El profesor de ética clínica de la UFV, José Jara, en Diario Médico

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COLUMNA INVITADA La formación en Bioética y necesidades no resueltas mpartir o asistir a clases de Bioéti- ca puede ser una experiencia fas- cinante. Muchos docentes de esta asignatura, que se va abriendo camino en los cursos de pregrado en nuestras universida- des, están descubriendo poco a poco que los problemas que plantean en las clases los pro- pios alumnos les suponen retos ante cuestio- nes que les habían pasado desapercibidas en la práctica clínica. Ante esto, sólo caben tres pos- turas: la más fácil, pero menos elegante, sería dar clases teóricas con poco lugar para la par- ticipación. La segunda consistiría en propiciar el debate, pero reduciéndolo a un educado in- tercambio de opiniones, transmitiendo final- mente la idea de que no existen criterios para definir acciones éticamente válidas o éticamen- te rechazables. El docente, en este caso, actua- ría únicamente como árbitro o moderador. La tercera opción es más laboriosa pero, sin duda, es la que puede resultar finalmente más gra- tificante: involucrar al alumnado en la tarea de descubrir los conflictos éticos a los que se enfrentarán cuando ejerzan la profesión, dotán- doles de herramientas para resolverlos. Enunciado en abstracto esta intenciona- lidad puede parecer un tópico, pero enfocar la transmisión de los diferentes temas de Bioéti- ca -no como simple transmisión de conoci- mientos para aprobar un examen, sino involucrando a los futuros profesiona- les en el deseo de dedicar los esfuerzos necesarios para buscar el bien de los pacientes- va mucho más allá de lo que se suele ob- hablado de fomentar la creatividad de los es- tudiantes de Medicina mediante trabajos de re- dacción o exposiciones orales en clase. Esas estrategias, aunque muy válidas, pueden ser in- suficientes si no logran que la asignatura con- siga lo que el catedrático Santiago Petschen de- fine como "cautivar al alumno". Para ello, lo fun- damental, aunque parezca elemental decirlo, es contar con profesores altamente motivados, que incluso se olviden de seguir el índice de un temario estricto y, en cambio, quieran trans- mitir valores y vivencias personales. Evidentemente, para ello habrá que contar con quien tenga grandes conocimientos teó- ricos y también con quien pueda transmitir experiencias reales vividas (¿sufridas?) en la práctica clínica. Esa diferencia entre una "bioé- tica de salón" aprendida en los libros y una "bioética de trinchera" aprendida en el campo de batalla de las urgencias hospitalarias, Uni- dades de Cuidados Intensivos o plantas de ci- rugía, suele ser fácilmente identificable por los alumnos. ¿Tenemos esos docentes? María Ascaso, au- tora de r-EDU-volution, un texto en el que se analizan propuestas educativas, propone cin- co ejes clave para autoevaluar la calidad docen- te individual: "Aceptar que lo que enseñamos no es lo que los estudiantes aprenden de modo directo; olvidar las clásicas dinámicas de po- der;habitar el aula, pasar del simulacro aisla- do a la experiencia y dejar de orientar las clases a la evaluación para pasar a interesarse por el propio aprendizaje". ESTRATEGIAS DOCENTES De hecho, una de las estrategias docentes ela- boradas por el grupo de trabajo en ética clíni- ca de la Universidad Francisco de Vitoria, li- derado por Ricardo Abengozar, apuesta por la inmersión de los estudiantes en la valoración de dilemas éticos de un modo muy práctico, in- corporando la participación de especialistas hospitalarios para debatir con los alumnos la re- solución de casos reales con el apoyo de exper- tos clínicos en Bioética de modo transversal a través del pregrado. Una cuestión habitual suele ser preguntar- nos si necesitamos más tecnología para au- mentar la calidad docente. La pregunta no es tri- vial. Gran parte de nuestras nuevas genera- ciones suelen ser consumidores habituales de un amplio espectro de ofertas audiovisuales. Las nuevas tecnologías de la información tam- bién son para ellos el modo normal de acce- der a contenidos de interés. Desligarse de esto puede provocar que vean la Bioética como algo ajeno a su forma de incorporar vivencias. Sin embargo, tampoco sería sensato creer que el simple hecho de utilizar muchos recursos tecnoló- gicos puede llegar a sus- tituir la empatía y la calidad de la argumentación, que es imprescindible si se quieren abordar temas de auténtico conflicto ético. Debido a ello, una posible estrategia para conseguir mejorar la implicación del alumnado podría incorpo- rar la visualización de cómo se plantean y re- suelven los conflictos a nivel asistencial me- diante escenificaciones simuladas del ámbito clínico correspondiente. El recurso de simu- ladores como parte del aprendizaje evita encon- trarse en situaciones reales indeseables, sin una preparación previa que optimice nuestras ac- tuaciones. Forma parte del "aprendizaje ba- sado en casos" que, de modo inductivo, preten- de adelantarse a la vivencia de situaciones para las que no se cuenta con habilidades de comu- nicación previamente incorporadas. Permite, además, valorar desde fuera, sin el sesgo de la implicación personal, actitudes y compor- tamientos, juzgando su idoneidad ética y dis- cutiendo en grupo posibles soluciones a situa- ciones clínicas difíciles, así como facilitando la memorización de lo vivido o visualizado. Toda esta reflexión sobre metodologías do- centes sería improductiva si se descuida lo esencial: reforzar los fundamentos de nuestro buen hacer profesional, que pueden enraizar- se en la Declaración Universal de la Unesco so- bre Bioética y Derechos Humanos, o en otros postulados que, de modo similar, enfaticen la búsqueda de los mejores intereses de nuestros pacientes, sin olvidar los fines básicos de la Medicina: prevenir enfermedades, curarlas cuando se pueda y aliviar sufrimientos, respe- tando la indisponibilidad de la vida humana. I JOSÉ JARA Profesor de Ética clínica de la Universidad Francisco de Vitoria y presidente de la Asociación de Bioética de Madrid Hay que involucrar al alumnado en la tarea de descubrir los conflictos éticos a los que se enfrentarán cuando ejerzan la profesión" O.J.D.: E.G.M.: Tarifa: Área: Fecha: Sección: Páginas: 50858 No hay datos 1288 € 310 cm2 - 40% 26/05/2014 OPINION 21

