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El viaje a través de la palabra en Ébano de Ryszard Kapuściński Mónica María Hernández Suárez Director: Omar Gerardo Rincón Rodríguez UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE ARTES Y HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE LITERATURA Enero, 2008

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El viaje a través de la palabra en Ébano de Ryszard Kapuściński

Mónica María Hernández Suárez

Director:

Omar Gerardo Rincón Rodríguez

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

FACULTAD DE ARTES Y HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE LITERATURA

Enero, 2008

Agradezco a Omar Rincón, a Claudia Montilla, a la facultad de literatura, a mi

familia y a mis amigos por su constante apoyo.

Dedico las siguientes palabras a la memoria de Ryszard Kapuściński.

ÍNDICE

Introducción: La partida, el comienzo 1

Capítulo I: El guía 5

La narración 6

El sujeto 9

El punto de vista 15

La voz 19

Capítulo II: El lenguaje propio del viaje 27

La precaución con el lenguaje 27

Incursionando en un nuevo tipo de escritura 30

Características del lenguaje en Ébano 32

La relación interna del lenguaje 42

Capítulo III: Distintas miradas frente a un mismo espacio 46

Ébano y ‹‹África›› 47

Las lecturas de Ébano 52

Lecturas que se acercan a la literatura 56

Conclusiones: La llegada, el final 62

Obras citadas 65

1

LA PARTIDA, EL COMIENZO

Aunque nunca estudió periodismo un reportero polaco cubrió veintisiete revoluciones en el

mundo y de eso es que da cuenta el periodismo: noticias de la realidad. Mandaba el escrito

con límite de espacio y lenguaje preciso para el periódico de su país que lo enviaba. La

frustración permanente era que muchos aspectos de aquellas realidades quedaban por fuera.

Entonces, mientras los demás periodistas descansaban o bebían literariamente en el bar, él se

quedaba en su cuarto de hotel o en las comunidades escribiendo lo que en una publicación

periódica no cabía. Así se creo Ébano (1998) y ese fue Ryszard Kapuściński (1932-2007).

Kapuściński comenzó escribiendo poesía y a sus dieciocho años, cuando estaba terminando

bachillerato, unos periodistas polacos la leyeron y le ofrecieron trabajo de inmediato. A partir

de ese momento comenzó su aprendizaje y oficio como periodista. Trabajó como

corresponsal para la agencia de noticias Polish Press en África, Asia y América Latina y luego

de 1981 también escribió para periódicos y revistas internacionales como Time, The New York

Times y Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Simultáneamente continuó escribiendo acerca de sus viajes, de personajes, de lo que

presenciaba y poco a poco editoriales polacas se los fueron publicando y otras se los fueron

traduciendo. Publicó diecinueve libros en total, algunos de ellos traducidos a más de treinta

idiomas. Su primera obra fue Bus po polsku (1962); fue reconocido por títulos como El

emperador (1978) sobre la decadencia del reinado de Haile Selassie en Etiopía en 1974, La

guerra del futbol (1992) sobre la disputa entre Honduras y el Salvador y El imperio (1994)

2

sobre la desintegración de la Unión Soviética. Paralelamente también dictaba conferencias y

clases en diversas universidades como en Caracas, Filadelfia, Harvard, Londres, Canberra,

Bonn y Vancouver (Canadá) entre otras. En vida recibió varios reconocimientos como el

Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (2003). También fue maestro

ilustre de la Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano de García Márquez.

Ébano (1998) reúne algunas de las experiencias del autor en África durante cincuenta años.

“Éste no es un libro sobre África, sino sobre algunas personas de allí, sobre mis

encuentros con ellas y el tiempo que pasamos juntos. Este continente es demasiado

grande para describirlo. Es todo un océano, un planeta aparte, todo un cosmos

heterogéneo y de una riqueza extraordinaria. Sólo por una convención reduccionista,

por comodidad, decimos ‹‹África››. En la realidad, salvo por el nombre geográfico,

África, no existe” (Kapuściński, Ébano 7).

El viaje narrado por Kapuściński está compuesto por veintinueve capítulos, cada uno con

comienzo y final. Cada capítulo cuenta con su propio título y así Ébano no tiene una estricta

secuencia geográfica ni temporal, incluso algunos de sus capítulos se dejan leer

individualmente; su lógica es África, las experiencias, de Kapuściński en África.

Kapuściński está consciente que su herramienta -la palabra escrita- para transmitir esta

observación es limitada. Por esta razón hace explícita su preocupación por el lenguaje

empleado e incursiona en el uso de recursos narrativos literarios alejados del periodismo.

Por la trayectoria profesional de Ryszard Kapuściński, Ébano se intenta catalogar

apresuradamente como periodismo pero al tener más libertad en la escritura este autor

3

retoma sus primeros intereses en el lenguaje poético para narrar lo que ha vivido, se sale de

los esquemas periodísticos y comienza a usar técnicas literarias.

La manera en que fue concebido Ébano da espacio para una mirada y un lenguaje que se

busca así mismo para poder contar la experiencia de Kapuściński en África. Este trabajo busca

pensar lo literario en Ébano, el lenguaje, sus características, establecer la relación entre

lenguaje, narrador y figuras literarias y analizar las características del narrador en Ébano.

Según lo que Kapuściński mismo dijo, lo que dice la crítica, la recepción de Ébano y

sustentado en la obra misma se pretende ver que el lenguaje que se usa participa de lo

literario. Los formalistas rusos buscan definir que es lo literario y lo hacen a través de los usos

especiales del lenguaje que pueden encontrarse en los textos no como un conjunto de

cualidades inherentes sino como las diferentes formas en que la gente se relacione con el

texto. Eagleton sustenta esta idea en el prólogo de Una introducción a la teoría literaria al decir

que “podemos abandonar de una vez por todas la ilusión que la categoría ‹literatura› es

‹objetiva›, en el sentido de ser algo inmutable, dado para toda la eternidad” (22) ya que los

juicios de valor cambian acorde a su momento histórico. Viendo la pertinencia de su obra y la

apertura del campo literario pienso que vale la pena indagar en Ébano bajo una mirada

literaria. “Leer un texto como literatura […] es mirar ante todo la organización del lenguaje”

(Culler 43) bajo este parámetro propongo un acercamiento académico sobre Ébano.

En la presente monografía de grado quiero indagar en el lenguaje particular en Ébano, en

Ryszard Kapuściński como narrador y autor y en ese mundo por el que nos guía y crea, su

África. En el primer capítulo hay un estudio sobre el autor como narrador y las implicaciones

4

de esta posición para presentarnos la narración de un sujeto bajo un punto de vista y una voz.

En el segundo capítulo se encuentra en detalle las características del lenguaje dentro de la

obra: la preocupación del autor por el lenguaje como también el lenguaje figurativo en

relación a la totalidad de la obra. En el último capítulo se presenta una visión global del

lenguaje en Ébano, su recepción en los lectores, su relación con el periodismo y con la

literatura.

5

I. EL GUÍA

Hace algún tiempo las comunidades se entretenían y mantenían las tradiciones escuchando

las narraciones de los mayores. Los más pequeños las escuchaban, las aprendían y luego las

contaban. Por más que fuera la misma historia, de generación en generación, cada persona le

agregaba su sello personal; omitía partes o resaltaba otras, agregaba aspectos, la

transformaba al momento de narrar; pues cuando se narra se hace propia la historia. Estos

matices respondían a los intereses y gustos personales. Cada narrador era diferente y

determinaba cómo el público iba a recibir la historia.

De hecho todos podríamos vivir contando historias personales, y de otros, que escuchamos,

vemos o leemos. Contamos para ser distintos, para sobrevivir al olvido. Ahora, no toda

historia o todo contador de historias hace literatura pero sí es un narrador, único y distinto.

Podemos usar los mismos lenguajes pero cada persona se expresa de manera

irrevocablemente única, cuenta historias a su manera. La mayoría somos contadores orales

pero todo se complejiza cuando lo escribimos porque la palabra escrita tiene la fuerza del

sentido permanente; debe defenderse por sí sola sin más explicaciones ni ayudas visuales y

debe llegar de la misma manera como si se estuviera escuchando y, aún más allá, viviendo.

La narración se complejiza cuando es escritural y cuando busca no sólo contar algo sino

hacerlo con un uso reflexivo del lenguaje. Ahí surgen especulaciones en torno a quién es el

autor, quién es quién narra, qué punto de vista se privilegia, que voz se expresa y qué sujeto

se construye. La teoría literaria ha reflexionado sobre la narración y ha elaborado

6

clasificaciones según la presencia o exhibición del autor, de los personajes, de las situaciones,

del hecho narrado. ¿Cómo es el narrador de Ébano? No cómo es Kapuściński, el autor, sino

quién narra Ébano, ¿cómo lo hace y desde qué punto de vista?

La narración

Tal vez quienes más aportaron a pensar la narración hayan sido los estructuralistas que

afirmaban que por encima de los textos existían unas estructuras que determinaban los

modos de contar; antes que historia había estructuras del relato. El estructuralismo se

pregunta por la estructura de un texto que posibilita una experiencia y un significado. A partir

de esta teoría se crea un campo de estudio denominado la narratología que estudia las

estructuras narrativas.

Gerárd Genette, estructuralista en el campo de los estudios literarios, afirma que el autor y el

narrador son distintos; no es lo mismo el sujeto quien escribe que quien narra la historia. Y

establece ciertas características para diferenciar al narrador del autor empírico. El narrador es

quien cuenta la historia dentro del texto1.

El modo narrativo es la distancia y la perspectiva de la información narrativa: las diferentes

posibilidades de contar los eventos y desde sus diferentes ángulos respectivamente.

1 Para definir estas categorías me basé en la síntesis que hace Shlomith Rimmon en A Comprehensive Theory of

Narrative. Genette´s Figures III and the Structuralists Study of Fiction (1976)

7

• En la distancia hay tres tipos de discurso: el imitado, el transpuesto y el narrativizado.

- El imitado es el directo donde el narrador cede la palabra a los personajes

(como dijo).

- El transpuesto es el indirecto donde la palabra del personaje es puesta en

boca del narrador (como dijo que).

- El narrativizado es donde el narrador resume el dialogo entre personajes

(el dijo que y ella respondió).

• En la perspectiva, o focalización, hay tres clases de conocimiento. En la perspectiva se

evidencia que el narrador es diferente al autor empírico porque el escritor decide que

clase de conocimiento darle a su narrador.

- El primero es el omnisciente, o focalización cero, donde el narrador

sabe más que sus personajes.

- El segundo es el equisciente, o focalización interna, donde el narrador

sabe igual que sus personajes.

- El tercero es el deficiente, o focalización externa, donde el narrador

sabe menos que sus personajes.

• La voz es la relación entre la acción verbal y los que participan de la actividad narrativa

incluyendo narrador y personajes. En esta se distinguen los niveles de narración y la

persona que narra. En los niveles de narración se encuentra el extradiegético,

intradiegético y metadiegético.

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- El extradiegético es donde se crea una historia por fuera de la narración

primaria.

- El intradiegético es cuando el personaje crea la historia.

- El metadiegético es donde se crea otra historia dentro de la historia que se

está narrando.

- En los tipos de persona que narra se distingue el heterodiegético y el

homodiegético. El heterodiegético es el que se encuentra por fuera de la

historia y el homodiegético es el que se encuentra dentro de la historia.

Siguiendo este tipo de clasificaciones los análisis estructuralistas, como los de Genette,

intentan catalogar a los narradores bajo modelos de relato similares. Así cuando uno analiza

un texto literario clasifica el tipo de narrador para comprender su lógica de contar. Pero

¿cómo es el narrador de Ébano?

El narrador de Ébano pareciera que no cabe en estas categorías estructuralistas; que estas

clasificaciones le quedan estrechas porque como explica Seymour Chatman “el resultado de

tal reducción es que ´la entera complejidad discursiva de los casos individuales se pierden

porque no ´caben´ o llegan a ser interpretadas de alguna manera como excepcional, o aún

peor, aberrante”2. En este sentido, intentar catalogar al narrador de Ébano bajo las

2 “The result of such reduction is that ´the full discursive complexities of individual cases are missed because

they don’t ´fit´ or get interpreted somehow as exceptional, or even worse, aberrant” (Lanser 35). El original es el

inglés, la traducción es mía.

9

características de Genette sería una coacción que dejaría de lado los detalles y las

ambigüedades que constituyen y producen el relato de Kapuściński. Aunque el

estructuralismo afirme que el autor empírico se diferencia del narrador de la obra, en Ébano

el narrador es el mismo autor que a su vez no es él sino que es quien relata, el relato es de

África, de la experiencia llamada África. Entonces, tenemos un autor - narrador - experiencia

que no se comporta de la misma manera a lo largo de toda la obra por lo que hace difícil su

catalogación. Lo importante, y lo que se quiere resaltar, al estudiar las características de este

particular autor - narrador - experiencia llamado Ryszard Kapuściński es ver cómo funciona en

su contexto, qué revela, cómo se relaciona con otros elementos textuales y sobretodo qué

efectos de sentido genera.

