El Profesor de Religión. · Eso supone un control de los ... indisociables.10 La utilización de...

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1 El Profesor de Religión. Esta semana vamos a empezar a dar respuesta a una cuestión que a todos nos preocupa: ¿Qué supone ser un buen profesor de Religión? Seguro que esta semana encuentras algunas respuestas relevantes para ti a esta pregunta. Pero la respuesta se irá completando a lo largo de todo el curso y, al final del mismo, verás la necesidad de comprometerte con el aprendizaje a lo largo de la vida para ser cada vez mejor profesor de Religión. La Iglesia, la sociedad y la escuela se juegan mucho con sus profesores de Religión. Para trabajar el temaSeguimos con la competencia de aprender a aprender. Y profundizamos en la rutina de pensamiento CONECTAR…, EXTENDER…, DESAFIAR… Volvemos a utilizar la estrategia de pensamiento 1 CONECTAR…, EXTENDER…., DESAFIAR… Empieza por descargarte la plantilla de actividades, en la que encontrarás la estrategia. ACTIVIDAD 0 Observa la plantilla de la Estrategia de Pensamiento CONECTAR…, EXTENDER…, DESAFIAR…. A medida que vayas avanzando en la lectura del tema y realizando las actividades que se te proponen debes preguntarte: ¿Qué ideas de las que estoy leyendo/viendo conectan con mis ideas previas de lo que es ser PROFESOR DE RELIGIÓN? Y lo vas anotando en la columna CONECTAR… ¿Qué ideas nuevas sobre lo que es ser PROFESOR DE RELIGIÓN te están surgiendo durante la lectura/visualización? Y lo vas anotando en la columna EXTENDER… ¿Qué desafíos, retos, propósitos… se te plantean cara a ser un buen PROFESOR DE RELIGIÓN? Y lo vas anotando en la columna DESAFIAR… Ser profesor de calidad en una escuela de calidad…Ser profesor de Religión… 1 Para profundizar en ello ver Proyecto Visible Thinking, liderado por la Universidad de Harvard en http://www.visiblethinkingpz.org/ [Consulta 12-01-2014] o visitar la página de The National Center for Teaching Thinking, liderado por Robert Swartz, http://www.nctt.es/ [Consulta 12-3-2014].

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El Profesor de

Religión.

Esta semana vamos a empezar a dar respuesta a una cuestión que a

todos nos preocupa: ¿Qué supone ser un buen profesor de Religión?

Seguro que esta semana encuentras algunas respuestas relevantes

para ti a esta pregunta. Pero la respuesta se irá completando a lo

largo de todo el curso y, al final del mismo, verás la necesidad de

comprometerte con el aprendizaje a lo largo de la vida para ser

cada vez mejor profesor de Religión. La Iglesia, la sociedad y la

escuela se juegan mucho con sus profesores de Religión.

Para trabajar el tema… Seguimos con la competencia de aprender a aprender. Y

profundizamos en la rutina de pensamiento CONECTAR…,

EXTENDER…, DESAFIAR…

Volvemos a utilizar la estrategia de pensamiento1 CONECTAR…, EXTENDER…., DESAFIAR… Empieza por descargarte la plantilla de actividades, en la que encontrarás la estrategia.

ACTIVIDAD 0 Observa la plantilla de la Estrategia de Pensamiento CONECTAR…, EXTENDER…, DESAFIAR…. A medida que vayas avanzando en la lectura del tema y realizando las actividades que se te proponen debes preguntarte: ¿Qué ideas de las que estoy leyendo/viendo conectan con mis ideas previas de lo que es ser PROFESOR DE RELIGIÓN? Y lo vas anotando en la columna CONECTAR… ¿Qué ideas nuevas sobre lo que es ser PROFESOR DE RELIGIÓN te están surgiendo durante la lectura/visualización? Y lo vas anotando en la columna EXTENDER… ¿Qué desafíos, retos, propósitos… se te plantean cara a ser un buen PROFESOR DE RELIGIÓN? Y lo vas anotando en la columna DESAFIAR…

Ser profesor de calidad en

una escuela de calidad…Ser

profesor de Religión…

1 Para profundizar en ello ver Proyecto Visible Thinking, liderado por la Universidad de Harvard en

http://www.visiblethinkingpz.org/ [Consulta 12-01-2014] o visitar la página de The National Center for Teaching Thinking, liderado por Robert Swartz, http://www.nctt.es/ [Consulta 12-3-2014].

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Programación y flexibilidad. Dominio de los contenidos y pasión por

la asignatura. Adaptación a la realidad de cada uno de los alumnos

del aula. Trabajo en equipo en el seno de la comunidad educativa.

Las TICs.

La identidad del profesor de Religión en la escuela confesional

católica y en la no confesional. Importancia del SER. Formación

permanente y crecimiento personal.

ACTIVIDAD 1 Durante la lectura utiliza la estrategia CONECTAR…, EXTENDER…, DESAFIAR… Lee atentamente el tema.

