El Reino de La Felicidad - Jiddu Krishnamurti

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    El Reino de la Felicidad

    Conversaciones sostenidas en el castillo de Eerde, Holanda, en

    1926

    Jiddu Krishnamurti

    www.Jiddu-Krishnamurti.net

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    ...Yo puedo exponeros mi ideal de la Verdad, del paz perfecta yamorosa ternura, pero debis esforzaros en alcanzarla por vosotrosmismos. Puedo exponeros los principios de la verdad, pero vosotros,por medio de vuestra propia Voz, y obedientes a esa Voz, debis

    desarrollar vuestra Intuicin, vuestras propias ideas, y as alcanzarisla meta donde todos nos hemos de encontrar.Esto es para m lo ms importante en la vida. No quiero obedecer anadie, sea quien sea, mientras no est yo convencido de que tienerazn. No quiero tener creencias a las que no pueda responder nidarles mi alma, mi corazn, y todo mi ser. Debis escuchar vuestraVoz, cultivar la Intuicin, y descubriris nuevas sendas de vida, enlugar de ir a la aventura por senderos ajenos...

    Prefacio

    Se me inst a que escribiera un prefacio de las siguientes pginas.Francamente no lo necesitaban, aunque tal vez convenga explicar elmotivo de su publicacin. Son conversaciones sostenidas con algunosde mis amigos en el castillo de Eerde, en Ommen (Holanda).

    El castillo es de estilo arquitectnico usado en las primerasedificaciones de principios del siglo XVIII y se le considera como unode los ms hermosos ejemplares de aquel perodo. Seguramente es uno

    de los ms bellos lugares que conozco. Todo lo del castillo pertenece adicho perodo y est en perfecta condicin. Hay admirables tapicesGobelinos que dan un ambiente de antigua dignidad y belleza.

    Corpulentos rboles dos o tres veces centenarios, rodean el castillo; suspotentes copas desaparecen en las nubes, y se escuchan all extraosmurmullos.

    El lugar est henchido de encanto y dicha, y mis conversaciones

    versaron naturalmente sobre este eterno tema.

    J. Krishnamurti

    Nota

    Puedo aadir a lo precedente que las descritas condiciones eranposiblemente las ms favorables para que se manifestara la influenciadel Instructor del Mundo. Krishnaji estaba rodeado de un pequeo

    grupo de fervorosos estudiantes, creyentes en su inspiracin y quegozosamente acogan la presencia del Seor. Los lectores reconocern

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    la profunda sabidura, la sorprendente originalidad y la exquisitadiccin de este admirable libro. Los prudentes lo estimarn; los que nolo sean harn lo que les parezca.

    Annie Besant

    ndice del contenido

    El Reino de la FelicidadIntroduccin y ndiceCaptulo 1 - La voz de la intuicinCaptulo 2 - Inters y entusiasmoCaptulo 3 - PersonalidadCaptulo 4 - El templo del coraznCaptulo 5 - El ro y el ocanoCaptulo 6 - El valor de la experienciaCaptulo 7 - En compaa de grandes hombresCaptulo 8 - La mente, el creadorCaptulo 9 - El altar del mundoCaptulo 10 - Sacrificio en el altarCaptulo 11 - El jardn encantadoCaptulo 12 - El eterno compaero

    Captulo 1 - La Voz de la Intuicin

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    Deseo, en cuanto se me alcance, exponeros ciertas ideas que debisestudiar y que os daran un definido e inteligible concepto de laverdadera vida espiritual. Me parece que todos vosotros entendis que

    para crear, como habis de crear si queris vivir, se necesita lucha ydescontento; y para convertirlos en fruicin, debis cultivar vuestropropio punto de vista, vuestras propias tendencias, vuestras propiascapacidades, y por esto deseo despertar en cada uno de vosotros,aquella Voz, aquel Tirano, el nico gua capaz de ayudaros a crear. Lamayor parte de vosotros prefiere, por ser ms fcil camino, copiar. Ala mayora de vosotros, les gusta imitar. Para muchos de vosotros esmucho ms cmodo no cultivar vuestras propias tendencias, vuestraspropias cualidades, vuestra propia naturaleza, sino ms bien imitarciegamente. Y creo que convendris conmigo en que esto es fatal parael desenvolvimiento de la Voz. La ms noble gua de cada uno devosotros es esta Voz, este Tirano, esta Intuicin; y cultivndola,ennoblecindola y perfeccionndola llegaremos a la meta; nuestrapropia meta.

    Cultivando esta voz hasta que llegue a ser el nico Tirano, la nica Voza que obedezcamos, debemos descubrir nuestra meta y trabajarincesantemente para alcanzarla. Ahora bien, qu meta es esta? Param, consiste en conocer la Verdad final. Anhelo llegar a un estado en

    que por m mismo conozca lo que he conseguido, que yo soy lapersonificacin de dicha Verdad. Y al lograr esta Verdad, logro alpropio tiempo mi anhelo: la paz, la perfecta tranquilidad de mente yemociones. Tal es la meta para m. Ante todo lo esencial es fortaleceren cada uno de vosotros esta Voz que se asevera por s misma decuando en cuando. Y cultivar y ennoblecer la Intuicin; debemosaprender a pensar y obrar por nosotros mismos. El cultivo de esta Vozde la intuicin requiere una conducta acorde con sus dictados.

    La imitacin nada tiene que ver con la belleza. El Arte no consiste encopiar la Naturaleza tal como es, sino en la dignidad del smbolo que larepresenta. As, cada uno de nosotros ha de ser un artista; un artistaque cree por s mismo porque le ha conmovido un vislumbre de laVisin. Observaris que los verdaderos e insignes artistas, los genuinosy eximios instructores no tienen el sentimiento de la exclusividad, sinoque encarnan todas las cosas, son parte de todas las cosas. Debemostener varios aspectos a fin de producir lo perfecto. Un jardn lleno derosas, podr haber en l las ms perfectas rosas de toda variedad y

    color, pero si todo son rosas, carecer de belleza el jardn.

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    Todos propendemos a ser como los dems. Deseamos acomodarnos adeterminado tipo y adaptarnos a moldes que no son de nuestrahechura. Esto es fatal para el desenvolvimiento de la perfecta intuicin.Sin embargo, no debemos olvidar que todos nos encontraremos en el

    Reino de la Felicidad.

    Por nuestro nacionalismo o nuestra modalidad de culto religiosopropendemos a pensar que somos diferentes de otras personas;tratamos al mundo como si estuviese independiente de nosotros yllegamos a ser exclusivos en nuestras perspectivas. Destruiremos en vezde crear si tenemos tan limitada visin y tan restringidas ideas. Yodeseo, en cuanto se me alcance, despertar en cada uno de vosotros estaVoz, que os guiara por el camino que queris seguir, que es vuestrapropia vida, el sendero por vosotros mismos trazado. Y mientrasobedezcis a esta Voz, a esta Intuicin, no podris errar; pero errarissi tratis de obedecer y seguir las rdenes, las ideas, las visiones de losdems.

    Yo puedo exponeros mi ideal de Verdad, de perfecta paz y amorosaternura, pero debis esforzaros en alcanzarlo por vosotros mismos. Yopuedo exponer los principios de Verdad, pero vosotros, por medio devuestra propia Voz y obedientes a esta Voz, debis desenvolver vuestrapropia Intuicin, vuestras propias ideas, y as alcanzaris la meta

    donde todos nos hemos de encontrar.

    Esto es para m lo ms importante de la vida. Yo no quiero obedecer anadie, sea quien sea, mientras no est yo convencido de que tienerazn. No quiero ocultarme tras la pantalla que vela la Verdad. Noquiero tener creencias a las cuales no pueda responder ni darles mialma, mi corazn y todo mi ser. En vez de ser vulgares y mediocres,debis escuchar esta Voz, cultivar esta Intuicin, y descubrir asnuevas sendas de vida, en vez de ir a la aventura por ajenos senderos.

    Segn ya dije, para realizar este ideal debis desenvolver vuestraIntuicin, esencial es la perfecta armona de emociones y de mentepara que se manifieste la Intuicin, la Voz de vuestro verdadero ser.

    La Intuicin es el susurro del alma. Es Intuicin la palabra guiadorade vuestra vida. Cuanto ms armonicemos por el perfeccionamiento yla purificacin nuestras intensas emociones y agudos pensamientos,ms aptos seremos para or esta Voz, la Intuicin, que es comn a

    todos, la Intuicin, que pertenece colectivamente a la humanidad y noa un particular individuo. Debis tener vivos sentimientos de amor, de

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    intensa dicha o de sincera bondad. Quien carece de emociones no sirvepara nada, mientras que quien intensas las tiene, aunque de siniestrandole, puede siempre tratar de refinarlas y perfeccionarlas. Lapersona insensible e indiferente no puede crear, destruir ni edificar.

    Observaris que un gran destructor nunca es persona mezquina sinoque algo admirable hay en l. Tampoco es mediocre ni endeble un granamador. Cuantos ms sentimientos y emociones tengis, tanto mejor;pero al propio tiempo habis de aprender a dominarlas, porque lasemociones son como las malas hierbas, que si no las escardisinfectarn el jardn. Si tenis dbiles emociones, pero las vaisalimentando da tras da, acabarn por crecer y vigorizarse. La idea deque no debemos tener sentimientos ni emociones es absurda ycontraria a la espiritualidad. Cuanto ms fervorosos sean vuestrossentimientos, mejor; pero habris de dominarlos so pena desufrimiento. Si no los dominis os apartaris de vuestra Intuicin y osextraviaris por vericuetos en vez de seguir el camino recto haciavuestro ideal.

    Tened formidables sentimientos y disfrutad de ellos. No seisnegativos, sino intrpidamente emprendedores. Digo esto con tantavehemencia, porque todos tenemos propensin a ser de un mismo tipo,a pensar de una misma manera, a congregarnos en torno a la mismapersona, y tememos no poder adelantar si no pertenecemos a tal o cual

    actividad. Pero, qu es el adelanto? Es vuestra propia felicidad. Eladelanto es tan solo una palabra. Yo preferira ser feliz a cuantasmezquinas satisfacciones pueda el mundo dar. Qu importa lareligin a que pertenezcis ni la fama de que gocis mientras os sintisverdaderamente felices y podis mantener absolutamente claro ydistinto vuestro ideal?

    Imaginaos por un momento al seor Buda y Sus discpulos. Fueron lasgrandes excepciones de su poca. Todos tenan un solo Maestro, una

    sola meta un solo ideal: l. Y sin embargo, cada uno de ellos tena lachispa del genio. No eran mediocres porque seguan a Quien era laexcepcin, la flor de la humanidad, y todos deben llegar a ser un talejemplo.

    Captulo 2 - Inters y Entusiasmo

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    Convenceros quisiera de la importancia de interesarse por las cosas dela vida, pues sin inters no podris hacer nada. Debis estarintensamente interesados, yo me intereso por todas las cosas porquetoda la vida que me rodea me da comprensin. No hay para m en la

    vida otra cosa que hallar la Verdad, la dicha, la paz y la tranquilidad.

