El Santo Evangelio Según SAN JUAN

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El Santo Evangelio Según SAN JUAN El Verbo hecho carne Capítulo 1 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 1:2 Este era en el principio con Dios. 1:3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 1:4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 1:5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 1:6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 1:7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 1:8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 1:9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 1:10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 1:11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 1:13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. 1

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El Santo Evangelio Segn SAN JUAN El Verbo hecho carne Captulo 1

1:1En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 1:2Este era en el principio con Dios. 1:3Todas las cosas por l fueron hechas, y sin l nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 1:4En l estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 1:5La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 1:6Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 1:7Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por l. 1:8No era l la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 1:9Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, vena a este mundo. 1:10En el mundo estaba, y el mundo por l fue hecho; pero el mundo no le conoci. 1:11A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 1:12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 1:13los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varn, sino de Dios. 1:14Y aquel Verbo fue hecho carne, y habit entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unignito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 1:15Juan dio testimonio de l, y clam diciendo: Este es de quien yo deca: El que viene despus de m, es antes de m; porque era primero que yo. 1:16Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 1:17Pues la ley por medio de Moiss fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 1:18A Dios nadie le vio jams; el unignito Hijo, que est en el seno del Padre, l le ha dado a conocer. Testimonio de Juan el Bautista (Mt. 3.11-12; Mr. 1.7-8; Lc. 3.15-17)

1:19Este es el testimonio de Juan, cuando los judos enviaron de Jerusaln sacerdotes y levitas para que le preguntasen: T, quin eres? 1:20Confes, y no neg, sino confes: Yo no soy el Cristo. 1:21Y le preguntaron: Qu pues? Eres t Elas? Dijo: No soy. Eres t el profeta? Y respondi: No. 1:22Le dijeron: Pues quin eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. Qu dices de ti mismo? 1:23Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Seor, como dijo el profeta Isaas. 1:24Y los que haban sido enviados eran de los fariseos. 1:25Y le preguntaron, y le dijeron: Por qu, pues, bautizas, si t no eres el Cristo, ni Elas, ni el profeta? 1:26Juan les respondi diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros est uno a quien vosotros no conocis. 1:27Este es el que viene despus de m, el que es antes de m, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. 1:28Estas cosas sucedieron en Betbara, al otro lado del Jordn, donde Juan estaba bautizando. El Cordero de Dios

1:29El siguiente da vio Juan a Jess que vena a l, y dijo: He aqu el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 1:30Este es aquel de quien yo dije: Despus de m viene un varn, el cual es antes de m; porque era primero que yo. 1:31Y yo no le conoca; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 1:32Tambin dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espritu que descenda del cielo como paloma, y permaneci sobre l. 1:33Y yo no le conoca; pero el que me envi a bautizar con agua, aqul me dijo: Sobre quien veas descender el Espritu y que permanece sobre l, se es el que bautiza con el Espritu Santo. 1:34Y yo le vi, y he dado testimonio de que ste es el Hijo de Dios. Los primeros discpulos

1:35El siguiente da otra vez estaba Juan, y dos de sus discpulos. 1:36Y mirando a Jess que andaba por all, dijo: He aqu el Cordero de Dios. 1:37Le oyeron hablar los dos discpulos, y siguieron a Jess. 1:38Y volvindose Jess, y viendo que le seguan, les dijo: Qu buscis? Ellos le dijeron: Rab (que traducido es, Maestro), dnde moras? 1:39Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con l aquel da; porque era como la hora dcima. 1:40Andrs, hermano de Simn Pedro, era uno de los dos que haban odo a Juan, y haban seguido a Jess. 1:41Este hall primero a su hermano Simn, y le dijo: Hemos hallado al Mesas (que traducido es, el Cristo). 1:42Y le trajo a Jess. Y mirndole Jess, dijo: T eres Simn, hijo de Jons; t sers llamado Cefas (que quiere decir, Pedro). Jess llama a Felipe y a Natanael

1:43El siguiente da quiso Jess ir a Galilea, y hall a Felipe, y le dijo: Sgueme. 1:44Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrs y Pedro. 1:45Felipe hall a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribi Moiss en la ley, as como los profetas: a Jess, el hijo de Jos, de Nazaret. 1:46Natanael le dijo: De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve. 1:47Cuando Jess vio a Natanael que se le acercaba, dijo de l: He aqu un verdadero israelita, en quien no hay engao. 1:48Le dijo Natanael: De dnde me conoces? Respondi Jess y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 1:49Respondi Natanael y le dijo: Rab, t eres el Hijo de Dios; t eres el Rey de Israel. 1:50Respondi Jess y le dijo: Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas vers. 1:51Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aqu adelante veris el cielo abierto, y a los ngeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre. Las bodas de Can Captulo 2

2:1Al tercer da se hicieron unas bodas en Can de Galilea; y estaba all la madre de Jess. 2:2Y fueron tambin invitados a las bodas Jess y sus discpulos. 2:3Y faltando el vino, la madre de Jess le dijo: No tienen vino. 2:4Jess le dijo: Qu tienes conmigo, mujer? An no ha venido mi hora. 2:5Su madre dijo a los que servan: Haced todo lo que os dijere. 2:6Y estaban all seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificacin de los judos, en cada una de las cuales caban dos o tres cntaros. 2:7Jess les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. 2:8Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. 2:9Cuando el maestresala prob el agua hecha vino, sin saber l de dnde era, aunque lo saban los sirvientes que haban sacado el agua, llam al esposo, 2:10y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas t has reservado el buen vino hasta ahora. 2:11Este principio de seales hizo Jess en Can de Galilea, y manifest su gloria; y sus discpulos creyeron en l. 2:12Despus de esto descendieron a Capernaum, l, su madre, sus hermanos y sus discpulos; y estuvieron all no muchos das. Jess purifica el templo (Mt. 21.12-13; Mr. 11.15-18; Lc. 19.45-46)

2:13Estaba cerca la pascua de los judos; y subi Jess a Jerusaln, 2:14y hall en el templo a los que vendan bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas all sentados. 2:15Y haciendo un azote de cuerdas, ech fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparci las monedas de los cambistas, y volc las mesas; 2:16y dijo a los que vendan palomas: Quitad de aqu esto, y no hagis de la casa de mi Padre casa de mercado. 2:17Entonces se acordaron sus discpulos que est escrito: El celo de tu casa me consume. 2:18Y los judos respondieron y le dijeron: Qu seal nos muestras, ya que haces esto? 2:19Respondi Jess y les dijo: Destruid este templo, y en tres das lo levantar. 2:20Dijeron luego los judos: En cuarenta y seis aos fue edificado este templo, y t en tres das lo levantars? 2:21Mas l hablaba del templo de su cuerpo. 2:22Por tanto, cuando resucit de entre los muertos, sus discpulos se acordaron que haba dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jess haba dicho. Jess conoce a todos los hombres

2:23Estando en Jerusaln en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las seales que haca. 2:24Pero Jess mismo no se fiaba de ellos, porque conoca a todos, 2:25y no tena necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues l saba lo que haba en el hombre. Jess y Nicodemo Captulo 3

3:1Haba un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judos. 3:2Este vino a Jess de noche, y le dijo: Rab, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas seales que t haces, si no est Dios con l. 3:3Respondi Jess y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 3:4Nicodemo le dijo: Cmo puede un hombre nacer siendo viejo? Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 3:5Respondi Jess: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espritu, no puede entrar en el reino de Dios. 3:6Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espritu, espritu es. 3:7No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 3:8El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dnde viene, ni a dnde va; as es todo aquel que es nacido del Espritu. 3:9Respondi Nicodemo y le dijo: Cmo puede hacerse esto? 3:10Respondi Jess y le dijo: Eres t maestro de Israel, y no sabes esto? 3:11De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibs nuestro testimonio. 3:12Si os he dicho cosas terrenales, y no creis, cmo creeris si os dijere las celestiales? 3:13Nadie subi al cielo, sino el que descendi del cielo; el Hijo del Hombre, que est en el cielo. 3:14Y como Moiss levant la serpiente en el desierto, as es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 3:15para que todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. De tal manera am Dios al mundo

3:16Porque de tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 3:17Porque no envi Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por l. 3:18El que en l cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha credo en el nombre del unignito Hijo de Dios. 3:19Y esta es la condenacin: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron ms las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 3:20Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 3:21Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. El amigo del esposo

3:22Despus de esto, vino Jess con sus discpulos a la tierra de Judea, y estuvo all con ellos, y bautizaba. 3:23Juan bautizaba tambin en Enn, junto a Salim, porque haba all muchas aguas; y venan, y eran bautizados. 3:24Porque Juan no haba sido an encarcelado. 3:25Entonces hubo discusin entre los discpulos de Juan y los judos acerca de la purificacin. 3:26Y vinieron a Juan y le dijeron: Rab, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordn, de quien t diste testimonio, bautiza, y todos vienen a l. 3:27Respondi Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. 3:28Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de l. 3:29El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que est a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; as pues, este mi gozo est cumplido. 3:30Es necesario que l crezca, pero que yo menge. El que viene de arriba

