El uso de oraciones impersonales como atenuadoras de la fuerza ilocutiva en enunciados declarativos...

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En este trabajo se explora el uso de oraciones impersonales de segunda persona de singular y de tercera persona de plural como atenuadoras de la fuerza ilocutiva y como actos de referencia en el discurso periodístico mexicano. En cuanto al primer punto, la impersonalidad es útil para distinguir la atenuación de la cortesía (Briz y Albelda 2013). En lo que corresponde al segundo punto, propongo que estas construcciones a pesar del contenido genérico y existencial que poseen pueden considerarse actos de habla, en concreto actos de referencia (Searle 1969).

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El uso de oraciones impersonales como atenuadoras de la fuerza ilocutiva en enunciados declarativos del discurso periodstico mexicanoHctor Hernndez PrezEl Colegio de Mxico

ResumenEn este trabajo se explora el uso de oraciones impersonales de segunda persona de singular y de tercera persona de plural como atenuadoras de la fuerza ilocutiva y como actos de referencia en el discurso periodstico mexicano. En cuanto al primer punto, la impersonalidad es til para distinguir la atenuacin de la cortesa (Briz y Albelda 2013). En lo que corresponde al segundo punto, propongo que estas construcciones a pesar del contenido genrico y existencial que poseen pueden considerarse actos de habla, en concreto actos de referencia (Searle 1969).

Palabras clave: impersonalidad, impersonalidad genrica, impersonalidad existencial, atenuacin, referencialidad.

1 IntroduccinTradicionalmente, diferentes gramticas de la lengua espaola RAE (1973) y RAE y ASALE (2009), as como diferentes autores Gmez (1992), Alarcos (1995) y Fernndez-Soriano y Tboas-Bayln (1999) han reconocido que el uso de oraciones impersonales en espaol se debe a dos razones: (i) que el hablante no conoce el sujeto de la oracin y/o (ii) que no desea expresarlo, por lo que en este trabajo me ocupar de las estructuras impersonales no reflejas, de interpretacin inespecfica y de su uso como estructuras atenuadoras en las oraciones declarativas del discurso periodstico mexicano. Especficamente analizo las oraciones impersonales que en espaol se forman con la segunda persona de singular y la tercera persona de plural.El inters de este trabajo radica en que la impersonalidad se ha estudiado principalmente desde la sintaxis y la semntica, mientras que en el rea de la pragmtica considero que hay muy poco inters, pues en los estudios de atenuacin se ha obviado, quizs, el hecho de que las estructuras impersonales son una estrategia atenuadora. Por ello, uno de los objetivos de este trabajo es distinguir la atenuacin de la cortesa a travs del estudio de las impersonales ya mencionadas. El otro objetivo que tengo es determinar si el uso de construcciones impersonales interfiere o no en la teora de los actos de habla de Searle (1969)[footnoteRef:1], en concreto con la idea de la referencia como un acto de habla, pues como veremos con ms detalle en el cuarto apartado, Searle habla de ciertas reglas y principios que rigen la referencia y que la impersonalidad parece estar infringiendo. Sin embargo, al respecto quizs sea oportuno adelantar que la referencia en las oraciones impersonales no ocurre al menos como la plantea Searle. En el segundo apartado explicar algunos de estos puntos, pero en el cuarto discutir detenidamente los puntos aqu esbozados. [1: La edicin que cito en el resto del trabajo es la traduccin al espaol en su sptima edicin de 2009. En adelante, las referencias a esta obra seguirn esta edicin.]

Para llevar a cabo esta investigacin, he elaborado un corpus a partir de dos tipos de fuentes: escrita y oral. La primera consta de tres peridicos mexicanos: La Razn de Mxico, Exclsior y La Prensa en las ediciones del 29 y del 30 de septiembre de 2015. La segunda parte del corpus analizado fue obtenida del programa de radio Reporte 98.5, en la edicin matutina y la emisin del 2 de noviembre de 2015. El corpus escrito de esta investigacin comprende 150 casos de oraciones impersonales, que a su vez se dividen en 110 casos en tercera persona de plural y 40 de segunda persona de singular, mientras que la parte oral contiene nicamente 50 casos, divididos entre 33 de tercera persona de plural y 17 de segunda persona de singular. Para la segunda parte del corpus he decidido no seguir ninguna norma de transcripcin, pues la mayor parte del discurso en este programa es evidentemente un texto preparado con antelacin.Este trabajo, adems de la presente introduccin, cuenta con cinco apartados. En el segundo de ellos presento una descripcin general de la impersonalidad, as como de las oraciones que me interesan. El tercer apartado est dedicado a discutir algunos puntos acerca de la atenuacin y del uso de las oraciones impersonales como estrategias atenuadoras, diferentes de otras de cortesa. En el cuarto apartado introduzco el inters por estudiar estas oraciones en enunciados declarativos desde una perspectiva de los Actos de habla de Searle (2009). En el quinto apartado presento los resultados obtenidos y los divido de acuerdo a los dos tipos de oraciones impersonales que estudio. Finalmente, en el sexto apartado presento mis conclusiones.