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OPINIONDEL 26 DE MAYO AL 1 DE JUNIO DE 2014 21´́

PROTAGONISTAS

SALVADOR AZNAR

Miembro del laboratorio Células Madre y Cáncer en el Instituto de Investigación Biomédica, de Barcelona, ha ganado el IX Premio Banco Sabadell a la Investigación Biomédica con una dotación económi-ca de 50.000 euros.

JESÚS MORENO

Jefe del Servicio de Urología del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, es el nuevo presidente de la Sociedad Española de Cirugía Laparos-cópica y Robótica. Elena Ortiz Oshiro ha sido nombrada vicepresidenta de la sociedad.

MANUEL ROMERO

El catedrático y director de la Unidad Clínica Médico-Quirúrgica de Enfermedades Digestivas del Hospital de Valme, de Sevilla, ha recibido el XI Premio a la Investigación Javier Benjumea.

CIBER-FORO

LA ENCUESTA

PARTICIPE ESTA SEMANA EN DIARIOMEDICO.COM: ¿Cree que los centros de investigación deberían crear plataformas públicas con sus proyectos?

El sistema de trasplantes, el trato médico-paciente y el índice de vacunación de los

médicos, lo más comentado de la semana

Un sistema de trasplantes "muy tensionado" JOSÉ ENRIQUE

Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), ha de-clarado que el sistema de trasplantes "ha estado tre-mendamente tensionado" y que "el esfuerzo por crecer, y no sólo mantenernos, ha sido enorme. El problema es que los trasplantes se hacen en los hospitales, y hay me-nos médicos, menos profe-sionales sanitarios, menos camas, menos presupuestos y sueldos más bajos". José Enrique cree que "el mode-lo crece porque el estímulo continúa. No hay que com-parar los salarios con otros países, sino con otros com-pañeros del mismo hospi-tal". Aun así, considera que "deberían seguir el ejemplo de otros países en los que no hay incentivos vinculados al volumen de actividad. Si se quiere incrementar el nú-mero de trasplantes, hay que generar donantes y para eso hay que invertir en capital humano. Hay que poner especialistas de coor-dinación al frente de la Ad-ministración. Cuando se pretende contener la activi-dad, la práctica es colocar a gerentes del partido". Los maños se quejan del trato médico-paciente RAFAEL

