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  • Perfiles / Semblanzas

    Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofa, Poltica y Humanidades, Ao 13, n 25. Primer semestre de 2011. Pp. 165176.

    El positivismo y las ciencias en el perodo finisecular del Chile decimonnico

    Zenobio Saldivia M.Universidad Tecnolgica Metropolitana, Santiago de Chile (Chile)

    Resumen:

    Se analiza el aporte de la filosofa positivista a la ciencia nacional de fines del siglo xix en Chile, especialmente la contribucin de sus principales expo-nentes: Jos Victorino Lastarria, los Hnos. Lagarrigue y Valentn Letelier entre otros; as como la posterior influencia de tales ideas en el marco sociocultural y poltico del perodo, en especial, en relacin al manejo de las categoras de liberalismo, progreso y desarrollo cientfico y tecnolgico. Finalmente, a partir de la fuerza de tales inquietudes, se extrapola cmo estas ideas estn presentes en la filosofa de la poca del Bicentenario de la Independencia de Chile.

    Palabras claves: filosofa positivista, poltica, progreso, ciencia.

    Abstract

    We analyze the contribution of the positivist philosophy to the national science at the end of the 19th Century in Chile, especially the work of its main exponents: Jos Victorino Lastarria, the Lagarrigue brothers, Valentn Letelier and others; as well as the subsequent influence of such ideas in the sociocultural and political framework of the period, particularly regarding the management of the categories of liberalism, progress and technological and scientific de-velopment. Finally, from the force of such inquiries, we extrapolate how this ideas are present in the philosophy of the time of the Bicentenary of the Inde-pendence of Chile.

    Keywords: positivist philosophy, politics, progress, science.

    Antecedentes Previos

    Como se sabe, la nocin positivismo es un concepto polismico que encierra diversos sentidos dentro de una connotacin histrica, epistemolgica y filosfica, y que alude a una corriente filosfica, o a una tendencia cientfica y cultural, que se desarrolla en la Europa decimonnica a partir de las ideas de

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    Augusto Comte y J. Stuart Mill, entre otros. En esta comunicacin se pretende abordar la presencia de las ideas positivistas en Chile, en las ltimas dcadas del siglo xix, principalmente a partir de las nociones difundidas por Comte y expresadas en sus obras tales como: Curso de Filosofa Positiva (18301842), Sistema de Poltica Positiva (18511854) y Discurso sobre el Espritu Positivo (1844); obras en las que se deja de manifiesto la importancia del mtodo cien-tfico y de la ciencia como fenmeno cognitivo y social, que posibilitan un as-censo inevitable hacia el progreso material y moral. Por tanto, en lo que sigue, se analizan algunas ideas propias de dicha cosmovisin y las caractersticas de su difusin en Chile y su vinculacin con la comunidad cientfica del perodo.

    El positivismo emerge en nuestro pas en la dcada del setenta del siglo decimonono, con los hermanos Lagarrigue, Juan Serapio Lois, Benjamn Dvi-la, Manuel Antonio Matta, Diego Barros Arana, Miguel Luis Amunategui, Jos Victorino Lastarria y Valentn Letelier entre otros; siendo, Lastarria en rigor, el primero en declararse conocedor del positivismo puesto que ya en 1868 seala: El positivismo ha encontrado que el movimiento de la humanidad en todas las esferas de su actividad, se traduce por una marcha hacia adelante, acelerada o contenida, circular o curva, rectilnea o trunca, pero siempre una marcha1.

    La emergencia del positivismo en Chile, se caracteriza por la introduccin de las nociones propias de la filosofa positiva de Comte y por la presencia tam-bin de algunas ideas de Littr y otros. Ello, dentro de los discursos del perodo finisecular del siglo xix, en el que se confrontan los programas de las distintas tendencias que persiguen la obtencin de la modernidad; esto es, la tendencia liberal y la postura conservadora de los sectores catlicos y eclesisticos.