    Para estar verdaderamente interesado debis tener la mente y lasemociones vivas durante todo el da, despiertas y no dormidas.Quisiera poderos infundir algo del inters que yo siento, paradespertar el inters en vosotros. Porque si no tenis inters, el deseo dehallar, el anhelo de obtener, la inclinacin de prescindir de todo paraalcanzar lo ultrrimo, no seris capaces de aprender a sacrificaros.

    Este inters slo sobrevendr si estis verdaderamente civilizados. Elsalvaje que entra en la primera etapa de la vida, para quien son nuevastodas las cosas, que est acumulando Karma, que aprende a sufrir yempieza a crear, slo puede tener muy dbil inters en la vida.

    Necesita adquirir, experimentar y probar todas las cosas fsicas,mientras que la persona culta y civilizada, en su evolucin por muchasvidas, y mediante su pasado Karma, ha almacenado conocimiento,experiencia, intuicin y discernimiento. Continuamente desdea lascosas de poca importancia, y para l este es el nico medio de

    interesarse en el deseo de hallar la Verdad.

    Para vosotros y para m este deseo ha de ser en su esencia tanestremecedor y vital como el que siente el salvaje que comienza agustar los placeres y sensaciones de la vida, pero vosotros caminis pordiferente sendero y tenis nuevos deseos, porque ya traspusisteis laetapa del salvaje cuyo inters se cifra en los sucesos materiales de lavida cotidiana. El salvaje est todava crendose Karma mientras quevosotros debis ir agotndolo. Debis fortalecer vuestra voluntad y

    dominar vuestros deseos, a fin de que aprendis a obtener la tiranaVoz. El entusiasmo es el nico medio de escuchar y obedecer esta Vozque siempre ha de guiarnos.

    Si tenis entusiasmo, hallaris que vuestra Intuicin, aquella Voz queanhelamos or, llega a ser vuestro Maestro, la nica autoridad envuestra vida.

    Para despertar el inters, debis vigilar, debis aprender a pensar, a

    valeros de vuestra imaginacin, a sufrir, aunque sin pasarefectivamente por todo el proceso del ordinario sufrimiento. Os pondr

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    un ejemplo. El otro da imagin que sala de paseo con mi hermano.Anduvimos por un estrecho sendero, y durante todo aquel tiempo mepareca que mi sombra era ms densa que la suya. Medit un ratosobre ello y ech de ver que mi conciencia estaba ms enfocada en m

    que mi hermano. Era lo mismo que si mirramos a travs de doscristales, uno ms obscuro que el otro, y el ms obscuro era yo, pero yoquise que ambas sombras tuviesen el mismo reflejo, y al cabo de unrato desapareci la diferencia y fui capaz de identificar mipersonalidad con la de mi hermano.

    Despus imaginativamente, me tend en un jardn y me puse aobservar una brizna de hierba. Ya sabis que al brotar la hierba,medra absolutamente en una sola brizna y despus ahja en dos o treshojuelas. Yo crea ser esta brizna que an no haba ahijado. Despusme pareci sentir como la brizna brotaba del seno de la tierra y lasavia ascenda por ella y se separaban las hijuelas, y era yo cada una deellas. Al volver en m me dije: No deseo en mi vida otra cosa que lacapacidad de perder el sentimiento del yo separado, porque entoncesser capaz de olvidar el yo e identificarme con el resto del mundo,con cada uno de los reinos vegetal, animal y humano. Entonces estarms cerca de la Verdad, ms cerca de la perfeccin. Lo que en elcamino se interpone es el separado yo, la estrecha sujecin del yo y ladivisin que establece.

    Segn ya dije, para tener imaginacin e inters debis mantener alertala mente, vigilaos unos a otros y aprender cada uno de los dems.Debis ir tentando hasta que se despierte vuestro inters y vuestroentusiasmo sea claro y definido, no dbil y vago, hasta que la llama delgenio arda en vuestro interior.

    Para m es un genio quien ve su meta, cuyo entusiasmo es siempre vivo,que camina firmemente hacia esa meta y lucha sin tregua para

    mantener clara Visin; quien nunca se esclaviza a las mezquinas cosasde la vida ni le afectan los disturbios domsticos ni mundanos, sino quecontinuamente los desdea y procura mantener ante l clara y pura laVisin. En cambio, el hombre vulgar y ordinario est sofocado por elmundo, y no ve la Visin, sino que sucumbe a su ambiente y pierde supoder sobre la vida.

    En el esfuerzo para alcanzar la meta, se han de olvidar los disturbiosmundanos, se ha de adquirir aqul inters que os empuja siempre

    hacia adelante, que os infunde vitalidad mental y moral. Si queriscrear y servir de auxilio al mundo, no a unos cuantos individuos, sino

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    al mundo entero, debis descubrir esta Visin y henchiros de ella, ycuando os hayis henchido y formis parte de ella, cuando sea vuestray conozcis la Verdad por vosotros mismos, entonces podris atraer aotros hacia ella. Esto es lo que debis hacer y tal es el deseo que debis

    despertar en vuestro interior. No habis de ser dioses en vuestrospropios crculos sino que habis de comunicar a los dems esta Visin,lo nico importante en la vida.

    El instructor lo es para todos; es el Amador del Mundo, y nunca sesatisfar con dar Su conocimiento y amor a unos cuantos. Viene paratodos. Anhela despertar en todos la belleza y felicidad de la vida, ycuanto mejor comprendamos esta actitud y tengamos algo que dar,cuanto ms hayamos luchado y si hemos ascendido en nuestro interiorla luz del genio, ms capaces seremos de comprender, de seguir y deservir.

    Os hablaba de Buda y Sus discpulos y dije que estos discpulos nopodan haber sido gente ordinaria. Eran hombres excepcionales, comocorpulentos pinos de un bosque, distribuyendo verdadero amor entrequienes deseaban refugiarse en las alturas. Como quiera que entendanal insigne Maestro y respiraban el mismo aire perfumado y vivan enSu mundo, eran capaces de dar a las gentes parte de aquella eternabelleza. Esto es lo que debemos ser: Pinos en la cumbre de la montaa,

    no vulgares matas del llano donde las hay a millares, aunque tambindebemos ser matas, porque slo podris llegar a ser corpulentos pinossi sabis lo que es ser modesta trepadora o hierbajo en un jardn.

    Esto es lo que quiero significar al decir que debemos tomarnos interspor la vida. Debemos vivir todos los momentos del da.

    Estaba ayer leyendo la Biblia y llegu a la frase que dice: Hijo mo, sivienes a servir a Dios, prepara tu alma para la tentacin. Vuestra

    alma, vuestro cuerpo, todo ha de estar activamente dispuesto para latentacin de saludable ndole, que nos proporciona deleite en servir ydar. Por esto debis ser cultos. Yo no puedo imaginar un verdaderogigante inculto y grosero. No hablo de un gigante del cuerpo, sino deun gigante en emociones y mentalidad.

    Tan slo podris or aquella Voz, sus claros tonos y su imperiosaautoridad si tenis esta cultura, este inters, este entusiasmo. Tal es larazn por la que yo trato siempre de impulsar. Si hemos de atender a

    los aspectos fsicos de la vida, a la belleza, la pulcritud y la comodidad,es de primordial necesidad tener cultura mental y emocional. Podris

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    engalanar el cuerpo tan hermosamente como os plazca, pero mientrasvuestra mente y vuestras emociones estn incultas no seris capaces deor aquella Voz. No quiero decir que no hayis de vestiros con pulcraelegancia y belleza, sino que es muchsimo ms importante el perfecto

    refinamiento y sentido de cultura emocional y mental. Nada hay en elmundo ms agradable, ms satisfactorio y deleitoso que estesentimiento de nobleza; y quisiera poder comunicaros el inters deadquirir esta nobleza, esta insistente demanda de vuestra alma.Doquiera estis, en la escuela, en la tribuna o en la vida ordinaria, simantenis esta actitud mental y vuestro odo anhela or la Voz, pocoimporta lo que seis, la clase, tipo, el temperamento a que pertenezciso la religin que profesis. Despus de todo, estas visiones y diferenciasno son ms que seales del transitorio mundo. No necesito que nadieme diga lo que soy, mientras yo sepa que soy libre, dichoso y honrado.No necesito ajena autoridad. Los que de entre vosotros estn todavainseguros y se afanan por las mezquinas cosas de la vida, necesitan laautoridad y el favor de otros; de ah el establecimiento de una nuevaortodoxia.

    Mientras caminis con clara visin y oigis esta Voz universal y laobedezcis, no ha de importaros cuanto puedan decir las gentes,porque justos sois al obedecer al Supremo. Cada vez ms anhelo ydeseo despertar en vosotros el inters por ver por vosotros mismos lo

    que est oculto a vuestros ojos, de suerte que luego de haberlo visto ysentido, podis ir a rasgar los velos de los ajenos ojos.

    No basta con darles menudas satisfacciones. Cada uno de vosotros hade convertirse en mensajero y en ejemplo. Es importantsimo que osconvenzis de que debis tener el anhelo de ver y or por vosotrosmismos y no contentaros con lo que declaren los dems. Primeramentedebis tener el noble anhelo y despus satisfacerlo, con lo queexplayaris y ampliaris vuestra alma. Cada uno de nosotros es el

    centro de su propio crculo, y de continuo piensa en s mismo; perodebiera pensar en s mismo creadoramente. Deberamos olvidarnos, encuanto posible nos fuera, de nuestro yo inferior y sentir que todossomos uno. Aunque yo tenga la tez morena y el pelo negro, soy parte devosotros y vosotros lo sois de m. Porque la nica manera de vivir esentregarnos a los dems, y sin embargo retener nuestra propia Visin.Captulo 3 - Personalidad

    Al tratar de conocer la Verdad, la suprema felicidad, debemos tener

    presente que no ha de ser el motivo la satisfaccin personal, sino eldeseo de servir y ayudar. No habis de creer que el servicio y auxilio

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    sean peculiares de las gentes humildes, apocadas y ordinarias, ni quepara servir hayis de convertiros en mquinas y obedecer ajenosmandatos. Al lograr la perfecta Verdad, lograris tambin la perfectaFelicidad, y servs porque no podis menos de servir.

    Yo he visto la Visin por m mismo, y ahora nadie puedearrebatrmela ni quebrantarla, porque es parte de mi alma, parte demi cuerpo, parte de mi verdadero ser. Es inalterable y cuanto ms yocambio, es ms permanente. Pero tan slo podris verla, tan solopodris asimilaros a la Verdad y llegar a ser parte de la Verdad siaprendis a ser impersonales, en el sentido de que perdis vuestro yoinferior, vuestro personal y mezquino punto de vista y os identifiquiscon la eterna Verdad. Desde luego que todos hemos de tenerpersonalidad, y aunque nadie ha de desechar su personalidad, no ha deser personal. Cuanto ms evolucionis y ms cerca de la Verdadlleguis, mayor ser vuestra personalidad y ms semejante a una florser vuestra alma; pero tanto ms personales seris cuanto ms lejosestis de la Verdad.

    Mientras os esforzis en lograr esta Verdad, desenvolveris vuestrapersonalidad y manifestaris vuestras inclinaciones.

