El Teatro Para Ninos Paradojas

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  • El teatro para niosy sus paradojasReflexiones desde la plateaRuth Mehl

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    > Dedicatoria y agradecimientos

    Todo lo que uno hace se lo debe a mucha gente. A veces loagradece, a veces, no. A veces sabe quines son, pero de muchos ni se dacuenta. Eso de que nadie es una isla, es demasiado cierto.

    En este espacio, quisiera dar las gracias, a algunas de la numerosospersonas que me ayudaron a concretar este proyecto.

    Para empezar, a mi familia. Mi querido y extraado esposoFernando y mis hijos Fernando y Ximena. Ellos me soportaronestoicamente, como lo hace toda familia que se precie, en mis altibajos dehumor, de tiempo y de trabajo. Pero tambin me ayudaron, clasificandoprogramas, tipeando, revisando, y, sobre todo, escuchndome.

    A Syria Poletti, que pens en m para confiarme una suplencia de laque nunca me libr...

    A Susana Pereyra Iraola, que inici todo esto pidindome, cuandoestbamos en La pgina de la mujer, el hogar y el nio, que leagregara un comentario muy breve a algunos espectculos ya que no eraalgo regular en ninguna seccin del diario.

    Al director del diario La Nacin, el Dr. Bartolom Mitre que, hacemuchos aos, mediando en un conflicto por espacio entre distintassecciones, decidi que la crtica de espectculos para nios se hiciera enla pgina de Espectculos, y le dio con ese pase, la categora de artemerecedor de ese lugar, junto a los de adultos, con gran alegra y terrorde mi parte.

    Al Dr. Claudio Escribano, que cuando algunos vaivenes de cambiossacudan un poco ese pequeo espacio semanal, le brindaba nuevamentela solidez de su apoyo.

    Agradezco a mis colegas de la seccin Espectculos del diario LaNacin, en especial, Susana Freire, a los distintos jefes de la pgina entodos estos aos, que valoraron este quehacer, me alentaron y ayudaron.

    A muchas amigas y amigos que soportaron mis reflexiones, dudas,

    Mehl, RuthEl teatro para nios y sus paradojas : reflexiones desde la platea / Ruth Mehl ; ilustrado por Oscar Ortz ; con prlogo de Susana Freire. - 1a ed. - Buenos Aires : Inst. Nacional del Teatro, 2010.318 p. ; 22x15 cm. - (Estudios teatrales)

    ISBN 978-987-9433-78-2

    1. Teora del Teatro. I. Ortz, Oscar, ilus. II. Freire, Susana, prolog. III. TtuloCDD 792.01

    Fecha de catalogacin: 05/01/2010

    C O N S E J O E D I T O R I A L> Beatriz Lbatte> Gladis Contreras> Mnica Leal> Alicia Tealdi> Carlos Pacheco

    S T A F F E D I T O R I A L

    > Carlos Pacheco> Raquel Weksler> Elena del Yerro (Correccin)> Mariana Rovito (Diseo de tapa)> Gabriel DAlessandro (Diagramacin interior) > Grillo Ortiz (Ilustracin de tapa)

    Inteatro, editorial del Instituto Nacional del Teatro

    ISBN 978-987-9433-78-2

    Impreso en la Argentina - Printed in Argentina.Queda hecho el depsito que marca la Ley 11.723.Reservados todos los derechos.

    Impreso en Buenos Aires, marzo de 2010.Primera edicin: 3.500 ejemplares

    Esta edicin fue aprobada por el Consejo de Direccin del INT en Acta N 232/08.Ejemplar de distribucin gratuita - Prohibida su venta

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    > A manera de aclaracin

    Todo lo que digo en estas pginas surge desde una mirada personalhasta donde se puede ser personal en una sociedad con tanto bombardeode ideas, frases, palabras, declaraciones y dentro de un tema en el que heestado sumergida y expuesta a toda clase de influencias.

    Aunque tengo opiniones, no creo tener claves, no creo tener respuestasabsolutas, no me propongo demostrar nada al menos conscientemente.

    Tal vez quien lea estas pginas coincida conmigo en que la combinacinchicos/teatro produce una sustancia de gran energa, muy explosiva ybastante reacia a los encuadres dogmticos.

    As que, un poco cobardemente, dira que me sigo situando en eseprivilegiado lugar de testigo, de espectadora y arrimo algunas ideas.

    Hay algo que siempre sostuve, y expres enfticamente en mi libro Conste s, con ste, no: ms de 500 fichas sobre literatura infantil argentina: no creoen los absolutos; pienso que la verdad es ms grande que cada uno denosotros y que todos nosotros juntos. Y yo estoy ubicada en mis coordenadasque son nicas, y mi mirada es nica, s, pero una de miles.

    As que este trabajo responde sencillamente a la idea de creer que aalguien le pueda servir que cuente lo que he visto y veo, y cmo me he sentidoy me siento.

    He estado calculando que, en 30 aos de cobertura ininterrumpida de losespectculos infantiles en la ciudad de Buenos Aires, presenci al menos 1.800.Es fcil deducir que hubo excelentes, muy buenos, buenos, regulares y malos (yalgunos muy malos) y que ocurrieron en los ms diversos escenarios. Los niosms chicos de las primeras pocas ya tienen ms de 30 aos. Las generaciones deespectadores se han ido sucediendo y cambiando, y tambin se han idosucediendo y cambiando algunas generaciones de autores, directores y actores.Y ha cambiado la sociedad, a la que le pasaron muchas cosas.

    De esa sociedad salimos nosotros: los adultos realizadores y los adultosespectadores. Con nuestros valores vapuleados, nuestros sueos deshilachados,

    marchas y contramarchas durante largas charlas de caf. A Carlos Pacheco, que me alent y contuvo mi ansiedad mientras

    esperaba el veredicto del Comit Editorial del Instituto Nacional deTeatro. Al Comit y al Instituto por querer ocuparse de este tema.

    Muy especialmente, a los directores y autores de los espectculosque tanto me ensearon con sus trabajos, con sus sinceras conversaciones,inclusive con sus inevitables enojos.

    Y a los actores, escengrafos, vestuaristas, coregrafos, msicos,titiriteros, iluminadores, que me brindaron la magia y la emocin de estequehacer tan hermoso y trascendente.

    Por supuesto, este trabajo est dedicado a los chicos, nuestrosnios, a los que tuve el privilegio de acompaar todos estos aos, esosque se sentaban en la butaca contigua o delante o detrs de la ma, y queespero que lo seguirn haciendo, siempre, porque ellos se merecen elteatro.

  • > Cmo est organizado este material

    El material inicial para este trabajo se origin en una investigacin con elauspicio del Fondo Nacional de las Artes, que me asign una beca en 1995.Cont en esa ocasin con el apoyo y la orientacin de Cecilio Madanes, dequien recuerdo con gratitud su gran sensibilidad y saber como hombre deteatro, y su sentido comn acompaado de un hermoso buen humor.

    La idea de esta propuesta es detectar algunos de los mensajes que sepresentan en la unidad que constituye un espectculo y de all partir haciaalgunas conclusiones sobre qu piensan y qu les pasa a los adultos que loshan producido.

    Este estudio no pretende ser un tratado sociolgico, psicolgico,pedaggico, ni siquiera histrico: es un testimonio personal apoyado en laexperiencia vivida frente a este fenmeno que no solo es artstico y culturalsino tambin en nuestro pas al menos social. Y ver si nos dice algo decmo somos y funcionamos como sociedad.

    Las fichas procuran ser descriptivas, y a la vez incluyen comentariosanalticos. Llevan, en la medida en que he conservado esa informacin, datossobre la fecha de estreno. No he consignado otros datos histricos, pero aveces he agregado una referencia o ancdota que me pareci interesante.

    Las reseas y anlisis estn agrupados segn los elementos que losespectculos aportan en cada caso a los propsitos de este estudio. Al final,esos ejemplos se cruzan porque algunos espectculos pueden ser tiles paramostrar varios enfoques. Por ejemplo, El Nuevo, de Mara Ins Falconi,puede estar ilustrando el tema discriminacin, diferencias, y otros, pero, a suvez, podra estar incluido en vida cotidiana, hogar, escuela, etctera.

    Como siempre he insistido en mi columna crtica, mi lectura es sobre loque me dijo el espectculo como tal, no por las moralejas enunciadas osobreentendidas o la intencin expresada por el autor ya sea en una entrevistao en el programa y que puedo o no haber encontrado luego reflejada en elescenario. En algunos casos, logro explicar por qu esa intencin no est, o al

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    nuestras cicatrices, pero con alguna clase de esperanza, ya que seguimosponiendo la mirada en los nios.

    Me incluyo, digo nosotros, porque creo que tenemos una pasincomn. Eso me permite estar cerca de los realizadores en ese momento inicialcuando nacen los proyectos. Pero, me guste o no, tengo muy claro que loscaminos se separan, y a veces mucho, cuando me toca a m hacer mi trabajoespecfico.

    Yo tengo que sentarme en una butaca en la platea, olvidarme de lossueos y las intenciones de quienes estn en el escenario y detrs del escenario,y contar lo que veo.

    Tengo un privilegio y tambin una carencia. No puedo estar en lacocina, pero desde ese lugar muy especial, sentada junto a los chicos y lospadres, y tambin desde las conversaciones con los realizadores, he aprendidomucho. Esa es la experiencia que puedo compartir.

    Espero que en este viaje que les propongo hacer juntos a travs deltiempo y las modas, con la ayuda de unos setenta anlisis de espectculosrepresentativos ustedes puedan ver tambin algunas cosas que he presenciado,estar de acuerdo conmigo y disentir, o aunque ms no sea tener ganas deprofundizar en lo que el teatro para nios nos dice de lo que somos nosotroscomo sociedad.

    Personalmente siempre experiment, al abordar este tema, que solo sepuede sacar alguna conclusin, alguna pista, si se lo enfrenta con una actitudde completa humildad; es decir admitiendo sinceramente que no sabemos

    Para que dibujemos un mapa, un terreno desde donde tomar algunoselementos, me permito elegir algunas lneas de aproximacin a este fenmenoque escapa a un anlisis absoluto porque tiene que ver con esos dos profundosy maravillosos misterios que acabo de mencionar: el nio y el arte teatral.

    RUTH MEHL

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  • >Prlogo

    Quien piense que es fcil hacer teatro para chicos est muyequivocado. Y es una tarea mucho ms difcil todava hacer la crtica deun espectculo destinado al pblico infantil. Y de este oficio, nadie msidnea para hablar que Ruth Mehl, una profesional profundamentecomprometida con su quehacer hasta el punto de transformarse en unadalid para defender el estado mental y emocional de los pequeosespectadores.

