El Revolucionario Nº98, enero-febrero 2014

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EL REVOLUCIONARIO PERIÓDICO ORGANIZACIÓN DE TRABAJADORES REVOLUCIONARIOS Enero - Febrero de 2014 - Año 10 - Nº 98 Precio del ejemplar: $4 En el marco de una importante depreciación del salario por la sostenida inflación que afecta al conjunto de los bienes de consumo popular, el drástico aumento del transporte y el intento de poner techo a las negociaciones paritarias, el gobierno definió una significativa devaluación que beneficia a los empresarios y significa un duro ajuste contra el pueblo trabajador. (Pág. 2)

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EL REVOLUCIONARIOPERIÓDICO

ORGANIZACIÓN DE TRABAJADORES REVOLUCIONARIOS

Enero - Febrero de 2014 - Año 10 - Nº 98Precio del ejemplar: $4

En el marco de una importante depreciación del salario por la sostenida inflación que afecta al conjunto de los bienes de consumo popular, el drástico aumento del transporte y el intento de poner techo a las negociaciones paritarias, el gobierno definió una significativa devaluación que beneficia a los empresarios y significa un duro ajuste contra el pueblo trabajador. (Pág. 2)

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Organización de Trabajadores RevolucionariosPágina 2

E d i t o r i a l

En el marco de una importante depreciación del salario por la sostenida inflación que afecta

al conjunto de los bienes de con-sumo popular, el drástico aumen-to del transporte y el intento de poner techo a las negociaciones paritarias, el gobierno definió una importante devaluación que bene-ficia a los empresarios y significa un duro ajuste contra el pueblo trabajador.

Otra vez, la devaluaciónLa última vez que en nuestro

país se escuchó un anuncio como el que dieron Capitanich y Kici-llof el pasado 24 de enero fue en 2002, bajo el gobierno de Duhal-de. 12 años más tarde, el contexto no es el mismo, pero el impacto negativo sobre los trabajadores es muy similar.

En dicho anuncio, al definir que el dólar oficial ahora cotiza a $8, el gobierno transparentó que estaba avanzando en una contun-dente devaluación del peso. Sólo en los dos meses que lleva el nue-vo tándem Capitanich- Kicillof el dólar paso de $6 a $8, deprecian-do el valor de la moneda nacional en un 33.5%.

Como es habitual, el gobier-no ha salido a decir que esta me-dida no tendrá impacto en los pre-cios. Pero es algo que tiene muy poco que ver con la realidad. Por el contrario, la media, al tiempo que beneficia a grandes grupos de capitalistas, tiene un duro y nega-tivo impacto sobre el bolsillo de los trabajadores.

De forma directa, la devalua-ción del peso, implica, en primer lugar, un beneficio para las em-presas extranjeras que operan en nuestro país, que encuentran cada vez más barata la mano de obra y los insumos locales. Este es un hecho de gran importancia, puesto que la extranjerización de la eco-nomía ha crecido enormemente en los últimos años en la Argentina.

Supone, además una oportu-nidad espectacular para el capital financiero y especulativo que ha obtenido dólares a más bajo costo y esperaba el cambio devaluatorio para valorizarlos. Esto, además del beneficio que siguen obtenien-do los importadores que se apro-vechan de la brecha entre el dólar oficial y el blue garantizada por la extensión del cepo bancario, que obtienen los productos con el pri-mero, pero los venden con precios del mercado paralelo de dólares.

A su vez, el aumento del pre-cio del dólar, conlleva un benefi-cio extraordinario para los empre-sarios locales y extranjeros que se

dedican a la exportación, ya que sus ventas en dólares en el exte-rior pueden ser cambiadas ahora en nuestro país por una cantidad mucho mayor de pesos. Esto be-neficia, principalmente al sector agropecuario, que es el que mayor lugar tiene en las exportaciones. Así, por más que el kirchnerismo ha despotricado contra el campo, las medidas que toma lo benefi-cian muy directamente. A su vez toda otra serie de ramas empresa-rias que pueden colocar sus pro-ductos en el exterior se benefician también de la medida, y en ello van, desde los grandes grupos de la megaminería y la siderurgia (como Techint) hasta los expor-tadores de diversas manufacturas como el calzado, los juguetes y demás. A esto debemos agregar que, con la disminución o enca-recimiento de algunos productos importados, ciertos sectores del empresariado que opera en nues-tro país se ven beneficiados por una mayor competitividad.

Justamente, como la devalua-ción implica abaratamiento de la mano de obra y aumento de las ganancias para importantes secto-res empresarios, es que el grueso de la clase capitalista y sus refe-rentes políticos de todo tipo, vie-nen reclamando las medidas que ahora ha adoptado el gobierno kirchnerista.

En consecuencia, varios de los referentes del empresariado han salido a dar su respaldo a las decisiones gubernamentales, porque, como dijo el presidente de la Cámara de la Construcción, Gustavo Weiss, “El sinceramiento del valor del dólar y la liberación del cepo cambiario son buenas medidas que el mercado venía reclamando”. En la misma sinto-nía, de valoración de las medidas pro-mercado del kirchnerismo, se pronunciaron el presidente de la Unión Industrial Argentina Héctor Méndez, el presidente de la Cámara de Empresarios Mine-ros Martín Dedeu, el titular de la Confederación General Económi-ca Ider Peretti, el presidente de la Cámara de Importadores Diego Pérez Santisteban, el titular de la Cámara del Calzado Alberto Se-llaro, el presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Ju-guete Matías Furió, entre otros.

En este marco, la oposición patronal al kirchnerismo, que in-cluye a medios como La Nación y Clarín y a distintas expresiones que involucran principalmente a peronistas y radicales (en pri-mer lugar al Frente Renovador, la UCR, la Coalición Cívica y el

PRO), criticaron las medidas de gobierno, con alguna demagogia, pero sobre todo, por entender que la devaluación es “insuficiente”, que debería haberse hecho “a tiempo” y junto a otra batería de medidas… es decir, lejos de con-denar la devaluación, la conside-ran limitada y tardía, y quisieran más.

Como es evidente, el kirch-nerismo y la oposición patronal están enfrascados en una dispu-ta de poder en vistas a las presi-denciales de 2015 y nadie va a salir a levantar las medidas de su oponente… pero lo cierto es que todos se ubican del mismo lado, ratificando la devaluación. Ese posicionamiento en pos de la de-valuación y de la “previsibilidad de los mercados” es una muestra más de la comunión de intereses de todos estos partidos, a la hora de defender los beneficios de los empresarios a costa del deterio-ro de las condiciones de vida del pueblo trabajador.

Un golpe al pueblo trabajador

Como hemos dicho, la deva-luación está orientada a una ma-yor “competitividad” empresaria. Para los empresarios que exportan o pueden hacerlo, esto significa que podrán colocar sus productos en el exterior a mayor precio y ga-nancia (ya que por la misma can-tidad de dólares ahora obtienen más pesos). Por supuesto, desde la lógica empresaria, que es la que rige la dinámica del mercado, esto implica que su preferencia esta-rá en vender en el exterior, y que sólo se dispondrán a vender en nuestro país en la

m e -dida en que su ga-nancia aumente de igual modo que vendiendo afuera. Es decir, que la venta en el mercado local está condicionada al aumento de los precios, puesto que ningún

empresario va a vender acá lo que puede vender por más plata en el exterior. Para los trabajadores, el asunto es grave, entre otras cosas porque entre los rubros exporta-bles se encuentran el grueso de los bienes de primera necesidad como los alimentos, donde el au-mento de precios se prevee muy importante.

A esto debemos añadir que, obviamente, con el aumento del 33.5% del dólar en dos meses, todos los productos que provie-nen del exterior, pagos en dóla-res, pasan ahora a costar 1/3 en pesos. En este combo debemos incluir, no sólo el conjunto de bienes importados (en donde se incluye casi todo lo que tiene una mínima complejidad tecnológica, como gran parte de los electrodo-mésticos), sino también aquellos rubros de producción local que utilizan insumos importados de distinto tipo, lo que afecta desde la industria más elemental hasta la industria automotriz, etc. En todos estos casos, la devaluación se expresará como un aumento en los precios, afectando de forma directa al pueblo trabajador.