3:31El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. 3:32Y lo que vio y oy, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. 3:33El que recibe su testimonio, ste atestigua que Dios es veraz. 3:34Porque el que Dios envi, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espritu por medida. 3:35El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. 3:36El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehsa creer en el Hijo no ver la vida, sino que la ira de Dios est sobre l. Jess y la mujer samaritana Captulo 4

4:1Cuando, pues, el Seor entendi que los fariseos haban odo decir: Jess hace y bautiza ms discpulos que Juan 4:2(aunque Jess no bautizaba, sino sus discpulos), 4:3sali de Judea, y se fue otra vez a Galilea. 4:4Y le era necesario pasar por Samaria. 4:5Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo Jos. 4:6Y estaba all el pozo de Jacob. Entonces Jess, cansado del camino, se sent as junto al pozo. Era como la hora sexta. 4:7Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jess le dijo: Dame de beber. 4:8Pues sus discpulos haban ido a la ciudad a comprar de comer. 4:9La mujer samaritana le dijo: Cmo t, siendo judo, me pides a m de beber, que soy mujer samaritana? Porque judos y samaritanos no se tratan entre s. 4:10Respondi Jess y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quin es el que te dice: Dame de beber; t le pediras, y l te dara agua viva. 4:11La mujer le dijo: Seor, no tienes con qu sacarla, y el pozo es hondo. De dnde, pues, tienes el agua viva? 4:12Acaso eres t mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron l, sus hijos y sus ganados? 4:13Respondi Jess y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volver a tener sed; 4:14mas el que bebiere del agua que yo le dar, no tendr sed jams; sino que el agua que yo le dar ser en l una fuente de agua que salte para vida eterna. 4:15La mujer le dijo: Seor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aqu a sacarla. 4:16Jess le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven ac. 4:17Respondi la mujer y dijo: No tengo marido. Jess le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; 4:18porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. 4:19Le dijo la mujer: Seor, me parece que t eres profeta. 4:20Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decs que en Jerusaln es el lugar donde se debe adorar. 4:21Jess le dijo: Mujer, creme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusaln adoraris al Padre. 4:22Vosotros adoris lo que no sabis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvacin viene de los judos. 4:23Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarn al Padre en espritu y en verdad; porque tambin el Padre tales adoradores busca que le adoren. 4:24Dios es Espritu; y los que le adoran, en espritu y en verdad es necesario que adoren. 4:25Le dijo la mujer: S que ha de venir el Mesas, llamado el Cristo; cuando l venga nos declarar todas las cosas. 4:26Jess le dijo: Yo soy, el que habla contigo. 4:27En esto vinieron sus discpulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: Qu preguntas? o, Qu hablas con ella? 4:28Entonces la mujer dej su cntaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: 4:29Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. No ser ste el Cristo? 4:30Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a l. 4:31Entre tanto, los discpulos le rogaban, diciendo: Rab, come. 4:32El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabis. 4:33Entonces los discpulos decan unos a otros: Le habr trado alguien de comer? 4:34Jess les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envi, y que acabe su obra. 4:35No decs vosotros: An faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aqu os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya estn blancos para la siega. 4:36Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. 4:37Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. 4:38Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habis entrado en sus labores. 4:39Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en l por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. 4:40Entonces vinieron los samaritanos a l y le rogaron que se quedase con ellos; y se qued all dos das. 4:41Y creyeron muchos ms por la palabra de l, 4:42y decan a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos odo, y sabemos que verdaderamente ste es el Salvador del mundo, el Cristo. Jess sana al hijo de un noble

4:43Dos das despus, sali de all y fue a Galilea. 4:44Porque Jess mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra. 4:45Cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, habiendo visto todas las cosas que haba hecho en Jerusaln, en la fiesta; porque tambin ellos haban ido a la fiesta. 4:46Vino, pues, Jess otra vez a Can de Galilea, donde haba convertido el agua en vino. Y haba en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. 4:47Este, cuando oy que Jess haba llegado de Judea a Galilea, vino a l y le rog que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir. 4:48Entonces Jess le dijo: Si no viereis seales y prodigios, no creeris. 4:49El oficial del rey le dijo: Seor, desciende antes que mi hijo muera. 4:50Jess le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre crey la palabra que Jess le dijo, y se fue. 4:51Cuando ya l descenda, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. 4:52Entonces l les pregunt a qu hora haba comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dej la fiebre. 4:53El padre entonces entendi que aquella era la hora en que Jess le haba dicho: Tu hijo vive; y crey l con toda su casa. 4:54Esta segunda seal hizo Jess, cuando fue de Judea a Galilea. El paraltico de Betesda Captulo 5

5:1Despus de estas cosas haba una fiesta de los judos, y subi Jess a Jerusaln. 5:2Y hay en Jerusaln, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco prticos. 5:3En stos yaca una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralticos, que esperaban el movimiento del agua. 5:4Porque un ngel descenda de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descenda al estanque despus del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5:5Y haba all un hombre que haca treinta y ocho aos que estaba enfermo. 5:6Cuando Jess lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo as, le dijo: Quieres ser sano? 5:7Seor, le respondi el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 5:8Jess le dijo: Levntate, toma tu lecho, y anda. 5:9Y al instante aquel hombre fue sanado, y tom su lecho, y anduvo. Y era da de reposo aquel da. 5:10Entonces los judos dijeron a aquel que haba sido sanado: Es da de reposo; no te es lcito llevar tu lecho. 5:11El les respondi: El que me san, l mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. 5:12Entonces le preguntaron: Quin es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? 5:13Y el que haba sido sanado no saba quin fuese, porque Jess se haba apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 5:14Despus le hall Jess en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques ms, para que no te venga alguna cosa peor. 5:15El hombre se fue, y dio aviso a los judos, que Jess era el que le haba sanado. 5:16Y por esta causa los judos perseguan a Jess, y procuraban matarle, porque haca estas cosas en el da de reposo. 5:17Y Jess les respondi: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 5:18Por esto los judos aun ms procuraban matarle, porque no slo quebrantaba el da de reposo, sino que tambin deca que Dios era su propio Padre, hacindose igual a Dios. La autoridad del Hijo

5:19Respondi entonces Jess, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por s mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, tambin lo hace el Hijo igualmente. 5:20Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que l hace; y mayores obras que estas le mostrar, de modo que vosotros os maravillis. 5:21Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, as tambin el Hijo a los que quiere da vida. 5:22Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 5:23para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envi. 5:24De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envi, tiene vida eterna; y no vendr a condenacin, mas ha pasado de muerte a vida. 5:25De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirn la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirn. 5:26Porque como el Padre tiene vida en s mismo, as tambin ha dado al Hijo el tener vida en s mismo; 5:27y tambin le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. 5:28No os maravillis de esto; porque vendr hora cuando todos los que estn en los sepulcros oirn su voz; 5:29y los que hicieron lo bueno, saldrn a resurreccin de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurreccin de condenacin. Testigos de Cristo

5:30No puedo yo hacer nada por m mismo; segn oigo, as juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envi, la del Padre. 5:31Si yo doy testimonio acerca de m mismo, mi testimonio no es verdadero. 5:32Otro es el que da testimonio acerca de m, y s que el testimonio que da de m es verdadero. 5:33Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y l dio testimonio de la verdad. 5:34Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seis salvos. 5:35El era antorcha que arda y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. 5:36Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de m, que el Padre me ha enviado. 5:37Tambin el Padre que me envi ha dado testimonio de m. Nunca habis odo su voz, ni habis visto su aspecto, 5:38ni tenis su palabra morando en vosotros; porque a quien l envi, vosotros no creis. 5:39Escudriad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de m; 5:40y no queris venir a m para que tengis vida. 5:41Gloria de los hombres no recibo. 5:42Mas yo os conozco, que no tenis amor de Dios en vosotros. 5:43Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibs; si otro viniere en su propio nombre, a se recibiris. 5:44Cmo podis vosotros creer, pues recibs gloria los unos de los otros, y no buscis la gloria que viene del Dios nico? 5:45No pensis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moiss, en quien tenis vuestra esperanza. 5:46Porque si creyeseis a Moiss, me creerais a m, porque de m escribi l. 5:47Pero si no creis a sus escritos, cmo creeris a mis palabras? Alimentacin de los cinco mil (Mt. 14.13-21; Mr. 6.30-44; Lc. 9.10-17) Captulo 6

6:1Despus de esto, Jess fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. 6:2Y le segua gran multitud, porque vean las seales que haca en los enfermos. 6:3Entonces subi Jess a un monte, y se sent all con sus discpulos. 6:4Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judos. 6:5Cuando alz Jess los ojos, y vio que haba venido a l gran multitud, dijo a Felipe: De dnde compraremos pan para que coman stos? 6:6Pero esto deca para probarle; porque l saba lo que haba de hacer. 6:7Felipe le respondi: Doscientos denarios de pan no bastaran para que cada uno de ellos tomase un poco. 6:8Uno de sus discpulos, Andrs, hermano de Simn Pedro, le dijo: 6:9Aqu est un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas qu es esto para tantos? 6:10Entonces Jess dijo: Haced recostar la gente. Y haba mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en nmero de cinco mil varones. 6:11Y tom Jess aquellos panes, y habiendo dado gracias, los reparti entre los discpulos, y los discpulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto queran. 6:12Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discpulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. 6:13Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que haban comido. 6:14Aquellos hombres entonces, viendo la seal que Jess haba hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que haba de venir al mundo. 6:15Pero entendiendo Jess que iban a venir para apoderarse de l y hacerle rey, volvi a retirarse al monte l solo. Jess anda sobre el mar (Mt. 14.22-27; Mr. 6.45-52)