    Entre las entidades positivistas aparecidas en Chile figuran: La Academia de las Bellas Letras (1873)2, la Sociedad de la Ilustracin (1872) y el Crculo Positivista (18701874), cuyos exponentes se encargaron de la difusin del positivismo como eje terico que persigue las reformas en los tpicos mencio-nados, y como instrumento ideolgico, poltico y moral para la modernizacin del estadonacin. Adems, como reservorio tico para la renovacin moral de la sociedad chilena. En dichas corporaciones se realizaban lecturas y comenta-rios de las obras de los representantes del positivismo francs e ingls: Augusto Comte, Emile Littr y John Stuart Mill. Pero tambin se crearon corporaciones para estudiar y difundir el positivismo en otras regiones, tales como: La So-ciedad del Progreso, en Valparaso, o la Sociedad Escuela Augusto Comte, en Copiap, en 1882.

    Entre los miembros de la Sociedad del Progreso de Valparaso figuraban en 1879: Luis Barros Borgoo, Sandalio Letelier, Dvila Larran, Luis Espe-jo, Jos Toms Urmeneta, Juan Enrique Lagarrigue. La entidad conmemoraba

    1 Lastarria, J.V.: Miscelnea Histrica y Literaria, 1868.2 Lastarria, J.V.: Recuerdos Literarios, (2da Edic.) Stgo., Librera de M. Servat, 1885, p. 491.

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    anualmente con conferencias y homenajes pstumos a los hombres ms desta-cados fallecidos el ao anterior, ya sean estos del pas o del extranjero; v. gr. en el ao 1879 los miembros de la misma, rinden homenaje a Jos Toms de Urmeneta, Claude Bernard, Toms Cipriano de Mosquera y otros.

    Los exponentes del positivismo en Chile y su visin de la ciencia

    Los intelectuales que asumieron el positivismo en Chile en el perodo fi-nisecular del siglo xix, han sido estudiados por autores como Zea, Galdmez o Fuenzalida, o ms recientemente por Subercaseaux, Escobar y otros. Aqu quisiramos recordar nuevamente, a esos pioneros del positivismo chileno: a Jos Victorino Lastarria (18171888), Eugenio Mara de Hostos (18391903), los Hnos. Lagarrigue: Jorge Lagarrigue (18541894), Juan Enrique Lagarrigue (18521927), Luis Lagarrigue (18641949), y Valentn Letelier (18521919), enfatizando al menos en algunos de ellos, sus aportes relacionados con la cien-cia, o con la idea de la episteme que nos han legado.

    Jos Victorino Lastarria

    As por ejemplo Lastarria, en los aos de su madurez se va inclinando no-toriamente por los tpicos ms frecuentes del positivismo. En 1868, como se ha sealado, declara haber ledo la obra de Comte: Cours de philosophie positive y se identifica como positivista. En 1870, nuevamente Lastarria, marca otro hito en el fomento de esta tendencia positivista, al asumir la direccin del Circulo de Positivistas con el objetivo de leer y analizar las obras de Comte. As, inspirado por esta nueva corriente filosfica y cientfica, se dedica a crear entidades que difundan y fomenten las ideas comtianas; por ejemplo, la Academia de Bellas Letras, agrupacin donde se renen un grupo de intelectuales con el propsito de incentivar el cultivo de la literatura como expresin de la verdad y segn las reglas sugeridas por Comte, las cuales se identifican a su vez, con las normas de rigor que exigen las obras cientficas y en conformidad con los hechos demos-trados de acuerdo a los planteamientos de la filosofa positivista.

    Entre estos nuevos temas que ahora complementan los focos de inters de los autores seguidores del positivismo, estn: el nfasis por el progreso, la regeneracin social, la preocupacin por la ciencia, la sugerencia de cambios curriculares en la educacin para orientarla hacia el estudio del mtodo cientfi-co y la bsqueda del rigor lgico, la incorporacin de la mujer a la educacin, el inters por los recursos hdricos y por el desarrollo minero e industrial del pas. Y ms tarde, se comprometen tambin con los esfuerzos para lograr una ma-yor autonoma del poder ejecutivo frente a la iglesia. Estas inquietudes quedan

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    claramente de manifiesto en obras tales como: Caracoles. Cartas descriptivas sobre este importante mineral dirijidas al Sr. Toms Fras, Ministro de Hacien-da de Bolivia, o en las Lecciones de poltica positiva, ambas de Lastarria, entre tantos otros autores del perodo.