Por si fuera poco, con todos estos aumentos, incluso los pro-ductos y servicios que no son ni exportables ni importados, apro-vechan la suba general de precios para remarcar también. En este marco, las largas cadenas que van desde la producción inicial hasta la colocación para la venta al público, aparecen como otros agentes que promueven la remar-cación, sumando

así más elementos al encare-cimiento de la vida de los traba-jadores.

DEVALUACIÓN CONTRA EL PUEBLO

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E d i t o r i a lComo es evidente, en este

marco, poco importan las declara-ciones gubernamentales que seña-lan que esta medida “no impactará en los precios”. Ninguna medida concreta ha sido tomada para evi-tar esos aumentos, pues implicaría un enfrentamiento con los sectores empresarios a los que se está be-neficiando. Así, esas afirmaciones son tan verídicas como la que des-de hace añares señala la inexisten-cia de la inflación. Muy por el con-trario, en un marco de dificultades económicas el gobierno ha tomado una decisión muy clara: defender la ganancia empresaria, a costa de la pauperización de la clase traba-jadora y el pueblo pobre.

Una historia conocidaPoco después de asumir como

presidente, Kirchner, el ex “delfín” de Duhalde, se declaró enemigo de las políticas de su antecesor. Es que Duhalde, de la mano de su jefe de gabinete Jorge Capitanich, ha-bía promovido una fuerte devalua-ción, llevando a la ruina a amplios sectores populares, garantizando la reestructuración empresaria en un país quebrado, a costa de una drástica reducción de los ingresos del pueblo trabajador.

Durante un período de asen-so económico, todo el discurso kirchnerista se construyó en base a este supuesto antagonismo con las políticas del peronismo duro y conservador. Pero la situación económica está cambiando. La desaceleración del crecimiento es un problema que se extiende bas-tante más allá de las fronteras de nuestro país y el esquema econó-mico kirchnerista está mostrando que no puede sostenerse ante esos cambios. La significativa caída en las reservas del Banco Central (desde fines de 2010 hasta acá bajaron más de 20.000 millones de dólares, ubicándose ahora por debajo de los 30.000 millones de dólares) es una clara expresión de este problema estructural. Ahora la defensa de la rentabilidad em-presaria es más difícil de compa-tibilizar con una política de cierta redistribución.

Si el conqueteo con figuras como Scioli, y sobre todo la asun-ción de Capitanich había dejado en evidencia que, en materia po-lítica, se iniciaba un rumbo más derechista en el gobierno de Cris-tina Fernández (sin necesidad de esperar al recambio de 2015, que probablemente busque profundi-zar esa tendencia); ahora la deva-luación, viene a ratificar y forta-lecer esa perspectiva en el plano económico, dando cuenta de que el partido de gobierno es capaz de acomodarse, en virtud de sostener el funcionamiento del capitalis-mo argentino y su clase dominan-te. Así, quienes ayer arremetían

contra Duhalde, escuchan hoy el reclamo de toda la clase empresa-ria y toman su mismo camino: la devaluación contra el pueblo tra-bajador.

De poco vale que hace apenas ocho meses Cristina Fernández dijera “mientras yo sea Presiden-ta los que pretendan ganar plata a costa de devaluaciones que tenga

que pagar el pueblo van a tener que esperar otro gobierno”, pues es algo que ya ha sucedido.

En este marco, la existencia de medidas progresivas quedan desdibujadas, pues implican be-neficios que resultan mínimos comparados con el retroceso que plantea la devaluación y el ajuste en general. Es lo que sucede con el recientemente lanzado progra-ma “Progresar”, que se propone destinar $600 mensuales a jóvenes de 18 a 24 años sin trabajo o pre-carizados, pero que se presenta en el marco de un brutal retroceso del salario por la inflación, el ajuste y la devaluación.

Echando nafta al fuego del ajuste

La decisión gubernamental de avanzar en un proceso devaluato-rio, se da en un marco en el que las restricciones al pueblo trabajador ya vienen en aumento y pretenden ser reforzadas.

El factor más significativo, en este sentido, es el fuerte aumento de la inflación, que superó el 30% en el año 2013, con picos más ele-vados en los artículos de consumo popular, principalmente alimen-tos. Por supuesto, esto está muy lejos de lo registrado oficialmen-te por el INDEC intervenido (que apenas supera el 10%), pero hasta el mismo gobierno ya desestima estas cifras y ha debido anunciar que darán un reordenamiento al organismo.

El gobierno señala que esta inflación estaría aminorada por la conformación de una canasta de precios. Sin embargo el efecto de dicha canasta es muy limitado. En primer lugar, porque tras la nego-

ciación para que los precios no sean cambiados inmediatamente, el efecto fue que en muchos ca-sos los precios de la canasta ya vinieron aumentados. En segundo lugar, porque la cantidad y el tipo de productos es muy limitado (son 100). En tercer lugar, porque es también muy restringida la exis-tencia real en las góndolas de los

productos anunciados (porque mu-chos supermercados no adhieren y porque muchos que formalmente adhieren, luego no tienen los pro-ductos). Y por último, porque es muy difícil que esos precios vayan a sostenerse realmente. Al decir de uno de los más importantes su-permercadistas, Alfredo Coto, “la suba del dólar evidentemente hará oscilar el acuerdo de precios”. Es decir, poco de esto puede durar.

Dentro del conjunto de los au-mentos, cabe destacar, la drástica suba de los transportes, que llegan a más que duplicar sus precios anteriores, como en los colecti-vos (que en la CABA subieron el boleto mínimo a $2.50 con tarjeta Sube) y en el subte (que subió a $3.50 y se está por llevar a $4.50). También, en el marco de una pé-sima prestación de servicios esen-ciales, que ha dejado a amplios sectores sin luz por días y sema-nas, el gobierno ha hecho saber que se preparan nuevos aumentos de servicios públicos, a partir del retiro de subsidios.

El combo ya es explosivo, pero integra, además, otra aspira-ción empresarial y gubernamental: contener las luchas salariales y li-mitar los aumentos con topes que vayan por detrás de la inflación. Es algo que han expresado todos los altos mandos del gobierno y que negocian entre bambalinas con las cúpulas sindicales adictas como las de CTA y CGT oficiales. Toda la expectativa está puesta en evi-tar que los primeros acuerdos sa-lariales del año se mantengan por debajo del 25%, para que marquen una pauta a seguir. De este modo, el empresariado, respaldado por el gobierno kirchnerista, busca se-

guir sacando diferencia a partir del deterioro del salario.

Es un problema grave en un país donde la canasta básica alcan-za los $8.500 mientras el salario mínimo apenas raspa los $3.600 y una enorme porción de la clase trabajadora no percibe siquiera esa cifra miserable. Así, con la devaluación del peso, el aumento de los alimentos y otros bienes y servicios fundamentales como el transporte, con la amenaza de aumento de servicios públicos y el intento de limitar las actualiza-ciones salariales, se delimita cla-ramente la perspectiva de ajuste contra los trabajadores que plantea el gobierno, en consonancia con el empresariado.

Unir fuerzas para la lucha y para articular una salida de fondo Frente al ajuste en curso, definido principalmente por la de-valuación y la inflación, y frente a la notable inviabilidad de un mo-delo que ha prometido falsamente un bienestar para el pueblo, pero que opta por defender la ganancia empresaria a costa del deterioro de la clase trabajadora, es necesario lograr articular una propuesta de cambio real, de fondo, que ponga en el centro las necesidades de la clase trabajadora y el pueblo po-bre y no tenga contemplaciones con los grupos económicos. Una opción de cambio verdadero, que no caiga en la fantasía imposible de conseguir el bienestar para los trabajadores sin tocar un pelo de los grandes empresarios, sino que se plantee la lucha contra los que se han adueñado de la riqueza so-cial, para que sea del pueblo tra-bajador.