“Queridos educadores: ¡qué grande es la tarea que Jesús pone en sus manos! Cultiven su personalidad, transmitan con su ser un estilo, una certidumbre…”2 Tal como se indicó en la introducción al curso de Pedagogía y Didáctica de la Religión, la meta de este viaje es un profesor de religión competente, un verdadero profesional, convencido de que su misión es algo más que una profesión: es una vocación, un reto y un desafío. Un auténtico profesional de la educación pero con unas características peculiares. Por lo tanto, podemos establecer las dos premisas siguientes: 1.-Cualquier profesional de la educación no puede ser profesor de Religión. 2.-Los profesores de Religión deben ser profesionales. Empecemos por esta segunda cuestión, ya que las evaluaciones internacionales recientes corroboran lo que es evidente: las escuelas necesitan buenos profesores. Y todas las escuelas desean que sus profesores se caractericen por su buena cualificación profesional en el desempeño de la docencia y por impartir la enseñanza con el rigor científico y técnico y el método didáctico que las distintas áreas y la edad de los alumnos requieran, equilibrando teoría y práctica.3 Los estudios sobre la calidad de los sistemas educativos coinciden en que la clave del éxito escolar radica en la excelencia de los directivos de la escuela y de los profesores. El informe Mc Kinsey 2007 concluye que la calidad de un sistema educativo no es superior a la calidad de sus profesores. Los países con los mejores sistemas educativos son altamente selectivos y exigentes con el profesorado. Corea del Sur y Singapur, países emergentes en los rankings de calidad educativa, constituyen claros ejemplos de que un sistema escolar puede escalar desde niveles muy bajos hasta los más altos en poco tiempo. Los tres pasos que han seguido son:

Atraer a personas con mucho talento como profesores. Desarrollar en estos maestros sus habilidades didácticas. Garantizar que estos docentes involucran a todos los niños en el aprendizaje.

Según el mismo informe, los sistemas educativos de países análogos a España que han mejorado lo han hecho aumentando la valía de los nuevos docentes y fomentando la mejora continua y el aprendizaje permanente. 4

2 BERGOGLIO, J. M. (Papa FRANCISCO), Educar: exigencia y pasión. Desafíos para educadores cristianos,

Publicaciones Claretianas-Ed CCS, Madrid, 2013, p. 24. 3 Cfr.: Perfil del Profesor de los Colegios Pureza de María. 4 Cfr.: McKinsey&Company, How de world's best performing school systems come out on top? (¿Cómo hicieron los

sistemas educativos con mejor desempeño del mundo para alcanzar sus objetivos?), 2007 (http://www.eduteka.org/pdfdir/McKENSEY_InformeReformaEducativa.pdf ) [Consulta: 25/10/10]

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El sociólogo de la educación Philippe Perrenoud, profesor de la Universidad de Ginebra, que describe las competencias para enseñar en la escuela actual5 y los profesores españoles Milagros Muñoz y Avelino Sarasúa, nos ayudarán a dar respuesta a lo que supone ser hoy un buen profesional de la educación y a plantearnos mejoras concretas y llevar a cabo un seguimiento de nuestro proceso de mejora continua como profesores6. Una de las funciones de todo profesor es el desarrollo del currículo de su asignatura a través de los procesos pedagógicos en el aula. Un buen profesor debe ser capaz de organizar y animar situaciones de aprendizaje7. Para ello no le basta con saber mucho de la asignatura que le toca y saber enseñarla. Ambas cosas son necesarias, pero insuficientes. Evidentemente, el profesor debe poseer los contenidos que ha de enseñar. Poseer es algo más que ir una lección por delante de los alumnos. El buen profesor domina la materia. Lo verdaderamente importante no es que nosotros enseñemos, sino que los alumnos aprendan. El profesor es un dinamizador del aprendizaje. Eso supone un control de los contenidos con suficiente soltura y distancia para construirlos en situaciones abiertas, aprovechando ocasiones, partiendo de los intereses de los alumnos, explotando los acontecimientos... En definitiva, hay que favorecer la transferencia de conocimiento sin pasar necesariamente por una exposición metódica en el orden establecido ya sea en el libro o en la propia programación. Ni la programación didáctica, elaborada por el Equipo de curso o Ciclo o el Departamento Didáctico, ni la programación de aula, la que cada profesor ha contextualizado, son planes incuestionables e inamovibles que el buen profesor debe llevar a cabo en su totalidad para todos los alumnos. Las programaciones deben elaborarse cuidadosamente pero hay que saber utilizarlas con la flexibilidad necesaria para adaptarnos a la realidad. El buen profesor planifica bien su trabajo8, diseña proyectos. De la misma manera que el arquitecto no inicia una construcción sin planos, la tarea de enseñar exige una adecuada planificación. Pero cada uno ha de poseer la programación, ha de controlarla. No es la programación la que me controla a mí, sino que yo controlo la programación. Es necesaria la soltura en la gestión de las situaciones y contenidos y esto requiere un absoluto control de los conocimientos, los conceptos, las preguntas, los paradigmas. Lo que el profesor ha de enseñar no debe constituir para él un problema. A veces la escuela necesita que algún maestro cubra dos horas de Música en 1º de Primaria o que se inicie a los niños de Educación Infantil en el aprendizaje del Inglés. Alguno de los que constituyen el equipo docente deberá asumir esas clases. ¡Qué difícil se le puede hacer al profesor cuando se le dice: “Total, si ellos tampoco saben. Aprendes con ellos: la blanca, la negra, la corchea, la semicorchea, la fusa, la semifusa...”! ¡Total, para enseñarles los colores, los días de la semana y goog morning y good afternoon... no se necesita saber mucho! Hay que saber. Y si la formación inicial no nos ha dotado de los conocimientos necesarios para hacer frente al nuevo reto que se nos plantea, hay que prepararse muy bien y, antes de asumir la responsabilidad, exponer con claridad y honradez la situación y subsanar las carencias. Para enseñar Religión hay que saber Religión. Es de sentido común.

