7/30/2019 El viaje de Amador - Antonio Carrillo Cerda

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El viaje de Amador

Lo vieron lavar su ropa en la maana, los primeros rayos de sol la

secaran. Lo recuerdo fuerte y recio, alegre, con esos ojos de nio

inocente. Lo vieron lavar su camioneta. Me dijo que regresara al

ranchito de sus padres (los once hermanos sufren la misma

demencia). Vi en l la maldicin de la tierra, los recuerdos de una

infancia de oro vueltos aire, inasibles; del amor al polvo de unospadres largamente muertos; el arroyo con su humedad y su furia; los

duraznos de miel y la leche de chiva... Hicimos planes.

Quiero trabajar me deca, y sent una pena muy honda por

sus canas y por sus manos arrugadas. Me jur no me pasar nunca.

Me sent viejo en l por vez primera, lo abrac para decirle adis y lo

envolv en el manto de una promesa. En cuanto junte el dineroiremos los tres pens. Se fue. Corto es el tiempo verdadero. De

haberlo sabido no lo hubiera soltado nunca.

Lo vieron atar la lea. Lo vieron construir una casa cuando era

nio. Le encontraron un hueso de aguacate que sera el gnesis de

una huerta que jams sembr. Lo vieron conducir hacia la frontera.

Vivi el sueo americano y la pesadilla de una juventud perdida. Lovieron en casa de su hermana, lo vieron

l s saba sonrer como la gente buena. A mis treinta aos lo

reconoc en la foto de cuando mis padres se casaron, me re de su

bigote, creo que se ofendi. Creci a sus hijos. Err en el amor, t

no? Devolvi quinientos pesos que jams pidi no le digas a mis

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hermanos que estoy jodido. Le di el video donde sala su madre, an

no s si lo mir.

Las primeras palabras del funesto da, an en cama: Amador

se muri!. Viajes desde el norte y desde el sur. La gente vino, t

tambin. Las llamadas. A la esposa y a los hijos tambin les mintieron

por telfono no, tiene que ser en persona. El rostro de Amador que

vio a Amador, de una tristeza infinita. A Eugenia le mintieron un

infarto, andaba trabajando y ella me minti a m, hacindome

pedazos el alma. Madre, no puedes anticipar mi destino. Yo lo

quera, porque algo de Ruperto viva en l y porque tu rostro se

iluminaba cuando lo mirabas. l jams supo de tus desvelos.

Recuerdan que dijo adis a dos manos. Luego encontraron una

carta que acabar por encontrarme: su verdad me aplastar. Lo

vieron subir al camin. Un pastizal mecido por el viento lo vio caminar

sobre la tierra hmeda de las afueras. Un ave agorera lo vio pasar la

mirada por las copas de los rboles y respirar con alegra el aire

limpio y fro del bosque de conferas: verde, agua, trementina. Un

rbol frondoso tembl ante la caricia de su mano. Un pastor y sus

hijos lo vieron colgando de una rama Se horc hijo, se horc.

Mi madre recuerda que aquella pinada a l le pareca

hermosa. Me dijo que largo tiempo lo mir tendido; le habl de las

promesas de Dios; an me alcanza la fatalidad de sus palabras: y

no me respondi nunca. Yo deseo que todo esto sea un mal sueo,

para despertar de un sobresalto y contarte mi espanto.

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