El sujeto

En Ébano Kapuściński entra como un personaje, un corresponsal extranjero, blanco, buscando

información, tratando de llegar a localidades remotas observando, conociendo,

enfermándose, y saliéndose de situaciones peligrosas a causa del momento independentista

por el que África estaba pasando. El autor - narrador siempre está presente y vemos un África

a través de sus ojos, experimentando los sucesos a través de su subjetividad; inclusive en los

momentos cuando no entra explícitamente en la narración él nos está dirigiendo la mirada. Al

decirnos con claridad que está mostrando el mundo bajo su propia percepción, Kapuściński

nos está involucrando para crear juntos la realidad ya que somos los lectores los que

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decidimos si creerla y vivirla. Kvale sustenta que la voz personal de Kapuściński marca la

credibilidad dentro de su obra ya que “las convenciones tradicionales objetivas para crear

significado social han probado poca confianza y la división entre lo universal y lo individual

colapsa”3. Al narrar en primera persona el autor hace un acercamiento muy personal hacia el

lector porque le habla directamente sobre su experiencia: los modos de mirar, habitar y vivir

de una persona real y concreta. De la misma manera el lector recibe la narración de manera

propia llegando a creer en las vivencias de ese narrador para decidir el tipo de

involucramiento en la historia. El lector finaliza el libro con la sensación de haber conocido un

mundo de la mano de Kapuscinksi: su África. Sin embargo querer describir un mundo le

otorga un rol decisivo al narrador porque es a través de él que se va a conocer.

Para Lotman “una obra literaria es la re-creación de ´una imagen del mundo vista por una

conciencia particular”4. El papel del escritor es, entonces, fundamental en el mundo que va a

recrear como obra literaria; es un mundo constituido desde su percepción, la del autor-

narrador. La obra literaria que el lector va a conocer es por lo tanto una perspectiva dada por

el autor. Por ende el punto de vista del autor es un dispositivo relevante en la estructuración

de un texto literario ya que cumple el rol de moderador o mediador en la relación entre el

texto y el lector (Lanser 79); he aquí el poder y la libertad del autor para crear modos de

mediar la relación texto - lector.

3 “Traditional objective conventions for creating social meaning have proven unreliable and the division between

the universal and the individual collapses” (Aucoin 11). El original es en ingles, la traducción en mía.

4 “A literary work is the re-creation of ´an image of the world as seen by a particular consciousness´” (Lanser 56).

El original es en ingles, la traducción en mía.

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¿Y cómo es el autor-narrador de Ébano? Kapuściński es un polaco blanco en África. Él tiene

presente que es un extraño, un marginal, en ese mundo. Sabe que se formó de manera

diferente a los africanos y como tal piensa y por lo tanto percibe de manera distinta. En una

situación, mientras esperaba un transporte en una plaza desolada, se vio rodeado de

vendedores por lo cual dice “Un hombre blanco, ser caído de otro planeta, es un capricho de

la naturaleza tan extraño que se le puede contemplar con suma curiosidad durante un tiempo

infinito” (226). A lo largo de todo Ébano tiene presente su posición respecto al otro y la

resalta hasta titular un capítulo “Yo, el blanco”.

Un viajero puede tomar diferentes posturas frente al mundo que se encuentra y así existen

múltiples versiones de la realidad; la mirada más común es la que se hace desde afuera, la

más poco probable es la mirada desde el otro. Por ejemplo, en los diarios de Colón el foráneo

juzga las diferencias del otro lugar. Al llegar a América, Colón juzgó la manera de vestirse, de

vivir y de comportarse de esta nueva gente:

“era gente muy pobre de todo. Ellos andaban todos desnudos como su madre los

parió […] Ellos no traen armas ni las cognosçen, porque les amostré espadas y las

tomavan por el filo y se cortavan con ignorancia” (31) “Jusgó el Almirante que devía de

ser de los caribes que comen los hombres” (114) “Fasta los pedazos de los arcos rotos

de las pipas tomavan y daban lo que tenían como bestias” (142).

Colón describe el lugar calificando las costumbres del otro lugar bajo sus propios parámetros.

Las diferencias de la otra cultura que está conociendo no las valora sino que las califica de

menores, como pobres e ignorantes, hasta el punto de equiparar a esas personas con bestias.

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Colón tenía clara su misión de colonizador y se hace explícita la manera de mirar al otro en su

diario. Inclusive en el siglo XIX en Colombia, los hombres de clase alta que tenían la

oportunidad de salir del continente juzgaban como inferiores a otras culturas por no tener las

mismas costumbres que ellos. En Recuerdos de mis últimos viajes: Japón (1888), Nicolás

Tanco Armero, juzga la cultura japonesa de incivilizada por tener formas de actuar diferentes

a las suyas. Luego de comentar que las manifestaciones comunes de afecto japonesas no

incluyen algún tacto físico dice:

“El beso es lo primero que se pide al niño, lo primero que se da a la esposa, la última

ofrenda del arrepentido moribundo a la santísima imagen del señor[…] ¡Oh! yo

declaro que país donde no existe esta caricia no es civilizado; sus habitantes no

pueden tener grandes sentimientos” (177-178).

Por lo tanto las percepciones de los nuevos entornos dependen de la posición del observador

y su amplitud de la mirada. En las de Colón y Tanco se hace evidente una posición autoritaria

mientras que Kapuściński en posición contraria dice al respecto:

“El viaje por el mundo es un peregrinar de una provincia a otra, y cada una de ellas es

una estrella solitaria que brilla sólo por sí misma. Para la mayoría de la gente que vive

allí, el mundo real se acaba en el umbral de su casa, en el límite de su aldea o, todo lo

más, en la frontera de su valle. El mundo situado más allá no es real ni importante, ni

tan siquiera necesario, mientras que el que se tiene a la mano, el que se abarca con la

vista, aumenta ante nuestros ojos hasta alcanzar el tamaño de un cosmos tan inmenso

que nos impide ver todo lo demás” (184).

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Kapuściński por más que se encuentre en un mundo con parámetros y comportamientos

totalmente distintos a los suyos nunca los califica de inferiores ni hace juicios de valor

explícitos. Por el contrario valora aquella sociedad en su diferencia y la quiere narrar en

detalle, desea contar esa forma de vida, su sentido existencial. Acerca del autor, George

Parker dice: “Kapuściński escribe sobre África como un hombre blanco pero no como un

representante del poder occidental […] él se identifica con aquellos de las márgenes

históricas”5. Esta posición del autor marca una percepción de mundo mucho más amplia que

la de Colón o la de Tanco. Su apertura de mente a otras culturas marca una notable diferencia

en la narración ya que nos va a describir sin juzgar despectivamente otro mundo. El mundo

occidental ha contado a África bajo sus propios parámetros, la ha hecho dependiente

económicamente de sus decisiones tanto que la revista estadounidense The Economist la ha

catalogado “El continente sin esperanza”6. Kapuściński nos lleva por un África bajo otros

parámetros describiendo lo que mantiene al africano vivo día a día. Al referirse a Ébano

Anthony Sampson pregunta: “¿Estamos finalmente comenzando a ver a África en términos

africanos, sin los espejos distorsionantes de la historia y suposición occidental?” y continúa

afirmando acerca del libro “éste muestra la vida a través de ojos africanos y comienza a

explicar la naturaleza de la resistencia que proporciona la verdadera esperanza para África”7.

5 “Kapuściński writes about Africa as a White man but he not as a representative of Western power […] he

identifies with those on the historical margins” (Packer 140). El original es en ingles, la traducción es mía.

6 “The Hopeless Continent” (Sampson 67). El original es en ingles, la traducción es mía.

7 “Are we at last beginning to see Africa in African terms, without the distorting mirrors of western history and

assumptions? […] It shows life through African eyes, and it begins to explain the nature of the resilience that

provides the real hope for Africa” (Sampson 68). El original es en ingles, la traducción es mía.

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La posición del autor-narrador nos muestra el espíritu africano que no se encuentra ni en los

hoteles lujosos ni en los lugares acomodados para turistas.

En ocasiones, luego de describir algún comportamiento africano, Kapuściński explica como se

comporta el europeo frente a la misma situación. Estas diferencias se muestran sin calificar

despectivamente el comportamiento africano, e inclusive, por momentos, parece ironizar

sobre las posturas del mundo europeo. En el capítulo “Camino de Kumasi”, a partir de la

espera en la estación de autobuses en Acra, comenta como el africano no depende del

tiempo sino que él hace que el tiempo transcurra en la medida en que él actué, mientras que

el europeo tiene una dependencia estricta y desesperada por marcar el transcurso de las

horas ya que para él el tiempo transcurre autónomamente. La visión de un autor europeo que

no tome posición radical en ninguna cultura, sea europea o africana, es privilegiada ya que

puede hacer paralelos entre ambas culturas que le permite al lector conocer ambas

perspectivas. En una ocasión Kapuściński cuenta como los niños de un barrio, Kariakoo, en

Dar es Salam, salen corriendo al verlo porque sus madres les han dicho: “Sed buenos, que si

no !se os comerá el mzungu! (En swahili, mzungu significa blanco, europeo)” (79). El autor

continúa diciendo que en una oportunidad en Varsovia mientras contaba sobre África a unos

niños uno le pregunta si había visto muchos caníbales. “No sabía que, cuando algún africano

regresase de Europa a un Kariakoo y se pusiese a contar cosas de Londres, de Paris o de otras

ciudades habitadas por mzungu un niño africano de la misma edad del de Varsovia bien

podría levantarse y preguntar: -¿Has visto allí muchos caníbales?” (80). Estas diferentes

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posiciones pueden expresarse si el autor está receptivo a nuevas culturas haciendo que su

lector pueda disfrutar de las diferentes perspectivas.

Kapuściński reconoce que es un ser distinto al africano y por eso cuenta las diferencias

haciendo que el lector pueda encontrar cierta empatía con su narración. Ahora bien teniendo

claro cuales son las características del autor-narrador en Ébano vamos a profundizar en su

punto de vista.

El punto de vista

El punto de vista es determinante en cualquier relato, es la perspectiva bajo la cual va a ser

narrada la historia y por lo tanto bajo la cual el lector va a conocerla. Aquí surge la tensión

entre los intereses de la escritura y los intereses de la lectura. Hay que enfatizar la

intervención del autor porque él determina qué y cómo va a llegar el mensaje a su lector. El

escritor es una persona con unos conocimientos, creencias, valores, intereses, que plasma en

su obra y quiere comunicar. Al leer, el lector no está en la búsqueda exhaustiva de estas

características del autor pero éstas sí determinan la forma y el contenido del mensaje.

Todorov afirma que el acto de enunciación tiene un punto de vista; una relación entre el

escritor y el acto de producir y transmitir la obra literaria (Lanser 64). De modo que la postura

del autor afecta, más no determina totalmente, la perspectiva con el que el texto se va a

presentar. Eco nos refiere al lector ideal al exponer que el autor, a través de su texto,

construye un modelo de lector ya que es para él que escribe. Sin embargo “cuando la obra

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está terminada, se establece un dialogo entre el texto y sus lectores (del que está excluido el

autor)” (53). La obra, frente al lector, está expuesta a los diferentes sentidos que éste le

quiera dar, a múltiples lecturas, en las que el autor ya no participa. Aunque el escritor

pretenda manejar los significados de su obra, la lectura es un acto de creación del texto. El

escritor establece cómo llega el mensaje al fijar inevitablemente su punto de vista en el texto

pero su lector decide cómo leerlo. Consecuentemente el punto de vista intenta controlar las

impresiones que el texto provoca en el lector pero no lo logra a cabalidad y al final sólo queda

como testimonio de la postura del autor.

Susan Lanser en The Narrative act (1981) argumenta la relevancia del punto de vista en una

narración al exponer que es una percepción, un ángulo de visión, que concierne el modo de

presentar y representar bajo cierta postura, distancia y actitud (14). En Ébano nos

encontramos con un escritor que decide compartir sus recorridos por África bajo una

posición, que se convierte en el punto de vista que guía al lector en este recorrido, y

Kapuściński la hace explícita desde su preámbulo:

“He vivido unos cuantos años en África. Fui allí por primera vez en 1957. Luego, a lo

largo de cuarenta años, he vuelto cada vez que se me presenta la ocasión. Viajé

mucho. Siempre he evitado las rutas oficiales, los palacios, las figuras importantes, la

gran política. Todo lo contrario: prefería subirme a camiones encontrados por

casualidad, recorrer el desierto con los nómadas y ser huésped de los campesinos en

la sabana tropical” (7).

El punto de vista de Kapuściński se localiza en primera instancia en su experiencia en África.

En el fragmento del preámbulo citado el autor nos informa que tiene un gran bagaje en el

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lugar, su conocimiento no es pasajero sino que está basado en la experiencia. Este bagaje

africano de quien escribe le asigna legitimidad como narrador y le da autoridad para contar.

Por lo tanto el punto de vista gana en profundidad cuando el autor demuestra que conoce y

ha vivido un África particular, una de frontera, no turística, que no está en las guías.