    En la primera de las mencionadas, publicada en 1871, Lastarria, utilizando el conocimiento ya existente de las ciencias de la geologa, orografa, mine-raloga y otras ciencias de la tierra, que daban cuenta de las propiedades del cuerpo fsico de Chile y de la entonces regin boliviana de Antofagasta, ubica geogrficamente el mineral de Caracoles y describe los caminos existentes y las caractersticas geolgicas de la zona donde se encuentra dicha mina. Al mismo tiempo que fundamenta los beneficios que resultaran de explotar adecuada-mente la mina homnima. Para ello, insta al gobierno de Bolivia para financiar un ferrocarril desde Mejillones hasta el mineral, identificando esta posible obra con el progreso mismo de Bolivia y con su impacto en la economa de la re-gin3. La obra es prcticamente una apologa de la riqueza de la zona y muestra un Lastarria gegrafo, pragmtico, poltico visionario y positivista. A su vez, en su texto Lecciones de poltica positiva, publicado en 1875, primero presenta su nocin de poltica y luego se centra en explicar la fuerte conexin de la misma con el cuerpo social. Es justamente en este anlisis donde Lastarria hace acopio y difusin de las ideas comtianas, tales como la ley de los tres estadios evolu-tivos de la humanidad, la clasificacin de las ciencias y la regeneracin moral de la sociedad. Llama la atencin el hecho de que el autor en este texto, parte con la concepcin positivista comtiana, y luego va sugiriendo nuevas formas de aplicacin de las nociones positivistas al campo educacional en Chile; entre estas: el fomento de una educacin cientfica o centrada en el mtodo positivo, desde la enseanza elemental; tambin una fuerte preocupacin moral, desde la instruccin bsica; as como el nfasis por el respeto ineludible de los derechos humanos en la vida cvica del pas, entre otros tpicos. Las obras mencionadas de Lastarria sintetizan adecuadamente los temas de la poca: el utilitarismo proveniente del conocimiento cientfico, el afn por el progreso, la bsqueda del orden social y poltico y el ideario de la regeneracin moral de la sociedad.

    Valentn Letelier

    Letelier, por su parte, conoce las ideas de Comte en 1874, cuando finaliza-ba sus estudios de derecho4 e incursiona en el Crculo de los jvenes positivis-tas, dirigidos en esta fecha por Jorge Lagarrigue. Dicho grupo se dedica a leer y comentar las obras de Comte, Littr y otros autores, e incluso sacan algunos

    3 Lastarria, Jos V.: Caracoles. Cartas descriptivas sobre este importante mineral dirijidas al Sr. TomsFras, Ministro de Hacienda de Bolivia, Impr. de la Patria, Valparaso, 1871, pp. 830.

    4 Cf. Galdamez, Luis. Valentn Letelier y su obra, 18521919, Impr. Universitaria, Stgo., 1937, p. 30.

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    folletos de difusin con las ideas positivistas, como el que aparece en 1875, con el ttulo Principios de Filosofa Positiva5. Este mismo ao, Letelier es nombra-do profesor de Literatura y Filosofa en el Liceo de Copiap y junto a otros pro-fesores funda una Academia Literaria. Son los aos en que define su conviccin positivista y se identifica con el ideario comtiano del Orden y el Progreso, que trata de alcanzar y mantener durante toda su vida profesional. Entre sus aportes positivistas, recordemos que persigue determinar los fundamentos del Derecho y de las instituciones jurdicas, partiendo de un anlisis etnogrfico e histrico, para corroborar que la evolucin de tales organizaciones no es algo puramente normativo, sino que obedece al resultado de la accin espontnea de las fuerzas sociales; una marcha acelerada como dira Lagarrigue, o el avance inevitable hacia el progreso, como dira Comte. Y en este sentido, logra articular la filoso-fa positivista con el Derecho y la insercin de esta como parte de la Sociologa. En rigor, el alcance de su obra es de tal magnitud que cubre la educacin, la sociologa, la filosofa y las polticas pblicas, como diramos hoy.