Ninguna de las reclamacio-nes tramitadas por la Co-misión de Deontología del Colegio de Médicos de Zara-goza ha terminado en la apertura de un expediente disciplinario. Rafael lo con-sidera "obvio. No se ha abierto expediente porque

los médicos no cometemos errores, ni actuamos sin deontología". Pobre índice de vacunación de la gripe del médico JUAN

Gregorio Gil, especialista en Medicina del Trabajo y jefe del Gabinete Médico del Mi-nisterio de Presidencia, se-ñala que "la prevención de salud laboral en el ámbito sanitario todavía es una lu-cha con los compañeros: te ocupas de los pacientes, pero no de lo tuyo. Sólo hay que ver los pobres índices de vacunación de la gripe entre los médicos". Juan se pregunta: "¿Y qué tienen que ver los recortes con que los médicos no se vacunen de la gripe? ¿ Acaso esperan que ahora les expliquen aquellas vacunas a las que parece que faltaron?". El radiólogo de mama debe agotar medios y razones FERNANDO Y NAPOLEÓN

Los radiólogos no están en-tre los especialistas médi-cos con más reclamaciones judiciales. Estudios en Esta-dos Unidos los sitúan en la media del ranking de las es-pecialidades más demanda-das, una situación extrapo-lable a la Medicina en Espa-ña. Fernando hace una sen-cilla equivalencia: "No esca-timar en los medios diag-nósticos es igual a medicina defensiva, igual a sobre-diagnóstico, igual a prácti-ca no deontológica, igual a práctica carente de ética, igual a mala medicina". Na-poléon se muestra tajante: "Mejor: diagnóstico de la le-sión temprana del cáncer de mama".

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PREVENCIÓN EN EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD

COLUMNA INVITADA

La formación en Bioética y necesidades no resueltas

mpartir o asistir a clases de Bioéti-ca puede ser una experiencia fas-cinante. Muchos docentes de esta

asignatura, que se va abriendo camino en los cursos de pregrado en nuestras universida-des, están descubriendo poco a poco que los problemas que plantean en las clases los pro-pios alumnos les suponen retos ante cuestio-nes que les habían pasado desapercibidas en la práctica clínica. Ante esto, sólo caben tres pos-turas: la más fácil, pero menos elegante, sería dar clases teóricas con poco lugar para la par-ticipación. La segunda consistiría en propiciar el debate, pero reduciéndolo a un educado in-tercambio de opiniones, transmitiendo final-mente la idea de que no existen criterios para definir acciones éticamente válidas o éticamen-te rechazables. El docente, en este caso, actua-ría únicamente como árbitro o moderador. La tercera opción es más laboriosa pero, sin duda, es la que puede resultar finalmente más gra-tificante: involucrar al alumnado en la tarea de descubrir los conflictos éticos a los que se enfrentarán cuando ejerzan la profesión, dotán-doles de herramientas para resolverlos.

Enunciado en abstracto esta intenciona-lidad puede parecer un tópico, pero enfocar la transmisión de los diferentes temas de Bioéti-ca -no como simple transmisión de conoci-mientos para aprobar un examen, sino involucrando a los futuros profesiona-les en el deseo de dedicar los esfuerzos necesarios para buscar el bien de los pacientes- va mucho más allá de lo que se suele ob-tener en clases teóricas con menor implicación personal.

¿Cómo lograrlo? Se ha hablado de fomentar la creatividad de los es-tudiantes de Medicina mediante trabajos de re-dacción o exposiciones orales en clase. Esas estrategias, aunque muy válidas, pueden ser in-suficientes si no logran que la asignatura con-siga lo que el catedrático Santiago Petschen de-fine como "cautivar al alumno". Para ello, lo fun-damental, aunque parezca elemental decirlo, es contar con profesores altamente motivados, que incluso se olviden de seguir el índice de un temario estricto y, en cambio, quieran trans-mitir valores y vivencias personales.