5 PERRENOUD, Ph.(2007), Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje (5ª ed.). Graó. Barcelona. 6 MUÑOZ, M.- SARASÚA, A. (coord.), Día a día en los centros, Ed Praxis, curso 2005-2006 7 cfr.: PERRENOUD, Ph.(2007), Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje (5ª ed.). Graó. Barcelona, pp. 17-31. 8 MUÑOZ, M.- SARASÚA, A., Un profesor de calidad es aquel que planifica bien su trabajo, en Día a día en los centros, Ed Escuela, Octubre 2005.

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Para enseñar a contar, a sumar, a restar, a multiplicar, a dividir... ¡hay que amar las Matemáticas! Con toda intención he empezado este epígrafe con unas palabras del Papa Francisco: “¡qué grande es la tarea que Jesús pone en sus manos! Cultiven su personalidad, transmitan con su ser un estilo, una certidumbre…”9. Si alguno de nosotros no “amara” la Religión sería mejor que se borrase de este curso. ¿Quién ama las Matemáticas? Sería extraño que fueran aquellos para los que las Matemáticas fueron un martirio. ¿Quién enseña bien? Probablemente lo tiene más fácil para enseñar el que aprendió bien. Cada uno de nosotros deberíamos tener en cuenta el propio proceso de aprendizaje a la hora de planificar la docencia, y elegir la metodología, la estrategia a seguir para transmitir los contenidos. La propia experiencia de aprendizaje puede constituir un buen punto de partida para diseñar un proceso de enseñanza con garantías de eficacia. Enseñar y aprender son dos elementos indisociables.10 La utilización de las rutinas y estrategias de pensamiento en este curso de Pedagogía y Didáctica de la Religión nos permitirá demostrarlo. El profesor del siglo XXI debe ser capaz de gestionar la progresión de los aprendizajes11. Nuestro sistema educativo está organizado para que esto sea posible. El curriculum está secuenciado de una forma que garantiza esta progresión en la enseñanza. Pero eso no se traduce en la misma progresión de aprendizaje para todos y cada uno de los alumnos. Por este motivo los sistemas educativos han pasado de urgir planificaciones semanales a planificaciones anuales e, incluso, plurianuales y se pone el acento en la individualización de los itinerarios de formación y en la pedagogía diferenciada, para facilitar la progresión de cada alumno. Una de las dificultades de nuestro sistema educativo es que muchos profesores sólo tienen, desde su formación inicial, una visión limitada del conjunto de los estudios y una experiencia directa muy estrecha. Y cada uno se inclina a dar una importancia desmesurada a “su trozo”. Nos falta visión longitudinal, vertical y horizontal, de los objetivos de la enseñanza para juzgar con conocimiento de causa lo que se debe adquirir absolutamente ahora y lo que se podría posponer sin que tenga consecuencias. No se trata de que cada uno de nosotros seamos capaces de enseñar indistintamente en cualquier nivel o ciclo, sino de ser capaces de incluir cada aprendizaje en una continuidad a largo plazo que propicie la adquisición de las competencias y la consecución de los objetivos. Por eso se nos pide una colaboración activa en la preparación, realización y evaluación de la Concreción Curricular. Y se considera de tanto valor el intercambio de información y la coordinación entre los miembros de la comunidad educativa. Una de las actitudes necesarias para ser un buen profesor es la de ejercer la tarea educadora con ilusión. El profesor tiene que hacer accesible y deseable su propia relación con el saber. Hay que echarle pasión personal: comunicar, seducir, animar, movilizar,.. interviniendo como persona, implicándose. Si a un profesor le dejan indiferentes los contenidos que enseña, ¿se puede esperar que suscite el mínimo estremecimiento entre sus alumnos? ¿Se puede esperar que sea capaz de contribuir al proceso de construcción de significados y de atribución de sentido a los contenidos escolares?

9 BERGOGLIO, J. M. (Papa FRANCISCO), Educar: exigencia y pasión. Desafíos para educadores cristianos,

Publicaciones Claretianas-Ed CCS, Madrid, 2013, p. 24. 10 cfr.: COLL, C., Enseñar y aprender, construir y compartir: procesos de aprendizaje y ayuda educativa, en COLL, C. (coord.), Desarrollo, aprendizaje y enseñanza en la Educación Secundaria, Graó, Barcelona, 2010, pp. 31-61. 11 cfr.: PERRENOUD, Ph.(2007), Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje (5ª ed.). Graó. Barcelona, pp. 33-45.