6:16Al anochecer, descendieron sus discpulos al mar, 6:17y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jess no haba venido a ellos. 6:18Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. 6:19Cuando haban remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jess que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. 6:20Mas l les dijo: Yo soy; no temis. 6:21Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual lleg en seguida a la tierra adonde iban. La gente busca a Jess

6:22El da siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no haba habido all ms que una sola barca, y que Jess no haba entrado en ella con sus discpulos, sino que stos se haban ido solos. 6:23Pero otras barcas haban arribado de Tiberias junto al lugar donde haban comido el pan despus de haber dado gracias el Seor. 6:24Cuando vio, pues, la gente que Jess no estaba all, ni sus discpulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jess. Jess, el pan de vida

6:25Y hallndole al otro lado del mar, le dijeron: Rab, cundo llegaste ac? 6:26Respondi Jess y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscis, no porque habis visto las seales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. 6:27Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dar; porque a ste seal Dios el Padre. 6:28Entonces le dijeron: Qu debemos hacer para poner en prctica las obras de Dios? 6:29Respondi Jess y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creis en el que l ha enviado. 6:30Le dijeron entonces: Qu seal, pues, haces t, para que veamos, y te creamos? Qu obra haces? 6:31Nuestros padres comieron el man en el desierto, como est escrito: Pan del cielo les dio a comer. 6:32Y Jess les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moiss el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 6:33Porque el pan de Dios es aquel que descendi del cielo y da vida al mundo. 6:34Le dijeron: Seor, danos siempre este pan. 6:35Jess les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a m viene, nunca tendr hambre; y el que en m cree, no tendr sed jams. 6:36Mas os he dicho, que aunque me habis visto, no creis. 6:37Todo lo que el Padre me da, vendr a m; y al que a m viene, no le echo fuera. 6:38Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envi. 6:39Y esta es la voluntad del Padre, el que me envi: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el da postrero. 6:40Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en l, tenga vida eterna; y yo le resucitar en el da postrero. 6:41Murmuraban entonces de l los judos, porque haba dicho: Yo soy el pan que descendi del cielo. 6:42Y decan: No es ste Jess, el hijo de Jos, cuyo padre y madre nosotros conocemos? Cmo, pues, dice ste: Del cielo he descendido? 6:43Jess respondi y les dijo: No murmuris entre vosotros. 6:44Ninguno puede venir a m, si el Padre que me envi no le trajere; y yo le resucitar en el da postrero. 6:45Escrito est en los profetas: Y sern todos enseados por Dios. As que, todo aquel que oy al Padre, y aprendi de l, viene a m. 6:46No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; ste ha visto al Padre. 6:47De cierto, de cierto os digo: El que cree en m, tiene vida eterna. 6:48Yo soy el pan de vida. 6:49Vuestros padres comieron el man en el desierto, y murieron. 6:50Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de l come, no muera. 6:51Yo soy el pan vivo que descendi del cielo; si alguno comiere de este pan, vivir para siempre; y el pan que yo dar es mi carne, la cual yo dar por la vida del mundo. 6:52Entonces los judos contendan entre s, diciendo: Cmo puede ste darnos a comer su carne? 6:53Jess les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comis la carne del Hijo del Hombre, y bebis su sangre, no tenis vida en vosotros. 6:54El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitar en el da postrero. 6:55Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 6:56El que come mi carne y bebe mi sangre, en m permanece, y yo en l. 6:57Como me envi el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, l tambin vivir por m. 6:58Este es el pan que descendi del cielo; no como vuestros padres comieron el man, y murieron; el que come de este pan, vivir eternamente. 6:59Estas cosas dijo en la sinagoga, enseando en Capernaum. Palabras de vida eterna

6:60Al oirlas, muchos de sus discpulos dijeron: Dura es esta palabra; quin la puede or? 6:61Sabiendo Jess en s mismo que sus discpulos murmuraban de esto, les dijo: Esto os ofende? 6:62Pues qu, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? 6:63El espritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espritu y son vida. 6:64Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jess saba desde el principio quines eran los que no crean, y quin le haba de entregar. 6:65Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a m, si no le fuere dado del Padre. 6:66Desde entonces muchos de sus discpulos volvieron atrs, y ya no andaban con l. 6:67Dijo entonces Jess a los doce: Queris acaso iros tambin vosotros? 6:68Le respondi Simn Pedro: Seor, a quin iremos? T tienes palabras de vida eterna. 6:69Y nosotros hemos credo y conocemos que t eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 6:70Jess les respondi: No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? 6:71Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simn; porque ste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce. Incredulidad de los hermanos de Jess Captulo 7

7:1Despus de estas cosas, andaba Jess en Galilea; pues no quera andar en Judea, porque los judos procuraban matarle. 7:2Estaba cerca la fiesta de los judos, la de los tabernculos; 7:3y le dijeron sus hermanos: Sal de aqu, y vete a Judea, para que tambin tus discpulos vean las obras que haces. 7:4Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifistate al mundo. 7:5Porque ni aun sus hermanos crean en l. 7:6Entonces Jess les dijo: Mi tiempo an no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre est presto. 7:7No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a m me aborrece, porque yo testifico de l, que sus obras son malas. 7:8Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todava a esa fiesta, porque mi tiempo an no se ha cumplido. 7:9Y habindoles dicho esto, se qued en Galilea. Jess en la fiesta de los tabernculos

7:10Pero despus que sus hermanos haban subido, entonces l tambin subi a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto. 7:11Y le buscaban los judos en la fiesta, y decan: Dnde est aqul? 7:12Y haba gran murmullo acerca de l entre la multitud, pues unos decan: Es bueno; pero otros decan: No, sino que engaa al pueblo. 7:13Pero ninguno hablaba abiertamente de l, por miedo a los judos. 7:14Mas a la mitad de la fiesta subi Jess al templo, y enseaba. 7:15Y se maravillaban los judos, diciendo: Cmo sabe ste letras, sin haber estudiado? 7:16Jess les respondi y dijo: Mi doctrina no es ma, sino de aquel que me envi. 7:17El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocer si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. 7:18El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envi, ste es verdadero, y no hay en l injusticia. 7:19No os dio Moiss la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? Por qu procuris matarme? 7:20Respondi la multitud y dijo: Demonio tienes; quin procura matarte? 7:21Jess respondi y les dijo: Una obra hice, y todos os maravillis. 7:22Por cierto, Moiss os dio la circuncisin (no porque sea de Moiss, sino de los padres); y en el da de reposo circuncidis al hombre. 7:23Si recibe el hombre la circuncisin en el da de reposo, para que la ley de Moiss no sea quebrantada, os enojis conmigo porque en el da de reposo san completamente a un hombre? 7:24No juzguis segn las apariencias, sino juzgad con justo juicio. Es ste el Cristo?

7:25Decan entonces unos de Jerusaln: No es ste a quien buscan para matarle? 7:26Pues mirad, habla pblicamente, y no le dicen nada. Habrn reconocido en verdad los gobernantes que ste es el Cristo? 7:27Pero ste, sabemos de dnde es; mas cuando venga el Cristo, nadie sabr de dnde sea. 7:28Jess entonces, enseando en el templo, alz la voz y dijo: A m me conocis, y sabis de dnde soy; y no he venido de m mismo, pero el que me envi es verdadero, a quien vosotros no conocis. 7:29Pero yo le conozco, porque de l procedo, y l me envi. 7:30Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le ech mano, porque an no haba llegado su hora. 7:31Y muchos de la multitud creyeron en l, y decan: El Cristo, cuando venga, har ms seales que las que ste hace? Los fariseos envan alguaciles para prender a Jess

7:32Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de l estas cosas; y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendiesen. 7:33Entonces Jess dijo: Todava un poco de tiempo estar con vosotros, e ir al que me envi. 7:34Me buscaris, y no me hallaris; y a donde yo estar, vosotros no podris venir. 7:35Entonces los judos dijeron entre s: Adnde se ir ste, que no le hallemos? Se ir a los dispersos entre los griegos, y ensear a los griegos? 7:36Qu significa esto que dijo: Me buscaris, y no me hallaris; y a donde yo estar, vosotros no podris venir? Ros de agua viva

7:37En el ltimo y gran da de la fiesta, Jess se puso en pie y alz la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a m y beba. 7:38El que cree en m, como dice la Escritura, de su interior corrern ros de agua viva. 7:39Esto dijo del Espritu que haban de recibir los que creyesen en l; pues an no haba venido el Espritu Santo, porque Jess no haba sido an glorificado. Divisin entre la gente

7:40Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decan: Verdaderamente ste es el profeta. 7:41Otros decan: Este es el Cristo. Pero algunos decan: De Galilea ha de venir el Cristo? 7:42No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Beln, de donde era David, ha de venir el Cristo? 7:43Hubo entonces disensin entre la gente a causa de l. 7:44Y algunos de ellos queran prenderle; pero ninguno le ech mano. Nunca ha hablado hombre as!