El punto de vista de Kapuściński tiene un modo de acercarse, el de la no definición del

objetivo, el de vivir para perderse. El autor llega a los lugares muchas veces sin una meta

determinada, como lo expresa al iniciar el tercer capítulo, “He venido a Kumasi sin objetivo

alguno” (31), porque argumenta que:

“tal situación le impone una anteojeras como la de los caballos: ve única y

exclusivamente su objetivo y nada más. Y ocurre, por el contrario, que lo que está más

allá, lo que se sale del límite impuesto en amplitud y profundidad puede resultar

mucho más interesante e importante. A fin de cuentas, entrar en un mundo diferente

significa penetrar en un misterio, y ese misterio puede guardar muchos laberintos y

recovecos, ¡tantos enigmas e incógnitas!” (31).

Bajo este punto de vista conocemos que el autor no busca el hecho comúnmente exótico del

lugar, el que llama la atención de los medios y por el cual se va a algún lugar como África.

Kapuściński nos deja claro desde un comienzo cuál es el África que nos va a compartir y este

punto de vista nos saca inmediatamente de cualquier ámbito noticioso.

Kapuściński expone claramente cual va a ser su ángulo de visión por el que nos va a narrar y

cual va a ser su posición frente al viaje. Pero para algunos críticos esta posición es

problemática. George Packer la explica: “A menudo el narrador está en tránsito, negociando

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malas carreteras y emboscadas y manadas de búfalos de agua, pero su destino es raramente

alcanzado y su propósito continúa oscuro”8. Sin embargo conocemos por voz del autor que no

hay un propósito fijo sino una posición de un narrador en tránsito que quiere conocer el

África que no es comúnmente vista, de indagar más allá de las miradas convencionales

señalando detalles que pueden pasar desapercibidos para resaltar sus propias características.

Kapuściński confirma su punto de vista relatando el modo como se acerca a la realidad,

evidenciando su ruta, su viaje. Así nos expone los percances que tiene para llegar a los lugares

para resaltar que precisamente no son lugares visitados usualmente por los turistas y que

acude a ellos por invitaciones de los lugareños e interés propio: “A fuerza de suplicarle, he

conseguido que Godwin, un periodista de Kampala, me lleve a su aldea natal. […] El amo y

señor de éste mundo de carreteras, caminos y rutas africanas no es otro que el camionero.

Los turismos resultan demasiado frágiles para moverse por semejantes baches y vericuetos”

(169). Al explicarnos estos porqué y cómo de los lugares africanos que visita está

compartiendo con el lector su ruta y por lo tanto su posición frente al viaje.

Según Lanser el punto de vista es una actitud mediante la cual se percibe y evalúa (16).

Kapuściński intenta moderar su punto de vista, intensificando la percepción y reduciendo la

evaluación del otro, para acercarse al punto de vista africano. Esto lo logra mediante el uso de

diversas estrategias: su experiencia, su mirada de frontera, su vivencia de proceso y su relato

8 “Often the narrator is in transit, negotiating bad roads and ambushes and water buffalo herds, but his

destination is seldom reached and his purpose remains obscure” (Packer 141). El original es en ingles, la

traducción es mía.

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de viaje. Así, Kapuściński busca ganar legitimidad y autoridad como narrador, controlar el

potencial de significado del relato y ganar la confianza de su lector. Por ejemplo, para ganar el

punto de vista de África encuentra la sombra de un árbol de mango porque

“en torno a cada uno de estos árboles solitarios hay una aldea […] Si en la aldea hay un

maestro, el espacio bajo el árbol sirve de aula escolar […] Cuando llega el medio día y

el cielo se vuelve blanco de tanto calor, en la sombra del árbol se protege todo el

mundo: los niños y los adultos, y si en la aldea hay ganado, también las vacas, las

ovejas y las cabras […] Las horas de la tarde son las más importantes. Bajo el árbol se

reúnen los mayores. […] Se reúnen las mujeres […] Si disponen de madera, encienden

fuego. Si hay agua y menta, preparan un té, espeso y cargado” (329 – 331).

La voz

La voz personal en las narraciones es determinante no solo para guiar una mirada sino para

crear una relación de confianza y credibilidad con el lector. Desde que Ébano comienza

Ryszard Kapuściński como autor se equipara con el narrador ya que él, en primera persona

singular, presenta sus experiencias en su recorrido por África: “éste no es un libro sobre

África, sino sobre algunas personas de allí, sobre mis encuentros con ellas y el tiempo que

pasamos juntos” (7). Por lo tanto en Ébano vamos a tener que el mismo autor y narrador y su

experiencia nos van a contar sus encuentros con África. Esto permite que el lector pueda

remitir a su narrador con el autor del libro. El lector tiene un referente de una persona de

carne y hueso igual a él que vivió lo que está contando generando así proximidad y

credibilidad; se conoce que quien narra es una persona tan humana como el mismo lector. En

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adición la humanidad del narrador se hace evidente al contarnos sus dudas, sus miedos y

sentimientos, como “Pero ¿qué se podía hacer? ¿Cómo actuar?” (163), al mostrarnos la

fragilidad de su cuerpo humano cuando recae de malaria o cuando comienza a ver espejismos

debido a la deshidratación.

En cualquier relato, los narradores en primera persona tienen toda la responsabilidad sobre lo

que cuentan; deben guiar al lector por el mundo que le quieren mostrar pero sobretodo

deben establecer una relación de confianza con su lector para que éste crea lo que se le está

contando. La voz del narrador de Ébano es particular y compleja y llena de matices que la

caracterizan.

Ébano es una narración personal. Su narrador-autor nos va relatando las experiencias de su

viaje en primera persona singular haciendo que el lector vaya viviendo y conociendo junto a

él. “En todo lo que hago intento hablar con mi voz personal, amortiguada. No se gritar”

(Kapuściński, El mundo de hoy 13). Según Code la veracidad del viaje que se cuenta sólo se

puede dar en la medida en que una voz personal narre porque así “proporciona experiencia

delegada ´llevándolo a uno hacia ésta para que uno la experimente casi directamente´”9. Por

lo tanto la voz narrativa personal de Ébano acerca la experiencia del viaje al lector

involucrándolo en ella. Esta proximidad al viaje se hace aún más vivencial con el tiempo en

que la voz narra. La narración es casi siempre en el tiempo presente, exceptuando sucesos

9 “Provides vicarious experience, ´taking one into it so that one experiences it almost directly´” (Aucoin 12). El

original es en ingles, la traducción es mía.

21

históricos y recuerdos, lo que “acentúa la inmediatez de los eventos”10. Así que el lector va

viviendo los instantes con el narrador.

Kapuściński cuenta detalladamente su proceso durante el viaje, cuenta sus encuentros con las

personas, sus diálogos, los eventos que presenció, como llega a los lugares y logra salir, los

percances del viaje y su desarrollo, con algunas observaciones y opiniones personales:

“Abeid -le dije-, tenemos aquí un pequeño avión, y somos tres: un norteamericano, un

francés y yo. Quisiéramos volar donde vosotros. ¿Es posible? No escribiremos

canalladas, te lo prometo. Te lo juro: ni una sola mentira. ¿Podrías hacer que no nos

disparen cuando empecemos el descenso para tomar tierra?” (87).

En esta conversación telefónica que cita el autor11 cuando deseó entrar a Zanzíbar se

evidencia los detalles que se narran en Ébano para crear una experiencia común junto al

lector. Kapuscinksi expone su proceso de viaje para involucrarlo en la creación de un viaje

conjunto, de una realidad común recreada por autor y lector. Kvale sustenta: “A través de la

narración de historias y la escritura de literatura, escritores y lectores se unen en la

constitución de realidad y significado”12. Al viajar juntos, a través de la voz personal narrada

en presente y con el proceso de viaje, el narrador se iguala al conocimiento de su lector

10

“accentuate the immediacy of events” (Aucoin 13). El original es en ingles, la traducción es mía.

11 Hay que recordar que Ébano fue escrito gracias a la labor periodística que Kapuściński realizaba en África. Para

profundizar remitirse a La partida, el comienzo de esta monografía.

12 “Through the telling of stories and the writing of literature, writers and readers join in the constitution of

reality and meaning” (Aucoin 12) El original es en ingles, la traducción es mía.

22

eliminando distancias entre ambos. El lector crea confianza y credibilidad en la palabra del

autor-narrador.

La voz narrativa en Ébano hace apelaciones directas al lector con lo cual la inclusión del lector

continúa. Kapuściński luego de describir un lugar, Abdallah Wallo, introduce a sus anfitriones

y parece como si le respondiera a otro, a un lector: “¿Que qué hacen?” (225). En otra ocasión,

luego de describir a los camioneros dice: “No tendréis dificultades en reconocerlos en medio

de una multitud junto al lado del camino. Os lo indicará su manera de moverse” (170).

También hace preguntas con respuestas propias. Este recurso puede ser tomando como que

el mismo autor se pregunta y se responde pero bien estas preguntas también pueden parecer

como que otro le pregunta y él responde. Por ejemplo, luego de describir una calle muy

angosta de Zanzíbar se pregunta sobre el reducido espacio de éstas: “¿Para no ir tan lejos?

¿Para defender mejor a la ciudad? Lo ignoro” (94). Consecuentemente estas intervenciones

crean un tono cercano y directo que le llega personalmente al lector, conversa con el lector.

Kapuściński como autor-narrador nos cuenta sus encuentros y experiencias con África, sin

embargo el libro no se centra en él sino en ese mundo particular que está o estamos

conociendo. Por más que sean experiencias del autor-narrador, éste nos narra a los africanos,

quienes son los protagonistas de sus propias experiencias. Conocemos sus sensaciones frente

a situaciones más sólo en un par de ocasiones conocemos detalles sobre su vida personal. La

primera es cuando le da malaria y frente al peligro que lo devuelvan a causa de su crítico

estado de salud manifiesta: “lo que era el sueño de mi vida – trabajar en África- se esfumaría

para siempre” (75). La segunda es cuando no puede dormir en una iglesia y “empezaron a

23

acudir a mi memoria las palabras de mi remota función de monaguillo: Pater noster, qui es in

caellis…” (283). Estos episodios nos muestran la humanidad de nuestro narrador-autor pero

así mismo, al ser episodios escasos, resalta que él no es el personaje principal de su narración.

Luego la narración es más la descripción de un entorno a partir de un viaje.

El narrador también da cifras sobre la vida en África como: “cada año, la malaria se ceba en

millones de gente; y allí donde se mueve más libremente-en territorios húmedos, pantanosos,

situados en zonas bajas- mata a uno de cada tres niños” (64). Estos referentes le dan

estructura y soporte a ese mundo que se está narrando, le dan validez en sí mismo al tener su

propia realidad. El narrador-autor le continúa dando peso a este mundo al dejar hablar a los

personajes y citarlos ya que no solo se está valorando lo que los personajes africanos dicen

sino que también se les está dando autoridad y autonomía a sus palabras al citarlas sin

comentarlas valorativamente. En el capítulo “Anatomía de un golpe de estado” se narra cómo

se vivió el golpe de estado simultáneamente en cinco ciudades de Nigeria y finaliza:

“Hoy, mi amigo el estudiante nigeriano Nizi Onyebuchi me ha dicho: -

Nuestro líder, el general Ironsi, es un hombre sobrenatural. Alguien le ha disparado,

pero la bala ha cambiado la trayectoria y ni siquiera le ha rozado” (118).

Al cederle la palabra al africano, Kapuściński está validando un mundo con sus propios

parámetros. Kapuściński se muestra como un narrador-autor que desconoce ese mundo

africano pero que lo acepta y expone sus parámetros desde sus fuentes, les cede autoridad

para ganar credibilidad.

24

Para ganar autoridad narrativa Kapuściński hace referencias a recuerdos pasados. Como viajó

durante 40 años por África hay varios lugares que tienen algún aspecto en común, como los

animales, el calor o alguna costumbre. El narrador-autor se remite a sus pasadas experiencias

para resaltar algún aspecto específico como en el capítulo “El agujero de Onitsha” donde, tras

hacer una descripción del mercado local, se remite: “Tiempo atrás, en un viaje que había

hecho a Mali, observé, en Mopti, un mercado de éstos, el de pescado” (313). Estos referentes

de experiencias pasadas demuestran la experiencia haciendo que el lector le de validez a lo

narrado. Ese narrador que sigue estando presente en la narración, intercalando sus propias

experiencias con la vida africana, pero nunca toma el protagonismo de la historia. Al incluir

experiencias pasadas dentro de una narración en presente se están dando sustentos para que

el lector tenga cada vez mas credibilidad en el narrador. Kapuściński retoma el pasado de

diversas maneras para mostrarlo como contexto.

A lo largo de Ébano Kapuściński no narra exclusivamente lo que ve y vive en un presente

continuo con sus propios referentes pasados sino que también cuenta referentes históricos

pertinentes al lugar donde se encuentra como la historia del dictador africano de Uganda o la

historia de Ruanda. En ocasiones también atribuye algunas fuentes a estos datos para dar

sustento a lo que se dice. Cuenta que lee el relato del mercader veneciano Alvise da Ca´da

Mostro del siglo XV quien narra el comercio mudo que se llevaba a cabo en ese entonces

donde los habitantes del Sahara comerciaban oro por sal sin verse las caras. Kapuściński cita a

da Ca´da Mostro: “Tal cosa dura ya desde hace mucho tiempo, y aunque todo el asunto

25

parece inverosímil, os aseguro que es verdad” (299). Al contar y citar estos datos Kapuściński

le está dando un pasado a un lugar, se está apoyando en otras fuentes para hacerlo creíble.