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El profesor debe organizar la actividad de aprendizaje a partir de las ideas previas de los alumnos.12 La evaluación de estos conocimientos previos permite detectar su existencia, inexistencia o incluso la presencia de conceptos erróneos. Vamos a tener que ser capaces de trabajar a partir de estas ideas previas y adoptar las estrategias didácticas adecuadas que aseguren la consecución de aprendizajes significativos. No es necesario insistir en que aprendizaje no es sinónimo de acumulación de conceptos, sino que es un proceso que se inicia con un conflicto cognitivo, del cual los aciertos y los errores forman parte esencial y permiten la introducción de nuevos conceptos en la red de conocimientos que cada persona va construyendo. ¿De dónde vienen las ideas previas? De la experiencia de la vida y de los aprendizajes anteriores. Es lamentable tener que desmontar la idea previa errónea que tiene su origen en un aprendizaje escolar de cursos anteriores. En la mayoría de los casos nuestra misión va a consistir en sentar las bases, poner los fundamentos, construir los cimientos del conocimiento. Para ello, en ocasiones será necesario convertir en simple lo complejo. Este proceso permite pactos con lo elemental, porque los fundamentos suelen ser bastante elementales. Pero el proceso no permite pactos con el error. Elemental, sí; erróneo, no. Volveremos sobre ello cuando tratemos el tema de la creación y de la creación del hombre. ¿Cómo abordar este tema desde el principio para que la fe en Dios Creador no caiga como un castillo de naipes el día que aparece Darwin en Ciencias Naturales? Sin embargo, al error nos lo vamos encontrando demasiadas veces a lo largo del día, no sólo en las actividades de evaluación de los alumnos, sino también en las preguntas y comentarios que nos hacen. ¿Qué hacer ante él? Utilizarlo. El error debe convertirse en instrumento para enseñar. El error es revelador de mecanismos de pensamiento del alumno. El error hay que superarlo, pero, para ello, hay que hacer que el alumno tome conciencia de él. La clave del éxito de la enseñanza está en que el docente conecte su identidad de aprendiz experto de su materia con la de profesor. Como aprendiz debe estar al día de los contenidos que vayan apareciendo y de las metodologías y recursos más adecuados para garantizar la transferencia. Cuando prepara sus clases, además de estudiar, aprender, refrescar el contenido que va a enseñar, debe interrogarse a sí mismo sobre las dificultades que probablemente encontrará y por los errores que previsiblemente cometerá el alumnado. Una vez que ha experimentado esas dificultades como aprendiz, se encuentra en una posición privilegiada para responder e identificar esos problemas y tomar decisiones útiles para, como enseñante de la materia, planificar de forma eficaz la actuación docente. El enseñante estratégico, planifica adecuadamente sus clases, autorregula su desarrollo y aprende de sus errores13.

Debemos ser capaces de observar y evaluar a los alumnos no sólo para almacenar datos y poder poner la nota final contando con bastantes notas parciales. Nuestra evaluación continua debe ser, sobre todo, formativa, y cumplir una función reguladora del proceso, que permita ayudar a cada uno a aprender. Nos exponen Milagros Muñoz y Avelino Sarasúa en su descripción del profesor que éste será de calidad si supervisa y lleva a cabo el seguimiento del trabajo de todos y cada uno de los alumnos14. El profesor debe hacer a los alumnos conocedores de sus propios progresos y dificultades, proporcionarles orientaciones y adoptar, juntamente con ellos, medidas que les ayuden a mejorar el aprendizaje.

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cfr.: VILLA, A.- ÁLVAREZ, M. (coord.), Ámbitos y criterios de la calidad pedagógica, ICE Deusto, Bilbao 2003, p. 95. 13

cfr.: MONEREO, C., Enseñar a aprender en la Educación Secundaria: Las estrategias de aprendizaje, en COLL, C. (coord.), Desarrollo, aprendizaje y enseñanza en la Educación Secundaria, Graó, Barcelona, 2010, p. 98. 14 MUÑOZ, M.- SARASÚA, A., Un profesor de calidad es aquel que supervisa a sus alumnos, en Día a día en los centros, Ed Escuela, Mayo 2006.

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El profesor competente debe atender a la diversidad y ser capaz de elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación15, para lo que es imprescindible conocer bien a todos y cada uno de los alumnos16, esperar el éxito de todos y saber comunicar esa esperanza. Esta competencia, tan necesaria en la escuela que opta por una educación personalizada y se define como inclusiva, supone otras más específicas que permitirán hacer frente a la heterogeneidad dentro de la clase. ¿Cuáles son las medidas que suelen adoptarse en los colegios para atender a la diversidad?

Compartimentar, ampliar la gestión de clase a un espacio más amplio, renunciando a una clase estable, contemplando los grupos flexibles, los intercambios y otras medidas similares incluidas en el Plan de Atención a la Diversidad.