2 ImpersonalidadEn este apartado presento una revisin sucinta acerca de lo que diferentes autores han dicho acerca de la impersonalidad. Me centrar en los trabajos de Gmez Torrego (1992), Fernndez-Soriano y Tboas-Bayln (1999) y tambin en lo que dicen Alarcos (1995) y RAE y ASALE (2009) acerca del tema.En general, se entiende por oraciones impersonales como aquellas en las que no se expresa la relacin gramatical de sujeto. En primer lugar, Gmez Trrego (1992: 9) diferencia entre las oraciones semnticamente impersonales y las oraciones sintcticamente impersonales. De las primeras nos dice que generalmente hay un deseo por ocultar el agente o actor (funcin semntica) de la accin verbal y que esto se debe a la indeterminacin, generalizacin o el encubrimiento pragmtico, mientras que el segundo tipo de oraciones se caracterizan por la ausencia de un sujeto lxico-sintctico.En segundo lugar, Fernndez-Soriano y Tboas-Bayln (1999: 1725) en su trabajo sobre las oraciones impersonales no reflejas, sealan que las oraciones que se incluyen bajo el trmino impersonal son de naturaleza mltiple, por lo que habra que distinguir entre dos tipos de impersonales:

(A)Oraciones impersonales de interpretacin inespecfica, cuyo principal problema consiste en interpretar la tercera persona del plural, la segunda del singular, adems del pronombre indefinido uno.(B)Oraciones impersonales por la naturaleza del predicado en las que en realidad no se est predicando acerca de ningn argumento con valor semntico de agente, causante o productor, que generalmente est vinculado con el sujeto gramatical.De este modo, la distincin propuesta por estas autoras consiste en separar la impersonalidad que puede recibir una interpretacin determinadad de aquella otra en la que no es posible asignar a ningn participante la relacin gramatical de agente. Dicho de otra manera, en un primer tipo de oraciones impersonales tenemos las de interpretacin inespecfica, mientras que un segundo tipo comprendera todas aquellas oraciones en las que no hay ningn participante que desempee la funcin sintctica de sujeto, y que comnmente se asocia con aquellos verbos que expresan fenmenos meteorolgicos.Por su parte, Alarcos (1995: 274) llama verbos impersonales a los que no admiten un sujeto explcito, pero que conservan en su terminacin los morfemas de persona. Por esta razn, segn el autor, es preferible denominarlos verbos unipersonales. Desde luego, el autor slo nos habla del tipo (B) de oraciones. Sin embargo, con respecto a los otros casos, los de tipo (A), Alarcos propone que no se especifica el sujeto lxico porque se estima innecesario e indiferente en el acto comunicativo, es decir, porque no hay una intencin de hacerlo.Adems, en su ms reciente gramtica, la Real Academia Espaola y la Asociacin de Academias de la Lengua Espaola (2009: 3057) sealan que tradicionalmente se entiende por oraciones impersonales aquellas que no llevan un sujeto y aaden que de ninguna manera debemos considerar que se sobreentenga tal participante, por lo que esta informacin no es recuperable. Por ltimo, me gustara agregar que en las oraciones impersonales, adems de las caractersticas mencionadas, el uso de la segunda persona del singular o de la tercera persona del pural no implica de ninguna manera que se haga referencia a alguno de esos participantes. Es decir, que con la segunda persona del singular el hablante no est apelando a su oyente, ni con la tercera persona del plural est dirigindose o hablando acerca de un tercer participante. Antes de continuar, me detendr a comentar algunos de los ejemplos que aparecen en la bibliografa. En (1) podemos observar algunos ejemplos de impersonales con una interpretacin inespecfica, es decir, las del tipo (A), mientras que en (2) presento algunos ejemplos de impersonales por la naturaleza del predicado, tipo (B).

(1)a.Se vive en Espaa. [Gmez Torrego (1992: 9)]b.Decan que el presidente est enfermo. [Alarcos (1995: 274)]c.Llaman a la puerta. [RAE y ASALE (2009: 3058)]d.Cuando compras en esa tienda, ests colaborando con la explotacin de nios en el Tercer Mundo. [Fernndez-Soriano y Tboas Bayln (1999: 1733)]

(2)a.Aqu huele a rosas. [Gmez Torrego (1992: 9)]b.Ha nevado. [Alarcos (1995: 275)]c.Hace diez aos. [Fernndez-Soriano y Tboas-Bayln (1999: 1726)]d.Anochece temprano. [RAE y ASALE (2009: 3059)]En estos ejemplos hay casos diferentes de los que me ocupan en esta investigacin, no obstante considero que es necesario presentar un breve comentario acerca de estos. En la serie de (1) presento algunos ejemplos de impersonales de interpretacin inespecfica, el caso de (1a) es una estructura bien conocida que a travs del cltico se produce una interpretacin equivalente a la gente o todo el mundo, lo que en buena medida tambin est motivado por el complemento locativo en Espaa. En cambio, (1b) y (1c) mediante la tercera persona del plural alcanzan una interpretacin que puede parafrasearse como alguien o cualquiera, mientras que (1d) tiene una interpretacin parecida que consigue con la segunda persona del singular. As, en estos casos no es posible recuperar el sujeto de la oracin, sin embargo podemos atribuir una interpretacin para cada uno de ellos; son los casos que Gmez Torrego (1992) llamaba impersonales semnticas. Estos ltimos casos son los que me interesan en la presente investigacin.En la serie de (2), por el contrario, lo que me gustara resaltar es que hay una imposibilidad sintctica de asignar un sujeto, es decir que no hay ningn participante al que se le puede asignar dicha relacin gramatical. Al respecto se puede aadir mucha ms informacin, pero no es lo que me ocupa en mi trabajo.Con respecto a la interpretacin que pueden recibir las oraciones como las de los ejemplos en (1), es necesario agregar que se trata de oraciones que tienen un sujeto argumental, a pesar de que la entidad a la que hacen referencia no es en realidad un individuo especifico, sino que se predica una generalizacion como en los casos de segunda persona singular (1c), o bien la ignorancia o encubrimiento del sujeto por parte del hablante como en los ejemplos de tercera persona del plural (1b) y (1c). En este primer subtipo de oraciones impersonales hay dos posibles interpretaciones indeterminadas, como lo proponen Fernandez-Soriano y Taboas-Baylin (1999). En primar lugar, una interpretacin genrica que pueden ser parafraseadas con un sujeto como la gente, todo el mundo o una interpretacin existencial que puede parafrasearse con el indefinido existencial alguien.Finalmente, el uso de la segunda persona del singular para expresar una generalizacin ha sido detenidamente estudiado por Hernanz (1988), por lo que esta autora propone que este tipo de oraciones tienen un sujeto arbitrario. Esta nocin, sin embargo, no es incompatible con la interpretacin genrica de la que habl en unas lneas ms arriba. Entre otras cosas, lo que la autora propone para estos casos es que no importa si aparece el pronombre personal de sujeto t, pues la interpretacin genrica se mantiene, cosa que no ocurre con la tercera persona del plural.De acuerdo con lo anterior, en casos como los de (1c) y (1d) y que repito en (3) hay una diferencia importante. Como hemos visto, la interpretacin existencial se logra con la tercera persona del plural, sin embargo esta lectura se pierde si agregamos el pronombre personal (3a), mientras que la interpretacin genrica de la segunda persona de singular se mantiene an cuando aparece el pronombre tnico (3b) correspondiente.[footnoteRef:2] [2: En este caso, el asterisco en el ejemplo de (3a) no quiere decir que se trata de una oracin agramatical, sino que no es adecuada en una interpretacin impersonal.]