La voz del narrador en Ébano, entonces, en su intento de crear una relación de confianza y

credibilidad con el lector se caracteriza por vivir en primera persona la experiencia, contarla

en tiempo presente, detallar el proceso, invitar al lector al viaje, reconocer que la autoridad

está en el otro contado y confirmar que nada es gratuito porque hay un pasado que contar.

* * *

Al profundizar en las características del narrador de Ébano se evidencia que sus diferentes

matices y comportamientos no permiten una catalogación estricta bajo una categoría de

narrador según la narratología. El autor - narrador se reconoce como distinto al africano más

esta diferencia la utiliza para tener un punto de vista propio en cuanto acredita la voz del

otro, y por el que la voz personal, detalladamente en presente, relata ese otro mundo.

Además de ser una persona humana con un gran bagaje en África la posición del sujeto que

cuenta (autor-narrador, punto de vista desde África, voz del otro) asigna credibilidad y

confianza al relato, lo que permite que el lector se involucre en la historia de África y así viaje

y conozca, de la mano del narrador, también su propia África.

“Empiezan los momentos más agradables, los que más me gustan: se relatan los

acontecimientos del día y se cuentan las historias en que se mezcla lo real y lo

imaginario, cosas alegres y las que despiertan terror. […] Aquí, la frontera de la

memoria también lo es de la Historia. […] La Historia no llega más allá de lo que se

recuerda […] era un mito colectivo, creado involuntariamente al pie de un mango, en

26

la profunda penumbra de la tarde, cuando no se oían más que las voces temblorosas

de los ancianos, puesto que las mujeres y los niños, embelesados guardaban silencio”

(Kapuściński, Ébano 331).

27

II. EL LENGUAJE PROPIO DEL VIAJE

-Despierta. Abre los ojos- Cuando un bebe nace comienza a situarse en el mundo que lo

rodea por medio de su mirada. Antes de comenzar a hablar, observa y luego busca nombrar

lo que ve. A medida que crece las situaciones que vive se complejizan y las palabras no

significan totalmente lo que quiere decir. En el juego de la correspondencia entre la palabra y

lo que se quiere transmitir cada quien hace su propio intento de comunicación. El lenguaje es

nuestra herramienta limitada pero infinita en sentido para expresarnos. En nuestro lenguaje

cotidiano usamos exageraciones y comparaciones para hacer más claros nuestros

pensamientos y nuestro lenguaje corporal ayuda. Pero cuando las palabras se encuentran

solas deben ser claras en sí mismas, aún más si pretenden mostrar una realidad.

Los llamados poetas ilustran esta situación. Son muy cautelosos con cada palabra que

escogen porque cada una de éstas debe decir, en la medida de lo posible, lo que su autor

quiere transmitir. En esta búsqueda el poeta trata el lenguaje de diversas maneras, le da

nuevos significados, que los demás perciben como inusuales. Ryszard Kapuściński se preocupa

por el lenguaje que emplea en Ébano porque quiere comunicar una realidad habitada y hace

su propia experimentación con el lenguaje para poder contar su experiencia.

La precaución con el lenguaje

¿Pueden las palabras abarcar todo lo que observo? La representación del mundo por medio

de la palabra es una preocupación latente que se remonta a la antigüedad griega. En la

28

primera conversación del Cratilo Sócrates le argumenta a Hermógenes que el nombre es un

instrumento que surgió respondiendo a la necesidad para distinguir las cosas (388 B –C) y

cuya finalidad es imitar aquellas cosas que nos rodea (423 B) por medio de “letras y sílabas”

para manifestarlas (425 D). Siguiendo a la argumentación de Sócrates el emisor debe escoger

muy bien cada palabra que va a usar para imitar para que así su copia sea una manifestación

correcta de lo que lo rodea.

En Ébano Ryszard Kapuściński pretende describir un mundo por medio de la lengua polaca

escrita pero se encuentra frente a varias limitaciones que comparte abiertamente, pero en

contadas ocasiones, con su lector. Las comunidades desarrollaron sus propios idiomas para

comunicar su entorno específico. Así los esquimales tienen varias palabras para describir las

tonalidades de blanco y los caribeños pueden tener diferentes connotaciones de azul para el

mar. Las personas ajenas a estos lugares no emplean y probablemente no conocen estas

palabras en su vocabulario porque no las requieren. Las comunidades desarrollan una lengua

que no solo corresponde a su entorno sino también a sus necesidades, a sus costumbres, a

sus creencias y a su historia. En Ébano Kapuściński explica, a partir de dos muchachos que

conoce, como en muchas comunidades africanas el nombre que cada persona lleva

corresponde a la situación del día o la hora en que nació. Así hay Independencia, Nyerere del

presidente, Mañana fresca, Sombra de Acacia o Edu -uno de los niños que conoció- de

educación (76). A través de la apropiación de su lengua, en este caso específico de los

nombres, muchos africanos mantuvieron la historia de su pueblo. Más esta clase de

explicaciones no son suficientes. Kapuściński dice:

29

“Y esos árboles inmensos que vi en Ubangi y en Ituri, ¿cómo se llaman? ¿Cómo llamar

a los más diversos insectos con los que nos topamos por todas partes y que no paran

de atacarnos y de picarnos? A veces se puede encontrar un nombre en latín, pero

¿qué le aclarará éste a un lector medio? Y eso que no son más que problemas con la

botánica y la zoología. ¿Y qué pasa con toda la enorme esfera de lo psíquico, con las

creencias y la mentalidad de esta gente? Cada una de las lenguas europeas es rica,

sólo que su riqueza no se manifiesta sino en la descripción de su propia cultura, en la

representación de su propio mundo. Sin embargo cuando se intenta entrar en

territorio de otra cultura, y describir, la lengua desvela sus límites, su subdesarrollo, su

impotencia semántica” (338).

El autor mismo nos expone las fronteras cognitivas, narrativas y de sentidos de los lenguajes.

Teniendo presente a su lector y las limitaciones que va presentando su lengua, Kapuściński

comparte abiertamente, más en contadas veces, su preocupación por el cómo expresarse de

la mejor manera posible para que se conciba ese otro mundo que pretende contar. En una

descripción las palabras deben ser precisas para presentar una imagen clara.

Consecuentemente en ocasiones necesarias el autor evalúa explícitamente el lenguaje que

usa para expresar su frustración de no poder describir la realidad.

Para Kapuściński el lenguaje debe ser justo por eso analiza desde el uso de una sola palabra

hasta el uso de una metáfora. Luego de describir una multitud de mendigos frente a una

iglesia que “formaban un enjambre humano” dice “a pesar de que no me gusta el término

‹‹enjambre››, no sé sustituirlo por ningún otro, porque es el mejor que ilustra la imagen que

vi” (148). El autor nos deja ver su preocupación desde lo más pequeño, desde una sola

palabra, pero sigue incursionando en complejidades del lenguaje con las que también es muy

30

cuidadoso y por lo tanto las evalúa. En una ocasión, el narrador está contando sobre cómo

los hutus se asentaron en las montañas de Ruanda y equipara el lugar geográfico con una

fortaleza.

“La metáfora, la imagen de fortaleza en este caso, no es ninguna exageración. Tanto si

entramos en Ruanda desde Uganda como si lo hacemos desde Tanzania o el Zaire,

siempre experimentamos la misma sensación: la de atravesar las puertas de una

fortaleza formada por las inmensas y espléndidas montañas que se levanta ante

nosotros” (182).

Kapuściński expone abiertamente su cuidado con el lenguaje que emplea. Al explicar que ha

seleccionado con cautela el lenguaje que utilizó, el autor llama la atención directa de su lector

sobre el lenguaje. Entonces ¿cómo es esa herramienta que usa para describir ese otro

mundo?

Incursionando en un nuevo tipo de escritura

Michel Foucault en Las palabras y las cosas (1984) sustenta que el lenguaje es un sistema que

limita al hombre ya que no se puede actuar ni pensar fuera de éste. La forma de

comunicación, expresión y pensamiento del hombre es únicamente por medio del lenguaje.

Consecuentemente el hombre necesita del lenguaje llevándolo así a estar encerrado dentro

del mismo lenguaje (372-375). Kapuściński esta inscrito en una limitante lengua natural

europea. Vive en ella, es su medio de comunicación y Ébano debe ser escrita en ella.

Consciente que su herramienta para expresar ese mundo que quiere describir es limitada

31

Kapuściński intenta usarla de la mejor manera, tiene conciencia de habitar el lenguaje. Como

periodista sabe que su lenguaje no le es suficiente para contar la experiencia llamada África:

“El lenguaje periodístico tal como lo concebían los diarios no era capaz de reflejar la

realidad en todos sus matices. En primer lugar porque ese lenguaje, que en general

sigue manejando el periodismo diario tradicional, es muy pobre: emplea tan sólo un

promedio de mil palabras. Con ese vocabulario ciertamente, no se puede dar cuenta

del mundo en su riqueza (…) ese lenguaje domina la prensa diaria porque tiene el

valor de ser eficaz y rápido, pero se trata de un conjunto restringido de frases que en

el fondo resulta demasiado superficial y limitado, y no nos permite movernos o

avanzar” (Los cinco sentidos del periodista 39).

Como consecuencia Kapuściński usa el periodismo en su modo de acercarse al mundo pero

para escapar en un lenguaje más consciente de lo que cuenta. Así incursiona en recursos que

van más allá del lenguaje periodístico:

“Personalmente mi búsqueda se orienta a otros campos, aquellos en los cuales se

utiliza las técnicas de la expresión literaria en combinación con otros géneros, un

nuevo tipo de escritura que se encuentra en desarrollo y que es difícil fijar con una

etiqueta” (Los cinco sentidos del periodista 74).

Nos encontramos frente a un tipo de escritura que quiere narrar un mundo diferente al

propio. Para lograrlo usa el lenguaje de distintas maneras pero todas apuntan a la

construcción de una expresión cultural de un mundo a través de la palabra escrita.

32

Características del lenguaje en Ébano

Desde la estructura del libro se evidencia como el autor incluye una variedad formas de

escritura para dar imágenes de ese mundo. Por ejemplo en el capítulo “Anatomía de un golpe

de estado” cita su propio block de notas para mostrar la simultaneidad del golpe en cinco

ciudades de Nigeria, marcando el día y la hora. Comienza “Sábado 15 de Enero […] 1.00 de la

madrugada” el siguiente párrafo comienza “Sábado, las dos en punto de la madrugada” los

siguientes 4 párrafos comienzan “Son las tres en punto de la madrugada”. Este estilo, único

en este capítulo, simula la división que se puede hacer visualmente con una sola imagen que

se divide por partes para mostrar diferentes ángulos simultáneamente. Como las letras

escritas deben ir una detrás de la otra Kapuściński las acomoda de manera tal que puedan dar

esa imagen. Así mismo en el capítulo “Conferencia sobre Ruanda” comienza dirigido a un

público “Señoras y señores:” para desarrollar temas históricos sobre su geografía y su

sociedad con cifras, fechas y estadísticas.

Sin embargo ambos capítulos no continúan estrictamente bajo la estructura planteada al

comienzo. En el capítulo “Anatomía de un golpe de estado” termina mostrando otro punto de

vista personal frente a los hechos históricos. Un nigeriano que considera a su líder

sobrenatural, razón suficiente para asegurar que una bala no lo ha matado (118). Y en el

capítulo “Conferencia sobre Ruanda” se incluyen experiencias personales del autor,

descripciones metafóricas, reflexión sobre esa figura utilizada y razonamientos no

estrictamente históricos “¿acaso no sería ello prueba suficiente de que el diablo mora entre

nosotros, sólo que en la primavera de 1994 se encontraba precisamente en Ruanda?” (193).

33

Además de mostrar la correspondencia que tiene los títulos con su contenido, que resaltan el

cuidado que se tuvo con su escogencia, estos dos ejemplos destacan que el autor recurre a

otras formas de estructuras para visualizar un mundo, sin ceñirse estrictamente a alguna.

Otro ejemplo a un nivel más detallado es la alteración de espacios. El narrador cuenta que en

Abbis-Abeba no hay librerías pero que su población está en constante crecimiento y termina:

“¿Entonces tal vez?

¿Alguien?

¿Aunque solo fuese una?” (237).

Esta pregunta se hubiera podido hacer en un solo renglón y con un solo par de signos de

interrogación pero al alterar los renglones y separar la pregunta se hace un énfasis a través de

la estructura de prolongar la preocupación por más librerías con palabras. Kapuściński se

apropia de estructuras, saliéndose de sus parámetros comunes, moldeándolas para trasmitir

un significado propio.

Esto que pasa en las estructuras internas de Ébano también ocurre en su escritura donde

Kapuściński utiliza diversos referentes y recursos para ilustrar un mundo. En la descripción de

un trayecto dice: “Al principio el camino conduce a lo largo del Atlántico, a través de una

avenida bordeada por unos boababs tan imponentes, enormes, altivos y monumentales que

nos da la impresión de movernos entre los rascacielos de Manhattan” (227). Este referente es

bien conocido por un occidental y aunque el lector no haya estado en Manhattan puede

visualizar las dimensiones. Pero esta clase de referentes occidentales no solo los emplea para

dar imágenes de lugares sino también para comprender personalidades. Por ejemplo en la

34

descripción de los warlords agrega: “Es lo contrario de Robin Hood. Robin Hood quita a los

ricos para dárselo a los pobres. El warlord quita a los pobres para enriquecerse él mismo y

para alimentar a su horda” (269). Estos referentes son evidentemente de un occidental hacia

otro occidental en un tiempo. Los rascacielos de Manhattan y Robin Hood pertenecen al

imaginario occidental actual. Kapuściński aprovecha este imaginario común para darse a

entender de la manera más clara posible.