    Los Hermanos Lagarrigue

    Y en cuanto a los hermanos Lagarrigue: Jorge, Juan Enrique y Luis, ms que concentrarnos en las reflexiones y discusiones de cada uno de ellos con los agentes culturales del pas y del extranjero, podemos sintetizar la idea de ciencia de los mismos, la cual, salvo algunas diferencias de matices entre ellos, es percibida como un conjunto de conocimientos organizados, orientados hacia el progreso para dominar la naturaleza y esclavizarla, o como un sistema de interpretacin del hombre sobre la naturaleza con vistas al bienestar de toda la humanidad. La ciencia adems, es entendida por estos autores, como algo terico y emprico y proclive a la difusin cultural. La ciencia por tanto, en este esquema, sera un constructo preparatorio para trabajar por el servicio de la especie humana y para alcanzar los valores de una moral positiva, que llegara finalmente a conciliar el amor y el conocimiento, sin apartarse de la fe en la humanidad; alcanzando as, un estado de mxima perfeccin en la condicin humana. O como lo expresa Juan Enrique Lagarrigue: Todas las almas con-currirn de las diversas partes de la tierra a mejorar incesantemente la exis-tencia universal. Semejante estado de armona planetaria llevar consigo una indecible felicidad6. Dicha postura de comprensin de la episteme como un constructo propedutico para arribar a un nuevo estadio moral, es muy simi-lar entre los hermanos, tal como se percibe por ejemplo en Jorge Lagarrigue, cuando luego de alabar la clasificacin de las ciencias que hace Comte, seala: Vosotras no sois sino ciencias preparatorias; nada valis si vuestros estudios

    5 Galdmez, Luis: op. cit., p. 35.6 Lagarrigue, Juan Enrique: Circular Religiosa, Impr. Cervantes, Stgo., 1886, p. 32.

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    no convergen hacia el estudio y mejoramiento del hombre, separadas de la mo-ral no sois sino ciencias intiles o perjudiciales a la inteligencia y al corazn7.

    Esto es, una subordinacin de la aprehensin cognitiva de los hechos del mundo, del entorno, de la naturaleza y la sociedad, al ideario de la religin po-sitiva y universal como un corpus siempre abierto para la generacin de nuevos conocimientos, pero apuntando hacia una institucin religiosa positiva como nuevo dogma de la humanidad. Es una postura epistmica, apriorista, idealista y constructivista.

    Empero, no solo las entidades mencionadas difunden las nociones po-sitivistas en el perodo del Chile finisecular decimonnico. Tambin existen algunas revistas como la Revista Chilena, fundada en 1875 en Santiago, en la cual escriben adems de los ya mencionados, Rodulfo Amando Philippi, Be-nicio lamos Gonzlez, Ricardo Passi Garca y Marcial Gonzlez entre otros. Muchos de los cuales difunden las ideas positivistas en el pas. Es el caso de Lagarrigue, Lastarria y Passi, quienes aparecen como traductores destacados de las obras de Comte y como animosos difusores de las ideas positivistas, especialmente en lo referente a las nociones de progreso, a las leyes de la His-toria y a la idea de ciencia que manifiesta el autor francs; as como tambin se observa que se muestran defensores a ultranza, en relacin a la separacin entre la Iglesia y el Estado y en cuanto a la educacin para la mujer.

    En este mbito, por ejemplo, fue muy relevante en su tiempo el ensayo de Ernesto Turenne Profesiones cientficas para la mujer. Dicha comunicacin, analizaba detenidamente la conveniencia de contar con la participacin feme-nina en el mbito profesional, sin exclusiones de ninguna carrera en especial. Turenne seala:

    Educad a la mujer, y por este medio educaris mejor al pueblo: los cono-cimientos adquiridos sobre rodillas de la madre no se olvidan jams, aun las supersticiones ms absurdas. Las nociones ms sencillas de la higiene, esa pequea medicina del hogar, es un excelente conjunto de preceptos genera-les que toda madre debiera inculcar diariamente a la familia en sus multipli-cadas lecciones caseras8.

    A partir de lo anterior, se va perfilando el conjunto de notas positivistas que van siendo internalizadas ora por los autores y/o tambin por los actores sociales en el pas. Entre estas, recordemos la nocin comtiana que seala que existe una armona entre las ideas sobre la existencia y las leyes del marco social. El autor lo expresa en estos trminos: Para la nueva filosofa, el orden

    7 Ibdem, p. 12.8 Turenne, Ernesto: Profesiones cientficas para la mujer, Revista Chilena, T. VII, Stgo., 1877,

    p. 366.

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    constituye la condicin continua y fundamental del progreso, y recprocamente el progreso viene a ser el objeto necesario del orden: igual que en la mecnica animal el equilibrio y el progreso son mutuamente indispensables, como fun-damento o como destino9.