7:45Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y stos les dijeron: Por qu no le habis trado? 7:46Los alguaciles respondieron: Jams hombre alguno ha hablado como este hombre! 7:47Entonces los fariseos les respondieron: Tambin vosotros habis sido engaados? 7:48Acaso ha credo en l alguno de los gobernantes, o de los fariseos? 7:49Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es. 7:50Les dijo Nicodemo, el que vino a l de noche, el cual era uno de ellos: 7:51Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho? 7:52Respondieron y le dijeron: Eres t tambin galileo? Escudria y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta. La mujer adltera

7:53Cada uno se fue a su casa; Captulo 8

8:1y Jess se fue al monte de los Olivos. 8:2Y por la maana volvi al templo, y todo el pueblo vino a l; y sentado l, les enseaba. 8:3Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y ponindola en medio, 8:4le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 8:5Y en la ley nos mand Moiss apedrear a tales mujeres. T, pues, qu dices? 8:6Mas esto decan tentndole, para poder acusarle. Pero Jess, inclinado hacia el suelo, escriba en tierra con el dedo. 8:7Y como insistieran en preguntarle, se enderez y les dijo: El que de vosotros est sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8:8E inclinndose de nuevo hacia el suelo, sigui escribiendo en tierra. 8:9Pero ellos, al or esto, acusados por su conciencia, salan uno a uno, comenzando desde los ms viejos hasta los postreros; y qued solo Jess, y la mujer que estaba en medio. 8:10Enderezndose Jess, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, dnde estn los que te acusaban? Ninguno te conden? 8:11Ella dijo: Ninguno, Seor. Entonces Jess le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques ms. Jess, la luz del mundo

8:12Otra vez Jess les habl, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andar en tinieblas, sino que tendr la luz de la vida. 8:13Entonces los fariseos le dijeron: T das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero. 8:14Respondi Jess y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de m mismo, mi testimonio es verdadero, porque s de dnde he venido y a dnde voy; pero vosotros no sabis de dnde vengo, ni a dnde voy. 8:15Vosotros juzgis segn la carne; yo no juzgo a nadie. 8:16Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envi, el Padre. 8:17Y en vuestra ley est escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. 8:18Yo soy el que doy testimonio de m mismo, y el Padre que me envi da testimonio de m. 8:19Ellos le dijeron: Dnde est tu Padre? Respondi Jess: Ni a m me conocis, ni a mi Padre; si a m me conocieseis, tambin a mi Padre conocerais. 8:20Estas palabras habl Jess en el lugar de las ofrendas, enseando en el templo; y nadie le prendi, porque an no haba llegado su hora. A donde yo voy, vosotros no podis venir

8:21Otra vez les dijo Jess: Yo me voy, y me buscaris, pero en vuestro pecado moriris; a donde yo voy, vosotros no podis venir. 8:22Decan entonces los judos: Acaso se matar a s mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podis venir? 8:23Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. 8:24Por eso os dije que moriris en vuestros pecados; porque si no creis que yo soy, en vuestros pecados moriris. 8:25Entonces le dijeron: T quin eres? Entonces Jess les dijo: Lo que desde el principio os he dicho. 8:26Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envi es verdadero; y yo, lo que he odo de l, esto hablo al mundo. 8:27Pero no entendieron que les hablaba del Padre. 8:28Les dijo, pues, Jess: Cuando hayis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceris que yo soy, y que nada hago por m mismo, sino que segn me ense el Padre, as hablo. 8:29Porque el que me envi, conmigo est; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. 8:30Hablando l estas cosas, muchos creyeron en l. La verdad os har libres

8:31Dijo entonces Jess a los judos que haban credo en l: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seris verdaderamente mis discpulos; 8:32y conoceris la verdad, y la verdad os har libres. 8:33Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jams hemos sido esclavos de nadie. Cmo dices t: Seris libres? 8:34Jess les respondi: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. 8:35Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo s queda para siempre. 8:36As que, si el Hijo os libertare, seris verdaderamente libres. 8:37S que sois descendientes de Abraham; pero procuris matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. 8:38Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacis lo que habis odo cerca de vuestro padre. Sois de vuestro padre el diablo

8:39Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jess les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham harais. 8:40Pero ahora procuris matarme a m, hombre que os he hablado la verdad, la cual he odo de Dios; no hizo esto Abraham. 8:41Vosotros hacis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicacin; un padre tenemos, que es Dios. 8:42Jess entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amarais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de m mismo, sino que l me envi. 8:43Por qu no entendis mi lenguaje? Porque no podis escuchar mi palabra. 8:44Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queris hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en l. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. 8:45Y a m, porque digo la verdad, no me creis. 8:46Quin de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, por qu vosotros no me creis? 8:47El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las os vosotros, porque no sois de Dios. La preexistencia de Cristo

8:48Respondieron entonces los judos, y le dijeron: No decimos bien nosotros, que t eres samaritano, y que tienes demonio? 8:49Respondi Jess: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonris. 8:50Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga. 8:51De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca ver muerte. 8:52Entonces los judos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham muri, y los profetas; y t dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrir muerte. 8:53Eres t acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual muri? Y los profetas murieron! Quin te haces a ti mismo? 8:54Respondi Jess: Si yo me glorifico a m mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decs que es vuestro Dios. 8:55Pero vosotros no le conocis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sera mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra. 8:56Abraham vuestro padre se goz de que haba de ver mi da; y lo vio, y se goz. 8:57Entonces le dijeron los judos: An no tienes cincuenta aos, y has visto a Abraham? 8:58Jess les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. 8:59Tomaron entonces piedras para arrojrselas; pero Jess se escondi y sali del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue. Jess sana a un ciego de nacimiento Captulo 9

9:1Al pasar Jess, vio a un hombre ciego de nacimiento. 9:2Y le preguntaron sus discpulos, diciendo: Rab, quin pec, ste o sus padres, para que haya nacido ciego? 9:3Respondi Jess: No es que pec ste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en l. 9:4Me es necesario hacer las obras del que me envi, entre tanto que el da dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. 9:5Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. 9:6Dicho esto, escupi en tierra, e hizo lodo con la saliva, y unt con el lodo los ojos del ciego, 9:7y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Silo (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lav, y regres viendo. 9:8Entonces los vecinos, y los que antes le haban visto que era ciego, decan: No es ste el que se sentaba y mendigaba? 9:9Unos decan: El es; y otros: A l se parece. El deca: Yo soy. 9:10Y le dijeron: Cmo te fueron abiertos los ojos? 9:11Respondi l y dijo: Aquel hombre que se llama Jess hizo lodo, me unt los ojos, y me dijo: Ve al Silo, y lvate; y fui, y me lav, y recib la vista. 9:12Entonces le dijeron: Dnde est l? El dijo: No s. Los fariseos interrogan al ciego sanado

9:13Llevaron ante los fariseos al que haba sido ciego. 9:14Y era da de reposo cuando Jess haba hecho el lodo, y le haba abierto los ojos. 9:15Volvieron, pues, a preguntarle tambin los fariseos cmo haba recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lav, y veo. 9:16Entonces algunos de los fariseos decan: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el da de reposo. Otros decan: Cmo puede un hombre pecador hacer estas seales? Y haba disensin entre ellos. 9:17Entonces volvieron a decirle al ciego: Qu dices t del que te abri los ojos? Y l dijo: Que es profeta. 9:18Pero los judos no crean que l haba sido ciego, y que haba recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que haba recibido la vista, 9:19y les preguntaron, diciendo: Es ste vuestro hijo, el que vosotros decs que naci ciego? Cmo, pues, ve ahora? 9:20Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que ste es nuestro hijo, y que naci ciego; 9:21pero cmo vea ahora, no lo sabemos; o quin le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a l; l hablar por s mismo. 9:22Esto dijeron sus padres, porque tenan miedo de los judos, por cuanto los judos ya haban acordado que si alguno confesase que Jess era el Mesas, fuera expulsado de la sinagoga. 9:23Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a l. 9:24Entonces volvieron a llamar al hombre que haba sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. 9:25Entonces l respondi y dijo: Si es pecador, no lo s; una cosa s, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. 9:26Le volvieron a decir: Qu te hizo? Cmo te abri los ojos? 9:27El les respondi: Ya os lo he dicho, y no habis querido oir; por qu lo queris or otra vez? Queris tambin vosotros haceros sus discpulos? 9:28Y le injuriaron, y dijeron: T eres su discpulo; pero nosotros, discpulos de Moiss somos. 9:29Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moiss; pero respecto a se, no sabemos de dnde sea. 9:30Respondi el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepis de dnde sea, y a m me abri los ojos. 9:31Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a se oye. 9:32Desde el principio no se ha odo decir que alguno abriese los ojos a uno que naci ciego. 9:33Si ste no viniera de Dios, nada podra hacer. 9:34Respondieron y le dijeron: T naciste del todo en pecado, y nos enseas a nosotros? Y le expulsaron. Ceguera espiritual