Los humanos pertenecen a un entorno y a partir de éste comprenden y cuentan la vida;

buscan asociar lo nuevo y desconocido, asignar significados que se compartan para generar el

entendimiento colectivo. Los conceptos del entorno se construyen socialmente vía el

lenguaje, el relato y las experiencias de nombrar; así, el lenguaje es la forma privilegiada de

articular los sentidos, de mostrar un mundo interno. Kapuściński se encuentra en un mundo

diferente y en sus asociaciones frente a lo nuevo se evidencia su posición occidental, él no

reniega de su postura pero tiene en cuenta la voz del otro. Ahora, al producir el relato desde

occidente, logra comunicarse el lector occidental, y crea un escenario común de comprensión

de referentes.

Los referentes de Kapuściński también abarcan otros lenguajes, como el del arte, mostrando

que por momentos también toca recurrir a otros ámbitos de la sensibilidad para describir ese

mundo. Luego de detallar a un señor de edad dice con respecto a su camisa:

“Para describirla, tendría que echar mano al lenguaje de los críticos del arte, del de los

postmodernistas caprichosos, del de los especialistas en suprematismo, el visual-art y

el expresionismo abstracto. La prenda es nada menos que una obra maestra del

35

patchwork, informel, collage y pop-art, un prodigio de la más viva imaginación de

aquellos sastres laboriosos junto a los cuales hemos pasado al venir aquí por la

carretera de Kampala” (175).

Las asociaciones con el mundo occidental que el autor usa permiten que el lector pueda ir

recreando más fácilmente ese otro mundo descrito ya que comparten el imaginario de

referencia.

No hay que olvidar que el narrador de ese mundo es una persona que narra desde lo

humano, cercana al lector, y lo es en su manera de expresarse. En su lenguaje hay palabras de

informalidad como “meollo del conflicto” (96) y “salvarles el pellejo” (227) y también un

finísimo humor. Por ejemplo luego de describir una carretera con precipicios a los lados y

demasiadas curvas donde a veces se encuentran monjes dice: “cuando el autobús aminora la

marcha, acercan a la ventanilla unos cuencos de barro para que los pasajeros depositen en

ellos unas monedas de donativo: los monjes rezaran por el feliz viaje de esa gente, feliz, por lo

menos, hasta la curva siguiente” (325). Estos recursos de la lengua otorgan ambigüedad

cultural a las descripciones y generan una relación más íntima entre el narrador y su lector.

El narrador para mostrar que ha interiorizado las experiencias de su conocer África crea un

lenguaje más elaborado. Tras describir la llanura de Serengeti donde se encuentra “la más

grande concentración de animales salvajes” dice:

“Todo aquello parecía increíble, inverosímil. Como si uno asistiera al nacimiento del

mundo, a ese momento particular en que ya existen el cielo y la tierra, cuando ya hay

agua, vegetación y animales salvajes pero aun no han aparecido Adán y Eva. Y

36

precisamente aquí se contempla ese mundo recién nacido, un mundo sin el hombre, y

por lo tanto sin pecado, y es aquí, en este lugar, donde mejor se ve, y tal cosa es una

experiencia inolvidable” (50).

Ese mundo que ve es narrado más allá de los referentes occidentales por eso el autor-

narrador explora en el lenguaje, intenta hacerlo sensible a la realidad que cuenta,

experimenta de distintas maneras para aproximarse a lo que quiere comunicar. Kapuściński

utiliza el lenguaje figurativo que según Abrams “es un llamativa salida para lo que los usuarios

del lenguaje comprenden como el significado habitual de la palabra, si no el habitual orden de

las palabras, para conseguir algún significado o efecto especial”13. A través del lenguaje

figurativo el escritor puede darle nuevos significados a las palabras o nuevas palabras a la

realidad. En Ébano el lenguaje figurativo es variado pues se utilizan diversas figuras para

ilustrar, narrar, imaginar África, su mundo, su gente, su modo de habitar la vida. Por el uso del

lenguaje figurativo se evidencia que la descripción de sujetos, situaciones y lugares no siguen

un lineamiento exacto, matemático ni científico, sino que aparece el lenguaje y su potencial

de evocación.

La figura que más llama la atención del libro es la metáfora ya que el autor la usa en distintos

momentos y para diversos fines. Continuando con Abrams la metáfora es “una palabra o

expresión que en un uso literario denota una clase de cosa es aplicada a una clase de cosa

13

“is a conspicuous departure from what users of a language apprehend as the standard meaning of word, or

else the standard order of words, in order to achieve some special meaning or effect” (Abrams 96). El original es

el ingles, la traducción es mía.

37

claramente diferente, sin afirmar una comparación”14. Cuando se quiere describir una

realidad inabarcable el sentido se busca más allá de las palabras, más cerca de las imágenes.

James Aucoin señala la frecuente construcción de metáforas elaboradas de Kapuściński (9) y

Jack Shafer resalta que él “usa ´alegoría y metáforas para transmitir lo que estaba

sucediendo´”15. La metáfora es la estrategia para poder traducir a África, la experiencia de

viajar, describir y comprender una realidad que está más allá del lenguaje occidental.

Kapuściński usa la metáfora para describir el lugar, su gente y la experiencia de habitar esos

lugares y con esas gentes. Al hablar del nomadismo africano dice: “La población de África no

era sino una gigantesca y enmarañada red que, cubriendo todo el continente y hallándose en

constante movimiento, fluía y se entrelazaba, se concentraba en un lugar y se dispersaba en

otro. Una tela multicolor. Un tapiz abigarrado” (26). Como periodista describe el

comportamiento de los nómadas, pero para narrar interviene el lenguaje y el relato con

metáforas que sintetizan e inscriben otra visión de la vida. Así como el comportamiento de los

humanos lo equipara con metáforas, así mismo describe el comportamiento de otros

animales africanos: “Cuando los leones salen de caza, lo anuncian con rugidos muy

poderosos, que retumban por toda la sabana. Esta voz esparce un terror pánico entre los

demás animales. Sólo los elefantes que no temen a nadie, permanecen indiferentes ante

semejantes trompetas de guerra” (69). El rugido de los leones lo iguala a trompetas de guerra

14

“a word or expression that in literary usage denotes one kind of thing is applied to a distinctly different kind of

thing, without asserting a comparison” (Abrams 97). El original es el ingles, la traducción es mía.

15 “used ´allegory and metaphors to convey what was happening” (Shafer). El original es el ingles, la traducción

es mía.

38

para darle connotación de peligro. Las metáforas evidencian la posición del autor. En un

encuentro en el cual los líderes africanos intentaban crear estrategias para salirse de la crisis,

el autor-narrador describe que “Y elaboraron entonces dicho plan de acción, una biblia, la

panacea, la gran estrategia para el desarrollo” (238) y así inscribe su incredulidad, su ironía, su

referencia metafórica. El lenguaje será su gran aliado de viaje y la metáfora el modo preferido

de contar sus sentimientos: “Hacía un calor tremendo, como siempre en África a mediodía,

con lo cual anduve a paso de tortuga” (317). La metáfora le sirve para elaborar una

descripción externa pero también para contar la propia experiencia de viaje; la precisión

periodística huye para dar paso a la imaginación literaria.

En Ébano encontramos el uso de la figura del símil que es cuando “una comparación entre

dos cosas distintas es explícitamente indicada por la palabra ´como´”16. Comparaciones que

generan imágenes muy claras y existenciales de las situaciones: “El ruido que hacen los

recipientes al ser colocados y el chapoteo del agua recién traída son como el sonido de la

esquila de una pequeña iglesia parroquial: despierta a todos a la vida” (224). Con este símil se

reitera la importancia del agua para la vida africana. El símil le sirve para comunicar sus

sensaciones. “En ese instante en el que el desbocado monstruo de metal se abalanza sobre

las cabezas de la gente mientras corre como un mortífero cohete” (286). El “desbocado

monstruo de metal” es la metáfora para tren y se conoce su velocidad por medio del símil.

Con estas figuras se le agrega sentimiento a las imágenes. El narrador comienza describiendo

16

“a comparison between two distinctly things is explicitly indicated by the word ´like´ or ´as´” (Abrams 97). El

original es el ingles, la traducción es mía.

39

la camisa que plancha el señor Apolo, continua narrando su dura situación económica debido

al mal momento que pasan los cafetales, su sustento de vida, y termina: “Suspira y, con suma

atención, conduce su plancha entre los remiendos y las costuras, como hace el marinero con

su barco entre arrecifes traicioneros” (176). Las imágenes que Kapuściński incorpora por

medio del lenguaje figurativo van acorde al contexto en que están siendo narradas.

La hyperbole como “la audaz exageración o extravagante exageración de un hecho o de

posibilidad”17 también se usa frecuentemente en Ébano. Uno de los recurrentes usos de la

hipérbole es la sensación con el clima africano y su naturaleza. “El sol coagula la sangre,

entumece y paraliza” (302) y al medio día “la aldea se queda desierta […] la vida la abandona

por completo” y finaliza con un símil “La aldea era como un buque submarino en el fondo del

océano: existía pero sin dar señales de vida, sin voz y sin movimiento alguno” (230). Pero

hasta en algunos lugares “incluso en plena noche, hace tanto bochorno y el ambiente es tan

sofocante que no hay con que respirar” (113). El mismo autor justifica las exageraciones

dentro del libro: “Aquí todo se produce de manera multiplicada, desbocada, histéricamente

exagerada” (332). A través de estas amplificaciones el lector puede percibir la intensidad de la

naturaleza africana pero también sus costumbres. En algunas aldeas en la hora de la tarde

bajo un árbol de mango se discuten los asuntos que conciernen a la colectividad pero cuando

alguien no concuerda “a veces la cosa dura una eternidad, pues un rasgo típico de estas

deliberaciones consiste en una palabrería infinita” (330). Aunque el lector comprende que son

17

“bold overstatement or extravagant exaggeration of fact or of possibility” (Abrams 120). El original es el ingles,

la traducción es mía.

40

exageraciones, éstas dan la sensación de la atmósfera del lugar sin usar precisiones

cualitativas o cuantitativas.

Hay otras figuras menos recurrentes que se utilizan en Ébano como la prosopopeya o

personificación que puede ser “de un objeto inanimado o de un concepto abstracto sobre el

que se habla como si cobrara vida o atributos o sentimientos humanos”18. Las descripciones

de Kapuściński muestran tantos detalles de lo descrito que es necesario darle vida. Mientras

describe el saludo como un ritual africano dice: “mientras nuestras manos corren raudas y

veloces al mutuo encuentro” (37). Así mismo durante la gestación de un golpe de estado dice:

“La ciudad duerme” (109).

La sinécdoque es cuando “una parte de algo es usada para significar el todo”19. Kapuściński la

usa bajo su propio contexto. “Casi mejor que nadie así merodee por los campos de esta

guerra. Enseguida llamaría la atención de la policía, daría con sus huesos en la cárcel y,

sospechoso de espionaje, sería fusilado” (210). Con una imagen muy concreta el lector atento

hace la relación para huesos con cuerpo humano. Como lo hizo con el hombre el autor

también lo hace con los animales. En el título del capítulo, “El corazón de una cobra”, nos

explica la relación con la que finaliza el capítulo “aquel corazón había dejado de latir” (56).

Estas imágenes perduran en la mente del lector.

18

“either an inanimate object or an abstract concept is spoken of as though it were endowed with life or with

human attributes or feelings” (Abrams 99). El original es el ingles, la traducción es mía.

19 “a part of something is used to signify the whole” (Abrams 98). El original es el ingles, la traducción es mía.

41

Otro recurso que Kapuściński usa es el oxímoron que “junta dos términos que en un uso

común son contrarios”20. En la descripción de un rio donde cavan para sacarle oro dice: “se

oye en el barranco el sordo golpear de las azadas que cavan en la gravilla” (279). El oxímoron

presenta aparentes contradicciones en unión de palabras porque sus significados son

opuestos. Sin embargo al Kapuściński usar estos opuestos llaman la atención sobre el sentido

que se quiere resaltar, en este ejemplo el sonido.

Las diversas maneras de emplear el lenguaje apuntan a una construcción de recorridos por un

mundo. Un mundo completo en sí mismo, con una geografía, personajes, ambientes,

sensaciones, pasado, lenguas y costumbres. Un texto bajo un lenguaje figurativo se sale de

mediciones precisas cualitativas y cuantitativas creando un mundo más con las sensaciones

que con la razón de la ciencia. Al no ser un lenguaje simple ni directo Ébano requiere de un

lector atento, dispuesto a hacer las asociaciones, pendiente del lenguaje. Esta actitud se

acerca al comportamiento del lenguaje literario. “La literatura es un lenguaje que trae ‹‹a

primer plano›› el propio lenguaje […] estamos ante un manejo especial del lenguaje que

quiere atraer nuestra atención hacia las propias estructuras lingüísticas” (Culler 40). En el

lenguaje que Kapuściński emplea para relatar su viaje se hace evidente este llamado de

atención.