    Para alcanzar la actitud impersonal, lo primero que hemos de

    combatir es la satisfaccin egosta. Debis rebelaros contra la propiasatisfaccin. Si tenis xito en el mundo o conquistis alguna distincinespiritual, experimentaris al propio tiempo la tendencia a satisfaceroscon lo hecho y con gloriaros de ello. Si persists en someteros a estasatisfaccin no adelantaris ni marcharis hacia la meta. No podrisacercaros a la Verdad hasta que hayis aprendido a sobreponeros a lastristezas y alegras. Sufriris si sois personales, si os satisfacisegostamente, si os contentis con vuestro yo inferior.

    Pero mientras mantengis constantemente la Visin ante vosotros,mientras hayis rasgando el velo con que vosotros mismos la cubristeis,nunca ser egosta vuestra satisfaccin. Bien sabis que a la gente se leconoce en la cara el contento de haber tenido xito en cosas menudas,como si hubieran realizado alguna formidable hazaa; y gradualmenteesta fsica satisfaccin se extiende al alma, y el individuo se estanca. Siqueris llegar a la meta y conocer la Verdad, no debis deteneros aadorar en pequeos santuarios ni inquirir pequeas verdades. Nonecesitis en vuestra vida ir a adorar ante altarcitos cuando ah est el

    gran templo de adoracin. Os demoris y perdis tiempo en lospequeos santuarios, en vez de ir a adorar incesantemente ante el

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    nico Altar de la Verdad, a fin de corresponder a las demandas de laevolucin. Y si creis en el Instructor de la Humanidad, tambinestaris allende todos los altares, dogmas y doctrinas, y veris laVerdad a travs de todas las pantallas que ocultan la Visin.

    Captulo 4 - El Templo del Corazn

    Hemos hablado de la Verdad y de cmo lograr esta Verdad que es

    Felicidad. Os dir ahora que la Verdad, aunque abstracta, es para mla encarnacin de mi particular Instructor, la personificacin de mi

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    Amador. Si entrarais en un templo y vierais las paredes y columnasdesnudas y nada sino la cscara externa, os parecera fro y sin vida,pues aunque en un Templo haya cierto sentido de belleza esttica ymagnificencia, tambin necesitis la imagen de vuestra creacin. Todos

    tenemos un templo, pero cada cual ha de crear la Imagen el dolo, laBelleza en cuyo torno podamos manifestar nuestro amor y devocin;porque si mantenemos el Templo vaco, como la mayora de nosotroshacemos, no podremos crear.

    Por adoracin, por amor, por devocin creamos y damos vida altemplo. Y este templo es para m el corazn. Si colocis en vuestrocorazn a Quien es la Personificacin del Amor y la Verdad, si locreis all con vuestras propias manos, con vuestra mente y emociones,en vez de un corazn fro, abstracto y distrado, lo tendris sincero,vivido y radiante. Tal es la Verdad. Y debemos considerar que esteTemplo, sin la vitalidad, sin la vida, sin la energtica influencia dedicha imagen, sera rgido, fro y triste, mientras que si all tenis a l,llegaris a ser parte de l y os identificaris con l. Sois vosotros eltemplo externo, y en vuestro interior arde lo Eternal, el Santo de losSantos, adonde podis fcilmente ir a adorar, lejos del mundo, lejos detodo trastorno y tribulacin.

    Pero primero habis de embellecer el templo. Habis de hacer perfecto,

    fuerte y realmente hermoso este templo, que es vuestro cuerpo fsico.Todo gesto, todo movimiento, toda actitud, tanto en tiempo debienestar como de angustia, a cada hora y momento del da deben serrefinados y bellos y representar el templo en que mora la Eternidad.Por lo tanto, debis tener este cuerpo absolutamente limpio, hermoso yradiante, de modo que l que est en vuestro corazn puedamanifestarse por medio de vuestras expresiones fsicas.

    No creo que sepis bien del todo que la cultura de la mente y de las

    emociones influye en el refinamiento del cuerpo. Sin cultura nirefinamiento, el cuerpo es tosco, repulsivo y no representa en expresinexterna a Quin tenis en el interior.

    Lo primero que habis de recordar es que para colocar a l en vuestrocorazn debis tener un tabernculo apropiado, una convenientemorada. Entonces, con tal belleza fsica, con semejante nobleza mentaly emocional lograris verdadero gozo.

    La mayora de nosotros, si nos ponemos serios, perdemos el sentido deljbilo. La serenidad sin gozo, sin deleite, es casi siempre artificiosa y

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    ha de evitarse. Pero si cultivis la seriedad gozosa, dimanante de quetenis a l en vuestro corazn, como parte de vosotros mismos,entonces la seriedad ser jubilosa en vez de tomar morbosas y toscasexpresiones.

    Cuando le veis a l, habis de verle con jbilo y no con seriedad. Slopodris acercaros a l cuando seis verdaderamente felices, cuandoestis realmente iluminados y henchidos de gozo; no por medio de laseriedad religiosa ni de una melanclica idea de la espiritualidad.Cuando estis de veras gozosos y seis realmente felices, morar l enel entonces sagrado templo de vuestro corazn.

    Ayer sal solo de paseo con deseos de recobrar mi peculiar jubilosidadque por un momento haba perdido. Me esforc intilmente en llegar acierta altura emocional y mental, pues no bastaron para ello misesfuerzos.

    Anhel entonces alcanzar a mi Gur, a mi Amador, a mi Genio, a mifuente de Felicidad, y como anteriormente en la India, le vi; pero nocuando yo me esforzaba en verle, sino cuando ya sosegado haba en miinterior un manantial de felicidad, le vi que llenaba el firmamento y lasbriznas de hierba; le vi en la altura toda del rbol; le vi en el guijarro;le vi por doquiera; le vi en m mismo. Y as se llen mi templo y estuvo

    completo mi Santo de los Santos. Yo era l, y l era yo, y esta era laVerdad para m.

    La Verdad abstracta nada vale hasta que os da el intenso gozo ydevocin personal y el anhelo de crear no slo en vuestro interior sinotambin alrededor de vosotros. As como las aves cantanespontneamente y por su propia complacencia, as debe venir laVerdad a llenar por espontneo impulso vuestro templo; pero vosotrosdebis proporcionar el material, debis proporcionar las

    circunstancias, debis suministrar el mrmol en que esculpir laestatua. Y este mrmol ha de ser el jbilo, la intensa dicha, la seriedadgozosa. No tengis la grotesca seriedad adusta, hocicada, sino sedgozosamente serios, con la seriedad que os incite a solazaros, a sernobles y felices. Debis crear una imagen as en vuestro corazn, habisde hacer Su templo de vuestra casa.

    Cada da tengo una diferente Visin de mi Verdad.

    Cuando estis en la cumbre de una montaa, se extiende ante vuestravista una cordillera ms alta que no se ve desde la llanura. Os figuris

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    que si subs a esta cordillera alcanzaris el punto culminante desdedonde contemplar todas las cosas; pero no sucede as, porque cuandohabis subido all, hay otra cordillera ms alta que os oculta lacompleta Visin.

    As ocurre con la Verdad. Ha de cambiar y alterarse incesantementevuestra visin. Cuando tengis el anhelo, la capacidad de henchiros deSu genio, de Su fuerza, de Su nobleza, entonces llegaris a ser nobles yaprenderis a reflejar Su divina originalidad. En l estn todas lasfuentes de originalidad, todas las fuentes de belleza, todas las fuentesde creacin; y todo intento de ser original, bello y creador valdr muypoco si no sabemos ni podemos ponernos en contacto con la fuente delas cosas. Aunque tengis verdeantes campos y luminosos cielos yapacible sosiego, debis colocar en vuestro corazn esta esculpidaimagen que habis creado con vuestra mente y con vuestras propiasmanos.

    Deseo forzar las puertas del templo de cada uno de vosotros para queentre el fulgor solar que os ayude a destruir lo horrible, a crear denuevo, a reedificar, porque slo as alcanzaris la Verdad, slo asmantendris la Eternidad en vuestro templo, y cuando l venga a cadauno de vosotros, como suele venir, morar con vosotros a condicin deque seis capaces de albergarlo en el templo de vuestro corazn, si

    tenis la sabidura de vivir con l y no perder el fruto de tantos xtasis,deliquios, anhelos, y angustias.

    Cun gozosos y felices serais si desearais adorar en este santuario,ante este altar y poner en olvido todos los dems!

    Ayer pens por un momento que haba perdido a mi Maestro, y no meera posible respirar ni moverme; todas las puertas y ventanas de mitemplo estaban cerradas, y yo me hallaba en tinieblas. Hube de

    esforzarme en abrirlas y buscar al Maestro. Cuando le encontr y sentla realidad de Su presencia, entonces todo volvi a ser de pronto paz,luz y gozo. Tras las nubes, la lluvia y la tempestad aparece un rayo desol, y la Naturaleza toda estalla al encuentro de este rayo. As mesucedi a m ayer.

    Una vez logris esta belleza, esta nobleza, esta eterna Felicidad que ossobreviene cuando sents esta Verdad en vuestro corazn, el mundo espara vosotros, el Santo de los Santos. All vivs y respiris y

    contemplis, y todas las menudas cosas, acciones y pensamientosquedan en su apropiado lugar; y adquirs el verdadero refinamiento, el

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    verdadero refreno, la verdadera iluminacin. Este es el nico medio deadquirir la chispa del genio, el nico mtodo de ser feliz. Si tenis estagozosa seriedad, el sentimiento de bienestar espiritual, moral, eintelectual, entonces veris la gloria; y todos tendris aquella luz,

    aquella pureza, aquel sentimiento de nobleza y dignidad que nada en elmundo puede perturbar. Todo respira Su gloria y todo lo vil semarchita y muere. No podris formaros concepto de lo que perdis, sino vais a la fuente de las cosas. Tan solo en la fuente conoceris elPrincipio y el Fin. Y lo que es mucho ms importante: Estaris all conl y seris parte de l, y as seris la fuente para millares de almas.

    As deseo mantener ante vosotros la idea del templo y de la imagen ensu interior. Doquiera estis, en casa o en la calle, en el recreo o en eltrabajo, permaneceris tranquilos y equilibrados por que l se hallasiempre con vosotros. Qu le importa al Dios interno que haya luchasy contiendas fuera del Templo? Mientras estis tranquilos, mientrasadoris y estimulis a otros a que adoren, mientras hagis felices aotros, Qu importa nada de lo dems? Cesan de afectaros lasformalidades del culto externo y todos los intrpretes de Dios. Mientrasposeis esta gloria seris felices; cuando bebis en esta fuente serisgenios; crearis y haris felices a otros,

    Para esto existimos.

    Captulo 5 - El Ro y el Ocano

    En un da de mucha extensin de cielo azul con innumerables sombras,

    lo nico de que cabe hablar es del Reino de la Felicidad, y de cmo,aunque tengamos en nuestro derredor las atracciones fsicas y la fsica

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    belleza, tambin podemos tener en nuestro interior la felicidadespiritual, el Reino de la Felicidad. El nico medio posible de poseereste Reino es olvidarnos de nosotros mismos, e identificar nuestra almacon lo Eterno.

