El Sr. Juez perdido en su laberinto

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El Sr. Juez perdido en su laberinto A horas en que un llamado a la reflexión y cordura de las autoridades de nuestro país no caería mal, tenemos que lamentar que un Sr. Juez - que de leyes sabrá pero del arte de curar, de acompañar al enfermo en su peor momento dudo mucho sepa algo- no tiene mejor manera que perder su tiempo que hacer declaraciones absurdas, sin sentido, torpes y basadas en su simple criterio basado en el desconocimiento, el mismo que le hizo -cual niño malcriado haciendo rabieta con su mamita engreidora - se quitara su distintivo que representa a un poder importante del Estado porque no le dieron la silla o lugar que deseaba tener junto al Presidente en el desfile ...Ver tanta inmadurez agobia, perturba, asusta pues es un alta autoridad se supone. ¿Pero que se le puede pedir a quien teniendo la oportunidad de devolver al Poder Judicial a su real nivel de servicio al pueblo y nivel de credibilidad, no ata ni desata?. No hay un plan coherente, racional para acabar con ese marasmo que envuelve a la justicia del país en la corrupción y es que el Sr. Juez Villa Stein parece estar perdido en su propio laberinto y desde allí nos lanza dardos que no sólo son atentatorios y ofensivos con la profesión médica, mucho peor aún, se atrevió a atacar a nuestro representante nacional y a la Institución que nos agrupa y representa. Jamás imaginé ver tan triste espectáculo de como una persona hace alarde de su propia ignorancia en un tema. Solito se falto el respeto al comportarse como el bravucón de la esquina del barrio, que tremendo fuera de lugar son sus conductas y palabras y que vergüenza provocan como peruana. No me extraña que viva paranoico pensando en seres malignos acechando en las sombras, pues lamentablemente el andar toda su vida en ambientes donde debe tratar con personas que han delinquido, que hablan con lenguaje sui generis -por su profesión de abogado-, hace que tenga una suerte de alteración del pensamiento -creo se llama delusiones- donde se recrean imágenes de Jack el Destripador, el Marqués de Sade, el Hijo de Sam, el Dr. Mengele y otros criminales parecidos que están en los hospitales al acecho de víctimas sobre las que regodearse con sadismo ....triste revelación de como una de las autoridades máximas de este país piensa, pobre de nosotros. Con razón la justicia esta como está y con razón nadie cree en ella. Pobre Sr. Juez, no me imagino que otras cosas tendrá en su cabeza distorsionadas acerca de la realidad, más bien da mucha tristeza imaginar que alguien así tenga en sus manos tanto poder. ¿Mutiladores en serie? ....Se equivoco de escenario, el Sr. Juez. Yo creo que estaba hablando de su entorno laboral. Pues más mutiladores que en el Palacio de Justicia no creo que haya, pues mutilan la esperanza de quienes claman justicia, con coimas, esperas eternas, imprecisiones, padrinazgos, etc. Mutiladores de expedientes que incluso desaparecen como por arte de magia. Mutiladores de la verdad pues la gente que tiene amigos aún sea probadamente culpable sale libre de polvo y paja - ¿no, Sr. Crousillat?.

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El Sr. Juez perdido en su laberinto