Este uso del lenguaje muestra la manera en que se va a narrar los recorridos, la experiencia

de viaje y la forma de recrear ese mundo. Se propone al lector un viaje junto al narrador;

20

“conjoins two terms that in ordinary usage are contraries” (Abrams 201). El original es el ingles, la traducción

es mía.

42

narrador y lector se encuentra bajo una mirada que se evidencia en el uso de su lenguaje. El

lector decide si quiere recorrerlo de este modo.

La relación interna del lenguaje

El uso de un lenguaje figurativo puede dar una idea de cómo es otro mundo pero si las

imágenes se solidifican en una narración es más probable cautivar al lector e invitarlo al viaje.

Así el lenguaje figurativo en Ébano se utiliza para generar imaginación y verosimilitud a las

secuencias narrativas.

El autor vivió lo que esta contando, es una experiencia pasada, pero la cuenta en presente tal

como se desarrolló para que el lector también viva la experiencia y se cree suspenso en la

narración. Según Abrams el suspenso es “una carencia de certeza, por parte del lector

concerniente, sobre que va a suceder, especialmente a personajes con quien el lector ha

establecido una unión de simpatía”21. Con el suspenso como elemento de una narración se

cautiva al lector pero depende de la secuencialidad con que se narre. En el capítulo “Salim” el

narrador imagina un oasis en una varada en medio del desierto a causa de su deshidratación.

Sin embargo esto es narrado pasa a paso, como una historia lineal, y no como un suceso:

primero narra la situación del carro y la atmosfera de sequia y sol, continúa con la

imaginación del oasis, prosigue con la propia reacción de felicidad y termina con el conductor 21

“a lack of certainty, on the part of a concerned reader, about what is going to happen, especially to characters

with whom the reader has established a bond of sympathy” (Abrams 225). El original es el ingles, la traducción

es mía.

43

dándole agua con lo que él desdibuja su oasis. Esta secuencia hace que el lector vaya viviendo

junto al narrador, vaya imaginando el oasis y luego sintiendo la desilusión, haciendo que el

lector se cautive con la lectura.

Aunque todo Ébano no es la narración de un solo recorrido sino fragmentos de trayectos, hay

capítulos que están ligados a los siguientes haciendo que el lector quede intrigado por el

desarrollo de la situación. En el capítulo “El corazón de una cobra” el narrador termina

inconsciente y al comenzar el capítulo “En el interior de una montaña de hielo” conocemos

que está en un hospital porque le dio malaria. Por lo tanto también se aprovecha la

estructura del libro para manejar el suspenso.

Este modo de narrar, manteniendo el interés del lector por medio del suspenso, está

presente en todo Ébano inclusive cuando se cuenta algún hecho histórico, que ocurrió y tiene

un final establecido. En el capítulo “Amín” se narra la vida del dictador de Uganda pero más

que la vida de un hombre histórico parece el cuento de un personaje. Lo mismo ocurre con

otras situaciones similares como la historia de un país o antiguas costumbres de algún lugar;

se tiene la sensación de estar leyendo un cuento y no un texto histórico ni antropológico.

Las narraciones del viaje en Ébano incluyen referencias pasadas del narrador, datos históricos,

antropológicos y geográficos del lugar. Pero como se están contando relatos hay recursos

para que el lector no pierda la secuencia de lo que se le está narrando. El capítulo “Estampas

eritreas” comienza con el sonido de una campana y el llamado del almuédano previo al

amanecer. Luego el narrador cuenta la singularidad de este destino, Asmara, cómo llegó,

44

cómo era el lugar donde se encontraba antes y lo que le sucedió allá, la descripción de otro

lugar que le comentaron con su historia de guerra. Para continuar la narración en Asmara

retoma la imagen sonora y prosigue el tiempo dentro de la narración: “las campanas de la

catedral languidecen, se apaga la voz del almuédano, de detrás de las montañas de Yemen

sale el fuego de un sol deslumbrante” (324). La manera de retomar la narración es cuidadosa

donde se evidencia un uso particular del lenguaje. Estas inclusiones dentro del tiempo de la

narración también generan duda y suspenso en el lector ya que se prolonga lo que le va a

pasar al narrador. Como consecuencia las narraciones en Ébano semejan relatos con

secuencias tratadas para mantener interesado al lector.

El lenguaje en Ébano se relaciona internamente. Kapuściński llama la atención sobre el

lenguaje que emplea, explicita e implícitamente, y requiere de un lector que esté dispuesto a

entender bajo este lenguaje. Los diferentes elementos estudiados del lenguaje se apoyan y

complementan entre sí mismos para darle coherencia interna al texto. Para Jonathan Culler

esta es otra característica del lenguaje literario ya que “es un lenguaje en el que los diversos

componentes del texto se relacionan de modo complejo (…) un uso productivo entre forma y

contenido o entre tema y lenguaje; y al intentar entender en qué contribuye cada elemento al

efecto global, hallaremos integración, armonía tensión o disonancia” (Culler 42). El lenguaje

figurativo y los distintos referentes sobre los que Kapuściński hace hincapié están

entrelazados bajo una estructura narrativa que en su forma sustentan su contenido y

viceversa. Por lo tanto los diferentes aspectos del lenguaje de Ébano cobran sentido en la

manera en que se relacionen entre sí.

45

* * *

Ryszard Kapuściński como autor - narrador muestra conciencia y preocupación por expresar

cautelosamente, a través el lenguaje escrito, su experiencia en África: una realidad habitada

diferente a la que se conoce usualmente por el mundo occidental. Para alcanzar este fin se

sale de los parámetros del lenguaje periodístico y usa recursos más cercanos a la literatura

como un lenguaje figurativo, consistente y coherente en sí mismo, para la formación de un

mundo a través de las letras.

“libre de lastres, del rigor de los datos y las fechas, la Historia alcanza aquí su

encarnación más pura y cristalina: la del mito. […] ese tiempo no avanza de una

manera lineal y ordenada, sino que cobra forma de movimiento al igual que el de la

Tierra: giratorio y uniformemente elíptico. […] África es un eterno durar” (Kapuściński

Ébano 333).

46

III. DISTINTAS MIRADAS FRENTE A UN MISMO ESPACIO

Hay público lector para toda clase de textos: los historiados buscan fechas, eventos, causas;

los matemáticos buscan replicar axiomas; otros, buscan dibujos en los textos para distraerse.

Pero todos los lectores tienen una disposición dependiendo de la clase de texto y así mismo

cada escritor tiene una relación distinta con la palabra. Cada quien plasma una realidad

distinta correspondiente a su propio uso del lenguaje.

De hecho cada uno de nosotros tenemos nuestra propia relación con la palabra. Cuando

narramos nuestras experiencias personales intentamos retratar el escenario y la situación en

que estuvimos para que el otro comprenda mejor lo que queremos contar. Pero realmente es

muy diferente a la vivida experiencia en cuerpo propio. Por más que seamos muy detallados

las sensaciones de aquel momento son difíciles de transmitir a cabalidad. Nuestra

imaginación crea una imagen propia de lo que escribimos, escuchamos o leemos. Esa es

precisamente la cualidad de las palabras escritas; que crean imágenes y situaciones únicas en

cada persona. Los lectores pueden disfrutar de una realidad que recrea su propia imaginación

sobre lo escuchado o leído.

Además cuando contamos una experiencia personal tal vivencia pasa por el filtro del lenguaje

propio, convirtiéndose en una creación que puede, o no, parecerse al mundo físico que en un

comienzo sirvió como escenario de la experiencia. Quien nos escucha cree o no nuestra

narración; todo depende de la manera como la narremos. Ébano se enfrenta a esta situación

inquietando a más de uno. El libro parte de África, un continente geográfico del planeta al

47

cual las personas pueden asistir y percibir físicamente. Más Ébano solo parte de allí, son sus

lectores los que habitan esa narración a través de la experiencia de Kapuściński.

Ébano y ‹‹África››

A la obra de Ryszard Kapuściński se le pide una verificación con los datos exactos del mundo

real porque se quiere catalogar apresurada y erróneamente como periodismo. La escritura

periodística parte de la observación de realidad, debe ser precisa y verificable con el mundo

externo ya que “el periodismo con la función de informar narra hechos e ideas de y en torno a

la realidad” (José Garza cita a García Márquez, 63). El periodista muestra con creatividad la

realidad y construye historias narradas como representaciones de esa realidad: “en

periodismo hay que apegarse a la verdad, aunque nadie la crea” (Garza 64). Como

consecuencia el lenguaje en periodismo debe mostrar información fidedigna del modo más

claro posible. El periodismo parte de una información seca, “de un hecho noticioso inmediato

o de un haz de ellos, que constituyen la mayor parte de lo que se cuenta diariamente en los

periódicos” (Bastenier, 104).

Los géneros periodísticos que más se le atribuyen a Kapuściński son la crónica y el reportaje.

La crónica es la personalización en prosa de ese material informativo sobre el cual, según

Miguel Ángel Bastenier, no se puede hacer juicios de valor (232). El reportaje contiene toda

la información primaria pertinente y abarca los elementos de la crónica pero la información

recopilada por su periodista es exclusividad de él, ya que la consiguió personalmente en los

48

lugares o con las fuentes. Esto le permite redactar su propia realidad y es el lector el que la

juzga (Bastenier 157).

Aunque Ryszard Kapuściński es considerado como el mejor reportero del siglo XX porque para

hacer periodismo siempre estuvo ahí, en la realidad, sus obras han sido muy difíciles de

clasificar estrictamente dentro del periodismo, debido a que rompe sus reglas. Retomando a

Bastenier el periodismo parte de un “hecho noticioso” pero de Kapuściński, en Ébano, George

Packer dice: “su ojo tiende a desviarse de la acción central, hacia un hombre solitario

caminando al sur desde Eritrea a Etiopía, buscando a su hermano”22. Allen Lane también

resalta el distanciamiento del notable momento histórico que el autor presenció -la

degradación económica luego de la independencia de Ghana- “pero nunca hace referencia a

los dos grandes poderes que ahora dominan el continente: el Banco Mundial y el Fondo

Internacional Monetario”23. Vemos que la búsqueda del autor es una mirada personal

descentrada del hecho periodístico común.

Además el escritor toma posiciones valorativas que juzgan la posición de África en el mundo

pero que en la crónica periodística, según Bastenier, no está permitido hacer tales juicios

personales. Como lo señala Anthony Sampson:

“Él apropiadamente culpa las fuerzas imperiales por crear nuevas fronteras ilógicas,

que reunifican a África en cambio de dividirla, creando nuevas naciones inviables. ‹‹El

22

“His eye tends to wander away from the main action, toward a solitary man walking south from Eritrea into

Ethiopia, looking for his brother” (Packer 140). El original es en ingles, la tradución es mía.

23 “Yet he never refers to the two great powers that now dominate the continent, the World Bank and the

International Monetary Fund” (Lane). El original es en ingles, la tradución es mía.

49

colonialismo fue una brutal reunificación, traída con fuego y espada. Diez mil

entidades fueron reducidas a cincuenta››. Y él condena a Gran Bretaña por crear

Sudan de dos poblaciones hostiles, para sí poder dividirla y gobernarla, así dar pie a

‹‹la más larga y grande guerra en la historia africana››”24.

Kapuściński expone abiertamente sus juicios de valor que al mostrar una postura personal,

muchos, como Sampson, pueden estar en discordancia. Por lo tanto el autor - narrador pierde

el hecho noticioso y presenta explícitamente su posición.

La crítica continúa señalado la disyunción de Kapuściński con el trabajo periodístico: sus citas

no son exactas debido a que no hace entrevistas oficiales, no toma notas, tampoco transcribe

sus conversaciones y hace análisis sin atribuir sus fuentes elaborando metáforas (Aucoin 9).

Jack Shafer también agrega: “Es ampliamente concebido que rutinariamente Kapuscinski

inventa cosas en sus libros. El obituario de New York Times, que llama a Kapuscinski un

‹periodista trota-globo›, negocia su camino alrededor de la única relación del maestro con su

verdadera diplomacia, afirmando que su trabajo era ‹frecuentemente matizado con realismo

mágico›”25.

24 “He rightly blames the imperial powers for creating illogical new frontiers, which reunified Africa rather than

partitioned it, creating unviable new nations. ‹‹Colonialism was a brutal unification, brought about by fire and

sword. Ten thousand entities were reduced to fifty››. And he condemns Britain for creating the Sudan out of two

hostile populations, in order to divide and rule it, thus giving rise to ‹‹the longest and largest war in history of

Africa›› (Sampson 68). El original es en ingles, la tradución es mía.

25 “It's widely conceded that Kapuściński routinely made up things in his books. The New York Times obituary,

which calls Kapuściński a ‹globe-trotting journalist›, negotiates its way around the master's unique relationship

with the truth diplomatically, stating that his work was ‹often tinged with magical realism›” (Shafer). El original

es en ingles, la tradución es mía.