(3)a.Llaman a la puerta.a*Ellos llaman a la puerta.b.Cuando compras en esa tienda, ests colaborando con la explotacin de nios en el Tercer Mundo.b.Cuando t compras en esa tienda, ests colaborando con la explotacin de nios en el Tercer Mundo.

Hasta aqu, he presentado un panorama general de las oraciones impersonales de interpretacin inespecfica. En el siguiente apartado discutir el uso de este tipo de oraciones en su estudio desde la pragmtica, especficamente desde la atenuacin; para ello seguir muy de cerca la propuesta de Briz y Albelda (2013).

3 AtenuacinEn este apartado me dedico a establecer los puntos que Briz y Albelda (2013) proponen para el estudio de la atenuacin. Adems, uno de los objetivos de este apartado es discernir acerca de la distincin entre atenuacin y cortesa; para ello propongo que las oraciones impersonales son fundamentales en tal distincin.Entre otros autores, Briz y Albelda (2013) proponen una metodologa que debe seguirse en el estudio de la atenuacin, as como algunos puntos que son tiles para distinguirla de la cortesa. A simple viste, nos dicen ellos, se trata de estrategias pragmticas que fcilmente pueden confundirse. No obstante, las motivaciones detrs de cada una de estas estrategias son diferentes. Antes de entrar en detalle con la propuesta de estos autores, me gustara mencionar que los estudios acerca de la atenuacin no son nada nuevo.En diferentes tipos de discursos, y sobretodo con fines distintos, se han realizado estudios sobre las estrategias atenuadoras con las que se dispone en determinadas situaciones. Baste mencionar, por ejemplo, el anlisis exploratorio de este tipo de tcticas argumentativas en el discurso cientfico del rea de la odontologa de Morales, Cassany y Gonzlez (2007), donde a travs de instrucciones se suceden una serie de mitigaciones y reparaciones de los actos amenazadores de la imajen ajena y propia. Tambin Villalba (2012) ha profundizado en el anlisis de la atenuacin en el discurso jurdico, donde son ms que evidentes todos los intentos por lograr un distanciamiento, y una minoracin por parte del hablante. Desde luego, la atenuacin tambin puede darse en situaciones cotidianas, y as es como la analiza Meyer-Hermann (1988), aunque, segn el autor, sta no puede estudiarse sin su contraparte intensificadora. Con esto, lo que quiero mostrar es que el estudio de la atenuacin no est restringido a un solo tipo de discurso, ni a un solo contexto de interaccin.En este trabajo, como mencion, uno de los objetivos es determinar en qu consiste la atenuacin a travs de las oraciones impersonales y distinguirla de la cortesa, pero qu es la atenuacin y qu es la cortesa?Briz y Albelda (2013: 292) definen la atenuacin como una actividad argumentativa (retrica) estratgica de minimizacin de la fuerza ilocutiva y del papel de los participantes en la enunciacin para llegar con xito a la meta prevista, y que es utilizada en contextos situacionales de menos inmediatez o que requieren o se desea presenten menos inmediatez comunicativa. En este sentido, la impersonalidad es una de esas actividades de minimizacin, pues como expliqu en el apartado anterior, consiste no slo en no expresar el participante que cumple con una funcin de sujeto, sino que tampoco se hace referencia especfica a ningn individuo.Por otra parte, la cortesa, de acuerdo con Hernndez Flores (2004: 100), aparece con mucha frecuencia como atenuante en situaciones de riesgo para la imagen, es decir, una especie de remedio de conflictos en la comunicacin. Por lo tanto, desde una perspectiva de quienes analizan la cortesa, la atenuacin puede considerarse como una manera de expresar dicha cortesa, en palabras de Briz y Albelda (2013: 292): la atenuacin se entiende as como la cara lingstica de lo corts. Por ltimo, debo sealar que, a diferencia de la atenuacin, la cortesa requiere siempre de dos participantes, como menciona Hernndez Flores (2004: 98): la cortesa no puede estar dirigida a uno mismo.No obstante, hay que aclarar que en las diferentes formas de atenuacin la cortesa est en ellas slo por aadidura, pues si ser atenuado, fuera ser corts, serlo menos o no serlo significara descortesa, lo que es a todas luces falso Briz y Albelda (2013: 292). Dicho de otra manera, se puede atenuar sin ser corts, pero no se puede ser corts sin atenuar. Esto es, a travs de la impersonalidad uno puede atenuar, pues est ocultando un participante y no refiere a ninguno en especfico, a la vez que mitiga la fuerza ilocutiva, pero no por eso se trata de una estrategia de cortesa, pues en ningn momento sobretodo en el desconocimiento del sujeto por parte del hablante su (no) mencin implica una situacin de riesgo para la imagen del hablante y mucho menos de su interlocutor.En concreto, siguiendo a Briz y Albelda (2013: 293), la atenuacin es una estrategia cuyo correlato lingstico es el de minorar, minimizar, mitigar o debilitar la accin e intencin o el efecto que [las relaciones