    Todos creemos intensamente (y en algunos es ms que creencia) quellegar da, como creo que ha de llegar, en que la Voz que hemosescuchado y cuyos mandatos obedecimos, nos excite a dejarlo todo y aseguirla. Esto nos ha de suceder a todos nosotros, todos recibiremosesta orden, cada cual en diferente forma, en varios aspectos y endistintas condiciones, pero indudablemente la recibiremos. Y cuando larecibamos en qu actitud de mente, en qu condicin emocionalresponderemos? Cmo lo dejaremos todo para seguirla? Qusignificar esto para nosotros?

    Por mi parte he pensado en lo que ello significar. A m me parece queme ser relativamente fcil abandonar las cosas fsicas, las ordinariascomodidades, el bienestar corporal, las riquezas, la familia y parentela.Lo que ser mucho ms difcil, mucho ms grave, mucho msmeritorio, santo y sagrado ser renunciar a mi separado yo eidentificarme con l.

    Identificaros con l significa que habis de dar de mano a vuestras

    predilecciones, a vuestros prejuicios, a vuestras particularesinclinaciones y a todas las cosas por el estilo. Esto es mucho ms difcily, sin embargo, es lo que habris de hacer. Habris de olvidaros de loque sois y llegar a ser como l.

    No habis reparado en que una pequea colina puede ocultar todauna cordillera de nevadas montaas, de suerte que os figuris queaquella pequea colina es toda la perspectiva, sin tener en cuenta laformidable vista que a lo lejos se extiende milla sobre milla tras la

    colina? Pues exactamente lo mismo nos sucede a nosotros. Las cosasmenudas carecen de importancia; no necesitamos renunciar a ellas. Escomo si estuviramos frente a la pequea colina. Hemos de ir ms allde esta pequea colina para ver los gigantescos picachos. No convieneadheriros a vuestra particular forma de culto. Las estrellas centelleanbrillantes y hermosas antes de salir la luna, pero despus todas seretiran al trasfondo ante la nica reina, la nica gobernante delfirmamento.

    As debis portaros todos ante l, que es vuestro Gobernante. Nosignifica esto que hayis de prescindir de vuestra individualidad, sino

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    que debis ser como l; y slo podris lograrlo si sois capaces de mirardesde Su punto de vista todas las cosas de la vida.

    Para el artista que contempla una nube, el firmamento o un rbol,

    tienen estas cosas diferente significado, pues las mira desde el punto devista de cmo las pintar o cmo las reproducir en smbolos para lasgentes, no precisamente copindolas sino comunicando a los dems loque vio en ellas. Esto es exactamente lo que debis hacer. Debisdestruir todo cuanto os ata, y trepar las alturas en donde lleguis a serparte de l, y desde all os contemplaris a vosotros mismos y almundo. No conviene que estis rodeados siempre de vuestrosparticulares deleites. Debis escalar aquella altura, y desde all regirvuestros pensamientos y emociones y vuestro cuerpo fsico, porque deeste nico modo seris con toda fidelidad capaces de seguirle.

    Yo me pregunto: Cuntos de vosotros tendris la verdaderacomprensin y realmente seguiris cuando llegue el preciso momentode or la Voz que reconozcis como absoluta autoridad y cuyo mandatosea definitivo? Yo me pregunto: Cuantos de vosotros, aunqueobedezcis seris capaces de identificaros con l como gota de aguaque desaparece en el mar o como ro que desagua en el vasto ocano?

    Todos sois demasiado estrechamente individualistas, tenis vuestro

    Dios particular, vuestro particular deleite, vuestro particular modo depensar, hablar, y expresaros. Seguir no significa que hayis de aceptarciegamente, sino que habis de mantener los ojos abiertos y limpiovuestro corazn, libres de todo prejuicio y de toda idea preconcebidapara ser as capaces de sumergiros en lo Eterno. Este es el nico modoen que podis seguir, la nica manera en que podis crear. Si vivs enla Eternidad, en esta estupenda altura, llegaris a ser genios, llegaris aser lo que cada cual anhele ser, y entonces seris felices.

    Hallaris la felicidad al olvidaros del separado yo, al destruir este yo eidentificaros con el Universo; pero cuando hacis distinciones al hablarde particulares grupos, particulares temperamentos y tipos, os apartisde la realidad sin advertir que estas diferencias no son ms que sealesdistintivas, meras indicaciones de vuestro especial ambiente, y noresuelven el problema, cuya nica solucin est en el olvido delseparado yo para llegar a ser lo Eterno.

    Seguid lo Eterno, que es perpetuo e inmutable, y no lo transitorio y

    momentneo. Obtendris una fiel perspectiva de vuestro propsito sitenis en cuenta que debis dar convenientes oportunidades a lo fsico

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    para la educacin del alma. Siempre hablamos de la educacin de lofsico, pero olvidamos la educacin de lo sper fsico. El ego anheladesenvolverse y lograr la perfeccin; y aqu toma en cuerpo fsico, siadverts los anhelos del alma, vuestra mente concreta os dir cundo y

    cmo debis ceder a los anhelos del Yo superior.

    Deberais contraer el hbito de vivir en el Reino de la Felicidad,porque me parece que no echis de ver suficientemente cun vasto eseste Reino, cmo se dilata milla tras milla una vez entrados en l. Meparece que no comprendis que la Felicidad, la verdadera Felicidadsupera todas las cosas fsicas y espirituales del mundo. Es el nicoestado en el que vale la pena entrar, el nico Reino merecedor deconquistarlo y poseerlo. Quisiera llevaros a todos a este Reino para quepor vosotros mismos, vierais su hermosura, pues una vez vista no laabandonarais ni ya apetecerais las cosas transitorias y mudables.Seguro estoy de que segn pase el tiempo os convenceris ms y ms deque esta es la nica Verdad digna de recibir y poseer, la nica Verdaddigna de comunicar.

    Tambin debis tener cultura, la cultura fsica ordinaria, la cultura deconsideracin, de prosperidad, de la intensa y jubilosa seriedad. Sitenis todas estas modalidades de cultura y os las asimilis y en ellas osembebis hasta que formen parte de vuestra naturaleza, llegaris a ser

    Sus verdaderos discpulos.

    Sin cultura, sin refinamiento, no podris formar parte de l, que es elsumo refinamiento y la suma cultura; no podris permanecer con l nicooperar entusiasta e inteligentemente con l.

    El artista creador que sufre y tropieza estar ms cerca de l quequien se satisfaga simplemente con rendir culto ante su propio altar.

    Debis ser como los artistas creadores y cooperar con l para dar almundo lo que cada uno de vosotros realmente comprenda. Y cuando oshallis en semejante estado, no tenis idea de cmo desaparecer elsentimiento de soledad, de depresin, todo cuanto nos entorpece ymata el espritu y debilita nuestro sentimiento de bienestar. Cuandoseis parte del nico Reino que tiene importancia en la vida, cuandoestis con aquella Luz que perdura a travs de edades y eones,olvidaris la soledad, la depresin, la grandeza y el xito. Lo que lamayor parte de vosotros teme es la soledad, la falta de amor y personal

    amistad de unos con otros. Estas cosas, aunque placenteras demomento, aunque tienen su valor, no la echaris de menos, porque

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    estaris en compaa de lo Eterno. Cada rbol, cada ave, cada briznade hierba, cada sombra os dar algo ms valioso que las fugacessatisfacciones fsicas porque son parte de lo Eterno. Por eso debistener concentrada all vuestra vida para mirar todas las cosas desde el

    punto de vista de lo Eterno.

    Captulo 6 - El Valor de la Experiencia

    Quiero hablaros de aquella Voz, de aquel Tirano que debis adiestrary cuya autoridad es el nico mandato a que debis obedecer.

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    Segn empecis a desenvolveros, encontraris, naturalmenteproblemas, tropezaris con dificultades que habris de solventar porvosotros mismos. Habris de ser semejantes a un rbol que resisteinnumerables tempestades y conoce su propia fuerza. Su propio placer

    en la proteccin que otorga, y al que nada en el mundo, ni el vientoterrestre o celeste puede descuajar. Es firme como una roca. Tal comoveis una roca que permaneci inmvil ante los embates del mar, asveis este rbol permanecer firme y dar abrigo a millares de aves,porque est muy bien arraigado y robustamente crecido. As habis deser vosotros.

    La nica autoridad que reconozcis, el nico mandato que habis deobedecer, debe ser la Voz de la inalterable Intuicin que nada en elmundo puede quebrantar.

    De este modo desenvolveris aquel sentimiento de belleza, por vosotrosmismos creado, que se acrecienta con el tiempo y os infunde gozo. Estaes la nica autoridad que puede reconocer una persona civilizada,culta y espiritual, y no la autoridad ajena, no la etiqueta espiritual delotro, porque cada uno es quien solamente puede saber lo que siente ensu interior.

    Ya hemos tratado de cmo desenvolver aquella Voz, aquel inflexible

    Tirano, y hemos examinado algunas ideas. Quiero exponeros otra. Sianhelis reconocer esta Voz, debis mover una revolucin, unaanarqua en vuestro interior; debis sentir descontento, debis estar enun torbellino mental y emocional, cuyo centro debe ser cada vez msvigoroso a fin de eliminar las menudencias de la vida y que slo puedenlos firmes propsitos. Del caos de vuestro interior ha de surgir lacentelleante estrella. Habis de estimular el descontento del quedimana el verdadero contento, y no subyugarlo o desdearlo omatarlo. Cuanto ms cuestionis y demandis mayor ser la fuerza de

    vuestro torbellino, mayor la violencia, ms vigoroso vuestro anhelo dedescubrir la Verdad. Habis de formar un torbellino en vuestra mentey vuestras emociones; pero no un torbellino de mero sentimentalismo yexcitacin, sino un torbellino que eche fuera y destruya lo noimportante; un torbellino que gire en torno de un solo propsito concreciente velocidad, que le d mayor energa, de la que surgir elverdadero genio, la refulgente estrella de vuestra creacin.

    Habis procurado adquirir este divino descontento? No lo podis

    adquirir si os limitis a escuchar a otros, quienes slo sern capaces deproporcionaros el andamio que os ayude a escalar y construir; pero

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    vosotros debis llevar vuestros propios ladrillos y vuestro propiomortero, y ser cada cual el constructor. Para ello debis pasar porvuestras propias experiencias y tal es la razn de que la pura inocenciano sea espiritual.

    Quien conoce profundas tristezas, intensos xtasis, hondas devociones,vivos arrebatos de adoracin o de clera, puede llegar a serverdaderamente espiritual, porque de continuo busca y solicita.

    Para llegar a ser espiritual, para vivir dichoso y servir debis tener elalma preparada para la tentacin.

    La experiencia es esencial. La gente puerilmente inocente propende aser mezquina, mojigata y envidiosa, y contra estas trivialidades hemosde luchar, pues no prometen dar grandes y verdaderas experiencias.No habis de tener la inocencia del nio que carece de experiencia, queno sabe lo que son sufrimientos ni lo que es estar en una borrasca deemociones ni lo que es sufrir mentalmente, y que slo balbucea algunaspalabras. Debis ser como el hombre que ha sufrido, que conoce y queha edificado.