    Y tal vez, otro de los preceptos positivistas seguidos en la prctica por los intelectuales chilenos es el que seala Comte en su Cours de Philosophie Positive, cuando expresa que: En las dolorosas colisiones que nos prepara necesariamente la anarqua actual, los filsofos que las haban previsto estarn ya preparados y harn convenientemente resaltar las grandes lecciones sociales que deben ofrecer a todos10. Esta es, por tanto, la otra variable del positivismo que se asent en Chile: la cuestin social, la preocupacin por la movilidad social y por la conveniencia de contar con respuestas tericas y con propuestas para que la efervescencia social se encauce en el marco del orden anhelado. A este respecto, Lagarrigue y Letelier, ofrecen ampliar la educacin e incorporar el rigor cientfico en las aulas, y Hostos durante su estada en Chile, sugiere incorporar a la mujer en los distintos niveles de la educacin. Los hermanos Lagarrigue a su vez, ofrecen el positivismo como nueva la religin de la huma-nidad para alcanzar los mismos propsitos.

    As el positivismo, o mejor dicho muchas de sus tesis, son conocidas e internalizadas por estos exponentes y luego seguidas por distintos agentes po-lticos, culturales y cientficos del pas, todos los cuales contribuyen a plantear las reformas propias de un ideario republicano y laicista. El positivismo por tanto, contribuy indirectamente a la constitucin la modernizacin del estado chileno.

    Las Ciencias en el Perodo

    Ahora y de acuerdo al ttulo de esta comunicacin, se comprende que nos preguntemos acerca de la articulacin del positivismo con la comunidad cien-tfica nacional y en especial con el paso o puente del positivismo hacia las ciencias del perodo.

    A este respecto, es conveniente recordar que la difusin de estas nociones positivistas coincide con una nueva etapa de profundizacin y ampliacin de la actividad cientfica del pas, entendida como acopio cognitivo del cuerpo fsico del pas, y como conocimiento til vinculado al desarrollo tecnolgico nacional. En efecto, en esta era de difusin del positivismo a partir de los aos setenta, se observa la existencia organizada de comunidades de especialistas que laboran en entidades pblicas que se encuentran realizando actividades

    9 Comte, A.: La Filosofa Positiva. Seleccin y estudio de Ren Hubert, Ed. Sudamericana, Bs. Aires, 1943, p. 169.

    10 Comte, A.: Cours de Philosophie Positive, 1842; T. IV p.612. (Traduccin personal).

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    rutinarias de ciencia normal, al decir de Thomas Kuhn11. As, volviendo al Chi-le decimonono chileno, entre tales comunidades cientficas y sus tareas, cabe destacar la aplicacin del modelo taxonmico a los lugares ms distantes del pas para complementar el cuadro de lo viviente iniciado con Claudio Gay y continuada por R. Amando Philippi, y principalmente la correccin de datos previos sobre la latitud y longitud de puertos, islas, montes, volcanes, lugarejos y pueblos. Es en este perodo y dentro del marco social y poltico de los aos setenta, el momento en que acontece una fuerte discusin acerca de la inteli-gencia de la mujer y de sus posibilidades de ejercicio pblico en general.

    As, la dcada del setenta en el Chile decimonnico, corresponde a los aos en que se percibe la insercin de las asignaturas de Historia Natural que se dictan en los diversos liceos del pas, la creacin de la Oficina Hidrogrfica de la Armada, en 1874, que rpidamente comienza a realizar trabajos cientficos de hidrografa, cartografa, meteorologa y otros. En esta dcada se organiza adems la Exposicin Internacional de Santiago, en 1875, con la cual Chile muestra sus producciones agrcolas, industriales y tcnicas al mundo. Son los aos en que la comunidad cientfica est orgullosa mostrando sus resultados especficos y su consolidacin como gremio de especialistas. Tambin conti-na la aparicin de numerosas revistas cientficas, entre estas: en La Serena, la Revista Cientfica y Literaria (1871), en Santiago: la Revista Mdica de Chile (1872), el Anuario Hidrogrfico de la Marina de Chile (1875). Y en Valparaso la Revista Gaceta Mdica (1879)12. Adems en este hito, y se observa la reali-zacin de una serie de congresos cientficos; tales como el Congreso Libre de Agricultura, en 1875, donde se analizan temas de distintas disciplinas.