50

Y concretamente acerca de Ébano la crítica no se queda atrás recalcando aspectos que se

pretenden corroborar. “El libro desafía una coherencia cronológica y geográfica; hay

escasamente algún contexto para estos esbozos. En una página estamos en un callejón en

Lagos en 1967; en la siguiente estamos en Mauritania en un tiempo no discernible; unas

páginas mas tarde en el centro de Etiopía en la mitad de 1970 (…)”26. Acerca de sus

descripciones Anthony Sampson se referiere a sus descripciones como “la mayoría de sus

surrealistas e improbables descripciones africanas”27. Allen Lane también señala inconsistencias

históricas, geográficas y descriptivas:

“El relato del gobierno de Idi Amin por parte del señor Kapuściński es inexacto y su

historia de Ruanda es imprecisa. Misteriosamente él viaja de Djibouti a Gondar por el

camino de Ndjamena: dos lados de un enorme triángulo. El señor Kapuściński cuenta

como lo sintió en cambio de como fue, describiendo – a veces, parece

desagradablemente atrayente – lo que quiera que sea bizarro, humillante,

repugnante, exótico”28.

George Packer concluye sobre la historicidad del libro:

“De alguna manera lo que él ofrece no es una historia satisfactoria […] De hecho,

Kapuściński no tiene una visión histórico coherente de los eventos que él testifica –

26

“The book defies chronological or geographical coherence; there is scarcely any context for these sketches. On

one page we´re in an alley in Lagos in 1967; on the next we´re in Mauritania at no discernible time; a few pages

later it´s central Ethiopia in the mid-seventies (…)” (Parker 140). El original es en ingles, la tradución es mía.

27 “most of his surealist and improbale descriptions of Africa” (Sampson 68). El original es en ingles, la tradución

es mía.

28 “Mr. Kapuściński account of Idi Amin´s rule is inaccurate and his history of Rwanda is botched. Mysteriously,

he travels from Djibouti to Gondar by way of Ndjamena: two sides of a huge triangle. Mr. Kapuściński tells it as it

felt, rather than as it was, describing—sometimes, it seems, distastefully relishing—whatever is bizarre,

humiliating, disgusting, exotic” (Lane). El original es en ingles, la tradución es mía.

51

por lo que al final de su lectura sobre Ruanda él se da por vencido con su análisis,

equipara una muerte con la de un millón y concluye que el diablo ‹justo› apareció en

Ruanda en 1994”29.

Kapuściński lo sabe y frente a estas acusaciones responde: “Son, justamente, las cosas que yo

evito. Si alguien busca el mero dato, no tiene más que acercarse a una biblioteca o a una

hemeroteca: allí los encontrará todos sin dificultad en enciclopedias, diccionarios, otros libros

de consulta y periódicos de la época” (El mundo de Hoy 87). Esto muestra que Ryszard

Kapuściński no busca una constancia exacta de la realidad, alejándose del periodismo y de la

historia. Ébano no sigue una cronología fiel por el continente africano ni tampoco es un libro

de historia sobre el lugar. El autor lo deja claro en el preámbulo de su libro:

“Éste no es un libro sobre África, sino sobre algunas personas de allí, sobre mis

encuentros con ellas y el tiempo que pasamos juntos. Este continente es demasiado

grande para describirlo. Es todo un océano, un planeta aparte, todo un cosmos

heterogéneo y de una riqueza extraordinaria. Sólo por una convención reduccionista,

por comodidad, decimos ‹‹África››. En la realidad, salvo por el nombre geográfico,

África, no existe” (7).

Kapuściński, según su percepción, explica dentro del libro la complejidad de este continente.

Luego de narrar la visión común europea sobre África como un continente pobre y

hambriento el cual es visto como un objeto al que hay que socorrer dice:

29

“In some ways what he offers is not a satisfying history […] In fact, Kapuściński has no coherent historical view

of the events he witnesses- which is why at the end of his lecture on Rwanda he gives up on analysis, equates

one death with one million, and concludes that the devil ‹just happened› to appear in Rwanda in 1994” (Packer

143). El original es en ingles, la tradución es mía.

52

“África existe para sí misma y dentro de sí misma, como un continente aparte, eterno

y centrado, tierra de bosques de plátanos, de campos de mandioca, pequeños e

irregulares, de selva, del inmenso Sahara, de ríos que van secándose lentamente, de

florestas cada vez más ralas, de ciudades monstruosas y cada vez más enfermas, como

una parte del mundo cargada con una especie de electricidad inquieta y violenta”

(241).

Si el mismo autor lo dice explícitamente en su preámbulo y luego lo sustenta en su libro, ¿por

qué exigirle a Ébano una constancia detallada con el continente geográfico? ¿Para qué buscar

las equivalencias en el exterior del texto en cambio leerlo disfrutándolo en sí mismo? Tal vez

los lectores quieren al periodista y encuentran al narrador.

Las lecturas de Ébano

Retomando a Platón, en la segunda conversación del Cratilo, Sócrates argumenta que la

imitación a través de “letras y sílabas” de las cosas que nos rodean puede ser inexacta (431 B)

porque la imagen no es idéntica al objeto (432 B-D)30 y concluye diciendo que para conocer

las cosas es preferible recurrir a ellas y no a los nombres (439 B). Por lo tanto los nombres no

son ningún fundamento seguro para conocer con exactitud el mundo circundante; los

nombres vienen siendo una copia que se aleja de la cosa representada. Partiendo de estas

limitaciones estrictas con las palabras imitadoras vemos que, al transcribir el mundo físico en

30

Sócrates también incluye otros dos argumentos. Los nombres pueden engañar a causa del error de la

imprecisión del legislador -encargado de nombrar- (436 B) y los nombres pueden indicar tanto reposo como

movimiento (437 A-C). Sin embargo el estudio de éstos es pertinente bajo el contexto del pensamiento

socrático.

53

palabras, el autor crea un mundo no tan cercano a la fiel correspondencia con ese mundo que

quiso transcribir, crea un mundo propio. Ébano es la reelaboración de las percepciones

propias de un mundo a través de un viaje por medio de la palabra escrita; por lo tanto, es la

creación de otro mundo que puede o no parecerse al mundo del cual la descripción partió.

Los mismos lectores críticos que subrayan las imprecisiones del libro con el continente

geográfico africano reaccionan frente a esta nueva forma de escritura. Jack Shafer lo aleja

notablemente de la realidad en el artículo que publicó en Slate perteneciente al Washington

Post tras la muerte de Kapuściński el 23 de Enero de 2007 titulado Las mentiras de Ryszard

Kapuściński o, si usted lo prefiere, el “realismo mágico” del ahora fallecido maestro31 en

el que concluye: “John Ryle escribe que la crítica no le roba a la obra de Kapuściński su

brillante encanto, sus momentos esclarecedores, su frecuente animada simpatía por las

personas de los países sobre los que escribe, pero nos advierten no tomarlo seriamente

como una guía sobre la realidad. Una “guía sobre la realidad” es una buena definición de

bolsillo de periodismo, si me preguntan”32. Es claro que ese distanciamiento de la realidad

es leído por Jack Shafer como un distanciamiento rotundo del periodismo. No obstante Shafer

también resalta que aunque se presente tal disyunción queda la notable escritura del autor.

31

The Lies of Ryszard Kapuściński or, if you prefer, the “magical realism” of the now-departed master. El

original es en ingles, la traducción es mía.

32 “John Ryle writes that the criticisms do not rob Kapuściński's work of its bright allure, its illuminating

moments, its often lively sympathy for the people of the countries he writes about, but they warn us not to take

it seriously as a guide to reality. A "guide to reality" is a pretty good pocket definition of journalism, if you ask

me”. El original es en ingles, la traducción es mía.

54

George Parker también concuerda con Shafer en tal apartamiento pero así mismo resalta su

escritura “en cambio de deslizarse por el periodismo Kapuściński se mantiene en la poesía,

donde por cuatro décadas él ha escrito bellísimamente sobre África”33. Aunque la narración

de Kapuściński se aleje de la verificación con los datos minuciosos de la realidad a la que

apela el periodismo nadie pone en duda su escritura. Se resalta un uso del lenguaje que

sustenta un mundo en sí mismo que va más allá de descifrar si los datos dados

corresponden con exactitud a la realidad.

Así lo notan otros críticos como Allen Lane que, de la misma manera que los anteriores

lectores, luego de citar algunas imprecisiones históricas y geográficas y de justificar cómo

Ébano no se centra en el hecho noticioso, concluye “en cambio él crea su propia África. Es un

lugar fascinante. Sí éste alguna vez existió como él lo cuenta es otro asunto”34.

Consecuentemente el lector se encuentra frente a un África personal, el África del autor y

narrador Ryszard Kapuściński. Su obra captura en su propia lectura sumergiendo al lector

en su mundo verosímil.

Esta lectura trasciende la verificación con la realidad y se centra en la lectura de un texto, en

un mundo verosímil dentro de la obra que partió de esa realidad externa. Hay escritos que

están basados en la realidad, dan cuenta de ésta, pero si no tienen una coherencia interna

creíble para su lector, éste puede no creer cierto lo que lee. “La ‹verdad› narrativa es juzgada

33

“instead of wading into journalism Kapuściński remains in poetry, where for four decades he has written

beautifully about Africa” (143). El original es en ingles, la traducción es mía.

34 “instead he creates an Africa of his own. It is a fascinating place. Whether it ever existed as he tells it is

another matter together” (Lane). El original es en ingles, la traducción es mía.

55

por su verosimilitud en cambio que por su verificabilidad (…) la coherencia además

proporciona bases para juzgar cuán ‹verdadera› una narrativa puede ser”35. Por lo tanto la

verosimilitud de un texto es más relevante que su verificación con la realidad. De hecho los

teóricos, como Jonathan Culler, hacen hincapié en que los textos literarios deben tener

internamente esta verosimilitud, sin necesidad de reprocharles nada fuera de sí mismos. Bajo

esta verosimilitud literaria, su verosimilitud, se puede leer Ébano y dejar de buscar

corroboraciones de sobra por fuera del texto, ya que es una obra sólida en sí.

Ébano puede llegar a sustentarse más en el texto que por fuera de sí; como sí lo hacen los

textos periodísticos. “La obra de Kapuściński, no promete detalles verificables ni

comprensivos, pero en cambio ofrece una visión intensa, a veces fabulista”36. Esta coherencia

interna es la que sustenta la obra de Kapuściński que se acerca a la verosimilitud que tienen

los textos literarios. El autor tiene la libertad de manejar su historia para que ésta sea creíble.

Code sustenta:

“Donde eventos reales, históricos o personajes interpretaron papeles centrales en una

obra, uno espera que la investigación haya sido hecha con precisión, pero allí no hay

absoluta obligación sobre los escritores, dada la larga tradición de licencia poética,

para contar las cosas como fueron en cambio de como pueden ser […] Los escritores,

35

“Narrative ‹truth› is judged by its verisimilitude rather than its verifiability (…) coherence further provides a

basis for judging how ‹true› a narrative might be” (James Aucoin cita a Bruner 15). El original es en ingles, la

traducción es mía.

36 “Kapusckinski´s work, which does not promise comprehensive, verifiable details, but instead offers an

intensely personal, sometimes fabulist vision, holds together” (Aucoin 15). El original es en ingles, la

traducción es mía.

56

para conseguir credibilidad, deben proporcionar ‹buenas razones independientes› que

apoyen sus verdaderas atribuciones”37.

La escritura es la que da credibilidad a lo que se narra y Kapuściński la aprovecha a cabalidad.

A lo largo de Ébano el lector cree en el mundo que le es narrado, cree lo que pasa, cree en un

mundo selvático y caluroso que se rige con parámetros distintos a los habitualmente

concebidos por occidente. El lector es llevado con tanto cuidado por ese mundo que no duda

que el narrador vea espejismos debido a la sed, ni que haya matado a una cobra bajo su

cama.

Lecturas que se acercan a la literatura

Los lectores reaccionan frente a ese mundo en Ébano, creado por medio del lenguaje, el

relato y la experiencia personal, y comienzan a relacionar esa escritura con la literatura.

Aucoin sustenta que Kapuściński “usa estilo literario para comunicar los profundos

significados que él percibe en los eventos”38. Otros lectores críticos como Anthony Sampson

inclusive llegan a asociarlo con géneros literarios:

“El libro se lee frecuentemente más como una novela o como una colección de

historias pequeñas, escritas con un lúcido ojo para las excentricidades humanas, y con

37

“Where actual, historical events or characters play central roles in a work, one expects that the research has

been done accurately, but there is no outright obligation upon writers, given the long tradition of poetic license,

to tell things as they were rather than as they might been […] Writers, to achieve credibility, must provide ‹good,

independent reasons› to support their truth claims” (Aucoin 15). El original es en ingles, la traducción es mía.

38 “use literary style to communicate the deeper meanings he perceives in the events” (Aucoin 16). El original es

en ingles, la traducción es mía.

57

exposiciones abarcadoras que a veces suenan ficciónales (…) Y algunas veces sus

relatos sobre extraños lugares y personas africanas pasan por encima, hacia la semi-

ficcion”39.