9:35Oy Jess que le haban expulsado; y hallndole, le dijo: Crees t en el Hijo de Dios? 9:36Respondi l y dijo: Quin es, Seor, para que crea en l? 9:37Le dijo Jess: Pues le has visto, y el que habla contigo, l es. 9:38Y l dijo: Creo, Seor; y le ador. 9:39Dijo Jess: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. 9:40Entonces algunos de los fariseos que estaban con l, al or esto, le dijeron: Acaso nosotros somos tambin ciegos? 9:41Jess les respondi: Si fuerais ciegos, no tendrais pecado; mas ahora, porque decs: Vemos, vuestro pecado permanece. Parbola del redil Captulo 10

10:1De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, se es ladrn y salteador. 10:2Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 10:3A ste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 10:4Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 10:5Mas al extrao no seguirn, sino huirn de l, porque no conocen la voz de los extraos. 10:6Esta alegora les dijo Jess; pero ellos no entendieron qu era lo que les deca. Jess, el buen pastor

10:7Volvi, pues, Jess a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 10:8Todos los que antes de m vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 10:9Yo soy la puerta; el que por m entrare, ser salvo; y entrar, y saldr, y hallar pastos. 10:10El ladrn no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 10:11Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 10:12Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 10:13As que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. 10:14Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mas me conocen, 10:15as como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 10:16Tambin tengo otras ovejas que no son de este redil; aqullas tambin debo traer, y oirn mi voz; y habr un rebao, y un pastor. 10:17Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 10:18Nadie me la quita, sino que yo de m mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recib de mi Padre. 10:19Volvi a haber disensin entre los judos por estas palabras. 10:20Muchos de ellos decan: Demonio tiene, y est fuera de s; por qu le os? 10:21Decan otros: Estas palabras no son de endemoniado. Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos? Los judos rechazan a Jess

10:22Celebrbase en Jerusaln la fiesta de la dedicacin. Era invierno, 10:23y Jess andaba en el templo por el prtico de Salomn. 10:24Y le rodearon los judos y le dijeron: Hasta cundo nos turbars el alma? Si t eres el Cristo, dnoslo abiertamente. 10:25Jess les respondi: Os lo he dicho, y no creis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de m; 10:26pero vosotros no creis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 10:27Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 10:28y yo les doy vida eterna; y no perecern jams, ni nadie las arrebatar de mi mano. 10:29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 10:30Yo y el Padre uno somos. 10:31Entonces los judos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 10:32Jess les respondi: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; por cul de ellas me apedreis? 10:33Le respondieron los judos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque t, siendo hombre, te haces Dios. 10:34Jess les respondi: No est escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? 10:35Si llam dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), 10:36al que el Padre santific y envi al mundo, vosotros decs: T blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? 10:37Si no hago las obras de mi Padre, no me creis. 10:38Mas si las hago, aunque no me creis a m, creed a las obras, para que conozcis y creis que el Padre est en m, y yo en el Padre. 10:39Procuraron otra vez prenderle, pero l se escap de sus manos. 10:40Y se fue de nuevo al otro lado del Jordn, al lugar donde primero haba estado bautizando Juan; y se qued all. 10:41Y muchos venan a l, y decan: Juan, a la verdad, ninguna seal hizo; pero todo lo que Juan dijo de ste, era verdad. 10:42Y muchos creyeron en l all. Muerte de Lzaro Captulo 11

11:1Estaba entonces enfermo uno llamado Lzaro, de Betania, la aldea de Mara y de Marta su hermana. 11:2(Mara, cuyo hermano Lzaro estaba enfermo, fue la que ungi al Seor con perfume, y le enjug los pies con sus cabellos.) 11:3Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jess: Seor, he aqu el que amas est enfermo. 11:4Oyndolo Jess, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. 11:5Y amaba Jess a Marta, a su hermana y a Lzaro. 11:6Cuando oy, pues, que estaba enfermo, se qued dos das ms en el lugar donde estaba. 11:7Luego, despus de esto, dijo a los discpulos: Vamos a Judea otra vez. 11:8Le dijeron los discpulos: Rab, ahora procuraban los judos apedrearte, y otra vez vas all? 11:9Respondi Jess: No tiene el da doce horas? El que anda de da, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 11:10pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en l. 11:11Dicho esto, les dijo despus: Nuestro amigo Lzaro duerme; mas voy para despertarle. 11:12Dijeron entonces sus discpulos: Seor, si duerme, sanar. 11:13Pero Jess deca esto de la muerte de Lzaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueo. 11:14Entonces Jess les dijo claramente: Lzaro ha muerto; 11:15y me alegro por vosotros, de no haber estado all, para que creis; mas vamos a l. 11:16Dijo entonces Toms, llamado Ddimo, a sus condiscpulos: Vamos tambin nosotros, para que muramos con l. Jess, la resurreccin y la vida

11:17Vino, pues, Jess, y hall que haca ya cuatro das que Lzaro estaba en el sepulcro. 11:18Betania estaba cerca de Jerusaln, como a quince estadios; 11:19y muchos de los judos haban venido a Marta y a Mara, para consolarlas por su hermano. 11:20Entonces Marta, cuando oy que Jess vena, sali a encontrarle; pero Mara se qued en casa. 11:21Y Marta dijo a Jess: Seor, si hubieses estado aqu, mi hermano no habra muerto. 11:22Mas tambin s ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dar. 11:23Jess le dijo: Tu hermano resucitar. 11:24Marta le dijo: Yo s que resucitar en la resurreccin, en el da postrero. 11:25Le dijo Jess: Yo soy la resurreccin y la vida; el que cree en m, aunque est muerto, vivir. 11:26Y todo aquel que vive y cree en m, no morir eternamente. Crees esto? 11:27Le dijo: S, Seor; yo he credo que t eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. Jess llora ante la tumba de Lzaro

11:28Habiendo dicho esto, fue y llam a Mara su hermana, dicindole en secreto: El Maestro est aqu y te llama. 11:29Ella, cuando lo oy, se levant de prisa y vino a l. 11:30Jess todava no haba entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le haba encontrado. 11:31Entonces los judos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que Mara se haba levantado de prisa y haba salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar all. 11:32Mara, cuando lleg a donde estaba Jess, al verle, se postr a sus pies, dicindole: Seor, si hubieses estado aqu, no habra muerto mi hermano. 11:33Jess entonces, al verla llorando, y a los judos que la acompaaban, tambin llorando, se estremeci en espritu y se conmovi, 11:34y dijo: Dnde le pusisteis? Le dijeron: Seor, ven y ve. 11:35Jess llor. 11:36Dijeron entonces los judos: Mirad cmo le amaba. 11:37Y algunos de ellos dijeron: No poda ste, que abri los ojos al ciego, haber hecho tambin que Lzaro no muriera? Resurreccin de Lzaro

11:38Jess, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tena una piedra puesta encima. 11:39Dijo Jess: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que haba muerto, le dijo: Seor, hiede ya, porque es de cuatro das. 11:40Jess le dijo: No te he dicho que si crees, vers la gloria de Dios? 11:41Entonces quitaron la piedra de donde haba sido puesto el muerto. Y Jess, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme odo. 11:42Yo saba que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que est alrededor, para que crean que t me has enviado. 11:43Y habiendo dicho esto, clam a gran voz: Lzaro, ven fuera! 11:44Y el que haba muerto sali, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jess les dijo: Desatadle, y dejadle ir. El complot para matar a Jess (Mt. 26.1-5; Mr. 14.1-2; Lc. 22.1-2)

11:45Entonces muchos de los judos que haban venido para acompaar a Mara, y vieron lo que hizo Jess, creyeron en l. 11:46Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jess haba hecho. 11:47Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: Qu haremos? Porque este hombre hace muchas seales. 11:48Si le dejamos as, todos creern en l; y vendrn los romanos, y destruirn nuestro lugar santo y nuestra nacin. 11:49Entonces Caifs, uno de ellos, sumo sacerdote aquel ao, les dijo: Vosotros no sabis nada; 11:50ni pensis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nacin perezca. 11:51Esto no lo dijo por s mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel ao, profetiz que Jess haba de morir por la nacin; 11:52y no solamente por la nacin, sino tambin para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. 11:53As que, desde aquel da acordaron matarle. 11:54Por tanto, Jess ya no andaba abiertamente entre los judos, sino que se alej de all a la regin contigua al desierto, a una ciudad llamada Efran; y se qued all con sus discpulos. 11:55Y estaba cerca la pascua de los judos; y muchos subieron de aquella regin a Jerusaln antes de la pascua, para purificarse. 11:56Y buscaban a Jess, y estando ellos en el templo, se preguntaban unos a otros: Qu os parece? No vendr a la fiesta? 11:57Y los principales sacerdotes y los fariseos haban dado orden de que si alguno supiese dnde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen. Jess es ungido en Betania (Mt. 26.6-13; Mr. 14.3-9) Captulo 12

12:1Seis das antes de la pascua, vino Jess a Betania, donde estaba Lzaro, el que haba estado muerto, y a quien haba resucitado de los muertos. 12:2Y le hicieron all una cena; Marta serva, y Lzaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con l. 12:3Entonces Mara tom una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungi los pies de Jess, y los enjug con sus cabellos; y la casa se llen del olor del perfume. 12:4Y dijo uno de sus discpulos, Judas Iscariote hijo de Simn, el que le haba de entregar: 12:5Por qu no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? 12:6Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrn, y teniendo la bolsa, sustraa de lo que se echaba en ella. 12:7Entonces Jess dijo: Djala; para el da de mi sepultura ha guardado esto. 12:8Porque a los pobres siempre los tendris con vosotros, mas a m no siempre me tendris. El complot contra Lzaro

12:9Gran multitud de los judos supieron entonces que l estaba all, y vinieron, no solamente por causa de Jess, sino tambin para ver a Lzaro, a quien haba resucitado de los muertos. 12:10Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte tambin a Lzaro, 12:11porque a causa de l muchos de los judos se apartaban y crean en Jess. La entrada triunfal en Jerusaln (Mt. 21.1-11; Mr. 11.1-11; Lc. 19.28-40)

12:12El siguiente da, grandes multitudes que haban venido a la fiesta, al or que Jess vena a Jerusaln, 12:13tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Seor, el Rey de Israel! 12:14Y hall Jess un asnillo, y mont sobre l, como est escrito:

12:15No temas, hija de Sion; He aqu tu Rey viene, Montado sobre un pollino de asna.

