacional que, precisamente por esto,est condenada a perecer. Precisando ms, Niklas Luhmann formula una teo-ra zombi de la poltica del Estado nacional en la sociedad mundial: la polticase convierte en un muerto viviente que no puede vivir realmente. Al mismotiempo, se trata de una teora de una conciencia falsa a nivel internacional.

    Es decir, que seguimos jugando a la democracia, pero en cuanto dolor fan-tasmal histrico y haciendo creer unos hechos que son falsos. All donde lapoltica tuvo su lugar, en el marco o paradigma del Estado nacin, est sur-

    giendo un vaco que no puede llenar la teora de la diferenciacin funcional.

    Jrgen Habermas se pregunta cmo son posibles la poltica y la democracia en la cons-telacin posnacional. Busca las posibilidades de un cierre poltico de una sociedad mundialglobalmente entramada y altamente interdependiente sin regresin. Pero, en ltima instancia,

    8 Idem, p. 38.

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    elige al pueblo europeo como sujeto de esta democracia posnacional. La poltica se plantea, enuno como en otro caso, segn el modelo del Estado nacional: primero (en Luhmann) como unapoltica zombi o como una poltica residual; despus (en Habermas), como una poltica nacionalextendida, como una poltica histrica de talla mayor (democracia europea, Estado nacional

    europeo, Estado asistencial europeo, etctera): Habermas acaba enredndose en las contradic-ciones propias de una teora de la nacin europea posnacional.9

    Se puede considerar que la visin cosmopolitasupera las redes terico metodolgicas de laperspectiva nacional en tres aspectos: en principio, propugna por nuevas reglas en el contextopoltico mundialdando prioridad a la vertiente transnacional para abordar los conflictos depoder (materializada en la conglomeracin de Estados para darle funcionalidad a las relaciones

    de poder, por ejemplo para limitar el poder de los mercados).En segundo lugar, propone el abandono del concepto tradicional de Estado, pues las deci-

    siones que se toman al interior de aqul ahora incluyen a actores globales que estn fuera del

    espacio de legitimidad del mbito estatal, como las organizaciones financieras internacionalesy las empresas transnacionales.

    Un tercer aspecto es el abordaje de la poltica a partir de la poltica, el asumir que la activi-dad poltica es propia de, valga la expresin, actores polticos que, en ese sentido, demandan unradio de accin que los ponga en ventaja en la conformacin de las estructuras reales de poder.De ah la importancia de modificar la lgica tradicional delpoder estatalpor el depoder estatal

    cosmopolita transnacional.

    Por cosmopolitismo debe entenderse un proceso multidimensional queha modificado de manera irreversible la naturaleza histrica de los mundos

    sociales y la relevancia de los Estados en estos mundos. As entendida, lacosmopolitizacin supone el surgimiento de mltiples lealtades, as como elaumento de mltiples formas de vida transnacionales, el ascenso de actorespolticos no estatales (desde Amnista Internacional hasta la OrganizacinMundial de Comercio) y el auge de movimientos de protesta globales contrael globalismo (neoliberal) y en pro de una globalizacin diferente (cosmopo-lita). Se propugna el reconocimiento internacional de los derechos humanos,el derecho al trabajo, la proteccin del medio ambiente, la supresin de lapobreza, etctera. En esta lnea, hay que citar, por deformados que puedanparecer, ciertos conatos de cosmopolitismo institucionalizado como, porejemplo y por paradjico que parezca-, los movimientos antiglobalizacin,

    el Tribunal Internacional o las Naciones Unidas.10

    No obstante, se puede percibir tambin un carcter incierto y ambivalente en el cosmopolitis-mo beckiano, el cual subyace en el subttulo de su segundo texto de la triloga cosmopolita (laguerra es la paz), con el que trae a colacin la metfora de la utopa negativade la conocidanovela de George Orwell, 1984, obra donde se describen las andanzas de un gobierno totalitario

    9 Idem, p. 140.10 Idem, p. 19.

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    en su empeo por imponer a la gente sus muy particulares puntos de vista sobre lo que debiera

    serla vida social.En esa obsesin, descrita por Orwell, se llega al extremo de pervertirel significado de las

    palabras hasta el punto en que sinnimos y antnimos pierden toda relevancia. Por ello, en ese

    texto clsico la dictadura es la libertad, la ausencia de libertad es bienestary la guerra es lapaz.