    Hacer el prlogo de este libro es una tarea placentera cuando seconoce la personalidad de la autora que se traduce en un miradarigurosa, sin concesiones y, sobre todo, cuando tiene la valiosa humildadde reconocer que este estudio que presenta en esta edicin "no pretendeser un tratado sociolgico, psicolgico, pedaggico, ni siquiera histrico:es un testimonio personal apoyado en la experiencia vivida frente a estefenmeno que no solo es artstico y cultural sino tambin en nuestropas al menos social. Y ver si nos dice algo de cmo somos yfuncionamos como sociedad".

    Treinta aos ininterrumpidos dedicados a esta profesin lahabilitan para enfrentar a una sociedad cuyos miembros ms jvenes,probablemente en una gran mayora, han sido destinatarios alguna vezde su mirada crtica.

    Hay temas que son muy importantes y sobre los cuales no sereflexiona con profundidad. Las propuestas para los chicos no son unespectculo ms, es un espacio que convoca a la familia y tiene queofrecer un entorno amable y seguro.

    Ruth Mehl no pretende con su crtica asumir posiciones soberbiasfrente al hecho teatral, ya que, por su condicin de arte temporal y envivo, puede asegurarse que habr tantas opiniones como sensibilidadesse encuentren presentes en la misma sala teatral y frente al mismo hechoartstico.

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    menos, no la encontr. Generalmente, he tratado de alejarme de la postura deexcederme en el anlisis, buscar las causas o dar consejos, por temor a incurriren un cierto dogmatismo algo difcil de eludir cuando estamos convencidosde una cosa pero principalmente porque pienso que el teatro dice desde laaccin teatral, y cada uno tiene que hacer su propia lectura.

    Honestamente, no s por qu unos espectculos funcionan y otros no,por qu algunos tienen xito de taquilla y otros fracasan. A veces me haresultado casi dolorosa la poco repercusin de una obra excelente, y otras, meha indignado la popularidad que alcanz un trabajo pobre y hasta malicioso.El pblico es un misterio, tanto si se trata de nios como de adultos, eindiscutiblemente hay muchos imponderables en juego.

    He incluido reflexiones sobre distintos aspectos de este quehacer brevesen relacin a su importancia, y cuya profundizacin merecera la escritura deotro libro que, por tratarse de temas que habitualmente se manifiestan en losescasos debates que hay sobre el asunto y porque a la vez son preguntas quesurgen de cualquier adulto interesado, me pareci oportuno volcarlas ac.

    En este libro ofrezco mi visin y mi opinin, con absoluta conviccin yese es mi compromiso con quien lo lea sabiendo que hay otros puntos devista, otras miradas, igualmente vlidos que, sin duda, enriquecern ladiscusin.

    Tambin he incluido algunas frases y dichos de directores y autores, quereflejan esa especie de alfombra de intenciones sobre la que se apoya el teatropara chicos.

    Finalmente, surgen los grandes temas que desde una y otra estticacoinciden en la escena para los nios. All es donde los espectculosconvergen y divergen, y a mi entender, el foco gira hacia nosotros, los adultos,que somos quienes tomamos las decisiones.

    Y eso es todo, ms o menos. RUTH MEHL

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  • diversos cdigos. De modo que hay que tenerlos en cuenta, adems dereconocer que el teatro en s es mltiple en sus aspectos estticos, comodramaturgia, actuacin, coreografas, juego, escenografa, vestuario,iluminacin, videos, y efectos especiales, a los que tenemos que agregar,las artes circenses".

    Es mucha la informacin que ofrece este material y seguramente losadultos, teatristas o interesados en el espectculo infantil, encontrarn eneste libro las respuestas a sus inquietudes. Es un aporte invalorable a laactividad teatral, producto de dcadas de anlisis, de estudio y de crticadel espectculo infantil realizadas por una profesional honesta einquebrantable que se transform en la voz defensora de los derechos delos nios en materia de espectculos.

    SUSANA FREIRE

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    prlogo

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    Y sobre esto tambin la autora se detiene para analizar. "En estelibro ofrezco mi visin y mi opinin, con absoluta conviccin y ese esmi compromiso con quien lo lea, sabiendo que hay otros puntos devista, otras miradas, igualmente vlidos que, sin duda, enriquecern ladiscusin".

    Cuando se trata del universo creativo, en general, el artista hablapara sus congneres adultos. En cambio, cuando se trata de la actividadteatral infantil son los adultos los que escriben, dirigen e interpretan ycmo se puede estar seguro de la forma correcta de dirigirse a las mentesy a las emociones de los chicos cuando no hay frmulas que garanticenun resultado. Adems, y esto es muy importante, es el adulto el que eligelo que el nio va a ver. A esto tambin se refiere Ruth Mehl, porque laresponsabilidad de lo que los chicos reciben es solamente de los adultosque eligen por ellos, y que se basan para hacerlo en sus recuerdos deniez, cuando las pocas y los entornos eran distintos; en las experienciascon sus propios hijos que creen poder hacer extensivos a todos los demschicos; en la omnipotencia de pretender saber lo que les conviene a losdestinatarios de esos mundos de imaginacin y fantasa, o en la terriblecomodidad de darles lo que quieren para complacer el capricho.

    Otra de las ventajas que ofrece este libro es el anlisis de unaseleccin de espectculos para nios estrenados en la ciudad de BuenosAires, independientemente de que hayan logrado sus objetivosimplcitos o declarados. "La intencin es acercarnos a los mensajes que,consciente o inconscientemente, sus realizadores han trasmitido ytransmiten a los espectadores de corta edad. Aclaro que los espectculoshan sido escogidos solamente por su aporte a las lneas generales de estetrabajo", explica la autora.

    En general, cuando se habla de teatro para nios en nuestro medio,se alude al espectculo infantil, abarcando teatro musical, de texto,tteres, tteres y actores, teatro negro, danza, mimo, mimodanza y circo,que incluye, especialmente, acrobacia.

    "Muchos espectculos para nios de los ltimos aos, utilizan

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    > Introduccin

    Consideramos al teatro para nios, tal como se presenta en estasltimas dcadas, generado especialmente para una platea de menores,como un fenmeno de caractersticas singulares tensado entre dos polos:el nio espectador y el teatro como arte. All se compone un espacio conlmites ms o menos claros, donde los adultos buscan comunicarse conlas generaciones ms jvenes a partir de diversos objetivos, algunosaparentes y otros ocultos, algunos conscientes y otros inconscientes. Enese territorio que se convierte automtica y paradjicamente en tierrasanta y tierra de nadie, se pueden observar ideas, fantasas, prejuicios,mandatos y tendencias que involucran a los adultos responsables delproducto en alguna de sus etapas y a la sociedad en general, segn losprincipios que estn dominando en ese momento.

    El nio, ese desconocido

    El primer problema que aparece tanto al emprender como alanalizar un producto cultural dirigido a los nios radica en la dificultadpara conocer al destinatario.

    En una ocasin realic en el sexto grado de una escuela primaria deCapital Federal, un taller sobre seleccin de libros infantiles. Divididosen grupos y con un cuestionario de gua, chicos y chicas de 12 aostenan que seleccionar las caractersticas que deba poseer un libroapropiado para una edad menor a la de ellos. Despus de una mediahora de anlisis y discusiones, los informes de los grupos sealaroncondiciones bastante similares a las que se buscan desde la planificacineditorial (cantidad de pginas, tamao de la tipografa, colores, espaciosen blanco, extensin, cantidad de ilustraciones) pero la conclusingeneral era que resultaba muy difcil llegar a un acuerdo.

  • El adulto y su infancia

    El concepto de lo que el espectador nio es o no es, jams podr sertotalmente objetivo; se fusiona con la propia historia del adulto y con las cosas(ideas, sentimientos, emociones, valores, experiencias) que se quieren compartircon los nios, y eso es lo que est detrs de la idea creadora de cada autor. Escomo si se dijera: Esto se los quiero contar a ellos, all estn mis interlocutores.La idea es buena, es as, lo que a veces se olvida es que la imaginaria platea esapenas una suerte de identikit armado en la mente del adulto, con recortes muydiversos e incompletos, a veces muy alejado de la realidad.

    Este s es un rasgo que hace diferente al teatro para nios del teatro engeneral, en el cual los creadores estn simplemente compartiendo con sus pares,contemporneos.

    El rea del teatro para nios es un espacio delicado en muchos sentidos yuno muy importante es que en ese espacio los adultos nos encontramos connuestra propia infancia, e inevitablemente, nos tropezamos con el inconsciente.

    Muchas vivencias, sentimientos, miedos y deseos sepultados en lamemoria pueden aflorar en el curso de la creacin y conviene reconocerlos,ponerles nombre y examinarlos con claridad para saber en ltima instancia siestamos diciendo lo que realmente deseamos decir o se nos escap unmonstruo. Es cierto que lo que se dice sobre el escenario es apenas una partedel hecho teatral, hay otra parte, de gran peso, que es la construccin que haceel espectador con lo que se le entrega. Pero un adulto responsable, adems deatender a sus propias fantasas y buscar la mejor manera de darles formamediante su arte, debe, dentro de lo posible, tener en claro qu estcomunicando y para qu a una platea de mentes jvenes y personalidades endesarrollo. Los temas infantiles son la gran convocatoria del inconsciente y loque est all no siempre es fcilmente manejable. La experiencia demuestra queel oficio, la buena dramaturgia y la actitud profesional, junto con la honestidadms despojada, son los mejores recursos para evitar estos peligros.1

    el teatro para nios y sus paradojas

    introduccin

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    Cuando les pregunt en qu haban basado sus decisiones,surgieron los siguientes puntos de referencia:

    1. Pienso en mi hermanito (o primo o vecino).2. Recuerdo cuando yo tena esa edad.3. Lo puedo observar en los chicos de los otros grados

    que veo en la escuela.

    En definitiva, se trataba de observaciones por aproximacin y pordeduccin. Igualmente, no todas las opiniones coincidan, y hasta hubodespachos paralelos.

    El resumen final lo dio una nia que afirm: Yo creo que nopodemos elegir para los chicos menores que nosotros, porque somosmayores que ellos y los tiempos han cambiado tanto....

    Las atinadas observaciones que surgieron de esta experienciarealizada con la literatura, apuntan a la clave de un dilema que tambinse presenta en el teatro para nios: entre los creadores y los receptoresexiste una distancia insuperable que solo puede rellenarse parcialmentecon el recuerdo de la propia infancia y/o la observacin de lasgeneraciones actuales. Y es necesario remarcar lo de parcialmente,porque los tiempos cambian.

    La necesaria humildad que reclama esta aceptacin no siempre sehace presente en el lugar donde se gestan los productos culturales paranios. Por el contrario, los adultos responsables suelen decir: Yo s loque los chicos necesitan (quieren, buscan, disfrutan) y cuando surge lapregunta: Cmo lo sabe?, afloran los tres referentes antesmencionados: Me acuerdo de cuando yo era chico, lo veo en mi hijo,en mi hija, puedo observarlo en mis alumnos y uno ms, exclusivodel mundo adulto: Lo he ledo, lo he estudiado, tengo este o aquelttulo, soy profesional, me asesoro con un psiclogo.