Para avanzar por ese camino, desde hoy necesitamos desarrollar el trabajo desde las bases y en la unión de las fuerzas de los trabaja-dores y del conjunto de los secto-res populares, para organizarnos y luchar por nuestros derechos, con independencia del empresariado, del gobierno, de la oposición pa-tronal y de la burocracia sindical que es cómplice.

Por eso es fundamental avan-zar en instancias de articulación que nos permitan llevar adelante luchas unitarias, dándole el mayor grado de organicidad que sea posi-ble a esos espacios, desarrollando programas de lucha acordes a las condiciones actuales de las fuer-zas populares, con la perspectiva de acumular experiencia y orga-nización y de abonar un camino para una verdadera y profunda transformación revolucionaria, para alcanzar un proyecto propio, que no sea de las patronales y sus partidos, sino de los trabajadores y el pueblo.

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AÑO NUEVO, DEUDA VIEJA

desde las elecciones legislati-vas en octubre de 2013, y tras la derrota del kirchnerismo,

comenzamos a dar cuenta de un claro viraje liberal en la economía. El arreglo con el CIADI que sig-nificó la cancelación de la deuda con 5 fondos buitres; el escandalo-so arreglo con Repsol; la sosteni-da devaluación; los acuerdos con Chevron y Pemex; etc., fueron se-guidos este año con dos medidas significativas como lo son las ne-gociaciones para cancelar la deuda de alrededor de u$s10.000 millo-nes con el Club de París, y el canje del Bonar 2014.

En el primer caso, hablamos de una deuda que tuvo su inicio en 1956, año en que se crea el Club de París para negociar una deuda, justamente, con el Estado argenti-no de u$s700 millones. Desde ese entonces ya se han transitado nue-ve canjes de deuda (obviamente, con la consiguiente capitalización de intereses(1) en cada canje). En 1992 esta deuda sumaba unos u$s9.000 millones, que fueron pa-gados posteriormente, en parte con nuevos créditos, que devengaron nuevos intereses. Así se llegó al blindaje de 2001 que culminó con

una deuda de u$s6.600 millones, que 13 años después, se acerca a los u$s10.000 millones.

En el caso del Bonar 2014, hablamos de una deuda de más de $17.000 millones. Este bono, fue creado para canjear, a su vez, otros bonos vencidos en 2009 y 2012, con lo que ya es la segunda vez que esa deuda se incrementa por la capitalización de intereses. El nuevo bono creado es el Bonar 2019, que a su vez pagará casi un 25% de interés anual.

La capitalización de intereses por medio de los sucesivos canjes de deuda es uno de los negocios preferenciales y ya histórico me-diante el cual los países imperia-listas garantizan el flujo de rique-zas desde los países dependientes como Argentina hacia las grandes potencias acreedoras. Y es a su vez, uno de los mecanismos más efectivos mediante el cual garanti-zan su dominación y sometimiento sobre los pueblos pobres del mun-do. Como muchos estudios ya lo han demostrado, la deuda externa ya ha sido pagada varias veces, y esta es una realidad a la que no es-capa casi ninguna nación periféri-ca. Es por eso que el imperialismo

no está interesado en el desendeu-damiento de estos países, y esto es tan así que en determinadas situa-ciones suelen acceder a “quitas” porcentuales de una deuda, con tal que la misma siga existiendo.

En el medio, y como para convencernos de lo progresivo de su plan económico, salió Cristina Fernández a anunciar un nuevo plan social destinado a un sector de los más castigados de la sociedad (ver editorial) que va a representar unos $7.000 millones anuales(2). Y aunque es una medida que va a beneficiar directamente a un sec-tor muy vulnerable, es una suma poco comparable con los u$s8.000 millones que le van a pagar a Rep-sol, o los u$s10.000 millones que le van a pagar al Club de (buitres) París, o los más de u$s6.000 mi-llones que este año se pagarán en concepto de vencimientos de la ilegítima deuda externa. Quedan claro cuáles son las prioridades del gobierno en este sentido.

Como decíamos en números anteriores de El Revolucionario, el objetivo de estas negociaciones surge de la necesidad de cumplir con los requerimientos del FMI y la Casa Blanca para poder volver

al mercado financiero internacio-nal, y así poder conseguir finan-ciamiento externo para, princi-palmente, seguir renegociando la deuda externa. Historia ya cono-cida por nuestro pueblo, y que no va a implicar otra cosa que mayor dependencia de los mercados fi-nancieros y el imperialismo.

Notas:1) La deuda tiene un componente de capi-tal, que es supuestamente el dinero presta-do, y un componente de intereses (a veces llamado “servicios” de deuda). Si el prés-tamo es de 10, y el interés de un 25%, la deuda total es de 12,5. Cuando se hace un canje, se pide prestado 12,5 para cancelar la deuda anterior, y así se “capitaliza” el interés anterior. Ahora se debe 12,5 de ca-pital, más el nuevo interés.2) Por poner otro ejemplo, la asignación universal por hijo (AUH) representa ape-nas unos $10.000 millones anualesde todos los gobiernos desde 1987 hasta hoy; denunciado a mansalva por malver-sación de dineros públicos; asociado con empresarios narcolavadores y terratenien-tes asesinos; amigo y subordinado de los yanquis; millonario y represor.

A paso firme, el gobierno comenzó este 2014 con la agenda económica con que finalizó 2013. Nada nuevo bajo el virulento sol de enero.

casi dos meses han pasado ya desde que la crisis energética comenzó (junto con la ola de

calor) a golpear en las viviendas de la clase trabajadora. Y desde el inicio de los cortes de luz, el go-bierno, a través de su figura estelar Jorge Capitanich, se ha desgarrado por desviar sus responsabilidades hacia las gestiones privadas de las empresas concesionarias (Edesur y Edenor). Y ha llegado a procla-mar su ya clásica amenaza de esta-tización (como suelen llamar a la compra de una empresa vacía). La realidad nos habla de que cerca de 800.000 trabajadores, en su mayo-ría de los barrios más populares y hacinados, hemos sido nuevamen-te quienes hemos pagado el precio de la corrupción endémica del sis-tema de privatización subsidiada del gobierno y sus empresarios amigos.

En este marco, mientras las empresas se han lavado las manos a pesar de ser responsables de una

grosera desinversión, el argumen-to más fuerte del gobierno ha sido resaltar la cantidad de millones en subsidios que le han dado a estas empresas para mantener el abas-tecimiento energético. En síntesis, solo en 2013 se han repartido entre estas empresas más de $130.000 millones, aunque un dato que evi-tan mencionar, es que cerca de la mitad de ese dinero ha sido utiliza-do para subsidiar el consumo del sector industrial y de los sectores más acomodados de la sociedad (countries, barrios privados, etc.).

Nada de lo que podamos de-cir respecto del problema ener-gético será muy distinto de otros ejemplos que ya nos ha brindado el “modelo”, como ser el caso Ae-rolíneas o el caso YPF. Desde las privatizaciones menemistas, don-de se han entregado los servicios más estratégicos para el pueblo al parasitaje empresario (nacional y extranjero) que solo se dedicó a vaciar las empresas, despedir mi-

les de trabajadores en los prime-ros años, y cobrar los suculentos subsidios estatales, se llega a una situación límite en la que suele surgir la proclama “cuasi-revo-lucionaria” de la expropiación. Y todo el círculo suele cerrarse, en el mejor de los casos, con el Estado comprando una empresa vacía y saqueada por las concesionarias, a un precio muchas veces superior incluso al valor de mercado(1).

En medio de esto, como siem-pre, estamos los trabajadores y demás sectores populares, pade-ciendo las consecuencias hoy de los cortes de luz, como antes de las inundaciones, o las masacres ferroviarias. Padeciendo también la defenestración de los medios cuando salimos a protestar y nos empezamos a organizar para lu-char por nuestros derechos.

