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ELEMENTOS DE LAS RELACIONES BIVARIADAS
1.- Dirección: posición relativa de cada variable, según que ejerza influencia en otra o la reciba de
ella.
a) Unidireccional: la propiedad (variable) A influye en la propiedad (variable) B, pero no es
influida por esta última. Ej.:
Edad (A) (nada influye en ella)
b) Bidireccional asimétrica: la propiedad (variable) A influye en la propiedad (variable) B
más de lo que B influye en A. Ej.:
Conservadurismo / Progresismo (A) - Elección partido político (B)
c) Bidirecional simétrica: ambas propiedades (variables) ejercen influencia recíproca de la
misma intensidad. Ej.:
Preferencias partidistas de un individuo (A) - preferencias partidistas del cónyuge
(B)
2.- Signo de la variación: sentido en que covarían los valores.
1. Positivo: cuando se incrementan los valores de una variable, se incrementan también
los valores de la otra. Ejs.:
educación e ingresos;
interés en política y participación política;
nivel de desarrollo económico y gasto público…
2. Negativo: cuando se incrementan los valores de una variable, descienden los valores
de la otra. Valores altos de una se asocian a valores bajos de la otra. Ejs.:
burocratización y participación política;
educación y prejuicios raciales.
3.- Magnitud: grado de la covariación positiva o negativa.
a) Relación perfecta: el valor de una o más variables independientes determina
exactamente el valor de la variable dependiente.
b) Relación cero: no puede identificarse covariación sistemática entre los valores de la VI y
la VD. Los cambios en el valor de una de las variables no afectan a los cambios en los
valores de la otra.
4.- Forma: variación o no del cambio en el valor de la VD que causa un cambio de una unidad en
el valor de la VI, según el valor de la VI.
4.1.- Lineales: un cambio en una unidad del valor de la VI produce el mismo cambio en
el valor de la VD en todos los niveles de la aquélla
4.2.- No lineales: el cambio en el valor de la VD producido por el cambio en una unidad
del valor de la VI es distinto en distintos niveles de ésta
Polinómicas:
o Cuadráticas:
Positivas: en forma de U (ej.: Modelo de Hastie (1981) sobre
efectos de los esquemas mentales en el recuerdo: relación entre
el grado de coherencia entre una información y el esquema
perceptivo –escala de 0 a 1- , y la probabilidad de recuerdo de
esa información –escala de 0 a 1-)
Negativas: en forma de U invertida (ej.: relación entre nivel de
ansiedad y rendimiento en una prueba/examen; relación entre
grado de integración en estructura –votante fiel, activista,
líder/élite- de partido y radicalismo ideológico)
o Cúbicas
Exponenciales: a medida que aumenta el valor de la VI, es mayor el cambio
(positivo o negativo) del valor en la VD producido al aumentar una unidad en el
valor de la VI, sin alcanzarse techo o suelo alguno; es decir, representa un
crecimiento (o una disminución) inicial relativamente lento pronto que se va
intensificando progresivamente.
Logarítmicas: a medida que aumenta el valor de la VI, es menor el cambio
(positivo o negativo) del valor en la VD producido al aumentar una unidad en el
valor de la VI, sin alcanzarse techo o suelo alguno; es decir, representa un
crecimiento (o una disminución) inicial relativamente rápido que se va mitigando
progresivamente.
Logísticas, sigmoidales (curva en forma de S): a un cambio exponencial (con
efecto suelo, que fija un límite al valor mínimo de la VD) le sigue un cambio
logarítmico con efecto techo (valor máximo que puede alcanzar la VD, cuyo
significado sustantivo depende de la disciplina en que se use la función, aunque
podría sintetizarse en la noción de capacidad de carga del sistema); de ahí que
su representación gráfica sea sigmoidal (o, con cambios negativos, sigmoidal
inversa –con inicial efecto techo, seguido del efecto suelo-); es decir, representa
un crecimiento (o una disminución) inicial relativamente lento que pronto se va
intensificando progresivamente hasta alcanzar un punto de saturación, a partir
del cual comienza a mitigarse progresivamente.
Trigonométricas (periódicas, oscilatorias, cíclicas, sinusoidales); representan los
cambios oscilantes entre valores altos (crecimiento) y bajos (decrecimiento) de
ciertas variables que dan lugar a ciclos (económicos, biológicos,
demográficos…). De ellas interesa conocer el período (tiempo necesario para
completar un ciclo), la frecuencia (el número de ciclos por unidad temporal) y la
amplitud (la media de la suma de los valores absolutos máximo y mínimo que
puede alcanzar la función).
Las funciones exponenciales, logarítmicas, logística y trigonométricass, aun
cuando sean susceptibles de aplicación en múltiples clases de teorías
sustantivas, suelen emplearse en modelos de cambio (crecimiento o declive) en
el tiempo; el eje de las abscisas de su representación gráfica suele representar
el tiempo y el eje de las ordenadas el valor de la variable cuyo valor cambia a
medida que pasa el tiempo. Por ello, se usan muy a menudo para modelar
procesos «estilizadamente» simples en disciplinas como, entre muchas otras, la
Demografía (recuérdese a Malthus y su modelo de crecimiento exponencial de
la población humana), la Epidemiología, la Ecología de las poblaciones o la
Biología de las Poblaciones.
Ejemplos ficticios y no necesariamente verosímiles (elaborados con Excel 2007 y Gretl
1.9.1):
Relación edad – ingresos individuales (lineal positiva; cuadrática; exponencial positiva; logarítmica
positiva; cúbica)
INGRESOSL
EDAD
INGRESOSC
EDAD
INGRESOSE
EDAD
INGRESOSLO
EDAD
INGRESCUB
EDAD
Relación negativa entre número de policías y número de delitos (lineal negativa; cuadrática;
exponencial negativa; logarítmica negativa)
Función logística, sigmoidal (curva en forma de S)
DELIT
POLICDELITC
POLIC
DELITE
POLIC
DELITLO
POLIC
Función trigonométrica (seno)
Y = sen 2x
Y = sen 3x
Y = sen ½x
Un ejemplo de la combinación teórica de una función lineal del tiempo con una función no
lineal lo proporciona la explicación del conflicto político, del conflicto armado o de la revolución
mediante la llamada la «Davies J-Curve», la «Curva en forma de J de Davies» (aun cuando, como
se advierte, se trata de una J invertida) empleada por James C. Davies en aplicación de la teoría
de la privación relativa a ese problema de investigación. En el siguiente gráfico se muestra, en
síntesis, la explicación.
Obsérvese cómo se modela con una función lineal la evolución de las expectativas de
bienestar de los individuos en cierto período de tiempo, mientras que se modela con una función
no lineal la evolución de la realidad de su bienestar (satisfacción) en el mismo período de tiempo.
Aunque los individuos toleran una brecha de cierta magnitud entre sus expectativas y su
satisfacción, pasado cierto umbral debido al aumento de la brecha entre expectativas crecientes y
recursos (realidad) súbitamente menguantes, emerge el conflicto.