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    1 Ver ms adelante, pginas 39 y 40, Humildad y trabajo profundo.

  • Parte I

    El teatro para niosy los malentendidosque lo circundan

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    > El teatro para nios y los malentendidos que lo circundan

    A. Con todos los chiches!

    Si concebimos al teatro como un hecho artstico con cdigosexpresivos mltiples que abarcan actuacin, manejo del espacio y deltiempo, cdigos visuales como la gestualidad corporal, la escenografa y elvestuario movimiento, coreografa, cdigos auditivos sonidos, la msica,la palabra (a lo que se agrega en estos tiempos los efectos especiales, lacombinacin con proyecciones, pantalla de TV, tteres, mscaras y hastaartes marciales, acrobacia, circo y ballet) y algo ms que es la suma de todoesto, tendremos en claro en qu puntos se acercan y dnde se separan elteatro destinado a los adultos y el teatro para nios.

    El teatro para nios ha recibido por el uso una designacin que abarcavarios rubros dentro del teatro: comedia musical, teatro de texto, teatro deactores, teatro de actores y muecos, mimo y clown, magia, teatro negro,acrobacia y artes marciales, y muchas otras combinaciones. Casi todas lasinstancias incluyen, o tratan de incluir, el canto y el baile, pero el granausente, en los ltimos tiempos es el llamado teatro de texto.

    Posiblemente la falta de dramaturgos sea buena parte de la razn deesta carencia, y esto tambin es significativo y revelador del perfil de lasociedad que produce los espectculos y la que los consume.

    De todas maneras, se puede constatar un cierto temor a la palabracuando se trata de espectadores nios. (Y no ser en algunos casos, pocotrabajo con la literatura?). Est demostrado que si la historia es buena y bienplanteada en el plano dramtico como ha ocurrido con afortunadasversiones de los clsicos los nios aceptan de buen grado el texto comovehculo trasmisor de las secuencias que se presentan. El problema reside enque habitualmente se subestima la inteligencia de los espectadores de pocaedad y se atribuye a su carencia evolutiva la dificultad que en realidad resideen un texto poco claro o un diseo dramtico deficiente.1

  • norteamericana, cuenta que, en una visita a Rusia, fue a ver un espectculoinfantil que le result extraordinario. A la salida, la gua y traductora la ayuda entrevistar a un grupo de nios que sala del teatro. Les preguntaba cules eransus gustos, si iban con frecuencia al teatro, el tipo de interrogantes que noinvaden la intimidad de los chicos. Pero cuenta un profesor de teatro seala una nena de ocho aos, y le dijo a la gua: Pregntele qu conclusiones sacde la obra. Cuando la traductora lo hizo, la nena, apabullada, se qued callada,y luego respondi: Que debemos ser honestos en todo momento. Elespectculo no tena nada que ver con la honestidad dice Broadman pero esania hizo lo que hubiera hecho cualquier nio en cualquier lugar del mundo:contest algo que pudiera complacer a los adultos y la salvara de la situacin.

    En la mayora de los casos, cuando los nios disfrutan profundamente deun espectculo, se quedan en silencio rumiando. Es como si no quisierandespertar de la magia, para permanecer en el mundo encantado que se arm enel escenario. No saben lo que les pasa ni qu les gust ms, y menos an, porqu. Intentar en ese momento invadir ese espacio tan ntimo donde estnprocesando sus imgenes y sus emociones es un verdadero atropello, que semerece una respuesta similar a la de la nia rusa que refiere Muriel Broadman.2

    La titiritera Mane Bernardo sola contar que en una de las primerasediciones de la Feria del Libro de Buenos Aires (en esa poca se haca solamentepara adultos) se decidi ofrecer algunos espectculos para nios y ella fueconvocada. Durante una de las funciones, se present un ejecutivo de lacomisin organizadora de la Feria. Mane cuenta que la sala, colmada, estaba enun silencio total. El buen seor se acerc y le susurr: Pero dnde est laparticipacin?. Y ella contest: Quiere ms participacin que este silencio?.

    C. Un ritual y una fiesta

    Para m, cada ida al teatro es un ritual. Participo de la ceremonia deobtener mi entrada, mi pase, ingresar con la gente, percibir su respiracin,seguir a un gua por un sendero delimitado a veces alfombrado, a veces,

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    B. Temido espectador

    En el mbito de los hacedores de teatro para nios, se insiste confrecuencia: La nica diferencia entre el teatro para adultos y el teatro para nioses que este debe ser mucho mejor. La dificultad est en que cada uno entiendeesta frase a su manera. De todos modos, aquellos que se dedican al gnero conseriedad reconocen que es necesario un alto grado de exigencia profesional (yesto significa calidad en todos los cdigos) para encarar un espectculo dedicadoa los nios.

    Y esto se dice no solamente por insistir en un nivel de realizacin, sino paraaclarar que el nio es un espectador muy perspicaz. El espectador de corta edades temido, precisamente porque sus reacciones son espontneas y sueledemostrar lo que siente.

    Hay nios que, afectados por el aburrimiento, piden ir al bao, se quejande algn imaginario dolor, o, directamente, lo expresan con las famosas y tantemidas preguntas: cundo nos vamos?, falta mucho para ir a casa?, yatermina, no?; otros, exigen compensaciones como golosinas, regalos, opromesas de algn paseo posterior.

    El autor y director Hugo Midn comenta que, en las primeras funcionesde una nueva obra, presta atencin al clima de la platea. A los veinte minutos,llega el momento crucial: si los chicos empiezan a hablar, se inquietan, o pidensalir (ir al bao o a comprar una golosina) ya s que la tensin baj y que algodebemos hacer para recuperarlos.

    Esta lectura depende mucho tambin del espectador y de su relacin conel adulto acompaante: as como hay nios enormemente espontneos, otros,ya sea por una especie de actitud protectora hacia la mam o el pap, o paraevitarse problemas, dicen que un espectculo les ha gustado aunque se hayanaburrido. Suelo insistir con esto, porque he observado en las salas el alto gradode diplomacia que llegan a ejercer algunos chicos en sus reacciones paracomplacer al adulto que los ha llevado.

    Esta absoluta sinceridad del nio es otros de los mitos sobre la infancia quedebe manejarse con reservas. Muriel Broadman, crtica y educadora

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  • para l tena la manera de recibir a los nios antes del comienzo de suespectculo. El hall de acceso era un jardn, con una inmensa pajarera, yuna fuente. De ese modo, los nios esperaban en un lugar de fantasa llenode detalles sugerentes que los iniciaba en la propuesta de aceptar la idea deun viaje mgico. Si bien en este caso era el Estado sovitico quien hacaposible emprendimientos de este tenor al financiar la sala y susproducciones exclusivamente dedicadas a los nios durante todo el aolo que interesa sealar es la importancia que tiene la manera en que serecibe al espectador y la conciencia de que en los momentos previos a lafuncin tambin hay cdigos y mensajes que el nio procesa.

    Cuando Cecilio Madanes fue director del teatro Coln, quiso montaruna pera para los nios. Recordaba una primera experiencia cuando,siendo muy pequeo, su padre lo haba llevado a ver Hansel y Gretel, deHumperdink. Con muy buen criterio, la program en versin completa, ycon todos los detalles en la puesta. La diferencia con una produccin paraadultos estuvo en el horario, el precio, y un programa especialmenteconfeccionado para explicarles cosas a los chicos respecto de lo que iban aver y escuchar. El resultado fue excelente. La sala palaciega, sus alfombras,sus cortinados, las luces, el foso y la orquesta, la ceremoniosa actitud de losacomodadores, respetuosos y amables a la vez, sirvieron de cdigossuficientemente significativos para el ritual. El mensaje fue claro: no huboni gritos, ni corridas de parte de los nios, los adultos contribuyeron (en sumayora) a serenarlos y contestaron en voz muy baja sus preguntas,aprovechando los intervalos para contarles lo que iba a pasar. De ese modoestuvo presente toda la magia del espectculo en todo el brillo de laescenografa, el vestuario, los cambios de escena, y la msica.4

    D. Una feria

    El comienzo de la comunicacin con el espectador es un factor bienaprovechado por las grandes producciones, que desde la calle y el hall de

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    pintado de colores, a veces con lucecitas que marcan el camino o adviertenlos desniveles y llegar hasta mi asiento, que es mo por ese rato. Recibo unaespecie de certificado, una hoja de ruta, un recuerdo (que eso y muchasotras cosas es el programa), me siento, miro a mi alrededor, leo ese papel,escucho la msica, los ruidos de la gente que llega y se acomoda, oigo lasvoces de los nios excitados, preguntando o pidiendo, percibo una especiede respiracin, de latido animal de algo que me rodea y se va convirtiendoen una masa compacta que espera impaciente, una entidad que, juntoconmigo, intenta vanamente adivinar lo que va a suceder all, al frente, en elescenario, en ese lugar mgico, ese altar, que est a oscuras o cerrado poruna cortina, pero una cortina que yo s que se va a descorrer o levantar, ouna oscuridad que yo s que va a desaparecer con las luces, o unas cosas, ounos bultos, formas misteriosas y quietas que anticipan sin revelar.Entonces me llega el momento de entregar mi complicidad, y me relajo,suelto mis reservas y me preparo para lo que va a pasarme.

    Y s que a m me va a pasar algo. Alguien va a aparecer en ese espaciomgico y misterioso y yo voy a querer ponerme sus zapatos o tomarme desu mano, y lo o la voy a acompaar cualquiera sea su trnsito, sintindomesegura en mi butaca, junto a mis compaeros de aventura, pero tambinall, en el escenario, respirando las emociones de los personajes, sintiendosus sentimientos, peleando sus batallas, riendo sus risas, y voy a seguir all,con l, ella o ellos, hasta que lleguemos al final, y entonces la obra me suelte,y yo regrese a mi butaca, y me relaje, y me vaya cambiada.

    Por lo que he observado, en general, para los nios ir al teatro esparticipar de una fiesta. En la infancia los ritos son muy importantes. En elteatro, la ceremonia comienza en la puerta. Este momento suele serignorado, dando un mensaje equivocado, por muchas compaas quehacen esperar a los chicos en lugares incmodos, no respetan un orden ycrean situaciones de malestar que los lleva inquietos o acelerados hasta elinterior de la sala.3

    Sergei Obrazov, el gran titiritero ruso, al hablar de cmo tena suespectculo montado en la sala de Mosc, destacaba la importancia que

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  • inclina por llevarse a casa un recuerdo de la obra para recrearla en susjuegos, tambin es cierto que esta fiebre comercial presenta una fazdiscriminatoria por el lado de los bolsillos de los padres. En realidad, elprograma debera cumplir tambin una funcin completa, ser atractivo,ldico, y evocador, para todos los nios.