Practicar el apoyo integrado con alumnos que presentan grandes dificultades. Para ello

solemos contar con un experto, el profesor de apoyo, que interviene y trabaja junto al profesor responsable de la clase. Desde el punto de vista de las competencias en juego en esta situación, los profesores deberían irse apropiando de una parte de los conocimientos y habilidades de los profesores especializados. Se requieren competencias mucho más precisas en didáctica y en evaluación y capacidades que permitan hacer frente a resistencias, miedos, rechazos, regresiones,... sin desanimarse. Esto no significa que todo profesor deba convertirse en un psicoterapeuta, pero hay que ir aprendiendo... Aunque existan modelos teóricos y herramientas, la competencia individual nace de la experiencia y de la reflexión sobre la propia práctica.

Desarrollar la cooperación entre alumnos y formas simples de enseñanza mutua. No

somos la única fuente de impulso y de regulación del aprendizaje. Podemos y debemos apostar por la cooperación entre alumnos para el aprendizaje y por el trabajo en equipo. Debemos enseñar a nuestros alumnos que trabajar en equipo no es hacer juntos lo que cada uno podría hacer solo, o hacerlo uno y parecer que lo hemos hecho todos, sino hacer juntos lo que solos no podríamos hacer.

Es un reto relacionado con la atención a la diversidad, y que deberíamos lograr en nuestros Colegios, que la discriminación positiva no sea vivida ni denunciada como una injusticia. Debemos caracterizarnos por una actitud de saber acompañar el proceso de maduración que promueva la formación integral de los alumnos, atendiendo a su diversidad. Y ser capaces de provocar en los alumnos el deseo de la propia superación sin que establezcan comparaciones que generen competitividad. El profesor debe ser capaz de implicar a los alumnos en sus aprendizajes y en su trabajo con el objetivo de hacerles madurar intelectual y humanamente17. Necesitamos profesores con una gran capacidad de realizarse personalmente ejerciendo la tarea educativa porque sólo ellos podrán suscitar el deseo de aprender.

15 cfr.: PERRENOUD, Ph.(2007), Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje (5ª ed.). Graó. Barcelona, pp. 47-55. 16 MUÑOZ, M.- SARASÚA, A., Un profesor de calidad es aquel que conoce bien a sus alumnos, en Día a día en los centros, Ed Escuela, Noviembre 2005. 17

cfr.: PERRENOUD, Ph.(2007), Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje (5ª ed.). Graó. Barcelona, pp. 57-66 y VILLA, A.- ÁLVAREZ, M. (coord.), Ámbitos y criterios de la calidad pedagógica, ICE Deusto, Bilbao 2003, p. 100.

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Alguna vez tendremos la suerte de contar con unos cuantos alumnos que disfrutan aprendiendo por aprender, que se divierten con los desafíos intelectuales que les va planteando el profesor. Pero lo más habitual es que tengamos que ingeniárnoslas para lograr motivar a los alumnos al aprendizaje. Aprender es un trabajo arduo, cuesta tiempo, esfuerzo, perseverancia, provoca emociones dolorosas... El alumno tiene que invertir mucho para lograr aprender y, por lo tanto, tiene que tener una buena razón para resistir y llegar hasta el final. Seguramente muchos de nuestros alumnos tienen ganas de saber: saber para comprender, saber para actuar con eficacia, para superar un examen, para ser querido o admirado, para seducir, para ejercer un poder... Pero de este deseo de saber a la decisión de aprender hay un trecho. Al que enseña le corresponde estimular el deseo de saber y reforzar la decisión de aprender. Nuestro compromiso con la educación integral requiere unos educadores que viven la educación y son ellos mismos los primeros en aprender a hacer, aprender a convivir, aprender a aprender y aprender a ser18. Un profesor de calidad debe valorar y exigir el esfuerzo de los alumnos y preocuparse por los resultados. Para ello debe tener como objetivo prioritario que los alumnos adquieran hábitos de trabajo y habilidades básicas en las áreas instrumentales. Debe estimular el esfuerzo y la responsabilidad, reforzando positivamente el trabajo bien hecho y manteniendo un nivel alto de expectativas en relación a su grupo de alumnos. Debe conocer la realidad de su aula y procurar una buena convivencia en ella. 19

El docente del siglo XXI tiene que ser una persona capaz de trabajar en equipo20. Esta es hoy una competencia insoslayable y que se ha convertido en transversal, común, exigida en todas las titulaciones universitarias en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior y del mundo entero. En las sociedades avanzadas el trabajo en equipo se viene configurando como un instrumento imprescindible de progreso, mejora y modernización. Alcanzar y mantener el éxito en las organizaciones requiere talentos prácticamente imposibles de encontrar en un solo individuo. Más que genios, las organizaciones más vanguardistas, disponen de buenos profesionales que trabajan en equipo, a sabiendas de que el grupo no es la suma de las individualidades que lo integran, sino el resultado de las interacciones entre sus miembros, lo que posee un efecto multiplicador, potenciador, sinérgico para el logro de los resultados que se persiguen. No forman equipo un grupo de personas trabajando juntas si cada uno realiza su trabajo de forma individual y sin que le afecte el trabajo del resto de compañeros. El equipo es un conjunto de personas interrelacionadas que se van a organizar para llevar a cabo una determinada tarea21. El profesorado de nuestros centros constituye un equipo educativo y debe trabajar en equipo. El trabajo en equipo requiere unas condiciones previas, un clima en la organización, al que todos debemos contribuir. Es necesario mantener una relación franca y de colaboración entre compañeros, directivos, padres y madres, que favorezca el trabajo en equipo, la cohesión, la continuidad de la labor que realizan entre todos. Esta relación franca y de colaboración podría quedar bloqueada por motivos relacionados con la forma de ser y actuar de cada uno, pero que poco tienen que ver con el valioso objetivo que pretende el equipo. Por eso debemos