Como lo hemos planteado ante los casos de Aerolíneas Ar-gentinas, YPF, Ferrocarriles, y demás sectores, se impone como

única salida real a la crisis ener-gética la nacionalización, sin in-demnización, con administración y control de los trabajadores y usuarios de todo el sistema ener-gético. Somos los trabajadores y usuarios los únicos interesados en garantizar que servicios de la im-portancia de los mencionados de-jen de funcionar bajo las reglas de la rentabilidad empresaria, o bajo las reglas del clientelismo (como sucede con las estatizaciones al estilo Aerolíneas Argentinas, don-de la empresa pasa a estar mane-jada por una burocracia que solo persigue privilegios individuales y necesidades políticas de los par-tidos de gobierno) para comenzar a responder exclusivamente a los intereses del pueblo.

Notas:1) Ver el caso de Repsol-YPF - “De la so-beranía energética a la vuelta al endeuda-miento” en el número anterior.

CRISIS ENERGÉTICA Y CORTES DE LUZ

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“Esto no termina acá, vamos a luchar y gritar nuestra inocencia hasta el fin del mundo. Ya estu-vimos presos. ¿Qué más quieren estos jueces corruptos de Santa Cruz? ¿Qué dice ahora la presidenta Cristina que se llena la boca hablando de Derechos Humanos? ¿Derechos Humanos para quién? ¿Para sus amigos?” Ramón Cortéz, 12/12/13

En el mes de diciembre, la justicia conde-nó a los trabajadores petroleros de Las Heras, tras un juicio completamente fraudulento, que se desarrolló en un marco de militarización del pueblo y que incluyó torturas hacia los deteni-dos para forzar sus declaraciones. Cuatro traba-jadores fueron condenados a cadena perpetua: Cortéz, Padilla, Rosales y González. Otros 11 imputados fueron condenados a cinco años de prisión.

Con esta injusta condena, las patronales, los jueces y el gobierno buscan generar un fallo aleccionador contra la lucha obrera. Buscan que nunca más los trabajadores nos levantemos para luchar por nuestras reivindicaciones; que nunca más nos organicemos para enfrentar la brutali-dad de la represión policial.

A comienzos de febrero se apelará esta cri-minal condena en el Tribunal Superior de Río Gallegos. En este marco, en el último mes se han venido realizando distintas actividades zonales, como festivales, charlas y volanteadas, para di-fundir la situación de los petroleros. Para el 5 de febrero, el Comité por la Absolución convoca a una movilización y acto en Plaza de Mayo.

La solidaridad con los petroleros de Las Heras es fundamental. ¡Ningún trabajador preso por luchar!

¡¡ABSOLUCIÓN DE LOS PETROLEROS DE LAS HERAS!!

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En el gremio de prensa se vienen dando dife-rentes procesos de organización por la base y lucha contra los ataques de unas patronales

que, mientras se llenan la boca y los bolsillos hablando de libertad de expresión, en sus me-dios de comunicación llevan adelante las peo-res prácticas antisindicales.

Al mismo tiempo, los trabajadores organi-zados desde las bases vienen llevando a cabo una dura pelea contra la burocracia de la UTP-BA, una conducción aislada de los trabajadores sin ninguna inserción en las redacciones, una conducción que ante cada conflicto no mueve un dedo. Actualmente la conducción del sin-dicato persiste de facto en su lugar ya que las elecciones que debían realizarse el año pasado fueron levantadas en sucesivas oportunidades tanto por la justicia como por el Ministerio de Trabajo por fraude, única forma de que la bu-rocracia pueda imponerse. Es por eso que el conjunto de los trabajadores del gremio debe agruparse en torno al Plenario de Delegados Autoconvocados que, frente a la ausencia total del sindicato, toma su rol.

En ese contexto general, Perfil, la patronal encabezada por Jorge Fontevecchia despidió a veinte trabajadores en los últimos meses: siete trabajadores a fines del año pasado, y luego a trece por movilizarse contra esos primeros des-pidos en una clara política de discriminación sindical.

A continuación, dialogamos con los mili-tantes del CTP (Colectivo de Trabajadores de Prensa) Marcelo Rodríguez y Ayelén Pujol, tra-bajadores de Perfil reincorporados provisoria-mente a partir de que el Ministerio de Trabajo, luego de numerosas movilizaciones y medidas de fuerza de los trabajadores de la editorial, dic-te la conciliación obligatoria.

- El Revolucionario: ¿Cuál es su situación actual en Perfil?

- Marcelo Rodríguez: Hoy, fines de enero, estamos reincorporados provisoriamente por-que el Ministerio de Trabajo dictó la concilia-ción obligatoria. Esto implica que hay un perio-do de negociación entre la comisión interna y la empresa durante 15 días hábiles. Así que esta-mos trabajando y peleando desde adentro por la reincorporación de todos los despedidos.

-ER: ¿Cuál es la diferencia de los últimos trece despidos en relación a los siete anterio-res?

-MR: En este caso hay claramente un dis-ciplinamiento. En los anteriores despidos el motivo de la empresa era el ajuste o el achi-que. Esta vez despidieron al núcleo más activo de la asamblea de trabajadores después de una medida gremial. En asamblea se decidió apo-yar el reclamo de los compañeros gráficos, que estaban de paro en la planta de impresión del diario y las revistas de la Editorial Perfil, en Ba-rracas. Hacia ahí fuimos un grupo de 25 com-pañeros. Después de eso, la empresa les mandó el telegrama a 13 de esos 25, seleccionando los nombres y sembrando el terror en el resto de los trabajadores. Es una clara persecución gremial.

ER: ¿Cómo se trabaja hoy en la Editorial Perfil con ese nivel de represión que ejerce la patronal?

-Ayelén Pujol: No bien se dictó la conci-liación, la empresa la violó al no darles tareas a algunos compañeros. Ahora todos estamos con trabajo. Este es un conflicto que deriva de otro conflicto: los primeros siete despedidos fueron echados el día de la elección de renovación de comisión interna. Uno de esos compañeros y otros cinco del grupo de 13 despedidos después, eran integrantes de la junta electoral, lo que de-

muestra la violencia de la medida tomada por la empresa. En este sentido los trabajadores trata-mos de mantenernos unidos para pelear. Nues-tro mensaje es “Queremos trabajar sin miedo”.

-ER: ¿Cómo respondió la conducción del sindicato UTPBA?

-MR: La autista conducción del sindicato se mostró ausente y ni siquiera actuó por de-coro. No hay en la página web de la UTPBA mención alguna a un conflicto que puede ser bisagra en el gremio de prensa. PERFIL actuó de manera arbitraria para romper con el acti-vismo y cualquier tipo de organización gremial en la empresa. En el marco de esa persecución sindical, la conducción del gremio no emitió sonido ni movió un dedo. En cambio, el Plena-rio de Delegados Autoconvocados fue el único blindaje externo con el que contó la asamblea de Perfil. Con generación de actividades y pre-sencia en lo actos, sostuvo a lo compañeros despedidos y logró motorizar la visibilidad del conflicto.

-ER: ¿Cómo sigue el conflicto?-AP: Dentro de la conciliación obligato-

ria, las partes están conminadas a negociar con los despedidos reincorporados y sin que haya medida de fuerzas de parte de los trabajadores. Pero eso no impide que hagamos asambleas y mantengamos vivo el conflicto desde diferen-tes perspectivas. Impulsamos una campaña de adhesiones y fotos de personajes del ámbito político y gremial, que avalan nuestra lucha. Nuestra intención es manifestarnos más allá de la situación de los 13 despedidos. Queremos ha-cer pública la persecución sindical en PERFIL y cómo actúa Jorge Fontevecchia en contra de los trabajadores que intentan organizarse para pelear por sus derechos.

Entrevistamos a Marcelo Rodríguez y Ayelén Pujol, trabajadores reincorporados de Perfil y mili-tantes del Colectivo de Trabajadores de Prensa.