interpersonales] puedan tener o haber tenido en la interaccin, y en dicha estrategia estn implicados los hablantes, los oyentes e, incluso, terceros (presentes o ausentes), por lo que al minimizar esas relaciones interpersonales se logran diferentes grados de distanciamiento, relativizacin y lo que aqu nos interesa impersonalizacin.A travs de la impersonalizacin, en efecto, se logra un distanciamiento lingstico, sin embargo, como sealan Briz y Albelda (2013), tambin se logra un acercamiento social, de modo que la atenuacin lingsticamente implica distancia, mientras que socialmente la atenuacin implica acercamiento. Como veremos en el quinto apartado, el hecho de que las estructuras impersonales prefieran ciertas partes en el discurso nos lleva a pensar en que su uso como atenuadoras se relacionen con un intento por parte del hablante/escritor de acercarse hacia un interlocutor.Por ltimo, acerca de la atenuacin me gustara agregar algunas caractersticas que se seala en la propuesa metodolgica de Briz y Albelda (2013) ya citada. En primer lugar, el contexto interaccional determina la atenuacin, lo que quiere decir que hay momentos en la interaccin que favorecen e incluso pueden determinar las estrategias lingsticas. Para estos autores, por ejemplo, una situacin de inmediatez comunicativa puede pasar a ser menos inmediata y tambin lo contrario a esto se refiere el contexto interaccional por lo que la actividad lingstica puede variar. En segundo lugar, hay algunos elementos que son necesarios en los contextos interaccionales: (i) el desencadenador, lo que favorece o provoca la atenuacin, (ii) el elemento o segmento atenuante, o sea, lo que atena y (iii) el segmento atenuado, es decir, lo que se atena. El primer punto se refiere al contexto que causa o desencadena la atenuacin, el segundo se refiere propiamente al recurso de atenuacin y el tercero consiste en el miembro del discurso al que adecta el elemento atenuante, adems, agregan Briz y Albelda (2013: 300), en algunas ocasiones el segmento atenuado coincide con el elemento causante o desencadenante.A continuacin, discutir brevemente un caso de atenuacin por medio de la impersonalidad, con el fin de establecer que en efecto se trata de una estrategia de este tipo, diferente de la cortesa, como lo discut algunas lneas ms arriba. Obvsrvese el ejemplo de (4), extrado del peridico La Prensa, donde la primera lnea corresponde al titular de la noticia, mientras que el resto corresponde a las primeras lneas de la nota.

(4)Publicarn canciones fotos y biografa de Daniel Santos. El periodista puertorriqueo Josean Ramos publicar una nueva versin del libro Vengo a decirle Adis a los Muchachos, una extensa biografa, textos, canciones y fotos inditas del fenecido cantante boricua Daniel Santos. [La Prensa, 30 de septiembre de 2015]

En este ejemplo, el (i) desencadenador sera el titular mismo, es decir, que el uso de la oracin impersonal aparezca en esta parte de la noticia. Por su parte, el (ii) elemento atenuante es la impersonalidad misma que se logra con la tercera persona del plural, mientras que (iii) el segmento atenuado correspondera al sujeto de la oracin que se da a conocer tan pronto empieza la redaccin de la nota. El fin de esta estrategia atenuadora es, como en la mayora de los titulares, mantener la atencin del lector para que contine con la lectura.Por ltimo, este ejemplo tambin es til para mostrar un punto que ya haba mencionado en el segundo apartado: que a pesar de que se utiliza la tercera persona del plural, no se est expresando que de hecho el sujeto sea una serie de individuos (ellos). De hecho, muy pronto nos enteramos de que slo hay un individuo que llevar a cabo el hecho de publicar, es decir, no hay una referencia especfica en el uso de la tercera persona del plural. Si miramos slo el titular, obtenemos la interpretacin inespecfica existencial de la tercera persona del plural, sin embargo, el escritor se encarga de presentarnos al referente de ese alguien. Esto lo desarrollar en el siguiente apartado, teniendo en cuenta las ideas de Searle (2009) acerca de la referencia como un acto de habla que debe cumplir con ciertos requisitos.Finalmente, en este apartado he establecido la manera en que la impersonalidad es una estrategia de atenuacin, que tiene un fin comunicativo y cuyas partes son las de (i) desencadenador, (ii) elemento atenuante y (iii) el segmento atenuado. Tambin he sealado que la cortesa es una de las manifestaciones de la atenuacin. Esto, sin embargo, no quiere decir que siempre que haya atenuacin estar la cortesa, sino lo contrario: que puede haber atenuacin sin cortesa, pero no puede haber cortesa sin atenuacin. El siguiente apartado est dedicado a discutir la nocin de referencia de Searle (2009) desde los puntos establecidos para la impersonalidad, con especial nfasis en los puntos que l seala como condiciones no slo para referir, sino tambin para considerar este hecho como un acto de habla.