    As habis de ser. Habis de tener vuestra propia sensacin de la vida,y no la sensacin de los dems. No quiere esto decir que os hayis de

    lanzar a absurdas experiencias y extravagantes expresiones de vuestrossentimientos. Los ordinarios placeres, penas, tristezas y alegras debenser vuestras experiencias que os han de servir de materiales deconstruccin. Son vuestros canales, vuestros ros por los cuales debisnavegar hasta el vasto ocano donde verteris vuestra individualexperiencia, vuestra identidad, para convertiros en una gota delocano. Pero debis de disponer de naves en que navegar. Pero habisde ser capaces de tender las velas, de remar, de tener tras vosotros lasacumuladas experiencias y estremeceros a la idea de nuevas

    experiencias de armnica ndole. Debis tener el divino descontento, elcaos de que surgir la rutilante estrella.

    La mayor parte de las gentes estn satisfechas y contentas con susvulgares vidas, y por lo tanto se forjan el angosto mundo de lamediocridad. Y si vosotros queris ser diferentes, habis de hallaros avosotros mismos, habis de dar nacimiento a vuestro verdadero ser,seguir vuestro propio sendero y mantener vuestro propio ideal, elideal, la meta de Felicidad, de Verdad. Como pescador que de estanque

    en estanque, de ro en ro, de ocano en ocano va pescando en buscade experiencia sin satisfacerse con un pez pequeo ni con un pez

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    enorme, as debis desear reunir y poseer los varios tipos, colores, yexpresiones de la divinidad en todos lo ocanos de la vida. Debis orpor vosotros mismos aquel llamamiento, aquella Voz que slo resuenapor medio de la experiencia, por medio de los pensamientos y las

    emociones. No necesitis imgenes ni ceremonias ni nada en la vida, sitenis este venturoso y divino anhelo. La divinidad mora en el reflejode luz sobre las alas del ave que cruza el azul del cielo, en el rbolsolitario, en las apacibles praderas, en los contiguos riachuelos y en lasflores. Son la Verdad de la vida, las reales expresiones de laespiritualidad. Porque cuando reconozcis la Verdad en estas humildescosas de la vida diaria y os abismis en su belleza, habris entoncesadquirido la eterna Verdad y viviris en el Reino de la Felicidad. Unavez lo poseis, podris darlo a los dems. Quin no lo posee, y sinembargo trata de convencer a otros, es hipcrita; pero quien lo posee,aunque sea en mnimo grado, hablar con certidumbre, conconocimiento y autoridad. Vosotros hablaris con autoridad porquesabis lo que significa sentir de acuerdo con el universo y con lahumanidad, con todo el que sufre, con todo el que es feliz. Vosotroscrearis y haris crear a otros vuestras propias ideas, vuestros propiosconceptos de la vida. Esto dar diferente tono a vuestra existencia, undiferente gozo, un diferente estremecimiento; y entonces ningunaforma ni expresin extrema tendr valor alguno, porque estaris en laEterna Fuente de todas las cosas. Pero slo podris estar all si tenis

    este caos, este descontento, este perpetuo anhelo. Una sola visin de loEterno no satisface; cada visin descubre otra nueva y as vida trasvida. La evolucin no empieza repentinamente en determinadomomento ni se detiene en un momento dado ni despus de una vida,sino que es interminable camino, y quien goza caminando no se ha dedetener a adorar en pequeos santuarios, menudos convencionalismos,frmulas externas y altares de supuesta grandeza, pues de lo contrariola evolucin resulta un prolongado sufrimiento. Si veis en lontananza eltemplo de vuestra propia creacin, la imagen de vuestra propia

    creacin, la imagen de vuestra propia hechura, forjada a costa desufrimiento, de la dicha y de la belleza de la vida, caminarisperpetuamente por el Reino de la Felicidad. Habis de ser una cosa uotra. O bien habis de ser un genio, un creador, un destructor, o bienun hierbajo en mitad de la corriente, zarandeado de uno a otromargen. Debis ser la principal corriente de la vida, la principal fuerzade la vida, porque en l vivs y en l tenis vuestro ser. La Belleza es laVerdad y la Verdad es por Quien suspiris, a quien adoris, cuyaimagen formis en vuestro corazn, y que llega a ser parte de vosotros

    porque a El os inclinasteis y le hallasteis. Este concepto estimula lainspiracin de existir, de alentar, de pensar y de sentir.

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    Pero si os contentis y satisfacis egostamente perderis el venturosoestremecimiento de la espiritualidad, y en vez de ayudar serisvulgares secuaces, y en vez de creadores seris desechos, escombros y

    escoria fsica y mental en todo el transcurso de vuestra vida.

    Quisiera que vierais (y estoy seguro de que veris, pues todos vemos enlos momentos de xtasis y dicha) la importancia de mantener estapauta, esta cultura, y de vivir en el Reino de la Felicidad. Si en l estisy seguro resids en este Reino podris salir de l y crear msvitalmente, ms gravemente, ms noblemente que otro cualquieraporque a toda hora podris restituiros a aquel Reino. Ello os dar unaviva conmocin, un sentimiento de vitalidad, de ser grandes no slopara vosotros mismos sino para ayudar al prjimo, destruir las cosassin importancia y crear las eternas. En vez de ser gigantes deignorancia, debis de ser colosos creadores. Hoy da todos vamosbuscando, tanteando, preguntando, mientras que la solucin de todasestas cosas est bajo cualquier piedra, en todo cuanto se mueve y vive,en todas las cosas animadas e inanimadas. Si estis verdaderamenteiluminados podris salir a ser mensajeros de aquel Reino. Yo he bebidoen esta fuente y anhelo llevar a ella a cada uno de vosotros. Y cuandoos hayis deleitado y recreado en el albergue de la Eternidad, tambinanhelaris llevar a otros a la misma fuente de donde emana la perenne

    Sabidura.

    Captulo 7 - En Compaa de Grandes Hombres

    Deseo convenceros de la suma importancia de interesarse en laexcelencia del Reino de la Felicidad. Es posible conocer por vuestras

    palabras, por la manera de hablar si vivs o no en aquel Reino. Os heexaminado, y me examin a m mismo para ver si vivimos

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    continuamente en este Reino. De nuestra actitud, de nuestra conductay de nuestros deseos podemos juzgar y descubrir cun lejos estamos deesta morada de realidad o cun muy adentro de ella vivimos.

    Si os esforzis en vivir en este Reino, fcilmente dominaris vuestrastribulaciones, olvidaris vuestras pesadumbres, vuestrassingularidades y sobrellevaris las aflicciones y sufrimientos delmundo. Cuando vivs en este Reino no podis separaros de vuestrasdiarias acciones; en vuestros pensamientos, en vuestras obras, en todocuanto hacis estis viviendo en este Reino; y por tanto trasladis esteReino a vuestras acciones.

    Podis observar cun diferentes son los que han percibido unvislumbre, siquiera pasajero, de este Reino; cun dichosos, cun bienequilibrados estn, ni demasiado emotivos ni demasiado intelectuales.Podis inferir de su actitud, de su ambiente, que saben lo que significavivir en este Reino. Fuera mil veces lastimoso que slo viviramos allraros momentos, slo cuando meditamos y estamos solos. nicamentepodris vivir en este Reino si todo vuestro ser palpita de felicidad.Debis manifestar esta felicidad en todos vuestros sentimientos, en todocuanto hagis diariamente. No habis de vivir en este Reino brevesmomentos como efmero insecto y desvaneceros de all durante el restodel da para restituiros a l a la maana siguiente. Esto es lo que hacis

    la mayor parte de vosotros. Una palabra traicionar vuestra mente ytodo el rumbo de vuestra perspectiva. Me parece importantsimo queseis verdaderamente formales y estis gozosos, en vez de luchar envano, malgastando intiles esfuerzos. No vayis a figuraros quesolamente unos cuantos privilegiados estn en el Reino y los dems nopueden estar, pues mientras uno haya que se esfuerce, que tenga noblespensamientos y emociones, cabe asegurar de l que vive en este Reino.

    Debemos transformar este centro de Eerde y el mundo todo en un

    verdadero Reino de Felicidad y debis ayudar porque vivs en l y loestis creando con vuestras aptitudes, vuestros sufrimientos, vuestrasdichas, placeres y goces como materiales de construccin; pero debisayudar todos y no uno solo. Por esto debis ser grandes, por esto debisvivir y alentar nicamente en el Reino de la Felicidad. Habis dedestruir toda barrera, toda mezquindad en vuestra perspectiva. Nopodis figuraros cun deleitoso, cun conmovedor y placentero es ello.Lo es mucho ms que un espectculo de cine o cualquier otra diversinmundana.

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    Imaginad por un momento que todos nosotros somos dioses, por lotanto, podramos sentarnos a la mesa con l. Pensad en lo quepodramos hacer y lo que podra significar si furamos como Buda ySus discpulos. Buda era un superhombre genial, el mayor de los seres

    humanos, y sus discpulos eran tambin genios, los grandes hombres desu poca. Y podis imaginar el delicioso ambiente, la atmsfera queaquellos hombres, aquellos dioses debieron crear. Despus trasladaosal otro extremo y pensad en todas las personificaciones del mal en elmundo y pensad en lo que haran. Intentaran aniquilar la obra de losdioses.

    Pero entre ambos extremos estn quienes como nosotros forman lamayor parte del mundo. Cuando tenis un precioso vaso o joyel, debisbuscar un arca donde con toda seguridad guardarlo. Y cuando lvenga, como ha de venir; cuando est con nosotros como ha de estarcon nosotros, deberemos ser ya los grandes hombres y cada uno denosotros ha de esforzarse en alcanzar las cumbres de la perfeccin.

    Y entonces, si nos reunimos todos, imaginad el vivo deleite desemejante asociacin, porque seremos compaeros de la nobleza, de losgrandes artistas, de los insignes creadores, de la divinidadequiponderada en perfectos cuerpos fsicos.

    Nada hay tan admirable en el mundo como vivir con grandes hombres,con grandes ideas, con hombres que por s mismo sean los principios yno tan slo la externa cscara de alguna realidad.

    Quien no ha gustado de la felicidad, quien no ha sufrido, quien no hapasado por muchas experiencias, no puede ser compaero de grandeshombres ni aun de grandes pecadores, porque no son capaces deayudar ni pueden difundir ni gozar de duradera felicidad. No puedeconocer la diferencia entre lo hermoso y refinado, y lo grosero y

    vulgar, por lo que no tienen valor sus juicios, pues no es creador nidestructor, sino que va empujando por los caprichos y fantasas delmundo de la mediocridad.

    Por lo mismo que no deseis pertenecer a este mundo de mediocridaddebis tener en cuenta la vital importancia de cuantos pensis y sents.Por esta razn debis desenvolver un exquisito cuerpo fsico conrefinadas emociones y cultivada mente. Porque si no son perfectosvuestros cuerpos, mente y emociones, desfiguraris la belleza y

    perturbaris la armona del conjunto de los grandes hombres; yaunque sean prudentes vuestras palabras, vuestra expresin externa,

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    vuestra personalidad delatar la imperfeccin de vuestro internodesenvolvimiento.