Evidentemente, para ello habrá que contar con quien tenga grandes conocimientos teó-ricos y también con quien pueda transmitir experiencias reales vividas (¿sufridas?) en la práctica clínica. Esa diferencia entre una "bioé-tica de salón" aprendida en los libros y una "bioética de trinchera" aprendida en el campo de batalla de las urgencias hospitalarias, Uni-dades de Cuidados Intensivos o plantas de ci-rugía, suele ser fácilmente identificable por los alumnos.

¿Tenemos esos docentes? María Ascaso, au-tora de r-EDU-volution, un texto en el que se analizan propuestas educativas, propone cin-co ejes clave para autoevaluar la calidad docen-te individual: "Aceptar que lo que enseñamos no es lo que los estudiantes aprenden de modo directo; olvidar las clásicas dinámicas de po-

der;habitar el aula, pasar del simulacro aisla-do a la experiencia y dejar de orientar las clases a la evaluación para pasar a interesarse por el propio aprendizaje".

ESTRATEGIAS DOCENTES

De hecho, una de las estrategias docentes ela-boradas por el grupo de trabajo en ética clíni-ca de la Universidad Francisco de Vitoria, li-derado por Ricardo Abengozar, apuesta por la inmersión de los estudiantes en la valoración de dilemas éticos de un modo muy práctico, in-corporando la participación de especialistas hospitalarios para debatir con los alumnos la re-solución de casos reales con el apoyo de exper-tos clínicos en Bioética de modo transversal a través del pregrado.

Una cuestión habitual suele ser preguntar-nos si necesitamos más tecnología para au-mentar la calidad docente. La pregunta no es tri-vial. Gran parte de nuestras nuevas genera-ciones suelen ser consumidores habituales de un amplio espectro de ofertas audiovisuales. Las nuevas tecnologías de la información tam-bién son para ellos el modo normal de acce-der a contenidos de interés. Desligarse de esto puede provocar que vean la Bioética como algo ajeno a su forma de incorporar vivencias. Sin embargo, tampoco sería sensato creer que el

simple hecho de utilizar muchos recursos tecnoló-gicos puede llegar a sus-tituir la empatía y la calidad de la argumentación, que es imprescindible si se quieren abordar temas de auténtico conflicto ético. Debido a ello, una posible estrategia para conseguir mejorar la implicación del alumnado podría incorpo-

rar la visualización de cómo se plantean y re-suelven los conflictos a nivel asistencial me-diante escenificaciones simuladas del ámbito clínico correspondiente. El recurso de simu-ladores como parte del aprendizaje evita encon-trarse en situaciones reales indeseables, sin una preparación previa que optimice nuestras ac-tuaciones. Forma parte del "aprendizaje ba-sado en casos" que, de modo inductivo, preten-de adelantarse a la vivencia de situaciones para las que no se cuenta con habilidades de comu-nicación previamente incorporadas. Permite, además, valorar desde fuera, sin el sesgo de la implicación personal, actitudes y compor-tamientos, juzgando su idoneidad ética y dis-cutiendo en grupo posibles soluciones a situa-ciones clínicas difíciles, así como facilitando la memorización de lo vivido o visualizado.

Toda esta reflexión sobre metodologías do-centes sería improductiva si se descuida lo esencial: reforzar los fundamentos de nuestro buen hacer profesional, que pueden enraizar-se en la Declaración Universal de la Unesco so-bre Bioética y Derechos Humanos, o en otros postulados que, de modo similar, enfaticen la búsqueda de los mejores intereses de nuestros pacientes, sin olvidar los fines básicos de la Medicina: prevenir enfermedades, curarlas cuando se pueda y aliviar sufrimientos, respe-tando la indisponibilidad de la vida humana.

IJOSÉ JARA

Profesor de Ética clínica

de la Universidad Francisco de

Vitoria y presidente de la Asociación de Bioética de Madrid

Hay que involucrar al

alumnado en la tarea de descubrir los conflictos éticos a los que se enfrentarán cuando ejerzan la profesión"

Sí, pero no por el sistema, sino por algunos profesionales

No. Sólo hay actuaciones puntuales, pero no una cultura general

29,31%

3,45%Sí. El Sistema Nacional de Salud

ya está adaptado al futuro.

55,17%

No. Todo lo contrario 12,07%

O.J.D.: E.G.M.: Tarifa: Área:

Fecha: Sección: Páginas:

50858No hay datos1288 €310 cm2 - 40%

26/05/2014OPINION21