Pero más allá de catalogar la obra bajo un género hay que destacar su estilo de escritura que

responde fundamentalmente a una coherencia interna, a un mundo que se crea por medio de

la palabra y que el lector lo cree. Ya la corroboración de los pequeños detalles que se lee

como un mundo físico real deja de ser primordial.

El mundo que Ryszard Kapuściński crea a través de la palabra, su nuevo tipo de escritura, se

acerca a la narrativa de no ficción que no es un género sino un estilo de escritura en la que se

“emplean técnicas literarias de ficción para contar una historia vibrante acerca de eventos

reales, fenómenos, personas y lugares”40. Robert Vare sostiene que la narrativa de no ficción

es

“esencialmente una forma híbrida, un matrimonio entre el arte de contar historias

(storytelling) y el arte del periodismo” en el que “lo más importante es contar la

historia bajo una voz convincente que el lector quiera escuchar. […] La narrativa de no

ficción usa dispositivos literarios de la escritura de ficción para llevar a la no ficción

39

“The book often reads more like a novel or a collection of short stories, written with a bright eye for human

eccentricities, and with sweeping statements that sometimes sound fictional (…) And sometimes his accounts of

weird African places and people go over the top, into semi-fiction” (Sampson 68). El original es en ingles, la

traducción es mía.

40 “employs the literary techniques of fiction to tell a vibrant story about real events, phenomenon, people, and

places” (Alpert 25). El original es en ingles, la traducción es mía.

58

mas allá de la síntesis de una serie de hechos y dentro del reino de contar historias

(storytelling)”41.

Las características de la narrativa de no ficción, según Alpert Abby, se ven empleadas en

Ébano. La primera característica es la documentación: todo el material que se narra está

basado en un hecho real y no en la imaginación del autor. Conocemos que Ébano está basado

en los viajes y experiencias personales de su autor. En adición, en varias ocasiones atribuye

sus fuentes citando nombres, fechas y lugares además de libros de documentación.

La segunda característica es la investigación exhaustiva en la que los autores se sumergen en

sus temas. Kapuściński desde el preámbulo nos informa que estuvo durante cincuenta años

en África en varias ocasiones.

La tercera característica es la construcción de escenas en donde se extraen elementos de

storytelling permitiendo el uso de una gran narrativa donde se usan técnicas de ficción como

sólidas construcciones de escenas, diálogos realistas, complejas caracterizaciones y un punto

de vista. Al mostrar los hechos en forma de una historia convincente el lector se involucrará

en la narración.

En Ébano las escenas descritas dan una clara imagen al lector sobre la situación y aunque se

presenten una gran variedad de encuentros con distintos seres, basta con unos cuantos

41

“essentially a hybrid form, a marriage of the art of storytelling and the art of journalism […] most important,

telling the story in a compelling voice that the reader will want to hear […] narrative nonfiction uses literary

devices of fiction writing to take nonfiction beyond the summarization of a series of facts and into the realm of

the storytelling” (Alpert 26). El original es en ingles, la traducción es mía.

59

detalles para que el lector se imagine al personaje. “Alguien me despierta; noto un tacto

suave y liviano. El rostro que se inclina sobre mí es oscuro, veo encima de él un turbante

blanco, tan claro que casi resulta luminoso, como cubierto de fósforo” (Kapuściński, Ébano

214).

La cuarta característica es el estilo que hace referencia a la cualidad de la escritura. La

narrativa de no ficción tiene una prosa de estilo literario que va más allá de la escritura

funcional y práctica de la información de no ficción. La voz del autor da un significado, calidad

personal y emocional a los hechos. La voz personal y la prosa literaria son técnicas de estilo

que separan a la narrativa de no ficción del resto de información de no ficción. Este aspecto

se ha ejemplificado a lo largo de todo este trabajo especialmente en los capítulos anteriores.

Sin embargo un ejemplo más:

“En este continente la naturaleza cobra formas tan monstruosas y agresivas, se pone

máscaras tan vengativas y terroríficas, coloca tales trampas y emboscadas, que el

hombre, permanentemente asustado y atemorizado, vive sin saber jamás lo que le

traerá el mañana” (Kapuściński, Ébano 332).

La narrativa de no ficción cada vez se está leyendo más no porque los lectores busquen

incrementar su realidad ni como investigación de algún tema sino por el goce de las historias.

Aunque el objetivo principal de estos lectores no sea aprender sobre una realidad, mientras

disfrutan de su lectura se está conociendo eventos reales, personas y lugares. Los lectores

experimentan un entendimiento y aprendizaje a partir de las experiencias vividas por otros,

por el autor. “La narrativa de no ficción es más que un reportaje estricto; va más allá de la

60

información objetiva [porque] como resultado [es] la voz subjetiva del autor contando una

historia verídica”42.

Las características de la narrativa de no ficción se pueden ver en la escritura de Ébano de

Ryszard Kapuściński ya que parte de hechos reales pero los narra bajo técnicas literarias para

que el lector se sumerja en la historia y sobretodo la cree. Este estilo de escritura puede

encontrarse en textos de Periodismo Literario o Nuevo Periodismo sin embargo el mismo

autor ha plasmado su diferencia frente a esta tendencia. En una entrevista hecha en 1997

Thomas Wolfe le preguntó cómo definiría su género a lo que respondió:

“Es muy difícil de describir. Nosotros tenemos ahora tal mezcla, tal fusión de

diferentes géneros… in la tradición americana usted lo llamaría Nuevo Periodismo.

Esto implica escribir acerca de hechos, hechos reales de la vida, pero usando las

técnicas de escritura de ficción. Hay una cierta diferencia en mi caso porque yo estoy

tratando de ponerle más elementos del ensayo a mi escritura… my escritura es una

combinación de tres elementos. El primero es el viaje: no el viaje como turista sino el

viaje como exploración, como concentración, como propósito. El segundo es leer

literatura sobre el tema: libros, artículos, estudios. El tercero es la reflexión, que viene

del viaje y la lectura. Mis libros son creados de la combinación de estos tres

elementos”43.

42

“Narrative nonfiction is more than a straight reportage; it goes beyond objective information as a result of the

author´s subjective voice telling a true story” (Alpert 30). El original es en ingles, la traducción es mía.

43 “It's very difficult to describe. We have such a mixture now, such a fusion of different genres… in the American

tradition you would call it New Journalism. This implies writing about the facts, the real facts of life, but using the

techniques of fiction writing. There is a certain difference in my case, because I'm trying to put more elements of

the essay into my writing… My writing is a combination of three elements. The first is travel: not travel like a

tourist, but travel as exploration, as concentration, as a purpose. The second is reading literature on the subject:

books, articles, scholarship. The third is reflection, which comes from travel and reading. My books are created

from a combination of these three elements”. El original es en ingles, la traducción y lo resaltado es mío.

61

Por lo tanto en las obras de Ryszard Kapuściński no solo se ve una escritura de no ficción sino

que también incursiona en el género literario del ensayo al documentarse previamente y

exponer argumentativamente su posición junto con su experiencia.

* * *

Ryszard Kapuściński emplea el lenguaje de diversas maneras para describir un mundo

verosímil, creíble y consistente en sí mismo partiendo del mundo físico y geográfico africano.

Sin pretender catalogar su lenguaje bajo un único género sí se puede apreciar que participa

más del lenguaje literario que del periodístico.

“Al alba en la tierra aparecerán, al mismo tiempo, el sol y la sombra del árbol. El sol

despertará a la gente, que no tardará en ocultarse ante él, buscando la protección de

la sombra. Es extraño, aunque rigurosamente cierto a un tiempo, que la vida de un

hombre dependa de algo tan volátil y quebradizo como la sombra […] Y así está dicho:

el hombre no puede vivir más que su sombra […]

- El desierto te enseñará una cosa - me dijo en Niamey un vendedor ambulante

sahariano - : que hay algo que se puede desear y amar más que una mujer. El agua. La

sombra y el agua, dos cosas volátiles e inseguras, que aparecen para luego

desaparecer no se sabe por dónde” (Kapuściński, Ébano 334).

62

LA LLEGADA, EL FINAL

“Digo a los jóvenes escoceses que en las últimas dos o tres décadas ha cambiado el

carácter de las ciudades africanas. Lo que acaban de ver -el hermosos Dakar

mediterráneo y el terrible Dakar del desierto- ilustra muy bien el fenómeno que se ha

producido en las ciudades (…)” (Kapuściński, Ébano 286).

Así como les explica a unos jóvenes mochileros que iban junto a él en un tren lo que acaban

de ver, Kapuściński narra a los lectores una realidad, que prefiere calificar como traductor “de

una cultura a otra, de una razón a otra, de una manera de pensar a otra” (Kapuściński, El

mundo de hoy 82). Ese es el papel de Ryszard Kapuściński en Ébano, narrarnos una realidad

como traducción que tiene el sello de la interpretación personal y la profundidad de la

expresión del lenguaje.

Ébano es un libro que parte de la vivencia de Ryszard Kapuściński de África. En él Kapuscinksi,

como narrador y autor, nos traduce por medio del lenguaje escrito su propio recorrido por

África y al transcribirlo crea una ficción propia, su África; un mundo fascinante y verosímil en

sí mismo por el cual, a través de técnicas literarias, lleva al lector a comprender las

experiencias del viaje África. Su vitalidad está en el lenguaje como medio de traducción que

genera una atención especial en su lector:

“Concibo muchísima importancia a la lengua, la búsqueda de ‹‹llaves›› lingüísticas, de

palabras no gastadas (diccionarios y más diccionarios), se lleva la parte del león del

tiempo que dedico al trabajo en cada libro. Si alguien lee algún capítulo y se limita tan

solo a los problemas que en él expongo y no presta atención a la lengua en que lo

hago, lo vivo como un fracaso personal” (Kapuściński, El mundo de hoy 92).

63

La escritura en Ébano contiene un lenguaje figurativo que da nuevos significados a las

palabras acorde a una coherencia interna. Toda la disposición de las palabras para crear

atmósferas, imágenes, personajes y sensaciones conforman el viaje por el mundo africano del

autor. Y aunque muchos de sus lectores le encuentren disyunciones con la reglamentación

periodística, todos rescatan el lenguaje empleado; un lenguaje diverso que no cabe bajo una

sola categoría.

“Lo único que podemos pretender es lograr una aproximación a esa visión, esa imagen

que a nuestro juicio, merece la pena transmitir. Por eso llamo ‹‹textos›› a los trabajos

que salen de mi pluma: es un término que define de la manera más general la labor de

la escritura. No soy escritor de ficción ni tampoco cronista de prensa. Simplemente

escribo: mis textos, mi género, mi literatura” (Kapuściński, El mundo de hoy 90).

Tal vez como un escultor Ryszard Kapuściński talló su África sobre madera negra, sobre

ébano. “Oigo hablar a gentes cuyos rostros, fuertes y brillantes, como esculpidos en ébano, se

funden con la inmóvil oscuridad” (Kapuściński, Ébano 332). Tal vez por medio del título del

libro el autor nos muestra una imagen sobre lo que nos narra, la percepción de un mundo, del

“continente negro” como él mismo lo llamó. Ryszard Kapuściński en Ébano hizo la labor de un

ebanista pero con letras y los lectores pueden disfrutar de la escultura, del viaje a través de la

lectura, bajo un placer estético sin propósitos ni exigencias fuera de sí mismo.

En esta monografía de grado, como una de las tantas propuestas de aproximación a la obra,

se reflexionó sobre el autor, narrador y sobre el lenguaje de Ryszard Kapuściński en Ébano al

respecto. Sin embargo este escritor polaco nos lleva a reflexionar acerca del tema África y su

destino que se juega entre las promesas de libertad, desarrollo y democracia. En el capítulo

64

“Zanzibar”, Kapuściński tiene malaria y no puede dormirse. Tal insomnio lo lleva a contemplar

detalladamente la caza de las lagartijas e intenta fallidamente hacerse amigo de ellas: “Este

fracaso nuestro también tiene un sentido metafórico: confirma que se puede vivir bajo un

mismo techo, y sin embargo no conseguir comprenderse, no lograr encontrar una lengua en

común” (Kapuściński, Ébano 100). Por más que existan traductores cada persona va a ejercer

su propio entendimiento y razonamiento y si quiere va a transmitir su propia percepción.

Cada texto le habla de maneras distintas a los lectores.

“- ¿Has visto?

- Sí - contesté aún medio muerto -. Era un elefante

- No - repuso - El espíritu de África siempre se encarna en un elefante. Porque el

elefante no lo puede vencer ningún animal. Ni el león ni el búfalo ni la serpiente”

(Kapuściński, Ébano 340).

Aunque la persona física de Ryszard Kapuściński finalizo su viaje el 23 de enero de 2007, a los

75 años de edad, quedan sus letras para retomar, cuantas veces el lector esté dispuesto, sus

viajes. Todo final es un comienzo; toda llegada es una partida:

“Sumidos en el silencio, todos se dirigían a sus respectivas cabañas mientras los chicos

apagaban las luces en la mesa. Todavía era de noche, pero se aproximaba el momento

más maravilloso de África: el alba” (Kapuściński, Ébano 340).

65

OBRAS CITADAS

Obra primaria

Kapuściński, Ryszard. Ébano. Trad. Agata Orzeszek. Barcelona: Editorial Anagrama, 2000

Obras secundarias citadas

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