4 La referencia como acto de hablaEn este apartado discutir algunos puntos de la teora de Searle (2009) acerca de considerar la referenecia como un acto de habla. Especialmente porque, como he mostrado, en la impersonalidad no hay una referencia, al menos no una referencia que cumple los puntos que menciona Searle acerca de este acto de habla. En primer lugar, resumir las caractersticas que el autor seala acerca de la referencia, as como las condiciones con las que debe cumplir para ser un verdadero acto de habla. Posteriormente discutir esos puntos con los problemas que representa la impersonalidad en esta idea de referencia.En Actos de habla, Searle (2009: 80) propone las reglas que definen los actos de habla, entre los que se encuentran la referencia y la predicacin.[footnoteRef:3] Es necesario sealar que cuando el autor habla de referencia, est delimitndose nicamente a las expresiones de frases nominales definidas en singular, aunque tambin nos aclara que los ejemplos ms obvios de frases nominales definidas son los nombres propios, aunque tanto frases nominales con artculo, como nombres propios pueden ser no referenciales. En general, las ideas de Searle para considerar una expresin nominal definidia surge de los ejemplos clsicos acerca de el rey de Francia o el hombre, y que dejan fuera otros que tambin son frases nominales definidas como el tiempo o el modo. Consideremos en (5) algunos ejemplos que discute Searle (2009: 81). [3: Estoy hablando del captulo IV de Actos de habla. Ensayo de filosofa del lenguaje, La referencia como acto de habla, en el que Searle parte de la discusin clsica de la semntica lgica acerca de las nociones de uso y mencin. En este apartado no me interesa seguir con esa discusin. En cambio, me centrar en las reglas que constituyen el acto de la referencia y cmo es que la impersonalidad parece no cumplirlas. ]

(5)a.l me dej en la estacada.b.Lo hice para su inters.

(6)a.l me dej en el edificio.b.l lo hizo para su hermano.

De los ejemplos en (5), Searle nos dice que las frases la estacada y su inters no son referenciales, mientras que en los casos de (6) el edificio y su hermano s lo son. Por qu? La explicacin que da Searle es la siguiente el primer par no tiene referencia, mientras que el segundo s la tiene porque las emisiones del primer par no sirven para seleccionar o identificar ningn objeto o entidad, mientras que el segundo par sirve para hacerlo. Adems de este tipo de frases, Searle tambin menciona algunas otras como los pronombres personales, donde evidentemente el contenido de stos es dectico. Para Searle entonces la referencia en una expresin como l es hipottica porque en un caso como l heredar el dinero, el pronombre refiere categricamente, mientras que en una oracin como Si ellos tienen un hijo, l heredar el dinero el pronombre encuentra un antecedente al cual est haciendo referencia. Esta posibilidad, recordemos, es posible debido al contenido dectico de los pronombres. Y aqu est la primera diferencia: en las oraciones impersonales, a diferencia de otras con sujeto tcito, hay una imposibilidad para recuperar un antecedente, por lo que en estos casos, a diferencia de los ltimos, no podemos hablar de un contenido dectico, pero hay referencia? Como hice notar en el segundo apartado, las oraciones impersonales no tienen una referencia especfica, sin embargo, es posible asignarles una interpretacin donde la referencia o bien se aplique a una generalidad o bien a un individuo no especfico y del que nicamente se presupone su existencia. Esta asignacin no es dectica, pues como seala Muiz Cachn (1988: 20) los contenidos decticos son: esos signos que enmarcan el acto de habla dentro de unas coordenadas espacio-temporales y personales, y lo mismo habra que sealar para la persona gramatical, pues sta: sita lingsticamente al emisor y al receptor ante un signo cuya referencia variar en funcin de quin desempee el papel de hablante y el de oyente. No obstante, el significado de las distintas personas siempre ser el mismo: primera persona: emisor, segunda persona: receptor y la tercera persona: lo que no es ni emisor ni receptor.Esta definicin, en primer lugar, nos permite explicar por qu en espaol (y algunas otras lenguas) la tercera persona es la elegida para lograr una interpretacin, pues al no tener ninguna relacin con el emisor ni el receptor, o el hablante y el oyente, es la menos marcada.[footnoteRef:4] As, con las ideas de Muiz (1988), el uso de la tercera persona del plural como impersonal tiene una explicacin, pues al no corresponderse con ninguno de los participantes (hablante y oyente) puede recibir una interpretacin indefinida. [4: En realidad, la mayora de casos de oraciones impersonales que explica esta idea es la que discut muy al principio y que corresponderan a las impersonales por la naturaleza del predicado (Fernndez-Soriano y Tboas-Bayln 1999). Estoy hablando de casos como los de haber, hacer, parecer, etc. Aunque tambin nos permite explicar el uso de la tercera persona del plural que aqu he estado discutiendo. Finalmente, me parece que tambin nos podra explicar la motivacin para la llamada pasiva refleja que, como sabemos, en espaol se forma con el cltico se, aunque si miramos el panorama romance, por ejemplo el francs y el cataln, se forma nicamente con la tercera persona del singular.]