    Tambin debis tener perfecta limpieza, perfecta salud; y podis ver la

    importancia de ello, podis ver por qu debis tener cuerpos limpios ysanos y cuidar de ellos con la misma solicitud con que cuidarais unapreciossima joya. Lo mismo cabe decir de vuestras emociones ypensamientos. Aunque no manifestis a los amigos y conocidosvuestros perversos pensamientos y emociones, os traicionarn envuestra mirada, en vuestras frases, en vuestras actitudes y en vuestraperspectiva de la vida. Muy a menudo me intereso en mirar el rostrode la gente, su gesto y su porte general; y comnmente distingo el tipoa que cada uno pertenece. S que estos superficiales indicios puedenser engaosos y ocasionar errneos juicios, pero casi siempre delatan elinterno carcter. Por lo tanto, debis perfeccionar el cuerpo, lasemociones y la mente antes de que podis alcanzar y vivir eternamenteen el Reino de la Felicidad. No debis dar vuestro asentimiento sinrazn y sin comprensin, para adaptaros a un molde. Podisfiguraros que el mar, esa masa de animacin y estruendo, se adapte adeterminada forma? Romper todas las formas y nada ser capaz derestringirlo ni sujetarlo. Todos deseamos adaptarnos a formas, porqueello es mucho ms fcil, mucho ms cmodo y significa mucho menoslucha. Para quienes no se esclavizan a las formas y viven en esta

    Felicidad, en este Reino sin lmites, lo valioso y bello es esta ilimitadaexpansin sin trmino. Debis tener en cuenta que si realmente querisvivir en presencia de los grandes hombres debis desenvolver unaperspectiva sin lmites ni trmino. Os daris cuenta de en qu granxtasis, en qu equilibrado xtasis podris vivir si constantementeimaginis que vivs siempre en este Reino y que estis con los grandeshombres. Cuntos de vosotros sois capaces de estar con un granhombre, con un gran genio, con L, que es la personificacin del Reinode la Felicidad? Verdaderamente pocos, muy pocos. Y podis ver la

    angustia, la pena que ha de causarle a quin slo tenga dos o trescompaeros, en vez de al mundo entero con l, trabajando con l,gozndose con l.

    Tambin quiero hablar sobre el afecto, porque me parece que nosabis cunta fuerza, cunta vitalidad infunde el verdadero yequiponderado afecto. Digo equiponderado, porque generalmenteobservaris que las personas de intensos sentimientos de afecto,carecen de fortaleza, de gobierno y de equilibrio. Sus sentimientos son

    como el agua que si desconsideradamente se vierte, inunda y anega sinduradera eficacia. Por esto habis de tener equilibrio. Si vuestros

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    afectos estn bien equilibrados, sin sentimentalismo ni extremadaefusin, sino con el eterno amor, entonces empezaris a perder elseparado yo. Cada uno de vosotros debe haber sentido aquel afectoexpansivo y siempre creciente, y cada vez ms y ms amplio, de suerte

    que no slo amis a unos cuantos de vuestra especial predileccin sinoa todos cuantos con vosotros se relacionen. Este afecto pone en olvido,aniquila el yo inferior que es la raz de toda la afliccin. Por esto, quienno siente este inmenso amor es egosta, parlanchn, entremetido,chismoso y hace todas estas ruindades que ni soara un gran hombre,un verdadero dios. Desde el momento en que os olvidis de vosotrosmismos e identifiquis vuestro verdadero Yo con el gran Yo delmundo, entonces viviris en este Reino y desearis que el mundo enterovaya a vivir con vosotros.

    Actualmente puede decirse respecto de cada uno de vosotros que estishaciendo una febril tentativa y no que hayis realizado una hazaa.Estis todava luchando y luchando, pero no habis triunfado.

    No os arriesgis, no os abrevis y no os sumergs en el ocano, sino quesois como chiquillos en el mar que vacilantemente meten un pie en elagua y lo retiran inmediatamente que notan la frialdad. Si resbalis, noimporta, ya os levantaris de nuevo; y si nadis llegaris all. Pero nohabis de estar vacilando respecto de si alcanzaris la lejana orilla.

    Sino que debis lanzaros al agua porque vuestra Voz os incita.

    Y si no escuchis la Voz estaris metafricamente llegando decontinuo; y no tendris un momento de paz, de sosiego, de felicidad, siesta Voz no os incita a seguir adelante. Debis ir hacia la fuente de lascosas, y cuando alcancis esa fuente seris el dios, el superhombre, eldueo.

    Buda, Cristo y otros grandes Instructores del Mundo fueron a la

    fuente de la vida. Llegaron a ser Maestros artistas. Mas una vezconocida la naturaleza y suprema grandiosidad de la Fuente, seconvirtieron en la Fuente, el Sendero, y la Personificacin de laSabidura y el Amor. Tal debe ser nuestro propsito. No podis ser elBuda o el Cristo, pero podis tener los mismos sueos, anhelos, deseosy aspiraciones.

    Una vez hayis percibido la gloria de Su reino, podris actuar porvosotros mismos en la particular lnea de creacin con que expresis

    vuestra vista de aquella eterna gloria. Entonces, seris el escritor msinsigne, el artista ms preciado, el cineasta ms profundo. Tendris la

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    lengua del sabio. All subyace el estremecimiento de espiritualidad, lanica ambicin merecedora de lograr en el mundo. Debis serindependientes, no slo emocional e intelectualmente sino tambin detodas las cortapisas fsicas. Este es el nico medio de lograr suma

    felicidad, de adquirir completa libertad de pensamiento, emociones yen todas las cosas fsicas. Este es el nico medio de vivir en el Reino dela Felicidad.

    Captulo 8 - La Mente, el Creador

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    La mente es la esencia de la divinidad; pero es de todo punto notorioque la mente lo mismo puede crear que destruir; que rige y gua lasemociones y es el mpetu que nos empuja hacia nuestra meta.

    La mente puede y debe hallar por s misma la Verdad, y por s mismadebe aprender a vivir en el Reino de la Felicidad. Sin una mentedisciplinada y una congnita inteligencia no podris acercaros avuestra meta.

    Tambin notaris que la mente empequeece las cosas, ansa formas ydesea ocuparlas. La mente propende siempre a ser concreta, y habisde precaveros contra esta caracterstica de la mente.

    Muy a menudo nos figuramos que todo cuanto hacemos est bienhecho, que nuestro particular sendero es el nico, y que slo puedenser verdaderos nuestros particular templo, nuestro particular altar,nuestra particular ceremonia, nuestra forma de adoracin y nuestroparticular modelo de forma exterior; y que por este nico canal puedeexpresarse lo Divino en manifestada vida. En efecto decimos: T estsen error, pero si me sigues y haces lo que yo hago y piensas como yopienso, estars en lo justo. Esto es lo que todos vosotros pensis. Esta esla verdadera piedra de escndalo para cuantos intentan entrar en elReino. Porque aqu no hay semejante estrecha uniformidad; aqu todo

    el que se esfuerza y vive noblemente y por naturaleza es en realidadbello en pensamientos y emociones, puede ser y es uno con todos. Elsentimiento de unidad es lo ms importante en la vida; es el nico panque podis dar al hambriento, la nica solucin de todos los problemasde la vida. La intolerable idea de que precisamente habis de estarequivocados si obris independientemente, y de que acertaris si mesegus, si segus a mi especial intuicin, a mi especial Maestro, a miespecial Deidad, es contraria al progreso espiritual. Mientras hayaentusiasmo, la chispa del divino descontento, el anhelo de felicidad, el

    ansia de escapar del Maya de la vida, no importa que pertenezcis adeterminada religin o a ninguna, a alguna secta, clase, color ocreencia, porque entonces estaris en el verdadero camino que conduceal Reino. Esta es la sola idea que siempre habis de mantener en lamente.

    Tan slo podris entrar en este Reino si vivs noblemente; slo podrisllegar a ser ciudadanos de este Reino si luchis contra la mezquindad,contra el espritu de exclusin. Por lo mismo habis de tener la mente

    limpia y clara de modo que abarque todas las cosas, porque si tenislimpia y clara la mente, tambin tendris nobles y dichosas emociones,

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    mientras que si sois exclusivistas y deseis cerrar la puerta a los demsporque os figuris que son diferentes (lo cual no es ms que laafirmacin del yo inferior) entonces no entraris en el Reino de laFelicidad.

    Si conocis a alguien que sufra, que pase por una angustiosa vicisitud yque est en lucha, la nica sombra que puede descansar, el nicoconsuelo que le podis dar es la Felicidad que vosotros habis gustado,el deleite que habis fluido al hallar las cosas eternas.

    Yo deseara poder daros esta Felicidad de modo que vosotros a vuestravez, pudierais darla a otros y hacerles sentir su inmensa realidad. Yodeseara poder conduciros al Reino de la Felicidad porque slo cuandoen l entris y vivis en sus dominios podris dar de comer alhambriento, aliviar al dolorido y derramar blsamo consolador en elalma herida.

    All debis vivir vuestra propia vida, obedecer a vuestra propia Voz,hallar a vuestro Maestro y vuestro propio aliento de vida. Esta es lanica ambicin valedera. Entonces podris ser del mundo y entregarosal mundo, porque vuestra alma y vuestro cuerpo, vuestra mente yemociones estarn henchidos de Eternidad, y podris entregaros sinvacilacin, sin restriccin alguna. Cuanto ms adelantis, mayormente

    habris de cultivar este espritu. No podris ser felices hasta que hagisa otros felices, y slo podris hacer felices a otros si entris en esteReino, si habis obedecido, si habis escuchado el susurro de la Voz delo Eterno. Slo as podris guiar a la gente, slo as podris darlefelicidad y alentarla en la lucha por la nobleza, estimularla para queescuchen sus propios murmullos de Divinidad. Al luchar sufrirn, perotodo sufrimiento y toda lucha son parte del proceso hacia la cumplidahazaa, y esta hazaa es el hallazgo de la Felicidad. Esta es laverdadera brisa de las montaas que os embriaga de Eternidad y os

    infunde la inmensa fortaleza para estar solos.

    El rbol de la cima de la montaa debe naturalmente ser mucho msrobusto que el de la llanura, porque recibe todos los aires del mundo;sus races son ms hondas porque ha de resistir a impetuosos vientos:Debe ser mucho ms digno y noble porque est ms cerca del cielo;recibe los primeros rayos de la aurora y est ms cercano a lasestrellas.

    Exactamente lo mismo debe sucederos si queris entrar en aquellaregin de absolutividad; debis tener hondas races porque estis ms

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    cerca de los Dioses, y ms profundas angustias de crecimiento, porqueveis los primeros rayos del sol. Y cuando os hallis en aquella altura, osdaris cuenta de la ilusin, del Maya, de la inutilidad de las cosastransitorias y perecederas. Me fortalece la idea de semejante rbol

    solitario, que siempre vive en el puro aire de las montaas y que, de daen da, acrecienta su fortaleza, y que slo puede abatirse cuando lamontaa deje de subsistir.