12:16Estas cosas no las entendieron sus discpulos al principio; pero cuando Jess fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de l, y de que se las haban hecho. 12:17Y daba testimonio la gente que estaba con l cuando llam a Lzaro del sepulcro, y le resucit de los muertos. 12:18Por lo cual tambin haba venido la gente a recibirle, porque haba odo que l haba hecho esta seal. 12:19Pero los fariseos dijeron entre s: Ya veis que no consegus nada. Mirad, el mundo se va tras l. Unos griegos buscan a Jess

12:20Haba ciertos griegos entre los que haban subido a adorar en la fiesta. 12:21Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Seor, quisiramos ver a Jess. 12:22Felipe fue y se lo dijo a Andrs; entonces Andrs y Felipe se lo dijeron a Jess. 12:23Jess les respondi diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 12:24De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 12:25El que ama su vida, la perder; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardar. 12:26Si alguno me sirve, sgame; y donde yo estuviere, all tambin estar mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrar. Jess anuncia su muerte

12:27Ahora est turbada mi alma; y qu dir? Padre, slvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. 12:28Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificar otra vez. 12:29Y la multitud que estaba all, y haba odo la voz, deca que haba sido un trueno. Otros decan: Un ngel le ha hablado. 12:30Respondi Jess y dijo: No ha venido esta voz por causa ma, sino por causa de vosotros. 12:31Ahora es el juicio de este mundo; ahora el prncipe de este mundo ser echado fuera. 12:32Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraer a m mismo. 12:33Y deca esto dando a entender de qu muerte iba a morir. 12:34Le respondi la gente: Nosotros hemos odo de la ley, que el Cristo permanece para siempre. Cmo, pues, dices t que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? Quin es este Hijo del Hombre? 12:35Entonces Jess les dijo: An por un poco est la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dnde va. 12:36Entre tanto que tenis la luz, creed en la luz, para que seis hijos de luz. Incredulidad de los judos Estas cosas habl Jess, y se fue y se ocult de ellos. 12:37Pero a pesar de que haba hecho tantas seales delante de ellos, no crean en l; 12:38para que se cumpliese la palabra del profeta Isaas, que dijo: Seor, quin ha credo a nuestro anuncio? Y a quin se ha revelado el brazo del Seor?

12:39Por esto no podan creer, porque tambin dijo Isaas: 12:40Ceg los ojos de ellos, y endureci su corazn; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazn, Y se conviertan, y yo los sane. 12:41Isaas dijo esto cuando vio su gloria, y habl acerca de l. 12:42Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en l; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. 12:43Porque amaban ms la gloria de los hombres que la gloria de Dios. Las palabras de Jess juzgarn a los hombres

12:44Jess clam y dijo: El que cree en m, no cree en m, sino en el que me envi; 12:45y el que me ve, ve al que me envi. 12:46Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en m no permanezca en tinieblas. 12:47Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 12:48El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgar en el da postrero. 12:49Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envi, l me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 12:50Y s que su mandamiento es vida eterna. As pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho. Jess lava los pies de sus discpulos Captulo 13

13:1Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jess que su hora haba llegado para que pasase de este mundo al Padre, como haba amado a los suyos que estaban en el mundo, los am hasta el fin. 13:2Y cuando cenaban, como el diablo ya haba puesto en el corazn de Judas Iscariote, hijo de Simn, que le entregase, 13:3sabiendo Jess que el Padre le haba dado todas las cosas en las manos, y que haba salido de Dios, y a Dios iba, 13:4se levant de la cena, y se quit su manto, y tomando una toalla, se la ci. 13:5Luego puso agua en un lebrillo, y comenz a lavar los pies de los discpulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceido. 13:6Entonces vino a Simn Pedro; y Pedro le dijo: Seor, t me lavas los pies? 13:7Respondi Jess y le dijo: Lo que yo hago, t no lo comprendes ahora; mas lo entenders despus. 13:8Pedro le dijo: No me lavars los pies jams. Jess le respondi: Si no te lavare, no tendrs parte conmigo. 13:9Le dijo Simn Pedro: Seor, no slo mis pies, sino tambin las manos y la cabeza. 13:10Jess le dijo: El que est lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues est todo limpio; y vosotros limpios estis, aunque no todos. 13:11Porque saba quin le iba a entregar; por eso dijo: No estis limpios todos. 13:12As que, despus que les hubo lavado los pies, tom su manto, volvi a la mesa, y les dijo: Sabis lo que os he hecho? 13:13Vosotros me llamis Maestro, y Seor; y decs bien, porque lo soy. 13:14Pues si yo, el Seor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros tambin debis lavaros los pies los unos a los otros. 13:15Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros tambin hagis. 13:16De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su seor, ni el enviado es mayor que el que le envi. 13:17Si sabis estas cosas, bienaventurados seris si las hiciereis. 13:18No hablo de todos vosotros; yo s a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levant contra m su calcaar. 13:19Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creis que yo soy. 13:20De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a m; y el que me recibe a m, recibe al que me envi. Jess anuncia la traicin de Judas (Mt. 26.20-25; Mr. 14.17-21; Lc. 22.21-23)

13:21Habiendo dicho Jess esto, se conmovi en espritu, y declar y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. 13:22Entonces los discpulos se miraban unos a otros, dudando de quin hablaba. 13:23Y uno de sus discpulos, al cual Jess amaba, estaba recostado al lado de Jess. 13:24A ste, pues, hizo seas Simn Pedro, para que preguntase quin era aquel de quien hablaba. 13:25El entonces, recostado cerca del pecho de Jess, le dijo: Seor, quin es? 13:26Respondi Jess: A quien yo diere el pan mojado, aqul es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simn. 13:27Y despus del bocado, Satans entr en l. Entonces Jess le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo ms pronto. 13:28Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendi por qu le dijo esto. 13:29Porque algunos pensaban, puesto que Judas tena la bolsa, que Jess le deca: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres. 13:30Cuando l, pues, hubo tomado el bocado, luego sali; y era ya de noche. El nuevo mandamiento

13:31Entonces, cuando hubo salido, dijo Jess: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en l. 13:32Si Dios es glorificado en l, Dios tambin le glorificar en s mismo, y en seguida le glorificar. 13:33Hijitos, an estar con vosotros un poco. Me buscaris; pero como dije a los judos, as os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podis ir. 13:34Un mandamiento nuevo os doy: Que os amis unos a otros; como yo os he amado, que tambin os amis unos a otros. 13:35En esto conocern todos que sois mis discpulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Jess anuncia la negacin de Pedro (Mt. 26.31-35; Mr. 14.27-31; Lc. 22.31-34)

13:36Le dijo Simn Pedro: Seor, a dnde vas? Jess le respondi: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirs despus. 13:37Le dijo Pedro: Seor, por qu no te puedo seguir ahora? Mi vida pondr por ti. 13:38Jess le respondi: Tu vida pondrs por m? De cierto, de cierto te digo: No cantar el gallo, sin que me hayas negado tres veces. Jess, el camino al Padre Captulo 14

14:1No se turbe vuestro corazn; creis en Dios, creed tambin en m. 14:2En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si as no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 14:3Y si me fuere y os preparare lugar, vendr otra vez, y os tomar a m mismo, para que donde yo estoy, vosotros tambin estis. 14:4Y sabis a dnde voy, y sabis el camino. 14:5Le dijo Toms: Seor, no sabemos a dnde vas; cmo, pues, podemos saber el camino? 14:6Jess le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por m. 14:7Si me conocieseis, tambin a mi Padre conocerais; y desde ahora le conocis, y le habis visto. 14:8Felipe le dijo: Seor, mustranos el Padre, y nos basta. 14:9Jess le dijo: Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a m, ha visto al Padre; cmo, pues, dices t: Mustranos el Padre? 14:10No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en m? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en m, l hace las obras. 14:11Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en m; de otra manera, creedme por las mismas obras. 14:12De cierto, de cierto os digo: El que en m cree, las obras que yo hago, l las har tambin; y aun mayores har, porque yo voy al Padre. 14:13Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo har, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14:14Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo har. La promesa del Espritu Santo