    De este tipo de paramensajes el teatro infantil, especialmente el queocupa las salas cntricas de la ciudad y apunta a mayor xito comercial, estcada vez ms saturado, en una franja que abarca cada vez mayor cantidad depblico, abriendo una brecha muy grande entre los nios y el teatropropiamente dicho, cuando llega a confundir sus objetivos.5

    E. El nio consumidor

    En general, el nio se introduce en el mundo del teatro de la mano desu pap o mam, o de un abuelo o to que pretende ensearle algo,mostrarle un espectculo que goz de pequeo, iniciarlo en la magia de lasmarionetas, o en los cdigos del circo.

    Si bien la intencin de los adultos de querer compartir algo quedisfrutaron cuando chicos o que quisieron y no tuvieron constituye unaconstante en el dilogo entre distintas generaciones, la velocidad con que seproducen los cambios en la actualidad suelen atentar contra este deseo y enocasiones aquello que a uno lo deleit cuando nio ya no existe. Y a la vez,este inters de los adultos por las salidas de los nios actualmente se estasociando a muchas otras inquietudes que estn ms bien relacionadas consus propias necesidades antes que las de los nios.

    Tampoco debe olvidarse que el teatro ahora tambin cumple lafuncin de ser actividad escolar (y debe entretener y divertir y a la vez sereducativo).6

    El acceso a las salas de nenes cada vez ms pequeos parece obedecer aque la familia programa salidas durante los fines de semana, y no quierendejar al beb o no tienen quien lo cuide. O sea, vemos que el espectculo

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    entrada reciben al nio y a sus padres con gran cantidad de ofertascomerciales. Producciones Disney, en sus espectculos sobre hielo, hamontado verdaderas ferias, que hay que atravesar antes de llegar a la pista.All el espectador se encuentra con ofertas de muecos de todos lostamaos, juegos, elementos decorativos, mochilas, artculos escolares, ropa,golosinas y tambin comida: abunda el popcorn, los hot dogs losmarshmallows y otras supuestas exquisiteces norteamericanas.

    La vedette y directora Reina Reech al igual que otras conductoras yactrices de programas de televisin que han incursionado en el teatro paranios en vacaciones de invierno, suelen vender muequitas que lasrepresentan, vinchas con su nombre, antenitas luminosas, libritos parapintar y remeras con su imagen y la promocin del espectculo. Chiquititas,en sus diversas versiones, ha comercializado afiches, remeras, prendedores,vinchas, cassettes, calcomanas y fotos de las jvenes actrices y los actores.

    Otros espectculos, como en su momento Brigada Cola, que sepresent con mucho xito en vacaciones de invierno en el teatro, y provienede un programa de televisin, adems de los afiches y fotos, ofrecanjuguetes, rplica de los guerreros y de las armas. Los Power Rangerprofundizaban este consumismo agregando mscaras, espadas, sealesluminosas y hasta cinturones con poderes.

    En algunas de las presentaciones de Peter Pan, se venda con muchoxito, adems de la gorra de Peter, el garfio del Capitn Garfio, suadversario pirata; mientras que para las distintas secuencias de El Zorro, seofrecan su capa, su antifaz o su espada.

    En los ltimos aos ocurre que casi no hace falta que el espectculoorganice el show del merchandising. El negocio aparece espontneamentecon los vendedores callejeros que proponen objetos menos definidos en surelacin con la obra, y de calidades bastante variadas pero siempre con laposibilidad del toque mgico para el paseo: vinchas, varillas luminosas,globos metalizados, largavistas, fotos, llaveros, juguetes, libros con figuritas,rompecabezas.

    Si bien es cierto que el nio en general tiene algo de fetichista, y se

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  • menos encontrar que les permiten moverse en territorio conocido. Hay casisiempre superabundancia de versiones de Cenicienta, La Bella Durmiente, ElZorro, Blancanieves, El Mago de Oz, Pedro y el Lobo, Aladino, Al Bab, ElPrincipito, Pinocho. O, con otro enfoque, adaptaciones de Shakespeare,Molire, Chjov, Cervantes. La lista es extensa.

    Esto a veces resulta una paradoja: uno se pregunta si los intereses de losnios estn presentes y, en ese caso, hasta dnde puede un adulto manipularesos elementos. Porque si no entendemos que los chicos juegan, solos o consus pares, de manera distinta a lo que lo hacen con nosotros, que su mundomucho ms privado de lo que acaso nos gustara merece respeto y unacercamiento muy cuidadoso y que nuestro rol es guiarlos hasta la puerta dela fantasa, para limitarnos a quedarnos y esperarlos, la experiencia de ir a unespectculo juntos corre el riesgo de convertirse en una situacin ilgica en laque se asiste una obra para padres acompaados por sus hijos.8

    G. La justificacin pedaggica.El teatro para chicos debe ensear algo (debe?)

    En ocasiones he observado crticas a espectculos para nios en las quese resaltan sus valores pedaggicos. Puede ser que se consideren buenos porsus moralejas, por la informacin que aportan, o por los valores quedefienden. El anlisis se concentra en estas supuestas enseanzas y noconsidera demasiado si la resolucin teatral ha sido lograda. Parece noimportar mucho si las actuaciones son deficientes, si el vestuario esdescuidado o anodino, si la puesta confunde, si el texto es pobre; solo pareceimportar si proporciona algn conocimiento o una advertencia moral.

    Se puede decir de este tipo de propuestas, algo as como: trata sobre ladiscriminacin, defiende la ecologa, ensea a convivir, algunos hastaensean a comer y parece que eso justifica y valoriza todo.

    Varios espectculos han sido apreciados porque estimulan la lectura uofrecen informacin ambiental que puede aplicarse a una mejor conducta

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    infantil cumple una funcin social de entretenimiento, sobre todo en lasgrandes ciudades, y se ha convertido en un servicio esencial para los padresque quieren (o necesitan) salir con sus hijos el fin de semana. Y comoauxiliar de las familias, esta actividad busca complacerlas y abarcarlas.

    Se est trazando una nueva realidad: los espectadores son cada vez demenor edad. Y por eso, crece el nmero de espectculos para nios dejardn de infantes, obras que combinan narracin de cuentos y cancionespara los ms pequeos, especialmente acotadas en tema y tratamiento,mayormente en salas con produccin propia como La Galera Encantada y la dela Universidad Popular de Belgrano. Con relacin a esta ltima, la dramaturgaMara Ins Falconi, que comparte la direccin con Carlos de Urquiza , comentcon humor: Vamos a tener que habilitar un estacionamiento para cochecitos,porque cada vez son ms numerosos....7

    F. Los padres como objetivo en la mira de la comercializacin

    La conciencia de que el espectculo infantil convoca a la familia influyemucho en los contenidos, en los temas, y en la realizacin que a veces seinteresa ms por conquistar al adulto que lleva al nio que al chico mismo.

    Es lgico, el adulto es quien paga la entrada. Cul puede ser sumotivacin para comprarla? Sin duda, quiere pasar un buen rato con loschicos, quiere que disfruten, que se sientan bien, que recuerden el paseo. Aveces es ms que eso: muchos adultos cotejan cuidadosamente lasposibilidades, quieren regalarle a sus nios una experiencia enriquecedora einolvidable, se trata del gasto, del tiempo y las ilusiones invertidas. Tal vez poreso, los avisos de promocin prometen las cosas que suponen que el adultopide y muchos realizadores buscan cuidadosamente que el producto haga queel adulto se sienta bien, se divierta, reviva su infancia, que juegue.

    Es interesante observar que, sin duda teniendo en cuenta que el ttulo esuno de los factores vendedores, los temas suelen conectarse con cuentosclsicos o personajes que los adultos podran asociar a su propia infancia, o al

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  • notablemente numerosa. Era una concurrencia bastante tranquila, salvo elentusiasmo y los juegos de los nios, que se entregaba con toda el almainfantil a las ocurrencias ingenuas que se proponan desde el escenario. Enesos momentos de dolor, desconcierto y temor, el don ms preciado, lafamilia, los reuna gracias a ese espacio ldico donde volver a ser nio juntoa los nios: era afirmarse en los valores primordiales y tener esperanza. Alabrazarse a los payasos de alguna manera los adultos se abrazaban a lasilusiones, los sueos, y deseaban que no se perdieran. Luego, con el retornode la democracia, de las ilusiones, de un despertar a la libertad, un pocotorpe pero en gran parte sincero, los espectculos proliferaron como unestallido, para decir y cantar lo que se haba atorado en pechos y gargantas,o para simplemente ejercitar los msculos doloridos del juego y la fantasa.Una vez ms, se reafirm la funcin comunitaria del teatro para nios enuna sociedad que segua valorando la familia como bien supremo.

    I. Cuando los actores son nios/as

    En ocasiones, aparecen en cartel algunas producciones con niosactores. Y estamos obligados a decidir qu pensamos de ellas. Desde elpunto de vista de la crtica, honestamente, preferira no verlas. Mi grandilema es, puedo analizar el trabajo de un nio o una nia de la mismamanera que lo hago con un actor adulto? puedo decir, por ejemplo que fuemalo? puedo evitar pensar qu le pasar a ese nio cuando mi opininsalga impresa?

    En esas circunstancias siento que mi trabajo profesional estcondicionado y eso tampoco me parece justo. Adems, los chicos en elescenario son encantadores, seductores, representen o no su personaje, y seme ocurre que muchas veces son utilizados para que hagan precisamenteeso: seducir con su inocencia. Sigo pensando que, aunque es muy difcilque un mayor personifique a un nio, es peor que un nio est intentandohacer de personaje y asuma un papel que no le corresponde por su edad

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    ecolgica. En ocasiones, un espectculo es promovido a partir de una leyendaen la gacetilla que declara que se defienden los valores nacionales, se difundeel folklore, se ilustra sobre nuestra geografa. Y la verdad es que ni unchamam, ni un texto escrito en gauchesco, ni un gauchito con botas oalpargatas, ni actores con togas y tnicas griegas, o vestuario de la poca deShakespeare, pueden justificar un espectculo aburrido, sin ritmo o carentede una verdadera historia. Es ms, inversamente puede provocar en elespectador un rechazo hacia el tema, que lo induzca a esquivarlo en futurasocasiones. En concreto, lo que debemos evaluar en una obra es si la narracinrespeta el lenguaje y los cdigos teatrales, y lgicamente, en el caso que serefiera a un hecho real, si la investigacin fue realizada responsablemente.