EL GREMIO DE PRENSA Y LA LUCHA CONTRA LOS DESPIDOS EN PERFIL

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Provincia de Buenos Aires

LAS LUCHAS DE LOS TRABAJADORES ANTE LA SITUACIÓN CRÍTICA DEL SISTEMA DE SALUD

Hoy en día, producto de las políticas de quienes gobier-nan, que han redundado en

un vaciamiento presupuestario, el sistema de Salud Público está completamente devastado. Así, se generan los negociados con la Salud a través de las Obras Socia-les y Prepagas. Si la Salud es un derecho, no debería existir moti-vo alguno para que un trabajador deba pagar con su salario por este. Esto, que parece tan sencillo, se transforma en un problema real y cotidiano ya que teniendo en cuen-ta que las condiciones del Sistema Público no están garantizadas por la falta de insumos, de recursos materiales, de infraestructura se-gura, de higiene, de personal, tornándose riesgosa para quien es asistido, los trabajadores optan por el otro camino. Anecdótico pero no menos importante: ni si-quiera quienes nos gobiernan, que se llenan la boca en sus discursos hablando de la Salud Pública, se atienden en los hospitales.

Pero también existe otro gran sector del pueblo, desocupados y precarizados (hoy el 34,5% de la población ocupada), que ni si-quiera tiene la posibilidad de op-tar ya que no poseen Obra Social ni posibilidades de acceder a una costosa Prepaga.

Mientras los gobiernos po-tencian la existencia y necesidad de una Salud Privada y además destinan un presupuesto que no permite sostener un Sistema de atención digno, el negociado que se realiza con lo que debería ser un derecho termina por perjudi-car, por un lado, a los que deben pagar por él de su salario, y por otro lado, a quienes deben obli-gatoriamente acudir a la atención pública y nada garantiza que pue-dan recibir una atención segura y digna.

El ajuste presupuestarioA lo largo del mes de diciem-

bre pasado se aprobó en la Legis-latura bonaerense el presupuesto para 2014. Teniendo en cuenta los niveles de inflación y la devalua-

ción, se ha reducido respecto al año anterior, dejando por fuera el gasto que implicaría una suba salarial a los trabajadores estata-les de la Provincia. Como es sabi-do, como contracara, se aumentó notablemente el presupuesto para Seguridad y se firmó por decreto el aumento salarial de las fuerzas represivas que duplicó el monto que percibía un oficial ingresante. Esto, sin dudas, es gráfico de la orientación política.

Mientras que, por el lado de los trabajadores de la Salud (mé-dicos, enfermeros, personal admi-nistrativo, de maestranza, etc.), los salarios bajísimos, las anoma-lías en el pago, las tercerizaciones con contratos irregulares, la falta de personal y las condiciones pre-carias en las que se encuentran la mayoría de los centros de salud en sus distintos niveles, repercuten directamente en las pésimas con-diciones de trabajo.

Y esta es una realidad que se repite en los distintos puntos del país. Sin ir muy lejos, en la ciudad de Buenos Aires, el gobierno por-teño viene avanzando sistemática-mente con su plan de vaciamiento del sistema público, con un fuerte ajuste y masivos despidos de tra-bajadores de distintos hospitales.

Las luchas en la Provincia de Buenos Aires y la situación de los residentes

Ante todo este panorama los trabajadores y usuarios venimos mostrando la necesidad de luchar por una Salud Pública. El paro de casi 20 días en agosto de la guar-dia del ex-Castex en San Martín, la lucha que está llevando a cabo el Hospital San Martín de La Pla-ta, entre otros, son ejemplos del agotamiento del estado de cosas. Pero también de que cuando la lu-cha se organiza se logran conquis-tar las reivindicaciones. Y para esto es fundamental la unidad de todos los trabajadores de la Salud (aunados en CICOP, ATE y no agremiados) para poder avanzar hacia victorias concretas.

También fueron importantes

las medidas impulsadas desde la CPR (Comisión Provincial de Re-sidentes, que contiene a los resi-dentes de todas las especialidades existentes en Salud en la Provincia de Buenos Aires), como el paro y la movilización del 18 de diciem-bre y las posteriores reuniones con los funcionarios del Ministerio de Salud bonaerense encabezado por Collia, en donde se exigió la ur-gente apertura de la paritaria de Salud y un sueldo de $10.000 para el profesional ingresante de planta y para el residente desde el 1 de enero de 2014. Desde la CPR se insiste en la prioridad de construir con el resto de los gremios de Sa-lud, principalmente con CICOP, con quienes se ha avanzado con-cretamente en que el reclamo de este gremio contenga al sector de residentes. Para esto, la agremia-ción de los trabajadores del sec-tor es fundamental. Aún quedan debates importantes por avanzar, como que los residentes, con una situación de contratación com-pletamente precarizada, puedan contar con un delegado paritario en la mesa de negociación, que represente a la gran cantidad de trabajadores, con su situación par-ticular como sector. Los residen-tes cuentan con una “beca” solo por cuatro años, quedando luego sin trabajo (incluso a pesar de la falta de personal imperante), no tienen aportes jubilatorios ni anti-güedad, no son reconocidos como trabajadores sino como “becarios en formación”, escondiendo así una situación de total precariedad laboral.

La lucha por la Salud Pública es una sola

Las particularidades de cada sector que conforma el Sistema de Salud nos habla de distintos niveles de precarización, de con-tratación, etc. que requieren de reivindicaciones específicas. Pero lo que no debemos olvidar es que tenemos un denominador común: la defensa del derecho a la Salud, el aumento salarial, el presupues-to para los recursos materiales y humanos, insumos, condiciones edilicias dignas, nombramientos.

Mientras los funcionarios de Scioli aguardan el tope en la pari-taria nacional docente para luego poner topes al resto de los sectores (negándose a la apertura de pari-tarias del resto), es fundamental unificar las luchas con los traba-jadores de otros sectores como el docente y el resto de los estatales, para seguir manifestando que el vaciamiento presupuestario se da en todos los niveles.

Ahora más que nunca es im-portante sostener las instancias de participación y organización, las asambleas en los centros de salud, hospitalarias e interhospitalarias, las asambleas de residentes, e im-pulsarlas en donde aún no haya, para poder avanzar de conjunto entendiendo que la pelea es la misma. Para debatir planes de lu-cha, con el horizonte de volver a salir a la calle, retomando el ca-mino que ha permitido ganar en otras oportunidades.

La Salud, al ser considerada un derecho vital de toda la población, debería ser garantizada en todos sus planos por el Estado (programas, hospitales, centros de Salud, etc.). Pero esta concep-ción de Salud convive con otra que en su esencia la contradice: es la Salud concebida como una mercancía más.

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Luego de las asonadas policiales en varias provincias del país du-rante el mes de diciembre, los

conflictos entre el Estado y su fuer-za represiva continúan. Como forma de resolver la situación, el gobierno prometió abultados aumentos para las policías provinciales y, además, echó mano al uso de otras fuerzas, especialmente de gendarmería, para controlar la “desobediencia” policial. Esto mismo sucedió en Córdoba, los primeros días del mes de enero, cuando, frente a nuevos amotinamientos, el gobierno envió 1000 gendarmes para poner freno a la situación. Vale decir que, no-tablemente, los conflictos con las diferentes policías se han resuelto en tiempo records otorgando las subas salariales y no tocando sus negocios que llenan las cajas de las diferentes comisarias como son los robos, la droga y la prostitución por ejemplo.

Como complemento de esta resolución al conflicto por la “segu-ridad” que plantearon las asonadas reapareció la tendencia a utilizar distintas fuerzas de seguridad, que ya tiene precedentes dentro de las políticas oficiales y viene acercán-dose a su batacazo final.

Hemos oído en el último tiem-

po a Cristina Kirchner referirse a una reconciliación entre el pueblo y las FFAA, un acercamiento que implicaría, por supuesto, un inten-to por “dar vuelta la página” de los años de dictadura que se llevaron la vida de 30.000 compañeros.

Los primeros intentos concre-tos de llevar adelante esta políti-ca fueron, en el mes de agosto de 2013, el envío de 4.500 efectivos de las FFAA como refuerzo del plan Escudo Norte (vigente desde 2011), que implica el uso del ejército para controlar las fronteras. A esto le si-guió la designación de Milani como jefe del Ejército, acusado de tortura y desaparición de personas durante la última dictadura.