    Por esta razn, el cosmopolitismo debe ser entendido tambin desde un enfoque escptico,en el sentido de que no propone resolver ipso factolos conflictos del presente, sino, antes bien,tener las herramientas conceptuales necesarias y suficientespara explicarlos y, eventualmente,optar por algunas vas de solucin. En ese tenor, el cosmopolitismo no es otra Gran Teora, sinouna escuela de reflexin que pone el acento en la explicacin de los nuevos fenmenos globales.

    El cosmopolitismo profundo debe pensarse igualmente como un cosmo-politismo horizontal, donde se enredan e imbrican los Estados nacionalesy las sociedades nacionales ms all de la diferenciacin entre nacional einternacional. El pensamiento de la estatalidad y de la soberana no se havuelto superfluo. No basta con reconocer institucionalmente a la sociedadcivil global y a sus actores. Tambin es preciso ampliar y redefinir cosmopoli-tamente la idea del Estado y de la soberana.11

    Beck analiza en el ltimo libro de su triloga, La Europa cosmopolita. Sociedad y poltica enla segunda modernidad, la manera en que se podra materializar y concretar su planteamiento,partiendo, para tal efecto, de la experiencia histrica de la Unin Europea.

    Aunque a lo largo de los dos textos precedentes el socilogo teutn propone referencias es-pecficas al camino cosmopolita que debe seguir Europa en el actual proceso de globalizacin,es en este libro donde desarrolla con mayor claridad y profundidad la aplicacin de la metodo-loga de talante cosmopolita. Beck se propone analizar los vericuetos que la historia de la in-tegracin de Europa ha sufrido en los aos recientes y, de manera particular, la va cosmopolitacomo la utopa ms eficaz que pudiera acordar ese conglomerado de pases.

    Adnde nos lleva la europeizacin, y qu resultados ha tenido en estemomento? Ni la euforia ni el escepticismo en relacin con una nueva Europaampliada pueden hacernos olvidar que Europa todava no ha sido verdade-ramente comprendida, entendida, Esta forma histricamente nica y singularde crear una comunidad de sociedades y Estados distintos se sustrae a todaslas categoras y conceptos al uso. El ejemplo de Europa muestra con especialclaridad hasta qu punto nuestros conceptos polticos y el instrumental te-rico de las ciencias sociales se han vuelto inapropiados y ajenos a la realidad,hasta qu punto siguen encerrados en el marco terico del nacionalismometodolgico.12

    11 Idem, p. 223.12 Ulrich Beck y Edgar Grande, La Europa cosmopolita. Sociedad y poltica en la segunda modernidad, Barcelona, Paids,

    2006. p.15.

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    De forma similar a lo que en el pasado ocurri con la imprenta, hoy laUnin Europea es algo desconocido, pues tanto la poltica como la ciencia laconsideran desde el viejo marco conceptual nacional, mientras que las rea-lidades producidas por la europeizacin representan la refutacin histrica

    clsica de la ontologa nacional de poltica y sociedad.13

    Segn esta lgica, a pesar de que la teora hable de unidad europeaen la prctica ese hechoest lejos de ser una realidad, porque la mayora de los Estados Miembros siguen pensndose entrminos nacionales, lo cual dificulta la integracin y la asimilacin de Europa como un Estadotransnacional. En ese tenor, se sigue privilegiando la semntica del o esto o lo otro(propia delmodelo nacional para diferenciar a los Estados) y no la mxima del tanto lo uno como lo otro