En este sentido, el uso de la segunda persona del singular resulta bastante anmalo, pues debera encontrar su referente en el interlocutor, lo que no ocurre como vimos en la seccin 2, pues la referencia en los casos de la segunda persona recae sobre una generalidad. Queda pendiente, por lo tanto, determinar de dnde proviene el carcter genrico en el uso de la segunda persona como impersonal.Pero regresemos a la propuesta de Searle acerca de considerar la referencia como un acto de habla. Searle (2009: 85) propone que hay dos axiomas de la referencia: (i) el axioma de existencia que nos dice que cualquier cosa a la que se hace referencia debe existir y (ii) el axioma de identidad que nos dice que si un predicado es verdadero de un objeto, es verdadero de todo lo que sea idntico a ese objeto, independientemente de las expresiones que se usen para hacer referencia a ese objeto. Desde la filosofa, estos axiomas representan tautologa o contradicciones, problemas que ya discutieron Frege y Russel y que al igual que Searle no voy a mencionar, sin embargo, en lugar de seguir con la discusin el autor propone un tercer axioma: (iii) el axioma de identificacin; si un hablante se refiere a un objeto, entonces l identifica o es capaz, si se le pide, de identificar para el oyente ese objeto separadamente de los dems objetos (Searle 2009: 87).Habra que preguntarnos, despus de sealar los axiomas, si las oraciones impersonales cumplen con estos tres axiomas. El axioma de existencia parecer ser complatemente para los casos de impersonalidad de interpretacin existencial, pues en el fondo lo que expresa este tipo de oraciones es que existe al menos un individuo sobre el que se predica algo. Sin embargo, esto no ocurre en la impersonalidad genrica, pues la operacin semntica que hay en esta interpretacin es precisamente la contraria: no se predica sobre un solo individuo, sino sobre un conjunto de ellos. Y aqu es donde habramos de mencionar el segundo axioma, el de identidad, as como el primer problema entre la impersonalidad y la referencia como acto de habla. Este axioma, recordemos, nos dice que si el predicado a un objeto es verdadero, debe serlo tambin en el resto de objetos idnticos a l. A primera vista, la interpretacin genrica se ajusta a este axioma, sin embargo, lo que est detrs del segundo axioma est relacionado con la universalidad de un predicado. Debemos recordar, pues, que la referencia genrica y la referencia universal son diferentes: en la ltima un solo contraejemplo a la universalidad de un enunciado resultara en la falsedad del mismo, mientras que en la referencia genrica puede haber contraejemplos y an as el enunciado mantendra el valor de verdad, es por eso que una parfrasis de la interpretacin impersonal genrica con un sujeto como todo el mundo sera inapropiada semnticamente.Por ltimo, tanto las impersonales genricas como existenciales parecen cumplir con el tercer axioma, el de la identificacin. Esto se debe a que a pesar de que hay una intencin de ocular al individuo al que se desea hacer referencia, en el hablante/escritor estn todas las posibilidades de identificar para su oyente a ese referente.Desde luego Searle sigue a Frege en el sentido de que no toda expresin referencial tiene un sentido, sin embargo para Searle es necesario que para poder hablar de que el acto de referir se ha llevado a cabo, el hablante debe haber identificado un objeto para el oyente y slo as podemos hablar una referencia completamente consumada (Searle 2009: 89).Adems de la identificacin, Searle propone un par de condiciones necesarias para llevar a cabo este acto (Searle 2009: 90):

(i)Debe existir uno y slo un objeto al que se aplica la emisin de la expresin por parte del hablante.

(ii)Debe drsele al oyente medios suficientes para identificar el objeto a partir de la emisin de la expresin por parte del hablante. [footnoteRef:5] [5: La primera condicin, en palabras del propio Searle, es una reformulacin del axioma de existencia, mientras que la segunda condicin es una reformulacin del axioma de identificacin.]

Una vez que Searle decide no reformular el segundo axioma por la tautologa que este implica, las oraciones impersonales parecen tener cabida en la consideracin de la referencia como un acto de habla, al menos en lo que corresponde las de interpretacin existencial,[footnoteRef:6] pero la impersonalidad de interpretacin genrica, las oraciones de segunda persona del singular siguen representanto un problema. Por ltimo, al haber tambin algunos problemas al hablar de referencialidad de una frase nominal, Searle (2009: 102), del mismo modo que con el resto de actos ilocucionarios, propone siete reglas para la referencia como acto de habla. Las reglas son las que reproduzco a continuacin: [6: Vase ms arriba donde discuto los tres axiomas en relacin con cada una de las interpretaciones de las oraciones impersonales.]

1. Se dan las condiciones normales de input y output.2. La emisin de R ocurre como parte de la emisin de alguna oracin T.3. La emisin de T es la (pretendida) realizacin de un acto ilocucionario.4. Existe algn objeto X tal que o R contiene una descripcin identificadora de X, o H es capaz de completar R con una descripcin identificadora de X.5. H intenta que la emisin de R asle o identifique X para O.6. H intenta que la emisin de R identifique X para O por medio del reconocimiento por parte de O de la intencin de H de identificar X e intenta que este reconocimiento se logre por medio de conocimiento que O tiene de las reglas que gobiernan R y su conciencia de C.7. Las reglas semnticas que gobiernan R son tales que R es correctamente emitida en T en las circunstancias C si y slo si se dan las condiciones 1-6.