18 cfr.: DELORS, J., La Educación encierra un tesoro, Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI. 19 MUÑOZ, M.- SARASÚA, A., Un profesor de calidad es aquel que procura una buena convivencia en el aula, en Día a día en los centros, Ed Escuela, Diciembre 2005 y MUÑOZ, M.- SARASÚA, A., Un profesor de calidad es aquel que se preocupa por los resultados, en Día a día en los centros, Ed Escuela, Enero 2006 y VILLA, A.- ÁLVAREZ, M. (coord.), Ámbitos y criterios de la calidad pedagógica, ICE Deusto, Bilbao 2003, pp. 100-103. 20 cfr.: PERRENOUD, Ph.(2007), Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje (5ª ed.). Graó. Barcelona, pp. 67-79. 21 MUÑOZ, M.- SARASÚA, A., Un profesor de calidad es aquel que trabaja en equipo, en Día a día en los centros, Ed Escuela, Marzo 2006.

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cuidar con esmero y valorar el saber estar, la puntualidad, presentarse adecuadamente, como signo de buena educación y de respeto a la libertad del otro y el orden y la disciplina como medios al servicio de la convivencia.

Hoy en día ningún profesor puede considerarse a sí mismo buen profesor si domina su materia y da muy bien su clase pero es de los que llega al colegio, da sus clases y se marcha. Desde el primer día, a quienes entran a formar parte de la Comunidad Educativa como profesores se les indica que tendrán que participar en la gestión de la escuela22 y que ello requiere una buena cualificación profesional en el posible desempeño de diferentes tareas: docencia, acción tutorial, formación religiosa, relaciones con los padres, funciones directivas, coordinación, actividades extraescolares, servicios complementarios. La escuela es una realidad compleja. Son muchos los elementos que intervienen en el proceso educativo. Estos elementos están relacionados y deben tener coherencia y unidad, a fin de garantizar la eficacia educativa. El profesorado debe contar con conocimientos suficientes de la organización y gestión del propio colegio para poder contribuir a que su centro escolar sea un centro escolar organizado, en el que se consigan las finalidades educativas que ha establecido la entidad que lo ha creado y que son asumidas por todos los educadores y deseadas y elegidas por los padres de alumnos como el mejor legado que pueden dejar a sus hijos. La formación permanente en organización y gestión escolar constituye un elemento fundamental para que los docentes sean buenos profesionales y para la mejora de los colegios. Un profesor que trabaja en un colegio de España, además de saber qué tiene que enseñar, cómo tiene que enseñar, cómo tiene que evaluar y cómo tiene que tratar al alumno para ayudarle a madurar, tiene que saber: -cómo está configurado el SISTEMA EDUCATIVO en España y las variantes autonómicas propias de su Comunidad. -cuáles son los DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS, NORMATIVOS y de EVALUACIÓN de su Colegio, qué sentido tiene cada uno de ellos y qué relación guardan entre sí. -cuál es el ORGANIGRAMA de su centro escolar y cómo, a través de los diferentes grupos de trabajo que se van creando en los colegios, se procura la coherencia educativa y curricular. -cómo se organizan las personas, se distribuyen los espacios, se elaboran los horarios, se gestionan los recursos o qué supone dirigir el colegio. Todo ello supone estar formado en organización y gestión educativa y posibilita una participación plena en la vida del colegio y en la consecución de su proyecto educativo. Tanto la Constitución Española como la LOE-LOMCE y la LODE reconocen el papel que corresponde a los padres y madres de alumnos como primeros y principales responsables de la educación de sus hijos. Nuestro deber de informarles e implicarles23 es una consecuencia de su derecho a educar a los hijos. A todos nos corresponde procurar la máxima colaboración e implicación de las familias en la consecución del Proyecto Educativo y el aumento del grado de identificación e implicación de las familias con la propuesta educativa y su sentido de pertenencia. 24

22 cfr.: PERRENOUD, Ph.(2007), Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje (5ª ed.). Graó. Barcelona, pp. 81-92. 23 cfr.: PERRENOUD, Ph.(2007), Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje (5ª ed.). Graó. Barcelona, pp. 93-106. 24 cfr.: Política de Calidad institucional en http://www.pmaria.es/calidad.php [Consulta: 2/2/11]