    H. Un punto de encuentro comunitario

    Siendo un espacio que convoca a la familia, donde un cierto bienestarest garantizado, el teatro para chicos es tambin un lugar seguro, amable,un remanso la mayora de las veces para los adultos jvenes o con chicosa su cargo. Esto genera un buen clima para el dilogo, para elreconocimiento, para una cierta compaa y militancia. Pese a que cada vezes ms frecuente que los padres se muestran nerviosos, en situacin deaguante, con bebs histricos y prvulos encaprichados, la mayoraconcurre a una sala con la intencin de pasar un buen rato y a veces con elentusiasmo por la anticipacin de lo placentero, en el caso de conocer algnantecedente de la compaa, o del tema.

    Esta importante funcin social que cumple el teatro para nios, enesta ciudad al menos, se vio claramente en la poca de la dictadura militar ydurante la guerra de las Malvinas. En esos tiempos, la gente no sala muchoa la calle, ningn lugar pareca seguro, y por consiguiente, ms de unacompaa y ms de un empresario pensaron que habra poco o ningnpblico para las funciones de los sbados y domingos, y se preguntaron sino deban levantar. Pero ocurri lo contrario: la concurrencia fue masiva,

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  • creadores por otros caminos. Como si, al no encontrar las palabras queconstruyen las imgenes que necesitan, los autores se fueran conformandocon esta agradable sensacin de navegar por un mundo de gestos,movimientos, sonidos, luces, colores, e ignoran que, para que sea vlida, esaexperiencia tiene que estar ensamblada en un pensamiento claro y slidoque ser la nave que transporte lo dems.

    Tal vez le temen al poder de definicin, a la cualidad coagulante de lapalabra. Porque a veces la palabra traza los lmites, corta los flecossugerentes, intenta decir algo preciso, o desnuda el vaco.

    La palabra reclama silencio, pausas, un escuchar intencional, necesitaregresar a la voz de los intrpretes, surgir caliente e inquieta de lossentimientos de los personajes. Cuando se trata de actuar diciendo, el caminoa la emocin es ms lento, ms complejo, ms incierto en sus resultados: lapalabra puede hacerlo avanzar o detenerlo de la mano del silencio.

    Tal vez en estos tiempos, chicos y grandes se han acostumbrado,cuando salen de casa (e incluso dentro de casa) a gritar y hablarsimultneamente junto al otro, a envolverse en ruido, a no escuchar. Perolos nios, si se los deja, suelen elegir otras cosas, especialmente antes de caeren este temprano bombardeo del ruido.

    Cuando son bebs, disfrutan del sonido de su propia voz, del triunfode acertar con un nombre. Luego empiezan a divertirse con los juegos depalabras, las canciones, los trabalenguas, las rimas, las onomatopeyas. Sabensin necesidad de que se lo digan, que la palabra es poesa y es msica.Aprenden con avidez las canciones que escuchan, los nombres de lospersonajes de sus cuentos, hasta lenguajes crpticos e intrincados cdigos desus mundos de fantasa

    Los nios son como esponjas, absorben todo lo que tienen a mano,tambin las palabras: como en las rondas, como en las nanas, como en lascanciones populares, como en las canciones y poemas de msicos que estnescribiendo para ellos.11

    Y tambin, desde muy pequeos, los nios, con su natural sabidura,piden cuentos: se interesan por la palabra cuando narra, cuando construye

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    cronolgica de mandar a los otros nios de la platea mensajes, desde unlugar de privilegio.

    Es notable cmo se percibe esa sensacin de extraeza en la platea,sentada junto a los espectadores. A los chicos les resulta raro, incmodotener que reconocerle a un par ese tipo de ventaja: el escenario otorga esasuperioridad, y es posible que los nios espectadores no se lo crean tanfcilmente, o sea, sigan viendo a otros chicos y no a personajes.9

    Luego hay que pensar tambin en lo que puede pasar con laspersonalidades en crecimiento de los nios actores, que estn trabajando.

    J. La palabra en el escenario

    Son cada vez menos los espectculos para nios que trabajan con untexto que se pronuncia en voz alta en el escenario.

    Ya sabemos que, para decir algo sobre el escenario, se necesitafundamentar, ilustrar, razonar, interpretar, contar... De eso se trata con ladramaturgia, que significa el trabajo de escribir una historia para que searepresentada. Y para empezar, importa creer. Sobre todo, creer en la platea ycreer en la palabra: creer en el cuento. Pero, en la era informtica y de laaceleracin de las comunicaciones, del cable y la pila, nos hemos resignado acomunicarnos mediante gestos sintticos. La palabra tiene asignado losespacios medidos del e-mail y el mensaje de texto, y se est olvidando de fluircomo msica, crear suspenso, jugar con equvocos. Es como si la casa de lapalabra, la de los pensamientos y las reflexiones, estuviera abandonada.Como si hubiera telaraas, telas apolilladas, muebles desvencijados, espejosvelados, ventanas opacas.10

    Lo malo es que, al parecer, tambin los contadores de historias sebajaron del tren.

    Y uno se pregunta si ser porque ya no tienen historias, porque noconfan en ellas, o porque temen a la platea menuda.

    La posibilidad de usar otros recursos en el escenario parece llevar a los

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  • educarlos. Uno de los resultados de este fenmeno, es el encogimiento dehombros y la sonrisa, por parte de los adultos, con un: bueno, unatravesura, es divertido. Total. Ese peligrossimo total, que rebaja lapalabra anterior, el consejo, los intentos de establecer lmites para cundo ycmo se dicen y hacen las cosas. Si los transgresores son aplaudidos en elescenario, por qu no en la casa, la escuela, la calle?

    NOTAS

    1. Aqu es necesario hacer una salvedad. Al igual que con los adultos, no es posible generalizarcon los nios. A mucha gente le aburri Copenhague, por ejemplo, mientras otros espectadoressalan fascinados del espectculo. A otros (chicos o grandes) los cansan los espectculos de ballet.Del mismo modo, algunos chicos lloran con la oscuridad y otros se excitan con el suspenso.Tambin hay nios inquietos que solo se entretienen con el movimiento, y otros que disfrutande la poesa, la tensin dramtica, que saben escuchar. Cada nio es impredecible, y muchasveces las circunstancias familiares o personales determinan conductas sorpresivas. Pero lo ciertoes que los nios son mucho ms sensibles de lo que se les supone a la belleza que se trasmite porel ritmo, la hondura dramtica, el juego sutil de las palabras y sus significados, la forma de decir.Ms sobre esto en el comentario La palabra en el escenario.

    2. Muchas salas y grupos teatrales han intentado recoger comentarios de los nios y lo siguenhaciendo. Entregan hojas en blanco o impresas con preguntas. Las respuestas suelen seradems de breves, porque para ellos ya la obra se termin y quieren pasar a otra cosa muyelogiosas si les gust, y amables en caso contrario, por la mentada solidaridad y diplomacia delos nios hacia los adultos. Lindo, me gust, para salir del compromiso. Me reencant side veras gust. Muchas veces son las mams las que responden, y escriben largas notitas ennombre de los chicos, especialmente si hay algn sorteo de por medio. Otro recurso es la hojitapara dibujar. Pero los resultados con suerte pueden llegar a orientar en detalles que hicieron msimpacto en los chicos. Solo eso.

    3. Salas dedicadas al espectculo infantil como La Galera, galpn de arte, y la UniversidadPopular de Belgrano, por el contrario, estn dando la bienvenida desde la llegada. En La Galera,las paredes el techo y el piso tienen colores juguetones y candilejas, afiches, banquitos y revistas

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    imgenes en una secuencia, cuando les presenta personajes que pueden sersus amigos ms cercanos. Tal vez en algn momento, quienes hacen teatropara chicos tendran que poder superar los miedos al silencio y al texto yatreverse a buscar las palabras para darles volumen a sus cuentos. Porque loque verdaderamente sostiene de una u otra forma esta visin que duranteuna hora se levanta sobre un escenario para los nios, con ms o menosrecursos modernos, es eso, el cuento, ese que yo me puedo llevar a casa,para seguir recrendolo una y otra vez.12

    Claro que, en estos ltimos aos, ha surgido otra tendencia en el usode la palabra, que es para preocuparse. Porque de rgido, estereotipado yescolar, aunque no siempre carente de humor y poesa (salvo en los casos deAuls, Midn, Mara Elena Walsh y La Galera Encantada y Catarsis que yaprocuraban un poco ms de flexibilidad con ingenio), el lenguaje usado enlos espectculos infantiles, que nunca en su evolucin haba dejado de sercuidado, aparece con cierta frecuencia como chabacano, grosero, rudo, conel pretexto de que a eso estn acostumbrados los chicos, de que ven yescuchan cosas peores por la televisin, etctera. Parece que se ejercita unacierta demagogia como para decirle al nio soy de los tuyos, hablo comovos, suposicin mentirosa porque el adulto nunca deja de serlo, con elobjeto de conseguir una mayor complicidad. Esto logra su xito, los niospueden rer mucho, y querer ver esos espectculos tan divertidos adonde sedicen muchas malas palabras. No aparecen dentro de un contexto literarioque las justifique, es ms bien un recurso como hacer cosquillas. Pienso quepara el nio nunca dejar de ser (el actor o actriz) un grandote o unagrandota diciendo muchas veces y sin que nadie los reprenda, las palabrasque l y sus amigos dicen en voz baja y en secreto, y que han aprendido delos adultos, pero que saben que no deben decir en pblico. Y qu significaeso? Adnde conduce? A la diversin de transgredir, sin duda. Con quobjetivo? No puedo encontrarle la razn esttica a ese mal gusto gratuitoque a mi entender, ofende al teatro para nios. Excepto, como ya expres,una intencin de demagogia para ganarse la complicidad de la audiencia aespaldas de los adultos que tienen a su cargo la responsabilidad de

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  • crezca, tenga ese concepto del teatro y lo busque solamente para vaciar su mente, ono lo busque para nada.

    9. Esto me pareci claro en el caso de Derechos torcidos, de Hugo Midn.

    10. Aunque este fenmeno es comn, no se deben olvidar las excepciones, como los trabajos deHctor Presa, Carlos de Urquiza, Hugo Midn, Daniel Casablanca (con Granadina), GustavoMonje, Omar Calicchio, Giselle Pesacq, y otros, quienes no solamente en las canciones, sinotambin en los dilogos juegan de mil maneras posibles con la palabra. Y quedan aparte lasversiones de clsicos, o las muchas versiones con textos de Mara Elena Walsh, entre los quedebe destacarse el trabajo de Hctor Presa con su espectculo Mara Elena.

    11. La genial escritora y poeta de los nios, Mara Elena Walsh supo muy bien escribir paraellos, y sus canciones y poemas siguen llenando de magia generacin tras generacin.