    (que sera ms acorde al modelo transnacional de corte cosmopolita).Siguiendo a Beck, la opcin por el cosmopolitismo al interior de la Unin Europea tiene que

    ver con abandonar definitivamente lamirada nacionaly adentrarse al mundo de la transnacio-nalizacin, como la va ms adecuada para que el conjunto de Estados acte como uno soloyhaga frente a los retos que impone la forma en que est siendo conducido el actual proceso de

    globalizacin.Esta tesis plantea que en la medida en que los Estados Miembros de la Unin Europea dejen

    de concebirse como unidades autnomasy opten por la lgica de la integracin autntica, sehabr avanzado mucho para configurar una autntica visin cosmopolita. El objetivo es quecada Estado cedasu parte desoberanaa los Otros, en una lgica donde esa cesinse traduce,

    al final, en ganancia(un Estado transnacional soberano).Dicho en otras palabras, si un Estado deja de pensar en sus intereses particularesy perfila

    sus decisiones a partir de los intereses comunes regionales, a la larga sale beneficiado porquelas gananciasque se obtendran seran para el conjunto de Estados.

    Europa sigue adoleciendo de una falsa autoconcepcin nacional que laincapacita para comprender su marcha y su misin histricas y la bloqueapolticamente. Pese a toda apariencia de actuacin comn e incluso en vir-tud de sus xitos, esta falsa autoconcepcin nacional convierte a Europa ya sus pases miembros en autnticos rivales, haciendo que estos cuestio-nen recprocamente su existencia y, por decirlo as, se hagan la guerra conlos medios pacficos de la integracin: o Europa o los Estados nacionales,cualquier otra posibilidad queda excluida. Nosotros, en cambio, afirmamosprecisamente esta posibilidad y le damos un nombre: Europa cosmopolita.14

    Esta manera de pensar la vida social es lo que dara origen al cambio de la mirada nacionalpor la mirada cosmopolita. Sin embargo, se precisa que la cesin de soberana estatal noimplica en el proyecto cosmopolita la eliminacin de las diferencias. Por el contrario, la visincosmopolitaestara por una integracin que respetara las diferencias de cada Estado, su otre-

    dad, su identidad, a efecto de nutrirse de ellas y salir fortificada.

    13 Idem, p. 18.14 Idem, p. 21.

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    Ruslan Posadas Velzquez

    El cosmopolitismo se distingue...en que convierte el reconocimiento de ladiferencia en la mxima de pensamiento, convivencia y accin, tanto dentrocomo fuera. Las diferencias no son ni eliminadas ni ordenadas jerrquica-mente, sino aceptadas como tales, valoradas positivamente. El cosmopolitis-

    mo afirma lo que las posiciones de la desigualdad jerrquica y de la igualdaduniversal excluyen: percibir a los otros como diferentes y como iguales. Mien-tras que el universalismo y el nacionalismo (pero tambin el particularismopremoderno, esencialista) se basan en el principio del o esto o lo otro, elcosmopolitismo descansa en el principio del no slo sino tambin. Lo extra-o no se percibe ni se valora como una amenaza, como algo que desintegrao fragmenta, sino como algo que enriquece. Es la curiosidad hacia m mismoy hacia el otro lo que hace que los otros sean insustituibles para m. Hay unegosmo de inters cosmopolita. Quien integra en su propia vida el punto devista de los otros, sabe ms de s mismo y de los otros.

    El cosmopolitismo exige, pues, un nuevo concepto de integracin y deidentidad, un concepto que permita una convivencia por encima de cualquierfrontera, sin que esto implique necesariamente sacrificar la particularidad yla diferencia en el altar de la supuesta igualdad (nacional). De este modo,identidad e integracin ya no son simplemente otras formas de nombrarla hegemona sobre el otro o los otros, la hegemona de la mayora sobre lasminoras. El cosmopolitismo acepta la diferencia, pero no la convierte en algoabsoluto, sino que al mismo tiempo busca vas para hacerla universalmenteaceptable. Para ello se apoya en un cuerpo de normas que vinculan a todosy que son vinculantes para todos, y con ayuda de las cuales se ha de evitar

    caer en un particularismo posmoderno.15

    A partir de lo anterior, Beck se pregunta si las ambiciones del proyecto cosmopolita queperfila para Europa no caen en el puro idealismo, a lo que l mismo responde que este pro-yecto no cae en saco roto, pues concebir un modelo de integracin transnacional no implicala desaparicinde los Estados ni la prdida de rumbo de sus gobiernos, porque en la medidaque los Estados actuaran como uno solose salvaguardaran los intereses en general (de todo el

    conjunto de Estados) y en particular (de cada Estado).