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Como a educadores se nos está pidiendo que ayudemos a los niños y adolescentes a llegar a la plenitud de desarrollo en todas las dimensiones de la personalidad. Esta forma de expresar lo que es la educación está sacada del Art. 27 de la Constitución Española: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana...”. Es un objetivo ambicioso que incluye compromisos que van más allá de conseguir unos aprendizajes de contenidos. Hoy en día todos somos conscientes de que la educación integral supone el desarrollo de las múltiples inteligencias25 que ayudan a separar lo esencial de lo accidental, lo valioso de lo que carece de valor, lo necesario para desarrollar una determinada actividad de lo que es irrelevante para la misma...26, por eso a nadie extraña que a los profesores se les pida preparación para ayudar a desarrollar la inteligencia emocional buscando el equilibrio entre el corazón y la razón. Un proyecto de educación integral requiere la actuación conjunta de padres y profesores 27 y que seamos todos capaces de favorecer el espíritu de familia en el colegio y de aplicar una pedagogía que opte por prevenir antes que imponer. Una escuela comprometida con la educación integral implica en ello a toda la comunidad educativa y tiene un enorme poder transformador de la sociedad. Esa escuela necesita profesores que quieran ser agentes de cambio en el entorno, poseedores de los valores imprescindibles en la sociedad democrática: solidaridad, aceptación, respeto por las diferencias, tolerancia, resolución pacífica de conflictos. Una comunidad educativa cimentada en estos valores impulsa cambios sociales, genera espacios de solidaridad y construye un mundo en el que cada uno podrá tener su puesto y realizarse como persona y ciudadano.28 Conscientes de esta responsabilidad social hay que proponerse aumentar las acciones orientadas a influir en el entorno en todos los ámbitos: eclesial, social, medioambiental, cultural29. Las tecnologías de la información y comunicación han transformado de forma espectacular la manera de comunicarnos, trabajar, convivir, decidir, pensar, formarnos y compartir conocimiento. El profesor del siglo XXI no puede ser un analfabeto digital. Debe ser competente en el uso de las nuevas tecnologías30. Hoy en día todas las competencias mencionadas anteriormente, la comunicación con los padres, la participación en la gestión de la escuela, el trabajo en equipo, los procesos de enseñanza-aprendizaje o la formación permanente..., quedarían al nivel de los años 80 del siglo XX, si no integráramos la aparatología informática entre nuestros electrodomésticos o instrumentos de trabajo. Inconcebible en profesores abiertos a la innovación y el cambio y favorables a facilitar el intercambio de información y la coordinación. No hace falta que me extienda en la importancia del desarrollo de esta competencia en vuestro caso por razones evidentes. De lo que sí nos hará falta tomar conciencia es de nuestra misión de ayudar a los “nativos digitales” a convertir la información en conocimiento y a sacar el máximo partido a la red que puede traer cualquier cosa del mundo al aula y que puede hacer llegar el aula a cualquier parte del mundo “enchufado”.

25 cfr.: POZO del, M., Las inteligencias múltiples en el Colegio Montserrat, Ed. Fundación M. Pilar Mas, Barcelona, 2005. 26 cfr.: TORRALBA, F., Inteligencia espiritual, Plataforma Editorial, Barcelona, 2010, p. 21. 27 MUÑOZ, M.- SARASÚA, A., Un profesor de calidad es aquel que colabora con las familias, en Día a día en los centros, Ed Escuela, Febrero 2006. 28 cfr.: AAVV., El educador cristiano. Claves para el diseño y redacción de un plan de formación, Escuelas Católicas, Madrid, 2010, p. 13 y VILLA, A.- ÁLVAREZ, M. (coord.), Ámbitos y criterios de la calidad pedagógica, ICE Deusto, Bilbao 2003, pp. 129-131. 29 cfr.: Política de Calidad institucional en http://www.pmaria.es/calidad.php [Consulta: 2/2/11] 30 cfr.: PERRENOUD, Ph.(2007), Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje (5ª ed.). Graó. Barcelona, pp. 107-119.

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Para los nuevos profesores el reto ya no es saber usar el Word. Ni siquiera el programa de gestión o la intranet del Colegio. El que aún no sepa, aprenderá a la fuerza, o se verá integrado en una o varias redes sociales a empujones de sus hijos o sus alumnos. El gran reto que se nos plantea, y que reconoce la propia LOE en el preámbulo de la Ley31, es el de ser capaces y transmitir a los alumnos la capacidad de convertir la información en conocimiento. Entre otras cosas, eso supone enseñar a los alumnos a adoptar una actitud crítica ante los temas que son objeto de estudio, según la edad y el nivel de maduración personal. Como miembros de una comunidad educativa conectada, en la que los docentes comparten su experiencia y su conocimiento32, no podemos subestimar el papel que desempeñan las tecnologías de la información y la comunicación, internet y las redes sociales en la génesis de recursos compartidos, en el efecto multiplicador de las acciones, incluso fuera de nuestras fronteras, y en la cohesión de las instituciones educativas33.

Ser profesor de Religión implica una determinada manera de ser, no sólo una preparación, cualificación, no sólo unas actitudes que se pueden ir adquiriendo y mejorando a través de la formación y de la “ascesis”, del ejercicio. Ser profesor de Religión requiere una identidad personal definida: Ser católico, que se esfuerza por vivir según el Evangelio porque la coherencia personal ha de convertirse en referente educativo para los alumnos, y porque el profesor ha de asumir personalmente la fe e integrarla en la acción docente.