En lo que va del año ya se ven pasos cada vez más firmes. Hoy por hoy, la cúpula del ejército es la más amplia desde el retorno de los gobiernos constituciona-les, con 55 ge-nerales. Cristina Kirchner aprobó todos y cada uno de los ascensos propuestos por Milani, sin nin-gún pase a retiro.

De los nuevos generales, un cuarto de ellos proviene del área de inteli-gencia, con un jefe denunciado por su participación en la dictadura, y con un presupuesto de 333 millones de pesos.

Milani, quien tiene todo el apo-yo oficial, ha hecho explícito el pe-dido de colaboración a los yanquis. En particular, lo que el nuevo jefe solicita es asistencia tecnológica del Comando Sur estadounidense, para fortalecer los patrullajes te-rrestres. Como primera medida, le serán dados 35 vehículos blindados Hummer.

Pero sin dudas, quién se dispo-ne a llevar a fondo una política de militarización abierta es el gober-nador Daniel Scioli quien en decla-raciones públicas llamó a revisar el rol que se le dará

a las FFAA y apoya dar intervención a dicha fuerza dentro del territorio argentino. Esto implica reformar la ley de Seguridad Interior, que res-tringe la participación del ejército dentro del territorio. Con la excusa de la “lucha contra el narcotráfico”, se pretende poner nuevamente al ejército en las calles.

Frente al reclamo policial el gobierno da respuestas favorables, y por las dudas, nada mejor que te-ner un ejército con más poder, más presupuesto, y mejor equipado, para profundizar, junto a las medi-das que hambrean cada vez más al pueblo trabajador, el control social y la represión.

En distintos sectores y lugares de trabajo desde el comienzo del año se vienen dando luchas obreras, como lo ejemplifican los casos de Fate y Kromberg en zona norte.

el viernes 3 de enero los obre-ros de FATE realizaron un paro total de 24hs “ante la fal-

ta de respuesta, malas condicio-nes de trabajo, y provocaciones por parte de la empresa”, como lo denunció la Asamblea de tra-bajadores y la seccional San Fer-nando del SUTNA. Esta lucha se enmarca en una pelea que desde hace tiempo vienen llevando ade-lante los obreros de FATE contra las pésimas condiciones laborales que lleva a que muchos trabaja-dores padezcan graves enferme-dades, como tuberculosis, hernia de disco, tendinitis, entre otras. En épocas como éstas esas condi-ciones se agudizan, sufriendo las altas temperaturas potenciadas al interior de la fábrica.

Entre las reivindicaciones concretas, se pidió por un bono de fin de año, el pago de 200 ho-ras por el fraccionamiento de va-caciones, y el 26,5% por premio

celular. El paro fue seguido de una

movilización al Ministerio de Trabajo el 15 de enero en donde unos cien obreros acompañados por organizaciones sindicales, po-líticas y sociales, se movilizaron denunciado las condiciones de trabajo en FATE. Luego de algu-nas instancias de negociación el conflicto permanece abierto, y los trabajadores volverán a reunirse en Asamblea para resolver los pa-sos a seguir.

En paralelo a este conflicto, luego de un fallo favorable de la justicia, fue reincorporado Sebas-tián Del Marco, obrero de FATE que había sido echado por la pa-tronal con diversos pretextos que pretendían esconder el verdadero motivo, que es la persecución a los trabajadores que se organizan sindicalmente para pelear por sus derechos.

En el caso de Kromberg &

Shubert del parque industrial de Pilar, los obreros se vienen mo-vilizando contra los despidos y las amenazas constantes de esta multinacional alemana. El 2014 arrancó con más de 50 despidos en la autopartista. Frente a tal atropello, los obreros salieron a pelear enfrentando no solo el ata-que patronal sino también la com-plicidad con la empresa de la con-ducción del Sindicato del Plástico (UOyEP). Los obreros luchadores de Kromberg enfrentaron a la lista del sindicato y la patronal en las elecciones de Comisión Interna en 2013. Opusieron la lista lila que perdió por un escaso margen, teniendo que enfrentar las manio-bras de la patronal que jugó acti-vamente para la burocracia incor-porando más de 150 trabajadores a condición de que voten a la lista de la burocracia. Como represalia al intento de los trabajadores de organizarse y enfrentar a la buro-

cracia, la patronal comenzó el año con estos 54 despidos.

Los obreros de Kromberg siguen en lucha, en lo que va del año realizaron movilizaciones al centro de Pilar (entregando un petitorio al Intendente y concen-trándose frente al Ministerio de Trabajo de Pilar), en Capital Fe-deral cortando Callao y Corrien-tes con la intención de visibilizar el conflicto, y están organizando diferentes tipos de actividades en torno de la campaña por la rein-corporación de los despedidos.

Los trabajadores debemos ser concientes que este será un año de ajuste, ajuste que las patrona-les intentarán descargar sobre las espaldas de los trabajadores. Para enfrentar esa política es imperioso organizarse por abajo para estar fuertes a la hora de enfrentar los ataques patronales.

Luchas en FATE y Kromberg

AUMENTO PARA LA POLICÍA Y TRABAJO PARA LAS FFAA

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las asonadas policiales de di-ciembre pasado reactualizaron un debate que emerge en cada

oportunidad en que algún tipo de uniformado protagoniza hechos semejantes. Tal como sucediera frente al acuartelamiento de gen-darmes y prefectos de mediados de 2012, y en cada situación si-milar anterior, las posiciones de las distintas organizaciones de izquierda variaron desde el apoyo activo al repudio frontal, pasando por todo tipo de planteo interme-dio, oscilante y hasta francamente confuso.

Hubo, sin embargo, una sig-nificativa diferencia respecto de otros motines de las fuerzas de se-guridad, a partir de que algunos de los autodenominados “sindicatos” que nuclean policías y servicios penitenciarios se han incorporado formalmente a estructuras sindica-les como la CGT de los Moyano (Sin.Po.Pe., Sindicato de Policías y Penitenciarios) o la CTA de Mi-cheli (Si.Po.Ba., Sindicato Policial Buenos Aires).

Así, esta vez hubo cuestio-nes concretas que requerían que las organizaciones de la izquierda y los organismos de trabajadores se pronunciaran, como, por caso, la marcha del 19 de diciembre, convocada por la CTA Micheli, la Coordinadora Sindical Clasista del PO y la Multisectorial (MST-CCC-FNC-FUA-FUBA-Pueblos Originarios en Lucha), y de la que, como integrantes de la CTA, par-ticiparían los policías bonaerenses agrupados en Si.Po.Ba.

Nuestra organización tiene largamente fijada su posición res-pecto del eje central de esta discu-sión, que no es otra que la carac-terización de las policías y demás fuerzas de seguridad, y, conse-cuentemente, su pertenencia o exclusión de la clase trabajadora, que a su vez determina la posición frente a esos agrupamientos que ellos llaman “sindicatos”.

Entendemos, como lo seña-lábamos en 2006, que policías, gendarmes, prefectos, integrantes del servicio penitenciario o cual-quier otro miembro de las fuerzas represivas del estado, no pueden ser definidos como “trabajadores”. Al respecto nos parece acertada la caracterización que referíamos de Lenin: “Las clases son grandes grupos de hombres que se diferen-cian entre sí por el lugar que ocu-pan en un sistema de producción históricamente determinado, por las relaciones en que se encuen-tran con respecto a los medios de producción (…), por el papel que desempeñan en la organización

social del trabajo y, consiguiente-mente, por el modo de percibir y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen” (1).

Se destaca, como elemento para definir la clase, el papel que se desempeña en la organización social del trabajo, papel, en el caso de los policías, que consiste en re-primir a los trabajadores, tanto en forma preventiva para imponer el control social sobre las grandes mayorías de explotados, como selectivamente sobre los sectores ya organizados de la clase traba-jadora. Así, aun cuando el policía provenga de la clase obrera, igual que sucede con el capataz que ejecuta tareas de supervisión y di-rección en la fábrica, se ubica por su función del lado capitalista. Su “trabajo” es garantizar la explota-ción. Como afirma CORREPI, se trata de “desclasados que, aunque cobren un sueldo por la tarea que cumplen, son mercenarios cuya función es disciplinar al pueblo para conservar los privilegios de sus patrones”(2).