    12. En El soldadito de plomo, de la Compaa Omar lvarez Tteres se busc, en la voz deAlfredo Alcn, que la palabra viajara por todos los caminos de la emocin. Y el actor narra conuna musicalidad casi austera esa historia de amor a la que acompaan imgenes creadas por lostteres. En El dueo del cuento de Silvina Reinaudi y Roly Serrano, la palabra narra, juega,propone en el dilogo perfiles de personajes entraables interpretados por los tteres, mientrasdesarrolla con humor un relato de accin y suspenso. El molinete, de Carlos Martnez vamostrando la historia del carismtico Zoquete, con dilogos breves y significativos y una accindramtica de mucho ritmo. El grupo Tentempi, en La planta de Bartolo, cuenta el cuento deLaura Devetach con tteres y murga, y la palabra da profundidad a los personajes. ClaudioHochman propone un cuento dentro del cuento en Cyrano, cuando junto al texto de Rostandpone dilogo, accin y una historia en los comediantes que la representan. Hugo Midn, se saleun poco del formato del musical en Huesito Carac y cuenta, mediante sus personajes, laaventura de un gauchito nuestro del campo que quiere justicia, El conjunto Libertablas, en sus versiones de Quijote y Pinocho, entrelaza palabra, accin y lafuerza dramtica de los grandes tteres y narra dos cuentos extraordinarios. Ariel Bufano en LaBella y la Bestia puso palabra, emocin, y la necesaria cadencia del relato para acompaarlo conunos muecos deslumbrantes que hacan flotar la poesa. Otro excelente ejemplo fue Franky,originalmente Frankenstein el monstruito, una versin de Eduardo Pavelic, con mucho humor ysin embargo seria en el momento de plantear la verdad.

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    para hojear. En la UPB (Universidad Popular de Belgrano Alfredo Fazzio) haba pequeospuestos con tteres, venta de golosinas, y un saln habilitado como biblioteca para disfrutar enfamilia antes o despus de la funcin.

    4. Solo un detalle lo puso por un breve momento fuera de tono: la cantante que interpretaba ala bruja, preocupada porque los nios pudieran pensar que ella era mala, les arroj caramelos alsalir a saludar. La corrida de chicos y algunos adultos, para recoger los caramelos del suelo, notena ningn punto en comn con el nivel artstico de lo que se acababa de presentar.

    5. Lo que tal vez no pueda ignorarse es que el lugar, el clima, la sala, especialmente el espaciodonde se espera para entrar, comunican algo, y esto puede ser una promesa de alegra y juego,misterio, algo aburrido, o una especie de nada. Hay una relacin estrecha entre la actitud delpblico y esta posibilidad de sentirse bien que la sala ofrece antes de dar sala. Silvia Copelo, ensu Teatro del Pasillo, tiene un pequeo caf para hacer antesala, y en las pareces hay estantes conlibros selectos para los nios. La UPB, abre, antes de la funcin la Biblioteca, con espaciosapropiados para sentarse a leer.

    6. La compaa El Museo Viajero, integrada por un equipo que incluye actores einvestigadores, ha puesto en escena varias obras referidas a momentos de la historia de laArgentina. Se vale de varios elementos atractivos: objetos y maquetas de gran tamao quereproducen ciudades, barcos, habitaciones, objetos reales o reconstruidos curiosos para elmomento presente, vestuario adecuado a la poca de la que se trata, curiosidades histricas nomuy conocidas, y un juego actoral basado en el humor, en el que siempre participa un directordel Museo y su ayudante. La frmula es interesante y cumple su objetivo didctico,entreteniendo en el formato y funcin. Sin negar, por supuesto, que en estos casos la actividadteatral est al servicio de la informacin histrica o cientfica.

    7. En la temporada de 2003 se estren Teatro Chupete, de Pipo Pescador, dirigida por DiegoReinhold, especialmente dedicada a nios de 1 a 3 aos. Y en 2005, Chiches, de Mara InsFalconi, mientras Pipo Pescador estrenaba Tirn de orejas (un primer cumpleaos). En 2007,apareci Canciones a upa, para nios de meses.

    8. Un ejemplo podra ser el formato musical con muchos efectos, que mantiene alertalos sentidos, con un tema que no se entiende completamente, en el que la historia solopuede ser enteramente descifrada por los adultos, pero que se ocupa cuidadosamentede no tener baches en el estmulo de los sentidos para que el chico se entretenga. Elpequeo espectador puede salir de la funcin alegre y satisfecho de haberseentretenido, aunque con un vaco no siempre muy claramente manifiesto, ese vaco alque est acostumbrado en su vida cotidiana acompaando al adulto. Y tal vez, cuando

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  • Parte II

    Sociedad y tica:modelos

  • > Sociedad y tica: modelos

    Si nos planteamos que la sociedad est permanentemente educandopor medio de las conductas pblicas de sus ciudadanos, especialmente losprominentes, y por sus manifestaciones artsticas abiertas al pblico y que, asu vez el teatro es altamente educador, es evidente que podemos reflexionarsobre la manera en que en el caso concreto del teatro para chicos nuestrasociedad est influyendo sobre sus jvenes generaciones. La idea es que nospreguntemos qu pasa, qu se dice y cmo se evala.

    a. Falta consenso

    A simple vista se hace evidente que la sociedad que constituye lapoblacin de la ciudad de Buenos Aires y alrededores1 no trasluce un totalconsenso en cuanto a valores, prioridades y compromisos con la tica, laeducacin y la formacin de los ms jvenes. Esto tambin ocurre en elinterior del pas adonde generalmente llegan producciones contratadas conintereses comerciales de diverso tipo.2

    Distintos criterios conviven y aunque tal vez eso sea normal o almenos inevitable en una comunidad moderna, o en una sociedad que sesupone democrtica, lo ms grave es la ausencia de criterios o de acuerdosque al menos establezcan algunas pautas mnimas comunes cuando de losnios se trata. Cul es, entonces, el soberano que necesitamos educar?3

    Si partimos de la premisa de que el teatro es un educador poderoso yque los nios son vulnerablemente receptivos, como miembros adultos dela sociedad deberamos manejar herramientas adecuadas para seleccionar lomejor para estos jvenes y tiernos integrantes de nuestra comunidad.

    Lamentablemente, como en muchas cosas que llegan impunementehasta estos receptores, en el teatro para nios suele haber de todo. A vecesse cae en la sobreproteccin; otras, la permisividad es tanta que desconcierta

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  • Tal vez las trampas ms sutiles y ms peligrosas en estas afirmadasbuenas intenciones estn en que no dan lugar para la mirada objetiva yasctica al espectculo, que no crean el espacio para la crtica y menos anpara la autocrtica, que la humildad est ausente, porque quin puede dudarde la bondad de mi producto si lo hago con tanto amor?

    Sin embargo, el amor como sentimiento, y especialmente ese amoren general que no da lugar a la cordura y la inteligencia, no basta cuando setrata del arte y muy especialmente cuando este arte se comercializa. Hacefalta oficio, trabajo, sensibilidad, equilibrio y mucha objetividad.

    c. Humildad y trabajo profundo

    Aunque suene a gastada frase del mundo moderno de autoayuda, esnecesario recordar cuando se escribe o crea para los nios que el propionio interior est participando.

    Nadie ignora que por debajo del consciente de cada uno anidanexperiencias buenas y malas del pasado, recuerdos de la infancia,sensaciones indefinibles, temores, alegras, carencias, que pueden aflorar enconductas que a veces sorprenden y para las cuales la creacin puedesignificar una puerta abierta. Sin duda, constituyen fuente de riqueza parafabular, y se relacionan estrechamente con la fantasa. Pero es de sentidocomn que el creador recuerde o identifique el origen y el signo para lograrobjetividad, o sea simplemente una distancia con respecto a los propiossentimientos y emociones.

    Una experiencia fuerte en la niez puede hacer que una persona seaprecisamente la ms indicada para tratar cierto tema con los chicos (oexactamente lo contrario); lo que es imprescindible es que sea capaz decompartirlo como adulto, habiendo superado sus aspectos traumticos.Importa que lo sepa. Y que sepa, tambin, que todo escrito o creacin paralos chicos corre el riesgo de estar construido desde una arrogancia osuperioridad falsamente apoyada sobre eso de yo soy mayor y s ms o

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    y crea dudas y sospechas.4 La falta de compromiso hace que el xito seacelebrado aunque los recursos para lograrlo no sean los ms sanos y,lamentablemente, hay factores como el poder y el rdito financiero a todocosto que tambin inciden en la definicin de la cartelera infantil junto a laignorancia, la incompetencia e indiferencia de muchos de los adultosinvolucrados. Parecera que, primero, habra que educar a los adultos.

    Esto puede parecer demasiado categrico, pero si estamos de acuerdoen que cualquier cosa realizada para los nios debe ser lo mejor, tambindeberamos concordar en que la manipulacin de su candor, la falta derespeto a su entrega, el abuso en el juego con su fantasa, constituyenpecados imperdonables.

    As como hay padres que confan en una o dos compaas teatrales parallevar a sus nios a ver cada estreno, o se asesoran con sus amigos o leyendoalguna crtica, la gran mayora parece servirse de las gndolas de la cartelerao la publicidad, dejando que una estrategia de mercado elija por ellos.5

    b. La necesidad de autocrtica y objetividad

    Cuando los adultos no estn de acuerdo en lo que es mejor para los nios,se hace muy difcil encontrar un patrn, una regla para medir las bondades (o lafalta de ellas) en un producto que est dirigido a la platea menuda. Ms gravean es el hecho de que, por esta multiplicidad de filosofas que se confiesan devez en cuando (y que lamentablemente solo parecen funcionar para aglutinarmovidas de ndole poltico) el lenguaje se empasta y la misma afirmacinsignifica cosas muy diferentes para cada uno. Por ejemplo, la frase: Yo soloquiero el bien de los nios puede significar para algunos envolverlos en unmundo algodonado, irreal y placentero, mientras que para otros puedesignificar sacudirlos con la verdad dura para que maduren y se hagan fuertes, sindarles elementos para manejarla; para algunos puede significar deslumbrarloscon todos los efectos y parafernalia tecnolgica moderna y largarlos vacos decontenido, y para otros, simplemente ensearles algo del currculo escolar.

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  • superado? No existe ningn riesgo de que se manifieste de maneraequivocada? Hay verdadera voluntad de contar esa historia? Podrn todossalir del camino oscuro sin abandonar a los nios con una negacin o unfalso ya pas?