Ni los colegios confesionales ni sus profesores pueden pretender mantenerse en una aséptica neutralidad en la dimensión religiosa. Los colegios perderían su especificidad, lo que les da valor, lo que los caracteriza, el alma de su existencia. En ellos, la cuestión religiosa no es algo anecdótico. Es esencial. No pueden renunciar a su identidad cristiana. Pero el colegio son sus profesores. Todos y cada uno. Sus profesores reales. Profesores procedentes del mundo laico y laicista. Cada uno con su historia y su experiencia. Algunos creyentes. Otros, no. Algunos educados en la fe, que ha crecido con ellos y que ahora está despierta o en una fe a la que quedó pequeño el traje de Primera Comunión y ahora está dormida. Otros no fueron formados en la dimensión religiosa. Y, de repente, por motivos profesionales, han tropezado con la Religión. Cada uno sabe en qué punto se encuentra, de todos los posibles que he enumerado y que quizás no coincide exactamente con lo que verbalizó el día que el Director Titular le hizo la entrevista previa a la contratación. Esa entrevista ahora no la vamos a repetir. Lo que importa es que cada uno piense y se pregunte: “yo, ¿dónde estoy?”. Y desde ese punto real, trace su camino como educador cristiano porque está llamado a contribuir a mantener, consolidar y extender el carisma educativo del propio colegio. Cada uno, desde el punto en el que se encuentra deberá hacer un esfuerzo de reflexión, actualización profesional y teológica, diálogo interdisciplinar, discernimiento de los signos de los tiempos para lograr a nivel personal y como profesor la síntesis entre fe-cultura y vida. Es esencial para la escuela católica que se incluya la identidad personal en el perfil del profesor. 34 El Proyecto Educativo es como el contrato, el compromiso que familia y escuela firman en el momento en el que realizan el acto de matricular al alumno en el centro en el que ha sido admitido. Los padres no deben matricularlo si no están de acuerdo con los términos del contrato. Pero la escuela es la que debe desarrollar el proyecto. Y ese compromiso o contrato no se va a cumplir si el profesorado no comparte, no cree o no puede asumir el Proyecto Educativo. Eso, que vale para todo

31 LO 2/2006 de Educación (BOE 106) Preámbulo. 32 cfr.: VILLA, A.- ÁLVAREZ, M. (coord.), Ámbitos y criterios de la calidad pedagógica, ICE Deusto, Bilbao 2003, p. 99 33 cfr.: AAVV., El educador cristiano. Claves para el diseño y redacción de un plan de formación, Escuelas Católicas, Madird, 2010, p. 38. 34 cfr.: BORREGO, M., Perfil y selección del profesorado. El acompañamiento y la formación continua, en Educadores, julio-septiembre de 2007, 319-354.

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profesor de la escuela católica vale también para el profesor de Religión de la escuela católica. Y vale, aunque sólo a nivel personal, para el profesor de Religión que ejerce en la escuela pública o en la que se declara neutral, aunque ya hemos visto en el tema anterior que dicha declaración de neutralidad es cuestionable. Llegados a este punto, corremos el peligro de sentirnos abrumados por la exigencia, por el listón alto en lo personal y lo profesional, amenazados, acobardados, acomplejados, empequeñecidos,... por nuestra propia ineptitud. La falta de fuerzas para afrontar la diferencia entre lo que somos y lo que nos gustaría ser o lo que se nos propone como modelo, puede convertirnos en conservadores y conformistas. Sería mucho más positivo para cada uno y para la institución reconocer que no dominamos todos estos aspectos, pero vamos en esta línea. Decir sinceramente que comparto en general esta imagen del profesor y orientaré mi reflexión, mi formación y mi práctica en este sentido para acercarme gradualmente a ello. La puesta al día del profesorado y el desarrollo de todas las competencias personales y profesionales pasan por ser capaces de organizar la propia formación continua35. El ejercicio, el entrenamiento, podrían bastar para mantener las competencias esenciales si la escuela fuera un mundo estable, pero nuestro oficio se ejerce siempre en contextos inéditos. Por eso es tan importante la planificación de la formación permanente del profesorado y estar abiertos a la innovación y el cambio. A ello dedicaremos un tema de este curso.

ACTIVIDAD 2 Utiliza la estrategia CONECTAR…, EXTENDER…, DESAFIAR… durante la lectura para ir plasmando en la plantilla todo aquello que es para ti una enseñanza relevante en relación a tu misión de profesor de Religión.

Lee la Carta del Papa Benedicto XVI a los jóvenes que constituye el Prefacio del YOUCAT36.

Y para finalizar…

Anota en qué ha consistido tu aprendizaje.

APRENDIZAJE

Al trabajar este tema he aprendido que…

He descubierto carencias y necesidad de formarme más en…

35

cfr.: PERRENOUD, Ph.(2007), Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje (5ª ed.). Graó. Barcelona, pp. 133-145. 36

YOUCAT, Catecismo joven de la Iglesia Católica, Ediciones Encuentro, Madrid 2011.