Trotsky lo explicaba así: “El hecho de que los policías hayan sido elegidos en una parte impor-tante entre los obreros socialde-mócratas no quiere decirlo todo. Aquí, una vez más, es la existen-cia la que determina la conciencia. El obrero, convertido en policía al servicio del estado capitalista, es un policía burgués y no un obrero. En el curso de los últimos años, estos policías han debido enfren-tarse mucho más a menudo a los obreros revolucionarios que a los estudiantes nacionalsocialistas. Por semejante escuela no se pasa sin quedar marcado. Y lo esencial es que todo policía sabe que los gobiernos pasan, pero la policía continúa” (3).

Lenin y Trotsky, además, distinguían claramente la condi-ción del policía o gendarme, que voluntariamente dispone de su fuerza para ponerla al servicio de la defensa de los intereses del ex-plotador, de los integrantes de los ejércitos de leva forzosa (distin-tos, también, de nuestras fuerzas armadas ac-tuales, integradas no por masas de conscrip-tos, sino por v o l u n t a r i o s profesionales). Aquellos solda-dos eran obreros o campesinos arran-cados contra su vo-luntad de sus fábricas y tierras, sobre los cuales era no sólo

posible, sino necesario desarrollar un activismo firme por parte de los revolucionarios. En su Historia de la Revolución Rusa, Trosky lo sintetiza: “Los gendarmes [fuer-za policial rusa] son el enemigo cruel, irreconciliable, odiado. No hay ni que pensar en ganarlos para la causa”(4). Por eso, a diferencia de lo que sucedía con los soldados ganados para la causa revolucio-naria, los policías y gendarmes del viejo régimen, igual que los capi-talistas, carecían de derecho a voto en los soviets.

El episodio de diciembre en Tucumán, cuando la policía, ape-nas aceptado su pliego de recla-mos por el gobernador, cumplió la orden de reprimir a quienes se manifestaban frente a la casa de gobierno exigiendo “seguridad”, es tan significativo para compren-der las cosas como la sistemática defensa que todos los “sindicatos” poli-ciales (aquí y en el mundo) hacen de sus camaradas “injustamente i nc r iminados por actos de ser-vicio”, es decir, encausados por fu-silamientos de gati-llo fácil y torturas. Del mismo modo, todas esas agrupa-ciones facciosas policiales (la ma-yoría de las cuales están dirigidas por oficiales jerárquicos en actividad o retira-dos), aunque por su propia conveniencia remeden el lenguaje de los trabajadores, rei-vindican explícitamente la “noble función” que tienen asignada; defien-den la “institución”, y, si algo exigen a los go-biernos, son condiciones para reprimir mejor.

Por ello es muy importante enten-der que la función de reprimir no es

un trabajo,

que un miembro de las fuerzas, cualquiera sea, no es un obrero, no es un maestro, no es un trabajador que aporta a la construcción social con su trabajo, sino que su única función es la defensa de los intere-ses de una de dos clases irreconci-liables, la burguesía.

Notas:1) ER Nº10, febrero de 2006, “Sindicalis-mo” policial.2) CORREPI, Declaración frente a las nuevas asonadas policiales, 9/12/2013, en www.correpi.lahaine.org.3) León Trotsky, ¿Y ahora?: Problemas vitales del proletariado alemán, en http://www.ceipleontrotsky.org/Y-ahora.4) Historia de la revolución rusa, capítulo VII.5) ER Nº10, febrero de 2006, “Sindicalis-mo” policial.

“SINDICATOS” POLICIALES: LA REPRESIÓN NO ES UN TRABAJO.

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SEMANA TRÁGICA: ¡VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA!

“Sin falta, trabajadores, vengad este crimen.Dinamita hace falta ahora más que nunca.

Esto no puede quedar en silencio. No! Y mil veces No!El pueblo no se ha de dejar matar como mansa bestia.

Incendiad, destruid sin miramientos obreros; Vengaos, hermanos!

El crimen de las fuerzas policiales embriagadas por el go-bierno y por Vasena clama el estallido revolucionario.

Espantemos las gallinas, camaradas, y manos a la obra...”Periódico anarquista La Protesta, 8 de Enero de 1919

En Enero de 1919 la clase obrera argentina, muy joven todavía, formada fundamental-mente por familias inmigrantes que prove-

nían de una Europa en crisis por la guerra mun-dial, pero también por otras que habían migrado desde el interior del país, dio una de las primeras muestras de su capacidad de combatividad y del rol que puede jugar en los conflictos políticos del país. No sería ésta su primera aparición en un conflicto de envergadura, ya había pasado la primera huelga general en 1902 o la la Semana Roja en 1909.

En el ´16 el radical Yrigoyen había llega-do a la presidencia, con un planteo demagógi-co que intentaba interpelar a las masas: sería un gobierno árbitro entre los empresarios y los trabajadores, un gobierno pretendidamente po-pular que se diferenciaría de los gobiernos con-servadores que lo precedían. Lo cierto es que terminó siendo uno de los gobiernos con mayor cantidad de represiones, pre-sos políticos y asesinados por luchar a cuestas.

Luego de años de crisis signada por la inflación y la desocupación, así como por un contexto internacional marcado por la guerra mundial, en 1918 comenzó a mejorar la situación para la economía argentina. Pero era una mejora económi-ca en lo que respecta a la industria del país y la burguesía, que no se veía re-flejada en mejores condiciones de vida para los sectores populares.

En Diciembre de 1918 comienza el conflicto en los Talleres Vasena. Vase-na era un burgués que se había ganado el odio de sus trabajadores debido a las pésimas condiciones de salubridad en que se trabajaba en sus talleres. Frente a la nula respuesta al pedido de mejores condiciones laborales, el 2 de Diciembre comenzó la huelga con un pliego de rei-vindicaciones que incluía el aumento de salarios (devaluados por la inflación), la jornada de ocho horas (los obreros so-portaban jornadas de hasta once), la abo-lición del trabajo a destajo, la reincor-poración de despedidos por actividades gremiales, premios para el trabajo los domingos y en horas extras, entre otros.

El patrón Vasena intentó continuar con la producción en sus talleres con obreros carneros. Así comenzaron en-frentamientos entre los huelguistas por un lado y los rompehuelgas y la policía

por otro. El resultado fue el despido de dece-nas de trabajadores, y una situación abierta de conflictividad contra las fuerzas represivas que derivó en el incendio del auto del jefe de policía el 24 de Diciembre.

El 7 de Enero de 1919, cuando los carneros salían en chatas de los talleres, fueron intercep-tados por las familias obreras que les reclama-ban que abandonen su papel de rompehuelgas, la respuesta fue la represión a tiros no solo por los propios rompehuelgas sino también por la policía, y a la que luego se sumó el Ejército, según algunas crónicas de la época comandado por el (en ese entonces) coronel Perón.

El velorio de los caídos se convirtió en una tremenda movilización popular en donde con-fluyeron miles de personas, con la autodefensa obrera que marchaba delante de la columna. El

pueblo se volcó a las calles y enfrentó la repre-sión tanto de la policía y el Ejército como de los grupos fascistas como La Liga Patriótica.

La Sociedad de Resistencia Metalúrgicos Unidos y la FORA Vº Congreso (de tendencia anarquista) convocaron a una huelga general, que no fue del todo impulsada por la FORA IX (sindicalistas) y el PS, quienes pedían paciencia y llamaban a la calma para resolver el conflic-to.

Los piquetes y los focos de conflicto se ex-tendieron a distintos puntos de la ciudad, par-ticularmente en los barrios obreros como Villa Crespo y Pompeya, e incluso en otros puntos del país también se extiende la huelga: Rosa-rio, Santa Fé, Mar del Plata, Bahía Blanca. En ese contexto de convulsión social Yrigoyen tuvo que instar a Vasena a aceptar las demandas

obreras y liberar a una gran cantidad de presos políticos.