    Este es el espritu que l nos da; este es el espritu que debemos poseerpara comprenderle; esta es la nica Felicidad, la nica conviccinvaledera, el nico medio de mantenerle a l en nuestro corazn, elnico medio de seguirle, pues no pensamos ni sentimos que somosdiferentes porque no pertenecemos a estrechas sectas, porque hemosbebido en la fuente de la realidad, porque hemos estado all y somoscapaces de llegar a los cielos, y deseamos que otros vengan y gusten lamisma duradera felicidad.

    Esta es la nica verdad que cualquiera que sea inteligente, dichoso odesventurado, puede y debe aceptar. Si tenis este personalconocimiento, llegaris a ser como el rbol que subsiste eternamente,bajo cuya sombra pueden los hombres descansar, un rbol que slomedra en el Reino de la Felicidad.

    Debis echar alas, nuevas alas cada da, para volar a aquella altura; yslo os podrn crecer las alas si constantemente os remontis, osexplayis, acrecentis y luchis; esto significa que debis mejorar cadada, que debis desprenderos de todo cuanto os entorpezca, ate yrestrinja, de todo cuanto no os d absoluta libertad y que os ligue a lasilusiones de la vida.

    Este es el nico medio de adelantar, de tener renovadas energas,nuevos deleites. Y solamente con nuevas alas podris remontaros a las

    alturas.

    Siempre debis sentir amor. Todo cuanto vive, todo cuanto se mueve ono se mueve, ha de impulsaros a intensificar vuestro amor. As comodeseis que todos moren en el Reino, as tambin habis de querercongregar en torno vuestro todas las cosas de dicho Reino. Y cuandocada uno de vosotros pueda dilatar el Reino de la Felicidad, echaris dever que las formas externas carecen de importancia intrnseca, y quevuestro verdadero valor consiste en llevar a otros a este Reino. Por esto

    deseara poder daros una parte o toda la Felicidad que yo hall.Habindola gustado una vez puedo gustarla de nuevo; habindola

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    realizado una vez, puedo siempre realizarla de nuevo; pero quien no lahaya gustado, quien no conozca su opulencia y hermosura, no podrdarse cuenta de la plenitud y gloria de la vida. Pero cuando una vez lahaya gustado, nunca jams le satisfarn las cosas transitorias. Por esto

    quisiera yo daros y haceros gustar y respirar mi Felicidad, llevaros avivir en mi Reino.

    Por esta razn debis despertaros y abrir todas las puertas y ventanasde vuestra alma y salir en busca de la nica realidad de la vida. Nodebis disiparos en febriles y vanos intentos ni andar por tenebrosospasadizos y callejuelas, sino buscar los parajes luminosos, la mansinde la Verdad, el Reino de la Felicidad, donde debe residir cada uno devosotros.

    En aquel estado de xtasis, de intenssimo gozo, habiendo perdido lonico que os mantena sujetos, el yo inferior, hallaris la nica fuentede inspiracin, la nica belleza que necesitis, la nica verdad digna deadhesin, merecedora de que la poseis, de que por ella luchis y deque por lograrla sacrifiquis todo lo dems. Debis tener esta ambicin(no encuentro palabra mejor apropiada), debis tener el intenso deseode entrar en el Reino; y entonces, cualesquiera que sean vuestrasacciones, llevarn el sello de la Eternidad y doquiera estis seris elemblema de este Reino.

    Captulo 9 - El Altar del Mundo

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    Debis tener claramente entendido que nuestro nico fin ha de ser ellogro del ntimo convencimiento de una verdad incapaz de duda niquebranto. No es posible infundiros esta Verdad; habis de alcanzarlapor vosotros mismos, y slo la alcanzaris si despertis y escuchis la

    interna Voz. Toda accin, todo pensamiento, toda idea ha de dimanarde la Verdad que por vosotros mismos descubris y comprendis. Estaverdad no puede ser comunicada ni transmitida de uno a otro. Todoslos grandes Instructores han insistido en este punto, en que habis dehallar la Verdad por vosotros mismos, y que despus de hallarla ycomprenderla habis de vivir de acuerdo con ella. Entonces seris lapersonificacin de esta Verdad y al propio tiempo el predicador, elsigno indicador en el camino de la Eterna Felicidad.

    Para comprender esta idea, debis vivir de acuerdo con los dictados dela Verdad y dignos de ella han de ser vuestros deseos. Debis tener elimpulso para crecer en vuestro natural ambiente como hermosa ynaturalmente crece una flor, que mientras est en capullo seguramenteconoce cul ha de ser su plenitud, que un da ver el fulgor del sol yque perfumar al mundo. As cada uno de vosotros, durante el periodode crecimiento ha de pensar y meditar en la luz y verdad que ossobrevendr en el momento de vuestra plena floracin.

    Slo podris gozar de aquel fulgor, de aquella energa, de aquella

    delectacin si escuchis la Voz y no aceptis ciegamente la autoridad yla tradicin ajenas, de las cuales habis de prescindir. Dicho de otromodo, habis de ser vuestro propio legislador y vivir de conformidadcon vuestras ideas e intuiciones que son el resultado de la experienciade sta y otras vidas. Slo hay una ley, slo un Nirvana, slo un Reinode la Felicidad, slo una Esencia; y si comprendis esto cumplidamenteactuaris de conformidad con esta comprensin. Cuanto msadelantis y ms pensis y ms sufris, ms cerca llegaris de estaEsencia, de esta Unidad, de esta eterna Verdad.

    Estaris propensos a dudar, a discutir, a una gran agitacin interiorhasta que por vosotros mismos escuchis y adquiris esta verdad.

    Mientras procuramos comprender, debemos tener la conciencia delsabio y no del loco; debemos tener la conciencia de quienes percibieronla Visin del ms noble aspecto de la vida y no la conciencia de lasgentes ruines e ignorantes con sus ideas y conceptos.

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    Y si queris evitar esta ruin coincidencia, este dbil susurro de la voz,debis comprender enteramente lo que significa el Reino de laFelicidad, lo que significa la ley, lo que significa la verdad.

    As como la lluvia cae en la tierra y alimenta toda clase de rboles, todaespecie de plantas y todas las flores, as esta nica Esencia fluye portodas las cosas sin distincin. Las manos del alfarero moldean la arcillay dan forma a hermosas y tiles vasijas, algunas de las cuales servirnde florero, otras para contener arroz o requesones, mientras que otrassern vasos de impureza. Pero todas salen de las mismas manos y sonde la misma arcilla, el producto del mismo torno que incesantementegira. Todos somos los mismos en esencia, pero diferentes en el mundode las formas, y segn esta diferencia vara nuestra comprensin de laVerdad. Cuanto ms grandes seis y ms hayis sufrido y ms hayisgozado, ms cerca estaris de la unidad de esta Esencia. Esta es lanica Ley, la nica aspiracin que puede guiaros al Reino de laFelicidad. nicamente podr proporcionarnos duradera felicidad elreconocimiento de una misma Esencia en todas las cosas, diferentes ensu externa forma, y de la vida a la luz de este conocimiento.

    Algn tiempo se tarda en llegar a esta comprensin; y paracomprender la verdad debis disciplinar la voluntad y ejercitar lamente, porque la mente y la voluntad son vuestros guas. Pero pueden

    guiaros por el recto o por el tortuoso sendero; pueden guiarosalejndoos de la personalidad, de los prejuicios, de todas las futesas deseparatividad, o bien pueden guiaros hacia el pensamiento de que soisdiferentes de los dems. Si tenis la mente discernidora, que a costa demuchas experiencias y sacrificios aprendi a distinguir entre lo real ylo irreal, entre lo permanente y lo transitorio, entonces os guiar lanica Ley, entonces podris caminar por el solitario sendero. Entoncesdaris de mano a intiles experimentos porque habris aprendido asacrificarlo todo por esta nica Felicidad. Habis de aprender a

    sacrificaros, a sacrificar vuestras predilecciones, vuestros prejuicios,vuestros mezquinos afectos egostas, vuestros lazos mundanos a fin decaminar por el sendero de la felicidad.

    No hallis este sendero porque yo os lo diga ni por marbetes que puedayo ofreceros ni porque os amparis en la autoridad ajena. Habis dehallarlo porque as lo deseis, lo anhelis y queris espontneamentebuscar la Verdad. Habis de crecer como crece la flor, hermosa ynaturalmente, porque de su propia ndole es desenvolverse y ser

    dichosa.

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    Slo podris hallar la Verdad ejercitando vuestra voluntad, lavoluntad que hayis disciplinado y cuidadosamente vigilado y dirigidoy alimentado con manjar a propsito; y hasta que tengis tal voluntad,notaris que en vez de triunfar, en vez de cumplir hazaas, no estis

    haciendo ms que febriles intentos; que en vez de vencer obstculos loestis interponiendo; que en vez de gritar desde las cumbres de lasmontaas estis todava gimiendo en los valles.

    Todos debemos reconocer que no hay ms que una Ley, unaAspiracin, una Verdad, un Reino de la Felicidad; y que slo podrisentrar en este Reino si vivs de acuerdo con aquella Ley, equivalente alreconocimiento de la unidad de la vida, de la unidad esencial de todaslas cosas. Este concepto (al menos respecto a m) me infunde el intensosentimiento de que nada tiene real importancia; me da la sensacin deabsoluta certeza que seguramente infunde el sentimiento de absolutapaz interna, imposible de quebrantar, que nadie puede sustraer nipueden trastornar mis transitorios infortunios, mis transitoriossufrimientos, ni puede cesar aunque pierda el afecto ajeno o laestimacin de las muchedumbres; porque es mi propia flor, mi propiacreacin, mi tesoro que nadie en el mundo me puede arrebatar.

    Cuando tengis esta paz, tendris poder y obraris a vuestro albedro.Podris permanecer en la cumbre de la montaa, solos o rodeados del

    mundo entero, porque habris pasado por experiencias, sufrimientos,placeres y alegras; y cuando tengis esta paz, este poder, seris reales,y doquiera estis, estaris siempre viviendo en este Reino.

    Habis visto alguna vez en una central elctrica las gigantescasdinamos que generan electricidad, y las enormes ruedas detransmisin? Estn relativamente silenciosas; y sin embargo, sabisque sin cesar generan energa, inmensa fuerza. Debis ser una taldinamo de energa, dignificada y equilibrada; pero slo llegaris a

    serlo si comprendis la nica esencia de vida, la unidad, y escapis deMaya, de la irrealidad. As obtendris plenitud de propsito sin el cualninguno de nosotros puede ser feliz, ninguno de nosotros puedeevolucionar. Debis tener un propsito de vida e inters en la vida. Lamayora de nosotros vivimos en una casa de muchas barreras,indiferentes respecto de si saldremos a ver la fuente de luz, opermaneceremos satisfechos con un mero reflejo. Si tenis estepropsito os infundir determinacin, os dar voluntad y llegaris avuestra meta. Una vez os hayis hallado a vosotros mismos nadie

    podr deprimiros ni nadie desdearos ni interponer barreras; yllegados por vuestro propio esfuerzo a vuestro destino, a vuestro altar,

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    a vuestro templo, haya all o no otros adoradores, podris adorar conmayor entusiasmo y esplendor.