    Si un autor o director es honesto, podra (aunque no le parezcaelegante o moderno cerrar el tema con un quimrico final feliz) pensarque si el futuro est abierto para los chicos, no resultara honradoabandonarlos con la impotencia y la desilusin. La creatividad en el mundode la fantasa permite elaborar una esperanza realista, entregar al espectadorlas herramientas para buscar el camino. Es lo mnimo que se le debe alpequeo ser humano al que se ha convocado al teatro. (Esto rige inclusivepara el caso de que estemos contando una historia que termina mal y, porser fieles a la verdad, no podemos modificar). Habr algo en la aceptacindel hecho, en la forma en que las cosas se han reordenado, que podamostrasmitir. Despus de todo, si volvemos atrs para contar algo que pas, esporque ya algo se ha transformado dentro de nosotros. Y si se trata de unaficcin que apunta a una seudorrealidad actual o futura, si la contamos esporque algo va a ser diferente. El espectador, que es el futuro, tiene derechoa saber cmo lo estamos imaginando, o de qu forma confiamos en que llo cambiar. Pero hay algo ms: si se trata de un hecho doloroso eirreversible, en el que los creadores de la historia no encuentran manera deredimirlo, la pregunta podra ser: para qu?. En ese caso es preferibledejar el lugar a los cronistas, y no tratar de insertarla en una creacin que almenos para los nios propone un momento placentero y no lo cumple.8

    d. Falta definicin en cuanto al producto

    Una de las dificultades para abordar el teatro para nios es ladiversidad de objetivos de los que terminan presentando el producto.

    Los empresarios en general, buscan un entretenimiento, que guste,que venda, que prestigie la sala. En una ocasin, la empresaria Tita

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    desde la demaggica postura aunque los otros adultos no te entiendan, yote entiendo y comparto tu temor, tu rebelda o lo que sea. Soy como vos.Lo que es falso. Ni desde arriba ni desde abajo se superan los abismosgeneracionales. Hay una sola postura vlida, que en el fondo es la mismaque para cualquier generacin de espectadores: Quiero hablarte de estoque a m me pas o pasa, o siento. Punto.

    Por supuesto, resulta fundamental la eleccin del lenguaje adecuado,como cuando se habla normalmente (y cuerdamente) con un nio. Y elrecuerdo permanente de cmo est constituida la platea. Algunos directoresreconocen que el entusiasmo de la creacin suele llevarlos lejos del pblicode corta edad. Confiesan que retornan a la obra para quitar o retocar (aveces con dolor de artistas) algunos pasajes que les gustan, sabiendo que siinvitan a los nios, deben ofrecerles algo apropiado para ellos.(Lamentablemente solo son algunos.) Esto incluso ocurre con lasadaptaciones, donde el gran amor y respeto por el autor original inhibe aladaptador de hacer los cambios que se necesitan para que la pequea plateaentienda y disfrute de la obra.

    No es fcil que un director o autor se enfrente a un tema que leplantea conflictos profundos propios. Es por eso, tal vez, que muchasexperiencias dolorosas de la sociedad argentina no han llegado al teatroinfantil, ni siquiera a travs de una fbula. La gente joven que se ocupa decrear el teatro la ha vivido demasiado de cerca y an la tiene sepultada ynegada, porque la misma sociedad la oculta, o al menos, la evade.6

    El inconsciente fabrica trampas muy sutiles y a veces quien crea unahistoria puede tener falsa idea de lo que en realidad est relatando. En el teatro,como expresin artstica, darle importancia a algo puede significar valorizarloaunque la intencin sea denunciarlo. Por ejemplo, a veces un malo puede sermuy simptico, muy fuerte como presencia, estar muy bien actuado, y resultarun personaje mucho ms divertido y poderoso que los buenos.7

    Cuando se habla de trabajo profundo se demanda de alguna maneraque los autores, actores y directores sepan cmo se sienten realmente conrespecto al tema: si se trata de algo traumtico, o doloroso, ha sido

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  • Es frecuente escuchar que en un espectculo para chicos no debenfaltar los tteres, que la puesta debe ser musical, que debe tener participacin(y con eso se entiende que el nio debe subir al escenario o tener unareaccin desde la platea, espontnea o dirigida, si es masiva, mejor),10 quedebe haber payasos, que no debe haber payasos, que debe ser corto, quedebe terminar bien, que no debe terminar bien y ser abierto, que debehablar de la realidad, que debe hablar de los cuentos maravillosos, que nodebe tener mucho texto, que debe tener una enseanza, que eso no esnecesario, que no debe tener contenidos dolorosos, que no debe ocultar lostemas dolorosos, que debe tener una puesta importante, que debe sersencillo, que debe deslumbrar, que debe tener efectos especiales, que debeser alegre, que debe ser amable... La lista es interminable. Y por supuesto, elpndulo oscila con la moda. Afortunadamente, hay buenos espectculosque sobreviven a todas las tendencias.

    e. La gnesis est condicionada

    Aunque se debe admitir que cualquier motivo es vlido para que segenere un espectculo, en el teatro para chicos, desde que el nio seconvirti en mercado, ciertas elecciones pueden ser promovidasespecialmente por la ventaja econmica que supuestamente anticipa untema o una orientacin. Hay clsicos que se ponen de moda por una fecha(centenarios, cincuenta aos, liberacin de derechos autorales, hitoshistricos), hay temas que aparecen en la programacin de las escuelas ypueden ser mejor comercializados, hay hroes que cumplen aos (de a 50 100, claro). La obra entonces no surge de una necesidad del autor porcompartir una idea o emocin, sino de la oportunidad de incorporarse a lamoda, y lograr mejor venta.11

    No intentamos decir que no es vlido, sino que posiblemente, no seaautntico en muchos casos. De todos modos, debemos admitir que vivimosen una sociedad globalizada, y que todos son receptores de distintos

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    Tamanes dijo en una entrevista: A m solamente me interesa que elespectculo convoque por sus figuras, por su direccin, pero si no funcionacon la boletera, no me interesa. Para que mis hijos vieran cosas buenas losllev a Europa, y lo mismo hago con mis nietos. Aqu, eso no es posible.9

    Todos van a buscar una mnima garanta de recuperar la inversin. Sila oferta viene con un buen marketing, mejor. Las salas grandes tienenmucho gasto adicional si se abren en horarios no acostumbrados, y se hanobservado, en temporadas de vacaciones, programaciones diferentes cadados horas en teatros que buscaban de esa manera compensar los sueldos yotras cargas extra. En general, no estn interesados en abrir sus salas a 300,500 1.000 diablillos que pueden ensuciar, llenar de papelitos odesprender trozos de tapizados y aflojar mecanismos de las butacas. (Pero lamayor parte de las veces, los chicos no destrozan salas: mucho depende deladulto que los lleva, de las recomendaciones y advertencias que se haganantes de comenzar la funcin, y de la manera en que son contenidos oestimulados desde el escenario. Los celulares y los beepers que algunosadultos dejan encendidos, y que hasta se atreven a contestar molestanmucho ms que el llanto de un chiquito que se asusta, o las migas de unalfajor que sin duda el nio no compr).

    Por supuesto, hay empresarios que tienen una consigna diferente: talvez darse el gusto, tal vez enfocar el tema de los nios como un aportebenfico, tal vez una postura ideolgica por el bien de la infancia. Y, enunos pocos, una apuesta completa, por vocacin.

    En todos los casos, el objetivo tambin define una postura ideolgica,ms o menos rgida, que siempre contiene de manera ms o menosevidente, la actitud de educar al joven. Este tipo de actitud ser visto msadelante al analizar algunos espectculos, aqu solo interesa sealar que esteconcepto del pblico infantil llega a conformar el tipo de espectculo, ygenera confusin con respecto a la esttica de la obra. Porque no solamentelos empresarios o productores, tambin los autores y directores encuentranque un espectculo teatral dirigido a los nios puede o debe tener ciertascosas que generalmente estn relacionadas con sus propios deseos.

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  • en cada caso. Una calificacin (mala, regular, buena, muy buena o excelente), muyresistida por los crticos pero adoptada por el diario para todos los casos, suponeuna orientacin inmediata. Ampliaremos este tema ms adelante.13

    Son muy variadas las expectativas de los artistas con respecto a lapublicacin de una crtica, y lo que el comentario pueda aportar al xito ofracaso del espectculo es limitado. Es importante recordar que el crtico nosabe todo ni lo pretende. Cada persona es solamente lo que es. No conocetodos los temas, no tiene la varita mgica ni la bola de cristal. El crticopuede ser considerado (como me llama una nena que frecuenta funciones ycuya madre se gua por mi columna): la seora de los teatros, o laMargaret Thatcher de los artistas (como me calific en cierta ocasin elintegrante de un elenco). Pero en definitiva el crtico (o la crtica) esconvocado por la publicidad, por las gacetillas, los correos electrnicos y losllamados de los agentes de prensa, para ver y evaluar un nuevo espectculo; ysolo puede concurrir a la funcin, sentarse en la butaca, sentirse nio denuevo, sin dejar de poner en juego profesin y experiencia, para salir despusa escribir y contar lo que vio, y tratar de explicar a sus lectores de la mejormanera posible por qu le gust o no le gust lo que vio.

    Al haber muy pocos crticos que se dediquen sistemticamente alespectculo infantil y publiquen en un medio, se ha creado personalmentepara m en mi trabajo una situacin artificial que no es sana. Por un lado, esun solo punto de vista el que se expone. Por objetivo, informado y discretoque sea, es tan limitado como es la mirada de una persona. Eso, en generalel pblico lo sabe, hay lectores que siguen a un crtico y ya saben qu van adeducir de sus comentarios.

    Pero un comentario crtico es visto de otra manera por los artistas. Esaopinin se espera y se recibe muy cargada de un peso que no le corresponde.Toma el carcter de un juicio y ha habido casos en que los directores oactores adems de reaccionar enojados con cartas y exigir reparacin,14 hanbuscado una especie de desquite en exageradas glorificaciones delespectculo en notas, en la bsqueda de una polmica,15 y hasta premios ensu afn por demostrar qu equivocada estaba esa crtica adversa.

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    estmulos y mensajes. Es indiscutible que algunos espectculos obedecen auna reaccin. Pero es posible que ni los autores lo sepan.

    f. Los auspicios: sus ventajas y sus inconvenientes

    En los ltimos tiempos, la idea de incentivar la produccin y estimular alos nuevos creadores se ha concretado en interesantes auspicios oficiales yprivados. Lamentablemente, esta ayuda se convierte en un arma de doble filo.Como no se pueden anticipar los valores de un espectculo cuando se analizaun proyecto, el auspicio econmico previo a la realizacin sirve para mejorar laproduccin, o al menos, garantizar un gasto de prensa pero no orienta ni decidesobre los contenidos y la puesta. Dramaturgia y actuacin siguen siendo dosflancos vulnerables. Los conjuntos que reciben estos estmulos generalmentecumplen con el compromiso de hacer una cierta cantidad de funciones (unmnimo de ocho, un mes, cuatro fines de semana) y luego tratan de conseguirgiras o contrataciones en escuelas. Pero pocas veces la obra alcanza a serrealmente evaluada, o por concurrencia, o por crtica. Ha habido intentos decorregir esto, pero resultaron igualmente azarosos, segn desde dnde se mire.Tal vez el mejor criterio sera organizar un concurso de obras, premiar unadramaturgia, y otro certamen de espectculos para premiar el resultado final.12

    g. La escasez de crtica especializada

    Precisamente la carencia de una devolucin crtica hace dao en todosentido al gnero. En los ltimos aos, el nico diario en Buenos Aires quemantiene una columna semanal de crtica e informacin sobre espectculosinfantiles es La Nacin, con su seccin Platea infantil, que se ampla a notas ycrticas durante la semana en vacaciones de invierno. El objetivo del citadoespacio es mantener enterados a sus lectores; los comentarios se concentran eninformar a los padres y familiares que leen la columna con qu se van a encontrar

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  • televisin, las motivaciones para elegir para los que no tienen cmoorientarse, estn en la pantalla chica.