El costo de las conquistas obte-nidas fue muy alto. A la represión le continuó más represión y una situa-ción de hostigamiento constante, a los dos años por ejemplo, la rebelión de los trabajadores rurales patagónicos conocida como la patagonia rebelde terminó con un saldo de más de 1500 obreros fusilados. A eso sumaba la de-bilidad producto del fraccionamiento entre distintas federaciones y el sur-gimiento cada vez con más fuerza de un sector que prefería negociar a salir a luchar.

Habrá que esperar décadas para que la clase obrera vuelva a irrumpir con luchas que excedan el reclamo sindical y que planteen una confron-tación con el sistema. La semana trágica, así como otras grandes ges-tas protagonizadas por aquellos años como la Semana Roja o la Patago-nia Rebelde, se erigen como un gran ejemplo para la clase trabajadora des-de esa perspectiva.

Más allá de las conquistas mate-riales, los triunfos y las derrotas, los errores y aciertos, es desde la impor-tancia de retomar las mejores expe-riencias de nuestra clase trabajado-ra, que debemos recordar la Semana Trágica y honrar a los luchadores que cayeron en aquellas jornadas comba-tiendo un sistema que históricamente solo ofrece explotación.

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Internacional

LA ACTUALIDAD DE LA CRISIS ECONÓMICALa crisis económica internacional, iniciada allá por 2007, lleva trascurridos ya más de seis años. A lo largo de este período, ha tenido un impacto regional desigual, afectando con mayor profundidad a las economías centrales (EEUU, UE, Japón) y, fundamentalmente, a las “periféricas” dentro de la UE, como Grecia, España e Irlanda.

la crisis económica estuvo ori-ginada por múltiples causas, entre las cuales se destacan el

estallido financiero (primera ma-nifestación de la crisis, movido por niveles de especulación finan-ciera inéditos), los profundos des-equilibrios comerciales regionales y el exceso de oferta o sobrepro-ducción global.

Parados desde el marxismo, reconocemos a ésta como una de las crisis cíclicas del capitalismo, a través de las cuales (con ajus-te sobre el pueblo trabajador y destrucción de algunos sectores del propio capital) el capital lo-gra recomponer sus márgenes de ganancia y poner la rueda de la economía nuevamente en funcio-namiento. Como saldo de crisis, por lo tanto, es esperable -y ya se ha evidenciado- un importante aumento de la desigualdad social -ampliación de la brecha entre los que más y los que menos tienen- y un aumento de la concentración y la centralización del capital.

En los países más afectados, se han aplicado planes de ajuste salvajes (aumento de la edad ju-bilatoria, reducciones salariales y de pensiones, despidos masivos, privatizaciones…), siguiendo las directivas de los organismos multinacionales de crédito (FMI, BM), descargando el peso de la crisis sobre las espaldas del pue-blo trabajador. Al mismo tiempo, se ha profundizado el carácter de-pendiente de estos países (Grecia representa el caso más notorio) que han visto crecer exponencial-mente su nivel de endeudamiento y, de forma proporcional, caerse a pedazos la capacidad de interven-ción autónoma y la solvencia de sus estados nacionales.

En la actualidad, no puede afirmarse que la crisis haya que-dado atrás. Sin embargo, en el úl-timo tiempo la economía mundial viene mostrando signos de cierto repunte. Según Rolando Astarita “desde mediados de 2009 asisti-mos a una situación “intermedia”, ni boom, ni depresión. El área del euro continuó estancada -y en de-presión varios países-, así como Gran Bretaña y Japón. En EEUU y Canadá se asistió a una recu-peración débil (…) Con los da-tos actuales disponibles, hay que insistir en que no estamos en un

escenario similar al de la década de 1930. La recesión mundial de 2008-9 fue la más profunda y gra-ve desde el fin de la Segunda Gue-rra mundial, pero no derivó en el colapso del mercado mundial; y desde mediados de 2009 la tóni-ca general ha sido de crecimiento débil.” (1)

Para 2014, el pronóstico ge-neral coincide en que se continua-rá con esta tendencia de “creci-miento débil”. Mientras algunas economías, como la de EEUU crecerán a un ritmo mayor que en 2013, otras como la China, con-tinuarán creciendo pero a tasas menores. En conjunto, el Banco Mundial pronostica un crecimien-to para este año del 3,0% del PBI mundial(2).

En definitiva, todo parece indicar que, si bien la crisis eco-nómica internacional no ha sido superada aún (lo que implica que continuarán presentándose distin-tas tensiones, que posiblemente se profundizará el ajuste en algunas economías y que no se pueden descartar nuevos estallidos), los próximos meses estarán marcados por la continuidad de esta situa-ción de lento y débil crecimiento.

La crisis en América LatinaLas economías de Améri-

ca Latina se caracterizan por su carácter dependiente, centradas, principalmente, en la producción de materias primas para el merca-do mundial (alimentos, minerales o energía, dependiendo de la re-gión).

La crisis económica inter-nacional, no ha impactado con fuerza sobre las economías lati-noamericanas; o, al menos, no lo ha hecho en la misma medida que en otras latitudes. Durante la última década, los altos precios internacionales de las materias primas (petróleo, soja, etc.) han posibilitado una etapa de creci-miento económico importante en la región. Esto, lejos de permitir un desarrollo de las matrices eco-nómicas nacionales y una mayor diversificación, ha redundado en una profundización del carácter dependiente y primario-exporta-dor, así como en mayores niveles de extranjerización de la econo-mía.

Por otra parte, la depredación de los recursos naturales se ha

acrecentado en los últimos años en América Latina. Las economías dependientes de los países de la región le han abierto sus puertas a un nivel sin precedente al saqueo y la destrucción de recursos natu-rales mediante la minería a cielo abierto, la extensión del monocul-tivo con utilización de fertilizan-tes con altos grados de toxicidad, la depredación de los recursos del subsuelo con técnicas fuertemen-te destructivas y contaminantes como el fracking, etc.

Si bien, como decíamos, la crisis no ha afectado en profundi-dad a las economías latinoameri-canas, sí se viene verificando en el último tiempo una desaceleración del crecimiento en algunas zonas.

Brasil, principal economía de la región, es parte de esta tenden-cia. El real viene perdiendo valor, la inflación deteriora el poder de compra de los salarios y las tasas de crecimiento están lejos de las de años anteriores.

Las expectativas para 2014 no presentan cambios drásticos para la economía del conjunto de la re-gión. La CEPAL(3), por ejemplo, estima que las tasas de crecimien-to continuarán siendo moderadas para los países de América Latina y el Caribe. Así, mientas que 2013 el crecimiento fue del 2,6%, para este año prevé un 3,2 %, movido por el leve repunte de la economía mundial. Los índices de varias de las principales economías estarían por debajo del p r o m e -d i o ,

como las de México y Uruguay (3,5%), Argentina y Brasil (2,6 %) y Venezuela un 1%.

Si bien no se prevén cambios drásticos, es una realidad que esta desaceleración del crecimiento que se expresa en varias de las economías de la región, viene re-dundando ya en distintas tensiones y dificultades económicas; y que, como consecuencia, los respecti-vos gobiernos vienen avanzando con planes de ajuste sobre el pue-blo trabajador. Nuestro país, con una sostenida inflación y la deva-luación impulsada por el kirchne-rismo en el mes de enero, es una clara expresión de esta situación, que promete continuar desarro-llándose en los próximos meses.

Notas:1) La economía hoy y la Gran Depresión, Rolando Astarita, agosto de 20132)http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2013/06/12/world-bank-expects-muted-global-growth-led-by-developing-world3) http://www.cepal.org/publicaciones/xml/2/51822/BalancePreliminar2013Do-cInf.pdf

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SON MUCHOS LOS qUE FALTAN!!!!

5 AÑOS SIN LUCIANO...

FUERA LAPOLICÍA DENUESTROSBARRIOS!!!