    Una vez hayis cultivado estas capacidades, hallaris que se afirman

    otras cualidades igualmente importantes para la comprensin de lavida. La paciencia que os dar un sentimiento de mental bienestar; larestriccin y el equilibrio, tan necesario para expresar externamentevuestra comprensin de la Verdad y la cooperadora independencia.Debis ser independientes; debis ser libres mental, emocional yfsicamente; y sin embargo, habis de aprender a cooperar. Porquetodos caminamos por el mismo sendero hacia el mismo fin yobedecemos a la misma Ley y a la misma Voz. Una vez hayisreconocido la universal Ley de la nica vida en todas las cosas,entonces viviris con verdadera amistad y afecto hacia todos los seres.

    Solamente entonces podris daros cuenta de la dicha o del infortuniode los dems.

    Quienes de nosotros buscamos este Reino no debemos esclavizarnos atradiciones antiguas o recientes sino que debemos vivir una nueva vidaporque hemos comprendido el propsito o finalidad de la vida. Quienesaqu vengan si vienen a vivir y trabajar, si vienen a aprender a sufrir,porque no han sufrido antes, si vienen en busca de placeres y dichas de

    la Divinidad, han de estar inspirados por esta nica Ley y deben entraren este nico Reino de la Felicidad. Todos debemos estar animados dela misma esperanza, de la misma vivacidad, aunque nos envuelvan lasnubes y quedemos un momento sin sol. Este lugar debe producir nuevaenerga creadora, nuevas ideas de vida, antiguas y olvidadas solucionesde nuestros modernos problemas, un ms puro aliento de vida cuyafragancia embriague al mundo.

    Todos debis entrar en el Reino de la Felicidad y beber en la misma

    fuente y adorar en el mismo altar porque Aquel a Quien adoramos esnuestro altar, porque l es la Fuente de todas las cosas. l est msall de los argumentos, de las disputas, de las ambiciones y luchaspersonales. l es nuestro ser. Mientras reconozcis esta Ley, mientrasluchis noblemente, comunicaris un nuevo conocimiento de la vida,infundiris un nuevo impulso de felicidad a los afligidos. Para estodebis venir aqu; para adquirir fuerza para edificar; para calmar lasheridas de vuestra vida; y en cuanto estn calmadas, en cuanto estisapaciguados, en cuanto tengis esta paz, podris compartirla con los

    dems.

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    Este no es un lugar a propsito para buscar nuevos marbetes nisatisfacer vanidades personales; este debe ser el lugar donde cada cualviva tan gravemente como pueda, tan vigorosamente como pueda, taneventualmente como pueda, de conformidad con esta eterna Ley. No

    debis hacer de este lugar un pramo de falsos ideales ni habis deconvertiros en seres domesticados; no debis crear pequeos dioses niadorar en pequeos santuarios; esto lo podris hacer en cualquier otraparte, pero no es lo que aqu necesitamos; esta es la siniestra clase deadoracin, la siniestra clase de actitud, la devocin de siniestra ndole.Una vez hayis bebido en esta fuente no necesitaris adorar en ningnlugar del mundo. Quin deseara adorar a la luz de una vela, cuandotiene a su disposicin el sol? Pues precisamente esto es lo que estishaciendo de continuo: Defender la pequea adoracin en pequeascasas, en pequeas celdas. Aqu procuramos erigir el altar mayor endonde toda la humanidad pueda adorar.

    De ms en ms me convenzo de que todo esto lo debis hallar porvosotros mismos. Ha de ser parte de vosotros.

    Yo puedo exhortar, puedo conversar, clamar, sentir por m mismo elestremecimiento de felicidad de este Reino, y acaso logre encender envosotros un poco de entusiasmo; pero a vosotros toca hacer el esfuerzo.Vosotros debis tener la verdadera y persistente ambicin, la ambicin

    de llegar a vuestra meta, de entrar en el Reino de la Felicidad dondeest la belleza que da positivo gozo, donde est la nica Verdad dignade indagacin, donde est la ley por slo la cual podis vivir.

    Debis ser libres para prosperar, libres para sentir, libres para luchar.Mi comida y mi bebida no sirven para manteneros sanos. Si as fuese,maana mismo quedara salvado el mundo.

    Yo podra proveerme de los mejores manjares del mundo; pero

    vosotros debis nutrir vuestra alma y darle las apropiadas condiciones,el adecuado ambiente, las convenientes eventualidades paracapacitarla, para progresar y vivir magnamente. Cada uno de vosotrosdebe hallar, si ya no la ha hallado, su propia Voz, su propio rayo desol; debis tener esta agitacin, esta ansiedad, esta aspiracin. Cuandohayis hallado la Voz, os aseguro que tanto os importar residir en uncastillo como andar desnudos con el cuenco del mendicante, porquehabris hallado lo nico por lo cual podris vivir eternamente. Sloentonces seris capaces de lograr que otros sientan y vivan

    dichosamente.

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    Captulo 10 - Sacrificio en el Altar

    Si me habis escuchado con verdadero inters, creo que debe haberalboreado en vosotros y os debis haber dado cuenta de que paraentrar en esta mansin de Felicidad debis estar libres de todo cuantoaprisiona y que os mantiene apegados a la tierra, a las tristezas, a losplaceres y a las diversas agitaciones; y que evitar todo ello y quedarlibres significa alcanzar la iluminacin, el Nirvana, obedecer la nicaLey, y entrar en el nico y absoluto Reino de la Felicidad. Tambinsignifica que habis de estar libres de karma; significa que en elpasado, sobre el que ya no tenis dominio alguno, habis cometidoerrores y lo que se llaman pecados y habis hecho juicios equivocados,que trajeron en consecuencia los entorpecimientos y aflicciones quesiempre entraa el karma. Pero sobre el presente y el futuro tenisdominio; podis regir el futuro por el presente y eliminar as la ilusinde tiempo y espacio. Los que tratis de comprender y os esforzis enllegar a esta mansin y en ser parte de este Reino donde mora la eternaFelicidad. Debis saber que ni en el presente ni en el porvenir debisacumular ms karma ni levantar nuevas barreras entre vosotros yvuestra meta. Esto significa que debis vigilar, que debis tenerplenitud de recordacin propia, que os habis de examinar solemne y

    gozosamente de modo que cualesquiera que sean vuestras emociones,pensamientos y obras no puedan en modo alguno impediros entrar eneste Reino. Las puertas de este Reino no estn cerradas, porque notiene en realidad puertas ni barreras; vosotros fabricis las barreras,las puertas y el portero. nicamente podis regular el karma porcuidadoso pensamiento, por introversin, por examen de lasmenudencias de la vida, de todos vuestros pensamientos, de las dichasy placeres de vuestra vida cotidiana.

    La introversin no significa la morbosa concentracin en s mismo conexclusin de los dems.

    Por el contrario, la introversin o examen propio ha de ayudaros acultivar y estimular el crecimiento de vuestros cuerpos mental,emocional y fsico de acuerdo con vuestro nico y supremo deseo.Como enredadera cuyo instinto es medrar en todas direcciones en vezde seguir un solo camino, as vosotros propendis ms y ms aextraviaros, a menos que un prudente jardinero gobierne vuestra

    mente y vuestro corazn como gobernara la enredadera.

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    La introversin, segn he dicho, no debe propender a la morbosidad nial abatimiento, sino que debe emplearse con un sentimientoabsolutamente impersonal, como el estudiante que va diariamente porsu camino a cumplir con su deber.

    Sin la introversin, sin esta solemne inquisitoria y reiterado examen noconstruiris vuestro carcter; y sin carcter, sin cualidades lgica ysistemticamente desenvueltas en toda su amplitud, seris como leomuerto, sin vida, sin las inherentes cualidades necesarias a quienesdesean obedecer, crear y vivir noblemente.

    Cada uno de vosotros debe ser capaz de ofrecer algo en el altar; cadauno de vosotros ha de traer flores en la canastilla cuando venga altemplo; flores plenamente abiertas que den su deliciosa fragancia,hermosa y dignificada. Cuando lleguis con estas flores al altar,entonces seris aceptables; pero si llegis con la canastilla vaca y slodeseis adorar sentimentalmente, sin divinas capacidades biendesarrolladas, seris intiles.

    Debis tener algo que dar. No podis decir simplemente: Me heentregado yo mismo. Cada uno de nosotros puede decirlo as porquetenemos muy poco que dar. Es como si un hombre que nada poseyeradijese: Yo entrego el mundo. Pero si un varn de experiencia, si el

    que ha comprendido y vencido al mundo entrega sus riquezas y susglorias, entonces es valiosa su renunciacin, porque tiene experiencia,porque ha sufrido y su renuncia es un ejemplo para todos. Cuandoquien no tiene rosas en su jardn dice: Doy todo cuanto poseo es depoco valor su ofrenda, porque su devocin y su inteligencia son cortas,y cuando algo ofrece no hay belleza en su actitud, mientras que seraceptable un hombre inteligente, devoto, enrgico y vigoroso querenuncie a todo y vaya en pos de su ideal.

    Aunque no tengis grandes aptitudes ni mucha inteligencia ni seismuy devotos y enrgicos, podris al menos ofrecer un carcterformado, una definida accin, una flor cultivada en vuestro jardn yque hayis mantenido viva entre las tribulaciones.

    Cuando al altar vengis con semejante don, por pequeo que sea, servalioso, porque significar que habis aprendido a dar cosasaceptables, valiosas y dignas. Y como antes dije, ha de llegar y llegarun da en que aquella Voz, aquel Tirano, os diga que renunciis a todo

    y que sigis; y debis estar preparados para entonces. Habis de tenervuestro jardn bien escardado y cultivado con las flores dispuestas

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    para ser cortadas. Entonces podris dar vuestra devocin, vuestrainteligencia con mayor conocimiento y certidumbre de que sernutilizadas porque las disciplinasteis, las cultivasteis, y sabis cules sonsus capacidades, y que sois los dueos de ellas. Y cuando hagis un

    sacrificio (si a esto se le puede llamar sacrificio, pues segus vuestrogusto, vuestra dicha, y en esto no hay sacrificio), cuando vengis conlas flores al templo, el Sumo Sacerdote de este templo, que es vuestraVoz interna, vuestro Gobernador y Legislador, las tomar y utilizar,las nutrir y har ms hermosas, y alentar en ellas y les infundirDivinidad.

    Mientras andis errantes y a tientas es indispensable que no cesis deformar este carcter, que maduris este fruto, a fin de cosecharlooportunamente y alimente y deleite a otros. Por esta razn es tannecesario vigilar, estar despiertos, y hacer el propio inventario. Nohemos de dormir aunque podamos soar. Hemos de mantenernosdespiertos, pero podemos tener nuestras tranquilas visiones. Cuantoms vigilantes y alerta estis, mejor podris luchar contra laspequeeces engendradoras de Karma, que os atan a esta rueda denacimientos y muertes, a este torbellino, a este perpetuo foco deafliccin. Si desechis todas estas cosas viviris en este Reino; y slopodris desecharlas si tenis la mente bien disciplinada y cultivada, lasemociones bien nutridas y refinadas y un cuerpo completamente

    sojuzgado. Este inventario, esta introversin, este examen de todas lascosas grandes o pequeas ha de hacerse diariamente