    En los aos ochenta, destaquemos la Misin del oficial de la Armada Francisco Vidal Gormaz, quien viaja a la Oficina Central Meteorolgica de Washington en 1884, para determinar el primer meridiano nico para todas las naciones y donde se adopta el meridiano de Greenwich como cero comn de longitudes. Es la dcada en que se confecciona un Catlogo de los Colepteros de Chile gracias a Federico Philippi, y continan los congresos cientficos; en-tre estos: el Primer Congreso Mdico Chileno en 1888, el Congreso Industrial Agrcola de 1889, los Congresos Generales Chilenos de 1893, en Valparaso, el de 1894 en Santiago y el de 1895 en Concepcin. En el plano de las ciencias de la tierra, continan los trabajos de Domeyko; v. gr. las nuevas descripciones de minerales y de nuevas rocas; entre los primeras se destacan el selenio, teluro, titano, el cromo. Y en cuanto a las segundas, Domeyko presenta la diagnosis

    11 Cf. Kuhn, Thomas: La Estructura de las Revoluciones Cientficas, Ed. F.C.E., Mxico D.F., 1982; (1ra Edic. 1962).

    12 Los lectores interesados en profundizar sobre la aparicin de revistas cientficas chilenas, pueden consultar: Las Revistas cientficas chilenas en: Saldivia, Zenobio: La Ciencia en el Chile Decimo-nnico, Ed. U. Tecnolgica Metropolitana, Stgo., 2005; pp. 99120.

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    de algunos meteoritos, como tambin de ciertos tipos de salitre, boratos y pro-ductos volcnicos13.

    En los aos noventa podemos traer a presencia a los fsicos Luis Zegers y Arturo Salazar, quienes tomaron las primeras radiografas en nuestro pas, en 1896, pocos meses despus del descubrimiento de Roentgen en Alemania. Zegers est adems, en estos aos, muy preocupado por implementar la telegra-fa sin hilos en nuestro pas y lo expresa en estos trminos: [] de la misma manera que el telgrafo elctrico vino casi de inmediato despus del descubri-miento de la imantacin por las corrientes, as tambin la telegrafa sin hilos de Marconi, nos anuncia un nuevo modo de utilizar i transmitir la energa14. Con ello contina la enseanza experimental de la fsica en el pas, que se haba asentado con la ctedra de Fsica al fundarse el Instituto Pedaggico (1889).

    En Valparaso, el entomlogo Carlos Porter funda la Revista Chilena de Historia Natural (1897), cuyos nmeros van dejando de manifiesto un acopio de investigaciones sobre Ciencias Naturales, Arqueologa, Ornitologa, Ictiologa, Entomologa, Botnica, Zoologa, Antropologa, Geografa y Bibliografa cien-tfica, entre otras; de este modo, se contina la identificacin del universo bi-tico del pas, que haba principiado con Gay. De Porter recordemos algo de su prosa cientfica:

    Estos terrenos son el lugar apropiado para el crecimiento de la Palmera indgena (Jubea spectabilis) que, junto con algunas especies de Bromeli-ceas (Puya Bromelia), dan un carcter tpico a la vegetacin. En los lugares hmedos, poco expuestos al sol y en el fondo de las quebradas crece en gran cantidad el Peumo (Crytocaria Peumo), que es la especie arborescente que domina en los matorrales; le acompaa el Molle y el Litre. En los sitios mas asoleados crece tambin el Boldo (Baldoa fragans) y el Quillai (Quillaja saponaria)15.

    Este auge del desarrollo cientfico se encuentra en pleno despliegue en el pas, pero podemos cerrarlo para nuestro propsito, con los adelantos de la medicina. Entre estos, cabe destacar la instauracin de la microbiologa que ex-plica las causas de las enfermedades infecciosas, o la difusin de los postulados positivistas aplicados a la medicina. As por ejemplo, tras la publicacin de la obra de Bernard Introduccin a la Medicina experimental, (1865) que establece las bases para el estudio fisiolgico de las enfermedades y los conceptos ticos fundamentales para la investigacin cientfica en los seres humanos, la medicina

    13 Cf. La Revista de Chile, vol. IV n1, Stgo., Enero de 1900; p. 8.14 Zegers, Luis: La Telegrafa sin hilos i el sistema de Guillermo Marconi, La Revista de Chile,

    vol. III, n4, Stgo., 15 de Agosto de 1899; p. 101.15 Porter, C.: Herborizaciones en la Provincia de Valparaso. Escursion a El Salto en Noviembre de

    1898, Revista Chilena de Historia Natural, Ao III, n 12, enerofebrero de 1899; p. 29.