    De ah que Beck crea que el replantear la tesis de la Unin Europea en un sentido cosmo-polita tenga que ver con la confeccin de una nueva teora crticaque ponga el acento en lamodernizacin reflexiva, esto es, que en un mundo globalizado ya no es posible pensar en tr-minos nacionales, dado que problemas como los medioambientales, los derivados de las crisis fi-nancieras globales, los relacionados con la desigualdad que crea el mercado en las sociedades o

    la flexibilidad laboral, tienen que ser afrontados necesariamente con una mirada cosmopolita.

    No es ste un proyecto profundamente idealista? No es el discurso delcosmopolitismo europeo una variante ms de la idea de Europa que ha

    15 Idem, pp.33-34.

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    estado presente en la historia de su unificacin poltica desde el siglo XIV?Qu lleva a los Estados nacionales a aceptar el cosmopolitismo europeo,que en ltima instancia implica una renuncia a una parte importante de supoder y de su soberana? Nosotros respondemos a estas preguntas con la

    teora del realismo cosmopolita. Su tesis fundamental (enunciada en formaresumida) dice as: en el pasado, los Estados miembros de la ComunidadEuropea/Unin Europea no renunciaron a su poder por motivos idealistas,sino por sus propios intereses nacionales. De este modo actuaron de formaabsolutamente realista...pero siendo perfectamente conscientes de que slopodran defender sus intereses de una forma muy concreta, a saber, recono-ciendo los intereses legtimos de los dems y tenindolos en cuenta en supropio clculo de intereses. De esta forma pueden alcanzarse al mismo tiem-po dos tipos de objetivos: los nacionales y los europeos. Es el valor polticoaadido producido a travs de una cooperacin regulada lo que hace que

    ambas partes, los Estados y Europa, salgan ganando.16

    Si se llegara a consolidar la tesis cosmopolita para Europa, tendra que pensarse tambin enla acuacin de un nuevo concepto que definiera mejor la realidad trasnacional de ese conglo-merado de Estados. Por eso, Beck considera que es factible hablar de Imperio Europeo. Aunqueel trmino puede suscitar muchos cuestionamientos, la idea que subyace para utilizarlo es queun Imperio en el fondo busca expandir su rea de influenciaa otras latitudes, tal como lo

    querra unproyecto cosmopolitade este talante.Sin embargo, la expansin (y la influencia) no sera por la va militar, sino por la puesta en

    marcha de la expresin poltica transnacionalque mostrara al mundo lo ejemplarque sera elfuncionamiento de la Unin Europea como un centro de poder real. De acuerdo con Beck, noes que se quisiera imitara los imperios de la antigedad, ni al neoimperioque ha conformadoEstados Unidos derivado de sus recientes intervenciones militares en otros pases, sino que sebuscara adecuar el trmino Imperioa la realidad global a efecto de que Europa fuera partcipe

    de ella.

    Si aplicamos a Europa el concepto de imperio y establecemos una com-paracin con los anlisis de la poltica europea, obtenemos al menos diezcaractersticas que, a nuestro juicio, definen esencialmente el imperio euro-

    peo. En su conjunto, estas caractersticas no slo ponen de manifiesto que elconcepto de imperio es mucho ms adecuado que el concepto de Estado (yque otros conceptos de poltica internacional de l derivados) para compren-der la especificidad del sistema de poder en Europa, sino tambin que en esecontinente est surgiendo una nueva forma de imperio.17

    En ese sentido, Beck considera que si Europa se concibe como una nueva fuerza puedepresentarse como contrapoderal american wayy mostrar al mundo que el european way es