Estas reglas siguen un orden, es decir, que la segunda slo se aplica si se lleva a cabo la primera, la tercera ocurre slo si lleva a cabo la segunda, etc. En lo que corresponde a la impersonalidad, es claro de que a pesar de que se hace referencia a una generalizacin y a un individuo del que se asume su existencia, no se cumplen las reglas antes mencionadas. En general, parecen cumplirse las siete reglas.Ya he discutido bastante la impersonalidad de tercera persona del plural, por lo que corresponde el turno de las impersonales de segunda persona pasar por un anlisis del acto de la referencia como lo propone Searle (2009). Obsrvese el ejemplo de (7).

(7)A partir del 1 de octubre no necesitars fotos, ni copias de tus documentos para el #PasaporteMsgil. Entrate! http://www.gob.mx, indic la dependencia federal en su cuenta de Twitter. [Exclsior, 29 de septiembre de 2015]

Finalmente, en este ejemplo se dan las condiciones normales de input y de output porque cada uno de los elementos que componen el enunciado son entendibles tanto para hablante/escritor como para el oyente/lector. Tambin se cumple la segunda regla, pues forma parte de una oracin. Ya que se trata de un enunciado aseverativo, se cumple la tercera regla. En cuanto a la cuarta regla, hay que mencionar que no slo se cumple en tanto que se habla de un individuo, sino que ya que se habla de una generalidad y se presupone su existencia. En la quinta regla, el intento de identificar X es afortunado tanto en la interpretacin existencial como en la genrica. Finalmente, ya que hay una convencin acerca de que el uso de estas expresiones tiene esas interpretaciones, se cumplen las reglas 6 y 7. Hasta aqu he presentado los puntos desde que los cuales es posible analizar la impersonalidad en el nivel pragmtico de la lengua. Por un lado, en el tercer apartado mostr que las oraciones impersonales se pueden analizar desde la atenuacin. Por otro lado, en este apartado he discutido algunos puntos que propone Searle (2009) para considerar la referencia como un acto de habla. As, a travs del camino que sigue el autor con los axiomas y las condiciones, puse de manifiesto algunos inconvenientes para el estudio de la impersonalidad en este mbito. Sin embargo, en la propuesta de Searle que comprende siete reglas del acto de la referencia observ que se ajustan tanto las oraciones impersonales de interpretacin existencial como las de interpretacin genrica. En el siguiente apartado, el ltimo, matizar algunos puntos acerca del estudio de la impersonalidad desde la atenuacin y desde la referencia como acto de habla. Como en este apartado y en el anterior he mostrado los puntos sobre los cuales se puede analizar la impersonalidad, en las siguientes secciones slo har algunas precisiones.

5 AnlisisEn este apartado presento los resultados obtenidos de mi anlisis. Antes de eso, presento el panorama de lo que hasta este punto he sealdo. En primar lugar, como establec en la segunda seccin, he caracterizado la impersonalidad y concretamente el tipo de impersonalidad que aqu me interesa, las oraciones impersonales de segunda persona del singular y las de tercera persona del plural. En el tercer apartado establec algunas de las caractersticas de la atenuacin y cmo es que las impersonales se pueden analizar desde esta perspectiva en el mbito del discurso periodstico mexicano. En el cuarto apartado present las condiciones que propone Searle para considerar la referencia como un acto de habla, adems de que expuse las razones por las que las impersonales a pesar de no cumplir con tales condiciones, pueden referir. En este quinto apartado finalmente expongo los resultados de mi anlisis. Para tener una mejor organizacin, he decidido dividirlos de acuerdo con el tipo de oracin impersonal.Como mencion en la introduccin, el corpus de esta investigacin consta de dos partes: escrita y oral. El corpus escrito de esta investigacin comprende 150 casos de oraciones impersonales, que a su vez se dividen en 110 casos en tercera persona de plural y 40 de segunda persona de singular, mientras que la parte oral contiene nicamente 50 casos, divididos entre 33 de tercera persona de plural y 17 de segunda persona de singular.En los siguientes apartados voy a tratar algunos puntos del estudio de la impersonalidad desde la atenuacin y desde la referencia como acto de habla. He decidido tratar por aparte cada uno de los tipo de impersonalidad. Primero discuto algunos casos en segunda persona del singular y despus los de tercera persona del plural. Como en los apartados anteriores propuse la manera en que se pueden analizar estos casos, las siguientes secciones estn dedicadas a algunas puntualizaciones.

5.1 Impersonales de segunda personaEn lo que corresponde a las oraciones impersonales de segunda persona del singular, primero hay que sealar que son mucho menos frecuentes que las de tercera persona, apenas suman 40 casos de entre 150 impersonales. Considero que esto se debe al tipo de discurso que seleccion para mi anlisis. Esto sera congruente con lo dicho por Hernanz (1988) y por Fernndez-Soriano y Tboas-Bayln (1999) acerca de que el uso de estas oraciones ocurren con mucha mayor frecuencia en el habla espontnea.A diferencia de los otros casos, tanto en la prensa escrita como en la oral, la impersonalidad de segunda persona aparece nicamente a travs de citas directas. Por ejemplo, en el programa de radio, el locutor est replicando las palabras que emiti previamente un funcionario pblico. Vase el ejemplo de (8).