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    chilena se potencia notoriamente. Por ello, Cruz Coke, seala que las ideas positivistas produjeron un gran desarrollo de las ciencias mdicas, aumentando el nmero de mdicos, investigadores, bilogos, fisilogos y qumicos y que estimularon la creacin de establecimientos cientficos16. As, no resulta extra-o que en este marco de expansin de las ideas positivistas, se funde el Instituto de Higiene en 1892 o que aparezcan las primeras mujeres cientficas en nues-tro pas; por ejemplo Eloisa Daz, que obtiene su ttulo de mdico cirujano en enero de 1887, o Ernestina Prez, una semana despus. Luego, en diciembre de 1899, Maria Griselda Hinojosa Flores se titula como la primera farmacutica en Chile.

    Algo similar ocurre en el plano tecnolgico, con la industria, con el desa-rrollo vial y con el proceso de implantacin del ferrocarril en el pas. Y si bien esto ltimo escapa a nuestro inters del momento y no podemos abordarlo en esta ocasin, tan solo recordemos aqu que el ferrocarril es el paradigma del progreso en el siglo xix y que en 1899 Chile cuenta con 4.359 km. de vas frreas, ms otros 400 km. en construccin y cerca de 1850 km. en estudio17.

    Vinculacin entre Positivismo y Ciencias

    Los principales exponentes del positivismo durante las dcadas del setenta hasta fines del siglo xix en Chile, no actuaron como conductores de la ciencia nacional, de las ciencias de la vida o de las ciencias de la tierra, pero si queda-ron insertos dentro del universo de la comunidad de especialistas del perodo, en virtud de la publicacin de algunas de sus obras y por las interacciones de estos con los cientficos de la poca. El gran mrito de estos autores es el de haber estimulado y complementado el acerbo cientfico del perodo, con un nfasis hacia lo social, hacia la divulgacin de la idea de que los constructos cientficos deberan traer tanto beneficios materiales cuanto una regeneracin moral de la sociedad.

    Los cientficos del perodo aqu acotado, en rigor, actan en nuestro pas colaborando con el positivismo, desde su praxis, al menos en tres planos: (a) gracias a una consolidacin de la metodologa cientfica, (b) la aportacin en vistas a la bsqueda de lo identitario nacional y (c) coparticipando del ideario del orden social y el tlos del progreso. Lo primero, en tanto proporcionan una confiabilidad y una slida metodologa confrontacional entre el yo cientfico y el observable, significa que el pas es reconocido como un nuevo locus geo-grfico americano, en el cual se cumple la parsimonia cientfica y se consiguen incrementos en la aprehensin cognitiva referentes a las descripciones de los referentes orgnicos e inorgnicos existentes en el pas. Las diversas menciones

    16 Cf. Cruz Coke, Ricardo: Historia de la Medicina Chilena, Ed. A. Bello, Stgo., 1995; p. 344.17 Cf. Mardones, Francisco: La ingeniera en sus relaciones con el progreso, La Revista de Chile,

    vol. III, n7, Stgo., Octubre, 1899; p. 212.

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    de los trabajos cientficos de este perodo en las Academias Europeas avalan lo anterior.

    Lo segundo, la cuestin de la identidad, se logra puesto que al mismo tiempo que se realiza la tarea de diagnosis del universo bitico e inorgnico de la Repblica se va configurando un imaginario sobre el cuerpo fsico e incluso social del pas, lo que facilita la identificacin de Chile como pas y articula al estadonacin en virtud del material terico, grfico y estadstico de los distin-tos medios de difusin de la poca. Recurdese adems que muchos cientficos complementan sus trabajos con Atlas costumbristas, o con ilustraciones sobre las costumbres de los lugareos.