    16 Idem, pp.42-43.17 Idem, p.98.

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    mucho ms rentable porque garantizara condiciones para lapreservacin de la paz, gracias ala concepcin que subyacera en su seno: la aceptacin de las diferencias como condicin para

    la convivencia.Empero, Beck es realista y seala que actualmente Europa corre el riesgo de desintegrarse

    por el renacimientode los nacionalismos o estancarse porque en su interior prevalecen dife-rencias polticas que parecen irreconciliables. De ah que su propuesta y llamado sea por laconformacin de una Europa en sentido cosmopolita que se presente al mundo como el espaciogeogrfico que puede exportaral mundo valores como la tolerancia y la democracia sin necesi-

    dad de recurrir a la confrontacin.La idea es que la Unin Europea, el Imperio Europeo, se muestre al orbe como el espacio

    donde coexistan como vecinos quienes antao fueron enemigos y donde se practican los valoresdel respeto a la diferencia y la otredad, de la tolerancia y la democracia, pero vistas ms all de

    la concepcin del Estado nacional.18

    La fuerza y el poder de irradiacin global de la Europa cosmopolita sebasan, pues, en la responsabilidad ante los dilemas compartidos: por unaparte, Europa ha de evitar caer en las trampas de la arrogancia y de la nega-cin de si misma; pero, por otra parte, es precisamente de aqu de donde hade extraer su orgullo y su autoconciencia, as como de su unicidad histrica,que ha demostrado al mundo que viejos enemigos pueden vivir como veci-nos. Entonces existe en todo el mundo una alternativa al american way, eleuropean way, en el que el derecho, la igualdad poltica, la justicia social, laintegracin cosmopolita y la solidaridad ocupan un lugar central.19

    Hasta aqu el proyecto cosmopolita beckiano. Como se puede observar, la importancia delmismo radica en presentarse como una tesis novedosa ante el desgaste de los modelos naciona-listas, incluido el neoliberal que precisa de los escombros del Estado para afianzar al mercado. Elhecho de proponer un nuevo derrotero de reflexin a partir del abandono de la mirada nacionaly de la apropiacin del anlisis del enfoque cosmopolitaes, sin duda, revitalizante para lasdisciplinas sociales y, en particular, para la ciencia poltica.

    Es cardinal tambin porque, a la par del esbozo del planteamiento cosmopolita, propone unnuevo abordaje del lxico de la poltica en funcin de la realidad global, de ah que replanteauna serie de conceptos que es importante revisar a efecto de conocer si son capaces de describir

    18 Cabe destacar que una tesis similar fue desarrollada por el filsofo poltico estadounidense John Rawls, quien en sutexto El derecho de gentes retoma el ius gentiumromano (el primer documento sobre derecho internacional elaboradopor el Imperio romano para decidir sobre los casos que afectaban a los miembros de las regiones colonizadas y queescapaban de las leyes romanas) y los postulados kantianos del Tratado de la paz perpetuapara desarrollar una teorade la justiciacon acento transnacional. Rawls adapta la terminologa romana, desechando el componente imperial,para desarrollar una estructura utpica, no idealista, en funcin de la cual espera que se agrupe una futurasociedad de

    pueblos como imaginaba Kant- a partir de la aceptacin de ciertosprincipios bsicosde raigambre liberal. Rawls noapuesta por un imperialismo culturaltraducido en la exportacin de los valores liberales del mundo occidental a socie-dades que no lo son. Su proyecto se encamina a la necesidad de que los gobiernos democrticos liberales asumanundilogo respetuoso y tolerante con gobiernos que no lo son, a efecto de que aunque aquellos no acepten los postuladosoccidentales en su totalidad, puedanpromoverlas libertades fundamentales de sus ciudadanos. John Rawls, El derechode gentes, Barcelona, Paids, 2001.

    19 Ulrich Beck y Edgar Grande, op. cit., p. 358.

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    el actual escenario mundial. Ahora, conviene hacer algunos apuntes al diseo cosmopolita endos dimensiones: por un lado desde su aspecto metodolgico y, por otro, desde la praxis polticaque se plantea.

    En primer lugar, como propuesta destinada a repensar el lxico tradicional de la poltica, el

    diseo beckiano debe ser valorado como una de las opciones que pueden ayudar a ese fin. Aun-que, la ambicin de dicho proyecto es mayor, como lo demuestra su propsito por encauzar demejor manera el destino de la Unin Europea, no deja de ser interesante el tratamiento diseadopara la reorientacin semntica de nuestras disciplinas.