    En este aspecto, la falta de un referente, de un organismo que oriente yopine, de un criterio que surja de alguna entidad objetiva y seria y la falta demayor apertura y determinacin de los medios grficos para ocuparse de estetema, deja bastante desvalido al pblico adulto que compra las entradas y quela mayora de las veces solamente tiene una nica opinin como gua.18

    h. Falta formacin especializada e identidad definida del hacedor deteatro para chicos

    En general, los actores no se forman de una manera especfica parahacer teatro para chicos. Es cierto que en estos ltimos aos (hablamos de2004-2005 en adelante) surgieron intrpretes de escuelas de teatro queproponen cierta especializacin en el gnero. Algunos actores que hantrabajado con directores de trayectoria en teatro para nios dirigen o sonautores con sus propias nuevas obras. Ha comenzado un movimiento,aunque en general, muy apoyado en el teatro musical. Es difcil anticiparquin va a tomar la posta.

    La realidad se presenta compleja y este s, indiscutidamente, es untema que les corresponde a los protagonistas.

    El nivel esttico y el perfil de las compaas, por lo que suelen serreconocidas por el pblico y los productores generalmente se ha trabajado yse mantiene con el cuidado de ciertos elementos que se cuida mantener:dramaturgia propia, del director, o de literatura clsica, profesionales queresponden al estilo y que son convocados casi con permanencia (me refieroa los msicos, los escengrafos, los vestuaristas, y los actores). El otro factores la produccin, la construccin de una infraestructura bsica con la que setrasladan los espectculos y se aseguran los resultados. Y la relacin conescuelas e instituciones que pagan sus espectculos y contratan sus giras.Porque una vez fuera de la escena del fin de semana, hay un gran

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    Se desvirta de esta manera el verdadero valor del comentario crtico,se evidencia que lo que se busca es un respaldo publicitario y se haceindiscutible que lo que est en juego para una gran mayora de artistasinteresados no es una mirada que les permita reevaluar su propio trabajo,un anlisis de su logro artstico, sino la posibilidad de asegurar el xito conrdito que es lo que reclama el productor y garantiza nuevos contratos.16

    Por supuesto, existe una respetable cuota de mayores que llevan a susnios al teatro buscando para ellos experiencias enriquecedoras. Segn seanlos valores y objetivos de ese adulto (y a veces la informacin, que le llegapor los caminos ms insospechados) y lo que ha ido a buscar a la funcin,exigir la experiencia placentera, o la participacin, los contenidosdidcticos, o la repeticin de los gags conocidos. Pero, lamentablemente,existe una inmensa mayora que se mueve por actos reflejos que sonrespuestas a estmulos publicitarios, presiones sociales e incluso la puesta enmarcha de motivaciones inconscientes o seudoinconscientes que sonhbilmente explotadas y activadas por los especialistas en marketing.Muchos artilugios, ms o menos disimulados, se apoyan en la falta deinformacin, el desconocimiento, y sobre todo, la gran carga emocional delos padres donde est presente de manera destacada la culpa.17

    Esta situacin se aplica con mayor exactitud al pblico de vacacionesde invierno, que es un pblico especial, compuesto en parte de los quecultivan regularmente el gnero pero al cual se le suman los adultos que novan en otras ocasiones a ver teatro con los chicos (a veces a ninguna clase deteatro) pero que en vacaciones necesitan sacarlos a pasear, hacer algo conellos, y que tienen de referencia la televisin o los pedidos de los nios quelas toman de la televisin. Como en vacaciones de invierno se produce lacartelera hongo, con propuestas surgidas de la noche a la maana, yescritas e interpretadas frecuentemente por quienes no tienen una conexinregular con el teatro para chicos pero deciden hacer algo, porque esnegocio, porque alguien lo pide o alguien vio la oportunidad; es en estapoca que aparecen en la lista de ofertas aquellas producciones queprometen el encuentro con un artista o un personaje que est presente en la

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  • Belgrano Alfredo Fazzio, contaron desde el inicio de su trabajo enconjunto con la posibilidad de ofrecer sus obras en el auditorio de estaUniversidad. Con continuidad y un buen nivel y estilo propio, han logradouna identidad reconocida por el pblico, tienen talleres de teatro para niosy adolescentes, y estrenan regularmente con sus actores, el Grupo de TeatroBuenos Aires, obras para jvenes y adultos en horarios nocturnos. Tambinhan desarrollado una estrategia bien organizada para el contacto con lasescuelas con las que trabajan con regularidad.

    -Otra propuesta interesante con objetivos muy definidos y conrecursos muy interesantes es el grupo Libertablas. Luis Rivera Lpez ySergio Rower surgidos del elenco de titiriteros del Teatro San Martn,lograron armar un equipo talentoso y muy coherente, y entregar al pblicocreaciones muy interesantes y de gran xito. Libertablas busca trabajar enespacios no convencionales, carpas y grandes salones, organiza festivales ygiras por todo el pas, se interesa en lograr que las funciones sean popularesen convocatoria y precios, para lo cual busca auspicios de entidades de lasociedad, y es su paso por Capital Federal apenas una breve muestra. Pese aque ha evolucionado hacia una verdadera empresa, se preocupa por elcuidado del espectador y de la obra, en todos sus detalles: que los chicosestn cmodos, que haya funciones con precios reducidos para las zonasms carentes, y que las condiciones de infraestructura esttica y tcnicaestn dadas para que la funcin sea digna.

    -Los hermanos Claudio y Omar lvarez, reunidos en la CompaaOmar lvarez Tteres, tambin han encontrado una solucin interesante yaparentemente de muy buen resultado. En el teatro radicado en el CentroCultural Espacios, una casa en Villa Ballester donde se ha construido unasala pequea pero perfectamente equipada, crean sus propuestas. Hanalcanzado mucho prestigio por el nivel esttico de sus espectculos detteres, generalmente con titiritero manipulador a la vista. Eligen conmucho cuidado los responsables de cada rea, han puesto la esttica visual yla msica en manos de excelentes profesionales, y eligen sus textosbuscando la belleza literaria de las palabras. Generalmente, los espectculos

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    movimiento teatral que circula por escuelas, teatros del interior y delexterior del pas. A decir verdad, el momento de la explosin, las vacacionesde invierno, es el de la gran vidriera a veces de pocas funciones si no setrata del teatro comercial de grandes efectos para que las escuelas, losresponsables de giras y festivales vean y contraten las obras.

    Algunos ejemplos:-Hugo Midn ha celebrado 35 aos con el espectculo infantil. Ya hay

    varias generaciones de chicos que vieron sus obras y que ao tras aoaparecen llevando a sus propios hijos. Al parecer, este director haencontrado su frmula para comunicarse con la platea menuda en el teatromusical para nios que tambin entretiene y conmueve al adulto. Se puededecir que se trata de un profesional muy riguroso, con enorme capacidadpara formar y conducir a los actores y actrices y que cuida el nivel de cadauno de los cdigos del quehacer, convocando a su lado a excelentesespecialistas, en escenografa, coreografas, vestuario, luces y msica. ConCarlos Gianni, su compositor y director musical obligado, ha logradocomponer canciones que se han convertido en hitos inolvidables. Pero lmismo ha afirmado en varias ocasiones que eso no basta para mantener unaproduccin por mucho tiempo. Su instituto Ro Plateado, escuela de teatropara nios y adolescentes, sin duda lo vincula con padres y docentes eimpulsa a sus espectculos en giras por el interior del pas y el exterior.

    -Hctor Presa, creador y director del grupo La Galera Encantada, conun estilo muy personal para crear obras para nios, tiene (en 2005) supropia sala y varios elencos que rotan cuando se hacen funcionessimultneas en distintas salas, o en escuelas, dando vida a una gran cantidadde espectculos, todos creacin de este conjunto. Presa tambin cuida conrigor los aspectos estticos y tiene su seleccin de profesionales en el equipotcnico. En su espacio funciona su escuela de teatro y se ha asociado paracrear espectculos musicales con otras instituciones.

    -Mara Ins Falconi, dramaturga, profesora de teatro y directora yCarlos de Urquiza, director, instalados en la Universidad Popular de

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  • razn de ser y un valor que pasa ms por la valoracin de la creacinartstica que con la produccin de resultados consensuados. Lo quequeremos decir es que calidad, originalidad, bsqueda, no siempre significaxito de taquilla, pero la posibilidad de contar con recursos posibilita y casiobliga a correr riesgos. Ariel Bufano frecuentemente defini que losespectculos de su grupo de titiriteros estaban dirigidos a todo pblico, noexclusivamente para los nios. En el caso de las realizaciones del Elenco deTitiriteros del Teatro San Martn, se mantiene la ideologa de que lasnecesidades estticas tienen prioridad sobre la supuesta capacidad decomprensin de una edad determinada. Es cierto, sin embargo que lasofertas para toda la familia, que han sido la mayora, se presentan en elhorario de la tarde temprano, en el horario sobre el que hay un tradicionalconsenso que sugiere que es apto para los nios. El proyecto, al contar conel apoyo estatal que le garantiza estabilidad, dispone a su vez de la enormelibertad de no tener que asegurarse el xito de boletera, pero igualmente lotiene. Teniendo la posibilidad de correr riesgos experimentando nuevaspropuestas estticas, algunos resultados no han sido brillantes en un aspectoesencial del teatro, que es el entretenimiento. La desaparicin de ArielBufano, su director y creador, abri un enorme vaco. El grupo, con ladireccin de Adelaida Mangani, ha seguido el rumbo marcado por lapropuesta inicial, y ya se perfilan con energa las figuras de los directoressurgidos de ese cuerpo. Lo que es lamentable es que no se haya aprovechadomejor el enorme esfuerzo y la gran inversin que han significado algunasobras para utilizarlas como punto de partida para debates.

    i. Prcticamente no existen reales espacios de dilogo e intercambio

    As como carece de crtica especializada, la gente que hace teatro paranios carece de espacios donde verdaderamente analizar sus espectculos ylos de otro, intercambiar experiencias, recursos, ideologa y posturas ycompartir informacin. En los ltimos aos se constituy Atina

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    se presentan con un narrador o n