    Lo ltimo, la cuestin del orden y el progreso, queda tambin de mani-fiesto, toda vez que los propios cientficos, al sugerir la utilizacin de tal o cual referente de la flora o fauna para emplearlo en la industria, van encauzando la confrontacin con la naturaleza. Recurdese por ejemplo a R. A. Philippi, cuan-do sugiere el desmonte de las zonas destinadas a los inmigrantes. Ello no solo por su factibilidad tcnica, sino ms bien, porque estn convencidos que ese es el camino para la obtencin del progreso material y del bienestar de los ciuda-danos. Dicha orientacin es estimulada a su vez, por las polticas cientficas y de inmigracin del perodo, todo lo cual contribuye a apuntar hacia el sueo del orden en todas las facetas de la vida pblica, poltica y cultural del pas. En efecto, en cuanto a los fenmenos sociales, especialmente desde la dcada del setenta del siglo xix, se observa que los trabajos propios de las ciencias de la vida, ciencias de la tierra, astronoma, hidrografa y otros, aparecen alternados con tpicos tales como el ahorro, la educacin de la mujer, la feminidad, el al-coholismo y con reflexiones sobre los inmigrantes llegados a Valdivia, tal como ha quedado de manifiesto en las revistas cientficas de las ltimas dcadas del xix en nuestro pas. Ello es un indicador de que se est apuntando tanto al tlos del progreso como a la regeneracin moral de la sociedad. Esto es, una nueva fase cientfica que est acaeciendo en Chile en el perodo finisecular decimon-nico y que es equivalente al ascenso inevitable de la jerarqua del conocimiento y que segn Comte, sigue el derrotero de las matemticas, la astronoma, las ciencias fsicas, la qumica y luego las biolgicas, hasta arribar a las ciencias sociales.

    La mayora de los positivistas de los distintos centros del pas, indepen-dientemente de sus tendencias y orientaciones, coinciden en lograr la implan-tacin del mtodo experimental, en la importancia del desarrollo de la ciencia y en inculcar el conocimiento de las leyes de la naturaleza y del espritu po-sitivista en Chile. Casi todos los positivistas estiman que la tarea principal es trabajar por el bienestar material de la poblacin y por el progreso colectivo, as como por el desarrollo de los conocimientos cientficos y por el aumento de las libertades personales, especialmente en los casos de Lastarria y Letelier.

  • 193El positivismo y las ciencias en el perodo finisecular del Chile decimonnico

    Muchos de estos exponentes gestan nuevas instituciones y apuntan al fomento de la explotacin de los recursos naturales con el objeto de desarrollar la indus-tria nacional y alcanzar una pronta insercin en el capitalismo internacional, de modo que, en este punto, se identifican con la comunidad cientfica, la cual desde su praxis, viene sealando lo mismo.

    El eje de las discusiones ms propiamente filosficas que articula el posi-tivismo en el perodo finisecular del Chile decimonnico apunta a determinar la cuestin identitaria como pas, a buscar un perfil propio dentro de la cultura europeizante de la poca. Las cuestiones filosficas referentes al desplazamien-to de la metafsica, o a la conviccin de que los hombres no pueden tener ms certeza que la que entrega el conocimiento cientfico en sus descripciones y explicaciones sobre los hechos del mundo, o al encadenamiento de las ciencias particulares a las ciencias superiores, identificada con la ciencia positiva, como los ejes tericos centrales del positivismo. Dichas cuestiones quedan tcita-mente aceptadas sin una mayor discusin. Esto ante la primaca por la bsque-da del utilitarismo, por el tlos del progreso y por la necesidad de abocarse a las reformas de las distintas institucionales nacionales.

    Por tanto, la cuestin filosfica del positivismo, en su fase prctica y social decimonnica, se bifurca entre la implementacin del rigor cientfico y la pre-ocupacin social, sumado a la conveniencia de encontrar nuevas orientaciones o lecciones sociales que impliquen una regeneracin moral de la sociedad chi-lena del perodo. Y como estamos orientados a una reflexin sobre la filosofa en vistas de nuestro bicentenario como estadonacin, resulta pertinente pensar que idea de progreso, u otra categora propia de la filosofa chilensis contem-pornea, estn en condiciones de servir de sustrato a los agentes sociales y po-lticos de nuestra era, para alcanzar as un dominio efectivo de la modernidad, como instancia de mayor bienestar social, cultural y poltica.