(8)Ahora podrs evitar las largas filas en las oficinas, y te bastar slo con enviar un archivo, afirm el titular de la dependencia. [Reporte 98.5, 2 de noviembre de 2015]

En estos casos, la atenuacin puede analizarse de la siguiente manera: (i) el desencadenador es la aseveracin misma, (ii) el elemento atenuante es, desde luego, la construccin impersonal y, en este caso, (iii) el segmento atenuado refiere a todas aquellas personas que funcionan como oyentes de la aseveracin, pues al tratarse de una impersonal con interpretacin genrica, no se apela a un individuo especfico. Sin embargo, no se hace una mencin directa al referente en ningn momento de la enuncacin, pero el hablante es capaz de explicitarlo si se le cuestionara (axioma de identificacin y reglas 6 y 7), por lo que facilitara a su interlocutor la descripcin necesaria para identificar el referente. Es decir, que si se le preguntara al hablante quines?, podra responder con una frase nominal como: la gente que lo requiera, las personas, etc. En suma, las impersonales de segunda persona del singular son una estrategia atenuadora pues su objetivo es el de ocultar un referente especfico, sin embargo, esto no quiere decir que no se trate de un acto de referencial ya que cumple con las reglas propuestas por Searle (2009) para llevar a cabo el acto de referir, especialmente con los axiomas de existencia e identificacin. Revisemos ahora las impersonales de tercera persona del plural.

5.2 Impersonales de tercera personaEn el tercer apartado mostr un caso de tercera persona del plural y cmo se puede analizar su presencia en el discurso periodstico desde la atenuacin. Ah mostr que este tipo de oraciones tienden a aparecer en los encabezados de las notas, sin embargo, el referente permanece muy poco tiempo oculto, pues generalmente se da a conocer el verdadero sujeto en las primeras lneas del texto. De hecho, Zaslavsky (2004) considera que la impersonalidad a travs de la tercera persona es una condicin de este gnero; incluso en diferentes peridicos mexicanos es notorio el uso no slo de la tercera persona del plural, sino tambin de la voz pasiva refleja, otro de los recursos de aminoracin del sujeto con los que cuenta el espaol.Debemos notar, primero, que el uso de este tipo de impersonalidad es muy frecuente en el discurso periodstico (110 casos de 150 son de tercera persona). Su presencia est casi limitada por el contexto, el encabezado en este caso, aunque tambin puede aparecer en el cuerpo de la noticia. Esto es congruente con la propuesta de Briz y Albelda (2013: 296-297) acerca del hecho de que: las diferentes partes en que se estructura el discurso [] pueden llegar a determinar la frecuencia de [la estrategia de] atenuacin.Por otra parte, como acto de referencia, la impersonalidad de tercera persona del plural cumple con todas las reglas. Sin embargo, la nica que parecera no seguir es la de identificacin, pues al haber una intencin absoluta para ocultar el sujeto de la oracin, parecera contradictorio que el hablante/escritor otorgara la informacin necesaria para que el oyente/lector lo identificara, pero como la intencin en este gnero es mantener a la expectativa a los lectores, en el cuerpo de la noticia suele hacerse esta identificacin. Veamos el siguiente ejemplo:

(9)Lanzan iniciativa para detonar competitividad.El Presidente Enrique Pea present un proyecto para que, por ley, se le brinde certidumbre a la inversin, al garantizar la continuidad de las polticas pblicas, programas y acciones de largo plazo. [La Razn de Mxico, 30 de septiembre de 2015]

Como vimos anteriormente, la estrategia de atenuacin consiste en (i) el elemento desencadenador es el encabezado de la nota, (ii) el elemento atenuante es la oracin impersonal a travs de la tercera persona del plural y (iii) el elemento atenuado es el sujeto. Desde la referencia como acto de habla, si mirramos nicamente el encabezado, no podramos afirmar que se est cumpliendo con el axioma de identificacin, sin embargo, el recurso consiste en introducir una aseveracin atenuada (impersonal) para posteriormente sealar e identificar el sujeto de la oracin, en este caso el presidente Enrique Pea. As, la regla no slo se cumple porque el hablante/escritor proporcione lo necesario, sino porque consuma el acto de referir con una expresin definida, el presidente, y tambin con el nombre propio que sirve para identificar a ese participante. Recordemos que para Searle (2009) estos ltimos tipos de frases son los prototipos de actos referenciales, pues responden a la pregunta quin(es)?. En resumen, las oraciones impersonales de tercera persona del plural son casos ideales de atenuacin porque no slo aminoran a uno de los participantes, sino que el recurso mediante el cual logran esto es a travs de un contenido existencial, donde slo se asume que existe un individuo sobre el que se predica. Esto a su vez parecera infringir las reglas del acto de referir que propone Searle (2009), sin embargo, en el tipo de discurso que he analizado la referencia se consuma a travs de la mencin explcita del referente (casi) inmediatamente despus de su ocultamiento. Se trata, por lo tanto, de una estrategia retrica muy productiva en el periodismo cuya finalidad es mantener la atencin del oyente/lector.

6 ConclusinEn este trabajo he mostrado que la impersonalidad es una estrategia atenuadora ms que una de cortesa, para ello utilic las caractersticas que proponen Briz y Albelda (2013) para el estudio de la atenuacin. Por otro lado, mostr que a pesar de las dificultades para encontrar al referente, en la impersonalidad tambin podemos hablar del acto de referencia como lo propone Searle (2009) y para ello mostr en el cuarto apartado que con los ajustes que hace Searle al acto de referir es posible explicar la impersonalidad. Esto, sin duda, en el discurso periodstico es una de las estrategias que permiten mantener la atencin del oyente/lector. Dicho de otra manera, hay una motivacin pragmtica en el uso de este tipo de estrategias. Finalmente, en esta investigacin me limit a los casos de oraciones impersonales de segunda persona del singular y de tercera persona del plural, aunque tambin debo sealar que queda pendiente analizar algunas otras estrategias de atenuacin que tienen como objetivo minorar a uno de los participantes.

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