14:15Si me amis, guardad mis mandamientos. 14:16Y yo rogar al Padre, y os dar otro Consolador, para que est con vosotros para siempre: 14:17el Espritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocis, porque mora con vosotros, y estar en vosotros. 14:18No os dejar hurfanos; vendr a vosotros. 14:19Todava un poco, y el mundo no me ver ms; pero vosotros me veris; porque yo vivo, vosotros tambin viviris. 14:20En aquel da vosotros conoceris que yo estoy en mi Padre, y vosotros en m, y yo en vosotros. 14:21El que tiene mis mandamientos, y los guarda, se es el que me ama; y el que me ama, ser amado por mi Padre, y yo le amar, y me manifestar a l. 14:22Le dijo Judas (no el Iscariote): Seor, cmo es que te manifestars a nosotros, y no al mundo? 14:23Respondi Jess y le dijo: El que me ama, mi palabra guardar; y mi Padre le amar, y vendremos a l, y haremos morada con l. 14:24El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habis odo no es ma, sino del Padre que me envi. 14:25Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 14:26Mas el Consolador, el Espritu Santo, a quien el Padre enviar en mi nombre, l os ensear todas las cosas, y os recordar todo lo que yo os he dicho. 14:27La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazn, ni tenga miedo. 14:28Habis odo que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habrais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. 14:29Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creis. 14:30No hablar ya mucho con vosotros; porque viene el prncipe de este mundo, y l nada tiene en m. 14:31Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mand, as hago. Levantaos, vamos de aqu. Jess, la vid verdadera Captulo 15

15:1Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 15:2Todo pmpano que en m no lleva fruto, lo quitar; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiar, para que lleve ms fruto. 15:3Ya vosotros estis limpios por la palabra que os he hablado. 15:4Permaneced en m, y yo en vosotros. Como el pmpano no puede llevar fruto por s mismo, si no permanece en la vid, as tampoco vosotros, si no permanecis en m. 15:5Yo soy la vid, vosotros los pmpanos; el que permanece en m, y yo en l, ste lleva mucho fruto; porque separados de m nada podis hacer. 15:6El que en m no permanece, ser echado fuera como pmpano, y se secar; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 15:7Si permanecis en m, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queris, y os ser hecho. 15:8En esto es glorificado mi Padre, en que llevis mucho fruto, y seis as mis discpulos. 15:9Como el Padre me ha amado, as tambin yo os he amado; permaneced en mi amor. 15:10Si guardareis mis mandamientos, permaneceris en mi amor; as como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 15:11Estas cosas os he hablado, para que mi gozo est en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. 15:12Este es mi mandamiento: Que os amis unos a otros, como yo os he amado. 15:13Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. 15:14Vosotros sois mis amigos, si hacis lo que yo os mando. 15:15Ya no os llamar siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su seor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que o de mi Padre, os las he dado a conocer. 15:16No me elegisteis vosotros a m, sino que yo os eleg a vosotros, y os he puesto para que vayis y llevis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, l os lo d. 15:17Esto os mando: Que os amis unos a otros. El mundo os aborrecer

15:18Si el mundo os aborrece, sabed que a m me ha aborrecido antes que a vosotros. 15:19Si fuerais del mundo, el mundo amara lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os eleg del mundo, por eso el mundo os aborrece. 15:20Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su seor. Si a m me han perseguido, tambin a vosotros os perseguirn; si han guardado mi palabra, tambin guardarn la vuestra. 15:21Mas todo esto os harn por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. 15:22Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendran pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. 15:23El que me aborrece a m, tambin a mi Padre aborrece. 15:24Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningn otro ha hecho, no tendran pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a m y a mi Padre. 15:25Pero esto es para que se cumpla la palabra que est escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron. 15:26Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviar del Padre, el Espritu de verdad, el cual procede del Padre, l dar testimonio acerca de m. 15:27Y vosotros daris testimonio tambin, porque habis estado conmigo desde el principio. Captulo 16

16:1Estas cosas os he hablado, para que no tengis tropiezo. 16:2Os expulsarn de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensar que rinde servicio a Dios. 16:3Y harn esto porque no conocen al Padre ni a m. 16:4Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordis de que ya os lo haba dicho. La obra del Espritu Santo Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. 16:5Pero ahora voy al que me envi; y ninguno de vosotros me pregunta: A dnde vas? 16:6Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazn. 16:7Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendra a vosotros; mas si me fuere, os lo enviar. 16:8Y cuando l venga, convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 16:9De pecado, por cuanto no creen en m; 16:10de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veris ms; 16:11y de juicio, por cuanto el prncipe de este mundo ha sido ya juzgado. 16:12An tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podis sobrellevar. 16:13Pero cuando venga el Espritu de verdad, l os guiar a toda la verdad; porque no hablar por su propia cuenta, sino que hablar todo lo que oyere, y os har saber las cosas que habrn de venir. 16:14El me glorificar; porque tomar de lo mo, y os lo har saber. 16:15Todo lo que tiene el Padre es mo; por eso dije que tomar de lo mo, y os lo har saber. La tristeza se convertir en gozo

16:16Todava un poco, y no me veris; y de nuevo un poco, y me veris; porque yo voy al Padre. 16:17Entonces se dijeron algunos de sus discpulos unos a otros: Qu es esto que nos dice: Todava un poco y no me veris; y de nuevo un poco, y me veris; y, porque yo voy al Padre? 16:18Decan, pues: Qu quiere decir con: Todava un poco? No entendemos lo que habla. 16:19Jess conoci que queran preguntarle, y les dijo: Preguntis entre vosotros acerca de esto que dije: Todava un poco y no me veris, y de nuevo un poco y me veris? 16:20De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraris y lamentaris, y el mundo se alegrar; pero aunque vosotros estis tristes, vuestra tristeza se convertir en gozo. 16:21La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero despus que ha dado a luz un nio, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. 16:22Tambin vosotros ahora tenis tristeza; pero os volver a ver, y se gozar vuestro corazn, y nadie os quitar vuestro gozo. 16:23En aquel da no me preguntaris nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dar. 16:24Hasta ahora nada habis pedido en mi nombre; pedid, y recibiris, para que vuestro gozo sea cumplido. Yo he vencido al mundo

16:25Estas cosas os he hablado en alegoras; la hora viene cuando ya no os hablar por alegoras, sino que claramente os anunciar acerca del Padre. 16:26En aquel da pediris en mi nombre; y no os digo que yo rogar al Padre por vosotros, 16:27pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habis amado, y habis credo que yo sal de Dios. 16:28Sal del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre. 16:29Le dijeron sus discpulos: He aqu ahora hablas claramente, y ninguna alegora dices. 16:30Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios. 16:31Jess les respondi: Ahora creis? 16:32He aqu la hora viene, y ha venido ya, en que seris esparcidos cada uno por su lado, y me dejaris solo; mas no estoy solo, porque el Padre est conmigo. 16:33Estas cosas os he hablado para que en m tengis paz. En el mundo tendris afliccin; pero confiad, yo he vencido al mundo. Jess ora por sus discpulos Captulo 17

17:1Estas cosas habl Jess, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que tambin tu Hijo te glorifique a ti; 17:2como le has dado potestad sobre toda carne, para que d vida eterna a todos los que le diste. 17:3Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el nico Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 17:4Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 17:5Ahora pues, Padre, glorifcame t al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. 17:6He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 17:7Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 17:8porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que sal de ti, y han credo que t me enviaste. 17:9Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 17:10y todo lo mo es tuyo, y lo tuyo mo; y he sido glorificado en ellos. 17:11Y ya no estoy en el mundo; mas stos estn en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, gurdalos en tu nombre, para que sean uno, as como nosotros. 17:12Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guard, y ninguno de ellos se perdi, sino el hijo de perdicin, para que la Escritura se cumpliese. 17:13Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en s mismos. 17:14Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreci, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17:15No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 17:16No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17:17Santifcalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 17:18Como t me enviaste al mundo, as yo los he enviado al mundo. 17:19Y por ellos yo me santifico a m mismo, para que tambin ellos sean santificados en la verdad. 17:20Mas no ruego solamente por stos, sino tambin por los que han de creer en m por la palabra de ellos, 17:21para que todos sean uno; como t, oh Padre, en m, y yo en ti, que tambin ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que t me enviaste. 17:22La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, as como nosotros somos uno. 17:23Yo en ellos, y t en m, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que t me enviaste, y que los has amado a ellos como tambin a m me has amado. 17:24Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, tambin ellos estn conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundacin del mundo. 17:25Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y stos han conocido que t me enviaste. 17:26Y les he dado a conocer tu nombre, y lo dar a conocer an, para que el amor con que me has amado, est en ellos, y yo en ellos. Arresto de Jess (Mt. 26.47-56; Mr. 14.43-50; Lc. 22.47-53) Captulo 18