A horas en que un llamado a la reflexión y cordura de las autoridades de nuestro país no caería mal, tenemos que lamentar que un Sr. Juez - que de leyes sabrá pero del arte de curar, de acompañar al enfermo en su peor momento dudo mucho sepa algo- no tiene mejor manera que perder su tiempo que hacer declaraciones absurdas, sin sentido, torpes y basadas en su simple criterio basado en el desconocimiento, el mismo que le hizo -cual niño malcriado haciendo rabieta con su mamita engreidora - se quitara su distintivo que representa a un poder importante del Estado porque no le dieron la silla o lugar que deseaba tener junto al Presidente en el desfile ...Ver tanta inmadurez agobia, perturba, asusta pues es un alta autoridad se supone. ¿Pero que se le puede pedir a quien teniendo la oportunidad de devolver al Poder Judicial a su real nivel de servicio al pueblo y nivel de credibilidad, no ata ni desata?. No hay un plan coherente, racional para acabar con ese marasmo que envuelve a la justicia del país en la corrupción y es que el Sr. Juez Villa Stein parece estar perdido en su propio laberinto y desde allí nos lanza dardos que no sólo son atentatorios y ofensivos con la profesión médica, mucho peor aún, se atrevió a atacar a nuestro representante nacional y a la Institución que nos agrupa y representa. Jamás imaginé ver tan triste espectáculo de como una persona hace alarde de su propia ignorancia en un tema. Solito se falto el respeto al comportarse como el bravucón de la esquina del barrio, que tremendo fuera de lugar son sus conductas y palabras y que vergüenza provocan como peruana. No me extraña que viva paranoico pensando en seres malignos acechando en las sombras, pues lamentablemente el andar toda su vida en ambientes donde debe tratar con personas que han delinquido, que hablan con lenguaje sui generis -por su profesión de abogado-, hace que tenga una suerte de alteración del pensamiento -creo se llama delusiones- donde se recrean imágenes de Jack el Destripador, el Marqués de Sade, el Hijo de Sam, el Dr. Mengele y otros criminales parecidos que están en los hospitales al acecho de víctimas sobre las que regodearse con sadismo ....triste revelación de como una de las autoridades máximas de este país piensa, pobre de nosotros. Con razón la justicia esta como está y con razón nadie cree en ella. Pobre Sr. Juez, no me imagino que otras cosas tendrá en su cabeza distorsionadas acerca de la realidad, más bien da mucha tristeza imaginar que alguien así tenga en sus manos tanto poder. ¿Mutiladores en serie? ....Se equivoco de escenario, el Sr. Juez. Yo creo que estaba hablando de su entorno laboral. Pues más mutiladores que en el Palacio de Justicia no creo que haya, pues mutilan la esperanza de quienes claman justicia, con coimas, esperas eternas, imprecisiones, padrinazgos, etc. Mutiladores de expedientes que incluso desaparecen como por arte de magia. Mutiladores de la verdad pues la gente que tiene amigos aún sea probadamente culpable sale libre de polvo y paja - ¿no, Sr. Crousillat?.

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Y es que la memoria le falla en recordar que tiene tareas más importantes atrasadas, que en vez de estar diciendo incoherencias, soltando palabras alucinadas y haciendo eco a los interesados en crear todo este entramado a favor de las aseguradoras, debería estar ya sentado hace rato con el Ministro Pastor viendo como solucionar los problemas de su sector que ya son muchos empezando con los petroaudios que ya llevan más de un año esperando ser conocidos por todos y que ansiosos esperamos para saber más sobre las andanzas de la gente involucrada. Pobre Sr. Juez, en vez de buscar salidas a los problemas de su sector, ordenar su propia casa, busca ofender- ¿maniobra distractora?- Pero se enreda y tropieza con frases altisonantes, conductas que se parecen a las "garridoleccadas" para buscar un protagonismo innecesario y dañino a su investidura. Mejor se hubiera dedicado a su labor, la que le compete sin denigrarse así. Su conducta resulta irreal, burlesca y absurda. Y me reafirmo en lo dicho: está perdido en su propio laberinto, sin salida a ese caos llamado Poder Judicial, a ese sistema de justicia que como el de salud es injusto, desfasado, carente de principios básicos de solidaridad y de equidad, que no se preocupa de mejorar. Le preocupa más pelear por un sitio en un palco donde lucirse que en su trabajo. Por eso hay que tenerle pena, nosotros no buscamos esos protagonismos vanos y ridículos, pero eso sí no lo olvidemos pues quien ofende a la carrera médica nos ofende a todos la que la hemos seguido por vocación y amor a nuestro semejante, es como que ofendan a nuestra propia madre. Nadie tiene derecho a ensañarse con nuestro trabajo, menos aún crear caos y desconfianza entre la población exacerbándola contra los médicos, eso sí es criminal, es doloso e infame. Y desde donde estemos demosle una lección, defendamos orgullosos el honor de nuestra carrera haciendo lo que mejor sabemos hacer: trabajar por la salud de los que nos necesitan, la mejor forma de callar las voces de la ignorancia y el atrevimiento de quienes perdidos, alucinados hablan sin saber y mucho peor sin pensar.

Iliana Romero Giraldo