    En particular, el abordar los problemas a los que se enfrenta la actividad poltica en la glo-balizacin desde un nuevo enfoque cosmopolita es pertinente.La idea de este planteamiento,estructurado a partir de la metodologa de la modernizacin reflexiva, ha sido discutida tantopor Ulrich Beck como por Anthony Giddens y Scott Lash, para quienes el paradigma sobre elcual se bas la modernidad a lo largo del siglo XX se ha diluidocon los avances tecnolgicosy cientficos, as como con los cambios en el comportamiento social derivados del proceso deglobalizacin.

    Estos procesos de cambio social han dado lugar a una incertidumbre fabricada de la cualya nadie pudo escapar y con la que se tuvo que lidiar, siendo necesario para ello un replantea-miento que explicara los ejes sobre los cuales giraba el nuevo mundo globalizado.

    En ese sentido, es factible para nuestras disciplinas seguir abordando el tema de la moder-nidad pero no desechndola (como los autores posmodernos), sino hacindola reflexiva. Laforma en que se expresara esta reflexividad se compondra bsicamente de tres pilares: elanlisis de lasociedad del riesgo, los procesos que conducen a la individualizacin socialy losimpactos de la globalizacin.20

    Lasociedad del riesgo es definida como aquella sociedad que se enfrenta a los peligros ycatstrofes medioambientales, los riesgos financieros y la incertidumbre social ante el desam-paro estatal. La mxima acuada desde los aos noventa del siglo pasado en el sentido de queel mundo armnicose haba esfumado para siempre y que de ahora en adelante nos enfrenta-ramos al acecho de distintos problemas globales, es en nuestros das una realidad fehaciente.

    Aunque, en principio, la catstrofe que ms se estudi fue la medioambiental (derivado dela explosin nuclear de Chernobil, as como el acelerado cambio climtico en la tierra), con elpaso de los aos se puso nfasis en que los riesgos tambin estaban presentes en la economade mercado y en el adelgazamientodel Estado.

    Por su parte, el proceso de individualizacin social fue resultado de un conjunto de hechos

    que hicieron que los individuos se comprendierany actuaran de distintas maneras. Entre esoscambios el ms significativo fue el abandono del que fueron objeto los individuos en la mu-danzadel Estado de Bienestar al Estado Neoliberal, lo cual se tradujo en una nueva forma deasimilarseen su entorno.

    Cuando las respuestasgubernamentales a las demandassociales fueron a la baja se produjounproceso de individualizacin, en el cual cada sujetoprocur por s mismo, abandonandoas las ideas de solidaridad y confianza que antes lo distinguan, amn de que las legislacioneslocales se empezaron a dirigir ms haca las personas que a la sociedad en su conjunto. Por eso,

    20 Ulrich Beck, Anthony Giddens y Scott Lash, Modernizacin reflexiva. Poltica, tradicin y esttica en el orden socialmoderno, Madrid, Alianza Universidad, 1994.

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    en nuestros das se buscan respuestas biogrficasa los problemas derivados de las transforma-ciones abruptas del mbito de lo pblico-estatal.

    Por ltimo, el proceso de globalizacin,entendido de manera multidimensional, no sloplantea un nuevo derrotero en la economa (aprovechado por el neoliberalismo para colocarse

    como la nica opcin), sino transformaciones en las comunicaciones, en la tecnologa y, desdeluego, en las relaciones sociales.

    En ese tenor, es importante retomar la metodologa que propone la modernizacin reflexi-va como una nueva manera de pensar el mundo globalizado, en el entendido de que vivimosuna interconexin global como nunca antes se haba visto y estamos condenados a no vivir enel idilio de un mundo en paz, sino en uno caracterizado por su fragilidadante los crecientescambios (tecnolgicos, cientficos, econmicos, sociales, culturales) que a diario estamos expe-rimentando.