18:1Habiendo dicho Jess estas cosas, sali con sus discpulos al otro lado del torrente de Cedrn, donde haba un huerto, en el cual entr con sus discpulos. 18:2Y tambin Judas, el que le entregaba, conoca aquel lugar, porque muchas veces Jess se haba reunido all con sus discpulos. 18:3Judas, pues, tomando una compaa de soldados, y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue all con linternas y antorchas, y con armas. 18:4Pero Jess, sabiendo todas las cosas que le haban de sobrevenir, se adelant y les dijo: A quin buscis? 18:5Le respondieron: A Jess nazareno. Jess les dijo: Yo soy. Y estaba tambin con ellos Judas, el que le entregaba. 18:6Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. 18:7Volvi, pues, a preguntarles: A quin buscis? Y ellos dijeron: A Jess nazareno. 18:8Respondi Jess: Os he dicho que yo soy; pues si me buscis a m, dejad ir a stos; 18:9para que se cumpliese aquello que haba dicho: De los que me diste, no perd ninguno. 18:10Entonces Simn Pedro, que tena una espada, la desenvain, e hiri al siervo del sumo sacerdote, y le cort la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. 18:11Jess entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, no la he de beber? Jess ante el sumo sacerdote (Mt. 26.57-58; Mr. 14.53-54; Lc. 22.54)

18:12Entonces la compaa de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judos, prendieron a Jess y le ataron, 18:13y le llevaron primeramente a Ans; porque era suegro de Caifs, que era sumo sacerdote aquel ao. 18:14Era Caifs el que haba dado el consejo a los judos, de que convena que un solo hombre muriese por el pueblo. Pedro en el patio de Ans (Mt. 26.69-70; Mr. 14.66-68; Lc. 22.55-57)

18:15Y seguan a Jess Simn Pedro y otro discpulo. Y este discpulo era conocido del sumo sacerdote, y entr con Jess al patio del sumo sacerdote; 18:16mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Sali, pues, el discpulo que era conocido del sumo sacerdote, y habl a la portera, e hizo entrar a Pedro. 18:17Entonces la criada portera dijo a Pedro: No eres t tambin de los discpulos de este hombre? Dijo l: No lo soy. 18:18Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que haban encendido un fuego; porque haca fro, y se calentaban; y tambin con ellos estaba Pedro en pie, calentndose. Ans interroga a Jess (Mt. 26.59-66; Mr. 14.55-64; Lc. 22.66-71)

18:19Y el sumo sacerdote pregunt a Jess acerca de sus discpulos y de su doctrina. 18:20Jess le respondi: Yo pblicamente he hablado al mundo; siempre he enseado en la sinagoga y en el templo, donde se renen todos los judos, y nada he hablado en oculto. 18:21Por qu me preguntas a m? Pregunta a los que han odo, qu les haya yo hablado; he aqu, ellos saben lo que yo he dicho. 18:22Cuando Jess hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba all, le dio una bofetada, diciendo: As respondes al sumo sacerdote? 18:23Jess le respondi: Si he hablado mal, testifica en qu est el mal; y si bien, por qu me golpeas? 18:24Ans entonces le envi atado a Caifs, el sumo sacerdote. Pedro niega a Jess (Mt. 26.71-75; Mr. 14.69-72; Lc. 22.58-62)

18:25Estaba, pues, Pedro en pie, calentndose. Y le dijeron: No eres t de sus discpulos? El neg, y dijo: No lo soy. 18:26Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro haba cortado la oreja, le dijo: No te vi yo en el huerto con l? 18:27Neg Pedro otra vez; y en seguida cant el gallo. Jess ante Pilato (Mt. 27.1-2, 11-31; Mr. 15.1-20; Lc. 23.1-5, 13-25)

18:28Llevaron a Jess de casa de Caifs al pretorio. Era de maana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y as poder comer la pascua. 18:29Entonces sali Pilato a ellos, y les dijo: Qu acusacin trais contra este hombre? 18:30Respondieron y le dijeron: Si ste no fuera malhechor, no te lo habramos entregado. 18:31Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle segn vuestra ley. Y los judos le dijeron: A nosotros no nos est permitido dar muerte a nadie; 18:32para que se cumpliese la palabra que Jess haba dicho, dando a entender de qu muerte iba a morir. 18:33Entonces Pilato volvi a entrar en el pretorio, y llam a Jess y le dijo: Eres t el Rey de los judos? 18:34Jess le respondi: Dices t esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de m? 18:35Pilato le respondi: Soy yo acaso judo? Tu nacin, y los principales sacerdotes, te han entregado a m. Qu has hecho? 18:36Respondi Jess: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearan para que yo no fuera entregado a los judos; pero mi reino no es de aqu. 18:37Le dijo entonces Pilato: Luego, eres t rey? Respondi Jess: T dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. 18:38Le dijo Pilato: Qu es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, sali otra vez a los judos, y les dijo: Yo no hallo en l ningn delito. 18:39Pero vosotros tenis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. Queris, pues, que os suelte al Rey de los judos? 18:40Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a ste, sino a Barrabs. Y Barrabs era ladrn. Captulo 19

19:1As que, entonces tom Pilato a Jess, y le azot. 19:2Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de prpura; 19:3y le decan: Salve, Rey de los judos! y le daban de bofetadas. 19:4Entonces Pilato sali otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendis que ningn delito hallo en l. 19:5Y sali Jess, llevando la corona de espinas y el manto de prpura. Y Pilato les dijo: He aqu el hombre! 19:6Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: Crucifcale! Crucifcale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en l. 19:7Los judos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y segn nuestra ley debe morir, porque se hizo a s mismo Hijo de Dios. 19:8Cuando Pilato oy decir esto, tuvo ms miedo. 19:9Y entr otra vez en el pretorio, y dijo a Jess: De dnde eres t? Mas Jess no le dio respuesta. 19:10Entonces le dijo Pilato: A m no me hablas? No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? 19:11Respondi Jess: Ninguna autoridad tendras contra m, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene. 19:12Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judos daban voces, diciendo: Si a ste sueltas, no eres amigo de Csar; todo el que se hace rey, a Csar se opone. 19:13Entonces Pilato, oyendo esto, llev fuera a Jess, y se sent en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata. 19:14Era la preparacin de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judos: He aqu vuestro Rey! 19:15Pero ellos gritaron: Fuera, fuera, crucifcale! Pilato les dijo: A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos ms rey que Csar. 19:16As que entonces lo entreg a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jess, y le llevaron. Crucifixin y muerte de Jess (Mt. 27.32-50; Mr. 15.21-37; Lc. 23.26-49)

19:17Y l, cargando su cruz, sali al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Glgota; 19:18y all le crucificaron, y con l a otros dos, uno a cada lado, y Jess en medio. 19:19Escribi tambin Pilato un ttulo, que puso sobre la cruz, el cual deca: JESS NAZARENO, REY DE LOS JUDOS. 19:20Y muchos de los judos leyeron este ttulo; porque el lugar donde Jess fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el ttulo estaba escrito en hebreo, en griego y en latn. 19:21Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judos: No escribas: Rey de los judos; sino, que l dijo: Soy Rey de los judos. 19:22Respondi Pilato: Lo que he escrito, he escrito. 19:23Cuando los soldados hubieron crucificado a Jess, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron tambin su tnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. 19:24Entonces dijeron entre s: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quin ser. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre s mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y as lo hicieron los soldados. 19:25Estaban junto a la cruz de Jess su madre, y la hermana de su madre, Mara mujer de Cleofas, y Mara Magdalena. 19:26Cuando vio Jess a su madre, y al discpulo a quien l amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ah tu hijo. 19:27Despus dijo al discpulo: He ah tu madre. Y desde aquella hora el discpulo la recibi en su casa. 19:28Despus de esto, sabiendo Jess que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. 19:29Y estaba all una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y ponindola en un hisopo, se la acercaron a la boca. 19:30Cuando Jess hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entreg el espritu. El costado de Jess traspasado

19:31Entonces los judos, por cuanto era la preparacin de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el da de reposo (pues aquel da de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de all. 19:32Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que haba sido crucificado con l. 19:33Mas cuando llegaron a Jess, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. 19:34Pero uno de los soldados le abri el costado con una lanza, y al instante sali sangre y agua. 19:35Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y l sabe que dice verdad, para que vosotros tambin creis. 19:36Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No ser quebrado hueso suyo. 19:37Y tambin otra Escritura dice: Mirarn al que traspasaron. Jess es sepultado (Mt. 27.57-61; Mr. 15.42-47; Lc. 23.50-56)

19:38Despus de todo esto, Jos de Arimatea, que era discpulo de Jess, pero secretamente por miedo de los judos, rog a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jess; y Pilato se lo concedi. Entonces vino, y se llev el cuerpo de Jess. 19:39Tambin Nicodemo, el que antes haba visitado a Jess de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de loes, como cien libras. 19:40Tomaron, pues, el cuerpo de Jess, y lo envolvieron en lienzos con especias aromticas, segn es costumbre sepultar entre los judos. 19:41Y en el lugar donde haba sido crucificado, haba un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual an no haba sido puesto ninguno. 19:42All, pues, por causa de la preparacin de la pascua de los judos, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jess. La resurreccin (Mt. 28.1-10; Mr. 16.1-8; Lc. 24.1-12) Captulo 20

20:1El primer da de la semana, Mara Magdalena fue de maana, siendo an o