    El resultado de este nuevo proceso de reflexin tambin llamado por Beck, Nueva TeoraCrtica de la sociedad-es que en la actualidad es necesaria una mirada distintasobre el alcancey las estrategias del quehacer estatal en la globalizacin: el cierre de la perspectiva nacionaly

    la apertura del anlisis cosmopolita.En un segundo plano, hay que advertir que si bien como punto de partida del nuevo anlisis

    que desde las ciencias sociales debe realizarse para entender la lgica del quehacer polticoen la globalizacin, el proyecto cosmopolita es plausible, como plan de accin resulta cuandomenos desconcertante en algunos aspectos, ambiguo en otros y con una buena dosis de candoren algunos ms. En ese sentido, habra que hacer uso del cosmopolitismopero en un sentido de

    reflexividad crtica tal como el propio Beck lo plantea.La tesis de Beck no abandona la dosis de medicina eurocntricaque comnmente suele

    recetarseal resto del planeta. La idea central es que Europa es la cuna de la civilizacin y queactualmente sigue llevando la batuta en trminos de recomendar al mundo como debe compor-tarse y vivir. Se aduce que Europa tiene una mayor estatura polticapara promover el dilogo, latolerancia, el respeto a los derechos humanos y la justicia que otros pases de occidente (laselos Estados Unidos de Amrica).

    Se podra estar de acuerdo en cierto modo y sealar que, efectivamente, la Europa de nues-tros das ha hecho esfuerzos por promover y difundir esos valores polticos, empero, en no pocasocasiones se ha prestado a cumplir los caprichos de la todava posicin hegemnica estadouni-dense, sea en su vertiente de acciones econmicas o militares.

    Ahora bien, en trminos de afianzamiento y cohesin poltica de la Unin Europea no se

    perciben avances significativos. Al da de hoy no hay una identidad europea, pues se siguenprivilegiando las visiones nacionalesen detrimento de la Unin. La rivalidad entre los EstadosMiembros es un hecho innegable, al grado que en no pocas ocasiones los conflictos han estadoa punto de romper la frgil unidad europea, como en los temas de la aceptacin de nuevos Esta-dos a la Unin o en los relativos a la promocin de una nueva estructura comunitaria.

    Zygmunt Bauman ha advertido sobre los vericuetos que encarna la idea de la construccinde la identidad europea, as como las dificultades que ha tenido la comunidad de pases queconforman la Unin para presentarse al mundo como una opcin viable. Esta situacin ha pues-to de manifiesto lo inalcanzableque se vislumbra el sueo de la cohesin europea.

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    intenta reconstruir la vida poltica sobre la base de una concepcin ilustradade las relaciones pacficas entre los Estados-nacin, de unos derechos huma-nos comunes a todos los ciudadanos del mundo y de un orden legal globalapoyado sobre una sociedad civil global.22

    Como proyecto para completar la inacabada aventura europea el planteamiento de Bau-man como el de Beck- es plausible, no obstante, es una realidad que an no se ha configuradoy que puede distar mucho de llevarse a cabo, primordialmente por lo imperfecto de los cimientosdel proyecto europeo.

    Asimismo, es criticable que la propuesta beckiana pareciera querer decir: es necesario crearlos Estados Unidos de Europa para sustituir a los Estados Unidos de Amrica . Lo cual sig-nificara la sustitucin de un imperio de primera modernidad por un imperio de segundamodernidad.

    An as, habra que intentar retomar proyectos de este talante como una forma de que la ac-

    tividad poltica recupere suprestigioyproactividad, mxime en realidades como la de nuestraregin donde el vilipendioa la accin poltica es directamente proporcional al achicamientodel quehacer estatal.

    Bibliografa

    Bauman, Zygmunt, Europa: Una aventura inacabada, Madrid, Losada, 2006.Beck, Ulrich y Edgar Grande, La Europa cosmopolita. Sociedad y poltica en la segunda modernidad, Barcelona, Paids, 2006.Beck, Ulrich, Anthony Giddens y Scott Lash, Modernizacin reflexiva. Poltica, tradicin y esttica en el orden social moderno,

    Madrid, Alianza Universidad, 1994.

    Beck, Ulrich, La mirada cosmopolita o la guerra es la paz, Barcelona, Paids, 2005.

    Poder y contrapoder en la era global. La nueva economa poltica mundial, Barcelona, Paids, 2004. Qu es la globalizacin? Falacias del globalismo, respuestas a la globalizacin, Barcelona, Paids, 1998.Rawls, John, El derecho de gentes, Barcelona, Paids, 2001.

    22 Idem, p. 68.